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martes, 2 de julio de 2019

LAS ERMITAS DE SAN MIGUEL Y SANTA CATALINA: SALIDA AL CAMINO VADINIENSE

Camino a la capilla de Santa Catalina

En un radio de unos 400 metros alrededor del monasterio de Santo Toribio de Liébana existe un conjunto de ermitas en las cuales se retiraban y oraban los monjes, observando además el entorno más inmediato en torno al convento, de su más directa jurisdicción. Una, la de San Juan de la Casería, la vemos al subir desde Potes por Mieses, otras, en lo alto del monte La Viorna, sólo son cimientos, pero hay dos en las cercanías, la de Santa Catalina, con su centro de interpretación, y la de San Miguel, se encuentran muy próximas al cenobio y pueden visitarse tras visitarlo y contemplar el Lignum Crucis, pues son además sendas salidas del Camino Vadiniense, para quienes deseen continuar ruta y enlazar con el Camino Francés en la Meseta


Estas dos ermitas forman parte de un circuito entre todas las existentes. A la de San Miguel puede irse fácilmente subiendo por la carretera a la derecha del monasterio, a la de Santa Catalina, la que visitaremos en primer lugar, está justo encima en el monte


Tomando como referencia por ejemplo el claustro del monasterio, salimos a la explanada situada delante de él


Nos dirigimos hacia el gran tendejón que hace las veces de merendero para turistas y visitantes. Luego desde él vamos de frente hacia los contenedores, donde arranca un camino, justo entre una tienda-café a la derecha y los servicios a la izquierda


Allí arranca el camino a la ermita de Santa Catalina y uno de los dos posibles ramales para emprender el Camino Vadiniense


En lo alto el monte La Viorna. La  cima de la derecha es la Cruz de la Viorna (1.095 m), donde al decir de la tradición Santo Toribio de Palencia lanzó su bastón diciendo "allí donde caiga mi cayada allí será mi morada", legendaria fundación del monasterio de San Martín de Turieno, luego Santo Toribio de Liébana. A la izquierda es el Alto de San Martín (1.155 m), la cota cimera. La leyenda afirma que realmente lo lanzaría dos veces y la segunda vez que cayó su palo edificó aquí un rpimer cenobio

Monte arriba, en la Cueva Santa, quiere la tradición haber sido morada y retiro del santo, pues como dice la crónica...

"queriendo pelear con el enemigo a solas, subiose a lo alto del monte y en parte muy escondida del, labró una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tanta perfección, que alcanzó de Dios singulares favores (...)"


Toda leyenda dicen tiene su trasfondo real, muy posiblemente la primera comunidad monacal, tal vez un solo eremita en una cueva o un grupo muy pequeño, se asentaron en las cuevas de la montaña, lugares eminentemente sacros desde la prehistoria, buscando el retiro del mundo o tal vez guardados en momentos de calamidades. Luego, con el tiempo, ase asentarían en la nueva fundación. En ello tendrían que ver los mozárabes refugiados del sur que traerían sus familias y pertenencias, libros, reliquias sagradas, e ideas...


Aquí unos paneles nos ofrecen buena información


Uno es el trazado oficial del Camino Lebaniego desde San Vicente de la Barquera


Otro habla de la historia y características de Santo Toribio de Liébana


La señalización de la ruta a la ermita de Santa Catalina...


Al otro lado del camino otro panel nos señala la ruta del Camino Vadiniense por el municipio de Camaleño



Iniciamos pues la subida por esta hermosa senda hacia la capilla de Santa Catalina


Aquí hay doble señalización, entendemos que la concha y flecha amarilla son el Camino Vadiniense y la cruz y flecha roja el Camino Lebaniego para quienes hacen el recorrido a la inversa, viniendo del Camino Francés


Una cadena cierra el paso a vehículos


Es la señalización de la ruta completa de las ermitas


Seguimos la pedregosa senda...


Poste del Camino Lebaniego digital ante el monasterio de Santo Toribio. Si bien ya en la baja Edad Media su época de mayor esplendor terrenal había pasado, al pasar gran parte de sus tierras y dominios en Liébana al poder de los señores feudales, marqueses de Santillana y duques del Infantado, la concesión del Jubileo para veneración del Ligum Crucis, reliquia aquí custodiada, por parte del Papa Julio II en 1512 incrementó notablemente las peregrinaciones


El gran edificio de la derecha corresponde a lo que fueron las celdas de los monjes, así como otras dependencias, biblioteca, farmacia... correspondería a la parte más "reciente" del conjunto monacal, construida a partir del siglo XVI y hasta el XVII, pero con grandes reformas posteriores


La Desamortización de Bienes Eclesiásticos supuso el final de la vida monacal de más de un milenio cuando los monjes fueron definitivamente exclaustrados en 1837, lo que supuso la ruina física de todo el conjunto que, en la Guerra Civil, fue cuartel de un batallón republicano


En la posguerra, año de 1943, el párroco Don Cipriano Abad solicitó la restauración del monasterio, del que se hizo cargo el organismo Regiones Devastadas a partir de 1952, siendo nombrado ecónomo de Santo Toribio Don Desiderio, dedicado al cuidado de la reliquia del Lignum Crucis y a seguir las obras de restauración. Al acabar estas, en 1961, se estableció en el lugar una comunidad franciscana, devolviendo la vida monacal al convento, del que vemos, ahora a la izquierda, la iglesia, que viene a ser la parte más antigua que ha llegado a nuestros días


La iglesia se sabe comenzó a construirse en 1256 en estilo gótico sobre otra anterior que también habría evolucionado a lo largo del tiempo, de la que aparecieron cimientos prerrománicos, así como de un claustro románico, en unas excavaciones arqueológicas efectuadas entre 1964 y 1965. Un documento da cuenta del comienzo de las obras de construcción en ese año de 1256 en el que se solicitan limosnas para acometer la obra

"Por tanto, os exhortamos encarecidamente en el Señor, y os suplicamos que contribuyais con vuestras limosnas para la construcción de una iglesia que nuevamente se está construyendo en Liébana en honor del gloriosísimo confesor Santo Toribio"

Al mismo tiempo el obispo de Palencia concede 40 días de indulgencia para quien de limosna para esta obra


La advocación a Santo Toribio se estableció hacia el año 1181, según consta en la documentación existente, pues hasta entonces y desde su primitiva fundación estaba dedicada a San Martín de Turieno. La devoción a Santo Toribio era ya entonces muy importante en Liébana, encontrándose documentos donde era un nombre de persona bastante común. El asunto es que podría referirse a dos Toribios vinculados, por tradición, leyenda o realidad, con este enclave. Uno sería Santo Toribio de Astorga, pues el que se considera trozo del brazo de la Cruz de Cristo o Lignum Crucis debió de venir con las reliquias de este cuando, en el siglo VIII, muchos mozárabes huidos del sur se acogieron a la protección de las montañas que cierran los valles lebaniegos, baluarte natural del naciente Reino de Asturias, trayendo con ellos libros y reliquias, así como todo su bagaje cultural, político y religioso


Por otro lado, en el monte La Viorna, se dice habitó otro eremita, de nombre Toribio, que lleva a confusión con Santo Toribio de Astorga; sería este Santo Toribio de Palencia, quien viviría en la siguiente centuria (siglo VI) y al que el Cronicón de Hauberto Hispalense hace nacer en Turenao, que sería el actual Turieno, pueblo situado justo al pie del monasterio y se habría hecho monje benedictino que, buscando la soledad de la montaña, se retiró como ermitaño a la llamada Cueva Santa, tal y como dicen las crónicas


De repente una bifurcación. Realmente es el mismo camino que deja unos árboles en medio


Esta sí es una bifurcación, vayamos por la derecha, el camino más trillado


Fuente y abrevadero


Bordeando la montaña es como si rodeásemos el monasterio


Y sigue la subida


Bosques de carrascas-encinares


Al Nordeste Peña Sagra


Un poco más cerca el Alto de la Jugadoira (1.267 m)


El monasterio abajo


Más cuesta


Aquí acaba la subida, en esta bifurcación en la que hemos de seguir a la derecha


Admiramos los Picos de Europa, el macizo oriental o Ándara


De frente a la ermita de Santa Catalina y su centro de interpretación


Es un buen lugar para contemplar el paisaje...


Nos asomamos a la alambrada


Es el valle de Valdebaro formado por el río Deva, uno de los que conforman Liébana. Abajo es el Collado de Llabajos, que en su cota más alta, a la izquierda, llega a los 723 metros de altitud. Más arriba, nevadas, algunas de las alturas que vemos son El Prau o Picu Cortés (2.371 m), a la izquierda de la foto, y bajo él el picu Prau la Llampa, La Canal de Lechugales y el Pilón de las Corredorias (1.702 m). Arriba su derecha la Tabla o Jorcada del Pino (2.102 m), Peña Bermeja (2.155 m), la Morra de Lechugales (2.444 m), la Silla del Caballo Cimero (2.436 m) y la Silla del Caballo Bajero (2.329 m). Abajo La Canal de las Grajas y Malluengu, el Mermejo la Tabla (2.043 m), el Picón de la Corredoria (1.699 m) y el Alto los Cabezos (1.273 m). Arriba a su derecha (derecha de la foto) el Picu del Evangelista (2.426 m), el Jou del Evangelista, el Picu Arce (2.286 m), el Cuetu l'Infiernu y La Canal de las Arredondas. Luego es el Cuetu la Junciana (2.267 m), el Picu San Carlos o del Sagrado Corazón (2.214 m), sobre el Picu la Jonfría (2.067 m), El Castillín (1.977 m), el Picu la Pelá (1.815 m) y Peña Sebey (1.639 m). Más abajo los Picos de Santolaja (1.278 m)


Luego es el Samelar 2.227 m y bajo él La Canal de San Carlos, el Picu la Jonfría, otra Peña Bermeja (1.842 m) y Puertos de Mañimoco (1.455 m). Más a la derecha del Samelar el Paso de La Hendida, el Cantu la Concha (2.052 m), el Picu la Hendida (1.948 m), Paré Corbera (2.007 m), el Colláu la Llaguna (1.838), la Concha de Valcayo (2.027) m y el Alto de las Verdianas (2.024 m) sobre el Picu de las Agudinas (1.976 m)


Abajo, en una estrecha vaguada entre las montañas, Argüébanes


Y en la alambrada tal vez aún veáis el folio plastificado con los versos en homenaje al pastor...



Ya acabada prácticamente la cuesta andamos unos metros más


Y por fin llegamos a la ermita de Santa Catalina


El origen de estas capillas, que coincidirían en su disposición con los límites del coto monacal según la Desamortización de 1836, sería prerrománico o anterior, en una etapa entre los siglos VI a X, si bien estas que miran al valle del Deva, situadas al norte, serían reformadas en el siglo XIII


Desde aquí tenemos una estupenda vista de Potes, capital de Liébana. A lo lejos de nuevo Peña Sagra


No es difícil reconocer algunos de sus edificios más singulares


En el centro histórico la Iglesia Vieja con su torre gótica, a su derecha la Iglesia Nueva de San Vicente y a la derecha de esta la Torre del Infantado


La ermita conserva la espadaña románica y los muros góticos del presbiterio. La torre es posterior, barroca


En 1864 se quemó la torre pero se continuó con la piadosa costumbre de exponer en ella la Santa Reliquia, tal y como nos dice García Guinea en su obra El Románico en Santander

"... en noches en que amenaza la helada, cuando por el día ha llovido y están los frutos en ciernes... en noches aciagas para los campos..."


Avanzamos hacia la que fue la nave del edificio


Un gran armazón metálico hace ahora las veces de techo y cobija abajo el centro de interpretación


Paneles con información de las ermitas


Su origen e historia


Ermita de San Miguel, que pronto veremos, y cimientos de la de San Pedro




La Cueva Santa...




San Juan de la Casería, en Mieses, subiendo a Santo Toribio





Base de la espadaña


Volvemos al exterior


Y en esta esquina vemos algo de la escasa decoración conservada


Una cenefa-imposta con decoración en forma de rombos


Y una cruz, sin duda alegoría del Lignum Crucis


Vamos hacia el carrascal de encinares


Vemos la impresionante estructura de la espadaña...


Y empezamos a bajar


Es un sendero entre vericuetos, muy angosto pero precioso


De frente la Cruz de Corbienza, a la derecha el Nogalón


Así es el Camino...


Abajo, bajo la Cruz de Corbienza, Turieno, topónimo de la primera advocación del monasterio, San Martín de Turieno, que en 1181 ya era llamado Santo Toribio de Liébana


El valle del Deva...


Más allá nuevas vistas de Argüébanes


Uno de los múltiples accesos al corazón de los Picos de Europa...


Al impresionante Pico San Carlos o del Sagrado Corazón...


Un paisaje inolvidable


 A nuestra derecha asoma un campanario


Es el de la ermita de San Miguel


Bajamos un poco más hacia allí


Allí el monte Arabedes (774 m) y más lejos y más alto el Nogalón (783 m). Entre los dos es el valle del río Valsemiñán o Barribero, afluente del Deva


Otra vista de Turiebo


Hermoso pueblo de buena arquitectura popular en este municipio de Camaleño


A lo lejos nuevas vistas de Potes, la gran capital lebaniega...


A lo lejos, en la Sierra de las Cuerres, estribaciones occidentales de Peña Sagra, de divisan los collados que fueron pasos naturales entre Liébana y el Valle del Nansa, comunicación con la costa


Potes y la carretera CA-185, que va a Espinama y Fuente Dé, nacimiento del Deva y teleférico


Bajando un poco más veremos la capilla de San Miguel y su explanada, donde acaba la carretera que sube desde el monasterio


Este camino baja hacia ella, o mejor dicho... "bajaba". Al ensancharse la carretera se ha hecho un fuerte desmonte y esta senda acaba en un pequeño despeñadero junto a una finca particular. Hay quien baja hacia allí agarrándose a las ramas y los arbustos pero NO ES NADA RECOMENDABLE Y MUY PELIGROSO. mejor demos la vuelta hacia Santo Toribio


 Desde el monasterio no hay riesgo ni pérdida, seguimos la carretera a su derecha


Hay un poco de arcén...


A nuestra derecha el aparcamiento. Aquí dio el 29 de abril de 2017 su gran concierto Jean-Michel Jarre con motivo del Año Santo Lebaniego...




Véase el gran desmonte al que nos referíamos, hecho al ensanchar la carretera


Y ya estamos en el Mirador de San Miguel, al fondo la ermita


A la izquierda sale un ramal del Camino Vadiniense, hacia Espinama vía Mogrovejo


La capilla de San Miguel tiene reconstruida su cabecera. Se conserva realmente sólo el ábside


Otro gran mirador sobre el valle del Deva...


Tiene un acogedor pórtico. El arco de la portada es apuntado


También en el interior su bóveda. En el altar hay una gran cruz y una talla de san Miguel



Un buen lugar para dar por finalizado el Camino Lebaniego y, si lo deseamos, continuar el Camino Vadiniense...








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