Santander y su bahía desde la Senda Costera |
Cruce de Galizano |
El Camino hacia la costa, señalizado
Casas tradicionales restauradas. Hay supermercado
Seguimos calle adelante
Viendo ya el campanario de la iglesia de la Asunción, hacia donde nos dirigimos
A la derecha un palacio
Cerrada su quinta con altos muros
Presenta un blasón esculpìdo sobre el arco de ingreso
Y otro similar en la fachada
Llegados al consultorio médico, sito en un cruce, vamos a la izquierda,
en el barrio de La Iglesia, llamado de esta manera por estar allí la
iglesia parroquial. A la derecha llega a enlazar con este el camino que viene de Ajo, también señalizado
Hacia allí va el Camino...
Al lado de ella pasa el Camino, pero podemos acercarnos a visitarla
Subimos por estas escalerasy aquí vemos la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, que comenzó a construirse en el año 1580, estilo gótico, pero de las que sus obras se prolongaron hasta el siglo XVII, cuando era llamada de Nuestra Señora de La Velilla, advocación que pasó a la Asunción en el siglo XVII. Se aprecian bien sus contrafuertes góticos y su ábside poligonal
Capillas a cada lado y grandiosa torre-campanario
Escudos de los linajes de las capillas...
Vamos a acceder al pórtico
Sobre él, una imagen...
La Virgen con el Niño. La Asunción, la Santa Patrona...
La portada es de estilo clásico, renacentista, enmarcada en un hermoso frontón
Llaman la atención las cabezas de vaca en su variada simbología
Y los rosetones
Volvemos al exterior...
En este precioso campo está el Quiosco de la Música
Y al lado el Teatro de Galizano
Detrás sigue el Camino...
En el siguiente cruce iremos a la derecha, en ruta a las playas
Vamos ahora por firme llano
Pasamos delante de estas casas
Una con hermoso balcón-corredor
Nos acercamos a una bifurcación
Hay varios restaurantes y alojamientos. En este cruce iríamos a la derecha para seguir hacia la senda costera. A la izquierda atravesaríamos el barrio de La Pedrosa e iríamos al interior para empalmar con el otro camino. Esta variante está también señalizada. Nosotros en este caso iremos a la derecha
Pasando frente a la fachada del hotel
Con ancha acera
A nuestra derecha hay un pequeño parque ante la urbanización Campo Juana
Esta es nuestra ruta
Chalets y edificio de pisos
Casa de labranza reformada...
Vamos saliendo del centro del pueblo
Y llegamos a los campos de la rasa costera
Rumbo a la Playa de Galizano
A lo lejos vemos el Camino a la playa, por donde pronto pasaremos
Más allá son los montes de La Llomba, La Cruz y El Casar
Por allí va el Camino...
Pasando junto a estas casas...
Y estos silos...
Larga recta hacia la playa
Otra fila de casas a la derecha
La Canal
A la izquierda escuela de surf
Sigue la recta, junto a los campos de Mies de Madera
Vaquería a la derecha y al fondo el pueblo de Langre, otro de los que conforman el municipio de Ribamontán al Mar, como Galizano
Barrio de San Miguel
Prados de siega y casas
En el cruce seguimos de frente
Ruta a la playa
Atentos a la señalización
Ligera cuesta
Casas de San Miguel...
Final de la cuesta
Y ya estamos sobre la Playa de Galizano, desembocadura del río Herrero, donde forma una pequeña ría, La Canal, razón por la que es llamada también Playa de la Canal. Esta zona resguardada del viento es conocida como La Playuca
Monte arriba está la Cueva de Cucabrera
Seguimos caminando...
Y ahora admiramos la primera línea de playa desde este hermoso mirador
La playa está guardada por la Punta Riaño a la derecha y por la Punta de la Canaluca a la izquierda
Pasamos junto a estas casas
Al fondo al oeste vemos unos imponentes acantilados
Es el Cabo Galizano, que guarda la Playa de Langre. Por ahí iremos dentro de poco
Más al oeste aún divisamos Cabo Menor y Cabo Mayor, en las inmediaciones de Cueto, barrio al norte de Santander, capital de Cantabria. Ahí está el Faro de Cabo Mayor o de Bellavista, inaugurado el 15 de agosto de 1839, diseñado por Felipe Bauzá y Domingo Rojí. En 1877 fue el primer faro de España en utilizar aceite mineral. En 1935 se hizo al pie una casa para los fareros En 1954 tuvo sirena y después radiofaro, siendo modernizado en 1979. La casa de los fareros dejó de ser vivienda en el año 1981 y es ahora el Centro de Arte Faro de Cabo Mayor
Vamos bajando ahora unos metros, viendo la grna llanura verde de Mies de Madero y Mies de Helechas, salpicadas de casas labriegas en El Soto, La Cavada y La Pedrosa. La carretera As-141 es la larga recta que la atraviesa. Por allí va el otro camino
De frente veremos el camino por el que vamos, unos metros más allá, en dirección a la Punta Rodico (izquierda) y la Ensenada de Galizano
Y por supuesto el Cabo Galizano y Cabo Mayor
Por aquí van ahora nuestros pasos, sobre el arroyo de Aguas Rondas, que aquí desemboca en el mar...
Bajamos y pasamos detrás de esta casa...
Vemos la desembocadura del arroyo
Pasamos el puente junto a esta vaquería
Y ascendemos unos metros por esta pista hasta aquella casa
Volvemos a llanear, ahora al borde de los acantilados
Las cercas de alambre de espinos delatan los usos ganaderos de estas fincas
Aquí nos desviamos a la derecha
Señal del desvío
El Camino sigue por aquí...
Y zigzaguea entre los campos...
Pista de zahorra
La senda gana poco a poco algo de altura...
Al fondo divisamos las cumbres de Peña Cabarga, parque natural, con el pico del Pico Llen, de 570 metros de altura, al sur de la Bahía de Santander, donde está el Monumento al Indiano y a la Marina de Castilla. A la izquierda es El Castillo o Pico del Castillo, localización de un castillo altomedieval
Al sur, Galizano y los montes por donde viene el Camino, bajando desde Güemes
Al este a nuestras espaldas, Arenillas y la Playa la Canaluca, la Punta Riaño, y Punta Cabrera, así como San Miguel, por donde acabamos de pasar
Y San Miguel, por donde acabamos de pasar
Al oeste, Llangre, el pueblo, colina arriba a la derecha
Gran pradería...
El Soto...
Campos de siega...
A lo lejos al sur los puertos que hacen frontera con Castilla y el País Vasco, montañas que se yerguen sobre los valles pasiegos
Nos aproximamos a los acantilados
Langre y bajada a la playa por los cantiles. Obsérvese bien la iglesia con su ábside y espadaña, sobre la nave de ganado
Senda de hierba...
Senda que se acerca a los acantilados
La Playa de Langre, con el pueblo al fondo y los acantilados del Cabo de Galizano
Remanso marino de paz y sosiego en el Camino...
Caprichosas formas de la erosión marina: El Pico de Langre
Al borde del cantil, con Langre al fondo
Sedimentos en los acantilados, libro abierto de los movimientos geológicos de la Prehistoria
Vista atrás...
La Punta Rodico. Estos parajes fueron escenario de tremendos naufragios
Vista al sur, Mies de Helechas y El Soto
La Cavada
La Peña Cabarga con los 570 metros del Pico Llen
Maravillas de la Tierra y el Mar sobre la Playa de Langre. Esta parte es conocida como la Playa Grande
Abruptos acantilados
Playa de Langre, La Grande, una de las más bonitas de Cantabria
Es ahora cuando tenemos una doble opción, pues el trayecto se bifurca: a la derecha sigue la ruta más propiamente costera, al lado de la bajada a la playa y acantilados arriba. A la izquierda subiríamos a Langre y una carretera local (CA-440) nos llevaría a Loredo, enlazando allí con el otro camino, para ir a la iglesia de Nuestra Señora de Latas y de allí a Somo. Por otro lado a la derecha, desde la bajada a la playa, el Camino sube campos arriba a lado del acantilado.
Esta es la ruta propiamente costera, que es la que está señalizada (parcialmente) y la que vamos a seguir
El trayecto es aquí un sendero trillado por caminantes y pescadores
Vamos al mirador
Maravillas del paisaje
El Pico de Langre, atalaya sobre la mar océana
Atrás va quedando la Playa Grande
Adelante hay un pequeño aparcamiento, pues una pista asfaltada comunica con el pueblo
Casa solitaria a la sombra de pinos y palmeras, en medio de la campiña
Llegamos al mirador
Desde aquí vemos la playa y a su izquierda la Punta Rodico, Arenillas, la Punta la Canaluca, la Punta Riaño, Cucabreras, y al fondo la Lastra de las Cuevas y, detrás, el Cabo Quintrés
Cabo Quintrés, costa de Trasmiera...
Cabo Galizano. Aquí está la Playa Pequeña
Se ve perfectamente el fondo marino ante la Playa Grande
Desde el aparcamiento y mirador, junto a otra de las bajadas a la playa, tomamos este sendero
Y subimos campera arriba
Langre a la izquierda
El Cabo Galizano a la derecha
Cuña que se adentra en el mar...
Ganamos altura...
Bellísimo paisaje
Vista a nuestras espaldas del trecho que acabamos de dejar atrás
El mirador y la playa
La costa y sus cabos y acantilados
El sendero va ya por firme llano
Hermosísima concha...
La senda pisada sigue hasta la punta del Cabo Galizano. Aquí podríamos, si nos es factible, atajar un trecho campo a través a la izquierda...
Iríamos aproximadamente hacia aquellas casas en lo alto de Langre
En concreto nos dirigimos a aquel camino, que sube junto a la cabaña, en el lugar de Llaranza
Caminamos hacia la Punta Langre, viendo al fondo Cabo Mayor y Santander
Santander, zona de Cueto y Sardinero
Cabo Menor y Cabo Mayor...
Un barco sale de puerto
El Faro de Cabo Mayor
Vista atrás dejamos la Ensenada de Galizano
Aquí encontramos la pista...
Seguimos de frente. Este barrio de Langre se llama Llaranza
Llegamos a un cruce y vamos a la derecha
Aquí vuelve a haber señalización
La pista hace aquí un giro a la izquierda y discurre en paralelo a la línea de costa
Y subimos a la cabaña que veíamos antes
Llegamos al cruce y seguimos de frente en Llaranza
Placa con el nombre del barrio
La solitaria cabaña
Vemos Santander al fondo
Buen paisaje de Santander. Destaca ya en la distancia el Hotel Real (en medio de la foto, algo tapado por el poste), ideado por Alfonso XIII para alojar a su séquito durante sus estancias veraniegas en Santander. Bajo sus auspicios se empezó a construir en 1916. Diez años antes la familia real ya venía a tomar los baños de ola y se asentarían en el cercano Palacio de la Magdalena
Iniciamos una bajada
Pasamos detrás de la casa...
Al borde del mar...
Cabo Mayor...
Santander más cerca
Playas de Es Sardinero, zona de playas que se configuró como ciudad-jardín de Santander cuando, a partir de mediados del siglo XIX, se puso de moda para tomar los baños de ola que serían el antecedente del actual turismo veraniego. Al principio la burguesía industrial madrileña y catalana estableció aquí las primeras quintas de recreo y chalets. Luego la casa real española lo pondría aún más de moda con sus estancias en la ciudad, inaugurándose el casino. Con el tiempo la ciudad-balneario se transformó en zona residencial de bloques de pisos, con abundante hostelería, hoteles y servicios, ante las playas
Al sur están los muelles de Maliaño y Raos, el Puerto de Santander. Aquel peñasco a la derecha de la foto es Peña Castillo, que tiene todos los visos de ser un primer asentamiento prerromano habitado después hasta la Edad Media al menos. Lamentablemente y al haber sido tradicionalmente explotado como cantera se han perdido muchos restos de aquel tan oscuro como apasionante periodo. Al fondo, más a lo lejos, otro picudo promontorio es el Cueto de Mogro, donde hay otro interesante e importantísimo asentamiento. Se trata de un castro cántabro que aprovecha una estratégica elevación natural y que se atribuye una cronología anterior a la conquista romana, en la Edad del Hierro, por lo que habría de tener en torno a los 2500 años de antigüedad al menos. Si bien cierto es que no se han realizado excavaciones y todo resulta una incógnita sujeta a especulaciones
Domina la bahía, al norte de la ciudad, el palacio y península de La Magdalena, donde se han localizado restos romanos de a partir del siglo I de nuesta era, justo tras la conquista del territorio por parte del Imperio de Augusto en las guerras asturcántabras contra Roma. Dada su privilegiada situación sobre la ciudad y la desembocadura fue desde siempre un enclave fortificado en el que se libraron algunas batallas durante la Guerra de la Independencia. A primeros del siglo XX fue regalado al rey Alfonso XIII y allí se construyó entre 1909 y 1911 el palacio real, razón por la que también se conoce al lugar como Real Sitio de la Magadalena. Se esperaba, como así fue, que la presencia del monarca con su familia y séquito promocionase Santander a todos los niveles, especialmente por parte de las clases más pudientes, que estableciesen aquí sus quintas de recreo, residencias, negocios y espacios de ocio, principalmente la vela. Alfonso XIII utilizó el lugar como mansión de veraneo entre 1912 y 1929. Es de entonces cuando, por iniciativa real, se planta en la península el bosquete de pinos. Luego pasó a ser sede de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, hasta la actualidad
En el medio está la Isla de Mouro, un topónimo que llamará la atención de los lingüístas al ser un evidente caso de diptongo decreciente extraño en Cantabria. Realmente se trata de un error de transcripción del nombre original Mogro, protagonizado en el siglo XVIII por el cartógrafo Vicente Tofiño de San Miguel. En 1570 se proyectó construir un castillo defensivo en esta isla que guarda la entrada a la Bahía de Santander, pero al final se hizo en la península de La Magdalena, llamado de San Salvador de Hano. En 1812 fue ocupado por los ingleses para bombardear desde allí esa fortificación de La Magdalena ocupada por las tropas napoleónicas. Más tarde se construiría un faro
Es zona de pesca y hábitat de gran importancia ecológica por su flora y avifauna
Más acá hay una isla más grande: Santa Marina. Esa parte es conocida como El Balcón
Cabo Menor y Cabo Mayor
Santa Marina, Isla de Mouro, La Magdalena y Santander: a la derecha El Sardinero y a la izquierda Peña Castillo
Vista desde los campos de Llaranza, El Molino y El Portillo
Aquí nos desviamos a la derecha para tomar la senda más pegada a los acantilados
Isla de Mouro y El Sardinero
La Magdalena y el Hotel Real
Muelles de San Martín, Gamazo, Puerto Chico y Calderón...
Maliaño y Raos
Campos del litoral
Bajo nosotros hay una extraordinaria formación natural, las piscinas naturales de Llaranza, llamadas Las Pozas de Langre
Línea recta de rocas que forma esta larga poza...
Paraíso de pescadores y buceadores
Las pozas desaparecen con las pleamares y reaparecen con las bajamares
Isla de Santa Marina, paraje también de ancestral historia y asentamiento de un viejo monasterio
Estas son las maravillas que nos ofrece esta variante de la senda costera
Santander novia del mar, como bien dicen la canción...
Hay algunas casas a lo lejos
Isla de Santa Marina
Hermoso sendero, bastante frecuentado por pescadores, paseantes y peregrinos
Seguimos la sinuosidad de la línea de costa
Litoral de Cantabria, costa de ensueño
La senda, aunque poco señalizada en este momento en este tramo, no tiene pérdida. Hay que seguir el camino más pisado
Eso sí, nunca nos asomemos a los acantilados
Campos de Peñota
El Sardinero...
Vemos una placa...
Es el monumento Memoria a los Pescadores, dedicado a los fallecidos en esta costa
Seguimos camino...
Peñota, siguen bajo nosotros Las Pozas de Langre o Llaranza
Ante Santa Marina y Santander
Ruta bien trillada...
Paseantes y senderistas
Las Pozas...
Acantilados de Peñota
Al borde del precipicio...
Nos separamos unos metros del borde del cantil. Volvemos a ver señalización
Helechales
Vegetación marina...
Puesta de pesca
Atrás Las Pozas
Adelante Santa Marina...
Peñas y roquedos
Por fin una flecha amarilla...
Tomamos como referencia aquella antena, los acantilados y la Isla de Santa Marina, la isla más grande de Cantabria
Más helechales...
La Magdalena
Unas casas. El Camino sigue a su derecha
Y ante nosotros El Puntal, el brazo de arena que se adentra en la Bahía de Santander. Aquel alto edificio es Pedreña, donde está uno de los embarcaderos de esta ribera, el de las lanchas de los Reginas o pedrereñas, que tomaremos en Somo para ir allí y luego a la capital cántabra
La otra alternativa es rodear toda la bahía hacia el sur, por El Astillero
Ahora vemos la Isla de Santa Marina justo al lado de nosotros y en todo su esplendor. Esta parte cercana a nosotros se llama Jorganes y el paso a la isla La Canaleta. estamos en el Canto del Fraile, un lugar que hace referencia en su topónimo a la historia de esta franja de costa de Cantabria
Isla de Santa Marina, llamada así por una capilla allí situada consagrada en la Edad Media en la que hasta entonces era Isla de Don Ponce (nombre de algún señor de la zona)
Ya en 1407 se funda en la isla un monasterio de frailes jerónimos dependiente de la iglesia de Santa María de Latas, a iniciativa del canónigo de la entonces colegiata (más tarde catedral) de Santander, Pedro Gutiérrez de Hoznayo, quien ocuparía el cargo de arciprieste del nuevo convento, que durante unos años sería cabeza de un priorato
No tuvo mucha suerte el cenobio, bien por la insalubridad de la vida isleña (o "peninsular" pues hay quien dice que entonces estaba comunicada por tierra) afectada por las galernas, o bien por la escasez de medios y rentas, los monjes se trasladan a una nueva fundación en Monte Corbán, en términos de su jurisdicción
Pero Pedro Hoznayo, su promotor, se negó a trasladarse, vivió en la isla, tal vez con un pequeño grupo, hasta que falleció y fue enterrado en esta isla
Tiempo después, con el viejo monasterio arruinado y deshabitado, sus restos fueron trasladados a Corbán
La isla pasaría en el siglo XVII a ser propiedad de la familia de los Jorganes pero aún se conservan cimientos de sus abandonadas dependencias monacales
El Balcón, la zona norte de la isla...
Al estar rodeada de rocas su acceso no es tan fácil como parece. La zona es muy frecuentada por surfistas
Los acantilados no son muy altos pero sí bastante verticales
Hubo huertas y se conservan cimientos del monasterio entre la vegetación, así como tapias de las huertas
Y Santander, a partir de ahora siempre a la vista
La Magdalena al fondo
Hay aquí al sur de la isla una pequeña playa en lo que parece ser la parte de la Isla de Santa Marina más accesible
Gaviotas en el arenal
Llegamos a una explanada
Es otro mirador sobre playas y bahía
En el Canto del Fraile hay algunos chalets, cruzamos la carretera que va al aparcamiento y seguimos al otro lado por la senda costera
Por aquí va la senda, al lado de la bajada a la Playa de los Tranquilos o Playa de Boo. Una línea de rocas divide la playa en dos sectores
La Playa de Somo y El Puntal es aquella larga línea amarilla en el horizonte
Playa de Loredo, ante nosotros, que junto con la de Somo y El Puntal son verdaderamente un solo arenal, el más extenso de Cantabria
Son en total más de cuatro kilómetros de extensión a lo largo. En la distancia volvemos a ver Peña Cabarga
Allí al fondo, Somo, nuestro destino más inmediato
Al otro lado de El Puntal está el embarcadero de Somo donde los que vayan a Santander directamente podrán tomar las lanchas reginas o pedrereñas
La gran Bahía de Santander, la mayor del Cantábrico, donde confluyen las rías de El Astillero, Solía, San Salvador, El Carmen, Raos y Ría de Cubas, desembocadura del río Miera. Casi la mitad de la población de Cantabria vive en sus riberas, municipios de Santander, El Astillero, Camargo, Marina de Cudeyo, Villaescusa y este donde estamos nosotros Ribamontán al Mar. La población oficial se multiplica con la real en época veraniega
En Santander hubo antaño una ría más, la de Becedo, secada y rellenada posiblemente desde finales del siglo XVIII pero de la que aún quedaban señales en 1936
Buena vista de La Magdalena con el Hotel Real sobre la Playa de los Biquinis, la Isla de La Torre (a la izquierda ante la playa) y la Isla Horadada, justo delante de nosotros, que tiene un pequeño faro. Es importancia para la historia de Santander por la tradición, legendaria, que dice que la barca que trajo aquí las cabezas decapitadas de los santos Emeterio y Celedonio tropezó con esta isla. En Santander se construiría para estas y otras reliquias la Abadía de los Cuerpos Santos, luego catedral de la Asunción. En el año 2005 una galerna derribó el arco natural que le daba nombre. Por su parte La Torre fue una isla fortificada en el siglo XVIII y es actualmente sede de la Escuela de Vela
Playas de El Sardinero: El Camello, La Concha, El Sardinero (Primera y Segunda Playa). Creemos reconocer parcialmente el Gran Casino Sardinero, inaugurado en 1916. Justo a la izquierda de la parte de arenal que vemos desde aquí. En medio está el Gran Hotel y a su izquierda los Jardines de Piquío que separan las dos playas, primera y segunda, de El Sardinero, esta segunda parcialmente tapada por la Isla de Mouro
Isla de Mouro, guardián de piedra...
Los Tranquilos...
Otro maravilloso mirador
Playa de Boo o de los Tranquilos
Vamos a la Playa de Loredo...
Nos adentramos en los pinares
Pero la costa siempre a la vista...
Gran paisaje...
A la sombra de los pinos, como dice la canción
Hay buena sombra
Estacas señalizadoras
Al fondo el Pinar de Arna
El Camino es arena...
Rincones de extraordinaria placidéz y belleza
Estacas y cuerdas...
Buen Camino
Multitud de pisadas en la arena
Salimos a la Playa de Loredo
Y la Playa de Somo a lo lejos, grandioso arenal que en verano se llena de bañístas y, durante todo el año, de amantes del surf
Rocas ante el mar
Las Dunas de Loredo
Isla de Santa Marina
Cabo Mayor y su faro. A su izquierda están la Ensenada de Mataleñas con su playa y el Cabo menor, así como las playas de Los Molinucos y la segunda de El Sardinero. Esta boca de la bahía hasta la Isla de Mouro es llamada Canal del Carrejo
Por aqui vamois nosotros. Aquí tenemos dos opciones. Si las condiciones climáticas son mínimamente buenas lo aconsejable sería desviarnos a la derecha para recorrer este gran arenal hasta Somo. Otra opción sería seguir hasta Loredo y de allí enlazar con el otro camino en el santuario de Nuestra Señora de Latas
Bajamos pues a la playa...
Y emprendemos camino por el arenal...
Enfrente de Somo Las Quebrantas, nombre relacionado con los quebrantos del mar, como el que le aconteció el 18 de marzo de 1978 al mercante noruego Elin Christine que, tras salir de la Bahía de Santander transportando alambrón de acero a Suecia y una vez se volvieron los prácticos que le ayudaron en la maniobra, empezó a escorar hasta que la corriente lo arrastro a estas arenas, siendopor suerte rescatada toda su tripulación
Sobre la playa asoman las casas de Somo y, más allá, las del Real Golf de Pedreña, fundado en diciembre de 1928 con la presidencia honorífica del rey Alfonso XIII
Dunas de Loredo e Isla de Mouro, antiguamente de Mogro
Inolvidable sensación, caminar largo trayecto por las arenas con los edificios de El Sardinero en lontananza
El Puntal y Peña Castillo
Santander: allí en Somorrostro estaba el casco antiguo, desaparecido en el Incendio de Santander de 1941. A la derecha el Centro Botín
Ante La Magdalena...
Pasamos el río de Castanedo... bastará con descalzarnos. Allí está Somo, aunque los edificios más altos del fondo son Pedreña, justo los que están encima de su muelle-embarcadero
Venimos pues, recorriendo todo este grandioso arenal
Santa Marina y el Canto del Fraile con la Playa de los Tranquilos
Llegamos a Somo, otro enclave surfero por excelencia
Majestuoso arenal de Somo
Isla de Mouro con su faro. Antaño los fareros quedaban allí aislados varios días a causa de las galernas y furias del mar
Cabo Mayor y Cabo Menor
También con su faro
Santander y El Puntal
Y ahí está la isla de la Torre ante la Playa de La Magdalena
Península y palacio de La Magdalena. A la izquierda es el Faro de la Punta de la Cerda, situado donde antaño hubo una batería artillera e inaugurado en 1870. Antaño se empleaba para descargar mercancías peligrosas, pólvora y explosivos, dado lo apartado que estaba de la ciudad
Aquí llegados podemos dirigirnos a las calles de Somo. Caminando hacia el fondo llegaremos al embarcadero
Ante el embarcadero hay un hermoso parque
Donde una figura femenina sobre una roca despide a los viajeros, vecinos y peregrinos que aquí se embarcan rumbo a Santander desde el Embarcadero de Somo, así como de aquellos que prefieren seguir por tierra firme, bordeando la bahía, tal y como hacían muchos peregrinos de antaño, pues temerosos del peaje y de lo frágil de la estructura de las atestadas embarcaciones de antaño, preferíar ir andando a Pedreña y de allí a Elechas, Pontejos, El Astillero, Maliaño, Muriedas y Peñacastillo, al sur de Santander, enlazando allí con los romeros que habían cruzado la bahía en lancha
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