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jueves, 14 de mayo de 2020

DE CASQUITA (AMANDI) A LES VEGUES (FUENTES): RÍOS, MOLINOS Y FERRERÍAS AL SUR DE LA VILLA. CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (7)

Mapa de este tramo 
Capilla de San Blas


En Casquita, los peregrinos del Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga dejan la parroquia de Grases y entran en la de Amandi, pocos kilómetros al sur del casco urbano de Villaviciosa, La Villa, capital del concejo. Y así, pasando por la capilla de San Blas, seguimos camino por las Vegas del río Valdediós, caminando por la carretera VV-10, que comunica los pueblos del valle


Este tramo del camín coincide, pero en sentido inverso, con el Camino Norte de Santiago, que aquí, en Casquita, frente a la capilla, se divide en dos ramales, uno hacia la catedral ovetense de San Salvador y otro hacia Gijón/Xixón, reuniéndose ambos luego en Avilés


Por ello, en el libro El Camino de Gijón a Covadonga escribíamos que...
"El cruce de Casquita es una referencia primordial para quienes están haciendo el Camino de Santiago, porque aquí se han de decidir a hacer propiamente el de la costa, continuando hacia Xixón, o hacia el interior, dirigiéndose a Uviéu: las señales jacobeas advierten de esta circunstancia ya en las inmediaciones de la capilla. Pero para nosotros no presentan novedad, nuestro rumbo sigue directo en la dirección que llevamos, llegando a unas naves ganaderas a la derecha y a una quinta con portón, palmera, y alta y elegante fachada a mano izquierda mirando para las riberas del río: Villa Algara"
Villa Algara es la antigua quinta que tenemos justo a continuación de la capilla de San Blas y, a la derecha, más lejos y relacionada con ella, La Gotera



Esta es la fachada de Villa Algara que mira a Casquita


A la derecha la finca y nave ganadera de la quinta



Y esta es Villa Algara, que fue construida para Bernardo Valdés Corrales, indiano villaviciosino que emigró a México y que, tras trabajar con unos familiares se independizó prontamente con negocios propios, como una sombrerería y fletes de buques a Cuba. Casado con la francesa Julia Germain, tuvo en México varios hijos y a su regreso residió en la calle Uría de Oviedo/Uviéu con su familia, aunque él viajaba continuamente al país azteca a encargarse de sus empresas


Heredó la villa su hijo Bernardo, gran amigo del escritor Ramón Pérez de Ayala. Bernardo, nacido en México, estudió Derecho en Santiago de Compostela, fundando además la primera serrería de Villaviciosa, la cual perdió en la Guerra Civil


Vendería posteriormente la quinta, la cual perdió sus jardines delanteros. Conserva su nombre de Villa Algara, vinculado a L'Algara, nombre del barrio de Amandi sito bajo la iglesia parroquial, sin duda origen familiar del fundador



Seguimos así carretera adelante



Y miramos ahora a la derecha, a las vegas del Ríu Valdediós



Más allá del río, por la ladera de los altos de Bozanes, está la carretera AS-267, conocida popularmente como Carretera La Campa


Ahí vemos La Gotera, otra casa mandada construir por el mismo indiano, pero para otro hijo suyo, José Valdés Germain


La vivienda ha pasado por diferentes propietarios y ha sido muy reformada a lo largo del tiempo, incluso su verja delantera ha desaparecido al ser tirada por un camión en un accidente


Entre las dos quintas se extienden buenos pastos por estas vegas, donde pacen las vacas frisonas, productoras de leche


A nuestra derecha, más cerca, al lado del río, estuvo el Molín de Casquita. A lo lejos vemos Camoca y los altos de La Llomba, por donde van los peregrinos que desde la capilla de San Blas escogen la ruta a Oviedo/Uviéu


Al fondo, medio tapados por los eucaliptos, el Picu Lloses (454 m) y, a su derecha, La Campa, paso al concejo de Sariegu y al valle del Nora, ruta a la capital asturiana tanto por la carretera como por el Camino Norte de Santiago, bien por Valdediós, bien por Arbazal


Según caminamos, volvemos la vista atrás admirando Villa Algara con su verja


Se cruzan bicigrinos a Santiago y a Covadonga...


Siguiente lugar de Amandi: Conciella. En la lejanía reconocemos las casas de la parroquia de Fuentes, al oeste, por cuyas vegas, más abajo, caminaremos dentro de muy poco. Fuentes se asiente en la falda del Monte Cubera, famoso por sus leyendas de aquelarres y de tesoros escondidos, cuya cota cimera es el Picu Altu (367 m)


Conciella, un par de casas en la misma carretera dando vista a esta vega


Campos de cultivo, normalmente de maíz, se extienden hacia el río


El trayecto es muy llano y bastante recto


Llegamos a la siguiente casa de Conciella


Y sigue adelante la carretera todo recto, viendo a lo lejos las casas de La Parra, a donde nos dirigimos


Venerables arbolones...


Preparando las tierras para el cultivo del maíz


La Parra y el boscoso cueto de Bozanes


En esta zona, entre 1899 y 1905, se hicieron prospecciones carboníferas a cargo de la compañía Sonda de Villaviciosa, inscrita en ese año de 1905 en el Registro Mercantil con un capital de 1.350.000 pesetas, siendo su director el famoso ingeniero industrial José Tartiere. Los sondeos fueron abandonados poco después


Vayamos muy pendientes del tráfico, no suele haber mucho pero a veces es relativamente constante


Acercándonos al Ríu Valdediós una preciosa vega


Fijémonos en les vares de yerba, una imagen que casi ha desaparecido del campo asturiano en favor del empacado...


Y en estas hermosas huertas, lechugas, patatas, berzas, tomate... y algunos frutales


Y ahora un grupo de edificios notables


Primeramente a mano derecha el Molín de La Parra, uno de los muchos que trabajaron con el agua de este río, ahora transformado en vivienda


A su izquierda una explanada junto al río


la terraza-merendero del Bar Caso, al lado del río Valdediós y mirando para el puente de la carretera. Por eso el chigre se llamaba antiguamente El Puente


Asomándonos al antiguo molino reconoceremos huellas de su pasado


Por ejemplo una antigua muela


Acercándonos al cruce de la Carretera La Campa, las casas forman calle


Carretera que ya tenemos aquí delante. Una corta bajada nos lleva a ella...


A la izquierda la llamada Casa del Corredor


El elegante balcón-corredor que da nombre a la casa se asoma al camín. Abajo a la izquierda un grifo de agua a disposición de los peregrinos


Cochas xacobeas a ambos lados



Texto de bienvenida en varios idiomas...


Abajo, los detalles de los dinteles de puerta y ventana delatan la antigüedad del edificio


A la derecha, llegamos al final de esta fila de viviendas entre la carretera y el río


De frente sigue el camín, a la derecha está el bar



El Bar Caso, que al otro lado tiene el merendero. Antaño tuvo también bolera


El bar Caso es otra parada muy empleada por los peregrinos que van a Santiago y a Cuadonga, tras un largo trecho sin un lugar donde tomar algo. Poco más adelante hay otro, del que pronto vamos a hablar


Extraigo del libro El Camino de Gijón a Covadonga aquello que escribí en 2012...
"... el Bar Caso, de antiguo El Puente, donde la mayoría de los caminantes suele parar a descansar, a tomar algo o a comer, bien en el interior, o bien en la tan agradable y soleada delantera, o en el acogedor merendero. Es una verdadera "bendición", pues desde Casa Pepito en Pión no se encuentra ningún bar. La sidra corre que da gloria y podemos dar cuenta de algún pinchu o sentarnos a la mesa. Un café, cerveza, o refresco también pueden sentar pistonudamente bien. Nos merecemos un descanso."

Tras nuestra parada en el chigre, seguiremos ruta


Frente al bar, saliendo ya a la AS-267 o Carretera la Campa, una serie de casas, en fila, muy significativas, la primera a la izquierda era el antiguo taller del Madreñeru la Parra


Esta es una foto del mismo bloque hace aún pocos años, vemos lo que era el taller del madreñeru


Si nos fijamos, en la ventana hay, o había, unos detalles que lo delatan


Unas madreñas en el dintel


La Parra fue el primer barrio industrial de Amandi, en base a los molinos y la industria láctea se fundaron industrias principalmente ligadas a la alimentación, mantequeras, panaderías, chocolates, etc. pero que con el tiempo se irían extendiendo a otros campos


Esta es la razón por la que ciertas edificaciones tengan traza plenamente urbana, pero dentro de dos modelos básicos, la vivienda burguesa, con sus galerías, balcones, filigranas artísticas y arquitectónicas, etc, que serían las de los dueños, familiares, algunos cargos, y las casas obreras, más sencillas, pequeñas y funcionales y sin ornamentos


Las puertas de cada uno de los dos estilos...


Y a la puerta, precisamente, les madreñes


Esta carretera fue inaugurada en 1852 después de bastantes tiras y afloja, pues al diseñar su paso por Amandi hubo solicitudes de acercarla más a La Villa por el Camín Real, los barrios más poblados de Amandi, San Xuan y El Palaciu, al pie de la iglesia, que se veían un tanto marginados, hasta que finalmente se decidió que este era el trayecto más directo y rápido para comunicar con el centro de Asturias


Casas de vecindad, también estilo obrero, al menos las de la derecha de este bloque


Pasa una peregrinación a caballo a Cuadonga


Luego, otro par de edificios notables...


Son otros dos modelos más de viviendas de Amandi entre lo indiano, lo burgués, lo rural, lo urbano y lo fabril, el primero el de un tendero, con su negocio y casa, de hermosa y grande galería


En ella estuvo antiguamente el chigre-tienda de Casa Herminio



Antaño mucha gente de las aldeas iba y venía continuamente camino de La Villa, al mercáu, y a la ida o a la vuelta, o ambas los dos, paraban en estos establecimientos a tomar o a comprar algo


Y, cómo no, otra quinta de indianos, la quinta La Covadonga, construida en 1904, con grandes galerías, portón de soberbio trabajo de forja, y palmeras, y es que La Parra, bien comunicado, fue barrio en el que los americanos o indianos construyeron sus mansiones



Es casa de planta cuadrada y dos pisos con sillares en esquinas y vanos de puertas y ventanas, además de una gran galería acristalada. Su jardín está cerrado por artística verja y hay varias palmeras


Sita en el cruce de Poladura, nos deleitamos con sus detalles, el balcón sobre el jardín o sus buhardillas


Si nos fijamos en la puerta del jardín, hay unos elementos decorativos forjados muy a destacar


Las letras R T que son las iniciales de su primer propietario Rafael Tuero Lavandero, casado con María Álvarez Collada


Así como el nombre de la mansión, La Covadonga, buena alegoría para este camín andayón



Pronto dejamos la carretera para tomar el ramal a la derecha que se dirige al barrio de San Xuan, frente a otro establecimiento con solera en el barrio, Casa Aurelia, Bar La Parra



Así, escribía también en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
"Los letreros nos señalan que estamos a dos kilómetros de La Villa, y aquí, tras cruzar la carretera y proseguir unos metros hasta estas quintas, nos desviamos a la derecha justo al llegar al edificio de Casa Aurelia, otro de los bares del barrio, que también nos gusta mucho, tanto en el exterior, con los elementos decorativos y detalles artísticos de su fachada, como en el interior, de muy agradable ambiente y trato, otro lugar excelente para hacer una necesaria parada. Cuidado de todas maneras con la sidra y otras bebidas espirituosas en estos tramos más descansados y llanos, que no nos entre la euforia, porque como dice el refrán local "En La Parra, el que bebe la garra", y es que, después de tantos kilómetros "sin chigre" ahora los tenemos "a pares"

La terraza-merendero de Casa Aurelia se extiende entre este camino y la carretera


También, un buen lugar para comer o tomar algo... un pinchu o un tentempié


Y retornamos al camín...


Pasamos por la parte de atrás...


Aquí, hasta no hace mucho, estaba una de las señales "históricas" de la señalización patrocinada por el Principado en el año 1997 a petición de El Garrapiellu, a las que tanto nos referimos en nuestras andanzas camineras. Rescatamos esta foto como homenaje


Alzando la vista admiramos la gran fachada posterior del bar


Ventanas adinteladas...


Y la puerta de la terraza...


El tendal o tendedero...


Cruce y a la derecha...


Pasamos también La Parra de Panchita, alojamiento de turismo rural


Cruce con la senda fluvial: nosotros seguiremos de frente


Nos dirigimos a cruzar El Puente Amandi


El Puente Amandi es a veces llamado El Puente Romanu, aunque a decir verdad más bien es medieval, donde el río Valdediós o de Grases se encuentra con el río Viacaba para formar el río Llinares y desembocar en la Ría de Villaviciosa


Y llegamos al que fue el Molín de San Xuan, nombre del barrio al que llegamos ahora


El Molín de San Xuan, otro de los muchos de esta cuenca fluvial, dejó de moler en los años 80 del pasado siglo XX, siendo de los últimos en cesar su labor



Pasamos pues aquí el puente...


Puente que tiene estructura de arco, por lo que se sube un poco para luego bajar


Vista a la izquierda...



Vista atrás de La Parra, por donde acabamos de pasar...


Vista a la derecha



Desde aquí vemos la unión de los ríos que forman el estuario, formando una pequeña playa fluvial en un lugar de gran belleza


Y un precioso paraíso de la avifauna fluvial...






Y la parte del antiguo molino que mira al río. Por aquella vega viene el río Valdediós, del que nos despedimos en este puente



Este es el puente desde abajo, con su arco de medio punto



Y así continuamos nuestro deambular caminero...


Pasando el puente el centro del barrio de San Xuan, en torno a la capilla de este nombre, cuyo campanario asoma en medio de las casas. Ese rumbo tomamos, pasando al lado del Prau San Xuan, donde se celebra la fiesta



Aquí se prende la Foguera de San Xuan en esa noche mágica en la que suceden prodigios, las xanas se desencantan y sus guardianes se duermen, se purifican las aguas y se procede a diversos rituales. El fuego simboliza el triunfo de la luz como deseando prolongar la luminosidad del día más largo y la noche mas corta


Esa noche se entrega el Puente de Honor, con la figura del que acabamos de pasar y su característica forma en arco


"Dándome un poco de pisto" diré que este es el que tengo en casa, pues lo recibí en 2016


Y, alrededor de la foguera, se bailan danzas como las de San Xuan y la Danza Prima que, con diferentes nombres y variantes, es la danza asturiana por excelencia



Un lugar memorable, histórico, mágico y totémico. Antaño en la romería de San Xuan además de fiesta había una concurrida feriona de productos del campo y aperos de labranza... angazos, trientes, macones, goxes, madreñes... cuya fama resonaba en toda Villaviciosa y conceyos de la comarca



El camín sigue así junto a este prau de fiesta y romería


Y caminamos bajo este verdadero monumento natural


Todo recto en El Campu San Xuan


Campu San Xuan, casas en torno a la capilla de esta advocación, y a una muy importante encrucijada: aquí nos separamos definitivamente del Camino Norte santiaguero, que viene a la izquierda, de la iglesia parroquial, dedicada al mismo santo, San Xuan d'Amandi (pinchar aquí), a la que le dedicamos un gran apartado, pues es denominada la "Capilla Sixtina del románico en Asturias", en el correspondiente artículo de este mismo blog dedicado al Camino de Santiago, así como al trayecto, unos 300 metros, que nos separa de él, si bien en sentido inverso, viniendo de La Villa (Villaviciosa capital), a un par de kilómetros de este cruce


A la izquierda otro edificio memorable del que tenemos que hablar


 La Casona de Amandi, hermosísimo hotel rural, con su preciosa quinta y vivienda de grandes galerías mirando para el camino. La casona fue construida sobre los muros de una antigua ferrería a mediados del siglo XIX por deseo de Obdulio Fernández Pando, uno de los fundadores de la famosa Sidra El Gaitero y gran benefactor de Villaviciosa, dentro de la extensa quinta de La Ballina


Fue declarada en 1991 edificio singular y es pionera del turismo rural. Así es descrita en su propia página web:
"Esta casona, de modestas dimensiones, planta rectangular y dos pisos, tiene asiento en la vega del río Valdediós entre pomares y huertos. En dos caras abre hacia el paisaje amplios portales y galerías y desplaza los locales agrícolas a los lindes norte y oeste de la corrada, cerrando el resto de su contorno con verjas que permiten explayar la vista hacia los prados, antaño cultivos fundamentalmente de kiwi. 
El largo frontis raso alcanza dos veces y media su altura en el fondo de la antojana ajardinada, cerrada también por verja. Abre cinco balcones en su piso alto y se corona de tres hiladas cerámicas, sobre las que remonta la galería alta de tres vanos"

La capilla es de amplio pórtico. Aquí se guarda la imagen del santo para llevarla en procesión a la iglesia parroquial


A su derecha, como hemos dicho sigue el camino, entre la capilla y la casa


A su lado, en un poste, referencia de los dos caminos y del cercano albergue La Ferrería, que también vamos a conocer


Y detrás hay una fuente, la fuente de San Xuan


Por allí, pues, tras separarse del Camino de Santiago, sigue el Camín a Cuadonga


Siguiendo todo el muro, con alto seto encima, de aquella quinta


Pasamos así frente a esta casa y andamos todo recto calle adelante


Entre los muros de las fincas


Hermosa nozal, o árbol del nogal



Sus hojas parecen querer acariciarnos


Mucha atención ahora...


Aquí hay una bifurcación; el camín sigue a la izquierda, pero a la derecha vamos al albergue La Ferrería, que estimamos muy oportuno conocer:



La Ferrería, ya en el barrio de Valbúcar, debe su nombre a la existencia de una antigua fragua de ferreros o herreros de la que se conserva el edificio, Casa Pacón de La Ferrería, este que tenemos enfrente. Atrás, a la izquierda, había un molino harinero, el Molín de la Ferrería, que es actualmente albergue para peregrinos a Santiago y a Covadonga



El molino fue el último que dejó de moler en la cuenca del Ríu Llinares, y tenía tres molares nada menos, tal y como informa Rafael Balbín Loredo en su libro Los Molinos de Maliayo



El molino está en la planta baja de una vivienda, pero de él apenas se conservan restos, salvo porciones de alguno de sus elementos exteriores, como la canaliega



Los hospitaleros pueden "recibinos echando unos culinos de sidra", esto es, bien escanciados, no en vano se dice que Villaviciosa es la "capital manzanera de España"



El albergue está abajo, en lo que era propiamente el molín



Y arriba era la Casa los Moliñeros, donde vivían sus dueños, pues era un molín de maquila, esto es, los propietarios cobraban una porción o maquila de lo que la gente les llevaba a moler. Otros eran de vecera, esto es, de vez, de tener la vez, esto es, se organizaba entre varios vecinos y cada uno tenía un turno o día para acudir a moler, pues no olvidemos que el pan se hacía siempre en casa



Enfrente, el antiguo almacén, pasó a comedor comunitario. En la pared exterior derecha hallamos la rueda o rodendu de aspas que giraban con la fuerza del agua embalsada traída del río al molino por un antiguo canal o canaliega del que se conservan algunos tramos



A la misma entrada, en la pared,  unos mapas señalan la procedencia de los peregrinos que hasta ahora han pernoctado en el albergue


Mapamundi y chinchetas peregrinas.


A primera vista llama poderosamente la atención Europa, completamente plagada de chinchetas.


América del Norte


América del Sur.


Asia...


Abajo a la derecha Oceanía.


Suplemento dedicado a Europa.



Al fondo a la izquierda, junto a la ventana, la cocina. Los comensales se sientan a la mesa en estos bancos corridos



Luego podemos acercarnos a dar un paseo por los alrededores, de gran belleza rural. Esta es la parte delantera de Casa Pacón de La Ferrería, con su hórreo, edificio de la fragua y vivienda



Y este es el Puente la Ferrería, sobre el Ríu Llinares



Más allá de las casas sigue el camín



"Tomamos otru culín" y reemprendemos la marcha


Regresamos al cruce y continuamos trayecto...


Seguimos toda la calle junto a este cobertizo



Luego desde el seto vemos abajo los tejados de La Ferrería


Al fondo el taller El Riberu


Siempre hay coches aparcados a la entrada...


Las fincas de la derecha caen hacia el río Llinares, topónimo relativo a antiguas plantaciones de lino


Ahora el camín sigue entre estos matos


Y luego salimos a estas fincas, con la ribera del río a la derecha un poco más abajo, en una espaciosa y verde vega


A la derecha Los Llanos (222 m), por donde se extiende Llavares, también perteneciente a esta parroquia de Amandi, a la izquierda el Miravete (419 m), al sur de la parroquia de Llugás. Por el medio hay un paso natural, labrado por el río Viacaba, que da sus aguas al Llinares aguas arriba


Miravete, que parece decir "mira y vete", no en vano existe el dicho "si ves borrín pa Miravete tira la fesoria y vete" (si ves niebla en Miravete tira la azada y vete), señal de algún temporal). A su izquierda es el Picu Carroños (420 m)


Y más a la izquierda Peña Cabrera (468 m), que es a veces cómo se llama en general a toda serranía que separa Villaviciosa de Cabranes, al sur. En él está La Cueva la Xana, de mitológicas resonancias. Sus rocas tienen formas caprichosas, una en forma de arco ciego, diciéndose que es por donde entraron "los moros", nombre relativo en la tradición no a los naturales del norte de África, sino a los "xentiles", "antiguos", "paganos", que dejaron sus tesoros (a veces túmulos megalíticos con sus ofrendas), una especie de puerta entre dos mundos


Salimos aquí a la carretera AS-255, popularmente a Carretera L'Infiestu, pues comunica con la capital de Piloña y, más anteriormente, Carretera la Plata. Hace tiempo se transportaba por esta carretera carbón, de unas minas existentes en Viñón (Cabranes), al otro lado de la montaña, para embarcarlo en El Puntal, pequeño puerto de la Ría de Villaviciosa


Mencionado ya como límite del alfoz de la Pola de Maliayo, actual concejo de Villaviciosa, en el momento de su fundación en 1270 por Alfonso X, el cronista Lope Bernaldo de Quirós escribe:
"Entre los montes y cerros del concejo es notable el que llaman Peña Cabrera, del cual hizo ya mención con el mismo nombre Alfonso X El Sabio, señálándolo entre los linderos y términos que señaló a Villaviciosa por su fuero. Es de forma orbicular desde que se comienza a erigir y levantar sobre la cima del monte de su nombre, y, aunque distante dos leguas del mar, sirve a los mareantes de punto para tomar la barra del Puntal y puerto de Tazones, en Villaviciosa"
También un cantar glosa las virtudes de los aires marinos que llegan a ella:
"Estando en Peña Cabrera
Que da el aire de la barra
Cría los mozos morenos
y graciosos de la cara"

En esta recta con visibilidad, hemos de cruzar, pues a la izquierda hay acera


A nuestra derecha Ximangues, donde el río Viacaba pasa a ser Llinares


Allí molía antaño el Molín de Petra. Ahora hay alojamientos de turismo rural


Y estas son las casas de Valbúcar en torno a la carretera, en El Realín


En Valbúcar enlaza con esta la carretera VV-11, que comunica con Poreñu y Nava


Nosotros seguimos de frente por la AS-244, en su Km 1


En El Realín hay, como en otros barrios de Amandi, filas de casas de aires urbanos, pues también existieron algunas industrias, además de las cercanas minas de Viñón, y era paso, por la carretera, de gentes de los pueblos que iban y venían a los mercados, así como de mineros, pescaderas, lecheras, etc.


Aquí estuvieron El Realín y Casa Falín. Últimamente abría sus puertas la sidrería La Canaliega


Desde antiguo, cuando mucha menos gente hacía estas rutas, era tradición parar en El Realín a tomar algo antes de emprender la subida a Coru, donde estaba el bar de La Venta, actualmente cerrado


Esta explanada es zona de aparcamientos


Pronto dejaremos la carretera para adentrarnos en la espesura, pero antes llegaremos a otro grupo de casas


Aquí estuvo el Llagar El Realín. Ahora hay una empresa que restauración de casas


Llama la atención este hórreo empotrado en la fachada


En el cruce que con el camino a Vitienes, La Batandera, donde estuvo Casa Salvador, otro de los chigres que había en Valbúcar, este con bolera, cuyas instalaciones podemos ver aún a su derecha, sobre un alto muro de piedra


Al pie de la antigua bolera se ve arrancar el camino original por el que subían los peregrinos pero, con el ensanche de la carretera, ha quedado cortado, por lo que habremos de tomarlo unos metros más adelante



La acera desaparece a la izquierda. Hay algo más espacio para caminar a la derecha


Llama la atención su magnífica galería, asomada al cruce


Placa de La Batandera, Valbúcar


Bajo la carretera pasa el río La Vega a dar sus aguas al Viacaba. Antaño hubo aquí, cercana al que fue el Molín de Peña, una tahona y fábrica de chocolates de la que, aparentemente no queda nada. Sí a veces, entre la vegetación se ve un viejo puente de piedra


Aquí es donde cruzamos la carretera, en La Vega


Hay buena visibilidad pero al cruzar estemos muy atentos pues en estas rectas de Amandi se circula a bastante velocidad


Allí a la izquierda (donde el contenedor) sube el camín, dejando prontamente el asfalto, y aquí tenemos un gran mapa orientativo de otra ruta con la que vamos a coincidir un buen trecho


Es la famosa Ruta de los Molinos del Profundu (P.R. AS-137), río que, con diferentes nombres, aquí el de La Vega, desemboca en el Viacaba. Hasta 18 molinos se ven señalados en el cartel de esta ruta, algunos fácilmente reconocibles, otros cubiertos de vegetación, varios con muy poco en pie, ninguno ya funcionando. Fue su primer promotor el tantas veces citado Rafael Balbín Loredo, a la que le dedicó un libro, llamado precisamente Los Molinos del Profundu, publicado en 1997, y donde llegó a ubicar algunos más, hasta 22, explorando el terreno, preguntando a los vecinos, consultando documentos antiguos. Él mismo escribe que:

"Si miramos un mapa del concejo de Villaviciosa, veremos que figurará con el nombre de río de la Ría, Pero ya sabemos que la toponimia y los mapas tienen poco que ver. En la parroquia de Breceña los ribereños lo denominan Espinadal; en Coru, el nombre de la misma parroquia, en Llugás, Remolina; y un poco más abajo, cerca ya de la parroquia de Fuentes, río Profundu"


Tal y como nos informa Rafael, el río nace en Fontelea o Fonte'l Teyu, cerca de la frontera de los concejos de Villaviciosa, Cabranes y Piloña, y va, como su nombre indica, por "lo profundo" y más hondo y agreste de las montañosas parroquias del sureste de Villaviciosa, al pie de Buslaz, donde acaba la ruta, Breceña, Coru, Llugás, Fuentes y esta de Amandi,  siendo profusamente utilizados por los vecinos de todos sus pueblos y aldeas, que habían de bajar a los molinos cada ciertos días pues, en esa zona, los pueblos suelen estar en lo alto, por donde iban los caminos antiguos, y ahora las carreteras nuevas, evitando las selváticas profundidades por el que discurre


La ruta, de unos 14 kilómetros, tiene aquí su mapa de curvas de nivel


Pasa asimismo por este lugar la P.R. AS-51, Ruta Peña Cabrera, que desde La Alameda de Villaviciosa sube a este monte por Llugás. De ambas nos separaremos casi en el mismo sitio, en Villaderde, parroquia de Fuentes, a escasa distancia una de otra


El camino tiene muy buena traza, es ancho, y sube poco a poco a adentrarse en la biesca


Abajo, en la carretera, o más en concreto, en una curva eliminada de la misma durante las obras de ensanche, está la majestuosa portada a la quinta de La Vega


Portada con dos torres circulares almenadas que copia la que fue la llamada Torre de La Pedrera, una de las antiguas puertas de la desaparecida muralla de Villaviciosa


Pasamos justo a su izquierda, y prácticamente a su altura



Y ya nos metemos en la frondosidad de los bosques de La Vega


Y estos son los altos muros de La Vega, que vamos bordeando por este sector. Fijémonos en las flechas, cuando amarillas, cuando azules o de otros colores


Es una estupenda pista de tierra, no tengamos demasiado miedo a mancharnos las botas de barro cuando llueve


Hay un poco de cuesta


Se ve rodadas de tractores que van a las fincas o a las talas forestales


Es una subida relativamente suave pero continuada


En lo que es propiamente la finca predomina el arbolado autóctono, mientras el monte es el ocalito


No es infrecuente ver algún tronco caído...


Al caer sobre el muro forma una especie de puente sobre nosotros


Señales de los senderos de pequeño recorrido


Vemos rodadas de vehículos todo terreno, la zona es de aprovechamiento forestal pero, junto al río, hay también bastantes fincas


Aquí, muros de piedra delimitan el camín


Los viejos muros se cubren de musgo, yedra, helechos...


En la enrramada, la senda tiende a llanear


Curva a la derecha


Hay una bifurcación, vayamos a la derecha


De momento, hasta Villaverde, las señales de los PR pueden indicarnos. Sigamos el PR AS-137


Al fondo vemos una casa


Parece fuesen en su momento la vivienda de los caseros de la finca, con cuadras y almacenes a la derecha


Es común ver maquinaria en estos cobertizos



Caminamos junto a la casa...


Hay una puerta pequeña para servicio de la finca, con su nombre encima en azulejo


Aquí empezamos a bajar...


Pasamos al pie del corredor de una panera. El espacio entre los pegollos está cegado, pero estos siguen asomando, intactos, ni siquiera pintados con el color de la pared de la bodega


A la izquierda otra casa, en ruinas


La bajada nos llevará al Ríu Profundu, en el camino que nos pasará de Amandi a entrar en la parroquia de Fuentes por Les Vegues


El camino queda encajado entre altos muros...


Luego es una profunda caja caminera


Ojo a posibles resbalones si hay barro


Seguimos siempre de frente, a los lados son entradas a las fincas


Nos adentramos en la espesura de la vegetación de ribera cuando llegamos a la orilla del río


El Ríu Profundu, que por aquí empezaría a llamarse de La Vega hasta su confluencia con el Viacaba


Un cartel nos informa que estamos ante uno de los molinos de la ruta, el Molín de Griselda


Casi seguro que de no ser por el cartel el molino nos pasaría desapercibido, tapado por los árboles y la vegetación ribereña


Está dentro de la propiedad particular de La Vega, por lo que hemos de verlo, o adivinarlo, en la distancia



En invierno, cuando muchos árboles y arbustos se despojan de sus hojas, es más fácil reconocerlo, se ve una ventana, se percibe un güeyu u ojo, y las paredes al menos seguían en pie cuando se hizo esta foto


Aquí bajaban a moler, nos dice Rafa Balbín, "vecinos de Fuentes, Llugás y Amandi"


El camino va en todo momento paralelo al río, y a veces, cuando las crecidas, el camino pasa a formar parte del río, obligando a los senderistas y peregrinos a caminar en el estrecho espacio intermedio, donde los árboles han ayudado a formar un muro natural, de tierra, por el que puede andarse, mejor con un palo o bastón y agarrándose a algún tronco, ayudados por cierta maña y sentido del equilibrio


Una garrapiella, nombre popular dado a las flechas con el trisquel que han simbolizado al camino desde la primera señalización artesanal de El Garrapiellu, años 1992-93. Han sido repintadas varias veces, y también puesto otras nuevas, ahora en este tramo de otros colores, sobre todo azul, evitando las lamentables equivocaciones con el Camino de Santiago, del que aunque nos hemos separado hace ya un buen tiempo, algunos peregrinos xacobeos se han despistado y han llegado hasta aquí, incluso bastante, pero bastante más allá, al menos que nos hayan contado los propios vecinos, hasta Breceña


Aquí ya vemos cómo a veces el agua inunda el camino, obligando a caminar por la mitad de la "delgada línea verde" entre este y el agua, a veces en alguna zona obligando a los andayones a saltar a las fincas, si bien solamente en casos y días muy, muy puntales. Realmente, y dicho por muchos peregrinos, es una de las características y atractivos de este tramo de ruta, todo plenamente natural. No es extraño de todas formas que este lugar sea llamado desde siempre por el vecindario con el significativo nombre de Malpasu


Así, también en el recitado libro El Camino de Gijón a Covadonga puede leerse;
"Es un momento de tranquilidad y silencio, hemos dejado las casas y la carretera y caminamos deliciosamente en un lugar en el que escuchamos los sonidos del bosque, el río, los pájaros, el aire moviendo las ramas de los árboles, respirando hondo. Solo pueden interrumpir este placer los ladridos de algún perro en la lejanía. Este lugar se llama Malpasu porque el camino se interna en un paraje casi selvático y salvaje, habiendo veces que el río se sale de cauce en época de lluvias e invade el camino. De todas maneras no hay mayor problema su se da este caso. De tanta gente como viene hay hecho un sendero a base de pasar donde el suelo se levanta un poco, entre el río y el camino, cuyo firme es la propia roca del suelo, y que va siguiendo una fila de árboles entre río y camino"

Dada la belleza del trayecto, que no debe llegar al kilómetro, dicho a bote pronto, no es de extrañar que venga gente, solo y exclusivamente, a pasear este tramo, dejando el coche en El Realín o en La Vega, yendo y viniendo por aquí


Estaríamos ahora, más o menos caminando al pie de Arpandi, en Llugás, el río sería la frontera parroquial, en algún punto, mismamente, entre Amandi, Llugás y Fuentes


Llugás tiene también, como Deva con la Virgen de Peñafrancia, donde arranca la ruta, un santuario mariano vinculado con Covadonga, tanto es así, que su Virgen Santa María es llamada la Santina de Llugás, celebra romería el 8 de septiembre y acuden muchos peregrinos, antes andando, desde toda Asturias secularmente, incluso de lugares relativamente distantes, existiendo una casa para los romeros, casa de novenas, pues habían de quedarse a pernoctar, otros lo hacían en casas del mismo pueblo


Antaño, cuando las romerías a Llugás se hacían andando, y dada la coincidencia de fechas, se sabe que no pocos romeros se dirigían después andando a Covadonga, existiendo incluso coplas y cantos que dicen cosas como...
"Romeru que vas subiendo
a la Virxen de Llugás
rayinos de Covadonga
sobre so frente verás"

Dado que en el santuario se bendecía el ganado era esta romería muy proclive a ofrendas con él relacionadas, por lo que había un dicho, con retranca un tanto irreverente, que decía
"A la Virxen de Llugás
 si la vaca y la reciella nun tan males
 ¿a qué vas?"
También, dentro de las puyas entre diferentes pueblos, fiestas y parroquias, decían algunas gentes de los alrededores
"A Llugás, a la Santina y namás
y si me apures un poco
nin a la Santina tampoco"


Aquí vemos un buen ejemplo del paso pisado, más alto que el río y el camino, empleado cuando el Profundu se desborda...


Eso sí, siempre en la misma orilla, el  tramo es todo él llano, que no está nada mal, pues nos aguardan las cuestas, escalonadas pero seguidas, a Coru, Breceña, y Sietes


Más marcas, blancas y amarillas, de los P.R. o senderos de pequeño recorrido, los de Peña Cabrera y los Molinos del Profundu


El firme de tierra, con algo de piedra, es "blando" y cómodo de caminar a diferencia del asfalto o el hormigón


En la otra orilla, senderos que bajan al río, antaño también se pescaba alguna trucha y anguila


Curva a la izquierda y unas fincas al fondo, en la otra orilla


Se forma incluso algo de acantilado, hay incluso algunas pequeñas pozas, no muy hondas


El musgo cubre los troncos


Aquí a la derecha vemos un paso entre fincas para todo-terrenos o el pequeño tractor Pascualín. Nosotros no vamos a cruzar el río en ningún momento, seguimos siempre el camino


Las flechas nos lo confirman


A veces el suelo, de roca madre, aflora a la superficie


Las fincas a la derecha, en términos de Llugás


Meandros


Flores ribereñas


Otro tramo de piedra...


Las raíces de los árboles, a la vista en la parte pisada


El camino dibuja una recta. A veces, aunque no llueva o se desborde el caudal, se camina por el medio, evitando buenos charcos


A la izquierda hay fincas, la vegetación nos separa de ellas, aparte de darnos sombra


Aquí hay mucha piedra suelta, sin duda arrastrada por las riadas


Y pequeños charcos


Una pequeña aventura en la selva asturiana


Troncos, también arrastrados por la corriente. Es normal que, pese a no ser de mucho cauce, el auga si baje con fuerza muchas veces, dado el desnivel que tienen estos ríos desde su nacimiento, en poca distancia



Gran pedregal. A veces hay una ligera subida


Ramas y troncos tamizan los rayos del sol


Morrillos y charcos


"El paso de Malpasu", una "pequeña aventura" en el Camino


La estrecha senda en medio de las aguas...


Líquen en la corteza...


A la izquierda, los arbustos contienen el terreno con sus raíces y forman un muro natural


Abrazando los troncos con un brazo según vamos, para guardar mejor el equilibrio


O chapoteando o haciendo malabarismos, no hay otra elección


También aquí a veces, algún tronco caído, forma una barrera a salvar...


Las raíces y la roca, a la visa...


Les garrapielles, confirmando nuestra ruta


Aunque el camino en sí no ofrece dudas, siempre está bien tener alguna confirmación que nos tranquilice de pensar que hubiésemos tenido algún despiste en algún cruce que no hayamos visto


Un verdadero pasillo de piedra...


Los árboles, nuestros amigos y agarradera


Un verdadero esplendor de la naturaleza


Hay un cierto torrente muchas veces, pues como hemos dicho muchas veces el río baja bravo...


Más morrillos y piedras sueltas. Aunque el lecho esté seco es incómodo andar por ellas, pues al pisarlas suelen moverse y, aunque lo intentemos, es difícil no pisarlas, evitando poner el pie en ellas, pues andaríamos como "pìsando huevos, huevos duros pero huevos, al fin y al cabo"


Pero tenemos nuestro particular pasillo de tránsito franco


Bien pisado y aplanado sendero de tierra


Esta es la parte de las piedras: podemos escoger


También crece la vegetación en el pasillo, en la parte no pisada



Un recorrido de cierta dureza pero de extraordinaria belleza


Crece la hierba en la vereda...


Aquí está el río, metiéndose un poco por el camín andariegu


A la izquierda el suelo, de rocas lisas, parece bastante seguro ahora


"Unes buenes llábanes", piedras grandes, en un empedrado también natural


El trecho es bastante recto la mayor parte del tiempo


La roca forma a veces como escalones


Una perfecta "línea y punto de fuga" que se dice en arte y diseño, líneas rectas que parecen converger en un lugar más adelante, en plena sensación de perspectiva


El arte también de esquivar charcos...


Es, puede asegurarse, un lugar inolvidable por todas las sensaciones que reporta


Es una zona además de muchísimo frescor en días de calor, pero también resguardada de vientos, en estas profundidades y de lluvias bastante, al menos cuando el bosque se cubre de hojas...


No pocas veces hay de tantear y decirse donde poner el pie y continuar


Cuando arriba, cuando abajo, cuando por aquí, cuando por allá, pero siempre en un "estrecho campo de maniobra"


Llegamos enseguida la tramo final...


Lo señala de alguna manera esta poza que casi se come el camino


Pero siempre hay un paso a la izquierda


Por aquí vamos...


A veces a rebalguinos o pasos largos, abriendo mucho las piernas para pisar de peña en peña


Aquí el suelo va a ir cambiando, ya sin grandes pedregales ni roquedales


Pero inmersos en todo momento en la vegetación de ribera


Y en la misma orilla


Referencias visuales señalizadoras


Curva a la izquierda, siguiendo el curso del río


Más acantilado fluvial


Esta es la zona de barro


Se ven frecuentemente pisadas de botas, huellas de ruedas de bicicleta, incluso de cascos de caballo


Un maravilloso túnel vegetal


Y aquí llegamos al cierre de alambrada de la Granja Villanueva, ya en la parroquia de Fuentes


Aquí sí a veces se debe buscar el mejor paso entre el barro para no hundir toda la bota


Bellísimas flores silvestres


El Profundu aún a nuestro lado...


Intenso verdor


Ya salimos a los prados...


La Granja Villanueva, que ocupa una gran porción de terreno, se extiende por este gran cueto a nuestra izquierda


Y salimos de Malpasu a una pista asfaltada, en la que seguiremos de frente


Seguimos las señales de la Ruta de los Molinos del Profundu. Poco más allá hay otra señal


Vamos a acercarnos a verla. A la izquierda la Granja Villanueva


Es una de les "garrapielles oficiales", por llamar de alguna manera a la característica señalética de madera de la ruta, aún se mantenía en pie, fruto de la colaboración del Principado de Asturias para la señalización de la Tertulia El Garrapiellu en 1997, complementando la que, desde 1992, llevaban sus miembros realizando a golpe de brocha


Alguien ha dicho, medio en serio medio en broma, que les garrapielles, por sus años, simbolismo e historia, ya habrían de ser elementos patrimoniales del Camín a Cuadonga y tendrían que estar sometidas a especial protección


Arriba la Granja Villanueva, con sus cuadras en lo alto de un cuetu


Otra señal de la ruta molinera. Esta a la derecha, junto al río


Saliendo de Malpasu, el paisaje cambia, es una gran vega, aprovechada secularmente para cultivos y pastos, por lo que el camino se aparta del río. No en vano estamos en Les Vegues, parroquia de Fuentes, una llanura que precederá la subida a Coru y Breceña

(Video de la ruta en Malpasu):






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