Puente sobre el río Recuna |
El Camino es aquí un apartado y apacible sendero a la sombra de la foresta...
Primeramente el camino y el río siguen paralelos. Luego nos separaremos de él, para volver a encontrarlo a la entrada de La Pola
Estamos caminando bajo la falda norte del solar de otro de aquellos legendarios castros que dominaban el valle del Nora, El Picu Castiellu
Empezamos a subir poco a poco...
Y vamos apartándonos de la orilla,,,
Poco a poco va subiendo y se aparta de la ribera
Es el monte El Cuitu, de tupida vegetación y espesura de bosque autóctono, predominando los castaños. Algunos arroyelos que nacen en esta boscosa ladera vierten sus aguas al Recuna
Y así continúa nuestra cuesta...
Hay flechas amarillas en algunos troncos
En otoño las castañas y sus oricios forman una alfombra natural...
Frutos caídos. Ir a recoger castañas se llama en Asturias dir a la gueta y con ellas se hace la comunitaria fiesta de los amagüestos
Un hermoso castaño, árbol venerable...
Sus frutos mataron muchas hambres en la posguerra y, antiguamente, antes que llegasen las patatas de América, las castañas eran la base alimenticia de los potes...
Y seguimos por el castañéu...
Los cruces están señalizados
Seguimos siempre en dirección oeste, hacia La Pola
Llegamos a una finca
Un prado que se extiende cuesta abajo a nuestra derecha. El paisaje se transforma un poco en los claros del bosque aprovechados como pastos
En la paz del sendero todo yace en reposo, ajeno de inquietudes
Flecha amarilla en el corte de un tronco, y sobre él un hito de piedras depositadas por los peregrinos
Los helechos crecen en las veredas
Sigue la cuesta...
Más flechas amarillas
El acebo, acebu, carrascu o xardón...
Hojas brillantes y llamativos frutos rojos...
Un banco de madera para un alto en el camino...
En el suelo la hojarasca, la hoja suelta, forma también su manto natural sobre el camino...
Una caballería: llegamos a otra finca: seguimos a la izquierda
No sin antes saludar a nuestro amigo...
¿Será el caballo blanco de Santiago o el bromista diañu burlón que tiene la facultad de transformarse en montura para arrojar al suelo al desprevenido que ose cabalgarlo?
El caballo blanco nos observa...
Y nos sigue...
Nosotros seguimos avanzando...
Junto a la alambrada
Desde aquí tenemos al norte un bonito paisaje
Allí está Vega, parroquia de Samartino, con barrios y lugares como Cá Riestra, Cá Sidro, o La Viña, referencia de antiguos cultuvos vinícolas, muy posiblemente para las iglesias y monasterios que antaño dominaban el valle. También está allí La Venta, topónimo siempre relacionado con paradas y refugios en estos milenarios caminos. Por allí se extiende La Iría, y a lo lejos los altos de La Felguera y La Paredona, que en su cota máxima alcanzan los 338 metros de altura
Abajo, entre el arbolado, va el río Recuna
Cruce de caminos: atendamos a las señales y tomemos el de la izquierda
Proliferan las flechas amarillas, incluso se han plantado postes indicadores
La senda se estrecha un poco
Pero se pasa bien entre los troncos de los árboles...
Más flechas orientando a los romeros y caminantes...
Sigue el recuesto...
El Camino forma aquí una "U" y en su fondo se agolpan los erizos de las castañas
Paso a paso cuesta arriba en castañéu...
Hojas de castaño o castañal...
Su estructura resalta al sol...
Belleza natural...
Otra flecha en un tronco...
Continuamos junto a más fincas, en ligera subida por el monte El Cuitu
Más vistas al norte de lugares Vega. Por allí pasa la carretera AS-311
Hay algunos caseríos tradicionales y viviendas de más reciente construcción
Abajo el valle del Recuna, que forma allí una espaciosa vega de llanas y verdes praderías
Este es el inolvidable paisaje que admiramos desde el sendero...
Continuamos la ascensión monte arriba...
Al fondo las vacas se han puesto a la sombra, empieza a castigar el sol
Subimos junto a los helechos...
Hacemos un alto a la fresca sombra de los árboles, como las vacas
Y seguimos camino para adentrarnos otra vez en el bosque encantado...
Una preciosidad de sendero...
Las vacas siempre se quedan mirando...
Afloramientos rocosos
De pronto, en un claro del bosque de este monte de El Cuitu, llegamos entre carbayeras y castañales hasta la ermita del Cristo de la Bienvenida, en un bellísimo campo rodeado de árboles y restaurada por iniciativa vecinal tras años de abandono
Esta advocación de La Bienvenida se dice viene de la antigua existencia de un monasterio en Vega, cuyo prior recibía a los peregrinos con una libra de pan y un xergón o colchón de hojas de maíz a manera de bienvenida
A la derecha hay un panel descriptivo con la historia y características de la ermita y a la izquierda un pequeño cercado con un oratorio
Ermita de la Bienvenida Protectora del Camino
Al otro lado del sendero, el oratorio
Hay un árbol plantado, y siempre hay flores frescas recién ofrecidas
Una concha a la derecha y la placa a la izquierda
El texto dice...
"La vida es camino de muerte,
pero la muerte es vida eterna"
"Vita mortis sed mors vita aeterna Ultreia
"Bonum iter, amice peregrinae"
"ULTREIA"
Desde aquí el Camino sigue detrás del ábside cuadrado de la capilla, que en su traza actual parece obra, del siglo XVI ó XVII, tal vez edificada sobre un santuario anterior y remozada posteriormente
Tras el ábside, junto al sendero, ha sido plantado un texu
El tejo es árbol de reminiscencias sagradas cristianas y anteriores, plantado en campos de iglesias, capillas y lugares sagrados. Simbolizaba para las antiguas creencias la vida por estar siempre verde al ser de hoja perenne; la muerte, por la alta toxicidad de algunas de sus partes, y la eternidad por su longevidad de hasta muchos siglos
Antes de continuar ruta detrás del ábside podemos recorrer este campo de la ermita dando la vuelta al santuario
Es este prau de entrañables romerías, cuando se celebra la procesión de la santa, una talla de la Virgen actualmente guardada en la cercana capilla de Santa Lucía, en Vega
Esta es la portada oeste, parece que en algún momento la capilla tuvo pórtico o cabildo, del que quedan las paredes laterales
En este prado veremos precisamente, acabando el verano o empezando el otoño, el famoso azafrán falso o quitameriendas. Colchicum montanum
Azafrán falso por su parecido con el azafrán y, aunque es de su misma familia botánica, este es tóxico
Quitameriendas pues su aparición coincide con el final del verano y principios del otoño, esto es, el final de las meriendas campestres con el cambio de estación y temperatura.
Despachapastores o en Asturias espantavaqueiros hace referencia a la marcha, en la época de la floración, de los pastores trashumantes con sus rebaños hacia brañas de climas más cálidos para pasar el invierno
Y así damos la vuelta entera a la capilla
Volvemos al ábside y al texu del camino...
Tras pasar a su alrededor la dejamos atrás y seguimos la ruta señalizada
Las flechas amarillas siguen guiándonos en todo momento
A la derecha otra finca
Ahora el sendero es casi llano, solo una muy leve subida...
Flechas en alguna corteza de los árboles
Al oeste destacan en la lejanía los edificios de La Pola, la capital de Siero
Es la zona en torno al nuevo Mercado de Ganados y La Venta la Uña. A la derecha El Rayu: por allí entraremos dentro de poco
Grandes castaños...
Ya en lo alto de El Cuitu...
Grandísima castañalona
Se acaba el sendero y llegamos a una carretera local...
Es el Camín de la Capilla: vamos a la derecha...
Estamos en la cresta de un alto que da vista a dos valles...
Aquí empezamos a pisar asfalto...
Vaques roxes que se guardan del sol a la sombra de los castaños
Al norte el valle del río Cuna, Recuna, La Moría o Ríu Secu, que desemboca en el Nora antes de La Pola
La Pola y El Rayu. Más a la derecha La Cuesta y La Cabaña...
Ahora vemos mejor el nuevo Mercado de Ganados, a la izquierda de la foto. A la derecha vemos la piscina municipal; a su izquierda entra en La Pola el Camino, viniendo de El Rayu, por El Rebollal
En la distancia La Carrera y Noreña. Al fondo aparece la silueta del totémico Monte Naranco con El Picu'l Paisanu (637 m). Allí, los peregrinos que desde la catedral del Salvador deseen continuar por el Camino Norte bordearán su falda este, esta que vemos, camino de Llanera y Corvera parar regresar a la costa por Avilés. Los que quieran proseguir por el Camino Primitivo lo harán por la falda sur, a su izquierda
Al norte el valle del río Recuna
Allí estuvo El Molín de Vega, viejo molino harinero que trabajaba con la fuerza motriz del agua de su cauce, y que yace olvidado en las sombrías orillas
Sobre el valle, Llugarín, solar de la iglesia de Samartino o San Martín
Si bien no podemos apreciarlo desde aquí el templo conserva partes medievales, como una espléndida portada románica. Es solar de grandes romerías
Más arriba La Cabaña, lugar antaño de alfareros como otros lugares de esta parroquia, que sacaban el barro de la cercana barrera de Cobasil y el cobre para darle su pigmentación azul procedía de Cabranes. Por esta razón al lugar se le conocía también como Talavera, por ser una cerámica de este estilo. Hasta los años 50 la industria se mantuvo, si bien ya fabricando objetos de uso común, en barro rojo
Los peregrinos continúan su marcha por el Camín de la Capilla
Empezamos a bajar...
De frente el monte de Curuxeo (291 m)
Pasamos una casa y seguimos bajando...
Nuevas vistas de Llugarín y demás barrios de Samartino...
Abajo al pie de la iglesia La Vallina, más a la izquierda empieza El Rayu, otro lugar de talleres alfareros de antaño, muy apreciados. Más arriba La Cuesta
En este canto del monte El Cuitu llegamos a Curuxeo
Curuxeo, pueblo de la parroquia de Marcenao. Su topónimo procede de la palabra asturiana curuxa (lechuza) y delata la abundancia, al menos antaño, en estos parajes que aún conservan buenas extensiones de arbolado autóctono
Ahora al sur vemos el valle del Nora propiamente dicho, bajo los montes de El Retuertu, donde destacan las alturas de El Praón (464 m)
En el horizonte, al suroeste, destaca la sierra de Peñamayor, La Peña, sobre los concejos de Nava, Bimenes y Llaviana, cuya cima más alta es La Triguera (1.293 m)
Vamos así entrando en Curuxeo, cuyas casase se extienden a los lados del camino, así como las cuadras y las fincas...
El Camino forma aquí ahora una verdadera calle de vecindad...
La fachada principal, como es natural, se orienta al sur, para recibir todo el día la luz del sol
Hay aquí una explanada, enfrente del hórreo
Casas, hórreos, cuadras, almacenes, bodegas...
Maíz curando al sol
Pasamos al pie del hórreo, de los de corredor alrededor de sus cuatro lados
Y seguimos calle adelante...
Aquí vamos a hacer un alto y asomarnos a la izquierda
Y es que este rincón es un verdadero mirador sobre el valle
Ahora sí que vemos bien el valle del río Nora, que nos acompañará hacia la capital asturiana y aún más allá. En el medio están los barrios de La Plazuela y La Quintana de esta parroquia de Marcenao: más a la izquierda L'Escampleo
En La Quintana se encuentra la iglesia parroquial de Marcenao, bajo la advocación de la Santa Cruz (derecha de la foto), en cuyas proximidades se hallaba la Malatería de Marcenao, sita en "el camino que viene de Francia", de la que tenemos noticias desde 1274 y de la que se sabe que a finales del siglo XVI ya estaba en ruina. Además de malatos o leprosos es fácil que atendiese también a peregrinos, sobre todo enfermos
Según J. Tolivar Faes en Hospitales de leprosos en Asturias durante las edades Media y Moderna, no se sabe la fecha de fundación de la leprosería pero sí existe documentación de 1594, por la que sabemos que el párroco de la iglesia era prior de la misma. Los malatos tenían su propia capilla funeraria y para ingresar habían de abonar diez ducados. En esa fecha el clérigo de la parroquia Bartolomé de Vigil decía llevar 24 años de cura de los malatos, y que en ese tiempo era prior de la fundación Francisco Vigil, cargo heredado a su fallecimiento por su hijo Juan de Valdés. Afirmaba que si el prior "no era contento no se recibía ningún malato" y que aunque llegó a haber seis, en aquel entonces sólo había uno. Esos malatos...
"no son bien tratados e non se cuida de ellos como era de razón", ya que únicamente eran "recibidos en una casa que esta junto a la dicha Iglesia de Santa Cruz y van a misa a dicha Iglesia en la cual tienen una capilla donde se entierran"
El hospital tenía rentas en La Peral y La Felguera (Noreña) y en Muñó (Siero), con "treinta hanegas de pan cada año", así como limosnas que mucha gente dejaba en testamento y...
"otras limosnas que se sacan en el distrito de esta malatería por las puertas, que por otro nombre llaman pollos"
En 1607 aparece un documento en el que el patrono de otra malatería, la de La Paranza, al sur de Siero, solicitaba para esta los recursos y rentas de la de Marcenao, pues dice que ya estaba abandonada y en ruinas, sin patrono y sin enfermos, "de veinte años a esta parte no ha abido malato alguno"
Por este documento que afirma que esta malatería de Marcenao y la de Ruedes, al sur de Gijon/Xixón casi límite con Siero, nunca habían albergado juntas lo mismo que la de La Paranza, y sabedores que esta llegó a tener entre seis y doce, se supone que en la de Marcenao habría entre tres y seis enfermos. No debió de volver a recuperar su actividad pues, cuando en 1771 el Real Hospicio de Oviedo se incauta de todas las malaterías aún existentes por entonces, no hay ninguna referencia a esta de Marcenao
Al sur está la parroquia de Santolaya de Vixil, y en lo alto El Castiellu (462 m), solar de otro de los muchos castros astures que dieron nombre a tantos montes de este valle
Al suroeste se extiende la parroquia de Aramil, también en Siero...
Desde "el mirador" continuamos ruta por Curuxeo a la derecha de esta casa...
Avanzamos así calle adelante...
Pasamos así bajo este largísimo corredor
Y preciosa hilera de casas...
Otro buen corredor, muy largo también, asomado a la calle...
Esta parte de Curuxeo es una verdadera esencia de la arquitectura tradicional asturiana
Los vecinos se asoman a la puerta vernos pasar
También es llamativa esta casa a la derecha
Sus columnas son pegollos, similares a los de un hórreo
El hórreo por contra no tiene pegollos, sino bodega,,,
Salimos así de Curuxeo...
De nuevo el bosque de castaños...
Intenso verdor del castañar,,,
Abajo, en el valle, volvemos a ver la iglesia, ahora su fachada oeste...
Muy cerca de aquí, un poco más al sur existe, en Guariciu, una Fuente los Milatos y un Regueru los Milatos, sin duda vinculado a las curaciones que los afectados realizaban con agua de fuentes y manantiales considerados milagrosos o salutíferos.
Tuvo este templo una imagen de San Lázaro, patrón de los leprosos y por lo tanto relacionada con la antigua malatería del lugar. La imagen se halla actualmente en el Museo de la Iglesia, en Oviedo/Uviéu
En el siglo XVIII esta parroquia era un coto señorial perteneciente al Marqués de Santa Cruz del Marcenado
Este es el "Camino que viene de Francia", tal y como aparece señalado en documentos antiguos...
Los castaños, además de sombra, proporcionaban alimento a arrieros, viajeros y peregrinos, pues según el Derecho de Poznera, la fruta caída a los caminos era de uso público...
La expresión asturiana "dar voces en castañéu" es similar a la castellana "predicar en el desierto"... esto es, desgañitarte para que nadie te oiga ni te haga caso...
Hay fincas a ambos lados...
Y aquí un cruce
Iremos a la derecha por el Camín del Calero
Seguimos en llano, a la sombra de más castañales...
Al sur La Granxa. Más allá sería Guariciu, solar de la Fuente los Milatos, de los leprosos de Marcenao
Seguimos ruta todo recto...
Una bifurcación
Seguimos de frente
Tomamos el Camín de La Granxa...
Placa caminera...
Y ya vamos hacia otro bosquete...
De nuevo al norte el valle del río Recuna...
Vega
Vamos varias urbanizaciones del extrarradio de La Pola. Los usos ganaderos tradicionales dan paso en estos lugares a las nuevas zonas residenciales...
Y así sigue un tramo más por los castañeros...
Pronto llegamos a una gran campera...
Estamos en El Rebollalín
Al fondo al norte, montes de Les Matones, La Paredona y La Iría. Abajo reconocemos nuevamente la iglesia de Samartino
Otra bifurcación
También aquí seguimos de frente y recto
Pasamos delante de la casa...
Y bajamos por estos campos...
La Granxa al sur. Abajo reconocemos, junto a la carretera N-634, la fábrica de quesos y productos lácteos de Juan Martínez, que empezó de forma artesanal en 1915 con Casimira Huerta, que hacía quesos para aprovechar la leche de las vacas que su esposo Juan Martínez, fundador de la empresa, compra y vende en ferias y mercados. En 1924 construyen aquí una casona en la que, además de quesos, se elabora sidra y se hacen madreñes. En 1959 se constituye como Sociedad Mercantil, industrializándose la producción y diversificándose la gama de productos. En 1968 inauguran planta quesera en Mayorga (Valladolid). En 1987 la tercera generación de la familia se pone al frente de la empresa, que se expande en los años 90, elaborándose aquí queso fundido y preparados lácteos, mientras que en Mayorga se concentra la fabricación de quesos naturales
Más a lo lejos divisamos los La Peña (307 m) y el Monte Llorianes con el Ullaga (357 m)
En esos montes las canteras de Valdesoto
Bajamos poco a poco...
Y en el siguiente cruce tomaremos el ramal de la derecha...
Justo antes de la siguiente casa tomamos este sendero de la derecha...
Dejamos así el asfalto...
Tomamos esta caleya...
Y volvemos a caminar por un precioso sendero rural...
Siempre a la sombra de los castaños
Y cerca de una cabaña o cobertizo en medio de esta campera...
De nuevo un paraje casi selvático...
Intrincada foresta, pero buen paso...
Ya salimos a otro campo
Al llegar a aquella finca el camino seguirá a la derecha...
Bordeamos la finca junto a la alambrada
Hermoso sendero de tierra...
Hay rodadas de algún pequeño tractor...
Idílicos lugares en las cercanías de La Pola
Extensas praderías de La Granxa, cerca de la Carretetera de Santander (N-634)
Descubriendo cada historia de cada lugar seguimos nuestras andanzas peregrinas por el Camino Norte en Siero...
Bifurcación y de frente...
Caballos en la finca...
Más castañeos...
Un poco más de bajada...
Otro claro en el bosque...
Hemos vuelto a la ribera del río Recuna
Allí está el Puente de Recuna, que en algunas fuentes citan como medieval y en otras como obra del siglo XVI
Dispones de un solo ojo de bóveda de cañón y se atribuye su construcción al maestro cantero cántabro Juan de Cerecedo, quien trabajó en la catedral de Oviedo/Uviéu y en puentes como los de Brañes, Llugones y La Ponte Gallegos, sobre el Nora, que conocerán quienes prosigan por el Camino Primitivo
Nos disponemos así a pasar sobre el puente, A veces, la penumbra de la orilla casi no nos lo deja ver a no ser que nos fijemos en él
A la derecha un panel informativo...
Placa explicativa
Luego de cruzar caminamos por la orilla derecha...
Y llegamos al área recreativa de Recuna
Bancos y paneles descriptivos de la vegetación de ribera
Y este es el hermoso vado del río Recuna, con sus pequeños saltos de agua y su remanso
Hermosísimo salto de agua...
Desde el río el Camino inicia una cuesta: es el Camín de Recuna...
A nuestra izquierda y casi en la orilla La Fuente Recuna
Unas escaleras nos permiten bajar al cañu de la fuente...
Remontamos la cuesta...
Alta arboleda y profunda caja caminera en lo que fue también el camino de La Pola a la Malatería de Marcenao
Hay un rellano junto a este chalet...
Y comienza otro poco de cuesta en El Rayu, parroquia de Samartino, lugar también famosofamoso por su antigua tradición alfarera, cerámica que tuvo gran renombre en toda Asturias desde el siglo XVIII, la célebre cerámica El Rayu
Al sur Cotadiellu...
Pequeño y corto repecho hasta las casas...
Rosales en el Camino...
Espléndidas huertas...
Desde esta altura podemos volver la vista atrás: en primer término nuestra bajada desde El Cuitu al río Recuna, más lejos El Picu Castiellu de Marcenao (435 m), por cuyas laderas vinimos caminando
Al noroeste el Picu Fariu, serranía en lo alto de La Llomba que llega a los 737 metros de altitud, enfrente la mole rocosa de Peña Careses (552 m). Un poco a la izquierda El Picu Castiellu de la Collá (488 m), otro yacimiento castreño, y a su izquierda, más cerca, la iglesia de Samartino, vista ahora desde el suroeste
La iglesia y los cuetos de La Viña y La Felguera...
El Picu Castiellu de La Collá, con su asentamiento de la Edad del Hierro
El Picu Fariu y su cima arbolada de pinos, y delante la rocosa Peña Careses
Más rosales
La cuesta acaba al pasar entre estas casas de El Rayu: empezamos a caminar en llano
El origen de la famosa cerámica de El Rayu se sitúa a primeros de la centuria del 1700, cuando Juan Cónsul funda una fábrica con el objetivo de igualar en calidad a la cerámica de Talavera y satisfacer la demanda de este producto en el mercado asturiano. La ampliación hecha por sus descendientes en 1740 integraría a los artesanos tradicionales en la nueva factoría pero en 1777 esta pasaría a los operarios, quienes se distribuirían por diferentes talleres de la aldea. En 1936 el último alferero, Senén Puente, puso fin a esta saga cuando se dedicó a fabricar otro tipo de utensilios más comerciales, pues las modernas fábricas también pusieron fin a aquella producción artesanal. Había varias calidades y la más fina llegó a ser la clásica de las clases pudientes: son por lo general piezas de la vajilla pero también botijos, jofainas, bacinillas, etc. con adornos naturalistas. Actualmente se conservan piezas por parte de particulares y hay diversas colecciones y muestras
Dejamos el Camín de Recuna y llegamos a la carretera AS-331, yendo a la izquierda
Pasamos junto a este bloque de casas...
Galería y corredor...
El seto separa la carretera de estas viviendas y chalets con terreno
Hay un poco de cuesta cuando caminamos... al pie de La Cuesta
Concha xacobea y flecha amarilla indicándonos la ruta a seguir
Caserones que muy posiblemente tuvieron vinculación con los antiguos alfares... hoy alguno dedicado al turismo rural
Parte delantera de la casona...
Tengamos precaución pues apenas hay arcén y suele haber aquí bastante tráfico...
La carretera hace una curva y vuelva a subir
Hay un gran prado verde que se extiende entre El Rayu y Cotadiellu
En él pacen las vacas...
A nuestra derecha una quintana sobre la carretera
Y más vaquerías
Remontamos esta cuesta...
Y en dos zancadas llegamos al alto...
Aquí hay un tramo de acera, estamos pasando delante de la piscina municipal de Siero
Pasamos frente a las últimas casas de El Rayu
Seguimos todo recto por las aceras...
A nuestra izquierda el Nuevo Polideportivo Municipal
Los nuevos edificios de La Pola, en la zona de expansión de la urbe. Abajo la gran nave del actual Mercado de Ganados, en La Venta de la Uña, construido entre 1989 y 1992 y que lleva el nombre de José Federico González Llenín. Este mercado sustituye al llamado Mercado Nuevo, que estaba situado en la actual Estación de Autobuses, al otro extremo de la población, construido entre 1952 y 1965. Anteriormente el mercado, tradicionalmente celebrado los martes, estaba en La Plaza les Campes y calles adyacentes, justo donde se fundó La Pola según carta puebla de Alfonso X El Sabio en 1270, una verdadera villa-mercado
Atención ahora en este cruce
Si bien las flechas amarillas nos indican poder ir en ambas direcciones el camino oficial que sigue el rumbo del antiguo Camín Rial nos indica cruzar a la derecha por El Rebollal para ir al centro urbano
Hemos entrado en La Pola, capital de Siero. población nacida en el Camino, en torno a la histórica Alberguería de San Pedro
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