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viernes, 15 de mayo de 2020

FUENTES Y CORU (VILLAVICIOSA): DE LES VEGUES A LA CUESTA. DANDO VISTA AL MONTE CUBERA, CIMAS DE BRUJAS Y AQUELARRES. CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (8)


Mapa de este tramo de la ruta
Saliendo de Malpasu a Les Vegues de Fuentes
Tras atravesar de este a oeste la parroquia de Amandi, los peregrinos "que van ver la Santina" se han adentrado en las bellísimas y selváticas orillas del Ríu Profundu, saliendo ahora de la  arbolada ribera a una pista, llana y asfaltada, en Les Vegues, parroquia de Fuentes. Nos metemos así en la mitad oriental del concejo de Villaviciosa, más montesina que el gran valle central por el que hemos pasado, el de Valdediós y sus afluentes, abriéndose a nosotros nuevos paisajes...



Aquí, sin más, ya nos abrimos a esta vega, separándonos un poco del río y tomando pues esta carretera local que comunica dos enclaves de Fuentes, Les Vegues y, poco más allá, Villaverde, la tierra baja de la parroquia,  la cual se extiende mayoritariamente más arriba, en las laderas del Monte Cubera y en las cercanías de La Villa


Si aún sigue allí, una garrapiella, de las de madera, instaladas en 1997 en todo el recorrido, señalará el camino a seguir al salir de Malpasu


Pasamos primeramente al pie de la Granja Villanueva, una gran extensión de pastos para ganadería vacuna


La Vega, terreno fértil, fue aprovechada secularmente para cultivos y pastos, por lo que el camino la bordea en dirección a las casas


Aquí está una de sus portillas de acceso, a nuestra derecha, un regueru lleva sus aguas al Profundu


Regueru que nace cuesta arriba, donde vemos las casas de El Peral


Bordeamos la finca de la granja...


A la izquierda, una de sus entradas, donde el regatu pasa bajo la carretera


Las vacas nos ven pasar...


La vega, hasta el río, es prado de siega y pasto, con pumarada de manzana de rica sidra asturiana


Al otro lado, la ladera sobre el río es boscosa, algunos senderos comunican con Arpandi, barrio de la parroquia de Llugás, a la que pertenece todo ese monte, marcando el Profundu la frontera. En alto, a veces, sobre todo en invierno, cuando los árboles están desnudos, puede atisbarse arriba lo que parece la Torre'l  Polvorín, eto es, el almacén de voladores (cohetes), para el día de la fiesta, de gran veneración romera y relación con Covadonga, pues su patrona, Santa María, es llamada la Santina de Llugás, existiendo una gran corriente de peregrinaciones a este santuario, que tenía casa de novenas para el alojamiento de los romeros, alojándose otros en casas del pueblo, que no llegamos a ver desde aquí

Pero aunque no lo veamos es tal la importancia del lugar que no nos resistimos a trascribir lo que podemos leer en el libro El Camino de Gijón a Covadonga...
"SANTA MARÍA DE LLUGÁS: LOS ROMEROS Y LOS PEREGRINOS 
 La historia de la iglesia de Santa María de Llugás arranca tempranamente, en tiempos de los primeros reyes asturianos. Los primeros documentos que la mencionan la hacen monasterio de frailes benidictinos, los famosos "benitos". En el año 754 el pontífice Zacarías fizo donación del templo a Alfonso I El Católico, tercer monarca asturiano tras Pelayo y Favila, aunque parece ser que este monasterio se extinguió y pasó a San Salvador de Fuentes. De todas formas lo más antiguo del templo que llegó a nuestros días es de siglos después, del s. XII o principios del  XIII, estilo románico, independientemente que sea una refundación de un templo mucho anterior (...) 
(...)  Aquí  dentro se encuentra una imagen de la Virgen estilo románico tardío muy venerada, La Santina de Llugás, cuyas peregrinaciones y romerías se comparaban con las de La Santina de Cuadonga, con la que está relacionada en la fiesta del 8 de septiembre y por peregrinaciones que alrededor de esas fechas realizaban algunas personas entre los dos santuarios...  
De las grandes transformaciones de Santa María de Llugás destacan las de 1690 cuando se construyen el crucero, la cabecera y la sacristía. En 1832 se le pone la espadaña del campanario y en 1834-1835 el pórtico. En el pórtico se encuentra el famoso "púlpito de los peregrinos". Los que acudían a Llugás el 8 de septiembre o el día del Rosario se les llamaba peregrinos, pero los que venían el 29 de septiembre eran apodados "los miguelinos" y salían en su mayor parte de Avilés, Corvera, Gozón y Carreño. Alrededor del templo se disponen otras construcciones y dependencias de los siglos XVIII y XIX empleadas para que los fieles que venían de lejos tuviesen donde alojarse o para la mejor disposición del campo circundanta, entre estas está la muralla almenada que se ve desde lejos, con su Torre del Polvorín, la Clasa de Novenas, la hospedería, y antiguas escuelas. También había cobertizos para el ganado, pues además de personas que iban "ofrecidas", también se llevaba el ganado, tanto era esto así que se decía... 
"A la Virxen de Llugás, si la oveya y la reciella nun tan males, ¿a qué vas?" 
Figuras de cera con vacas y xatos se traían como "ofierta a la Santina de Llugás"así como reproducciones de manos y brazos, o muletas y bastones los cojos, "ex-votos" ofrecidos como agradecimiento o petición para cuidar o sanar de algún mal o para prevenirlo. No muy lejos se localiza La Pica Castiellu donde existen señales de un baluarte antiquísimo, citado en la Edad Media como uno de los castillos de Doña Berenguela y el Conde Piniolo, no faltando quien sospeche que se hizo sobre las fortificaciones de un castro astur de los "lugones" a quienes Llugás debería el nombre. La tradición asegura que el propio santuario se edificó en una antigua carbayera, con todo el simbolismo que ello implica ya que los bosques de esta especie constituían de por sí un "nemeton" o espacio sagrado en un templo natural"

Ahora viene un tramo recto, el camín avanza entre la cuestuda ladera de la izquierda y la vega del valle de Profundu, a la derecha


Siempre dando vista a la pumarada y a las cuestas arboladas de Llugás



Maizales y fabes


Y llegamos a la quintana de Les Vegues


En torno a la casa, de la que vemos su parte posterior, pues la fachada principal mira a la vega, hay un verdadero vergel


Un muy buen lugar para sentarse en este verdadero Jardín del Edén, oliendo el aroma de las flores, ahora que nuestros sentidos se agudizan con el esfuerzo


Justo enfrente el hórreo


El mismo hórreo en una foto de hace unos años, con les riestres de maíz colgando de los gavitos o ganchos dispuestos en les colondres o tablas que componen la pareo


Seguimos camino junto a la florida vereda


En este cruce iremos a la derecha


Pasamos junto a la cuadra, también su fachada trasera


Luego va un gran cobertizo, abierto al camino


Este es un molino eléctrico, su implantación en las casas, donde puede tenerse en cualquier rincón, hizo innecesario ir a los molinos hidráulicos de los ríos. Ahora el pan lo suelen traer los panaderos, si bien estos ingenios eléctricos siguen empleándose para moler grano como pienso para el ganado


Aquí se guarda el tractor


Y la hierba, por lo que vale de pajar o tenada



Seguidamente pasamos junto a los huertos y los invernaderos


Y ante nosotros la llanura que se extiende hasta el Ríu Profundu



Parra y racimos de uvas



La huerta en su esplendor


Rosaledas



Otro cobertizo


Aquí se apila la leña para el invierno


Buen almacén de combustible


Seguimos así toda la finca...


Más ganado y pumarada... arriba en los altos de Llugás, en La Peña Castiello, cerca del santuario romero de Santa María, hubo un castillo perteneciente al mítico conde Piniolo, del que nos dan más noticias Víctor Vallín Martínes y Gerardo Fernández Moreno en su magna publicación de 1928 Villaviciosa y su Progreso, donde leemos:
"Es famoso el santuario de la Virgen. En el Pico del Castillo, existió una sólida fortaleza con variadas dependencias, de la que aún quedan restos de fuertes paredes e indicaciones de subterráneos, se han hallado piedras de grano para moler el mijo, instrumentos de hierro y restos humanos.

Esta fortaleza y tierra figuran entre los territorios que el rey leonés Alfonso VIII-IX dió a su esposa doña Berenguela, y que ésta, con su padre el castellano Alfonso VIII, devolvió al marido, de quien la apartara el pontífice, cuando en 1.206 se celebró entre los monarcas la paz o concordia de Cabreros, paso feliz para futura unidad nacional"


Paisaje rural y verde al lado del camín


El camín por el que proseguimos nuestro trayecto



Trayecto que sigue siendo muy llano


Rosaledas de Les Vegues


Nos llega su fragancia...


Y aquí, volvemos a caminar al lado del río, que dejamos al salir de Malpasu. En estos montes y riberas abundan los ocalitos, pero también hay, tal y como decimos en El Camino de Gijón a Covadonga:
"(...) álamos, carbayos, abedules y por supuesto frutales, castaños, avellanos... entre las plantaciones de frutas suelen verse kiwis y calabazas en estas huertas. Volviendo a los árboles, también se descubre alguna nozal o nogal"

Río Profundu, llamado Ríu Coru un poco más arriba y, más cerca de su nacimiento, Espinadal. Aguas abajo, cerca de su final en el Viacaba, El Ríu la Vega, quinta y barrio de Amandi por el que nos adentrábamos en Malpasu


Coincidimos aquí con dos rutas de pequeño recorrido, la que sube a Peña Cabrera por Llugás, y la que sigue la Ruta de los Molinos del Profundu. De las dos nos separaremos un poco más adelante


Al Ríu Profundu y sus más de veinte molinos, todos en desuso y algunos desaparecidos), dedicó libros y estudios el gran escritor villaviciosino Rafael Balbín Loredo, a quien también dedicamos un muy especial recuerdo en el libro del camín:
"Estos molinos de agua fueron importantísimos para las sociedades campesinas hasta hace unas cuantas décadas. El pan se hacía en casa y el grano de la cosecha de maíz, trigo, escanda y otros cereales panificables se llevaba a los molinos de agua que había en todos los ríos. En el siglo XVIII se contaban hasta 5.000 de estos molinos en toda Asturias y había de dos tipos: los de vecera, que eran propiedad de varios dueños que se turnaban las horas y los días para moler, y los de maquila, que tenían un propietario que cobraba con un tanto o maquila de lo que llevaba la gente a moler. Al molino se iba continuamente, cada vez que se necesitaba arroxar pan na forna casa, dando todo esto origen a una serie de costumbres relacionadas con los molinos, la molienda y las historias, tantas veces picarescas, de molineros y molineras, así como de la elaboración del pan, las cuales pasaron al folklore, la canción y la etnografía de Asturias y de Europa en general. Acabándose el siglo XIX se crearon las primeras harineras, modernas fábricas de harinas, y los molinos eléctricos, naciendo también las primeras panaderías industriales que, junto con el avance de los transportes, favorecieron el trabajo de los repartidores, dejando de ser preciso estar siempre pendiente de elaborar el pan para casa, lo que hizo que fuesen desapareciendo los molinos de agua. Actualmente muchos de ellos están siendo restaurados o al menos limpiados de vegetación y abandono, pudiendo ser visitados o ser fundamento de algunas de estas rutas senderistas. Algunos siguen funcionando, aunque no en esta ruta del Profundu, dentro de una nueva cultura de valoración de productos de calidad, como es el caso de la fabricación artesana del pan. Y es que la Historia, con mayúsculas, no son únicamente los castillos y los palacios, es también el acontecer cotidiano de nuestros antepasados, con sus trabajos y anécdotas de todos los días en escenarios sencillos y modestos pero llenos de vida como eran estos viejos molinos harineros a los que tanta atención prestó el investigador y amigo Rafa Balbín"

Y en su libro Los Molinos del Profundu, publicado en 1997, Rafa dice así:
"Al igual que muchos concejos de Asturias, el de Villaviciosa cuenta a lo largo de su geografía con numerosos ríos y riegas en los que, en su día, se desarrolló la actividad de la molienda. En el caso de Villaviciosa, la localización de cauces en los que llegaron a funcionar algunos molinos viene condicionada por el accidente geográfico de la Ría..."
"... El Profundu nace en los límites del concejo de Villaviciosa con los de Piloña y Cabranes, concretamente en la zona denominada Fontelea. Este río se caracteriza por su cauce estrecho, que en alguno de sus tramos se parece más bien a la canaliega de alguno de los molinos (...). Su recorrido de catorce kilómetros discurre en su mayor parte por profundas vaguadas cubiertas por una gran variedad de vegetación autóctona: robles, olmos, álamos, castaños... y tampoco falta la fauna, entre la que abundan los jabalíes, zorros, corzos y nutrias, así como las truchas (...)"

Aquí nos volvemos a separar, ligeramente, de la orilla


Llegamos así a Villaverde, el otro de los lugares de la parroquia de Fuentes por donde pasa el Camino, también en esta vega del Profundu


Les Vegues y Villaverde, topónimos que, en este lugar, no necesitan mayormente explicación filológica si vemos el paisaje


Pasamos al lado de la quintana de Villaverde: esta es su entrada


Nosotros seguimos de frente, junto a los muros de la finca


Mientras contemplamos esta quintana, dedicada al turismo rural, era la Quinta Villaverde, ahora Quinta del Sauce, por el árbol que hay en medio, sauce llorón o desmayu


Hay precios especiales con cama, cena y desayuno, para los caminantes


A la derecha, el llagar, donde se celebran buenas espichas aprovechando nuestra estancia


Y un precioso corredor mirando al camín



Y así, seguimos ruta...


Vemos al pasar la estructura del hórreo


Nuestro camino sigue de frente, a la derecha una pasarela comunica con el solar del antiguo Molín de Villaverde, del que quedan algunos restos que pueden visitarse, regresando después a la ruta. De él escribíamos en El Camino de Gijón a Covadonga:
"...estamos en las cercanías del Molín de Villaverde, donde molían los vecinos de Llugás y Fuentes, aunque en un estado bastante ruinoso, soliendo estar cubierto de maleza. Estos molinos de agua fueron importantísimos para las sociedades campesinas hasta hace unas cuantas décadas..."

 

"... El pan se hacía en casa y el grano de la cosecha de maíz, trigo, escanda y otros cereales panificables se llevaba a los molinos de agua que había en todos los ríos. En el siglo XVIII se contaban hasta 5.000 de estos molinos en toda Asturias y había de dos tipos: los de vecera, que eran propiedad de varios dueños que se turnaban las horas y los días para moler, y los de maquila, que tenían un propietario que cobraba con un tanto o maquila de lo que llevaba la gente a moler 
 Al molino se iba continuamente, cada vez que se necesitaba "arroxar pan na forna casa", dando todo esto origen a una serie de costumbres relacionadas con los molinos, la molienda y las historias, tantas veces picarescas, de molineros y molineras, así como de la elaboración del pan, las cuales pasaron al folklore, la canción y la etnografía de Asturias y de Europa en general..."

 

"...  Acabándose el siglo XIX se crearon las primeras harineras, modernas fábricas de harinas, y los molinos eléctricos, naciendo también las primeras panaderías industriales que, junto con el avance de los transportes, favorecieron el trabajo de los repartidores, dejando de ser preciso estar siempre pendiente de elaborar el pan para casa, lo que hizo que fuesen desapareciendo los molinos de agua. Actualmente muchos de ellos están siendo restaurados o al menos limpiados de vegetación y abandono, pudiendo ser visitados o ser fundamento de algunas de estas rutas senderistas..."

 

"... Algunos siguen funcionando, aunque no en esta ruta del Profundu, dentro de una nueva cultura de valoración de productos de calidad, como es el caso de la fabricación artesana del pan. Y es que la Historia, con mayúsculas, no son únicamente los castillos y los palacios, es también el acontecer cotidiano de nuestros antepasados, con sus trabajos y anécdotas de todos los días en escenarios sencillos y modestos pero llenos de vida como eran estos viejos molinos harineros"...

Visitemos o no el molino, el camino sigue adelante, recto por la pista asfaltada





Aquí además nos separamos de la Ruta a Peña Cabrera, que sube por Llugás


Nosotros seguimos de frente por la senda asfaltada, dando vista a estos frondosos bosques llenos de historias y mitología


Un hermoso cobertizo para comer al aire libre, al lado de la biesca...


Un precioso itinerario sumidos en plena naturaleza arbórea


El camino sigue el curso del río, orillándolo


Mucha atención a la siguiente bifurcación


El Cierrón, plantación de arándanos. Aquí, en este cruce se separan el Camín de Cuadonga y la Ruta de los Molinos del Profundu: nosotros vamos a la izquierda

Ante nosotros los altos de Valdemaría, que anuncian el comienzo de las subidas a Coru y Breceña.


Hemos de decir que existe la posibilidad de hacer la ruta del Profundu y, al final, enlazar con la de Covadonga en su final en Buslaz, si bien nos dejaríamos atrás lugares tan importantes como Coru y Breceña, tal y como vamos a ver. Pero no por ello vamos a olvidarnos de algunas de las leyendas de esta ruta molinera a las que aludíamos en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
"Un valle que tiene también sus leyendas, las tradiciones de los "seres del bosque", apariciones de xanas, de doncellas encantadas, de trasgos y diaños burlones, de acontecimientos mágicos y sobrenaturales, que cuentan las historias trasmitidas de generación en generación a la lumbre del llar, les pasaron a vecinos y vecinas que bajaban del pueblo a las moliendas. La toponimia aún guarda la memoria de estos misteriosos seres legendarios. Pero no todo es mitología, las historias "reales" aún pueden resultar más sobrecogedoras. También en lo más tenebroso de estas profundidades boscosas estuvo el último refugio del no menos mítico bandolero El Asistente Vaqueros, capturado cuando se escondía en un molino y llevado a una cárcel de La Villa, siendo después ajusticiado públicamente. Aún la gente mayor de la zona recordaba aquella copla que decía...
                                  Malhaya sean los molinos
                                  los ríos y los regueros
                                  onde vieno a perecer
                                   L'Asistente Vaqueros"

Seguimos llaneando junto al seto de El Cierrón


Nos adentramos en la fresca umbría de un castañéu. A la derecha tenemos el Ríu Puente Coru o Riega Espadañal, que se une aquí al Profundu


Esplendor verde en el camino...


Crecen las arboledas...


En medio del boscaje una construcción


Es lo que parece haber sido una casilla, o casa-almacén de los antiguos peones camineros que cuidaban del mantenimiento de estos caminos


O tal vez un antiguo llagar de sidra


Una garrapiella, el símbolo de la ruta de la Tertulia El Garrapiellu, que terminó siendo el anagrama de la asociación


Avanzamos todo recto...


Aquí hay un puente


Puente sobre el mencionado Ríu Puente Coru o Espadañal


Y ahora empezamos a subir por La Cuesta Valdemaría


El camino atraviesa el bosque


Todo rampa arriba y en recto


La Cuesta Valdemaría es todo un símbolo del camino: se trata de la transición entre las llanuras del medieval Valle de Boides, formado por el río Valdediós y sus afluentes, y la más montañosa parte oriental del concejo de Villaviciosa, como pronto vamos a comprobar


Ganamos altura rápidamente


Curva a la derecha


El repecho es fuerte pero termina enseguida, en un cruce


En el cruce, al pie de Valdemaría y la casona solariega de los Posada, que no es fácil de ver desde aquí, iremos a la izquierda


A la izquierda el camino pierde el asfalto


Y se adentra entre les sebes, los setos silvestres. A la derecha plantación de manzanos, La Pumarada Valdemaría


Hay un letrero también muy pequeño, que apenas se ve


Llamativamente hace ya años que alguien serró la garrapiella o trisquel de llamativo color amarillo sobre fondo azul que es símbolo de la ruta, lo que ayuda a ver menos la seña


Caminamos entre les sebes



Un verdadero túnel vegetal en el esplendor verde



Grandes castañalones


El sendero, de tierra, es de gran belleza, viendo al fondo una singular construcción


A su lado crecen las hortensias


Es un lavadero, muy pequeño, prácticamente para lavar solo una persona, que es lo que cabe


Parece ser aprovechaba el agua de alguna riega o arroyuelo y tal vez guardase relación con la casona de los Posada, arriba en Valdemaría, al igual que una desaparecida capilla situada en el mismo camino, un poco más allá, dedicada a San Ildefonso


Al pasar veremos el interior


A la izquierda finca en pendiente con grandes invernaderos


Y, también a nuestra izquierda, el no menos totémico Monte Cubera, cuya cota máxima son los 367 m del Picu Altu. Abajo son las vegas del Ríu Espadañal o de Puente Coru


Justo encima está, oculta casi por los árboles que la rodean, carbayos, castañales y texos, la casa de La Vega


Parece haber sido casa solariega, principal, o similar, grande, con dinteles de piedra de cantería, hórreo, palombar pumarada, además de huertas y jardín. Un tejo o texu, árbol sagrado de los ástures y demás pueblos antiguos, se yergue a su izquierda



Monte arriba asoman las casas de Ceceñes, también en esta parroquia de Fuentes


Y algo más a la izquierda, al pie de los ocalitos, El Tisoriu


Avanzamos dando siempre vista a los invernaderos


El camino avanza por la ladera de Valdemaría todo en llano... de momento


Otra preciosa vista de La Vega y el Monte Cubera. asomando arriba las casas de Ceceñes, todo ello en la parroquia de Fuentes


Vamos a tomar ahora otro extracto del libro El Camino de Gijón a Covadonga, que recoge la descripción de este tramo...
"Los soberbios paisajes rurales continúan en nuestro camino, un regalo para la vista pero también para los demás sentidos, los mil verdes de los prados, huertas, lloses y eríes, los árboles, llenos de flores en primavera, de hojas en verano, de tonos ocres en otoño, y mostrando sus ramas peladas en invierno, nos ofrecen la maravilla de la naturaleza, junto con el olor de la tierra cuando llueve o de la hierba recién segada que componen las fragancias que perfuman estos rincones de Villaviciosa, mientras pasamos de la parroquia de Fuentes a la de Coru. En tiempo de ir a las moras, más de un caminante de parará a coger alguna de las zarzas para saborearlas en medio de la senda"

Hay aquí un poco de bajada...


Una grandiosa vista a este pequeño valle del Espadañal o Puente Coru


La portiella de la finca es un buen mirador


Ssoberbio panorama del valle


Extensas plantaciones...


Otra maravillosa vista de La Vega, con su gran galería acristalada y planta de boungavilla. A la derecha vemos que, detrás del palombar, asoma el horru


Ahora empezamos una cuesta...


José Manuel, vecino de Valdemaría, nos dijo hace años que este era el solar de la citada capilla de San Ildefonso, pues como referencia nos daba esta torre eléctrica al comenzar esta cuesta


José Manuel nos comentaba además que participaba desde siempre en caminatas a Covadonga que realizaban desde Villaviciosa grupos de hasta 40 personas, por entonces del tirón y saliendo a las doce de la noche y llegando a Cangues/Cangas de Onís hacia las nueve y media de la mañana


Todo ello forma parte de la tradición, secular de "dir andando a ver la Santina". Era también común que se caminase de noche, siempre con alguien buen conocedor de los caminos, pues puede decirse que no había alojamiento ninguno hasta la ciudad canguesa. En otros casos se dormía a raso, por cielo las estrellas, debajo de un hórreo, en el pórtico de alguna iglesia, buscando acomodo en cuadras, pajares, cobertizos o bajo los árboles del camino


Aquí la espesa vegetación forma una profunda caja caminera


Estamos pasando de la parroquia de Fuentes a la parroquia de Coru


Seguimos ascendiendo, ladera arriba


Altísimo arbolón


Su viejo tronco se cubre de yedra...


Les Faces, con otra vista del pequeño valle del Espadañal, entre las parroquias de Fuentes y Coru y bajo el Monte Cubera


Y La Vega, ahora de frente se ve mejor toda la quintana, incluido el hórreo. Nos parece ver la bandera de El Vaticano


Más lejos, la casa de La Piquera, también en Fuentes, por donde pasa la AS-332, popularmente llamada la Carretera Anayo, que comunica estos pueblos. Más arriba El Tisoriu


Atrás han quedado los invernaderos


Arriba El Peral, en la lejanía el Monte Cañéu por la zona de El Pedrosu, La Cobertoria y el Monte Illán (364 m)


No nos resistimos a poner unas fotos del atardecer sacadas desde aquí


Así lo ven quienes caminan de noche, nosotros recomendaríamos ir de día para ver más cosas, pro si vamos de noche mejor con alguien buen conocedor de la ruta. Existía tradición de hacer la ruta de noche para llegar en un solo día


Un poco más de cuesta...


Cuesta que va a acabar al pie de aquel árbol...


Y de la casa que hay enfrente


Aquí tomamos el camino que sale a la izquierda, enfrente de la casa


Casa Lalo Faces, la primera de la parroquia de Coru que nos vamos a encontrar


Aquí se acaba la cuesta, de momento, y seguimos unos metros en llano. De frente, más allá del hórreo, los altos de La Venta Coru y Los Mártires, hacia donde nos dirigimos


Dejamos atrás la casa, fijémonos en las escaleras que suben a la vivienda. Abajo estaba la cuadra


Arriba, más invernaderos...


Y llegamos al hórreo


Un buen mirador sobre el Monte Cubera


Y sobre todo este pequeño pero precioso valle...


Setos floridos y altas castañales



El camín en primavera


El camín, en invierno...


Y otra gran vista del Monte Cubera, del que se dice tiene en su interior un gran lago que suministra el agua que da nacimiento a numerosos ríos y regueros


La Vega, ahora vemos el palombar entero, y el horru. Justo encima La Piquera y El Tisoriu



Caminamos a la buena sombra...


Aquí empezaremos a subir...


Más plantones, dando vista de frente al lugar del Puente Coru, paso de la carretera por un puente sobre el Ríu Espadañal, que pasa al pie de Breceña. A la izquierda las laderas del Monte Cubera


Es también montaña de olvidados castros ástures, de tesoros escondidos, y de aquelarres, llamados aquí la ofrenda'l diablu, siendo, según la tradición, uno de los lugares de Asturias donde estos se celebraban, junto con el cercano Monte Coroña, entre Cabranes y Nava, una ardina o encina en Peñamellera, o en La Veiga´l Palo al sur de Cangas del Narcea, ya en términos leoneses-lacianiegos. El investigador David Madrazo dice que no se sabe el lugar exacto del monte de estas fiestas brujeriles pero sí que existía una ruta piadosa por siete capillas para ahuyentar a les bruxes


Nueva vista de La Vega, La Piquera y El Tisoriu


Nos adentramos ahora en el Monte Sama, donde hay un cruce muy importante



Son tres caminos: el principal va a la derecha, pero nosotros vamos a tomar el del medio, un precioso atajo en medio del castañéu... o sus restos, pues buena parte del castañar ha sido sustituido por eucaliptos


Fijémonos en la flecha que hay pintada en el tronco de uno de estos carbayos


Es de un color rosa fuerte fluorescente. La coincidencia del color de los caminos de Santiago y Covadonga ha sido causa de despistes y problemas, por lo que, en el caso del segundo, sus señales han venido siendo repintadas de otros colores. Aquí hace tiempo que nos hemos separado del Camino del Norte de Santiago pero, cierto es, que ha habido peregrinos xacobeos que han llegado siguiéndolas al menos a Breceña, según nos contaron allí


Este Monte Sama es atravesado por un sendero que hace de atajo respecto al camino que sube


Es un tramo de gran belleza por los dominios del busgosu, el espíritu libre de la naturaleza


Allí, por ejemplo, vemos una garrapiella amarilla. Es posible que ya esté repintada de otro color o esté desaparecida


Un viejo castaño ante nosotros


Nos llama la atención la figura retorcida de su tronco...


Al pasarlo nos volvemos y nos fijamos que está hueco


Parece como si en su momento un rayo hubiese hendido esta castañal


Hay restos de estar quemado por dentro, lo que son las paredes internas del tronco. En la base no se aprecian señales de fogatas, por lo que sospechamos sería un rayo quien hizo esta gran perforación


Seguimos subiendo. Así comentamos de este tramo en El Camino de Gijón a Covadonga

"... una senda por la que el andarín va a refrescarse a la sombra de la arboleda del bosque autóctono, un nuevo paraje prácticamente selvático, donde los troncos de los árboles se alargan hacia el cielo como una inmensidad de lanzas, dándonos una hermosa sombra que a veces, dependiendo de la luz, forma un extraordinario crepúsculo. Nos encontramos en El Monte Sama, que va a volver a hacernos sentir "el sonido del silencio", apenas interferido quizás por los sones del agua de algún reguero, en las inmediaciones de un depósito en temporada de lluvias, o por el rugir del viento en las ramas de los árboles. La subida, aunque directa, está repleta de sensaciones naturales en la que el pisar las hojas caídas forma también una verdadera "banda sonora" que acompasa nuestros andares por esta empinada cuesta"


Viejas señales: les garrapielles



Asoman las raíces en el suelo de tierra y piedra...


No hay perdida pues de tanto pisarlo el sendero está bien marcado


Admiramos el verde fragor boscoso de la espesura, con el suelo cubierto de una cama natural de helechos...


Entre los troncos, un arbusto notable...


Lo distinguimos por sus brillantes hojas puntiagudas, verde intenso por el anverso, verde claro por el reverso: hojas de acebo... acebu, carrascu o xardón


Junto a él otro gran tronco de castañal


Venerables arboledas guardesas del camino


Caminamos por la foresta en continua subida



Paraje de cuentu xanes, las ninfas astures


Respiramos intensamente con el esfuerzo el aire puro del bosque autóctono


La sensación de celosía de la luz filtrándose en troncos, hojas y ramas


Según la época, puede haber bastante hoja suelta por el suelo...


Nos cruzamos con una pista, pero nosotros seguimos de frente, subiendo en recto


Todo hacia arriba...


Sensaciones mágicas del bosque vivo...


Fijémonos a la izquierda, más allá del arbolado


Las fincas de Puente Coru, por donde va la carretera


Como en todo bosque, de vez en cuando, árboles caídos y tumbados


Crecen helechos y musgos...


Los helechos tienden a cubrir el atajo, pero se pasa bien...


Esta raíz hace como un escalón


Hay alguna cotoya, espinera, tojo, o similar, así que cuidado con los pinchos


Vemos por las hojas que crecen pequeños carbayos jóvenes


Musgo en piedras y troncos


A veces hemos de apartar un poco la maleza con nuestro palo o bastón, sobre todo con los grandes brotes verdes de la primavera, época de estas fotos


Ganamos altura rápidamente


Haz de troncos de árboles nacidos en el mismo sitio


A veces hay que detenerse un momento para recuperar aliento...


E, inmediatamente, avanzamos por la empinada senda...


Ya se adivina el final de la subida...


Un último repecho....


Salimos a esta pista, que era el camino principal que dejábamos abajo, y seguimos a la izquierda


A la sombra de carbayos, castañales, fresnos y ocalitos


Fijémonos ahora de nuevo a la izquierda


Hay unas casas: Solares. Aunque este camín no pasa por allí hemos de decir que es el núcleo más poblado de esta parroquia de Coru


También hemos de decir que, por estar próximo a la iglesia parroquial, es popularmente llamado El Vaticano


El campanario de la iglesia de Santo Tomás de Coru puede llegar a verse desde aquí, asomando un poco entre los árboles de la carretera. Tampoco se pasa por allí pero estimamos importante hablar un poco de ella basandonos en nuestro libro caminero, pues parece muy vinculada a otro santuario que sí vamos a visitar: la capilla de Los Mártires de Coru:
COMENTARIO SOBRE LA IGLESIA DE SANTO TOMÁS DE CORU, CERCANA AL CAMINO

 

"El santuario de Los Mártires de Coru está relacionado con la parroquial de Santo Tomás de Coru, escasamente a un kilómetro, a la entrada del pueblo de Solares. Quien vaya caminando no suele desviarse tanto, por muy bien de tiempo y fuerzas que vaya, pero es conveniente hablar algo de ella pues es como su "hermana grande"

Santo Tomás y los Martires de Coru se edificaron también en la segunda mitad del siglo XIII, dentro del estilo románico rural asturiano de planta rectangular y cabecera cuadrada, aunque lo que cambia respecto a la otra es que esta sí tiene decoración

Atrás en el ábside hay un ventanuco alargado sobre dos columnas con capiteles profusamente labrados



El tejado presenta varios canecillos sobre los que descansa su alero, algunos esculpidos con figuras humanas que parecen reírse

La portada lateral es ojival y tiene cincelada una cruz bizantina (del tipo de la Cruz de los Ángeles) 







La portada oeste también es ojival: cuenta con doble arco adornado con bolas y figuras ente las que se representa a Adán y Eva. En el lado inferior del segundo arco se ve una mujer con las manos cruzadas tapándose los pechos 
En el interior es muy sobresaliente toda la arquitectura e iconografía del altar, con su arco  triunfal o toral de triple arcada ojival, sin filigranas, apoyado en columnas con capiteles lisos, menos uno situado a un lado, en el que se admira una una cara con gesto extraño, y otro más en el otro lado con dos animales afrontados. En la capilla mayor hay cuatro ménsulas o repisas de piedra que aguantan una cornisa, una de ellas enseña una cara de la que le salen dos culebras por la boca y otra más es un rostro humano llorando. Estas de una banda, porque en la otra hay otras dos, una sin nada y otra con una figura humana sentada, con los codos apoyados en las rodillas y los brazos pegados a la cara sosteniendo un capitel. Varias representaciones son en realidad como mitad hombre y mitad animal y todo ello forma un conjunto estilístico en el que siempre nos preguntamos qué querían decir y contar exactamente todas estos símbolos y alegorías 

 

Los dos santuarios: Los Mártires y Santo Tomás, están declaradas Monumento Histórico Artístico. 
Por lo extraño de su fábrica y detalles, en ocasiones con detalles como "fuera de lugar" y por no conservarse ningún documento que hable de su fundación, son las dos de lo más desconocido y enigmático del románico villaviciosín"

Teniendo presente la importancia histórica y monumental de los lugares de la ruta y de sus proximidades, incluso de aquellos sitios cercanos que tienen gran interés, vamos caminando por términos de la parroquia de Coru siguiendo este camino que avanza ahora por trechos llanos


Enfrente tenemos el Monte San Cosme, donde está la capilla de Los Mártires de Coru San Cosme y San Damián, a la que, insistimos, sí vamos a subir...


Hacia allí nos dirigimos, con paso resuelto


Entre la arboleda de ese monte, desde aquí, tal vez distingamos unos tejados


Son los tejados de las casas de La Venta Coru, donde saldremos a la carretera antes de subir a la capilla


Los tejados de La Venta, entre la arboleda


El Monte Cubera ya va quedando atrás...


Ahí destaca El Picu Altu, con sus casi 367 metros de altura...


Aquí acaba lo llano de nuestro camino...


Comienza otra subida...


Es la cuesta hacia La Venta y la carretera


El mismo camino en invierno, cuando los árboles pierden las hojas


Bifurcación: vamos a la derecha


Fijémonos: flecha azul y flecha roja


Un fuerte repecho antes de llegar arriba


Curva a la izquierda


El último gran recuesto antes de La Venta


Primeramente Casa Andrés Peruyera


La cuesta va suavizándose en otra curva cerrada...


Vamos llegando arriba...


Enlazamos con la carretera local que comunica La Venta con el barrio de Cayao


Llegando a la carretera seguimos de frente


Y de frente: La Venta Coru



A nuestra derecha La Piñera, por donde sube la carretera Abajo está, oculta por el boscaje, la Fuente los Moros, otro lugar de resonancias mitológicas, tal y como escribimos en el recitado libro caminero:
"Aquí en el Monte San Cosme la vecindad nos informa que está la Cueva los Moros,en la que unes xanes de la Fuente les Ángares (otros dicen les Sangres), iban a guardar unas vacas que llendaben en La Ñoval, unos prados de las cercanías. Ahora la cueva está tapada perlo los muy mayores se acuerdan cuando tiraban piedras y las oían caer como si rodasen por unas escaleras para acabar en un río subterráneo"

Y así salimos a la Carretera Anayo (AS-332) en La Venta Coru


Tradicionalmente, y así está señalizado, el camino sigue a la derecha por la carretera unos pocos metros más, llegando a una casa con hórreo, Casa Miguel, donde la dejamos para tomar un ramal a la izquierda por la Fuente'l Moratín, pero nosotros vamos a proponer otra cosa, seguir por la senda que tenemos enfrente, detrás de La Venta, para subir al Monte San Cosme y visitar una pequeña gran josa del arte y de la historia situada en lo alto, la capilla de los Mártires de Coru, San Cosme y San Damián, a la que ya nos hemos referido al hablar de la iglesia de Santo Tomás de Coru


Esta es La Venta Coru, donde hasta hace años habría sus puertas el chigre La Venta, que tenía tienda, y donde antaño había bailes muy concurridos al son de la gaita y el acordeón, siendo célebre como músico el popular Posadera, de la cercana parroquia de El Bustiu. El dueño le pagaba un domingo para que viniese a tocar, otro le pagaban los mozos, y otro las mozas

Gaitero famoso era José Vega, nacido en La Madrera, laderas villaviciosinas de Peña Cabrera, sindo más conocido por su apodo de El Ratu la Madrera


Quien esto escribe, conoció, allá por los 80, la tienda-bar, ya sin bailes y siendo el dueño mayor, no mal provista para aquellos tiempos posteriores al gran éxodo rural acontecido en estos pueblos en los años 60 y 70. Se comían buenos bocadillos que se preparaban sobre la marcha y que venían muy bien para seguir la subida a Breceña. Luego cerró y así estuvo unos años, reabriendo un tiempo como bar con casa de comidas, muy ricas, pero al cabo de un tiempo cerró. Se dice que una de las causas fueron las obras de ensanche de esta carretera, que se prolongaron bastantes meses con cortes continuos de tráfico


Enfrente, al otro lado de la carretera, había un hórreo, donde solían parar los peregrinos a descansar, aún ya con el bar cerrado, sentándose en la subidoria y sacando las galletas, los refrescos, el queso o el chorizo que llevaban en la mochila. El hórreo tenía un tablón en el corredor en el que se colocaban todo tipo de anuncios y avisos, desde bandos municipales a campañas ganaderas, ferias, fiestas, esquelas y algo de publicidad. Algunos de los primeros mapas hechos a mano de la ruta se colocaron también allí, dándola a conocer un poco más. Este hórreo, de tantos recuerdos y fotografías, desapareció durante las citadas obras de ensanche de la carretera


Tal y como hemos dicho, tomamos pues aquí el camino tras la casa, que sube directo a aquel castañéu de lo alto, en el Monte San Cosme, solar de la capilla de Los Mártires de Coru, popularmente Los Martirinos o Martilinos


Es una cuesta fuerte pero corta


Subimos junto a las cuadras de La Venta


Y... prácticamente sobre los tejados


A lolejos, el Altu la Cruz, entre el Monte Curiella el Picu la Cruz, en el Monte Cañéu. Por allí bajábamos, tras subir de Pión, a ganar el gran valle central Villaviciosino del Ríu Valdediós.


Si nos fijamos mucho tal vez reconozcamos La Torre de Niévares, el castillo con casona bajo el que pasábamos tras bajar del Altu la Cruz (arriba a la derecha de la foto, gran casa blanca)



Y ahora sí que vemos muy bien Llugás, barrios y lugares de Caxide, La Pedrera, L'Arrabal, Contina, Les Fontines, Pelamanta, Peredi... desparramados por las faldas del Picu Miravete


Lo que no terminamos de ver, siempre oculta en el frondoso arbolado de su particular nemeton, es la venerada iglesia de Santa María de Llugás, de la que tantísimo hemos hablado, en el capítulo anterior, santuario mariano de gran tradición romera, asentado muy posiblemente sobre un castro o similar, tal vez cristianizando, si seguimos la filología del topónimo, un paraje sagrado prerromano, posiblemente vinculado con el dios Lug. Celebra fiesta el 8 de septiembre y su Virgen es llamada la Santina de Llugás. Tuvo hospedería de peregrinos en la Casa de Novenas, otros dormían en el mismo pórtico (el llamado Pórticu los Pelegrinos), no pocos se alojaban en casas del pueblo, durmiendo hasta en les tenaes o henares, y bastantes ni dormían, pasaban la noche en danza alrededor de les fogueres


Quienes acudían a la fiesta del 8 de septiembre o, también, un mes más tarde, al Rosario, eran llamados pelegrinos, los que subían el 29 de septiembre, San Miguel, los miguelinos (llama la atención que, según Jean Markale, San Miguel "arcángel luminoso" es una de las advocaciones que cristianizarían a Lug). Estas peregrinaciones eran todo un fenómeno social, siendo comparadas con una emigración anual, actualmente sigue habiéndolas, si bien, con coches y carreteras, los romeros, llegados de toda Asturias, sobre todo zona centro, suelen volver a casa el mismo día


Nos metemos en las profundidades de la biesca...


A la derecha La Piñera, por donde va la carretera, ganando alturas entre varias curvas


Y ahora... en el frescor de la boscosa penumbra...


Otro precioso castañéu...


A la derecha postes telefónicos


Aquí salimos un momento del bosquete, hemos de fijarnos mucho, pues hay una bifurcación: el camino sigue a la izquierda y sigue subiendo


De nuevo en la sombra de la enrramada...


Fuerte repecho hasta el gran eucalipto que hay cerca de la cima


Pasamos a su derecha


Una finca, con frutales, a la derecha


Más abajo va la carretera


En medio del prado, abajo, una cabaña. A lo lejos Peña Cabrera (468 m), una de nuestras referencias geográficas e históricas mientras atravesamos de oeste a este todo el concejo de Villaviciosa, y que seguirá siéndolo en el siguiente capítulo de esta ruta


Esta es la antigua escuela, abandonada y en ruinas, fue construida por los propios vecinos con ayuda del Ayuntamiento de Villaviciosa y donaciones de particulares a primeros del siglo XX


La escuela se halla casi en la cima del Monte San Cosme, donde asoma ya la capilla de Los Mártires de Coru


Se sabe que muy antiguamente las primeras clases se daban en los pórticos de capillas e iglesias, por lo que no es de extrañar que la escuela se construyese tan cerca de ella, apartada de las casas


Y ya estamos en el campo de la capilla de los Mártires de Coru, de gran devoción romera y que, pese a que no es muy grande, ocupa casi todo el espacio aprovechable en la cima de este cueto sobre el barrio de El Moratín


Se trata de un santuario estilo románico rural, muy sencillo, suponiéndose por sus trazas tardío, del siglo XIII, al que en algún momento muy posterior se le añadió, como era muy habitual, este cabildo, bajo el que se reunían los vecinos


Los canecillos que sostiene arriba el saliente del tejado son lisos y carecen de decoración


Vamos a entrar primeramente pues al pórtico o cabildo


Hemos de fijarnos ahora en dos elementos que vemos al entrar: la portada sur y el zócalo que recorre la pared


La portada es muy sencilla, de arco de medio punto y sin concesiones a filigranas artísticas


En el zócalo una decoración en forma de picos, puntas, o "dientes de sierra" constituye el único recurso ornamental de la obra románica


Más abajo un banco corrido recorre la pared


Al otro lado la portada oeste, que en tiempos fue la principal


Es similar a la sur, tampoco muestra adornos tallados. Es fácil que la sobriedad de los cistercienses de Valdediós, reformadores de los benedictinos, influyese en las construcciones de toda esta zona, en la que manifestaron su influencia durante siglos


Nótese arriba del arco, en la clave, el desgaste de la cadena de repicar la campana


Sólo el zócalo muestra, también aquí, los dientes de sierra


En el interior el arco ojival del altar, arco toral o triunfal, muestra ya la transición del románico al gótico


Ahí están las imágenes de San Cosme y San Damián, Los Mártires de Coru o Martirinos, uno del siglo XVII y el otro obra del tallista del lugar Manuel Cuadra Cuadra


Algunas figuras de santos fueron quemadas en la Guerra Civil y por eso hubo que reponerlas


Hay también una Virgen del siglo XVII, tal vez del tiempo de la obra del cabildo


Y una muy interesante talla románica de Santa Lucía, muy fácilmente contemporánea de la fundación románica del santuario


El Cristo es obra del maestro tallista Manuel Cuadra Cuadra, del que extraemos su biografía de El Camino de Gijón a Covadonga:
"Uno de los hijos más ilustres de Coru es el escultor  Manuel Cuadra Cuadra, autor de alguna de las tallas que hemos visto en la ermita de los Mártires, nacido esta parroquia en 1917, al que, según nos dicen ya de pequeño le gustaba "estropear la madera para darle formas", haciendo hermosas figuras que regalaba a los amigos, hasta que un buen día le animaron a participar en algún concurso, ganando entonces los convocador por  Educación y Descanso tres años seguidos, en  1948 por su obra La Muerte de la Virgen, en 1949 con La Santa Cena y en 1950 presentando La Adoración de los Pastores. En 1951-52 ganó otros dos primeros premios realizando esculturas 
Luego trabajó en Santander en un taller de imaginería y estudió Dibujo y Modelado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. También estudió en el Casón del Buen Retiro con una beca de la Obra Sindical de Artesanía..."
Manuel Cuadra Cuadra en 1997, cuando le conocí, en el hórreo de La Venta
"... Mediados los años 50 funda un taller en Madrid, vende y exporta pequeñas tallas en m,adera que representan el mundo rural en el que vivió, yendo muchas de ellas a Londres, donde tiene muchos pedidos, pero él continúa viniendo casa poco  a su pueblo, trabaja en la casería y participa en varias exposiciones, como las de la Feria de Muestras de 1984 y la del Centro Asturiano de Uviéu en 1986. Una de sus obras más impresionantes y ponderadas es la del Cristo Crucificado de Quintueles, que está en la iglesia de esta parroquia, así como la figura de un San Clemente. También en el cementerio de Villaviciosa existe un Cristo obra de Manuel, mas un retablo que imita el arte románico, aquí en Coru. 
Trabajó también el azabache, haciendo piezas y figuras que son una verdadera preciosidad. Con Manuel Cuadra Cuadra el arte de la escultura y la talla en madera logra su máxima expresión, uniendo perfectamente la buena maña que tiene a la hora de trabajarlo y el arte que pone en esta labor, consiguiendo formas hermosísimas con un acabado exquisito, buena muestra de la maestría y laboriosidad de este artista"  

Volvemos al exterior, al pórtico. Como era habitual hace algunas generaciones, en estos cabildos maestros, muchas veces ambulantes, daban clases elementales a los hijos e hijas de la vecindad, cuando de lo permitían las duras y continuas faenas agrarias


El pórtico es un buen mirador sobre el entorno, hacia Peña Cabrera


Aquí cerca, Cayao, otro de los barrios de esta parroquia de Coru, que fue famoso por su artesano relojero y por su taller de ebanistería y talla


Al principio Casa Modesto, Casa Vítor Perea, Casa Perea, la Casa'l Roxu...


Y luego Les Cortes, Casa Carmen Nietu o Inocencia Nietu, Casa Engracia o Casa Ángel Perea, o la Casa José Xico, quien tenía abajo, en el Ríu Profundu, el molino de este nombre, el Molín de José Xico, el cual disponía de un dispositivo para producir electricidad, iluminando con ella esta aldea, que contó con alumbrado eléctrico antes que se dispusiese de él en las zonas rurales del concejo


Desde el pórtico retomamos el camino


Verde sendero de hierba que nos lleva a El Moratín: El Camín de la Ermita


Al salir veremos que el ábside es cuadrado, muy común en el románico tardío. La sacristía es un añadido también muy posterior.


Esta capilla, recordamos, parece muy vinculada a la iglesia parroquial de Santo Tomás de Coru, justo al otro lado del Monte San Cosme, que no vemos desde aquí


Tomamos este sendero que baja hacia las casas, justo encima de la carretera. En la primera señalización de 1993 la Tertulia El Garrapiellu la señalizó por allí pero, algunos vecinos de estos pueblos, ante los posibles riesgos de atropello en las sinuosidades de Les Cuestes, más arriba de La Piñera, nos enseñaron el que llamaron textualmente L'Atayu la Cuesta Coru, que era el que empleaban antes de que se hiciese esta dicha carretera para bajar a La Villa, la capital de Villaviciosa


Vamos pues caminando hacia El Moratín, el barrio de Coru que atraviesa esta ruta andariega


Un pequeño seto marca el camino...



Según bajamos a El Moratín iremos fijándonos en varias referencias visuales del tramo que nos aguarda hasta Breceña


Al pie de las casas de El Moratín, entre estas y el cobertizo que está a su derecha, sigue el camino señalizado que ha dejado la AS-332. Justo encima a lo lejos vemos La Cuesta, o La Cuesta Coru, ladera por la que sube el camino, llamado allí precisamente L'Atayu la Cuesta Coru


L'Atayu la Cuesta Coru sube a Cuetu Baxu o Cuetubaxu, arriba a la derecha de la foto, ya en la parroquia de Breceña, donde está la Casa'l Xaular o El Xaular, que tan bien nos recibió alguna vez con sus célebres cantares


Este bello y verde sendero es un verdadero mirador natural


En El Moratín llegamos primeramente a Casa Vítor


Vamos acabando la bajada


Estos postes con cierres de alambre son aprovechados para tender la ropa a secar al sol


Entramos en El Moratín


Casas y talleres



A la derecha Casa Vicenta o de Leonor, luego va la Casa Falo


A la izquierda estaba el taller de Manolo'l Carpinteru


Antaño, en este rellano en el medio del barrio, se reunía la mocedá a bailar al son de la pandereta de Elvira La Carbayera, al igual también que al de la guitarra de un músico pobre que venía todas las semanas. Otras veces se danzaba simplemente con una lata y unos palos, que hacían de tambor


Recordemos pues lo que viene a ser una verdadera pequeña plaza, cruce de caminos y espacio de socialización vecinal


Y junto a Casa Falo una bifurcación: bajamos a la derecha


Bajo las hojas de la figar, la higuera


Abajo enlazamos con el camino señalizado oficialmente, que entra desde La Venta por la carretera


Bajando desde las casas, dando vista a la subida que nos aguarda por La Cuesta de Riba a Cuetubaxu, paso a Breceña


Ahora llegamos a la encrucijada de los caminos


Enlazando con la ruta señalizada, iremos a la izquierda, pero antes podemos ir a ver una vieja fuente, histórica del lugar


La Fuente'l Moratín



Está aquí mismo, en un rincón al lado del camino, al pie de los prados bajo La Cuesta


De frente el lavadero, la fuente a la izquierda


Y a la izquierda de la fuente el bebederu o abrevadero del ganado


La fuente es muy antigua, no tiene caño ni canaleta, es una pequeña cueva y adentro está el agua que se recoge con un xarru. Por eso en estas fuente, aunque pequeñas, vivían metidas les xanes, las ninfas del agua, seres que según leyendas tenían capacidad lo mismo de crecer que de menguar


Siempre hay un xarru colgando de la viga del llavaderu


El lavadero por su parte es muy pequeño, aunque de diferente estilo, sus reducidas dimensiones nos recuerdan al que acabamos de ver en Valdemaría



Regresando al cruce, donde se unen los caminos, seguimos de frente entre las fincas



Han plantado una buena palmera junto al seto



Un cierto aire indianu o tropical...


Una portiella cierra prau y pumarada



El suelo está hormigonado y ya empieza a ganar altura


Y así subimos la cuesta de La Cuesta...


A la izquierda otra finca


También con pumarada...


El camino la bordea...


Y sigue subiendo...


Ahora vemos bien la casa: La Cuesta de Baxu


Llegamos a una bifurcación más


Este es el cruce con la entrada a la casa: nosotros seguiremos de frente todo hacia arriba a la derecha


Seguimos subiendo bajo este gran carbayón


Empieza un buen repecho...


Avanzamos con paso firme...




Buena vista de la Cuesta de Baxu tras dejarla atrás...


Pasamos bajo una gran castañalona


Y ahora todo subida en una formidable rampa...


Profunda caja caminera: vamos llegando a la primera parte de esta gran subida de La Cuesta Coru


Mucha atención ahora, justo cuando en camino empieza a llanear, en La Cuesta de Riba o Casa la Cuesta


NO PODEMOS SEGUIR DE FRENTE, ENTRAMOS EN UNA CASA PARTICULAR Y SE CORTA EL CAMINO: hay que tomar la senda que sigue subiendo, a la izquierda



Antes había un cartel, como se ve en esta foto pero, como tantos otros, ha desaparecido


El lugar es un gran mirador sobre buena parte de la parroquia y sus alrededores


La Cuesta de Baxu y el Monte Cubera


El Moratín


El Monte San Cosme...


Además podemos admirar desde aquí unos atardeceres espectaculares...


Abajo El Moratín y Monte San Cosme, de donde venimos


Al oeste, el sol se pone en el Monte Cañéu, barrera natural por la que hemos pasado, subiendo del valle del río España al valle del río Valdediós, el gran valle central del concejo de Villaviciosa


El sol se pone por una de sus cimas, El Picu la Curiella (535 m), en cuya cima sus campos de túmulos megalíticos verían durante milenios este mismo espectáculo desde su cumbre


El sol, con su fuerza lumínica, parece en algún momento capaz de "hacer desaparecer la montaña"


Pero al bajar, recorta aún más su silueta. A la izquierda el Altu la Cruz, a donde subimos desde el barrio pionesu de Casamoria y desde donde caíamos a Niévares


El sol se va... un verdadero prodigio de la naturaleza...



El Moratín al ponerse el sol...



Llegamos a ver el camino que baja entre las casas de la capilla a la fuente



La Cuesta de Baxu a nuestros pies


Al norte, más lejos, Solares, el barrio más grande de la parroquia como hemos dicho, justo sobre la recitada iglesia de Santo Tomás de Coru, que tampoco podemos ver desde aquí. A lo lejos al norte el Monte Fariu (338 m), en la parroquia de Miravalles


Solares, al estar tan cerca de la iglesia parroquial es llamado popularmente El Vaticano



Y tal y como dijimos, justo antes de la Casa la Cuesta, en la Cuesta de Riba, dejamos el hormigón para subir por este sendero de tierra, poniendo rumbo a Breceña


El Atayu la Cuesta Coru, por el que continuamos ascendiendo. Este era el antiguo cartel indicador que evitaba desorientarnos


Esta garrapiella de madera nos lo indicaba


Ahora de frente El Monte'l Castañéu


Y allí está La Granda, con el legendario Palacio de Goyanes o Casona la Granda, casona solariega de los Peón de la Mesada y posteriormente de los Valdés Quevedo, donde nació en 1837 Casimiro Piñera y Naredo, obispo de Barbastro (Huesca), así como solar también de Celestino Piñera, antiguo médico de Lliberdón que llegaría a ser alcalde de Colunga y, un descendiente suyo, Sebastián Piñera, presidente de Chile



Más allá El Pinu, cerca de Breceña



A lo lejos, al nordeste, la Sierra y Picu Cualmayor (325 m), ya en la frontera con Colunga. Más cerca es el Picu la Cerra (299 m), sobre La Llera por donde entra en Villaviciosa, por la parroquia de Priesca, el Camino Norte de Santiago


Más a la izquierda el Fariu (357 m), sobre Miravalles (no confundir con otros montes de nombre similar


Cuando los eucaliptos son talados tenemos otra vista de Solares, donde está uno de los accesos al Monte Cubera, la cuesta de El Paxotu. Allí fue célebre antaño el Llagar de Lucio. Ahora abajo, cerca de la iglesia, está el de Cortina

A lo lejos La Era, en Miravalles, al pie del Monte Fariu



Más a la derecha hay una casona con capilla, El Palaciu Paniceres, del siglo XVII, con su fincal hórreo y capilla, dedicada a San Antonio. Está en la vecina parroquia de La Madalena, llamada secularmente La Madalena los Pandos

A lo lejos Cueli, también en Miravalles y ladera del Fariu, comunicación con Sebrayu, otro barrio de la parroquia, al otro lado de la montaña, paso del Camino Norte de Santiago procedente de Priesca y Colunga


El Monte Cubera, más allá de La Cuesta


Y el Monte Cañéu, que cierra el gran valle central de Villaviciosa, el medieval Valle de Boides, por el oeste


L'Atayu la Cuesta Coru es una senda estrecha que, somo se suele decir, "sube recta y directa". Arriba nuestra referencia: Cuetubaxu, puerta de Breceña en el Camín a Cuadonga


Citando una vez más un pasaje de El Camino de Gijón a Covadonga, transcribo:
"... este camino por el que nos hemos metido es ya una auténtica y entrañable caleya sin asfalto ni hormigón, y estrecha, por la que se pasa estupendamente bien dado que dado que, además de trillada por los caminantes, todos los años la arreglan los vecinos, aunque según la época en que vengamos a hacer la ruta, quizás a veces veamos la hierba un poco alta o las matas de los lados más pobladas y espesas, pero no hay generalmente problema
"Estos matos están llenos de moras en su tiempo, y entre los lloreos (laureles) puede oírse cantar algún xilguerín (jilguerillo). Alguna de las veces que paremos para recuperar resuello recomiendo darse la vuelta a disfrutar de todas las panorámicas que se nos ofrecen desde aquí"

Un momento un camino pues, para muy apropiados, para cantar, como se dice en Asturias, "una del Presi", el gran cantante de tonada, y otros géneros, José González El Presi
"Dime xilguerín parleru,
dime qué comes
como arenines del mar,
del campu flores

Tienes unos güeyos negros
y unes pestañes
y una lengüina parlera
con que me engañes

Tengo dir a Covadonga
cola mio neña en septiembre 
tengo llevai a la Virxen
un ramín de palma verde
y colgáu de aquel ramín
tengo pone-y una flor
de repieque'l paxarín
pa que me quiera el mió amor"

Los altos matos encajan en camino entres sus verdes paredes vegetales


Pero siempre se pasa bien, incluso lloviendo


De frente a nosotros, arriba ya muy cerca: Cuetubaxu


Ahora alguna foto más primaveral del repechu


Fila de castañales jóvenes...


Un buen trecho de sombra para acometer los últimos metros, tal vez los más duros, que esta subida recta y directa


Y ya estamos en la finca de Cuetubaxu, El Xaular, o Casa'l Xaular, que nos da la bienvenida a la parroquia de Breceña












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