Monte do Corpiño, tal y como se ve llegando a Muxía desde Moraime por San Roque y Chorente |
Subida al Monte do Corpiño |
Aquí subimos desde el santuario de Nosa Señora da Barca y A Ferida, el monumento-recordatorio de la catástrofe del Prestige
Subimos entre campos y penedos de formación similar a los que hallamos en la Punta Xaviña o Punta da Barca, los de la famosa leyenda de la Virgen que se apareció a Santiago en estos lugares navegando en una barca de piedra dándole ánimos y anunciándole que su misión estaba cumplida y había de regresar a Palestina
Admiramos desde aquí una hermosa estampa la norte de la Ría de Camariñas, con el Cabo Vilán en su extremo, el parque eólico y a la derecha el Monte Farelo
Cabo Vilán, monumento natural donde está el primer faro eléctrico de España, inaugurado en 1896, seis años antes de la catástrofe del Serpent, buque inglés de la Royal Navy que naufragó en estas costas falleciendo casi todos sus tripulantes tras embarrancar en A Punta do Boi. Este faro sustituyó a otro anterior, inaugurado en 1854, cuyas carencias habían quedado patentes pues su escasa altura y luz poco ayudaron en evitar aquella catástrofe debida no obstante, según sentencia, a un error de navegación. El actual faro es altísimo y de planta octogonal de 24 metros de altura y 104 sobre el mar cuya luz se ve a unas 28 millas de distancia
Monte Farelo, sobre A Punta do Costado, donde está el santuario de A Virxe do Monte, concello de Camariñas, de la que se dice que es "hermana de Nosa Señora da Barca"
Se construyó en el siglo XVIII sobre una ermita más antigua, posiblemente del XVI, que estaba en ruinas, posiblemente cristianizando también un lugar de culto anterior. La tradición cuenta se está hecha donde la Virgen se apareció a unos pastores y que por su intercesión se salvaron milagrosamente muchos marineros. Antaño, cuando había temporal, las mujeres de los pescadores subían a cambiar la posición de las tejas en sentido contrario a la dirección del viento, en la creencia que así las naves tendrían buena pesca y podrían regresar sin contratiempos. Además de los marineros y sus familias se encomendaban a Nosa Señora do Monte los mozos que se incorporaban a filas y los enfermos mentales, de los que se cuentan milagrosas curaciones
Más a la izquierda del Monte Farelo se extiende el interior de tan magno estuario, desembocadura del Río Grande
Vemos parcialmente el puerto de Camariñas y atrás A Enseada da Basa, Monte Xesteira, Monte da ïnsua y Alto do Coto (104 mts.). Más a lo lejos la Serra da Forcada. A la entrada de esta Ría de Camariñas embarrancó en agosto de 1943 el petrolero alemán Nord Atlántic escapando de la aviación aliada. Iba dejando una estela de gas que le dio apodo entre los habitantes de la zona: o barco do gas. Lo cierto es que una página bastante desconcida de la historia es que estas estratégicas costas fueron escenario de no pocos acontecimientos de la II Guerra Mundial
Al este la Praia do Lago bajo Monte Agudo (248 mts.)
Más cerca A Punta do Corpiño de Chorente, que guarda las playas de Espiñeirido y A Cruz, por donde se llega a Muxía viniendo de Moraime. A lo lejos Merexo con la Punta das Chans y en lo alto la Pena da Serra y el Monte de Labexo. Por ahí baja a Merexo el Camino, procedente de San Martiño de Ozón. Otros, quienes hacen la ruta en el otro sentido, van por allí de vuelta a Santiago vía Dumbría
Aún subimos un poco más pero la cuesta se suaviza
Así van atrás quedando abajo el templo de la Virxe da Barca y A Ferida
Vemos ahora parte de Muxía desde lo alto. Abajo discurre el Camiño da Pel, que comunica Nosa Señora da Barca con la ribera sur de la población, secular paso de peregrinos alternativo al transitado Camiño Real para evitar contagios de las temidas enfermedades de la piel, pelagra, mal de la rosa, o lepra. Por allí seguiría el camino que va a Fisterra (o viene, al estar señalizado en ambas direcciónes), camino que discurre cerca de los secaderos de congrio y la Punta Langosteira, pasando al pie del Alto do Enfesto, ruta de la Praia de Lourido, que vemos parcialmente muy a lo lejos, bajo el Monte Facho de Lourido, paso del citado Camino
Y llegamos a lo alto del Monte do Corpiño, impresionante vista de Muxía
La cima es una atalaya natural desde la que admiramos Muxía y vemos como fue su crecimiento, desde un primer enclave al pie de este monte hasta el Alto do Enfesto (66 mts.), ocupando todo el itsmo de la península en la que se asienta. Ahora a la izquierda vemos el puerto, sucesor de la pequeña playa que había bajo el Monte do Corpiño amparada por la ría a donde arribaban antiguamente las lanchas. Más allá destaca la Praia de Espiñeirido a lo lejos, por donde viene el camino de Moraime, vía Merexo, San Martiño de Ozón y Dumbría
Una cruz con un brazo roto añade evocación al paisaje. En esa ribera reconocemos la pequeña concha de la Praia da Cruz, así como la Avenida López Abente y la Rúa Mariña, por donde se accede al centro, a la iglesia parroquial y al templo de la Virxe da Barca. La ruta que hemos seguido. Quienes vienen de Fisterra y desean hacer el circuito entero, regresando de Muxía a Santiago, lo hacen a la inversa, saliendo de aquí hacia Moraime, Ozón y Dumbría. En medio destaca, más cerca, el Monte do Enfesto, con su cima rocosa. A sus pies está el Albergue de Muxía, el público, si bien existen albergues privados, pensiones y demás alojamientos y servicios
Al sur, más allá del Monte Facho de Lourido (312 mts.) veremos como la costa se extiende hacia el Monte Buitra (104 mts.) y la punta de este nombre y, más allá, al Cabo Touriñán que, cual cuña que se adentra en el océano, está situado en su extremo aún más al occidente que el propio Cabo de Fisterra
Situados aquí, junto a la cruz de piedra, recordamos que al Monte Corpiño dedicó estos versos el poeta Gonzalo López Abente
"Penedos, altos penedos,
do Corpiño vixiante;
sodes, com’o meu amor,
tristes, barudos e grandes"
do Corpiño vixiante;
sodes, com’o meu amor,
tristes, barudos e grandes"
Este sería solar de ancestrales enterramientos de primitivos pobladores cuyo origen se pierde en la historia, si bien la cercanía de castros galaicos y asentamientos romanos, además de mucho más antiguos enterramientos megalíticos nos hacer percibir que estas rías y su entorno fueron aprovechadas desde tiempo inmemorial como fondeaderos naturales de intrépidos navegantes de las rutas trasoceánicas, singladuras en busca del estaño de Casitérides ya conocidas por los fenicios y luego por los griegos, conquistadas territorialmente por los romanos e incorporadas a su reino por los suevos
No es difícil que los primeros evangelizadores cristianos llegasen también por mar, aprovechando aquellas rutas, más rápidas que las de tierra, y sobre los antiguos cultos se superpusiesen los santos y vírgenes de la nueva fe en un proceso de sutitución que se da en todo el orbe. Luego, tras los años de incursiones de vikingos y sarracenos los monjes del cercano monasterio de Moraime, sucesores tal vez de uno de aquellos primeros enclaves cristianos, tuvieron aquí su puerto y permitieron el asentamiento de gentes venidas de otros lugares. Aquellos monxes que dieron nombre a Muxía incidieron en la cristianización de estos lugares llenos de reminiscencias religiosas mucho más antiguas allí donde durante milenios se pensaba en occidente que era el final de la tierra ante el proceloso y enguuillidor Atlántico, fomentando el culto mariano y fomentando las primeras peregrinaciones en estos parajes en los que quiso hallarse el apostolado xacobeo, posiblemente, aparte de su veracidad como relato, una explicación de las primeras misiones cristianas en estas costas de la antigua Gallaecia
Desde aquí vemos la rúa que se dirige hacia la iglesia parroquial de Santa María, bajo los edificios que tenemos a nuestros pies. Más allá está la cofradía de pescadores, en medio de la explanada portuaria. Este fue el primer emplazamiento de las primeras casas de Muxía
Las transformaciones urbanísticas de los año 70 variaron la fisonomía de la villa y aparecieron numerosos edificios de pisos
A nuestros pies vemos a la derecha los tejados de la iglesia de Santa María (derecha de la foto) y su capilla gótica del Rosario. Al lado hubo antaño hospital de peregrinos con esta advocación. Justo al lado de su portada principal, que mira al monte, sigue el sendero hacia el templo de la Virxe da Barca que pasa delante de las casas de la izquierda. Más abajo es la carretera AC-5202, la Rúa Virxe da Barca, comunicación rodada, y también peatonal, por acera, de Muxía con este santuario. En medio están los secaderos de congrio de Os Cascóns y las Illas Os Carreiros. Estos secaderos de congrio de Muxía se afirma que son los únicos que perviven en Europa
Por este penedo se puede bajar, pues hay ruta señalizada hasta las casas y luego enlazar con el Camiño da Pel, pero para evitar riesgos aventurándonos por el roquedo tal vez sea mejor volver por donde vinimos
Regresamos pues hacia Nosa Señora da Barca, ahora cuesta abajo
Y llegamos al pie de A Ferida
Video de la ruta desde el cruce de Hospital a Dumbría y Muxía...
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