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miércoles, 10 de junio de 2020

POR LA SENDA FLUVIAL A LA CUEVA LA SANTINA. CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (y 22)

Último mapa del Camín Xixón-Cuadonga / Gijón-Covadonga
Llegando a El Repelao

El Repelao, entrada, viniendo de La Riera, al Real Sitio de Covadonga y al Parque Nacional de los Picos de Europa, sucesor del de la Montaña de Covadonga al pie del Monte Priena, que alza su mole, con peñascos calizos, sobre esta pequeña vega en el estrecho y boscoso valle del Ríu Deva


 Aquí hay una rotonda y una bifurcación, nosotros vamos a ir a la derecha, cruzando el paso de cebra y siguiendo junto a las casas, mientras la carretera sigue a la izquierda, entre los grandes pilares ornamentales, obra de finales del siglo XIX de Fedrico Aparici y que primero estuvieron instalados al pie de la Cueva, siendo sustituidos por los actuales leones durante las profundas reformas efectuadas en Cuadonga en los años 60 del siglo XX


A la derecha el histórico Hotel Auseva, que rehabilita con esmero la que fue una casa familiar, de El Repelao de siempre


Pasamos delante de él por la acera de este lado



Aquí están además los pilares de Federico Aparici a los que hemos aludido, construidos las décadas siguientes a la visita de Isabel II, contando con el apoyo de algunos cargos eclesiásticos (no siempre todos), a la promoción y recuperación de Cuadonga, como iremos viendo


Señalan la entrada al llamado Real Sitio, de resultas de las sucesivas visitas reales aquí acontecidas, desde tiempos de Isabel II y en un contexto que pronto explicaremos, pues algunas de sus claves se encuentran precisamente en este lugar de El Repelao



Luego el restaurante El Repelao, un clásico en Covadonga, con su buenas viandas y gran terraza. También con hotel


Nueva vista de los pilares y arriba a la derecha el Monte Priena


Nosotros no vamos hacia ellos sino que seguimos por esta calle


Al fondo a lo lejos El Boscón, monte de frondoso arbolado, también llamado La Lleñera (era provisión de leña) o El Cuetu la Basílica, la Basílica de Cuadonga, cuyas picudas torres gemelas asoman sobre el arbolado en una característica estampa



La Basílica se construyó entre 1877 y 1901, de sus comienzos escribimos en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
"En el año 1872 el obispo Benito Sanz y Forés realiza una visita a Cuadonga, pero ve muchas cosas que le desagradan notablemente, constata un abandono, olvido y dejadez para un lugar que, desde entonces, iba a consagrar su atención. Para ello idea, entre otras muchas iniciativas, la construcción de un nuevo templo, más espacioso, una auténtica catedral que no desdiga con su entorno, para ello le encarga a su amigo Roberto Frassinelli, gran conocedor de la zona y especialista en Historia y Arte, que ponga en marcha el proyecto..." 

El puente de la carretera, a nuestra izquierda, es del año 1900, y forma parte de este mismo contexto constructivo


Puente sobre el Ríu Deva, del que tantísimo hemos hablado ya prácticamente desde el mismo comienzo de esta travesía andariega, pues el gijonés río Peñafrancia fue también llamado Deva, topónimo se se conserva en la parroquia donde nace, verdadero teónimo de la diosa céltica de la naturaleza, simbolizada en ríos y fuentes principalmente, origen de vida, y cristianizada en advocaciones marianas como es este el caso, la Santina de Cuadonga y la Virgen negra de Nuestra Señora de Peñafracia. No nos cansamos de repetir, pues, que este es un camino que empieza en Deva y acaba en Deva


Al otro lado, más allá de la carretera, un elemento sumamente importante, el monolito mandado instalar en El Campu'l Repelao por los duques de Montpensier, en 1857, conmemorando el legendario nombramiento como rey, princeps, caudillo, o como quieran decir las crónicas, en este lugar, al decir de la tradición y la leyenda


El duque, Antonio de Orleans, era príncipe, como hijo del rey de Francia Luis Felipe I, y estaba casado con María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón, segunda y última hija de Fernando VII e Infanta de España, había marchado de Francia en 1848 al instaurarse la Segunda República, estableciéndose primero en Inglaterra y luego en España, llegando a intervenir activamente en política y rivalizando incluso con su cuñada, la reina Isabel II. Esta los quería lejos de Madrid, pero no por ello dejaron de crear una verdadera corte paralela, la Corte de San Telmo, en el palacio sevillano de este nombre


Sus estrategias no eran nuevas, ya años atrás, con su padre el rey de Francia había intentado crear una monarquía en Ecuador, de la que él sería rey. Por ello, cuando en 1857 ella y su mujer auspician la errección de este monolito, esto no cae en saco roto para Isabel II, temerosa de las maniobras de su cuñado en un lugar de tanta carga histórica y religiosa. Tanto es así que solo un año después, en su viaje oficial a Asturias, Isabel II visita oficialmente Covadonga, cuando solo llegar aquí era una dificultad extrema. De ello hemos hablado en los capítulos anteriores, celebra la confirmación de su hijo, el futuro Alfonso XII, y recupera totalmente el mito de los orígenes vinculándolo a los ideales monárquicos de su línea sucesoria, en un momento en el que el lugar aún no se había repuesto totalmente de la decadencia tras el accidental incendio del santuario en 1777


Solo diez años después de su visita, Isabel II es derrocada por la Revolución Española de 1868, financiada entre otros por este su cuñado Antonio de Orleans, duque de Montpensier, y con el general Prim al frente, sin embargo diversos escándalos harían que el propio duque hubiese de exiliarse en Portugal, conminado a ello por el gobierno de González Bravo.

A su regreso, y tras graves enfrentamientos con su primo Enrique de Borbón y Borbón, reta este a duelo, matándole en el tristemente célebre Duelo de Carabanchel. siendo el escándalo tan mayúsculo que echaría por tierra para siempre sus pretensiones al trono de España, que siempre había ansiado y más ahora con el derrocamiento de su cuñada

En 1870 no obstante se votaría en Cortes su candidatura, junto con la de otros consiguiendo 27 votos, muy por encima del general Espartero con solamente 8, del príncipe Alfonso (futuro Alfonso XII) que tuvo 2, pero muy por detrás de los republicanos con 60 o con los 191 de quien saldría elegido rey, Amadeo I de Saboya, tampoco con mucho éxito posterior, pues en 1873 se proclamó la Primera República, que asimismo no duró mucho, llegando al trono Alfonso XII


Antonio de Orleáns, con consejo de guerra y una condena simbólica por el duelo, sí sería desterrado y preso en Menorca por negarse a acatar a Amadeo I. Se le supone instigador del asesinato de Juan Prim, buscando con ello destronar a Amadeo y llegar él al ansiado trono español, que no lograría, pero sí al menos regresar a la península en libertad, a condición. eso sí, que a su paso por Madrid no se alojase en palacio alguno sino solo transitase de paso y en un hotel. Años más tarde cierto es que representaría a la España de Alfonso XII en la coronación del zar Alejandro III de Rusia en Moscú. Falleció el 5 de febrero de 1890 en su finca de Sanlúcar de Barrameda

Su único hijo varón que llegó a edad adulta, Antonio de Orleáns y Borbón, dilapidó la fortuna familiar y falleció en la miseria en 1930. Una de sus hijas, María de las Mercedes, sería la mujer de Alfonso XII


Esta vinculación ideológica a con ciertos ideales, monárquicos, religiosos y conservadores españoles, pero a veces también con regionalistas, o incluso institucionales, ha continuado hasta nuestros días, a veces con el beneplácito y agrado, a veces con la tolerancia, y a veces con el desagrado, de medios eclesiásticos. Hoy en día la inmensa mayoría de las gentes que visitan o peregrinan a Covadonga, no lo hacen por motivos meramente ideológicos en lo político, predominan los religiosos e incluso paisajísticos o turísticos, pero también los sociales, equipos deportivos, clubes de montaña, senderismo, asociaciones o entidades de todo tipo, realizan alguna visita al santuario, no pocas veces en peregrinación caminera. No obstante sí se producen o han producido las últimas décadas, celebraciones políticas de variado signo, asturianistas hace unos años, o más recientemente, incluso aperturas de campañas electorales de nuevos partidos de ámbito estatal

La carga histórica y emocional del lugar sigue siendo impresionante, independientemente del abanico ideológico que se la atribuya o intente atribuir con más o menos rédito


En esas cuestas de El Repelao hay otros dos lugares interesantes, uno de ellos es La Cueva'l Cura, de la que se cuenta que era donde vivía escondido un cura con una Virgen, la cual hacía un encanto al amanecer del de la Santina (8 de septiembre), acudiendo entonces la gente con ofrendas para ver el prodigio


Otro es El Resbalón de la Mula, donde hubo una piedra con lo que parecía la huella de una pisada de pezuña. Se decía ver en ella la marca de la mula de Pelayo. La piedra desapareció cuando se desarmó la vía del trenillo que llegaba hasta aquí y que funcionó entre 1908 y 1933, cuya estación veremos un poco más adelante


Con El Cuetu la Basílica siempre de frente llegamos a otros dos edificios imporantes, la antigua estación, a la izquierda, y el Hotel El Repelao, a la derecha


Hotel El Repelao, antigua Fonda La Covadonga, que acogía desde el siglo XIX a peregrinos y visitantes


Farolas isabelinas jalonan el recorrido


Esta es la antigua Estación de El Repelao, la del trenillo o tranvía de vapor, restaurada para Oficina de Turismo. La Sociedad Tranvía de Arriondas a Covadonga se creó el 26 de octubre de 1906, suscribiendo la Compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias la mitad de las 600.000 pesetas necesarias como capital para crear la línea, la cual nacía para transportar viajeros y minerales de las minas de Buferrera, en Los Llagos. Oficialmente se inauguró el 1 de enero de 1908, si bien desde el septiembre pasado se hacían viajes de prueba, pues la obra, en sus 17 kilómetros de recorrido, duró menos de un año. La vía era de un metro, el mismo ancho que la de Ferrocarriles económicos con la que enlazaba en Arriondas/Les Arriondes, subiendo el coste a 968.000 pesetas. El primer años transportaron 101.107 viajeros y 37. 552 toneladas de mercancía, mineral que luego proseguía desde la estación de enlace a Ribadesella/Ribeseya, embarcando luego a Inglaterra


Durante la I Guerra Mundial este transporte marítimo se vio muy afectado y, tras la huelga nacional ferroviaria de 1917, la empresa despidió a 18 trabajadores, que hubo de readmitir tras proclamarse la Segunda República en 1931, si bien el descenso radical de extracción de minerales (apenas 8.000 toneladas en 1932) y el de viajeros, pese a que en 25 años no se subió el billete (2,35 pesetas primera clase, nada barato para la época), llevaron a la suspensión del servicio el 31 de julio de 1933


Disponía el tranvía de tres locomotoras a vapor Borsig de 1907 y cuatro coches de primera clase (rojos) y 6 de segunda (verdes). la velocidad media era de 20 kms/h y nunca se llegaba a los 40. Aparte de esta hubo estaciones en Arriondas/Les Arriondes, Cangues, Sotu Cangues, y La Riera, así como apeaderos en Les Roces y Villanueva. Había ocho servicios diarios, cuatro a la ida y cuatro a la vuelta, hechos por el mismo tren, durando el viaje una hora


Luego, pasadas estación y fonda, explanada de aparcamientos


El Deva sigue a nuestra izquierda


Nos dirigimos hacia el puente


Justo antes de ir al puente, Les Llanes



Les Llanes, en Prau Puente



Ahí está la Casería de Miguelón


Casería con hórreo, al pie de La Basílica. Sus dos grandes torres gemelas neogóticas, altísimas y picudas, dentro del gusto historicista de la época, son una buena referencia geográfica y visual.


Prosigue así nuestro relato de su construcción en el libro andariegu:
"Las obras arrancan en 1877, en un monte llamado El Cuetu El Boscón, entre el Auseva y La Cueste Xinés (laderas de Priena) pero un contratiempo obliga a pararlas a los cuatro años: la marcha de Sanz y Forés, alma mater de la empresa, en la que llegó a gastar fondos de su propio capital y sueldo personal. Dos años después vuelven a reanudarse los trabajos, ahora bajo la dirección del arquitecto Federico Aparici, que sigue el proyecto de Frassinelli, aunque realiza algún cambio, como las dos torres, inspirándose principalmente en el arte románico normando, en concreto en la iglesia de San Pedro de Caen, capital de la Baja Normandía"

A la izquierda, el puente


Pasamos por él sobre el Ríu Deva


El río y El Repelao desde el puente


Fotografía del río en el deshielo de principios de la primavera


Pasamos al otro lado hacia las escaleras


Las subimos y seguimos por la acera de la carretera


Un elegante paseo, natural y verde, en ligero ascenso


Son las laderas de La Cueste Xinés, falda del Monte Priena


La Basílica siempre a la vista. El río ahora a nuestra derecha


Y Les Llanes con la Casería de Miguelón, ahora de frente, con su galería


Les Llanes y las boscosas laderas del Monte Auseva, donde se sumen los manantiales de dan nacimiento al Deva, que nace bajo la Cueva la Santina


Por allí va a La Explanada de la Basílica el camino que sube desde la pasarela de Muñíu, el que va por el monte. También va, en bajada, el GR-105, la Ruta de las Peregrinaciones, procedente de Següencu


Según continuamos acera arriba vamos viendo la parte norte de la histórica basílica


Cuando visitábamos el monasterio de San Pedro de Villanueva comentamos que el proyecto original de Frassinelli, si bien fue respetado, se dice se había inspirado en un supuesto palacio real que aparece esculpido en los capiteles románicos de la iglesia de ese convento. Ciertamente los dos años en que estuvieron paradas las obras no fueron fáciles y Roberto Frassinelli fue apartado del proyecto:
 "Hubo un gran revuelo, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Comisión Provincial de Monumentos se enteraron por la prensa de este plan de edificaciones y  les agradaba. Sanz y Forés se agarró a la Real Orden por la que Alfonso XII aprobaba la construcción del nuevo santuario para seguir adelante con la labor. La Sociedad Central de Arquitectos de Madrid no estaba conforme con que se hubiese otorgado a Frassinelli el encargo de los planos en un proyecto que tampoco ellos conocían

 Por eso cuando Sanz y Forés se va su sucesor Monseñor Herrero Espinosa paraliza la obra cuando estaban hechos los cimientos y la cripta, faltaban medios y faltaban planos aceptados por las instituciones de profesionales. Pero Espinosa estuvo poco en su cargo, prontamente viene a la diócesis Fray Ramón Martínez Vigil, quien llega a condicionar su nombramiento a que se vuelva a trabajar en la Basílica. No quiere más problemas y habla con su conocido, el valenciano Aparici, quien al principio no estuvo a gusto con la idea pero que, por razón de sus sentimiento religioso, terminó aceptando hacerse cargo de esta iniciativa"

La imagen de La Basílica de desde la carretera es una de las estampas más emblemáticas de la llegada a Covadonga o Cuadonga



Más farolas isabelinas


Sigue la subida por la acera



Denso bosque autóctono en ambas márgenes


Zona de aparcamientos en los accesos al santuario


Aquí fueron famosos antaño los pudorosos carteles del No Bañador, hace tiempo desaparecidos


Otra preciosa vista de la Basílica, como surgiendo del bosque en las laderas del mítico Monte Auseva


Cuando se reanudan las obras con el prelado Martínez Vigil es cuando se cubre la cripta, se acaban de rematar las bóvedas y se colocan las vidrieras...
"El edificio termina de levantarse en altura entre los años 1894-95. En 1896 se instalan los rosetones y los escudos del arco toral del crucero. Martínez Vigil se esfuerza en conseguir donaciones. Gran parte del mobiliario interior, altares, candelabros, puertas, confesionarios, etc. son donativos de particulares

 La piedra viene de las canteras de Triongu y Sotu Cangues, pero como aún no era bastante para abastecer las necesidades de construcción se abrió otra en las cercanías, en Peñalba. Bajo la dirección de Aparici se trae también piedra de la cantera de Corao. La madera procedía de diversos lugares: el pino de Ribesella, los álamos de Cangues. Se necesitaba encina para las fraguas de la carretera. Fue preciso llegar a importar un cargamento de madera por el puerto riosellano. Con roble se cubrieron las naves de la iglesia y de nogal se talló la sillería del coro. Las puertas de la entrada principal son de castaño. El templo, un edificio de planta de cruz latina de tres naves, con dos largas torres de 40 metros de altura, se terminó en el año 1901, siendo erigida en basílica por el Papa León XIII"

Al final de estos aparcamientos no volvemos a la carretera, sino que tomamos la senda paralela a ella


Por aquí, bajo los árboles


Seguimos en cuesta...


El camino, la Senda Fluvial de Covadonga, proyectada en 1997 y construida en 1999, es aquí un paseo separado del río y la carretera por un vallado en ambos márgenes


Un precioso trayecto a manera de paseo por el bosque



Paso a paso vamos ganando altura


A la sombra de la enramada


Abajo, el Deva, casi oculto por la vegetación


Vamos paralelos a la carretera


Más farolas


Y más inolvidables vistas de La Basílica de Cuadonga...


Perfilándose con el mítico Auseva al fondo...


Proseguimos ruta


Entre la carretera y el río


Puente sobre una riega que desde La Cueste Xinés desemboca en el Deva


Suelo de tablas...


Pasamos al otro lado y seguimos por el sendero


Esta senda, cuyo recorrido por este su camino principal es de poco más de medio kilómetro, se va separando de la carretera


Pasamos así delante de la casa y el terreno de Casa Asprón, hermosa quintana asturiana dedicada al turismo rural


La senda fluvial pasa enfrente de su fachada principal


Pegada a ella, Casa Villastur, también alojamiento rural 



Arriba La Cueste Xinés, la falda sur del Monte Priena


Comenzamos a subir un primer tramo de escaleras


La pìedra de los peldaños es caliza de las canteras cercanas con el clásico color "rojo Covadonga" (griotte), más bien tirando a rosado, que caracterizó la obra de la Basílica y que, con el tiempo, fue empleada en otras obras, tal que esta


El color se debe al abundante mineral de hierro de esta parte de Los Picos de Europa


Como nota curiosa hemos de decir que pueden verse en ella abundantes fósiles


A la derecha barandilla de madera


Otra serie de peldaños...


Y sigue la senda, hacia la Cueva la Santina, ya a muy escasos metros


Acabamos esta primera subida de escaleras de nuevo al lado de la carretera, si bien no llegamos a salir a ella


Allí están Casa Priena, a la izquierda, también de alojamientos rurales, y Casa Nino


Nosotros pasamos al borde de otra pequeña explanada de aparcamientos


Y justo antes de salir a la carretera tomamos el camino de la derecha


En él un monolito indica:
CAMINO FLUVIAL
 DE COVADONGA
CONFEDERACIÓN
HIDROGRÁFICA
DEL NORTE 1999

Estamos en el Parque del Príncipe o Jardines del Príncipe, precioso bosque autóctono que lleva en su nombre la memoria de la visita en agosto de 1902 de Alfonso XIII, acabadas ya las obras de la Basílica, y donde plantó un árbol


Acababa de asumir plenamente su jefatura del Estado , el 17 de mayo de ese año, al cumplir los 16 años, si bien de facto ya era rey, pues nació como tal, al haber muerto su padre Alfonso XII cinco meses antes antes de su nacimiento


La senda presenta aquí suelo enlosado de piedra


Pasamos un puente, donde la Riega la Guxana da sus aguas al recién nacido Deva


Bajo nosotros, el río, con escaso caudal en verano


Más agua en invierno


Miramos a la izquierda


Esta es La Riega la Guxana o Buxana, en nace en La Cárcova, en La Cueste Xinés de Priena, baja por las laderas de este monte y El Sabugal, y baja a unirse con el Ríu Auseva (nombre del Deva en su nacimiento) para formar propiamente el Deva que es como se le empieza a llamar a partir de aquí (oficialmente río Covadonga). De ella hablamos también en El Camino de Gijón a Covadonga:
"El topónimo Guxana-Buxana da a entender para unos la referencia a "güsanos" (y de ahí a hacerlo vincular a los cadáveres de la batalla hay un paso) y otros a xanas o ninfas de las aguas y la naturaleza, de la que no nos extrañaría toparnos con alguna en estos parajes. También la palabra asturiana buxu (arbusto de boje) puede tener que ver con su etimología lingüística"

Y continuamos este paseo, muy selvático y lleno de frescor, donde las piedras se cubren de musgo


Bifurcación y a la izquierda, por el camino principal, hacia arriba


El paseo sigue jalonado de farolas clásicas


Continuamos ascendiendo, poco a poco


Otra baranda de madera


Vamos de frente. A la izquierda una senda comunica con la carretera


Y ya vemos el Monte Auseva y la gran peña vertical de La Cueva Cuadonga, la de la Santina, un lugar marcado por la historia que es difícil separar de la leyenda, como también planteamos en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
 " LA BATALLA DE CUADONGA ¿MITO O REALIDAD?
 Cuando se habla de Cuadonga es inevitable referirse a la batalla que se supone que aquí aconteció. Aún hay mucha gente que se enciende emocionadamente cuando este asunto sale a colación, aunque sea de soslayo, en cualquier conversación, esgrimiendo con viveza cualquiera de las decenas de teorías y leyendas posibles. Y es que a veces parece, por las emociones que salen a la palestra en determinadas discusiones, que el combate acabase de suceder ayer, en vez de hace casi 1300 años.
 
Y es que la legendaria Batalla de Cuadonga tuvo desde siempre diferentes interpretaciones, acontecimientos tan mitificados como desmitificados innumerables veces a lo largo de la historia, según quien mandase en cada momento, siendo punto de arranca de muchísimas leyendas que con el paso de los siglos irían exagerando y transformando lo que pasó realmente, según los poderosos de turno de antaño, o ahora, según cada historiador, investigador o articulista.
 
Así de presentársenos una batalla épica, con intervención divina y con unas cifras desorbitadas de bajas enemigas, la historiografía pasó a una fase hipercrítica de poner en duda no solamente este suceso, sino la propia existencia de Pelayo. Luego hubo una fase de "café para todos" en la que, aceptando que "hubiese pasado algo", batalla, escaramuza, cerco... y que esto hubiese sido más o menos importante o trascendente, pues la realidad es que el poder musulmán desaparece entonces de Asturias, también hay quien baraja la posibilidad que fuese todo ello un mero asunto de oposición al pago de impuestos. Lo dicho, el abanico de posibilidades se multiplica casi con cada persona que opina del tema.
 
Actualmente, las investigaciones y el estudio pormenorizado de las crónicas e informaciones, incluyendo la toponimia, intentan confirmar los hechos más fundamentales, según los cuales allá por el año 722 una partida musulmana al mando de Alkama, que perseguía a la población levantisca, sufrió una derrota importante tras irrumpir en este valle y caer en una encerrona frente al Monte Auseva, una emboscada que provoca que la rebelión astur, originada en principio por la negativa a tributar a los nuevos amos, pero que sin duda tendría otras connotaciones sociopolíticas relacionadas, tal y como ya pasaría con los godos y con la dominación romana, se espandiría por todo el territorio astur-cántabro y entonces el poder islámico, que no debía ser ser muy fuerte (el grueso de sus ejércitos avanzaba hacia el corazón de Europa), se vino completamente abajo en Asturias. El gobernador bereber Munuza, enviado del poder árabe, se ve obligado a escapar de Xixón, donde tenía asentados sus cuarteles y caería muerto en otro enfrentamiento en Olalíes, un lugar con diferentes posibles localizaciones, entre ellas Proaza, cuando intentaba con sus hombres ganar el paso de la cordillera a la meseta.
 
En un principio la revuelta, aparentemente testimonial de un grupo de "treinta asnos salvajes", tal y como la describen los historiadores de Al-Andalus, en las montañas del norte, no debió alarmar en demasía a los emires, consagrados como estaban en aquel momento a la organización de sus recientes conquistas y a doblegar al mismo tiempo el reino de los francos, con lo mejor, más numeroso y más granado de sus ejércitos al otro lado de los Pirineos. Pero iba a ser andado el tiempo cuando caerían de la cuenta en la amenaza del nuevo reino asturiano, el cual pese a sus intentos de destruirlo, ya a deshora y aunque aún estarían cerca de ponerlo en serio peligro varias veces, estaba consolidado y defendido por barreras tanto naturales como militares y políticas, no pudiendo acabar con su existencia ni expansión. El reino se haría fuerte ya tempranamente en época de Alfonso I y pese a las campañas de castigo que vendrían de seguido, jamás volverían a dominar estos territorios, naciendo así el Reino de Asturias"

Y continuamos, mientras nos aproximamos a la Santa Cueva:
"Pero aparte de batallas y reyes, Cuadonga es sobre todo, uno de esos lugares que dejan un "poso" imposible de olvidar: la Cueva, el río, el monte y el agua definen un rincón privilegiado por la naturaleza, un sitio especial para adorarla. A lo mejor es esta la razón de por la que fue desde siempre un centro sagrado para todos los pueblos que habitaron estas montañas desde los mismos orígenes del mundo, pobladores en los que mandaba el respeto por la naturaleza, a la que consideraban gran madre de la vida y por lo tanto del género humano y aliento de toda existencia. Porque aunque pasen los siglos, la gente, los pueblos y las religiones, los lugares "sagrados" o "nemeton" permanecen. ¿Puede ser este un significado de Cuadonga?, eso ya pertenece al pensamiento, parecer y creencias de cada persona y de lo que le impulsa en cada caso"

Abajo unas gruesas paredes de piedra, con esquinas de cantería y en los dinteles de puertas y ventanas, así como restos de un cortafuegos, dependencias vinculadas antiguamente a La Escolanía. Arriba son Les Cases de los Músicos, o de los Beneficiaos, también llamada La Casa Rosa por su color


Fueron construidas como vivienda a los dependientes o beneficiados del santuario. Vivían en ella además chantres y sochantres, maestros cantores, se ahí sus nombres


Estas casas son, históricamente, muy importantes, pues forman parte de la Covadonga anterior al incendio de 1777 y posterior decadencia. Fueron mandadas construir en el siglo XVII por el obispo Bernardo Caballero Paredes (1592-1661)


En esta cuesta vamos a pasar, seguidamente, junto a otros dos edificios importantes


Allí está El Mesón, edificado en 1763 dentro de las reformas emprendidas en el reinado de Carlos III, siendo por lo tanto otro de los edificios anteriores a esa quema. Se construye, siendo abad Nicolás Antonio Campomanes Sierra y Omaña, con el patrocinio de don Antonio de Estrada, que estipula que sus rentas vayan a la Iglesia, dejando el Cabildo claro
 "... que convenía buscar persona que habite, viva y resida en dicha casa de mesón y tenga camas, pan, vino, hierba y cebada y más necesario para los del gremio de la iglesia y más personas que vienen en romería a visitar la sacrosanta imagen de Nuestra Señora"

Pasamos así el puente hacia el Mesón, ahora de La Escolanía de Covadonga, el coro de voces blancas del santuario de gran tradición por sus cánticos sublimes en veneración de este enclave sagrado


Tal y como nos dice Gracia Suárez Botas en Hospedajes históricos en torno al Santuario de Covadonga, el mismo Antonio de Estrada patrocinaría este camino en 1777, el año del incendio del antiguo Templo del Milagro que tapaba La Cueva, con la idea de abrir un paso para carros entre Covadonga y La Riera (los anteriores eran de herradura, solo aptos para andarines o caballerías). Como dice Suárez Botas:
"Ambas realizaciones destinadas a mejorar las infraestructuras vinculadas a los viajes, y facilitar así la llegada de romeros y peregrinos, en unos años en los que los medios de transporte se diversifican y transforman con la aparición de líneas regulares de diligencias. Este edificio del mesón mantiene la tipología de una casona tradicional asturiana, construida con buen sillar, con estructura de planta cuadrada, cubierta a cuatro aguas y dos amplios corredores volados, uno lateral y otro ocupando el cuerpo central sobre un amplio zaguán al que se accede a través de un gran arco de medio punto. En su fachada, entre el arco y la solana, puede leerse la siguiente inscripción: "Este mesón se hizo/ siendo abad el SR/ don Nicolasanto/ Campomanes, Sierra y Omaña ano 1763" 

Fue albergue de peregrinos hasta últimos del siglo XIX o primeros del XX, pasando en la década de 1920 a cuartel de la Guardia Civil. A mediados de esa centuria fue restaurado por Javier García Lomas, arquitecto del cabildo, para residencia de la Escolanía de Covadonga, respetando su traza tradicional y contando con la colaboración del pintor Paulino Vicente en la decoración de muros, puertas y zaguán


El Mesón es también en la actualidad albergue-alojamiento para unas 50 personas


Esta es su gran fachada principal, mirando al camino, barroca


Escudo del reino en la parte superior derecha


Fijémonos arriba cómo asoma el ábside de La Basílica, donde hay un hermoso mirador que pronto conoceremos


Placa con la leyenda:
ESTE MESON SE HIZO
SIENDO ABADE, EL SR
DON NICOLAS ANTº
CAMPOMANES SIER
RA Y OMAÑA AÑO 1763

El mismo escudo real en la parte superior izquierda


Vamos a asomarnos a la entrada, una gran portada de arco de medio punto


Puerta de acceso a la Escolanía de Covadonga



Cantos de la escolanía


Saliendo del mesón, seguimos camino, ahora hacia la antigua escuela



A la izquierda el Reinazu se une al Auseva, nombre del Deva en su nacimiento. De ello escribimos en El Camino de Gijón a Covadonga
"El Ríu Reinazu, que viene en prolongado descenso subterráneo desde El Llagu Enol para surgir en Los Güeyos del Reinazu, lugar de L'Aguañaz o La Güañaza, encima de Cuadonga, corre aquí a desembocar a El Ríu Auseva, para poco después, al unirse a La Riega La Guxana, por donde ya hemos pasado, formar El Ríu Deva

 En temporada de lluvias o deshielo los dos bajan en torrente, aunque el Auseva, curso alto del Deva, llega a formar una impresionante cascada encajonado en los vetustos muros de piedra que forman su monumental canalización, haciéndole formar un espectacular salto de agua

 El río coge el nombre del Monte Auseva, por donde discurre también en caudal subterráneo tras originarse en lo alto de esta montaña encima de La Cueva de Cuadonga, en El Porru Tresllué, donde le llaman El Ríu Les Mestes, para posteriormente al pasar por Orandi, denominarle también así: El Ríu Orandi, allí es donde literalmente "se lo traga la montaña" para salir bajo La Cueva la Santina por El Chorrón en El Pozón, entre La Fuente Los Siete Caños del Matromoniu y La Escalera Les Promeses, donde ya se le llama propiamente Auseva o Deva, aunque en gran parte de los mapas se le llame en todo su curso hasta Sotu Cangues "Río Covadonga"

Vemos también ahora, al otro lado del río, la parte delantera de Les Cases de los Músicos. Hoy en día viven algunos vecinos, como Conchi González, que cuenta numerosas anécdotas de una vida en el santuario y sus ilustres visitantes, desde una hija al que le da la comunión un Papa, Juan Pablo II, a que otra baile lambada con la cantante Regina dos Santos


Hoy en día viven en Covadonga pocos vecinos. por lo general son trabajadores o religiosos del santuario, jardinero, barrendero, organista, sacristanes. Algunas de estas casas ofrece también alojamientos para grupos


Dejando atrás El Mesón, nos volvemos para admirar este flanco, con otro balcón-corredor, así como la capilla con su campanario, pegada a él pero un poco más alta en la ladera de El Boscón. La campana es del siglo XVI y estuvo antes en La Cueva


Atrás, arriba, el Monte Priena (725 m)


Los característicos peñones calizos de su cumbre


Arriba, en la cima La Cruz de Priena o de Pelayo, de la que hemos hablado en el capítulo anterior. Si nos fijamos reconoceremos la cruz metálica instalada en 1963 por el Grupo Montaña Ensidesa de Avilés para sustituir a otra más vieja, de madera, partida por un rayo


Arriba de nuevo La Basílica, de la que empezamos a ver su fachada sur, la que mira a la Santa Cueva


Y su rosada-rojiza piedra...


Otra larga serie de escalones....


Subimos otro buen tramo de escaleras frente a la antigua escuela, que hoy en día es albergue con literas y comedor


Es ya la cuesta final para llegar a El Pozón y la Escalera les Promeses, acceso a la Cueva la Santina


Hay pequeños rellanos...


En uno de ellos, frente a la escuela, bifurcación y a la derecha


Una larga serie de peldaños para culminar la subida


Otra vista de la unión de los ríos Auseva (o Deva) y Reinazu


A la izquierda una hermosa fuente



Un lugar tranquilo, a la sombra, donde la gente descansa


Si nos fijamos reconoceremos en ella la efigie de la Santina



La Cola de Caballo, el agua del Deva o Auseva tras caer bajo La Cueva al Pozón y pasar subterránea bajo la carretera


Vista aguas abajo, a su encuentro con el Reinazu y La Riega la Guxana


Con gran emoción, vemos que casi estamos ya arriba...


Así escribimos de este momento...
"Estos ultimísimos metros se caminan con mucha ilusión y emociones, tanto los que llegan derrengados como los que tienen paso más fuerte y liviano. Estamos jústamente en el corazón de Cuadonga. Ya suena, ahora sí, el ruido del tráfico y de la gente si nuestra llegada coincide con horas de afluencia"

Último tramo de la Senda Fluvial para llegar al pie de la Cueva Divina


Ya casi vemos desde aquí a La Santina...


Otra farola isabelina o fernandina


Final de la senda fluvial


Como al principio, un monolito


Con una leyenda similar al anterior, destacando su inauguración en 1997


Y... ¡ahí está!, ¡la Cueva de Covadonga!, ya ante nosotros, momento de máxima emoción para los peregrinos


Junto a ella la Colegiata de San Fernando, del siglo XVI


Adosado a La Colegiata, en la que fue la Casa de Novenas estuvo La Hospedería o fonda La Gruta, que sustituyó al Mesón para alojar peregrinos y visitantes, construida en el último tercio del siglo XIX a instancia del obispo D. Benito Sainz y Forés


Luego de subir las últimas escaleras de la Senda Fluvial llegamos a la carretera, que nos disponemos a cruzar, mientras admiramos el corazón de este lugar sagrado


La Cueva Cuadonga, la Cueva la Santina, la Santa Cueva o... simplemente La Cueva, la cueva por antonomasia...


De este momento escribimos también así en El Camino de Gijón a Covadonga:
"Ahí la tenemos, impresionante y esplendorosa, la Cueva de Cuadonga, meta suprema de nuestro viaje, de nuestro largo peregrinar. Seguro que la hemos visto en infinidad de ocasiones y visitas, en fotografías, postales y documentales, pero cuando se viene aquí andando se percibe todo de otra manera, sintiendo toda la magia de este rincón emblemático donde la naturaleza, la historia, el arte, la religión y la mitología parecen darse la mano en una simbiósis y hacerse una misma cosa..."
"...En Cuadonga el peregrino y el caminante, el andarín y el excursionista van a juntarse, dejando aparte creencias y pensamientos, para subir a La Cueva Divina, bajo la que nace el Deva, uno de los lugares sagrados o "Nemeton" más antiguos de Europa, en el que se conjugan todas las esencias de la leyenda y la tradición... el ancestral "locus consacratus", santuario natural de culto a las divinidades de la naturaleza cristianizadas en la advocación a la Virgen María, la Santina, la Patrona de Asturias..."
"... La Cueva se asoma desde lo alto de la pared de la peña: es un gran murallón que parece alzarse y pender de las alturas, piedra caliza con abundantes recovecos. Desde abajo se ve perfectamente su capilla, y levantando bien la mirada también a la propia Santina..."

"... La yedra verde adquiere tonos totalmente rojos al llegar el otoño. Aún se observan agujeros horadados en la roca para las vigas de aquel primitivo santuario de madera que, tapando la gruta, sobresalía sobre el abismo y que pereció en el incendio de 1777... "

  "... En días tormentosos la visita se ve compensada por el indescriptible y atronador espectáculo del agua que baja de la montaña por las cavidades rocosas para salir debajo de La Cueva con un solemne e indescriptible estruendo en El Chorrón. Otras veces la "cola de caballo", como también la llaman, es más fina y delgada y apenas se escucha un murmullo cuando desde sus veinte metros de altura se desploma sobre el gran estanque de El Pozón, hacia donde vamos a ir también nosotros contemplando su fondo plagado de monedas...

"...Otros más pequeños chorros caen verticales detrás de La Fuente'l Matrimoniu, situada a la izquierda justo debajo de La Cueva y hacia la que se dirige un camino tallado en la propia roca. La tradición dice que...

                                      La Virxen de Cuadonga
                                       tien una fonte mui clara
                                       la neña que d'ella bebe
                                       primero del añu se casa
"... Si se bebe de sus siete caños (por eso se la conoce también como La Fuente los Siete Caños) se dice que las mozas se casan antes de pasado un año. La gente va, el agua está muy rica, agua pura de Los Picos d'Europa pero... en cuestiones de casamientos hay para todos los gustos, hay a quien le dió resultado, hay a quien no y hay a quien sí pero dice que ..."el día que bebí taba más guapa bebiendo un cacharru", en fin, cada persona tiene su versión..."

 "... Después del incendio el rey Carlos III ordenó emprender diversas obras en Cuadonga y quería acometer la construcción de un nuevo templo de piedra que ocupase toda esta parte de la pared desde el suelo hasta La Cueva, pero pese a las peticiones de donativos los trabajos se suspendieron en 1792, haciendose únicamente este estanque y la canalización del río, además de La Escalera les Promeses. La Fuente'l Matrimoniu fue construida por Luis Menéndez Pidal, al igual que otros muchos elementos, después de la Guerra Civil..."

".. Encima de La Cueva se extiende el inmenso monte de avellanos, abedules, carbayos y acebos de La Matona Cuadonga, que asciende hacia las cumbres del Monte Auseva..."

 

"El principio de las peregrinaciones a Cuadonga se pierde en la más oscura noche de los tiempos. Es más, mucho primero del cristianismo se da por seguro la existencia de un santuario de los más ancestrales pobladores prerromanos, dedicado con gran probabilidad a alguna divinidad femenina relacionada con el culto a las fuerzas de la naturaleza, una "deva" o diosa de la que su testimonio pervive en el nombre (uno de los nombres en realidad) del río que nace de la misma Cueva. La presencia de este santuario precristiano daría origen sin duda a las primeras peregrinaciones, de las que nada sabemos, y que podrían sumirse en la más remota antigüedad."

 

 "... Este lugar sagrado sería después cristianizado, por sustitución, en la advocación a la Virgen María, tal y como ha sucedido en otros muchos casos, pues aunque las religiones y las creencias cambien, los lugares sagrados o "Nemeton" parece que siempre permanecen. En este caso no deja de ser impresionante escuchar todavía la leyenda, contada desde antiguo en muchos lugares de los alrededores del santuario, que dice que nuestra Santina y Patrona de Asturias "era una xana que vivía na Cueva, onde'l ríu, qu'un día unos flaires vistieron de santa". Esta leyenda, sencilla y aparentemente simple, explica en dos frases todo el proceso de sustitución de los antiguos dioses de los pueblos prerromanos con la llegada de una nueva religión que pasado el tiempo llegaría a ser oficial en todo el Imperio Romano. Es este un fenómeno social totalmente normal, universal, que pasa y ha pasado en todas las latitudes y en todas las religiones a lo largo de los tiempos, sin ningún menoscabo en absoluto hacia las creencias e ideales de cualquier persona sino todo lo contrario, es más, con el cristianismo las peregrinaciones ya dejan de ser una teoría o posibilidad para hacerse realidad demostrada y documentada..."
"... Según algunos autores, como Fermín Canella, el primer peregrino "de importancia" que conocemos visitó el santuario fue el rey de Asturias Alfonso III El Magno, aunque es fácil que fuese un exponente más de toda una estirpe de reyes asturianos que, desde el mismo Pelayo y su legendaria batalla, tuvieron una especial relación con estos parajes de hadas, diosas y santas... "
"... Durante mucho tiempo las comunicaciones con Cuadonga desde Cangues d'Onís fueron bastante malas...caminos de tierra, caleyes, y sendas de montaña no siempre fáciles de pasar. Ya en el siglo XVI había cronistas como Ambrosio de MoralesFray Antonio de Yepes Pedro Murillo (este en el XVII) que señalaban en sus escritos lo dificultoso que era acercarse a Cuadonga y su situación de abandono. Tirso de Avilés es quien viene a afirmar que el viejo templo, de madera, levantado en la Cueva, sobre el abismo, estaba en una situación lamentable, pues la obra, construida según la tradición por iniciativa de Alfonso II El Casto, con madera de tejo, se sostenía sin caer "por puro milagro"...
"... En el siglo XVI es cuando se erige la Colegiata, pegada a la peña al lado de la Cueva, bajo la advocación de San Fernando, aprovechando la edificación anterior de un antiguo monasterio medieval benidictino que luego habría pasado a los monjes agustinos. En el siglo XVII, con las reformas canónicas y eclesiásticas, Cuadonga logró una importancia religiosa mucho mayor, la cual favoreció aún más las peregrinaciones, construyéndose nuevos edificios y albergues para los romeros..."

"... Asimismo, también en Cangues d'Onís se fundaron hospitales para los peregrinos que iban al santuario, así como en otros lugares (tengamos presente que en aquel tiempo la palabra "hospital" tenía más que ver con lo que ahora entendemos como "albergue asistencial" más que como la moderna acepción de "centro sanitario"). Después del trágico incendio de 1777, que destruyó el mítico templo de madera que se elevaba como una gran balconada tapando la Cueva, así como la primitiva imagen de la Santina, es cuando los poderes públicos , dándose cuenta del inmenso daño del desastre, promovieron toda una serie de iniciativas encaminadas a recuperar el templo mariano y darle más atención y relevancia. Bajo el reinado de Carlos III se abre el primer "camino directo" entre Cangues y Cuadonga, al que Gaspar Melchor de Jovellanos, en su visita al lugar, llegó a calificar de "excelente"...
 "... A la izquierda, subiendo por la carretera está La Entrada los Leones, dos grandiosos leones de piedra sobre pedestal, uno a cada lado de la calzada, auténticos guardianes del recinto sagrado,  y que trajo aquí el Patronato Nacional de Covadonga, fundado en 1952..."

"...  La historia de estos dos leones está muy bien explicada en el estudio a ellos dedicado por Javier Remis Fernández Los Leones de Covadonga, todo comenzó en las postrimerías del siglo XIX cuando un emigrante gallego a la Argentina, Juan García Naveira, volvía a su tierra natal de Betanzos con una importante fortuna, encargando numerosas obras como benefactor de su villa natal. Además de escuelas, asilo, patronato, sanatorio y casa del pueblo, otra de ellas fue una quinta llamada El Pasatiempo, donde quería compartir con sus paisanos lo que actualmente llamaríamos un parque temático. Fue construido entre 1893 y 1895 ..."

 "... Hizo varios viajes por Europa a la búsqueda de ideas innovadoras y quedó impresionando en Roma, año 1899, del monumento funerario que constituía la tumba del Papa Clemente XIII, obra del maestro del neoclasicismo italiano Antonio Canova, especialmente de dos leones de los que encargó rápidamente una réplica..."

..." Nos señala Javier Remis en su artículo que ve harto difícil que su atribución al discípulo de Canova, Pompeio Marchesi, sea realidad, pues este falleció en 1858..."

"... Con grandísimo esfuerzo y quebraderos de cabeza fueron traídos estos leones a España, hubo que reforzar hasta algún puente para que no cediese al llevarlos desde A Coruña a su finca, que por fin estuvo lista en 1914..."
"... No obstante dos décadas y pico después, durante la guerra civil, esta su antigua propiedad y parque de disfrute vecinal fue empleado con usos menos altruistas: campo de concentración, acabándose así con la mayor parte de las obras e ingenios que en ella había... pero los leones volverán a aparecer en los años 70..."

"... Después de las reconstrucciones de posguerra de Luis Menéndez-Pidal y Álvarez, otro arquitecto, Miguel Ángel García Lomas, se encargó ya en los años sesenta de construir las nuevas viviendas de los canónigos y la también renovada explanada de la Basílica, así como la entrada al Real Sitio... "

"... Para ello disponía de dos grandes pilares de piedra diseñados por el escultor Federico Aparici, los cuales fueron trasladados a El Repelao y puestos a ambos lados de la entrada al puente, realizándose gestiones con el aparejador coruñés José Manuel Mosquera para transportar entonces aquí aquellos leones de la finca El Pasatiempo, adquiridos en 500.000 pesetas a los descendientes de García Naveira e instalados en el lugar en 1970..."

Vamos a subir ahora a La Cueva por La Escalera les Promeses, obra también realizada en tiempos de Carlos III después del incendio de 1777. Sin 104 peldaños en los que no es infrecuente ver gente subiendo de rodillas por promesa


Subimos pegados a la pared de la Real Colegiata de San Fernando


Hay, en medio de la subida, una tienda de recuerdos


Buena vista de la Santa Cueva desde las escaleras


El Chorrón a nuestro lado y El Pozón a nuestros pies. Aquí estaba, recubriendo de madera La Cueva, aquel Templo del Milagro al que tanto nos hemos referido, una ermita encaramada de la pared de la peña, asombro de todos los cronistas que la conocieron, atribuyendo su nombre a que milagro era que, de lo que sobresalía hacia afuera no cayese, por su posición prácticamente en el aire. Todo ello resultó quemado como consecuencia, parece ser, de un accidente con las velas que que dejaban encendidas los fieles, el 17 de octubre de 1777. A partir de entonces hubo diferentes proyectos y reformas, años de impulso y otros de abandono. Las últimas obras importantes fueron tras la Guerra Civil y en los años 60 del siglo XX


Tras un primer largo tramo recto de escaleras, un descansillo


Y en él pegada a la roca, la entrada a la Colegiata de San Fernando


Si está abierto, no dudemos en visitar su claustro


La colegiata se construyó entre 1585 y 1599, parece ser sobre un templo anterior, atribuido a Alfonso I


Y este es el patio o claustro, que vamos a recorrer, empezando por ejemplo por la izquierda, la que sería la crujía oeste, pegada a la roca


Aquí hay dos sepulcros románicos, posiblemente de antiguos abades


Bajo el sepulcro, decorado con motivos geométricos, unas figuras


Pueden ser leones, emblema heráldico


Arco de medio punto recorrido por estrellas de seis puntas...



En el interior rombos, tetrapétalas, círculos... figuración decorativa que en su momento también tendria, muy posiblemente, consideraciones sacras, numerológicas, sensación de repetición y, por lo tanto, de movimiento, continuidad, eternidad...


Al fondo también un variadísimo simbolismo


Una cruz que se asemeja a la ovetense Cruz de los Ángeles en la catedral de San Salvador



Personaje a caballo. ¿Representación del difunto?. No olvidemos que los abades residían en La Riera pero acudían a Covadonga casi a diario, por lo que pasarían gran parte del tiempo desplazándose a caballo


Más estrellas de seis picos...


Banda longitudinal en el sepulcro con formas de picos


Puerta y siguiente sepulcro


La decoración es muy similar al anterior


Estrella o flor se seis pétalos rodeada por círculos...


Decoración en el arco


Formas geométricas que recuerdan a algunas del Arte Asturiano prerrománico


Picos...


Rectángulos que encierran una malla de rombos




Desde el pasillo contemplamos el patio, de arquería de medio punto, con corredor en el piso superior


Aquí residió el Papa Juan Pablo II durante su estancia en Covadonga los días 20 y 21 de agosto de 1989, durante su viaje a Santiago


Deambulamos ahora por la crujía norte


Sepulcro de Don Ramón Valdés y Busto, primer Barón de Covadonga y decano de los mayordomos de semana de la reina Isabel II




Desde aquí vemos, pegada también a la rocosa pared de la montaña, la torre de la colegiata


Exposición fotográfica con las visitas reales a Covadonga. Esta la de Alfonso XIII


Isabel II


Esta es otra de las puertas de acceso a la colegiata, la de da a la explanada frente a la Casa de Ejercicios


Pero nosotros continuamos nuestra vuelta completa al claustro, ahora por la crujía este


Más fotografías históricas de visitas reales






El patio, de suelo empedrado


Viejas inscripciones en las columnas de los arcos que se abren al patio


Antiguos graffitis, algunos con fecha...


Y antigua ortografía


Crujía norte


Las antiguas campanas...



Detalle de la pared rocosa de la montaña desde el interior de la colegiata


Volvemos al exterior


Y subimos los peldaños que nos quedan para visitar a la Santina



En este momento nos sentimos casi atrapados por la magia del momento, a la sombra de la inmensidad pétrea---


Un rellano antes de entrar en la gruta...


Con una muy buena vista de la Santa Cueva, ya justamente sobre nosotros...


La barandilla de hierro es El Balcón de les Bendiciones, desde donde se contempla una panorámica soberbia de Covadonga, mirando hacia La Basílica u observando hacia abajo, hacia El Pozón y Los Leones, permitiendo hacernos una idea de cómo debería ser de vertiginoso aquel Templo del Milagro que se sostenía sobre vigas y andamiajes encima del abismo


Desde esta balconada podemos mirar abajo...


A nuestros pies El Pozón y la Entrada los Leones


Fijémonos a la derecha en aquel camino que sube


Camino montañero a Los Llagos y al corazón de los Picos de Europa, por donde podríamos seguir hacia Santo Toribio de Liébana por la llamada Ruta de la Reconquista (GR-202)


Un camino acaba pero otro comienza...


Al llegar arriba los peregrinos encontrarán placas en la pared de la cueva que rememoran visitas ilustres, como la tan comentada de Isabel II en 1858


O la del Cardenal Roncalli, que llegaría a ser el Papa Juan XXIII, en 1954, quien dirá la famosa frase, "Covadonga es una sonrisa de la naturaleza", al quedar prendado de la belleza del lugar


No nos olvidemos de Juan Pablo II en 1989, cuyas imágenes orando ante la Santina, pero también andando con palo y playeros por la orilla del Llagu Enol dieron la vuelta al mundo


Entrando ya en lo que es propiamente la gruta iremos a la izquierda, subiendo otras escaleras


Según entramos en la cueva-santuario veremos los bancos de los fieles y al fondo la ermita, el altar y la imagen de la Santina presidiendo el conjunto. A la derecha en una oquedad están en una hornacina los restos de Pelayo, y su mujer Gaudiosa, así como una hermana de él cuyo nombre no se menciona


Según el citado cronista Ambrosio de Morales, los restos de Pelayo y Gaudiosa habían sidos traídos aquí por deseo del monarca Alfonso X El Sabio, pero diversos autores ponen en tela de juicio la realidad del suceso. Antes parece ser estaba en el centro del Templo del Milagro, siendo trasladado aquí tras el incendio de 1777


La arquería de la hornacina imita el arte románico


En el epitafio puede leerse;
"AQVI YACE EL SEÑOR REY DON PELAIO
 ELLETO EL AÑO DE 716 QUE EN 
ESTA MILAGROSA CUEBA COME
NZO LA RESTAVRACION DE ESPA
ÑA BENZIDOS LOS MOROS FALLECIO
AÑO 737 Y ACOMPAÑA SS M/gEr Y ErMANA"

También en Cuadonga estaría enterrado Alfonso I con su esposa Ermesinda, hija de Pelayo, su sepulcro está más escondido, entre el de Pelayo y la imagen de la Virgen. En su Primera Crónica General el obispo Sebastián de Salamanca fue enterrado en el monasterio de Santa María, al que Ambrosio de Morales localiza en Covadonga, describiéndola así en el siglo XVI:
"Su tumba es la que está al cabo de la iglesia frontero del altar mayor, en una pequeña cueva. En partes está labrada. Es un lucilio de piedra lisa, con cubierta de una pieza, de cuatro pies de ancho a la cabecera y dos a los pies, como ataúd, pero cubierta llana y no tumbada. Su largo doce pies y tres en alto"
En el epitafio puede leerse:
"AQVI YAZE EL CATOLI
CO Y SANTO REI DON 
ALONSO EL PRIMERO
 I SV MVJER DOÑA ERME
NISENDA ERMANA DE DON
 FAVILA A QVIEN SVCEDIO
. GANO ESTE REY MVCHAS VI
TORIAS À LOS MOROS
 FALLECIO EN CANGAS AÑO DE 757"

La ermita fue proyecto de Luis Menéndez-Pidal en las reconstrucciones de la posguerra, imitando el Arte Asturiano. De ella escribimos también en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
"La capilla-sagrario, como ya hemos dicho es obra de postguerra de Luis Menéndez-Pidal, tiene un baldaquino o templete de columnas donde se guarda a la Santina cuando hay muy mal tiempo. Antes que ella existió una hecha de madera con tres arcos de medio punto y pequeñas almenas, fue un encargo del obispo Sanz y Forés (1868-1881)a Roberto Frassinelli. Solo se conservan de ella cuadros, fotos antiguas y litografías. Tenía en su parte superior una representación de los Doce Apóstoles. Este antiguo Camarín de La Virgen desapareció en la guerra civil. Hay también en estos altares un atril en forma de águila y una silla de piedra con dos osos labrados en su base"
"De todas maneras y como no podía ser de otra forma, la imagen de La Santina de Cuadonga acapara la escena. Esta imagen de la Virgen que se venera en la actualidad es una talla en madera policromada, anteriormente situada en la Catedral de Uviéu y que fue donada por el Cabildo Catedralicio el día 17 de julio de 1778 en sustitución de la imagen que desapareció en el incendio del año anterior"
"La talla actual presenta a la Virgen erguida, con el Niño en su brazo izquierdo. Tiene el pelo largo  y la cara de rostro dulce y ovalado, aunque de mirada inexpresiva. Su traje está tallado en madera y muestra túnica azul con flores rojas, capa roja y cinto dorado. Pero la mayor parte de las veces aparece vestida con sus ropajes, manto y corona, al igual que el Niño, que en la talla de madera está desnudo, mirando para su Madre y acercándole la mano, en su base hay tres querubines"
"El rostro de la Santina se restauró en el siglo XIX durante el obispado de Sánz y Forés, otro de los grandes impulsores del santuario, proceso que también se le hizo a toda la talla en los años 1971 y 1986. Pero es necesario incidir en un hecho, la figura es muy anterior, se trata de una talla del siglo XVI realizada en roble, el Niño se añadió en 1704. Cuando vino a Cuadonga estuvo primeramente en La Colegiata de San Fernando entre 1778 y 1820, antes de venir a La Cueva, cuando fue sometida a un primer retoque. Su aspecto actual es resultado de la reforma que le hizo en 1874 el imaginero valenciano Antonio Gasch"

"En el año 1918 la Santina fue coronada canónicamente y de ahí viene esa corona con aureola circular colocada sobre su cabeza, obra del orfebre asturiano Felix Granda Buylla" 
En 1936, al estallar la guerra civil, el Real Sitio es transformado en un gran centro hospitalario: en el Hotel Pelayo se tratan enfermedades infecciosas, la Colegiata de San Fernando ejerce de leprosería, la Casa Episcopal centro antivenéreo  y en el Hostal Favila hospital de soldados heridos. La imagen de la Santina fue sometida a diversos robos, su corona de plata, su flor de oro y su vestidura 
En el santuario no hay ya cultos pero la iniciativa de un grupo de personas republicanas logra preservar la imagen (Cuadonga fue también lugar de residencia de dirigentes republicanos apartados de sus hogares por la contienda)" 
"Tras diversas vicisitudes es guardada y custodiada en un armario del Hotel Pelayo, posteriormente sería llevada a Xixón, donde sería expuesta con otros tesoros artísticos custodiada en el Ateneo Obrero. Ante el deterioro del Frente Norte y con la orden de llevarla a la zona republicana del Levante, en Valencia, la Santina sale rumbo primeramente a Burdeos en septiempre de 1937, luego a Mont de Marsan y posteriormente a la embajada española en París. Haciéndose popular una copla que decía...                    
La Virxen de Covadonga 
ye pequeñina y galana 
marchóse con Quintanilla 
porque ye republicana"
 Eleuterio Quintanilla, dirigente anarquista bajo cuya custodia estaba la Santina, junto con todos las demás joyas artísiticas que la república deseaba preservar, aunque la iniciativa de Doña Ángeles-López Cuesta, esposa del diputado de Izquierda Republicana Luis Loredo fue absolutamente fundamental y determinante en este proceso de salvaguardar la imagen)" 
Al caer Asturias en manos de las tropas de Franco se inician las pesquisas para saber del paradero de la Santina, a la que muchos daban por destruida. Al final las gestiones hacen que aparezca en su exilio parisino en 1939, donde sus últimos meses de estancia en la "Ciudad de la Luz" los pasó presidiendo el santuario de la Misión Española en París. Acabada la guerra civil las autoridades vencedoras se hacen cargo de la embajada española y la Santina sale de París el 10 de junio de aquel año, en medio de una intensa campaña de publicidad, llega a la frontera de Hendaya al día siguiente, y en otras dos jornadas más entra en Asturias por Payares, desde allí se la lleva a hombros por diversas localidades asturianas y vuelve aquí, a su Cueva, el día 6 de julio de 1939..."
"La imagen anterior a esta, la que pereció en el incendio de 1777 tiene parece ser una "hermana gemela" que estaba en el monasterio de Cillaperlata, en Burgos, talla de Virgen sedente con Niño, del siglo XIV. No obstante no debía ser la anterior a esta tampoco la que supuestamente se veneraba en La Cueva Divina en los tiempos de Pelayo, sin duda, si hay evidencias de culto mariano desde los albores de la evangelización del lugar, por lo menos desde el siglo VIII, es fácil que por puro desgaste de los siglos hubiese habido a lo largo de la historia diversas tallas con la imagen de la Virgen, cuya primera advocación será la de Nuestra Señora de las Batallas, aunque hay quien asegura que aún hasta 1743 esta más antigua imagen aún se veneraba en el santuario..."
"... Como vemos, todo lo que rodea a este emplazamiento y sus símbolos, detalles y elementos tiene una apasionante historia que contar, siempre entre lo veraz y lo legendario o inescrutable..."
"La mesa del altar es de piedra pero presenta un relieve en bronce de la batalla de Cuadonga, de tres colores, las figuras divinas y los ángeles son dorados, el fondo y los ejércitos cristianos son en plata, y en bronce se representan los guerreros musulmanes"
"Detras de la Santina hay un retablo semicircular color metálico con varios reyes asturianos, como Pelayo, Alfonso I el Católico, Fruela, Alfonso II el Casto, Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III el Magno. Hay diversas arquerías con medallones que se inspiran en el prerrománico asturiano de la fase ramirense"
"No deja de sorprendernos tampoco la influencia del arte visigodo en las lámparas que penden del techo de La Cueva Santa. Esta parte del retablo y el altar es fruto de la mano del artista valenciano Juan García Talens"

Capítulo aparte es el de los mantos de la Santina, más de medio centenar, de diversos colores, algunos fruto de donaciones, los cuales se guardan en un armario de madera hecho expresamente para ellos. Se lavan en seco y nunca se planchan



Han de guardarse aireados y con deshumificadores, ya que son muy sensibles a la humanidad y a veces. antes de guardarlos, hay que ponerlos a secar varios días porque terminan empapados



Durante el invierno suelen evitarse lo mantos de terciopelo, pues pueden acabar especialmente deteriorados, prefiriéndose vestidos más ligeros menos propensos a las humedades. En días señalados se consensúa entre el Cabildo y las monjas de la fundación brasileña Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo encargadas, junto con uno de los dos sacristanes de La Cueva, de los ropajes de la Virgen



Existe la tradición popular de relacionar los colores de cada manto con los de determinados equipos de futbol... "va del Sporting, del Oviedo, del Real Madrid, del Betis, del Barça..." etc. etc. etc.



Tras nuestra visita a La Cueva la Santina, proseguimos ruta para conocer otros lugares de Cuadonga


Vamos pues ahora por este túnel, El Tunelón, abierto en 1908 para comunicar directamente La Cueva con el Hotel Pelayo y La Basílica con su explanada, el Hotel Favila y Les Cases de los Canónigos, frutos todos ellos de las obras de entresiglos


Altar a la izquierda...


El Tunelón es una larga galería, perforada en la misma roca...


Al fondo vemos la salida a la Explanada de la Basílica


A la izquierda una pila bautismal y una gran placa


Es el Himno a la Santina. Himno de la Virgen de Covadonga o Himno de Covadonga, con letra de 1918 del fraile agustino Restituto del Valle, escritor y poeta


La investigadora Susana Fernández Fernández publica en el periódico La Nueva España del 6 de septiembre de 2019 un interesante artículo titulado Nuevas aportaciones al Himno de Covadonga, en el que dice...
"La celebración, en 1918, del XII Centenario de la batalla propició en años precedentes que surgieran numerosas iniciativas de todo tipo, algunas verdaderamente disparatadas como la de derribar la colegiata de San Fernando, que felizmente no prosperó. Como es bien sabido, será don Fermín Canella, rector de la Universidad de Oviedo y cronista de Asturias, el que impulse definitivamente la conmemoración. Canella, significado “covadonguista”, asumió el reto, esbozando un ambicioso programa en el que incluía las más variadas manifestaciones artísticas, a cuyo fin desplegó una intensa actividad de la que daría cumplida cuenta en su imprescindible “De Covadonga. Contribución al XII Centenario”. 
Finalmente, la Junta Diocesana creada para la coronación de la Virgen de Covadonga se haría cargo de la ejecución de alguna de las propuestas, entre ellas la de elegir una partitura para el Himno Oficial del Centenario de Covadonga, convocándose al efecto un concurso nacional para poner música a la letra escrita por el agustino Restituto del Valle. 
Valle desarrollaba dos conceptos fundamentales: fe y patria, indisolublemente ligados entre sí y conjugados en la Virgen de Covadonga como representación de “los vínculos de nuestra unión y hermandad, el sentimiento del esfuerzo ordenado y común y de cuanto nos hace solidarios con la tradición histórica y con toda la vida nacional”, subrayando el significado de la devoción a la Santina y haciendo hincapié en el poder evocador de su santuario para todos los españoles. 
Al concurso fueron presentadas catorce obras, de las cuales el jurado, presidido por Tomás Bretón, seleccionó tres, cuyos autores eran Ignacio Busca de Sagastizábal, que fue finalmente el ganador; el padre jesuita Nemesio Otaño y José María Beobide. No es casual que se tratase de tres compositores y organistas guipuzcoanos ‒naturales de las villas de Zumárraga, Azcoitia y Zumaya, respectivamente‒ de gran prestigio, especializados en música religiosa y asiduos participantes en este tipo de certámenes, lo que venía a poner de relieve de forma verdaderamente abrumadora una gran tradición y pujanza de la música coral vasca que llega a nuestros días, a lo que se añadía la acendrada religiosidad, dentro de la más estricta ortodoxia católica, de la gran mayoría del pueblo vasco, factores todos ellos que hacían de los músicos de esa procedencia candidatos idóneos para asumir con solvencia un reto de esa naturaleza. 
En contraste, no deja de ser llamativo, tratándose de un tema tan íntimamente vinculado a la esencia de Asturias, que no haya noticia de que alguno de los más destacados compositores regionales de la época, cualificados representantes del nacionalismo musical asturiano ‒con un Baldomero Fernández en el cénit de su trayectoria como máximo exponente‒, no participara en una ocasión tan propicia para poner en práctica sus postulados. La aportación asturiana se redujo a la obra que, con letra del presbítero Enrique García Rendueles y música del maestro Eulogio Llaneza, fue editada aquel mismo año y de la que ya nos ocupamos en su entrada del catálogo anteriormente reseñado. 
Busca de Sagastizábal, avezado en ese tipo de concursos, había interpretado con total acierto las bases de la convocatoria que, de forma insistente, subrayaba la condición de que se tratase de un himno eminentemente popular ‒“la ‘fattura’ […] ha de ser de carácter vibrante y puramente popular”; “el ‘coro general’, melódico popular y de buen fondo armónico”; que “la primera estrofa […] resulte popular”; “la parte melódica del ‘coro general’ ha de ser siempre la misma, con objeto de no entorpecer su carácter popular”‒ y que la obra en su conjunto cumpliera ese requisito con el objeto de que fuese del gusto de los feligreses"

Seguimos avanzando por El Tunélón


La oscuridad de tan profunda galería, como la de una mina, era enorme



Por eso en 1944 se abrió un hueco en el túnel, entrando luz al interior, hueco donde se colocó El Calvariu la Gruta, o de las tres cruces



Es también un buen mirador hacia la Basílica y el Monte Priena con La Cueste Xinés y La Maderada...



Abajo los tejados de la Colegiata de San Fernando y de la Casa de Ejercicios


Del Calvariu la Gruta proseguimos por El Tunelón adelante


Velas de los fieles, ahora convenientemente apartadas del altar de la Santina


Y ya salimos al exterior hacia la llamada Explanada de la Basílica


Aquí a la derecha, jardines y una placa


Es la que conmemora la recitada visita del Papa Juan Pablo II



Otra vista de La Basílica y  Monte Priena, con la Casa de Ejercicios. obra de posguerra que imita la arquitectura de la Colegiata de San Fernando, a nuestros pies


A la izquierda el Gran Hotel Pelayo, otro símbolo de la historia y del presente del Real Sitio, ya que, se puede leer en El Camino de Gijón a Covadonga.
"Este hotel está directamente relacionado con la construcción de este santuario: al conseguir Federico Aparici la aprobación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, este se enfrasca en otros nuevos proyectos, como es el de la construcción de un buen hotel para peregrinos y visitantes, diseñando su planificación en 1891 para una obra que empezará al año siguiente, aunque como en el caso de la Basílica, no con el ritmo esperado, faltaba presupuesto y mano de obra para tan magna empresa, aunque al final fueron contratándose muchos trabajadores, gran cantidad de ellos canteros, que vinieron a vivir aquí, siendo este el origen de la popular canción "Canteros de Covadonga" de la que hablábamos en La Riera..."

 "...En 1901, al acabarse los trabajos del nuevo templo, se aceleran los del nuevo hotel, al traspasarse operarios de una obra a la otra. Aparici visita el santuario para rematar su acondicionamiento con vistas a su consagración en septiembre y atiende a la labor pendiente en el hotel, la cual estaba acompañada de una reforma integral en todo el Real Sitio, hecha de la mano del ingeniero de la Jefatura de Obras Públicas Víctor García de Castro. Ahí se incluye allanar todo el terreno delante de la Colegiata (origen de la Explanada) y hacer un muro hasta el hotel, perforar El Tunelón para acceder a la Cueva desde esta nueva explanada y arreglar la entrada por la carretera desde la Cueva colocando dos grandes pilares de piedra con diseño de Aparici, que décadas más tarde con las reformas de García Lomas serían llevados a El Repelao, a la entrada del puente, junto al que pasamos. El hotel dispone de todas sus estancias y mobiliario interior en 1908, siendo inaugurado en junio de aquel año"

Y ya tenemos enfrente La Explanada


Hasta aquí llega la carretera y aquí llegan también la senda del monte, que parte de Muñíu, y la Ruta de las Peregrinaciones (GR-105)


Y a nuestra derecha vemos ahora la fachada posterior del Gran Hotel Pelayo, , que se hizo realidad gracias al crédito sin interés para acabar sus obras del financiero Policarpo Herrero (fundador en 1911 del Banco Herrero), siéndole otorgada por el Cabildo la concesión a Enrique Álvarez Victorero, referente hotelero asturiano como hijo de Leonor Victorero de Álvarez, que regentó el ovetense hotel La Colunguesa, pero con una amplia biografía propia que aún iba a desarrollar exponencialmente

Así escribe el mencionado Pérez Pimentel:
"Hotel soberbio, a tres horas de la cumbre de Peña Santa, al pie de los Picos de Europa, en pleno Parque Nacional, con precios de Oviedo y Gijón; mejor atendido que muchos de la Corte; excelente cocina y exquisita repostería; cave de primera y su dueño, émulo de Brillant-Savarin, políglota, alpinista enragé, dilettanti...y ainda mais, no es cosa para pasarla en silencio. En ciudades de importancia no es fácil hallar todas estas condiciones reunidas en un Hotel. Así se explica el asombro de los viajeros, ante hotel y hostelero. El Hotel Pelayo y su Gerente, son dignos uno de otro!"

De frente La Explanada o Explanada la Basílica, el antiguo Hostal Favila, construido con los criterios del arquitecto Miguel García Lomas y Mancobas a raíz de la gran promoción de Covadonga en 1918 con la Coronación Canónica de la Virgen y la declaración del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, el primero de España. Ello causó que se hiciesen necesarias más plazas que las que hasta entonces ofrecía el Gran Hotel Pelayo y a un precio más asequible, existiendo luego únicamente la Casa de Novenas (Hospedería de La Gruta) y la Fonda la Roxa para clases medias y populares


Gracias a un donativo de 100.000 pesetas del indiano-benefactor Rafael Fabián, de Villamayor (Piloña), que un mes antes había donado un altar de mármol para la Basílica, las obras arrancaron en diciembre de 1920. Pese a que siguieron llegando donaciones en 1924 la situación era precaria, por lo que, ante la escasez de fondos, se creó una comisión para recaudación de capitales, emprendiéndose incluso un viaje propagandístico por Puerto Rico y La Habana, en el que participaron don Samuel Fernández Miranda, magistral de Covadonga, el doctoral don Manuel Loredo Somonte, el conde Rodríguez Sampedro y el arquitecto Miguel García Lomas, quienes antes de partir, fueron recibidos en palacio por Alfonso XIII, consiguiendo además el apoyo de la Diputación, pero al año siguiente se volvió a acabar la financiación, parándose las obras tres años más


Nuevas aportaciones fueron insuficientes, por lo que el Cabildo solicitó un empréstito al que se se sumaron suscriptores particulares y anónimos, entre ellos el Patronato Nacional de Turismo, que aportaría una subvención anual, logrando inaugurarse el domingo 9 de agosto de 1931, con la bendición del Abad, don Manuel Tamargo, y diversas autoridades y benefactores, a quienes don Manuel felicitó en el posterior banquete


El proyecto y diseño, de clara inspiración regionalista, fue de los arquitectos del santuario Miguel G. Lomas y Urbano Manchobas, haciéndolo realidad Inocencio Niembro y Emilio González Capitel. En la memoria del proyecto los citados arquitectos exponen que:
“Existe en Covadonga un factor que influye decisivamente en el emplazamiento de los edificios y es el carácter del lugar, (...) Más siendo las exigencias de nuevas construcciones, deben éstas ocupar un lugar discreto (...) La proximidad a la Cueva y Basílica se requiere para facilitar a los peregrinos la asistencia a los cultos. La proximidad a la zona habitada por los Canónigos es requerida por la vigilancia.(...) El único lugar que reúne las condiciones expuestas es el elegido (...) La fachada posterior de un edificio allí emplazado tendrá vista desde la estación y al comienzo de la cuesta; pero no alterará la contemplación aislada de la basílica, que puede efectuarse momentos antes de llegar el tren al Repelao (...) En las restantes fachadas, y muy especialmente en la Norte, las vistas son espléndidas, contribuyendo a ello la conformación del terreno elegido"

Nacido con la idea de albergar hasta 200 alojados, cumplía así el deseo manifestado por Pérez Pimentel, pionero del turismo asturiano, del que el investigador Suárez Botas, en el libro  Hospedajes históricos entorno al santuario de Covadonga. extrae este emotivo texto:
"...Covadonga reclama con urgencia la satisfacción de tres necesidades. Necesidad primera: Hospedajes! Segunda: Hospedajes! Tercera: Hospedajes! Antes de terminar el Hostal Favila, obra grandiosa, urge hacer albergues rápidos: desmontables si preciso fuera. Hoy, el viajero rico, encantado; el vanidoso, item; pero... ¿y el pobre a quién el corazón mueve a estar días y días saturando su alma de paz en aquél Santuario y el bolsillo obliga a estar cuatro horas solamente? Y... unos y otros, en días señalados ¿dónde se albergan?..."

Por Suárez Botas sabemos también que ocuparse del hostal no era nada fácil, su tamaño y la necesidad de precios económicos hizo en en abril de 1940 su propìetario, el Cabildo de Covadonga, lo arrendase a Encarnación Fernández Doral, propietaria del ovetense Hotel Principado, pero surgieron diferencias y el contrato se rescinde pasados muy pocos meses, en octubre


A posteriori fue Seminario Menor y en la actualidad es sede de La Escolanía y del Museo de Covadonga, el tradicionalmente conocido como el Tesoro de la Santina, expuesto antes en la Sala Capitular, enfrente de la Basílica, y traído aquí después de la celebración del centenario de dicha basílica en 1901, en este edificio histórico especialmente acondicionado para albergar las que fueron las ofrendas de los fieles a la Virgen


 Unas son valoradas por su interés histórico y artístico y otras por el sentimental, cientos y cientos de piezas de todas las clases, entre las que podríamos reseñar, por ejemplo, las coronas de la Virgen y el Niño, obra como hemos dicho del prestigioso orfebre Félix Granfa Buylla


 También se expone una carta del Papa Juan XXIII, un cáliz de plata del siglo XVI, una custodia del mismo metal, el pectoral y anillo del cardenal Guisasola, un Cristo de marfil de San Francisco de Borja, obsequio de Felipe II, una purísima de marfil, que fuese del santo asturiano San Melchor de Quirós, hábitos litúrgicos, los mantos de la Virgen de los que hemos hablado, al igual que numerosos cuadros, grabados, estampas de estos lugares, sus santuarios, historia, paisajes y personajes, entre los que no podían faltar Pelayo y otros reyes asturianos, obra de Madrazo, Frassinelli, ec.
El cabildo, propietario del inmueble, va a
arrendar su explotación. No debió de ser fácil su
andadura, por el tamaño del inmueble y la ne-
cesidad de ofrecer unos precios económicos, por
lo que muy pronto surgieron problemas que lle-
varon a su utilización primero como Seminario
Menor, y después como residencia de la Escola-
nía. Existe un contrato de arrendamiento que se
firma en abril de 1940 y que se rescinde en oc-
tubre de ese mismo año entre el cabildo y En-
carnación Fernández Doral, (propietaria del
Hotel Principado de Oviedo), para llevar el ho-
tel Pelayo y el hostal Favila. La falta de enten-
dimiento se produce por desacuerdos con el ser-
vicio que debía darse en este hostal, que no era
el que pretendía la arrendataria.42 En la actua
El cabildo, propietario del inmueble, va a
arrendar su explotación. No debió de ser fácil su
andadura, por el tamaño del inmueble y la ne-
cesidad de ofrecer unos precios económicos, por
lo que muy pronto surgieron problemas que lle-
varon a su utilización primero como Seminario
Menor, y después como residencia de la Escola-
nía. Existe un contrato de arrendamiento que se
firma en abril de 1940 y que se rescinde en oc-
tubre de ese mismo año entre el cabildo y En-
carnación Fernández Doral, (propietaria del
Hotel Principado de Oviedo), para llevar el ho-
tel Pelayo y el hostal Favila. La falta de enten-
dimiento se produce por desacuerdos con el ser-
vicio que debía darse en este hostal, que no era
el que pretendía la arrendataria.42 En la actua-


El cabildo, propietario del inmueble, va a
arrendar su explotación. No debió de ser fácil su
andadura, por el tamaño del inmueble y la ne-
cesidad de ofrecer unos precios económicos, por
lo que muy pronto surgieron problemas que lle-
varon a su utilización primero como Seminario
Menor, y después como residencia de la Escola-
nía. Existe un contrato de arrendamiento que se
firma en abril de 1940 y que se rescinde en oc-
tubre de ese mismo año entre el cabildo y En-
carnación Fernández Doral, (propietaria del
Hotel Principado de Oviedo), para llevar el ho-
tel Pelayo y el hostal Favila. La falta de enten-
dimiento se produce por desacuerdos con el ser-
vicio que debía darse en este hostal, que no era
el que pretendía la arrendataria.42 En la actu

Saliendo también de El Tunelón, entrada a la Santa Cueva desde los aparcamientos de La Explanada, vemos arriba otro monumento histórico: La Campanona


De ella escribíamos en El Camino de Gijón a Covadonga:
"La Campanona, monumental campana que se divisa desde toda la Explanada, situada aquí en lo alto. Se hizo en el año 1900, donación del conde italiano Sizzo Noris, ingeniero tirolés que vino a Asturias a participar en proyectos ferroviarios, y de Luis González Herrero, fundida en La Felguera, pesa cuatro toneladas y mide más de tres metros de alto. Participó en la Exposición Universal de París de 1901 ganando un primer premio y medalla de honor..."
" La Campanona muestra unos trabajados relieves, obra de Xavier Sortini, inspirados en motivos de la Divina Comedia de Dante, con temas del Juicio Final, las Cruzadas, Papas, Dios, la Virgen, San Pedro y San Pablo..."

 "Arnaldo de SizzoConde de Sizzo Noris, tuvo entre sus proyectos ferroviarios el de un tren de ancho normal que comunicase el Valle del Nalón con la línea León-Gijón, su idea era buscar salida comercial directa a la meseta del carbón de esta cuenca minera. La sociedad creada consiguió la concesión pero no así la subvención estatal esperada para que esta vía echase a andar, por lo que se transfirieron sus derechos a otra compañía. En 1894 fundó con la Compañía de Asturias en La Felguera, que es donde se fundió esta Campanona. La compañía competía algo con Duro y Cía y, aunque fabricaban diferentes productos, la del Conde fue absorbida por la de Duro, luego llamada Duro Felguera. Allí, Los Talleres del Conde aún conservan en su nombre la memoria del emprendedor aristócrata centroeuropeo"


Desde allí podemos tener una vista espectacular de la gran explanada de la Basílica


Bajo La Campanona, y enfrente del que fue Hostal Favila, la Oficina de Información


Es una muy buena referencia para subir a La Campanona, pues a su lado están las escaleras


Más allá de las escaleras, en el límite de La Explanada hay un edificio singular, La Torre, construido dentro de las grandes reformas de principios de los años sesenta


Esta hecho en la clásica piedra rojiza del estilo Covadonga y fue durante años cuartel de la Guardia Civil. Por ahí entran en Covadonga quienes han tomado la senda del puente peatonal de Muñíu y los que llegan, procedentes de Següencu, siguiendo la Ruta de las Peregrinaciones G.R. 105


Sus ventanas y saeteras le dan, como a toda la obra del Real Sitio, un marcado aire historicista


Como nota curiosa el escudo de España de su fachada tiene un detalle singular: sus cuatro campos están divididos por una gran Cruz de la Victoria, según una propuesta que se hizo para que fuera incluida a nivel oficial


Vamos pues a subir las escaleras a La Campanona


Escaleras, motivo que sin duda caracteriza el final caminero de esta última etapa del Camín a Cuadonga


Un rellano con buenas vistas


A la derecha otra estampa del Hostal Favila- Extraemos del recitado trabajo de Suárez Botas estas interesantes observaciones
"El edificio, de claro estilo regionalista, tiene planta rectangular, con cuatro cuerpos salientes en los extremos y uno central que se prolonga hacia la fachada norte con un remate curvo, que le confiere aspecto de nave. Los cuerpos citados, con su terminación en torre, y sus cubiertas a cuatro aguas con pronunciado vuelo, a lo que se suma el clásico corredor de madera entre cortafuegos, confieren al edificio su marcado estilo... (...) "

Y prosigue:
"En la planta baja se encontraban las dependencias sociales alrededor de un gran vestíbulo distribuidor; en el ala este el salón y el café, y en el oeste un comedor dividido en dos grandes compartimentos. Y en las tres plantas superiores, las veintiséis habitaciones del hotel, con una capacidad para cincuenta camas. El establecimiento se monta con sencillez y confort aunque sin lujos, pues estaba destinado a un público popular y de clase media, y preparado para alojar a un gran número de personas, utilizándose con frecuencia como residencia y lugar de celebración de ejercicios espirituales"

Con La Torre al fondo subimos ahora a la izquierda


Otra buena retahíla de escalones de piedra...


Subiendo admiramos toda La Explanada hasta la imponente basílica que recorta su silueta ante la ladera del Monte Xinés y La Maderada, un lugar del monte donde aún resuenan los épicos avatares de la Batalla de Covadonga, al querer la tradición ver el sitio desde el que se arrojaron a los moros troncos y piedras, tal y como afirma un dicho popular...

Desde La H.uente Collía
hasta La Riega la Guxana
siete años corrió sangre
de xente villana


El aspecto actual de La Explanada, o La Explanada la Basílica, es el resultado de las obras que se realizaron en este cueto de El Boscón a lo largo de todo el siglo XX y que formaron posteriormente parte de un ambicioso plan de restauración tras la Guerra Civil bajo la dirección de Luis Menéndez Pidal, por encargo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siempre con la idea de que se pudiesen seguir desde esta llanura los oficios religiosos


La configuración de este espacio, tal y como se ve hoy en día, es consecuencia de las obras de reconstrucción primero, y de reurbanización después, de todo el Real Sitio, culminadas en los años 70 del siglo XX, cuando se quitaron las antiguas viviendas de los canónigos y se edificaron estas nuevas construcciones, enfrente de las cuales la ancha explanada dispone de zona de aparcamientos, parada de autobuses y jardines



En el gran edificio central están las actuales casas de los sacerdotes, en cuyos bajos hay tiendas de recuerdos, cafetería, servicios y oficina postal de Correos

No olvidemos que Cuadonga era un lugar angosto y de difícil acceso, y que hasta abades y canónigos residían en La Riera. Mucho han cambiado las cosas desde que Alfonso XII lanzase el primer barreno para la construcción de la Basílica en 1877, antecedente de la transformación del lugar


Las escaleras acaban en El Hórreo, donde hay bar


Seguimos a la izquierda...


Y en este rellano caminamos por la terraza


Desde aquí, otra magnífica vista de La Explanada, con el Hotel Pelayo a la derecha


El bar, desde la terraza


Y el hórreo que le da nombre (los hórreos, en contra de lo que mucha gente cree, puede tener más de cuatro pegollos, serían los moños del tejado la diferencia


Bifurcación de sendas y hacia arriba a la derecha


En el esplendor del bosque de Covadonga


Y allí está La Campanona


Y aquí está ya La Campanona. Podríamos decir sin miedo a equivocarnos que casi se ve mejor desde abajo que estando al lado


Un estrecho pasillo de piedra conduce a ella


Está cerrada por una verja en medio de un estrecho pasillo con dos robustas columnas-soporte que casi la tapan. Pero el lugar es un maravilloso mirador sobre esta parte de Covadonga


Otra excelente vista de la Basílica


Si nos fijamos veremos el zigzagueante camino que sube a su cima, La Cruz de Priena o de Pelayo


Y otra muy buena vista del Gran Hotel Pelayo, del que una afamada guía turística de 1915, la de Nava Valdés, decía:
"Covadonga cuenta con el magnífico “Hotel Pelayo”, regentado por D. Enrique Victorero, uno de esos hombres que poseen el talismán de hacerse simpáticos. Es gran sportman, viajó continuamente, y como alpinista infatigable decidió vivir en un verdadero centro para hacer gratísimas las horas a los que tienen la dicha de visitar estos lugares. Esta es una nota interesante para el turista"

La investigadora Gracia Suárez Botas resalta el interesante detalle que en en el salón de lectura no había periódicos, ni nacionales ni extranjeros, pues su gerente se preocupaba del amargor que causaban en sus clientes, de vacaciones, las malas noticias. Por ello solo había revistas y libros de excursiones, según datos de otro cronista del complejo, el periodista y escritor Gabriel Briones, quien dice que la vida en este hotel era aún más cómoda que en los países alpinos. Los clientes por la mañana iban a La Cueva a misa o a rezar, ver la tumba de Pelayo, o a la Basílica a oír música de órgano, o emprendían excursiones


Justo al pie del camino a La Campanona, mesa y bancos para sacar los bocadillos...


Y desde ellos otras magníficas panorámicas de La Explanada


El Monte Priena domina la escena


Encantos de Covadonga


Vamos a ir ahora a recorrer toda La Explandada hacia la Basílica, que por sus trazas y dimensiones semeja una verdadera catedral


Volvemos a bajar por donde hemos subido, hacia la Oficina de Información


Cruzamos, por ejemplo a los jardines de la derecha, dignos también de conocer


Un precioso paseo entre setos, arbustos, césped y flores


Es este un precioso paseo enlosado que nos permite, incluso en jornada de mucha afluencia, recorrer La Explanada en un entorno verde y natural



Banco de hierro forjado


A la izquierda las casas de los sacerdotes y los bajos comerciales


El paseo ajardinado va subiendo un poco, escalonadamente


A la derecha otro lugar muy importante


Rodeada de setos y arbustos, en un rincón apartado y lleno de natural belleza, la Fuente del León, donde aparece la fecha de 1896


 Se trata del año de nacimiento del arquitecto Luis Menéndez-Pidal y Álvarez, la cual aparece tallada también en La Fuente'l Matrimoniu, no que las fuentes sean de esa fecha, pues corresponden a las obras dirigidas por él en la posguerra


Hay unas inscripciones que dicen que en 1777, reinando Carlos III, se hicieron las escaleras, los paredones de la iglesia, los puentes del molino, y la calzada a Covadonga


El león, en bronce, que da nombre a la fuente



Y seguimos todo recto atravesando el jardín de La Explanada


Más adelante, a la izquierda y mirando a la Basílica, la Sala Capitular del monasterio de San Pedro, con biblioteca y salón de recepciones


Llegamos así al final del camino del jardín...


Y ya estamos al pie del gran santuario basilical


Impresionante vista de la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, de gran nave central y ábsides escalonados, cubierta con aristas, crucerías en el crucero, y estas dos altas torres en la fachada oeste, con pórtico de triple arco, albergando en su interior diversos tesoros artísticos y arquitectónicos


Esta portada oeste mira a La Explanada, pero el templo está rodeado por un amplio pasillo que hace de gran mirador...


Magnífico balcón sobre Covadonga que mira al Monte Auseva, con el bosque de La Matona Covadonga y el Hotel Pelayo,  que llegó a ser la sede del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, inaugurado aquí con Alfonso XIII y Victoria Eugenia el 8 de septiembre de 1918, conmemorándose además el XII centenario de la Batalla de Covadonga (fluctúa entre el 718 y el 722)


Esto hace que el hotel sea centro de rutas y excursiones por Los Picos. En 1916 ya disponía incluso de tres coches y se construye un garaje. Victorero, que era además cuñado de Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, impulsor del Parque, estará al frente del negocio hasta que en 1930 sea sustituido por quien fuese jefe de cocinas del Palace de Madrid, Julián del Oro


Vista de la gran fachada del monasterio. Allí estuvo hasta hace años el Museo de Covadonga o Tesoro de la Santina


Vamos a recorrer ahora el gran paseo-mirador alrededor de la Basílica


Nos dirigimos pues a la derecha


 Es un paseo ancho y enlosado que divisa todo el valle


Empezamos a ver, a la izquierda del Gran Hotel Pelayo, La Cueva...


La Cueva con la Santina y su ermita, así como la torre de la Colegiata de San Fernando y la Casa de Ejercicios



La Casa de Ejercicios, que es realmente lo que vemos primeramente, es otra de las obras de Pidal, construida entre 1953-54, en un bloque gemelo a lo que es La Colegiata propiamente dicha, y con la que está comunicada por un paso elevado. Está dedicada a los retiros espirituales pero también ofrece hospedería


Vamos a avanzar unos metros más, hasta donde el pasillo se estrecha


Aunque en la distancia puede costar diferenciarla de la Casa de Ejercicios, ya reconoceremos mejor la Colegiata de San Fernando, con su torre incrustada en la misma peña, uno de los elementos más antiguos del conjunto de Covadonga que ha llegado a nuestros días


De ella decimos así en El Camino de Gijón a Covadonga:
"Es también al tercer rey de Asturias, Alfonso I El Católico, a quien se le atribuye la fundación en Cuadonga de un primer monasterio de frailes benedictinos, que en el siglo XIV pasarán a ser agustinos, pero poco es lo que se sabe con certeza de este edificio hasta el siglo XVI, cuando se levanta la Iglesia de San Fernando, justamente al lado mismo de La Cueva, a su derecha, pegada a la peña y en el mismo borde y arranque de la actual Escalera les Promeses..."
 "... Aquel nuevo templo erigido bajo el mandato del obispo Diego Aponte de Quiñones entre los años 1585-99, era sin duda una reedificación integral de otro antiguo, se trata de un conjunto formado por iglesia y otras dependencias residenciales. Es de planta rectangular, dispuesta alrededor de un precioso claustro..." 

"... Este templo fue destruido en parte por un peñón caído del monte en 1868, pero pasó rápidamente a ser restaurado atendiendo al modelo original. De aquel tiempo es La Hospedería Fonda de la Gruta. La reconstrucción impulsada por el entusiasta obispo Sánz y Forés le terminó añadiendo un cuerpo más. Dentro hay un retablo barroco que vino del monasterio de Santa María de Valdediós. Hay una talla de la Virgen con el Niño con manos y cara tallados en alabastro por el escultor Juan Samsó y Negly a finales del siglo XIX, así como un lienzo de San Fernando, de la escuela sevillana de mediados de aquel siglo. Roberto Frassinelli diseñó su sillería en 1876..."
"... En el lado del oeste, arrimada a la roca, está la cripta con los sepulcros de los abades, en el piso bajo. En la planta alta hay una galería de corredor. En el bajo del lado norte se sitúan el recibidor, el despacho y los pasillos mientras arriba se encuentran las habitaciones. En la cara este se alberga la biblioteca, en la planta baja, así como la sala capitular y la sacristía, arriba son el salón, el despacho y más dormitorios, existiendo aún un piso más bajo que hace las veces de almacén..."

"... Es mirando hacia el sur donde se halla propiamente la colegiata, de una nave cubierta con bóveda y torre de planta cuadrada con cuatro pisos (...).   La Real Colegiata de San Fernando hubo de ser restaurada (1950), al igual que todo el conjunto monumental del Real Sitio de Covadonga, por el arquitecto Luis Menéndez-Pidal"

A ambos lados, en la peña, las dos grutas de la pared vertical de esta montaña: a la izquierda la Cueva de Cuadonga y a la derecha el Calvariu de Piedra o Calvariu les Tres Cruces, abierto en 1944



La Santina y los fieles...



Ahora llegamos justo detrás del ábside de La Basílica,



Vamos desde aquí entonces a mirar más abajo, en medio del valle, a la izquierda


Es la boscosa vega del Parque del Príncipe, por donde hemos subido y donde se unen los ríos Auseva o Deva y Reinazu, bajo el cruce de la célebre Carretera los Lagos, que sube montaña arriba, hacia ellos, en el corazón del Cornión, el macizo occidental de los Picos de Europa


A la derecha, justamente antes de la Entrada los Leones, La Casina, Institución Teresiana de Covadonga, fundada en 1911 por Pedro Póveda Castroverde, que en 1906 fue nombrado canónigo en Covadonga, donde permaneció siete años


Un poco a la izquierda La Casa de los Ingleses, ingenieros de las minas de Buferrera, al lado de Los Llagos. Hoy en día es  restaurante


Enfrente al otro lado de la carretera las tiendas de souvenirs y a la izquierda de la foto el Merendero de Covadonga


Abajo Les Cases de los Músicos, que veíamos desde El Mesón. Entre estas y la Casa los Ingleses baja el Reinazu. En este cruce está la Rotonda del Peregrino, así llamada por la Hospedería del Peregrino, que vemos a a la izquierda de la foto


Era la antigua Fonda la Roxa, construida y abierta finales del siglo XIX, siendo entonces propiedad del Cabildo, el cual se hallaba consagrado a la construcción del Camarín de la Virgen de Roberto Frassinelli con el patrocinio de Sanz y Forés


Visto el valle, volvemos a La Explanada, con intención de visitar el interior de La Basílica


La cerradísima curva de la carretera, el Hotel Pelayo y el Jardín del Príncipe


Ya estamos de nuevo al pie de las torres


Nos dirigimos a su gran portada


Placa en la fachada del Instituto Geográfico Nacional


Triple arquería de acceso y portada, imitando el arte románico dentro del patrón historicista imperantes


Capiteles de tema vegetal


Al entrar vemos la majestuosidad de las tres naves del edificio, la central sensiblemente más alta que las laterales


Todo ello concebido según la antigua norma románica, cada nave da paso en la cabecera a un altar. En medio el altar mayor, a los lados, más pequeños, los laterales


El altar mayor, con la Cruz de la Victoria y, atrás, una serie de ventanas de arco de medio punto, muy alargadas, que hacen que entre buena luz del exterior


Abajo, en una arqueta, están las reliquias de San Melchor de Quirós, el único santo asturiano, y San Pedro Poveda,el fundador de la Institución Teresiana de Covadonga


Imagen de Nuestra Señora, patrona de esta Basílica de Santa María la Real de Covadonga, obra de Juan Samsó (s. XIX)


Altar lateral izquierdo, dedicado a San Melchor de Quirós


Altar lateral derecho


Escultura de San Pedro Poveda, obra de 2007 de Vicente Menéndez Prendes-Santarúa


Grupo escultórico de la Virgen del Rosario y Santo Domingo de Guzmán, de finales del siglo XIX o principios del XX


Panel explicativo


El órgano es moderno, del año 2001


Volvemos al exterior


Salimos a la Explanada...


Enfrente, otro monumento notable


El Monumento a Pelayo, obra en bronce de 1964 de Gerardo Zaragoza


Sobre él una gran Cruz de la Victoria...


Tras él La Cueste Xinés y La Maderada en la falda sur del Monte Priena


La Cruz de Priena en lo alto


La estatua ante la Basílica



Desde aquí recorremos de nuevo La Explanada la Basílica


Y desde los jardines, vamos a bajar, por estas escaleras


Y vamos a visitar, bajo la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, la cripta


Aquí está la entrada


Otra portada de estilo neorrománico


Y otra en el interior, con una Cruz de los Ángeles en el tímpano. A la izquierda un gran confesionario


Vidrieras que le dan buena luz natural


La cripta y sus bóvedas. A la izquierda imagen del Sagrado Corazón


Las obras de la cripta estuvieron al cargo de Roberto Frassinelli, siendo lo único que queda en Covadonga hecho por este legendario entusiasta del arte, la historia y el paisaje de los Picos de Europa y su entorno


El barreno que en 1877 disparó Alfonso XII inaugurando el comienzo de las obras de esta basílica lo hacía en concreto en los trabajos de esta cripta, su fase inicial


El altar, de mármol, fue donado por un indiano, Antonio Monasterio, asturiano residente en Cuba


En él, vemos una escultura de la Virgen con el Niño, en un baldaquino



De la cripta saldremos de nuevo afuera


Y seguiremos bajando escaleras


Llegamos a la carretera...


Y cruzamos hacia el Gran Hotel Pelayo


 Atravesamos el parking...


Y pasamos frente a la entrada principal y el restaurante


La calle nos lleva a la izquierda, hacia la Casa de Ejercicios


Vemos el alto muro sobre la carretera


Seguimos la bajada a la izquierda de la Casa de Ejercicios


También con bellos jardines


De frente abajo, volvemos a La Entrada de los Leones y El Pozón


Pero antes tenemos otro interesante elemento a nuestra derecha


Esta es la plaza triangular entre la Casa de Ejercicios y la Colegiata de San Fernando. Este canapé de piedra fue colocado también por Luis Menéndez-Pidal y Álvarez, basándose en el que fue canapé del abad Campomanes, que en 1777 estaba pegado al muro de la Colegiata, donde existió uno de los establecimientos pioneros en el alojamiento de peregrinos y visitantes


No sería hasta el siglo XVII, con el patronato de Felipe IV, cuando, dentro de las reformas del Cabildo, cuando se remplaza a los agustinos, se aumenta el número de canónigos y se hacen las primeras casas para que los clérigos vivan aquí y no en La Riera, así como se estipula hacer una hospedería para peregrinos, así se crearía como vimos El Mesón, del que hemos hablado al venir, en la más pura tradición de los antiguos hospitales de peregrinos


Pero la acogida tradicional de romeros iba a cambiar con la mejora de las comunicaciones, incluso con la diligencia y hasta con el ferrocarril como hemos visto, y el impulso del lugar con el obispo Sanz y Forés, que auspicia la construcción de la que sería La Fonda de la Gruta adosada a la Colegiata de San Fernando, donde antes estaba la Casa de Novenas, en la que los peregrinos permanecían, según precepto religioso, nueve días en oración antes de las festividades marianas, lo que sentaba un precedente de tradición hospitalaria


Esta institución de hospedería se construye entre 1876 y 1877. En la obra Asturias Félix Pío de Aramburu escribe así:
"Otra de las obras realizadas por el mismo Prelado fue la hospedería, obra indispensable en sitio tan visitado, y aunque la aludida construcción (consistente en un cuerpo estrecho y prolongado, que forma ángulo con la fachada principal de la Colegiata, y consta de planta baja, con cuadras y otras dependencias, y un piso alto dividido en habitaciones) es deficiente por su cabida y humilde en su interior como en lo exterior, fue la mejora muy oportuna y estimable"

Desde la Colegiata de San Fernando vamos completando nuestro circuito alrededor de Covadonga...


Bajamos otro buen tramo de escaleras...


A la izquierda, la Senda Fluvial de Covadonga, por donde llegábamos al pie de la Santa Cueva


La explanada enfrente de El Pozón


Seguimos carretera abajo


Volvemos a ver, al pasar, La Cueva y El Pozón


La Entrada los Leones, aquí tenemos dos opciones, bajar por la carretera hacia la parada del autobús, dando por finalizada nuestra travesía andariega, visitando, de cerca La Casina, las tiendas de recuerdos, las casas de comidas... o tomar el camino que se dirige al corazón de Los Picos de Europa, la Ruta de la Reconquista una muy buena ruta para continuar, por ejemplo, hacia Santo Toribio de Liébana...





































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