Oirán desde el Camino |
Bajando por las laderas de la Pena do Buitre, viniendo de San Martiño de Mondoñedo por Reiriz y A Ermida (concello de Foz), llegamos a la parroquia de Oirán, ya en el concello de Mondoñedo, por el llamado Camiño Cultural das Catedráis, o Variante Marítima que, desde Ribadeo, recorre la costa cantábrica por este concello y el de Barreiros, hasta la Ría de Foz, que cruza en el histórico puente de A Ponte da Espiñeira, entrando en la parroquia focega de Vilaronte para luego llegar a San Martiño de Mondoñedo, actual basílica que se dice fue la catedral más antigua de España, trasladada en 1112-1117 al Val de Brea, Villamayor de Vallibria, que tomó el nombre de Mondoñedo, y es la capital, con catedral también, de ahí el nombre de este camino que, en este tramo, comunica ambas históricas sedes y capitales
“comprar un misal y hacer otros reparos precisos, todos a satisfacción del cura párroco, en un periodo de tiempo de seis meses.
Por estas fechas era su capellán D. Miguel Luaces, cura de Portocelo. El 11 de enero de 1.756 acreditó el cumplimiento de tres misas rezadas y una cantada y exhibió un decreto del Señor Navarrete (anterior obispo de Mondoñedo) que expresó tener las cuatro, porque de la fundación no se halla noticia, declarándose cumplidos y suspendiese el embargo"
En la distancia, A Toxiza, con 769 metros de altitud en el pico de Pena Corveira, superado por los 834 metros del que lleva el nombre de la sierra, A Toxiza, (otras fuentes dicen 832 y 834 metros). Otra cumbre importante es el Pico da Lebre (783 m). Esta considerada una estribación de la gran Serra do Xistral. Es una buena referencia para saber que a su izquierda está el valle del Valiñadares, donde se asienta Mondoñedo
EL EXCMO. Sr. OBISPODr. D. JACINTO ARGAYABENGOECHEASE HA DIGNADO CONCEDDERCIEN DÍAS DE INDULGENCIAPOR CADA PADRENUESTROANTE ESTE CRUCERO28-9-1958)ES PROPIEDAD DEANTONIO MOREDAY SU ESPOSAEL AÑO 1928
"Los pozos son unas construcciones sencillas destinadas al abastecimiento de agua tanto para el consumo humano, de los animales, así como para el riego de las huertas próximas.
Suelen estar cercanos a la vivienda para facilitar su uso, sobre todo en invierno, pero lo más apartado posible de las cuadras para evitar la filtración de purines. A veces estaba dentro de la casa, en un muro, en el pasillo o incluso próximo a la cocina.
Generalmente son de propiedad privada, aunque en Galicia existen casos de pozos de carácter comunal.
El costo de la realización de estas construcciones se ve compensado por su proximidad al lugar de consumo y por que aseguran un mejor aislamiento térmico de sus aguas.
Hasta tiempos relativamente recientes, fueron poco frecuentes, pues en Galicia existe una gran abundancia de agua lo que permite disponer de ella en infinidad de fuentes, manantiales y minas.
El pozo es una excavación vertical de planta circular, aunque a veces puede ser cuadrada. Su profundidad es variable según el tipo de suelo y el nivel de la capa freática.
Las paredes están protegidas por un muro de cachotería de piedra y en el mejor de los casos se realizan a base de canterías o sillares. En los pozos más modernos se emplea el ladrillo y los anillos prefabricados de hormigón.
Aunque usualmente las aguas salen a poca profundidad, se suele ahondar más para evitar en lo posible la contaminación que pueda provenir de la superficie, y para aumentar el volumen del agua de reserva.
Alrededor de la embocadura lleva un murete de protección o peitoril de 0,90 - 1 metro de altura de forma cuadrada o circular que evita la caída de personas y animales.
En sus proximidades suele estar ubicado el lavadero para lavar la ropa de la casa. El lavadero suele ser de forma rectangular y dispone de dos o más losas inclinadas en su zona alta.
En ocasiones este lavadero está realizado en una sola pieza de piedra (foto).
Así mismo a uno de sus lados puede estar ubicado un pío de piedra donde abrevaba el ganado. Estos depósitos se llenaban de agua con la ayuda de un cubo.
La construcción de los pozos suele responder a dos tipologías: pozos descubiertos y pozos cubiertos"
AQUÍ FALLECIÓMANUEL FERNANDEZ FRANCO A LOS 35 AÑOS 7 JUNIOAÑO 1932
Se trata de un vecino del barrio de Xercido, labrador, casado con Paulina Rodríguez y que tenía cuatro hijos pequeños. Tal y como se nos informa en Miscelánea Mindoniense Andrés García Doural, Manuel Fernández era miembro de una cuadrilla de obreros que trabajaba construyendo esta carretera local "a base de pico, pala y carretilla". Tras comer a mediodía, se echó en el prado a descansar, pero nunca despertó. Su muerte debió ser enormemente sentida. Este cruceiro lo construyó su padre Feliciano Fernández
"Outono:castañas nos castiñeirosnos carballos landraspiñóns nos piñeiros"
Este es el lugar con los eucaliptos menos crecidos: vemos parcialmente el valle, parcialmente tapado por el cueto O Paxoto. Lo que más destaca es el emblemático monte Padornelo (618 m), fácil de identificar por sus antenas y caseta forestal
"Llegaron los romanos hace casi 2.000 años y dejaron en Galicia calzadas, la muralla de Lugo, el faro de Hércules, plantas y técnicas de cultivo, el arado y hasta el idioma. Damos un buen salto en el tiempo y de América vinieron el maíz, la patata, el pimiento, el tomate y otras cosas. Y más adelante, en el siglo XIX, llegó de Australia el eucalipto, traído por un religioso natural de Tui, Rosendo Salvado.
De todas estas cosas importadas la que más salta hoy a la vista es precisamente el eucalipto, que en las últimas décadas ha conquistado una parte considerable de los montes del Noroeste de la península ibérica.
Como es sabido, la exploración y el establecimiento de los europeos en Oceanía se aceleró a finales del siglo XVIII, y desde allí fueron llegando plantas desconocidas en el resto del mundo. No está muy claro cómo se introdujeron las primeras semillas de eucalipto en Galicia, pero lo más probable es que hubiesen sido traídas o enviadas por el citado Rosendo Salvado, obispo en aquellas tierras de las antípodas, en torno a 1860.
Díaz-Fierros Viqueira, en un trabajo de 2001 titulado “¿Foi o Padre Salvado o introductor do eucalipto en Galicia?”, publicado en O Bispo dos sen alma. Frei Rosendo Salvado (1814-1900), concluía –traduzco del gallego-:
“En conclusión, es muy probable que la fecha de 1860 que cita Rafael Areses [ingeniero forestal] como la de las plantaciones de eucaliptos de Tui fuese también la de llegada de esta especie a Galicia, por lo que la honda tradición que existe de que el Padre Salvado fue su introductor podría seguirse manteniendo (...) lo que supondría además que las de Tui serían las primeras plantaciones de eucaliptos hechas en España...”
"Por esas fechas, Europa estaba habituada a recibir plantas exóticas procedentes de todos los continentes, y el eucalipto fue una más. ¿Cómo fue acogido el novedoso árbol?. Pues... poco a poco, claro, y al principio sólo como una curiosidad y para adorno de parques y jardines, especialmente en los pazos; después para el aprovechamiento de sus troncos en los más diversos usos; y en la última etapa, desde mediados del siglo XX, para la obtención de celulosa.
Una buena manera de comprender la historia inicial del eucalipto es compararla con la de la patata americana, que empezó a cultivarse en Galicia un siglo antes, en el XVIII. Vamos a ver las diferencias entre uno y otro caso. La patata es una planta no particularmente bonita, mas bien feúcha, y los tubérculos de su raíz son comestibles, pero tampoco un manjar. El eucalipto hasta resulta bonito, pero no ofrece más que madera. Tenemos pues a la fea bajita que alimenta y por otro lado al guapo de madera, un tipo altivo y bastante duro.
No fue difícil para la gente rural apreciar las virtudes de la fea. Tras unos cuantos meses plantada, recogieron sus frutos y... a ver a qué saben. Pelada y cocida llenaba el estómago, y resultó que no solo era planta poco exigente sino que sus rendimientos por hectárea eran elevados, bien superiores a los de los cereales.
Así que los campesinos con poca tierra se interesaron por ella, y la patata no tardó mucho en ser estimada por los más pobres. Los que tenían tierra bastante para el cultivo de trigo, centeno y maíz prefirieron seguir comiendo pan en vez de esa cosa rara que se extraía de debajo de la tierra. Estamos, claro está, hace más de dos siglos, sin patatas fritas.
Al revés pasó con el eucalipto chulito. Quedaba bien de adorno pero había que aguardar mucho tiempo para saber si era de buena madera. ¿Cómo sería su madera a la edad de 20, 30 o 40 años?. ¿Se agrietaría, se curvaría?. ¿Sería mejor que la de pino, se parecería a la de roble?.
De modo que al principio los eucaliptos fueron 'cosa de ricos’, de aquellos que los plantaban para ornato de sus haciendas o de quienes podían esperar décadas a que el guapo australiano mostrase su valía y sacar partido a un árbol cuyo rápido crecimiento fue toda una sorpresa.
Recordemos que nuestro protagonista procede de las antípodas de Galicia, con climas parecidos, templados y húmedos"
"La demanda de madera gallega surgida en las décadas finales del siglo XIX para la fabricación de cajas, para apeas de minas –los puntales que sostenían las galerías- o para traviesas de vías férreas, había experimentado un boom en la 1ª Guerra Mundial (1914-18). La madera de pino y de roble era la más solicitada, pero también la de eucalipto ganaba posiciones poco a poco. Tras medio siglo desde su introducción, ya se conocían los usos que podían dársele. Para madera de construcción, para postes, para la construcción naval, para leña, etc
"Relata después el Sr. La Sota su visita a la fábrica ‘Camia Pool’ [Caima Pulp], a 64 kilómetros de Oporto. Dice que de su instalación se derivan para nosotros enseñanzas provechosísimas, porque la identidad de condiciones climatológicas y físicas de Portugal y Galicia anticipan nuestro porvenir forestal, si llegásemos algún día a acometer una obra similar a la realizada por los portugueses. Añade que la fábrica por él visitada es una de las tres que existen en el mundo –las otras dos están emplazadas en Australia y Brasil-, y relata el curioso proceso que siguen allí las maderas hasta su conversión en pasta y traslado a la estación ferroviaria más inmediata. Hace con este motivo una descripción de la masa de pinos y eucaliptus, primero, y de las plantaciones homogéneas de eucaliptus después -6 kilómetros antes de llegar a la fábrica-, así como también de la población obrera que sostienen. Pues todo eso –resume- podíamos tenerlo en Galicia sin más que el esfuerzo conjunto de dirigentes y dirigidos"
Este es el mismo lugar con los eucaliptos ya crecidos, no pasando muchos años...
"... arrostrando peligros económicos y supliendo con su inteligencia los conocimientos del cultivo que el Estado debiera difundir y ni difundió ni difunde, emprendieron el del eucalipto, presintiendo que podía constituir una riqueza forestal importantísima. No puedo citar a todos cuantos lo merecen por ignorar sus nombres (...) me resignaré a dar unos cuantos. El primer puesto corresponde, en justicia, a aquel ilustre estadista (...) D. Eugenio Montero Ríos. El ilustre canonista –como se le llamó por antonomasia- realizó en su finca de Lourizán una importante plantación de eucaliptos que ha alcanzado gran desarrollo. En la misma Galicia han seguido su ejemplo D. Federico Maciñeira, alcalde de Ortigueira, que posee varios miles de eucaliptos, algunos de los cuales mide más de 50 metros de altura, y D. José Calvo, notario de dicha villa; el marqués de Loureda, el doctor Páez. En Madrid es también otro gran eucaliptocultor el prestigioso industrial y avicultor D. Francisco Llorente. En Andalucía, en veinte años de estudio y de perseverancia agronómicos, D. Miguel Sánchez Dalp ha conseguido reunir en sus posesiones más de 300.000 eucaliptos, de la variedad caolo, que se desarrollaron rápidamente, y cuya madera es muy apreciada. No contento aún con eso, ha creado varios espléndidos viveros para proseguir tan importantes plantaciones. En el balneario de Archena [Murcia] existen muchos eucaliptos, a los cuales falta poco para ser centenarios. (...) No es extraño, dado aquel magnífico clima. Pero no vaya a creerse por eso que el eucalipto tiene grandes exigencias climatológicas. Raro será el clima al que no se adapte alguna de sus numerosas variedades. Así, se ha visto aquí en España que en la Coruña, en Noya, se han vendido ya magníficos ejemplares –y no viejos- en el precio estupendo de 150 duros pieza, cantidad no alcanzada por ningún otro árbol. Y en Cerdido, de la misma provincia, un benemérito agricultor, D. Eduardo García, explota –según me comunica persona de amistad- hace 16 años más de veinte variedades, con tal éxito que no sabría cual preferir"
"Fueron una pieza clave para repoblar los castigados bosques de la posguerra española y en la actualidad, su explotación comercial genera importantes beneficios económicos. Sin embargo, la mala ubicación de determinadas masas de eucaliptos enfrenta a los agentes forestales. SINC analiza la presencia de esta plantación, erróneamente denominada ‘bosque’ en muchas ocasiones
“El eucalipto no tiene la culpa de comportarse como un eucalipto”, explica Antón Lois, vocal de comunicación y activismo de la organización ecologista gallega Amigos da Terra. Y es que, pocos árboles como el eucalipto (Eucalyptus), de origen australiano, generan tanta polémica a su alrededor.
Acusado de ser especie invasora, perjudicial para la conservación de la fauna y la flora y para la gestión de los recursos hídricos, ecologistas y científicos coinciden en que el problema no está en el árbol sino en las políticas de gestión forestal que se realizan.
La incorrecta ubicación de estas plantaciones representa un inconveniente. “La elevada pendiente y la baja fertilidad de muchas de las superficies que se pusieron en producción fueron incompatibles con una selvicultura intensa y una gestión rentable”, señala Patricia Alesso, coordinadora del Centro de Investigación y Documentación del Eucalipto (CIDEU), dependiente de la Universidad de Huelva.
El cultivo del eucalipto ocupa ahora en la Península Ibérica cerca de medio millón de hectáreas. Casi la mitad están ubicadas en Andalucía, un tercio en Galicia y el resto se reparte entre Extremadura y la Cornisa Cantábrica. Por provincias, destaca Huelva, con un 40% del total de superficie, seguida de A Coruña, con un 15% y Badajoz, con un 10%.
Según el documento Una visión común sobre el problema de las plantaciones de eucalipto, firmado recientemente por una veintena de organizaciones ecologistas, en Andalucía y Extremadura la superficie ha disminuido en la última década, pero en otras regiones no ha ocurrido así. El entorno de Doñana, la zona interior de Galicia y áreas de Asturias y Cantabria “corren el riesgo de verse afectadas por estas plantaciones”.
"La repercusión en el paisaje es uno de los mayores inconvenientes que genera en la actualidad. En opinión de Lois, el avance de la especie amenaza “a todas las formaciones boscosas autóctonas”. “Las especies foráneas carecen de enemigos naturales por lo que se acentúa su carácter invasor”, asegura. Además, el carácter pirófito (resistente al fuego) del árbol favorece su expansión.
No opinan de la misma manera desde el CIDEU, donde consideran que el eucalipto, como cualquier otra especie forestal, tiende a luchar contra sus ‘vecinas’ por todos los nutrientes que permiten su supervivencia. Comparan su comportamiento con el de una densa masa de alcornoques o de hayas, donde apenas crece vegetación.En lo que coinciden científicos y ecologistas es en su “indudable” utilidad industrial y comercial, por la fabricación de pasta celulósica que se utiliza en papel de cocina, papel higiénico o pañuelos. Además, su madera es barata y útil para la construcción.“Propietarios, rematantes, maderistas y fábricas de pasta y papel de Andalucía, Galicia, Asturias, Cantabria y la provincia de Vizcaya son claves en el tejido industrial y también en la dinamización del medio rural y el sector forestal”, reconocen en su manifiesto las organizaciones sociales.Otra de sus más recientes aplicaciones son las energías renovables: los restos del proceso de fabricación de la pasta y plantaciones específicas se emplean para la producción de energía eléctrica a partir de esta biomasa"
Adios, ríos; adios, fontes;
adios, regatos pequenos;
adios, vista dos meus ollos:
non sei cando nos veremos.
Miña terra, miña terra,
terra donde me eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei,
prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña do meu contento,
muíño dos castañares,
noites craras de luar,
campaniñas trimbadoras
da igrexiña do lugar,
amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñiños antre o millo,
¡adios, para sempre adios!
¡Adios groria! ¡Adios contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conozo
por un mundo que non vin!
Deixo amigos por estraños,
deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin, canto ben quero...
¡Quen pudera non deixar!...
Mais son probe e, ¡mal pecado!,
a miña terra n'é miña,
que hastra lle dan de prestado
a beira por que camiña
ó que naceu desdichado.
Téñovos, pois, que deixar,
hortiña que tanto amei,
fogueiriña do meu lar,
arboriños que prantei,
fontiña do cabañar.
Adios, adios, que me vou,
herbiñas do camposanto,
donde meu pai se enterrou,
herbiñas que biquei tanto,
terriña que nos criou.
Adios Virxe da Asunción,
branca como un serafín;
lévovos no corazón:
Pedídelle a Dios por min,
miña Virxe da Asunción.
Xa se oien lonxe, moi lonxe,
as campanas do Pomar;
para min, ¡ai!, coitadiño,
nunca máis han de tocar.
Xa se oien lonxe, máis lonxe
Cada balada é un dolor;
voume soio, sin arrimo...
Miña terra, ¡adios!, ¡adios!
¡Adios tamén, queridiña!...
¡Adios por sempre quizais!...
Dígoche este adios chorando
desde a beiriña do mar.
Non me olvides, queridiña,
si morro de soidás...
tantas légoas mar adentro...
¡Miña casiña!, ¡meu lar!
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