Senda Fluvial del Nansa |
Nada más bajar estas escaleras nos tocará cruzar esta pista y subir las siguientes
En río Nansa está justo a nuestro lado, En la otra orilla vemos los eucaliptales plantados en La Espina, al sur del pueblo de Prío
Hallaremos bastantes así durante todo el trayecto
Una alambrada separa el Camino de las fincas
El río Nansa, de los más importantes de Cantabria, fluye y corre para desembocar al cercano Cantábrico formando la ría de Tina Mayor
Más que un camino histórico de peregrinaciones esta senda fluvial es un itinerario que sigue las antiguas trochas o sendas de pescadores que, al acondicionarse como senda fluvial, ha sido notablemente habilitado para el paso de senderistas
De nuevo otro par de escaleras de subir y bajar
La Confederación hidrográfica y las autoridades medioambientales hicieron esta senda dentro de un plan ecológico recuperando el cauce del río y sus orillas
Subimos la segunda escaleras
Y subimos junto a los prados...
Llegamos a otro trecho llano
En los postes indicadores veremos la señalización de la senda fluvial y la del Camino Lebaniego
Está declarado Lugar de Importancia Comunitaria y se encuentra catalogado dentro de los espacios naturales del Cantabria
El río Nansa nace en Piedra Ladra, a 1.800 metros de altura y baja en dirección norte a desembocar al mar en un curso de unos 53 kilómetros de largo recibiendo aguas de varios afluentes y formando un gran valle que, junto con el Saja, da nombre a una de las comarcas de Cantabria, la del Saja-Nansa. Con su fuerza motriz funcionaron numerosos ingenios hidráulicos, molinos y herrerías principalmente, que constituyeron la actividad industrial del valle durante siglos
La mayor parte del recorrido es un bosque ribereño de especies autóctonas
En el Nansa hay truchas, salmones, lampreas y otras especies de peces, así como cangrejos de río, nutrias, etc.
Aquí el río forma un gran ángulo antes de llegar a Muñorrodero camino de Pesués y el mar
Caminamos justo al borde de la orilla, que forma un pequeño acantilado
Nos adentramos en la espesura
Un poco más de subida
Y sigue la senda en ascenso...
Zona pedregosa, como de una antigua calzada...
Una barandilla de madera nos facilita el paso entre la pared vertical de una peña y el borde del precipicio
Por aquí continúa la cuesta...
Más peldaños...
Suelo de tablas en esta pasarela adosada a la roca
Y ahora escaleras abajo...
Es un paraje de extraordinaria belleza
La escalera es un tanto empinada, cuidado con tropezones o resbalones...
Canal de un pequeño arroyuelo que va a desembocar al Nansa
Otra pasarela que por aquí salva otro arroyo, cerca del lugar de Manzanea
Un paraje de increíble y selvática hermosura
Pasamos así sobre la húmeda ribera
Y salimos de nuevo al sendero de tierra junto al Nansa
Seguimos el meandro del río...
Admirando toda la boscosa ribera...
En verano la sombra se agradece para aliviar los calores...
Cada ciertos metros encontramos algún poste señalizador
Altos setos silvestres a ambos lados de la senda
El bosque de ribera está formado por fresnos, sauces, espinos, laureles y otras especies arbóreas
El sendero está bien pisado y trillado, es común encontrarse con gente, senderistas, paseantes, excursionistas, pescadores... y por supuesto peregrinos
Alfombra floral a los lados del camino...
Avanzamos todo recto
A la izquierda zona lacustre...
Los postes de madera jalonan todo el itinerario confirmando que vamos por buen camino
Alta arboleda de estrecho tronco
El Nansa siempre a nuestro lado...
Bifurcación y de frente
Más postes...
Montes de Sobaño
En la paz del sendero todo yace en reposo, ajeno de inquietudes
Y así sigue nuestro periplo por tan magnífica orilla fluvial...
Entre la frondosidad del bosque...
Firme llano de tierra
No tenemos pérdida...
El sendero y la arboleda...
Nos alejamos unos pocos metros del borde del agua...
Ensimismados en plena naturaleza...
Aquí hay un cierre caminero para evitar el paso de ganado o vehículos a motor...
Este es el paso para viandantes
Un poco de pradería...
Tronco caído...
Llegamos así a otra pasarela
Pasamos sobre otro arroyo o canal
Y de nuevo estamos al borde de la orilla del Nansa
Sol y sombra...
Más allá La Regata
Magnífico paisaje
Laureles...
Llegamos a una finca, y hay una casa al fondo a la izquierda, El Churro
A la derecha La Regata
Cotos de pesca...
Estamos cerca de las aldeas de Luey y Argumal, sitas monte arriba a la izquierda y que no vemos desde aquí
Otro cierre ganadero...
El Camino se asoma literalmente al río...
La senda principal sigue a la izquierda, apartándose unos metros de la orilla. A la derecha sigue la variante de las aguas bajas, empleada cuando el cauce es escaso y no hay riesgo que la orilla esté anegada
Para evitar cualquier sorpresa, pues también la existencia de presas puede ocasionar una subida del nivel del río al abrir las esclusas, escogemos ir por la senda principal
Cambiamos también así un poco de paisaje, dejamos la orilla propiamente dicha y atravesamos esta parte de la vega
El firme vuelve a ser pedregoso
El sendero se estrecha
Red de cierre de la finca
Frutales...
Pasamos junto a un cobertizo
Es un corral de gallinas
A veces el gallinero se alborota al vernos pasar...
Sigue así la llanísima ribera
Caminamos junto a la cancela de la finca
Seguimos siempre el cierre
Zona pantanosa a la derecha
Invernaderos a la izquierda
Matorral delimitando el camino a la derecha
Extensa pradería
Un itinerario verdaderamente idílico y natural
Vacas en el pasto
Flores de primavera...
Y seguimos todo el seto al borde de la finca
Montes de La Peruja
El camino sigue siendo totalmente llano
Llegamos a otro bosquete
Y volvemos a estar al lado del Nansa
El Rompión...
Una muy pequeña subida
Y seguimos unos metros en paralelo a la carretera local que comunica El Churro con la CA-181
Pero no llegamos a pisarla...
El sendero sigue a la derecha...
Y así vuelve a la orilla
El Nansa, nuestro compañero de viaje en este tramo del Camino Lebaniego
El Camino Lebaniego es una simbiósis de paisajes: primeramente los marinos en San Vicente de la Barquera y su entorno, luego los de los cordales costeros y valles interiores a partir de La Acebosda, Estrada, Serido... y ahora el curso fluvial del Nansa. Pronto llegarán también los de la alta montaña...
No sería extraño toparnos con una anjana o hada cántabra, vinculada a las aguas
Todos estos lugares son esencia también de la mitología cántabra, plagados de leyendas y origen de tradiciones sobre los antiguos pobladores de estos parajes y sus creencias
Llegamos a otra pasarela
Al fondo un grupo de grandes invernaderos
Y otra gran finca...
Agricultura de las fértiles vegas del Nansa
Vamos hacia ellos
A lo lejos los montes de Cofría...
Nos acercamos al coto salmonero de Cofría
Una placa nos lo indica
En Nansa a un lado...
La llana vega al otro...
Pasamos junto a los primeros invernaderos
Las señales a la vista en todo momento
La fuerza de la corriente. El Nansa baja con fuerza en el deshielo...
A la orilla derecha Solarrozas, muy cerca de la aldea de Helgueras
Más líneas de invernaderos
Pasamos junto a ellos...
Gran extensión de cultivos...
El Nansa parece bajar aquí más calmado... en un pequeño remanso
Fijémonos en ese tronco con un hueco en medio,,,
Pasamos los últimos invernaderos
Y seguimos pista adelante...
Caminando bajo la enramada...
A la vista del bosque...
Y a la vista del río...
Aquí empieza a formarse el gran meandro, encajado entre colinas y montañas...
A la derecha la ribera de El Bejaruco
Sobre el acantilado fluvial...
Un refugio para pescadores
Está cerrado con cadena pero se ve que han entrado por la ventana, a la que nos asomamos a ver el interior
Está un tanto desvencijado pero en uso, con sillas, mesa, y una chimenea que se ve es comunmente utilizada
La roca vertical es una gran pared caliza sobre el sendero
Un cartel advierte a los pescadores de las riadas
En principio nosotros yendo por el sendero no tendríamos problema. Mucho habría de crecer el río para llegar aquí arriba
Suelo de piedra...
Llegamos a una instalación muy llamativa
Es un telesilla, también guardado con cadena y candado, para que los pescadores pasen de una a otra orilla
El ingenio al otro lado. Desde muy antiguo existían estos artilugios para cruzar ríos, antaño hechos con cuerdas y maderas
Y así sigue nuestro itinerario, entre el río y la pared
Riberas de El Bejaruco
Dejamos los paredones de roca y el camino se ensancha un poco
El Cabezo. A la derecha impresionantes acantilados
Estamos en el coto de Los Ángeles
Las placas indicativas nos lo señalan así...
Senda terrosa...
Nueva estrechura caminera...
El camino ha sido labrado aquí en la roca viva del acantilado
Mucho cuidado siempre al borde del despeñadero
Este encajonamiento entre las peñas nos ofrece un nuevo e impresionante paisaje
Roca caliza de la montaña...
Entre la roca crecen los árboles...
Con lluvia este trecho puede ser bastante resbaloso
Otra vez ante el muro vertical de la peña
Aún así hay espacio para colocar un estratégico banco de madera...
La cercanía de los Picos de Europa se hace patente en estos llamativos afloramientos kársticos
Subimos un poco
Allí, una pasarela ha sido habilitada en la pared vertical de la peña
Hacia ella vamos
El río y su meandro
En la pasarela hay una cueva formada por la erosión Kárstica. Nos detenemos a verla
Es la famosa Cueva del Rejo, donde han sido hallados enseres del Paleolítico Superior, época Magdaleniense. Más tarde fueron descubiertas algunas pinturas. La cueva tiene unos 665 metros de profundidad y de su importancia como yacimiento ya se sabía en 1907 si bien fue a partir de 1989 con el Speleo Club Cántabro cuando se realizan los primeros estudios significativos
La Cueva del Rejo es además el mayor nido de murciélagos de Cantabria, donde viven unos 500 ejemplares de hasta seis especies diferentes
Y así caminamos sobre el abismo...
Bajamos los escalones...
Balcón sobre el Nansa...
Y aquí volvemos al sendero
Estrecho paso casi de cabras...
Peldaños naturales...
Pronto volvemos a llanear y la senda se ensancha un poco
La Sanga y montes de El Llavero, Pedresquero, La Peñuca y Canto Grande, a lo lejos
Va ensanchando el sendero un poco más
Y volvemos al arbolado de ribera
Una bajada...
Con sus peldaños...
Y luego sigue la ruta, adentrándose en el bosque...
Viene ahora un tramo bastante llano
Y así seguimos toda esta orilla
Más peldaños a bajar...
El paisaje característico de esta Senda Fluvial del Nansa...
Paso a paso en la penumbra...
De nuevo otra escalera...
Y allí vamos escalones arriba en un primer tramo...
Y en el segundo...
En este poste alguien ha pintado el kilómetro 4, suponemos que desde el comienzo de la senda en Muñorrodero
Ahora un poco de bajada
Curva a la izquierda
Más suelo de roca
Y ahora vamos escaleras abajo
Luego hay una pasarela...
Y se la pasarela salimos al camino de tierra...
Libramos así una zona pantanosa
Recorremos otro tramo de bosque...
Y ya estamos ante otra pasarela a manera de pequeño puente cerca de los montes de Entrerrayas
En esta zona vamos dejando el municipio de Val de San Vicente y entramos en el de Herrerías, un topónimo en el que sobra toda explicación, pues está vinculado a las numerosas herrerías que antaño existieron en este valle del Nansa
Todo este territorio parece ser estuvo habitado por los cántabros concanos y constituía un paso natural entre los puertos de la montaña, comunicación con la meseta, y los del litoral, aprovechado en época romana para trazar vías y calzadas
De los concanos cuenta en Punica el poeta y político Silio Itálico que muchos se enrolaron en el ejército de Aníbal durante la II Guerra Púnica, pasando con él los Alpes y entrando en Italia. A ellos y otros pueblos les menciona el gran poeta Horacio en estos versos...
"Utcumque mecum vos eritis, libens
insanientem nauta Bosphorum
temptabo et urentis harenas
litoris Assyruu viator,
visam Britannos hospitibus feros
et laetum equino Sanguine Concacum
visam phaeretratos Gelonos
et Scythicum inviolatus amnem"
Un tramo de subida...
Luego un trecho más llano
Estamos en una plantación de castaño autóctono del concejo de Luey
Bordeamos toda la plantación
Y salimos a unos prados
A la derecha otro telesilla para los pescadores
Montes de Sobanejo (134 m)
Atención a las señales
Hay que ir a la derecha
En dirección a Camijanes, de donde nos separan poco más de dos kilómetros y medio según el cartel
Dejamos esta pista y vamos pues hacia el mencionado telesilla
Más advertencias a los pescadores por las crecidas del río a causa de la actividad de la cercana presa de Trascudia
Escaleras de troncos...
El telesilla
Seguimos por la pasarela
Y luego la trocha de pescadores
Suelo de grandes regodones
Los meandros del Nansa...
Escalera, mirador y banco...
Montes de El Llobero
Y a bajar escalones...
Unos metros en llano...
Un par de escalones...
Curva a la derecha...
Losa de piedra a manera de puente sobre un arroyuelo
Y salimos ahora a una gran pradería: El Béjar
Espléndida llanura en otra espaciosa vega del Nansa
Entre ella y el río sigue nuestro sendero...
Maravillas naturales del valle...
Al fondo hay una serranía formada por diversas cumbres como El Canto Grande con El Pico Campana (349 m), el Collado Bercio, el Monte las Llaves (337 m) o el Pico los Moros (356 m), que separan el valle del Nansa del valle del Deva. Al otro lado está el concejo de Peñamellera, ya en Asturias
Florido sendero...
Atrás a nuestra izquierda los pastizales de Sobanejo
El río hace aquí una gran revuelta bordeando la vega y paralelo a él va el camino
Delicioso periplo ribereño
El Nansa y sus bosques...
Altos matorrales...
Un remanso...
Algún tronco caído
A la sombra de la arboleda...
Peldaños de piedra...
Allí el río forma una gran isla: El Bejar...
Un lugar paradisíaco
Sumidos en el bosque...
Zona de charcos...
Llegamos a otra de las variantes de la Senda Fluvial del Nansa. A la derecha es la variante estival para cuando el río baja con poco agua. Nosotros seguiremos de frente por el ramal de la izquierda
Esta es la señalización del cruce de rutas
Nos dirigimos a Camijanes por la senda principal, a dos kilómetros escasos
Cambia el paisaje, subimos pues pradería arriba
Vemos ahora esta gran vega desde el sur y toda la gran vuelta que hemos dado al seguir el curso del río
Los postes indicadores guían nuestros pasos por esta verde campera
Hay un poco de subida...
Y llegamos a esta portilla para que el ganado no salga al camino
Aquí está el paso para los senderistas
Tiene una cadena de quita y pon. Acordémomos de volver a cerrar después de pasar nosotros
Ahora el camino es una pista que sube entre los pastos
Llegamos a otro cruce
Y seguimos a la derecha, subiendo
Ancha senda de zahorra
La pista serpentea y gana altura
Verdes laderas que caen hacia el valle...
Y así sigue el ascenso...
Un importante tramo en continuo ascenso
Hermoso "tobogán"
Curva a la izquierda
Y mucha atención en este cruce
Dejamos la pista y tomamos el camino que baja a la derecha
Aquí está la señalización
Señal del Camino Lebaniego
Nos dirigimos así ahora al coto salmonero de El Béjar
Ahora curva a la izquierda...
Hay un poco de zig-zag al volver a bajar a la vega
Curva a la derecha...
Y abajo curva a la izquierda
Más carteles
Vuelven a unirse camino principal y variante estival
Nosotros vamos a la izquierda, a Camijanes. Nos parece que la distancia es más que el kilómetro que dice el cartel
Sea como sea regresamos al bosque de la ribera
Caminando entre los troncos
Y las ramas y hojas que forman una celosía natural...
Volvemos así a llanear
Senda de tierra arcillosa, muy pisada y transitada...
En este poste se ha escrito la distancia que hemos hecho desde Muñorrodero: 6 kilómetros
La selva fluvial
Y los prados aledaños...
Sol en la pradera...
Otro paso de tablas...
Avanzamos paso a paso
El paso parece estrecharse levemente entre los árboles y el tajo de la pradería
Y una cabaña. A lo lejos los altos de Cabanzón
Campos abonados...
Seguimos todo el muro hasta el final
Otra unión del sendero principal y del de aguas bajas, que viene subiendo a nuestra derecha
Seguimos de frente, a Camijanes, cerca ya de la Central Eléctrica de Herrerías o de Trascudia, donde acabaremos esta Senda Fluvial
Nos parece que la distancia kilométrica del poste se refiere más a la que nos aguarda hasta la presa que hasta el pueblo propiamente dicho, como pronto vamos a comprobar
Acabado el muro de piedras en el siguiente cruce iremos a la derecha
Y empezamos a subir
Es un buen repecho...
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