Al oeste de Gijón/Xixón está La Gloria, y el Camino de Santiago pasa por ella, podemos decir sin ningún tipo de mentira ni de exageración, en concreto a la entrada del barrio de El Natahoyo que daba nombre a este antiguo-nuevo arenal que, desaparecido con las ampliaciones portuarias e industriales de las dos últimas décadas del siglo XIX fue recuperado artificialmente, aunque lamentablemente no su nombre origina, prefiriéndose, sin que se sepa muy bien porqué y sin un acuerdo plenario pertinente, el nombre nuevo, quizás más turístico, de Poniente, soslayando también el de Pando, Mar de Pando o Playa de Pando con el que también se la conocía, así como, durante un tiempo dieciochesco, la Playa del Paseo
"La estación de Gijón responde a un proyecto redactado en 1871 por el ingeniero Melitón Martín para las líneas de Asturias y León concedidas a la Compañía del Noroeste. Martín planteó diferentes edificios agrupados por categorías según la importancia de cada enclave, algo común al planeamiento de las vías férreas de la época. De todas ellas, el modelo de mayor empaque correspondía a las de primera categoría, de las que tan solo estaban previstos dos ejemplares, uno en Gijón y otro en La Coruña.
Los planos concibieron un edificio de cierto empaque, aunque con un planeamiento muy convencional para este tipo de construcciones. Dispuesto de forma paralela a las vías, constaba de dos plantas rectangulares bastante alargadas. La inferior contaba con un vestíbulo central del que se accedía a tres salas de espera destinadas a las respectivas clases de viajeros, un restaurante y los distintos despachos de circulación. Todo el piso superior estaba destinado a viviendas de personal.
Los muros eran de mampostería enlucida, con sillería en los motivos decorativos (pilastras, zócalo, molduras en torno a puertas y ventanas). La cubierta era de pabellón, apoyada en cerchas metálicas. El conjunto se completaba con una amplia marquesina sobre columnas de fundición que resguardaba el andén principal.
La estación de Gijón estuvo terminada en 1874 para la inauguración del tramo hasta Pola de Lena. Su hermana gallega fue concluida diez años más tarde y fue derribada en la década de 1960.
La asturiana corrió mejor suerte. Estuvo en funcionamiento durante más de un siglo, pasando sucesivamente a manos del AGL, de la Compañía del Norte y, finalmente, de RENFE. Dejó de prestar servicio comercial en enero de 1990, cuando se abrió al tráfico la nueva estación de la Plaza del Humedal.
El edificio fue rehabilitado y convertido en la sede del Museo del Ferrocarril de Asturias, que abrió sus puertas en 1998. Actualmente alberga los despachos, centro de documentación, sala de exposiciones y almacenes. Es un ejemplo de estación monumental del siglo XIX perfectamente conservado y un hito como punto de partida de la red de vía ancha del Principado."
"Corría la segunda mitad del siglo XIX, y el Gijón/Xixón fabril, industrial y obrero crece sin cesar. Elemento clave de este crecimiento son las comunicaciones y el transporte, y en este contexto nace la Estación del Norte, que transforma el entorno rural y tranquilo de El Natahoyo en uno de los arrabales proletarios más relevantes de la ciudad. La zona, limitada por el ferrocarril y el mar, y vertebrada por la carretera de Candás se convierte en lugar de asentamiento de numerosas industrias, entre otras algunos de los astilleros más importantes del siglo XX español. El ferrocarril permitiría la salida al mar de mercancías industriales, y el tránsito de pasajeros por el eje central de Asturias, desde Gijón/Xixón a las cuencas mineras y viceversa. En definitiva vertebraba la vida, la economía, los cambios sociales y la revolución industrial, fue un símbolo de progreso y conocimiento.En la actualidad toda esa historia reciente, y todo el poso obrerista, industrial, tecnológico y social asturiano tiene un claro exponente en el uso que se le dio a la Estación del Norte de Gijón/Xixón cuando en 1990 cesa su actividad, finiquitando así más de cien años de historia, y abriendo el conocimiento, la cultura y el ocio a las generaciones y viajeros actuales a través de su nueva vida como Museo del Ferrocarril."
"Espiar a Mata Hari resulta fascinante. Sigues con insistencia la estela de su contoneo desde París hasta Madrid, pasando por Gijón, con especial interés en su escala en El Musel. Pero ha llovido mucho desde noviembre de 1916 (casi un siglo) como para que las huellas de la bailarina de los pies desnudos, como también la llamaban, no se hayan borrado de casi todas partes; en especial, en aquel breve trayecto entre el puerto gijonés y la estación del Norte, donde tomó un tren a Madrid. Sin embargo, al final, darás en tu propia casa con la prueba documental que buscabas. En la hemeroteca de EL COMERCIO, un auténtico templo donde se preserva el pasado, desde 1878 hasta 2014, está la solución.
Noviembre de 1962, Joaquín Alonso Bonet dedicó su sección ‘Pequeñas historias de Gijón’ al asunto bajo el título: “En Gijón empezó a declinar la estrella de Mata Hari (‘Ojo del día’), la espía H-21”, una apasionante página que el dramaturgo, poeta y periodista acompañó de una fotografía de Mata Hari, junto a un agente francés, en El Musel. La imagen muestra a una mujer elegante, distinguida y mayor. No concuerda con los presuntos 40 años que tenía la espía cuando pisó suelo astur (Bonet refiere 36). Pero esta circunstancia puede tener dos explicaciones. Una, que la diva hubiese mentido con la edad, como se ha sospechado siempre. Otra, que en aquellos tiempos una persona de 40 años no tenía el aspecto actual. La esperanza de vida era muy inferior. Lo cierto es que en la cubierta de aquel carguero procedente de Falmouth (Inglaterra), que entraba al puerto gijonés para llenar sus carboneras, estaba ella. Agentes franceses procedentes de la embajada de Madrid la aguardaban.
Y ahora dejamos seguir narrando la historia al propio Bonet: “Momentos después desembarcaba una mujer hermosa, de belleza exquisitamente cuidada que entraba en el orden de lo excepcional. Tenía 36 años, sombrero con gran pluma, abrigo de pieles oscuras y sombrilla, en la que se apoyaba continuamente. Era Margarita Zelle, que pisaba el puerto gijonés con muestras de fatiga y palabras de desagrado por las molestias de un viaje incómodo, a bordo de un buque sucio y lleno de mercancías, el primero, como la dijeron en Falmouth, que salía para España. Pese a todo lo cual fingió una sonrisa, más esta sonrisa, instantes después, se le helaba en los labios porque uno de los agentes, entre corteses genuflexiones, la invitó a hacerse una fotografía. No pudo reprimir un gesto de contrariedad, pero, al fin, hubo de acceder la bella viajera. A su lado y, sin duda, para dar autenticidad a la foto, se situó otro agente, de gabán, hongo y bastón”. Prosigue Bonet: “La dama pasó en Gijón unas horas, en compañía de aquellos hombres de la embajada, que la colmaban de atenciones y delicadezas propias de la galantería francesa. Por la tarde estaba con su ocasional cortejo en la estación del Norte y en el tren correo salían todos para Madrid. Este viaje, colmado de zalemas y cortesías, tenía todos los caracteres de una detención”.
En su apasionante relato, el dramaturgo gijonés contextualiza la presencia de Mata Hari en aquel barco. En principio, la mujer a la que había dedicado unos versos el mismísimo Rubén Darío (El canto errante, en 1907) había embarcado en Vigo en el vapor ‘Hollandia’ para una misión en Bélgica. Pero el barco fue interceptado en alta mar por un buque inglés, que se la llevó a Falmouth. Los servicios de espionaje británicos y franceses le seguían ya la pista tras interceptar un radiocifrado sobre el pago de 15.000 pesetas a ‘H-21’ por sus servicios. Y H-21 era Margarita Zelle, Mata Hari, la bailarina de los pies desnudos, aquella bella mujer que cortejaba con altos mandos franceses y trabajaba para los alemanes. Lo primero que hicieron fue abortar su misión. Lo segundo, devolverla a España para tenerla bajo vigilancia. Y lo tercero, embarcarla.
En su apasionante relato, el dramaturgo gijonés contextualiza la presencia de Mata Hari en aquel barco. En principio, la mujer a la que había dedicado unos versos el mismísimo Rubén Darío (El canto errante, en 1907) había embarcado en Vigo en el vapor ‘Hollandia’ para una misión en Bélgica. Pero el barco fue interceptado en alta mar por un buque inglés, que se la llevó a Falmouth. Los servicios de espionaje británicos y franceses le seguían ya la pista tras interceptar un radiocifrado sobre el pago de 15.000 pesetas a ‘H-21’ por sus servicios. Y H-21 era Margarita Zelle, Mata Hari, la bailarina de los pies desnudos, aquella bella mujer que cortejaba con altos mandos franceses y trabajaba para los alemanes. Lo primero que hicieron fue abortar su misión. Lo segundo, devolverla a España para tenerla bajo vigilancia. Y lo tercero, embarcarla.
El testimonio de Bonet ofrece una fiabilidad máxima. Nacido en 1889, Joaquín Alonso Bonet tenía 27 años en 1916. Fue por tanto coetáneo de los hechos, de los que, según refiere en el amplio reportaje, se documentó a principios de 1917 desplazándose a Madrid, donde se encontraba Mata Hari. Acudió a la Agencia Delgado Barreto, que distribuía sus noticias a EL COMERCIO, y a ‘La Cafetera’ de la Puerta del Sol, un departamento comercial de telefónica donde se reunían los periodistas y corresponsales de la época para intercambiar información. Cuando se presentó ante sus colegas, se produjo la siguiente conversación:
-¿Vienes de Gijón?
-Sí.
-¿Y qué noticias tenéis allí de una famosa bailarina llamada Mara Hari?
-Sólo se sabe que desembarcó en el puerto de El Musel y que salió creo que para Madrid. En Gijón estuvo solo unas horas.
-Eso es saber muy poco. Aquí te informarás de otras muchas cosas.
Así fue como Joaquín Alonso Bonet (fallecido en 1975) se documentó de todo lo acaecido antes, durante y después de la escala de Mara Hari en Gijón aquel frío noviembre de 1916. Poco después de su estancia en Madrid, la espía holandesa era detenida en Francia el 13 de febrero de 1917. Y unos meses más tarde, el 15 de octubre, tras un complejo proceso, fue fusilada en las afueras de París. De eso hemos hablado ya. También del robo de su cabeza, embalsamada en el Museo del Crimen. Tocaba documentar la estancia de Mata Hari en Gijón. Aquí están las pruebas."
"Nada tuvo que ver, como es lógico, que unos días antes corriese por las tertulias de “Corrida Street” el rumor de que frente al puerto de El Musel se había podido ver a un submarino alemán, pero lo cierto es que aquel noviembre de 1916, la famosa bailarina holandesa, Margarita Zelle –que luego se sabría que era la doble espía que trabajaba a la vez para Francia y Alemania, “Mata-Hari” que significaba “ojo del día”- fue descubierta en El Musel, cuando desembarcó de un carguero procedente del puerto de Falmouth. Joaquín Alonso Bonet la describió como “una hermosa dama, de belleza exquisitamente cuidada elegantemente ataviada: sombrero con gran pluma, abrigo de pieles oscuras y sombrilla en la que gentilmente se apoyaba”. Su rostro estaba marcado por las muestras de la fatiga tras las molestias de un viaje incómodo, a bordo de un buque sucio y lleno de mercancías malolientes.
A pesar del mal estado físico en que se encontraba, no borró la sonrisa de sus labios tras desembarcar en El Musel cuando dos caballeros gentilmente le pidieron hacerle una fotografía. Aunque se mostró contrariada accedió a posar con un hombre que se situó a su lado: el autor de la fotografía y su acompañante eran agentes del servicio de contraespionaje francés.
En el “Gran Café de Gijón” tomaba “Peppermint frappé”
Con toda galantería, aquellos caballeros la acompañaron hasta la Estación del Norte para coger unas horas después el primer tren, un correo que partía hacía Madrid. En la capital de España se alojó en el “Palace Hotel” y hasta volvió a los escenarios teatrales donde la bailarina de los pies desnudos obtuvo un nuevo triunfo, no solamente por el embrujo de su arte que desplegaba con su belleza javanesa de gitana india, realmente fascinante. Con Enrique Gómez Carrillo, el director del diario madrileño “El Liberal” –aquel cuyos ejemplares vendía provocativamente Raquel Meller en el “Teatro Jovellanos”- estuvo en el “Gran Café de Gijón” en el paseo de Recoletos –que había sido fundado por el gijonés Gumersindo Gómez en mayo de 1888, tras hacer fortuna en Cuba- donde cubierto su rostro con un discreto velo bebía con libidinosos sorbos “Peppermint frappé”, mientras fumaba delicados cigarrillos egipcios sentada sobre uno de aquellos divanes de peluche en una de las mesas de mármol del fondo.
Aunque se sentía muy a gusto en España, Margarita Zelle tenía el presentimiento de que algo malo le estaba a punto de ocurrir. Y así fue, ya que a finales del año 1915 desapareció misteriosamente del “Palace Hotel”. Cuentan que el día de su detención definitiva en París, en el “Elysée Palace Hotel” rogó que le dieran tiempo para ducharse y cambiarse de ropa, pero regresó completamente desnuda y repartiendo bombones, sin que sus tretas seductoras y sus innegables encantos sirviesen para conquistar a los hombres que la habían capturado.
Unos meses después –antes de que finalizase la Primera Guerra Mundial- fue sometida en Francia a un juicio sumarísimo siendo acusada de espionaje, como doble agente de Alemania, aunque sin pruebas fehacientes por lo que actualmente la sentencia no tendría bases legales. Sin embargo fue condenada a muerte y ejecutada por un pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917, en Vincennes.
“Mata-Hari” pidió que no le disparasen a la cara
Su última voluntad fue que no le vendasen los ojos y pidió a los soldados que al dispararle no lo hiciesen a su cara. Tras de lo cual lanzó un beso de despedida a sus ejecutores y ha quedado constancia de que de los doce soldados que constituían el pelotón de fusilamiento, sólo cuatro acertaron con disparos en su cuerpo, uno de ellos en el corazón por lo que falleció al instante. Aunque ya no hacía falta, el oficial al mando, no obstante, la remató impíamente con un disparo de gracia en la sien.
Su hermoso cuerpo no fue enterrado, sino que lo utilizaron para el aprendizaje de anatomía en las clases prácticas de los estudiantes de Medicina. No obstante, antes su cabeza había sido embalsamada y quedó expuesta en el Museo de Criminales de Francia hasta el año de 1958, en el que alguien se las arregló para robarla. Y desde entonces ya no se ha sabido nada de su paradero final."
"No fue casualidad que a partir de 1850 se instalaran todas las fábricas en El Natahoyo y La Calzada. Así se aseguraban que el viento llevaba el humo fuera de la ciudad y de las zonas residenciales de la burguesía. Porque no fueron cuatro o cinco las que se construyeron, sino muchísimas fábricas, cada una con varias chimeneas, que suponían una gran contaminación, aunque es cierto que en el centro había algunas factorías, como la cristalería de Begoña"
"Como el fin social que persigue es contribuir a resolver el problema de la vivienda, dando facilidades para que las clases modestas puedan ser propietarias del inmueble, se ceden al Ayuntamiento unos 2.500 metros cuadrados"
"El Museo del Ferrocarril de Asturias abrió sus puertas en 1998 y actualmente cuenta con una de las colecciones ferroviarias más importantes de España. Está dedicado a la conservación, investigación y difusión de la historia industrial de Asturias, cuyo elemento vertebrador fue el ferrocarril. El museo conecta la historia nacida con la Revolución Industrial con el presente y actúa así como un importante elemento dinamizador de la cultura local y asturiana."
"El Museo se ubica en el inicio del histórico barrio obrero del Natahoyo, cuyo origen, a finales del siglo XIX, tuvo mucho que ver con la edificación en 1874 de la terminal del Ferrocarril del Noroeste, actual edificio principal del Museo. El total de espacio dedicado al Museo comprende tres edificios y una amplia playa de vías, con un total de más de 14.000 metros cuadrados. De ellos 10.000 integran la exposición permanente y, en el resto, se ubican la zona administrativa, centro de documentación, sala de exposiciones temporales, sala de actividades, taller de restauración, de reserva y espacios verdes.La antigua estación, que se corresponde con el modelo de primera categoría de la Compañía, responde al proyecto del ingeniero Melitón Martín. En su andén histórico se muestra una buena parte del material móvil. En este inmueble se sitúan en las salas de exposiciones temporales, que ocupan antiguas dependencias de la estación. En la planta superior, en las anterior zona de oficinas y vivienda del jefe de estación, se encuentran la biblioteca y el centro de documentación, así como servicios administrativos.En 1990 la estación cesó su uso como terminal ferroviaria y se decidió su uso como museo. A tal efecto, se diseñó un edificio, paralelo al preexistente y unido a él por medio de una marquesina. Responde al proyecto de los arquitectos Hernández Sande y alberga salas de exposición permanente y el salón de actos. Completan las instalaciones un edificio polivalente, destinado a exposición, taller de restauración y almacenes, los andenes y la antigua playa de vías de la estación, donde se ubican más elementos de material móvil, incluyendo los que permanecen en estado operativo."
"Además, se han conservado todo tipo de objetos relacionados con la labor ferroviaria como faroles, herramientas, o teléfonos. Entre el variado conjunto de piezas que custodia el Museo, cedidas en su mayoría por empresas y entidades públicas colaboradoras, destacan las locomotoras de vapor y las relacionadas con los ferrocarriles mineros e industriales, dada la intensa vinculación de la economía asturiana con estos sectores."
"En sus amplias instalaciones de unos 17 000 m² —formadas por el recinto de la antigua estación de RENFE, la llamada playa de vías y dos edificios de nueva planta— guarda una de las mayores y mejor conservadas colecciones de máquinas y vagones de ferrocarril del continente europeo. Además conserva coches de viajeros, vagonetas y tractores de los ferrocarriles mineros, tranvías, así como otros objetos y útiles vinculados a las infraestructuras ferroviarias.
Algunas de las históricas compañías ferroviarias clave para el desarrollo del ferrocarril en Asturias y en España que se encuentran representadas en el museo son las siguientes:
Ancho de vía internacional:Ferrocarril de Langreo;Compañías de vía ancha:Compañía de Ferrocarril del Noroeste de España;Compañía de Caminos de Hierro de Asturias, Galicia y León;Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España;Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE);Compañías de vía métrica:Compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias (Oviedo-Oriente);Sociedad General de Ferrocarriles Vasco Asturiana;Compañía del Ferrocarril de Carreño [Aboño];Ferrocarril Estratégico Ferrol-Gijón;Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE);
Se destaca un amplio conjunto de locomotoras de vapor de diferentes ferrocarriles, como el ferrocarril de Langreo (tercera línea férrea construida en España tras los trazados de Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez) o de numerosas líneas mineras e industrias. En un principio, estos ferrocarriles nacieron para atender los intereses mineros, y las líneas se originaron en una simple expansión de las creadas internamente para atender las necesidades minero-industriales. Esto explica que se usaran diferentes anchos de vía, así como la falta de conexión entre las distintas líneas, solo conseguida progresivamente con la creación de RENFE (1941) y FEVE (1941)."
En la acera de la derecha, al pie de los edificios de la avenida, el trayecto está jalonado de conchas doradas colocadas en la acera en la primavera del año 2009
En toda esta antigua zona fabril al oeste de la ciudad, donde ahora hay imponentes edificios, existieron numerosas ciudadelas obreras, por lo general próximas al chabolismo, de las que pocas han llegado a nuestros días
"Una censura enérgica merecen algunos propietarios de antihigiénicos edificios que, atentos solo a satisfacer un estrecho espíritu de especulación, no reparan en que los infelices inquilinos de estos edificios raquíticos y malsanos que se llaman ciudadelas hagan una vida por todos conceptos deplorable, y de cuyas consecuencias alguna responsabilidad han de alcanzar a sus dueños por el abandono y punible descuido. Hablamos de ciertos grupos urbanos del Llano, de las llamadas casas del Parrochu, en ciertos sitios de El Natahoyo y aún en determinados comprendidos dentro del casco de la población"
¿A que non quema lesCases del Parrochu, que asemejenmás cobiles d'animalesque sitios pa vevir xente?
"la hipótesis más probable es que este nombre provenga de la expresión *ĭn Attaŭlĭō [in attaúlio], literalmente ‘en Ataúlio’, aludiendo o a un sitio así llamado, o al nombre del dueño de una tierra. De *ĭn Attaŭlĭō se pasaría primero a *en Ataóyo, luego a *n’Ataóyo (igual que en + Asturies da lugar a n’Asturies), fusionado después en Nataoyo y perdiéndose la conciencia de que la n- inicial fuera la preposición en. De todos modos, el testimonio de variantes como Ataoyo o Lataoyo (procedente de *L’Ataoyo), es buena prueba de que el nombre latino Attaŭlĭō pudo conocer también una evolución en solitario, sin suponer una preposición delante. Las secuencias -lĭ- del latín dan como resultado asturiano una -y-, como mŭliĕrem, tripalĭum, que originan las palabras muyer, trabayu ‘mujer, trabajo’. El nombre Attaŭlĭus [attaúlius] sería la latinización de un nombre visigodo, semejante al que dio lugar al actual Ataúlfo o Adolfo, y provendría de la expresión germánica athal-wulf ‘lobo ilustre’(...) El Natahoyo es un lugar poblado del cual existe constancia desde época romana. La documentación medieval se refiere a un lugar junto al mar donde había huertos, prados, montes, fuentes, acueductos, pesquerías, salinas, etc. La capilla de San Esteban del Mar es del siglo xviii. Históricamente, El Natahoyo era un barrio de la tradicional parroquia rural de Tremañes. El nombre de El Natahoyo se ha utilizado también para llamar El Río Cuti (o Cutis), que desemboca en el lugar, y a alguno de los arenales occidentales situados entre L’Atalaya y El Monte Coroña (playa de El Natahoyo). La industrialización transforma totalmente la fisionomía de la zona: la fábrica de loza «La Asturiana» es la primera, en 1876, pero enseguida le siguen la de «Moreda y Gijón» en 1879, la refinería de Rufino Martínez en 1890, y tantas otras."
Llegarían después 20 años de duras reconversiones y lucha obrera para oponerse a aquel grave desmantelamiento, tras el Real Decreto de Reconversión Industrial de 1982. Luego de diversas tensiones entre gobierno, empresarios y sindicatos, se procede a la fusión de Duro Felguera y Marítima de El Musel naciendo Nagisa (Naval Gijón S.A.) en 1984, cuyos muros vemos ahora de frente. Tenía unos 745 trabajadores en el dique seco de Duro Felguera
En diciembre de 2008 los trabajadores aprueban por 68 votos favorables y 12 contrarios aceptar el ERE y los despidos propuestos por la dirección de la compañía, ocasionando el cierre del astillero el 31 de mayo del 2009. Todo el drama de las reconversiones y disturbios inspiró la famosa película Los lunes al sol, de Fernando León de Aranoa, pues aunque ambientada en Vigo se basa en los sucesos acaecidos en Naval Gijón y se inspira, según los autores, en los sindicalistas Cándido y Morala de la Corriente Sindical de Izquierda, sin duda el sindicato más activo en aquellas movilizaciones
Últimamente sus terrenos han sido aprovechados para la celebración del certamen literario y festivo de la Semana Negra que une a literatos de novela negra y otros escritores y artistas en una gran feria multidisciplinar en la que hay desde puestos de venta de libros a coloquios, conciertos y hostelería. Su escenario, que vemos en la foto, se instala a principios del mes de julio
En esta otra foto, sin el escenario, vemos parte del Acuario de Gijón, inaugurado el 10 de junio de 2006. Dispone de doce zonas temáticas dedicadas a puertos, ríos y costa asturianos, Atlántico, Caribe, Cabo de Hornos, Pacífico-Índico, Mar Rojo, Madagascar, Cabo de Buena Esperanza y Atlántico Subtropical. Son 2.000 metros cuadrados de exposición, con 60 acuarios de agua dulce y salada, auditorio, sala educativa y zona de recuperación de mamíferos y reptiles marinos. Son en total unas 250 especies de animales: peces, invertebrados, mamíferos, reptiles, anfibios y pájaros, destacando varios tiburones de Florida, tortugas y los simpáticos pingüinos. También hay tienda y, arriba, cafetería, con excepcionales vistas de la costa gijonesa
"La Asociación de Amigos de El Natahoyo tiene un cita mañana, sábado. Su comida anual desde hace ya dieciséis años, además de incluir un homenaje a un vecino ejemplar, José Luis Álvarez Margaride -presidente de Thyssenkrupp-, va a tener en esta ocasión un tinte reivindicativo. Uno de los organizadores del encuentro, Joaquín Cipitria, capitanea el interés de muchos de esos vecinos del barrio industrial que peinan canas por hacer valer el nombre y los límites fronterizos que siempre tuvo El Natahoyo. Por eso mismo, a la reunión de mañana irán pertrechados con un plano oficial del barrio con el cuño de la Unidad de Integración Corporativa del Ayuntamiento.
«Estamos fartucos de discutir con algunos que Santa Olaya o Poniente son barrios de El Natahoyo. Y donde hay información, no hay discusión. Este año vamos a taparles la boca a unos cuantos secesionistas», sostiene Joaquín Cipitria. En el plano oficial del barrio -que acompaña esta información- se puede ver que El Natahoyo, a efectos de consideración municipal, empieza en la mitad de la playa de Poniente, coge el Museo del Ferrocarril, llega hasta Sanz Crespo, baja por la avenida Príncipe de Asturias, pasa Cuatro Caminos y entra a la playa de El Arbeyal dejando a un lado la Casa del Mar y al otro el edificio de la EMA. Los organizadores del encuentro también han estado recopilando citas y referencias históricas del barrio, donde entre otras muchas cosas queda patente que antaño la hoy golosa playa de Poniente era conocida como arenal de El Natahoyo.
«Tenemos que ponernos firmes porque, si seguimos dejando que diluyan nuestras fronteras, al final ocurrirá como con la playa, que, aunque hubo algunas voces que pedían que se respetara nuestro nombre, al final optaron por ponerle Poniente. ¿Si San Lorenzo no es la playa del Oriente, ni El Arbeyal la de Occidente, por qué a nosotros tuvieron que quitarnos la identidad?», sostiene Cipitria. No es el único que ha tenido que llamar la atención a algunas autoridades locales por el mal uso, en público, de los límites del barrio.
En el fondo, lo que late en la discusión es el interés de muchos natahoyinos por resaltar el valor del que fue «barrio industrial por antonomasia, el que acogió a más de 5.000 personas trabajando directamente en los astilleros, el que llegó a tener más de 60 empresas ubicadas en sus calles... un barrio que dio de comer a casi todo Gijón»."
"«Yo aquí lo vi todo, lo viví todo, y creo que he tenido que salir del barrio para valorarlo. Me vienen muchas imágenes. Yo estudié en el instituto de La Calzada, y aquel era un ambiente muy reivindicativo y luchador. Del día a día en El Natahoyo, recuerdo muchas huelgas, muchas protestas. La vida en el barrio era correr, y salir a la calle con la policía detrás, y era estar entre las pelotas de goma, y tener que dar la vuelta porque había un camión colgado de una grúa en mitad de la calle, pero siempre se luchó por cosas tangibles. Unas se consiguieron y otras no, pero siempre había algún motivo». «Hoy de eso no queda nada, veo poco sentimiento de lucha», lamenta Lilián.
La primera vez que los trabajadores de Naval Gijón cortaron el tráfico de la ciudad con un camión suspendido de una grúa del astillero a varios metros del suelo fue en 1988. Para entonces la lucha contra la reconversión del sector naval en la bahía de Gijón ya llevaba cuatro años en marcha. Iba a durar, al menos, veinte más.
Aunque trabajaba en los astilleros desde los 70, donde ya se habían logrado importantes conquistas contra la práctica del prestamismo laboral, Cándido González Carnero, sindicalista histórico de Corriente Sindical de Izquierda (CSI), vino a vivir a El Natahoyo en 1984, el mismo año en que el demiurgo urbanístico que a mediados del XIX había traído las fábricas al oeste, empezó a ejecutar su desmantelamiento.
Pese al aura romántica de la lucha del sector naval gijonés en la cultura popular, los recuerdos son amargos, como dice Cándido: «El proceso industrial de la zona de El Natahoyo es de triste recuerdo, en la medida en que el bienestar social de una familia pasa por tener empleo, y muchas lo perdieron»."
"La segunda y última vez que una grúa de Naval Gijón dejó suspendido un camión sobre la calle Mariano Pola para cortar el tráfico fue en 1995. En aquella ocasión estaban a punto de llegar a la ciudad los Rolling Stones para dar un concierto histórico, y Tini Areces, entonces alcalde, estaba preocupado. La demanda de los trabajadores era sencilla: lograr la transferencia tecnológica que permitiría la construcción de varios buques quimiqueros, asegurando trabajo para varios años. Durante las negociaciones, tendieron una trampa a los trabajadores. A la hora de comer, mientras negociaban en el café de la estación, la policía entró en el astillero. «Querían sacar a la gente de las grúas, pero eran nuestro punto fuerte. Mientras tuvieras medios para resistir dentro de la grúa, la batalla estaba ganada».En 40 minutos lanzaron más de cuatrocientos cohetes contra los antidisturbios. Uno explotó debajo de un coche policial levantándolo varios centímetros del suelo. «Vámonos de aquí, están locos», se escuchó gritar. «Están dispuestos a morir por el astillero». Areces viajó a Madrid al día siguiente. Naval Gijón consiguió los contratos y la grúa retiró el camión de la calle. El 22 de julio, los Rolling Stones abarrotaron el Molinón. En El Natahoyo todavía quedaban quince años de lucha."
"¿Pudo haber convivido la industria naval con el desarrollo urbanístico en la bahía de Gijón? El historiador Luis Miguel Piñera, lo duda. «Que hubiésemos podido estar haciendo barcos en 2020, no lo creo. Los obreros de nuestro sector naval eran de élite, hacían productos buenísimos, pero que se construyan un barco en Corea cobrando menos, no lo puedes evitar. La competencia extranjera es enorme, se abaratan los precios. El capitalismo va donde puede sacar más dinero. Es muy lamentable, pero es inevitable. Creo que es ilusorio pensar que haciendo otra política hace veinte años podría haberse mantenido la industria».
Cándido González, piensa lo contrario. «Pudo haber convivido la expansión del barrio con la industria, pero las entidades políticas nunca lo entendieron así, y los especuladores tampoco. Querían hacer negocio a cuenta de la expansión urbanística. Esa es una de las razones de la desaparición de la industria: un gran pelotazo urbanístico de 300.000 metros cuadrados en El Natahoyo», expone. «Un astillero no es fácil de trasladar, necesita mucho espacio. Optar por construir pisos prescindiendo de la industria, con la necesidad que tiene esta ciudad de empleo, es una barbaridad. Además, una industria como la naval, ahora en su máximo auge a nivel mundial. Gijón podría estar hoy saturado de carga de trabajo»."
Pasando las instalaciones del Museo del Ferrocarril, estos son los Jardines de Federico González-Fierro Botas, hechos por donde antaño iban las vías del tren
Por aquí pasa carril bici en el que alguna vez se ha pintado alguna flecha amarilla para guiar a los bicigrinos, lo cual ha dado lugar a diversos despistes, pues el Camino como tal sigue recto y de frente
Nosotros pues, seguimos por la acera donde una placa nos recuerda a quién está dedicado este lugar, el sacerdote Fierro Botas, gran filólogo jesuita ovetense nacido en 1942 y que estudió en el Instituto de Bachillerato Alfonso II, diplomándose en Lenguas Clásicas (Latín y Griego), siendo además doctor en Teología y doctorado en Ciencias Políticas y Sociología con la tesis La formación sindical impartida por Centrales representativas en España, 1976-1992
Placa en los Jardines de Federico González-Fierro Botas |
Licenciado en Historia siendo profesor de Historia social, experto en lengua y literatura rusas y profesor visitante en universidades de la Unión Soviética y luego de la Federación Rusa. En su juventud trabajó como obrero manual en fábricas, cartero y otros en Cataluña, Galicia y Europa, colaborando con el sindicalismo clandestino para formar a sus militantes, haciendo un manual de formación. Destinado por los jesuitas como profesor a la Fundación Revillagigedo, muy cerca de aquí y que pronto veremos, llegará a ser su jefe de estudios. Funda con otros el Colectivo Manuel Fernández de Castro de sacerdotes favorables a la normalización del asturiano, siendo su presidente los años 1998 a 2002, traduciendo con Alejandro Rodríguez Alonso la Liturgia Católica y otras obras, así como cotraductor del Evangelio de San Lucas. En 1991 hace una versión en asturiano de las Poesías Líricas de Alexander Pushkin y colabora con la Sociedad Bíblica Internacional para su proyecto de traducción de las Sagradas Escrituras. En 1980 el periódico La Voz de Galicia le otorga el XXIII Premio periodístico Fernández Latorre por su publicación en la revista Encrucillada de su Reflexión ético-política ante o referendu do Estatuto de Autonomía para Galicia. En 1985 es Asesor de Justicia y Paz de Asturias y Coordinador de la Vicaría General del Arzobispado de Oviedo para las traducciones bíblico-litúrgicas al asturiano desde 1988. En el 2002 es patrono de la Fundación Caveda y Nava pero el 26 de junio de ese año fallece en accidente de tráfico en Vladivostok (Rusia). La Academia de la Llingua Asturiana y el Ayuntamiento de Gijón/Xixón convocan sendos concursos con su nombre, la primera de recogida de material literario escrito y el segundo de ensayo e investigación
Enfrente, si bien casi tapado por plantas y parterres, asoma un poco del barrio de Moreda, construido en los años 1990 en terrenos de El Natahoyo con Fondos Mineros de Asturias y donde varios organismos sindicales y patronatos de trabajadores levantaron edificios en lo que había sido la primera siderurgia de la costa asturiana, la Fabrica de Moreda y Gijón, fundada en París en 1879 al ser de capital francés, encendiendo un año después su primer alto horno
Con el tiempo Moreda pasó a denominar la empresa y sus alrededores, incluyendo la empresa de Lantero, o la refinería de petróleo de Rufino Martínez y Compañía, luego Sociedad Asturiana Santa Bárbara y después Campsa, todas ya desaparecidas de aquí. En la zona se planea construir la tan prometida estación intermodal en el desarrollo del proyecto Gijón al Norte
Más a la izquierda está la Comisaría de Policía Nacional; entre esta y Moreda se ha habilitado un hermoso parque con parte de la ribera del antiguo río Cutis recuperada
Poco más allá vemos el puente que antaño comunicaba ambos lados de las desaparecidas vías del tren, con la Estación Provisional de Sanz Crespo al otro lado. Allí estuvieron las primeras casas de El Parrochu, construidas acabando el siglo XIX en terrenos de los señores Delor y Tejera, eran muy pequeñas y carecían de retretes cuando la calle se llamaba Villanueva
Al ser derribadas el nombre de El Parrochu se extendió a las de la Carretera Vizcaína, a su izquierda. De todas maneras lo que más vemos y destaca son los edificios de los Juzgados y las torres del Polígono de Pumarín, que empezó a construirse en los años 1970 en una zona del antiguo barrio rural de Pumarín que ya estaba edificándose rápidamente en otros sectores. En la zona estuvieron más antiguamente Les Cases del Sebo, cuando esos terrenos pertenecían también a la parroquia gijonesa de Tremañes
Las torres de pisos son el elemento que caracteriza la arquitectura de El Polígano, como se dice popularmente. A su izquierda y separados de estos por la Avenida de Carlos Marx, están los de Laviada y sus barrios históricos de El Parrochu y El Frontón. Al este, en la lejanía, se reconocen bien las estribaciones del Monte Deva (que fue nuestra referencia visual entrando en el concejo de Gijón/Xixón) y la Llomba Riosecu hasta la Sierra del Fariu
"Ahora mismo es sólo un gran contenedor vacío bajo el suelo de la plaza del Padre Máximo González y el Museo del Ferrocarril, pero, cuando se ponga en funcionamiento este lunes, el pozo de tormentas de la cuenca centro de Gijón será un elemento básico para la mejora de la calidad de las aguas de la playa de Poniente, el puerto deportivo y el centro de talasoterapia. La alcaldesa de la ciudad, Paz Fernández Felgueroso, inauguró ayer la nueva instalación de la Empresa Municipal de Aguas (Ema), que hoy vuelve a poder ser visitada por todos los ciudadanos en horario de 12 a 15 y de 17 a 20 horas en recorridos de media hora de duración. «Estas son esas instalaciones en las que el Ayuntamiento invierte tanto y que no se ven, pero deben ser apreciadas por los ciudadanos», recordaba la regidora socialista. El pozo de tormentas ha tenido un coste económico de 12 millones de euros y un período de construcción de más de dos años.
El grueso de la instalación son sus dos depósitos de agua. El primero, a un nivel superior, tiene capacidad para almacenar 3.700 metros cúbicos de agua. Y el segundo, a un nivel inferior, tiene un volumen de 22.600 metros cúbicos. Entre uno y otro, el equipamiento está preparado para controlar el vertido de aguas a la costa tanto en períodos intensos de lluvias como en épocas de grandes riadas, que estadísticamente se dan una vez cada cien años. El pozo retendrá las aguas de lluvia en épocas de abundancia para favorecer su depuración en la estación de La Reguerona antes de llegar al mar."
"El pozo de tormentas de Poniente ya tiene nombre propio. Unos recién instalados carteles anuncian que la zona que ejerce de «techo ajardinado» de una de las mayores obras de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) rinden tributo al fallecido jesuita Federico González-Fierro Botas. Un religioso comprometido con el movimiento obrero y el impulso de la lengua asturiana que falleció en 2002 en la localidad rusa de Vladivostok a consecuencia de un accidente de tráfico. Aunque nacido en Oviedo, Fierro pasó gran parte de su vida en Gijón, más concretamente en la comunidad jesuita vinculada a la Fundación Revillagigedo, en El Natahoyo.
´Precisamente frente a este centro docente donde Fierro trabajó como profesor hay una pequeña calle peatonal que había sido la primera opción del Ayuntamiento para incluir el nombre del jesuita asturiano en el callejero local. La Junta de Gobierno tomó esa decisión en marzo del año pasado pero, posteriores problemas con vecinos de la zona, llevaron a los ediles a anular ese acuerdo y «reubicar» al estudioso en el área ajardinada del pozo de tormentas."
Aquí tenemos otra vista de las instalaciones de naval Gijón, "una pujante industria naval, que impulsó el asentamiento en el barrio de numerosos talleres auxiliares", nos dice también Agustín Palacio en su artículo de MiGijón:
"... por aquel entonces ya se habían instalado otras industrias importantes en El Natahoyo: calderería Olmar, Cristalería Basurto, Avello (que posteriormente compró Suzuki), la Renault o Duro Felguera son algunos nombres emblemáticos de esta etapa de bonanza anterior a la reconversión, donde los astilleros se convirtieron en símbolo y orgullo del poder industrial del barrio. En los 70, operaban a pleno rendimiento en la bahía de Gijón tres astilleros: Cantábrico y Riera, Juliana y la división de Duro Felguera.
Uno de los recuerdos más comunes entre quienes vivieron aquel tiempo es el sonido de las sirenas de los astilleros, cuando sonaban a mediodía y una legión de obreros enfundados en monos azules invadía El Natahoyo. «Todo esto hasta la calle Ceriñola era un hervidero de trabajadores en monos azules», recuerda José Agustín Palacio. «Las mujeres venían a traerles la comida. No había táper, pero era algo que se parecía, y comían en la calle. Había más de 5.000 personas trabajando en esta zona, por eso lo recuerdas con añoranza. Ahora ya no hay esa cohesión que había antes. Formó parte de una generación. Luego, en los años 80, empezaron los problemas.»
"Era dependienta en una tienda de alimentación en el epicentro industrial del barrio. Desde primera hora de la mañana preparaba bocadillos para los trabajadores de la zona. «Hice muchos. Había un turno a las ocho y media, cuando venían los de Suzuki; a las 10 otro con los de Inalza; a la 11 el recreo de los neños de la Fundación Revillagigedo; y a la una venían los de Olmar. Había que correr para prepararlos. La gente dejaba que pasaran los que estaban trabajando. Alguna vez había que llevarlos a la empresa, pero aquí venían ellos porque yo no podía».Hoy trabaja en La Arena y echa de menos el espíritu de lucha del pasado. «Yo aquí lo vi todo, lo viví todo, y creo que he tenido que salir del barrio para valorarlo. Me vienen muchas imágenes. Yo estudié en el instituto de La Calzada, y aquel era un ambiente muy reivindicativo y luchador. Del día a día en El Natahoyo, recuerdo muchas huelgas, muchas protestas. La vida en el barrio era correr, y salir a la calle con la policía detrás, y era estar entre las pelotas de goma, y tener que dar la vuelta porque había un camión colgado de una grúa en mitad de la calle, pero siempre se luchó por cosas tangibles. Unas se consiguieron y otras no, pero siempre había algún motivo». «Hoy de eso no queda nada, veo poco sentimiento de lucha», lamenta Lilián."
"La Fábrica de Moreda, la primera siderurgia costera asturiana, se fundó en el año 1880 y popularmente era conocida como la Fábrica de Aceros. Hoy su lugar —que descubrimos inmenso— es del nuevo barrio gijonés de Moreda, cuyas calles recuerdan desfiladeros asturianos y cuyo centro es la plaza de la Ciudad de la Habana. Podemos situar en el lugar de esa plaza de La Habana los garajes y talleres de forja mecánica y calderería; la factoría de CAMPSA, aproximadamente donde los jardines traseros a esta plaza; los Altos Hornos, donde la actual Comisaría, y la parte de Acería y Fundición donde las actuales calles del Desfiladero de la Hermida y del Desfiladero de los Beyos."
"Los usuarios no son demasiados, «pero sean muchos o sean pocos, el Camino de Santiago tiene que estar señalizado a su paso por el centro urbano de Gijón, para evitar que los peregrinos se pierdan por la ciudad». Esa es la razón que esgrimió el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón para justificar la colocación de 213 conchas de bronce, de cinco milímetros de espesor, que guiarán al caminante desde el monolito de la rotonda de La Guía hasta el de Puente Seco, en Veriña.
«Esta señalización urbana, de la que ya disponen Oviedo, León, Burgos y Santiago, la teníamos pendiente en Gijón desde que en 1999 la Consejería de Cultura decidió marcar el Camino de Santiago a su paso por Asturias, dejando fuera del proyecto las zonas urbanas», explicó Justo Vilabrille, quien, en compañía del también concejal Tino Venturo, clavó la simbólica concha dorada delante del monolito de La Guía. Para llegar hasta Puente Seco se precisarán dos semanas y 16.000 euros.
La señalización se irá instalando enlos próximos días en las aceras de la derecha del recorrido que, en su día, recomendó la Consejería de Cultura como «la real e histórica» ruta del Camino de Santiago a su paso por Gijó y que transcurre desde La Guía, Carretera de Villaviciosa, avenida de La Costa, plaza del Humedal, calles de Álvarez Garaya, Pedro Duro, Rodríguez San Pedro y Mariano Pola, para continuar por la avenida de Galicia, cruce de Cuatro Caminos, la avenida de La Argentina y desembocar, finalmente, en el monolito de Puente Seco.
«No tenemos contabilizados el número de peregrinos que pasan por Gijón, porque unos van a pedir información al Ayuntamiento y otros no, pero no es un camino que tenga mucha afluencia. El recorrido asturiano que más caminantes tiene es el de Villaviciosa y Oviedo, que cuenta con la catedral de El Salvador. De hecho, hay un refrán, que debe de proceder del medievo, que dice que 'quien va a Santiago y no pasa por El Salvador, honra al criado y desprecia al señor'», recordó Vilabrille.
En realidad, el itinerario que en 1999 estableció la Consejería de Cultura para el Camino de Santiago en Asturias atraviesa Gijón de Este a Oeste, pero por un trayecto que la modernidad ha convertido en intransitable. Y es que, a fuerza de ser estrictos en el recorrido, los peregrinos que quisieran llegar a Santiago de Compostela atravesando Gijón, al llegar a la plaza del Humedal deberían de proseguir por la playa de vías de FEVE y Renfe hasta conectar con la calle de Mariano Pola, pero eso hoy día sería imposible.
«Hemos mentenido conversaciones con la Consejería de Cultura y nos ha admitido el trazado alternativo de Pedro Duro y Rodríguez San Pedro», justificó Vilabrille quien, sin embargo, no aseguró que cuando esté ejecutado el plan de vías, el trayecto transcurra por la vía original. «A ver cómo queda el plan de vías. Si queda bien, volveremos a hacer el camino oficial», puntualizó el concejal."
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y contribuir con tu comentario... Únete a la Página Oficial en Facebook para descubrir nuevos contenidos....Ultreia!