Paisaje desde Lantoira (Castropol): al fondo al otro lado de la ría Galicia |
Río de Fornelo |
Al otro lado una concha nos indica subir a la izquierda para salir de esta frondosidad ribereña
Abunda la vegetación y es bien visible la caja del más que milenario camino
Helechos, musgo y arbolado muy tupido. El suelo es de tierra y piedra. Estamos en una de las más bien escasas manchas forestales autóctonas, con robles, castaños, alisos, sauces...
Tal y como dice Antonio Cuervas-Mons en Castropol, Vegadeo, Ribadeo y su ría...
"Poco hay que decir del bosque autóctono, ya que se encuentra prácticamente desforestado. Las masas arboladas se reducen a plantaciones de pinos y eucaliptos (...)Hay voces muy críticas con este tipo de arbolado; muchos autores (como García Albá por ejemplo) destacan que este tipo de plantaciones no se pueden considerar bosques en el propio sentido de la palabra. Son bosques artificiales que rompen el equilibrio ecológico entre los diferentes seres vivos que los pueblan. A partir de los años 40 (del siglo XX) se estimula la repoblación forestal con estas especies no autóctonas cuyo objetivo es la explotación maderera para posteriormente utilizarla sobre todo como pasta celulósica en Navia"
Saliendo pues de la selvática ribera y caminando ya en llano no encontramos con una de estas plantaciones, por la que los mojones nos indican el trayecto
En el suelo crecen helechos, hierbas y otras especies vegetales. El camino, además de llano, está bien trillado, es ancho de sobra para los caminantes y los ciclistas, y no ofrece mayor inconveniente ni pérdida
Tramo recto. Como tantas veces solemos decir en estos casos, el paisaje en estos sitios puede cambiar radicalmente de un día para otro. Los eucaliptos son talados cada no muchos años, pues crecen rápidamente, y lo que hoy es una umbría mañana puede ser una rasa pelada... y al revés
En este cruce seguiremos del frente
Por el camino del medio. Adviértase el mojón. Entre los eucaliptos descubirmos también algunos pinares
La pista se hace más ancha. Hay algún arbusto autóctono y sobre todo matas de helechos
Pinos y eucaliptos, con sus troncos aún delgados y rectos, como en cuadro de Las Lanzas de Velázquez
Pronto llegamos a cruzarnos con una carretera local, bajo los pinares, la cual seguimos a la izquierda unos metros, un poco al norte del lugar de Valado
Los mojones indicadores nos dirigen hacia allá, entre filas de árboles, aquí sí, autóctonos
Aquí nos encontramos con el Ferrocarril Ferrol-Gijón, que pasaremos sobre este puente
De esta línea, que tardó tantísimos años en hacerse realidad, aprobada en 1886 pero que no fue inaugurada íntegramente hasta 1972, hemos hablado ampliamente a lo largo de los anteriores tramos y etapas del Camino Norte. Nació como ferrocarril estratégico (así se le llamó también) para comunicar directamente las fábricas de armas de Asturias con las guarniciones artilleras ferrolanas. No habría de ser visto desde el mar (la aviación no existía aún) para no ser cañoneado, y por eso discurre en gran parte por estas profundas trincheras. Demoras, economía, política, discrepancias técniocas, conflictos, guerra, posguerra y un sinfín de cambios, sociales e históricos, hicieron que fuese hecho por partes y muy poco a poco. Precisamente fue este el último tramo en inaugurarse, el Luarca-Vegadeo, en 1972, cuando ya nada tenía que ver la situación con la que motivó su proyecto, y además cuando ya triunfaban los transportes de mercancías y viajeros por carretera
Pasado el puente caminaremos hasta la primera curva: estemos muy atentos
Y es que justo en mitad de la citada curva dejaremos la carretera e iremos a la derecha
Son realmente dos los caminos que se abren aquí: de los dos tomemos el derecho, insistimos
Flecha amarilla y mojón nos lo confirman
Pasamos entre arbustos y praderías, recorriendo otro bello rincón
Camino llano y muy hermoso de servicio a estas fincas
Estamos dando vista al Alto de San Marco o San Marcos, con su cima alomada y boscosa de 230 metros de altura, que es la cota superior de un grupo de montes que reciben esta denominación, sin duda relacionada con la antigua existencia de alguna capilla de esta advocación
Es un bosquete de castaños, entre otras especies, si bien esta parece predominar. Se suponía habían sido introducidos por los romanos, pero se han encontrado pruebas de que ya existían en la cornisa cantábrica desde las últimas glaciaciones al menos. Otra cosa es que en algún momento fuese incentivada especialmente su plantación, para madera para alimento. Los antiguos potes por ejemplo eran de castañas antes que la patata viniese de América. Al mismo tiempo y siguiendo el Derecho de Poznera, dentro del Derecho Consetudinario, todo fruto caído en caminos públicos era de uso público, siendo empleado cómo no para comer por peregrinos, arrieros, y todo tipo de viajeros. Luego y no menos importante están las fiestas de los magostos y similares, celebración comunitaria de gran historia e interés
El camino, en su profunda y amplia caja, donde se ven las rodadas de vehículos agrícolas, sube ligeramente
Llegamos a un depósito de agua cerca del lugar de Faberne
Y subimos a su derecha un poco más
Fijémonos en la concha en la pared del dicho depósito
Se ha debatido mucho con la forma y colocación de las conchas señalizadoras, que si aquí son así si allá tienen otra posición... realmente la normativa existente viene a indicar que informan dónde está el camino, o que este es camino oficial de Santiago, pero NO son necesariamente un elemento direccional: para bien ser habrán de estar acompañadas de una flecha amarilla
Y ahora, a la sombra de los castaños salimos a los prados.
Sus frutos, recubiertos de su punzante caparazón, los erizos, caen al suelo al llegar el otoño
Y la pista, ya prácticamente en llano, nos encamina a un delicioso paseo por las laderas de estos montes del Alto de San Marco
Al fondo a lo lejos reconocemos unos edificios
Es Ribadeo, ya en Galicia, por donde van actualmente la mayor parte de los peregrinos, aprovechando los pasos peatonales de la Ponte dos Santos habilitados cuando se transformó en autovía
Vemos algo de su núcleo urbano: diferenciándose nítidamente las casas del casco históricos de los edificios más modernos, construidos más allá de las desaparecidas murallas medievales. Abajo asoma un poco de su puerto de Mirasol, que sustituyó como muelle comercial al antiguo de Porcillán, más a la derecha y oculto desde aquí por los matorrales
Avanzamos un poco más y mejora nuestra perspectiva, viendo ya Porcillán y la costa acantilada hasta Illa Pancha y boca de la ría. En medio A Ponte dos Santos, que no de Todos los Santos, como alguna vez se ve escrito y se oye dicho. A la derecha es Asturias, con la ensenada de A Lieira o Linera, célebre antaño por los carpinteros de ribera, viéndose parcialmente Figueras/As Figueiras en la orilla asturiana, con la gran nave de sus astilleros
El puente fue inaugurado en 1987 y ensanchado 21 años después, en 2008, para el trayecto de la Autovía del Cantábrico (A-8), que fue cuando se le hizo un paso peatonal a ambos lados. Hasta entonces no estaba permitido oficialmente el paso de viandantes. El nombre de A Ponte dos Santos viene de la existencia de dos capillas a ambos lados: la de San Ramón o A Atalaya en la parte asturiana y la de San Miguel en la gallega, sobre Porcillán
Como suele ser lo normal en estos casos de villas costeras y ribereñas, el origen de Ribadeo está en su puerto, pues el actual dique deportivo o Muelle de Porcillán fue el nacimiento de la primera población, llamada Cabanela por sus cabañas, la cual se iría extendiendo hacia arriba con el transcurrir del tiempo. Se supone en época romana fue llamada Julia Evi
El primigenio asentamiento parece ser fue abandonado, bien por invasiones vikingas o bien por la fundación de un nuevo poblamiento en el año 742, por disposición del rey Alfonso I, quien conquistaría Lugo a los musulmanes. Durante la Edad Media se rodeó de murallas, con más valor simbólico que defensivo, cercado casi desaparecido en nuestros días salvo algunas porciones, que auspició la salvaguarda de los derechos de la Carta Puebla conferida por el rey Fernando III, lo que daba ciertos derechos a sus habitantes, como la celebración de un mercado semanal. Ribadeo formó parte parte de la que fue Provincia de Mondoñedo, siendo uno de sus enclaves urbanos, junto con la misma Mondoñedo y Viveiro. Por aquel entonces se sabe que los obispos mindonienses tuvieron jurisdicción para cobrar portazgo y explotar salinas en el lugar, que durante unos años fue incluso sede de su diócesis (1199-1218)
Bastantes años después, en 1369, las guerras al trono castellano provocaron que el monarca Enrique de Trastámara se la entregase, como recompensa a la ayuda que le prestó en esas luchas, al caballero francés Pierre de Villeines, quien a su vez lo vendería poco después al Condestable de Castilla Ruy López Dávalos, naciendo así el Condado de Ribadeo. La caída en desgracia de este segundo conde ante el nuevo rey Juan II hizo revertir el condado a la corona (otros dicen fue dividido), sea como fuese lo cierto es que Juan II volvió a otorgárselo a otro noble, Rodrigo de Villandrando, en 1431. Esta vez el título tenía la llamativa disposición de permitirle comer a la mesa del rey el día de la Epifanía y llevar el traje que se puso el monarca esa jornada, en gratitud por salvarle de ser capturado por el Infante Don Henrique. Siglos después y por matrimonio, el condado pasó a la Casa de Híjar y más tarde a la Casa de Alba
En el cruce seguimos de frente, en dirección suroeste
Al fondo a la izquierda es el Monte Mondigo, el más alto del concello de Ribadeo (569 mts. -otros dicen 571-). El Camino de Ribadeo a Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo discurre más a su izquierda, pues sale de Ribadeo por Ove y las laderas meridionales del Monte de Santa Cruz, a la derecha de la foto
Vuelve el entorno boscoso de helechales, pinos, castaños y eucaliptos en las veredas del camino
Llegamos a una pista asfaltada o carretera local, yendo a la derecha para ir siguiendo de frente
Atravesamos otra eucaliptal. Esta ruta, si bien es oficial fue de las primeramente potenciadas por grupos de amigos del camino en la zona, siempre fue de poco paso de peregrinos, por lo que puede ser ideal para aquellos que deseen huir de las masificaciones, si bien han de tener en cuenta que no dispone de tantas infraestructuras
Salimos a más prados en la falda oeste del monte
Al oeste son los campos que se extienden hasta la orilla asturiana del estuario, viendo varias aldeas de la castropolense parroquia de Piñeira, como Brea, Valín, El Campo, El Pinal y Cal, entre otras. A la izquierda es la de San Xuan de Moldes, también en Castropol, barrios de Vilarrasa, A Areneira, A Paceira... campos y quintanas diseminadas por el agro
Prados de Santiago en Piñeira. A lo lejos al otro lado del puente se ve en la orilla gallega O Cargadoiro o Cargadeiro, el antiguo cargadero de mineral de Hierro de las minas de Vilaoudriz, que venía a Ribadeo en Ferrocarril para luego ser embarcado con vistas a su salida comercia. También se distingue O Forte de San Damián, vieja estructura defensiva de baterías sobre la ría, ahora restaurada y, parcialmente, las inmediaciones de A Illa Pancha. A la izquierda destacan por su tamaño y color blanco las naves frigoríficas de Aromar, frigoríficos de Ribadeo
Valín y Cal en Castropol y a lo lejos Ribadeo. La gran pujanza portuaria ribadense disminuyó avanzando el siglo XIX por
la construcción en Gijón/Xixón del gran puerto de El Musel, tal y como
ocurrió en otros puertos cantábricos, aunque el nuevo puerto comercial de Mirasol sigue siendo el
gran impulso económico de Ribadeo, incrementado
en el 2004 a serle concedido un punto de inspección fronteriza, siendo
el único puerto lucense que puede comerciar con países no comunitarios.
Se exporta arena de mina, magnesia, aglomerado y celulosa principalmente
y se descarga maíz, sal y pulpa de remolacha.
San Xuan de Moldes en la distancia, con el inconfundible campanario de su iglesia parroquial. Al otro lado es la subida al Monte de Santa Cruz, por donde va el Camino que sigue desde Ribadeo Por Ove, rumbo a Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo, donde se unirá con este
El Valín, con otra gran nave frigorífica que nos sirve de referencia, la de Congelados Egea, de Gerardo Palacio, y Arturo González, que empezaron como vendedores de pescado congelado por los pueblos, tal y como cuenta en su artículo para La Nueva España el corresponsal Jorge Jardón el 13-09-2007:
San Xuan de Moldes en la distancia, con el inconfundible campanario de su iglesia parroquial. Al otro lado es la subida al Monte de Santa Cruz, por donde va el Camino que sigue desde Ribadeo Por Ove, rumbo a Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo, donde se unirá con este
El Valín, con otra gran nave frigorífica que nos sirve de referencia, la de Congelados Egea, de Gerardo Palacio, y Arturo González, que empezaron como vendedores de pescado congelado por los pueblos, tal y como cuenta en su artículo para La Nueva España el corresponsal Jorge Jardón el 13-09-2007:
"Se trata de la sociedad formada por Gerardo Palacio y Arturo González, quienes, dos años después de haberse iniciado como vendedores ambulantes de pescado fresco por los pueblos, en 1986, como empleados de Pescados Iglesias, de Sariego Mayor, cambiaron su actividad para dedicarse al pescado congelado en Cantabria y, un año más tarde, determinaron extender su sociedad al occidente asturiano, trayendo como socio a su primer patrón, Enrique Pérez Iglesias. Tal vez ello haya sido la razón del nombre de Congelados Egea, por las iniciales de los tres socios, si bien Enrique Pérez abandonó pronto la sociedad"
Por aquí abajo, oculto por el arbolado, pasa el Ferrocarril Ferrol-Gijón. Más allá aldeas y lugares de Vilarrasa, Poceira, Roa y Aldeanova, y las colinas de Río Comaxe, con prados y eucaliptos
A lo lejos, en las laderas gallegas que caen a la ría, vemos algunas aldeas de las parroquias de Ribadeo, como As Anzas Y Santalla. Sobre ellas están las colinas del Alto da Tarola (252 mts.), As Pedreiras (282 mts.) y O Cordal (136 mts.) más en la lejanía es A Granda (338 mts.) con el Monte Coroa (365 mts.) y aún más allá el ya mencionado Monte Mondigo. A sus pies está Vilela, que no llegamos a ver desde aquí, por donde va el Camino en su ramal de Ribadeo a Mondoñedo
Laureles, castaños y pinares. Estamos en términos de la parroquia de San Xuan de Moldes
Atrás va quedando la boca de la ría, sin embargo volveremos a verla según nos acerquemos a Vegadeo/A Veiga, y aún más allá
Y A Ponte dos Santos con As Figueiras y su astillero
El casco urbano de Ribadeo es también una buena referencia visual más allá de esta verde y hermosa campiña castropolense
El Camino es llano y cómodo, pasa junto a un castañar
No tiene tampoco posible pérdida y los mojones indican y conforman la ruta cada cierto trecho
La carretera es un poco estrecha si se cruzan dos vehículos pero buena para caminar, si bien con atención al paso de algún tractor o automóvil
Llegamos a un cruce en el barrio de Sabugo, donde vemos Casa Paquita
Llegamos a otra carretera y la cruzamos yendo a la derecha
Nada más cruzar sigue el camino de frente, dejando el asfalto entre altos setos silvestres: el bocage
Es un precioso sendero de hierba entre los matorrales que lo separan de las fincas de los lados
Montes del Alto de San Marco a nuestra izquierda
Bajamos poco a poco
Llegamos una vez más a una carretera local
Laureles, castaños y pinares. Estamos en términos de la parroquia de San Xuan de Moldes
Atrás va quedando la boca de la ría, sin embargo volveremos a verla según nos acerquemos a Vegadeo/A Veiga, y aún más allá
Y A Ponte dos Santos con As Figueiras y su astillero
El casco urbano de Ribadeo es también una buena referencia visual más allá de esta verde y hermosa campiña castropolense
El Camino es llano y cómodo, pasa junto a un castañar
No tiene tampoco posible pérdida y los mojones indican y conforman la ruta cada cierto trecho
La carretera es un poco estrecha si se cruzan dos vehículos pero buena para caminar, si bien con atención al paso de algún tractor o automóvil
Llegamos a un cruce en el barrio de Sabugo, donde vemos Casa Paquita
Llegamos a otra carretera y la cruzamos yendo a la derecha
Nada más cruzar sigue el camino de frente, dejando el asfalto entre altos setos silvestres: el bocage
Es un precioso sendero de hierba entre los matorrales que lo separan de las fincas de los lados
Montes del Alto de San Marco a nuestra izquierda
Bajamos poco a poco
Llegamos una vez más a una carretera local
Aquí ahora a la izquierda
Hacemos caso a las señales del Camino
Y tomando esta curva pasamos un puente sobre un afluente del río Angueira, el Rego de Sabugo o de Meirói
Carretera local que lleva a A Venta, unas casas de resonancias camineras en su topónimo. Sin duda hubo antaño una posada para viajeros
El Camino sube un poco la pasar delante de la casa
Allí Brea y en la lejanía a la izquierda San Xuan de Moldes, el centro de la parroquia
Se ve muy bien el alto campanario de la iglesia parroquial, en cuyo entorno ha sido localizada una necrópolis medieval
La iglesia parroquial de San Xuan de Moldes sucede al viejo monasterio aquí existente citado en la diplomática medieval del año 925. El actual templo se edificó sobre el anterior en el siglo XVII. Se celebra al santo y, en Semana Santa, la ceremonia de El Encuentro con las imágenes del Sagrado Corazón y la Virgen del Rosario, que salen de la iglesia por diferentes puertas. Quienes portan la Virgen, al encontrarse, realizan tres inclinaciones. Su alta cúpula del campanario parece rivalizar con la de la famosa Torre dos Moreno, a lo lejos a su derecha, en Ribadeo
De A Venta vamos ahora a El Casal, arrabales de Lantoira
De frente El Pico Agudelo (246 mts.). Esta barandilla es un verdadero miradoiro sobre este sector de la ría
Contemplamos los paisajes del Eo. Eiramola; Fabal, El Cornayo, A Augueira y al fondo Vilarvedelle. Al otro lado del estuario: Galicia. Debajo nuestro, el ferrocarril. Leemos así la descripción de esta maravilla en la propia página del Ayuntamiento de Castropol:
"La Ría del Eo es uno de los estuarios más importantes del norte de España. En los mapas y en las fotografías aéreas o de satélite destaca como una profunda brecha en la que el mar se adentra separando Asturias (donde se la conoce como “Ría del Eo”) de Galicia (llamada allí “Ría de Ribadeo”) . Una separación sólo física, pues la vida de los ribereños gallegos y asturianos a ambos lados de la ría y sus vínculos a la misma es muy similar(...) Para estas gentes, la ría y sus ciclos mareales diarios, mensuales y estacionales están siempre presentes. Muchos de ellos están atentos a las mareas para pescar, recoger cebo o marisco, navegar, etc"
Disfrutamos con unas impresionantes vistas de la zona sur de la ría y algunos de los pueblos tanto de la vertiente asturiana como Vilavedelle al fondo a la izquierda, e Iramola o Eiramola, aquí a la derecha, como de la gallega (Lourido), en la distante ribera opuesta. A la derecha de Eiramola hay un montículo, se trata del emplazamiento de un castro milenario, A Corona de Eiramola, sin duda se trata de un recinto fortificado prerromano que guardaba este puerto natural
A diferencia de la parte norte de la ría, aquí la ribera ya no es tan acantilada, son suaves laderas de prados y eucaliptales, así como marismas que se dejan ver más en las bajamares. La distancia media entre las orillas gallega y asturiana es de 800 m., si bien en algunas partes de acerca al kilómetro. La longitud total de norte a sur es de unos 16 kilómetros
Iramola o Eiramola, ensenada de El Tarrón y al fondo Lourido, parroquia ribadense de Santalla de Vilausende. A la derecha los montes de As Pedreiras y As Penelas y en el horizonte los picos de la Serra da Cadeira, como A Órrea (596 mts.) y el Pico da Cadeira (564 mts.). A la izquierda Penas Mouras (537 mts.)
Palacios, Granda y Villagomil están más a la derecha, bajo la colina de El Vinteiro. A lo lejos está el monte de O Coto (209 mts.) y el omnipresente Monte Mondigo
Aldeanova y A Roda, bajo el monte de Río Comaxe
Aldeanova y en la distancia, en Ribadeo, el Monte de Santa Cruz, otra referencia caminera del Camino Norte, por allí va subiendo, tras salir de Ribadeo por Ove, el otro camino
Lantoira extiende su caserío a lo largo de los caminos entre la falda de la montaña por El Caleiro y la ría: por allí pasaremos dentro de poco. El lugar es citado por primera vez en el año 1006 en una donación del conde Fafila Spasandiz y su mujer Urraca a la Mitra ovetense y su obispo Gundesteo
Casa y cabazo en El Casal. Este cabazo es de los de listones de madera laterales con un especio entre ellos para el paso del aire, es uno de los estilos que veremos en toda esta comarca entre Asturias y Galicia
Recorriendo toda la baranda seguimos admirando los impresionantes paisajes del Eo
Continuamos leyendo en la citada página del Ayuntamiento de Castropol:
"En estuarios como el del Eo, las aguas fluviales se mezclan con las marinas, que se adentran con las subidas de marea. Esto trae consigo una multiplicidad de ambientes muy interesante, creándose distintas franjas de terrenos y vegetación en función de la mayor o menor salobridad del suelo, que además puede variar a lo largo del año en función de las mareas vivas y muertas. La confluencia de ambos caudales, el fluvial y el mareal, supone un importante aporte de sedimentos y materia orgánica, que precipitan y crean un biotopo muy rico en nutrientes para los seres vivos".
Poco más arriba de nosotros son las casas del barrio de Silvallana, donde está la capilla de Santa Bárbara. El Camino pasa bajo ella...
Casa y cabazo bajo el camino, a nuestra derecha, también con excelentes paisajes de la ría
Ancestrales muestras de arquitectura rural. Tejados de pizarra, característicos del occidente asturiano y el oriente gallego
El Camino pasa delante de la casa pero si lo deseamos podemos subir un momento a ver la capilla de Santa Bárbara o de Nuestra Señora de la Luz de Lantoira y de la Virgen de Silvallana, llamada así porque al decir de la tradición fue su figura encontrada en estas silvas o selvas ribereñas, celebrándose en su honor sonadas romerías, así como en el de Santa Bárbara
Llaman poderosamente la atención sus contrafuertes. Tiene dos portadas de arco de medio punto, lisas y prácticamente idénticas, una mira al norte y otra al oeste, la principal
Sobre la portada oeste, el blasón de la estirpe fundadora. Una inscripción conservada dice:
"Reedificóse a costa de D. Juan Alonso Navia Osorio Lantoira, Marqués de Santa Cruz del Marcenado, patrón in solidum desta capilla, como señor de la antigua casa solar de Lantoira"
En 1796, dos años después de la reforma del marqués, se construyó la sacristía. De todas formas según las fuentes la información varía sobre las fechas y obras de esa centuria
Las ventanas saeteras miran hacia el sur, captando la luz del sol
Volvemos a bajar al Camino
Desde Silvallana el camino nos llevará ahora prados abajo hacia las riberas del estuario, en la ruta a Vilavedelle
Primeramente y durante unos metros avanzamos todo recto y de frente, en llano
Y ahora prestemos atención pues vamos a tomar el puente de la derecha
El antecedente poblacional de Lantoira es el castro El Corolo, defendido por dos foso con contrafoso y torres, que se alza sobre esta aldea, dominando gran parte de esta ribera
El puente pasa sobre el trazado ferroviario, realmente escondido y estratégico, no se le ve hasta que estás sobre él
Al otro lado de la vía extensas plantaciones de eucaliptos. El camino original parece ser seguía a Vilavedelle por un trazado a la vía del tren. La concentración parcelaria lo ha hecho desaparecer, por lo que tomaremos la ruta alternativa más cercana posible
Viejas casas de labranza, esencia de la arquitectura popular de la zona
Detrás de la casa, un cabazo, y más allá del cabazo, en medio de un prado, se levanta un edificio singular
A Torre dos Mouros, que fue de la Casa de Navia y posteriormente pasó a los marqueses de Santa Cruz del Marcenado, de la que se decían estos versos transcritos por el historiador Vigil...
"Lantoira, solar fundado
en fructífero lugar
cercano al puerto de mar
donde el Eo se haçe salado
y lo que tiene pintado
es una verde pradera
y de un castillo almenado
por encima del cercado
salen tres lanças a fuera" ...
Era esta la casona de los fundadores de la capilla de Lantoira o de Silvallana que acabamos de visitar
Desde la Torre dos Mouros seguimos caminando por los caseríos de Lantoira. Los tejados de losa de pizarra predominan definitivamente en el paisaje y así será hasta bien entrados en Galicia
Las casas se agrupan en filas o conjuntos esparcidos a lo largo de los campos y los caminos
Tal y como nos dice Cuervas-Mons, la agricultura era tradicionalmente intensiva en la franja costera, incluyendo el interior de la ría, es la zona más fértil, más llana, y mejor comunicada, mientras en los montes cercanos se ocupaban los terrenos que había sido de bosque y matorral, ganándose nuevos espacios que se dividían con muretes de piedra o setos silvestres, transformándose en pastos para los animales, destacando en el paisaje agrario con nombres como erías, senras, sernas y llosas, resultado del desbroce
Llegamos a este cruce, cerca del Molín de Augueira, que funcionaba con el agua del río de este nombre. Aquí iremos a la derecha
Vamos a las casas. Las llosas se trabajaban individualmente por quien hubiese hecho la roturación, y en los terrenos en torno a la casería se cultivaban las hortalizas y se plantaban los frutales
Ribera del río Augüeira a la izquierda. En las tierras de cultivo, llantados, lanteiros o lantoiras (de ahí el nombre de este lugar, lantar o llantar -plantar-) se plantaba sobre todo trigo, escanda, mijo y centeno o avena, hasta que el maíz fue sustituyéndolos a partir del siglo XVII. Por su parte ya en el XVIII se empezó a ganar más espacio para pastos, sobre todo de vacuno, pues los núcleos urbanos crecían al mejorarse comunicaciones y comenzar la industrialización. El proceso se aceleró por estos motivos en lo siglos XIX y XX con el aumento de la población de las urbes, si bien luego llegarían el éxodo rural y el abandono del campo, pues los mismos campesinos acudirían a buscar los empleos en las ciudades, menos sujetos que los de las caserías y más remunerados al ir mejorandotambiénm las conidicones de los trabajadores
Al llegar al siguiente grupo de casas, bifurcación y a la izquierda: reparemos en el mojón
Atenció ahora pues entre estas casas se estrecha un poco la carretera
Gran caserón
A partir de esta casa hay un poco de bajada
Además, los recursos agropecuarios de la zona ya tuvieron una importantísima crisis a finales del siglo XIX, en 1887, con la crisis de la carne. En esa época, la exportación de ganado vivo a Europa, principalmente a Inglaterra, desaparece ante la competencia de precios sensiblemente más bajos de Argentina, Australia y Estados Unidos, por lo que este mercado ganadero quedaría únicamente circunscrito al territorio español
Pasado Lantoira llegamos a un cruce frente Iramola y Cornayo, ante las lomas del Rego da Viña sobre la ría, donde desemboca el río Augüeira o del Fervedoiro. Nosotros vamos a la izquierda
Aquí encontramos una de las cruces de Santiago de madera que jalonan buena parte del recorrido desde el concejo de El Franco, obra del artesano franquín (del concejo de El Franco) Jesús Trabadelo e instaladas en 1993. También fabrica gaitas y bastones, estos con flauta incluida, todos de inspiración jacobita
Al pasar vemos la parte delantera de la cruz, con una concha amarilla en medio
Entrando ahora por As Rozas en la parroquia de Seares
Campos y lomas de Fabal
La ría con Galicia al otro lado. Las aguas del Eo son un paso franco desde el mar hacia el interior con puertos naturales empleados desde la más remota noche de los tiempos, si bien en la vertiente gallega abundan lodazales y junqueras de gran importancia ecológica: O Fondón, A Xunqueira, Muro de Lamas...
El camino, muy llano, dibuja ahora una larga recta junto a estos campos recién plantados de maíz
Vemos las primeras casas de Vilavedelle, El Souto, y a la derecha su capilla de la Consolación. Era este lugar famoso por sus canteras de caliza, la pedra de Vilavedelle, empleada para construir, pero que también se cocía en hornos especiales para ello, os caleiros, calentándola una 36 horas y dejándola enfriar otras 8, siendo exportada en barco a otros puertos del Mar Cantábrico. Era muy apreciada para enmarcar puertas y ventanas. hacer columnas, peldaños, pilas bautismales, fregaderos, etc. José Luis Pérez de Castro nos dice en Contribución léxica al gallego-asturiano, que a finales del siglo XIX había en Vilavedelle unos 20 caleiros que calentaban con leña de toxo durante tres días
En Vilavedelle fue famosa la Lancha da Pedra, que transportaba esta piedra por el estuario hacia los barcos. Parece ser compitió en regatas de remo, si bien representado a Vegadeo/A Veiga, al menos en 1934, con unos seis remeros, contra el Obras Públicas de Ribadeo y el Ramonín de Castropol. Actualmente varias embarcaciones turísticas ofrecen singladuras por el estuario
Casa El Ferreiro, más apartada y cercana a la orilla. En la ribera opuesta el Muro de Lamas, ya en Galicia, zona de marisma en bajamares. La vecindad trabajaba, además de la casería y los caleiros, el marisqueo
La ría forma aquí un gran entrante, El Tarrón, guardado por la Punta da Cabana y la Punta del Vinteiro. a la derecha
Destacan en la parte gallega las alturas del Monte Mondigo. Por aquí abajo, en la ribera asturiana, pasa la carretera N-640, que va de Barres en Castropol a Vilagarcía de Arousa en Pontevedra
El Tarrón, la Casa'l Ferreiro y las inmediaciones de A Corona, el castro de Iramola. Un verdadero puerto natural
Al otro lado O Puntal, Monte O Coto y atrás el Monte Mondigo, que ya vemos desde aquí casi entero, según vamos avanzando
Nos acercamos así a El Souto mientras vemos el campo de la capilla de Nuestra Señora dela Consolación, casi a medio camino entre los dos barrios de Vilavedelle
Enlazamos con otra carretera local y seguimos de frente
Y ya llegamos a la parte alta del pueblo, El Souto, esto es, bosque de ribera, se dice que de castaños, existiendo la memoria que todas las casas tenían al menos uno, que aprovechaban para el sustento familiar. En esta zona retomaríamos al trazado original del Camín Real que desapareció desde Lantoira aquí
A nuestra derecha la capilla, de una sola nave y sencilla espadaña para el campanario. El tejado es de pizarra menos las aristas, de teja de barro teja árabe. La capilla tiene en su interior un retablo de estilo barroco popular y bastantes imágenes de esa época artística. El 8 de septiembre, durante la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación, se hace solemne procesión con la imagen del Niño Jesús, esta de propiedad privada
A su izquierda la antigua escuela de Lolita Pérez, nombre en honor de la hija del emigrante en Argentina Eduardo Pérez, que las costeó allá por el año 1924. Hasta 50 niños y niñas llegaron a venir aquí a clase, muestra de lo poblado que estaba Vilavedelle y los varios hijos e hijas que había en cada casa. Más antiguamente los escolares iban andando a la escuela de Seares, la cabeza de la parroquia. Se dice que ambos edificios fueron patrocinados y sufragados por un indiano, al igual que, poco más allá, una fuente pública. La escuela es ahora local social vecinal. De ellas leemos en El asociacionismo y la promoción escolarde los Emigrantes del norte peninsular a América (coordinado por Moisés Llordén y José Manuel Prieto):
"Destaca el entablamento, que culmina en una cornisa monumental de forma triangular, aunque truncada y protegida de dos cuerpos prismáticos que sobresalen del conjunto; también dispone de dos pequeños pabellones anexados, que fortalecen su imagen asimétrica"
Más allá de la carretera N-640, que divide en dos a Vilavedelle, se encuentra El Lugar, la parte baja del pueblo, al lado del la ría
En medio vemos la Casa da Carabela, llamada así porque tenían una lancha a vela para surcar la ría. Otras casas eran Casa Canujo, Casa'l Caneyo, Casa Cerexeira, o Casa'l Paxareiro. A lo lejos otra vista del Monte Mondigo: a sus pies discurre el otro camino, que salió de de Ribadeo por Ove hacia Covelas y Vilela, dirigiéndose al sur por A Costa de Arante en ruta a Val de Cabarcos y Vilanova de Lourenzá, paso a Mondoñedo
Siguiendo el camín real por El Souto pasamos un grupo de casas que se extienden en hilera a lo largo de la calle y bajo las laderas del monte
Aquí estivo hace tiempo la Casa Pepa das Llegas, donde hubo carnicería. Se guarda la memoria del antiguo paso por este camín real, muy anterior a la carretera, de diligencias entre Galicia y Asturias, que cambiaban de caballos en diferentes paradas de postas, una de ellas aquí radicada, que contaba además en una fragua especializada en reparación de ruedas de carros. También hubo cuartel de carabineros
Luego pasamos Casa Amparo
Atención: ahora iremos a la izquierda, nada más pasar el cabazo
Subimos un poco mientras vemos los agujeros, a manera de aspilleras o saeteras en su pared frontal, así como los listones de madera en las laterales, todo hecho para el el aire penetre dentro
Y ahora pasamos bajo el puente del ferrocarril
Seguimos subiendo un poco más al lado de esta casa...
Se acaba la cuesta, seguimos el asfalto, hacia la derecha
Y seguimos en llano y recto
Abajo el apeadero de Vilavedelle, la capilla con la escuela y El Tarrón. A lo lejos Eiramola, El Cornayo, Granda, Palacios y Villagomil
La ría y el Mondigo
Monte Mondigo con sus antenas. Abajo en O Puntal el Río Grande desemboca en la ría
La línea férrea, justo ahora a nuestros pies
Monte O Coto y Muro de Lamas
El Tarrón y A Punta da Cabana. En la distancia se divisa bien el Monte da Santa Cruz, por cuya ladera sube de Ribadeo el camino a Mondoñedo
Al final de El Souto, L'Outón de Riba, cerca de la cantera El Teixón
El Camino asciende suavemente por la ladera del Chao de Peredo, que alza su cima sobre este pueblo
A lo lejos, en Galicia, As Casas Novas, parroquia de Ove
Ante el estuario, otra buena vista de El Tarrón, y de frente los acantilados de la Punta da Cabana bajo la mancha de arbolado que cubre su loma
El camino sigue ascendiendo poco a poco por la ladera del Chao de Pereiro, monte que se alza sobre el pueblo, siguiendo esta ruta del llamado Camín Real o, en algunos tramos, Camín Vello, si bien es una denominación común a otros caminos de la zona, por lo que, en el argot de los peregrinos, recibe otras denominaciones, como por ejemplo el camino histórico, diferenciándolo del que pasa a Ribadeo, el más empleado hoy en día, sobre todo desde que en el año 2008 se habilitaron sendas vías peatonales en los costados de la Ponte dos Santos, comunicación directa entre las dos orillas
A nuestra derecha, al otro lado de la carretera, Os Castros, emplazamiento de otro castro, el casto de Vilavedelle, que ha sido estudiado por el historiador Víctor Manuel Díaz López, quien escribe de él en Castropol: historia y arqueología:
" El castro de Vilavedelle se encuentra asentado en la parte alta de un promontorio situado en la margen derecha de la Ría del Eo, individualizado por dos vaguadas a N. y S., y otra vaguada que lo separa de las estribaciones del Pico Peredo.Se adapta a la forma lenticular del montículo, con un eje mayor en dirección SSO - NNE, potenciando su protección con un sistema defensivo basado en dos lineas de fortificación que rodean a media pendiente tres lados del castro, quedando la vertiente que da a la ría protegido por una sola. Este sistema defensivo esta compuesto por potentes fosos y sus correspondientes parapetos en el lado S del castro, En su vertiente E. las defensas se componen de aterrazamientos y taludes sucesivos, intuyéndose estos mismos en su vertiente N., acompañados de sendos fosos. Por su parte, la vertiente O. queda protegida por un acusado talud, antecedido por una terraza, así como un potente muro aproximadamente tres metros de altura, que delata la presencia de una muralla"
Mirando atrás nos despedimos de Vilavedelle y su ensenada, en lo que viene a ser la parte más ancha del estuario
Si nos fijamos, más allá asoman algunos edificios de Ribadeo
El Lugar, rodeado de tierras de cultivo, normalmente de plantaciones de maíz
Bifurcación y a la izquierda: seguimos subiendo por el camino asfaltado a L'Oteirón
Unos pocos metros más arriba hay otra bifurcación. ahora vamos a la derecha y dejamos de subir
Estamos en A Cruz de Vilar, donde el mojón nos informa del ramal que va hacia las casas
Y otra Cruz de Santiago, de las puestas en 1993, cuando comenzó la promoción intensa de los caminos a Santiago, obra como hemos dicho del artesano Jesús Trabadelo González.
Por A Cruz de Vilar seguimos por El Caleyón dos Lobos caminando en dirección sur, en ruta a Río de Seares y A Casúa, donde nació, se enamoró y murió Rosa Pérez Castropol y Avella Fuertes, más conocida como La Searila, protagonista de una romántica pero muy dramática historia de amor en el camino a Vegado/A Veiga
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