Allende y las dos subidas a Cabañes: arriba por la collada de La Corona del Pando y a la izquierda por la garganta del río Rubajo |
Bifurcación en Lebeña; a la izquierda a la garganta del Rubejo |
Las dos opciones tienen una longitud aproximada, apenas unos 3 kilómetros hasta Cabañes, pero como tantas veces decimos, en la montaña las distancias parecen multiplicarse. Así, desde el cruce de Lebeña iremos pues a la izquierda en dirección a la garganta del Rubejo
Aquí en medio del cruce tenemos unos buenos bancos para descansar antes de seguir ruta
Aquí la subida nos da un poco de tregua. El otro camino sube por aquella arboleda hacia La Corona del Pando
A la izquierda, desde las barandillas, vemos el camino que sube a Allende desde El Puente de Lebeña en la carretera... y vemos también este que va, este camino, con las paredes calizas de Peña Ventosa al otro lado del desfiladero de La Hermida. Bajo ella discurre otra de las rutas lebaniegas de Lebeña, la del Camino Real de Ventosa, de la Concha la Cova, o Camino Viejo, que se ha de unir con el que baja de Cabañes y Pendes en la capilla de San Francisco de Tresvega, pasando Castro Cillorigo
Nos dirigimos hacia aquellas naves
Aquí se acaban las barandillas. Pasamos a la derecha de ellas
El camino pasa entre la nave y el muro de la finca
Va perdiendo el suelo de hormigón
Y se dirige a los cobertizos del fondo
Y aquí doblamos a la izquierda
Es fácil que nos encontremos con la senda cerrada, pues tiene usos ganaderos. Hemos de abrir y volver a cerrar a nuestro paso, desatando y volviendo atar las cuerdas del cierre
Al fondo tenemos una nueva vista del sector oeste de Peña Ventosa (1.434 m), que domina los pasos a Liébana: a sus pies por La Cuesta y Dejo va como hemos dicho el Camino de la Concha la Cova, y a la izquierda se abre otro gran paso natural, el valle del arroyo de Los Casares, por donde baja el viejo camino viniendo de los valles de Lamasón y el Nansa por el Colláu Pasanéu (1.344 m) y que baja a Lebeña por la Braña los Tejo y al pie de La Mesa (1.605 m), Cascuerres (1,562 m), Alto de las Cuerres (1.413 m) y el Colláu Pandocento (1.067 m) con el Cuetu San Pedru (1.029 m). En ese valle hubo dos ermitas, dedicadas a San Pedro y a Santa Cecilia y un asentamiento importantes para la leyenda, Pardueles, actualmente una braña, pero donde se dice tenían morada los señores de Liébana, don Alfonso y doña Justa, fundadores de la iglesia de Santa María
Independientemente de la realidad de las leyendas, estas nos dicen que los pueblos de la montaña, que hoy nos parecen apartados y alejados, fueron durante siglos paradas y fondas de las autopistas de la antigüedad,: los caminos reales, cañadas pastoriles, sendas de la arriería, etc, que aprovechaban todos esos pasos naturales desde la Prehistoria. La apertura de la Carretera de La Hermida, motivada por las explotaciones mineras de los Picos de Europa y del propio desfiladero, ocasionó un brusco desplazamiento del camino principal de comunicación de Liébana, lo que provocó que el eje económico y poblacional pasase a los pueblos bajos, situados en las inmediaciones de la nueva carretera, abandonándose las viejas rutas, recuperadas eso sí en la actualidad como caminos de peregrinación y rutas montañeras y senderistas
En medio de la hoto vemos el Cuetu Torcal o La Coterona (1.104 m), a cuya izquierda otro gran collado era otra de esas ancestrales entradas a Liébana, el Colláu Argeón o Argedón (971 m), que por estar más bajo se libraba más de las nieves y llegó a ser el más utilizado pese a ser camino de herradura, solo para caballerías, imposible para carros. A sis pies reconocemos los campos verdes de Maredes, por donde baja ese camino también a Lebeña, brañas de Las Llamas, La Torca y El Pando. A su izquierda está, medio tapado por la gran cresta caliza del Picu del Valle (705 m), el monte de Mesa Sin Pan (974 m), por donde baja el sendero más señalizado y empleado actualmente en el Camino Lebaniego, el de La Canal de Francos, que como el de Arceón procede de Cicera en Peñarrubia. Hasta allí es casi un camino de cabras la mayor parte del tiempo, pero los peregrinos suben aún menos, unos 840 metros y, al bajar por esta vertiente a unirse con el que baja de Arceón, es ya buena pista que comunica con la braña de Beres
Y abajo Lebeña constituye una histórica encrucijada donde confluyen estas rutas, en una terraza sobre el valle del río Deva, allí donde el desfiladero de La Hermida se abre en una vega donde funcionaron algunos molinos y donde, en los campos que bajan del pueblo a la iglesia y al río, se plantan vides
A nuestra izquierda, más cerca, las casas de Allende junto al camino que viene de Lebeña
A nuestra espalda las laderas boscosas al pie del Agero, en concreto el Cuetu Agero. En esas faldas sobre Allende hubo una torre, posiblemente de control y vigilancia, conservándose el topónimo La Torre y en una cumbre cercana La Torre de Tevirde
Pasamos el potro de herrar
El sendero se torna una verde pradería
Un improvisado banco de un tablón sostenido sobre ladrillos
La capilla se hizo sobre otra anterior que era hijuela de la iglesia de Santa María de Lebeña y por lo tanto dependiente del monasterio de Santo Toribio de Liébana, documentada desde 1673 pero de origen medieval, que por lo que sabemos no debía estar en muy buenas condiciones por entonces, porque poco después, en 1680, el visitador general del Obispado de León, al que pertenecía por entonces Liébana, Fernando de Colmenares Agüeros y Salceda, abad de San Guillermo, mandó su reparación, que en 1703 volvería a exigir don Francisco de Ayúcar
En 1880 se vendría abajo definitivamente hasta su reedificación de la posguerra, cuando volvió a su lugar la imagen románica-gótica de la patrona Santa Eulalia, del siglo XIII, así como una imagen de la Virgen que también procedía de aquí, un retablo, crucifijo de madera, y las estaciones del Via Crucis
Aquí hay un cierre que, como el anterior, hemos de abrir para volver a cerrar y que no se escapen las ovejas
Desde aquí tenemos una soberbia vista al norte de Allende y del desfiladero de La Hermida, 21 kilómetros en la que puede ser la garganta montañosa más larga de España, límite oriental de los Picos de Europa
Pasamos así al lado de la pared del campanario...
Sobre la espadaña una cruz...
Y en el hueco una campana, mirando al Colláu Arceón, todo ello parte de la Sierra de las Cuerres y parte del gran macizo de Peña Sagra
A la izquierda Peña Ventosa de nuevo. Por esa su falda oeste, abajo, la línea de torres eléctricas señala el paso del Camino de la Concha Ventosa
Ante nosotros el Picu Aliago (627 m), cerrando al sur la garganta del Rubajo, a donde vamos ya a ir entrando
El camino se estrecha
Es un sendero que pasa junto una finca
Pasa encajado entre el arbolado
Y ya entramos en la garganta, el río Rubejo baja unos metros abajo, al pie de la peña vertical del Aliago, donde crecen las encinas
Esa crestería guarda en su cima el Corral de los Moros, posible asentamiento castreño cántabro o medieval, vigilancia y control de los diferentes pasos lebaniegos, no en vano allí está el Mirador de los Moros, verdadera atalaya natural. Se han localizado restos de muro y cabañas circulares. Al fondo en la lejanía otra muy buena referencia geográfica, la Peñuca de Colio (848 m), a cuyos pies sigue el camino de Cabañes a Pendes para ir a Potes, enlazando con el de la Concha la Cova en Tresvega, poco más allá de Castro Cillorigo y antes de Tama
El sendero se adentra en la espesura
Una primera y corta bajada
Y un buen tramo llano
Murete de contención
Arbustos y matorrales
Más estrechamiento, entre la finca y el despeñadero, poblado de arbustos
Caminando sobre el desfiladero del río Rubejo, que corre a desembocar al Deva
Túnel vegetal
Paso entre las rocas
En la verde senda...
Más boscaje...
Bajada a la izquierda
Las encinas y cajigas nacen al borde del camino, en las mismas peñas
Suelo rocoso
Nos internamos en lo más profundo del barranco...
Sigue el descenso
Aquí encontramos un cable de manguera
Más bajada...
Suelo de hojarasca
Más afloramientos rocosos
Aún no vemos el río
El paredón de Aliago va quedando arriba
Lo cierto es que todo lo que bajamos lo abremos luego de subir... y más
La peña forma escalones
Cuidado con los resbalones. Hay que mirar bien donde ponemos el pie
La bajada se suaviza
De nuevo la manguera...
Se oye el murmullo de la corriente
Acaba pues el descenso
Ahora vamos a cruzar el Rubejo por esta pasarela o puentecillo
Es un lugar de extraordinaria belleza
Y empezamos a subir, ahora con el río a la derecha
El musgo cubre piedras y troncos
Pedregal de morrillos sueltos
Dado el desnivel el río forma continuos saltos de agua...
Ahora vamos en subida directa
Ganamos altura rápidamente
Otro paso entre las peñas
Suelo rocoso
Continúa la ascensión
Postes indicadores
Senda bien trillada
Paso en la roca...
Monte arriba a nuestra derecha sube el otro camino, hacia La Corona del Pando
También subimos nosotros a unirnos a él, antes de entrar en Cabañes
Camino de herradura...
De nuevo el río y la manguera
El camino, entre la pared vertical de la peña y el borde de la orilla
Más cuesta...
Pasamos todo este tiempo bajo la tupida enramada...
Si bien es estrecho, el sendero está bien definido y se pasa bien
Incluso entre las rocas hay buen paso
El musgo, imperante
Salimos un poco de la umbría
Pero la subida no cesará hasta llegar al cruce con el otro camino y entrar en Cabañes
Buen repecho empedrado
Seguimos entre la peña y el río
A veces las cuestas dan una pequeña tregua...
Pero la ascensión es continua
Escalones naturales...
La senda entre arbustos
Atención a esta bifurcación, hay que seguir a la derecha por el ramal más pisado y cercano al río
Y a no parar de subir...
Un pequeño recuesto...
Y llegamos a otra pasarela
Esta es de madera, y cuando vinimos parecía necesitada de reparación. Le faltaba un pasamanos
Pasamos así a la otra orilla
Y así caminamos ahora con el río a nuestra izquierda
Otra gran pared vertical, esta en la vertiente derecha, bajo La Corona del Pando
Volvemos a terrenos sombríos...
Hermoso torrente fluvial
Río y camino encajados en lo más hondo de las profundidades del desfiladero
Cuestas y recuestas
Flecha roja, señalización del Camino Lebaniego
Una nueva bifurcación: el poste nos indica seguir a la derecha, subiendo por el cascajar de piedra suelta
Hay un mapa orientativo, si bien no es propiamente del Camino Lebaniego
Es una ruta circular hacia Cabañes y el Castañar del Habario cerca ya de Pendes. Pero no sirve de orientación
También la vieja señal de madera...
Suelo de piedras y rocas...
Estrecho paso...
Las piedras "crujen" al pasar...
Y otra buena remontada
Curva a la izquierda
Otro tramo de bosque
Y vamos ascendiendo sobre la arboleda
En la pared de la peña
Herbosa ladera
Grandes peñascos
Otro paso entre las rocas
Y volvemos a ver al fondo La Peñuca de Colía
La Peñuca tiene forma cónica con una picuda punta rocosa sobre su cima. A la derecha es el Colláu los Pandos (809 m) con las praderías de la Cuesta la Vega
Son las estribaciones sur-orientales, de los Picos de Europa. A la derecha del Colláu los Pandos está el Picu Paña o la Paña, (1.354 m), con La Canal Perico y la Cueva los Lacios bajo su cumbre, lugar de enigmáticos enterramientos en la antigüedad. En su costado derecho las peñas de Los Riscos
A la derecha a su vez del Picu Paña está el paso montañero de La Canal de Colio y más acá el Picu la Tarabiella (1.099 m) y encima de él el Colláu la Llosa y el Cuetu la Llosa (1.314 m)
Aquí sí bajamos un poco por el roquedo...
A la izquierda el Picu Aliago con el Mirador del Moro, el Corral de los Moros y la Peña del Encinal. Abajo, ya en las honduras de la garganta, La Riega de la Concha y la de La Mata se unen formando el Rubejo, etimológicamente tal vez río viejo o quizás más bien río del bejo, en otros lugares beyo, veyu, beyu, bello... del celta latinizado bedus, zanja, arroyo, como es el caso de este desfiladero
Un poco de bajada y de nuevo en la espesura...
En esta bifurcación a la derecha...
Atendamos al poste
Pronto empezamos a subir, al principio muy ligeramente
Pero pronto aumenta el desnivel
Y la senda se torna nuevamente más cuestuda
Avanzando encajada en los matojos
Bajo las aristas de Los Picos...
Otro panel informativo...
Este se refiere a los bosques de carrascos, el carrascal, que pueblan las laderas de Los Picos de Europa. Es la llamada carrasca-encina, cuyo hábitat se extiende por toda la gran veta kárstica desde Los Picos hasta la costa. No confundir con el carrasco o acebo, otra especie de las alturas y árbol totémico por su importancia vital para la supervivencia de especies como el urogallo cantábrico, en vías de extinción, que en él encuentra refugio y alimento
Y así sigue la tónica del camino, entre matorrales y árboles autóctonos
Vamos siempre en subida
Atravesando el carrascal o encinar
El camino forma un poco de caja
Y asciende por el bosquete
Aquí hay un recuesto un tando duro, no mucho antes ya de llegar a Cabañes
Subida escalonada...
Atención a ese poste
Hay un cruce y hay que ir a la derecha
El camino aquí se ensancha, pues da servicio a algunas fincas al pie del pueblo
Incluso se han esparcido trozos de ladrillo para asentar el terroso suelo que forma barrizal cuando llueve
Y allí está Cabañes, al pie de los crestones calizos y sobre La Riega de las Conchas, que baja de Los Picos
El topónimo de Cabañes no ofrece ninguna etimológica, pero al ser un plural femenino en es, como en el asturiano central, sí llama la atención de los filólogos, pues en la comarca se da en la toponimia, en este y otros casos, pero no en el habla lebaniega ni parece existir memoria de ello. Tal vez sí la hubo luengo tiempo ha
El Picu Conchizo o Ciruenzo menor (1.191 m) y el Ciruenzo Mayor (1.307 m) ante nosotros
Aquí se revela bien que su tiempo la primitiva senda fue ensanchada ganando espacio a la ladera de la derecha
Hay alguna marca de rodadas
Cabañes también es una encrucijada de caminos que fueron cayendo en desuso, salvo para los pastores, tras la construcción de la Carretera de La Hermida. Además de este viene a la derecha viene el Camino de las Conchas, sobre la riega homónima, parte de las sendas que comunican majadas, invernales y pueblos de Los Picos, como los llaman sus habitantes... Berjes, Tresviso, Sotres, pasos entre Cantabria y Asturias por Ándara, una ruta de las empleadas por los arrieros de la zona de Llanes que transportaban salazones de pescado y otros productos a Castilla, regresando con vino, trigo y demás mercaderías
Ahora, además de los vecinos, peregrinos y montañeros son los que recorren los viejos senderos, disponiendo en Cabañes de dos albergues, el público, en el centro, cerca de la iglesia y El Hayal, justo a la entrada, que ya reconocemos a la derecha de la foto. Por abajo vemos entrar en Cabañes subiendo el Camino Lebaniego
Desde Cabañes hay dos opciones para seguir hacia Pendes, continuar por la carretera al pie del Picu la Tarabiella y La Peñuca de Colio o, el más empleado, bajar prados abajo a La Riega la Mata, la otra que forma el Rubejo, y luego subir a la carretera, con un poco de "montaña rusa" pero en la que se ataja y se evita el asfalto. Las dos opciones se unen en El Castañar de Pendes, El Habario, antes de bajar al pueblo
En este tramo de vereda es un auténtico mirador natural hacia Cabañes y sus montañas
En 1769, unos litigios de tierras entre Pendes y Cabañes dio lugar a la elaboración de un famoso mapa que es una obra de arte, abarcando todo este preciso territorio, pintado con vivos colores y que plasma la toponimia de estos lugares
Vamos llegando al final de este recuesto
Justo al pie de aquella peña se unen los dos caminos procedentes de Allende, pero aún hay que subir un trecho hasta Cabañes
La otra senda viene bajando, un poco arriba a nuestra derecha
Vamos a su encuentro
Hermosos carrascales o encinares
Ya se ve el cruce
Aquí viene a la derecha el camino de La Corona del Pando
Reunidos los dos, y a unos 14 kilómetros de Santo Toribio de Liébana, vamos hacia la izquierda por un puentecillo sobre La Riega de las Conchas y subimos a Cabañes
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