San Martiño de Mondoñedo |
Nosotros en nuestro caso vamos a proponer la ruta, alentada por diversas asociaciones, que une San Martiño con el Mondoñedo de nuestros días, siguiendo primeramente, durante unos metros, el Camiño de San Rosendo que, reiteramos, nos trajo aquí desde Vilaronte, luego de pasar el Masma por A Ponte da Espiñeira
A la derecha, la Casa del Prior, con su arco de medio punto, de la que también hablábamos al llegar
A min chaman Todomira,
señora do gran tesouro;
por estrela clarecida
xago neste Valedouro.
Mais traidor foi que un mour
o vilán que me vendeu
que de Lugo a Ribadeu
todos me tiñan tremour.
De min, a triste Frouxeira
que por traición foi vendida
derrubada na ribeira,
que xamais se veu vencida.
Por traición tamén vendido
Xesús noso Redentor,
e por aquestes traidores
Pero Pardo, meu señor.
Vintedous foron chamados
os que vendido lo han,
non por fame de sustento,
de carne, viño nin pan.
Nin por outro menester
que falsean de bondade
senón por súa vilancia
e mais por mala intención.
Eles quedan por traidores
e o seu amo por leal,
pois os reis á súa filla
as súas terras mandan dar.
A Deus darán contadelo,
que lles queira perdoar,
co que acabou a Frouxeira
e a vida do Mariscal...
"Destes fora Capitáno Cofano do ValedouroQue ainda anque fora un mouroNon me deran mais afán"
-Deben circular por la izquierda, para que puedan ver de frente a los vehículos que se acerquen.
-Si existe arcén, se caminará por él, y si no existe, se circulará por la calzada, lo más pegado posible al borde. Si son varias las personas, deberán ir una detrás de otras, en fila india.
-En caso de necesitar cruzar, se deberá hacer por los lugares más seguros y con mayor visibilidad-Entre la puesta y salida del sol o en condiciones climatológicas ambientales adversas que disminuyan sensiblemente la visibilidad, los peatones que circulen por la calzada o el arcén deberán ir provistos de algún elemento luminoso o retrorreflectante homologado y procurarán vestir ropas de color claro para ser lo más visibles posible para los conductores"
Y este es O Eucalipto de Casa de Reimunde, catalogado como árbol singular por la Xunta de Galicia. Es uno de los pocos ejemplares de esta especie que ha llegado a más de un siglo de vida, pues fue de los primeros plantados en Galicia, aún como especie ornamental, y no como monocultivo intensivo maderable para las papeleras
Las señales pintadas con las iniciales VM de la Variante Marítima nos indican, como hemos dicho, ir a la izquierda
"El intenso aprovechamiento eólico de esta pequeña cordillera de interposición entre la costa cantábrica y los interiores de A Terra Chá delata la presencia constante del viento. Entre ellos la xistra, ese golpe de viento húmedo y gélido que aquí barre las cumbres sin más amparo que la roca desnuda de algunos picos.
El macizo septentrional está formado por O Xistral con el punto más elevado en O Cadramón (1.062 m), los montes de A Toxiza (832 m) y los de A Carba (908 m). Además del viento, también son el reino de la niebla. Atrapan las nubes cargadas que dejan todos los años cantidades significativas de precipitaciones. A pesar de la proximidad del mar, no son raras las nevadas invernales. El agua se deposita en las llanuras elevadas encharcando los pastos naturales y creando extensos depósitos de turba. Son las turberas de cobertor que popularmente reciben el nombre de barreras, marisma o lago. Por ejemplo, en los lugares de las Barreiras do Lago, Lagoa das Furnas, Tremoal da Charca de Santa Cruz...
Los principales ríos que tienen su cabecera en estas montañas son el Eume, en la vertiente atlántica, y el Landro, Ouro y Masma, en la cantábrica. Los caballos salvajes en libertad son una imagen frecuente en esta sierra"
Letrero de A Ermida, aquí sin "h"
"Las montañas del norte:
Un intrincado macizo de aspecto aparentemente amable se levanta casi al borde del mar Cantábrico que, habitualmente, envía su carrusel de nubes que chocan en estas montañas, descargando constantes precipitaciones en medio de la densa niebla. En invierno, a pesar de su moderada altura (las cumbres apenas rozan los mil metros sobre el nivel del mar), la lluvia se transforma en nieve.
Así, el paisaje que encontramos en O Xistral parece una réplica de montañas del norte de las islas británicas o de Escandinavia: grandes superficies de turberas envueltas por niebla y misterio. Tanto es así que solo hay asentamientos humanos tradicionales en los valles, a mucha menor altitud, donde las temperaturas medias son mucho más elevadas. El régimen de precipitaciones y la orografía hace que en sus entrañas nazcan numerosos ríos que fluyen hacia cuencas diferentes.
Los montes de esta sierra fueron explotados únicamente por la ganadería extensiva utilizando vacas y caballos que, aún hoy, pastan libres. Ya bien entrado el siglo pasado, se intentó cultivar pinos con éxito desigual debido a la dureza del clima. Actualmente, el gran recurso energético de estas sierras, el viento, es intensamente aprovechado"
"El Pico da Frouxeira es un lugar con olor a historia. Monte de 427 metros de altitud, en su cima se levantaba el Castelo da Frouxeira del que hoy quedan exiguos restos y marcas en las rocas de los antiguos muros entre las rocas graníticas.
La fortaleza perteneció al Mariscal Pardo de Cela, mitificada y controvertida figura de la nobleza gallega medieval. Castillo inexpugnable al ser una plataforma rocosa, el emplazamiento tiene dominio visual de las tierras de Foz y del litoral hacia el noreste, de Alfoz y O Valadouro en el sector oeste y del productivo y verde valle de San Martiño de Mondoñedo a sus pies"
"... en los años 90´s, un grupo de escaladores locales del municipio de Foz, comenzaron a practicar la escalada en la zona, donde equiparon algunas vias a mano con burilador y a veces llevando un grupo electrógeno para poder taladrar. Tambien se reseñaron o crearon problemas de búlder, estos ya por el año 2.010.
En el año 2.011 un grupo de escaladores "Peña Tallada", equiparon nuevas vias y comenzaron a promover la escalada en la Mariña Lucense. En la actualidad aun se estan abriendo nuevos itinerarios tanto deportivo , problemas de búlder y quizas alguno de caracter mas clasico (Vias de varios largos de unos 100 metros)"
"El cabazo es, como el hórreo y la panera, un tipo de granero, especialmente diseñado para el secado y curado del grano. Conocido también como hórreo gallego, su área de dispersión comprende la casi totalidad del territorio gallego, el occidente asturiano hasta el Navia y el norte de Portugal"
"PEDRO PARDO DE CELA (Mariscal PARDO DE CELA). Además de las posesiones que heredó de su padre se intituló a sí mismo Alcalde de la Villa de Vivero y Justicia y Comendero del Obispado de Mondoñedo. Bajo su autoridad estaban los Saavedra, Rivadeneyra, Aguiar y Bolaño formando un importante clan familiar. Aparece como poseedor de las fortalezas de Vilaxón, A Frouxeira, Penadreda, Guitiriz, Sta. Cruz de Valadouro, A Barreira... Durante la guerra Irmandiña se refugió en Ponferrada con su suegro, el Conde de Lemos Pedro Álvarez Osorio.
Tras la victoria de Isabel La Católica, a la que había apoyado el mariscal, la corona procuró restar poder a la nobleza gallega. Pardo de Cela no estaba dispuesto a renunciar a sus dominios y se resistió en su castillo de A Frouxeira. Allí estuvo cercado durante tres años hasta que fue apresado y conducido a Mondoñedo donde fue ejecutado a los 10 días (el 17 de diciembre de 1483). Su mujer fue ISABEL DE CASTRO, hija de los Condes de Lemos, y de ella nació Constanza de Castro"
"El Mariscal Pero Pardo de Cela Aguiar e Ribadeneyra nació en Castro d’Ouro hijo de uno de los más nobles linajes del Reino de Galicia, los Señores de Cela y de Violante de Aguiar. Intimo amigo de los Condes de Monterrei y de Lemos, contrajo matrimonio con Dona Isabel de Castro, hija de la Condesa Beatriz y de Don Pedro de Osorio, ligándose así con los poderosos Condes de Lemos y con otros importantes linajes del Reino de Galicia. El Reino de Galicia se encontraba entonces en una situación política delicada tras sufrir dos Guerras Civiles Irmandiñas y la secesión del sur del Reino, el reciente Portugal. Asesinado con veneno el rey Henrique IV, estalló la guerra sucesoria entre gallegos y castellanos, declarando éstos reina a Doña Isabel La Católica, en tanto que Galicia defendía el legítimo trono de la hija de Henrique IV, Dona Xohana A Beltranexa, A Excelente Dona, y su esposo, el rey Afonso de Portugal.
Reorganizado el poder político de Castilla, los Reyes Católicos emprenden la anexión del Reino de Galicia asesinando las principales familias nobles gallegas. Don Pero Pardo de Cela, descendiente de Don Fadrique el hermanastro del rey Pedro I, se declara fiel a la soberanía del Reino de Galicia y rebelde a la submisión al Reino de Castilla.
Así, los Reyes castellanos enviaron otro ejército a Galicia para derrotar a Pardo de Cela, contingente comandado por el capitán vasco-francés Mudarra, que eliminó toda la última resistencia que encontró a su paso, como afirma el cronista de los Reyes Catolicos "que ya parecía crueldad, y era entonces necesaria; y por eso se hacían muchas carnecerias de hombres".
La lucha entre gallegos y castellanos se mantuvo durante 3 largos años en las tierras de Britonia. Pardo de Cela se hizo fuerte en la Provincia de Mondoñedo sin que Mudarra pudiese vencerlo. En el resto del Reino de Galicia, la nobleza gallega asesinada empezaba a ser sustituída por nobleza castellana y los Reyes Catolicos dictaban las primeras medidas de la "Doma y Castración del Reyno de Galicia".
Tras reiterados fracasos militares, Mudarra contactó con vasallos del Mariscal dudosos del resultado final de la guerra, a los que les ofreció un gran tesoro y el perdón por su rebeldía.
Los desleales vasallos abrieron las puertas del castillo de A Frouxeira a los castellanos aprovechando la estancia de Pardo de Cela en el castillo de Castro d’Ouro, donde el Mariscal estaba visitando al leal Señor Pero de Miranda. De vuelta a A Frouxeira el 7 diciembre 1483, el ejército de Mudarra apresó por sorpresa en el salón del castillo al Mariscal, a su hijo y a Don Pero de Miranda, "con moitos fidalgos onrados que con el estaban", llevándolos a Mondoñedo para ejecución pública ejemplar"
"Pardo de Cela, Pedro. El Mariscal. Galicia, p. m. s. XV – Mondoñedo (Lugo), 3.X.1483. Noble, mariscal de Castilla, rebelde
Hijo de Juan Núñez Pardo de Cela y de su primera mujer, Teresa Rodríguez de Aguiar, viuda de Rodrigo Alonso de Saavedra. Los patrimonios e intereses de Pedro Pardo de Cela, en el obispado de Mondoñedo, lo situaron en una posición de poder en el concierto de la nobleza gallega
Por lo que parece, Pardo de Cela se mantuvo en sus primeros años en la órbita señorial de los Andrade, a los que su linaje estaba unido por viejos vínculos de parentesco y alianza. Más tarde, seguramente a partir de su matrimonio con Isabel de Castro, hija de los primeros condes de Lemos, celebrado ya mediada la centuria, el personaje se alinearía con su suegro, Pedro Álvarez Osorio, quien mantenía alianzas con el arzobispo Alonso de Fonseca y Sancho Sánchez de Ulloa, que luego —desde 1474— se titularía conde de Monterrey. En la década de 1460, cuando se le documenta como justicia y comendero del obispado de Mondoñedo y alcalde de la villa de Vivero, Pardo de Cela comenzó a adquirir un creciente protagonismo en las luchas intestinas de la nobleza gallega, padeciendo en el verano de 1467 el acoso de la rebelión “irmandiña”, lo que le obligó a buscar refugio en la villa de Ponferrada, donde se había resguardado su propio suegro, señor de la misma. Desde allí, ambos personajes secundaron la reacción señorial que en la primavera de 1469 habían encabezado desde Portugal el arzobispo Alonso de Fonseca, Pedro Álvarez de Sotomayor y Juan Pimentel, hermano del conde de Benavente. En los años siguientes, Pardo de Cela volvió a figurar entre los grandes personajes gallegos, presentándose ahora adornado con el título de “mariscal”. Su presencia, cuanto menos, fue muy cotizada en los conflictos nobiliarios que se sucedieron entonces, aunque son conocidos también algunos golpes de mano de los que no salió ciertamente airoso, como ocurrió en Sobrada de Aguiar o en Samarugo. A la muerte de Enrique IV, Pardo de Cela se apresuró a reconocer a la reina Isabel, alineándose así en el bando que en Galicia encabezaban su suegro, el arzobispo Fonseca y el conde de Monterrey. Hay noticia de su activa participación en diversas acciones armadas, como en el sitio de Pontevedra, en octubre de 1476, así como de algunas importantes recompensas de la Corona, como la confirmación de un juro de 40.000 maravedís para el acostamiento de veinte lanzas
En 1480, con la llegada a Galicia de Fernando de Acuña y García López de Chinchilla, comenzó el declive del mariscal Pardo de Cela. Los enviados regios, cuya comisión era instaurar la paz y el orden en aquel Reino, actuaron con determinación, logrando un rápido y señalado éxito, sobre todo tras el sometimiento de Fonseca. En los años siguientes parece que los únicos que se resistieron fueron el conde de Lemos, que falleció en febrero de 1483, cuando tenía cercada la ciudad de Lugo, y el propio Pardo de Cela, que se mantuvo firme en el obispado de Mondoñedo. Las noticias, escasas y a veces contradictorias, no permiten reconstruir con detalle el desarrollo de los acontecimientos, ni sus propias implicaciones. Estos acontecimientos alcanzaron gran repercusión y generaron, de inmediato, una corriente mitificadora de tinte popular que desdibujó la realidad y que todavía hoy goza de cierta aceptación.
El mariscal Pardo de Cela tuvo con su mujer, Isabel de Castro, dos hijas: Constanza de Castro, que casó con Fernán Ares de Saavedra, y Beatriz de Castro, que casó primero con Galaor Osorio y más tarde con Pedro Bolaño Ribadeneira, señor de la Casa de Torés"
"Pedro Pardo de Cela fue un señor feudal. Partidario de la infanta Juana la Beltraneja, al morir su padre, Enrique IV de Castilla, se enfrentó a la política de los nuevos reyes de Castilla, Isabel I y su marido, Fernando II de Aragón.
Estaba casado con la hija del primer conde de Lemos, Isabel Pérez Osorio. Esta última llegó con su tío, Pedro Enríquez, obispo de Mondoñedo, a la ciudad de Mondoñedo, donde Pardo de Cela era merino en representación de la Casa de Lemos. El obispo Pedro Enríquez le entregó como dote de boda en 1441 todas las rentas del obispado, excepción de las que necesitaba para su sustento, compuestos por la mayor parte de los castillos y fortalezas dependientes del obispado, contándose entre ellos el reconstruido Castillo de la Frouxeira. El obispo Pedro Enríquez había sido antes chantre de la Catedral de Orense, y era hijo de Enrique Enríquez, hermano de Fadrique Enríquez de Castilla, duque de Arjona.
Fallecido el obispo en 1445, se traslada a Vivero, donde llega a ser alcalde, obteniendo en 1474 el título de mariscal. Compra la "casa do Carballo de Galdo", cabeza de su morgado. En el año 1476 es destituido de la alcaldía por los Reyes Católicos. En el año 1478 es expulsado de Vivero y los Reyes Católicos escriben a los ayuntamientos de Santa Marta de Ortigueira y Mondoñedo para que no le permitan su entrada. Pide una carta de "seguro y amparo" a los Reyes y se refugia en el Castillo da Frouxeira, donde se hace fuerte con "los otros dos Pedros", Pedro de Bolaño y Pedro de Miranda, y derrota a las tropas castellanas, comandadas por Fernando de Acuña, hijo del Conde de Buendía, y Luis de Mudarra, que llegaran a Galicia en septiembre del año 1480 para "pacificar" el Reino.
Los obispos sucesores de Pedro Enríquez, que siempre reclamaron a Pedro Pardo de Cela la devolución de la dote de su esposa, fueron Pedro Arias Vaamonde, Alfonso de Segura, Alfonso Vázquez de Acuña y Fadrique de Guzmán. En realidad, Pedro Pardo de Cela podía tener algo de razón si los bienes recibidos en dote pertenecían a los Castro desde la época de Pedro Fernández de Castro, y no a la diócesis de Mondoñedo como pretendían los obispos, aunque la donación hecha a su sobrina por Pedro Enríquez fue a título personal y los bienes donados le pertenecían a él por herencia familiar. El asunto es discutible en derecho ya que, como obispo, Pedro Enríquez disponía de dos tipos de bienes: sus propios bienes patrimoniales y, por otra parte los bienes derivados de las rentas del obispado.
El corregidor de la ciudad falló a favor del obispado de Mondoñedo, y ordenó su devolución, a lo que Pedro Pardo de Cela se negó rotundamente. Por ello, fue juzgado en rebeldía y condenado a muerte. Para prenderlo, Fernando II de Aragón, esposo de la reina Isabel I de Castilla, envió al mercenario francés Luis Mudarra al frente de unos 300 jinetes.
Sus bienes fueron confiscados, aunque luego los Reyes Católicos, mediante sentencia de la Real Audiencia de Valladolid, le devolvieron parte de ellos a su viuda, aunque no la fortaleza de la Frouxeira, ya que existe un documento donde Munzo ó Mouso Mudarra, capitán del rey Fernando de Aragón, compra la fortaleza.
Su hija Constanza se mantuvo en rebeldía pero fue pronto sometida y, tras serle confiscados sus bienes, se le perdonó la vida. De buen grado o por la fuerza, ingresó en un convento donde murió en olor de santidad. Después, los bienes confiscados le fueron devueltos a su hermana Beatriz.
Muerto el Conde de Lemos en febrero de 1483, los mandatarios reales traman la traición de A Frouxeira, ante la imposibilidad de poder conquistarla. Pardo de Cela fue traicionado por sus 23 criados que defendían la fortaleza. Los "cantares" dicen que el traidor fue Roi Cofano do Valadouro.
Sin la protección de A Frouxeira, donde se hacía fuerte, el 23 de septiembre de 1483, fue detenido en la casa de Fonsa Yáñez en Castrodouro (en el actual ayuntamiento de Alfoz) llevándolo preso a la villa de Mondoñedo, donde diez días más tarde los decapitarían a él y a su hijo Pedro, debido a ser "cruel y poderoso", según los términos de la sentencia, provocando el nacimiento de un mito, es decir, de una figura que sería recordada por poetas y rapsodas. Es enterrado dentro de su Catedral, con el beneplácito el obispo mindoniense; su fortaleza y símbolos de poder son derruidos y arrasados.
La dura lucha durante tres años en A Frouxeira, la traición de sus criados y su muerte en el cadalso, lo convierten rápidamente en mito, y empieza a ser trovado en Ferias y Mercados"
"O teito é de pedra.
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan,
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra."
"El techo es de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire.
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra"
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