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domingo, 26 de mayo de 2019

DE ALLENDE A CABAÑES POR LA GARGANTA DEL RUBEJO (CAMINO LEBANIEGO)

Allende y las dos subidas a Cabañes: arriba por la collada de La Corona del Pando y a la izquierda por la garganta del río Rubajo
Desde Allende, en la misma puerta de los Picos de Europa y tras cruzar el río Deva desde Lebeña, el caminante tiene dos opciones para seguir el ascenso hacia Cabañes: una es seguir de frente por la pista que asciende en zigzag por la ladera boscosa de La Prada hasta La Corona del Pando, a 595 metros de altura, gran atalaya sobre este valle y sus montañas. La otra alternativa se dirige a la izquierda, hacia la garganta del río Rubejo o Robejo, afluente del Deva, uno de los cañones laterales del desfiladero de La Hermida; no tiene tanta vista panorámica pero va mayoritariamente a la sombra, agradece el frescor del río en días cálidos y sube un poco menos, aunque el sendero es más estrecho y a veces pedregoso. De este nos ocupamos en esta ocasión

Bifurcación en Lebeña; a la izquierda a la garganta del Rubejo

Las dos opciones tienen una longitud aproximada, apenas unos 3 kilómetros hasta Cabañes, pero como tantas veces decimos, en la montaña las distancias parecen multiplicarse. Así, desde el cruce de Lebeña iremos pues a la izquierda en dirección a la garganta del Rubejo


Aquí en medio del cruce tenemos unos buenos bancos para descansar antes de seguir ruta


Aquí la subida nos da un poco de tregua. El otro camino sube por aquella arboleda hacia La Corona del Pando


A la izquierda,  desde las barandillas, vemos el camino que sube a Allende desde El Puente de Lebeña en la carretera... y vemos también este que va, este camino, con las paredes calizas de Peña Ventosa al otro lado del desfiladero de La Hermida. Bajo ella discurre otra de las rutas lebaniegas de Lebeña, la del Camino Real de Ventosa, de la Concha la Cova, o Camino Viejo, que se ha de unir con el que baja de Cabañes y Pendes en la capilla de San Francisco de Tresvega, pasando Castro Cillorigo


Nos dirigimos hacia aquellas naves


Aquí se acaban las barandillas. Pasamos a la derecha de ellas


El camino pasa entre la nave y el muro de la finca


Va perdiendo el suelo de hormigón


Y se dirige a los cobertizos del fondo


Y aquí doblamos a la izquierda


Es fácil que nos encontremos con la senda cerrada, pues tiene usos ganaderos. Hemos de abrir y volver a cerrar a nuestro paso, desatando y volviendo atar las cuerdas del cierre


Al fondo tenemos una nueva vista del sector oeste de Peña Ventosa (1.434 m), que domina los pasos a Liébana: a sus pies por La Cuesta y Dejo va como hemos dicho el Camino de la Concha la Cova, y a la izquierda se abre otro gran paso natural, el valle del arroyo de Los Casares, por donde baja el viejo camino viniendo de los valles de Lamasón y el Nansa por el Colláu Pasanéu (1.344 m) y que baja a Lebeña por la Braña los Tejo y al pie de La Mesa (1.605 m), Cascuerres (1,562 m), Alto de las Cuerres (1.413 m) y el Colláu Pandocento (1.067 m) con el Cuetu San Pedru (1.029 m). En ese valle hubo dos ermitas, dedicadas a San Pedro y a Santa Cecilia y un asentamiento importantes para la leyenda, Pardueles, actualmente una braña, pero donde se dice tenían morada los señores de Liébana, don Alfonso y doña Justa, fundadores de la iglesia de Santa María


Independientemente de la realidad de las leyendas, estas nos dicen que los pueblos de la montaña, que hoy nos parecen apartados y alejados, fueron durante siglos paradas y fondas de las autopistas de la antigüedad,: los caminos reales, cañadas pastoriles, sendas de la arriería, etc, que aprovechaban todos esos pasos naturales desde la Prehistoria. La apertura de la Carretera de La Hermida, motivada por las explotaciones mineras de los Picos de Europa y del propio desfiladero, ocasionó un brusco desplazamiento del camino principal de comunicación de Liébana, lo que provocó que el eje económico y poblacional pasase a los pueblos bajos, situados en las inmediaciones de la nueva carretera, abandonándose las viejas rutas, recuperadas eso sí en la actualidad como caminos de peregrinación y rutas montañeras y senderistas


En medio de la hoto vemos el Cuetu Torcal o La Coterona (1.104 m), a cuya izquierda otro gran collado era otra de esas ancestrales entradas a Liébana, el Colláu Argeón o Argedón (971 m), que por estar más bajo se libraba más de las nieves y llegó a ser el más utilizado pese a ser camino de herradura, solo para caballerías, imposible para carros. A sis pies reconocemos los campos verdes de Maredes, por donde baja ese camino también a Lebeña, brañas de Las Llamas, La Torca y El Pando. A su izquierda está, medio tapado por la gran cresta caliza del Picu del Valle (705 m), el monte de Mesa Sin Pan (974 m), por donde baja el sendero más señalizado y empleado actualmente en el Camino Lebaniego, el de La Canal de Francos, que como el de Arceón procede de Cicera en Peñarrubia. Hasta allí es casi un camino de cabras la mayor parte del tiempo, pero los peregrinos suben aún menos, unos 840 metros y, al bajar por esta vertiente a unirse con el que baja de Arceón, es ya buena pista que comunica con la braña de Beres


Y abajo Lebeña constituye una histórica encrucijada donde confluyen estas rutas, en una terraza sobre el valle del río Deva, allí donde el desfiladero de La Hermida se abre en una vega donde funcionaron algunos molinos y donde, en los campos que bajan del pueblo a la iglesia y al río, se plantan vides


A nuestra izquierda, más cerca, las casas de Allende junto al camino que viene de Lebeña


A nuestra espalda las laderas boscosas al pie del Agero, en concreto el Cuetu Agero. En esas faldas sobre Allende hubo una torre, posiblemente de control y vigilancia, conservándose el topónimo La Torre y en una cumbre cercana La Torre de Tevirde


Pasamos el potro de herrar


El sendero se torna una verde pradería


Un improvisado banco de un tablón sostenido sobre ladrillos


Estamos en el campo de la capilla de Santa Olaya o Santa Eulalia, bendecida el 10 de diciembre de 1945 y construida a expensas del párroco de Lebeña Manuel García Pérez, así como vecindario vinculado a Allende, a Lebeña e incluso de Santander, tal y como nos dice Karen Mazarrasa Mowinckel en su Catálogo monumental de Liébana


La capilla se hizo sobre otra anterior que era hijuela de la iglesia de Santa María de Lebeña y por lo tanto dependiente del monasterio de Santo Toribio de Liébana, documentada desde 1673 pero de origen medieval, que por lo que sabemos no debía estar en muy buenas condiciones por entonces, porque poco después, en 1680, el visitador general del Obispado de León, al que pertenecía por entonces Liébana, Fernando de Colmenares Agüeros y Salceda, abad de San Guillermo, mandó su reparación, que en 1703 volvería a exigir don Francisco de Ayúcar


En 1880 se vendría abajo definitivamente hasta su reedificación de la posguerra, cuando volvió a su lugar la imagen románica-gótica de la patrona Santa Eulalia, del siglo XIII, así como una imagen de la Virgen que también procedía de aquí, un retablo, crucifijo de madera, y las estaciones del Via Crucis


Aquí hay un cierre que, como el anterior, hemos de abrir para volver a cerrar y que no se escapen las ovejas


Desde aquí tenemos una soberbia vista al norte de Allende y del desfiladero de La Hermida, 21 kilómetros en la que puede ser la garganta montañosa más larga de España, límite oriental de los Picos de Europa


Pasamos así al lado de la pared del campanario...


Sobre la espadaña una cruz...


Y en el hueco una campana, mirando al Colláu Arceón, todo ello parte de la Sierra de las Cuerres y parte del gran macizo de Peña Sagra


A la izquierda Peña Ventosa de nuevo. Por esa su falda oeste, abajo, la línea de torres eléctricas señala el paso del Camino de la Concha Ventosa


Ante nosotros el Picu Aliago (627 m), cerrando al sur la garganta del Rubajo, a donde vamos ya a ir entrando


El camino se estrecha


Es un sendero que pasa junto una finca


Pasa encajado entre el arbolado


Y ya entramos en la garganta, el río Rubejo baja unos metros abajo, al pie de la peña vertical del Aliago, donde crecen las encinas


Esa crestería guarda en su cima el Corral de los Moros, posible asentamiento castreño cántabro o medieval, vigilancia y control de los diferentes pasos lebaniegos, no en vano allí está el Mirador de los Moros, verdadera atalaya natural. Se han localizado restos de muro y cabañas circulares. Al fondo en la lejanía otra muy buena referencia geográfica, la Peñuca de Colio (848 m), a cuyos pies sigue el camino de Cabañes a Pendes para ir a Potes, enlazando con el de la Concha la Cova en Tresvega, poco más allá de Castro Cillorigo y antes de Tama


El sendero se adentra en la espesura


Una primera y corta bajada


Y un buen tramo llano


Murete de contención


Arbustos y matorrales


Más estrechamiento, entre la finca y el despeñadero, poblado de arbustos


Caminando sobre el desfiladero del río Rubejo, que corre a desembocar al Deva


Túnel vegetal


Paso entre las rocas


En la verde senda...


Más boscaje...


Bajada a la izquierda


Las encinas y cajigas nacen al borde del camino, en las mismas peñas


Suelo rocoso


Nos internamos en lo más profundo del barranco...


Sigue el descenso



Aquí encontramos un cable de manguera


Más bajada...


Suelo de hojarasca


Más afloramientos rocosos



Aún no vemos el río


El paredón de Aliago va quedando arriba


Lo cierto es que todo lo que bajamos lo abremos luego de subir... y más


La peña forma escalones


Cuidado con los resbalones. Hay que mirar bien donde ponemos el pie


La bajada se suaviza


De nuevo la manguera...



Se oye el murmullo de la corriente


Y ya estamos en la orilla del Rubejo, que baja en torrente


Acaba pues el descenso


Ahora vamos a cruzar el Rubejo por esta pasarela o puentecillo


Es un lugar de extraordinaria belleza


Pasamos al otro lado...


Y empezamos a subir, ahora con el río a la derecha


El musgo cubre piedras y troncos


Pedregal de morrillos sueltos


Dado el desnivel el río forma continuos saltos de agua...



Ahora vamos en subida directa


Ganamos altura rápidamente


Otro paso entre las peñas


Suelo rocoso


Continúa la ascensión



Postes indicadores


Senda bien trillada



Paso en la roca...


Monte arriba a nuestra derecha sube el otro camino, hacia La Corona del Pando


También subimos nosotros a unirnos a él, antes de entrar en Cabañes


Camino de herradura...




De nuevo el río y la manguera


El camino, entre la pared vertical de la peña y el borde de la orilla



Más cuesta...


Pasamos todo este tiempo bajo la tupida enramada...


Si bien es estrecho, el sendero está bien definido y se pasa bien


Incluso entre las rocas hay buen paso


El musgo, imperante


Salimos un poco de la umbría


Pero la subida no cesará hasta llegar al cruce con el otro camino y entrar en Cabañes


Buen repecho empedrado



Seguimos entre la peña y el río


 A veces las cuestas dan una pequeña tregua...


Pero la ascensión es continua


Escalones naturales...


La senda entre arbustos


Atención a esta bifurcación, hay que seguir a la derecha por el ramal más pisado y cercano al río


Y a no parar de subir...


Un pequeño recuesto...


Y llegamos a otra pasarela


Esta es de madera, y cuando vinimos parecía necesitada de reparación. Le faltaba un pasamanos


Pasamos así a la otra orilla


Y así caminamos ahora con el río a nuestra izquierda


Otra gran pared vertical, esta en la vertiente derecha, bajo La Corona del Pando


Volvemos a terrenos sombríos...


Pequeña cascada y remanso...


Hermoso torrente fluvial


Río y camino encajados en lo más hondo de las profundidades del desfiladero


Cuestas y recuestas


Flecha roja, señalización del Camino Lebaniego


Otro precioso salto de agua



Una nueva bifurcación: el poste nos indica seguir a la derecha, subiendo por el cascajar de piedra suelta


Hay un mapa orientativo, si bien no es propiamente del Camino Lebaniego


Es una ruta circular hacia Cabañes y el Castañar del Habario cerca ya de Pendes. Pero no sirve de orientación



También la vieja señal de madera...


Lo dicho, a subir más



Suelo de piedras y rocas...


Estrecho paso...


Las piedras "crujen" al pasar...


Y otra buena remontada


Curva a la izquierda


Otro tramo de bosque


Y vamos ascendiendo sobre la arboleda


En la pared de la peña


Herbosa ladera


Grandes peñascos


Otro paso entre las rocas


Y volvemos a ver al fondo La Peñuca de Colía


La Peñuca tiene forma cónica con una picuda punta rocosa sobre su cima. A la derecha es el Colláu los Pandos (809 m) con las praderías de la Cuesta la Vega


Son las estribaciones sur-orientales, de los Picos de Europa. A la derecha del Colláu los Pandos está el Picu Paña o la Paña, (1.354 m), con La Canal Perico y la Cueva los Lacios bajo su cumbre, lugar de enigmáticos enterramientos en la antigüedad. En su costado derecho las peñas de Los Riscos


A la derecha a su vez del Picu Paña está el paso montañero de La Canal de Colio y más acá el Picu la Tarabiella (1.099 m) y encima de él el Colláu la Llosa y el Cuetu la Llosa (1.314 m)


Aquí sí bajamos un poco por el roquedo...


A la izquierda el Picu Aliago con el Mirador del Moro, el Corral de los Moros y la Peña del Encinal. Abajo, ya en las honduras de la garganta, La Riega de la Concha y la de La Mata se unen formando el Rubejo, etimológicamente tal vez río viejo o quizás más bien río del bejo, en otros lugares beyo, veyu, beyu, bello... del celta latinizado bedus, zanja, arroyo, como es el caso de este desfiladero


Un poco de bajada y de nuevo en la espesura...


En esta bifurcación a la derecha...


Atendamos al poste


Pronto empezamos a subir, al principio muy ligeramente


Pero pronto aumenta el desnivel


Y la senda se torna nuevamente más cuestuda


Avanzando encajada en los matojos


Bajo las aristas de Los Picos...


Otro panel informativo...


Este se refiere a los bosques de carrascos, el carrascal, que pueblan las laderas de Los Picos de Europa. Es la llamada carrasca-encina, cuyo hábitat se extiende por toda la gran veta kárstica desde Los Picos hasta la costa. No confundir con el carrasco o acebo, otra especie de las alturas y árbol totémico por su importancia vital para la supervivencia de especies como el urogallo cantábrico, en vías de extinción, que en él encuentra refugio y alimento


Y así sigue la tónica del camino, entre matorrales y árboles autóctonos


Vamos siempre en subida


Atravesando el carrascal o encinar


El camino forma un poco de caja


Y asciende por el bosquete


Aquí hay un recuesto un tando duro, no mucho antes ya de llegar a Cabañes


Subida escalonada...


Atención a ese poste


Hay un cruce y hay que ir a la derecha


El camino aquí se ensancha, pues da servicio a algunas fincas al pie del pueblo



Incluso se han esparcido trozos de ladrillo para asentar el terroso suelo que forma barrizal cuando llueve


Curva a la izquierda en otra bifurcación


Y allí está Cabañes, al pie de los crestones calizos y sobre La Riega de las Conchas, que baja de Los Picos


El topónimo de Cabañes no ofrece ninguna etimológica, pero al ser un plural femenino en es, como en el asturiano central, sí llama la atención de los filólogos, pues en la comarca se da en la toponimia, en este y otros casos, pero no en el habla lebaniega ni parece existir memoria de ello. Tal vez sí la hubo luengo tiempo ha


El Picu Conchizo o Ciruenzo menor (1.191 m) y el Ciruenzo Mayor (1.307 m)  ante nosotros


Aquí se revela bien que su tiempo la primitiva senda fue ensanchada ganando espacio a la ladera de la derecha


Hay alguna marca de rodadas


Cabañes también es una encrucijada de caminos que fueron cayendo en desuso, salvo para los pastores, tras la construcción de la Carretera de La Hermida. Además de este viene a la derecha viene el Camino de las Conchas, sobre la riega homónima, parte de las sendas que comunican majadas, invernales y pueblos de Los Picos, como los llaman sus habitantes... Berjes, Tresviso, Sotres, pasos entre Cantabria y Asturias por Ándara, una ruta de las empleadas por los arrieros de la zona de Llanes que transportaban salazones de pescado y otros productos a Castilla, regresando con vino, trigo y demás mercaderías


Ahora, además de los vecinos, peregrinos y montañeros son los que recorren los viejos senderos, disponiendo en Cabañes de dos albergues, el público, en el centro, cerca de la iglesia y El Hayal, justo a la entrada, que ya reconocemos a la derecha de la foto. Por abajo vemos entrar en Cabañes subiendo el Camino Lebaniego


Desde Cabañes hay dos opciones para seguir hacia Pendes, continuar por la carretera al pie del Picu la Tarabiella y La Peñuca de Colio o, el más empleado, bajar prados abajo a La Riega la Mata, la otra que forma el Rubejo, y luego subir a la carretera, con un poco de "montaña rusa" pero en la que se ataja y se evita el asfalto. Las dos opciones se unen en El Castañar de Pendes, El Habario, antes de bajar al pueblo


En este tramo de vereda es un auténtico mirador natural hacia Cabañes y sus montañas


Pasamos junto a la torre de la luz


En 1769, unos litigios de tierras entre Pendes y Cabañes dio lugar a la elaboración de un famoso mapa que es una obra de arte, abarcando todo este preciso territorio, pintado con vivos colores y que plasma la toponimia de estos lugares


Vamos llegando al final de este recuesto


Justo al pie de aquella peña se unen los dos caminos procedentes de Allende, pero aún hay que subir un trecho hasta Cabañes


La otra senda viene bajando, un poco arriba a nuestra derecha


Vamos a su encuentro


Hermosos carrascales o encinares


Ya se ve el cruce


Aquí viene a la derecha el camino de La Corona del Pando


Reunidos los dos, y a unos 14 kilómetros de Santo Toribio de Liébana, vamos hacia la izquierda por un puentecillo sobre La Riega de las Conchas y subimos a Cabañes
























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