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domingo, 4 de octubre de 2020

OIRÁN Y PADRIÑÁN: EN EL CAMINO AL VALLE DEL MASMA (MONDOÑEDO, GALICIA)

Oirán desde el Camino

Bajando por las laderas de la Pena do Buitre, viniendo de San Martiño de Mondoñedo por Reiriz y A Ermida (concello de Foz), llegamos a la parroquia de Oirán, ya en el concello de Mondoñedo, por el llamado Camiño Cultural das Catedráis, o Variante Marítima que, desde Ribadeo, recorre la costa cantábrica por este concello y el de Barreiros, hasta la Ría de Foz, que cruza en el histórico puente de A Ponte da Espiñeira, entrando en la parroquia focega de Vilaronte para luego llegar a San Martiño de Mondoñedo, actual basílica que se dice fue la catedral más antigua de España, trasladada en 1112-1117 al Val de Brea, Villamayor de Vallibria, que tomó el nombre de Mondoñedo, y es la capital, con catedral también, de ahí el nombre de este camino que, en este tramo, comunica ambas históricas sedes y capitales


En Oirán vemos la iglesia parroquial de San Estevo, del siglo XVIII. Un poco más allá es el Pico da Canida (214 m) y en la lejanía, las cumbres de la extensa Serra do Xistral, que se alarga desde la costa de A Mariña hasta la Terra Chá. Se dice que la iglesia se reedificó a principios del siglo XX con piedras traídas de la desaparecida ermita del Bon Xesús o Buen Jesús, sita en el barrio de A Madeira, que por entonces habría quedado en ruinas, pero que era mencionada en las disposiciones de la visita a Oirán del obispo mindoniense D. Carlos Riomol y Quiroga, efectuada el 24 de junio de 1754, pues para ella solicitó...
“comprar un misal y hacer otros reparos precisos, todos a satisfacción del cura párroco, en un periodo de tiempo de seis meses. 
Por estas fechas era su capellán D. Miguel Luaces, cura de Portocelo. El 11 de enero de 1.756 acreditó el cumplimiento de tres misas rezadas y una cantada y exhibió un decreto del Señor Navarrete (anterior obispo de Mondoñedo) que expresó tener las cuatro, porque de la fundación no se halla noticia, declarándose cumplidos y suspendiese el embargo"


Si bien Mondoñedo es capital de A Mariña central, la proximidad a la Terra Chá tal vez la tengamos en este detalle, la cruces del camposanto, de gusto neogótico, tan característica de los talleres de canteros de la comarca vecina


Sobre la espadaña del campanario hay una imagen religiosa, que vemos de espaldas...


Sin duda se tratará de San Esteban, el patrón de la parroquia

Oirán extiende sus barrios y lugares por el valle del río del mismo nombre. Aquí vemos O Burgo, al pie de la iglesia


Se ven grandes extensiones de cultivos de fabas. Más allá está Baos, en el vado o paso del río Oirán, bajo el Coto do Castelo y A Costoira (274 m). Más lejos los picachos del Coto do Pombo (658 m) y Coto Viñín (678 m)


En la distancia, A Toxiza, con 769 metros de altitud en el pico de Pena Corveira, superado por los 834 metros del que lleva el nombre de la sierra, A Toxiza, (otras fuentes dicen 832 y 834 metros). Otra cumbre importante es el Pico da Lebre (783 m). Esta considerada una estribación de la gran Serra do Xistral. Es una buena referencia para saber que a su izquierda está el valle del Valiñadares, donde se asienta Mondoñedo


En el valle hay un edificio que llama poderosamente la atención


O Chalé, con su estructura de torre hexagonal. Fijémonos al lado en el horno del pan...


El Camino, aquí encajado entre altos setos silvestres, es una senda de suelo de hierba que se camina con bello deleite, casi llana, a diferencia de la larga bajada que hemos dejado atrás...


Pino gallego...


Musgo en las piedras...


Este preciosísimo camino pasa al lado de esta línea de cepas...


Y tenemos otra muy buena vista de O Burgo y de la parroquial de San Estevo


Apreciamos su estructura de nave, altar mayor y, atrás, la sacristía, sobre cuyo muro hay una pequeña espadaña. En el interior hay varios retablos con las imágenes de San Esteban, San Pedro, San José, San Ramón y otros, como la Virxe dos Milagros, de romería renombrada. También se dice se recogieron aquí en su momento las imágenes de San Miguel y San Benito de la desaparecida ermita de A Madeira


Destacan al lado de nuevo las cruces del cementerio


Sobre todo estas, las más altas y que más recuerdan a las de la Terra Chá, que veremos si proseguimos hacia Santiago por el Camino Norte, principalmente en lugares como Goiriz, camino de Vilalba, o Alba, saliendo de esta villa


A lo lejos Xercedio y A Madeira, el Pico da Vista (214 m) y el Foxo da Galgueira do Couso (301 m)


Otra buena vista de Baos, en la zona más llana del valle, bajo Costoira


Seguimos camino...


Nueva vista de O Burgo, un topónimo realmente llamativo, etimológicamente es indoeuropeo, dando en el celta la palabra briga, castro, fortaleza, monte: el griego pyrgo, torre, ciudadela; el tracio bria, ciudad, como el germánico burgs, etc. 

Con el paso del tiempo tuvo diferentes acepciones, germanos y romanos llamaban burgo a torres o puestos fortificados, en la alta Edad Media a un castillo feudal de vigilancia, en torno al que crecerían poblaciones que empezarían a ser llamadas burgos, en las cuales, amparadas por la seguridad de la fortificación, se establecían gentes, muchos mercaderes y artesanos, para las que habría con el tiempo especiales ventajas jurídicas y fiscales, lo que daría origen a florecientes poblaciones con fueros, sobre todo a partir del siglo XII, ya baja Edad Media. Relacionado con ello se llamó así a barrios y lugares en torno a un mercado que solía celebrarse en el campo de una iglesia


Cierra el valle por el suroeste los citados Coto do Castelo y A Costoria. Nosotros subiremos esos montes por un paso situado un poco más al sur, a su izquierda, por A Pedralada y O Vedral, cerca del Coto de Matodoso


Nuestra ruta se dirige directamente hacia allí


Salimos ahora a una carretera local asfaltada 


Y subimos un poco a la izquierda...


Es el barrio que comunica la iglesia y O Burgo con Centeás, barrio al que nos encaminamos nosotros 


Primeramente subimos a un grupo de casas: O Outeiro


El curso del río se distingue fácilmente por la línea de arbustos que recorre linealmente su ribera


En Baos sigue destacando O Chalé


Con su peculiar forma, a la que tiene adosada otras dependencias


Al lado pasa la carretera local hacia Padriñán y Masma, con la que enlazaremos más adelante


En O Outeiro seguimos por el camino hacia Centeás, subiendo ahora un poco de cuesta...


Arriba a la izquierda un cabazo


Fijémonos en un detalle...


Un pequeño palomar, en su pared de tablas


En la casa que tenemos enfrente, un antiguo horno de hacer pan


Testimonio de los tiempos en los que el pan se hacía en casa, se iba al molino con el grano de la cosecha y se volvía con harina para una temporada


No en vano estamos en Mondoñedo, rico en pan, aguas y latín, como bien diría unos de sus hijos celebérrimos: Álvaro Cunqueiro


Hermosa casa labrega, que parece un pazo...


Otras están deshabitadas, testimonio del gran éxodo rural y abandono del campo


La yedra cubre sus muros...


A la derecha, gran pomarada...


Pasamos junto a otra casa campesina...


Plantación de fabas...


Una buena extensión de cultivo, al lado mismo del camino, fundamento de excelentes potes y fabadas


En torno a la vivienda hay más huertas, prados y frutales...


Otra casa de piedra y tejado de pizarra, propio de la gran veta pizarrosa que abarca una buen franja del noroeste peninsular: oriente de Galicia, occidente de Asturias, León, Bierzo...


Es de planta cuadrada, tejado a cuatro aguas, gran chimenea y pequeña cuadra o corte anexa


El camino avanza, llano, justo donde acaba la ladera de la Pena do Buitre y Alto de Verín. Secularmente las llanas tierras del valle eran aprovechadas al máximo para agricultura, luego también ganadería, buenos rebaños de vacas de carne y leche para suministro de los grandes centros urbanos


Más allá de los manzanos vemos un claro en un bosque. Es la zona de A Pedralada, y ese claro es un cortafuegos, atravesado por el camino que, subiendo, nos llevará a O Vedral


Oirán, valle del río homónimo, afluente del Masma, pero separado de su gran valle por estas montañas y colinas...


Baos y Xercido...


Ahora, pomarada a ambos lados del camino, por su abundancia pareciese estuviésemos en las zonas sidreras y manzanares asturianas que, quienes han recorrido el Camino Norte, habrán visto en Colunga, Villaviciosa, Siero, Gijón/Xixón, Oviedo/Uviéu, Llanera... y otros concejos


Unos frutos son amarillos, otros tienden al rojo, puede que sean de diferentes clases de manzano, cosa que no era infrecuente, sobre todo para elaborar sidra, mezclando variedades más dulces, amargas... sea como sea están en marcha diversas iniciativas en favor de la recuperación de la producción y consumo de la sidra gallega. En el año 2019 la Escola Politécnica Superior de Lugo recibió el galardón Grolo de Ouro 2019 por los trabajos de investigación de los profesores Belén Díaz, Santiago Pereira y Ana Ramos en favor de la recuperación de las manzanas autóctonas y la producción sidrera


La manzana era fruto del conocimiento y la sabiduría en numerosas culturas, religiones y civilizaciones. Aunque en el cristianismo, el Libro del Génesis no dice cual esl fruto de la ciencia del bien y del mal, este se ha venido tradicionalmente identificando con la manzana, en el Árbol del Conocimiento.

El héroe mitológico griego Heracles, en sus Doce Trabajos, fue obligado a ir al Jardín de las Hespérides a recoger las manzanas doradas del Árbol de la vida. La también griega Eris, diosa de la discordia, enfadada por no ser invitada a la boda de Peleo y Tetis, lanza una manzana dorada, para la más hermosa, que será reclamada por Hera, Atenea y Afrodita, lo que causará indirectamente la Guerra de Troya pues el árbitro designado para discernir a quien le correspondía, Paris de Troya, fue sobornado por Afrodita al tentarle con la mujer más bella del mundo, Helena de Esparta. Otras tres manzanas doradas fueron las regaladas por Afrodita a Hipómenes para conseguir ganar la mano de Atalanta, entreteniéndola en la carrera a la que retaba a todos sus pretendientes


En la mitología celta Avalon es la Insula Pomorum o Isla de las Manzanos, una especie de paraíso a donde van los héroes, como el Arturo de las sagas bretonas. En las creencias germánicas la diosa Iönunn proporciona manzanas de la eterna juventud, de las que es guardiana, a otras divinidades. Otra de sus diosas, Frigg, envía por medio de un cuervo una manzana al rey Rerir, que rogaba a Odín por un niño, dejándola caer en su regazo, la cual, después de comida por su esposa, le provoca un embarazo de seis años, hasta que por cesárea nace su hijo, el héroe Volsung


Ante nosotros, caminando en dirección sur, vemos ya los boscosos montes de A Pedralada al Coto de Matodoso, por donde seguirá nuestro camino al salir de Oirán


A la derecha, nuevo paisaje de Baos...


Viene ahora una recta


Pasamos junto a una finca, con casa en medio


Y como no, más manzanos en la pradería...


Llegamos así a Centeás, otro de los barrios Oirás, rodeado también de fincas y prados


Frutales a ambos lados, entre ellos una higuera, a la derecha


Salimos a otra carretera local, la LU-P-2806, la que va hacia A Cazolga


Seguimos a la izquierda, de frente a Casa Prado


Poco más allá una encrucijada...


Y en la encrucijada un cruceiro...


Nosotros vamos a pasar enfrente, siguiendo por la carretera, pero podemos parar a verlo. Ha sido estudiado por Andrés García Doural en su Miscelánea Mindoniense


Tiene una base de piedra granítica en forma circular, a manera de tres gradas


Y una placa, de mármol, esculpida por el marmolista García de Mondoñedo, en la que se lee:
EL EXCMO. Sr. OBISPO
Dr. D. JACINTO ARGAYA 
BENGOECHEA
SE HA DIGNADO CONCEDDER
CIEN DÍAS DE INDULGENCIA
POR CADA PADRENUESTRO
ANTE ESTE CRUCERO
28-9-1958)
ES PROPIEDAD DE
ANTONIO MOREDA
Y SU ESPOSA
EL AÑO 1928

Las imágenes de la cruz propiamente dicha miran las tres al Camino. La dominante no cabe duda es una escena de La Pasión, representando a Cristo crucificado y, a los lados, atendiendo a la iconografía, serían la Virgen María y San Juan Bautista. Abajo hay un capitel con una cabeza, tal vez símbolo de las calaveras del monte Calvario, pero también elementos geométricos como espirales y ajedrezados, muy similares a los del arte románico. Se ven restos de antigua policromía. Estas imágenes fueron robadas hace unos años, tras denunciarse el hecho fueron localizadas por la Guardia Civil en el rastro de Lugo y vueltas a colocar aquí


Enfrente, hermosa casa de piedra, con elegante balcón-corredor, que cuando vinimos estaba en fase de restauración


Más casas de piedra en Centeás, sin duda fueron estos en el pasado grandes campos de centeno, cereal panificable, de ahí este topónimo


Estas grandes piedras hincadas empiezan también a recordar a las chantas, o chantos, las lajas que delimitan fincas y caminos en muchos lugares


Plantación de calabazas. Más atrás el estiércol


Seguimos llaneando


Y admirando siempre estas robustas construcciones de buena piedra gallega


El jardín y el Camino...


Montes de A Fraga y Coto de Matodoso, delante nuestro...


Bifurcación: vamos por la carretera de A Cazolga, todo recto, delante de la casa...


La última casa de Centeás en nuestro camino,,,


Detrás de ella un cabazo y otra buena pomarada


Otro buen caserón deshabitado...


A la izquierda otra buena vivienda de piedra


Pozo cubierto y cobertizo


Todo rodeado de manzanos...


Al pasar echamos un vistazo a todo el conjunto. De Los Pozos escribe así Santiago Sánchez de Toca en Sociedade Cultural Columba: 
"Los pozos son unas construcciones sencillas destinadas al abastecimiento de agua tanto para el consumo humano, de los animales, así como para el riego de las huertas próximas.  
Suelen estar cercanos a la vivienda para facilitar su uso, sobre todo en invierno, pero lo más apartado posible de las cuadras para evitar la filtración de purines. A veces estaba dentro de la casa, en un muro, en el pasillo o incluso próximo a la cocina. 
Generalmente son de propiedad privada, aunque en Galicia existen casos de pozos de carácter comunal.

El costo de la realización de estas construcciones se ve compensado por su proximidad al lugar de consumo y por que aseguran un mejor aislamiento térmico de sus aguas.

Hasta tiempos relativamente recientes, fueron poco frecuentes, pues en Galicia existe una gran abundancia de agua lo que permite disponer de ella en infinidad de fuentes, manantiales y minas.

El pozo es una excavación vertical de planta circular, aunque a veces puede ser cuadrada. Su profundidad es variable según el tipo de suelo y el nivel de la capa freática.

Las paredes están protegidas por un muro de cachotería de piedra y en el mejor de los casos se realizan a base de canterías o sillares. En los pozos más modernos se emplea el ladrillo y los anillos prefabricados de hormigón.

Aunque usualmente las aguas salen a poca profundidad, se suele ahondar más para evitar en lo posible la contaminación que pueda provenir de la superficie, y para aumentar el volumen del agua de reserva.

Alrededor de la embocadura lleva un murete de protección o peitoril de 0,90 - 1 metro de altura de forma cuadrada o circular que evita la caída de personas y animales.

En sus proximidades suele estar ubicado el lavadero para lavar la ropa de la casa. El lavadero suele ser de forma rectangular y dispone de dos o más losas inclinadas en su zona alta.

En ocasiones este lavadero está realizado en una sola pieza de piedra (foto).

Así mismo a uno de sus lados puede estar ubicado un pío de piedra donde abrevaba el ganado. Estos depósitos se llenaban de agua con la ayuda de un cubo.

La construcción de los pozos suele responder a dos tipologías: pozos descubiertos y pozos cubiertos"


Más filas de manzanos a la salida de Centeás


¿Serán estos árboles y frutos de la variedad Tardía de Masma?, estas son sus características: manzano de tamaño grande y porte erguido, cuya floración empieza a brotar en abril, de forma estipulada el día 5, y la manzana es recogida a partir del 5 de octubre


La Maceira Tardía de Masma es, según se estipula, fruto grande y de color amarillo, catalogada y cultivada en la colección de árboles frutales y banco de geoplasma del Centro de Investigacións Agrarias de Magebondo, de la Xunta de Galicia


Dejamos atrás Centeás y avanzamos en dirección a A Cazolga


En medio del valle una hermosa alameda


Las casas de Centeás han quedado ya atrás, a nuestras espaldas...


Algunas cayendo...


Otras en muy buen estado, con cortes y cabazos...


Algunas se extienden linealmente el el camino hacia el río, donde había molinos


Alrededor del valle inmensas plantaciones de eucaliptos


Un cabazo, que vio mejores tiempos


Seguidamente, más plantaciones de faba, entre la carretera y el río


Un verdadero espectáculo agrario y paisajístico

Al fondo, en la ribera, los pastos


Buenas vaquerías pacen en la orilla


Hay una bifurcación: continuaremos a la derecha, sin abandonar la carretera... aún


Vamos así despidiéndonos de Centeás y de sus fabares...


Continuamos ruta por la carretera de A Cazolga...


Curva a la izquierda...


El río abajo, a la derecha: pronto bajaremos a él


Mucha atención pues ahora, pues vamos a dejar la carretera para ir a la derecha


Tomamos esa senda que indicamos con el bastón


Nos adentramos en la espesura...



E iniciamos la bajada hacia el río...


Esta camino comunica con las fincas de la ribera, donde veíamos pastar a las vacas...


Pisamos tierra y hojarasca en una idílica senda por un bosquete ribereño


Se ven bien marcadas las rodadas de tractores o todo terrenos


Ahora mucha atención: el camino llega al prado


Pero nosotros no vamos al prado, seguimos bajando a la izquierda


Y seguimos el descenso hacia la orilla...


Acaba la bajada...


Y pasamos sobre el río Oirán, afluente del Masma...


Caminamos unos metros en llano, cruzando este sector del valle


Zona de vegetación lacustre, bajo el monte A Fraga y Coto de Matodoso


Crece la vegetación...


Cruzado el valle vamos a la derecha


Por aquí, tal y como señalamos...


Tomamos esta pista en ascenso...


A la derecha pinos, a la izquierda eucaliptos


Balizas forestales entre los helechos


Es la zona de A Pedralada, un poco al sur de Baos


La pista es ancha, de tierra, y aunque no está señalizada en este momento carece de pérdida


Todo es subir por la senda principal, bien marcada, normalmente cubierta de hojas de eucalipto


Cruce y curva a la izquierda


Y seguimos subiendo...


La roca madre aflora en la superficie...


Y así vamos ganando altura...


Crecen las setas en el cortado tronco...


Remontamos la larga pendiente...


Bajo el eucalipto crece el helecho...


Va acabando la cuesta... al menos este primer tramo


Durante uno smetros caminamos casi en llano


Musgo en las piedras


Algo de arboleda autóctona...


Pero impera el monocultivo maderable


Al fondo lo que parece un gran claro...


Es el cortafuegos que veíamos antes desde Oirán, con su torre eléctrica, paso del cableado


Luego volvemos a llanear


El camino serpentea...


Llegamos a lo alto...


Nos acercamos a otra carretera...


Es la LU-P-3101: seguiremos a la izquierda


La carretera no tiene arcén, no hay normalmente demasiado tránsito pero hay que tener prudencia ante cualquier vehículo...


Esta estrada, si bien bastante llana en un principio, también tiene su sinuosidad al seguir la forma de la ladera de la montaña


Después hay un pco de cuesta 


Al fondo una casa y cuadras: O Vedral


A nuestra izquierda el cortafuegos. Por la torre del fondo pasábamos hace un instante. Teóricamente parece que se puede atajar siguiendo la línea, pero hay un cierto complicado nivel para subir a la carretera


Llegamos a lo alto de esta loma, donde hallaremos unas fincas


O Vedral es como un pequeño puerto de montaña, entre prados y arboledas...


Naves de ganado y huertas...


La carretera serpentea un poco...


Más naves y cultivos...


Curva cerrada a la derecha...


Buenas lechugas, patatas, fabas, grelos...


Algunos frutales, palmeras...


Y a la derecha la casa...


El vigilante, al acecho


Llegamos a lo más alto, donde está la casa...


Y empezamos seguidamente a bajar...


Ojo al tráfico, en esta curva cerrada, si bien se le oye, no se le ve venir...



Bajada de O Vedral, sobre otro de los valles mindonienses


Es el valle del Rego do Vedral, afluente del Oirán y por lo tanto perteneciente a la cuenca fluvial del Masma, si bien separado de ese otro gran valle mindoniense por los altos de Outeiros, a los que habremos de subir inmediatamente...


Por allí abajo va el Camino, atravesando la llanura


Coto de Matodoso, parece delatar que antaño hubo montes de osos


Pasamos delante de otra casa...


Luego unos cipreses...


Y a la izquierda, un cruceiro, construído en buenas piedras de cantería


Apenas presenta filigranas o figuras talladas...


Y abajo una placa en la que se lee:
AQUÍ FALLECIÓ
MANUEL FER
NANDEZ FRAN
CO A LOS 35 A
ÑOS 7 JUNIO
AÑO 1932

 Se trata de un vecino del barrio de Xercido, labrador, casado con Paulina Rodríguez y que tenía cuatro hijos pequeños. Tal y como se nos informa en Miscelánea Mindoniense Andrés García Doural, Manuel Fernández era miembro de una cuadrilla de obreros que trabajaba construyendo esta carretera local "a base de pico, pala y carretilla". Tras comer a mediodía, se echó en el prado a descansar, pero nunca despertó. Su muerte debió ser enormemente sentida. Este cruceiro lo construyó su padre Feliciano Fernández


En lo alto, las cabras nos ven pasar, ocultas en los penedos y eucaliptos


Seguimos bajando...


A nuestra izquierda a lo lejos los montes de O Corno de Poallo, al sur de A Pena do Buitre


Grandes huertas, las vemos al ir bordeando la finca...


Manzanos en la vereda...


Bajada directa a la ribera...


Vacas en el pasto de la vega...


A la derecha, otro amigo en el camino...


Un pony que se nos queda mirando...


Hermosos paisajes de Oirán... 


Las cabras parecen seguirnos, por las montañas...


Se sientan plácidamente...


Continuamos nuestra marcha rampa abajo...


Atrás va quedando Oirán...


Y ponemos rumbo a otra de las parroquias del concello de Mondoñedo: Masma


Llegamos a lo llano en esta curva...


Luego una recta...


Pasamos delante de esta casa en medio de la vega del Rego de Vedral


Robusto castiñeiro...


Un poco más allá otro ejemplar, al pie de los eucaliptos


Un buen momento para recordar aquel poema dedicado al otoño
"Outono:
castañas nos castiñeiros
nos carballos landras
piñóns nos piñeiros"

Y ahora, ya casi en la orilla del río, plantación de alto eucaliptos. Por su tamaño parecen casi a punto para la tala, por lo que no es improbable que si veis esto pasado un tiempo ya no estén, o hayan sido plantados nuevos brotes


Curva cerrada a la derecha


Al fondo está el puente


Curva en ángulo recto a la izquierda


Paso del Rego do Vedral, acceso a la parroquia de Masma, rumbo a Padriñán


Comenzamos la larga subida a Os Outeiros...


La carretera zigzaguea ganando altura muy rápidamente


Curva muy cerrada


Portón y seto de una finca...


Caminamos con paso resuelto...


Seguimos todo por la carretera


Un corto trecho recto viene ahora


Pero enseguida otra curva, esta a la izquierda


Formidable peñasco o penedo sobre la carretera


Otro tramo de revueltas


Y ya vemos la cimas de estos altos de Os Outeiros


Curva cerrada a la derecha...


Seguimos subiendo...


Curva cerradísima, que da un giro completo


Y sigue subiendo...


Seguimos pues carretera arriba


Llegamos así a una franja de cortafuegos...


Una larga línea recta dibujada en la montaña


Por ella discurre una línea telefónica. A lo lejos las alturas de A Costoira y el Coto do Castelo


Las alturas son rocosas, las laderas solo en parte, los monocultivos maderables imperan en el paisaje forestal de toda la comarca


Una nueva curva...


Y otro zig-zag


La carretera es ancha y, aunque no haya arcén ni vereda peatonal, podemos ir bien arrimados al guardarraíl


Nuevas vistas hacia el norte...


En el valle, Follente


Otra grandiosa curva...


Última revuelta en ascenso...


Y ya llegamos a la cima de estos altos de Os Outeiros


Nada más llegar arriba empezaremos a bajar...


Es la bajada al gran valle del Masma, el río emblemático de esta comarca gallega, que el obispo mindoniense Padre Sarmiento quiso hacer navegable hasta su sede episcopal. No en vano antes su desmbocadura, el puerto de Foz, había sido el puerto natural de su antecesora, la actual basílica de San Martiño de Mondoñedo, parte fundamenteal de este itinerario del Camiño Cultural das Catedrais, llamado así no solo por las playa de este nombre, sino más adecuadamente por la actual catedral de Mondoñedo, dedicada a la Asunción y la anterior, de San Martiño, actual basílica como hemos dicho...


Desde esta curva, cuando se talan los eucaliptos, hay ya una muy buena vista del valle


Este es el lugar con los eucaliptos menos crecidos: vemos parcialmente el valle, parcialmente tapado por el cueto O Paxoto. Lo que más destaca es el emblemático monte Padornelo (618 m), fácil de identificar por sus antenas y caseta forestal


Por su falda norte discurre el Camino Norte que va a Mondoñedo desde Ribadeo, aldeas de A Torre, O Reguengo y San Paio. Más al oeste baja desde Lindín el otro Camino Norte oficial que ha pasado de Asturias a Galicia por la Ría de Abres. recorriendo Trabada y el Val de Lourenzá. Más allá es la gran loma que se alarga al sur hacia el Alto da Xesta, con su parque eólico, cumbres de Coto Redondo (748 m) y Alto de Pradovello (751 m). Mondoñedo, más a la derecha, no llega a verse por poco, tapando por las laderas del Monte Camba y otros...


Continuamos así nuestro descenso carretera abajo...


Luego de subir, toca ahora volver a bajar


Aquí hay algunos castiñeiros. pero el eucalipto es absolutamente dominante. No nos resistimos a compartir esta entrada de Galicia AgrariaEl eucalipto y su conquista del Noroeste, blog de Ángel I.Fernández:
"Llegaron los romanos hace casi 2.000 años y dejaron en Galicia calzadas, la muralla de Lugo, el faro de Hércules, plantas y técnicas de cultivo, el arado y hasta el idioma. Damos un buen salto en el tiempo y de América vinieron el maíz, la patata, el pimiento, el tomate y otras cosas. Y más adelante, en el siglo XIX, llegó de Australia el eucalipto, traído por un religioso natural de Tui, Rosendo Salvado. 
De todas estas cosas importadas la que más salta hoy a la vista es precisamente el eucalipto, que en las últimas décadas ha conquistado una parte considerable de los montes del Noroeste de la península ibérica.
Como es sabido, la exploración y el establecimiento de los europeos en Oceanía se aceleró a finales del siglo XVIII, y desde allí fueron llegando plantas desconocidas en el resto del mundo. No está muy claro cómo se introdujeron las primeras semillas de eucalipto en Galicia, pero lo más probable es que hubiesen sido traídas o enviadas por el citado Rosendo Salvado, obispo en aquellas tierras de las antípodas, en torno a 1860. 
Díaz-Fierros Viqueira, en un trabajo de 2001 titulado “¿Foi o Padre Salvado o introductor do eucalipto en Galicia?”, publicado en O Bispo dos sen alma. Frei Rosendo Salvado (1814-1900), concluía –traduzco del gallego-: 
“En conclusión, es muy probable que la fecha de 1860 que cita Rafael Areses [ingeniero forestal] como la de las plantaciones de eucaliptos de Tui fuese también la de llegada de esta especie a Galicia, por lo que la honda tradición que existe de que el Padre Salvado fue su introductor podría seguirse manteniendo (...) lo que supondría además que las de Tui serían las primeras plantaciones de eucaliptos hechas en España...”

El artículo continúa comentando que por entonces en Europa, se estaban importando numerosas plantas exóticas y, dentro de este contexto, explica la situación:
"Por esas fechas, Europa estaba habituada a recibir plantas exóticas procedentes de todos los continentes, y el eucalipto fue una más. ¿Cómo fue acogido el novedoso árbol?. Pues... poco a poco, claro, y al principio sólo como una curiosidad y para adorno de parques y jardines, especialmente en los pazos; después para el aprovechamiento de sus troncos en los más diversos usos; y en la última etapa, desde mediados del siglo XX, para la obtención de celulosa. 
Una buena manera de comprender la historia inicial del eucalipto es compararla con la de la patata americana, que empezó a cultivarse en Galicia un siglo antes, en el XVIII. Vamos a ver las diferencias entre uno y otro caso. La patata es una planta no particularmente bonita, mas bien feúcha, y los tubérculos de su raíz son comestibles, pero tampoco un manjar. El eucalipto hasta resulta bonito, pero no ofrece más que madera. Tenemos pues a la fea bajita que alimenta y por otro lado al guapo de madera, un tipo altivo y bastante duro. 
No fue difícil para la gente rural apreciar las virtudes de la fea. Tras unos cuantos meses plantada, recogieron sus frutos y... a ver a qué saben. Pelada y cocida llenaba el estómago, y resultó que no solo era planta poco exigente sino que sus rendimientos por hectárea eran elevados, bien superiores a los de los cereales. 
Así que los campesinos con poca tierra se interesaron por ella, y la patata no tardó mucho en ser estimada por los más pobres. Los que tenían tierra bastante para el cultivo de trigo, centeno y maíz prefirieron seguir comiendo pan en vez de esa cosa rara que se extraía de debajo de la tierra. Estamos, claro está, hace más de dos siglos, sin patatas fritas. 
Al revés pasó con el eucalipto chulito. Quedaba bien de adorno pero había que aguardar mucho tiempo para saber si era de buena madera. ¿Cómo sería su madera a la edad de 20, 30 o 40 años?. ¿Se agrietaría, se curvaría?. ¿Sería mejor que la de pino, se parecería a la de roble?. 
De modo que al principio los eucaliptos fueron 'cosa de ricos’, de aquellos que los plantaban para ornato de sus haciendas o de quienes podían esperar décadas a que el guapo australiano mostrase su valía y sacar partido a un árbol cuyo rápido crecimiento fue toda una sorpresa. 
Recordemos que nuestro protagonista procede de las antípodas de Galicia, con climas parecidos, templados y húmedos"

Empezó siendo, lo hemos dicho en otras entradas de blog dedicadas a este y otros Caminos del Norte, una especie plantada con fines ornamentales en los pazos. Más adelante, dado su rápido crecimiento, se empleó en la industria maderera, tal y como señala el autor:
"La demanda de madera gallega surgida en las décadas finales del siglo XIX para la fabricación de cajas, para apeas de minas –los puntales que sostenían las galerías- o para traviesas de vías férreas, había experimentado un boom en la 1ª Guerra Mundial (1914-18). La madera de pino y de roble era la más solicitada, pero también la de eucalipto ganaba posiciones poco a poco. Tras medio siglo desde su introducción, ya se conocían los usos que podían dársele. Para madera de construcción, para postes, para la construcción naval, para leña, etc

Llegó a emplearse como jarabe, como medicina, como balsámico, antecesores de los actuales caramelos de eucalipto, pero más adelante triunfaría totalmente para su empleo en la fabricación de celulosa para la industrial papelera. Ya en 1934, Daniel de la Sota, ingeniero y presidente de la Deputación de Pontevedra, narraba en conferencia celebrada en el centro galleguista de Vigo, sus impresiones en visita realizada a una fábrica portuguesa pionera en esta actividad. Este es su resumen:
"Relata después el Sr. La Sota su visita a la fábrica ‘Camia Pool’ [Caima Pulp], a 64 kilómetros de Oporto. Dice que de su instalación se derivan para nosotros enseñanzas provechosísimas, porque la identidad de condiciones climatológicas y físicas de Portugal y Galicia anticipan nuestro porvenir forestal, si llegásemos algún día a acometer una obra similar a la realizada por los portugueses. Añade que la fábrica por él visitada es una de las tres que existen en el mundo –las otras dos están emplazadas en Australia y Brasil-, y relata el curioso proceso que siguen allí las maderas hasta su conversión en pasta y traslado a la estación ferroviaria más inmediata. Hace con este motivo una descripción de la masa de pinos y eucaliptus, primero, y de las plantaciones homogéneas de eucaliptus después -6 kilómetros antes de llegar a la fábrica-, así como también de la población obrera que sostienen. Pues todo eso –resume- podíamos tenerlo en Galicia sin más que el esfuerzo conjunto de dirigentes y dirigidos"

Mucha atención en la siguiente curva pues dejaremos esta carretera a la izquierda


Tomaremos este camino que sale a la izquierda: la carretera LU-P-3109


Este es el cruce cuando los eucaliptos han sido cortados y replantados, siendo estos aún pequeños


Este es el mismo lugar con los eucaliptos ya crecidos, no pasando muchos años...


Tomamos la dirección de Padriñán y Arco, también en la parroquia de Masma.


Al sur otra buena vista de la Serra da Toxiza, con su cota máxima de 834 metros en el Pico da Lebre 


También a la derecha Pena Corveira (769 m)


Más cerca el Coto do Pombo (658 m)



Un poco a la izquierda los montes de Lourido (265 m) y Marqueide (281 m), así como los Picos dos Corvos (231 m). Entre ellos y A Toxiza pasa el Rego de Figueiras, que corre a desmbocar al Masma, llamado Troceda en su curso alto y que, por esa zona, se une al Valiñadares, que atraviesa Mondoñedo


El valiñadares recorre el valle de su nombre, bajo el Alto da Xesta y Coto Redondo...


Más a la izquierda, otro gran paisaje del Padornelo, sobre el valle del Masma que, poco a poco, empieza a asomar bajos sus prominentes alturas


Bajo nosotros, laderas del monte de Biduido y, bajo el Padornle, aldeas, barrios y lugares de la parroquia mindoniense de Vilamor


Continuamos marcha, ahora en llano. Alguna flecha azul, con las letras VM, responden a la antigua señalización de la Variante Marítima, y hemos de tomarlas aquí como buena orientación


Luego, al llegar a estos pinares, empezaremos a bajar de nuevo...


Bifurcación bajo los Pozos da Lagoa: seguimos por esl asfalto, a la derecha, en descenso...


Más plantaciones, ya en 1920, apoyando su plantación, González Fiol escribe así en su obra El eucalipto en España:
"... arrostrando peligros económicos y supliendo con su inteligencia los conocimientos del cultivo que el Estado debiera difundir y ni difundió ni difunde, emprendieron el del eucalipto, presintiendo que podía constituir una riqueza forestal importantísima. No puedo citar a todos cuantos lo merecen por ignorar sus nombres (...) me resignaré a dar unos cuantos. El primer puesto corresponde, en justicia, a aquel ilustre estadista (...) D. Eugenio Montero Ríos. El ilustre canonista –como se le llamó por antonomasia- realizó en su finca de Lourizán una importante plantación de eucaliptos que ha alcanzado gran desarrollo. En la misma Galicia han seguido su ejemplo D. Federico Maciñeira, alcalde de Ortigueira, que posee varios miles de eucaliptos, algunos de los cuales mide más de 50 metros de altura, y D. José Calvo, notario de dicha villa; el marqués de Loureda, el doctor Páez. En Madrid es también otro gran eucaliptocultor el prestigioso industrial y avicultor D. Francisco Llorente. En Andalucía, en veinte años de estudio y de perseverancia agronómicos, D. Miguel Sánchez Dalp ha conseguido reunir en sus posesiones más de 300.000 eucaliptos, de la variedad caolo, que se desarrollaron rápidamente, y cuya madera es muy apreciada. No contento aún con eso, ha creado varios espléndidos viveros para proseguir tan importantes plantaciones. En el balneario de Archena [Murcia] existen muchos eucaliptos, a los cuales falta poco para ser centenarios. (...) No es extraño, dado aquel magnífico clima. Pero no vaya a creerse por eso que el eucalipto tiene grandes exigencias climatológicas. Raro será el clima al que no se adapte alguna de sus numerosas variedades. Así, se ha visto aquí en España que en la Coruña, en Noya, se han vendido ya magníficos ejemplares –y no viejos- en el precio estupendo de 150 duros pieza, cantidad no alcanzada por ningún otro árbol. Y en Cerdido, de la misma provincia, un benemérito agricultor, D. Eduardo García, explota –según me comunica persona de amistad- hace 16 años más de veinte variedades, con tal éxito que no sabría cual preferir"

Su intensa plantación en grandes áreas viene siendo objeto de grandes controversias, sus beneficios y perjuicios, separados sus partidarios y detractores en dos bandos difícilmente reconciliables. Así, exponiendo ambas posturas en el artículo El eucalipto, entre el amor y el odio, Laura Chaparro, del Servicio de Información y Noticias Científicas, escribe:
"Fueron una pieza clave para repoblar los castigados bosques de la posguerra española y en la actualidad, su explotación comercial genera importantes beneficios económicos. Sin embargo, la mala ubicación de determinadas masas de eucaliptos enfrenta a los agentes forestales. SINC analiza la presencia de esta plantación, erróneamente denominada ‘bosque’ en muchas ocasiones
“El eucalipto no tiene la culpa de comportarse como un eucalipto”, explica Antón Lois, vocal de comunicación y activismo de la organización ecologista gallega Amigos da Terra. Y es que, pocos árboles como el eucalipto (Eucalyptus), de origen australiano, generan tanta polémica a su alrededor. 
Acusado de ser especie invasora, perjudicial para la conservación de la fauna y la flora y para la gestión de los recursos hídricos, ecologistas y científicos coinciden en que el problema no está en el árbol sino en las políticas de gestión forestal que se realizan. 
La incorrecta ubicación de estas plantaciones representa un inconveniente. “La elevada pendiente y la baja fertilidad de muchas de las superficies que se pusieron en producción fueron incompatibles con una selvicultura intensa y una gestión rentable”, señala Patricia Alesso, coordinadora del Centro de Investigación y Documentación del Eucalipto (CIDEU), dependiente de la Universidad de Huelva. 
El cultivo del eucalipto ocupa ahora en la Península Ibérica cerca de medio millón de hectáreas. Casi la mitad están ubicadas en Andalucía, un tercio en Galicia y el resto se reparte entre Extremadura y la Cornisa Cantábrica. Por provincias, destaca Huelva, con un 40% del total de superficie, seguida de A Coruña, con un 15% y Badajoz, con un 10%. 
Según el documento Una visión común sobre el problema de las plantaciones de eucalipto, firmado recientemente por una veintena de organizaciones ecologistas, en Andalucía y Extremadura la superficie ha disminuido en la última década, pero en otras regiones no ha ocurrido así. El entorno de Doñana, la zona interior de Galicia y áreas de Asturias y Cantabria “corren el riesgo de verse afectadas por estas plantaciones”.


Y en el apartado de Amenazas vs. beneficios de este mismo reportaje leemos:
"La repercusión en el paisaje es uno de los mayores inconvenientes que genera en la actualidad. En opinión de Lois, el avance de la especie amenaza “a todas las formaciones boscosas autóctonas”. “Las especies foráneas carecen de enemigos naturales por lo que se acentúa su carácter invasor”, asegura. Además, el carácter pirófito (resistente al fuego) del árbol favorece su expansión. 
No opinan de la misma manera desde el CIDEU, donde consideran que el eucalipto, como cualquier otra especie forestal, tiende a luchar contra sus ‘vecinas’ por todos los nutrientes que permiten su supervivencia. Comparan su comportamiento con el de una densa masa de alcornoques o de hayas, donde apenas crece vegetación.

En lo que coinciden científicos y ecologistas es en su “indudable” utilidad industrial y comercial, por la fabricación de pasta celulósica que se utiliza en papel de cocina, papel higiénico o pañuelos. Además, su madera es barata y útil para la construcción.

“Propietarios, rematantes, maderistas y fábricas de pasta y papel de Andalucía, Galicia, Asturias, Cantabria y la provincia de Vizcaya son claves en el tejido industrial y también en la dinamización del medio rural y el sector forestal”, reconocen en su manifiesto las organizaciones sociales.

Otra de sus más recientes aplicaciones son las energías renovables: los restos del proceso de fabricación de la pasta y plantaciones específicas se emplean para la producción de energía eléctrica a partir de esta biomasa"

Cruce y curva a la izquierda, seguimos bajando por la carretera asfaltada


Aquí tenemos un buen mirador sobre el valle


Bajo nosotros Padriñán, parroquia de Masma. Un poco más allá el Alto dos Castros


El Alto dos Castros nos oculta Vilanova de Lourenzá, también en el valle del Masma, paso del Camino Norte que, procedente de Ribadeo, se dirige a Mondoñedo


Más a lo lejos la Serra da Cadeira, con las alturas de Penas Mouras (553 m), Pico da Cadeira (553m) y A Órrea (596 m). Por allí baja al Val de LOurenza, camino de Mondoñedo, el otro Camino Norte oficial, que ha entrado en Galicia por la Ría de Abres y Trabada


Más cerca es el Monte Calvario (231 m), por donde entra en Vilanova de Lourenzá el camino que viene de Ribadeo por Val de Cabarcos, concello de Barreiros...


Acercándonos al valle los eucaliptos dejan paso en este sector a las fragas de bosques autóctonos


Curva a la izquierda...


Tejados de Padriñán


Padriñán presenta un paisaje disperso en un gran rellano de esta ladera


Pasamos junto a unas ruinas: O Cantil


El viejo cabazo, comido por la vegetación


La casa, en la misma situación


Símbolo del éxodo rural y del abandono del campo que rememora una poesía de Rosalía de Castro:
Adios, ríos; adios, fontes;
adios, regatos pequenos;
adios, vista dos meus ollos:
non sei cando nos veremos.

Miña terra, miña terra,
terra donde me eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei,

prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña do meu contento,

muíño dos castañares,
noites craras de luar,
campaniñas trimbadoras
da igrexiña do lugar,

amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñiños antre o millo,
¡adios, para sempre adios!

¡Adios groria! ¡Adios contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conozo
por un mundo que non vin!

Deixo amigos por estraños,
deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin, canto ben quero...
¡Quen pudera non deixar!...

Mais son probe e, ¡mal pecado!,
a miña terra n'é miña,
que hastra lle dan de prestado
a beira por que camiña
ó que naceu desdichado.

Téñovos, pois, que deixar,
hortiña que tanto amei,
fogueiriña do meu lar,
arboriños que prantei,
fontiña do cabañar.

Adios, adios, que me vou,
herbiñas do camposanto,
donde meu pai se enterrou,
herbiñas que biquei tanto,
terriña que nos criou.

Adios Virxe da Asunción,
branca como un serafín;
lévovos no corazón:
Pedídelle a Dios por min,
miña Virxe da Asunción.

Xa se oien lonxe, moi lonxe,
as campanas do Pomar;
para min, ¡ai!, coitadiño,
nunca máis han de tocar.

Xa se oien lonxe, máis lonxe
Cada balada é un dolor;
voume soio, sin arrimo...
Miña terra, ¡adios!, ¡adios!

¡Adios tamén, queridiña!...
¡Adios por sempre quizais!...
Dígoche este adios chorando
desde a beiriña do mar.

Non me olvides, queridiña,
si morro de soidás...
tantas légoas mar adentro...
¡Miña casiña!, ¡meu lar!

Testimonio rural de un pasado que se fue...


En Padriñán, bifurcación


Nosotros iremos a la izquierda, tal y como señalamos


Es el camino que sigue bajando, quedando las casas un poco más arriba a la derecha



Pasamos ahora por un paraje de arboledas


Este tramo no es del todo llano pero casi, y en él disfrutamos de una buena sombra


Poco después el descenso tiende paulatinamente a hacerse más acusado...


Enlazamos con otro camino y seguimos adelante todo recto y rampa abajo


Y así continúa nuestra bajada al Masma...


Alguna señal más de la variante Marítima


A nuestra izquierda una casa en l afalda del monte


O Canteiro, bajo los montes de A Pichoca


A la izquierda O Cantil, por donde acabamos de pasar, viniendo de Os Outeiro


Por ahí baja el Rego do Canteiro, a desembocar al Masma. A lo lejos el Monte Sandín (196 m) y el ya citado Monte Calvario (229 m) y, más allá a la derecha el de San Paio (309 m). A lo lejps a la izquierda A Pena da Ínsua y Seixos (388 m), entre Barreiros y Ribadeo


 Arriba a nuestra izquierds el Alto de Padriñán (233 m)


Viene ahora una larga curva a la derecha, muy cerrada, bordeando la falda del monte...


Acometiendo el tramo final del descenso al valle...


De frente más barrios y lugares de esta parroquia de Masma, como A Penala, Porto da Vila, Bouzavella... al otro lado de la colina está Vilanova de Lourenzá


Y ya ante nosotros, el histórico valle del Masma en todo su esplendor, vía abierta hacia Mondoñedo pòr O Arco, O Outeiro, Santdo André, Viloalle... bajo las alturas de A Toxiza por un lado y del Padornelo por otro





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