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viernes, 19 de abril de 2019

EN LA SENDA FLUVIAL DEL NANSA: ASOMÁNDONOS A LA CUEVA DEL REJO (CAMINO LEBANIEGO)

Senda Fluvial del Nansa
El Camino Lebaniego sigue la ribera del Nansa al salir de Muñorrodero, en el municipio cántabro de Val de San Vicente, muy cerca de la frontera con Asturias. Al principio el Camino es una ancha pista que recorre la vega cercano a la orilla, la Senda Fluvial del Nansa, pero justo antes del cementerio y solar de la antigua iglesia de Nuestra Señora del Hayedo dejamos la pista y bajamos por unas escaleras a la derecha. A partir de aquí durante varios kilómetros la ruta fluvial será un hermoso y boscoso sendero ribereño


Nada más bajar estas escaleras nos tocará cruzar esta pista y subir las siguientes


En río Nansa está justo a nuestro lado, En la otra orilla vemos los eucaliptales plantados en La Espina, al sur del pueblo de Prío


 Subimos pues la siguiente escalera, una forma de cruzar de una finca a otra pero evitando que pase el ganado


Hallaremos bastantes así durante todo el trayecto


Una alambrada separa el Camino de las fincas


El río Nansa, de los más importantes de Cantabria, fluye y corre para desembocar al cercano Cantábrico formando la ría de Tina Mayor


Más que un camino histórico de peregrinaciones esta senda fluvial es un itinerario que sigue las antiguas trochas o sendas de pescadores que, al acondicionarse como senda fluvial, ha sido notablemente habilitado para el paso de senderistas


De nuevo otro par de escaleras de subir y bajar


La Confederación hidrográfica y las autoridades medioambientales hicieron esta senda dentro de un plan ecológico recuperando el cauce del río y sus orillas


Subimos la segunda escaleras


Y subimos junto a los prados...


Llegamos a otro trecho llano


En los postes indicadores veremos la señalización de la senda fluvial y la del Camino Lebaniego


Está declarado Lugar de Importancia Comunitaria y se encuentra catalogado dentro de los espacios naturales del Cantabria


El río Nansa nace en Piedra Ladra, a 1.800 metros de altura y baja en dirección norte a desembocar al mar en un curso de unos 53 kilómetros de largo recibiendo aguas de varios afluentes y formando un gran valle que, junto con el Saja, da nombre a una de las comarcas de Cantabria, la del Saja-Nansa. Con su fuerza motriz funcionaron numerosos ingenios hidráulicos, molinos y herrerías principalmente, que constituyeron la actividad industrial del valle durante siglos


La mayor parte del recorrido es un bosque ribereño de especies autóctonas


En el Nansa hay truchas, salmones, lampreas y otras especies de peces, así como cangrejos de río, nutrias, etc.


Aquí el río forma un gran ángulo antes de llegar a Muñorrodero camino de Pesués y el mar


Caminamos justo al borde de la orilla, que forma un pequeño acantilado


Nos adentramos en la espesura


Un poco más de subida


 Y otra de las escaleras del camino...


Y sigue la senda en ascenso...


Zona pedregosa, como de una antigua calzada...


Una barandilla de madera nos facilita el paso entre la pared vertical de una peña y el borde del precipicio


Por aquí continúa la cuesta...


Más peldaños...


Suelo de tablas en esta pasarela adosada a la roca


Y ahora escaleras abajo...


Es un paraje de extraordinaria belleza


La escalera es un tanto empinada, cuidado con tropezones o resbalones...


Volvemos al sendero de tierra


Canal de un pequeño arroyuelo que va a desembocar al Nansa


Otra pasarela que por aquí salva otro arroyo, cerca del lugar de Manzanea


 El sonoro y arrullante murmullo de las aguas...


Un paraje de increíble y selvática hermosura


Pasamos así sobre la húmeda ribera


 Y salimos de nuevo al sendero de tierra junto al Nansa


Seguimos el meandro del río...


Admirando toda la boscosa ribera...


El bosque nos ofrece su fresca umbría. Estas fotos son de principios de primavera y aún no han crecido todas las hojas de los árboles, por lo que el sol entra en todos los rincones


En verano la sombra se agradece para aliviar los calores...


Cada ciertos metros encontramos algún poste señalizador


Altos setos silvestres a ambos lados de la senda


El bosque de ribera está formado por fresnos, sauces, espinos, laureles y otras especies arbóreas


El sendero está bien pisado y trillado, es común encontrarse con gente, senderistas, paseantes, excursionistas, pescadores... y por supuesto peregrinos


Alfombra floral a los lados del camino...


Avanzamos todo recto


A la izquierda zona lacustre...


Los postes de madera jalonan todo el itinerario confirmando que vamos por buen camino


Alta arboleda de estrecho tronco


El Nansa siempre a nuestro lado...


Bifurcación y de frente


Más postes...


Montes de Sobaño


En la paz del sendero todo yace en reposo, ajeno de inquietudes


Y así sigue nuestro periplo por tan magnífica orilla fluvial...


Entre la frondosidad del bosque...


Firme llano de tierra


No tenemos pérdida...


El sendero y la arboleda...


Nos alejamos unos pocos metros del borde del agua...


Y continuamos tan agradable paseo


Ensimismados en plena naturaleza...


Aquí hay un cierre caminero para evitar el paso de ganado o vehículos a motor...


Este es el paso para viandantes


Un poco de pradería...


Tronco caído...


Llegamos así a otra pasarela


Pasamos sobre otro arroyo o canal


Y de nuevo estamos al borde de la orilla del Nansa


Sol y sombra...


Admiramos el gran cauce por la zona de La Cruz del Camino, montes a nuestra derecha, en la otra orilla


Más allá La Regata


Magnífico paisaje


Laureles...


Llegamos a una finca, y hay una casa al fondo a la izquierda, El Churro


A la derecha La Regata


Cotos de pesca...


Estamos cerca de las aldeas de Luey y Argumal, sitas monte arriba a la izquierda y que no vemos desde aquí


Otro cierre ganadero...


El Camino se asoma literalmente al río...


 Mucha atención a las señales en el siguiente cruce


La senda principal sigue a la izquierda, apartándose unos metros de la orilla. A la derecha sigue la variante de las aguas bajas, empleada cuando el cauce es escaso y no hay riesgo que la orilla esté anegada


Para evitar cualquier sorpresa, pues también la existencia de presas puede ocasionar una subida del nivel del río al abrir las esclusas, escogemos ir por la senda principal


Cambiamos también así un poco de paisaje, dejamos la orilla propiamente dicha y atravesamos esta parte de la vega


El firme vuelve a ser pedregoso


El sendero se estrecha


Red de cierre de la finca


Frutales...


Pasamos junto a un cobertizo


Es un corral de gallinas


A veces el gallinero se alborota al vernos pasar...


Sigue así la llanísima ribera


Caminamos junto a la cancela de la finca


Seguimos siempre el cierre


Zona pantanosa a la derecha


Invernaderos a la izquierda


Matorral delimitando el camino a la derecha


Extensa pradería


Un itinerario verdaderamente idílico y natural


 Vieja cabaña en ruinas


Vacas en el pasto


Flores de primavera...


A nuestra derecha viene a reunirse  con el camino principal la variante de aguas bajas...


Y seguimos todo el seto al borde de la finca


Montes de La Peruja


Más vaquerías


El camino sigue siendo totalmente llano


Llegamos a otro bosquete


Y volvemos a estar al lado del Nansa


El Rompión...


Bifurcación y a la izquierda


Una muy pequeña subida


Y seguimos unos metros en paralelo a la carretera local que comunica El Churro con la CA-181


Pero no llegamos a pisarla...


El sendero sigue a la derecha...


Y así vuelve a la orilla


El Nansa, nuestro compañero de viaje en este tramo del Camino Lebaniego


El Camino Lebaniego es una simbiósis de paisajes: primeramente los marinos en San Vicente de la Barquera y su entorno, luego los de los cordales costeros y valles interiores a partir de La Acebosda, Estrada, Serido... y ahora el curso fluvial del Nansa. Pronto llegarán también los de la alta montaña...


No sería extraño toparnos con una anjana o hada cántabra, vinculada a las aguas


Todos estos lugares son esencia también de la mitología cántabra, plagados de leyendas y origen de tradiciones sobre los antiguos pobladores de estos parajes y sus creencias


Llegamos a otra pasarela


Al fondo un grupo de grandes invernaderos


Y otra gran finca...


Agricultura de las fértiles vegas del Nansa


Vamos hacia ellos


A lo lejos los montes de Cofría...


Nos acercamos al coto salmonero de Cofría


Una placa nos lo indica


En Nansa a un lado...


La llana vega al otro...


Pasamos junto a los primeros invernaderos


Las señales a la vista en todo momento


La fuerza de la corriente. El Nansa baja con fuerza en el deshielo...


A la orilla derecha Solarrozas, muy cerca de la aldea de Helgueras


Más líneas de invernaderos


Pasamos junto a ellos...


Gran extensión de cultivos...


El Nansa parece bajar aquí más calmado... en un pequeño remanso


Fijémonos en ese tronco con un hueco en medio,,,



Ventana natural al camino fluvial...


Pasamos los últimos invernaderos


Y seguimos pista adelante...


Caminando bajo la enramada...


A la vista del bosque...


Y a la vista del río...


Aquí empieza a formarse el gran meandro, encajado entre colinas y montañas...


A la derecha la ribera de El Bejaruco


Sobre el acantilado fluvial...


Un refugio para pescadores


Está cerrado con cadena pero se ve que han entrado por la ventana, a la que nos asomamos a ver el interior


Está un tanto desvencijado pero en uso, con sillas, mesa, y una chimenea que se ve es comunmente utilizada


La roca vertical es una gran pared caliza sobre el sendero


Un cartel advierte a los pescadores de las riadas


En principio nosotros yendo por el sendero no tendríamos problema. Mucho habría de crecer el río para llegar aquí arriba


Suelo de piedra...


Llegamos a una instalación muy llamativa


Es un telesilla, también guardado con cadena y candado, para que los pescadores pasen de una a otra orilla


El ingenio al otro lado. Desde muy antiguo existían estos artilugios para cruzar ríos, antaño hechos con cuerdas y maderas


Y así sigue nuestro itinerario, entre el río y la pared


Riberas de El Bejaruco


Dejamos los paredones de roca y el camino se ensancha un poco


El Cabezo. A la derecha impresionantes acantilados


Estamos en el coto de Los Ángeles


Las placas indicativas nos lo señalan así...


Senda terrosa...


Que pronto se vuelve rocosa...


Nueva estrechura caminera...


El camino ha sido labrado aquí en la roca viva del acantilado


Mucho cuidado siempre al borde del despeñadero


Este encajonamiento entre las peñas nos ofrece un nuevo e impresionante paisaje


Roca caliza de la montaña...


Entre la roca crecen los árboles...


Con lluvia este trecho puede ser bastante resbaloso


Otra vez ante el muro vertical de la peña


Aún así hay espacio para colocar un estratégico banco de madera...


La cercanía de los Picos de Europa se hace patente en estos llamativos afloramientos kársticos


Subimos un poco


Allí, una pasarela ha sido habilitada en la pared vertical de la peña


Hacia ella vamos


El río y su meandro


En la pasarela hay una cueva formada por la erosión Kárstica. Nos detenemos a verla


Es la famosa Cueva del Rejo, donde han sido hallados enseres del Paleolítico Superior, época Magdaleniense. Más tarde fueron descubiertas algunas pinturas. La cueva tiene unos 665 metros de profundidad y de su importancia como yacimiento ya se sabía en 1907 si bien fue a partir de 1989 con el Speleo Club Cántabro cuando se realizan los primeros estudios significativos


La Cueva del Rejo es además el mayor nido de murciélagos de Cantabria, donde viven unos 500 ejemplares de hasta seis especies diferentes



Y así caminamos sobre el abismo...


Bajamos los escalones...


Balcón sobre el Nansa...


Y aquí volvemos al sendero


Estrecho paso casi de cabras...


Peldaños naturales...


Pronto volvemos a llanear y la senda se ensancha un poco


La Sanga y montes de El Llavero, Pedresquero, La Peñuca y Canto Grande, a lo lejos


Va ensanchando el sendero un poco más


Y volvemos al arbolado de ribera


Una bajada...


Con sus peldaños...


Y luego sigue la ruta, adentrándose en el bosque...


Viene ahora un tramo bastante llano


Y así seguimos toda esta orilla


Más peldaños a bajar...


El paisaje característico de esta Senda Fluvial del Nansa...


Paso a paso en la penumbra...


De nuevo otra escalera...


Y allí vamos escalones arriba en un primer tramo...


Y en el segundo...


En este poste alguien ha pintado el kilómetro 4, suponemos que desde el comienzo de la senda en Muñorrodero


Ahora un poco de bajada


Curva a la izquierda


Más suelo de roca


Y ahora vamos escaleras abajo


Luego hay una pasarela...


Y se la pasarela salimos al camino de tierra...


Libramos así una zona pantanosa


Recorremos otro tramo de bosque...


Y ya estamos ante otra pasarela a manera de pequeño puente cerca de los montes de Entrerrayas


En esta zona vamos dejando el municipio de Val de San Vicente y entramos en el de Herrerías, un topónimo en el que sobra toda explicación, pues está vinculado a las numerosas herrerías que antaño existieron en este valle del Nansa


Todo este territorio parece ser estuvo habitado por los cántabros concanos y constituía un paso natural entre los puertos de la montaña, comunicación con la meseta, y los del litoral, aprovechado en época romana para trazar vías y calzadas


De los concanos cuenta en Punica el poeta y político Silio Itálico que muchos se enrolaron en el ejército de Aníbal durante la II Guerra Púnica, pasando con él los Alpes y entrando en Italia. A ellos y otros pueblos les menciona el gran poeta Horacio en estos versos...

"Utcumque mecum vos eritis, libens
insanientem nauta Bosphorum
temptabo et urentis harenas
litoris Assyruu viator,
visam Britannos hospitibus feros
et laetum equino Sanguine Concacum
visam phaeretratos Gelonos

et Scythicum inviolatus amnem"


Un tramo de subida...


Luego un trecho más llano


Estamos en una plantación de castaño autóctono del concejo de Luey



Bordeamos toda la plantación


Y salimos a unos prados


A la derecha otro telesilla para los pescadores


Montes de Sobanejo (134 m)


Atención a las señales


Hay que ir a la derecha


En dirección a Camijanes, de donde nos separan poco más de dos kilómetros y medio según el cartel


Dejamos esta pista y vamos pues hacia el mencionado telesilla


Más advertencias a los pescadores por las crecidas del río a causa de la actividad de la cercana presa de Trascudia


Escaleras de troncos...


El telesilla


Y el Nansa


Nosotros seguimos bajando escalones, ahora de piedra


Seguimos por la pasarela


Y luego la trocha de pescadores


Suelo de grandes regodones


Los meandros del Nansa...


Escalera, mirador y banco...


Montes de El Llobero


Y a bajar escalones...


Unos metros en llano...


Un par de escalones...


Curva a la derecha...


Losa de piedra a manera de puente sobre un arroyuelo


Y salimos ahora a una gran pradería: El Béjar


Espléndida llanura en otra espaciosa vega del Nansa


Entre ella y el río sigue nuestro sendero...


Maravillas naturales del valle...


Al fondo hay una serranía formada por diversas cumbres como El Canto Grande con El Pico Campana (349 m), el Collado Bercio, el Monte las Llaves (337 m) o el Pico los Moros (356 m), que separan el valle del Nansa del valle del Deva. Al otro lado está el concejo de Peñamellera, ya en Asturias


Florido sendero...


Atrás a nuestra izquierda los pastizales de Sobanejo


El río hace aquí una gran revuelta bordeando la vega y paralelo a él va el camino


Delicioso periplo ribereño


El Nansa y sus bosques...


Altos matorrales...


Un remanso...


Algún tronco caído


A la sombra de la arboleda...


Peldaños de piedra...


El Llavero


Allí el río forma una gran isla: El Bejar...


Un lugar paradisíaco


Sumidos en el bosque...


Zona de charcos...


Llegamos a otra de las variantes de la Senda Fluvial del Nansa. A la derecha es la variante estival para cuando el río baja con poco agua. Nosotros seguiremos de frente por el ramal de la izquierda


Esta es la señalización del cruce de rutas


Nos dirigimos a Camijanes por la senda principal, a dos kilómetros escasos


Cambia el paisaje, subimos pues pradería arriba


Vemos ahora esta gran vega desde el sur y toda la gran vuelta que hemos dado al seguir el curso del río


Los postes indicadores guían nuestros pasos por esta verde campera


Hay un poco de subida...


Y llegamos a esta portilla para que el ganado no salga al camino


Aquí está el paso para los senderistas


Tiene una cadena de quita y pon. Acordémomos de volver a cerrar después de pasar nosotros


Ahora el camino es una pista que sube entre los pastos


Llegamos a otro cruce


Y seguimos a la derecha, subiendo


Dando vista a las montañas y al valle


Ancha senda de zahorra


La pista serpentea y gana altura


Verdes laderas  que caen hacia el valle...


Y así sigue el ascenso...


Pista arriba todo de frente


Un importante tramo en continuo ascenso


Hermoso "tobogán"


Curva a la izquierda


Y mucha atención en este cruce


Dejamos la pista y tomamos el camino que baja a la derecha


Aquí está la señalización


Señal del Camino Lebaniego


Nos dirigimos así ahora al coto salmonero de El Béjar



Ahora curva a la izquierda...


Hay un poco de zig-zag al volver a bajar a la vega


Curva a la derecha...


Y abajo curva a la izquierda


Más carteles


Vuelven a unirse camino principal y variante estival


Nosotros vamos a la izquierda, a Camijanes. Nos parece que la distancia es más que el kilómetro que dice el cartel


Sea como sea regresamos al bosque de la ribera


Caminando entre los troncos


Y las ramas y hojas que forman una celosía natural...


Volvemos así a llanear


Senda de tierra arcillosa, muy pisada y transitada...


En este poste se ha escrito la distancia que hemos hecho desde Muñorrodero: 6 kilómetros



La selva fluvial


Y los prados aledaños...


Sol en la pradera...


Puente de madera


Otro paso de tablas...


Avanzamos paso a paso


Salimos así a otra gran vega cuyo prado está a un nivel mayor que el camino en esta zona


El paso parece estrecharse levemente entre los árboles y el tajo de la pradería


Ahora un murete de piedras


Y una cabaña. A lo lejos los altos de Cabanzón


Campos abonados...


Seguimos todo el muro hasta el final


Otra unión del sendero principal y del de aguas bajas, que viene subiendo a nuestra derecha


Seguimos de frente, a Camijanes, cerca ya de la Central Eléctrica de Herrerías o de Trascudia, donde acabaremos esta Senda Fluvial


Nos parece que la distancia kilométrica del poste se refiere más a la que nos aguarda hasta la presa que hasta el pueblo propiamente dicho, como pronto vamos a comprobar


Acabado el muro de piedras en el siguiente cruce iremos a la derecha


Y empezamos a subir


Es un buen repecho...


Pero no llegamos hasta lo alto. Aquí tomaremos este sendero a la derecha para ir a La Central Hidroeléctrica  de Trascudia en Camijanes







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