| El Camino llega a Casazorrina |
Tras cruzar el puente dieciochesco sobre el río Nonaya, que atraviesa el concejo de Salas de oeste a este, el Camino de Santiago, procedente de Villazón, llega al pueblo de Casazorrina, al que sus vecinos gustan de llamar Zorrina, en la parroquia de Villamar y a unos 3 kilómetros de la capital del concejo, llamada también Salas
Cruzado el puente, el Camino es totalmente llano y empieza a estar asfaltado al ir en dirección a las primeras casas. A nuestra izquierda vemos una pequeña acequia que canaliza un arroyo, muy cercano a la canal que devolvía al río el agua que movía la maquinaria del Molín de Ca García, que encontraremos a la entrada, uno de los antiguos molinos harineros al que se llevaba el grano del cereal, principalmente maíz, a moler para hacer la fariña y luego elaborar el pan en casa, labor que prácticamente ha caído en el olvido salvo muy ocasionalmente para alguna celebración u ocasión especial
Casazorrina no podemos negar que es un muy llamativo topónimo cuyo origen hay que buscarlo en una Casa Sorinus, antiguo posesor de alguna villae agrícola en época romana o altomedieval, como Villamar sería la Villa Marus o Villa Marius, uno de los muy abundantes topónimos en villa que hacen referencia antiguos asentamientos tipo granja desde los que se organizaba la explotación agropecuaria de este territorio, atravesado por la transitada vía Lucus Asturum-Lucus Augusti o 'autopista del oro' a través de la que se controlaban los yacimientos auríferos del occidente astur, los cuales empezaban muy cerca ya de aquí
Esta vía, basada a la vez en sendas mucho más antiguas, prehistóricas, sería la base del Camín Real de Galicia desde la Edad Media, también llamado Camín Francés (como todos los caminos que procedían de allende los Pirineos y que, con la recuperación de las antiguas rutas de peregrinación jacobea, pasó a ser conocido como Camino Astur-Galaico del Interior y, más breve y conocidamente, Camino Primitivo
La mayor parte de las casas de Zorrina se dispone a lo largo del Camino o en sus inmediaciones; otras un poco más a la derecha, en la carretera N-634, antes carretera Oviedo-Villalba, de Galicia o del Occidente que, en la segunda mitad del siglo XIX, desplazó al viejo Camín Real, relegándolo a vía pecuaria. En la carretera está la renombrada fábrica de Cafés El Globo, factoría cafetera que ha divulgado grandemente el nombre de Casazorrina, o Zorrina, por el mundo y que, cuando tuesta su producto, impregna el valle de su irresistible aroma
"Salas, constituye el primer enclave extractivo de la minería aurífera romana con que nos encontramos en el transcurso del viejo camino interior (Camino Primitivo) que comunica Asturias y Galicia, pasando por el Puerto del Palo y Grandas de Salime, zonas auríferas destacadas de época romana.
Hace varias décadas, desde los años ochenta del pasado siglo, se retomó la explotación en terrenos de Belmonte y Salas de aquellos notables yacimientos auríferos de época romana. Las enormes labores extractivas antiguas han llamado la atención del campesino que reconoció en ellas algún misterio irresoluble, así aparecieron numerosas leyendas que hicieron a los moros responsables de cuantos vestigios del pasado se reconocen en castros, túmulos, etc., constatando que las fanas, grobas, pozos y galerías, son restos de actividades muy antiguas. Relatos de bolos y boleras, barras y polvo de oro, acompañan a muchos de los lugares del concejo en lo que entendemos como referencias orales de mitos muy arraigados culturalmente.
Las Guerras Cántabras y el asentamiento de Astúrica Augusta (Astorga) tienen como fin primordial el control de los yacimientos auríferos del noroeste peninsular. Es clara la vinculación existente entre los territorios transmontanos y cismontanos en cuanto a la dependencia común de las unidades romanas de la meseta, de tal forma podemos establecer inicialmente un sincronismo entre éstas y las explotaciones ubicadas en los límites administrativos del concejo de Salas.
De los vestigios de época romana en el municipio destacamos los enclaves de Las Muelles, situado en las cercanías de La Espina; se trata de un enorme estanque donde eran embalsadas las aguas para la canalización y transporte hacia los frentes de explotación situados a una cota inferior, en lo que hoy es Godán, Ablaneda, Viescas y Carlés. Por medio de las antiguas o canales se conducía el agua hacia las explotaciones, quedando restos de un complejo sistema de canalizaciones que se observan en los enclaves de Idarga, Cueva (Canales de los Remoleiros), La Bouga (Canales de Arriba, Abajo y Enmedio), Pena Ausén, Sierra de Carrales, Buspol, El Pevidal (Antigua del Pevidal).
En muchos casos es la percepción lineal del surco que describen en las laderas montañosas, en otros, percibimos las excavaciones en roca que han sido efectuadas para salvar los obstáculos para el transporte del agua. Asociados a las antiguas encontramos gran número de balsas que tienen la función de contener el agua aportada por aquellas y que posteriormente es dirigida en tromba hacia el frente de explotación. Es necesario destacar el grave destrozo que se ha perpetrado impunemente en las inmediaciones de La Venta, donde se ubicaba un gran depósito de contención, sobre el que se depositaron estériles, al llevar a cabo las obras de acondicionamiento de la carretera Piedrafita a la Bouga, incluidas en el Plan Provincial de Obras y Servicios de 2000, quedando este y algunos otros vestigios aledaños a la carretera colmatados y arrasados.
A las explotaciones que hemos citado anteriormente debemos añadir los enclaves de Sobaciella, Las Cárcobas, El Pando, Las Novares, La Ortosa, Pozo Cellericos, Cueva Gentiles, Las Fanas, El Mouro; el núcleo de Millera o Millara, situado tras la Sierra del Courío y dependiente a nivel extractivo de las cercanas minas de Begega – El Valle, Boinás – Peña Aguda, Villaverde, Antoñana, La Cárcoba de Antoñana, La Grueba del Courío (Belmonte); se trata, dadas las evidencias que conocemos en sus cercanías, de un enclave extractivo de la misma época. La Fenosa o Fanosa (así denominada por los lugareños), en la ladera norte del monte Courío, situada frente al núcleo de Carlés, se nos presenta como una gran corta, de pendientes pronunciadas, de profunda sección y longitud, en caída hacia el río Narcea.
No menos importancia tiene destacar que, principalmente en la cuenca del Narcea, se asientan estratégicamente varios castros en los que se establece una continuidad visual que tendría relación con el control de las explotaciones mineras, como poblados, bien destinados a habitación de los trabajadores, bien como centros de control de las rutas por donde se transportaría el metal. El Proyecto BERISO, auspiciado por la Fundación Valdés-Salas, arrojará información muy valiosa sobre estas cuestiones dado que abarca un espacio muy amplio de minería romana.
El Castro (Alava) ha sido excavado con el soporte de la citada Fundación, pero son otros muchos los castros en Salas que esperan su momento como el de Peña La Cabra (Las Nisales - Cornellana); El Castiello (Bárcena - Doriga); El Castro (Láneo); La Cerca de Llourico (Láneo); castro de El Castiello (El Castiello - San Esteban de las Dorigas); castro La Trapa (Santiago de la Barca); La Peña El Culladón (La Escosura - Soto de los Infantes). Otros castros ubicados en el concejo de Salas son El Espeñidal (Casazorrina); Las Cogollas (Linares); y El Castro (Bodenaya); los dos últimos más alejados de los núcleos extractivos y por ello quizás con menos control sobre los mismos, si puede establecerse una equivalencia cronológica entre yacimientos extractivos y asentamientos humanos".
A nuestra derecha, las suaves lomas de La Sierra Minesa, al norte y al otro lado de la carretera, dan paso a las alturas de La Sierra Bodenaya, cuya máxima altura es El Rebollín (816 m), a cuyos pies se encuentra la villa de Salas, que aún no veremos desde aquí pese a su cercanía
El Viso, pico y sierra, "forma parte de las estribaciones meridionales de la sierra de Curiscao y de San Juan", explica la Enciclopedia del paisaje de Asturias, cadena montañosa que se extiende desde este valle del Nonaya hacia la costa valdesana y por donde discurren antiguos caminos que comunican Salas con las villas y rutas marineras, algunos de ellos muy empleados por los peregrinos de antaño cuando las condiciones meteorológicas desaconsejaban continuar al oeste por los puertos de montaña y se prefería tomar la ruta por los puertos del mar, de clima más benigno, siguiendo además rutas de arriería y trashumancia
Según nos movemos, empezamos a intuir, casi más que ver, ese santuario de la Virgen del Viso entre las plantaciones de pinos y eucaliptos que ocupan la mayor parte de la montaña (un puntito blanco a la izquierda). Más abajo (a la derecha del monte), en la falda oriental, se ven algunas casas de Villamar de Riba), en la cabeza de esta parroquia a la que pertenece Zorrina
Sigue a nuestra izquierda el arroyo canalizado que, viniendo de Villamar, pasa bajo la carretera y el Camino para dar sus aguas al Nonaya en las cercanías del puente que hemos dejado atrás, tras pasar al pie del Molín de Ca García
Este era un molino de una familia con ocho hermanos, de los cuales seis eran mujeres y las seis molineras, y otro de los hermanos era molinero, trabajo heredado de su madre, el cual desapareció al dejar de plantarse maíz, traerse el pan diario de las tahona y aprovechar el terreno de cultivo para pastos de vacuno. Aunque sigue plantándose maíz ya es como forraje y no para el aprovechamiento del cereal para consumo humano, por lo que la molienda desapareció
Con suerte, conoceremos a vecinas como Yoya (Aurora), que nos contarán historias de estos molinos y del pueblo en general. A la que tuvimos la oportunidad de conocer haciendo camino, saliendo a nuestro paso y entablando conversación, que es la del vídeo de compartimos aquí
Entramos y vemos el antiguo molino, que conserva buena parte de su maquinaria
Y un pequeño llagarín de sidra, que antes estaba en otra parte del edificio del molino, pero que al dejarse el maíz se trajo aquí, dejando el antiguo llagar para cuadra del ganado...
En la acequia crece la vegetación; justo a la izquierda, tapada por hierba y zarzales, pasa la canal del molín entre muros de piedra. El agua se cortó desde que no se muele y la presa en la que se embalsaba el agua permanece cegada desde entonces
Era un molino de maquila, cantidad de la molienda que se entregaba a la molinera como pago por la molienda, aunque en los últimos tiempos también se efectuaban pagos en metálico, sobre todo el dueño del almacén de piensos existente en Salas (se hacía asimismo pienso para el ganado con lo molido), que venía semanalmente con un Land-Rover lleno de sacos a cargar
El Molín de Ca García, con su edificio, maquinaria, canal y demás elementos y dependencias, se sabe tiene varios siglos de existencia, sin poder precisarse documentalmente cuántos, si bien se piensa lo hicieron antepasados miembros de la misma familia que lo tiene en nuestros días
Con suerte, conoceremos a vecinas como Yoya (Aurora), que nos contarán historias de estos molinos y del pueblo en general. A la que tuvimos la oportunidad de conocer haciendo camino, saliendo a nuestro paso y entablando conversación, que es la del vídeo de compartimos aquí
Una entrevista con Yoya y sus hermanas Angelita y Ana Martínez García lo podremos ver en la web de la Radiotelevisión del Principado de Asturias (RTPA) en el programa Pueblos dedicado a Zorrina emitido el 22-4-2024 y presentado por Sonia Fidalgo
Entramos y vemos el antiguo molino, que conserva buena parte de su maquinaria
Y un pequeño llagarín de sidra, que antes estaba en otra parte del edificio del molino, pero que al dejarse el maíz se trajo aquí, dejando el antiguo llagar para cuadra del ganado...
"Cuando se puso en marcha la concentración escolar y quedaron cerradas las escuelas de pueblo hubo sorpresa, indignación y protestas tímidas, porque no eran tiempos en los que se permitía gritar mucho al personal ante el desaguisado que suponía que los autobuses de los niños no pudiesen ser utilizados por esporádicos viajeros del pueblo que tenían que ir a hacer un recado. Durante décadas el transporte escolar fue, en las áreas rurales asturianas, únicamente eso, llevar y traer a los niños a la escuela. El conductor, aunque fuese muy amigo, podía encontrarte caminando por la carretera y no podía recogerte. Era la norma. Era la ley. Era el reglamento. Era lo establecido por los políticos de Educación y quien no estuviese conforme que llamase un taxi. Ellos, los políticos, ya en aquellos tiempos viajaban en coche con chófer y aire acondicionado.
Pero parece que los sesenta asesores que dicen tiene el actual consejero de Educación están sirviendo para algo positivo, porque la decisión adoptada en el presente curso escolar permite, después de décadas de machacona insistencia en el error inicial, que el autobús que recoge a los escolares en el pueblo pueda también llevar viajeros adultos. Y no se comentó aquí esta circunstancia en septiembre, cuando los escolinos estrenaron curso, porque había que esperar, prudentemente, a conocer los resultados de una decisión de la Consejería que bien pudo adoptar cuando se reconoció el error inicial. Y, naturalmente, no ha pasado nada. Los niños viajan en el autobús con los mayores, que es algo así como una continuidad de la vida familiar. Y es que la pregunta estuvo desde siempre muy clara: ¿con quién viven los niños? Con los adultos. Pues eso. Bastaría razonar sobre esa circunstancia para no estar años y años con un autobús en cada línea sólo para los niños, mientras que los adultos tenían que buscarse la vida si no era día de mercado.
Es una auténtica pasada, como diría cualquiera de los alumnos actuales, ver el autobús que tiene su origen histórico en la camioneta de Mallecina pasar por los pueblos y cuando Juan Carlos el de Sobrepasco, Manolín el de Priero y el mismo Luis Fernando Rubio, que es el empresario -y currante, claro-, te ven en actitud viajera al lado de la cuneta se paran, te recogen, te sientas, echas una parrafada sin molestar al conductor y saludas al mismo tiempo a los niños que conoces y que son casi todos. Y terminan pidiéndote que organices otro partido de fútbol para las fiestas, «pero con el campo pintado, que no pase como este año». Todo eso, hasta ahora, estaba prohibido. En todos los concejos del área rural asturiana. Y hasta podía ocurrir que el autobús escolar circulase con muchos asientos vacíos y el aspirante a viajero, adulto por supuesto, se quedaba al borde de la carretera vestido con el traje de los domingos. Pero aquí no ha pasado nada. Bueno, sí, han pasado muchos años tropezando en la misma piedra.
El transporte escolar es la tabla de salvación a la que se han aferrado muchas empresas de autobuses de nuestras comarcas rurales. Cuando llegó el utilitario a debajo de cada hórreo la camioneta de Mallecina tuvo que reducir servicios que tenía semanales y quedarse únicamente con lo que daba para ir tirando, que es el mercado de los martes en Salas y el de los jueves en Pravia. Pero lo que está sucediendo con los mercados en las villas tiene el mismo ritmo que la despoblación rural. Están en un total declive. Y sólo viajan los jubilados el primer martes o jueves de mes para cobrar parte de la pensión y dejar el resto en el banco? por lo que pueda pasar.
La camioneta de Mallecina, que tiene una historia de libro, perteneció, en la posguerra, a la familia de Los Carallos. Y por eso se llamó La Caralla. Eran tiempos en los que tenía que llevar un camión inmediatamente detrás de ella para cargar las patatas, las fabas y todo lo que se llevaba al mercado. Tenía aquella camioneta de Mallecina asientos de madera en el techo a los que se subía por una escalerina. Y allí viajaban los hombres que con mucha educación, que incluso habían ido poco a la escuela, pero tenían sentido de la solidaridad, dejaban los asientos del interior para las señoras y los niños. La empresa de La Caralla fue adquirida por Andrés Rubio, que incluso recibió premios a nivel nacional por su capacidad empresarial, y supo invertir en una flota moderna que ahora regenta su hijo, Luis Fernando, a quien el otro día se le ha concedido un galardón muy modesto pero tremendamente significativo que se llama «Maíces de plata». Y lo es porque está otorgado precisamente por los usuarios antiguos de la camioneta de Mallecina y por los actuales, donde afortunadamente ya viajan juntos los niños y los adultos. Justamente lo que se llevaba esperando desde hace muchos años".
No ha tenido que ser fácil salvar una empresa de pueblo como la que se derivó de la camioneta de Mallecina. Algunas, en otras comarcas, desaparecieron como sucedió con el famoso Correo de Villavaler de Pravia, mitad para viajeros y la otra mitad para mercancías con la valija de la correspondencia colgada de un clavo. Pero en el caso de la actual Autos Mallecina hubo una entrega, una vocación, un afán de servicio a la comunidad que es de vital importancia para la vida de los pueblos. Y ahora, como decía Isidro Carallo, al cerrar la puerta de aquella vieja camioneta, dando la orden al prudente, veterano y experto conductor de La Carril? ¡váaaaaaamonos? Manolo! Buen viaje a todos".
Las casas más antiguas, aunque muy reformadas, se disponen a lo largo del antiguo Camín Real, que es donde se concentra la mayor parte del pueblo de Zorrina, una parte extendiéndose hacia la carretera y otra siguiendo el histórico trazado caminero por la vega del Nonaya hacia La Debesa
A la derecha, una muria de piedra separa el Camino de la finca de Ca García, que tuvo en sus tiempos una buena casería y gran pumarada de manzana de sidra para mayar en el llagar
A nuestra derecha, un cobertizo de tejado a dos aguas sobre columnas de ladrillo sirve para guardar aperos del trabajo en las fincas
Un poco más adelante es, al pie del árbol, donde el arroyo pasa bajo el Camino y baja a nuestra izquierda
El río Nonaya, que acaba de recibir las aguas del Paraxas, pasa al pie de las arboledas de la izquierda, por La Puntona
El Camino sube suavemente en cuesta y en recto hacia Ca García, la casería a la que pertenece el antiguo molino que acabamos de visitar
A la derecha, en la rotonda, está la estación de servicio, con La Sierra la Minesa detrás, con sus suaves lomas de campos y bosquetes autóctonos, así como, más al oeste, El Viso con sus pinares y ocalitales
Ahí, a escasa distancia del Camino, tenemos el Restaurante El Surtidor, en la misma gasolinera, donde también hay bar
Si quisiéramos ir a El Surtidor a comer o tomar algo tendríamos que salirnos del Camino y salir a la carretera un poco más adelante, después de pasar Ca García, delante de la que pasamos ahora
Calle arriba está una de las entradas a La Figal de Xugabolos, una hermosa quintana transformada en un renombrado hostel que han hecho de Zorrina o Casazorrina una destacada parada y fonda para los peregrinos del Camino Primitivo
Un poco más adelante y a la izquierda es la quintana de La Giralda, con un hórreo y panera preciosos que veremos siguiendo camino. Algunos hórreos y paneras han desaparecido pero otros se conservan, como bien podemos ver aquí y en muchos pueblos. Al ir abandonándose el trabajo de la casería muchas casas se reformaron, integrándose cuadras y otras dependencias en la vivienda o empleándose como almacén, trastero, garaje, etc.
Una concha y una flecha en cerámica confirman la dirección a seguir en esta bifurcación. Recordamos siempre que la flecha amarilla es el único elemento netamente direccional y que la posición de la concha no implica necesariamente en rumbo, solo la flecha, insistimos
Bajo los hórreos y paneras suele haber bodegas, espacios cerrados que solían emplearse para guardar aperos, herramientas, taller, trastero, gallinero, para guardar el carro, cuadra o cualquier otro cometido según las necesidades de cada casería
Las cuadras de La Giralda, a nuestra izquierda, así como la parte posterior de la casa. Seguimos subiendo poco a poco...
Mucha atención porque nos acercamos a la bifurcación entre el Camino y el ramal que sale a la carretera, donde podemos ir a El Surtidor si deseásemos comer o tomar algo allí
Esta finca a la derecha, por ejemplo, llega a la carretera en la rotonda. Al fondo estaba el Bar Javier. Antiguamente estaban La Tabernuca y el Bar de Rosa
Hay una hermosa rosaleda de rosas rojas, rosas, blancas...
Seguimos viendo también algunas casas de Villamar de Riba, aunque el santuario de El Viso no lo identificaremos bien hasta pasar el pueblo de Zorrina. Una carretera sube a la ermita y a la cima desde la villa de Salas y hay también una ruta senderista, la SL AS-131
Pasando La Giralda el Camino de Santiago sigue a la izquierda, pero de frente, recalcamos, se va a La Figal de Xugabolos, antes de salir a la carretera
La flecha amarilla nos indica, para seguir Camino, ir a la izquierda, como hemos dicho. Vamos a visitar La Figal de Xugabolos pero entrando por abajo, por la entrada que mira al Camino de Santiago, recorriendo su finca
Una concha de cerámica y unas flechas amarillas en el poste telefónico remarcan este desvío en el que no es difícil despistarse
A nuestra derecha es la casa La Ros-Mar, con este gran alerón metálico que prolonga su tejado, sostenido en tres columnas
Ahora es cuando vemos mirando a la izquierda, el conjunto de panera y hórreo de La Giralda. Sus corredores, antaño llenos de panoyas de maíz, permanecen desnudos. Abajo, se guarda el coche donde antaño se guardaba el carro y, en las subidorias, de piedra, se han colocado tiestos de vistosas flores
Al pasar frente a La Ros-Mar observemos dos detalles mirando a su fachada
El nombre de la casa, entre la puerta y la ventana
El Camino, ya totalmente llano a partir del cruce, sigue entre viejas murias de piedra, la de la derecha cerrando un jardín densamente arbolado, donde reconocemos higueras, cipreses y otros árboles
Recorriendo su pueblo de nacimiento, queremos recordar a uno de los hijos más ilustres, el cirujano Celestino Álvarez Peláez, cuya biografía compartimos de la Real Academia Nacional de Medicina de España:
Don Celestino Álvarez Peláez: Nació en Casazorrina, Salas, el 5 de abril de 1862, en el seno de una familia humilde de trece hermanos, de los cuales gran parte emigraron hacia América dedicándose al mundo de la ciencia y la investigación. D. Celestino cursó la carrera de medicina en Salamanca, gracias al apoyo de su hermana D.ª Inocencia que regentaba una conservera (Viuda de Javier Martínez y CIA) en Salas, donde se estableció, instalando un quirófano en el que realizó sus primeras operaciones. Esas operaciones, que no tardaron en acreditarle como cirujano, han quedado grabadas para la historia de la Medicina en una fotografía en la que D. Celestino aparece en compañía de los médicos D. Carlos Luis Montoto y D. Bernardino Pumarada Hevia, y por el farmacéutico D. Celestino Fuertes Suárez. Los tres titulares de Salas junto con el enfermero D. José García Rubio y la enfermera D.ª Consuelo de Dimas. Desde 1907 hasta 1910 llevó su ejercicio en Gijón, y en el último año citado se instala en Oviedo en la calle que años después se bautizará con la denominación Marqués de Teverga. Fueron sus ayudantes D. Antonio Fernández Gentino y D. Carlos López Fanjul, que más tarde, fundarán sendos sanatorios, y en 1925 se incorpora al centro el joven doctor Francisco García Díaz que sustituirá a D. Celestino al casarse con su hija Mª Salomé Álvarez de Villazón, renovando así el prestigio del sanatorio Clínica San Cosme.
Inteligente y estudioso, frecuenta D. Celestino Álvarez los hospitales de París y, por otra parte experimenta con animales los efectos de las simpatectomías, concibiendo la idea de efectuar estas operaciones como tratamiento quirúrgico a distancia de las tuberculosis pulmonares y, sobre todo, de las úlceras de estómago. Explicaba su operación a distancia de la úlcera, a pesar de las curaciones obtenidas, la Real Academia de Medicina de Madrid, que le escuchó con mezcla de asombro y escepticismo. Por lo que toca al tratamiento de la tuberculosis, no perece que la idea haya pasado de su fase experimental. Falleció D. Celestino Álvarez en Oviedo el 9 de mayo de 1938. El colegio Oficial de Médicos reconociéndole entre otros méritos el de haber sido el primer cirujano moderno de Oviedo propuso al ayuntamiento el 10 de abril de 1970 que su nombre fuese recordado en una calle de la capital. La cual se encuentra en el barrio de Montecerrao".
Qué hermosa casona de gusto decimonónico, entre rural, urbano e indiano, aspecto este incrementado por su palmera, junto a la que vamos a pasar ahora
Su cuerpo principal tiene tres plantas y su fachada al camino dos puertas. Una tercera puerta es la de este cuerpo anexo, de una sola planta
También al pie de la casa se dispone una hilera de macetas con coloristas flores
A nuestra derecha, al extremo de esta finca, una panera y una casa de porte indiano
Esta, con una hermosa galería bien orientada al sur, al sol, con vistas a la finca, con sus frutales, y al Camino
Sendas murias de piedra separan el Camino de las fincas de ambas. Caminamos en llano y en recto en dirección al siguiente cruce, unos metros más adelante
Otra higuera a la izquierda hace lo mismo, justo en medio del cruce y del Camino
Camino que sigue a la izquierda pero, de frente, es la otra entrada a La Figal de Xugabolos, albergue-hostel cuyo nombre hace referencia a estas antiguas higueras o figales de Zorrina y que abrió en 2019
Una pizarra anuncia que hay bar y muestra algunas recomendaciones y especialidades. Por ello, antes de seguir, entramos en la finca dirigiéndonos allí
Hay una grande y hermosa panera de corredor en el prado, a la entrada. Más arriba hay otra panera, enfrente de la casa, en un rellano donde acaba esta cuesta que aquí comienza
Esta panera procede del mismo pueblo de Zorrina y fue instalada en la antigua bolera que constituye otro de los nombres del topónimo, Xugabolos
La sensación de vergel continúa al entrar en la finca; el albergue-hostel abrió sus puertas en el 2019 tras dos años de obras rehabilitando una quintana asturiana dieciochesca que vamos a ver en todo su esplendor cuando lleguemos arriba
De camino a la casa, vamos a acercarnos primeramente a esta monumental panerona con subidoria de piedra que, como hemos dicho, viene de una quintana cercana en el mismo pueblo, la cual ha sido restaurada con acierto
Abajo se ha habilitado un bar-cenador acristalado. Fijémonos en las ruedas de rayos, 'radios', del antiguo carro de labranza
La restauración incluyó los adornos y filigranas tallados y pintados en las colondras o tablas que componen la pared de la panera. Cuando vinimos se seguía trabajando en el corredor
Son símbolos que aparecen en el arte desde la prehistoria y en un principio serían alegorías solares, presentando el sol en rotación, pero también otras interpretaciones según el caso. En las estelas discoideas y funerarias, por ejemplo, podría ser el alma del difunto uniéndose a la divinidad
La existencia de estas tallas, a la que se les está reponiendo su policromía original, nos animan a recorrer la panera en busca de más, como aquí, en el frontal
Aquí, por ejemplo, hay más motivos geométricos tallados y coloreados, dentro de un círculo rojo
A la derecha más simbología. Estos vivos colores resaltaban la decoración y se extraían de los tintes para pintura hechos con los recursos que más pudiesen abundar en el terreno o en las cercanías
Ornamentos realizados, como toda la estructura de la construcción, por talleres de constructores artesanos que, a veces, por su estilo arquitectónico y sus motivos artísticos, pueden conocerse, además por supuesto por documentos de época, donde se reflejan contratos, a veces también por inscripciones dejadas por sus mismos hacedores, o sus dueños
Subimos por la subidoria para verlos mejor. La existencia de ornamentos era asimismo un elemento de ostentación que buscaba reflejar la riqueza de la casería
El que se empleasen tiempo y recursos en el arte, aún dentro de un elemento funcional como son estos graneros elevados sobre el suelo para evitar la entrada de roedores, eran señal de ser de buena casa
Los motivos dentro de un círculo rojo, vistos más de cerca: representan más motivos circulares entrelazados que forman una hexapétala o flor, o estrella, de seis puntas, de gran relevancia en el simbolismo mágico-religioso desde tiempos muy remotos
Aquí tenemos un elemento eminentemente cristiano, la custodia que expone la hostia consagrada para la adoración de los fieles. Es evidente además su relación con el pan, pues el grano, del cereal que fuese, era la razón de ser de estos graneros, en los que se guardaban además muchos otros productos de la producción de la casería
El compás parece haber sido un instrumento fundamental a la hora de hacer estos dibujos. Mucha atención ahora al llegar a estos motivos representados al lado de la puerta
A la derecha tenemos una hexapétala de estilo diferente al anterior. Los puntitos de los pétalos hacen las veces de respiradero. Alrededor, dos círculos concéntricos muestran zigzags o 'dientes de sierra', un elemento muy usual en los arcos de las iglesias románicas
Arriba, más pequeña y también policromada, hay una cruz encerrada en otro círculo con este mismo motivo, pero con los dientes pintados de azul y rojo, colores predominantes en todo este conjunto
Al otro lado de la panera, de ocho pegollos o pilares, hay un espacio abierto que es un hermoso mirador sobre la finca, como lo es el 'cenador' debajo de la panera
Al este, el monte Fumarrosa (434 m) cierra por el norte el valle del Nonaya en este tramo entre las parroquias de Villamar y Villazón. Está completamente plantado de eucaliptos destinados a las fábricas de celulosa y en su ladera meridional muestra los tremendos desmontes ocasionados con las obras de la Autovía A-63 Oviedo-La Espina que tanto impacto ha ocasionado en el Camino Primitivo
Allí al otro extremo hay unas cabañas al lado de los árboles que forman también parte de las dependencias de La Figal de Xugabolos
Pero el edificio principal es este al que nos acercamos ahora, del que vemos solamente el antiguo pajar ahora integrado en el hostel. La panera tapa la fachada de la vivienda pero enseguida vamos a verla. Según nos acercamos compartimos la descripción que hallamos en la página web de esta antigua casería que es ahora parada y fonda de visitantes y peregrinos:
"El nombre de La Figal de Xugabolos resume lo que es este lugar. La Figal es una higuera (figal en asturiano) que hay a la entrada de nuestra finca, bajo la cual estuvo la bolera (xugabolos) del pueblo.El lugar de Zorrina donde nos encontramos forma parte del concejo de Salas, un territorio a medio camino entre el centro y el occidente de Asturias, entre la zona costera y la montaña del interior, de clima suave, que facilitó la transformación de un paisaje natural en un espacio agrario rico y variado. Atravesado por el río Nonaya cuyas riberas tienen álamos, saúces, alisos..."
Dos hamacas dispuestas al sol invitan ya a echar el freno, soltar la mochila y echarse a descansar, acaso con una buena y reponedora siesta. Pero mejor vayamos ya a recepción a anunciar nuestra llegada si deseamos pernoctar, o a refrescarnos y reponer fuerzas tomando algo en el bar
Bajo la panera, donde se celebran espichas o fiestas comunitarias gastronómicas y populares en torno a la sidra, los peregrinos y demás residentes socializan, comen o toman algo a la buena sombra o bien cobijados en caso de lluvia
Y aquí se acaba la cuesta, en este espacio que ya, desde el principio, es gratamente acogedor
También a la sombra de las antiguas cuadras y henares se disponen mesas y sillas, como aquí, en esta animada sobremesa, después de comer, con velada musical incluida...
"Cada sábado, el telón se alza para revelar conciertos en vivo, una sinfonía de música, risas y delicias. Acompañado de cervecitas y tapas, este es un rincón donde el tiempo se detiene y las amistades florecen."
"Partimos de una casería que ya nunca iba a ser utilizada para la labranza. La casa actual es una reconstrucción del siglo XVIII. La finca está rodeada de árboles frutales, de nogales y castaños, se ha convertido en un sitio para descansar, recrearse en la contemplación de la naturaleza, el disfrute de placeres sencillos pero necesarios para refrescar el espíritu, gracias a los árboles, las verdes praderas, los animales domésticos".
"En asturiano hay una palabra que resume todo esto: la Figal es un lugar “afayaizo”, donde cualquiera se encuentra a gusto, un sitio que te seduce y atrapa", siguen diciendo. Accedemos así al interior
Volvemos afuera, en días de sol veraniego, como este, la gente gusta de acogerse a la hospitalaria sombra de esta panera. Fijémonos que en vez de corredor propiamente dicho tiene 'mandiles', cierres de tablas de madera, normalmente colocadas en vertical, dejando un espacio libre entre estas y el tejado. Observemos asimismo en el tejadillo a dos aguas sobre la entrada, con columnas de madera y, entre ellas, un poco de balcón corredor, en lo alto de la subidoria
"La idea era mantener la estructura de una casa tradicional asturiana, donde la piedra y la madera, que tienen dos siglos de uso, permiten conectarse con el pasado y actualizarlo añadiendo piezas recicladas y restauradas al gusto actual, para ofrecer un espacio confortable donde te sentirás muy cómodo", era la filosofía constructiva con la que se hizo La Figal de Xugabolos, la cual se ha conseguido plenamente
Para regresar al Camino volveremos por donde hemos entrado, yendo ahora pues prado abajo
Al otro lado del valle, la boscosa loma de El Monte, en cuya cima están ocultas entre los árboles, las casas de ese nombre, que pertenecen a Zorrina. Un poco más allá un topónimo, El Castru, delata la antigua existencia de un castro astur, L'Espeñidal, con cinco fosos, cubiertos de bosque y ocalitales
Enseguida llegamos de nuevo abajo y retomamos nuestra ruta yendo hacia la derecha
Saliendo de nuevo al Camino de Santiago vemos, entre los árboles, Ca Patricia
Reanudamos la marcha por la senda jacobita, que en Zorrina es todo un hermoso paseo entre estas frondosas fincas de arbolado y jardines
Jardines como estos, que contemplamos a pasar frente al portón del prado de Ca Patricia, antes mencionada
Foto primaveral: desde aquí hay otra hermosa panorámica de la veiga del Nonaya
Plantas y flores, además de una hermosa pradería, ocupan lo que fueron huertas y campos de cultivo que se extendían prado abajo hasta la misma orilla del río
En la muria, una concha identifica al Camino y, aunque su posición, en contra del pensamiento ampliamente generalizado, no implica necesariamente dirección (la flecha amarilla es el elemento plenamente direccional), se entiende sobradamente que es este el rumbo a tomar
Los rosales dan su colorista cromatismo al Camino según avanzamos calle adelante hacia el siguiente núcleo de casas de Zorrina
Sigue por aquí la hermosa calle de casas restauradas que, aunque ya no tienen las seculares labores agroganaderas de antaño, han mantenido bastante bien las esencias de la arquitectura popular de la zona rural asturiana, adaptada a los nuevos usos
Pasa como con las antiguas tierras de labor, que ahora ocupa la floresta, si bien se han mantenido, e incluso plantado, árboles frutales
Aquí, la bodega del hórreo se ha integrado en la vivienda y, del corredor, cuelgan macetas en vez de panoyas de maíz, ajos y cebollas. De todas maneras, cierto es que, según avancemos hacia occidente, las labores agroganaderas se irán haciendo cada vez más predominantes, con grandes caserías y enormes naves de ganado, como veremos en tierras de Tineo/Tinéu
Al final de estas casas estaríamos saliendo del núcleo principal de Zorrina, pero aún veremos un poco más adelante, ligeramente apartado del Camino, su barrio más ribereño, así como algunas casas algo más alejadas, la más significativa la de La Devesa, saliendo hacia Salas
La última de esta fila es Ca Olga y Carlos, donde hay una bifurcación
En ella dejamos a la izquierda el camino que va a las casas cercanas al río: nosotros seguimos de frente camino de La Devesa
Fijémonos en los trabajos de ensanche efectuados en su tiempo en el Camino para permitir el holgado paso de vehículos
De frente nos dirigimos a Casa Rosona, que vemos al fondo a la izquierda del Camino, bajo El Picaratín
A la izquierda, prado abajo, las casas del camino al río, donde hay un puente que comunica con el barrio de El Monte, más allá de la ocalital
El mejor acceso a dicho puente y barrio es de todas maneras por el cruce que hay pasando Ca Rosona, en el que nosotros continuaremos recto camino de La Devesa
La Devesa está justo detrás de aquella mata de árboles, que delatan el curso del Nonaya justo antes que se una a él el río Paraxas. Si nos fijamos quizás veremos un poco del tejado. Al fondo, la aurífera Sierra Carrales
Entre los árboles y más allá de La Devesa veremos un pequeño tramo de barandilla azul, es el petril de la Autovía A-63, bajo la que pasaremos antes de cruzar la carretera N-634 y continuar hacia Salas
Y ahí volvemos a ver La Sierra Bodenaya, con su parque eólico. Otra referencia visual y geográfica que nos acompañará en nuestro itinerario hasta Salas y más allá, en la subida a La Espina
La subida de La Espina se hace valle arriba entre las sierras de Bodenaya y El Viso, que también volvemos a ver ante nosotros, a nuestra derecha
Aquí abajo a la derecha es La Figal de Xugabolos, que acabamos de visitar y, a la izquierda, vemos la planta superior de la casa de Cafés El Globo, cuyas naves están al lado y detrás. La empresa fue fundada en 1965 por José Pérez Gómez con un pequeño almacén en Tineo/Tinéu que, diez años después, trasladó aquí a Zorrina. Escribe de ella Pablo Castaño en su artículo Asturias es la leche y también el café para el periódico La Nueva España del 9-10-2016:
"José Pérez Gómez fundó Cafés El Globo en 1965 en Tineo. Hijo de emigrantes a Cuba, comenzó vendiendo el café por los bares de los pueblos del entorno en su propio vehículo y once años después abrió fábrica en Zarrina, en Salas. "Calidad y servicio" era su lema y el que han heredado sus descendientes tras el fallecimiento del emprendedor en 2013. Su hija, Rosario María Pérez, es la administradora única de la compañía y la gerencia la ejerce José Ramón Iglesias, yerno del fundador. La empresa está centrada en la hostelería y prepara el lanzamiento de nuevos productos, como el Cool Brew Coffe, maceración de café en frío que se puede servir en caña como la cerveza".
Desde aquí emana un irresistible aroma a café tostado que impregna el valle con sus fragancias. Esta es su historia, que compartimos de Archivos de Asturias:
"La empresa nace en un pequeño establecimiento dedicado al comercio de ultramarinos, coloniales y tostadero de café situado en la localidad de Tineo, en el nº 35 de la Avda. de Galicia, que aún existe. En 1963 su propietario, José Pérez Gómez, se asocia con Miguel García Díaz para constituír una sociedad dedicada a la torrefacción y distribución de café. Compran por esas mismas fechas al confitero catalán Enrique Bernat Fontlladosa, creador y propietario de Chupa Chups, las marcas "El Globo" y "El Globo Chups" y comienzan su actividad. En 1965 Miguel García abandona el negocio y José Pérez Gómez constituye la actual sociedad de carácter limitado. En 1975, adquieren una nave y edificio industrial más espacioso en las afueras de la localidad de Salas, en el barrio de Zorrina, y la sede de la empresa abandona los locales de Tineo que perviven como tienda de venta al detall. En la actualidad, la empresa se ha especializado en la importación y torrefacción de café de todo tipo, distribución de café, azúcar, infusiones, chocolates y café descafeinado para la hostelería y grandes consumidores. Sigue siendo una empresa de carácter familiar, con once empleados y una facturación cercana a los dos millones de euros anuales."
En esta foto vemos la nave de Cafés El Globo, que en 2024 comenzó su expansión fuera de Asturias, noticia recogida el 30 de junio de dicho año por Javier Cuartas también para La Nueva España:
"Cafés El Globo, de Salas, uno de los siete fabricantes asturianos del sector, y que hasta ahora solo tenía presencia en Asturias y Lugo, acaba de emprender una estrategia de expansión fuera de la región con el fin de abarcar los mercados de Cantabria, Castilla y León, Madrid y el resto de Galicia.
Este proceso de proyección se produce tras las inversiones que ha acometido esta empresa familiar desde 2021 en sus instalaciones de Casazorrina, que le han permitido duplicar su capacidad productiva. Actualmente, produce 200 toneladas anuales y tiene posibilidad de alcanzar las 400 toneladas. A estas inversiones en equipamiento ha sumado un proyecto de digitalización mediante la implantación de un sistema operativo para la gestión del negocio y el control de la producción.
La proyección fuera de Asturias se produce en paralelo a la potenciación de otros productos, como el "cold brew", una bebida fría de café mediante maceración que, con origen en EE UU, El Globo comenzó a desarrollar y comercializar en 2015. Hasta ahora el producto tenía una caducidad de cuatro meses y ahora supera los 18 meses.
El Globo, con 30 empleos, nació en 1965 en Tineo y en 1975 se trasladó a su actual emplazamiento en Salas, en el eje que –comprendido por ambos municipios y los de Grado y Pravia– aglutinó gran parte de la industria cafetera de la comunidad. La empresa, único tostador 100% de la variedad arábiga certificado en España, promueve desde hace dos años proyectos de café circular con pequeños productores de México.
Fundada por José Ramón Pérez, la empresa sigue en manos de la dinastía. La compañía la dirige en la actualidad José Ramón Iglesias".
Y ahora, llegando a Ca Rosona deseamos compartir este vídeo de nuestro canal atravesando el pueblo de Zorrina, en invierno
Pese a pisar el duro asfalto avanzamos cómodamente Camino adelante antes de adentrarnos en el boscaje ribereño del Nonaya para llegar a La Devesa
Otra vista de los prados, aquí segados, entre el Camino y la carretera, también más verdes, a principios de la primavera, pero con muchos árboles aún sin hojas. Al fondo las sierras de Bodenaya y El Viso, entre las que baja de su nacimiento en Brañamiana el río Nonaya
También en La Sierra Bodenaya existen señales de la explotación aurífera astur y romana, una actividad que ya debió existir desde la revolución neolítica con los inicios de la metalurgia a la vez que de la agricultura y la ganadería. Testimonios de aquellos antiguos pobladores los tenemos en la necrópolis megalítica localizada en su cima
Pasamos así delante de Ca Rosona, admirando su gran balcón-mirador
Seguidamente, en el antiguo pajar, se ha instalado una máquina de bebidas
Aquí tenemos la bifurcación con el camino que va al río y el puente que comunica Zorrina con su barrio de El Monte. Nosotros seguiremos de frente, pasando frente al portón de la siguiente casa
El Nonaya pasa viene justo detrás, entre los árboles, recibe las aguas del Paraxas al pie de El Picaratín y cambia su rumbo al llegar al borde de la montaña, yendo a nuestra izquierda, en dirección este, a Cornellana, donde se unirá al Narcea
Este es el trayecto que tomamos para ir a La Devesa, por donde saldremos de Zorrina y, siempre cercanos al Nonaya, continuar hacia la villa Salas, entrando en su centro urbano por la capilla de San Roque, que fue del antiguo hospital de peregrinos de esta vocación, histórica parada para los romeros de antaño...









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