Embarcadero de Pedreña, con Santander al fondo |
Embarcadero de Somo |
Desde la baja Edad Media se sabe de un servicio regular de lanchas o embarcaciones que realizan la travesía por mar desde aquí a Santander, ahorrándose un larguísimo trecho de Camino. Hoy en día son estas las lanchas de Los Reginas, también llamadas Pedreñeras, dado que tienen una parada también en el cercano embarcadero de Pedreña, empleadas por la mayor parte de los peregrinos que realizan el Camino Norte
Antaño, el paso de rías y estuarios, máxime este, el mayor del norte de España, causaba pavor a los viajeros. Eran endebles embarcaciones atestadas muchas veces de gentes, ganado y caballerías que expuestas a las fuertes corrientes, más de una vez naufragaban. Para más inri era gravoso en la mayor parte de los casos el pago del pasaje por lo que era común que, para evitarlo, se diesen grandes rodeos hasta hallar un paso franco y por tierra firme hacia el destino de la otra orilla, tal y como aquí acontecía, pues desde Somo puede irse al vecino pueblo de Pedreña (también con embarcadero) y de allí a Pontejos, El Astillero y Maliaño, junto al puerto y al aeropuerto de Santander, entrando así en la ciudad luego de rodear toda la bahía por Peñacastillo, o bien continuar ruta hacia Bezana y Mompía
Esta opción terrestre también está señalizada, si bien es una etapa más larga, pues han de recorrerse para ello casi 28 kilómetros de trayecto con un tiempo estimado entre siete y ocho horas de andadura. El paso en lancha es de unos 20 minutos. De esta alternativa por la orilla de la ría nos ocupamos en esta ocasión, teniendo en el mismo muelle la doble señalización. Caminamos pues a la izquierda cuando estamos a 596 kms. de Santiago de Compostela
Y así seguimos por la explanada del puerto en dirección a la carretera CA-141 que viene de Galizano
Aquí hay un espolón por el que discurre la mencionada carretera, junto al embarcadero de lanchas
Vemos salir a La Pedreñera en singladura a Pedreña y Santander mientras nos detenemos un instante a leer este panel con información de la ría que aquí se forma, la Ría de Cubas, donde el río Miera desemboca en la bahía
A lo lejos vemos el Puente de la Ría de Cubas, inaugurado en 1978. Antaño había de darse un formidable rodeo desde la salida de Galizano a Villaverde de Pontones para salvar este brazo de mar. Al fondo es el monte de Contracajón, de 52 metros de altitud, donde está el campo del Real Golf de Pedreña, fundado el 29 de diciembra de 1928 como Real Club Pedreña cuando se confirmó que Alfonso XIII aceptaba ser su presidente honorario, si bien fue una idea de la reina Victoria Eugenia hecha realidad por un grupo de entusiastas alentado por Ramón Quijano de la Colina, adquiriendo 274 fincas con este menester
Llegados a la carretera tomamos la acera para ir al puente
Al fondo Pedreña, hacia donde va la lancha de Los Reginas y también vamos nosotros, pero por tierra firme
Desde el muelle de Pedreña vemos Santander
Y el gran Arenal de Somo, El Puntal
A la izquierda El Ribero, por la zona de Cantacaminos
Y la Ría de Cubas, con las marismas
A lo lejos la Punta de Somogo a la izquierda y la orilla por la parte de El Pico, adivinando más en lontananza Rubayo, capital del municipio de Marina de Cudeyo, fundado en 1836 de la unión de Rubayo (municipio fundado en 1922) y del llamado Tercio de la Marina de Cudeyo. A lo lejos es la serranía de Peña Cabarga, con el Pico Llen a la izquierda (570 mts.) solar del monumento a la Marina de Castilla. En medio es Peña Mora (456 metros) y a la derecha el Alto de Castril Negro (455 mts.). Por allí abajo discurre otra de las rutas que circundan la bahía, la que de Villaverde de Pontones va a Solares y de allí sigue a Revilla para seguir a Peñacastillo, entrada a Santander
Y aquí desemboca el río Miera, uno de los más importantes de Cantabria, testimonio de tantos y tantos episodios históricos desde la Prehistoria hasta nuestros días
Vamos acercándonos pues a Pedreña
La lancha y el puerto. ante los altos edificios allí existentes
Arenal de Somo y Santander
Domina la bahía, al norte de la ciudad, el palacio y península de La Magdalena, donde se han localizado restos romanos de a partir del siglo I de nuesta era, justo tras la conquista del territorio por parte del Imperio de Augusto en las guerras asturcántabras contra Roma. Dada su privilegiada situación sobre la ciudad y la desembocadura fue desde siempre un enclave fortificado en el que se libraron algunas batallas durante la Guerra de la Independencia
A primeros del siglo XX fue regalado al rey Alfonso XIII y allí se construyó entre 1909 y 1911 el palacio real, razón por la que también se conoce al lugar como Real Sitio de la Magdalena. Se esperaba, como así fue, que la presencia del monarca con su familia y séquito promocionase Santander a todos los niveles, especialmente por parte de las clases más pudientes, que estableciesen aquí sus quintas de recreo, residencias, negocios y espacios de ocio, principalmente la vela
Alfonso XIII utilizó el lugar como mansión de veraneo entre 1912 y 1929. Es de entonces cuando, por iniciativa real, se planta en la península el bosquete de pinos. Luego pasó a ser sede de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, hasta la actualidad
El Muelle de Somo, guardado por el arenal de El Puntal, es un excelente puerto de abrigo para estas embarcaciones
Más allá de Pedreña un picudo monte a la orilla de la bahía ha de llamar nuestra atención
Es La Peña, en Peñacastillo, donde existen restos de un castro y poblamiento que pudo ser en origen el antrecedente directo de la actual ciudad, antes incluso de la llegada de los romanos
A sus pies se extienden la Darsena Norte, la Dársena de Maliaño y la Dársena Sur de Raos, así como el fondeadero de los Mártires. Instalaciones portuarias del Puerto de Santander. A su derecha son los Muelles de Maliaño, el Muelle del Almirante...
Y ya ante la ciudad de Santander los muelles de Albareda, Maura y Calderón
Dársenas de Molnedo y Puerto Chico, ante el que fue el casco antiguo, desaparecido en el voraz Incendio de Santander de 1941
Allí está el El Centro Botín o Centro Botín de las Artes y la Cultura, promovido por la Fundacion Botín y a cargo del arquitecto italiano Renzo Piano, con una altura que no supera a la de los árboles de los Jardines de Pereda, con dos grandes volúmenes que parecen elevarse sobre suelo y mar
Proyecto del italiano Renzo Piano, Consta de sos volúmenes enlazados por pasarelas y miradores sobre la ciudad y la bahía, gran terraza, salas de exposiciones y abajo cafetería y restaurante. Detrás asoma un poco la torre de la catedral de Santander, junto a la que pasa el Camino atravesando la urbe en dirección a Peñacastillo desde los Jardines de Pereda
Y ante los Jardines de Pereda distinguimos la Grúa de Piedra, símbolo de la importante actividad portuaria santanderina, que prestó servicio desde el año 1900 hasta poco más de noventa años después, empleada para cargar y descargar de los barcos, formando ahora parte del paseo marítimo desde su restauración en el Muelle de Maura o Muelle de la Monja. Al proyectarse el Centro Botín se planteó trasladarla de sitio pero la contestación ciudadana hizo que esta mantuviese su posición y el nuevo centro cultural se inaugurase unos metros más allá. La reinauguración de la grúa, ya plemamente como elemento patrimonial, se realizó el 9 de junio del año 2017 y su restauración estuvo a cargo del arquitecto Francisco Rebollo con Calvo Construcciones y Montajes S.L. A su derecha está el Palacete del Embarcadero, antigua estación de pasajeros y cuartel de la policía armada, diseñado por el arquitecto Javier González de Riancho en 1920 y acabado en 1932. Reinaugurado en 1985 es centro de exposiciones propiedad de la Autoridad Portuaria. Es el Muelle del Calderón, a donde llega desde Somo y Pedreña la lancha de Los Reginas. Allí desembarcan los peregrinos que realizan esa opción
Jardines de Pereda y Dársena de Molnedo o Puerto Chico
Playa de los Peligros y Palacio de Festivales. Los Peligros debe su nombre, dice la tradición, al peligro que tienen los barcos de encallar en esos bancos de arena
En lo alto el Hotel Real, ideado por Alfonso XIII para alojar a su séquito durante sus estancias veraniegas en Santander. Bajo sus auspicios se empezó a construir en 1916. Diez años antes la familia real ya venía a tomar los baños de ola y se asentarían en el cercano Palacio de la Magdalena
Se inauguró por todo lo alto el 12 de julio de 1917 y, décadas después y
acabada la monarquía, el Hotel Real albergó numerosas iniciativas entre
las que destacan los cursos de verano de la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo y el
Festival Internacional de Música de Santander, razón por la que en el
hotel se alojaron directores como
Rostropovich o Zubin Metha o que en su gran terraza Jorge
Sepúlveda escribió la letra de la canción: "Mirando al mar soñé, que
estabas junto a mi". El Hotel Real se desestazionalizó en 1972,
cuando empezó a abrir todo el año y en el 2003 se reformaron la cocheras
para el nuevo centro de talasoterapia
Playas de La Magdalena y Los Bikinis. Al otro al fondo lado los edificios de El Sardinero, sobre sus bellas playas que no vemos desde aquí
Y La Magdalena
Atrás van quedando Somo y su muelle, lugar de Las Ventas. Mucho antes de ser una población turística había aquí primeramente una venta caminera
A la izquierda otra vista de la Ría de Cubas
Nos aproximamos al puente
Arenal de Somo, El Puntal y Santander
En el puente dejaremos el municipio de Ribamontán al Mar para entrar en el de Marina de Cudeyo
La ría y el Embarcadero del Rey
Punta de Somogo y la Marisma del Conde, desecada en el siglo XIX para aprovechamiento agrícola y ganadero. Se llaman así por ser sus impulsores los condes de Villanueva de la Barca, también conocidos como condes de Pedreña y condes del Portillo
Santander a la derecha desde el puente
Ensenada de La Barquería, topónimo que hace referencia al secular paso en barca de la bahía
Embarcadero del Rey
Ensenada de La Barquería
Santander
La Magdalena. Bajo el palacio a la derecha vemos el Faro de La Punta de la Cerda, construido en 1870
Nueva vista a la derecha de la Ría de Cubas
En medio de ella vemos ahora muy bien el picudo Pico del Castillo (263 mts.), sobre Solares, El Escorial, Hoznayo y El Bosque, municipio de Entrambasaguas
En El Castillo están localizados los restos de un asentamiento prerromano, un castro, de la Edad el Hierro, en un solar habitado hasta la Edad Media, con una importante fortaleza de la que se conservan muros y cimientos. Detrás de él sale de Solares el otro camino que circunda no solo la bahía sino todas sus rías, otro secular paso de peregrinos
Una gran cantera y minas de hierro a cielo abierto hacen que, aparte de su cónico aspecto, reconozcamos fácilmente este pico. Mucho más atrás a lo lejos es la Sierra del Hornijo con su máxima altitud en el Mortillano (1.411 mts.), sobre el Valle de Ruesga
Punta Contrajón
Y puerto de Pedreña
Ya al otro lado del puente, rampa del embarcadero y pabellón de remo de Marina de Cudeyo, deporte de honda raigambre en estos lugares, pues la histórica Sociedad Deportiva de Remo de Pedreña inició sus actividades en 1895
Amanecer en la Ría de Cubas
Cartel de bienvenida al municipio
Señalización del Camino
Seguimos las aceras de la carretera
Con Santander siempre de frente. A la derecha el Centro Botín
Un hermoso paseo marítimo en la Punta Contrajón
El Puntal
A lo lejos El Cristo y Pedreña
Lanchas pedreñeras que surcan la bahía, no solo hacia Santander, sino múltiples recorridos turísticos
Ese es el embarcadero donde paran las lanchas que vienen y van a Santander. El Camino pasará a su izquierda, siguiendo la carretera, donde hay varios negocios hosteleros. Luego dejará el asfalto para ir por senda costera a la derecha de los edificios de pisos
El Puntal y sus arenales que se extienden como una cuña que casi cierra la bahía, la enorme Playa de Somo, es la antesala paisajística para contemplar desde aquí la orilla santanderina admirando y barrios que se levantan sobre ella
El Centro Botín
A la derecha la Grúa de Piedra
La Grúa de Piedra, El Palacete del Embarcadero y la llegada de la lancha de Los Reginas. La zona del Paseo de Pereda y Castelar y en lo alto el barrio Carmelo y la colonia Miramar, con el fondeadero de La Osa enfrente. Detrás del Palacete vemos el el edificio del Banco de Santander, obra de Javier González de Riancho, que empezó a construirse en 1919 sobre un preexistente hotel. En 1923 se realizaron grandes reformas y se pusieron diversas esculturas y bajorrelieves con alegrías de la banca como protectora de las artes, la cultura, la navegación, la minería, la industria y el comercio. Más tarde fueron añadiéndose las casas adyacentes y se añadió la parte izquierda a mediados del siglo XX
A la izquierda Muelle de Albareda y Muelle del Almirante
Santander, la novia del mar, como dice la canción de Jorge Sepúlveda...
Santander, eres novia del mar
Que se inclina a tus pies
Y sus besos te dá.
Santander,las estrellas se van
Pero vuelven después
En tu cielo a brillar.
Yo también, dejaré tu bahía
Y un recuerdo en mi vida
Que jamás borraré.
Santander, al marchar te diré
Guarda mi corazón, que por el volveré
Embarcadero del ferry Santander-Plymouth
Una lancha pedreñera viene de Santander a Somo
Jardines de Pereda
La ciudad se extiende desde la orilla colina arriba
Palacio de Festivales
Delante, las dunas de El Puntal, que nos tapan la vista de la boca de la bahía
Los Peligros y el Hotel Real
Quintas y chalets
Expansión urbanística
Playa de los Bikinis con sus chalets y viviendas unifamiliares y a lo lejos el Faro de Cabo Mayor, inaugurado en 1839 según proyecto inicial del capitán de navío Felipe Bauzá culminado por Domingo Rojí. En 1935 se construyó una casa para el farero
Y nuevamente La Magdalena
Con su palacio
Y esta es la Isla de Mogro, que por un error de transcripción pasó a ser conocida como Isla de Mouro. Fuen en el siglo XVIII por errata cartográfica de Vicente Tofiño de San Miguel. En ella abundaba el hinojo marino, planta muy apreciada para condimentar comida, de la cual se proveían marineros flamencos, ingleses y franceses en el siglo XVI durante sus viajes comerciales
En 1570 se proyecto fortificarla pero la fortaleza al final se construyó en la Península de la Magdalena, el Castillo de San Salvador de Hano. En aquella época se sabe que los santanderinos venían a esta isla a proveerse de huevos y palomas, llegando a tener que regularse esta actividad para evitar su desaparición
En 1812 los ingleses ocuparon la isla y establecieron una batería que intercambiaba cañonazos con las del castillo de La Magdalena, defendidas por tropas napoleónicas. Ello favoració el desembarco de los españoles en El Sardinero, recuperando la población. El faro se inauguró en febrero de 1860, estando allí dos fareros que solían quedar aislados durante los temporales
Y entramos en Pedreña
Muelle de Pedreña y Ensenada de La Barquería. Quizás estos peñones dieron nombre a Pedreña, donde se sabe hubo un asentamiento medieval
Embarcadero de Los Reginas o Pedreñeras
Puerto Deportivo y barrio de La Barquería
A la izquierda el campo de golf
Pedreña y Santander
Aquí podemos desde este paseo acercarnos a la orilla
Y caminar al lado del puerto deportivo
Con sus muelles y pantalanes
Numerosas embarcaciones
Y hostelería
Panel informativo
Pasaremos al lado de este ancla
Fijémonos ahora en un espacio ajardinado al otro lado de la carretera, al pie de las casas: El Parque de la Barquería
Allí está el monumento a Severiano Ballesteros, gran campeón de golf nacido en Pedreña en 1957 en el seno de una familia con varios campeones de este deporte, dada la ubicación aquí de este histórico campo. Ganó cinco Campeonatos del Mundo Match Play, dos títulos en el torneo Masters de Augusta y tres en el Abierto Británico, así como cinco Ryder Cup para el equipo europeo, solo por citar algunas de sus victorias más destacadas, así como reconocimientos tales como el Mejor Jugador Europeo del siglo XX, Golfista del Año del PGA European Tour en tres ocasiones. Se le considera uno de los grandes impulsores del golf europeo, tanto por su destreza como por su carisma personal
Fue además el primer europeo que logró ganar el famoso Masters de Augusta y el primer no británico en vencer el Abierto Británico. Obtuvo seis victorias en el americano PGA Tour y cincuenta en el europeo PGA European Tour, consiguiendo seis Órdenes del Mérito como mejor jugador y el más laureado, diseñando además varios campos de golf y organizando prestigiosos torneos. Falleció en en año 2011. La Fundación Seve Ballesteros perpetúa su memoria
Para más información de su biografía deportiva un panel nos informa en este parque
Con un listado de sus victorias y condecoraciones
Un mural con edificios de y un campo de golf representados resalta este hermoso parque
Desde el monumento a Seve Ballesteros regresamos al Camino
Pasamos así junto a la Náutica Pedreña
Y llegamos al Embarcadero de Pedreña
Con las lanchas varadas en la bajamar
La oficina de turismo y el despacho de los pasajes
La gente sale al muelle
Pues viene la lancha de Somo
Para dirigirse desde aquí a Santander
Nueva vista de El Puntal y la Isla de Mouro o de Mogro con su histórico faro
El Puntal y La Punta Rabiosa, su extremo más occidental, que como hemos dicho se adentra como una cuña hasta casi querer cerrar la boca de la bahía
Y La Magdalena
Con el palacio
Y el Faro de la Punta de la Cerda, cercano al antiguo amarre en forma de argolla donde atracaban los barcos con problemas para llegar a puerto, por lo que fue llamado también Faro de la Argolla. Antiguamente estaba aquí la batería de cañones de Santa Cruz de la Cerda, que protegía esta entrada a puerto
Antes que se construyese el Palacio de la Magdalena y dada su lejanía de la población era este el lugar estipulado para descargar pólvora y dinamita, una forma que las materias peligrosas no entrasen en la bahía y cualquier accidente afectase a la población, tal y como aconteció cuando las actividades portuarias se trasladaron al sur en el terrible desastre del barco Cabo Machicacho
Actualmente atracan solo embarcaciones de recreo. El Faro se inauguró en el año 1870 y hoy es el Aula del Mar dependiente del Puerto de Santander
La boca de la bahía...
Nosotros seguimos acera adelante
Pero aquí nos desviaremos de la acera a la derecha
Atención a este mural
Veamos la concha y la flecha
Mural al deporte del remo, de tanta raigambre en Pedreña. Se dice es sucesor directo del duro trabajo de las pesquerías, las traineras de pesca que competían por llegar las primeras a vender el pescado a la lonja, al igual que las de la caza de la ballena, habitual de tantos puertos del Cantábrico y que se extinguió con la práctica desaparición de los grandes cetáceos de estos mares en el siglo XVII. En verano se celebra una grna regata de Traineras y los equipos de la localidad cosechan grandes triunfos dentro y fuera de Cantabria, ela renombrada Sociedad Deportiva de Remo de Pedreña. Deportivamente todo empezó en 1895 con la Laurabat de Salustiano Higuera que llevaba de patrón al guipuzcoanao José Ansorena, laureada por sonoras victorias. En 1934 tuvo Pedreña grandes triunfos con la trainera Cantabria y en 1943 con la Castilla patroneada por Pepe Bedia
Otros pueblos del municipio de Marina de Cudeyo aparecen aquí representados, como Orejo y Setién
Los bolos, deporte de gran tradición y afición en Cantabria. esta es la modalidad de bolo palma, la más extendida y que, detrás del fútbol es la actividad deportiva con más trascendencia económica y social en esta comunidad
Elechas, un poco más al sur de donde estamos
Gajano y Rubayo
Pedreña y Pontejos
Agüero
Dejamos el mural
Y seguimos avanzando por el muelle
Siempre a la vista de Santander
Hacia donde van las pedreñeras con viajeros y peregrinos
Aquí, cerca de la Punta del Rostro y casi al final del muelle, nos desviaremos a la izquierda
Para seguir camino, junto a este peñascón, a El Rostro por la senda costera
Atentos a las señales
Pasamos junto al solar de este edificio
Caminando entre su cierre y las rocas
Y aquí salimos a la gran ensenada de El Rostro y sus marismas
Por este paseo de tablas sigue la senda costera hacia el barrio de El Rostro
Vemos las conchas y flechas amarillas del Camino
En dirección a otros barrios de Pedreña
Al sur de nuevo Peña Cabarga
Al sur Maliaño e inmediaciones del Aeropuerto de Santander, dedicado a Severiano Ballesteros, popularmente conocido como Aeropuerto de Parayas, uno de los barrios de Maliaño. A lo lejos, Maliaño Alto es la parte que aún conserva cuerta traza rural, sobre la Ría de Boo, por donde pasa uno de los dos caminos que se bifurcan en El Astillero, el más cercano al litoral. Sus habitantes eran llamados cachoneros pues pescaban cachones (sepias) en esta ría
Maliaño Bajo, la zona más urbanizada, con bloques de edificios de pisos, vista desde la Playa del Rostro. Allí se unen los dos camino que se separaron en El Astillero, cuatro kilómetros antes
Maliaño, municio de Camargo, donde se han hallado asentamientos del tiempo de los romanos. El Bajo Maliaño forma en la práctica un solo núcleo urbano con Muriedas, la capital, por donde sigue la ruta hacia Peñacastillo, ya a las puertas de Santander
Si nos fijamos veremos en medio de la bahía El Pantalán, o El Pantalán de Dynasol, del Grupo Repsol, construido en 1966 para descargar gases licuados desde los barcos a la factoría, a unos cinco kilómetros
Realmente la zona urbana forma un todo hasta la ciudad de Santander. En primera línea de costa el Polígono Industrial de Raos
Muelles de Maliaño, Puerto de Santander, al sur de la ciudad. A mediados del siglo XX se consideró llevarlo hacia los rellenos realizados allí con el objetivo de sacar del centro urbano la intensa actividad portuaria y lograr además más espacio y competitividad. El nuevo gran puerto santanderino se haría en la Ría de Raos, divisoria con el municipio de Camaro, inauguránodse estos muelles en 1985
Luego, en 1995-97 se haría el espigón central de Raos y en el año 2007 se trasladaría el tráfico pesado de graneles sólidos a una nueva estación más alejada de las viviendas
La Peña en Peñacastillo. Su nombre procede de un castillo que se erguía sobre este picudo monte arbolado de solo 139 metros pero que, al estar rodeado de terrenos llanos, es una prominencia que se ve desde muy lejos. Una cantera afectó a parte de su ladera
Se ha localizado la existencia de una antigua fortaleza o castro, recinto fortificado prerromano en la que se quiere ver el más primitivo origen prerromano de Santander, donde hubo un castillo, muy posiblemente sucesor del ancestral castro cántabro, que fue abandonado al pasar el lugar plenamente a la jurisdicción santanderina en el siglo XVI. Allí se encuentra la Cueva de San Andrés, de viejas leyendas de tesoros escondidos, razón para algunos eruditos encuentren aquí la razón del topónimo Santander, de San Andrés más que del San Emeterio, mártir cuyas reliquias y las de otros santos como San Celedonio se veneraban en el santuario anterior a la actual catedral. La cueva, independientemente de las leyendas, sí parece responder a un poblamiento paleolítico muy anterior incluso al castro y al castillo
Aquí, un fondeadero natural que sin duda fue embarcadero de los antiguos pobladores, fue rellenado para usos urbanísticos, naturales y portuarios. Los rellenos de la bahía de Santander, que afectaron a su fisonomía original, comenzaron en el siglo XVIII y llegaron a reducir en un 55% la superficie ocupada por las aguas. Se ganaban con ello terrenos para pastizales, se originaban balsas de decantación a consecuencia de las explotaciones mineras, se abrían nuevos caminos y se ampliaba considerablemente el puerto
Lo cierto es que la mayor parte de esta ribera, desde El Astillero a Maliaño, Muriedas y Santander, está ocupada por naves industriales, polígonos, factorías y sus vías de comunicación, con los barrios urbanos al fondo
Puerto pesquero
Seguimos por esta pasarema sobre los campos de El Rostro
Vamos llegando así a las casas del barrio
Realmente esta playa es agreste y de gran importancia biológica, siendo muy apreciada por los mariscadores, que acuden en las bajamares
Puede decirse que no cuenta con servicios playeros propiamente dichos y que solo es utilizada por vecinos y practicantes de deportes acuáticos, si bien cada vez viene más gente de Santander pues es un paraje muy hermoso, natural y tranquilo
Jalonando el recorrido, además de la señalización del Camino y de la senda costera, encontraremos diversos paneles explicativos de este hábitat de marisma
Este dedicado por ejemplo a la actividad marisquera
Así sabemos que estos suelos arenosos son rucos en moluscos y crustáceos: nécoras, muergos o navajas, almejas, berberechos, mejillones, lapas, caracolillos, etc. que ya fueron sustento de las poblaciones prehistóricas e intensamente aprovechados desde la Edad Media
Se hicieron así famosas las mariscadoras pedreñeras pero desde milenios atrás la riqueza marisquera era tan importante que se han hallado grandes depósitos de conchas en las cuevas prehistóricas de todos los alrededores
Pese a su proximidad al casco urbano de Pedreña queremos restaltar una vez más su aspecto sumamente natural. El arenal en sí se extiende a lo largo de unos 200 metros, ante la ciudad de Santander, en la orilla opuesta
Campos de Elechas, la Marisma del Conde y al sur Peña Cabarga, donde hay minas de minerales ya explotadas por cántabros y romanos
Más allá de la Punta de Elechas y los campos de Urro, límite de estas marismas, a lo lejos de la Ría de Boo, empiezan a asomar los edificios de El Astillero, que se constituyó como ayuntamiento en 1793 pero el lugar estaba habitado desde 30.000 años más atrás, tal y como demuestran los hallazgos allí encontrados
También vemos más cerca El Pantalán y los altos de la Sierra de Parayas, de tan solo 21 metros de altitud pero suficientes para dominar todo ese sector de la bahía donde la abundacia de puertos naturales y de rías, acceso directo al interior del país, favorecieron el asentamiento de los primeros pobladores. Reconocemos algunas instalaciones del Aeropuerto Seve Ballesteros-Santander, nombre adoptado en el año 2014, tres años después del fallecimiento del deportista y as del golf
Muriedas: el Camino pasará por allí hacia Peñacastillo
Vista de toda el área urbana e industrial que desde El Astillero se extiende a Santander
Ribera del municipio de Camargo
A lo lejos los altos de La Llastra, Verdenueva, el Collado...
El gran puerto comercial con sus dársenas
Buques y astilleros
Peñacastillo y las dársenas de Raos y Maliaño
Peña Castillo domina al sur bahía, puerto y ciudad, polígonos industriales, dársenas y muelles de Maliaño. En 1816 y con el apoyo de la burguesía industrial nacida de la prosperidad comercial y portuaria se crea la capital marítima, fundándose numerosas empresas y astilleros y en 1851 llegaría el ferrocarril
Esta burguesía industrial favorecería la ampliación de la ciudad con el Ensanche de Santander, expansión de la ciudad más allá de la vieja puebla medieval
Ya desde mediados del siglo XIX el triunfo en Europa del turismo de ocio y salud para las clases pudientes abarcó a Santander pues esta promocionó sus playas para los salutíferos y recetados baños de ola, creándose la ciudad-balneario de El Sardinero. Esta iniciativa haría como hemos dicho que la propia familia real española hiciese de la ciudad su centro vacacional en tiempos de Alfonso XIII. Culturalmente la Universidad Internacional Menéndez Pelayo consolidó Santander como gran ciudad cultural. Su proyección se vería favorecida a nivel internacional con el aeropuerto, inaugurado en 1953 sucediendo al más antiguo de La Albericia y con las líneas marítimas del ferri con Plymouth y Portsmouth en Inglaterra
Santander tuvo otros dos grandes quebrantos en su historia más reciente, uno fue la explosión en 1893 de un barco, el Cabo Machicaco, que transportaba dinamita y ácido sulfúrico sin guardar, como casi nadie hacía, las preceptivas medidas de seguridad. Todo empezó por un incendio que atrajo a que otros barcos viniesen a ayudar, así como equipos de extinción, autoridades y numerosos curiosos, estallando entonces la carga y provocando 590 muertos y 525 heridos pues además destruyó algunas viviendas
Otro fue el famoso Incendio de Santander, en 1941, que comenzó en la calle Cádiz la noche del 15 al 16 de febrero avivado por un fuerte viento sur que incendió durante dos jornadas el casco histórico de callejuelas y viviendas parcialmente construidas de madera. La única víctima mortal fue un bombero madrileño, Don Julián Sánchez García, que participaba en las labores de extinción. Pero el centro quedó arrasado y la ciudad asolada, con numerosísimas familias sin hogar y la vieja puebla medieval destruida. Esto dio lugar a tener que buscarles rápido acomodo y a la construcción rápida de varios barrios funcionales, transformado la organización urbana de la ciudad
Además del castro de Peñacastillo y su fortaleza no es hasta época romana donde hallamos los primeros testimonios incontestables de la fundación de la primera ciudad, el Portus Victoriae Iuliobrigensium, que, independientemente que estuviese aquí o en otro lugar, son evidentes señales de un puerto y civitas o villae romana cuyos restos han aparecido en toda esta ribera, desde el subsuelo de la catedral hasta La Magdalena
Pasada la época romana sufrió el primigenio asentamiento los ataques de pueblos bárbaros y en tiempos del rey Alfonso II El Casto se funda aquí la Abadía de los Cuerpos Santos sobre un santuario anterior ubicado en Somorrostro en el que se hallaba el relicario de los santos San Emeterio y San Celedonio, los cuales habrían sido decapitados en Calahorra en el siglo III y cuyos cuerpos, unos siglos después, habrían llegado a Santander en una barca de piedra, creencia similar a la llegada del cuerpo decapitado de Santiago a Galicia, escapando de la invasión musulmana
Dice la creencia piadosa que la barca dio la vuelta a esta península y chocó atravesando lo que hoy es la Isla de la Horadada, en la boca del estuario, guardándose a partir de entonces estas reliquias en una cueva situada en el Cerro de San Pedro y, cristianizando sin lugar a dudas un lugar sagrado pagano, se fundó un primer templo al que le sucederá posteriormente este monasterio donde se veneran los restos de San Emeterio, San Celedonio y otros mártires desconocidos
Aparte de la existencia de un antiguo culto a San Andrés en Peñacastillo que pudiese ser el origen del topónimo actual, hasta ahora era mayoritariamente aceptado que el topónimo Santander venía de Portus Sanctorum Emeterii et Celedonii, y en concreto de San Emeterio por evolución fonética de Sancti Emetherii-Sancti Emderii-Sanct Endere-San Andero-Santendere-Santanderio-Santander). Si bien en los mapas antiguos aparece cuando como San Emeterio y Sant Ander, versión esta última que ha dado pie a la posibilidad que estuviese vinculado a San Andrés. En este orden de cosas en la vecina Asturias su romance llama a San Emeterio Santo Medero y Santo Medé, una evolución linguística muy a señalar pues puede ser comparable a la aquí acontecida con el nombre latino
Vemos atrás los edificios de Pedreña en La Barquería
En el año 1187 el rey Alfonso VIII de Castilla le otorga la preciada Carta Puebla por el que se regula una gran autonomía local y fueros para la población, libre de apetencias señorales. Esto favoreció notablemente el asentamiento de más vecinos, así como la pesca, el comercio terrestre y marítimo y la elaboración de escabeches y explotación de viñas. A partir de entonces se divide en dos barrios principales dentro de sus murallas, La Puebla Vieja o parte más antigua en el cerro de Smorrostro, con el monasterio de los Cuerpos Santos y el puerto, y la Puebla Nueva con el convento de Santa Clara y, fuera de la fortificación, el de San Francisco. Ambos barrios estaban unidos por un puente sobre la ría de Becedo, hasta que esta fue rellenada a finales del siglo XVIII pero de la que aún quedaban señales en fecha tan tardía como 1936
A finales del siglo XII empieza a construirse, sobre la Abadía de los Cuerpos Santos, la catedral de la Asunción, a escasos metros de la orilla. En esos siglos bajomedievales la marina santanderina participa, junto con la de otros puertos cantábricos, en la toma de Sevilla (año 1248), portando a partir de entonces en su escudo un emblema con la Torre del Oro y una nave rompiedo las cadenas que protegían la ciudad por el río Guadalquivir
Santander, ciudad que en 1296 llegó a formar una hermandad cn otras villas cantábricas para defender, con la fuerza si fuese necesario, sus intereses comerciales frente a la competencia de otros puertos del Atlántico Norte
La antigua puebla medieval sufrió dos graves incendos en pocos años, 1296 y 1311, por lo que fue excluida del pago de diezmos por el monarca Fernando VII con el deseo que sirviese para su recuperación. Santander se convierte en una gran base naval de la corona castellana al entrar triunfante en el puerto la escuadra castellana de Enrique II tras la victoria de La Rochelle contra los ingleses, creándose las Atarazanas Reales, grandes astilleros para la flota, como los existentes en Sevilla y Barcelona
Mirador sobre las marismas
Nueva vista de la Punta de Elechas y Urro, con El Astillero a lo lejos
Nos acercamos a otro barrio de Pedreña, El Monte
Es esta la mayor bahía del norte de España, con 22,42 kilómetros cuadrados, 9 kilómetros de longitud y 5 kilómetros de ancho
El Pantalán
Maliaño y Parayas
Maliaño Bajo
El Rostro
Más panorámicas de El Rostro con Santander en la distancia. Cofirmada su dependencia directa del rey sin influencia de la nobleza terrateniente y feudal a lo largo del siglo XIV, su cesión al Marqués de Santillana en 1466 por parte del monarca Enrique IV provocó una revuelta popular que obligó a revocar esta contestada resolución, pero los conflictos entre los dos barrios santanderinos de La Puebla Vieja y La Puebla Nueva obligaron a otras disposiciones, como el nombramiento de dos alcaldes
Otros dos graves acontecimientos que marcaron la historia de la ciudad fue la epidemia de peste de 1497, cuando la Armada de Flandes desembarcó con Margarita de Austria, quien venía a casarse con don Juan, el príncipe heredero de los Reyes Católicos, falleciendo 6.000 de sus 8.000 habitantes. Un siglo después otra peste redujo sus habitantes de 2.500 a 800 personas.
Nos metemos entre las casas del barrio de El Rostro
En este cruce seguiremos a la derecha
Placa del barrio
Marismas marisqueras y bahía
Deportes de vela
Y ahora llegamos al barrio El Monte, yendo a la derecha
Pasamos delante de esta casa
Atravesando El Monte
Cruce y a la izquierda
Caminamos entre viviendas y parcelas en un espacio rural y residencial
Bifurcación y a la derecha. A la izquierda es un camino privado
El trayecto es prácticamente llano en su totalidad
Palmera y antigua casa de labranza con su corredor, bien restaurada
Atención al salir del barrio
En esta encrucijada tomamos el ramal de la derecha
Allí en el muro de piedras vemos la señal
Una larga recta
Camino que se dirige a la orilla
Junto a setos, casas y tapias
Hasta salir a una explanada
Y llegamos a la misma orilla, donde iremos a la izquierda
Hay aquí unos bancos para sentarse y un pequeño altar
Tiene forma de cruz y se venera a Cristo crucificado. En la tapia de trás hay pintada una cruz con un corazón en medio y velas a los lados
Sigue la senda costera
Con una fuente en la vereda
A la derecha la depuradora
Salimos de zona poblada
Viendo las marismas en todo momento
Y al sur Maliaño
Maliaño y Muriedas
El puerto. Dársenas de Raos y Maliaño
Peñacastillo
Una valla separa la senda de la marisma. Allí está el que fue el casco antiguo santanderino, totalmente remodelado tras el incendio de 1941. Santander empezó a recuperarse de tan grandes reveses en el siglo XVIII, favorecida por su condición de cabeza de partido que hasta entonces era exclusivo de Laredo y por la orden real de abrir el Camino de las Lanas con Burgos, haciendo de Santander el gran emporio comercial del Cantábrico. En 1754 es nombrada capital de la diócesis y el abad pasa a ser obispo, pasando la antigua iglesia-colegiata a ser catedral. Un año después Fernando VI le concede el título de ciudad y en 1783 se instituye el Consulado de Mar y Tierra de la muy noble y muy leal ciudad de Santander, intensificándose el intercambio marítimo con América
Palacio de Festivales y Punta de San Martín. Arriba Canalejas
Museo Oceanográfico
El Hotel Real y Los Peligros
El Camino
A la izquierda el barrio de La Iglesia
Allí vemos la iglesia parroquial de San Pedro de Pedreña, cuyo alto campanario es una referencia visual muy importante pues se divisa desde muy lejos
Fue construida a primeros de los años 50 del siglo XX para sustituir a la antigua, destruida en la guerra civil, junto con sus retablos. Imita la arquitectura de los templos de la zona. En su interior hay un gran fresco pintado por el artista Fernando Calderón, quien trabajó en obras similares tanto en Cantabria (Santander y Argoños), como en otros lugares de Europa y Estados Unidos
Al sur las estribaciones de Peña Cabarga nos indican también la ruta a seguir para rodear esta inmensa bahía
Bancos para sentarse
Campos de cultivo, pastos y maizales
Sin duda forman parte de los terrenos ganados a la ría a partir del siglo XVIII
Lanchas varadas en la bajamar. Ahora distinguimos bien, al otro lado de El Pantalán, la Isla de Marnay o de Los Ratones, donde hubo antaño un polvorín y criadero de mejillons. Dio nombre a una revista literaria publicada entre 1948 y 1955. En ocasiones se la confunde en guías y artículos con otras islas de la bahía, como la de La Torre. Algunas veces es denominada como de La Garza o Isla de las Ánimas
Mariscadores...
Fantásticos paisajesa de la bahía
Y seguimos avanzando por la senda costera
Maravilloso anfiteatro natural
Grandioso estuario...
Embarcadero hacia la Punta del Urro o de Elechas
A la izquierda de la foto vemos el Real Club Marítimo de Santander, fundado en 1927 como segundo club náutico de la ciudad, escisión del Real Club de Regatas, del año 1870. Tuvo de presidente de honor al rey Alfonso XIII, quien participó en sus actividades deportivas. Organizaron, entre otras, las famosas regatas Nueva York-Santander
Un pasiaje de ensueño
Por allí sigue el Camino
Siempre con firme enlosado
Admirando la ciudad y sus barrios
Siempre a nuestro lado...
Estamos cerca del lugar donde se halló el Tesorillo de Ambojo, nombre del barrio en el que se encontró, formado por monedas de las coronas castellanas y aragonesas guardadas en las lajas de unas tumbas
Praderías y arbustos
A la izquierda llega el aprovechamiento agropecuario del espacio, a la izquierda el marisquero
Estamos en La Junquera
Llegamos a una encrucijada
Y vamos a la derecha, pasando al lado del campo de golf aquí existente
La flecha, además de informarnos de la orientación, nos dice la distancia que hay para llegar a Pontejos, por donde pasaremos la Ría de San Slavador para llegar a El Astillero
Así llegamos a la Punta de Juncos
Seguimos a los mariscadores
Que llevan sus cubos para mariscar
Ante la Punta del Urro o de Elechas hay un mirador
Observatorio de paisajes y de avifauna
Nos detenemos un instante
Pero pronto proseguimos ruta
Por este tramo enlosado de senda costera
Mariscando
Trabajo ancestral existente desde la más remota alborada de la Humanidad, desde los tiempos de los cazadores-recolectares, decenas de milenios atrás...
Nos acercamos así a la Punta del Urro, por donde nos aproximaremos a otra de las localidades de este municipio de Marina de Cudeyo, Elechas, en ruta a Pontejos y El Astillero
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