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martes, 9 de junio de 2020

LA RIERA:UN OBISPO SE HACE PIEDRA Y LOS CANTEROS CORTEJAN A LA TABERNERA. CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (21)

Mapa del camín en La Riera


Entrando en La Riera


Deja el peregrino la parroquia canguesa de Abamia, saliendo de El Bosque y Sotu Cangues para entrar en la de La Riera, otro lugar del valle del Ríu Deva, que nace al pie de la Cueva la Santina, muy vinculado por la historia, la tradición y la leyenda, con Cuadonga o Covadonga, pues durante siglos hasta sus abades vivieron aquí, como pronto veremos. Estamos bajo el monte de Cezures, donde nace El Regueru Cezures o Citures, que, al desembocar en el Deva, hace de frontera parroquial


En este tramo el camín, totalmente llano, coincide con la carretera AS-262, no pocas veces con abundante tráfico, pero que cuenta con una buena acera y senda peatonal que hace de este trayecto un verdadero paseo. Aquí, tras la larga y famosa Recta del Bosque, hay una curva cerrada a la izquierda, para salvar un pequeño paso o desfiladero al pie del Monte Cesures o Citures


Pasamos al pie de unos peñascos con caprichosas formas pétreas, es el Picu del Obispu Don Opas, en el que dice la leyendas quedó petrificado por castigo divino este otro de los míticos personajes del escenario de la no menos mítica Batalla de Covadonga, figura de extraño origen histórico, presente en las crónicas de la batalla mozárabe y de Alfonso III, prelado que colaboraría con los musulmanes de Alkama que perseguían a Pelayo y sus huestes en estas serranías, acompañándolos, intentando mediar para un acuerdo de paz y que se pusiese fin a la rebelión antes de iniciarse el combate


Dado que no es posible separar la leyenda de la realidad, Don Opas sería hijo del rey godo  Égica y hermanastro de Witiza, y que por lo tanto, dentro de la permanente tensión familiar al trono toledano, caería en desgracia al llegar a reinar Rodrigo, lo que le haría confabular contra él y buscaría alianzas, pasándose al enemigo en la Batalla de Guadalete en el año 711


Se transmite la versión que quedó hecho piedra en este lugar, al escapar de la emboscada de Covadonga a galope de caballo. Se asegura que las peñas tienen forma de mitra obispal y que desde aquí le habló a Pelayo


No muy lejos, en la iglesia de Abamia, la imaginación popular quiere ver labrado al odiado prelado quemándose en los infiernos, representado en las imágenes infernales del arco de su portada, como castigo a su traición


Si bien desde aquí, justo a sus pies, advertimos ya las peculiares formas de estos peñones, será al ir pasando al otro lado de las mismas, en el pequeño desfiladero que forman aquí río y montañas, cuando nos percatemos aún mejor de las mismas


Unas barandillas nos separan del precipicio sobre el Deva, que pasa serpenteando a nuestra izquierda, unos metros más abajo


Deva, la diosa, divinidad precristiana de la naturaleza, simbolizada en el agua, madre de la vida, y cristianizada en la Virgen María, la gran madre, en el cristianismo


Al salir del desfiladero, el Deva forma una gran vega, Ventaniella


En esta vega, saliendo de la estrechura entre las montañas, el Deva realiza un poco de meandro


Por allí pasa el Camín del Regazal, que comunica con Isongu, al otro lado de la montaña


Sobre nosotros, las peñas del Picu del Obispu Don Opas, van mostrándonos mejor sus sinuosas formas. Este obispo, escrito en los textos cristianos Oppas y en los musulmanes Ubbah o Unnah, aparece, recalcamos, como hijo de Witiza y, con su hermano Sisberto, participarían a las órdenes de Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete, mandando las alas derecha e izquierda de su ejército, pero se pusieron de acuerdo para traicionarle, según la crónica musulmana Fath al-Andalus, que dice, según su versión, que Oppas moriría no en Covadonga sino en esa batalla, no citándole siquiera como obispo
"Estos dos pusiéronse de acuerdo para no batirse ni por la derecha ni por la izquierda en el momento del combate, en la creencia de que la gente que había entrado en su país no deseaba quedarse en él, sino únicamente tomar el botín y marcharse a su tierra, y que el usurpador del reino de su padre, batiéndose aisladamente, sería muerto, volviendo el reino a poder de ellos 
El primer combate tuvo lugar el domingo, último día del mes de ramadan y los dos partidos se batieron encarnizadamente durante siete días hasta que por fin Dios concedió la victoria a los musulmanes, el domingo séptimo día del mes de sawwal y segundo del mes de octubre, lo que parece indicar que fue emprendida la marcha en el mes de agosto. Dios permitió que los politeístas fuesen muertos en su mayor parte y que Sisberto y Oppas, que durante el combate retrocedieron con los suyos, muriesen también"

Otra crónica musulmana, Ajbar Majmu`a fi Fath al-Andalus, anónima del siglo XI, dice:
"dando Rodrigo el mando del ala derecha de su ejército a Sisberto (Sisbirt), y el de la izquierda a Oppas (Ubba), hijos ambos de su antecesor Witiza, y cabezas de la conspiración indicada. […] 
Se encontraron Rodrigo y Táriq, que había permanecido en Algeciras, en un lugar llamado el Lago, y pelearon encarnizadamente; mas las alas derecha e izquierda, al mando de Sisberto y Oppas, hijos de Witiza, dieron a huir, y aunque el centro resistió algún tanto, al final Rodrigo fue también derrotado, y los musulmanes hicieron una gran matanza en los enemigos"


Y el historiador Ibn al-Quitiyya, de origen visigodo, lo dice así en su Ta'rij iftitah al-Andalus (Historia de la conquista de al-Andalus)
"De vuelta a al-Andalus continuaron así las cosas hasta que murió Olemundo, dejando una hija que se llamó Sara la Goda, y dos hijos menores, uno de los cuales fue el metropolitano en Sevilla, y el otro, Oppas (Ubbas), el que murió en Yilliqiya"

Al pie del Picu del Obispu Don Opas, pasamos un puente sobre el Deva a El Buen Sucesu, campo grande y luminoso, encajado entre los riscos y el río, atravesado por la carretera y entrada a la parroquia de La Riera, donde está el larguísimo edificio de Artesanía Picos de Europa, con cafetería, tienda de recuerdos, y espaciosos aparcamientos


Pasando bajo el picu, recordamos que existe una cierta confusión con el personaje que le da nombre, pues la Crónica Mozárabe del año 754 le hace hijo de Egica y hermano de Witiza, si bien podría también ser otro, que colaborará también con los musulmanes para dominar Toledo, la capital goda:
"Después de arrasarla (España) hasta Toledo, la ciudad regia, y azotar despiadadamente las regiones circundantes con una paz engañosa, valiéndose de Opas, hijo del rey Egica, condena al patíbulo a algunos ancianos nobles, que aun quedaban después de haber huido de Toledo, y los pasa a espada (Muza ben Nusayr) a todos con su ayuda"

Es en las crónicas del rey Alfonso III, en el siglo IX, cuando se nos muestra a Oppas en estos escenarios de Asturias. Así en su versión rotense se lee, hablando de la trágica expedición de Alkama contra Pelayo, que aquí sería desbaratada:
"(…) y puso a Alkama, su camarada, al frente del ejército; a cierto Oppa, obispo de la sede de Toledo, hijo del rey Vitiza, por cuya alevosía se perdieron los godos, le ordenó ir a Asturias con Alkama en el ejército. El tal Alkama había recibido de su camarada la consigna de que, si Pelayo no quería hacer caso del obispo, apresado por la fuerza del combate fuera llevado a Córdoba. Y viniendo con todo el ejército entraron en Asturias unos 187.000 hombres en armas.
Pelayo por su parte estaba en el monte Auseva con sus camaradas. Y el ejército marchó contra él, y ante la entrada de la cueva plantaron sus innumerables tiendas. Y el ya dicho obispo Oppa, subiéndose a una altura ante la Covadonga, habla a Pelayo diciéndole así:«Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?». Él, respondiéndole desde una ventana, le dijo:«Aquí estoy». El obispo le dijo:«Creo que no se te oculta, primo e hijo mío, cómo antaño estaba España toda gobernada por una sola ley, bajo el reino de los godos, y brillaba sobre las demás tierras en saber y ciencia. Y cuanto el entero ejército de los godos, como arriba dije, se congregó, no fue capaz de resistir el embate de los ismaelitas; ¡cuánto menos podrás tú defenderte en la cima de este monte, lo que difícil me parece! Más bien escucha mi consejo, y apea tu ánimo de ese empeño, de manera que disfrutes de muchos bienes y goces de la amistad de los musulmanes». A esto respondió Pelayo: «Cristo es nuestra esperanza de que por este pequeño monte que tú ves se restaure la salvación de España y el ejército del pueblo godo. Pues confío en que se cumpla en nosotros la promesa del Señor que fue dicha por David: “Revisaré con la vara sus iniquidades, y con el látigo sus pecados; pero mi misericordia no la apartaré de ellos”. Y ahora yo, fiado en la misericordia de Jesucristo, desdeño a esa multitud y no la temo en absoluto. En el combate con que tú nos amenazas, tenemos por abogado ante el Padre al Señor Jesucristo, que poderoso es para librarnos de esos … pocos». Y volviéndose el obispo al ejército dijo: «Aprestáos a luchar. Pues vosotros mismos habéis oído cómo me ha respondido. Según veo que es su voluntad, no tendréis con él acuerdo de paz si no es por la fuerza de la espada»


Y esta sería la redacción Ad Sebastianum de estos sucesos
"(…) Mas cuando los sarracenos supieron del hecho, al momento enviaron a por él a Asturias con un innumerable ejército, por medio del general Alkama, que con Tariq había hecho irrupción en España, y Oppa, obispo metropolitano de la sede Hispalense, hijo del rey Witiza, por cuyo fraude se perdieron los godos.
Y cuando Pelayo supo de su llegada, se refugió en el Monte Auseva, en una caverna que se llama Cueva de Santa María. E inmediatamente lo rodeó el ejército, y acercándose a él el obispo Oppa le habla así diciéndole: «Sé que no se te oculta, hermano, cómo antaño toda España estaba constituida bajo el único reino de los godos, y cómo el ejército de toda España se había congregado a una, y no fue capaz de resistir el embate de los ismaelitas; ¡cuánto menos podrás tú defenderte en ese hueco del monte! Escucha más bien mi consejo, y apea tu ánimo de ese empeño, para que disfrutes de muchos bienes, y en paz con los árabes uses de todo lo que había sido tuyo». A esto dijo Pelayo: «Ni me uniré a las amistades de los árabes ni me someteré a su imperio. Pero, ¿tú no sabes que la Iglesia del Señor se asemeja a la luna, que sufre un eclipse y luego vuelve por un tiempo a su prístina plenitud? Pues confiamos en la misericordia del Señor, que desde este pequeño monte que tú ves se restaure la salvación de España y el ejército del pueblo godo, para que en nosotros se cumplan aquellas palabras proféticas que dice: “Revisaré con la vara sus iniquidades y con el látigo sus pecados, pero mi misericordia no la apartaré de ellos”. Por ello, aunque hemos recibido merecidamente una severa sentencia, esperamos que venga su misericordia para la recuperación de la Iglesia y del pueblo y del reino». Entonces, volviéndose el nefando obispo haca el ejército dijo así: «Aprestaos a luchar, porque, si no es por el castigo de la espada, no tendréis con él acuerdos de paz». 
Y al momento toman las armas e inician el combate. Se alzan las catapultas, se preparan las hondas, brillan las espadas, se erizan las lanzas, y sin cesar se disparan las flechas. Pero en esto no faltaron las grandezas del Señor. Pues, una vez que las piedras eran lanzadas por los que manejaban las catapultas, y llegaban a la Iglesia de Santa María siempre Virgen, recaían sobre los que las lanzaban, y causaban gran mortandad a los musulmanes. Y como el Señor no cuenta las lanzas, sino que tiende las palmas a quien quiere, una vez que los fieles salieron de la cueva a combatir, los musulmanes se dieron al punto a la fuga y se dividieron en dos grupos. Y allí fue preso al momento el obispo Oppa, y se dio muerte a Alkama. Y en aquel mismo lugar fueron muertos 124.000 musulmanes, y 63.000 que habían quedado subieron a la cima del Monte Auseva, y por el cortado del monte que el pueblo llama Amuesa, descendieron precipitadamente al territorio de la Liébana"

Por su parte, el nombre del Buen Sucesu no tiene que ver con una capilla sino con una mina de este nombre existente en Mestas de Con, cuyas vagonetas llegaban aquí por teleférico, cargándolas en el trenillo que venía de Covadonga, un tranvía de mercancías que se hizo para dar salida al hierro y el manganeso que se extraía de las minas de Buferrera, junto a Los Llagos de Covadonga. Iba y venía  a Arriondas/Les Arriondas, donde cargaban la producción con los trenes de la vía de los entonces Ferrocarriles Económicos de Asturias


Esta línea del trenillo minero dejó de funcionar en 1933, de vez en cuando sale del cajón un ya viejo proyecto para reconstruirla con fines turísticos, pero a día de hoy nada se ha materializado más allá de alguna rúbrica en algún papel


Arriba en lo alto Los Reborios (779 m) en la Sierra Moruña



Seguimos recorriendo esta gran explanada de Buen Sucesu. De frente los montes de El Valliqueru


A nuestra derecha otra vista de los picachos de Don Opas sobre el Deva...


Desde aquí es desde donde mejor se ven las tan caprichosas formas geológicas que dieron origen a la crónica y leyenda de su presencia en estos parajes


Así habla de él la Real Academia de la Historia:
"Oppas. ?, f. s. vii – p. s. viii. Obispo, conciliarista, traidor al Ejército cristiano 
"En el momento álgido en que surgen innumerables leyendas sobre la pérdida de la España visigoda a manos de los árabes, aparece en escena la figura de un obispo llamado Oppas, cuya realidad histórica (ciertamente dudosa) no siempre ha sido aceptada por los estudiosos. Se sabe que existieron sendos obispos con el nombre de Oppas, uno de Tuy, que suscribió en el año 683 las actas del Concilio XIII de Toledo, y otro, ilicitano, que aparece a su vez entre los padres firmantes del XVI Concilio toledano del año 693. Ahora bien, la Crónica Pacense menciona a otro Oppas, hijo del rey Egica, huyendo de Toledo a la llegada de los invasores árabes en el año 711. Sin embargo, gracias a la información de otras crónicas, es posible perfilar con cierta precisión los contornos históricos, no siempre bien definidos, de un enigmático personaje que, bajo el nombre de Oppas, desempeñó un papel político destacado en los últimos días del Reino visigodo de Toledo. Acerca de él se sabe que era obispo de Sevilla cuando su hermano, el rey Witiza, lo elevó a la silla episcopal de Toledo, a pesar de que en la ciudad regia ya ostentaba el cargo de primado Sinderedo. Una vez muerto Witiza, Oppas actuó en la sombra como cabeza de la facción rebelde que consideraba a Rodrigo, el nuevo y último rey visigodo, como un usurpador, y conspiró con el conde don Julián para derrocar al Monarca. En este sentido, Oppas actuó como representante del grupo opositor y de los propios hijos de Witiza para conseguir una alianza con los musulmanes, cuya presencia en Ceuta presagiaba una pronta invasión del Reino. En la batalla de Guadalete (711), el Rey le confirió el mando de un ala de su Ejército, pero en el transcurso del combate, Oppas (al igual que otros nobles) se pasó al bando de Tarik 
Las Crónicas de Alfonso III le sitúan posteriormente en la batalla de Covadonga (722), tratando de convencer a Pelayo de que depusiese su levantamiento y, tras el combate, en su huida hacia Liébana, donde finalmente cae prisionero de los cristianos"






Por la acera, tras contemplar el mítico picu y recrearnos con su historia y leyenda, seguimos de frente carretera adelante


Y continuamos marcha siempre por esta acera


Salimos de El Buen Sucesu y pasamos junto a La Ería los Romeros, donde antaño se celebraba romería el día 8 de septiembre, fiesta de la Virgen de Covadonga. El enclave del propio santuario, antes del siglo XX la Cueva y poco más, no era buen lugar para celebraciones multitudinarias dada su angostura. Los propios abades, recalcamos, vivían en La Riera


Bajo los altos de Cambarosu la acera se estrecha, pero se pasa bien


Más arriba de Valliqueru, Cuarezu, y los peñascos de La Barredona y Picu Lluengu


Peculiares formas que se alzan sobre La Riera...


A la derecha una fértil vega: Combes, el Deva pasa a su derecha, bajo los montes de Valliqueru


Sigue la acera a la izquierda de la carretera


Combes, a la entrada del núcleo de La Riera, hay tres casas en el valle


El Monte Auseva, más cerca


El Monte Auseva, con sus cimas boscosas, así como la ladera izquierda, que cae hacia la Cueva de Covadonga, por eso es llamado también La Matona Cuadonga. Las aguas que se filtran en el monte, junto con la del Ríu les Mestes, caen en cascada bajo la Cueva la Santina en lo que llaman El Chorrón o, más poéticamente, la Cola de Caballo, al Pozón, donde se arrojan las monedas, naciendo allí el Ríu Deva, llamado a veces Auseva en su nacimiento, que luego recibirá a sus afluentes El Reinaxu y La Guxana


En las crónicas medievales asturianas que hablan de la Batalla de Covadonga aparece citado como Aseuua o Aseuba, por lo que puede identificarse su escenario con fidelidad. Allí El Picu Xenra llega a los 756 metros de altitud y La Peñe Cebeo a los 825


Por allí baja a Cuadonga la Ruta de las Peregrinaciones (GR-105), la ruta por la montaña, procedente de Següencu


La carretera bordea la vega...


Hay un pequeño desfiladero al pasar a La Riera


Curva a la derecha...

Ya a un paso de la Cueva Divina



Nueva vista de Combes


Vivienda y hórreo, en una finca entre la carretera y el río


Caserón de piedra


Y luego un tramo recto, siempre por esta acera de la izquierda


Al fondo el Túnel de la Riera, por el que la carretera salva el desfiladero


Mucha atención ahora pues vamos a dejar la carretera a la izquierda


Realmente podemos seguir de frente, pues hay un paseo fluvial al lado del río, pero tradicionalmente se ha señalizado tomar una senda a la izquierda para dejar el tránsito por la carretera unos metros


Tal vez veamos alguna flecha, la señalización al albergue...


O quizás aún siga en pie la vieja señalización de 1997


Es el llamado Camín del Llavaderu, también llamado el Camín de Combes


Entramos al barrio llamado El Valle, bajo las laderas de Cambarosu, que en esta parte son llamadas también La Xerra'l Molín, al ser este el camino al antiguo Molín de La Riera


Pasamos junto a un gran caserón en el camino


Y enfrente el hórreo


Dos grandes balcones-corredores


Precioso conjunto etnográfico


Y este es el lavadero de la Riera...


Este lavadero, bien restaurado, sigue teniendo uso


Aquí, con cajas de botellas de sidra.


Y lavadero, y las botellas


Agua pura y cristalina que baja de los manantiales de la montaña


Baja a chorro, en invierno


Rincón de gran placidez y frescor...


Dejamos el lavadero y seguimos de frente


Pasamos junto a unas ruinas...


Abajo el río, arriba la Casa del Túnel de finales del siglo XIX, de la que se dice fue diseñada por el propio Roberto Frassinelli, el Alemán de Corao




 Realmente los personajes legendarios, o de los que no siempre se puede diferenciar bien realidad de leyenda, abundan en todo lo relacionado con Cuadonga y Los Picos, y no solamente los de los tiempos remotos, sino también los más recientes...
                              ROBERTO FRASSINELLI "EL ALEMÁN DE CORAO" 
Roberto Frassinelli y Burnitz nació en Ludwigburg, reino alemán de Hieremberg, en 1811, hijo del italiano Bartolomé Frassinelli y de Federica Burnitz. Se sabe no mucho de su juventud, salvo de su afición al dibujo, pues su biografía casi podríamos decir que empieza cuando se establece en España con 43 años, casándose en Madrid el día 1 de octubre de 1854 con Ramona Dominga Díaz, siendo también en Madrid cuando comienza a crear un círculo cultural con eruditos y literatos, convirtiéndose además en un gran aficionado al coleccionismo de antigüedades, razón por la que se sospecha que vino a Asturias, ya que aquí podía conseguir reliquias a buen precio salidas de las bibliotecas de monasterios afectados por la Desamortización de Bienes Eclesiásticos, quedándose a vivir en Corao. Atraído por el estudio del pasado, localizaría en Asturias gran cantidad de yacimientos arqueológicos, como el dolmen de Abamia y varias estelas de los vadinienses. Por ello sería nombrado miembro de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando, estando en posesión de la Orden de Isabel la Católica y la Gran Cruz de Francisco José de Austria. 
La gran obra de su vida fue el trabajo de restauración de la Santa Cueva de Cuadonga y el proyecto de la Basílica, un encargo que le hizo el obispo  D. Benito Sanz y Forés, su amigo, aunque los planos hubieron de ser firmados por el arquitecto Lucas Palacios. Las obras de la nueva basílica arrancaron en 1877, escogiendo un lugar elevado que estaba entre El Monte Auseva El Monte Xinés, pero interrumpiéndose cuando el prelado hubo de marchar a hacerse cargo de la Silla Arzobispal de Valladolid. Los trabajos no se reanudarían hasta años después, en 1884, pero teniendo ya de director a Federico Aparici, quien respetó en líneas generales el plan original de Frassinelli. 
Roberto Frassinelli falleció en Corao en 1877, enterrándose, tal como pidió, en un nicho del cementerio de Abamia, donde su mujer y sus amigos pusieron una lápida en la que constaban sus méritos y condecoraciones. La tumba del Alemán de Corao sufrió el olvido y el abandono más inmerecidos hasta que en 1977, quedando la bóveda del nicho cedida y la lápida en trozos, con los huesos a la vista, se reparó un poco en ella y los restos de Frassinelli fueron llevados al interior de la iglesia de Santa Olaya de Abamia por iniciativa particular, conservándose la misma lápida de pizarra. Hoy en día los restos de Frassinelli reposan, casi podríamos decir, al pie de las que podrían ser las primeras tumbas del rey Pelayo y de su mujer Gaudiosa.
Aún conocemos gente en Corao que afirma, no sin cierto orgullo, que sus abuelos o bisabuelos conocieron "al Alemán", o que incluso lo acompañaron en varias de sus travesías y aventuras por Los Picos d'Europa, pues quedó prendado para siempre de estos lugares, un personaje que, como todo lo relacionado con Cuadonga, une en su biografía lo real y lo fantástico. Dicen que tenía su "estudio" en la enigmática Cueva del Cuélebre, encima de Corao, pueblo en el que se conserva también la que fue su casa, donde le veían pasearse por el jardín con una curuxa, una lechuza, domesticada. Esta parte mágica y esotérica de la vida del Alemán fue bien relatada por el escritor Roso de Luna en su famosa novela El Tesoro de los Lagos de Somiedo (1916). Su trascendencia fue tal que Frassinelli pasó incluso a la toponimia de Los Picos: El Pozu L'Alemán, en la subida a Los Llagos, por donde tanto le agradaba perderse a él y donde ahora queda inmortalizada su memoria y recuerdo hasta en las denominaciones más tradicionales de los rincones de estas montañas. 

Recordando la historia del Alemán seguimos avanzando por el camino


Y este es el Molín de la Riera


Primero lo que debió ser el almacén, luego, la vivienda


Arriba en lo alto El Picu Cuarezu (420 m) y La Peñe les Casielles, entre la riega de La Mujosa o Muh.osa (con h aspirada, mohosa) y la de Cuadragüelu, gran espolón sobre el valle



Aquí abajo, bajo la vivienda, está la entrada al antiguo molino




Seguidamente la Casa'l Molín


Y luego, el hórreo


Y a la izquierda, en los prados bajo La Xerra'l Molín, lo que queda de L'Abadía, antigua mansión de los abades de Covadonga, que durante siglos residieron en La Riera, pues reunía mejores condiciones


De L'Abadía escribimos en El Camino de Gijón a Covadonga, basándonos en los estudios de Mª Concepción Vega Obeso en Toponimia de les Parroquies de Cuadonga, La Riera y el puertu de Cuadonga:
"Encima de nosotros a la izquierda, ladera arriba, se hallan las ruinas de L'Abadía, casa-convento donde vivían el abad y varios monjes antes de hacerse casas para canónigos en Cuadonga, y es que La Riera fue antaño un coto señorial que pertenecía al abad de Cuadonga, coto formado por los lugares de LlericesCuadonga con su Monasterio de Santa María La Real, y este pueblo de La Riera, que disponía de ayuntamiento..."
 "... El abad nombraba al Alcalde Mayor y al Ordinario, al escribano y al colector de bulas, tenía aquí su residencia y vivían también el prior y dos canónigos. En 1827, con las reformas administrativas de corte liberal, el antiguo coto quedó incorporado al conceyu de Cangues d'Onís ..."

Y tenemos una vista más amplia del Picu Cuarezu y La Peñe les Casielles, así como El Cantu L'Aguil y El Picu la Mariña. A la derecha un gran caserón, al otro lado del río, en la carretera, señala que allí están los barrios de La Rondiella y La Bolera, por donde baja uno de los antiguos caminos a Covadonga, bajando de Següencu


El río baja bravo en el deshielo


Las casas aprovechan el escaso margen entre el camino y la orilla


Hórreos y cuadras



Más cajas de botellas de sidra. Tal vez aquí haya un llagar casero...


Y allí, al otro lado de la carretera, lo que viene a ser el centro de La Riera, en torno a la iglesia, que pronto veremos



A la derecha, en la carretera, al otro lado del río, Casa Zarracina


Aunque no la vemos bien desde aquí, una placa recuerda al benefactor Tomás Álvarez Zarracina


Un poco más allá asoma la iglesia parroquial de San Justo y San Pastor de la Riera, la Iglesia los Santinos, templo medieval reformado a finales del siglo XVIII, con su venerable y totémico texu


Continuamos calle adelante, ya en la misma orilla del río



Empieza un poco de cuesta...


El río y las casas de la carretera



A lo lejos las peñas de Berrugosu (462 m)


Y a nuestros pies la cascada que aquí forma el Deva, un salto de agua en la antigua presa del Molín de La Riera


Preciosa rosaleda


Llegamos ahora al lugar de La Escuela, pues a la izquierda tenemos las antiguas escuelas de La Riera


A la derecha un cobertizo restaurado y un hórreo


En este tramo del camino existe una foto entrañable con la vespa de Miguel el de Lala pasando por el lugar: https://www.facebook.com/170106006361138/photos/a.973125336059197/983213611717036/?type=3&theater


Un muy acogedor rincón


El lugar o barrio es conocido también como La H.uente'l Muriu (h.uente-juente-fuente, la h aspirada)


En la escuela vemos el letrero del Albergue de la Riera, muy frecuentado por montañeros y peregrinos, que aprovecha el edificio


A la derecha Casa Cuadriello, dedicada al turismo rural


Y esta es, a la derecha, la fachada principal de la antigua escuela y actual albergue, con un muy buen patio delantero, antes patio del recreo



En su fachada una placa recuerda su construcción, auspiciada y sufragada por Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, impulsor de la Ley de Parques Nacionales de 1916 que haría de Covadonga y su entorno el primer parque nacional de España dos años después, antecesor del actual de Los Picos de Europa


La puerta, donde se hacían fotos a veces con los escolinos de entonces, tal que esta:

 https://www.facebook.com/170106006361138/photos/a.973125336059197/978825095489221/?type=3&theater


Placa fundacional, que rememora su fundación por Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa de Asturias



Enfrente de La Escuela se celebra la romería de Los Santinos el seis de agosto, con su gran animación, procesión y subasta de ramos. En las cercanías estuvo La Capillina Santa Polonia, abogosa de los males de muelas y patrona de los odontólogos


Recorremos el campo de la escuela hasta llegar a una bifurcación


Vamos a la derecha, pasando delante de otra elegante casa


Nos dirigimos al Puente'l Muriu, sobre el Deva. A la izquierda La Casa'l Coxu


Allí al otro lado, en la carretera, estuvieron Casa Venancio y Casa Gil, chigres-tienda, sucesores tal vez de aquella mítica taberna de los siglo XIX, glosada por la célebre canción asturiana que, en su versión más conocida dice así al empezar:
Canteros de Covadonga
los que baxais a La Riera
Si queréis beber buen vino 
cortexái la tabernera

Es posible que la canción esté relacionada con los canteros que trabajaron en la Basílica de Covadonga proyectada por el mencionado Roberto Frasinelli, cuyas obras, con las también citadas paralizaciones, duraron entre 1871 y 1901. Otros dicen que el origen de la canción puede ser incluso anterior, de alguna de las obras auspiciadas tras la quema del santuario en 1777



Dentro del campo de las elucubraciones, estos canteros, como peregrinos, clérigos y abades, harían mayormente vida en La Riera, pues Covadonga aún no era lo que es ahora, y aún iba a tardar. Otra posibilidad que se ha apuntado es que los canteros viniesen de Covadonga a trabajar en las obras de reforma de la iglesia de los Santinos de La Riera, San Justo y San Pastor, pues en 1795 se realizaron en ella profundas reformas por Roque Bernardo de Quirós, quien era aparejador del arquitccto Ventura Rodríguez, autor de un malogrado proyecto para el nuevo santuario de la Santina, cuyas obras se paralizaron en 1796

Os ponemos unas versiones cantadas, para que las ensayéis en el camín (ver videos):


María Latores


Anabel Santiago


Felpeyu


Coro El Cantón de Sariegu


Patricia Pariente


Dado que los canteros no serían del pueblo, sino de otros lugares, más o menos próximos o alejados, ello conllevaba la rivalidad con los mozos de La Riera, lo que da pie a esta otra letra, menos conocida
Canteros de Covadonga
nun baxéis más a La Riera
que vos la tienen xurada
los mozos de la ribera
Extraemos esta copla del Diccionario Geográfico popular de Asturias de Luciano Castañón, donde también hay estas (en voz Covadonga):
Canteros de Covadonga
non baxar más a La Riera
si queréis beber buen vino
dormir con la tabernera

Canteros de Covadonga
non baxar más a La Riera
que están los casados
y yo soy moza soltera

Pasamos así frente a la Casa'l Coxu


Y el viejo puente de firme empedrado de cantos rodados


Al otro lado del río los barrios de La Bolera y La Rondiella, donde estaba el bar de Casa Gil. Arriba los montes de Valliqueru, Llanu Baxu y Berrugosu (461 m)


En medio, la iglesia de los Santinos de La Riera, de la que vemos principalmente su cabecera


Es un buen ejemplo de arquitectural religiosa rural asturiana, de nave única, cabecera plana, pórtico sostenido sobre columnas, sacristía y portada de arco de medio punto que no vemos desde aquí, así como arco de triunfo del altar, en el interior


Las reformas de finales del siglo XVIII (1795), estuvieron como hemos dicho, a cargo de Roque Bernardo de Quirós, aparejador de obras de Ventura Rodríguez del santuario de Covadonga


Avanzamos por el puente, de estructura aparentemente románica o gótica: hay que subir un poco y luego bajar


En la cima del Puente'l Muriu. De frente Casa Venancio


Precioso río Deva...


Otra vista de Casa Cuadriello, construida en 1926 y restaurada en 2003, y La Escuela



En esta orilla, preciosas balconadas sobre las aguas...


Una de las estampas más pintada, retratada y fotografiada de La Riera...


Esta es la vista que tenemos a la derecha del puente


Y esta a la izquierda, según vamos pasando, donde está La H.uente'l Muriu


La fuente se encuentra en la ribera izquierda...



Justo al borde del despeñadero sobre las aguas


Y volviendo a la carretera seguimos por la acera de la izquierda, al lado del río


La Riera es como decir la ribera, por ello, y dada la cantidad de topónimos similares existentes, a veces para remarcar su ubicación, se dice, extraoficialmente, La Riera Covadonga


Vista del Puente'l Muriu desde la barandilla


Aquí las casas se extienden a la derecha de la carretera


El río a la izquierda...


La calzada sigue la forma de la ribera, pegada a la misma orilla


Y seguimos por el estrecho y profundo valle en La Riera


Unas ruinas...


Un alto muro separa la carretera con su acera del río, a prueba de riadas


Vamos paso a paso saliendo del núcleo urbano de La Riera, con el Monte Auseva en lontananza



Llegamos así al Hotel Peñalba, casona solariega del siglo XVI


Robusto edificio que recuerda a las casas-bloque del occidente astur, con puertas y ventanas adinteladas y escudo en la fachada. A la derecha una capilla, contemporánea de la casona


Es llamada La Capillina de San Pedru'l Regaláu, donde arranca la procesión de Los Santinos, con la ofrenda del "ramu de pan, gaiteru y tamboriteru, voladores y xente vestío asturianos"


Podemos acercanos a visitarla, cruzando con sumo cuidado y subiendo estas escaleras


Dos elementos importantes, a la izquierda vemos una muela de molino


Y apoyada en la pared de la capilla una piedra con una gran cruz grabada en ella


Vemos el interior...


Y volvemos al camino, dando vista al Cuetu Castillu y laderas que bajan del Cantu los Monteros


El escudo de la fachada


Continuamos por la acera, que hace ahora un buen tramo recto



Al otro lado del río una quintana


Esta es la pasarela que la comunica peatonalmente con esta carretera


Vamos ahora la fachada sur del Hotel Peñalba


Aquí llegamos a La Vega


Primeramente una gran explanada de aparcamientos. De frente a la izquierda una tienda de recuerdos


A la derecha el restaurante y hotel Los Texos, del que escribimos en El Camino de Gijón a Covadonga:
"... edificio grande que se extiende mirando hacia la calzada, todo de piedra, a nuestra derecha. Fue restaurado en el año 2001 y es una alegoría de la arquitectura tradicional, hacen buenísima sidra en el llagar propio y en su restaurante podemos satisfacer nuestro paladar con muy buena gastronomía asturiana, al igual que en todos los que nos vamos encontrando a lo largo de esta ruta"

Aquí está uno de los texos que da nombre al lugar


Elegante fachada de piedra


Luego los aparcamientos y el comedor


Sigue la larguísima recta en La Vega


Anunciando ricas viandas caseras


El Auseva marca y delata nuestra proximidad a Cuadonga


A la derecha la última casa de La Vega


Y así vamos saliendo de la población, bajo El Picu Cuarezu


Y esta es la vega que da nombre a La Vega, donde va al Deva La Riega Cuadragüelu


A la izquierda La Vallinona, bajo La Peñe Isongu (565 m)


Peñas calizas de Cuarezu a la derecha


Un muro nos separa del prado


Curva cerrada a la derecha


Por esta zona están los altos y majadas de Gustiu, L'Estelleru, Peñalba... en las estribaciones septentrionales del Monte Auseva


Ahora, con las peñas de Cuarezu a la derecha, volvemos a unirnos al río en otro paso entre las montañas


De nuevo un trecho recto


Siempre por acera


Tramos con barandilla junto al río, que pasa más bajo


Curva a la derecha...


La carretera serpentea


Ha sido ganada a la abrupta y rocosa pared de la montaña


Hasta aquí llegan los peñascos de Socatolu y la Sierra Moruña


Curva a la izquierda...


Apenas vemos el Deva, tapado por la vegetación


Y entramos ahora en Muñíu, casería de esta parroquia de La Riera


A lo lejos la Sierra la Estaca y Cueste la Moh.osa, con la célebre subida a Los Lagos, preciosa carretera de montaña y final de etapa mítico de las vueltas ciclistas


Otra explanada de aparcamientos


En este grande y larguísimo caserón estuvo, durante años, el famoso Museo de la Cerámica y los Relojes de Basilio Sobrecueva, donde podían verse los preciados Relojes de Corao, que fueron realmente célebres, siguiendo la línea ornamental posterior a la Revolución Francesa, estilo y norma que se hicieron característicos de esta industria artesana


Desgraciadamente la falta de apoyo institucional lo hizo desaparecer. El proyecto de reabrirlo en el mismo Corao, precisamente en la Casona de Roberto Frassinelli, o Casa del Médico, se fue al traste con el fallecimiento de su impulsor Maximino Blanco del Dago


Atentos ahora en la siguiente curva


Vemos desde aquí, con gran regocijo, la Basílica de Covadonga


Destacan sus dos torres gemelas, aquella que diseñó Roberto Frassinelli, del que tanto hemos hablado en esta etapa, y tocará hacerlo en la siguiente, final de la ruta


Si tocan las campanas ya se oyen desde aquí perfectamente... con sus peculiares sones...


La Basílica, con las peñas de Los Picos y subida a Los Llagos al fondo a lo lejos: Los Caleros, L'Umedal, La Güesera, El Carcabón, La Galguera, La Cuenye la Frecha, El Colláu la Caña... por allí asciende la carretera CO-4


Ya a un paso del triunfo...


Arriba, en la falda de La Peñe Isongu, Llerices, otro de los pueblos, aldeas, barrios, lugares o, como quiera llamársele administrativamente hablando, conforman esta parroquia de la Riera, con sus casa agrupadas en esa ladera. Allí, la investigadora María Concepción Vega Obeso, a quien ya nos hemos referido y cuyos trabajos ilustran mucho este trecho último de travesía andariega, aún pudo recabar alguna leyenda de La Cueva'l Cuélebre, allí existente, a orillas del Ríu Deva, cuélebre al que se le oía "ruxir y pegar xiblíos" desde estas casas


Seguidamente unas casas...


Escribimos en El Camino de Gijón a Covadonga...
"...En Muñíu desembocan en el Deva La Riega Gusturriega y La Riega'l Chorru Les Pipes o Socatalu, también llamada El Ríu Muñíu, que bajan de las montañas de nuestra derecha...."
"... Este último nace en H.uentefría, invernales de Soperi y tras atravesar La Vega l'Agua baja con fuerza por el gran desnivel del monte sumiéndose en El Chorru Les Pipes para hacerse subterráneo y volver a aparecer antes de unirse al Deva en El Pozu Les Truches, junto a El Castañéu de Socatalu, aquí mismo a nuestra izquierda"

Y un pequeño puente de piedra del que decimos también que...
"... no nos extrañaría que viese el paso de Pelayo, sus huestes, Alkama, sus ejércitos y el caballo del Obispo Opas, y si nos apuramos, incluso el de las cohortes romanas aún unos cuantos siglos más atrás. La verdad es que tiene una fábrica verdaderamente primitiva..."

Hermosa casa, con esquinas y dinteles de piedra de cantería, al pie del monte y junto a la carretera. A la derecha la cuadra


Aquí salimos de Muñíu


Otra recta y barandilla junto al Deva...


El río, en su verde esplendor...



Luego otra llanura en una vega


Terreno también aprovechado para aparcamientos del Plan de Transporte a los Lagos, que funciona en temporada alta y fechas señaladas, para evitar los atascos y caravanas en la carretera de la montaña, o para entrar mismamente a Covadonga


Y ya tenemos a la vista la mítica ladera sur del Monte Priena, en el denominado Puertu Baxu, pues en Cangues d'Onís y Amieva siempre se llamó El Puertu a la actual división administrativa conocida oficialmente como "La Montaña de Covadonga", y es una buena referencia, pues esta falda sur, La Cueste Xinés, mira directamente al santuario



Del Priena unas fuentes dicen tiene 722 metros de altura y otras 725. En su cima está La Cruz de Priena, de Covadonga o de Pelayo, la cual antiguamente era de madera, hasta que en 1963, tras ser destruida por un rayo, se instaló una metálica, hecha de restos de desguace de barcos, a cargo del Grupo de Montaña Ensidesa y tras idea y propuesta del entonces párroco de Llaranes, Don José Espina


La estructura se cubrió de pintura de aluminio y el 23 de mayo de ese año un grupo de montañeros la subieron por piezas y con mulos, por la otra cara, más accesible para los animales. Arriba armaron las piezas sobre una base de hormigón, que se había hecho para ello


Tres días después, el 26, se organizó una gran excursión de 200 personas para instalarla, que llegaron  en seis autocares. A las once se celebró una misa y seguidamente subieron a Priena, donde terminó de instalarse la cruz, de siete metros de altura y 4,75 en sus brazos, con un peso de 700 kilos, bendecida por José Espina. El presupuesto fue de 15.000 pesetas, costeado por los feligreses de Llaranes y los socios del Grupo Montaña Ensidesa, y como tal se explica en una placa. El Cabildo de Covadonga abonó 7.000 pesetas par ponerle un pararrayos


El Monte Priena está estrechamente vinculado a la tradición e historia de Covadonga. En su trabajo sobre la toponimia de estos lugares Mª Concepción Vega Obeso recoge la historia popular contada por un vecino, y que dice que "La Virxe nun quixo casa en Cuadonga, que la quiso en La Riera, facién-yla pela nueche en Priena y desfacíen-yla pel día"

En un gran mirador natural sobre buena parte del oriente de Asturias, del Sueve a Los Picos de Europa


Aquí tenemos dos opciones, la montaña o el valle, la senda peatonal y la senda fluvial:

-Por un lado una gran pasarela de madera cruza la carretera por encima y da inicio a la Senda Peatonal de Covadonga, abierta hace unos años, la cual gana altura en un empinado zig-zag, para luego seguir en un más suave pero continuo ascenso hasta La Explanada de la Basílica, en concreto hasta el Museo de Covadonga, antiguo Hostal Favila, distante kilómetro y medio de aquí

-La otra opción es continuar unos metros por la acera de la carretera y, al entrar en el Real Sitio, tomar la Senda Fluvial de Covadonga y, por el histórico jardín del Príncipe, encima de la unión de ríos que dan origen al Deva, a la altura de El Mesón, ir llegando justo a los pies de la Cueva y la Satina por El Pozón y La Escalera les Promeses


En este caso, dado que sigue la vieja senda de entrada en Cuadonga, que es más llano (aún con un tramo de carretera y cuesta solo al final), y que pasa por lugares y monumentos de relevancia histórica, llegando justo bajo la Santa Cueva, es la segunda la opción que paso a comentar. Incidiendo que, naturalmente, cada uno puede ir por donde desee


Así de esta manera seguimos este paseo, que no deja de ser otra senda peatonal, paralelo a la carretera



Pasamos pues junto a la marquesina de madera de los autobuses y continuamos por la acera


Pasamos pues la pasarela...


Y debajo de su puente...


Todo recto a Cuadonga...


Las barandillas señalan que volvemos a estar al borde del río Deva


Sobres su mismo cauce...


Ultimísimos metros antes de llegar a la Cueva la Santina...



Podemos seguir sin más novedad por la misma acera, con el Monte Priena de frente a lo lejos


Si no hay tráfico, en un momento podemos cruzar y tomar un tramo de carretera antigua, que vemos a la derecha


Tomaríamos pues este ramal, ahora en desuso para el tráfico rodado...


Subimos levemente...


Más abajo, a nuestra izquierda, va en paralelo la carretera nueva con el desvío a Llerices. en Los Caleros, donde hubo un molino


Un poco de curva a la derecha


La vieja carretera se ha transformado en un bello sendero


Nos adentramos en la biesca...



Túnel vegetal


La actual carretera siempre a nuestra izquierda


En la hermosura del bosque,,,




Este tramo de carretera vieja, sin tráfico y muy estrecha, solo para el paso de un vehículo, pasa por Tramborbaos, en Cueste Llana, al pie del Colláu Gustiu


Desde Tramborbaos volvemos a ver La Basílica... si los árboles nos dejan


Y todo el circo de montañas de El Puertu



Y una casa solitaria, deshabitada en medio de la foresta


Al pasar junto a ella veremos su corredor, orientado al sur


Pasada la casa comenzamos a bajar ligeramente


A la izquierda, sobre el río, La Llosa de Repelao, casa rural en lo que fue una cuadra de ganado, construida en 1960


Bajo el Monte Priena...


Volvemos a ver la carretera


Y al otro lado de ella y del río más aparcamientos


Arriba Priena sigue contemplando nuestros pasos


Mole de caliza y emblema histórico y natural de estos parajes...


Salimos así nuevamente a la carretera


Y seguimos de frente...


Lo mejor, cruzar con cuidado y tomar la acera, que sigue a la izquierda


La barandilla y la espesa vegetación que oculta el Deva...


Curva a la izquierda...


Y ya vemos las primeras casas de El Repelao, entrada a Cuadonga


A la derecha, en la misma cuneta, La H.uente la Vieya (con h aspirada, juente), de agua apreciadísma. No es extraño ver gente llenando bidones y garrafas para llevarla a casa para cocinar


El manantial nace arriba, en las praderías de Los Prietos


Y llegamos a El Repelao, o El Campu'l Repelao, entrada a lo que es propiamente el Real Sitio de Covadonga. Dos grandes pilares. uno a cada lado de la carretera, señalan el acceso al Parque Nacional, obra de Federico Aparici y que antes estuvieron al pie de la Cueva la Santina. Nosotros en principìo no iremos por allí, sino que aprovechado el paso de peatones cruzaremos a la derecha, hacia el Hotel Auseva, para continuar por un camino a la derecha del río frente al Hotel El Repelao, enlazando luego con la senda fluvial










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