Ruinas consolidadas del Monasterio de San Luis, a la entrada de la villa San Vicente de la Barquera, al lado del Camino |
Paso del Puente de La Maza y vista de la quinta del Monasterio de San Luis, oculto por los árboles |
Una vez pasado el puente llegamos a la Ronda de la Encrucijada, cruce de caminos como su propio nombre indica. Aquí tenemos dos opciones.Una sería cruzar y seguir de frente, subiendo a Las Calzadas junto a los muros de la quinta del extinguido monasterio de San Luis, y ya saldríamos directamente de San Vicente de la Barquera pero... SIN VER NADA. Una opción para peregrinos con prisa pero que quizás sería traicionar un poco el espíritu del Camino, La otra alternativa señalizada es la que toma la calle a la derecha y llega al centro histórico, visitando los lugares por donde pasaban los romeros de antaño, así como buena parte del patrimonio de la población
Pero ahora, antes que nada, vamos a visitar el monasterio. Para ello iremos a la izquierda, por la calle que sube junto a sus muros
Esta es la puerta para las visitas, empezando la cuesta
Y aquí hallamos un texo explicativo
Entramos, subiendo por este arbolado paseo
Y llegamos a los muros del antiguo convento, cuyo origen data del año 1468 cuando los frailes franciscanos dejan su santuario en La Barquera para venir aquí, donde se construía un nuevo cenobio dedicado a San Luis obispo de Tolosa. Parte de la obra ya estaría concluida cuando en 1517 Carlos I, en su primer viaje y accidentada llegada a España, se hospedó aquí y, en 1519, los 18 franciscanos que había pasaron a depender de la provincia franciscana de la Custodia de la Concepción, que abarcaba Ávila, Palencia y Valladolid, por lo que era este el único de esa jurisdicción en la costa, gracias al que se proveían de pescados los monasterios castellanos de la Orden, dado que en 1552 los demás conventos cántrabros formaban parte de la de Cantabria
Llegamos a la parte posterior, donde un muro con dos portadas cierra la construcción desde el ábside. La portada de la derecha da acceso directamente al claustro, mientras la de la izquierda lo hace a unas escaleras que suben a una capilla en lo alto de un montículo. Por aquí saldremos una vez recorrido todo el monasterio en un circuito de parte a parte
Aqui vemos la entrada al conjunto monacal por la portadada del muro que lo cierra desde el ábside, construcción gótica con sus clásicos contrafuertes en lo que llama la atención la gran altura de sus muros. Los franciscanos solían asentarse en poblaciones emergentes, dotadas de la preciada Carta Puebla que otorgaba fueros especiales a sus habitantes, librándolos de más dependencias señoriales que las del propio rey, lo que redundadaba en beneficio de sus actividades económicas, favoreciendo: ferias, mercados, asentamiento de artesanos, comericantes funcionarios, y nuevos pobladores en general, creándose poblaciones de nuevo cuño que crecían normalmente con rapidez, haciéndose centro administrativo del territorio circundante
Aquí vemos una ventana gótica de las que daba luz al interior del altar. La Orden Franciscana sentía pues predilección por estas pueblas en las que se iba creando un espacio urbano, máxime las situadas en los caminos de peregrinación, pues el propio fundador, el propio San Francisco de Asís, se dice hizo el Camino de Santiago, si bien se duda de su veracidad y se sospecha fue una tradición legendaria hacida en el siglo XIV y que se extendió ampliamente en las centurias siguientes
En lo alto un gran óculo que también daba buena luz al altar
Allí asoma buena parte de la espadaña del campanario, sobre el muro sur
Y aquí se extiende la grandiosa nave del templo, una sola nave con varias capillas laterales y muros de mampostería que tuvieron cal y pintura, además de piedra de sillería para arcos, pilares y capillas
La espadaña, con dos huecos para las campanas y dos cruces en los picos
Ahora tenemos aquí dos portadas de acceso: la de la izquierda, grande, da entrada a la iglesia, la de la derecha, más pequeña, a las antiguas cocinas y cuartos de los frailes
Portada gótica, lisa, sin filigranas cinceladas apenas, muy del gusto sobrio de los franciscanos y de sus ideales de pobreza. En lo alto una ventana picuda
También plenamente gótica
Marcas y símbolos
En el interior de este zaguán a manera de pórtico las claves de la bóveda
Y ahora la gran portada gótica, también ojival, prácticamente lisa en su arquería, columnas y capiteles
Capiteles de la izquierda
Y capiteles de la derecha, también lisos
Y accedemos a la que era la capilla funeraria de los Guevara, con grandiosa bóveda de nervadura gótica
Arriba en las claves están los escudos familiares
Por aquí hay salida al claustro, barroco, del que se conservan algunas partes
Arriba óculos para dar luminosidad al interior de la nave. En los siglos XVI, XVII y XVIII varias familias, los Barreda, los Oreña, los Calderón de la Barca y los Castillo imitaron a los Guevara transformando las capillas laterales en sus capillas funerarias, realizando importantes donaciones
La primera del lado de la epístola fue adquirida por los Barreda, quienes cedieron al monasterio una finca al lado norte del convento, la Huerta de San Miguel, en 1687. Luego pasó a los de Lamadrid en el siglo XVIII cuando se unieron ambas familias. Un gran frontón da también paso al claustro y en él se ven los blasones de los dos linajes
Escudo en el frontón
Y emblema familiar en la clave de la bóveda
La segunda capilla de la epístola fue de los Castillo. Al fondo volvemos a ver la de los Guevara, bajo el coro
Al fondo hay a la derecha otra portada grandiosa que da paso al claustro, justo bajo el campanario y a la derecha la cabecera de la iglesia, donde estaba el altar
En el presbirerio la capilla mayor tiene dos alturas, se supone que abajo los frailes tenían su capilla funeraria. En lo alto las dos bóvedas de crucería que cubren la cabecera son góticas pero reconstruidas fielemente pues en el siglo XVII se habían desmoronado. Arriba cambiaron los motivos decorativos, ya en estilo clásico, con flores, gallones y símbolos franciscanos. También se reconstruyó la capilla de debajo. A los lados hay sendas capillas funerarias familiares
Esta es la capilla bajo el presbiterio
Con símbolos franciscanos
Y una fecha
La de 1664, cuando se acabó esta obra
Sepulcros en el interior
Al lado derecho o de la epístola sepulcro y capilla se relacionan con los Barreda y Corro
Blasón familiar
El de la izquierda,lado del evangelio, es de los Calderón de la Barca. Ambos son de tipología clasicista
Sobre su frontón el blasón de la estirpe
Mirando hacia arriba la doble bóveda gótica reconstruida
La primera capilla del lado del Evangelio, dedicada a Nuestra Señora de las Angustias, perteneció a los Oreña y en el siglo XVII ya los Cos y Corro. Otras capillas de linajes fueron las del Cristo de los Remedios, las Once Mil Vírgenes y San Esteban, otras familias realizaron asimismo donativos y ofrendas, algunas de las Américas, como Pedro de Mier, residente en La Plata, en 1730; Pablo Fernández Calderón desde la Nueva España en 1762 y el capitán Alonso Pérez de Bustamante, qie vivía en el Perú, quien contaba con patronos en esta iglesia y cuya hija Josefa Sánchez de Bustamante daba em 1702 100 marcos de plata donados por su padre
Vemos en los muros del templo algunos restos de policromía
Con unos símbolos muy llamativos
La nave estaba dividida en dos pisos de altura, abajo para los fieles y arriba los franciscanos
Vamos a pasar ahora bajo al antiguo claustro
Viendo la fachada sur al pasar al otro lado
Viendo la fachada sur al pasar al otro lado
Un gran espacio verde en la actualidad
Del claustro barroco solo se conservan los arcos del sur y del este
Desde los del este se admira la ría y el puente
Así como los jardines de la quinta
La Ría de San Vicente y la bajada desde La Revilla, por donde viene el Camino. A la izquierda asoma un poco el Puente de la Maza
Esquina del claustro
Grandiosa arquería barroca
Enfrente la iglesia
Atrás arbolado
Antiguo aljibe
Y mansión de los dueños de la quinta
Allí al fondo norte están el refrectorio o comedor común, así como las cocinas
Ante el refrectorio se instaló, en fechas más recientes, una bolera vecinal
Este era el refrectorio o comedor común. Todo llegó a estar lleno de árboles y vegetación tras el declive de la Desamortización del XIX. Dado que aún no existía prácticamente ninguna figura de protección del patrimonio, las notables construcciones caen a partir de entonces en un lamentable estado de ruina, desaprovechadas para cualquier uso. Realmente la razón de la Desamortización no logró sus objetivos: estos eran fundamentalmente que campesinos y otros "emprendedores" consiguiesen tierras y construcciones para darles nueva vida y actividad económica... agrícola, ganadera, industrial... en estos grandes espacios hasta entonces propiedad de la Iglesia que habían caído o en desuso o en uso paupérrimo.
Más allá la Huerta de San Miguel, finca cedida por los Barreda en 1687
Este es la gran portalada con los blasones de los linajes, paso de la finca al refrectorio
Vueltos al refrectorio iremos a las concinas
Había varios pisos donde estaban, arriba, las celdas o cuartos de los monjes
En la pared que pega con la iglesia veremos alguno de los salientes de apoyo del suelo de las plantas
Tal que este
Pozo de agua en la cocina
Vista desde la portada que da al exterior
Cocina y refrectorio
Volvemos al comedor
Y salimos de nuevo al claustro
Recorriendo toda la fachada sur hasta el fondo
Volviendo al ábside
Con este impresionante contrafuerte sosteniendo tan inmensa estructura
Así volvemos al exterior
Este arco de medio mundo sí tiene capiteles labrados con algunos motivos de inspiraciópn románica, ello se debe a que no era del monasterio, sino que se trajo aquí de la desaparecida ermita de San Vicente Mártir, que estaba al lado del Puente de Tras Vicente, fuera de las murallas, al lado del puerto, que fue propiedad de la Cofradía de Pescadores Mareantes de San Vicente de la Mar. De él solo se conservan fotografías y un arco en el antiguo Monasterio de San Luis
Capitel derecho
Capitel izquierdo
Subimos pues por las escaleras
Llegando a lo alto del montículo, donde está esta capilla que parece haber sido construida tiempo después del monasterio gótico, quizás en los tiempos del claustro barroco
También está arruinada, sin duda era lugar de retiro de los frailes
Atravesamos la nave
Y al exterior hay un mirador
Antaño se vería perfectamente el puente y la ría
Volvemos a la entrada
Y salimos por donde hemos venido
Escaleras abajo
Luego poderemos ver la entrada a la quinta que mira hacia el puente
La más señorial, de gran portalada con cruz. Arriba el lienzo este del claustro
Entre el arbolado
Seguimos ruta desde el monasterio
Y seguimos ruta hacia la Ronda de la Encrucijada para visitar San Vicente de La Barquera
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