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miércoles, 8 de marzo de 2017

DE AVILÉS A CASTRILLÓN POR LA PLATA Y QUILOÑU: LA MAGIA DE LOS ÁRBOLES, LA FUENTE RECUPERADA Y LA IGLESIA "CON FORMA DE QUESOS DE AFUEGA'L PITU" (ASTURIAS)

San Miguel de Quiloñu, con las picudas cubiertas de sus capillas laterales
El Campo'l Conde y La Tienda. A punto de salir de Avilés

Subiendo desde la villa de Avilés por San Cristóbal, salimos del campo urbano por una zona rural y residencial en la que, caminando todo en llano, llegamos a la importantísima bifurcación del Campo'l Conde, donde el camino sigue de frente, a punto ya de entrar en el vecino concejo de Castrillón. en ruta a su cercana capital, Piedras Blancas, emprendiendo el trayecto a lo que fue de siempre un histórico hito en este actualmente denominado Camino Norte: el paso de la Ría del Nalón, a una jornada de aquí andando

Hay una pequeña plaza en esta bifurcación donde hay un hito oficial xacobeo de concha amarilla que nos indica que el camino sigue de frente, si bien en tiempos estuvo señalizado a la derecha un ramal por Raíces y  Salinas que iba también a Piedras Blancas


Enfrente del campo estuvo antaño La Tienda, Casa Maneiro, que tuvo chigre y baile. Fue fundada por un marino gallego, que desembarcado en el puerto de Avilés, conoció a una vecina de esta parroquia de San Cristóbal, Flora, asentándose aquí y abriendo con ella este establecimiento en 1904, si bien sobre otro anterior preexistente más antiguo, secular parada en el viejo camín real.


En Casa Maneiro, o de Florinda Milio, la tienda mixta o chigre-tienda estaba abajo, mientras la vivienda era arriba, donde antaño había un corredor. A la derecha estaba el almacén de piensos y había salón de baile, donde los danzarines se movían al son de la pianola. Había también carbonería y lo mismo te comprabas unes madreñes que tomabas una pinta de vino. Durante la posguerra se suministraba el racionamiento y en el local prestó servicio el primer teléfono de esta parroquia de San Cristóbal

Una placa en esta plazolina recuerda que fue este en su momento galardonado como el Barrio más Guapín de Avilés en el ya lejano año de 1996 

Casa Maneiro dejó, pasado ya el año 2000, el comercio y se centró en el apartado gastronómico, pasando por sucesivas etapas y nombres. Ahora es el afamado restaurante El Pez Burro y antes que él estuvieron Afuegolento y El Tragaldabas. Del lugar escribió en su momento el historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías en El Comercio el 12-11-2015
"En el Avilés rural, que lo hay verde, frondoso y fértil, con sus hórreos, balagares y vaquinas, justo donde San Cristóbal d' Entreviñes se asoma a la mar, encontramos el restaurante, casa aldeana destacada por su vivo color azul y su porche de madera. Larga de historia, fue muchos años tienda mixta, chigre y bazar donde se reunían los vecinos a tomar cacharros y culinos, y también a comprar piedras cabruñeras o aceite de oliva medido..."

Dejamos pues El Campo'l Conde y nos dirigimos a otro de los barrios de esta parroquia avilesina de San Cristóbal (San Cristóbal de Entreviñas): El Caleyo, un topónimo eminentemente caminero

Una estrecha acera continúa a la derecha durante unos metros, junto a las casas al lado de la de Maneiro, pero pronto desaparece

No tenemos arcén ni senda peatonal ni apenas vereda, un problema desgraciadamente común a muchos tramos camineros. Lo cual se agrava porque hay momentos de bastante trasiego de vehículos y tráfico, al ser carretera de comunicación de varios barrios e importantes núcleos urbanos, así como cercanía a las importantes playas de Salinas y Raíces


Como en estos casos caminar por la izquierda vendría a ser lo correcto, para ver de frente los coches que vienen, los peregrinos y peatones en general suelen meterse por esta franja haciendo camino, si bien cuando crece la hierba puede ser un engorro


Hay flechas en las piedras de las viejas murias. Estos prados fueron antaño los pastos de las vacas de caserías que suministraron de leche a Avilés hasta tiempos históricamente aún muy recientes. Ahora estamos en una zona de expansión urbana y residencial a lo largo de los caminos que unen por arriba las importantes poblaciones de Salinas, Piedras Blancas y Avilés 


Aunque prácticamente ha cesado el trabajo del campo, salvo algunos huertos familiares y poco más, siguen viéndose viviendas tradicionales, con su corredor, como esta, Casa Maruja La Cuesta


El abandono del campo en esta parroquia y otras de los alrededores viene de antiguo, ya a principios del siglo XX se configuró un núcleo industrial en torno a la Real Compañía Asturiana en el cercano núcleo de Arnao, primero con la mina y luego con la industria del zinc. En base a ello y buscando mejores condiciones de salario y mina, muchos vecinos, a veces familias enteras, emigraron a industrias similares en Virginia y otros lugares de Estados Unidos, asentándose muchas allí. Los descendientes mantienen vivos sus orígenes en el Asturian-American Migratium Forum (asturianus.org)


El Caleyo por su parte es un topónimo eminentemente caminero, el paso de la vieja senda ha marcado su impronta, pues por San Cristóbal pasaba además la antigua Carretera de Pravia


A mano izquierda, La Quintana Pacho, donde también se hace evidente el paso de lo rural a lo residencial. Esta parroquia de San Cristóbal aparece en la Edad Media mencionada como San Cristóbano del Tuluergo (el río que desembocaba en el viejo puerto, actual Parque del Muelle), pero luego pasó a ser de Entreviñas porque se plantó intensamente la vid


Chalets, hórreos y casas tradicionales más o menos rehabilitadas, cuando no reformadas y transformadas, son la manifestación física de aquel antiguo pasado agrícola y ganadero. Ya la viña se supone desaparecería en el siglo XVIII sino antes, con la mejora de las comunicaciones que permitían traer vino a precios competitivos de otros mercados. De todas maneras no muy lejos de aquí, en Candamo, al sur de Avilés, pervivió hasta la plaga de la filoxera a finales del siglo XIX


Este antiguo cultivo que dio nombre a la parroquia es, para el historiador, profesor y exedil Román Antonio Álvarez, iniciativa comercial de los judíos asentados en el puerto de Avilés, y así lo recoge en su libro Avilés, las huellas de Sefarad. Así leemos pues en Sefarad, Noticias del mundo sefaradí:
"Así, pues, fue después de la conquista de Toledo cuando los judíos constatan su presencia efectiva en Asturias, especialmente en Oviedo, Luarca, Cangas del Narcea y Avilés. “Es imposible determinar la importancia numérica que tuvieron estos asentamientos, parece que escasa en todos los casos, aunque posiblemente de mayor entidad en Avilés, que era el principal puerto de la región y donde radicaba el mayor alfolí de la sal, el producto de más importancia comercial de aquel tiempo”, relata el escritor.
Aún así en Avilés no existía judería. “De haberla, estaría en Sabugo, que era donde residían por aquel entonces los ‘francos’, como se conocía a cualquiera que no era de aquí”, explica. Las familias están vinculadas al negocio de la sal, al comercio en general y sobre todo al cultivo de la vid. Y es que por aquel entonces Avilés era tierra de vinos, de vino “kosher”, que en hebreo significa puro y de mayor calidad que el elaborado por los cristianos. Tal fue la importancia de este caldo que todavía hoy quedan en la toponimia las huellas de este capítulo. “El ejemplo es la parroquia de San Cristóbal de Entreviñas que hace referencia de forma indubitada a la existencia de viñedos abundantes en la zona”, precisa Román Antonio Álvarez".

Ahora, llegando al barrio de El Cueto, habría que ir a la vereda de la derecha, donde empieza a haber un poco de arcén, y es que a la derecha hemos de ir en la siguiente bifurcación para seguir ruta


En el arcén se han pintado flechas amarillas, que son las que nos van a orientar. Echamos en falta el oportuno monolito jacobita con las conchas del camino oficial


Unas marcas en el suelo indican que este estrecho arcén es senda peatonal, ¡Bienvenida sea!, no tardaremos en echarla en falta en La Plata y Quiloñu, antes de entrar en Piedras Blancas


Oficialmente es la calle Peñamayor, popularmente es denominada La Cuesta, por razones evidentes: empezamos una cuesta abajo...


Pasamos un cruce y nosotros seguimos todo de frente hacia abajo por esta calle Peñamayor


La senda peatonal sigue por esta estrecha franja del arcén. También aquí suele haber bastante tráfico, en ocasiones realmente intenso; seamos precavidos y no nos salgamos de ella


Una placa señala el nombre de este barrio, ya en la misma frontera de concejos


Durante unos metros seguimos camino por este arcén peatonal, bajo los altos matos o sebes, setos silvestres formados por arbustos, zarzas y otras plantas del campo. Constituían antaño el cierre habitual de muchas fincas y en la actualidad siguen siéndolo en muchos casos


Pero poco a poco este arcén va estrechándose hasta casi desaparecer: es entonces cuando nos fijamos en el otro margen de la carretera


Entonces nos damos cuenta que por allí continúa ahora esta senda para peatones, dando vista a los prados de El Campu y las urbanizaciones de El Cotu Carcéu o Coto Carcedo, surgida a finales de la década de 1980 pero que se extendió rápidamente, configurándose como otro núcleo urbano del concejo de Castrillón en la raya con Avilés, con alrededor de 1.000 habitantes y unas 500 viviendas, contando con su propia asociación vecinal, El Otero


De nuevo las flechas amarillas, a falta de mojones, confirman que es lo que hemos de hacer, seguir por aquí


Parece este arcén algo más ancho que el otro: de todas maneras estemos muy pendientes y vayamos mejor en fila india en este tramo. Pronto dejaremos el asfalto


El 29 de julio de 2013, el entonces presidente de la Asociación de Vecinos El Otero, José Martín Triviño decía en una entrevista concedida a J.F. Galán en El Comercio sobre el peligro de esta carretera:
"Los coches pasan lanzados, y pasan muchos más de lo que podría parecer. Hay un par de bandas reductoras de velocidad, pero de poco sirven. Lo que habría que poner son pasos elevados, para obligar a los coches a frenar"

Llama la atención este altísimo pino, sobre la carretera, también hay algunos eucaliptos y árboles autóctonos



No sin cierta angustia si nos tocan horas punta, observamos que el arcén tiende a desaparecer o casi en este trecho recto que viene ahora, pero pronto, como hemos dicho, dejaremos el asfalto


Aunque haya hierbas altas, plantas crecidas o helechos, no dudemos en meternos un poco por esta banda verde a la izquierda en caso de necesidad



En este lugar, al final de la bajada por la carretera, en mitad de la recta y justo donde esta empieza a subir, vemos el cartel que anuncia nuestra entrada en el concejo de Castrillón


El topónimo Castrillón hace referencia al antiguo y muy cercano Castillo de Gauzón, centro político y administrativo de un gran territorio que abarcaba una parte muy extensa de la costa central asturiana, desde el actual concejo de Gozón al de Castrillón, incluyendo también bastantes extensiones al interior, con Illas y Corvera. La concesión de fueros a Avilés, importantísimo puerto al que el castillo protegía la entrada de su ría, y la posterior otorgación a esa villa del enorme alfoz que comprendía Gauzón, le hicieron capital del mismo, del que los demás concejos actuales irían luego desgajándose. Castrillón por ejemplo tras un acto de desobediencia en 1816 y con las posteriores reformas liberales



Y aquí, prácticamente a la izquierda del cartel pero en el margen izquierdo de la carretera, donde el arcén peatonal vuelve a ensanchar un poco, dejamos el asfalto para seguir a la izquierda


Aquí estaríamos recuperando el trazado original del Camino que, según informan en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa (varios autores), sobre la salida de la ruta desde Avilés, que en el entorno del Campo'l Conde ha sufrido determinados cambios al desaparecer un tramo del itinerario primigenio, que bajaba "rectilíneo" hacia el valle de Quiloñu


Quiloñu es la parroquia de Castrillón a la que entramos ahora, cuyo centro histórico es la iglesia de San Miguel, antiguo monasterio con intereses y posesiones en este lugar, del que hay noticias epigráficas desde el siglo X. De él hablaremos cuando, pasando La Plata, caminemos por las inmediaciones de la iglesia, que podremos visitar en un corto desvío


El Camino es aquí una bellísima senda natural, ancha y espaciosa para los andariegos, pero por la que no pasan vehículos, una caleya casi intacta en medio de uno de los entornos metropolitanos más densamente urbanizados e industrializados de Asturias


Sin embargo, todo hay que decirlo, el camino tiene un pequeño inconveniente, aquí comienza un tramo muy húmedo, acuoso y embarrado, y no lo decimos por no mancharnos las botas o el pantalón, sino porque en algún punto puede ser propicio a los nada deseados resbalones


El Camino, ahora recto, es perfecto en circunstancias favorables, un verdadero paseo por el bosque que va a encantarnos


Y encantador sigue siendo en cualquier circunstancia, si bien este es su estado con las lluvias. Tal vez se haría interesante reponer alguno de aquellos sistemas de drenaje tradicionales, haciendo canalillos o similares (sangraderas), para encarrilar el agua sobrante fuera de la senda. Sin pensar para nada en hormigonarlo o asfaltarlo, como lamentablemente se ha hecho en otros caminos, sin necesidad de comunicación, pues los núcleos cercanos ya tienen calles y carreteras de acceso


En este boscoso paraje recordamos la expresión asturiana "dar voces en castañéu", con el mismo significado que la castellana "predicar en el desierto"


Pese a estar al lado de grandes centros urbanos nos parece estar de nuevo en las grandes áreas naturales que caracterizan tantísimos trayectos del Camino Norte, la magia de los árboles...


Precioso castañar, castañas que antaño, caídas al camino, mitigaron tantas hambrunas. A la izquierda un pequeño valle...


Y en el valle un prado, al otro lado, en las laderas de El Cuetu, han sido plantados eucaliptos que se alzan sobre el boscaje


Pastizales y eucaliptales, densa vegetación, y el contraste con el campo abierto y verde relumbrante que es la pradería, donde pastan los caballos...


Un animal especialmente representativo de los caminos y de todas las historias y leyendas a ellos vinculadas, desde la diosa Epona al mismo Caballo de Santiago. En las antiguas estelas funerarias precristianas se los representa como guías de las almas entre uno y otro mundo...


Algunos nos recuerdan a los asturcones que vimos en anteriores etapas del Camino Norte, ya glosados por los autores clásicos de la Antigüedad


Algún tractor marca sus rodadas en el terroso suelo. Son los únicos vehículos que, muy ocasionalmente, solemos ver por aquí...


Estas mismas rodadas, cuando llueve, hacen se formen grandes charcos. Fijémonos en la flecha pintada en el árbol. No parece amarilla sino de un verde fosforescente


Árboles de finos troncos yerguen sus copas muy altas, dándole al lugar un cierto aire fantasmagórico


Incluso cuando no llueve hay algunas zonas embarradas. Sin duda hay algunos manantiales por las inmediaciones


Cierre de una finca a nuestra izquierda...


El trayecto es mayormente llano y, con más o menos barro, muy fresco y agradable de caminar


Hay tramos más umbríos que se suceden con otros más luminosos, como este...


El espeso seto sigue separando el camino del prado del valle, aquí como tantos antiguos pastos, plantado de eucaliptos. De los setos silvestres tradicionales dice Ignacio Abella en La magia de los árboles:
"El paisaje de una increíble belleza y equilibrio que forman las redes de setos alrededor de los prados y tierras recibe en Francia el nombre de bocage, que en castellano no tiene su equivalente. En este reino, lo ideal es que el bosque ocupe las alturas y terrenos poco aptos para otros usos; el soto, formado por la vegetación ribereña, acompaña los cursos de agua y los  setos bordean los caminos, los huertos, los campos de cultivo, y los prados de siega y diente"

Sobre el camino, más castaños. Sigue diciendo en su obra Ignacio Abella:
"En Asturias y Galicia existía la costumbre, que aún perdura hasta nuestros días en algunos lugares, de utilizar terrenos comunales para plantar castaños; el suelo era comunal, pero el árbol y su fruto pertenecían a quien lo plantó, era el "derecho de poznera", que se establece al menos desde el siglo XVII"
Pero el fruto caído al camino se establecía era también comunal, e incluso no se quitaba sirviese de alimento ocasional a los viajeros que por allí pasasen. Por eso su plantación a lo largo de los antiguos caminos reales (públicos, del reino) se extendió tantísimo, mitigando hambres de pobres y peregrinos


La Plata, a donde nos dirigimos, es otro topónimo de grandes resonancias camineras. Pese su similitud de nombre con el preciado metal, nada tiene que ver con él. Así nos lo explica el profesor y filólogo Xulio Concepción en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana:
"A pesar de la homonimia con mineral tan preciado (argentum, antes), esta palabra homónima, plata (tal vez de origen árabe), se aplicó  a la ruta o vía ganadera y comercial entre Sevilla, la meseta y el Cantábrico (...)

La etimología. Como se dijo, en árabe, balata significa "loseta". De ahí pasaría a blata -plata, con refuerzo de oclusiva inicial sonora en sorda (b - p). La voz común del mineral completó la interpretación popular. Posteriormente, del sentido de "loseta, piedra", pasaría a "camino empedrado, calzada..." Así se pudo aplicar a una fuente y a un paraje al que llegaban de paso los pastores extremeños con sus rebaños"

Luego de unos metros al sol, volvemos a meternos en el bosque autóctono...


Hiedras y otras plantas trepadoras escalan por los troncos de algunos árboles. En las veredas crecen hierbas y helechos...


Ramas de carbayos jóvenes, el roble, el rey del bosque, aquel cuyo muérdago cortaban los druidas con la hoz de oro (un imposible por su blandura) y evitaban cayese al suelo, siempre sin tocarlo directamente, con telas blancas. Así, recogiendo testimonios de Plinio el Viejo, escribe Jean Markale en Druidas. Tradiciones y dioses de los celtas:
"El druida corta él mismo el muérdago "con una hoz de oro". El muérdago se recoge "en un paño blanco" y el druida va vestido "con un hábito blanco". El color blanco es el color sacerdotal por excelencia. esta recogida concierne por tanto al jefe principal de los druidas. El uso que harán del muérdago es otro problema. La "hoz de oro" provoca una leve sonrisa (...) el oro es demasiado blando para poder cortar lo que fuere: se trataba sin duda alguna de una hoz de bronce o de hierro, revestida por una película de oro. Pero de todas maneras, el simbolismo lunisolar es perceptible: el oro es la imagen del sol, la hoz el creciente de la luna"

Las ramas o troncos caídos languidecen cubriéndose de musgo. Muy bello en su libro Ignacio Abllea cuando escribe en el apartado titulado El silencio. La voz de los bosques:
"Los árboles son esos seres que nadie ve, ni escucha. Pasamos continuamente a su lado sin atender, sospechar, entender el mensaje de su callada presencia, de su forma discreta y elocuente de vivir y crecer. De su parsiomonia y ensimismamiento, de su no hacer. En cierta manera todos hemos escogido nuestra función en el planeta. Y de todas las acciones, los árboles escogieron la danza en el cielo y la tierra. De todos los sonidos, el silencio. Entre los alimentos la luz y el agua del cielo."

Aquí un hilillo de agua atraviesa el camino de parte a parte


Es posiblemente resto de alguna sangradera o canalillo hecho a golpe de azada, como antiguamente, para que, como hemos dicho, el agua no encharque el camino siendo llevada a regar el prado


Un drenaje secular que tal vez fuese otra sabia lección de la historia para con el presente y una forma de preservar estos caminos sin adulterar su mágica naturaleza


Filas de árboles a ambos lados jalonan esta precisa senda del Camín de La Plata. Realmente también Asturias, y en concreto Castrillón, tiene su particular Vía de La Plata xacobea (nombre oficial del Camino que sale de Sevilla)


Zonas secas del camino se alternan con otras más húmedas, donde siempre hay un poco de barro incluso en temporadas  secas, si bien tanto en Asturias como en Galicia, Cantabria o Euskadi, las comunidades del Camino Norte, no hay propiamente una estación seca, al menos en el sentido en que se le da más al sur


Aquí parece hubiese habido otro canalillo o sangradera. Urgiría talvez su reposición, como se ha hecho en otros caminos similares


Lo que sí cambia con las estaciones es el aspecto del bosque: en verano las hojas cubren al árbol librándolo de la exposición directa al sol, creando zonas de fresca umbría, en otoño esas hojas se tornan ocres y de otros colores tostados, desde rojos a naranjas y amarillos, así como buena parte de la vegetación circundante, y van cayendo, normalmente poco a poco, cubriendo el suelo de hojarasca


Salvo las especies de hoja perenne, el invierno los árboles se ven pelados y desnudos, se despojan de su manto vegetal pues no tienen frío pero sí necesidad de sol y luz en los días cortos del año. Luego en primavera, unos antes y otros después, vuelven a cubrirse de hojas, los llamativos y vivos brotes verdes de la temporada que anuncian una nueva vuelta del ciclo vital 


Más hojas de roble, de carbayu, sobre nuestras cabezas. De este árbol se consideraba tradicionalmente que tenía cierta vinculación con el rayo, asegurándose que no caía este dos veces sobre el mismo árbol,. por lo que la madera de los fulminados se empleaba como conjuro de la centella. No es extraño entonces se asociase a divinidades tronantes, como Júpiter, ZeusTaranis y Thor, solo por citar a los más conocidos. Muy interesante este artículo de Forestal Maderero al respecto, firmado por José Benito García Iglesias: 
"Desde tiempos inmemoriales muchas culturas consideraron al roble el árbol sagrado por excelencia. Es el árbol consagrado a los dioses. Los griegos veneraban a Zeus en el roble oracular de Dadona, y Júpiter, su equivalente romano, fue venerado en el Capitolio, donde había un roble sagrado. Así ocurrió también en el culto celta, para quienes el roble estaba dedicado al dios de la creación Dagda, y se le consagraba al equinoccio de primavera, el inicio de la vida anual.

Hacia el comienzo del primer milenio a.C., cuando los celtas comenzaron sus expansiones, un reducido número de hombres y mujeres con una gran sabiduría eran denominados como poseedores del “conocimiento del roble”. En la propia religión celta el roble continuó siendo venerado como el gran símbolo del crecimiento de las plantas. Y como culto, su simbolismo permaneció entre los celtas tiempo después de que se hubiese perdido entre los griegos y los romanos.

El roble era considerado como el padre de los árboles mágicos y sobre sus ramas crecía, de manera esporádica, una planta parasitaria que se conoce como muérdago. Los celtas pensaban que el muérdago había surgido cuando un rayo hendió a un roble, por lo tanto era algo mágico. Según el historiador romano Plinio el Viejo: “Nada hay más sagrado para los druidas que el muérdago y el árbol en el que crece, especialmente si se trata de un roble. Ellos escogen robledales para establecer allí sus árboles sagrados y no practican ninguna ceremonia sagrada sin usar ramas de roble. Cualquier cosa que crece en las ramas del árbol ha sido enviado por los cielos, e indica que el árbol ha sido elegido por Dios”.

Nos dice también que el muérdago era recogido por un druida con una hoz de oro en el sexto día de la luna y lo recogían de los robles, pues el muérdago, al alimentarse de su sabia, conservaba las propiedades mágicas que se atribuían a este árbol, junto con propiedades medicinales propias. El que se cortase con una hoz de oro es porque el oro, al ser un metal que no se oxida, se consideraría que no quitaría pureza o no interferiría en la trasmisión de la supuesta “energía sutil”.

Es probable que el muérdago fuese considerado sagrado porque se mantiene siempre verde, sea la época del año que sea. Además, está en una posición intermedia entre el cielo y la tierra, sin pertenecer a ninguno de los dos. Para la cultura celta la vida de los hombres estaba íntimamente relacionada con los bosques, estos les proporcionaban protección, cobijo, leña para alimentar sus hogueras y en ellos se abastecían de caza y frutos necesarios para su alimentación.

Asimismo, el árbol se constituía en un pararrayos natural. Desde épocas remotas existe la costumbre de plantar una encina o un roble junto a la casa para protegerla de las tormentas y de los rayos. Esta costumbre se asienta en un riguroso aval científico, pues la encina o el roble poseen la propiedad de atraer a los rayos y conducirlos a tierra.

Las descargas eléctricas de los poderosos rayos confirmaban una relación de la fuerza extrema con la naturaleza, y los robles, por su tamaño y fortaleza, seguramente sobrevivieron a las descargas de los rayos de forma más asidua, esa peculiaridad sería entendida por los pueblos como “tocados por la mano de Dios” y pasarían a formar parte del mundo mágico.

Según una antigua tradición que une el mundo de las hadas con los robles y que se pierde en la noche de los tiempos, entenderíamos que el roble es una entrada al mundo de los seres feericos y el árbol por antonomasia de la magia y la brujería. Los robles añejos, los más viejos y mágicos, están habitados por las hadas que protegían y defendían su árbol a toda costa.

Algunos folcloristas afirman que si se atrapa una hoja de roble cuando va cayendo del árbol, se asegura una completa inmunidad a gripes y catarros durante todo el invierno. Llevar un trozo de roble o una bellota, atrae la buena suerte. Para los celtas el roble reunía la fuerza y la sabiduría, siendo el árbol real y el punto central de sus ritos públicos e iniciáticos. La antigua corona del emperador romano era una guirnalda de hojas de roble, no de laurel, y el cetro una vara de roble. Cabe señalar también que en la literatura artúrica, la Tabla Redonda era de madera de roble.

La madera de roble, carballo como lo denominan en Galicia, es el alimento de los fuegos sagrados. Como trasmite San Martín Dumiense en “De correctione rusticorum” a finales del siglo VI. También en los “Capítulos Sinodiais de Mondoñedo” en el siglo XVI, hay referencias al “Tizón de Nadal”.

En la víspera de Navidad y coincidiendo con el solsticio de invierno se encendía en las aldeas el fuego nuevo. Se limpiaba con mucho cuidado el hogar y en él se ponía un gran tronco de carballo que se encendía con el fin de atraer a la suerte a casa y a sus moradores, una vez que se hubiese quemado un poco se dejaba apagar el fuego y se conservaba el “tizón de Nadal”, para volver a encenderlo cuando existía el temor de alguna desgracia en la casa. En algunas zonas en lugar de la Navidad el fuego era encendido el Sábado Santo al ser incluido dentro de la liturgia cristiana. Las cenizas del tizón tenían todo tipo de cualidades benéficas: contra el mal de ojo, como fertilizante, como protector ante las calamidades y las enfermedades, para amainar las tormentas…"


Y del carbayu a la castañal, el castaño, que se suponía oriundo del actual Irán y que habría sido por los romanos en occidente, pero recientes hallazgos confirman ya estaba en la cornisa cantábrica desde los tiempos de las cuevas prehistóricas, si bien tuvo momentos de expansión y retroceso a causa, posiblemente, de cambios climáticos, plagas, glaciaciones, etc, por lo que tal vez sí fue reintroducido en su momento, siendo considerado no obstante plenamente autóctono por su perfecta aclimatación la medio. No perdamos de vista lo que nada menos que Fray Luis de Granada escribió de él en Del símbolo de la Fe. Tratado sobre las plantas y animales:
"También los nogales son árboles grandes y altos, y no menos lo son los castaños (que es mantenimiento de gente pobre, cuando les falta el pan),los cuales a veces están plantados en lugares montuosos, y así muy sujetos al ímpetu y frialdad de los vientos. Por lo cual los vistió y abrigó el Criador con aquel erizo que vemos por defuera, y después con dos túnicas, una más dura y otra más blanda, que viste el fruto, que son como la dura máter y la pía mater que cercan y guardan los sesos de nuestro cerebro"

Esta es una foto, por ejemplo, a principios de la primavera, cuando aún no han crecido todas las hojas y aún las arboledas se están vistiendo...


El mismo lugar en verano, con adorables buenas sombras. Veremos también no pocos sauces, venerado árbol por muchas culturas, del que su corteza era aprovechada con usos medicinales contra dolores y fiebre, no siendo extraño se le atribuyesen virtudes sobrenaturales, simbolizando en él el resurgir tras la enfermedad o la muerte. El propio San Bernardo lo relaciona con la Virgen María y en 1828 el farmacéutico francés Henry Leroux, junto con el químico italiano Raffaele Piria, consiguen aislar en su forma cristalina el extracto activo de su corteza, la salicina, base de lo que posteriormente sería la aspirina. Leemos en Wikipedia
"... la salicina es ácida en una solución saturada en agua, y es llamada ácido salicílico por esa razón. En 1897 Felix Hoffman crea una versión sintéticamente alterada (en este caso derivada de la planta Spiraea) que era menos problemática para la digestión que el ácido salicílico puro. La nueva sustancia, ácido acetil-salicílico fue nombrada aspirina por la empresa farmacéutica Bayer AG. Esto le dio una gran importancia al clasificarse como medicamento no esteroideo antiinflamatorio"

Los alisos son también emblemáticos árboles, abundantes en zonas húmedas y acuosas, que encontraremos en este trayecto. Algunos países europeos lo relacionaban con la brujería, ya que a pesar de su madera clara, al cortarlo esta se tornaba rojo-anaranjado, recordando a la sangre. Su resistencia al agua era tal que, como ejemplo, con su madera se hicieron los cimientos de la ciudad de Venecia


Luego de un buen trecho en el que el camino no ofrece dudas, aparece esta bifurcación: siguiendo las flechas amarillas habremos de ir a la izquierda


Oímos ruido del tráfico, el la carretera N-632, la Ribadesella-Canero con la que tanto coincidimos haciendo en Camino norte y  que, en su avance hacia el occidente recorrerá la franja costera hasta enlazar con la N-634, antigua Carretera de Oviedo a Galicia, en el concejo de Valdés


El camino pasa debajo de ella por este túnel o puente. La carretera, rodeada de grandes centros urbanos e industriales, suele tener tráfico abundante 


Estos túneles son grandes condensadores de humedades y filtraciones de agua. Fijémonos a la izquierda en las señales camineras


Oficialmente, y pese a todo lo que se ha escrito sobre el tema, oficialmente las conchas propiamente dichas no son necesariamente direccionales. avisan de dónde está el camino pero, indistintamente de su posición, la dirección la señalan las flechas amarillas


Al pasar al otro lado el paisaje sigue siendo bellamente boscoso. A los lados del camino siguen predominando las especies autóctonas, monte arriba las plantaciones de eucaliptos para las industrias papeleras


Y la caja del camino sigue siendo ancha y llana. No pocos vecinos de la cercana urbanización la emplean cotidianamente para sus paseos


Fijémonos en las densas matas de helechos a los lados de la senda, llamativa planta sin flores ni fruto que impera por doquier y también presenta colores verdes, anaranjados y ocres como un árbol según la estación. Diversos botánicos aseguran se trata de un verdadero fósil viviente, haciendo célebre la frase, "cuando el dinosaurio apareció el helecho ya estaba allí". Las preguntas clave las planteaba así Elena Soto en el artículo Los helechos fósiles vivientes, publicado en El Mundo el 12-11-2014:
"Durante largos periodos de tiempo estas plantas dominaron la Tierra, su origen puede remontarse a unos 420 millones de años atrás, mucho antes de que sobre su faz aparecieran los dinosaurios. Han vivido épocas en las que la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera era muy elevada, como diez veces más que la actual. Y lo más sorprendente de estos organismos no es su antiguo esplendor, sino que todavía sigan entre nosotros ¿Por qué no se han extinguido? ¿Qué pueden enseñarnos? Y, en un contexto de cambio climático ¿podrían volver a colonizar el planeta ciertas plantas que estuvieron en condiciones parecidas en el pasado? (...)
¿Qué sentido tiene que después de cientos de millones de años de evolución actualmente todavía existan plantas con paredes celulares tan gruesas con capacidad fotosintética muy pequeña y que haya otras tan diferentes?"

Y la respuesta, que es una posible teoría, la daba así el investigador Jaume Flexas:
"Su hipótesis actual es que las características que favorecen una alta fotosíntesis (pared celular pequeña o cloroplastos colocados hacia fuera), van en sentido contrario que las características que favorecen la tolerancia a la desecación. Los helechos nunca conseguirán tanta fotosíntesis pero en una situación de sequía, que para otras plantas puede ser de no retorno, para ellas puede tenerlo, porque tienen otro tipo de capacidad que les permite recuperarse cuando les vuelve a llegar el agua"

Llegamos ahora a una construcción cubierta de hiedra y arbustos, situada al margen izquierdo del Camino. Es alta y no sabemos qué puede ser


El que esté en esta situación no ayuda mucho a identificar si se trataba de una cuadra, una casa u otra cosa, pero en esta foto con menos hiedra vemos que en esta pared hay una ventana


La pared ha sido aprovechada para pintar también la correspondiente flecha


Aunque no haya cruces ni bifurcaciones o pasos problemáticos, un mojón o flecha amarilla ayuda a confirmar que vamos por el itinerario correcto. Normalmente, si transcurren una cierta cantidad de metros, a partir de 100 más o menos, sin ver ninguna señal, podemos empezar a sospechar que algo nos hemos dejado atrás que no hemos visto y empezamos a dudar si vamos, bien, por eso esos elementos de ratificación son tan sumamente importantes pese a que no parezca que haya lugar a confusión alguna


Vistosas y coloristas flores silvestres que crecen en la vereda, resaltando sobre el imperante verde


Laureles o lloreos, arbusto también con sus tradiciones mágicas más o menos cristianizadas: son ramas son bendecidas el Domingo de Ramos y se empleaba para asperxar, esto es, salpicar de agua bendita la casa a manera de bendición, al son de letanías como... 
"Fuera sapos, fuera ratos
fuera toda maldición
que traigo l'agua bendito
y el Ramu de la Pasión"
También, benditas, sus ramas se ponían en las huertas con la misma función. Es también muy apreciado en la cocina popular


Otra altísima y espesa mata de helechos, son de las primeras plantas que tienden a invadir el camino. El paso continuo de gentes lo evita pero de vez en cuando se hace necesario desbrozar un poco. Volvemos a La magia de los árboles de Ignacio Abella:
"A menudo los claros en los robledales y hayedos del norte, son rápidamente invadidos por brezos, árgomas y helechos cuando existe poca presión ganadera. Estos matorrales pueden convertirse mediante siegas, abonado y aumento de la densidad del ganado, en pradera, o bien dar paso con el tiempo a especies arbóreas si se abandona su explotación. En sí mismo, este ecosistema, aparentemente inhóspito, tuvo una gran importancia en la economía rural de muchas regiones (...)

Los incendios y la siega otoñal perpetúan el helechal, que proporciona un pasto de gramíneas en primavera y helecho para la cama del ganado y para producción de estiércol. Se cortaba con dalle en el otoño; era una labor dura, pues los tallos secos del helecho son muy recios y el terreno donde crece, suele ser escabroso. Se recogía y amontonaba en almiares junto a las cuadras. Un cepellón de tierra en la cúspide del montón lo mantenía bien apretado"

Estas piedras tan alineadas, que tienden a la forma cuadrada y rectangular, nos hacen pensar en que pudiesen ser restos de un antiguo empedrado. Era habitual que, al caer en desuso los caminos reales en favor de las carreteras, de concediese permiso para emplear sus piedras para todo tipo de obras, principalmente murias de fincas, cuadras, casas, o mismamente para condicionar otros caminos o hacer de base para las nuevas carreteras


También hay, además de tierra, infinidad de morrillos y piedras sueltas. Otra forma tradicional de combatir la presencia de lodazales era echar piedra y escombro (ladrillos, azulejos, trozos de suelos y paredes, etc.), una solución básica y bastante elemental que parece una especie de tendencia de reposición del antiguo empedrado, pero más "donde caiga", pero que no es al menos tan drástica como el hormigonado o alquitranado


Sigue imperando en el trayecto esta tupida frondosidad así como el trayecto ancho y llano en la maravillosa espesura del Camín de La Plata, del que dicen así en Castrillón Turismo:

"El Camino de Santiago, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2015, es un elemento histórico clave que se vincula a las épocas más primitivas de la peregrinación. El recorrido principal a su paso por Castrillón forma parte de la ruta jacobea que recorre el Camino del Norte hasta su destino, Santiago de Compostela y sigue a grandes rasgos el paso del antiguo Camino Real de la Costa, que sirvió tanto para el peregrinaje como el trasiego de ganado y mercancías. 

Su primer tramo comienza adentrándose por la senda rural de Coto Carcedo hasta el camino de La Plata; donde se ubica La fuente la Plata, un elemento de carácter etnológico formado por una fuente con pilón y un lavadero doble de finales del siglo XIX y principios del XX. Al llegar a la carretera de La Plata, sustituta del viejo Camino Real, se ubica el Castro de La Armada, donde se hallaron cerámicas que revelan que estuvo habitado al menos hasta la Edad Media" 

Efectivamente, la existencia de un castro en las inmediaciones del camino no ha de pasarnos desapercibida. Estas sendas pueden tener fácilmente un origen antiquísimo, un paso natural buscando los valles costaneros que existiría desde la misma Prehistoria, formando verdaderos corredores naturales. De la misma manera que los había en dirección este-oeste los había norte sur, comunicando los llamados puertos secos de la cordillera con los puertos húmedos de la costa


El castro, que veremos un poco más adelante estaría indudablemente vinculado a estos caminos terrestres... y a los del mar. Pese a los peligros del proceloso Cantábrico, las singladuras marítimas de cabotaje eran más rápidas y rentables que las de tierra, Aún bien entrado el siglo XX se organizaban viajes entre el occidente y el centro de Asturias en barco, pues la carretera existente era llamada La Torturadora...


En 1502 el peregrino Antoine de Lalaing pretendió embarcarse en Avilés para ir a Santiago por mar vía A Coruña (los vientos contrarios se lo impidieron), tres siglos más tarde hacía casi lo propio desde Luarca/L.luarca el viajero italiano Luigi Salandra, evitando los abruptos y temidos pasos de Las Ballotas o los muy fastidiosos pasos del Esva y el Nalón en barcaza de pasajes (no había puentes), escarmentado por haber perdido parte de su equipaje en el paso del Eo de Ribadeo a Figueras/As Figueiras


Y este es el río de La Plata, afluente del río Raíces, que va a desembocar el Cantábrico ante El Peñón de Raíces, solar del mencionado Castillo de Gauzón, cuya proximidad a estos castros costeros es también digna de atención


En río La Plata de llama así a partir de aquí, pues aguas arriba es llamado río de Nondivisa, lugar de su nacimiento, en el avilesino barrio artesano de Miranda, haciendo luego durante buena parte de su curso de frontera entre Avilés y Castrillón, no ya aquí, próximo a abrazarse al río Raíces


El camino pasa sobre el río sobre una especie de gran losa a manera de puente


Estos pequeños ríos eran no obstante bastante destructivos pese a su tamaño con las riadas. En verano llevan escaso caudal, a veces incluso se secan, pero cuando llegan las lluvias torrenciales, se desbordan con cierto ímpetu, pues a pesar de su escaso recorrido, tienen bastante desnivel desde su nacimiento


El mismo puente, más bien ponticu o puente pequeño, parece haberse reconstruido y reforzado algunas veces. La estructura antigua es de piedra, pero sus viejos arcos han sido sustituidos por tuberías
 

Una leyenda dice que el nombre de la plata podría venir de los destellos del agua con la claridad y el sol. Esta tradición existe en otros lugares de topónimo similar y parece basarse en la ya mencionada coincidencia de la palabra plata (camino empedrado, enlosado) con la del mineral


Su lecho es de cantos, pedregoso por tanto. Es agradable sentir el murmullo del agua en el bosque, envolviendo en una musicalidad tenue pero muy naturalista. En el Inventario de árboles y bosques notables del concejo de Castrillón, el Grupu d'Ornitoloxía Mavea, informa y advierte:
"Al concejo de Castrillón, por su situación geográfica y clima, le corresponde un paisaje vegetal dominado por carbayedas y bosque mixto de caducifolias, además de alisedas y saucedas en ríos y lugares encharcados. Sin embargo, el paisaje vegetal de Castrillón está bastante degradado, debido principalmente al monocultivo extenso de eucaliptales, y en menor medida a asentamientos humanos.

 A lo largo de los siglos, los bosques naturales se fueron reduciendo, tanto por el aprovechamiento de la madera, como por la ocupación del terreno. El uso de la madera fue sustituyendo a la especie dominante, el carbayo, por el castaño, del que también se aprovechaba el fruto para completar la dieta. Sin embargo, la aparición de plagas (principalmente la tinta) redujeron mucho la presencia de esta especie, aunque actualmente sigue siendo una de las especies autóctonas dominantes

Al ser Castrillón un concejo no muy extenso y con una orografía aparentemente dominada por áreas de escaso relieve, cabría esperar que apenas existiesen árboles y arboledas de interés. Sin embargo, aún hoy pueden encontrarse numerosos vestigios de cómo fueron los bosques autóctonos de hace siglos. Por lo tanto, los ejemplares que se mantienen actualmente deben considerarse reliquias del pasado, y como tales protegerse.

En esta zona confluyen varias alisedas y bosques autóctonos catalogados por el citado grupo ornitológico en este entorno más inmediato, masas arbóreas lineales a lo largo de las orillas de los ríos de La Plata y Raíces. Su interés es cómo se conservan y mantienen en un entorno muy humanizado, industrial, urbano y residencial, además de plantado de monocultivos de eucaliptos


Vamos a transcribir algunas de las características que plasman de estas interesantes masas arbóreas, en gran parte coincidentes con las del bosque caminero que acabamos de pasar:
"La Plata. La arboleda consiste en una porción de bosque de ribera (del arroyo de La Plata) rodeado de una masa de otras especies caducifolias. Se sitúa en el interior de la apretada curva de carretera de La Plata"

"Especies: aliso (Alnus glutinosa), roble (Quercus robur), castaño (Castanea sativa), sauce (Salix caprea), abedul (Betula pubescens), pino marítimo (Pinus pinaster) y acebo (Ilex aquifolium). Consiste principalmente en un bosque de ribera (del Arroyo de La Plata), aunque sus márgenes se encuentran muy pobladas por tupidas manchas de otras especies caducifolias. Por zonas predomina la aliseda (paralelamente al arroyo), aunque por otras las especies principales son castaños y robles. En ciertos puntos los robles alcanzan un gran porte. Dada la diversidad podría quizás subdividirse en varias áreas diferentes, pero se ha preferido considerarla toda como una, dada su continuidad física y dado que se encuentra aislada entre eucaliptales"

"Estado de conservación: bueno. La carretera dificulta en buena medida el acceso a esta zona, por lo que se encuentra poco humanizada y bien conservada"

"Consiste principalmente en un bosque de ribera (del Arroyo de La Plata), aunque sus márgenes se encuentran muy pobladas por tupidas manchas de otras especies caducifolias. Por zonas predomina la aliseda (paralelamente al arroyo), aunque por otras las especies principales son castaños y robles. En ciertos puntos los robles alcanzan un gran porte. Dada la diversidad podría quizás subdividirse en varias áreas diferentes, pero se ha preferido considerarla toda como una, dada su continuidad física y dado que se encuentra aislada entre eucaliptales"

"Elementos de interés en su interior: gran diversidad de aves. Se pueden destacar especies como el arrendajo, pito real, camachuelo común, herrerillo capuchino y agateador común. Se encuentran también mamíferos como el zorro y el jabalí"

Nuestra encantadora travesía por el bosque toca a su fin, oímos el tráfico de la carretera y vemos ya los edificios del pueblo de La Plata, también de esta parroquia de Quiloño


Edificio de pisos que, al otro lado, da a la famosa Carretera la Plata (AS-320). Allí está el restaurante Casa Pilar


El camino sube hacia la carretera, pero antes, a la izquierda, podemos visitar la histórica fuente del lugar, La Fuente la Plata...


En el camino, un artístico papel señala su acceso


Casi oculta por tierra y maleza hasta hace unos años, salvo el caño del que mana el agua, fue recuperada hace unos años gracias a una iniciativa vecinal, trabajando a sestaferia, esto es trabajo comunal del tercer día de la semana, la sexta - feria


No se conserva la cubierta que la protegía pero ha quedado al descubierto el gran lavadero, al que le vecindario acudía a hacer la colada antes que llegase el agua corriente a cada casa


La fuente actual parece ser fruto de obras y reformas realizadas entre finales del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, sin embargo es, naturalmente, mucho más antigua. Hasta el momento el documento más antiguo que se conoce la menciona es del año 1602, localizado gracias al esfuerzo de la cronista oficial de Avilés de las asociaciones vecinales, pero sin duda se trata de un manantial aprovechado desde tiempo inmemorial por la gente de la zona y arrieros y transeúntes del camín real


La estructura que ha llegado a nuestros días parece muy evolucionada: planta rectangular, zona de enjabonado, zona de aclarado, escaleras, caño, pilón, espacio amplio alrededor, lugar para posar los cubos, etc.


Para su restauración llegó a recurrirse mismamente a planos del Ejército Estadounidense donde se aprecia la fuente. De esta manera recogía la noticia Inés Montes para La Nueva España el 30-10-2017:
"Los vecinos de La Plata han conseguido planos del Ejército norteamericano en los que se aprecian la fuente lavadero que desde hace meses quieren que se restaure. Los presidentes de las asociaciones de vecinos de La Plata y de «Castrillón para todos», Montse Rodríguez y José Ramón López, respectivamente, han depositado en Patrimonio y en el Ayuntamiento de Castrillón copias de estos planos para su estudio y poder conseguir la restauración de la fuente. «Es un hallazgo importante porque son planos aéreos tomados por el Ejército norteamericano en 1950 donde se ve claramente la localización de la fuente», señala Rodríguez. 
«Estamos buscando toda la información posible sobre la fuente y el lavadero, sabemos que una de las primeras casas de La Plata se construyó en el año 1875 y la carretera con el trazado actual en 1895”, son datos que hemos obtenido de la cronista oficial de Avilés, María Josefa Sanz. Por ello, de esa época debe datar la fuente», manifiesta la presidenta de la asociación vecinal de La Plata. 
Los vecinos de la localidad llevan tiempo intentando que el Principado o el Ayuntamiento de Castrillón recuperen la fuente lavadero y pueda dar servicio además a los peregrinos del Camino de Santiago. «La fuente está a seis metros del Camino de Santiago y lo primero que hay que hacer es limpiarla. La fuente esta inutilizada, llena de zarzas, ratones e insectos. Pedimos que se limpie para que puedan utilizarla los peregrinos», prosigue Montse Rodríguez con su explicación"

De esta y otras fuentes del mismo nombre y sus leyendas sobre la plata, escribe también Xulio Concepción en el Diccionario toponímico de la montaña asturiana:
"Hay otras interpretaciones. Pero al observar otros lugares con nombre Plata, el escaso manantial de las respectivas fuentes no inclina a pensar en una posible referencia metafórica al brillo de las aguas como plata o algo parecido. Tampoco hay tradición de minerales. Mejor la referencia al camino y a la vía pecuaria"

Desde arriba tal vez apreciemos mejor su forma y distribución. Hay también para dejar el jabón, cepillo, etc. mientras se lava y que no caiga al agua. Ya sin uso desde la irrupción de las lavadoras, se ha acondicionado con la idea que pueda servir de lugar de reposo a los peregrinos, por ello hay casi siempre alguna silla. El 5-11-2018 vuelve a escribir Inés Montes para La Nueva España
"Los vecinos de La Plata están satisfechos tras conocer que la fuente-lavadero ubicada a seis metros del Camino de Santiago en la localidad castrillonense va a ser incluida en el catálogo urbanístico del concejo para su conservación. «Llevamos meses pidiendo al Ayuntamiento de Castrillón que incluya la fuente en el catálogo urbanístico. 
La documentación que presentamos tanto en el Ayuntamiento como en Patrimonio demuestra que la fuente es de propiedad municipal y ahora sí tienen que catalogarla, según el Principado», señaló la presidenta de la asociación de vecinos de La Plata, Montse Rodríguez. 
La decisión del Patrimonio ha sido bien recibida por los vecinos ya que tanto la asociación vecinal como la entidad «Castrillón para Todos», que preside José Ramón López, han trabajado de firme para conocer la historia de la fuente. 
En estos meses han conseguido planos del Ejército norteamericano que entregaron en el Ayuntamiento y en Patrimonio en los que se aprecia la fuente. «Son planos aéreos tomados por el Ejército norteamericano en 1950», indicó Montse Rodríguez. 
«También obtuvimos datos de la cronista oficial de Avilés, María Josefa Sanz. Una de las primeras casas de La Plata se construyó en el año 1875 y la carretera con el trazado actual en 1895, por ello de esa época debe datar la fuente», señaló la presidenta de la asociación vecinal. 
El pasado mes de septiembre el Principado requirió al Ayuntamiento, por segunda vez en un año, para que presentara un informe sobre el estado de conservación de la fuente-lavadero. 
El retraso en aportar el informe, según el gobierno local, se debió a que se estaba investigando la propiedad de la fuente. «El informe es independiente de la dilucidación de la titularidad de la fuente, pudiendo ser realizado por el Ayuntamiento en el ejercicio de sus competencias de inspección de bienes existentes en el municipio», añadía el requerimiento de Patrimonio. 
La perseverancia vecinal consiguió también la limpieza de la fuente-lavadero, que culminó el pasado verano. Los vecinos se turnaron durante meses para limpiar y adecentar la fuente, que desde hacía años estaba tapada por las zarzas y llena de basura. 
La asociación «Castrillón para Todos-Amigos del Camino» lideró la recuperación de la fuente con la ayuda de voluntarios de esa entidad y de la Asociación de Vecinos de La Plata"

Vista la fuente y su lavadero, y conocida la historia de su rehabilitación, retornamos al camino y retomamos la el camino donde lo habíamos dejado...


Aquí, en plena cuesta, cerca ya de la carretera


Pasamos de nuevo bajo el edificio de Casa Pilar y seguimos subiendo


Paso a paso un nuevo paisaje se abre ante nosotros: enfrente el monte de L'Armada, solar del castro astur que fue el precedente poblacional de La Plata. Al otro lado está Piedras Blancas, capital de Castrillón, a donde nos dirigimos


Se acaba ya la caleya, llegamos a una pista de hormigón y seguimos subiendo, a la izquierda


Aquí tenemos el mojón correspondiente que nos orienta pista arriba adelante...


En los nuevos mojones las flechas indican la dirección correcta, que es lo adecuado, independientemente del sentido en el que esté representada la concha


Pasamos bajo otro de esos esplendorosos castaños, árboles nutricios y camineros por excelencia...


Campos de La Plata, al pie del pueblo, paisaje de cobertizos agrícolas, huertas y prados...


Un ciprés, en lo alto, árbol también de marcado simbolismo desde la Antigüedad, señala el final de la cuesta y la llegada a la carretera. A la derecha, más huertos y frutales


Buena vista de esta parte del pequeño valle del río de La Plata. Más allá, al pie de las plantaciones de eucaliptos del Cotu Carcéu, el Scalextric de los enlaces de la N-632, semioculto por la arboleda. Es la rotonda de La Vegona


Vamos ahora a fijarnos en los detalles del cierre de esta finca


Son conchas del Camino de Santiago...


Cartel en la entrada...


Estamos en un bello mirador. Abajo un cabazo...


Y aquí, otra alegoría xacobea, en este poste...


Fila vertical de conchas, arriba los rayos de otra concha y un cartel de bienvenida a La Plata


Dice así:
"Peregrinos del Camino de Santiago. Bienvenidos a La Playa y os deseamos un Feliz Camino"
A la izquierda, en pequeño, la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias que según la tradición fue hecha en el citado y muy próximo Castillo de Gauzón


Y ya, terminando la cuesta, llegaremos a la Carretera de la Plata, la AS-320, construida en su trazado actual en 1895, sustituyendo al viejo Camín Real de la Costa. Actualmente es uno de los principales accesos al Hospital San Agustín de Avilés y a estas zonas de crecimiento urbano y residencial que enlazan Castrillón y Avilés


Ahora, desde la carretera, tal y como nos advierte el mojón, iremos a la derecha


Vamos cuesta abajo a la altura del kilómetro 4 de esta carretera, siendo entonces cuando tenemos una muy no agradable sorpresa...


NO HAY ARCENES ni mucho menos senda peatonal, señales verticales, luminosas, etc. que contribuyan a la seguridad de los peregrinos y de los propios automovilistas que se topen con ellos en un largo tramo. Se planea ponerle remedio con una senda peatonal, esperemos que sea pronto, porque parece lleva tiempo paralizada en alguna mesa, archivo, cajón o trámite burocrático


Recordamos que es una vía interurbana y de acceso directo al hospital, suele haber bastante tráfico y veloz, para colmo con varias curvas y no siempre buena visibilidad


Aparte, por supuesto, hay varios cruces con entradas a las casas y a caminos vecinales. El diario La Nueva España ha llegado a publicar un álbum de fotos con el título La peligrosa carretera de La Plata... si es así ya para los conductores contemos para viandantes, muchas veces en importante número y en paso continuo, los peregrinos


Al menos, en lugares como este, podemos meternos un poco por la cuneta entre la carretera y el prado y lograr un poco de preciada seguridad mientras vemos, a la derecha, L'Armada, grande, antiguo y ancestral castro o recinto fortificado astur de más de dos milenios de antigüedad, afectado por torres de luz, plantaciones forestales y obras viarias, está pendiente, como tantos otros, de estudios serios y excavaciones arqueológicas. Si bien fueron halladas cerámicas que demuestran que el lugar estuvo habitado al menos hasta la alta Edad Media. 


Trascribimos parte de un artículo al respecto de El Blog de Acebedo, Réquiem por los castrosen el que recoge noticias también de La Nueva España, cuando este de L'Armada aún era calificado de dudoso, aunque ya había sido verificado en 1962 por el arqueólogo José Manuel González y Fernández Vallés:
"Diez castros, todos ellos sin investigar, jalonan la comarca avilesina. La reciente polémica por el veto administrativo a intervenir en el castro gozoniego de Podes viene a poner de relieve el potencial inexplotado de la comarca en lo que a patrimonio prehistórico se refiere, en su doble vertiente de recurso cultural y turístico. Castrillón y Corvera concentran la mayor parte de esta riqueza inexplorada, de restos propios de los poblamientos que se asentaron en la región antes de la llegada de los romanos. "Es lo que en otros países llaman arqueología céltica, que se utiliza como recurso turístico", explica el arqueólogo experto en castros Alfonso Fanjul, autor de un trabajo que lleva por título "Los castros de Asturias" y en el que recopila en torno a 250 yacimientos castreños desperdigados por toda la región.
Según este trabajo, en la comarca se ubican los castros de El Cantu la Figal (Nieva), el ya mencionado de El Castiellu (Podes) y Los Garabitales (Granda), todos ellos en Gozón; en Corvera están el Pico Castiello (Molleda) y Xunceo, mientras que en Castrillón está el de La Peñona (San Amaro) y en Soto del Barco El Castillo de San Martín. Además identifica otros tres "castros dudosos", todos ellos en Castrillón: los de Armada, el Castro de Quiloño y el Barrial. 
El misterio que encierran los modos de vida de aquellos pobladores celtas va poco a poco revelando nuevos datos, fruto de diversas investigaciones arqueológica. Y así, según afirma Fanjul, "cada vez la arqueología va demostrando que eran tribus mucho más complejas de lo que pensábamos y de lo que los romanos decían". Así, los análisis demuestran que estas comunidades tenían una agricultura intensiva y una notable actividad comercial. 
Los castros se distribuyen por toda la geografía asturiana; sin embargo son numerosos los que se ubican en la costa, como es el caso del ya antes mencionado de Podes. Alfonso Fanjul compara este poblamiento con el de la Campa Torres en Gijón. Y puede sorprender esa cercanía al mar, tantas veces inhóspito. Sin embargo el arqueólogo explica que la vida se desarrollaba al amparo de una muralla de entre 3 y 4 metros de altura. "Las chozas en paralelo estaban perfectamente protegidas del viento". Lo que aportaba la costa a estos pobladores era tanto recursos marinos (los concheros demuestran el alto consumo de moluscos) como la facilidad del comercio. "Había ya un comercio intensivo antes de que llegaran los romanos, con productos de lujo", afirma. Así, en la Campa Torres fueron hallados recipientes ibéricos que traían confituras procedentes de Alicante. Los astures exportaban, fundamentalmente, metales. Ese comercio de lujo deja anécdotas curiosas, como el reciente hallazgo de los restos de un mono de Gibraltar en un castro de Irlanda"

Y sigue el artículo, hablando de los castros y sus enigmas, sobre todo los costeros de esta comarca...
"No obstante, son muchos los interrogantes que siguen abiertos. Fanjul señala, por ejemplo, la incógnita de lo que ocurrió tras el conflicto con los romanos. En el año 25 antes de Cristo terminaron las Guerras Asturcántabras, y sin embargo los restos de poblamiento típico romano comienzan a fecharse un siglo más tarde. "Nos empezamos a plantear ahora que pudo haber casi un siglo de conflictividad, y los efectos que ello habría supuesto sobre el paisaje y el poblamiento".
Otra de las líneas de investigación abiertas es por qué en la mayoría de los castros astures, sobre todo los del centro y oriente de la región, hay un vacío en la ocupación de los poblados cuando llegan los romanos. Y no ocurre así, sin embargo, en occidente, donde hay continuidad. El castro de Podes es un ejemplo de esa ruptura: los restos cerámicos detectados son prerromanos, pero no romanos, por lo que parecen indicar ese cese de actividad posterior en el poblado.  
"Hay tal cantidad de castros sin excavar como preguntas por responder, y muchos además se estudiaron sin análisis de ningún tipo. Es más, todo lo que se excavó antes de la década de los años 90 podría revisarse", sostiene Alfonso Fanjul. Hasta ahora sólo se excavaron en Asturias unos 25 castros, un diez por ciento de los que existen. "Pero de esos, sólo 16 se investigaron realmente bien; y con informes completos apenas hay una decena". La arqueología castreña tiene en Asturias ya más de dos siglos de historia, ya que comienza a finales del siglo XVIII con la excavación de la Campa Torres por parte de un grupo de estudiosos capitaneado por Jovellanos. En la comarca avilesina está todo por hacer, y la parte positiva es que las nuevas técnicas y herramientas empleadas en la investigación arqueológica permitirán conseguir unos resultados de mucha mayor calidad que la que hubieran tenido hace años"

Lamentablemente, no podemos contemplar tranquilamente el solar del castro, sin duda muy transformado con el paso del tiempo, pues estaremos más atentos a nuestra propia seguridad y a ver dónde ponemos el pie y al paso de los vehículos por esta carretera


Por ello decíamos antes, bajando de El Caleyo y El Campo'l Conde, que aquel estrecho arcén peatonal que tuvimos antes  íbamos a echarlo en falta prontamente...


Curva a la izquierda. Realmente el camino original iba a la derecha pero está casi tragado por la vegetación. Se quiere también su recuperación dentro de la proyectada vía peatonal. Del antiguo camino dicen así en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa:
"... el itinerario primigenio que bordearía el alto de La Armada fue destruido por esta circunvalación y sus ingentes rellenos, así como por el paso de FEVE. Hemos de tomar, pues, como alternativa la carretera de La Plata, que aquí describe un considerable rodeo, que seguiremos hasta su unión con la N-632"

Si la curva es peligrosa para los conductores contemos si añadimos buen número de peatones



En invierno, los árboles sin hojas nos permiten ver el valle de Quiloñu, donde se asentó en la alta Edad Media el monasterio de San Miguel, organizando la explotación y poblamiento de estas vegas de la cuenca fluvial del río Raíces con sus afluentes. Hubo en las cercanías hornos de cerámica negra tradicional en la zona, cuyo origen parece sumirse también en la Prehistoria. Allí al fondo, en Las Curuxas, divisamos los viaductos de la Ronda de Avilés y de la Autovía del Cantábrico 


Pasamos junto a la entrada de otra casa y seguimos bajando con muchísima atención y cuidado


En su momento se recogieron aquí firmas a favor de la tan deseada y necesaria senda peatonal de La Plata...


Información de la petición en español, asturiano, inglés y francés


Vayamos por la izquierda o por la derecha, otra muestra de lo complicado que se hace pasar por aquí al viandante, jugándose el tipo literalmente


Por suerte, en este prado abierto tendremos un respiro al poder apartarnos prudentemente del asfalto antes de otra curva

Ahora vemos otro viaducto, este en primer término: de nuevo la N-632, bajo él vamos a pasar ahora mismo...



Más a la derecha, el monte Miravalles. Al otro lado está Piedras Blancas, la capital de Castrillón


Si nos fijamos, y si los eucaliptos en constante crecimiento nos dejan, reconoceremos ya alguno de sus edificios


Abajo asoma el tejado de la Casa'l Pitero, por donde entraremos en su centro urbano. Más arriba y a la izquierda el gran bloque de pisos de la calle Fruela


La señal indica que en este momento y lugar salimos del pueblo de La Plata


Llegan ahora entonces otra curva complicada y un cruce


Realmente lo más seguro parece es ir por la franja derecha, siguiendo el borde del prado por los postes telefónicos


A la izquierda no hay arcén, aunque cierto es que en algún momento habrá que ir pensando en cruzar y es mejor hacerlo donde tengamos la máxima visibilidad


Dejamos a la izquierda el cruce de Ferralgo y continuamos todo de frente por la Carretera de La Plata...


Azulejo de la concha y flecha amarilla en este otro poste de teléfonos


La carretera hace aquí una recta cruzando de lado a lado estas riberas del río Raíces, yendo primeramente en dirección a El Ventorrillu


El Camino sigue todo recto, pero los amantes del arte y de la historia tenemos antes una cita con el arte y con la historia: la visita a la iglesia de San Miguel de Quiloñu, para lo cual habríamos de desviarnos unos instantes a la izquierda:

-VISITA A LA IGLESIA DE SAN MIGUEL DE QUILOÑU:


No vamos a mentir y hemos de decir que esta iglesia lo más normal es que la encontremos cerrada, salvo con ocasión de misas, fiestas, etc,. No obstante tal vez puedan concertarse visitas coincidiendo con alguna actividad parroquial y contactando con la asociación o entidad pertinente. No obstante verla desde el exterior también tiene su aliciente por alguno de sus más llamativos detalles, y nosotros, por nuestra parte, no deseamos pase desapercibida dada su importancia para la historia del lugar, dado que apenas se ve desde el Camino


Dicho esto, si deseamos acercarnos a la iglesia, dejaremos un momento la Carretera de La Plata para tomar la carretera local CT-3 que se dirige a los barrios de Llordal y Samiguel


Esta carretera es muy ancha y tiene muy poco tráfico, por lo que es mucho más agradable de caminar. El entorno sigue estando muy arbolado, tanto en los setos como luego ya las omnipresentes ocalitales


Tenemos una muy buena vista del valle y del entorno de la parroquial, en el barrio de Samiguel, aunque en conjunto con las casas de alrededor suele llamarse El Llordal (lloredal, tierra de lloreos o laureles). La parroquia por su parte parece sin duda fue la posesión de un Aquilonius, de época romana o altomedieval, pues se debate sobre el origen, latino o germánico, de este antropónimo


A lo lejos, otro barrio, El Castru, hacer referencia a otro delos castros localizados en la parroquia. Más allá, el monte Los Llanos cierra esa parte del valle por el oeste-sudoeste


La estructura actual del templo es dieciochesca, pero transformada tras su reconstrucción después de la guerra civil


Destacan especialmente los tejados picudos y piramidales de las capillas laterales, los cuales asombraron  al mismo Jovellanos, el ilustrado asturiano, cuando pasó por estos lugares en el verano de 1792, escribiendo en sus Diarios
"Nos anocheció en Quiloño. Dos agujitas que tienen su nueva o renovada iglesia, parecen dos quesos de puño...". 
Los quesos de puño son los ahora más conocidos como Quesu Afuega'l Pitu, uno de los más populares quesos asturianos


Estos serían en principio los quesos a los que se referiría Gaspar Melchor de Jovellanos, el estilo denominado atroncáu roxu, con esta forma cónica y rojizos, como dichas cúpulas, al estar elaborados con pimentón


Un poco más adelante, un camino a la derecha nos llevará directamente al santuario


De frente a nosotros de nuevo el monte Miravalles. A la izquierda asoman las casas de La Peruyera


Bajo Miravalles el río La Candaliega, que vamos a pasar ahora, da sus aguas al río Raíces cerca de La Vegona


Y ya volvemos a tener, ante nosotros, la iglesia parroquial de San Miguel de Quiloñu


Y uno de sus quesos... de puñu o de... Afuega´l Pitu atroncáu roxu



Y este es es citado puente sobre del río La Candaliega, afluente del río Raíces como hemos dicho



Al acercarnos, además de sus capillas laterales con sus picudas formas, destaca la voluminosa cabecera, que guarda el altar mayor


San Miguel de Quiloñu, citada en la diplomática medieval asturiana como monasterio, si bien fechada en el año 905 en un documento del siglo XII que parece ser una falsificación o interpolación del Obispo Pelayo en el Liber Testamentorum de la catedral ovetense, que buscaba inventariar todas las posesiones de esta sede eclesiástica asturiana frente a otras diócesis, atribuyéndole una donación del rey Alfonso III


Es necesario decir que en aquella época se llamaba monasterio a cualquier comunidad religiosa por pequeña que este fuera, incluso a veces a una familia acogida a los preceptos de alguna orden o regla


Podemos entrar al pórtico o cabildo, bajo la espadaña del siglo XVIII


Entramos al templo pero antes veremos a la izquierda otro elemento muy interesante


Una porción de antigua columna con su base, tal vez parte del antiguo templo medieval


Entramos seguidamente adentro, admirando el interior de  esta iglesia de planta de cruz latina con capillas laterales


Aquí se conserva una importantísima inscripción de finales del siglo IX o principios del X que demuestra la antigüedad del santuario, donde se informa de las reliquias aquí depositadas...
"Hec aula sancti Micaeli vocat, sunt hic reliquie de cruore domini, Sancte Marie, Santi Joani, Sancti Jacobi, Petri, Adriani, Vicenti, Servandi, Germani, Marine, Agate, Dorote, Tirsi, V..."

De ella leemos en Los restos arqueólogicos altomedievales del antiguo Alfoz de Gauzón, obra de César García de Castro Valdés. del Museo Arqueológico de Oviedo:

". Inscripción depositoria de reliquias. Colocada en su lugar, muro Norte de la nave del templo parroquial, entre 1871 y 1880. La documentó Jovellanos en 1782, al exterior, junto a la jamba izquierda de la puerta. Caliza amarilla, 27 x 42,5 cm, originalmente placa de 42,5 x 42,5 cm. En la actualidad tiene cinco renglones cajeados por dobles líneas horizontales. Le falta la expresión de la fecha, lo que permite suponer dos líneas más. Goza de caracteres cuidados, de módulo vertical rectangular, propios del reinado de Alfonso III (...)

Atestigua el monasterio a finales del IX, bajo la advocación de san Miguel, arcángel cuyo culto hispánico, derivado de la dedicación de su basílica en la Via Salaria en Roma, el 29 de septiembre, gozó de expansión a partir del siglo VIII, superando la dimensión local que se puede intuir en el VII (...), no hay expresión alguna del acto de consagración ni del obispo consagrante. No obstante, ambas circunstancias han de presuponerse: la deposición de las reliquias es el acto central de la consagración del altar, ceremonia reservada al obispo en todas las liturgias cristianas. Introduce reliquias derivadas directamente de la lista original del Arca Santa de la catedral ovetense (...)

Muy importante resulta la mención de Santiago por su fecha temprana, coetánea al altar del santuario septentrional de Valdediós y a la advocación del templo de Gobiendes (Colunga). Dejando a un lado a Juan -probablemente el Bautista, por seguir en la enumeración a María y preceder a los apóstoles Santiago y Pedro-, Adrián, Vicente y Tirso son santos bien atestiguados en la Hispania tardoantigua. 

Por el contrario, los gaditanos Servando y Germán, las ya citadas Marina y Ágata, Dorotea de Antioquía y Verísimo de Lisboa arrancan su culto con el reino asturiano. El monasterio de san Miguel de Quilonio consta entre las innumerables posesiones donadas por Alfonso III y Jimena a San Salvador de Oviedo en el testamentum de enero de 905, recogido en el Liber testamentorum. Como fecha de redacción de este documento se postula la del cartulario, obra del obispo Pelayo de Oviedo ca. 1108-1122, grosso modo. La epigrafía de la inscripción atestigua la existencia de un templo con la misma advocación en fechas cercanas a la indicada por el testamentum" 


Según informa Fortunato Selgas en la Revista de Asturias de noviembre de 1880, este ara estaba antes en la clave del arco toral que da acceso al altar


Hasta la guerra civil estuvo en dicho altar otra inscripción, con la leyenda "Adefonsus Cristi T Servus" y una cruz procesional grabada. La inscripción estaba en otro ara que tapaba el hueco de las reliquias


De ella se conserva un croquis, y dice también de Castro Rey en la publicación antes reseñada:
"Placa de mármol, rectangular, de unos 32 x 21 cm. Con cruz de medallón central, alfa y ómega colgantes, llamas sobre los brazos transversales, brazos ensanchados de remate recto. Taladros en los ángulos definidos por los brazos de la cruz, destinados a la fijación en la mesa del altar o a albergar reliquias selladas

Los paralelos más cercanos son el ara de Santa María de Leorio (1051), 31 x 26 cm, con la leyenda CRVCIS ALME/ FERO SIGNVM/. FVGIE DEMON/ ERA LXXXVIIII; el ara de san Miguel de Teverga (ante 1048), 38 x 31 cm, anepígrafa y después reutilizada como inscripción fundacional25; el ara de santa Susana y san Daniel de san Martín del Valledor, Allande (950-1050), 32 x 28’5 cm, con inscripción IOANNE V(ERNVLVS) X(RISTI); y el ara de San Martín de Churío (Irixoa, La Coruña), con la inscripción perimetral EMANVLE/ NOVISCVM EST/ SVB ARA EIVS S(ANCTI) MARTINI EP(ISCOP)I ET CO(NFESSOR 

Común a todas ellas es la presencia de la cruz parusíaca con A y Ω, que en los casos de Quiloño, Leorio y Churío se completa con las llamas alusivas a la Trinidad. La mención del nombre del promotor emparenta a la pieza de Quiloño con la del Valledor, en tanto que las de Leorio y Churío muestran un signo apotropaico en el primer caso y eucarístico en el segundo.

 Se ha discutido la identidad de este Adefonsus que suscribe el ara. La intitulación Christi servvs, como ya hemos estudiado, remite a su uso por parte de los apóstoles en las cartas canónicas, y se limita a muy escasos laicos investidos de una notable conciencia isoapostólica.

Se conocen algunos ejemplos más entre clérigos de rango superior, obispos o abades, a fines del X o inicios del XI. En el caso de Quiloño, hemos de rechazar la identificación manida con Alfonso III, que utiliza famvlvs Dei o famvlvs Christi en su epigrafía (cruz de Compostela, 874; cruz de la Victoria, 908), salvo en el acta de consagración de la basílica compostelana del 899, documento de compleja transmisión textual y por ello de empleo difícil para cuestiones relativas al formulario diplomático. Como ya hemos visto, la citada ara del Valledor contiene esgrafiada la inscripción Ioanne X(risti) V(ernvlvs), asimilable a la de Quiloño"

En las cercanías fue descubierto, y excavado por Emilio Olávarri, un conjunto de 12 hornos de cerámica negra muy antiguos, precedente de la famosa cerámica negra de Miranda, en Avilés, tal y como afirma el investigador José Manuel Feito:
"No existe tradición ni oral ni escrita que se sepa. Se descubrieron los hornos no hace mucho por casualidad bajo una tierra de labor situada entre el río y la iglesia parroquial. Fabricaban cerámica negra"

Un poco más al sur, el barrio de La Ventosa, por donde viene el río La Candaliega


Al sur, la iglesia tiene también este acogedor pórtico. Enfrente está el camposanto. Seguimos admirando la forma del quesu de puñu o Afuega'l Pitu en esta cubierta de la capilla lateral según vamos a la parte posterior del campo de la iglesia, al lado del camino de acceso


Aquí, el 29 de septiembre del año 2017, fiesta de San Miguel, se realizó un homenaje a la historia del antiguo monasterio y a los peregrinos, plantándose un texu, árbol de tejo, como es tradición secular...


Es el árbol totémico bajo el que se reunía la xunta vecinal o conceyo aberto, árbol sagrado de la cultura céltica, símbolo de la vida, la muerte y la eternidad. La vida por su hoja perenne, la muerte por la toxicidad de algunos de sus componentes (venenos y posiblemente medicinas y alucinógenos), y la eternidad por su longevidad


De este campo de la iglesia escribe asimismo de Castro Rey:
"En el espacio situado ante la fachada septentrional del templo se ha excavado en 2011 una zanja de 24 m de longitud que dio como resultado la identificación y documentación de los restos de cuatro inhumaciones en tumbas de lajas, muy alteradas, labradas en el sustrato arcilloso, sin restos óseos, orientadas paralelamente al eje del templo, lo que permite postular que bajo el edificio actual se encontrarán los restos de las fábricas precedentes, a las que se acompasó la formación de la necrópolis acreditada en la excavación"

Pero si queremos tener una muy buena vista y captar una preciosa imagen de la iglesia con sus quesos roxos d'Afuega'l Pitu en todo su esplendor, podemos volver al camino y andar unos metros más hacia adelante. Destacan también los detalles, volutas, pilastras y pináculos, de su espadaña del campanario

Esta sería la imagen de la iglesia que inspiró a Gaspar Melchor de Jovellanos en su escrito dedicado a la visita a Quiloño y otros lugares de los alrededores de Avilés. de la que Ramón Baragaño ha dejado un muy buen artículo en La Voz de Avilés del 31-8-2008, titulado Avilés y Castrillón en los diarios de Jovellanos:

"En su diario cuarto, correspondiente al año 1792, Jovellanos relata, en su itinerario octavo, un viaje desde Gijón hasta la comarca avilesina y la zona de Pravia. En la tarde del sábado 14 de julio de 1792 salió de Gijón en dirección a Avilés. Tras abandonar el concejo gijonés, entró en el de Carreño y, por Guimarán, Tamón y Trasona, llegó a la «bellísima parroquia de Villalegre, más poblada y con más señales de riqueza que las otras por su caserío. Nueva carretera, ancha y bien trabajada, plantada de álamos malos al principio, buenos y mejores después. Enorme y feo canapé en medio de un gran trozo de camino levantado sobre altísimos y fuertes paredones, y que debió por lo mismo ser muy costoso (...) Al lado del camino, bellísimos prados y heredades. País delicioso por todas partes, aunque no pudimos observarle bien por ser ya de noche». 
Acompañado por su hermana Gertrudis y varios viajeros más, entró por fin, tras cuatro horas de viaje, en Avilés, donde visitó a varias personas principales, entre ellas al obispo Juan de Llano Ponte, cenó y durmió. El prelado avilesino, amigo de Jovellanos, había sido durante veinte años obispo auxiliar de la diócesis y sucedió a Pisador en 1791. Solía pasar largas temporadas en el palacio que su familia poseía al comienzo de la calle del Rivero, edificio construido por los hermanos García Pumarino, en el que Armando Palacio Valdés situó algunos pasajes de su novela 'Marta y María' y hoy sede de los multicines Marta. Para poder acceder en carruaje a dicho palacio, el obispo compró y demolió parte de los soportales de la estrecha calle, y también elevó y dotó de alcantarillado el pavimento, con el fin de que no sufriera inundaciones por las abundantes aguas procedentes de la huerta (hoy parque municipal) del marqués de Ferrera. 
El domingo día 15 de julio fue a oír misa a la parroquia de San Nicolás, donde le sorprendió «a la entrada un bellísimo capitel romano de mármol blanco de orden corintio, que sin el cimacio tiene una vara de alto. Está a la derecha de la puerta principal de la parte de afuera y sirve de pila de agua bendita. ¡Qué columna no correspondería a los modelos de semejante capitel y qué templo o edificio a semejante columna!» La portada de la iglesia le pareció a Jovellanos «de buena y antigua arquitectura asturiana»; el interior, más reciente y del gótico moderno. Cita a continuación la capilla de Solís, en cuya portada hay una 'inscripción curiosa' que copió. Allí asistió a una misa de veintinueve minutos de duración. 
Al lado del gran pórtico cubierto está la capilla de los Alas, entonces propiedad de José Carbayedos, «muy venerable por su antigüedad, con su graciosa portadita del gusto asturiano», la cual visitó y aprovechó para copiar las cuatro lápidas sepulcrales de la familia de los Alas que allí existen. Cita también en esta capilla un «retablo de madera, en que están metidos varios bajos relieves de mármol blanco, si despreciables por el dibujo, muy venerables por la antigüedad de su escultura». Jovellanos se refiere en este párrafo al famoso retablo inglés de alabastro que desapareció durante la Guerra Civil de 1936. De regreso observó la casa de Valdecarzana, «que es sin duda de gran antigüedad, porque los arquitos dobles y las columnas que los sostienen en las ventanas son de arquitectura asturiana y pertenecen al siglo XII». Desde allí se trasladó hasta el hospital fundado por Pedro de Solís en la calle del Rivero, cuya inscripción fundacional copió también. 
El martes 31 de julio, tras haber dormido la acostumbrada siesta, Jovellanos inició el regreso a la villa avilesina siguiendo el mismo itinerario de la ida. «Nos anocheció en Quiloño. Dos agujitas que tienen su nueva o renovada iglesia, parecen dos quesos de puño. ¡Qué bella vista hace la de San Martín de los Pimientos con la luz del crepúsculo situada en alto, cortando el horizonte y rodeada de árboles!» Después de atravesar la parroquia de San Cristóbal, entró en Avilés por Sabugo. «Llegamos buenos -escribe-, y se acabaron felizmente la jornada, el mes y el día». El miércoles 1 de agosto despachó el correo y realizó visitas a las casas de Valdés y León, y a la del obispo, en la que había una comida con asistencia de numerosos familiares. Allí les regalaron 'pavías' (piescos o melocotones). Por la tarde se acercó hasta el convento de las monjas de San Bernardo, donde copió varios documentos antiguos. A continuación paseó por el camino nuevo, con vistas al molino de Prada. «Por la noche, tertulia en casa».

Curioso y hermoso topónimo es el que nos transmite Jovellanos en este mismo escrito, San Martín de los Pimientos. Estamos muy cerca de ese lugar, que veremos enseguida, regresando al camino donde lo hemos dejado, prácticamente ya a las puertas de Piedras Blancas...

RETOMANDO ELCAMINO. RUTA A PIEDRAS BLANCAS:


De esta manera, visitada la iglesia y su entorno, volvemos a la Carretera de La Plata, siguiendo el camino señalizado, cuyas flechas amarillas vemos en este guardarraíl en el cruce con el camino que nos llevó al templo de San Miguel


Por si se nos había olvidado, dicha carretera sigue sin arcén, por lo que toca también extremar las precauciones en esta vía


Aquí cruzamos el puente correspondiente sobre el río La Candaliega. Por aquí estaría El Ventorrillu, un topónimo similar al de muchos lugares, de origen castellano en su diminutivo, que era como se denominaba en tiempos a cierto tipo de ventas camineras, las cuales pasaron a dar nombre al lugar en el que se asentaban 


Flecha amarilla pintada en la parte posterior de una señal de tráfico. Desde aquí tenemos una buena perspectiva del valle al sur, a nuestra izquierda


Y vemos Samiguel, el entorno de la iglesia, de donde venimos ahora


Del santuario realmente apenas vemos la espadaña y un poco del tejado


La espadaña del campanario, elemento del siglo XVIII, construido dentro de las obras que dieron la traza actual del edificio, tiene una especie de refugio a manera de caseta en la parte de atrás, tal vez un añadido, común a muchas iglesias, para albergar el mecanismo de las campanas


Pasado el puente viene una estas peligrosas curvas cerradas. A nuestra derecha, en una finca, un hórreo de corredor


Hórreo y cobertizos en la vega del río, que discurre un poco más allá


En esta curva salimos del barrio o lugar de Samiguel o Llordal


Y nos dirigimos al túnel bajo la línea ferroviaria de FEVE, que vemos ya de frente, otra de las infraestructuras que hicieron desaparecer el camín real original en esta zona


Este tramo del ferrocarril (Pravia-Avilés), se inauguró el 11 de septiembre de 1956 dentro de aquel proyecto del Ferrocarril Ferrol-Gijón, originalmente llamado El Estratégico, dice la Wikipedia:
"El Estado fue el encargado de realizar unas obras que pretendían unir Ferrol con Gijón siguiendo la costa cantábrica, algo que no sucedió hasta el 6 de septiembre de 1972.​ Este tramo, el primero en abrirse de la línea, fue explotado inicialmente por la compañía del Ferrocarril de Carreño aprovechando que la misma ya tenía una línea en funcionamiento entre Avilés y Gijón. El Estado recuperó la titularidad del trazado en 1968 otorgando la gestión a FEVE que la mantuvo hasta 2013, momento en el cual la explotación fue atribuida a Renfe Operadora y las instalaciones a Adif"

A la derecha del túnel hay otro más pequeño, para el río La Candaliega, ahora a nuestro lado a la derecha


Para que pase el río La Candaliega formado aguas arriba, en La Barrosa, por la unión de las aguas de los regatos de Orbón y Enmedio, Tras pasar por Teboyas, Miranda Ferralgo y Samiguel, va ahora a dar sus aguas al río Raíces


A decir verdad, en este túnel también te la juegas. Estas entre los coches y la pared. A riesgo de parecer pesados no nos cansaremos de rogaros la máxima atención y prudencia


Un poco más allá nos cruzaremos con la senda peatonal que une Salinas con Piedras Blancas


Pasamos El Molín de Quiloñu, que molía con el agua del río Raíces, con el que ahora nos vamos a encontrar en esta vega, pasando sobre el puente que lo cruza


Desde el puente vemos arriba a la izquierda la quintana de Quiloñu, entrando ya en la parroquia de Samartín de L'Aspra, donde está la villa de Piedras Blancas, al pie de la histórica iglesia de San Martín o Samartín de los Pimientos, que veremos al acercarnos al casco urbano... 
































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