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viernes, 31 de mayo de 2019

ENTRANDO EN POTES, CAPITAL DE LIÉBANA: DE ROSCABADO A SAN ROQUE, LA PLAZA Y EL PUENTE NUEVO (CAMINO LEBANIEGO)

Potes desde la subida a Santo Toribio de Liébana
Allí en medio del valle donde el río Deva recibe las aguas de su afluente el Quiviesa, el Camino Lebaniego entra en Potes, capital de La Liébana desde los tiempos en que los Mendoza ejercieron aquí su señorío a finales de la Edad Media, gran mercado donde los excedentes agroganaderos de estos valles y montañas se ponían a la venta y donde los señores levantaron sus casonas, fortalezas y palacios. Un lugar ya repoblado desde los primeros tiempos del Reino de Asturias, cuando aquí se acogieron numerosos mozárabes procedentes del sur, trayendo una impronta social, cultural y religioso-ideológica que será raíz fundamental no solo para los pequeños enclaves cristianos del norte sino para toda Europa. Si bien una de las dos rutas que entran en Potes lo hace por el barrio de Santa Olaja, para atravesar su casco histórico, conociendo alguno de sus monumentos y lugares más importantes, lo haremos tomando el camino que viene de Tama y Ojedo


Entramos en el municipio y casco urbano de Potes ante el cartel que lo proclama como uno de los pueblos Bonitos de España y ante las alturas de La Viorna, en cuya ladera norte se levanta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, meta del Camino Lebaniego y comienzo del Vadiniense para quienes, como los peregrinos de antaño, cruceros o crucenos, luego de venerar y acogerse al Jubileo del Lignum Crucis, deseasen proseguir hasta Santiago de Compostela


Hay dos cotas prominentes en su cima: allá es el Alto de San Martín (1.155 m), que rememora la advocación del antiguo monasterio de San Martín de Turieno, fundado al decir de la tradición por Santo Toribio de Palencia en el siglo VI, y que en 1.181 pasó a ser conocido como Santo Toribio de Liébana, pues siguiendo también la historia, llegarían las reliquias de otro Santo Toribio, el de Astorga, traídas por los refugiados mozárabes, entre ellas el Lignum Crucis, que a su vez traería consigo tras su estancia en Jerusalén en el siglo V. Más acá y sobre Potes está la Cruz de Viorna (1.095 m), allí quiso la leyenda que Santo Toribio el fundador, que hacía vida eremítica en esas alturas, lanzó su bastón al aire, con la idea que este cayese en el lugar que determinaría la construcción del convento al grito de "allí donde caiga mi cayada allí será mi morada"


En torno al monasterio y en esa montaña hay varios pequeños santuarios eremíticos, uno de ellos, la Cueva Santa, quiere la tradición haber sido morada y retiro del santo, pues como dice la crónica...
"queriendo pelear con el enemigo a solas, subiose a lo alto del monte y en parte muy escondida del, labró una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tanta perfección, que alcanzó de Dios singulares favores (...)"

Una cruz, la Cruz de la Viorna, señala esta cima que es un maravilloso mirador sobre toda Liébana. Fue construida en 1948 por iniciativa de Eladio Celis, vecino de Potes, y el esfuerzo de los vecinos de Campollo, subiendo los materiales, piedra y arena, en carros de vacas y en burros. Antes de la Guerra Civil existió otra que estaba un poco más abajo, que fue dinamitada, por lo que en septiembre de 1937, al entrar las tropas nacionales, se colocó una de madera que aguantó en el lugar más de diez años, hasta la colocación de la actual, restaurada en el año 2011


Desde aquí, tapado por una ladera de la montaña, no vemos aún el monasterio de Santo Toribio de Liébana, pero sí Mieses, donde está una de las ermitas de la montaña, la de San Juan de la Casería, donde estaba la granja de los frailes


Poco más arriba y sobre la carretera que del monasterio sube a la de San Miguel vemos otra de las ermitas, la de Santa Catalina


El santuario está en ruinas aunque consolidadas, conserva elementos del siglo XIII pero está muy reformada. En 1864 se quemó la torre pero se continuó con la piadosa costumbre de exponer en ella la Santa Reliquia...
"... en noches en que amenaza la helada, cuando por el día ha llovido y están los frutos en ciernes... en noches aciagas para los campos..."
Tal y como nos dice García Guinea en su obra El Románico en Santander


A nuestra derecha, al otro lado del río y bajo el Monte Arabedes, se dirige a Santa Olaja el otro camino que sale de Tama. Es más "tranquilo" y apartado pero pasa de largo las poblaciones del valle y el casco histórico de Potes


A lo largo de la calle, que sube suavemente, hay varias casas unifamiliares con terreno en la parte posterior


A la izquierda chalets. Es una transición de lo rural a lo residencial y urbano conforme nos acercamos al centro de Potes


Como suele suceder, la expansión poblacional de los núcleos históricos suele hacerse a lo largo de los caminos principales de acceso y salida de los mismos, como es este el caso


Las farolas, imitando el clásico estilo isabelino o fernandino. nos preparan para el centro histórico


Balcón-galería sobre la calle


La Viorna, con su caliza cima, orienta nuestros pasos como lo hizo con los peregrinos o crucenos de antaño


Pastos de ovejas, el ganado menor...


El otro camino a Potes, muy próximo y paralelo a nosotros


Finca de pradería y frutales...


En la orilla del Deva...


Frente al Hotel Valecoro, uno de los muchos alojamientos de Potes, puerta de los Picos de Europa


A la izquierda más chalets


Servicio informativo de la red Peregrino Lebaniego Digital


Aparcamientos y bloques de pisos en Roscabado


A la izquierda, a lo lejos, unos montes nevados


Sierras Albas con La Lomba (1.513 m), ancestral comunicación con Castilla, pasos hacia La Pernía, al norte de Palencia, uno de los caminos más transitados por viajeros y arrieros hasta la construcción de la carretera del Puerto de Piedraslluengas en el último tercio del siglo XIX. En el año 1838 se libró allí una de las batallas más determinantes de la Primera Guerra Carlista entre las tropas isabelinas del general Latre y las carlistas del conde de Negri


A nuestro lado, pradería con árboles frutales bajo Valmayor, Valmenor y La Tejera


Ante nosotros otra hermosa estampa con la ladera de La Viorna enfrente: Peña del Cobajo, Haciluengo, Lilla, Palumbierzo, Carrascal de Volán...


Bifurcación a Fuente Dé (Valle de Valdebaro) y al Puerto de San Glorio (Valle de Cereceda)


A la derecha asoman ahora unas peñas


Los Picos de Europa, Ándara o Macizo Oriental, por la zona de los Puertos de Áliva, paso a Asturias por Cabrales. Abajo es el Puerto de Pembes con Peña Oviedo (1.302 m) y Casto de Cogollos (1.700 m). Entre ellos asoma el Picu Valdecoro (1.810 m)


Arriba Cumbres Avenas con el Picu del Buey (1.894 m) y el Picu Joracón de la Miel (1.925 m) con La Canal de Peroperi a su derecha


Allí al otro lado del río el otro camino realiza una subida antes de bajar al puente del Deva por Santa Olaja


Plano del Camino Lebaniego


Vamos a estudiarlo unos instantes


Vemos nuestra situación entrando en Potes y la entrada de las rutas castellana y leonesa a Santo Toribio, además del Camino Vadiniense a partir del monasterio para pasar a la meseta a enlazar con el Camino Francés


Y así proseguimos por roscabado, pasando a la altura del supermercado allí existente, situado a nuestra izquierda


Seguimos siempre recto por la acera


Pasamos la estación de servicio


Ya damos vista al casco antiguo, al fondo de la calle


A la derecha el Hotel Rubio, de los históricos de Potes, fundado en 1910 como Gran Fonda del Rubio, que vendía los "renombrados jamones de Liébana y otros renombrados productos del País"



Señalización del Camino Lebaniego: la cruz y la flecha


De intenso color rojo...


Fila de casas de principios del siglo XX, con tiendas y negocios Estamos ya en una de las arterias comerciales de Potes, la calle San Roque


La primera vez que se menciona a Potes en un documento es en el año 847, mencionado como Pautes y haciendo referencia a estos caminos tantas veces milenarios, que dice...

"estrata publica que discurrit ad Pautes"

Esto es, el "camino público que conduce a Potes"

Esto se escribía no demasiado tiempo después de que se iniciasen las repoblaciones de estos valles trayendo mozárabes del sur. Más adelante sabemos que, en el año 947, su iglesia de San Vicente dependía del monasterio de San Martín de Turieno, antecesor del de Santo Toribio. La zona se sabe estuvo habitada desde la Prehistoria y se ve claramente que en este valle confluyen varios pasos naturales por los puertos de las montañas, por donde se quiere ver el paso de algunas de las legiones romanas que participaron en la conquista del territorio cántabro a partir del año 29 a. C. estando aquí muy posiblemente los concanos citados por los autores de la antigüedad


Con el paso de las legiones y la posterior romanización, los antiguos caminos fueron transformados en vías y calzadas romanas. La tradición afirma que cerca de aquí, en Cosgaya, acontecieron las hecatombes finales de las tropas de Alkama tras escapar de Covadonga, allá por el año 722, por lo que Liébana, protegida por las montañas, fue una de las tierras primigenias del Asturorum Regnum, iniciándose las repoblaciones ya con Alfonso I. Muestra de ello son los más de 20 monasterios que llegó a haber en la alta Edad Media, de los que el de San Martín de Turieno, llamado de Santo Toribio a partir del año 1181, alcanzó preeminencia sobre los demás y así aparece su dominio sobre Potes ya en el siglo X. Más tarde iría cayendo en la órbita de los señoríos de los poderosos nobles feudales, cada vez más influyentes en la corte y a los que los monarcas concedían tierras y privilegios


Ya en el siglo X un conde regía Potes representando a reyes asturianos y leoneses y, entre finales del siglo XII y principios del XIII, aparecen los tenentes, señores que dominaban la zona con carácter temporal en nombre del rey, administrando justicia y cobrado tributos. Eran miembros de la familia Girón, siendo el más poderoso Gonzalo Rodríguez Girón, que extendía su dominios a ambos lados de la cordillera. Merinos y demás cargos otorgados por la corona, ahora ya castellana, llega en el siglo XIII y, en 1291 Sancho IV otorga por escrito celebrar mercado en Potes, buen lugar para comerciar con los excendentes agrícolas y ganaderos de La Liébana, conminando a dejar quietas las armas en las posadas hasta el regreso a casa

En el año 1351 Potes es señalado como propiedad de don Tello, hijo de Alfonso IX, y a finales de esa centuria será su señor el hijo de don Tello, don Juan Téllez de Castilla, al serle otorgada La Liébana por Juan I


Juan Téllez fallecerá prematuramente luchando en Aljubarrota, dejando una hija, Aldonza Téllez, mientras su esposa, doña Leonor de la Vega, volverá a casarse, esta vez con Diego Hurtado de Mendoza, el poderoso Marqués de Santillana, con quien tendrá un hijo, Íñigo López de Mendoza. Este será el origen de un largo enfrentamiento que durará generaciones entre los Mendoza y los Manrique, familia con la que emparenta Aldonza al casarse con Garci IV Manrique de Lara (siendo los primeros duques de Castañeda)

 En 1444 Juan II dará la razón a los Mendoza pero los pleitos se prolongarán aún más de un siglo, hasta 1576. Los Mendoza harán de Potes su capital y el primogénito de Íñigo, llamado como su abuelo Diego Hurtado de Mendoza, será nombrado primer duque del Infantado. Las primeras ordenanzas de Potes serían del año 1468, bajo dependencia señorial por tanto del Duque del Infantado, que nombraba alcaldes, no acabaría hasta 1822 con las reformas liberales que dieron origen al ayuntamiento de Potes, asentado definitivamente como municipio un par décadas después


Entre los siglos XVII, XVIII y XIX muchos vecinos emigraron a América, con sus aportaciones se construyeron numerosos edificios. Por entonces, aún bajo el poder señorial, se creó la Provincia de Liébana, con corregidor y Juntas, las cuales formaron parte de la creación de la Provincia de Cantabria de 1778 antecedente de la actual comunidad autónoma. Durante la francesada las tropas napoleónicas llegaron a entrar en Potes hasta trece veces, siendo muy hostigadas por las partidas guerrilleras que llegaron a crear una unidad de caballería, con Academia propia en el cercano pueblo de Colio, los Húsares de Cantabria

La Revolución Industrial trajo consigo importantes transformaciones, pues las minas de los Picos fueron explotadas por compañías que favorecieron la puesta en marcha de infraestructuras como una nueva red de carreteras, principalmente la de La Hermida, abierta en 1863. En la Revolución de 1934 hubo un asalto al cuartel de la Guardia Civil de Potes, deteniéndose a los guardias y formándose un comité revolucionario, si bien la llegada de fuerzas gubernamentales por La Hermida los obligó a huir. Dos años escasos después, una partida de milicianos procedente de Santander se enfrentó a los falangistas locales, el frente se estabilizó al otro lado de San Glorio hasta que en septiembre de 1937 Potes, que había sufrido incendio, cayó en manos de los nacionales


En la actualidad Potes es capital de Liébana y en buena parte de los Picos de Europa, al menos en su vertiente cántabra. Gran parte de su economía gira alrededor del turismo y actividades de montaña. esto hace que sus oferta de alojamientos, hostelería y comercios se multiplique, promocionándose notablemente todos los productos autóctonos y lográndose que no se vea tan afectada por el despoblamientos como otras áreas rurales cercanas

Ya en el siglo XIX, cuando muchos geólogos extranjeros recorrieron los Picos de Europa y otras cordilleras cercanas, quedaron impresionados por su belleza, lo que, al plasmarla en sus escritos y estudios, fue dada a conocer por todo el mundo. Los primeros pioneros del montañismo y la escalada empezaron a acudir y más de uno incluso se retiró a las montañas. Esto iría popularizando, primero entre las clases más pudientes pero luego extendiéndose a las demás, la práctica de los deportes de montaña y el recorrer sus viejos caminos, empleados por los pastores y, antes de las carreteras, por arrieros, viajeros y peregrinos


A nuestra izquierda la Hostería Picos de Europa, en la carretera N-621 que enlaza con el Puerto de San Glorio, la cual dejamos a nuestra izquierda


Y es que en el cruce seguiremos por la calle San Roque, de frente, a la derecha


Las señales confirman siempre la dirección a seguir. La cruz y la flecha rojas representan al Camino Lebaniego, la concha y la flecha amarillas el Camino de Santiago para aquellos que llegan a Potes desde la meseta, rutas castellana y leonesa, y desde aquí siguen hacia la costa para enlazar con el Camino Norte en Muñorrodero, al sur de Pesués. antes de pasar a Asturias por el puente entre Unquera y Bustio


Las tiendas abren sus puertas en la calle San Roque


Y llegamos a la Residencia Félix de las Cuevas, dedicada al filántropo lebaniego de este nombre, emigrante a México con notable fortuna e influencia nacido en Aniezo y que ya en 1916 había fundado una escuela de primeras letras para niños pobres, la cual sería transformada décadas después en la Escuela Hogar. En 1911 se realiza un anteproyecto para asilo en Potes cuyas obras comienzan en 1921, constiuyéndose en 1928 la Fundación Félix de las Cuevas, a cargo de su sobrino Juan Reda y Cuevas


Para construirlo se aprovecha una viña del antiguo convento de San Raimundo, que estaba justo después donde ahora hay unos edificios que vemos a la izquierda de la foto


Hacia 1978 el también filántropo lebaniego (y sacerdote) Don Desiderio Gómez Señas, transforma el histórico asilo en residencia, atendido por la Congregación Siervas de los Pobres, Hijas del Sagrado Corazón


En su fachada llaman la atención las hornacinas con imágenes religiosas talladas en piedra


Aquí estuvo el antiguo Convento de San Raimundo, fundado en 1608 y extinguido en 1835 con la Desamortización y los decretos de exclaustración. Ahora ahora está el Colegio Menor de la Santa Cruz, mientras que su fachada principal, que mira al sur, es actualmente el Ayuntamiento de Potes


Antes de seguir calle adelante hacia el Ayuntamiento y otros edificios notables, aprovechamos para admirar la fachada sur de la Residencia Félix de las Cuevas, del que hemos de decir que extendió sus obras allá donde estuvo, pues una importante avenida de Ciudad de México lleva su nombre, allí como la estación del metrobús allí situada


Emigró Félix a México en 1847 con solo 17 años y, pese a que el país estaba en la peor de las situaciones a consecuencia de la guerra con Estados Unidos, por la que perdería la mitad de su territorio, supo granjearse la confianza de familias importantes que, viendo su facilidad para los números, depositaron en él su confianza como administrador, pues muchos salían al extranjero en esta calamitosa situación, pero dejando sus bienes en el país


Dado que tenía buena vista para los negocios, invirtió en acciones con éxito, llegando en 1864 a invertir en la fundación del Banco de Londres, México y Sudamérica, el cual llegará a ser el primer banco privado comercial mexicano

En 1881 invierte gran parte de su fortuna en el nuevo Banco Nacional Mexicano, que luego se fusionaría con el Banco Mercantil Mexicano y pasaría a ser Banco Nacional de México, hoy día llamado Banamex


Además participaría en empresas mineras, eléctricas, ferroviarias y de transportes, llegando a presidente de Ferrocarriles Nacionales de México y de la minera Compañía Real del Monte Y Pachuca, la más importante del país

En 1890 funda la Cámara Española de Comercio, mejorando las relaciones comerciales entre ambos países


Si bien su actividad empresarial es enorme por lo que más se rememora a Félix de las Cuevas es por su actividad benéfica en favor de los emigrantes españoles, buscando ayudarles en temas económicos, sanitarios o de falta de empleo y recursos, así como a todos los desvalidos, pobres, infancia y tercera edad


Fundó el Casino Español para reuniones y convivencia de sus compatriotas en la Avenida de Isabel la Católica de Ciudad de México


 En su testamento legó gran parte de su fortuna para fundar casas de acogida gratuitas para gentes sin hogar y constituyó el Patronato de la Fundación Félix de las Cuevas


Siguiendo por la calle San Roque vamos a ver, ya en pleno casco histórico de Potes, otro edificio notable


Después de Confecciones Mariví tenemos a la izquierda la Casa de Jesús de Monasterio, gran músico nacido en Potes en 1836, que destacó como violinista y compositor: Ya de niño y observando sus virtudes en este campo, su padre le envía a estudiar música en Palencia y Valladolid, donde recibiría clases del crítico musical Ortega y Zapata.  En 1843 toca nada menos que ante el Regente, general Baldomero Espartero, quedando este tan impresionado que le envía a tocar para Isabel II. Espartero le regalaría un buen violín y le otorgaría una pensión para seguir sus estudios hasta 1848, recibiendo clases de José Vega, Antonio Daroca, y Juan Ortega, dando conciertos por toda España a los que pone fin tras la muerte de su padre en 1845, retirándose a Potes con su madre y hermanos hasta que, pasado un tiempo, su tutor Basilio Montoya lo envía a París y a Bruselas, donde estudió con Charles-Auguste de Bériot


Regresa a España en 1854 y recibe con el Premio de Honor el nombramiento como Violinista de Honor de la Capilla Real y luego el título de miembro honorario de la Academia de Roma. Tres años después, establecido en Madrid, es miembro de la Capilla Real y profesor del Real Conservatorio, siendo galardonado con la Cruz de Carlos III

De profundas convicciones católicas, Jesus de Monasterio fue primer presidente de las Conferencias de San Vicente de Paul. Hacia 1859 conocería a la escritora y pionera del feminismo Concepción Arenal, también educada en fuertes preceptos religiosos, animándola a participar en las actividades humanitarias de esta entidad, de la que llegaría ella a formar el grupo femenino local

 En 1861 realiza una gran gira por Holanda, Bélgica y Alemania, llegando a tocar en Berlín con Giacome Meyerbeer


En España se dedicará a la docencia y a promocionar la actividad musical, llegando a ser director del Conservatorio Nacional de Música, músico en el Real Capilla y Académico de la Sección de Música en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pasando por él la mayoría de los violinistas relevantes de España de su época

Gusta participar en la corriente del pintoresquismo musical del alhambrismo e impulsa las obras de Richard Wagner en España, difundiendo la música de cámara. En 1863 funda la famosa Sociedad de Cuartetos de Madrid con el pianista Juan María Guelbenzu, y tres años después la Sociedad de Conciertos de Madrid con Francisco Asenjo Barbieri y Joaquín Gaztambide


En 1864 debuta como director de orquesta y en 1869 en nombrado director de la Sociedad de conciertos fundada por Barbieri. En 1874 es nombrado académico junto con otros muy prestigiosos músicos del momento: Barbieri, Arrieta, Guelbenzu, Inzenga, Mariano Vázquez, Saldoni, Eslava, Antonio Romero y Antonio María Segovia. En 1880 dirige los conciertos de la Sociedad de Profesores de Barcelona

Dedicado luego plenamente a la enseñanza, en el Real Conservatorio de Madrid imparte clases en la cátedra de Violín, creándose en 1887 para él Perfeccionamiento de Violín y Música Instrumental de cámara, a la que solo accedían los alumnos más prometedores del panorama musical español y extranjero. Llega a ser director del conservatorio en 1894 pero en 1897 ha de dejarlo por su delicada salud, dedicándose a transcribir obras de músicos del Renacimiento Español y a realizar viajes a esta su villa de Potes


Fallecido en 1863 en Casar de Periedo (Cantabria), donde tenía casa (actualmente museo), Jesús de Monasterio da nombre en Potes a la calle situada al otro lado de esta casa y al instituto de secundaria y en Santander a uno de los dos conservatorios de la ciudad


Aquí donde la calle Jesús de Monasterio enlaza con la de San Roque tenemos una fila de casas de épocas propias del casco antiguo de Potes, con varios comercios y bares en los bajos



Casas dieciochescas blasonadas


Portada de arco de medio punto de El Bodegón


Vamos a pasar la calle admirando esta casa, preciosamente restaurada, con su impecable estilo montañés de balcones, corredores, cortafuegos y buhardillas


Asoman, más allá del Monte Arabedes, las formidables cimas de Ándara, el macizo occidental de los Picos de Europa


Creemos identificar Prau Cortés (2.286 m), Picu Cortés (2.371 m), Jorcada de Jierru (2.243 m) y Morra de Lechugales (2.437 m)


La parte inferior de este edificio está a un nivel más bajo que la calle


Es la Plaza de San Raimundo, donde está uno de los puentes sobre el Deva, comunicación con el barrio de Santa Olaja por donde, más allá de los edificios del fondo, entra en el casco urbano el otro camino procedente del Puente de Tama. A nuestra derecha está el Ayuntamiento de Potes, en lo que fue el histórico convento dominico de San Raimundo de Peñafort, fundado el 11 de enero de 1608 por el dominico lebaniego Toribio Vélez de las Cuevas, no sin pasar antes por ciertos avatares. Los dominicos se asentaron en Potes dentro de su actividad misionera para impulsar los ideales de la Contrarreforma salidos del Concilio de Trento, tanto como manera de combatir el protestantismo como otras "desviaciones de la fe" y las creencias populares, consideradas muchas paganas, brujeriles o heréticas, así como costumbres o tradiciones no consideradas edificantes. En ese sentido hemos de recordar dos cosas: la expansión del protestantismo había supuesto una decadencia de los caminos de peregrinación al atacar jubileos, bulas e indulgencias que con las romerías a los santos otorgaba la Iglesia, quitando muchos fieles a Roma que ya no iban en peregrinación a los lugares santos de la cristiandad. Por otro lado hemos de recordar que, pese a la importancia en Liébana de los monasterios de Piasca y de Santo Toribio, sus frailes no eran predicadores, viéndose por ello la necesidad de asentar en Potes, lugar estratégico y enclave importante de Liébana, a los religiosos de Santo Domingo, que sí lo eran


Vamos a invitar a salir de momento el Camino, dejando la calle San Roque, para conocer el viejo monasterio, cuyos comienzos no fueron fáciles.Ya en 1603 los primeros dominicos llegaron a Potes estableciéndose en una casa con oratorio propiedad de su patrocinador, Mateo González de Varó, vecino de Potes y notario público apostólico, quien les ayudó económicamente y cedió este terreno para construir el convento, cuya construcción se pensaba hacer ese mismo año o al siguiente, sin embargo diversos avatares lo fueron alargando, siendo posiblemente de los más importantes la oposición a la nueva fundación por parte de los conventos ya existentes, no solo los lebaniegos de Santo Toribio y Piasca, sino también los de San Agustín de Cervera y el de San Francisco en San Vicente de la Barquera, todos con posesiones, rentas e intereses en estos lugares, a los que había que añadir la propia villa e iglesia de Potes, por lo que los primeros dineros aportados , destacando los 2.000 ducados de Fray Antonio Vélez, los otros 1.000 de limosnas o donaciones, y los 500 del rey Felipe III, se gastaron en hacer frente a aquellos serios pleitos, tal y como nos dice Karen Mazarrasa en su Catálogo Monumental de Liébana


En 1605 vino la autorización oficial para su fundación, pero esta aún no era aplicada de manera efectiva. Entretanto, llegado el año de 1607, Mateo González de Varó impulsa la construcción del monasterio con un informe el que manifiesta, exageradamente sin duda, pero escrito para alertar a las autoridades pertinentes, la necesidad de aplicar la doctrina en Potes, afirmando que  solo de habían dado cuatro sermones en 40 años, circunstancia similar a la de otras parroquias de Liébana, así como que en la vecindad abundaban los pecados de la carne, como la embriaguez, la lujuria, la gula. y del espíritu, brujería, supersticiones, pactos con el diablo, blasfemia, sacrilegios, odios y venganzas, bandos enfrentados y todo un sinfín de vicios y pecados que en su opinión eran debidos a la falta de conocimiento de la fé de los lebaniegos, incluyendo en ello el abandono de las iglesias y la falta de rituales de los sacramentos cristianos, confesiones, comuniones, ayunos, diciendo que eran "infinitos los energúmenos" endemoniados, no solo de alma sino también de cuerpo y que algunos quebrantos, como las venganzas, eran transmitidos incluso por escrito en los testamentos de padres a hijos

Si bien el cuadro presentado por Mateo era, nunca mejor dicho en este lugar, cuasi apocalíptico, alguna influencia tuvo que tener en que al año siguiente sí se diese el visto bueno para la fundación oficial del Monasterio de San Raimundo de Potes, aunque la construcción aún habría de esperar a 1619, cuando se concede licencia para que Damián de Espinosa, arquitecto del duque de Lerma, trajese a los planos para iniciar la obra, de la que se haría cargo el lebaniego Juan Gómez de Baró, siendo rematada por el maestro de cantería Francisco de Valle, de la Junta de Cudeyo, y por Juan de Agüero, otro de los renombrados canteros de Trasmiera. Las obras se prolongaron 60 años, hasta 1679


Bajando las escaleras, en la pared que separa la plaza de la calle, vemos una foto de la antigua iglesia, que sobrevivió unos años a la exclaustración, pero que fue derribada con motivo de unas obras de ensanche de la calle, en un tiempo en que el no existía aún la concienciación con el patrimonio que hay ahora


El convento se construyó siguiendo las pautas del también dominico de Santo Domingo de Lerma, en Burgos. Felipe III le dió 6.000 ducados fundacionales y 2.000 de pensión perpetua sobre las rentas del arzobispado de Burgos y los obispados de Oviedo, León y Palencia, lo que no era suficiente para subsistir ni proseguir los trabajos, que ya habían tenido problemas por la ausencia de sus encargados, llegando a paralizarse, exigiéndoseles su regreso y que cumpliesen los plazos, dándoles dinero para ello en 1621 por parte de Melchor Vélez de las Cuevas, representante del cenobio. Ello haría que al año siguiente Fray Toribio se quejaba por carta al monarca de la situación y de la falta de medios, por lo que recibiría de este 5.500 reales de plata doble

Más tarde y para paliar estas situaciones  Felipe IV le otorga el priorato agustino de San Juan de Naranco y la villa de Pedroche (Córdoba), lo que dará lugar a nuevos pleitos, ahora con el convento y concejo de Espinama. En 1640 y a duras penas se hace con San Juan de Naranco pero no lo conseguirá con Pedroche

En 1641 el comisario del Santo Oficio de la Inquisición, muy vinculado a los dominicos, Víctor de la Canal, adquiere con su mujer Juana Enríquez de Terán, un espacio en el lado del evangelio para hacer una capilla lateral, pagando 500 ducados a los que más adelante añadirá otros 2.000 su hijo Francisco de la Canal Enríquez


En 1643 estaba al frente del trabajo el maestro cantero Pedro Bustamante, de Peñamellera, así como Torivio de las Cavadas Hermosa, de Anaz, acomentiendo la obra de tres capillas, arcos y crucerías, junto con otras acordadas con el prior Fray Diego de Cos. En 1665 la familia Vélez de las Cuevas Lamadrid también compra suelo para su capilla. En 1670 se sabe de obras para el claustro encargadas  a los trasmeranos Francisco Gómez de Orejo y Francisco de Cubas


El convento de San Raimundo solía tener entre 20 y 24 frailes, dedicados también a la enseñanza, pues en el monasterio se construyó un colegio para estudiantes de 12 a 15 años. Ya entre 1808 y 1814, durante la Guerra de la Independencia, los frailes dejaron el monasterio, regresando a su término, para salir nuevamente en el Trienio Liberal (1820-1823) cuando ingresaron en el de Nuestra Señora de las Caldas de Besaya (Corrales de Buelna, Cantabria), siendo definitivamente suprimido con la Desamortización de 1875


Al pasar al Estado, los edificios conventuales pasaron a uso público y fueron transformados. De sus elementos originales quedan esta fachada con arco de medio punto, perteneciente a las consistoriales, y en el interior el claustro


Allí  sobre la entrada hay una hornacina con la imagen de Santo Domingo. Una inscripción informa arriba de las que se tienen por últimas obras y sus fechas

HIÇOSE (...) CLAUSTRO EL AÑO
DE (...) 1676 Y 77 Y 78 Y 79


Entrando para acceder al claustro vemos un carro de labranza, tal vez empleado para las fiestas, y en la pared los bustos de dos benefactores


El de Germán Pardueles, de Lebeña


Y Máximo Díez Herrero, de Vendejo


Pasamos bajo otro arco de medio punto para acceder al claustro, cuya arquería vemos un poco más adelante a la izquierda


Antes nos encontramos con otros elementos conservados de la antigua fundación dominica


En esta esquina del claustro una lauda sepulcral


En ella se lee:
ESTA SEPOLTURA ES DE DIEGO
DE OBESO SE PUSO POR ORDEN DE
FRANCISCO DE OBESO Y SALZEDA SU
NIETO AÑO DE 1687
Se trata sin duda de los linajes que aquí tuvieron asiento o incluso capilla


Más arriba hay una imagen de la Virgen con el Niño en otra hornacina y arriba varios escudos


Y arriba una fila de escudos


Suponemos son también de las familias principales que se enterraban en el interior del santuario o en su claustro





El claustro a la izquierda, al fondo la entrada existe enfrente del edificio de la Residencia Luis de las Cuevas


Se sabe que en la construcción de uno de los paños de cinco arcos de este claustro, en 1670, se gastaron 3.500 reales, a razón de 700 por arco


Generalmente los claustros son de planta cuadrada, llamándose benedictos cada uno de sus lados. En torno a él se disponían las diferentes estancias del monasterio, la iglesia, la sala capitular, la biblioteca, calefactorios, celdas de los monjes...


En medio solía estar el pozo de agua, un elemento que en este caso no se conservaría, uniéndose en él cuatro caminos que son los brazos de una cruz, siendo lo demás jardín. Era común que tanto en el jardín como en paredes y suelo hubiese enterramientos


Dentro del estilo de la época ni los arcos ni otros elementos o partes del claustro presentan decoracón, tan profusa en los de estilo románico y gótico


Según parece las dependencias comunes estarían abajo y los cuartos de los frailes arriba. Lo más fácil es que en la parte superior el pasillo fuese abierto cual corredor o terraza, cerrándose en fechas posteriores, puede que después de la Desamortización...


Deambulamos por los pasillos, dando la vuelta al claustro, como los antiguos frailes...


Los dominicos eran la Orden de los Predicadores, dedicados como dice su nombre la doctrina de la iglesia en momentos de especial necesidad, no en vano nacieron en el siglo XIII durante la Cruzada Albigense contra los cátaros, siendo su fundador Domingo de Guzmán, quien ya en 1206 predicaba en el Languedoc contra ellos por encargo del Papa Inocencio III. Así fundó una primera comunidad que vivía en conventos o casas urbanas y que, a diferencia de las demás órdenes, se especializaron en la predicación, que hasta entonces era solo función de los obispos, siendo además propicios al estudio y a dar ejemplo de pobreza mendicante


El Papa Honorio III aprobó la nueva orden en 1216, siendo sus aún pocos miembros, unos 16, enviados a las universidades de París y Bolonia, influyendo con sus prédicas. Crecieron de forma exponencial, pues de 300 a la muerte de su fundador en 1221 pasaron a 10.000 cinco décadas después gracias en buena parte al Beato Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo de Guzmán, llegando a ser la segunda comunidad masculina más numerosa tras los franciscanos, siendo cuna de teólogos tna determinantes como Tomás de Aquino, Alberto Magno, Meister Eckart o Vicente Ferrer


Sabedor de su celo y méritos, Gregorio IX les encarga la organización de la Inquisición que crea en 1231, a la que quedarán especialmente ligados, destacando en España los dominicos Bernardo Gui o Torquemada. Recientemente miembros de la Orden han reconocido públicamente lo nefasto de aquel periodo


Tras una época de decadencia en el siglo XIV los dominicos renacen en el XV con la Escuela de Salamanca y seguidamente con la evangelización de América, siendo llamados, como es este el caso, para predicar contra las ideas luteranas, heréticas o las prácticas brujeriles, supersticiosas o las maneras de vida consideradas pecaminosas o "poco ejemplares"


Con la Ilustración y los ataques tanto de liberales como de otros estamentos eclesiales, unido a una cierta dejadez de la observancia, llevaron a la Orden Dominica a casi la extinción, recuperándose en el siglo XIX pero nunca con tantos miembros, gracias en buena parte a Enrique Lacordaire. Otros teólogos dominicos, ya en el siglo XX, influyeron notablemente en el Concilio Vaticano II


Tras este deambular por el claustro volvemos a subir las escaleras que lo comunican con el pasillo de acceso


Regresamos así al exterior


Pasamos bajo los arcos de acceso


Y desde la Plaza de San Raimundo, donde algunos bares ponen sus terrazas, volvemos a las escaleras por las que hemos bajado


Y así, retomamos el Camino en la calle San Roque


Volviendo a la calle San Roque topamos de frente esta magnífica portalada blasonada con las armas de los Agüeros y los Linares


Aquí se lee:

PORQUE EN LAS MORISCAS LIDES
UN ÁGUILA ME GUIÓ
Y DESPERTÓ CON SUS ALAS
ME LA DIERON POR HONOR
ANDE LA RUEDA ALREDEDOR
QUE LAS COLUMNAS FUERTES SON


Admiramos la vieja fachada de piedra, con sus balcones, ventanas y rejerías de piedra


Y pasamos bajo esta elegante balconada


A nuestra izquierda, baja la calle San Marcial. Allí está la Torre de Osorio


Ahí, pegada a un conjunto de casas construidas en el siglo XVIII, está la Torre de Osorio, la construcción más alta de la fila, en lo alto, a la izquierda de la foto


Allí, entre las ventanas del piso superior de sus tres plantas, está el escudo con la inscripción:

ARMAS DE CAMPILLO COSSÍO


Era señor de esta casa José del Campillo y Cossío, nacido en 1693 en Alles, Peñamellera Alta o Valle Baju, actualmente concejo asturiano pero que entre los siglos XIII y XIX perteneció a las Asturias de Santillana, como gran parte de la actual Cantabria, personalidad que llegó a ser muy importante en su tiempo pero de la que no se sabe la razón por la que construyó esta su casa en Potes, la cual ni siquiera llegaría a ver en vida pues se acabaría poco después de su muerte en Madrid en 1743


Entre la torre y la casa otro escudo, pero sin labrar, nos informa de su fundador y fecha de construcción

ESTA OBRA SE HIZO DE ORDEN DEL 
ESMO. SEÑOR DON JOSEPH DEL CAM-
PILLO Y COSSÍO, CABALLERO DEL HA-
BITO DE SANTIAGO, VICE-ALMIRANTE
DE SU ALTEZA EL INFANTE D. FELIPE
DEL CONSEJO DE ESTADO, PRESIDEN-
TE DE HACIENDA Y SECRETARIO
DEL DESPACHO UNIVERSAL, INDIAS Y
MARINA. AÑO DE 1743


José del Campillo llegará a ser Comisario de Marina y, destinado a Cuba, estudiará en Veracruz y La Habana la construcción de un astillero. Al volver a España será director del Real Astillero de Guarnizo, en El Astillero, al sur de la bahía de Santander, dedicado a buques para la armada. Su función será tanto supervisar esa actividad como preparar diques y defensas, llegando incluso a ser denunciado ante la Inquisición por el capellán del astillero por "leer libros prohibidos y comunicar con herejes", pero el proceso consiguiente falló en su favor, incluso en 1728 ingresa en la Orden de Santiago


Entre 1733 y 1737 tiene a su cargo la intendencia del ejército que lucha en Italia contra los austriacos y, al regresar, el rey lo nombra intendente del Reino de Aragón, supervisando sus obras públicas, lo que le ocasionaría otro pleito con la Iglesia, pues al construir el puente sobre el río Gállego estableció un portazgo para sufragarlo del que no eximió a los religiosos, por lo que el Arzobispo promovió su excomunión, saliendo una vez más airoso, lo que favoreció que fuese nombrado por Felipe V Secretario de Estado de Hacienda en 1741, e inmediatamente después también de Guerra, Marina e Indias, llegando a ser prácticamente Ministro universal del rey, especialmente activo en la Hacienda Pública. No en vano sus inquietudes intelectuales le llevarían a escribir de gestión pública, política y economía con sus obras Lo que hay de más y de menos en EspañaEspaña despierta y Nuevo sistema de gobierno económico para la América, que serían de utilidad en la administración y gobierno de las Indias. Su muerte prematura el 11 de abril de 1743 truncó de forma inesperada su exitosa carrera, ni siquiera llegó a ver hecha esta su casa


Según vemos la Torre de Osorio pasamos junto a otra casona de notable antigüedad


Sobre ella vuelve a haber un escudo del linaje de los Agüeros y Linares


Y bajo él el mismo lema que vimos en la portalada que hemos dejado atrás...


PORQUE EN LAS MORISCAS LIDES
UN ÁGUILA ME GUIÓ
Y DESPERTÓ CON SUS ALAS
ME LA DIERON POR HONOR
ANDE LA RUEDA ALREDEDOR
QUE LAS COLUMNAS FUERTES SON


En la calle San Roque llegamos a una bifurcación y sobre ella un llamativo edificio con torre circular


Nosotros seguimos de frente por San Roque pero hemos de decir que la de la izquierda, calle Obispo, comunica con Cimavilla y barrio de La Solana, otro de los históricos lugares de Potes


A la izquierda comienza, bajo la Pensión María Eugenia, una larga fila de soportales


Soportales que protegen a los viandantes de la lluvia o del intenso sol y que, extendiéndose hasta la Plaza del Capitán Palacios, son un continuo trasiego de gentes, pues además de comercios en general abren sus puertas varias tiendas numerosas tiendas de recuerdos y productos típicos, que sacan sus productos al exterior, como en un mercado, compartiendo espacios con cafés, restaurantes y tascas típicas


A la derecha, aunque sin soportales, también tenemos varias tiendas y comercios


Parte de los edificios construidos tras la Guerra Civil siguen las pautas de la arquitectura propia de la zona. El casco antiguo de Potes quedó destruido en dos terceras partes durante la retirada republicana del 31 de agosto de 1937, cuando fue evacuada la población y, en una táctica similar a la de la tierra quemada, la villa fue dinamitada para evitar dejar nada en pie que pudiese serle de utilidad al enemigo, que avanzaba hacia aquí en dos columnas, la VI Navarra por el Valle de Lamasón, y la II de Castilla por el Puerto de Piedras Luengas


Aún así, dada la premura de la retirada hacia una última resistencia en Asturias, al entrar los nacionales en la tarde del 2 de septiembre, con los inciendios todavía activos, capturan dos almacenes de víveres, tres coches ligeros, un camión, un depósito de dinamita, 6.000 kilos de harina y un equipo óptico


Entre 1940 y 1944 Potes es rehabilitado siguiendo los criterios propios de la época, siendo declarado conjunto histórico en 1983


Saliendo a la plaza, un edificio con torre-mirador sobre ella, similar a un faro


Armas de los Alonso y Fernández en un blasón contemporáneo


El mirador...


Antiguo rótulo de la calle del Doctor Encinas, Santiago González Encinas, destacado médico, cirujano, catedrático y político lebaniego nacido en Lomeña en 1836, pionero en operaciones quirúrquicas de extirpación y autor de obras médicas, diputado por Santander en las elecciones constituyentes de 1869, en 1872 por Cabuérniga, senador por la Sociedad Económica de Amigos del País de León en tres legislaturas entre 1881 y 1884,y senador por la Provincia de Santander en 1886, falleciendo en Madrid un año después


A la izquierda de la calle Los Soportales, que miran a la Plaza de Capitán Palacios, en el corazón de Potes


Plaza del Capitán Palacios, llamada popularmente La Plaza, a secas


El Camino sigue de frente, pero abajo a la derecha, por la calle empedrada, se baja al albergue de peregrinos de Potes, que está allí mismo, bajo la explanada


Si nos fijamos bajo el monolito, en el muro de la bifurcación, veremos una foto de La Plaza en día de mercado


Es el Potes anterior a la Guerra Civil...


Memoria de la historia en el Camino Lebaniego...


A no ser que vayamos directamente al albergue, el camino señalizado sigue junto a los bancos de La Plaza hacia este quiosco o templete de columnas de piedra


El Templete de La Plaza, donde se celebran conciertos y otras actividades


Y allí está uno de los monumentos más indudablemente representativos de Potes y símbolo del poder feudal de los antiguos señores de la tierra, es la Torre del Infantado, cuyo aspecto actual, hay que decirlo, se debe a las reconstrucciones de la posguerra. Es del siglo XIV y se piensa fue construida por los de La Lama, sabiéndose que perteneció a don Tello de Castilla, hijo de Alfonso XI, como hemos dicho,  y hermano de Enrique II de Trastámara, pasando luego a Juan Téllez, hijo de don Tello, quien se casará con Leonor de la Vega


Cuando Leonor de la Vega, enviuda y se casa con Diego Hurtado de Mendoza, almirante de Castilla, en su inventario de bienes aparece citada como "casa fuerte de Potes". Dentro de los enfrentamientos familiares entre los descendientes de su primer matrimonio, los Manrique duques de Castañeda, y los del segundo, los Mendoza, por los derechos sobre Liébana, Íñigo López de Mendoza, hijo de doña Leonor y de don Diego y primer Marqués de Santillana, hace de esta su casa solariega al establecerse Potes como capital de sus dominios. Luego, su hijo Diego Hurtado de Mendoza y de la Vega, al ser investido como primer duque del Infantado, hará que esta torre vaya conociéndose como Torre del Infantado


Algunos historiadores afirman que la torre fue asaltada en 1520 por los comuneros de Garci González Orejón de La Lama que habían asediado en ella a los partidarios de Carlos I, capturando a uno de sus líderes, Toribio Alonso de Mogrovejo, al que arrojaron desde lo alto. Otros dicen que es una leyenda o una transcripción de sucesos anteriores acaecidos en los violentos conflictos entre los Mendoza y los Manrique por esta plaza

Lo que sí es cierto es que la torre pasó a ser residencia del corregidor de la Provincia de Liébana y luego cárcel, en la que vivía el alguacil, pues durante nada menos que 350 años fue presidio, el cual no debía ser muy agradable pues se sabe que en 1595 hubieron de reponerse sus partes de madera porque los presos las empleaban para calentarse


Fue fortaleza improvisada cuando los franceses entraron nada menos que 13 veces, o 16 según las fuentes, en Potes, durante la invasión napoleónica, entre 1809 y 1814, y en 1823, durante la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, las tropas absolutistas sitian en ella a los constitucionalistas, que capitulan al día siguiente del asedio


En 1868 Mariano Téllez Girón y Beaufort Spontin, XV Duque del Infantado, vende la torre a particulares y esta pasa a diversos usos, como casa del zapatero, panera y destilería de orujo. En 1922 La Voz de Liébana, periódico local, publica un anuncio  de venta de su dueño por entonces, Eduardo Sánchez, llamándola la Torre de la Cárcel


Tras la destrucción de Potes en la Guerra Civil la torre es restaurada en 1947 con proyecto del arquitecto Juan José Resines del Castillo. Siguiendo los criterios del momento se sustituye el interior por una estructura de hormigón y piedra. se abren nuevos huecos en la fachada, añadiéndose ventanas pero cegándose otras, reformando su entorno. En 1949 pasó a ser el nuevo Ayuntamiento de Potes, y aquí estuvo 50 años, así como los juzgados. En 1985, dos años después de que Potes fuese declarado Conjunto Histórico-Artístico esta torre es Bien de Interés Cultural. En nuestros días alberga una exposición permanente sobre Beato de Liébana, su obra, tiempo y legado, fundamental a nuestro entender de visitar antes de ir al monasterio de Santo Toribio, pues nos adentra en los avatares de su porqué y de su historia


Precisamente en La Plaza está el monolito que recuerda la reconstrucción de Potes en la posguerra


Obra a cargo de la Dirección General de Regiones Devastadas


Y aquí tenemos la gran fachada de soportales de La Plaza que tanto caracteriza este lugar del corazón de Potes


Si es bonita por fuera también lo es por dentro, un verdadero paseo porticado entre puestos de venta y terrazas...


La Plaza está dedicada al Capitán Palacios, veterano de la Guerra Civil y de la División Azul que, preso en un gulag soviético tras la batalla de Krasny Bor, fue castigado por defender a unos republicanos españoles castigados a estar encerrados sin agua


Esta es la famosa tienda de Bustamante de Potes, de Fotografía y Cosas de Aquí, un buen momento para recordar a Eusebio Bustamante de Miguel, nacido en Potes el 11 de abril de 1911. Su padre, Manuel Bustamante Gómez, era relojero y en su tienda vendía ya fotos y postales de Los Picos, siendo gran amante de la montaña y fundador de la Sociedad Picos de Europa para darlos a conocer, promocionando el incipiente turismo y haciendo de guía y asesor para aquellos pioneros del montañismo y la escalada de finales del siglo XIX y principios del XX. Unas aficiones que hereda Eusebio, que además de escalador y montañero era esquiador... y fotógrafo, otra de sus pasiones que nacería también en la tienda paterna, publicando ya con 19 años sus primeras fotos en prensa de sus andanzas por Los Picos y de las ferias de ganado de Potes


A lo largo de los años publicará en prensa numerosas estampas lebaniegas y de toda la comarca de los Picos de Europa. Con uno de ellos, ABC, la colaboración ya sería intensa desde que el periódico publicase un reportaje de Santo Toribio y el Lignum Crucis con sus fotografías. Veinte años más tarde incluso alcanzaría a ser portada del mismo periódico con dos fotos del homenaje al Capitán Palacios al que está dedicada esta plaza. Se ocupaba también de la actualidad de toda la zona cántabro-asturiana más próxima, destacando su labor retratando el Descenso del Sella de 1957 o el Campamento de Alta Montaña de Áliva en 1964. Su firma en los miles de fotos y tarjetas postales que editó, y puso a la venta, Bustamante de Potes y E. Bustamante fueron, y siguen siendo, otro de los símbolos de estos lugares. Así siendo ponente de la Comisión de Turismo del Consejo Económico Sindical de Liébana y Polaciones, sería aprobada la propuesta de construir el Teleférico de Fuente Dé, una obra que también fotografiará pormenorizadamente


En 1976 le es concedida la Medalla de Bronce al Mérito Turístico. Falleció en esta su villa natal el 3 de marzo de 1982. Posteriormente le sería dedicado un monumento en el cruce de Santo Toribio, un concurso de fotografía y el libro de la editorial Estvdio Eusebio Bustamante. Liébana. Álbum fotográfico 1930-1960, publicado en el año 2000


A lo largo de toda esta fila los balcones y corredores se asoman a La Plaza


 También las luminosas galerías acristaladas...


Pero sigamos teniendo al templete de La Plaza como referencia caminera


A lo lejos las montañas del desfiladero de La Hermida, Peña Ventosa (1.434 m), en la Sierra de las Cuerres, por donde comunican Liébana alguno de los antiguos caminos anteriores a la carretera, collados de Argeón, Pasanéu Taruey... recuperados ahora como rutas senderistas y de peregrinaciones


Dejamos así atrás el templete y continuamos camino


Desde La Plaza nos dirigimos al Puente Nuevo, por donde sigue el Camino


El Puente Nuevo es llamado así en contraposición a los otros dos puentes viejos que vamos a ver a cada lado de este cuando pasemos por él. Es el paso de la carretera sobre el río Quiviesa, afluente del Deva. Justo sobre el río hay una gran explanada llena de terrazas


Al otro lado está el barrio del Sol y más allá, saliendo de Potes hacia Santo Toribio, La Serna. Arriba tenemos una muy buena vista de las mayores cumbres de Ándara o macizo oriental de los Picos de Europa. A la izquierda Cumbres Avenas, paso a Áliva, asomando a lo lejos Peña Vieja (2.613 m) y, arriba a su derecha, el Picu Cortés (2.371 m), y bajo él el picu Prau la Llampa. A su derecha la Tabla del Pino (2.154 m), la Morra de Lechugales (2.444 m), la Silla del Caballo Cimero (2.436 m) y la Silla del Caballo Bajero (2.329 m). Abajo La Canal de las Grajas y Malluengu


En El Sol asoma la parte superior de la Torre de Orejón de La Lama, con sus cortafuegos, mandada construir por Juan Gómez de Bedoya entre los siglo XV y XVI con reformas posteriores, resultando una mixtura entre casa-fuerte y palacio urbano. Serían estos los rivales de los del Infantado, pues los Orejón formaban parte de las disputas entre los Manriques y los Mendozas por la posesión de Liébana, cedida al final de muy mala gana por García González de Orejón


En la actualidad alberga el Museo de la Brujería, algo que sin duda hubiese escandalizado solo de pensarlo a aquellos predicadores dominicos del convento de San Raimundo, martillo de brujas, pero también al mismo Beato de Liébana y sus escritos contra herejes adopcionistas dominados por el diablo, a Santo Toribio de Astorga, castigo de priscilianistas, o a Santo Toribio de Palencia, que se volvió eremita en estas montañas para pelear contra las tentaciones del maligno


Vamos hacia el Puente Nuevo


Unas barandillas separan el tránsito del puente de la carretera


Antes de ir al puente vemos a nuestra izquierda el arranque, desde Los Soportales, el arranque, de la calle Cántabra, una de las más emblemáticas de Sotres. Si nos hospedamos aquí no dejemos de conocerla y de dar un paseo por el barrio de La Solana


Nosotros, siguiendo ruta, enfilamos ya el paso del Puente Nuevo


Aquí está la señalización oficial del Camino Lebaniego


Al fondo llegamos a ver, parcialmente, la iglesia de San Vicente Mártir, paso a La Serna. Tras ella entra en Potes el otro camino, por Santa Olaja


A la derecha la Torre del Infantado


A la izquierda la de Orejón de la Lama, las dos estirpes rivales. Abajo, sobre el Quiviesa, el Puente de San Cayetano, uno de los dos puentes viejos de Potes, se supone que su traza original es del siglo XV


Al lado está la capilla de esta advocación, del siglo XVIII. Hay una buena vista del barrio El Sol, otro lugar digno de conocer. A lo lejos Mieses, en las faldas de La Viorna, ruta a Santo Toribio


Sobre el Quiviesa el llamado Barrio Colgante, galerías de casas, restaurantes y pensiones que se asoman al río, Hay una senda fluvial a sus pies, por la orilla


De frente la Casa del Capitán, donde están el restaurante de este nombre y la Casa del Oso de Liébana


A la izquierda el Hostal Lombraña


A la derecha otro de los antiguos puentes de Potes, el Puente de la Cárcel, comunicación con la cárcel y casa del alguacil que fue durante tres siglos y medio la Torre del Infantado. Se supone que es del siglo XVI, reforzado en el XVIII, rehecho tras la guerra civil y con alguna rehabilitación de los años 60-70 y 2010. A lo lejos de nuevo Peña Ventosa


Poco más allá del Puente de la Cárcel, y medio tapada por él, esta la confluencia del río Quiviesa con el Deva


Justo a la derecha del puente está la entrada al albergue de peregrinos de Potes (público),debajo de la explanada de las terrazas de La Plaza, con ventanas que miran hacia el río. Por allí abajo sigue la senda fluvial


Las ventanas del albergue son las más próximas al puente


Pasamos el puente, llegamos ante la Casa del Capitán, el camino sigue de frente hacia la iglesia de San Vicente para unirse allí, en la Plaza de la Serna y El Ferial con la otra ruta, que llégo a Potes siguiendo la ribera opuesta del Deva


Pero, como tantas veces recomendamos, es bueno no tener prisa en el reloj e impregnarse de la impronta de cada lugar por el que pasamos, máxime en este caso, cuando estamos al lado de la Torre del Infantado donde existe una muestra permanente, dividida en varios pisos, dedicada a Beato de Liébana, personalidad fundamental de la Edad Media en Europa. Por ello, antes de seguir, deseamos recomendar su visita encarecidamente. Es una visita muy amena, impresionante y activa, que nos ayudará, y mucho, a vivir intensamente nuestra llegada al monasterio de Santo Toribio, apenas a una hora de camino de aquí... nos vemos pues en la Torre del Infantado de Potes, que es además un gran mirador sobre Potes y el Valle de Valdebaro, el gran valle del Deva...

















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