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martes, 3 de noviembre de 2020

MONDOÑEDO: A GRANXA, EL CIMETERIO VELLO, EL PARQUE DA LEMBRANZA Y EL PAZO DE SANTOMÉ CON EL MUSEO DAS ZOCAS (GALICIA)

Campo da Granxa y Cimeterio Vello de Mondoñedo desde el Camino


Viniendo del barrio de San Lázaro, camino de la catedral, ya en el casco urbano de Mondoñedo, pero aún rodeados de zonas verdes, pasamos al lado de A Granxa, o Campo da Granxa, que tenemos a nuestra derecha, mientras vemos la larga y blanca tapia del Cimeterio Vello, así como su hermosa arboleda, el Parque da Lembranza, un lugar que merece la pena ser conocido, por su historia, y por ser donde yacen algunos muy importantes mindonienses, de los que mucho hemos hablado y/o hablaremos, en nuestro recorrido por esta ciudad y concello


Dentro de las disposiciones eclesiásticas relacionadas con la higiene y salubridad, los enterramientos fueron saliendo del interior de los templos y sus alrededores, para realizarse en nuevos camposantos sitos en el extrarradio, como es este el caso, sito al lado mismo de la carretera que entra en la ciudad, sucesora del viejo camiño real. Hoy en día, con un nuevo cementerio, este ha pasado a ser espacio natural y jardín público, el Parque dan Lembranza, dando vista, al este, al valle del Rego de Cesuras y las montañas que lo cierran por el oeste

La calle del cementerio está dedicada a Julia Pardo Montenegro, fundadora por testamento de una obra pía para enseñanza primaria y Magisterio a 16 niñas, de las que seis han de ser hijas de caseros o colonos de ella, como fundadora, disponiendo para su mantenimiento de dos fincas urbanas, cuatro rústicas y 568.200 pesetas, tal y como podemos leer en el artículo a ella dedicado por Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense

En la tapia del camposanto, una placa nos informa de la historia del cementerio y sus características

Siguiendo el canon social de la época estaba dividido en tres partes, la más alta para las clases más pudientes. En el medio las clases medias y, abajo, los más humildes

Además, en un lateral, hay un cementerio civil donde se entierra a todos los no bautizados o dispusieron ser enterrados allí sin ceremonias religiosas

Dado su interés, es muy frecuentado, no siendo extraño coincidir con apasionados de la historia y el arte, visitas espontáneas y guiadas, actos sociales y culturales, y numerosos homenajes a las personalidades ilustres aquí enterradas

Vamos a comenzar pues por el cementerio civil, al que se entra por aquí, pues nada más subir las escaleras, a la derecha, hallaremos la tumba del primero de estos genios mindonienses que, aparte de gran docto y literato, el médico-poeta, es recordado con inmensa gratitud por cuanto significó para Mondoñedo


Nos referimos, cómo no, a Manuel Leiras Pulpeiro, Príncipe de los poetas mindonienses, le dirá el investigador literario Armando Requeixo. Excelente médico y gran poeta, joya literaria del Rexurdimento gallego, nacido en Mondoñedo en octubre de 1854, estudiante de Latín y Humanidades en el Seminario de Santa Catalina, pasó luego al bachiller en el Instituto de Tapia de Casariego (Asturias), donde obtendrá el título de Bachillerato en Artes


Era hijo de cirujano y esa tradición médica familiar le hizo empezar la carreta de Medicina en Santiago de Compostela en 1870 sin por ello dejar de destacar ya como poeta festivo, trasladándose luego a Valladolid y Madrid, donde se licenció en su universidad en 1877


Luego regresaría a su Mondoñedo natal, donde ejerció desde 1878 como médico totalmente comprometido con los más pobres y desfavorecidos, no dejando de criticar las posturas fariseas de las altas jerarquías eclesiásticas que dominaban esta ciudad episcopal, lo que le ocasionó fuertes enemistades, tanto en vida como incluso décadas después de su muerte, pero no entre las clases más populares y las más reformadoras, quienes siempre le reconocieron y honraron su memoria, pese a los vaivenes del tiempo y de los gobernantes

Era Leiras Pulpeiro republicano federal y masón, participó en política con fuertes convicciones progresistas y galleguístas, enfrentándose a los sectores más tradicionales de la ciudad. Ya en 1866 era presidente del Comité Federal de Mondoñedo. En 1887 participa en la Xuntanza Federalista de Lugo, formando parte  del Consejo Ejecutivo de la Región Gallega hasta 1893

Constituyó gran escándalo, en esta histórica capital episcopal, la celebración en 1888 de su matrimonio laico con María del Milagro Antonia Andia Villar, cuando la pareja ya tenía dos hijos, un suceso entonces inaudito y más en este lugar, lo cual iría acompañado en su testamento, años después, de la petición de ser enterrado en cementerio civil, todo ello con fuerte oposición de los aún férreos e influyentes estamentos episcopales mindonienses, ciudad donde, no hacía mucho, incluso se habían formado partidas tradicionalistas durante la carlistada


Literariamente poeta en gallego, publicó a partir de 1884 en el semanario de Ourense O Tío Marcos da Portela y luego en la revista coruñesa Galicia y en Galicia Humorística. Fiel recopilador del acervo popular, sus poemas son fundamentalmente de ese carácter, con temática muy variada, si bien el ámbito cultural académico no se consideró merecedor en 1905 del nombramiento como miembro de la Real Academia Gallega, rechazándolo, pero donando material literario popular y lingüístico recogido por él. En ese año fundó el Grupo Esperantista Local y, dos años antes, la Junta Municipal de Acción Republicana


Se trata de un poeta fundamental del Rexurdimiento gallego, recuperación del idioma durante siglos denostado, sus Cantares Gallegos publicados en un solo volumen en 1911, compilan su obra de 244 composiciones de cuatro versos, cuando románticos y amorosos, cuando festivos y costumbristas, cuando patrióticos y cuando anticlericales con sátira, cuando plagado de retranca, metáforas y simbolismo, así como no pocas veces todo ello a la vez. En la obra es además uno de los impulsores de la recuperación histórica del Mariscal Pardo de Cela, noble gallego ejecutado con su hijo en la Praza da Catedral de Mondoñedo por oponerse a Isabel la Católica


 En otro estilo sí publicaría en Mondoñedo en 1910, con Pastor Talaridad Pedreiras, una obra relacionada con su profesión, Apuntes para geografía médica del distrito municipal de Mondoñedo. En ese año sería premiada en un certamen poético de Vigo su poema Un Galo, publicando en el Almanaque Gallego una colección de cantigas, continuidad de una entrega anterior, de 1903


Recopilador de material etnográfico de la comarca de Mondoñedo a lo largo de su vida, publicó sus trabajos al respecto en el Boletín de la Real Academia Galega en 1913, donándose a esta institución su archivo


Fallecido en Mondoñedo el 9 de noviembre de 1912, en 1913 la Sociedad de Hijos de Mondoñedo residentes en Argentina iniciará los trámites para erigirle un mausoleo, inaugurado en 1921 con la intervención de destacadas personalidades gallegas como Villar PonteVicente Risco, o Luis Peña Novo entre otros


En su lápida del cementerio civil se graba el epitafio: Amou a verdade e praiticou o ben (Amó la verdad y practicó el bien).


Tras su muerte, se recopilaron en una edición llamada 
Obras Completas las composiciones que había dejado inéditas, publicada en 1930 por la editorial Nós de A Coruña, si bien nunca apareció una segunda entrega


En 1970 Xosé Luis Franco Grande editaría un nuevo volumen con el resto de su producción, Obra Completa, que incluye Cantares Gallegos (1910), Cantares Inéditos, Poesías (1930), Frases, Adivinanzas, Adagios y Cantares y un Vocabulario que se puede complementar con la obra de Noriega Varela Como Falan os Brañegos


Se conservan además de Leiras Pulpeiro tres relatos en prosa, no incluidos en la edición de la Obra Completa de Franco Grande en 1970. Sus constantes, como en su obra poética, son la riqueza lingüística y la autenticidad sociocultural de sus textos


En 1983 se le dedicó el Día das Letras Galegas y 1998 se publicó Costumes antigos en Galiza, versión de un manuscrito escrito en castellano que había sido recuperado por su hermano. Sus descendientes siguen acudiendo al camposanto a participar activamente en cuantos homenajes y convocatorias honran su memoria


Llegamos ahora al mausoleo de Pascual Veiga, otro ilustre hijo de esta tierra, nacido en Mondoñedo en 1842 y conocido principalmente por ser el compositor de la música del Himno de Galicia


Su entusiasmo por la música le vino de niño como cantor del coro, llegando a componer un septenario dedicado a Nosa Señora dos Dolores, Virgen de gran devoción en su santuario mindoniense. Se presentó a las oposiciones para organista de la Catedral de Mondoñedo y de la Colegiata de Covadonga (Asturias), que no gana por ser demasiado joven, pero sí llegó a ser organista de la Iglesia de Santo Domingo de Betanzos y de la Colegiata de A Coruña


Fue fundador y director de varios orfeones, siendo reiteradamente galardonado por su trabajo y esfuerzo. A la vez compone su Alborada Gallega o Alborada de Veiga, estrenada con gran éxito en Pontevedra 1880, así como una repercusión notable en Galicia y en la emigración, así como en el incipiente movimiento galleguista. Poco después funda El Nuevo Orfeón, luego Orfeón El Eco, que sigue existiendo y, enseguida el Orfeón Coruñes nº 4, y durante la Exposición Universal de París (1889), gana con él la medalla de oro y las Palmas Académicas. En 1896 reside en Madrid y dirige el Orfeón del Centro Gallego y el Orfeón Matritense mientras ejerce como profesor del Conservatorio Nacional


Otra obra sumamente importante es La escala, pero por lo que se hará totalmente reconocido será, como dijimos por componer la música de Os Pinos el Himno Gallego), nacido de su correspondencia con el autor de la letra Eduardo Pondal, autor de la letra, y el propio Veiga, el cual se estrenará en Cuba el 20 de diciembre de 1907 en el Gran Teatro de La Habana por iniciativa de Xosé Fontela Leal, Presidente de la Unión Redencionista Gallega e impulsor da Real Academia Galega


El estreno se celebró seis meses después del fallecimiento en Madrid del propio Pacual Veiga, el 12 de julio anterior. Los emigrantes gallegos en Argentina sufragaron su monumento y sepulcro en el cementerio de Mondoñedo con el epitafio Homenage a Pascual Veiga, autor de la Alborada. Su hijo José Adolfo Veiga siguió como su padre la carrera musical de compositor


Es muy importante saber que, cuando Pascual Veiga murió en Madrid, fue enterrado sin hábito ni traje, en caja de cedro con asas y abrazaderas de metal y, de no retirarse sus restos mortales en el plazo de dos años, serían trasladados a la fosa común. Andrés García Doural nos explica en su artículo Una Comisión cómo un grupo de mindonienses evitaron que eso sucediera (puede verse en este trabajo su foto, pinchad en el título del artículo):
"Por feliz iniciativa de varias personalidades los restos mortales de Pascual Veiga son trasladados el 18 de septiembre de 1912 para siempre a la tierra que lo vio nacer. Acompañando sus restos, entre otras muchas personalidades, vino su primo hermano D. Jesús Martínez Veiga, capitán de infantería, destinado en el Regimiento Garellano"  
(...) D. Dodolino Trigo Paz (perito agrimensor y director de un periódico mindoniense), D. Ángel Alejo Ferreiro Soilán, farmacéutico natural de S. Félix de Muja (Lugo), residente en Mondoñedo y D. Ramón Martínez González de Insua (habilitado del clero, tallista y pintor): De pie: el concejal D. Antonio Pardeiro Cabado (comerciante) y D. César González Seco (abogado, propietario y músico).
La fotografía fue realizada en el estudio de D. Santiago Pernas Salazar, habitante en la calle del Puente de Mondoñedo. 
D. José María Salgueiro fue el iniciador en La Habana del gran homenaje tributado al maestro Pascual Veiga. A él se debe también el haber reunido algo más de siete mil pesetas para realizar el traslado desde Madrid a Mondoñedo de los restos mortales del autor de la Alborada"

En el año 2007 un congreso ensalzó su figura conmemorando el centenario de aquel estreno y en el año 2014 se descubrió un busto en su honor, dándole también su nombre al auditorio de Mondoñedo. En los años 60 el grupo musical Los Relámpagos versioneó su Alborada Gallega, pero es el Himno de Galicia, Os Pinos, la obra de Veiga que lleva indiscutiblemente la fama más absoluta



Y aquí está el nicho del grandísimo escritor Álvaro Cunqueiro, nacido en Mondoñedo el 22 de diciembre del año 1911, novelista, poeta, dramaturgo, periodista y gastrónomo, uno de los máximos escritores de Galicia en gallego y en castellano


Estudiante en Lugo, se matriculó después en Filosofía y Letras en la Facultad de la Universidad de Santiago, donde vivió y se relacionó de joven con lo más granado de los ambientes culturales gallegos, se afilió al Partido Galeguista y fue redactor de periódicos y revistas como El Pueblo Gallego


El comienzo de la Guerra Civil le pilla en Mondoñedo, ayudado por familia y amigos se va de profesor a Ortigueria y entra en contacto con Falange, llegando a colaborar con las publicaciones franquistas. Pasada la contienda trabajó en Madrid en el diario ABC hasta que en 1943 rompió con el partido Fe-Jons y le fue retirado el carnet de periodista, acabando bruscamente su colaboración con el régimen de Franco


 Volvió a Galicia y gracias al apoyo de su amigo el intelectual y escritor Francisco Fernández del Riego pudo colaborar en los periódicos La Noche, El Progreso, La Voz de Galicia, La Región y El Faro de Vigo, donde estaría en plantilla en 1961, llegando a subdirector en 1964 y a director entre 1965 y 1970, siendo sus seudónimos más habituales Patricio Mor, Álvaro Labrada, Manuel María Seoane, etc.


Fue además de periodista, narrador, novelista, autor teatral y traductor. Sus obras más destacadas en poesía en gallego son Mar ao Norde (1932), Poemas do si e non (1933), Cantiga nova que se chama Riveira (1933), Dona do corpo delgado (1950), A noite vai coma un río (1965), Palabras de víspera (1974) Herba aquí e acolá (1980). En prosa en gallego están Merlín e familia (1955), Crónicas do Sochantre (1956), Si o vello Sinbad volvese ás illas (1961), en teatro O incerto señor Don Hamlet, Príncipe de Dinamarca (1958), A noite vai coma un río (1960), en relato Escola de Menciñeiros (1960), Xente de aquí e de acolá (1971) y Os outros feirantes (1979). Luego en ensayo tenemos Tesouros novos e vellos (1964) y A cociña galega (1973). En castellano es autor de Elegías y canciones (1940), Balada de las damas del tiempo pasado (1945), Crónica de la derrota de las naciones (1954), Las mocedades de Ulises (1960), Flores del año mil y pico de ave (1968), Un hombre que se parecía a Orestes (1969), Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca (1972), El año del cometa con la batalla de los cuatros reyes (1974), Tertulia de boticas prodigiosas y escuela de curanderos (1976), La cocina cristiana de Occidente (1969), Fábulas y leyendas de la mar (1982) y El pasajero en Galicia (1989)


Álvaro Cunqueiro no falleció en Mondoñedo, sino en la ambulancia que le traía, ya muy enfermo, de Vigo, donde había residido las últimas décadas de su vida, llegando a ser director del periódico El Faro de Vigo. Era la madrugada del 28 de febrero, siendo enterrado el 1 de marzo aquí, en un acto multitudinario en el que sus restos fueron transportados hasta aquí en cortejo fúnebre


Se esculpió en su lápida una frase sacada de un discurso que había pronunciado unos meses antes de morir, que dice:
"loubado seña Deus que me permitiu  facerme home neste grande reino que chamamos Galicia"
En el primer aniversario de su muerte se añadió una placa con otra frase de la misma conferencia:
"Eiqui xaz alguén, que coa súa obra fixo que Galicia durase mil primaveras máis"
Gracias a Armando Requeixo y su libro Álvaro Cunqueiro e Mondoñedo. Guía Literaria, podemos conocer lo que dijo en aquel momento:
"Loubado seña Deus, porque me permitiu nacer, medrar, facerme home e agora envellecr neste grande reino que chamamos Galicia (...) Loubado sexa Deus por terme dado o don da fala nosa (...) Se de min algún día, despois de morto, se quixera facer un eloxio, podería dicir a miña lápida. Aquí xaz alguén que coa súa obra fixo que Galicia durase mil primaveras máis"

Al otro lado, la carretera, y el paisaje que tan bien describió:
 "... puede el viajero contemplar toda la larga rilleira de Cesuras, tendida desde Seivane hasta Zoñán: Villaoriente levanta su torre como un castillo entre la oscura mancha del pinar. De esta rilleira -y todavía los topónimos la recuerdan- fueron los vinos del país: pequeños labrantines agrios, digo yo, sólo buenos para refrescar

Hay alegres y matutinas campanas en esa labrada ladera, desde San Juan a San Antonio de Valiño, Santa Margarita, San Cristóbal: la sonada romería de agosto, en empinado prado, al pie del castro de Zoñán, de triple muro y ciclópea puerta. El celta de hoy visita el santo milagroso, y luego, a la sombra, come la empanada y refresca el gaznate..."

Abajo, en el prado, un monolito y un busto...


Es el genial Carlos Folgueira García, O Rei das Tartas, frente a la travesía que ahora lleva su nombre, famosísimo repostero a nivel iternacional que ha llevado el nombre de Mondoñedo y su promoción donde quiera que iba. De él publica una excelente biografía el escritor y periodista José de Cora en El Progreso el 31 de marzo de 2019, relatando su nacimiento en el barrio mindoniense de San Lázaro el 17 de marzo de 1937, en plena contienda, con su madre en una situación de extremo desamparo y necesidad:
"... su llegada al mundo de la vida se produce en plena guerra, con un padre enrolado en la Marina que nunca llegará a conocerlo. Hijo de madre soltera, decía él para no quitarle ni un gramo de tragedia a las circunstancias, aunque bien se podría decir hijo de viuda. Con la misma imprecisión, Carlos contaba que su padre había muerto en el hundimiento del crucero Canarias, aunque en realidad fue en el crucero Baleares, porque el Canarias ni siquiera se hundió. 
Su madre, que conservaba las cartas del novio como un tesoro, se instala en la casa más pequeña y modesta del barrio de San Lázaro con él y con su abuela, pero el dueño del chamizo pensó que era demasiado lujo para ellos y los echa en 1943. Meten sus mínimos enseres en un carrito y de esa guisa entran en Mondoñedo, como protagonistas de un patético cuadro de miseria. 
De las dificultades y de los esfuerzos de su madre por sacarlo adelante y por cuidar a su abuela, encamada de por vida, aprende Carlos a luchar contra una vagancia natural que lo arrastra a no dar golpe. Es mal alumno en el Instituto Laboral y sabe que no debe. Entonces un veterinario le ofrece la posibilidad de ser comercial de piensos Biona y el muchacho acepta. Así descubre sus excelentes dotes para la venta. 
Después de casarse se ve apremiado de dinero y se le ocurre el negocio de las tartas. Compra trescientas y se va a Gijón. Las vende en dos días y obtiene un benefi cio de 7.500 pesetas, a razón de cinco duros de margen la pieza, mucho más que con el pienso. La suerte está echada. Charles, como es conocido en la ciudad, seguirá la tradición pastelera de Mondoñedo"

José de Cora dice que sería a mediados de los 50 cuando la actividad repostera de Carlos se asienta con regularidad, pero será en 1963 cuando se promocione intensamente con sonadas campañas publicitarias. Para ello cuenta con Xosé Trapero Pardo, director de El Progreso, que estudió en el Seminario de Mondoñedo, también con Jorge Víctor Sueiro, redactor de La Noche en Santiago y casado con la mindoniense Amparo Nieto, así como Xosé Díaz Jácome, director por entonces de La Voz de Asturias. Todos ellos publicitan y glosan las ricas tartas en columnas y artículos, por ejemplo Sueiro escribe en su columna Desde Galicia que un tal Charles ha llegado a su ciudad vendiendo tartas de Mondoñedo, y añade...
"Piensa repetir el viaje, que también hace a Oviedo, Vigo, Santiago, etc (...). Extiende la fama mindoniense, endulza la vida a las gentes y gana unas pesetas. Demuestra, además, que todavía no están explotadas las posibilidades de negociar en esta tierra. Carlos Folgueira es, por otra parte, el primer habitante de Mondoñedo que se ha decidido a demostrar la vitalidad de su ciudad. Ojalá que cunda el ejemplo"

Invirtiendo en publicidad Carlos Folgueira se da a conocer y da a conocer su producto, unas campañas que por entonces aún apenas se realizaban en España, dándole sin duda Jácome el espaldarazo definitivo en 1970 al llamarlo O Rei das Tartas. La publicidad sigue, se fotografía con famosos, aparece su propaganda en numerosos lugares, y él va siempre detrás, haciendo acto de presencia por doquier, publicitando las tartas. Escribe así del éxito de José Folgueira García, en su biografía, José de Cora:
"En cuanto a la receta de la tarta que vende se establece una controversia que contribuye a la leyenda. Él no cocina, se le dice como reproche, es la suegra. No, es la receta tradicional, contestan los Folgueira. En la competencia por el mismo producto están la Dulce Alianza —o La Alianza, sin más—, que abre en 1892; Héctor Leal, y desde finales del XX, Val de Brea. Lo que distingue a Carlos no es la tarta en si, sino el marketing que pone en pie para vender las suyas"

En 1977 recibe la Medalla al Mérito Turístico a título individual del Ministerio del Interior. En 1980 comienzan sus apariciones televisivas en el programa-concurso, de máxima audiencia, Un, dos, tres, responda otra vez de Televisión Española


En 1981 recibe la Medalla de la Confrérie de la Chaîne des Rôtisseurs, Monsieur Maître Rôtisseur de París, siendo nombrado Cabaleiro da Asociación Maxistral de Gastronomía, Artesano distinguido de la Provincia de Lugo, y Medalla de Plata y Señor de la Feira de Vilagarcía de Arousa. En 1985 es proclamado Fillo Predilecto de Mondoñedo y en 1993 recibe la Medalla de Bronce de Galicia, falleciendo el 2 de agosto de ese año en A Coruña, sucediéndole al frente del negocio su hijo Carlos Folgueira junior, pasando la marca O Rei das Tartas a ser una franquicia en 2003

En 2018 se crea el Premio Rei das Tartas para proyectos de promoción de la ciudad y también aquí, ante su busto, se realizan homenajes y ofrendas florales


Un poco más allá un monolito recuerda a Siervo González, Graciano Paz, y Manuel Rodríguez, fusilados en este lugar el 19 de enero 1938, dentro de la dura represión de la guerra civil


Una placa recuerda sus nombres


El monolito fue inaugurado el 19 de enero de 2018, ochenta años después de su ejecución. Así publicaba la noticia La Voz de Galicia


Son tres en particular las víctimas del franquismo que con nombre y apellidos figuran en el homenaje que, por iniciativa vecinal y con apoyo de la corporación municipal, tendrá lugar hoy en Mondoñedo. Son Siervo González, Graciano Paz y Manuel Rodríguez a los que una fecha como la del 11 de enero de 1938 y un lugar como Rocha, al lado de la Travesía dos Remedios, les marcaría para siempre, a ellos y a sus familias. Parientes de los homenajeados que tendrá lugar en diferentes enclaves de la ciudad estarán presentes, como es el caso de Pedro y Araceli González, nietos de Siervo, Xusto Lage, sobrino nieto de Manuel y Graciano Pardo, nieto de Graciano. Desde la organización del evento recuerdan de esas tres víctimas su implicación en «un compromiso social e político naquel tempo de esperanza que foi a II República». «Socios e directivos da Sociedade Obreiros Católicos, actividades e dirixentes da sección local do sindicato de orientación libertaria Confederación Nacional dos Traballadores e militantes da Unión Socialista Galega, organización nacionalista e socialista, cuxas listas ao congreso en 1933 encabezará Siervo González», señala Xosé Luis Fernández.

Aunque son esos tres los que hoy se recuerdan, y «no mesmo lugar onde foron asasinados» se inaugurará un monolito «sufragado polo Concello», añade, en realidad la cita está pensada para «facer xustiza con estes veciños asasinados e no seu nome a todas aquelas persoas que no noso concello sufriron a represión»


Desde la Travesía de Carlos Folgueira volvemos al Cimeterio Vello de Mondoñedo...


También aquí, una placa nos informa de su historia



Caminamos hacia las arboledas del Parque da Lembranza. Nos encantan estas frases de Lois Caeiro en su artículo En la gran feria otoñal, publicado en el Diario de Pontevedra el 24 de octubre de 2019:
"Para saber lo que somos y confirmar que es obligado ir a Mondoñedo al menos una vez al año basta con pasar por el cementerio viejo, hoy un precioso parque como debieran ser los camposantos en Galicia, e ir reparando en alguna de las lápidas que recuerdan los nombres de quienes allí volvieron a la tierra que contribuyeron a dignificar"

Un buen lugar también para evocar estos versos de Álvaro Cunqueiro... 
Ese alguén de meu que nunca volve
á auga da infancia
sin saber sair do laberinto.
Ese que é outro home que eu levo
derrubado sobre min
ou como a hedra 90 carballos abraza.

En balde lle digo que hoxe recollen
as coloradas mazáns
e que hai que buscar as que caen entre a herba.
Verdadeiramente é como levar unmorto
nada apetece e de nada se lembra
preguizoso sombrío. A seu carón vivo
e o seu que canta e volve
mira de esguello pra onde xaz
e olla cómo podrecen enl os ollos e os anceios
a mocedade que foi e as sorrisas das mulleres
todo o que foi amado e recibido
todo o que foi e nunca máis será.
Pro o eu que vive e anda
resiste e no esquece ren,
despedíndose farto de vida
cando a vida de meu e máila súa acaben.
Pro eu resucitarei que solo volven
os que recordan, compañeiro

Placa en recuerdo a estos ilustres mindonienses...



Acto de inauguración de la placa el 2-10-2020 dentro de las Xornadas do Peregrino Abrindo Camiño



Muy cerca del cementerio, subiendo un poco en cuesta hacia el centro urbano, tenemos uno de los edificios notables de Mondoñedo, el Pazo de San Tomé, cuyo tamaño y proporciones destacan sobre las demás casas de esta rúa de Julia Pardo Montenegro, antigua calle Olandillas u Holandillas, cuyo nombre, vinculado a la artesanía textil, está relacionado con los antiguos artesanos mindonienses. Luego durante un tiempo fue llamada de Ramón Alonso


El pazo, también llamado Casa de San Tomé, fue construido a finales del siglo XVIII por la familia San Tomé. dentro de las premisas del barroco gallego, pasando después a los Montenegro. Por entonces, Francisco Santomé Aguiar (que en 1809 figura como Regidor de Mondoñedo) y su esposa María Josefa Vélez y Puga, adquirieron varias propiedades en Mondoñedo, tal y como se extrae de la documentación del Archivo Provincial de Lugo, protocolos notariales de D. Blas de Candia, publicada por el investigador Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense: 

"En la ciudad de Mondoñedo, a tres días del mes de enero de 1799, ante D. Blas de Candia, D. Francisco Santomé Aguiar adquiere en foro una casa sita en la calle Herreros, una huerta y pieza de heredad en su trasera, en el canon anual de veintinueve ducados. Era dueño de estas propiedades D. Javier García Parga Vaamonde, señor del pazo de Casanova y vecino de la feligresía de San Salvador de Parga. El 7 de abril de 1799, también adquirió D. Francisco en las inmediaciones del lugar una parcela de terreno, que pertenecía a la dignidad episcopal, por la cual percibía una renta foral de seis reales anualmente. La utilidad de la misma era propiedad de Josefa Blanco Luaces y Villamar, vecina de Mondoñedo, a quién D. Francisco Santomé se la cambió por otra de medio ferrado que poseía junto a la Rúa del Pumar: 
Hasta ahora la citada vivienda estuvo y está amenazando total ruina, de venirse al suelo, según lo explica la escritura de foro, por no hallarse el propietario con medios suficientes para reedificarla. D. Javier cede, renuncia y traspasa al D. Francisco Santomé Aguiar, Regidor perpetuo y vecino de esta ciudad, a su mujer y a sus herederos, la expresada casa, huerta y pieza de tierra, por la escritura que ha hecho relación. Fueron testigos D. José Santomé Aguiar, D. Lorenzo Santomé Aguiar, vecinos de la ciudad de Mondoñedo y José García Ramallal, vecino de la feligresía de Rececende (Riotorto)"


La casa fue así pasando a sus herederos. Por documento de 1843 sabemos disponía abajo de tres cuadras, una de ellas para las caballerías y otra para los cerdos, así como dos bodegas. En el primer piso estaban la cocina, el comedor, cuarto y sala ambos con gabinete y habitaciones para los criados. En el segundo piso tres cuartos, uno con una cocina francesa, sala principal y sala menor


Arquitectónicamente es casa de fachada rectangular de tres plantas, dispuestas simétricamente respecto a su eje central, donde está la puerta principal, flanqueada por ventansa rectangulares con moldura y una puerta rectangular auxiliar también a cada lado. Arriba, dos balcones exteriores con forja y sendos blasones


El escudo de la derecha es de los Segador, Aguado y Villamil, y el de la izquierda de los Santomé y Labra, con sus famosos leones, símbolo y lema de la estirpe
"Este Solar y estas armas las ganaron
por la fe, naturales y oriundos del Solar
de Santomé y, siendo el rey noticioso
de hazañas tan bien vistas, 
cinco leones les dio
los que en sus armas pintan"

La siguiente planta presenta otro balcón exterior con forja y, encima, frontón semicircular a modo de tornalluvias. En su tercer piso o bajocubierta hay cinco pequeñas ventanas rectangulares. El tejado es de pizarra a cuatro aguas


El 18 de enero de 1878 fallece a los 72 años sin descendencia María Santomé Lourido, nieta de los fundadores, habiendo realizado testamento el 14 de marzo de 1874 en favor de su criada y los familiares de esta:
"Mandó a su criada Ramona do Rego, por su fidelidad, por los días de su vida, seis fanegas de trigo anuales, parte del desván de la Casa Grande de Santomé, según le corresponde en la calle Olandillas y medio ferrado de huerta de diez y seis cuartillos de heredad en Rabo de Golpe, extramuros de la ciudad, con la obligación de ponerle alumbrado en su nicho el día de difuntos, sin que se pueda enajenar esta finca. A Jesús Rego, sobrino de Ramona, que vivía en su compañía, le legata para siempre un ferrado que paga por foro anualmente un tal capitán del lugar de Requeijo, por el directo dominio de varios bienes, que radican en el lugar de Adellao, parroquia de San Jorge del Valle de Lorenzana. A Manuel Vidarte del mismo San Jorge el lugar y caserío da Chiela, término de Arrojo. A su ahijada María del Carmen Vidarte, hija del anterior, una finca que redime anualmente una fanega de centeno. Era su apoderado D. Camilo García, perito agrimensor. A Dª Milagros Uria, su sobrina, vecina de Ferrol, parte de la casa que tiene en la calle Olandillas, con la obligación de darle para vivir a su criada Ramona la parte del desván de que queda hecho mérito y el dicho trozo de huerta. Toda la herencia restante: una cuarta parte "in perpetuam", a su primo D. Juan Uria, vecino de la ciudad de la Coruña y las tres restantes a sus sobrinas Dª Trinidad y Dª Milagros Uria, hermanas, vecinas de Ferrol, con la obligación a una y otras de no poder enajenarlos y recaigan en sus descendientes" 

En el año 1935, siendo propietario Melchor Egerique Villalba, se llegó a un acuerdo con este para albergar aquí un nuevo cuartel de la Guardia Civil, con una renta de 3.200 pesetas anuales durante diez años a pagar en trimestres, corriendo por el propietario la reforma de los primeros pisos y en la planta baja, adecuar espacio para sala de armas, despacho y depósito de detenidos. En el altillo se habilitarán habitaciones para guardias solteros y dependencias para el y carbón, quedando todo listo y entregado el día 10 de junio. Se incluía en el contrato la huerta del pazo


Aquí estaban pues las oficinas del cuartel, viviendas de los guardias y cuadra de los caballos. El acuerdo se mantuvo con los descendientes del propietario, que ya no vivían en Mondoñedo, hasta que los guardias abandonaron este cuartel, quedando años vacío hasta que es comprado por el Concello para diferentes usos: Casa de Cutura, Museo das Zocas, salas de exposiciones, proyecciones y conferencias, Centro Español de Documentación Espeleológica, etc. 


En el interior, pasillos a las diferentes salas y escalera de piedra y, en medio, una especie de gran esfinge mindoniense


El león de los Santomé, este con rostro humano, símbolo de la unión de la fuerza y la inteligencia, la nobleza y el valor


A la derecha salón de actos, proyecciones, conferencias...


Arriba, el Museo das Zocas, un recorrido por la historia del calzado de madera, en Galicia y en el mundo


En la visita guiada, nos muestra el museo Alberto Geada Val, el último zoqueiro, quien heredó el oficio de su padre. Suele presentarse vestido con el famoso atuendo del zoqueiro peregrino. Máría Cuadrado lo presenta así en La Voz de Galicia, 13-6-2019:
"Alberto Geada Val (Lagoa, Alfoz, 1980), zoqueiro por tradición y convicción. Geada empezó en este oficio de la mano de su padre, que hoy tiene 83 años, pero que entonces era uno de los zoqueiros más jóvenes en la zona. Completó su formación con expertos gallegos, asturianos y de otras zonas, y confiesa que es un creador que arriesga, que sigue investigando y documentándose sobre el oficio, a la vez que firma atrevidas zocas que se exponen en museos de México, Cataluña o Países Bajos, entre otros lugares"


Todos escuchan y realizan preguntas, comentarios, intercambian conocimientos de los modelos de su lugar de origen...


Algunas de las piezas..,


Zocas y calzado de madera de diferentes partes del globo...


India, Schelwig-Holstein, Turquía, Suiza, Teruel, Cataluña...


Madreñas asturianas


Pero más de decoración que de uso diario..


Echando un culín de sidra...


Banco de zoqueiro


Haciendo zocas, en vivo


El proceso, paso a paso...


Instrumental y herramientas


En la ventana...


Exposición permanente...


Buena colección, unas 150 piezas de muchos lugares...


Algunas bellamente decoradas...


Antaño los zoqueiros iban a los mercados vendiendo su mercancía, y a las ferias, también vendían a las tiendas. En otras ocasiones había gente que iba a sus casas, o ellos a las de los demás, con sus herramientas


Fotos de época, músico con zocas,,,


Foto costumbrista


Una familia con zocas


Acabando así nuestra visita podemos ir desde el Pazo de San Tomé directamente al centro, a la Praza da Catedral, o retomar el camino señalizado en A Granxa, por donde hemos venido, siguiendo ruta por el Camino Norte en Galicia








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