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jueves, 21 de mayo de 2020

LLARES, FAÉU, ANAYO Y BAJADA A BORINES POR LA RETUERTA (PILOÑA): HISTORIAS DE LA FUENTE SANTA DE FRESNOSA Y DEL PICU VIYAO. CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN COVADONGA (11)

Plano de este tramo del camín
Tras salir de Sietes, los peregrinos del Camín a Cuadonga han dejado el concejo de Villaviciosa para entrar en el de Piloña por Llares, en la parroquia de Anayo, siguiendo la carretera AS-332, que es por donde sigue de siempre el camino oficial y señalizado. De todas maneras, como ya apuntábamos al final del capítulo anterior, vamos a hablar de un tramo alternativo, al menos para el primer par de kilómetros, que nunca ha sido hasta ahora señalizado y que, tal vez, pueda gustar a quien desee explorar nuevas opciones apartadas del asfalto


Para ello, al llegar a Llares dejamos la AS-332 para tomar este camino a la izquierda, que no es más que un tramo de la antigua carretera, A la que se le ha quitado esta antigua curva tan cerrada


Esta parte de Llares es conocida como El Campu, pues no en vano en un campo llano que, como un espolón, sobresale de la ladera de la montaña, asentándose en él las casas. A la derecha queda la carretera, es llana pero carece de arcenes o vereda peatonal, pese a que en su momento, cuando se ensanchó la calzada hace ya unos años, se había solicitado encarecidamente dado el continuo paso de peregrinos



En El Campu Casa Cándido, la primera de Llares que nos vamos a encontrar


Pasamos delante de sus rosaledas


Al final de esta cerca de madera tomaremos un camino a la izquierda que entra en este barrio de Llares


Justo aquí tomamos este ramal de entrada, a la sombra del texu


Las arboledas forman un gran arco vegetal y el camino sigue siendo llano. Al fondo, unas pomaradas


Esa parte es conocida como El Cabañón


Dejamos Casa Cándido y su jardín


Y en esta encrucijada iremos a la derecha


Pasamos hacia la que fue Casa Nieves


Tomamos aquí La Caneya'l Campu (caneya, como caleya, es calleja o camino rural)


Y empezamos a bajar bajo Casa Cándido, al pie de los altos de Los Llanones (497 m)


A la izquierda una explanada hace de auténtico balcón hacia Anayo, la cabeza de la parroquia


Anayo está en un collado que da vista a dos valles: aquí al del Ríu Pivierda, llamado en su curso alto Ríu Samartín


Al otro lado al del gran valle del Ríu Piloña, y enconcreto al de uno de sus afluentes, el Ríu Borines, que iremos viendo cuando lleguemos allí


Al pasar veremos la fachada principal de Casa Raigoso, con su corredor


Justo encima, al otro lado, va la carretera


A nuestra izquierda el profundo valle del Ríu Pivierda, cerrado al este por El Cuetu (653 m) y Monte Grande, que casi nos tapan. más allá, las más altas cotas del Puertu Sueve, donde asoman el Picu Pienzu (1.161 m), el Mirueñu (1.138 m) y Fontanielles (1.054 m)

Bajo El Cuetu, Pedraces, casería también de esta parroquia de Anayo


Aquí abajo La Obra, lo lejos, más al norte, Fanu, al pie del picudo monte de La Cotariella (451 m), en la parroquia de Lliberdón, concejo de Colunga, del que se canta...
Buen llugarín el de Fanu
si nun fuera que la fueya
cai en mui cuesta arriba
y nun aguanta na tierra

La Caneya'l Campu sigue cuesta abajo a la sombra de les castañales


Y, según avanzamos, vamos viendo mejor parte de este valle...


La Obra queda desde aquí tapada ahora, pero disfrutamos de un gran paisaje de estas laderas de El Cuetu


El Cuetu es fácilmente reconocible por su caseta y altísima antena del repetidor


Y abajo Pedraces con sus caserías diseminadas en un rellano de sus laderas inferiores, a unos 350 metros de altitud, sobre el valle del Pivierda


A la izquierda, empinadas fincas que caen hacia las riegas que dan nacimiento al Ríu Pivierda


Y arriba en lo alto otras estribaciones del Sueve, por la zona del Picu Maladín (995 m)y Picu Tiegu (847 m)


Seguimos bajando...


Atrás arriba han quedado El Campu y El Cabañón, lugares de Llares


El topónimo tiene que ver con el plural de la palabra asturiana llar, si bien también se dice, sin ser incompatible con esto, sino todo lo contrario, que está vinculado a los lares, divinidades familiares romanas de origen etrusco, especializadas en diferentes cometidos protectores: los lares domestici del hogar, los lares compitales de las encrucijadas, los familiares de la familia, los rurales de la tierra, los viales de los caminos y viajeros, los urbanos de las ciudades, los permarini del mar, y los personales, una especie de ángeles de la Guarda


Y este es El Corral de Riba, que tal vez no veamos bien si la vegetación está crecida


Esta es una foto del mismo corral, cuando se limpia el terreno, esto es, se siega y se poda


El Corral de Riba es una vieja tenada o henar, que aún se sigue utilizando


Adentro está lleno de hierba seca, para el ganado


Seguidamente hay una bifurcación, en la que seguiremos a la derecha


Llaneando un poco pasamos una torre de la luz...


Y justo antes de empezar otra bajada tenemos una magnífica vista de la cabeza del valle, al pie de Anayo


Abajo El Bravial o Los Braviales, una casería en la ladera que cae hacia el río. En aquellas profundas hondonadas, donde alguna casería solitaria marca las olvidadas sendas a los antiguos molinos y pasos del río, existen leyendas como las de les xanes que se aparecían en el Prau L'Ayunal, o las del cuélebre de Bustiellu, al igual que las de las correrías del diañu o diablu burlón o las del paso de la güestia, recopiladas por el etnógrafo e investigador Alberto Álvarez Peña en su libro Lliendes de Piloña, como la que le cuenta y transcribe la vecina de Anayo Mercedes Cortina Coya:
"Venía Manolu Reigosu de Llares, del molín de Miguel, cola molienda al llombu, a les tres o les cuatru la madrugada, y sintió enriba d'él un pesu y comu si lu siguieren tras d'él arrastres, el casu ye que falaben munchu del Diablu Burlón, decín qu'apaecíase polos caminos de nuechi y claro, él contó que lo que tenía enriba yera el Diablu, y fue cola medrana dientru'l cuerpu ensin atrevese a mirar p'atrás, hasta que al llegar a casa y tirar el sacu al suelu vio qu'esi pesu qu'arrastraba yera un garabón, un gamayu d'un árbol que pol camín habíase-y engarrancháu al sacu"

Contra el diañu burlón Víctor Villar Pis en El Sueve, Una montaña con encanto, nos cuenta un conjuro para espantarlo si te encontrabas con él en esas soledades:
¡Jesús, María y José!
Si yes el diablu
de tí reniego,
la cruz te fago
mal añu pa ti
mierda de gatu negru pal diablu
vete pa La Peña" (lugar en la ladera norte del Sueve, apartado de aquí)

Las leyendas de seres mitológicos parecen recrear antiguas divinidades de las aguas y de la naturaleza, a veces también cristianizadas, al menos en el nombre, en advocaciones piadosas, como la famosa y cercana Fuente Santa, en lo más recóndito del bosque, a la que tanta gente acudía a tomar sus salutíferas aguas sulfurosas, buenas para la piel, bajando una gran cuesta de innumerables escalones desde Fresnosa, que vemos a lo lejos, en la otra vertiente, al pie de Anayo y el Monte Robléu (569 m)


Fresnosa, también en Anayo, era antaño pueblo muy famoso por ese manantial curativo de La Fuente Santa, llegando a haber en sus buenos tiempos, entre finales del siglo XIX y primeros del XX, tres fondas para alojamientos, la de Juan Pachu, la Fonda Víctor y la de José Nava y seis o siete casas particulares con derecho a cocina, para acoger a la gran concurrencia de los agüístas, que pasaban a veces largas estancias, incluso veranos enteros



Ahí vemos la capilla de San José de Fresnosa, del siglo XVIII, y la carretera que viene de Anayo. Aún la gente acudía últimamente a llenar botellas y llevarlas para casa. Este agua llegó a competir mismamente con la del Balneario de Borines, del que hablaremos cuando allí lleguemos


También vemos en Fresnosa la bajada a La Fuente Santa


La fuente está situada en la espesura de aquella riega, al pie de Anayo


Más acá, al pie de la carretera de Anayo, Culluenzu, otra casería que nos servirá de referencia en este recorrido


En Anayo, barrio de Caparea, destaca La Bolera, un chigre en medio de la encrucijada allí existente, por donde pasa el camino. A la derecha asoma entre los árboles la antigua escuela y, más a la derecha aún, la antigua Parrilla de Anayo, otro de los bares que hubo en el pueblo


A la izquierda de Anayo el Monte La Espina (527 m), a su izquierda el ya mencionado Monte Robléu (569 m), parte de las serranías de Monte Grande. En torno a estas montañas confluyen Piloña, Villaviciosa, Cabranes y Colunga


Siempre dando vista al este al gran valle del Pivierda, a la izquierda de Fresnosa volvemos a ver El Cuetu y Llaneces


Por allí por Llaneces baja La Riega Ablín, a dar sus aguas para nacer al Pivierda que, como nos dice Rafael Balbín en Los Molinos de Maliayo...
"... nace en términos de Piloña, muy cerca de la casería de Les Pedraces. El tramo inicial  del río está caracterizado por una confluencia de riegues. Por un lado las del Capiellu y La Cuerriona, y más abajo la de La Toriega, que baja de Samartín, y las de La Capillona y La Cuerria, que bajan desde el barrio de Fanu. Hasta entrar en el concejo de Colunga, el río recorre unos cuatro kilómetros hasta llegar al pueblo de Arnín. Zonas de bosque en el tramo inicial, se convierten más abajo en vegas muy grandes hasta la zona de Colunga y más concretamente en la parroquia de Pivierda. Parroquia esta que antiguamente perteneció a Villaviciosa, y donde el río toma su nombre..."

 Y más a la izquierda aún, también sobre el valle, otra vista de Fanu


Fanu y La Cotariella (485 m), donde los vecinos colocaron una cruz de madera sustituyendo a una más antigua, el lugar se hizo famoso gracias a una copla de aquel gran músico que fue Ramón García TueroEl Gaiteru Libardón:
Fuisti a cortexar a Fanu
estimárentelo muncho
nun taba la moza en casa
mandáronte sacar cucho

El lugar es mencionado en uno de los más antiguos documentos de la alta Edad Media asturiana, una donación del año 803 por parte de una tal Fakilo al monasterio de Santa María de Lliberdón


Pasamos ahora al pie de estas ruinas, la antigua Casa Pilar



Dando vista a Los Braviales, monte abajo, el camino hace un poco de descenso. Arriba, a la derecha de la collada de Anayo vemos los altos de La Venta (521 m)


Y a la sombra de la biesca...


Y Anayo, siempre en lontananza



Seguimos la bajada a la altura de la entrada a esta casa


Crecen las arboledas


Y poco a poco empezamos a llanear


Admirando en todo el momento el valle y las montañas que lo cierran por el este. Abajo, prados de Llares a Los Braviales


Con el Monte Robléu, El Cuetu y Fresnosa cerrando este verdadero circo de montañas



Bajo El Cuetu y a la izquierda de Fresnosa otra buena vista de Pedraces, donde Alberto Álvarez Peña recoge de un vecino, Miliu'l de Les Pedraces, otra historia del diablu burlón...


" Un paisanu de Les Cuerries, na Viña, venía de cortexar y subióse-y el dieblu enriba, y fue a caballu d'él pol camín. El paisanu diba con una medrana que nun se tenía, al llegar a San Pedro onde había una cruz nel camín, el Diablu esfumóse"

Llegamos ahora a una casa


Casa María, una referencia muy importante en este camino alternativo a la carretera


Y enfrente de ella hay un cruce...


Casa María, y en el cruce su capilla de San Rafael


En el cruce iremos a la derecha, tomando el Camín de Faéu


Y en un poco de cuesta pasaremos delante de esta capilla


Las capilla es del siglo XIX y de propiedad privada, vinculada a esta, la casona que fue de Rafael Alonso y María Prida. Es de planta cuadrada, con pórtico


Pequeño pero acogedor pórtico desde el que nos asomamos al altar


Una pequeña pero preciosa capilla rural, con buena reja de madera


San Rafael, santo del nombre fundador, preside el altar, junto con otras imágenes. Parece ser había una pequeña romería el 24 de octubre


Siempre hay flores y está bien cuidada


Atención al detalle de la que parece placa de su fundación
"A DE BOCION DE
RAFael Alonso 
y Maria Prida"
Aparte la ortografía, pues no seguían los criterios actuales, parece se empezó a escribir la dedicatoria en mayúscula y, a partir de RAF, se pasó a minúscula


De la capilla pasamos al pie de Casa María, o así la llaman los vecinos que nos informaron, tal vez sea la misma fundadora de la capilla, junto con Rafael, o alguna descendiente



Hay unos bancos para sentarse en este lugar tan precioso y tranquilo


A la izquierda, cubiertos de zarzales y musgo, unos viejos asientos de madera


El camín se torna senda de tierra y hierba, pasando junto a esta cuadra o corral


Y el Camín de Faéu se torna senda boscosa de suelo de verde hierba


Suave bajada, nos adentramos en la agreste foresta...


Es el lugar de El Curuxéu, bosque sin duda y si el topónimo no miente, de curuxes (lechuzas, Tyto Alba)


Fresnos y castañales. Acaba la bajada y curva a la izquierda


Aquí pasamos sobre La Riega Llares


La Riega Llares con su pequeño curso de agua cruza el Camín de Faéu


Ahora un poco de cuesta...


La senda es ancha y la tupida vegetación forma en torno a ella un túnel en el bosque


El camino es ancho y no tiene pérdida, el antiguo, el empleado antes de la construcción de la carretera, la cual pasa monte arriba a nuestra derecha


Buen barrizal, pero así es la naturaleza, no tengamos miedo a un poco de barro...


Y ahora otro poco de cuesta...


La senda sigue la forma de la falda de la montaña...


Y se interna en esta mágica umbría del Camín de Faéu


Faéu, otro topónimo también bastante claro filológicamente, bosque de fayes (hayas), fayéu o hayedo, si bien realmente predominan los castaños...


Es sin duda un trecho recóndito y apartado, precioso en comparación con el duro asfalto carreteril


Paraíso de la flora silvestre y autóctona...


Los trayectos en penumbra alternan con ciertos claros, que nos permiten reconocer ciertas referencias


Como las alturas de Fontelea (567 m), frente a las que subiremos a la carretera


Hay rodadas de vehículos pues el camino da acceso a varias fincas


Entre el ramaje, en algún momento podemos ver el valle y sus montañas


El Cuetu a la izquierda, el Monte Robléu en medio y La Espina a la derecha


Bajo el Monte la Espina Bustiellu y Sobustiellu, en su ladera


Bustiellu y los parajes de la leyenda del temido cuélebre devorador: Esto es lo que le contaba al investigador Álvarez Peña la vecina de Colluenzu Amelia Huerta Alonso:
"En Bustiellu tuvieron los moros un castillu o un torrexón d'esos vieyos. Ellí cerquina p'abaxu ta Subustiellu y había unos furacos muy grandes comu del anchor del cuerpu d'un paisanu. Por allí entraben y salíen los Cuélebres, yeren unes culiebres grandísimes pero los paisanos mayores decíen que habíen criao ales y que marcharen esnalando pa la mar"

Los bosques de la mítica Fuente Santa. También Amelia le contaba a Berto Peña este conjuro para espantar a otro ente mitológico, el nuberu o genio de las nubes, para el libro Lliendes de Piloña:
"Escontra la truena quemábase lloréu benditu, facíase fuera casa una fumaza con ello y rezábase a Santa Bárbara. Decíen que cola truena veía el Nuberu, que yera un paisanón muy feu y barbudu..."

Y Fresnosa, acceso principal a estos lugares cargados de historia, leyenda y naturaleza


Fresnosa, "lugar de aguas sulfurosas y citas amorosas", con el barrio de Solagüerta


Es, además, un lugar muy pintoresco vinculado con el arte, escenario e inspiración de pintores, como los componentes del Grupo Niebla


La carretera pasa justo encima de nosotros, pero no la vemos desde aquí...


Otro ligero descenso en la senda...


Un inolvidable paseo por este Camín de Faéu


Y abajo otra curva...


Tupida vegetación en el hayedo


El fayéu en invierno, este lugar es conocido como La Poza'l Llagar, pues nos contaron que hubo un llagar de sidra, en el que se celebraban bailes



Y una fuente, La Fuentiquina


El musgo rezuma agua


Y en la curva otra subida...


La última cuesta para subir a Faéu


Cuando llueve encontraremos tramos de barro, pero insistimos, no tengamos miedo de mancharnos las botas



El camín en invierno


Y en primavera



Un último recuesto... por lo menos hasta llegar a las casas, que luego habrá otra subida para volver a la carretera


Las primeras casas de Faéu, otro de los barrios o lugares de Llares


Y en medio de ellas, sobre el camino, una panera


La Panera de Atonio'l de Robléu y Milagros de Samartín. a la derecha Casa Avelina


De frente Casa Josefa Pachu


El camín sigue a la derecha, subiendo


Y ya nos vio Adolfo, que nada más nos conoció sacó una botella de sidra y se dispone a descorcharla


Excelente bienvenida en Faéu, venimos a tomar con él unos culinos de sidra mientras admiramos la fachada restaurada, con su encantador corredor, de Casa Josefa Pachu


Adentro, su esposa, Ana María, hace la comida...


Nos enseñan que aquí tienen también su Cueva de Covadonga


Un santuario muy especial y buena alegoría en el Camín de la Santina


Antes de marchar, otru culín de sidra a manera de despedida...


Retomamos pues la ruta y volvemos a subir desde el cruce de la panera


Ante la gran fachada de Casa Avelina que mira al camín


Según avanzamos vemos también la fachada principal con dos corredores, el de abajo desaparecido


Pasamos, al subir, detrás del llagar y la vivienda d Casa Tino o Casa Milagros


La pista ahora nos llevará de vuelta a la carretera


Y volviendo la vista atrás reparamos de nuevo en el gran caserón que debió de ser en sus tiempos Casa Velina, con sus dos pisos de altura y dos corredores


La que debió ser en tiempos una buena casería...


De frente los altos de Fontelea (567 m), que a sus pies tiene, por la vertiente derecha, las fuentes del Ríu Profundu o Espinadal, afluente del Viacaba, que desemboca en la Ría de Villaviciosa y, en esta de la izquierda, mirando a este valle, surgen algunas de las riegas que dan agua al Pivierda


Desde Casa Tino o Milagros nueva vista a los montes de La Espina y Robléu


Abajo Colluenzu, encima Sobustiellu y arriba Bustiellu


Más paisajes de esta magnífico valle


Parajes de la Fuente Santa


Fresnosa y Pedraces, bajo El Cuetu y La Becerrera


Los barrios de Fresnosa, escalonados en la ladera que baja a La Fuente Santa. Allí acaba la carretera que comunica con Caparea. José Bernardo Llera Álvarez contaba así a Berto Peña otra historia de...
"Manolu, de Fresnosa, fue de mozu pa Cuba y enfermó d'asma. Esti Manolu tuviera munchu por Cueña llindiando y conoció ellí a un méndigu de Lliberdón que llamaben el Cuquiellu. Facíen chacueta d'él porque'l Cuquiellu emborrachábase y tal. Pero el casu ye que a Manolu, en Cuba, nun yeren a curalu y andaba d'hospital en hospital. Enteróse ellí de que'l Cuquiellu morriera pero él nun sabía cómu. Un día lleváronlu a un sitiu pa curalu, lleváronlu engañáu porque'l contó que diben llevalu a un mélicu, pero non. Entráronlu a un sitiu mui raru, comu si fuera una ilesia con una bancos atravesaos. Sentóse nunu d'ellos y a cada llau pusiéronse una mulata y un home y entamaron a falar n'altu y a pedir perdón por Manolu. Llegó un momentu en que la mulata taba falando con vez d'home y dixo l'tru paisanu: "Equí hai un quemáu". La muyer con voz de home entamó a quexase de Manolu, a decir que ficiera chacueta d'él en vida, y l'otru home venga pedi-y perdón pa Manolu y que lu perdonara, que yera xoven y tal y que lu sanara del asma, y la muyer venga falar y dar datos, hasta que Manolo dióse cuenta que lo que taba falando por boca la mulata yera l'ánima'l Cuquiellu. Tantu miéu-y entró que quitose-y el asma. Pa Manolu aquello fue Maxa Negra. En cuanto al Cuquiellu, n'efeutu, quedóse un día durmíu depués de chumase, nun prau, y pañólu'l fuéu qu'unos paisanos prendieren al rozu. Y ellí morrió, quemáu


Arriba, entre El Cuetu y el Monte Robléuasoman algunas estribaciones del Sueve, inconfundible por su blanca peña caliza. Debe ser el Picu Maladín (995 m)


Por los bosques que tenemos enfrente, donde está El Pozu les Xanes hay, o hubo, un camino que, saliendo de Faéu, comunicaba con la Fuente Santa y Fresnosa, pasando por Colluenzu,  y también podía subirse a Anayo, intentamos seguirlo hace unos años pero, aparte que hay que pasar un cierre y atravesar una finca donde pastan caballos, al adentrarse en la arboleda se torna impracticable, sobre todo los últimos 50 metros antes de enlazar con la pista que comunica Colluenzu con Anayo. Por entonces, a base de ir desbrozando maleza a golpe de palo pudimos abrirnos paso y salir a esa pista subiendo a Anayo, pero si ya por entonces estaba impracticable, cómo estará ahora



Anayo está muy cerca, aparentemente parece que está aquí mismo, y lo realmente lo está, pero en línea recta, para llegar allí aún nos aguarda una carretera serpenteante por las faldas de Fontelea, dando a veces la impresión que, cuanto más te acercas, más te alejas



La Bolera y La Escuela siguen siendo perfectamente reconocibles



Fontelea sigue siendo por lo tanto nuestra inmediata referencia caminera, justo encima de nosotros


Pasamos justo al lado del tejado de las cuadras de la Casa Don Gervasio


Arriba estaba la tenada o pajar. Se metía la hierba seca por esa bufarda o buhardilla, con puerta que da al camino, hasta donde llegaba el carro, procedente de la siega


A la derecha de Anayo los altos de La Venta y Les Codes, por donde va la carretera que comunica con Santolaya, capital del vecino concejo de Cabranes


Seguimos por el recuesto, llegando a un cruce



De frente Casa María Carola. Por donde sigue el camino


A la derecha, en otra senda paralela que enlaza aquí con esta, Casa Fernando o Antonio Coya


 Otra buena fachada de corredor que apreciaremos mejor al pasar delante de ella y dejarla atrás


Preciosas viviendas tradicionales de Faéu


En Casa María Carola se acaba el asfalto-hormigón, pero no la cuesta...


Aquí salen a recibirnos Marianita y Andrés


Y entramos hasta la cocina...


Están haciendo rica empanada...


Y en cocina de carbón...


Los pillamos con "las manos en la masa"


Los gatos acuden al festín de las sobras...


La calle pronto se llena


Y acuden más comensales



Nos despedimos de Casa María Carola y seguimos subiendo


Acaba la pista de cemento y volvemos a pisar la hermosa senda de tierra y hierba...


Este pequeño terreno llano de pradería es otro buen balcón sobre valles y montes


Excelente atalaya hacia Anayo...


El Pozu les Xanes, pozo de leyendas de ninfas y encantos en el antiguo camino a La Fuente Santa



Más arriba Anayo



Y más allá, en días claros, veremos las más altas cimas del Cornión, el macizo occidental de los Picos de Europa, la celebérrima Peña Santa, que nos orienta Camín a Cuadonga


El pavo nos persigue...


Al guardián de la quintana no le agrada tanto nuestra presencia



Y escapamos cuesta arriba



Pasamos unos cobertizos y seguimos subiendo


Toda rosa tiene sus espinas y todo lo bueno cuesta, nuestro tributo por este bello paseo hacia Faéu es esta subida, corta pero bastante empinada


Los árboles nos ofrecen al menos buena sombra y frescor


Salimos a las fincas


Arriba, a la derecha de Fontelea, una casa


Casa la Molinera: ahí está la carretera


Un último repecho...


Y llegamos a la carretera, donde hay unas antiguas naves de ganado


Aquí se acaba la cuesta


Aquí salimos a la AS-333, popularmente la Carretetera Anayo, y seguimos por ella


Caminamos en llano y en recto



Si nos fijamos veremos abajo el camino que exploramos hace tiempo, que se adentra en las tupidas y cerradas arboledas del Pozu les Xanes. Más allá los prados de Colluenzu, escenario de leyendas de xanes, tal que esta que nos transmite Álvarez Peña, contada también por la vecina Amelia Huerta...
"En Cuyuenzu, nel prau La Llunal, había unes cueves y ellí vivíen les xanes. Decíen que yeren muyeres con unes guedeyes y unes sayes muy llargues. Metíen mieu a los neños y a los chavales con elles, Naquel prau había unes riegues y decíen qu'ellí andaben les xanes"


La carretera, entrando en Anayo, entre La Parrilla y La Escuela, con los neveros del Cornión en la distancia, los indómitos Picos de Europa... "a los que antes subirán las aguas del mar que las armas de Roma"


Nueva panorámica  de las montañas desde La Espina y Robléu hacia Fresnosa y Pedraces bajo las faldas de La Becerrera y El Cuetu, lugares de Pandiellu, Les Cuerries y La Viña, topónimo este que refleja la existencia de viñedo en siglos pasados. A la izquierda Les Pedraces



Más arriba de El Cuetu, el Picu Pienzu, el Miruenu o Miruellu, Fontanielles y La Palombera, Les Peñes de Maladín...



La niebla viene y va de las cumbres. Por eso se dice, como augurio de lluvia, que "si el Sueve pon la capa garra la tuya y escapa"


Nuestra referencis visual ahora es Fontelea, bajo cuya cima sigue la sinuosa carretera


Salimos así de Llares...


La niebla, entre El Cuetu y Robléu


Asoma por allí nuevamente en Picu Maladín...


La AS-332 es toda ella un auténtico gran mirador, que nos ofrecerá nuevos panoramas según vayamos avanzando


Fontelea y su boscosa cima. Pasando la Casa la Molinera, la carretera realizará una larga serie de curvas por sus faldas, antes de llegar a Anayo


Como ya hemos dicho no hay arcén pese a que en su momento, con el proyecto de ensanchamiento aún sobre el papel y los peregrinos pasando en pleno esplendor del camín, se planteó pero no se hizo realidad, dejándonos inexplicablemente expuestos al riesgo, sin espacio para caminar seguros entre la calzada y el guardarraíl, tal y como estamos viendo, por lo que rogamos máximo cuidado, ya que aunque no suele haber demasiado tráfico normalmente, este pasa a una cierta velocidad


A la izquierda la carretera que comunica Anayo y Fresnosa, por las faldas de La Espina. A la derecha empieza a asomar un pico muy característico y peculiar del Sueve


Es el Cuetu Ordiyón, que con sus 717 metros de altura es el llamado benjamín del Sueve por su tamaño, pero que con su forma peculiar y su cierta separación de los demás picos, le hacen ser muy fácilmente identificable


Su forma cónica y sus peñas destacan sobre los tejados de Anayo


Y así, sin pérdida posible, vamos recorriendo los pocos kilómetros que nos aguardan hasta Caparea por la carretera


Bordeando las faldas de Fontelea


Y admirando siempre estas grandes perspectivas montañeras


Vamos así dando la vuelta sobre esta cabecera del valle del Ríu Pivierda


Vemos ahora desde otro ángulo Bustiellu y Sobustiellu a la derecha, Fresnosa en medio, y Pedraces a lo lejos a la izquierda


En Lliendes de Piloña Alberto Álvarez Peña, nos relata esta leyenda que le contó el vecino de Anayo José Bernardo Llera Álvarez:
"En Casa Fina, en Fresnosa, taba una muyer enferma, llamábase Ángeles, y nun yera del tou normal, tenía dalgún poder raru. Mandaron a un paisanu -Manolu- a por melecina pa ella y p'atayar tiró pol monte'l Robléu, al venir, un pocoñín enantes de llegar a La Viña, oyó que lu llamaben: "Manolu, Manolu". Entraron-y munchos respigos, pero él siguió caminando y parose en casa d'unos paisanos a conta-yos lo que-y pasara, dempués de serenase siguió pa Fresnosa, pero cuando llegó cola melecina la muyer ya taba muerta y morrió llamándolu: "Manolu, Manolu"

Otro lugar de gran interés paisajístico viendo ahora la longitud del valle de sur a norte, hacia el mar


Los Braviales


Llares; abajo Casa María, arriba El Cabañón


Y continuamos ruta carretera adelante


La carretera serpentea por la ladera


Pasamos junto a una pequeña explanada....


Otra perspectiva de Anayo a la izquierda


Vemos en Anayo, en primer término, la antigua escuela, restaurada para usos vecinales. Ahora el Cuetu Ordiyón queda a la derecha y sobre las casas veremos el Picu los Cuervos (681 m) y el Picu Ovines, separados del Ordiyón por la Collada Campucima


Los altos de La Venta, por donde hemos dicho que va la carretera que comunica Anayo con Santolaya de Cabranes por Xiranes


Un poco de pradería en la vereda


Hierba alta antes de las siegas de junio


Curva a la izquierda


Otro zigzag, al fondo las cimas del Sueve


Atención en esta otra campera


Esplendor en la hierba...



Una gran roca se ha instalado a manera de monolito o menhir



El mismo lugar segado, un sitio perfecto para descansar unos instantes


El peñón caminero...


Apuramos el paso carretera adelante...


Una curva de la antigua carretera


Último tramo antes de Anayo


Está cerca pero aún quedan varias revueltas



Nos asomamos al guardarraíl



Anayo, a un paso. abajo vemos subir (o bajar) el Camín de Colluenzu, a la izquierda el Monte la Espina, con antena en lo alto. Más a la izquierda el Monte Robléu



Y El Cuetu en Monte Grande



Si se disipa la niebla, entre El Cuetu y el Monte Robléu veremos las cimas máximas del Sueve: el Picu Pienzu (1.161 m) a la izquierda y el Picu Miruenu (1.137 m) a la derecha y algo más cerca. A la izquierda El Potril (981 m), Fontanuelles (1.054 m), La Palombera (1.042 m)...



Abajo el Camín de Colluenzu



Arriba a la izquierda Bustiellu, solar de cuélebres alados



La quintana de Bustiellu con su panera



Más abajo Sobustiellu



Camperas de historias y leyendas transmitidas durante generaciones



Nacimiento de las fuentes del Pivierda...


Arriba la carretera llegando a Caparea, con La Escuela y La Bolera. Arrina el Picu Maladín (995 m) con La Cruz de María Mingo (772 m) a sus piés y La Cueva'l Quesu. Más a la derecha y distante el Picu Tiegu (847 m)


Y una curva más antes de Anayo


Nuevas referencias visuales a nuestra izquierda


La ladera de Los Llanones, que cierra el valle por el oeste


Los Braviales, La Obra y El Cabañón, en Llares. Al fondo Samartín del Vallés (Villaviciosa), del que mucho hemos comentado en el capítulo anterior, camino de Sietes


Seguimos paso a paso carretera adelante


Grandioso balcón natural...


Abajo nueva vista de Bustiellu y Sobustiellu con Pedraces a lo lejos. Fresnosa queda tapada por la ladera


Impresionante panorámica de la cabecera del valle hasta el mar


Abajo Colluenzu de Baxu



Por allí estuvieron el Molín de Francisco y el Molín de Maladín, de los que cuenta Rafael Balbín Loredo en Los Molinos de Maliayo:
"La vinculación del Molín de Francisco a un barrio o a otro no está del todo clara, ya que este molino se encuentra en la linde entre Villaviciosa y Piloña. Está situado en la desembocadura de la Riega de la Cuerriona y daba más servicio a los vecinos de la parte de Anayo y Fresnosa. Su conservación se limita a un estado de ruina y la mayor parte del año está tapado por la maleza. Lo mismo pasa con el Molín del Maladín, aunque este acabó derruido todo entero"


El río avanza hacia el norte y, al entrar en Villaviciosa, pasa a ser conocido como Ríu Samartín, donde molieron el Molín del Nurusiellu, el del Piqueru o de La Casería, el Molín de Losa, el del Sangredal, el del Beneficiu y el Molín de la Frocenti, para pasar a Colunga en Pivierda, de donde recibe el nombre con el que se le conoce de allí, donde está el Molín de Fernando y, áun más allá, los de Miyar, Vicentón. Agüera de Baxu y La Ferrería. Luego  se une al Lliberdón en Puente Agüera, río que desemboca en la famosa Playa de la Griega



Y allí en lontananza, al lado del mar, Lluces, concejo de Colunga, que extiende sus barrios linealmente a lo largo del camino que, que de este a oeste, recorre su rasa costera, La Rasa de Lluces



De noche pueden verse perfectamente los destellos del Faru Lluces o Faru Llastres, también escenario de la célebre serie televisiva Doctor Mateo


Más a la izquierda el monte de Los Llanones (497 m), por cuya frondosa ladera viene el camino que hemos seguido desde Llares


A la izquierda El Pozu les Xanes


Más arriba Los Braviales


Caminamos por la carretera


Ya tenemos Anayo de frente


Si nos fijamos asoman las instalaciones de la bolera que da nombre al bar, ahora oculto desde aquí


Preciosidad de árbol


El camín dibuja una recta y sigue siendo llano


Un poco de curva en el tramo antes de las casas de Caparea, donde ya se prohíbe adelantar a los conductores


Señales de entrada en Anayo


El monte La Espina siempre de frente


Pasamos el kilómetro 15 de la AS-332


A la izquierda otro paisaje de Bustiellu



Quintana solitaria al pie de Anayo



Ahora vemos mejor su fachada delantera, orientada al sur, y su panera



Sobustiellu, en las profundidades de este valle de xanes, cuélebres, diaños y nuberos



Samartín en la lejanía, cabeza de la parroquia villaciosina de Samartín del Vallés, a la que pertenece Sietes, pueblo del camino


Al fondo, al norte y en la distancia, más allá de Los Llanos de Lluexe, los montes de Les Ganciaberes, El Cayu y San Feliz


San Feliz pertenece a la parroquia de Rales, en Villaviciosa, situado entre los lugares de La Pría, El Cayu y Castañera, por donde las riegas de Ñadales y Merrominga caen al Pivierda


Por allí pasa la carretera VV-12, la carretera Puente Agüera, paso del Pivierda y comunicación directa con Colunga



Aquí debajo nuestro, en las profundidades, otra perspectiva de Colluenzu. En las cercanías, en el llamado Caleyu Xenxu, hay historia de fantasmas, la temida güestia o procesión de ánimas, tal como contaba Amelia Huerta Alonso a Berto Peña, plasmándolo este en Lliendes de Piloña:
"... había mieos de los d'enantes, decíen qu'arrastraben cadenes y qu'al pasar por ellí respingábense los pelos"


También vemos la fachada principal de la casa



Arriba Llares, con sus diferentes barrios y lugares, también reflejados en ese gran libro de leyendas de Alberto Álvarez Peña:
"En Llares andaben la Gaspara y el maríu escargatiando siempre, encenegaos nun tesoru, pero nada alcontraron"


Abajo El Bravial...
.


A lo lejos y más arriba aún El Campu y El Cabañón, en Llares, donde dejamos la carretera. Debajo se reconocen El Corral de Riba y las ruinas de Casa Pilar (junto a la torre eléctrica), así como La Caneya'l Campu y el camino que baja a la capilla de San Rafael



Más allá y encima de Llares vemos Sietes. con Comeñes abajo a la izquierda, en medio el centro de la población, por donde pasa la carretera, y arriba a la izquierda El Campón, por donde viene el Camín a Cuadonga desde Buslaz por el Monte Tandión


Más a la izquierda sigue la carretera y, bajo ella, por estas casas de más abajo, empieza el Camín de Faéu



El tejado de abajo es el de Casa María, la de la capilla de San Rafael



El Camín de Faéu, que avanza por el bosque en la falda de Los Llanones



Y Faéu, bajo la carretera



A la derecha Casa Josefa Pachu, por donde entrábamos en Faéu, y a su izquierda Casa Tino o Milagros. detrás el alto corredor de Casa Velina. A la izquierda, en la fila de las casas de arriba, la de María Carola, por donde subíamos a la AS-332. Arriba la carretera viniendo de El Campu de Llares por La Poza Santiago.


Las casas de abajo a la derecha es por donde sigue la senda hacia El Pozu les Xanes. Esa blanca en primer término es Casa Don Gervasio, casona que contaba, con capilla propia, dedicada a Santa Bárbara, cuyas ruinas, de piedra, están tapadas desde aquí por el árbol sito a la izquierda


La cuesta a la AS-332 desde Casa María Carola


Más a la izquierda la Casa la Molinera, por donde salíamos a esta carretera. Al fondo los montes de Cabranes. Gonzalo Cortina Huerta, otro informante de Alberto Álvarez Peña, contaba que...
"Ente Llares (Piloña) y Xiranes (Cabranes) contaben que taba'l prau Salvolla, ellí decíen qu'una vez echóse una vaca a dormir y salió pinta del llau que taba echada, de la color del oru, mariella, La xente decía que yera porque nesi prau había una mina d'oru y fartucáronse d'escargatiar pero nada alcontraron"


Estos paisajes son una continuidad de la zona montañosa  de la rasa costera a partir de la Ría de Villaviciosa, pronto entraremos en otro entorno, en de los valles interiores, que darán pie a otros panoramas, al sur



Tras de nosotros han quedado ya los altos de La Venta


Vemos la casa arriba, en el monte



Con amplia galería mirando hacia el Sueve


Última curva antes de Anayo


Cruce con el camino que comunica con Colluenzu y llegamos a las primeras casas de Anayo por el barrio de Caparea: a la derecha La Parrilla, en medio La Escuela, y a la izquierda La Bolera


Aquí pasaremos de los montes sobre el valle del Pivierda a los valles del Piloña y sus afluentes


Las antiguas escuelas fueron por fin rehabilitadas como local social tras muchos años de espera, inaugurándose en febrero de 2018


Al fondo Casa Benino: seguimos la carretera toda de frente


En medio, en el cruce, iremos a la derecha, recomendando cruzar de frente en ese momento



A la derecha La Parrilla, antigua Casa Benito, donde, como su nombre indica, abría sus puertas hasta hace años la popular Parrilla de Anayo, famosa por sus costillas



Se conserva una placa, de piedra tallada, en la fachada, al lado de la puerta


Y es que esta acera es un verdadero balcón natural sobre el valle del Piloña


Prados abajo la iglesia parroquial y las casas de El Caneyu, por donde bajan camino y carretera



Volvemos a ver a la izquierda el Cuetu Ordiyón, en el Sueve. A su derecha y en el medio de la foto (855 m)


De la iglesia asoma la torre entre las casas de El Caneyu. En la distancia, una vez más, los Picos de Europa


Su torre divisa el Cornión con la siempre impresionante Peña Santa (2.596 m), picachos que nos orientan pues a sus pies se guardan valles como el de Covadonga, y de los que tanto hablamos, y volveremos a hablar, desde los momentos iniciales de esta travesía, en el Altu la Cruz, bajada a Niévares


Seguimos por la acera y su paseo de farolas


A la izquierda el bar La Bolera, en el cruce de las carreteras que van a Fresnosa, Villaviciosa, L'Infiestu y Colunga, parada de viajeros, montañeros de las rutas del Sueve y peregrinos


 Atrás está la bolera que le da nombre, La Bolera de Anayo


Bancos y contenedores


Tras el segundo banco otro elemento muy importante


En la acera, un monolito con una placa metálica nos orienta geográficamente


Nos señala y orienta de lo mucho que podemos contemplar desde este verdadero mirador


Orientación norte-sur-este-oeste desde Anayo


Y los hitos geográficos


A sur una vista de gran parte del valle del Piloña


Primeramente a la izquierda vemos ahora La Peña (393 m) con La Cuesta Miyares


Una casa de El Caneyu tapa casi toda la iglesia, pero con visibilidad se ven La Cuesta Bodes y El El Reborión, cerrando el valle por la zona de Parres. Asimismo siguen destacando los Picos de Europa


Los dosmiles de Peña Santa y su entorno, con neveros que se ven incluso algunos años hasta bien entrado el verano, existiendo además rincones de nieves perpetuas, el último reducto de los glaciares. Juan José González Trueba escribe así en su libro La Pequeña Edad del Hielo en los Picos de Europa. Análisis y reconstrucción del avance glaciar histórico:
"La primera alusión a la existencia de glaciares en Picos de Europa la realizó Casiano de Prado a mediados del s. XIX (Prado, 1860). En su exploración del macizo, y con motivo de su ascensión a la Torre del Llambrión en el verano de 1856, observó la existencia de una masa de hielo en su circo norte. A pesar de que Prado no utiliza el término glaciar, y utiliza incorrectamente el de nevero, su descripción es muy expresiva, haciendo referencia a la estratificación de la masa de hielo, así como al cambio en las características líneas de flujo del glaciar, en función de la pendiente, y que se tornan convexas en su parte inferior. Prado asemeja este cuerpo de hielo a los glaciares estudiados en los Alpes, aboga por su carácter perpetuo e intuye su antigüedad. Junto al glaciar del Trasllambrión, en su narración, menciona la existencia de otros cuerpos de hielo, acertada en el caso de los de la cara norte de la Torre de Cerredo y de la cara norte de Peña Santa, errónea en el caso de Peña Vieja, donde no se han encontrado huellas morfológicas que prueben la existencia de un glaciar en época histórica" 
L




Y prosigue:
"A finales del s. XIX, conocedor del relato de Prado, el Conde de Saint Saud comienza sus reconocimientos topográficos y actividad montañera en el macizo. En sus primeras publicaciones de 1893, 1894 y 1895 (Saint Saud, 1922), aunque no los estudia en detalle, en la descripción de los itinerarios de ascensión a las principales cumbres, observa y constata la existencia de pequeños glaciares bajo la pared norte de la Torre de Cerredo y de la Torre del Llambrión, en el Macizo Central, y de Peña Santa de Castilla y la Torre de Santa María, en el Macizo Occidental. En este último, además, menciona la existencia de grietas sobre la superficie del entonces glaciar de la Cemba Vieya. Los testimonios más fiables coinciden con aquellos aparatos que son recorridos en los itinerarios de ascensión, como en el caso del glaciar Trasllambrión, o reconocidos de cerca como en los casos de los glaciares de la Cemba Vieya y del Jou Negro. Por el contrario, los glaciares de la Forcadona y de la Palanca, alejados del itinerario seguido por Saint Saud en sus reconocimientos, carecen de alusiones directas"

También informa de los estudios de Albercht Plenck:
"A finales del s. XIX, el geógrafo alemán Albrecht Penck recorre y estudia los principales macizos de alta montaña del norte peninsular. En su trabajo titulado Die Picos de Europa und das Kantabrische Gebirge (Penck, 1897), se trata un tema de notable interés para el autor al reconocer la existencia, a pesar de su altitud moderada en comparación con otras áreas de montaña españolas y europeas, de pequeños glaciares en las topografías más favorables, y bajo las paredes norte de algunas de las principales cumbres: Torre de Cerredo, Torre del Llambrión, Torre de la Palanca, Torre de Santa María y Peña Santa de Castilla. La ausencia del glaciar de la Forcadona en su alusión, al igual que en el resto de los testimonios históricos, puede deberse a que dadas sus particulares condiciones topográficas, pudo estar cubierto de nieve, y por tanto oculto a la vista"

Y también, por supuesto, Hugo Obermaier:
"Casi dos décadas después del trabajo de Penck (1897), un alumno suyo en la Universidad de Viena, Hugo Obermaier, realiza el primer estudio sobre el glaciarismo cuaternario de los Picos de Europa (Obermaier, 1914). En un apartado inicial, que titula notas preliminares, niega explícitamente el testimonio histórico de Casiano de Prado y Saint Saud sobre la existencia de glaciares modernos en el macizo, y sorprendentemente pasa por alto el trabajo de su maestro. Obermaier podría estar en lo cierto, y que estos pequeños glaciares hubieran tenido una rápida respuesta ante los cambios climáticos ocurridos desde finales del s. XIX, tras el final de la Pequeña Edad del Hielo, de forma que para principios del s. XX, cuando realiza su estudio, algunos de estos glaciares podrían ya haber desaparecido o quedar reducidos simplemente a neveros y heleros carentes de dinámica. Por el contrario, también es cierto que su estudio se centra en el glaciarismo cuaternario y, a pesar de la calidad y mérito de la investigación, que serviría de punto de partida a los estudios de glaciarismo posteriores, no trata las fases glaciares más recientes restringidas a la alta montaña"
Este fenómeno glaciar lo enmarca el autor dentro de la Pequeña Edad del Hielo, que la define así:
"A lo largo de la historia, el clima de la Tierra se ha caracterizado por sus constantes cambios, con fluctuaciones de escala temporal variable. El último de estos períodos con repercusión a escala planetaria, y que antecede al calentamiento global que estamos viviendo en la actualidad, fue la denominada Pequeña Edad del Hielo. El término Pequeña Edad del Hielo es utilizado para describir un período de tiempo, entre el s. XIII y mediados del s.XIX, caracterizado por un recrudecimiento de las condiciones climáticas con repercusión a escala global, y que supuso, en todos aquellos lugares con unas condiciones adecuadas para la existencia de glaciares, un avance y pulsación de los mismos, con fechas correlacionables entre las distintas áreas de montaña del planeta, enmarcado entre los s.XVI y XIX"


Desde aquí divisamos el valle del río Borines y sus afluentes, cerrado al sur por las sierras Abedular,  Pesquerín y Ques, al otro lado del Piloña, abarcando la vista hasta los altos picachos de la Cordillera Cantábrica en Ponga y Amieva, llegando a verse la Collada Moandi, paso a Sellañu y Ponga, así como picos como el Pierzu (1.552 m) o el Tiatordos (1.950 m), Peña Ten (2.142 m), el más alto de la zona exceptuando los Picos de Europa, y Pileñes (2,020 m), existiendo el cantar:
Ten y Pileñes
vaya par de peñes
Peña Ten pa les cabres
pa les oveyes Pileñes


De frente a nosotros, los valles de los ríos de la Cuesta Villar y Pintueles, afluentes de Borines y este a la vez afluente del Piloña, cerrado al sur por La Cuesta Cayón o Sierra del Pinu


Más allá, al otro lado del Piloña, a la izquierda de la foto es el Picu Priede (619 m), que se alza entre los valles de los ríos Tnedi y color. A la derecha el Picu los Foyos (691 m) en la Sierra de Pesquerín y, encima y más lejos, la cónica Peña Fresnéu (962 m), que tiene abajo a su izquierda la Collada Moandi (651 m), paso entre Piloña y Ponga. Esta collada tiene a su izquierda Fontecha, con la Peña los Cuadrazales  (1.056 m) y Peña Soleyera (1.032 m). Encima, más lejos, es el Picu Pierzu, entre Amieva y Ponga. Más en la lejanía las montañas de Los Beyos y los puertos de la Cordillera, hacia Peña Ten

Admirando este paisaje montañoso, nos llega a la memoria la canción La Pongueta, del grupo Felpeyu
Pela baxada a Sellañu 
dibes dexando la vida
pendirriba penidbaxo.
goxes macones y paxos
de Cazu pa Les Arriondes

Pela baxada a Sellañu
nun requexu, Ponga entero
pendirriba pendibaxo
el to saber na to fala
y un fardaxáu de llamentos

Nun sé qué viera nes sayes
que de neñu d'envolvieran:
señardá, besos y ciñu
mimos, calor y conciencia

Faigo por vete
peles calles, nos lletreros  
y na fala de los vieyos. 
Faen por borrate
de los mio güeyos y manes
pero nun son quién a ello



La Cuesta Cayón tiene la cresta de su cima plantada de pinos y eucaliptos, hay además pastizales y un área recreativa donde se celebra en agosto una gira o comida comunitaria popular en ambiente de fiesta. Su cima es el Picu Fariu (557 m) y al otro lado están Biedes, zona de túmulos, y Argandenes, con un importante castro astur, así como la villa de Infiesto/L'Infiestu, la capital del conceyu, que por poco no vemos desde aquí

Más allá, al otro lado del calle del Piloña, la Sierra Abedular o Beular con La Coroña (757 m), Sopiedra (941 m), El Beular (873 m), La Olla (867 m), y otras muchas alturas que llegan hasta los mismos puertos de la cordillera



Aquel picacho o conjunto de Picachos podría ser Peña Ten (2.142 m) pero no estoy plenamente seguro



A nuestra derecha más casas de Caparea, verdadero mirador sobre estos valles y montañas, con la pendiente y alargada Cuesta Cayón justo enfrente y las mencionadas sierras entre Piloña Parres, Ponga, Amieva y Casu, con sus puertos y accesos a la meseta hacia Valdeón, Sayambre y Riañu



Aquí, poco más allá de Caparea, el Picu Viyao (575 m), atalaya también sobre el valle. Su altitud y su llamativa forma cónica harán de él una importante referencia visual y geográfica en nuestro camino de bajada a Borines. En lo alto hay señales de un recinto defensivo, para unos castreño, para otros romano, pero poblado en la memoria popular por los fantásticos moros, término que designa tradicionalmente no exclusivamente a árabes, musulmanes, etc. sino a todos los pobladores antiguos, sobre todo los prerromanos o precristianos. Este castro está relacionado con explotaciones mineras



Así Alberto Álvarez Peña recoge en su libro Lliendes de Piloña testimonios como los de Ismael Pérez, El Profe, que decía...
"Nel Picu Viyao hai un castru, que llamen el Castru'l Picu Viyao. Güei ta cubiertu rozu y namás que vense unes cárcobes en cruz por onde diba'l castru. Ellí cerquina hai una fonte que llamen de los moros y ellí yera onde los moros llevaben l'oru que sacaben de la montaña"

 Ciertamente el castro estaba vinculado a explotaciones mineras. Otro informante, José Manuel González Cantora, afirmaba además que...

"Los moros anduvieron por Pintueles, Argandenes y el Monte Cayón, En Pintueles hai una fonte que llamen La Fonte los Moros. Nel Monte Cayón dexaron munchos tesoros guardaos y al marchar decíen "Cayón, Cayón, que ricu yes y qué tontos son" porque la xente nun diba ser quien a dar col oru que dexaben ellí cuardáu"


De este lugar tan especial escribimos así en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
"... se recomienda echar un vistazo al amplio panorama que se admira desde el pueblo, verdadero balcón natural que se asoma al sur a los valles de Piloña y aún más allá, a las indómitas altitudes desnudas, de peña caliza gris, de Los Picos d'Europa, santuario de los dioses de Piedra. Un mojón indicador de alturas nos señala los puntos más importantes que podemos contemplar: la Mota CetínPeñasantaCantu CabroneruSanta María d'EnolTorrecerréuPicu PierzuLa Collada MoandiEl Monte CayónLa Sierra Ques, y aquí más cerca El Picu Viyao, donde parece estar localizado un castro o fortificación astur, paraje dado a los dichos sobre tesoros escondidos o ayalgues 
 Resumiendo, vemos los cordales y sierras de Piloña, Parres y parte de Ponga, Amieva y Cangues, más El Cornión o macizo oriental de Los Picos d'Europa, parte de Los Urrieles o macizo central y una porción de  Andara o macizo oriental, junto con una pequeña parte del Sueve (El Monte Robléu aquí nos lo tapa). Pero esto los montes, porque si miramos abajo al valle, tenemos las llanadas, cuetos y lomas de PintuelesSan RománBorinesVallobal Miyares, decenas de caseríos, pueblos, aldeas que se encuentran esparcidos por todo este vistoso y amplio entorno 
 Bajo El Picu Viyao, acá a nuestra derecha, tan picudo como un cono, se ven las casas del pueblo del mismo nombre. Un poco más allá están Cadanes La Cuesta Cayón que sube a este monte, sencillo de identificar por sus antenas y que es buena referencia para saber que detrás de él está L'Infiestu, la capital del conceyu. Luego, hacia la izquierda, al pie de las primeras estribaciones del Sueve por su zona suroccidental, se divisan perfectamente Vallobal y la entrada de Miyares, próximas metas de nuestro viaje. Más al sur, aunque no se ven, casi se adivinan, la carretera nacional N-634 y Villamayor y tras ello, infinidad de colinas, MoñesLos Montes de SevaresPesquerín, etc.etc.etc"


La ruta, a partir de Anayo sigue aún un buen trecho por la AS-332



Poco más allá de la iglesia está el cruce con las carreteras a la capital del concejo y a Colunga


Antes de seguir podemos hacer parada en La Bolera, una de las paradas históricas del Camín a Cuadonga, antiguo chigre-tienda de pueblo, que se sabe existía al menos desde los años 30 del siglo XX y que adquirió en su día Luis Torre, con la idea de que fuese para uno de sus hijos, el cual al final no se decidió a encargarse de él, pero su hija Zulema Torre Camblor, Zule, justo tras casarse con 21 años con Juan Toraño Marinas y estar mucho tiempo los dos al frente del negocio, uno de esos que vieron la transición entre los tiempos de "cuatro llocos arreventaos que van andando a ver la Santina", como nos soltaba con retranca un parroquiano hace ya mucho tiempo, y estos de paso continuo de peregrinos y senderistas


Primeramente pasamos a la barra, donde suele haber gran animación, también hay un poco de tienda, no tanto como antiguamente, pero sí para servicio al vecindario, que no tenga que desplazarse continuamente  a las capiteles de concejo cercanas. Escribimos así en El Camino de Gijón a Covadonga:
 "La gente de Anayo es también muy amable y de charla animada y alegre, por lo que no dejará de haber buenos momentos para entablar conversación. Por la zona es muy fácil que alguna persona, si ve que vamos a Cuadonga, nos encargue rezarle algo a la Santina de su parte cuando lleguemos allá, independientemente que sepan si somos creyentes o no, gente mayor sobre todo, que tiene muy presente el paso de peregrinos caminando a la Santa Cueva desde tiempo inmemorial"

Todos recuerdan a Luis Torre, quien durante tantos años estaba siempre presente animando el negocio, cuando a un lado de la barra, cuando al otro, cuando ya lo llevaban su hija y yerno. Luis fue además concejal del Ayuntamiento de Piloña en las corporaciones de 1983 y de 2003, falleciendo con 69 años en abril de 2011, justo el día que iba a tomar nuevamente posesión del cargo


Pasamos ahora al comedor


Desde las ventanas seguimos admirando los Picos de Europa, en esta imagen llenos de neveros, como también dice González Trueba en su libro La Pequeña Edad del Hielo en los Picos de Europa:
"El relieve de los Picos de Europa se debe a la compleja interacción entre las estructuras geológicas, la erosión fluviotorrencial, la karstificación y el retoque ejercido por los glaciares cuaternarios. A todo ello, hay que añadir una activa dinámica de laderas y una morfodinámica asociada al frío y la nieve, especialmente activa en la parte superior de la montaña"

De primero sopa de marisco


De segundo carne de xabalín, jabalí


Y de postre una especialidad que lleva el nombre del concejo, la Tarta Piloña, de ricas avellanas, pues no olvidemos que en la capital del concejo se celebra su festival


Y así en la actualidad. Ahora, bien comidos y descansados, salimos de La Bolera y regresamos al camín, en el cruce con la carretera de Fresnosa


Seguiremos, como hemos dicho, la carretera AS-332, pasando al pie de Casa Benino en dirección a la iglesia


Atentos a las señales camineras, tal que esta, enfrente de Casa Elvira, en el cruce con la carretera de Fresnosa


Siempre ha de haber algún poste, flecha o similar, en caso de no verlo o de dudas confirmémoslo con los vecinos


Aquí iniciamos una bajada...


Vamos camino de la iglesia por El Caneyu, que era antiguamente un caleyón, el cual da nombre al lugar


Ahora en Caneyu hay incluso acera, al margen derecho, y farolas isabelinas


Dejamos pues atrás el cruce de Anayo


La Escuela y La Bolera


Ahora de frente nuevamente los Picos de Europa en lontananza, un topónimo que llama poderosamente la atención, etimológicamente para unos por ser las primeras peñas de Europa que los marineros divisaban desde la distancia al volver de América, para otros por los peregrinos europeos que las veían y comparaban con los Alpes, algunos por los romanos, que vieron en ellas el escenario mitológico del Rapto de Europa, secuestrada por Zeus, nada de ello parece sostenerse demostradamente. Sus habitantes las conocen simplemente por Los Picos



Los textos más antiguos conocidos referidos a estas montañas, si bien no llamándolas de Europa, están en el Periplo Massaliota de la famosa Ora Marítima de Rufo Festo Avieno, escrita en el siglo IV pero basándose en un texto muy anterior del VI a. C. Las alusiones al Mons Vindius, (Monte Vindio), de los textos clásicos alusivos a las guerras contra cántabros y ástures, pueden o referirse a este o a otros parajes de la Cordillera Cantábrica, que llegó a conocerse como Pirineos o Pirineos Cantábricos en épocas pasadas



En las crónicas asturianas aparecen topónimos de lugares concretos, Liébana, Auseva, Amosa (Amuesa) pero no uno concreto para todo el macizo. Empezando el siglo XII el Obispo Pelayo se refiere a Permensa Pelaggi para el entorno de Covadonga, los Picos de Cornión o macizo occidental, lo que coincide con las crónicas musulmanas de la Peña de Pelayo,  y Alfonso X El Sabio en su Libro de la Montería escribiría del "... pie de la Peña, desde Fuente de Eva..." (Fuente Dé)



No sería hasta 1530 cuando el historiador y humanista siciliano Lucio Marineo Sículo las llame Rupes Europae en su obra De rebus Hispaniae memorabilibus escrita en Alcalá de Henaresal que seguirían en 1572 el cronista de Felipe II Ambrosio de Morales con su Viaje Santo, donde las nombra como Montañas de Europa, seguido luego por Las Fundaciones del historiador Fray Prudencio de Sandoval en 1601, con las Peñas o Sierras de Europa y así hasta nuestros días, si bien la primera vez que se escribe exactamente tal y como lo conocemos hoy día, Picos de Europa, no sería hasta  el Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias de Martínez Marina. por el año 1800


Ahora además del macizo occidental o del Cornión, vemos también a su izquierda el central o de Los Urrieles, del que dice el cantar
Altos son los Picos Urrieles
altos son qué maravilla
más alta é La Peñe Santa
que se ve toda Castilla

Y de su cumbre más emblemática, el Picu Urriellu, mal llamado Naranjo de Bulnes por una vieja adscripción geográfica del geólogo alemán Guillermo Schulz, se canta:
¿Por qué me llamais Naranjo
si fruta no puedo dar?
Que me llamen Picu Urriellu
que es mi nombre natural
Su cumbre más emblemática pero no la más alta, que es, de Los Urrieles, de todos Los Picos como popularmente se les dice, de toda Asturias y León (su cima hace frontera), y de toda la Cordillera Cantábrica, es Torrecerredo o Torrecerréu con 2.650 metros de altitud


Como ya hemos dicho, los peregrinos que deseen continuar rutas desde Covadonga, hasta Santo Toribio posiblemente, donde pueden enlazar luego con el Camino Castellano, el Camino Leónes. o sobre todo el Camino Vadiniense, pueden elegir alguna senda que atraviesa Los Picos, como la Ruta de la Reconquista (G.R. 202) u otras, para salir a Liébana


A la derecha una buena vista de Caparea en lo alto, con La Parrilla y La Escuela a la derecha


En el Caneyu, a la izquierda, la Casa'l Chelu


Antiguas cuadras llagar, vivienda y bar, que lleva años cerrado


De frene una casa de reciente construcción


Aquí estuvo antaño el chigre de Merce. De frente la ya tenemos la iglesia parroquial de Santa María de Anayo, Nuestra Señora de la Asunción, que celebra fiesta el 15 de agosto



De la iglesia de Anayo hay noticias del siglo X cuando en un documento el rey Ramiro II la dona a la mitra ovetense, si bien es fácil que, como todo el Liber Testamentorum del obispo Pelayo, se tratase de una falsificación (la inmatriculación de bienes no es una cosa nueva)


Camino de la iglesia y pasando estas casas de El Caneyu, vamos ahora a echar un vistazo a la derecha





Al pie de la iglesia tenemos estos jardines que dan vista al Picu Viyao y a las quintanas y aldeas que se extienden por sus faldas. En sus alturas el gran investigador José Manuel González y Fernández Vallés localizó en 1973 un castro, en un paraje del que se contaban como hemos visto numerosas leyendas, si bien luego se planteó fuese una fortificación romana para defensa del territorio


Ralacionado con el Picu Viyao. que domina estos valles, extraemos este texto del trabajo ¿Un nuevo establecimiento militar romano en la asturia transmontana? El Picu Viyao (Piloña, Asturias), del que son autores varios especialistas, Davido González Álvarez, Valentín Álvarez Martínes, Jesús Ignacio Jiménez Chaparro, Andrés Menéndez Blanco y Jacob Colloto Montero;
"El Picu Viyao (Piloña, Asturias) ha sido tradicionalmente identificado como un castro. Su ubicación y la organización de sus espacios habitacionales responden a tal catalogación. No obstante, con un examen atento de sus fortificaciones se advierten pautas defensivas ajenas a la tradición de la Edad del Hierro en el Occidente Cantábrico. La reinterpretación de sus fortificaciones nos indica el establecimiento de cuerpos militares roma-nos. Analizamos tales evidencias con el ánimo de discutir las cronologías de ocupación y la funcionalidad del enclave. Esto nos servirá para plantear algunas propuestas de alcance regional acerca de los problemas del uso de la etiqueta “castro” como denominador común de múltiples realidades arqueológicas..."

"En El Picu Viyao se recogieron numerosos restos cerámicos años atrás, cuando la vegetación que hoy cubre el yacimiento no era tan intrincada, llegando al punto de que los vecinos del pueblo de Pintueles interpretaban la existencia de una antigua tejera en el lugar (...). Además, se ha recogido una muela de molino circular en piedra arenisca (...) También se refiere el hallazgo de una moneda romana unos 400 m al oeste del yacimiento (..) 
 En los prados de la casería de L'Arbeyal, en la falda septentrional del yacimiento, se recuperó un hacha lítica pulimentada (...). Para este material puede plantearse su origen en alguno de los monumentos megalíticos del entorno, aunque también podría proceder de la ocupación prerromana de El Picu Viyao (...), ya que materiales de este tipo aparecen con cierta frecuencia en los poblados cantábricos de la Edad del Hierro (...)"

"En torno a la cima de la elevación se sitúa el recinto principal, con una forma ovalada de unos 160 m en su eje E-O; y una anchura máxima de 90 m en el eje N-S. Su superficie es de 1,1 ha, aunque el área habitable sería menor. En los lados norte y noroeste del recinto superior se documentan, al menos, tres espacios aterrazados, siendo los dos exteriores los de mayor amplitud. Sobre estas tres terrazas más claras podría existir alguna otra. No obstante, la espesura de la vegetación impide realizar un examen más atento (...)" 
Las estructuras lineales que conforman el subrecinto de la ladera septentrional de El Picu Viyao no encuentran paralelos en los estudios previos del poblamiento castreño de la región occidental cantábrica (...).  En la existencia de esta solución defensiva se reconoce un nuevo concepto geoestratégico alejado de lo habitual para las comunidades cantábricas de la Edad del Hierro y que conviene analizar (...)"

" ... las características constructivas y las connotaciones poliorcéticas de estas estructuras de El Picu Viyao nos llevan a contemplar los referentes militares de época romana altoimperial como su paralelo más plausible" 
"A la vista de todo lo anterior, la identificación de unas estructuras poliorcéticas atribuibles a una solución técnica del ejército romano nos invita a contemplar el enclave de El Picu Viyao como un posible establecimiento militar romano. A la luz de las evidencias materiales disponibles, nos resulta complicado aclarar el contexto cronológico preciso o la funcionalidad del yacimiento (...). 

"Hasta hace poco, no se habían documentado áreas arqueológicas relacionadas con la minería en el entorno de El Picu Viyao, aunque recientes investigaciones han indicado los primeros ejemplos en torno al pueblo de Moñes (Caso, 2007: 473), donde aparecieron a principios del siglo XX las diademas de Moñes (...)" 
"A la luz de lo expuesto, el yacimiento de El Picu Viyao puede ser entendido como un enclave más complejo de lo que se creía hasta ahora. Ha quedado claro cómo las características constructivas de las estructuras defensivas que conforman los diferentes espacios del enclave pueden ofrecernos datos importantes referentes a aspectos cronológicos y funcionales que nos permiten comprender mejor el papel de este yacimiento en sus sucesivas fases de ocupación. Podemos pensar que en El Picu Viyao se establecería un poblado indígena durante la Edad del Hierro, realidad arqueológica perfectamente englobable bajo el concepto “castro”. Tras la conquista romana, en un momento por precisar, se ocuparía este enclave con fines militares en relación con el control del territorio y/o del entramado viario entre la depresión prelitorial asturiana y la rasa costera. Las pautas poliorcéticas que subyacen en la remodelación realizada en época romana desvelan el interés por constituir una posición fortificada y dominante en el terreno que no pudiera ser vencida por la falta de agua. Los factores militares prevalecen sobre los meramente habitacionales, por lo que el uso del término “castro” no nos parece adecuado para este caso, sino que deberíamos pensar más bien en una fortaleza o turris"


A la derecha del Picu Viyao una loma, la de L'Arbeyal, La Cuesta Villar, y Los Payarones, en torno a los 500 metros de altura, enlaza con La Venta y Anayo. Los informantes de Álvarez Peña, como Ismael Pérez, El Profe, para Lliendes de Piloña transmiten la leyenda, relacionada con las galerías mineras en el entorno del castro. que dice...
"En Piedrabeya, al llau l'Arbeyal, hai una cuevona de los moros, ye grandísima y tien un furacu que fai comu de chimenea del aire. Cuando yéremos neños díbemos tirar piedres ellí y enstíense los golpes comu si fuera escalones abaxu. Una vez metióse una perruca siguiendo a un raposu por una covacha cerca y nun fuere a salir y, al lladrar, sentíense los lladríos na cueva los moros, eso ye que había entrada a ella tamién pola covacha aquella. Otra vez alcontré una bomba de cuando la guerra, ensin esplotar y tirela ellí, esplotó dempués de sentila escalones abaxu y del reburdíu que pegó y la bocabada d'aire que salió casi me tumba de culu, yerea yo un críu. Decíen qu'había ellí enterráu un lleón d'oru, que lu dexaren los moros. La xente tiraba ellí dientru escombros y xatos que morríen. Güei les piedres yá nun suenen cayer como enantes


Otra leyenda contada por el mismo narrador dice:
"En Piedravieya ta la Fonte los Vizcaínos. Fai munchu tiempu llegó un home a caballu con dos mules y entrugo-y a un paisanu por ella. Entós sacó una fesoria y púsose a escargatiar ellí, con un mapa que llevaba. Sacó d'ellí varios paxos de Cuernos de Carneru tapaos perriba. Taben cierraos porque dientru teníen oru molíu en polvu. Cargó les mules y marchó, pero enantes dio-y les gracies al paisanu y dio-y un cuernu pa él. El paisanu, el probe, nun sabía de qué taben llenos y al llegar a la so casa tiró'l cuernu enrriba d'un armariu y nun se ocupó más. Pero el paisanu yera mui probe y tenía munches deudes na tiendad y un día dixo-y al tenderu lo que-y pasara. El tenderu pidio-y ver el cuernu de carneru y llevo-ylu, y dixo-y: "Buenu, déxame velu y yá te diré yo si val algo"... El casu ye que'l tenderu baxó a la tienda y dixo-y: "Oye, ¿qué ropa te fai falta? cueye la que más te guste y de la deuda que ties, nun t'ocupes, que ta tou pagu"


Caparea se extiende a lo largo de la falda de estos montes


Y de los jardines pasamos a la iglesia parroquial, cuya fábrica actual corresponde a las obras de los siglos XVII y XVIII, pero con gran ampliación del XIX, presentando nave única con bóveda de cañón y una gran torre, construida a primeros del siglo XX, que se divisa en la distancia, dominado esta parte del valle


A los lados tiene dos grandes pórticos, vamos a entrar por este primero, que mira a la carretera, pues hay un elemento sumamente importante


Sobre la portada de arco de medio punto aquí existente hay un documento excepcional, el cual demuestra que, sino del siglo X, al menos sí había aquí un santuario en el XII


Es una estela de piedra arenisca en la que se lee:
(+) IN ERA. MA. CC. XV 
 MARTINUS. MARIA 
VOS. ORATE. PNOB
El primer símbolo, que hemos puesto como (+) repesenta lo que parece ser una cruz procesional, después lo que es la frase es necesario recomponerla para hacerla inteligible, completando las contracciones tan empleadas en estos textos epigraficos, lo que daría:
IN ERA M(ilesim)A. CCXV
MARTINUS. MARIA
VOS. ORATE. P(ro) NOB(is)
Y traduciendo:
"EN LA ERA 1275 (año 1175)
MARTÍN Y MARÍA
ROGAD POR NOSOTROS"
Se trata de una frase que no hace alusión a ningún acto fundacional, en todo caso sería una fundación "Ex-novo" de un santuario más antiguo. No deja de parecer un ruego muy semejante al que, más de ocho siglos después, sigue haciendo mucha gente de estos pueblos cuando ve a los peregrinos yendo a Covadonga y les dicen y encargan cosas como... "por favor, rezái un padrenuestru a la Santina de la mi parte si vais vela" 


Martín y María, ocho siglos y medio después, ya hacían esta misma petición a quienes pasaban por Anayo, y en realidad siguen haciéndolo a los muchos caminantes que andan, sin saberlo, de frente y a escasos metros de esta inscripción, rematada en una llamativa y saliente roseta, a manera de flor de ocho pétalos


Saliendo del cabildo vamos ahora a dar la vuelta al templo antes de seguir camino


Caminamos unos metros más y entramos en el campo de la iglesia por el primer ramal a la derecha


Luego seguiremos de frente carretera abajo


El campo de la iglesia, cerrado por un muro que lo separa del cementerio, sito justo debajo, es también un magnífico mirador sobre el valle del Ríu Borines y sus afluentes


Nos asomamos pues, al muro, no solamente para contemplar este magnífico paisaje, sino para hallar nuevas referencias camineras


Ladera abajo son los montes de Santuyán y Los Ratos. En la lejanía el valle del río Borines, hacia el que nos encaminamos


Y, más allá de los montes de La Retuerta, por donde descenderemos a Borines, vemos a la izquierda asomar de nuevo el Picu Ordiyón y a su derecha Antayo (555 m) y a la derecha de este La Cuesta Miyares con La Tabla y La Peña (463 m), por donde pronto pasaremos a sus pies



Abajo, a la derecha de la foto y justo a la mitad, quizás veamos una pradería alargada en medio de un bosque, con una casa a cada extremo y situada en un alto: es Cantullenderu, al lado mismo de la famosa Cueva del Sidrón, en la que se descubrieron los tan sorprendentes hallazgos que convulsionaron al mundo científico, y nos ayudaron a saber más de una especie humana extinguida que convivió con nosotros miles de años atrás, el Homo Neandertalensis, el neandertal. De ello hablaremos más concienzudamente en el siguiente capítulo de esta ruta, el dedicado a Borines y Vallobal


Más lejos, vemos en el valle unas casas: abajo a la derecha asoma entre los árboles Vallobal, a la izquierda más arriba Miyares, por los dos pueblos sigue el camino, que antes habrá pasado por Borines


En Miyares se deja el valle propiamente dicho para salir hacia los cuetos y lomas de Sorribes por La Goleta, en la falda sur del Sueve. Si nos fijamos tal vez veamos asomar a la derecha La Torre, en medio de un robledal, por donde se entra en la población llegando de Vallobal


Vamos pues a dar la vuelta a la iglesia, pasando detrás del ábside y sacristía



Y recorremos el pórtico sur


Nos dirigimos al otro extremo del muro que cierra el campu la iglesia


Balcón sobre el valle del Ríu la Cuesta Villar, alfuente del Borines y ante el Picu Viyao



Dicen los autores del citado estudio del castro-torre romano o romanizado:
"El rasgo más sobresaliente del yacimiento, por su singularidad respecto a otros yacimientos castreños del Oriente de la región, es la presencia de un subrecinto triangular en la ladera septentrional del yacimiento, cerrado por varias estructuras rectilíneas. En su vértice inferior se localiza el manantial conocido como La Fuente los Moros ~ La Ḥuente los Moros. Las líneas se componen de taludes terreros, levantados con las tierras extraídas de las líneas exteriores de estos terraplenes, que quedan así flanqueados por modestas líneas de fosos con sección en V..."

A la derecha del Picu Viyao, más allá de La Cuesta Villar, nacimiento del río de este nombre, L'Arbeyal y Los Payarones, podremos ver el mítico Monte Incós (583 m), en Cabranes, el más alto del concejo, famoso por sus jiras y romerías. Existía una cantera de arena, que empleaban los vecinos para fregar las chapas de las cocinas de carbón. De él leemos en la Enciclopedia de Cabranes:
"En el Picu Incós, además de encontrarse enclavada la antena repetidora de la señal que permite a parte del municipio conectarse a Internet, se halla el vértice geodésico, y es punto de encuentro del amplio número de romeros que allí se concentran para presenciar la prueba de Cross Popular que lleva su nombre, para luego disfrutar de la verbena, conocida tradicionalmente como la Jira, en el prau de La Campera (...) 
Es el punto de encuentro del amplio número de romeros que allí se concentran: primero, para presenciar la mencionada Subida al Picu y después, disfrutar de la Jira degustando sabrosas viandas 
 Pero también ha tenido sus momentos trágicos, como ocurriera una tarde de domingo del otoño de 1937. Durante la guerra civil (1936/1939) se habían hecho por parte de uno de los ejércitos contendientes unas trincheras defensivas en las que se habían acumulado cierta cantidad material bélico (bombas de mano y otros tipos de explosivos principalmente) que fueron abandonados precipitadamente por avatares de la contienda. Con posterioridad, esos pertrechos servirían de entretenimiento a jóvenes y niños de Torazo y también serían los causantes de la tragedia. Juan Llavona Barbas, se hace con una bomba de mano que por causas desconocidas le explota, causándole la muerte instantánea a él y a Manuel Llavona Cerra. Otros quedaron heridos de cierta consideración y fueron trasladados a hospitales de Gijón, donde al cabo de unos días fallecía también Juan José Llavona Cerra..."


Más a lo lejos, sobre el valle del Piloña, que se extiende recto hacia el oeste, el Monte Coya y la Sierra Ques, con los 766 metros del Picu Maza o Bierces, en el concejo de Nava casi limitando con este de Piloña. En el horizonte La Peña, Peñamayor, entre Nava. Bimenes y Llaviana. extensa y alargada loma caliza cuya cota máxima es La Triguera (1,293 m), erróneamente llamado en algunos mapas Trigueru o Trigueiro


Y bajo el Picu Viyao, el lugar del mismo nombre, de la parroquia de Borines, con sus quintanas desparramadas por las laderas más bajas de la montaña: Iris, La Obra, La Rotella, El Carbayal...



En el estudio sobre el castro-campamento citando anteriormente se explica así el topónimo:
"El origen del topónimo Viyao puede derivar, según García Arias, de VIATUM  “con vía”, “con camino”- relacionándose así pues con la latina VIAM -“camino”-. Este sentido cobra más valor al comprobar que existe el topónimo Perviyao en el vecino municipio de Villaviciosa, siguiendo el camino que se dirige a la costa a través del referido paso de Anayo. Julio Concepción (2007) también vincula el topónimo con “vía”, aunque apunta otra posibilidad relacionando Viyao con “Abiaos”, que tendría una raíz prerromana referente a manantiales. Ambas consideraciones son sugerentes para nuestras interpretaciones, sobre todo la asociación de Viyao con una vía, lo que podría relacionarse con el amplio control que mantiene este emplazamiento sobre el entramado viario de su entorno"


Viyao fue durante siglos coto señorial compartido por tres linajes, circunstancia única en Asturias, la mitad era de Francisco de la Villa, luego al conde de Nava le correspondían dos tercios de la otra mitad, y el resto era de Isidro de Antayo y Duque de Estrada. Ellos, turnándose, elegían cargos y alcalde mayor, juez ordinario y procurado. Las reformas liberales del siglo XIX acabarían definitivamente con los restos de administración señorial del territorio



El núcleo de Viyao


Más allá La Picota, la Casa'l Picu, El Cuetu, La Llana, El Cantu, La Berrosa, La Rozona... y, al sur, la gran loma de la Cuesta Cayón, con Cadanes a sus pies, aldea de la vecina parroquia Pintueles, en el pequeño valle del río de este nombre


Ese valle es un importantísimo paso natural empleado por numerosos viajeros, así como peregrinos a Santiago, el camín real, alternativo al que pasa por la capital, Infiesto/L'Infiestu, y al que se unía más adelante. Se ve bien su capilla de Santa Lucía, del siglo XVIII


Aprovechando bien nuestra visita no nos resistimos ahora a dar la vuelta completa a la iglesia de Anayo y así pasar bajo su gran torre


Viendo El Caneyu, por donde hemos bajado de La Bolera


Y volvemos a bajar por la carretera hasta la entrada al campu la iglesia, siguiendo ahora de frente todo hacia abajo


Este es el cruce con la carretera que va a Robléu, donde está la Casa la Carnicera


Nosotros, reiteramos, desde el cruce seguimos en bajada por la AS-332



De frente asoman el Ordiyón, Antayo y La Peña con La Cuesta Miyares


Y, en días claros, las impresionantes calizas de Los Picos, como popularmente se les llama: El Corníón, Los y, a la izquierda del todo, un poco de Ándara, el macizo oriental


Los tres macizos están separados entre sí por dos ríos, el Cares, con su Garganta Divina separa el Corníón de los Urrieles, mientras que el Duje separa este del de Andara y da paso a Liébana por el histórico sendero de los puertos de Áliva



Como estamos comprobando, esta carretera nos ofrece también excelentes vistas



Al sur el valle del Ríu Borines



Aquí abajo Cantullenderu, La Cabaña, La Rozona y El Sidrón


En medio del valle, se une, en Borines el río de este nombre y el de La Cuesta Villar


De frente, abajo La Peña y la Cuesta Miyares, a la derecha La Cuesta Bodes con El Reborión, detrás la Sierra Faces, que cierra por el este el valle del Ríu Mampodre y por el oeste el del Sella, después va El Puertu o Montaña de Covadonga y, por supuesto, el Cornión con Peña Santa (2.596 m), donde también destacan la Torre de Santa María (2.476 m), La Torre Enmediu (2.460 m), La Torre la H,orcada (2.447 m), Cebolleda (2,429 m), La Torrezuela (2.317 m), o El Requexón (2.170 m), solo por citar algunos de sus dosmiles...


Sierra del Pinu y Cuesta Cayón, sobre el valle del Ríu Pintueles, que nace cerca de Cadanes, en La Fuente la Barrosa, pero este no es afluente del Borines, sino que va a la derecha para para desembocar en el Piloña frente al apeadero de Pintueles. Sí es afluente del Borines el Ríu les Abeyes, que nace en esta sierra y, por el mismo valle, se dirige a la izquierda para desembocar en él cerca de Valle, al norte de Villamayor

Más al norte la Sierra Pesquerín, y la Collada Moandi, con las montañas, sierras y picos hacia Parres, Ponga y Amieva de los que ya hemos hablado, dominados por las alturas de el Picu Pierzu (1.551 m) en el Colláu Zorru


La Cuesta Cayón extendiéndose al oeste y dando vista a los montes de La Bedular, la Sierra Aves, los Montes del Infiernu, Pandemules, Los Duernos, Peña Ten y Pileñes


A la derecha, justo a la derecha de nosotros toda la cabecera del valle del Ríu la Cuesta Villar, que nace en esas alturas de Los Payarones y L'Arbeyal, entre Anayo y el Picu Viyao, que hace además de frontera entre las parroquias piloñesas de Borines y Pintueles, tal y como leemos el tan recitado trabajo¿Un nuevo establecimiento militar romano en la asturia transmontana? El Picu Viyao (Piloña, Asturias)
"El Picu Viyao se encuentra en el límite de las parroquias de Boriñes y Pintueles, ambas del municipio de Piloña, elevándose hasta los 575 msnm. El monte, de reconocible morfología troncocónica, es una de las formas orográficas con más personalidad de la zona interior del centro de Asturias, por lo que constituye un claro referente paisajístico en su entorno"


El estudio también habla, cómo no, de las característica generales de este monte
"La altitud El Picu Viyao le hace destacar entre la mayoría de los asentamientos castreños del surco prelitoral que, por lo general, se encuentran entre los 300 y los 200 msnm (Camino, 2002: 142). Es una privilegiada atalaya de alcance regional desde la que se alcanza a contemplar la rasa costera de Lluces (Colunga), hacia el Norte, en los días más despejados. Asimismo, en la panorámica vista desde el yacimiento destacan los macizos de El Puertu Sueve y alguna de las elevaciones más destacadas de Los Picos de Europa al Este

 Hacia el Sur se pueden ver algunos tramos de la depresión prelitoral que comunica la cuenca central ovetense con el valle del Sella, aunque La Sierra’l Pinu y El Monte Cayón le cierran la visión directa sobre buena parte de estas tierras bajas por las que discurre el río Piloña. Más lejana se observa la Cordillera Cantábrica y muchos de los pasos y vías naturales que comunican las dos vertientes de su eje axial, entre los puertos de Tarna y El Pontón. Hacia el Oeste, destacan las elevaciones del Monsacro y el macizo de L’Aramo, y se llegan a atisbar las primeras sierras del suroccidente asturiano, como la de L’Aguión (Salas)"

A la derecha, en L'Arbeyal, de donde hemos hablado de algunas de sus leyendas, han sido también encontrados diversas piezas arqueológicas
"... En los prados de la casería de L'Arbeyal, en la falda septentrional del yacimiento, se recuperó un hacha lítica pulimentada. Para este material puede plantearse su origen en alguno de los monumentos megalíticos del entorno, aunque también podría proceder de la ocupación prerromana de El Picu Viyao, ya que materiales de este tipo aparecen con cierta frecuencia en los poblados cantábricos de la Edad del Hierro" 

No es así nada de extrañar que, al otro lado de la montaña, en Lludeña, también se recojan historias de moros y tesoros, como la que dice
"Agües vertientes del Berrocal, hai un tesoru bien grande pa quien lu sepa alcontrar"

Abajo, la casería de La Cuesta Villar, en un claro del bosque, donde está también la de Los Caminucos


Arriba volvemos a tener una muy buena perspectiva de la larga montaña de Peñamayor


Y, más cerca, la Sierra Ques


Este es el precioso paisaje del que disfrutamos desde la carretera


Siempre ante las míticas cumbres del Picu Viyao, del que volvemos a leer del pormenorizado trabajo de investigación:
"Desde su posición destacada, la visibilidad del entorno es muy importante. Controla de forma directa las tierras más bajas de su ámbito próximo, destacando la visualización de los importantes pasos de L’Altu la Llama y de Anayo hacia el Norte, por los cuales cruzan los caminos tradicionales que, desde el surco prelitoral, se dirigen hacia la costa cantábrica" 

Y, con una cita de las investigaciones del etnógrafo Alberto Álvarez Peña, de cuya obra de estudio de las leyendas de Piloña también hablamos subiendo a Anayo, estos estudiosos continúan diciendo:
"Respecto a la tradición oral ligada al yacimiento, se cita la presencia de los míticos moros en el poblado, realidad mítica que dio nombre al manantial que de su ladera septentrional: La Fuente los Moros ~ La Ḥuente los Moros 
“Nel Picu Viyao hai un castru, llámen-y El Castru Picu Viyao, hoi ta cubiertu de rozu y namás que se ven unes cárcoves en cruz d'onde tuvieron los moros, cerquina hai una fuente que llamen de Los Moros y ye onde llavaben l'oru que sacaben de la montaña” (en Álvarez Peña, 2001: 24)... "

"... Esta relación entre moros y hallazgos de tesoros, yacimientos o materiales arqueológicos, tan común en la tradición oral asturiana (Álvarez Peña, 2001; Suárez, 2001; González Álvarez, 2008), no debe entenderse como una adscripción cronológica o cultural precisa o como una herencia informativa directa. Responden más bien a la identificación de unos elementos materiales con un tiempo y una sociedad alejados de la cotidianeidad campesina que construye y maneja tales relatos, que han de ser comprendidos en su propio contexto vital -el de la sociedad campesina tradicional-, mejor que como pervivencias o continuidades históricas" 
También se recoge la existencia de tumbas en la parte superior de la colina, vinculadas con la Guerra Civil (Fanjul, 2005: 107). No podemos confirmar si esta noticia tiene realmente su origen en ese momento, o si más bien son modificaciones de relatos previos"

Bajo el Picu las quintanas y lugares de Viyao, desparramadas ladera abajo por la campiña


Encantador pàisaje de prados y campiñas separados por setos silvestres: matos o sebes


Viyao, el cogollo de más concentración de casas



Más arriba, en la carretera AS-258, la Carretetera Colunga, Iris, uno de sus barrios


A la izquierda otro, La Rotella. Más arriba La Obra y La Picota. Al fondo laderas de La Cuesta Cayón


Un gran panorama de historia, naturaleza y paisaje



Si miramos atrás también tenemos una buena "toma" de Anayo desde esta cuesta


El propio guardarraíl hace una geométrica línea de fuga en curva, con gran sensación de perspectiva



Las iglesia de Santa María y las casas de Caparea. A la izquierda La Venta, topónimo que revela relación con antiguas posadas camineras


La iglesia con su gran torre campanario parece querer rivalizar con las alturas circundantes



Las casas de Caparea, orientadas al sur, recibiendo la luz


Por eso tienen grandes galerías que iluminan el interior



Y seguimos bajando por la ladera sur de La Espina y el Monte Robléu


Los Picos nos ofrecen a la vista siempre sus blanquísimos neveros, la maravillosa y nunca del todo bien estudiada historia de sus nieves perpetuas



Una vez más hemos de aludir a esta publicación: La Pequeña Edad del Hielo en los Picos de Europa. Análisis y reconstrucción del avance glaciar histórico, para extraer sus buenos conocimientos:

"Los primeros antecedentes con alusiones al glaciarismo de los Picos de Europa se encuentran en los valiosos testimonios de algunos de los viajeros, geógrafos y naturalistas decimonónicos, que exploran el macizo (Casiano de Prado, 1860; Saint Saud, 1893, 1922; Penck, 1897), y se prolongan en las primeras décadas del s.XX, con el estudio pionero sobre el glaciarismo cuaternario de Obermaier (1914) y la aportaciones puntuales de Hernández Pacheco (1914). A partir de la segunda mitad del s.XX, y especialmente en las tres últimas décadas, se han realizado nuevas aportaciones al conocimiento del glaciarismo del macizo (Miotke, 1968; Frochoso Sánchez, 1980; Clark, 1981; Castañón Álvarez y Frochoso Sánchez, 1986,1998; Frochoso Sánchez y Castañón Álvarez, 1986, 1998; Flor y Bailón-Misioné, 1989; Gale y Hoare, 1997; Serrano y González Trueba, 2001, 2002). En las últimas décadas han predominado los estudios referidos al máximo glaciar y su problemática, mientras que las primeras alusiones a la posible existencia de huellas morfológicas asociadas a un avance glaciar histórico fueron sugeridas por Miotke (1968) y Clark (1981). Estos autores, apoyándose en la presencia de numerosos neveros permanentes por encima de los 2.300 m, deducen que en la actualidad el macizo se encuentra cercano al límite de glaciación, y que probablemente estuvo glaciado durante la Pequeña Edad del Hielo"



Dicho estudio continúa diciendo:
" En los años 90 se publicaron varios trabajos sobre el helero del Jou Negro, con diferentes interpretaciones según los autores en relación a la consideración o no de este cuerpo de hielo como glaciar. Además, en estos trabajos se apuntaba la existencia de otros cuerpos de hielo en algunas de las localizaciones más favorables de los Picos de Europa, planteándose ya la posibilidad de que sean herencia de la Pequeña Edad del Hielo (González Suárez y Alonso, 1994,1996; Frochoso Sánchez y Castañón Álvarez, 1995, 1998; Alonso y González Suárez, 1998; Castañón Álvarez y Frochoso Sánchez, 1998). Una primera aproximación centrada en el último avance glaciar histórico acaecido durante la Pequeña Edad del Hielo en los Picos de Europa ha sido abordada en detalle recientemente (González Trueba et al., 2002; González Trueba, 2005). Este trabajo tiene como objetivo realizar un análisis de conjunto que profundiza en la descripción y caracterización de las huellas morfológicas y restos de hielo existentes en el macizo, así como de los testimonios históricos que evidencian y constatan la existencia de glaciares en época histórica. Además se lleva a cabo una reconstrucción cuantitativa del desarrollo y evolución de los aparatos glaciares, así como una aproximación a los factores condicionantes en la génesis y evolución de los mismos. Con la ayuda de los testimonios históricos, se ensaya también una aproximación a la cronología relativa del fenómeno glaciar"


Y prosigue, cada vez más interesante: 
"A diferencia de Pirineos o Sierra Nevada que cuentan con una abundante documentación, en el caso de Picos de Europa, la alusión a la existencia de glaciares, aunque no está ausente de las narraciones de los pioneros decimonónicos, es escasa y ocasional, dado que el objetivo principal de estos viajes es la exploración de unas montañas cuya orografía aún se desconoce. A su vez, el carácter marginal de la glaciación histórica en el macizo, con pequeños aparatos recluidos en las elevaciones y orientaciones más favorables, y por tanto poco visibles y en sectores de difícil acceso, explica las pocas alusiones hechas a la existencia de unos glaciares que no son objeto de análisis específico, sino que forman parte de la descripción de sectores o itinerarios de ascensión. A pesar de todo, los testimonios históricos existentes conforman un legado excepcional, que constata y confirma la existencia de pequeños glaciares en Picos de Europa a mediados del s. XIX"


 A nuestra derecha siempre el Picu Viyao, de cuyas investigaciones también queremos compartir las conclusiones que de ellas concluye el crítico Neville Stator:
 "En el estudio realizado en torno a Viyao los autores advierten que algunos de los castros prerromanos fueron utilizados y acondicionados como fortalezas por el ejército romano una vez conseguidos sus principales objetivos militares en su avance sur-norte hacia la costa aprovechando los cordales montañosos ... "
"... En el caso de Viyao y a tenor del trabajo expuesto se puede confirmar con seguridad el establecimiento de cuerpos militares romanos como en Llagú o en otros castros. El conocimiento de tal fenómeno y la constatación del mismo ha cobrado fuerza en los últimos tiempos gracias a las investigaciones realizadas... "
"... Para aquellos lectores que no son asturianos decirles que el concejo de Piloña está ubicado en la parte oriental del Principado; lo primero que despertó las sospechas de los investigadores fueron las singulares estructuras defensivas, algunas de las cuales están diseñadas para controlar el suministro de agua..."
"... Tal circunstancia junto a las connotaciones poliorcéticas de las estructuras defensivas encontradas similares a otras del ejército romano ya estudiadas entre otros por Harmand, Le Bohec, Reddé, Gilliver, Peralta etc, certifican según los autores del trabajo que estaríamos ante un castro reutilizado y fortificado por fuerzas militares romanas para el control de la zona..."
"... A continuación se analizan detalladamente las estructuras defensivas (brachia) y se ponen en relación con el conocido gran campamento de Curriechos y la preocupación romana por contar con puntos de aprovisionamiento de agua seguros bajo su control directo con el objetivo de hacer viable la defensa de las guarniciones en caso de asedio..."
"... Este nuevo descubrimiento unido a la oleada reciente de otros establecimientos militares romanos localizados en el territorio asturiano parecen confirmar que el ejército romano habria sido decisivo en la configuración política y administrativa del territorio cantábrico..."
"... Parece confirmado que a partir de los grandes campamentos base en la meseta norte (Astorga, León, Sasamón, etc) el ejército romano forzó los pasos de la cordillera con grandes campamentos operativos de conquista como el de Curriechos desde los cuales estratégicamente situados se construyeron vías militares para afianzar la conquista..."
"... La resistencia indígena ante un poder militar abrumador como era el romano consistiria en una táctica de guerrillas en base a entorpecer el suministro, la logística y pequeños golpes de mano con los que hostigaban a los destacamentos legionarios..."

"... Una vez logrados sus principales objetivos militares y según todos los indicios que se van conociendo los romanos instalaron toda una constelación de pequeñas guarniciones y destacamentos militares para controlar el territorio y no sólo como se venia repitiendo cansinamente para efectuar labores de índole minera... "
"... Todo ello sucedió tras dar por finalizada la contienda lo cual indica que el territorio distaba mucho de estar pacificado y que la permanencia del ejército de forma prolongada en el tiempo en los grandes campamentos base de la Meseta y con una costosa dispersión de guarniciones y puestos fortificados en la zona Cantábrica obedecía a un clima de inseguridad evidente..."
"...Quizás la propia naturaleza del poblamiento castreño atomizado y disperso en pequeños núcleos; el igualitarismo de la cultura castreña con la ausencia de jefaturas militares potentes y el medio físico del territorio profundamente abrupto y de dura climatología condicionó el gran esfuerzo militar que los romanos tuvieron que llevar a cabo y la necesidad de la presencia castrense durante un tiempo prolongado quizás incluso permanente durante todo el Imperio..."

 "... Según los autores respecto a la fortificación de Viyao: y cito textualmente "Las pautas poliorcéticas que subyacen en la remodelación realizada en época romana desvelan el interés por constituir una posición fortificada y dominante en el terreno que no pudiera ser vencida por la falta de agua. Los factores militares prevalecen sobre los meramente habitacionales, por lo que el uso del término "castro" no nos parece adecuado para este caso, sino que deberíamos pensar mas bien en una fortaleza o turris..."

 "... Pues bien del párrafo arriba mencionado se desprende la preocupación y la inquietud en el mando romano por un posible asedio lo cual una vez acabadas las guerras cántabras si el territorio estuviera completamente pacificado dista de tener lógica alguna a no ser que el territorio cantábrico sufriera algún tipo de depredación por parte de fuerzas marítimas desconocidas y de las que no hay ninguna constancia aunque no es la primera vez que veladamente se introduce esta cuestión -véase el tema de la defensa en retaguardia en torno al controvertido limes del Duero y la Notitia Dignitatum- Parece mas creíble que todas estas preocupaciones militares estén fundadas en una compleja mezcla de bandolerismo,resistencia a la ocupación y revueltas sociales por las duras condiciones de la explotación minera..."

Más allá del Picu Viyao, a su izquierda y en sus faldas, la Casa'l Picu, La Llana, El Cuetu y El Cantu, con la Cuesta Cayón enfrente


Y, bajo la Cuesta Cayón, Cadanes


En primer término La Llana, a continuación Cadanes y arriba la ermita de Santa Ana



Cambiamos de ángulo, miramos ahora a nuestra izquierda, la alta y pronunciada ladera del Monte Robléu


Las vacas pacen en el pasto


Y mientras, continuamos bajando dando vista de frente a Los Picos



De los neveros y la apasionante historia de sus viejos glaciares, seguimos compartiendo con vds. retazos del estudio La Pequeña Edad del Hielo en los Picos de Europa. Análisis morfológico y reconstrucción del glaciar histórico, de González Trueba
"Pidal y Zabala (1918), en su monografía sobre los Picos de Europa, hablan de amplios neveros y ventisqueros bajo la pared norte de la Torre de Cerredo y la Torre del Llambrión. En un capítulo dedicado a la descripción de excursiones por el sector de las Peñas Santas, en el macizo del Cornión, se incluyen dos fotografías que muestran el estado a principios del s. XX, de dos de los circos glaciados en época histórica, como son los de la cara norte de la Torre Santa María y la cara norte de Peña Santa de Castilla, bajo cuyas paredes se alojan amplios neveros y cembas (topónimo que en Asturias hace referencia a manchas de nieve o hielo) que, probablemente, ocultaban o sustituían ya en la segunda década del s. XX los pequeños glaciares citados como activos por los exploradores decimonónicos. Estos mismos neveros y cembas son mencionados por Delgado Úbeda en su Guía del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga (Delgado Úbeda et al., 1932), quien destaca la existencia de amplios neveros al pie de la pared norte de la Torre Santa María y la norte de Peña Santa de Castilla. Este conjunto de alusiones, realizadas en las primeras décadas del s. XX, a pesar de ser ocasionales, más o menos directas, contradictorias en algunos casos y que hay que tomar con reserva siempre, no obstante, tienen un gran interés, pues son el único medio de comparación con la situación expresada por los testimonios decimonónicos, lo que sirve como un elemento de apoyo más en la aproximación y conocimiento de la evolución reciente de los glaciares desarrollados en época histórica, en el tránsito del s. XIX al XX"

En este tramo nos animamos a cantar esta célebre asturianada que viene muy a cuento:
"Carretera abaxu va y en Santu domengu entré y por Pedro Crespo Calvo Carpinteru entrugué y díxome una señora ¿por quién entrugaba usté? ¿pol d'arriba pol d'abaxu o por el del arrabal? Qu'hai tres Pedros Crespos Calvos Carpinteros nel llugar Qu'hai tres Pedros Crespos Calvos que nun quieren trabayar La casa del siñor cura nunca la vi como agora ventana sobre ventana y el corredor a la moda Tantu bailé con el siñor cura tantu bailé que me dio calentura enguedeyar enguedeyar enguedeyéme enguedeyéme nun bardial enguedeyéme con una de quince nunca me pudi desenguedeyar"


Hermosa pumarada de mazanales en línea a nuestra izquierda, y seguidamente curva a la derecha


Y otra rampa abajo en recta por esta carretera


A la derecha un tramo de calzada antigua. Si resultase que fuese un día de abundante tráfico, podemos ir por ahí


Curva a la derecha en Los Ratos


Ahora mucha atención, justo a la mitad de la curva, antes del cruce de Los Ratos, dejaremos la carretera para tomar un atajo a la izquierda. A no ser, atención, que vayamos en bicicleta, que entonces, para no andar posándonos, es mejor ir abajo hasta enlazar con la AS-258


Es un atajo que apenas se ve, entre árboles, zarzas y helechos: atentos a la flecha


Justo aquí a la izquierda


Un poste indicador que lo señalaba ha desaparecido hace años y nunca ha sido repuesto


Hay alguna "garrapiella" en el suelo, único lugar donde puede pintarse alguna marca, pero a veces están muy gastadas y pueden pasar desapercibidas


El sendero es estrecho pero se pasa sobradamente bien


Una foto en invierno con menos hoja y menos sombra


Un peñón a la izquierda: salimos prontamente a la AS-258, la "Carretera del Altu la Llama"


En la carretera subimos a la izquierda


Viene un poco de cuesta...


Otro paisaje de Viyao, siempre precioso, con el pueblo a sus pies. Queremos volver a referirnos al estudio de su hábitat castreño, que dice:
"Las evidencias descritas para El Picu Viyao propician la identificación en este yacimiento de un nuevo establecimiento militar romano en la Asturia transmontana. De confirmarse, contaríamos con un nuevo elemento para comprender mejor las formas de control político y territorial que la administración romana puso en marcha en los siglos posteriores a la conquista. En este sentido, es importante que repasemos las evidencias militares romanas conocidas para esta región, con objeto de clarificar el contexto histórico-arqueológico en el que podríamos situar este yacimiento..."
"... La presencia del ejército romano en la región se ha revelado como un aspecto muy importante en la comprensión de las prácticas políticas y administrativas empleadas por Roma en la Asturia transmontana. Su protagonismo en este territorio no sólo es patente en el transcurso de las Guerras Cántabras (Peralta, 2009), contexto en el que se han reconocido -desde no hace mucho- los castra aestiva relacionados con las operaciones de conquista (Camino et al., 2007; Fanjul, 2007; González Álvarez et al., 2008; Menéndez Blanco et al., 2011). También se está detectando la presencia de pequeños destacamentos militares posteriores a las guerras, que se relacionarían con funciones administrativas, policiales de control territorial y viario..." 
"La presencia del ejército romano en la Asturia transmontana se ha relacionado habitualmente con la minería aurífera, siendo buen ejemplo de esto la zona occidental asturiana. Hasta hace poco, no se habían documentado áreas arqueológicas relacionadas con la minería en el entorno de El Picu Viyao, aunque recientes investigaciones han indicado los primeros ejemplos en torno al pueblo de Moñes (Caso, 2007: 473), donde aparecieron a principios del siglo XX las diademas de Moñes. No en vano, la potencialidad minera de la zona es alta, con mineralizaciones de cobre, oro y arsénico (MartínIzard et al., 1995: 147) en un formato similar al área minera de Carllés-El Valle, ampliamente explotada en época romana (Villa, 2010). No sería del todo descartable, así pues, contemplar el aprovechamiento minero de estos recursos auríferos"
"... El examen atento de las fortificaciones presentes en El Picu Viyao puede servirnos como punto de arranque para plantear un debate que, aunque exceda los objetivos de este trabajo, es interesante enunciar brevemente. Hasta ahora, la investigación arqueológica asturiana se ha servido de la etiqueta “castro” para denominar a toda una serie de yacimientos fortificados con localizaciones conspicuas. En la mayoría de los casos, estos enclaves se corresponden con los poblados monumentalizados característicos de la Edad del Hierro. No obstante, bajo esta misma etiqueta pueden identificarse otras manifestaciones materiales y culturales con una importante variabilidad funcional y cronológica..." 
"... En esta región, existen problemas para reconocer el poblamiento romano tras el abandono de los castros, aunque parece claro que, en torno a los siglos I-II d.C., los poblados fortificados darían paso, paulatinamente, a un hábitat rural abierto, con nuevas estructuras de habitación. Entre ellas destacan las villae (Fernández Ochoa y Gil, 2008), como centros de poder local desde donde una elite local dominaría las producciones agropecuarias y artesanales. Esta red de poblamiento la completarían otras células de poblamiento menos conocidas, como serían los fora y los vici. Estos desconocidos asentamientos en abierto se debieron situar en terrenos como el que nos ocupa, aptos para su explotación agropecuaria y con unas condiciones ambientales que facilitarían la concentración de la población y su organización política y territorial (Menéndez Bueyes, 2001: 148-149). Margarita Fernández Mier (1999) plantea la génesis de este esquema de poblamiento como un paulatino desplazamiento de las comunidades castreñas hacia sus entornos próximos, para generar una nueva forma de hábitat que, aunque funcionaría en un mismo paisaje, lo haría siguiendo nuevos parámetros sociopolíticos..."

En este primer tramo de carretera nos toca una pequeña subida


Vamos en dirección al Altu la Llama, uno los principales accesos al Sueve por su cara oeste, si bien nos desviaremos a Borines bastante antes de llegar allá


Curva a la izquierda con Los Picos al fondo


Ahí en el Cornión está la famosa Cemba Vieya, de la que escribe así en su estudio González Trueba
"En la cara norte de la Torre Sta. María (2.486 m), se alojaba habitualmente un nevero permanente conocido con el expresivo nombre de “Cemba Vieya”, topónimo que hace referencia al carácter permanente de esta masa de nieve. A finales del verano del 2003, el nevero había desaparecido prácticamente en su totalidad, dejando tan sólo unas manchas de nieve residuales, coincidiendo con la salida del canal de aludes que se sitúa en la parte central de la pared norte del circo (Tabla 2). En el circo existen formas de acumulación y de erosión frescas, heredadas de un avance glaciar reciente y marginal, dada la escasa entidad de las formas. Entre los 2.200 y 2.270 m se extiende un arco morrénico simple, que dibuja la parte frontal y lateral derecha, aguas abajo, en la máxima extensión del glaciar. La morrena presenta una escasa potencia, con un máximo de 4-6 m en su parte frontal. La intensidad de los procesos kársticos, dificulta la conservación de formas nítidas, generando un lecho glaciar muy irregular. Aguas arriba de la morrena el lecho glaciar aparece pulido y estriado"

El Picu Ordiyón, al oeste, guía ahora nuestros pasos


Caminamos en llano, pero tampoco hay aquí arcenes, por lo que cuidado


Una pumarada


Sucesión de curvas, pero siempre en llano


Más pumarada a la derecha


Parece que llega el tiempo de la siega


Nos adentramos en bosques de castañales, fresnos y carbayos


Curva a la izquierda


Un poco de sombra...


Vayamos bien arrimados y con mucha atención. Pongámonos mejor el chaleco refractante en estos tramos. Y si caminamos de noche, por supuesto (mucha gente lo hace), echad mano de las linternas, aunque haya luna llena, pues tanto o más que para ver, es para que nos vean


Por lo demás, a pesar de ser asfalto y sin vereda para caminantes, el tramo es agradable, fresco, boscoso, a la sombra, y llano


Atención en esta curva cerrada a la derecha, que pasa sobre una riega que baja de Robléu


La carretera vuelve a ascender un poco a partir de aquí


La carretera zigzaguea en esta falda del Monte Robléu


Subimos levemente


Bajo los castaños...


Túnel vegetal


La carretera sigue la sinuosidad del monte


Esta misma carretera tiene sus leyendas, tal y como cuentan los informantes del libro Lliendes de Piloña:
"Cuando ficieron la carretera Colunga, fai años yá, daquella diba una muyerina cola dinamita nun paxu na cabeza dende L'Infiestu a lleváyosla, asina que...

Buenu, había un contratista que llamáben-y Piquero, y una de les voladures que ficieron alcontraron una cueva, y dientru d'ella un arcón, que taba enllenu d'oru, pero Piquero nun dixo un res a los que taben ellí trabayando d'obreros y dixo-yos: "Bonu, mañana ya seguimos trabayando y esti arcón ná, tien trapos y ropa vieyo". Pero'l casu ye que cuando volvieren a trabayar al día dempués Piquero nun taba y dexó l'arcón con ropa vieya dientru, y la familia Piquero enriquecióse pa siempre"

Y ahora un poco de curva. Aunque suelen pasar pocos vehículos la falta de espacio para deambular los peatones ha de hacernos estar muy pendientes


Largo guardarraíl a la izquierda, sobre el precipicio...


Sigue la curva entre la tupida arboleda


Hay un poco de recta. Mucha atención ahora cuando empezamos a ver de frente el Sueve por Monte Cudiellu y La Cruz de María Mingo, cerca de Fuentes y el Altu la Llama


Y es que aquí, justo al final de esta recta y cuando comienza la siguiente curva, dejaremos la carretera a la derecha


La desaparición de su poste indicador sin haber sido repuesto, junto la dificultad de marcar señales bien visibles, puede hacer y hace que se siga hasta los citados pueblo de Fuentes y Altu la Llama, realizando un rodeo muy considerable


Justo aquí es donde dejaremos la carretera para tomar un desvío a la derecha


Atentos al camino


Foto de invierno, con menos sombras, en la que se ve mejor el desvío. Esta pista a la derecha es el Camín de la Retuerta, pues baja a la antigua casería de este nombre, entrada en la parroquia de Borines. Hay algunas señales en el suelo y en el guardarraíl, pero no siempre se reconocen. A veces algún particular coloca algún letrero, que tampoco suele durar mucho puesto


Una "garrapiella" en el asfalto. El paso continuo de vehículos hace que desaparezcan rápidamente, borradas por las rodadas


Realizamos todo un giro de 180º y empezamos a bajar por esta pista de tierra


En este cruce veremos en el Sueve: a la derecha el Altu la Llama, de frente la Collada del Campurriu y La Cruz de María Mingo (772 m) . A lo lejos el Picu Tiegu (847 m), a la derecha el Picu les Nozales (582 m), junto al que asoma a la derecha el Cuetu Ordiyón (717 m), a su derecha Antayo (554 m)



Y a la derecha de Antayo La Peña y La Cuesta Miyares


Aquí abajo dos aldeas de la parroquia de Borines: a la izquierda San Feliz y a la derecha Sieres


San Feliz, a 350 metros de altura, bajo La Cruz de María Mingo y El Cuetu Ordiyón


Y Sieres, a 300 metros de altitud, sobre el valle del Ríu Borines. Arriba Antayo y La Cuesta Miyares


Sieres tiene un histórico movimiento vecinal, del que hablaremos en el próximo episodio, y en su barrio de Nunquera está la capilla de San Andrés, que celebra romería el 30 de noviembre...
"Si quiés que baile contigo
na romería de San Andrés
si quiés que baile contigo
na romería de San Andrés
has de dame neña
lo que yo te pida:
un besu pequeñu
que valga por tres
has de dame neña
lo que yo te pida:
un besu pequeñu
que valga por tres
´

Después que baile contigo
morena mia
yo te daré
Después que baile contigo
morena mia
yo te daré
otro besu míu
pequeñu, pequeñu
otro besu míu
que valga por diez
otro besu míu
pequeñu, pequeñu
otro besu míu
que valga por diez"



Más abajo el valle, unión de los ríos Borines y de la Cuesta Villar


Y en el valle, casas y lugares


A la derecha Vallobal, por donde pasa el camino, al lado de su antigua malatería, histórico hospital de leprosos del que también habrá que hablar en la siguiente entrega de blog dedicada a esta travesía andariega


El camín entra en Vallobal por la carretera AS-358, donde está Villa Victoria, casa de indianos que vemos a la izquierda de la foto. El Ríu Borines pasa oculto por la biesca, a la derecha


Justo a la izquierda de Villa Victoria está la capilla de San Roque, a la entrada del cementerio de Borines


En el camino a la capilla y el camposanto asoma un poco la antigua Escuela de Borines


Y encima el lugar de Muñío...


En lo alto de La Cuesta Miyares las praderías de La Peruyal


Otro balcón hacia los Picos de Europa y los neveros y glaciares de El Cornión, de los que sigue hablando González Tuerba de esta manera...
"Al norte del Collado de la Forcadona (2.302 m), entre la Torre del Torco (2.452 m) y la Peña Santa de Castilla (2.596 m), se localiza el Neverón de la Forcadona, el de mayores dimensiones de todo el grupo del Cornión. En septiembre de 1997, Alonso y González Suárez (1998) reconocieron la existencia de tres cuerpos de hielo de reducidas dimensiones en este sector, entre 2.210 y 2.290 m. El retroceso experimentado por estas masas de hielo desde entonces, se manifiesta en el hecho que, a finales del verano del 2003, el Neverón de la Forcadona se había fundido totalmente, dejando al descubierto la pequeña depresión glaciokárstica que habitualmente ocupa. La cubeta aparece rellenada por un espeso manto superficial de derrubios que entierra un cuerpo de hielo (Tabla 2). El hielo, visible en su parte inferior, está enmarcado por un arco morrénico frontal de unos 8 m de espesor, y con fuertes pendientes a ambos lados, situado a 2.210 m. En las paredes del circo se conservan huellas de abrasión glaciar reciente, con superficies pulidas y estriadas muy frescas, que permiten reconstruir la altitud alcanzada por el glaciar durante su máximo histórico..."
"... En la pared norte de Peña Santa de Castilla (2.596 m), en un pequeño circo glaciar colgado y orientado hacia el NNE, entre 2.350 - 2.400 m, se conservan dos neveros permanentes de reducidas dimensiones. El nevero más elevado, empotrado contra la pared, tiene unas dimensiones aproximadas de 20 - 25 m. Por debajo, al pie de la pared a 2.350 m reposando sobre una suave repisa, se extiende el nevero de mayor tamaño con 90 - 60 m, y con un espesor máximo visible de 4 m. Bajo la nieve no se ha podido observar ningún cuerpo de hielo (helero), de forma que estas acumulaciones de nieve permanentes, que pueden conservarse incluso varios años, las consideramos como neveros (Tabla 2). Sin embargo, un cordón morrénico fragmentado y derrubiado enmarca el conjunto. La parte frontal de la morrena presenta una morfología muy poco nítida y de escasa entidad con una altura máxima de 4-6 m, con de haber sido modificada por procesos nivoperiglaciares. En su parte izquierda aguas abajo, el arco morrénico posee una altura de 8-10 m. Los bloques con huellas de abrasión glaciar representan en torno al 2%. El mayor volumen de esta parte del complejo morrénico se debe al aporte de material procedente de un cono de derrubios preexistente que fue removilizado por el glaciar en su avance, prueba de lo cual es la existencia de formas en plancha, características de un transporte subglaciar. El sustrato se encuentra pulido y estriado... "

Y en las Conclusiones dice:
"El análisis de las huellas morfológicas y restos de hielo encontrados, así como de las fuentes históricas, permite constatar la existencia durante la Pequeña Edad del hielo de un glaciarismo de carácter marginal, en el umbral límite de glaciación, localizado en alturas por encima de los 2.200 m, y relegado a las topografías más favorables, bajo la protección que ofrece la sombra de las paredes norte de algunas de las principales cumbres. Se han reconstruido un total de 6 aparatos glaciares de reducido tamaño, localizados en los macizos central y occidental de los Picos de Europa, y que en conjunto suman una superficie de 26 ha"

Más cerca, justo debajo de nosotros, las praderías de La Retuerta, ya en Borines


Y por el Camín de La Retuerta bajamos nosotros en ruta al valle


La senda baja primeramente por un tramo recto



A la sombra de fresnos y castaños, el bosque autóctono


Un precioso camino a la sombra de estas arboledas...


Sigue paso a paso el descenso...


Atención ahora en esta curva...


Antaño se bajaba a la izquierda, atravesando la casería de La Retuerta, pero ahora está cortado, por lo que en la curva, donde hay un cruce, se sigue de frente


Aquí a la derecha sale un camino que continúa bajando


El indicador nos orientará



Aparecen tres de los colores de flechas que suelen indicar hoy en día esta travesía andariega


El camín sigue todo recto en bajada por esta ladera


Salimos así a unas fincas...


Y miramos de frente a Viyao, la Cuesta Villar, los Payarones, L'Arbeyal...


Bajo Viyao Les Lloses y El Carbayal


El Carbayal y a lo lejos La Llana, El Cuetu y El Cantu, dando vista a La Cuesta Cayón


En La Cuesta Cayón vemos ahora a la derecha su máxima altitud, el Fariu (557 m), plantado de pinos y abetos. Justo a sus pies está Pintueles, que no vemos desde aquí y, al otro lado, está Infiesto L'Infiestu


A la izquierda otra vista de Cadanes


En primer término El Cantu y La Barrosa


Y más allá Cadanes, parroquia de Pintueles, hábitat de caserío concentrado que aprovecha el terreno del valle


Y más allá el gran anfiteatro natural de la Cordillera Cantábrica, los Montes Astúricos


Otra vista del valle entre Borines, Vallobal y Miyares


El Picu Viyao, de frente. También el equipo investigador de sus restos saca sus Conclusiones del estudio de este yacimiento...
"A la luz de lo expuesto, el yacimiento de El Picu Viyao puede ser entendido como un enclave más complejo de lo que se creía hasta ahora. Ha quedado claro cómo las características constructivas de las estructuras defensivas que conforman los diferentes espacios del enclave pueden ofrecernos datos importantes referentes a aspectos cronológicos y funcionales que nos permiten comprender mejor el papel de este yacimiento en sus sucesivas fases de ocupación..."
"... Podemos pensar que en El Picu Viyao se establecería un poblado indígena durante la Edad del Hierro, realidad arqueológica perfectamente englobable bajo el concepto “castro”. Tras la conquista romana, en un momento por precisar, se ocuparía este enclave con fines militares en relación con el control del territorio y/o del entramado viario entre la depresión prelitorial asturiana y la rasa costera. Las pautas poliorcéticas que subyacen en la remodelación realizada en época romana desvelan el interés por constituir una posición fortificada y dominante en el terreno que no pudiera ser vencida por la falta de agua. Los factores militares prevalecen sobre los meramente habitacionales, por lo que el uso del término “castro” no nos parece adecuado para este caso, sino que deberíamos pensar más bien en una fortaleza o turris..."

Curva cerrada a la izquierda en el Camín de la Retuerta


La Retuerta debe su nombre al latín tortus, torcido, enmarañado, nos dice el toponomista Xosé Lluis García Arias, abundando en ello el también investigador Xulio Concepción, por lo que hace aún más evidente que estamos en un terreno retorcido por las sinuosidades orográficas de esta ladera que cae hacia el valle


Valle al que aún nos aguarda un descenso un tanto prolongado, en continua cuesta abajo


Crecen las hierbas y helechos en primavera


Al sur los altos picos del cordal...


Una delicia de paisajes


La Collada Moandi y a la izquierda el Pierzu


Nos adentramos en esta honda caja caminera


Y en los bosques de La Retuerta


Arbolado que da buena sombra y frescor...


Y aquí volvemos a ver el Cuetu Ordiyón. Nos encanta la descripción que hace de él la prestigiosa web montañera Mendikat:
"El Ordiyón, picu benjamín del Sueve, eleva su enhiesta figura en la parte más meridional de la sierra, pretendiendo alcanzar a sus hermanos mayores, de los que le separa la Collada Campucima (561 m)"

En algún cruce seguimos siempre el camino principal, el más arreglado. Aquí ahora llaneamos un poco


Y tenemos una pequeña subida


Pronto acaba la cuesta...


Y ya vemos de frente la casa de La Retuerta


Por allí bajaba antes el camín...


Pasamos al pie del texu


Y vemos platanales junto a la casa. En Asturias árbol ornamental, pues sus frutos no se comen


Pasado el texu volvemos a bajar...


Todo recto en suelo de hormigón y fuerte descenso


Y nos metemos en otro castañéu


Esta cuesta abajo tan larga será un buen ejercicio para las piernas... tomémosla con calma


Nos adentramos nuevamente en un umbrío y precioso bosque...


Castaños, carbayos, hayas y fresnos, maravilla natural del Camín a Cuadonga


Enlaza con este otro camino: seguimos de frente por la pista de cemento


Filas de árboles a la izquierda


Inclinan sus ramas sobre el camino como en una reverencia


Hay también algún robledal...


Y ejemplares de gran tamaño


Ahora vemos a nuestra derecha el Picu Viyao


Y abajo las profundidades boscosas por donde discurre el Ríu la Cuesta Villar


Admiramos siempre la singular silueta del picu...


Y las evidentes señales de aparato defensivo de su cima, del que dicen los investigadores:
"... en El Picu Viyao, podemos adelantar algunos parámetros formales que servirán para especificar cronológica, funcional y culturalmente distintos fenómenos arqueológicos detectables dentro de la ambigua realidad de “castro”. En concreto, hemos reconocido una serie de elementos constructivos relacionables con la presencia de cuerpos militares romanos que, con su presencia, denotarían la fundación o reocupación de algunos de estos enclaves. Tales rasgos formales derivarían de los sistemas de castrametación romanos (vid. Gilliver, 1999): el empleo de brachia u otros elementos de fortificación de composición terrera combinados con fossa duplex, los campos de piedras hincadas o caballos de Frisia, la disposición no orgánica de las plantas de los asentamientos… Como buena muestra de estos rasgos, podemos pensar en los enclaves tradicionalmente catalogados como castros y para los que la investigación ha desvelado una importante ocupación militar romana, como El Chao Samartín, San Ḷḷuís, El Monte Castrelo de Pelóu… o incluso su fundación como asentamientos militares romanos, tal sería el caso de San Isidro"


La alambrada delata que llegamos a una zona de pastos y fincas



Empezaremos a ver estas fincas mejor al pasar la siguiente curva


La bajada ofrece aquí unos metros de tregua...


Pasamos estos arbolones...



Estamos en El Navalín, fincas ganaderas encima de Borines
 

El Camino tiende a llanear al pasar bajo estos carbayos y castañales



Precioso paisaje de El Navalín que nos lleva ya a Borines, en la ruta también a Vallobal y Miyares

































































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