Mapa de este tramo de la ruta |
Saliendo de Malpasu a Les Vegues de Fuentes |
Aquí, sin más, ya nos abrimos a esta vega, separándonos un poco del río y tomando pues esta carretera local que comunica dos enclaves de Fuentes, Les Vegues y, poco más allá, Villaverde, la tierra baja de la parroquia, la cual se extiende mayoritariamente más arriba, en las laderas del Monte Cubera y en las cercanías de La Villa
Si aún sigue allí, una garrapiella, de las de madera, instaladas en 1997 en todo el recorrido, señalará el camino a seguir al salir de Malpasu
Pasamos primeramente al pie de la Granja Villanueva, una gran extensión de pastos para ganadería vacuna
Regueru que nace cuesta arriba, donde vemos las casas de El Peral
Bordeamos la finca de la granja...
Las vacas nos ven pasar...
La vega, hasta el río, es prado de siega y pasto, con pumarada de manzana de rica sidra asturiana
"SANTA MARÍA DE LLUGÁS: LOS ROMEROS Y LOS PEREGRINOS
La historia de la iglesia de Santa María de Llugás arranca tempranamente, en tiempos de los primeros reyes asturianos. Los primeros documentos que la mencionan la hacen monasterio de frailes benidictinos, los famosos "benitos". En el año 754 el pontífice Zacarías fizo donación del templo a Alfonso I El Católico, tercer monarca asturiano tras Pelayo y Favila, aunque parece ser que este monasterio se extinguió y pasó a San Salvador de Fuentes. De todas formas lo más antiguo del templo que llegó a nuestros días es de siglos después, del s. XII o principios del XIII, estilo románico, independientemente que sea una refundación de un templo mucho anterior (...)
(...) Aquí dentro se encuentra una imagen de la Virgen estilo románico tardío muy venerada, La Santina de Llugás, cuyas peregrinaciones y romerías se comparaban con las de La Santina de Cuadonga, con la que está relacionada en la fiesta del 8 de septiembre y por peregrinaciones que alrededor de esas fechas realizaban algunas personas entre los dos santuarios...
De las grandes transformaciones de Santa María de Llugás destacan las de 1690 cuando se construyen el crucero, la cabecera y la sacristía. En 1832 se le pone la espadaña del campanario y en 1834-1835 el pórtico. En el pórtico se encuentra el famoso "púlpito de los peregrinos". Los que acudían a Llugás el 8 de septiembre o el día del Rosario se les llamaba peregrinos, pero los que venían el 29 de septiembre eran apodados "los miguelinos" y salían en su mayor parte de Avilés, Corvera, Gozón y Carreño. Alrededor del templo se disponen otras construcciones y dependencias de los siglos XVIII y XIX empleadas para que los fieles que venían de lejos tuviesen donde alojarse o para la mejor disposición del campo circundanta, entre estas está la muralla almenada que se ve desde lejos, con su Torre del Polvorín, la Clasa de Novenas, la hospedería, y antiguas escuelas. También había cobertizos para el ganado, pues además de personas que iban "ofrecidas", también se llevaba el ganado, tanto era esto así que se decía...
"A la Virxen de Llugás, si la oveya y la reciella nun tan males, ¿a qué vas?"
Figuras de cera con vacas y xatos se traían como "ofierta a la Santina de Llugás", así como reproducciones de manos y brazos, o muletas y bastones los cojos, "ex-votos" ofrecidos como agradecimiento o petición para cuidar o sanar de algún mal o para prevenirlo. No muy lejos se localiza La Pica Castiellu donde existen señales de un baluarte antiquísimo, citado en la Edad Media como uno de los castillos de Doña Berenguela y el Conde Piniolo, no faltando quien sospeche que se hizo sobre las fortificaciones de un castro astur de los "lugones" a quienes Llugás debería el nombre. La tradición asegura que el propio santuario se edificó en una antigua carbayera, con todo el simbolismo que ello implica ya que los bosques de esta especie constituían de por sí un "nemeton" o espacio sagrado en un templo natural"
Ahora viene un tramo recto, el camín avanza entre la cuestuda ladera de la izquierda y la vega del valle de Profundu, a la derecha
Siempre dando vista a la pumarada y a las cuestas arboladas de Llugás
Maizales y fabes
En torno a la casa, de la que vemos su parte posterior, pues la fachada principal mira a la vega, hay un verdadero vergel
Un muy buen lugar para sentarse en este verdadero Jardín del Edén, oliendo el aroma de las flores, ahora que nuestros sentidos se agudizan con el esfuerzo
Justo enfrente el hórreo
Seguimos camino junto a la florida vereda
En este cruce iremos a la derecha
Pasamos junto a la cuadra, también su fachada trasera
Luego va un gran cobertizo, abierto al camino
Aquí se guarda el tractor
Y la hierba, por lo que vale de pajar o tenada
Seguidamente pasamos junto a los huertos y los invernaderos
Y ante nosotros la llanura que se extiende hasta el Ríu Profundu
Parra y racimos de uvas
La huerta en su esplendor
Rosaledas
Otro cobertizo
Aquí se apila la leña para el invierno
Más ganado y pumarada... arriba en los altos de Llugás, en La Peña Castiello, cerca del santuario romero de Santa María, hubo un castillo perteneciente al mítico conde Piniolo, del que nos dan más noticias Víctor Vallín Martínes y Gerardo Fernández Moreno en su magna publicación de 1928 Villaviciosa y su Progreso, donde leemos:
"Es famoso el santuario de la Virgen. En el Pico del Castillo, existió una sólida fortaleza con variadas dependencias, de la que aún quedan restos de fuertes paredes e indicaciones de subterráneos, se han hallado piedras de grano para moler el mijo, instrumentos de hierro y restos humanos.
Esta fortaleza y tierra figuran entre los territorios que el rey leonés Alfonso VIII-IX dió a su esposa doña Berenguela, y que ésta, con su padre el castellano Alfonso VIII, devolvió al marido, de quien la apartara el pontífice, cuando en 1.206 se celebró entre los monarcas la paz o concordia de Cabreros, paso feliz para futura unidad nacional"
El camín por el que proseguimos nuestro trayecto
Trayecto que sigue siendo muy llano
Rosaledas de Les Vegues
Nos llega su fragancia...
"(...) álamos, carbayos, abedules y por supuesto frutales, castaños, avellanos... entre las plantaciones de frutas suelen verse kiwis y calabazas en estas huertas. Volviendo a los árboles, también se descubre alguna nozal o nogal"
Río Profundu, llamado Ríu Coru un poco más arriba y, más cerca de su nacimiento, Espinadal. Aguas abajo, cerca de su final en el Viacaba, El Ríu la Vega, quinta y barrio de Amandi por el que nos adentrábamos en Malpasu
Al Ríu Profundu y sus más de veinte molinos, todos en desuso y algunos desaparecidos), dedicó libros y estudios el gran escritor villaviciosino Rafael Balbín Loredo, a quien también dedicamos un muy especial recuerdo en el libro del camín:
"Estos molinos de agua fueron importantísimos para las sociedades campesinas hasta hace unas cuantas décadas. El pan se hacía en casa y el grano de la cosecha de maíz, trigo, escanda y otros cereales panificables se llevaba a los molinos de agua que había en todos los ríos. En el siglo XVIII se contaban hasta 5.000 de estos molinos en toda Asturias y había de dos tipos: los de vecera, que eran propiedad de varios dueños que se turnaban las horas y los días para moler, y los de maquila, que tenían un propietario que cobraba con un tanto o maquila de lo que llevaba la gente a moler. Al molino se iba continuamente, cada vez que se necesitaba arroxar pan na forna casa, dando todo esto origen a una serie de costumbres relacionadas con los molinos, la molienda y las historias, tantas veces picarescas, de molineros y molineras, así como de la elaboración del pan, las cuales pasaron al folklore, la canción y la etnografía de Asturias y de Europa en general. Acabándose el siglo XIX se crearon las primeras harineras, modernas fábricas de harinas, y los molinos eléctricos, naciendo también las primeras panaderías industriales que, junto con el avance de los transportes, favorecieron el trabajo de los repartidores, dejando de ser preciso estar siempre pendiente de elaborar el pan para casa, lo que hizo que fuesen desapareciendo los molinos de agua. Actualmente muchos de ellos están siendo restaurados o al menos limpiados de vegetación y abandono, pudiendo ser visitados o ser fundamento de algunas de estas rutas senderistas. Algunos siguen funcionando, aunque no en esta ruta del Profundu, dentro de una nueva cultura de valoración de productos de calidad, como es el caso de la fabricación artesana del pan. Y es que la Historia, con mayúsculas, no son únicamente los castillos y los palacios, es también el acontecer cotidiano de nuestros antepasados, con sus trabajos y anécdotas de todos los días en escenarios sencillos y modestos pero llenos de vida como eran estos viejos molinos harineros a los que tanta atención prestó el investigador y amigo Rafa Balbín"
Y en su libro Los Molinos del Profundu, publicado en 1997, Rafa dice así:
"Al igual que muchos concejos de Asturias, el de Villaviciosa cuenta a lo largo de su geografía con numerosos ríos y riegas en los que, en su día, se desarrolló la actividad de la molienda. En el caso de Villaviciosa, la localización de cauces en los que llegaron a funcionar algunos molinos viene condicionada por el accidente geográfico de la Ría..."
"... El Profundu nace en los límites del concejo de Villaviciosa con los de Piloña y Cabranes, concretamente en la zona denominada Fontelea. Este río se caracteriza por su cauce estrecho, que en alguno de sus tramos se parece más bien a la canaliega de alguno de los molinos (...). Su recorrido de catorce kilómetros discurre en su mayor parte por profundas vaguadas cubiertas por una gran variedad de vegetación autóctona: robles, olmos, álamos, castaños... y tampoco falta la fauna, entre la que abundan los jabalíes, zorros, corzos y nutrias, así como las truchas (...)"
Aquí nos volvemos a separar, ligeramente, de la orilla
Llegamos así a Villaverde, el otro de los lugares de la parroquia de Fuentes por donde pasa el Camino, también en esta vega del Profundu
Les Vegues y Villaverde, topónimos que, en este lugar, no necesitan mayormente explicación filológica si vemos el paisaje
Nosotros seguimos de frente, junto a los muros de la finca
A la derecha, el llagar, donde se celebran buenas espichas aprovechando nuestra estancia
Y un precioso corredor mirando al camín
Nuestro camino sigue de frente, a la derecha una pasarela comunica con el solar del antiguo Molín de Villaverde, del que quedan algunos restos que pueden visitarse, regresando después a la ruta. De él escribíamos en El Camino de Gijón a Covadonga:
"...estamos en las cercanías del Molín de Villaverde, donde molían los vecinos de Llugás y Fuentes, aunque en un estado bastante ruinoso, soliendo estar cubierto de maleza. Estos molinos de agua fueron importantísimos para las sociedades campesinas hasta hace unas cuantas décadas..."
"... El pan se hacía en casa y el grano de la cosecha de maíz, trigo, escanda y otros cereales panificables se llevaba a los molinos de agua que había en todos los ríos. En el siglo XVIII se contaban hasta 5.000 de estos molinos en toda Asturias y había de dos tipos: los de vecera, que eran propiedad de varios dueños que se turnaban las horas y los días para moler, y los de maquila, que tenían un propietario que cobraba con un tanto o maquila de lo que llevaba la gente a moler
Al molino se iba continuamente, cada vez que se necesitaba "arroxar pan na forna casa", dando todo esto origen a una serie de costumbres relacionadas con los molinos, la molienda y las historias, tantas veces picarescas, de molineros y molineras, así como de la elaboración del pan, las cuales pasaron al folklore, la canción y la etnografía de Asturias y de Europa en general..."
"... Acabándose el siglo XIX se crearon las primeras harineras, modernas fábricas de harinas, y los molinos eléctricos, naciendo también las primeras panaderías industriales que, junto con el avance de los transportes, favorecieron el trabajo de los repartidores, dejando de ser preciso estar siempre pendiente de elaborar el pan para casa, lo que hizo que fuesen desapareciendo los molinos de agua. Actualmente muchos de ellos están siendo restaurados o al menos limpiados de vegetación y abandono, pudiendo ser visitados o ser fundamento de algunas de estas rutas senderistas..."
"... Algunos siguen funcionando, aunque no en esta ruta del Profundu, dentro de una nueva cultura de valoración de productos de calidad, como es el caso de la fabricación artesana del pan. Y es que la Historia, con mayúsculas, no son únicamente los castillos y los palacios, es también el acontecer cotidiano de nuestros antepasados, con sus trabajos y anécdotas de todos los días en escenarios sencillos y modestos pero llenos de vida como eran estos viejos molinos harineros"...
Visitemos o no el molino, el camino sigue adelante, recto por la pista asfaltada
Aquí además nos separamos de la Ruta a Peña Cabrera, que sube por Llugás
Un hermoso cobertizo para comer al aire libre, al lado de la biesca...
Un precioso itinerario sumidos en plena naturaleza arbórea
El camino sigue el curso del río, orillándolo
Mucha atención a la siguiente bifurcación
Ante nosotros los altos de Valdemaría, que anuncian el comienzo de las subidas a Coru y Breceña.
"Un valle que tiene también sus leyendas, las tradiciones de los "seres del bosque", apariciones de xanas, de doncellas encantadas, de trasgos y diaños burlones, de acontecimientos mágicos y sobrenaturales, que cuentan las historias trasmitidas de generación en generación a la lumbre del llar, les pasaron a vecinos y vecinas que bajaban del pueblo a las moliendas. La toponimia aún guarda la memoria de estos misteriosos seres legendarios. Pero no todo es mitología, las historias "reales" aún pueden resultar más sobrecogedoras. También en lo más tenebroso de estas profundidades boscosas estuvo el último refugio del no menos mítico bandolero El Asistente Vaqueros, capturado cuando se escondía en un molino y llevado a una cárcel de La Villa, siendo después ajusticiado públicamente. Aún la gente mayor de la zona recordaba aquella copla que decía...
Malhaya sean los molinoslos ríos y los reguerosonde vieno a perecerL'Asistente Vaqueros"
Seguimos llaneando junto al seto de El Cierrón
Nos adentramos en la fresca umbría de un castañéu. A la derecha tenemos el Ríu Puente Coru o Riega Espadañal, que se une aquí al Profundu
Esplendor verde en el camino...
Crecen las arboledas...
En medio del boscaje una construcción
Es lo que parece haber sido una casilla, o casa-almacén de los antiguos peones camineros que cuidaban del mantenimiento de estos caminos
O tal vez un antiguo llagar de sidra
Una garrapiella, el símbolo de la ruta de la Tertulia El Garrapiellu, que terminó siendo el anagrama de la asociación
Avanzamos todo recto...
Aquí hay un puente
Puente sobre el mencionado Ríu Puente Coru o Espadañal
Y ahora empezamos a subir por La Cuesta Valdemaría
El camino atraviesa el bosque
Todo rampa arriba y en recto
La Cuesta Valdemaría es todo un símbolo del camino: se trata de la transición entre las llanuras del medieval Valle de Boides, formado por el río Valdediós y sus afluentes, y la más montañosa parte oriental del concejo de Villaviciosa, como pronto vamos a comprobar
Ganamos altura rápidamente
Curva a la derecha
El repecho es fuerte pero termina enseguida, en un cruce
En el cruce, al pie de Valdemaría y la casona solariega de los Posada, que no es fácil de ver desde aquí, iremos a la izquierda
A la izquierda el camino pierde el asfalto
Y se adentra entre les sebes, los setos silvestres. A la derecha plantación de manzanos, La Pumarada Valdemaría
Hay un letrero también muy pequeño, que apenas se ve
Llamativamente hace ya años que alguien serró la garrapiella o trisquel de llamativo color amarillo sobre fondo azul que es símbolo de la ruta, lo que ayuda a ver menos la seña
Caminamos entre les sebes
Un verdadero túnel vegetal en el esplendor verde
Grandes castañalones
El sendero, de tierra, es de gran belleza, viendo al fondo una singular construcción
A su lado crecen las hortensias
Es un lavadero, muy pequeño, prácticamente para lavar solo una persona, que es lo que cabe
Parece ser aprovechaba el agua de alguna riega o arroyuelo y tal vez guardase relación con la casona de los Posada, arriba en Valdemaría, al igual que una desaparecida capilla situada en el mismo camino, un poco más allá, dedicada a San Ildefonso
Al pasar veremos el interior
A la izquierda finca en pendiente con grandes invernaderos
Justo encima está, oculta casi por los árboles que la rodean, carbayos, castañales y texos, la casa de La Vega
Parece haber sido casa solariega, principal, o similar, grande, con dinteles de piedra de cantería, hórreo, palombar y pumarada, además de huertas y jardín. Un tejo o texu, árbol sagrado de los ástures y demás pueblos antiguos, se yergue a su izquierda
Monte arriba asoman las casas de Ceceñes, también en esta parroquia de Fuentes
Y algo más a la izquierda, al pie de los ocalitos, El Tisoriu
El camino avanza por la ladera de Valdemaría todo en llano... de momento
Otra preciosa vista de La Vega y el Monte Cubera. asomando arriba las casas de Ceceñes, todo ello en la parroquia de Fuentes
Vamos a tomar ahora otro extracto del libro El Camino de Gijón a Covadonga, que recoge la descripción de este tramo...
"Los soberbios paisajes rurales continúan en nuestro camino, un regalo para la vista pero también para los demás sentidos, los mil verdes de los prados, huertas, lloses y eríes, los árboles, llenos de flores en primavera, de hojas en verano, de tonos ocres en otoño, y mostrando sus ramas peladas en invierno, nos ofrecen la maravilla de la naturaleza, junto con el olor de la tierra cuando llueve o de la hierba recién segada que componen las fragancias que perfuman estos rincones de Villaviciosa, mientras pasamos de la parroquia de Fuentes a la de Coru. En tiempo de ir a las moras, más de un caminante de parará a coger alguna de las zarzas para saborearlas en medio de la senda"
Hay aquí un poco de bajada...
Una grandiosa vista a este pequeño valle del Espadañal o Puente Coru
La portiella de la finca es un buen mirador
Ssoberbio panorama del valle
Extensas plantaciones...
Otra maravillosa vista de La Vega, con su gran galería acristalada y planta de boungavilla. A la derecha vemos que, detrás del palombar, asoma el horru
Ahora empezamos una cuesta...
José Manuel, vecino de Valdemaría, nos dijo hace años que este era el solar de la citada capilla de San Ildefonso, pues como referencia nos daba esta torre eléctrica al comenzar esta cuesta
José Manuel nos comentaba además que participaba desde siempre en caminatas a Covadonga que realizaban desde Villaviciosa grupos de hasta 40 personas, por entonces del tirón y saliendo a las doce de la noche y llegando a Cangues/Cangas de Onís hacia las nueve y media de la mañana
Todo ello forma parte de la tradición, secular de "dir andando a ver la Santina". Era también común que se caminase de noche, siempre con alguien buen conocedor de los caminos, pues puede decirse que no había alojamiento ninguno hasta la ciudad canguesa. En otros casos se dormía a raso, por cielo las estrellas, debajo de un hórreo, en el pórtico de alguna iglesia, buscando acomodo en cuadras, pajares, cobertizos o bajo los árboles del camino
Aquí la espesa vegetación forma una profunda caja caminera
Estamos pasando de la parroquia de Fuentes a la parroquia de Coru
Seguimos ascendiendo, ladera arriba
Altísimo arbolón
Su viejo tronco se cubre de yedra...
Les Faces, con otra vista del pequeño valle del Espadañal, entre las parroquias de Fuentes y Coru y bajo el Monte Cubera
Y La Vega, ahora de frente se ve mejor toda la quintana, incluido el hórreo. Nos parece ver la bandera de El Vaticano
Más lejos, la casa de La Piquera, también en Fuentes, por donde pasa la AS-332, popularmente llamada la Carretera Anayo, que comunica estos pueblos. Más arriba El Tisoriu
Atrás han quedado los invernaderos
Arriba El Peral, en la lejanía el Monte Cañéu por la zona de El Pedrosu, La Cobertoria y el Monte Illán (364 m)
No nos resistimos a poner unas fotos del atardecer sacadas desde aquí
Así lo ven quienes caminan de noche, nosotros recomendaríamos ir de día para ver más cosas, pro si vamos de noche mejor con alguien buen conocedor de la ruta. Existía tradición de hacer la ruta de noche para llegar en un solo día
Cuesta que va a acabar al pie de aquel árbol...
Y de la casa que hay enfrente
Aquí tomamos el camino que sale a la izquierda, enfrente de la casa
Casa Lalo Faces, la primera de la parroquia de Coru que nos vamos a encontrar
Aquí se acaba la cuesta, de momento, y seguimos unos metros en llano. De frente, más allá del hórreo, los altos de La Venta Coru y Los Mártires, hacia donde nos dirigimos
Arriba, más invernaderos...
Y llegamos al hórreo
Un buen mirador sobre el Monte Cubera
El camín en primavera
Y otra gran vista del Monte Cubera, del que se dice tiene en su interior un gran lago que suministra el agua que da nacimiento a numerosos ríos y regueros
La Vega, ahora vemos el palombar entero, y el horru. Justo encima La Piquera y El Tisoriu
Aquí empezaremos a subir...
Más plantones, dando vista de frente al lugar del Puente Coru, paso de la carretera por un puente sobre el Ríu Espadañal, que pasa al pie de Breceña. A la izquierda las laderas del Monte Cubera
Es también montaña de olvidados castros ástures, de tesoros escondidos, y de aquelarres, llamados aquí la ofrenda'l diablu, siendo, según la tradición, uno de los lugares de Asturias donde estos se celebraban, junto con el cercano Monte Coroña, entre Cabranes y Nava, una ardina o encina en Peñamellera, o en La Veiga´l Palo al sur de Cangas del Narcea, ya en términos leoneses-lacianiegos. El investigador David Madrazo dice que no se sabe el lugar exacto del monte de estas fiestas brujeriles pero sí que existía una ruta piadosa por siete capillas para ahuyentar a les bruxes
Nos adentramos ahora en el Monte Sama, donde hay un cruce muy importante
Son tres caminos: el principal va a la derecha, pero nosotros vamos a tomar el del medio, un precioso atajo en medio del castañéu... o sus restos, pues buena parte del castañar ha sido sustituido por eucaliptos
Fijémonos en la flecha que hay pintada en el tronco de uno de estos carbayos
Es de un color rosa fuerte fluorescente. La coincidencia del color de los caminos de Santiago y Covadonga ha sido causa de despistes y problemas, por lo que, en el caso del segundo, sus señales han venido siendo repintadas de otros colores. Aquí hace tiempo que nos hemos separado del Camino del Norte de Santiago pero, cierto es, que ha habido peregrinos xacobeos que han llegado siguiéndolas al menos a Breceña, según nos contaron allí
Este Monte Sama es atravesado por un sendero que hace de atajo respecto al camino que sube
Es un tramo de gran belleza por los dominios del busgosu, el espíritu libre de la naturaleza
Allí, por ejemplo, vemos una garrapiella amarilla. Es posible que ya esté repintada de otro color o esté desaparecida
Nos llama la atención la figura retorcida de su tronco...
Al pasarlo nos volvemos y nos fijamos que está hueco
Parece como si en su momento un rayo hubiese hendido esta castañal
Hay restos de estar quemado por dentro, lo que son las paredes internas del tronco. En la base no se aprecian señales de fogatas, por lo que sospechamos sería un rayo quien hizo esta gran perforación
Seguimos subiendo. Así comentamos de este tramo en El Camino de Gijón a Covadonga
"... una senda por la que el andarín va a refrescarse a la sombra de la arboleda del bosque autóctono, un nuevo paraje prácticamente selvático, donde los troncos de los árboles se alargan hacia el cielo como una inmensidad de lanzas, dándonos una hermosa sombra que a veces, dependiendo de la luz, forma un extraordinario crepúsculo. Nos encontramos en El Monte Sama, que va a volver a hacernos sentir "el sonido del silencio", apenas interferido quizás por los sones del agua de algún reguero, en las inmediaciones de un depósito en temporada de lluvias, o por el rugir del viento en las ramas de los árboles. La subida, aunque directa, está repleta de sensaciones naturales en la que el pisar las hojas caídas forma también una verdadera "banda sonora" que acompasa nuestros andares por esta empinada cuesta"
Viejas señales: les garrapielles
Asoman las raíces en el suelo de tierra y piedra...
No hay perdida pues de tanto pisarlo el sendero está bien marcado
Admiramos el verde fragor boscoso de la espesura, con el suelo cubierto de una cama natural de helechos...
Entre los troncos, un arbusto notable...
Lo distinguimos por sus brillantes hojas puntiagudas, verde intenso por el anverso, verde claro por el reverso: hojas de acebo... acebu, carrascu o xardón
Venerables arboledas guardesas del camino
Caminamos por la foresta en continua subida
Paraje de cuentu xanes, las ninfas astures
La sensación de celosía de la luz filtrándose en troncos, hojas y ramas
Según la época, puede haber bastante hoja suelta por el suelo...
Nos cruzamos con una pista, pero nosotros seguimos de frente, subiendo en recto
Todo hacia arriba...
Fijémonos a la izquierda, más allá del arbolado
Las fincas de Puente Coru, por donde va la carretera
Como en todo bosque, de vez en cuando, árboles caídos y tumbados
Los helechos tienden a cubrir el atajo, pero se pasa bien...
Esta raíz hace como un escalón
Hay alguna cotoya, espinera, tojo, o similar, así que cuidado con los pinchos
Vemos por las hojas que crecen pequeños carbayos jóvenes
Musgo en piedras y troncos
A veces hemos de apartar un poco la maleza con nuestro palo o bastón, sobre todo con los grandes brotes verdes de la primavera, época de estas fotos
Ganamos altura rápidamente
Haz de troncos de árboles nacidos en el mismo sitio
A veces hay que detenerse un momento para recuperar aliento...
E, inmediatamente, avanzamos por la empinada senda...
Ya se adivina el final de la subida...
Un último repecho....
Salimos a esta pista, que era el camino principal que dejábamos abajo, y seguimos a la izquierda
A la sombra de carbayos, castañales, fresnos y ocalitos
Fijémonos ahora de nuevo a la izquierda
Hay unas casas: Solares. Aunque este camín no pasa por allí hemos de decir que es el núcleo más poblado de esta parroquia de Coru
También hemos de decir que, por estar próximo a la iglesia parroquial, es popularmente llamado El Vaticano
El campanario de la iglesia de Santo Tomás de Coru puede llegar a verse desde aquí, asomando un poco entre los árboles de la carretera. Tampoco se pasa por allí pero estimamos importante hablar un poco de ella basandonos en nuestro libro caminero, pues parece muy vinculada a otro santuario que sí vamos a visitar: la capilla de Los Mártires de Coru:
COMENTARIO SOBRE LA IGLESIA DE SANTO TOMÁS DE CORU, CERCANA AL CAMINO
"El santuario de Los Mártires de Coru está relacionado con la parroquial de Santo Tomás de Coru, escasamente a un kilómetro, a la entrada del pueblo de Solares. Quien vaya caminando no suele desviarse tanto, por muy bien de tiempo y fuerzas que vaya, pero es conveniente hablar algo de ella pues es como su "hermana grande"
Santo Tomás y los Martires de Coru se edificaron también en la segunda mitad del siglo XIII, dentro del estilo románico rural asturiano de planta rectangular y cabecera cuadrada, aunque lo que cambia respecto a la otra es que esta sí tiene decoración
Atrás en el ábside hay un ventanuco alargado sobre dos columnas con capiteles profusamente labrados
El tejado presenta varios canecillos sobre los que descansa su alero, algunos esculpidos con figuras humanas que parecen reírse
La portada oeste también es ojival: cuenta con doble arco adornado con bolas y figuras ente las que se representa a Adán y Eva. En el lado inferior del segundo arco se ve una mujer con las manos cruzadas tapándose los pechos
En el interior es muy sobresaliente toda la arquitectura e iconografía del altar, con su arco triunfal o toral de triple arcada ojival, sin filigranas, apoyado en columnas con capiteles lisos, menos uno situado a un lado, en el que se admira una una cara con gesto extraño, y otro más en el otro lado con dos animales afrontados. En la capilla mayor hay cuatro ménsulas o repisas de piedra que aguantan una cornisa, una de ellas enseña una cara de la que le salen dos culebras por la boca y otra más es un rostro humano llorando. Estas de una banda, porque en la otra hay otras dos, una sin nada y otra con una figura humana sentada, con los codos apoyados en las rodillas y los brazos pegados a la cara sosteniendo un capitel. Varias representaciones son en realidad como mitad hombre y mitad animal y todo ello forma un conjunto estilístico en el que siempre nos preguntamos qué querían decir y contar exactamente todas estos símbolos y alegorías
Los dos santuarios: Los Mártires y Santo Tomás, están declaradas Monumento Histórico Artístico.
Por lo extraño de su fábrica y detalles, en ocasiones con detalles como "fuera de lugar" y por no conservarse ningún documento que hable de su fundación, son las dos de lo más desconocido y enigmático del románico villaviciosín"
Teniendo presente la importancia histórica y monumental de los lugares de la ruta y de sus proximidades, incluso de aquellos sitios cercanos que tienen gran interés, vamos caminando por términos de la parroquia de Coru siguiendo este camino que avanza ahora por trechos llanos
Enfrente tenemos el Monte San Cosme, donde está la capilla de Los Mártires de Coru San Cosme y San Damián, a la que, insistimos, sí vamos a subir...
Hacia allí nos dirigimos, con paso resuelto
Entre la arboleda de ese monte, desde aquí, tal vez distingamos unos tejados
Son los tejados de las casas de La Venta Coru, donde saldremos a la carretera antes de subir a la capilla
Los tejados de La Venta, entre la arboleda
El Monte Cubera ya va quedando atrás...
Ahí destaca El Picu Altu, con sus casi 367 metros de altura...
Aquí acaba lo llano de nuestro camino...
Es la cuesta hacia La Venta y la carretera
El mismo camino en invierno, cuando los árboles pierden las hojas
Fijémonos: flecha azul y flecha roja
Curva a la izquierda
El último gran recuesto antes de La Venta
Primeramente Casa Andrés Peruyera
La cuesta va suavizándose en otra curva cerrada...
Vamos llegando arriba...
Enlazamos con la carretera local que comunica La Venta con el barrio de Cayao
Llegando a la carretera seguimos de frente
Y de frente: La Venta Coru
A nuestra derecha La Piñera, por donde sube la carretera Abajo está, oculta por el boscaje, la Fuente los Moros, otro lugar de resonancias mitológicas, tal y como escribimos en el recitado libro caminero:
"Aquí en el Monte San Cosme la vecindad nos informa que está la Cueva los Moros,en la que unes xanes de la Fuente les Ángares (otros dicen les Sangres), iban a guardar unas vacas que llendaben en La Ñoval, unos prados de las cercanías. Ahora la cueva está tapada perlo los muy mayores se acuerdan cuando tiraban piedras y las oían caer como si rodasen por unas escaleras para acabar en un río subterráneo"
Y así salimos a la Carretera Anayo (AS-332) en La Venta Coru
Tradicionalmente, y así está señalizado, el camino sigue a la derecha por la carretera unos pocos metros más, llegando a una casa con hórreo, Casa Miguel, donde la dejamos para tomar un ramal a la izquierda por la Fuente'l Moratín, pero nosotros vamos a proponer otra cosa, seguir por la senda que tenemos enfrente, detrás de La Venta, para subir al Monte San Cosme y visitar una pequeña gran josa del arte y de la historia situada en lo alto, la capilla de los Mártires de Coru, San Cosme y San Damián, a la que ya nos hemos referido al hablar de la iglesia de Santo Tomás de Coru
Tal y como hemos dicho, tomamos pues aquí el camino tras la casa, que sube directo a aquel castañéu de lo alto, en el Monte San Cosme, solar de la capilla de Los Mártires de Coru, popularmente Los Martirinos o Martilinos
Es una cuesta fuerte pero corta
Subimos junto a las cuadras de La Venta
Y... prácticamente sobre los tejados
A lolejos, el Altu la Cruz, entre el Monte Curiella el Picu la Cruz, en el Monte Cañéu. Por allí bajábamos, tras subir de Pión, a ganar el gran valle central Villaviciosino del Ríu Valdediós.
Si nos fijamos mucho tal vez reconozcamos La Torre de Niévares, el castillo con casona bajo el que pasábamos tras bajar del Altu la Cruz (arriba a la derecha de la foto, gran casa blanca)
Y ahora sí que vemos muy bien Llugás, barrios y lugares de Caxide, La Pedrera, L'Arrabal, Contina, Les Fontines, Pelamanta, Peredi... desparramados por las faldas del Picu Miravete
Lo que no terminamos de ver, siempre oculta en el frondoso arbolado de su particular nemeton, es la venerada iglesia de Santa María de Llugás, de la que tantísimo hemos hablado, en el capítulo anterior, santuario mariano de gran tradición romera, asentado muy posiblemente sobre un castro o similar, tal vez cristianizando, si seguimos la filología del topónimo, un paraje sagrado prerromano, posiblemente vinculado con el dios Lug. Celebra fiesta el 8 de septiembre y su Virgen es llamada la Santina de Llugás. Tuvo hospedería de peregrinos en la Casa de Novenas, otros dormían en el mismo pórtico (el llamado Pórticu los Pelegrinos), no pocos se alojaban en casas del pueblo, durmiendo hasta en les tenaes o henares, y bastantes ni dormían, pasaban la noche en danza alrededor de les fogueres
Quienes acudían a la fiesta del 8 de septiembre o, también, un mes más tarde, al Rosario, eran llamados pelegrinos, los que subían el 29 de septiembre, San Miguel, los miguelinos (llama la atención que, según Jean Markale, San Miguel "arcángel luminoso" es una de las advocaciones que cristianizarían a Lug). Estas peregrinaciones eran todo un fenómeno social, siendo comparadas con una emigración anual, actualmente sigue habiéndolas, si bien, con coches y carreteras, los romeros, llegados de toda Asturias, sobre todo zona centro, suelen volver a casa el mismo día
Nos metemos en las profundidades de la biesca...
Y ahora... en el frescor de la boscosa penumbra...
Otro precioso castañéu...
A la derecha postes telefónicos
Aquí salimos un momento del bosquete, hemos de fijarnos mucho, pues hay una bifurcación: el camino sigue a la izquierda y sigue subiendo
De nuevo en la sombra de la enrramada...
Fuerte repecho hasta el gran eucalipto que hay cerca de la cima
Pasamos a su derecha
Una finca, con frutales, a la derecha
Más abajo va la carretera
En medio del prado, abajo, una cabaña. A lo lejos Peña Cabrera (468 m), una de nuestras referencias geográficas e históricas mientras atravesamos de oeste a este todo el concejo de Villaviciosa, y que seguirá siéndolo en el siguiente capítulo de esta ruta
Esta es la antigua escuela, abandonada y en ruinas, fue construida por los propios vecinos con ayuda del Ayuntamiento de Villaviciosa y donaciones de particulares a primeros del siglo XX
La escuela se halla casi en la cima del Monte San Cosme, donde asoma ya la capilla de Los Mártires de Coru
Se sabe que muy antiguamente las primeras clases se daban en los pórticos de capillas e iglesias, por lo que no es de extrañar que la escuela se construyese tan cerca de ella, apartada de las casas
Los canecillos que sostiene arriba el saliente del tejado son lisos y carecen de decoración
Vamos a entrar primeramente pues al pórtico o cabildo
La portada es muy sencilla, de arco de medio punto y sin concesiones a filigranas artísticas
En el zócalo una decoración en forma de picos, puntas, o "dientes de sierra" constituye el único recurso ornamental de la obra románica
Más abajo un banco corrido recorre la pared
Al otro lado la portada oeste, que en tiempos fue la principal
Es similar a la sur, tampoco muestra adornos tallados. Es fácil que la sobriedad de los cistercienses de Valdediós, reformadores de los benedictinos, influyese en las construcciones de toda esta zona, en la que manifestaron su influencia durante siglos
Nótese arriba del arco, en la clave, el desgaste de la cadena de repicar la campana
Sólo el zócalo muestra, también aquí, los dientes de sierra
En el interior el arco ojival del altar, arco toral o triunfal, muestra ya la transición del románico al gótico
Ahí están las imágenes de San Cosme y San Damián, Los Mártires de Coru o Martirinos, uno del siglo XVII y el otro obra del tallista del lugar Manuel Cuadra Cuadra
Algunas figuras de santos fueron quemadas en la Guerra Civil y por eso hubo que reponerlas
Hay también una Virgen del siglo XVII, tal vez del tiempo de la obra del cabildo
Y una muy interesante talla románica de Santa Lucía, muy fácilmente contemporánea de la fundación románica del santuario
El Cristo es obra del maestro tallista Manuel Cuadra Cuadra, del que extraemos su biografía de El Camino de Gijón a Covadonga:
"Uno de los hijos más ilustres de Coru es el escultor Manuel Cuadra Cuadra, autor de alguna de las tallas que hemos visto en la ermita de los Mártires, nacido esta parroquia en 1917, al que, según nos dicen ya de pequeño le gustaba "estropear la madera para darle formas", haciendo hermosas figuras que regalaba a los amigos, hasta que un buen día le animaron a participar en algún concurso, ganando entonces los convocador por Educación y Descanso tres años seguidos, en 1948 por su obra La Muerte de la Virgen, en 1949 con La Santa Cena y en 1950 presentando La Adoración de los Pastores. En 1951-52 ganó otros dos primeros premios realizando esculturas
Luego trabajó en Santander en un taller de imaginería y estudió Dibujo y Modelado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. También estudió en el Casón del Buen Retiro con una beca de la Obra Sindical de Artesanía..."
Manuel Cuadra Cuadra en 1997, cuando le conocí, en el hórreo de La Venta |
"... Mediados los años 50 funda un taller en Madrid, vende y exporta pequeñas tallas en m,adera que representan el mundo rural en el que vivió, yendo muchas de ellas a Londres, donde tiene muchos pedidos, pero él continúa viniendo casa poco a su pueblo, trabaja en la casería y participa en varias exposiciones, como las de la Feria de Muestras de 1984 y la del Centro Asturiano de Uviéu en 1986. Una de sus obras más impresionantes y ponderadas es la del Cristo Crucificado de Quintueles, que está en la iglesia de esta parroquia, así como la figura de un San Clemente. También en el cementerio de Villaviciosa existe un Cristo obra de Manuel, mas un retablo que imita el arte románico, aquí en Coru.
Trabajó también el azabache, haciendo piezas y figuras que son una verdadera preciosidad. Con Manuel Cuadra Cuadra el arte de la escultura y la talla en madera logra su máxima expresión, uniendo perfectamente la buena maña que tiene a la hora de trabajarlo y el arte que pone en esta labor, consiguiendo formas hermosísimas con un acabado exquisito, buena muestra de la maestría y laboriosidad de este artista"
Volvemos al exterior, al pórtico. Como era habitual hace algunas generaciones, en estos cabildos maestros, muchas veces ambulantes, daban clases elementales a los hijos e hijas de la vecindad, cuando de lo permitían las duras y continuas faenas agrarias
El pórtico es un buen mirador sobre el entorno, hacia Peña Cabrera
Aquí cerca, Cayao, otro de los barrios de esta parroquia de Coru, que fue famoso por su artesano relojero y por su taller de ebanistería y talla
Al principio Casa Modesto, Casa Vítor Perea, Casa Perea, la Casa'l Roxu...
Y luego Les Cortes, Casa Carmen Nietu o Inocencia Nietu, Casa Engracia o Casa Ángel Perea, o la Casa José Xico, quien tenía abajo, en el Ríu Profundu, el molino de este nombre, el Molín de José Xico, el cual disponía de un dispositivo para producir electricidad, iluminando con ella esta aldea, que contó con alumbrado eléctrico antes que se dispusiese de él en las zonas rurales del concejo
Desde el pórtico retomamos el camino
Verde sendero de hierba que nos lleva a El Moratín: El Camín de la Ermita
Esta capilla, recordamos, parece muy vinculada a la iglesia parroquial de Santo Tomás de Coru, justo al otro lado del Monte San Cosme, que no vemos desde aquí
Tomamos este sendero que baja hacia las casas, justo encima de la carretera. En la primera señalización de 1993 la Tertulia El Garrapiellu la señalizó por allí pero, algunos vecinos de estos pueblos, ante los posibles riesgos de atropello en las sinuosidades de Les Cuestes, más arriba de La Piñera, nos enseñaron el que llamaron textualmente L'Atayu la Cuesta Coru, que era el que empleaban antes de que se hiciese esta dicha carretera para bajar a La Villa, la capital de Villaviciosa
Vamos pues caminando hacia El Moratín, el barrio de Coru que atraviesa esta ruta andariega
Un pequeño seto marca el camino...
Según bajamos a El Moratín iremos fijándonos en varias referencias visuales del tramo que nos aguarda hasta Breceña
Este bello y verde sendero es un verdadero mirador natural
Estos postes con cierres de alambre son aprovechados para tender la ropa a secar al sol
A la derecha Casa Vicenta o de Leonor, luego va la Casa Falo
Antaño, en este rellano en el medio del barrio, se reunía la mocedá a bailar al son de la pandereta de Elvira La Carbayera, al igual también que al de la guitarra de un músico pobre que venía todas las semanas. Otras veces se danzaba simplemente con una lata y unos palos, que hacían de tambor
Bajo las hojas de la figar, la higuera
Abajo enlazamos con el camino señalizado oficialmente, que entra desde La Venta por la carretera
Bajando desde las casas, dando vista a la subida que nos aguarda por La Cuesta de Riba a Cuetubaxu, paso a Breceña
Ahora llegamos a la encrucijada de los caminos
Enlazando con la ruta señalizada, iremos a la izquierda, pero antes podemos ir a ver una vieja fuente, histórica del lugar
La Fuente'l Moratín
Está aquí mismo, en un rincón al lado del camino, al pie de los prados bajo La Cuesta
De frente el lavadero, la fuente a la izquierda
La fuente es muy antigua, no tiene caño ni canaleta, es una pequeña cueva y adentro está el agua que se recoge con un xarru. Por eso en estas fuente, aunque pequeñas, vivían metidas les xanes, las ninfas del agua, seres que según leyendas tenían capacidad lo mismo de crecer que de menguar
Siempre hay un xarru colgando de la viga del llavaderu
El lavadero por su parte es muy pequeño, aunque de diferente estilo, sus reducidas dimensiones nos recuerdan al que acabamos de ver en Valdemaría
Regresando al cruce, donde se unen los caminos, seguimos de frente entre las fincas
Han plantado una buena palmera junto al seto
Un cierto aire indianu o tropical...
Una portiella cierra prau y pumarada
El suelo está hormigonado y ya empieza a ganar altura
Y así subimos la cuesta de La Cuesta...
A la izquierda otra finca
También con pumarada...
El camino la bordea...
Y sigue subiendo...
Llegamos a una bifurcación más
Este es el cruce con la entrada a la casa: nosotros seguiremos de frente todo hacia arriba a la derecha
Seguimos subiendo bajo este gran carbayón
Pasamos bajo una gran castañalona
Y ahora todo subida en una formidable rampa...
Profunda caja caminera: vamos llegando a la primera parte de esta gran subida de La Cuesta Coru
Mucha atención ahora, justo cuando en camino empieza a llanear, en La Cuesta de Riba o Casa la Cuesta
NO PODEMOS SEGUIR DE FRENTE, ENTRAMOS EN UNA CASA PARTICULAR Y SE CORTA EL CAMINO: hay que tomar la senda que sigue subiendo, a la izquierda
Antes había un cartel, como se ve en esta foto pero, como tantos otros, ha desaparecido
El lugar es un gran mirador sobre buena parte de la parroquia y sus alrededores
La Cuesta de Baxu y el Monte Cubera
El Moratín
El Monte San Cosme...
Además podemos admirar desde aquí unos atardeceres espectaculares...
Abajo El Moratín y Monte San Cosme, de donde venimos
Al oeste, el sol se pone en el Monte Cañéu, barrera natural por la que hemos pasado, subiendo del valle del río España al valle del río Valdediós, el gran valle central del concejo de Villaviciosa
El sol se pone por una de sus cimas, El Picu la Curiella (535 m), en cuya cima sus campos de túmulos megalíticos verían durante milenios este mismo espectáculo desde su cumbre
El sol, con su fuerza lumínica, parece en algún momento capaz de "hacer desaparecer la montaña"
Pero al bajar, recorta aún más su silueta. A la izquierda el Altu la Cruz, a donde subimos desde el barrio pionesu de Casamoria y desde donde caíamos a Niévares
El sol se va... un verdadero prodigio de la naturaleza...
El Moratín al ponerse el sol...
Llegamos a ver el camino que baja entre las casas de la capilla a la fuente
La Cuesta de Baxu a nuestros pies
Al norte, más lejos, Solares, el barrio más grande de la parroquia como hemos dicho, justo sobre la recitada iglesia de Santo Tomás de Coru, que tampoco podemos ver desde aquí. A lo lejos al norte el Monte Fariu (338 m), en la parroquia de Miravalles
Solares, al estar tan cerca de la iglesia parroquial es llamado popularmente El Vaticano
Y tal y como dijimos, justo antes de la Casa la Cuesta, en la Cuesta de Riba, dejamos el hormigón para subir por este sendero de tierra, poniendo rumbo a Breceña
El Atayu la Cuesta Coru, por el que continuamos ascendiendo. Este era el antiguo cartel indicador que evitaba desorientarnos
Esta garrapiella de madera nos lo indicaba
Ahora de frente El Monte'l Castañéu
Y allí está La Granda, con el legendario Palacio de Goyanes o Casona la Granda, casona solariega de los Peón de la Mesada y posteriormente de los Valdés Quevedo, donde nació en 1837 Casimiro Piñera y Naredo, obispo de Barbastro (Huesca), así como solar también de Celestino Piñera, antiguo médico de Lliberdón que llegaría a ser alcalde de Colunga y, un descendiente suyo, Sebastián Piñera, presidente de Chile
Más allá El Pinu, cerca de Breceña
A lo lejos, al nordeste, la Sierra y Picu Cualmayor (325 m), ya en la frontera con Colunga. Más cerca es el Picu la Cerra (299 m), sobre La Llera por donde entra en Villaviciosa, por la parroquia de Priesca, el Camino Norte de Santiago
Más a la izquierda el Fariu (357 m), sobre Miravalles (no confundir con otros montes de nombre similar
Cuando los eucaliptos son talados tenemos otra vista de Solares, donde está uno de los accesos al Monte Cubera, la cuesta de El Paxotu. Allí fue célebre antaño el Llagar de Lucio. Ahora abajo, cerca de la iglesia, está el de Cortina
A lo lejos La Era, en Miravalles, al pie del Monte Fariu
Más a la derecha hay una casona con capilla, El Palaciu Paniceres, del siglo XVII, con su fincal hórreo y capilla, dedicada a San Antonio. Está en la vecina parroquia de La Madalena, llamada secularmente La Madalena los Pandos
A lo lejos Cueli, también en Miravalles y ladera del Fariu, comunicación con Sebrayu, otro barrio de la parroquia, al otro lado de la montaña, paso del Camino Norte de Santiago procedente de Priesca y Colunga
El Monte Cubera, más allá de La Cuesta
Y el Monte Cañéu, que cierra el gran valle central de Villaviciosa, el medieval Valle de Boides, por el oeste
L'Atayu la Cuesta Coru es una senda estrecha que, somo se suele decir, "sube recta y directa". Arriba nuestra referencia: Cuetubaxu, puerta de Breceña en el Camín a Cuadonga
Citando una vez más un pasaje de El Camino de Gijón a Covadonga, transcribo:
"... este camino por el que nos hemos metido es ya una auténtica y entrañable caleya sin asfalto ni hormigón, y estrecha, por la que se pasa estupendamente bien dado que dado que, además de trillada por los caminantes, todos los años la arreglan los vecinos, aunque según la época en que vengamos a hacer la ruta, quizás a veces veamos la hierba un poco alta o las matas de los lados más pobladas y espesas, pero no hay generalmente problema
"Estos matos están llenos de moras en su tiempo, y entre los lloreos (laureles) puede oírse cantar algún xilguerín (jilguerillo). Alguna de las veces que paremos para recuperar resuello recomiendo darse la vuelta a disfrutar de todas las panorámicas que se nos ofrecen desde aquí"
Un momento un camino pues, para muy apropiados, para cantar, como se dice en Asturias, "una del Presi", el gran cantante de tonada, y otros géneros, José González El Presi
"Dime xilguerín parleru,
dime qué comes
como arenines del mar,
del campu flores
Tienes unos güeyos negros
y unes pestañes
y una lengüina parlera
con que me engañes
Tengo dir a Covadonga
cola mio neña en septiembre
tengo llevai a la Virxen
un ramín de palma verde
y colgáu de aquel ramín
tengo pone-y una flor
de repieque'l paxarín
pa que me quiera el mió amor"
Los altos matos encajan en camino entres sus verdes paredes vegetales
Pero siempre se pasa bien, incluso lloviendo
De frente a nosotros, arriba ya muy cerca: Cuetubaxu
Ahora alguna foto más primaveral del repechu
Fila de castañales jóvenes...
Un buen trecho de sombra para acometer los últimos metros, tal vez los más duros, que esta subida recta y directa
Y ya estamos en la finca de Cuetubaxu, El Xaular, o Casa'l Xaular, que nos da la bienvenida a la parroquia de Breceña
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