Entrando en Lafuente, Lamasón. Al fondo la iglesia de Santa Juliana y arriba el Colláu Joz |
A nuestra derecha tenemos los grandes peñascos de la Sierra de Arrio, que llegan a los 1.002 metros de altitud en el Cuetu'l Castillu. A la izquierda unos de los barrios de Lafuente, El Corral de Gómez
Al comienzo del pueblo hallamos una joya del Camino, la iglesia románica de Santa Juliana
Está al lado mismo de la carretera y es un pequeño templo rural que no obstante presenta una profusa decoración y numerosos detalles cincelados y esculpidos que merece la pena pararse a descubrir
La iglesia es de una sola nave y conserva el ábside semiricurcular tan característico de numerosos templos románicos. Este ábside arranca al principio en recto desde la nave, un detalle que, junto con otros, le atribuye una cronología de entre finales del siglo XII y principios del XIII
Este ábside, que es lo primero que vemos según llegamos, está dividido verticalmente por dos columnas dobles que se apoyan abajo en unos contrafuertes que delatan una cierta transición arquitectónica al gótico. Se nota que las piedras centrales fueron en su momento recolocadas tapando muy posiblemente la tan clásica ventana central que daba luz al interior del altar, la cual ha desaparecido. Entre las columnas y los contrafuertes pasa la cenefa ajedrezada que recorre este ábside horizontalmente
La luz al altar la proporcionan dos ventanucos laterales sitos en cada uno de los tramos rectos en los que arranca el ábside. Los canecillos que sostienen los aleros del tejado están bellamente trabajados con numerosos motivos y filigranas
Estos son los canecillos historiados del tramo recto del lado sur
Este de la izquierda tiene forma de rollos y el siguiente es de inspiración vegetal, una especie de palma. Son elementos muy usuales en el románico que además de lo decorativo tendrían una razón alegórica vinculada a elementos de la naturaleza, equilibrio, vida, eternidad, etc
Especialmente bellos son los dos siguientes
Parece una pareja abrazada de hombre y mujer...
Otro es una especie de rueda, o hebilla,,, forma circular rodeada de otros elementos
Reparemos también el el borde existente sobre estos canecillos cincelado con multitud de rombos. La repetición sería en sí misma una representación del infinito, aunque la interpretación de los símbolos siempre está abierta al debate
Este sin duda es un lobo. Los animales también están ampliamente representados en el románico, si bien ciertas especies salvajes aparecen mucho más en las iglesias de concejos montañosos, donde más abundan
En buena parte con estos símbolos se representarían ejemplos moralizantes, ejemplos de vicios, pecados, castigos... destinados a una población que mayoritariamente no sabía leer, y que ayudarían con la palabra a explicar doctrinas y dogmas...
Estos son los canecillos de la parte semicircular del ábside...
Las columnas tienen arriba sus respectivos capiteles. Estos parecen elementos en rotación
A continuación más canecillos en la parte circular
Más canecillos de la parte circular
Una copa nos recuerda al Cáliz y el Santo Grial
Al otro lado de la carretera, casa montañesa con piso alto y corredor, y establo a la derecha. Arriba la Sierra de Arria
Bordeamos así todo el ábside contemplando canecillos y capiteles
Los capiteles de las otras dos columnas parecen lisos o casi. A partir de allí los canecillos son de elementos vegetales o rollos
Los del tramo recto del ábside que mira a la carretera. El de la derecha parece carecer de decoración
El de la izquierda es de estructura simple
A su derecha otro en forma de rollos
Y luego otro que parece una copa, cáliz o Grial
Los canecillos de la nave son lisos. El ventanuco de esta parte del ábside es más grande y cuadrado que el de la fachada sur
Nos acercamos ahora a ver la portada principal, que mira al oeste, como es común en estas iglesias
Antes tenemos aquí un texto explicativo
La gran portada oeste muestra sobre ella una cornisa de canecillos lisos. La espadaña del campanario es un elemento añadido a posterioridad
Esta gran portada presenta nada menos que seis arcos de medio punto, lisos, y sostenidos por tres columnas a cada lado en cuyos capiteles se centra la iconografía existente
Estos son los capiteles del lado izquierdo
Es un elemento esquemático a base de ondas y dos huevos
Palmas en el capital central de este lado izquierdo. Es llamativo que las palmas aparecen en todo este territorio desde milenios atrás labradas en las estelas funerarias de los antiguos cántabros vadinienses pobladores de estos lugares desde antes de la llegada de los romanos
Capitel exterior del lado izquierdo. Tal vez nos hallemos en esta parte ante una alegoría del paso al otro lado, después de la muerte, pero es hablar por hablar
Vamos a los del lado derecho
La verdad es que son también especialmente llamativos
Empezamos por el más próximo a la puerta, como hicimos con los del otro lado. Este presenta figuras indudablemente humanas
Primeramente reparamos en esta, que parece coger algo con las manos. Conociendo otros casos similares parece que estuviese cantando y tocando un pandero
Los otros podrían ser danzarines agarrados, si bien el de la izquierda parece un cuadrúpedo
Pasamos a los dos siguientes...
El del medio presenta una gran rueda o estrella de seis puntas y a su izquierda una de cinco. Las pentalfas y hexapétalas son motivos empleadísimos en el arte desde la más remota antigüedad. En un principio representarían símbolos solares, los cuales en un significado religioso tal vez revelasen el principio de solarización o la unión del alma del difunto con lo divino, con Dios, tal y como aparece también en las antiguas estelas. Arriba las piñas tal vez sean una alegoría del Bien o un equivalente a la granada como fruta del Paraíso
En el capitel más saliente unas figuras serpentiformes enrrolladas unas con otras nos recuerdan a primera vista las leyendas de la piedra de la culebra existentes en toda Europa y otras partes del mundo. Piedra mágica contra los venenos y picaduras, conseguida según viejas historias cuando se quitaba a siete culebras que echaban la baba sobre la cabeza de una de ellas, solidificándose y formando esa piedra
Realmente las piedras de la culebra no son otra cosa que fósiles o similares a los que se les atribuían estos orígenes y propiedades sanatorias contra el veneno de las serpientes, las cuales han aparecido incluso en ofrendas. Diversos antropólogos buscan significados religiosos sobre la unión de fuerzas que hace posible la creación del mundo, el huevo cósmico
Al lado de la iglesia hay plantado un tejo, árbol sagrado antes del cristianismo pero que se planta desde tiempo inmemorial en los campos de iglesias y de capillas, árbol de la vida pues es de hoja perenne y siempre verde, árbol de la muerte por la alta toxicidad de alguno de sus componentes, y árbol de la eternidad por su larga vida de varios siglos...
Damos así la vuelta alrededor del templo de Santa Juliana de Lafuente
Vemos ahora los canecillos de la parte sur, también lisos. El tejado de la nave es de madera cubierta de tejas
Aquí hay un pórtico o cabildo que guarda la portada sur
Es también románica si bien más pequeña que la occidental
Tiene cuatro arcos lisos que parecen tender a una forma ojival, otro ejemplo de transición al gótico
Aquí los capiteles, uno a cada lado, muestran inspiración vegetal. Este es el derecho
Y este el izquierdo
Pasamos así al interior, accediendo a la nave. Vemos de frente el altar e interior del ábside y a su izquierda un oratorio lateral
El techo de la nave es de madera, como es común en muchas iglesias románicas rurales, pero la bóveda del ábside es de piedra, otra característica de este estilo
En lo alto unos pequeños rosetones cincelados en la piedra
Las columnas del arco triunfal o toral, el del altar, están labradas, principalmente en basas y capiteles
Hay una cenega a cada lado y que sigue sobre los capiteles: estos son los del lado izquierdo, los más reseñados
Es el llamado capitel de los Magos
Muestra a la izquierda, en la parte que mira a la nave, un bajorrelieve que popularmente se dice está vinculado con la representación llegada de los Reyes Magos portando sus regalos
En medio tres figuras más. La del medio sostiene un niño o niña, la de la derecha un libro. Si lo anterior fuesen los Magos esto podría revelar ser Santa María con el Niño en la Epifanía, pero relacionado directamente con la fe cristiana de Santa Juliana de Nicomedia, la patrona del lugar, cuya madre era agnóstica y su padre pagano perseguidor de los cristianos, ella se hizo bautizar en secreto y rechazó casarse entregándose a Cristo. No obstante Eleusio, joven senador, pactó con su mano con su padre, ella le recibió pero en el acuerdo matrimonial puso de condición que Eleusio llega a ser juez y prefecto de la ciudad, puesto al que llegó, pero entonces Juliana le añade otra condición: su conversión al cristianismo
Eleusio avisó al padre de Juliana, quien dijo "Por Apolo y Diana, más quiero verte muerta que Cristiana", respondiendo ella "Mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza". Así durante la persecución de Maximiano es torturada con estaño derretido y fuego y encarcelada para que renegase de sus creencias cristianas
A la derecha, mirando hacia el interior del altar, se ve una de las más características representaciones iconográficas de Santa Juliana, cuando encerrada para que abjurase de su fe, peleaba contra el diablo, que la tentaba para que renegase, diablo al que agarra al cuello con una cadena o soga, si bien se le aparecía como ángel de luz para mostrarle como cosas buenas aquellas a las que renunciaba
La basa, con sus motivos decorativos
Vamos ahora a la columna derecha
El capitel también está historiado
Se observan más figuras, de difícil interpretación, es muy posible que sean también escenas de la santa, quien finalmente fue decapitada el 16 de febrero del año 304. Más tarde llegó la paz de Constantino, cesaron las persecuciones y el cristianismo pasó a ser religión oficial del Imperio Romano. Así sus reliquias fueron recuperadas por la matrona Sofronia para llevarlas a Roma, pero a causa de una tempestad su barco se refugió en el puerto de Pozzuoli, en Campania, donde se construyó un templo que sería destruido con la invasión de los lombardos. El traslado llevó a confusión entre Santa Juliana de Nicomedia y Santa Juliana de Cumas, no sabiéndose a ciencia cierta si son dos personas diferentes o la misma
Dos personajes y una piña en la sección que mira a la nave. Las reliquias de Santa Juliana
Tres personajes en la parte central, la más grande. Parecen llevar túnicas y el del medio ¿Santa Juliana?, un libro en las manos sobre una bandeja
En algunas representaciones medievales de la victoria de Santa Juliana sobre el demonio este es representado como un dragón, atado y a sus pies. Es posible que sea lo que podemos interpretar en el lado de este capitel que mira al altar
Empezando el siglo XIII se sabe que las reliquias de la mártir, que corrían peligro fueron trasladadas, unas a Nápoles, otras a Bruselas, y tal vez otras más a otros lugares, como la Abadía de Santa Juliana, en Santillana del Mar, fundada entre los siglos VIII y IX, con la que este santuario estuvo sin duda vinculado
La basa y su decoración, similar a la de la otra columna
La bóveda del ábside, recorrida por una cenefa-imposta
Motivos vegetales y geométricos
Pequeñas hornacinas en los laterales del altar, para objetos litúrgicos
La iglesia fue restaurada en los años 70 del siglo XX y declarada Bien de Interés Cultural en 1983
Desde el altar vemos toda la nave hacia la portada occidental, antaño la principal
A la derecha la pila bautismal
Volvemos al exterior por la portada sur, viendo a su izquierda ahora al salir la pila del agua bendita a su izquierda
Vista así la iglesia salimos de nuevo a la carretera, que es el Camino, viendo al otro lado el barrio de La Fuente la Llosa
Enfrente tenemos paneles informativos y señalización del Camino Lebaniego
Lo usual es seguir adelante por la carretera, tanto para ir al albergue de peregrinos de Lafuente como para subir a Burió y de allí al Colláu Joz. No obstante se ha señalizado también el que debió ser el camino antiguo y original, que atraviesa Lafuente de parte a parte, desde La Corralada a Los Pumares, yendo también al albergue. Este camino baja a la izquierda entre las casas
Nos acercamos pues a estudiar ambos itinerarios, pues de los dos hablaremos
Primeramente este panel nos indica el trayecto que nos aguarda
Un gran mapa de foto-satélite y textos...
La subida por Burió y luego la bajada a Cicera, donde también hay albergue, para luego ir a Lebeña, ya en el desfiladero de la Hermida
Luego subida por Allende a Cabañes, que también tiene albergues, público y privado, para luego por Pendes y bajando cerca de Castro Cillorigo seguir el valle del río Deva hacia el sur y por Tama y Ojedo llegar a Potes, también con albergue de peregrinos y otros muchos alojamientos, antes de llegar Santo Toribio de Liébana
También vemos un poco de información dedicada al pueblo y su patrimonio
1) EL CAMINO POR LA CARRETERA
En este caso vamos a emplear el que viene a ser el trayecto más empleado para seguir ruta; seguir unos metros más por la carretera CA-292, hasta llegar al ya cercano cruce con el ramal que sube a Burió y empezar el ascenso al collado
Desde el cruce de la iglesia la carretera es recta y llana y no ofrece mayor problema
A nuestra derecha vemos un molino que funcionaba con el agua que cae, en cascada, desde las alturas de Arria, el arroyo de La Fuente la Llosa
Este arroyo que baja en torrente es el que le da nombre al pueblo: Lafuente
A nuestra izquierda la parte de atrás de la Casa de La Corralada. El otro camino pasa al otro lado
Arriba en Arria los murallones de peña caliza gris-blanca dominados por el Picu la Cueva (1.002 m)
Abajo el valle del río La Bárcena, que aguas abajo llaman de Lafuente al venir desde aquí
Pasamos la siguiente casa
Y ya estamos en el cruce para ir a Burió, donde dejamos la CA-282 para subir a la derecha. Arriba en lo alto el Cuentu'l Castillu (1.002 m), otra de las máximas cotas del Puertu de Arria
Losa indicadora del Camino Lebaniego
También tiene la flecha amarilla del Camino de Santiago pues desde el Lebaniego puede continuarse a enlazar con el Camino Frances siguiendo desde Santo Toribio el Camino Vadiniense
Estas son las flechas y cruces rojas del Camino Lebaniego. El albergue está un poco más adelante, en Los Pumares
Y empezamos una de las fuertes subidas con consiguientes bajadas que nos aguardan de aquí a nuestra meta en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, la cuesta de Burió
Curva a la izquierda
La Miés del Perujo, desde aquí tenemos una maravillosa vista del valle, con Lafuente abajo
En primer lugar el barrio de La Fuente la Llosa, en medio la iglesia de Santa Juliana y más allá El Corral de Gómez y La Puente
En la siguiente bifurcación iremos a la izquierda
Y seguimos subiendo
Todo recto y de frente hacia Burió
Señales camineras
A la izquierda de las peñas de Arria los montes de Burió (765 m) y al lado la gran collada del Colláu Joz (637 m). A la izquierda del collado el Picu Joz (764 m)
Debajo de nosotros la carretera y las casas de Lafuente formando una calle por donde va el otro camino, son los barrios de La Corralada, La Puente, La Aldea, La Roja, Solhorro y La Barcenilla, todo ello bajo los montes de Sampedrillas y la Mesa Gándara Llana. A lo lejos al sur el Picu Trespeñas (944 m)
Y allí abajo, donde acaba el valle, Los Pumares. El albergue de peregrinos está en el grupo de casas a la derecha
La carretera pasa el puente del río y sube al Colláu Joz, donde nos la volveremos a encontrar para luego dejarla antes de bajar a Cicera
Y aquí enlaza con este el otro camino, que viene del albergue de Lafuente luego de separarse de este enfrente de la iglesia. Los dos trayectos, siendo ya uno, suben a Burió. Pasamos ahora a explicar este otro itinerario:
2) AL ALBERGUE DE LAFUENTE POR LA CORRALADA Y LOS PUMARES:
Enfrente de la iglesia de Santa Juliana iríamos en este caso no por la carretera sino por el camino que sigue, paralelo a ella, unos unos metros más abajo, por La Corralada, viendo al fondo al oeste el Colláu Joz con el pico de este nombre (764 m), el emblemático paso del Nansa a Liébana
Estamos en lo que sería, recalcamos, el viejo camino medieval y la ruta más propiamente histórica que atraviesa este pueblo de Lafuente
Pasamos así el puente, La Puente, sobre el arroyo de La Fuente la Llosa que baja de la Sierra de Arrio. Arriba a la izquierda son los montes de Las Navas
Aquí está el punto de información a los peregrinos del Camino Lebaniego: Peregrino Lebaniego Digital, con señal de wifi
Al otro lado del puente el viejo lavadero rehabilitado
A la derecha el puente de la carretera
La Fuente la Llosa desemboca sus aguas en La Bárcena...
Y aquí está la casa de La Corralada
El Camino pasa a su izquierda, al lado de su muro con verja, admirando desde él el corredor de esta casa solariega montañesa
Enfrente de La Corralada hay una explanada en la que se ensancha el Camino entre ella y estas casas
Esta es la majestuosa portada con gran arco de medio punto y escudo en lo alto que da paso a la corralada o espacio delantero cerrado que da nombre a esta casona y al lugar
Si nos fijamos veremos a los lados dos cabezas de piedra, representan un hombre a la izquierda y una mujer a la derecha, son llamadas la Pareja de Lamasón
La cabeza femenina tiene debajo labrada la inscripción:
"CTS pasan que no vuelven - Año 1625"
No se sabe bien qué significan las iniciales CTS, quizás Cuerpo de Cristo, tal y como aparece en algunos templos. Para otros es una abreviatura de la palabra cuantos, lo que significando "Cuantos pasan que no vuelven hará referencia al camino al cementerio. Existe asimismo la tradición que las cabezas no son de aquí sino que proceden de un monte cercano y les fue grabada esa fecha al colocarlas en este lugar en ese año. De verificarse eso estaríamos hablando de un arte más antiguo, medieval o incluso castreño, pues las representaciones de cabezas totémicas son muy usuales en esos tiempos. Estaríamos eso sí, como en el caso de la iglesia, sólo elucubrando
El escudo, arriba, está muy gastado por el paso del tiempo
Apenas son a verse sus dibujos cincelados
Viendo el interior de La Corralada descubrimos que la cuadra, pegada al palacio, es muy antigua
En su fachada hay un blasón más antiguo que el de la portada pero mejor conservado, entre sus armas parece ostenta las de los García...
Y así, dejando La Corralada, seguiríamos camino...
El suelo está hormigonado, como es usual en pistas y calles de pueblos ganaderos. El trayecto es mayormente llano
En este primer tramo el camino, estrecho para vehículos, pasa encajonado entre las cuadras, las casas y el muro de la ladera que lo separa de la carretera, que sigue en paralelo unos metros más arriba
Los barrios de Lafuente nacieron al amparo de este camino, muy transitado desde la antigüedad, paso natural de entre los valles del Nansa y de Liébana pero además ruta que enlazaba el puerto de San Vicente de la Barquera, antaño además de pesquero, ballenero y comercial, de los más importantes del Cantábrico, con los puertos de montaña que comunican con la meseta leonesa y castellana
Además de los peregrinos a Santo Toribio fue este por lo tanto un itinerario comercial de la máxima importancia, muy recorrido por arrieros transportando mercancías y pastores trasladando los rebaños según la estación del año de los pastos de la costa y valles interiores a los de los altos de la cordillera, y viceversa
Es una verdadera calle mayor
Portones de las cuadras
Barrio de La Aldea
El paso de peregrinos y la cercanía a los Picos de Europa, además de los propios atractivos de estos valles, ofrecen nueva alternativa económica y ocupaciones a las tradicionales labores agropecuarias
Muchas de las fachadas son de piedra
Barrio de La Roja
Hay tendejones y cobertizos hechos de piedra y madera
Los corredores se asoman al camino...
Huertas en la ribera de La Bárcena...
El paso se estrecha...
Y luego se abre a una pequeña plaza, Solorru
Enfrente las llamadas Casas de los Moros, son muy antiguas, posiblemente medievales. La palabra moro, más que definir a los norteafricanos, se emplea en las leyendas populares y la toponimia para referirse a los antiguos
Las portadas, de arcos de medio punto que tienden a lo ojival, delatan su antigüedad
Solorro significa debajo del hórreo. Aquí estuvieron los pegollos o pilares de un hórreo desaparecido
En otra ventana otro escudo con los linajes del lugar
Dentro del esquema de valores de la época se sabe que en el siglo XVII varias familias de Lafuente demostraron su hidalguía ante la Real Chancillería de Valladolid, cosa que les otorgaba ciertos privilegios aunque también algunos deberes
Atravesando la plaza el camino sigue a la derecha
Pasando junto a La Cuadra, entre estas casas
Y sube ligeramente unos metros, barrio de La Barcenilla
El paso sigue siendo estrecho, no para los viandantes, pero sí para cualquier tipo de vehículo, hasta para un carro
Las flores engalanan la calle y las entradas de estos domicilios
No pocas casas han sido reformadas
Cuadra con gran portalón, era un espacio de distribución dedicado a varias faenas
También algunas casas tienen portalón
Con puertas a la vivienda y al establo. Son también espacio de socialización, protegido de la lluvia y el sol
Arriba una pequeña buhardilla
Otro tipo de construcción, viviendas tradicionales estrechas y altas separadas por gruesos contrafuegos
La cantidad de casas y su diposición hace pensar que Lafuente tuvo que ser una población caminera bastante importante en las rutas de Cantabria
La actividad tradicional de todo el valle de Lamasón se centraba en la agricultura, con plantaciones de maíz y alubias. Antaño se plantaba también lino, pues la ropa, como era común, muchas veces se hacía en casa. Muchos molinos trabajaban con el agua de los ríos, llegando a contabilizarse en Lafuente nada menos que 11, de los que ninguno funciona en la actualidad
Es común ver troncos y leña apilada para el invierno...
Un poco más allá, en un descampado, hubo un antiguo molino, desaparecido
Y pasamos el solar del antiguo molino
Nos dirigimos así a las casas de El Bejar, paso a Los Pumares, que ya vemos al fondo arriba
Primeramente pasamos el puente sobre el río Garmasín, otro de los que nacen en el macizo de Arria
Y nada más pasar el puente empezamos a subir
La cuesta de El Bejar
Un poco más arriba, en la carretera, está el desvío que sube a Burió, por donde va el otro camino
Las casas están a la derecha, las fincas a la izquierda
Tomamos así la cuesta a Los Pumares, topónimo relacionado con antiguas plantaciones de manzanos
En El Bejar hubo también molinos, pero apenas quedan ni los restos
Sierra de Arriba. Justo encima de la cabaña está la peña de La Robre y a su izquierda La Carnacavá y La Lastra la Boriza, bajo el Picu la Cueva
Va acabando la cuesta hormigonada
Y llegamos nuevamente a la carretera CA-282, que cruzamos para entrar al barrio de Los Pumares
Es el camino al albergue de Lafuente
Subimos un poco al lado del sauce llorón
A la derecha vemos esta casa de galería
Y salimos a esta gran plaza ante la que se disponen casas y cuadras
Un poco a la izquierda sigue el camino
Justo al lado izquierdo de esta casa de corredor
Seguidamente llegaremos a una bifurcación
Seguimos a la derecha
El camino llanea en este ramal derecho
Los Pumares se extiende también linealmente a lo largo del camino histórico de Liébana
Por aquella ladera verde bajo los peñascos sube el camino a Burió y el Colláu Joz o Collada de Hoz
Fijémonos en el pequeño azulejo con flecha amarilla en el cobertizo de la derecha indicándonos la ruta a seguir
Allí está el último núcleo de casas, al final del valle. Burió está justo encima, pero no lo vemos, oculto por las faldas de la montaña
Pasamos entre fincas y muros de piedra
Estamos justo al final del valle, en su extremo occidental
Cuetu'l Castillu (1.002 m)
Rebaños de vaca tudanca
Con sus grandes cuernos es la evolución autóctona del uro prehistórico representado ya en el arte rupestre desde hace decenas de miles de años
Especialmente resistente y fuerte esta raza fue aprovechada además de para leche y carne para los trabajos más duros, siendo notablemente importante para el trabajo del campo y para tirar de los carros en los difíciles caminos y carreteras montañosas de Cantabria y de Palencia. La mecanización de las labores agrarias y la llegada de razas especializadas en la producción láctea hizo disminuir su número drásticamente desde las 90.000 cabezas a primeros del siglo XX a las 60.000 a mediados de la centuria y a las apenas 10.000 a finales, recuperàndose en la última década hasta más de 12.000. Se cría principalmente en Cantabria, Palencia y Burgos y ha sido llevada a áreas naturales de Holanda pues su presencia favorece el crecimiento del brezal autóctono, por lo que es de alto interés ecológico
Ante nosotros, un grandioso caserón
Luego una casa con corredor y cortafuegos
Cruce y a la derecha
Otro buen ejemplar de arquitectura montañesa
Por aquí sigue el camino
Llegamos así a otra explanada a manera de plaza que se distribuye en calles
Atentos a la siguiente señal
A la derecha, por aquellas casas, saldremos de Los Pumares para ir a Burió
Pero antes hemos de ir al albergue de Lafuente, que ya vemos desde aquí. Para ello primeramente pasaremos nuevamente un puente sobre el río Garmasín y, de frente a aquel garaje, iremos a la derecha
Más arriba del albergue, por aquel cueto monte arriba, sube el camino al Colláu Joz o Collada de Hoz
Para ir al albergue subiremos esta cuesta
Allí hay una bifurcación
Al albergue a la izquierda, a seguir el camino a la derecha
Estas son las señales...
Primeramente vamos al albergue de Lafuente
Dispone de 18 plazas en literas y está disponible todo el año. Hay servicio de manutención, desayuno y cena comunitarios
Tiene un hermoso prado alrededor y ofrece excelentes vistas del barrio y del valle, además de la subida al Colláu Joz en la ruta a Cicera
Desde el albergue de peregrinos retomamos el camino
Regresamos pues al cruce señalizado
Y seguimos de frente...
Algunas en ruinas
Y aquí continuamos a la izquierda
Pasamos junto a aquel tendejón donde hay leña apilada
Y seguimos subiendo...
Llegamos a la Fuente los Pumares, saliendo ya del barrio y del pueblo...
El camino sigue justo por encima...
Y sube entre los prados de las laderas de Arria
Los Pumares abajo a nuestra derecha
Más allá, por Las Navas, vemos la carretera CA.282 subiendo al Colláu Joz o Collada de Hoz
De frente una buena cuesta
Ya tenemos una buena perspectiva del valle. Al fondo El Bejar y los barrios de Lafuente a continuación de la iglesia. Todos ellos se extienden linealmente casi un kilómetro
Hay alguna huerta
Pero predomina el pasto
La Barcenilla abajo
El Bejar y el cruce de la carretera a Los Pumares atrás
La Miés del Parujo
Abajo las casas en calle de La Corralada, La Aldea, La Roja, Solhorru...
Y aquí enlazamos con el otro camino, que sube de la carretera viniendo de la iglesia
Es la subida a Burió y el Colláu Joz, puerta del municipio de Peñarrubia y paso a Liébana
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