Ermita de San Martín de Veriña |
Situada solitaria en lo alto de un cueto verde que domina el gijonés valle del río Aboño, la ermita de San Martín de Veriña, de traza bajomedieval con reformas posteriores, es la del santo patrón de les pescaderes y de les cigarreres de Cimavilla, vendedoras de pescado unas y trabajadoras de la fábrica de tabacos del desamortizado convento de las Agustinas Recoletas otras, que acudían a festejar al santo y a comer y bailar en los establecimientos que hubo en las inmediaciones, antes que la construcción de la factoría siderúrgica de Uninsa, luego Ensidesa y actualmente ArcelorMittal (tras otros nombres anteriores), cuyas altas chimeneas destacan en el paisaje, transformasen radicalmente estos parajes
Tanto es así, que incluso es posible que los peregrinos ni siquiera reparen en ella, tras salir de el casco urbano por El Cerilleru y La Cuesta Veriña, pese a que pasen frente a ella y casi a sus pies, tapada parcialmente por algunos árboles y arbustos y semioculta o camuflada en medio de una pequeña "isla" rodeada de industria, polígonos y carreteras
Pasando detrás de la torre, vemos al norte las laderas del Monte la Llana o El Monte'l Condesu, por donde viene, hasta aquí prácticamente, la divisoria entre las parroquias de Xove y Veriña
Más abajo, en El Campón, está El Parque de Xove, gran espacio verde donde antaño había caserías de huertas y ganado, como la de Fran, y luego se instaló la industria Crady, clausurada en 2012 tras larga crisis, de la que hablamos en la entrada de blog correspondiente a El Cerilleru
A la derecha también se acaban las aceras, pero al menos hay una pista peatonal habilitada para los viandantes
No obstante, la tenemos que dejar inmediatamente, con la máxima precaución, para cruzar al otro lado
Aquí volvemos a tener un poco más acera, que nos libra lo suficiente del tráfico. Observemos la flecha amarilla en el poste
Al fondo, el paisaje de chimeneas de ArcelorMittal anuncia nuestra cercanía al muy industrializado valle de Aboño, antesala de la subsiguiente ascensión al Monte Areo
Las ruinas del Tren de Laminación de Alvarín, testimonio del antiguo esplendor industrial siderúrgico
Pasamos delante del portón, mucha atención ahora pues vamos a dejar la carretera de Avilés al llegar a la siguiente curva
Fijémonos en la enorme flecha amarilla con las letras camino pintada en el siguiente portón: aquí podemos ya ir dejando la acera para toma esta pista de tierra a la derecha
A continuación del portón con la flechona una portiella y otra ruina, Casa Inocencio
Antiguamente este tramo era conocido como el del tren El Carreño, pues se basaba en una línea ferroviaria aprobada en 1900 e inaugurada en enero de1909 que comunicaba con las minas de hierro de El Regueral en Candás, capital del vecino de Carreño, que con el tiempo sería también para pasajeros y llegaría hasta Avilés
A nuestra derecha y sobre el ferrocarril Ferrol-Gijón, arriba en La Campina, está el depósito de agua de Veriña, no muy lejos de las antiguas escuelas, derribadas hace tiempo
Predominan aquí las viviendas unifamiliares, como las de Casa Dolores y Casa José Félix. A lo lejos, a la izquierda de la foto, vemos el gasoducto que comunica las factorías de ArcelorMittal y la Térmica de Aboño, sita esta al otro lado del monte, gasoducto llamado popularmente El Tubón
"Es posible que se remonte a un nombre romano de hombre, que sería el propietario de alguna tierra o finca del lugar. Ese nombre sería probablemente Verīnĭus, del que saldría un adjetivo femenino Verīnĭam [weríniam] ‘de Verinius’, en una expresión como vīllam Verīnĭam ‘la casería de Verinius’"
"teniendo en cuenta que la nn representaba en la Edad Media el sonido de la actual «ñ», tenemos: «Petrus de Verinna» (inventario de bienes del Monasterio de San Pelayo de Oviedo, año 1220); «con el bachiller Alfonso Alvarez de Verinna, canonigo e vicario por el sennor dean don Juan de Grado», «el bachiller de Verinna» (Catedral de Oviedo-4, año 1479); «yo, Johán de Verinna, morador en Jove que ye en Gigion» (Monasterio de San Pelayo de Oviedo, año 1330); «Testigos: […] Pedro Martiniz de Verinna» (misma fuente, año 1332). El Libro del Cay recogen testimonios como estos: «Joan Prieto de Beriña, vezino desta villa» (año 1576), «para cobrar todas las bulas que al presente se deben en los lugares de Jobe e Beriña» (año 1567). Idénticos son los que se encuentran en el Libro Ordinario: «En Beriña a Fernando Alvarez de Beriña», «Juan Prieto Beriña», «E luego paresçio Juan Alvarez de Beriña, el biejo, y mandó por la aldea de Beriña beinte reales por la alcavala de la dicha aldea de Beriña por todo el dicho año. No firmó, que no sabe», «En Beriña, Fernando Alvarez de Beriña, el cojo», «Juan Prieto de Beriña» (año 1576); «el liçençiado Zifuentes para en Jobe y Beriña, el qual nonbro a Juan Albarez de Beriña» (año 1577); «Y luego nonbró en Beriña a Fernando Albarez» (año 1578). Lo mismo el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) que el diccionario geográfico de Madoz (1845-50), citan este topónimo como «Beriña» y «Veriña», en una época en que no había todavía regularidad ortográfica; en el Catastro aparece también «Verina». En los mapas de los siglos xvii y xviii, realizados en su mayoría por cartógrafos extranjeros, Veriña suele aparecer con la forma «Verinna»"
"Para muchos jóvenes de la Calzada de los años 60 el bar el FERRADOR era una prueba de baile en pista después de haber pasado por todas las romerías donde iniciábamos la posibilidad de poder bailar dado que en los bailes tenían un mínimo de edad para poder entrar de 18 años, bien es verdad que tu altura y no tener cara de niño en las salas de baile de Gijón daba cierta ventaja para entrar. En el bar FERRADOR al ser un bar –merendero con mesas de piedra, árboles y un amplio jardín no había ese control.
Los diversos grupos de amigos que teníamos como centro de reunión el ateneo La calzada y bares del entorno la mayoría iniciábamos las tranquilas caminatas pasando por el Cerilleru y subir la cuesta de Veriña.
Escuchar y bailar a Johnny and Charley creadores de la Yenca hacer un descanso para comer un bocadillo de mejillones que a veces compensaba si no tenías posibilidades de bailar, sobre todo con las chicas que querías. Bien podríamos decir que habíamos pasado una buena tarde de domingo y al acabar el baile empezar a bajar la cuesta de Veriña cantando BORRACHO de los Brincos.
La Casa ´l Ferrador fue perdiendo referencia y paso luego a ser Casa Pepe Verán, también Bar Restaurante Puente Seco."
La bajada desde L'Alto'l Cerilleru se acaba cuando pasamos debajo del doble puente del Ferrocarril de ArcelorMittal-El Musel y de la línea de Renfe Gijón-Madrid
El sendero, junto al seto de la casa, es estrecho, pero tenemos un pasamanos a la izquierda que nos separa del desnivel que cae hacia la carretera
"En la actualidad se prevé la reducción parcial de su capacidad y tráfico debido a la construcción de la GJ-82, que desviaría el gran tráfico de camiones que se dirigen al Puerto de El Musel, motivo de contaminación y degradación de los barrios de La Calzada, Natahoyo, Perchera-La Braña y El Polígono."
"En los tiempos actuales, los problemas de mayor trascendencia para Veriña son dos: la contaminación y la falta de equipamientos. En relación con lo primero, el alcalde pedáneo Manuel González Cuervo, dice que "cuando a mediados de los años sesenta se empezaron a negociar las expropiaciones, no pensábamos que Uninsa iba a ser tan negativa para la parroquia. Creíamos que iban a hacer algo decente, pero la realidad ha sido diferente. Todo fueron perjuicios y ahora, cuando planteamos soluciones como poner filtros en los hornos o disponer de un sistema de riego en el parque de carbones y minerales, la Dirección de Ensidesa nos dice que si tienen que hacer esto cierran la fábrica y así estamos".
"La actividad era por entonces casi totalmente agrícola. Todas las familias tenían sus tierras en las que trabajaban y sacaban frutos aunque muchos jóvenes trabajaban también en Gijón Fabril, el astillero de Riera o en la misma Azucarera, especialmente en invierno, cuando había más producción y necesidad de mano de obra temporera. Eran unos años, hacia el 28 o el 30, en los que se asfaltó la actual carretera. ¿Coches? Recuerdo que prácticamente solo pasaba el fallecido "Difuntín", un ricachón de Avilés que iba en su flamante Ford hacia Gijón, donde tenía negocios."
"Yo recuerdo que mi abuelo contaba que la iglesia parroquial de Santa María había sido derribada por un rayo y que, antiguamente, muchos vecinos de Jove venían a esta iglesia.Lo que no tenemos ni idea es donde podía estar esta iglesia, aunque posiblemente no se encontrara muy lejos de donde está la capilla de San Martín"
"es muy venerada desde hace muchísimos años por los fieles de Gijón y especialmente por las cigarreras y los pescadores, de los que es santo patrón. Antiguamente, el 11 de noviembre, muchos peregrinos subían a pie hasta la capilla para rezar. Ahora es más fácil, ya que hay una carretera de acceso, pero no se ha perdido un ápice de devoción por el santo. A pesar de eso y de que no fue incendiada cuando la guerra civil, sí que destrozaron la imagen del santo y hubo que traer otra desde Oviedo. Además, en dos ocasiones, una antes de la guerra y la otra hace unos dos años, robaron la campana de la capilla, sin que haya vuelto a recuperarse."
"Ermita localizada en una pequeña elevación, en un entorno sumamente alterado por la instalación en los años 1970 de la cercana factoría siderúrgica y por la construcción de una serie de infraestructuras auxiliares de la misma.Es una construcción con planta rectangular, con una única nave con coro a los pies, y cabecera recta. Los orígenes del templo se remontan al siglo XII, habiendo experimentado diferentes modificaciones con los siglos, siendo la más reciente la construcción de un moderno campanario exento en acero, a principios del siglo XXI, por iniciativa de la asociación vecinal. "
"Esta antigua capilla está situada en un alto en la antigua carretera de Gijón-Avilés, en una zona en la que debido a la industria, el polvo de carbón forma una capa que cubre el edificio (...), son los vecinos los que se ocupan del mantenimiento.
Tiene una espadaña de ladrillo y una campana fija a una estructura de hierro. De su badajo pende una cuerda para tocar desde el suelo -sólo con motivo de ciertas fiestas- y su acceso a la espadaña se hace por el exterior del templo, que fue parroquial hasta 1982."
"Los vecinos de Veriña llevan casi tres años entregados al proyecto de rehabilitación de la capilla de San Martín. Este pequeño templo es «lo único que nos queda de los güelos». Rescatarlo de la contaminación y la vejez representa la salvación de una parroquia que hace lo imposible por no caer en el desánimo.
Los miembros de la Asociación de Vecinos de Veriña, bautizada con el nombre de «La Capilla», empezaron a trabajar en el proyecto de rehabilitación en 2005. Las obras, que fueron tuteladas por técnicos del Principado, destaparon unos antiguos enterramientos que, sin tener un gran valor arqueológico, han sido documentados como parte de este proceso de revalorización patrimonial.
En la reforma llevan gastados ya 54.000 euros. Aparte de los donativos que han ido haciendo los propios vecinos, se cuenta con ayudas económicas del Principado, Arcelor, la Caja Rural, el Arzobispado de Oviedo y la parroquia de San Melchor de El Cerillero, de la que depende Veriña. Hasta que esas ayudas empezaron a materializarse, no faltaron brazos para trabajar gratis en la capilla.
Es el caso de Luis Manuel Menéndez -prejubilado de Mina La Camocha- y de Alfredo González -un antiguo trabajador de Campsa-, que no dudaron en ofrecerse voluntarios para ir arreglando la ermita de Veriña. «Si no lo hacemos los vecinos, ¿quién lo va a hacer?», coinciden. (...)
Las excavaciones, la instalación de los servicios generales y el drenaje de las humedades corrieron a cargo de los vecinos. Para la renovación de la cubierta, sin embargo, contrataron a una empresa especializada. La ermita de San Martín -datada en el siglo XII- se encuentra en un altozano de Veriña, con vistas directas a las instalaciones de Arcelor, y hubo momentos en que los operarios tuvieron que parar por la cantidad de polvo que arrastraba el viento. No hay ilusión que pueda mover montañas como ésta.
El techo que le han puesto a la capilla es de madera de castaño. La obra está prácticamente terminada. «Lo siguiente será arreglar la fachada, las paredes interiores y los suelos», explica Luis Manuel Menéndez. «También tenemos pensado rehabilitar el campanario», añade Alfredo González. El proyecto de reforma se completará con un lavado de cara de las imágenes de San Martín y Santa Isabel, patronos de Veriña. Coincidiendo con la celebración de su festividad, la asociación vecinal procura organizar actividades que proporcionen nuevos fondos para poder seguir con la obra. Hasta han llegado a rifar un cordero.
«La gente está muy ilusionada con este proyecto y, cuando toca trabajar, la verdad es que lo hacemos con mucha alegría. Para mí, por lo menos, no supone ninguna obligación», asegura Luis Manuel Menéndez, que vive en el barrio de El Polígono, aunque tiene casa en la parroquia desde hace 15 años. Alfredo González, uno de los veteranos de Veriña, aduce que «lo hacemos para que no nos ocurra lo que pasó en Aboño, que, cuando se dieron cuenta, había desaparecido el pueblu».
El Ayuntamiento de Gijón contribuirá urbanizando el camino de acceso al templo, que ahora está prácticamente intransitable. Ése, al menos, es el compromiso. Los vecinos de Veriña esperan que esta rehabilitación sea la antesala de un futuro mejor: «A ver si una cosa lleva a la otra y salimos adelante»."
"Historia institucional/Reseña biográfica:La parroquia se constituye en unidad administrativa eclesiástica a partir del siglo IV pero no es hasta el periodo comprendido entre los siglos VIII y IX cuando aparece ya con una organización jurídica y administrativa muy estable. Es dificil precisar cómo se desarrolló la estructuración administrativa de la iglesia en Asturias durante la Alta Edad Media, aunque se cree que debió ocurrir a lo largo del siglo XI. Por aquel entonces el concepto parroquia no está plenamente consolidado y se ha de tener en cuenta más bien el de "ecclesiae" o "monasteria". La primera referencia documental que en principio tenemos de San Martino de Veriña es la del Libro Becerro de la Catedral de Oviedo donde se incluye como parroquia con la denominación de "San Martino de Orio". En el Diccionario Geográfico de Madoz de mediados del siglo XIX figura como San Martín de Veriña y añade que la parroquia se trasladó a la vecina de Jove al arruinarse la antigua iglesia. Efectivamente fue suprimida e incluida su jurisdicción y feligresía en la la Parroquia de Santa Cruz de Jove. La actual ermita de San Martín de Veriña es incofundiblemente de origen románico aunque está muy modificada.Historia archivística:Se desconoce, aunque es de suponer que los fondos documentales transferidos al Archivo Histórico Diocesano de Oviedo se custodiaron hasta entonces en la sede de la propia iglesia o en la Casa Rectoral de la Parroquia.Forma de ingreso:Los fondos históricos de la parroquia de San Martino de Veriña se transfirieron en depósito al Archivo Histórico Diocesano de Oviedo el 13 de junio de 1994, en cumplimiento de la principal finalidad que éste tiene de albergar la documentación de los archivos históricos parroquiales.Alcance y contenido:Se custodian dos libros sacramentales de bautizados (1655-1840), difuntos (1658-1764), casados (1655-1838) y confirmados (1786-1826), más dos libros de Fábrica (1654-1781 y 1768-1835)."
Pasamos ahora al pie de la Subestación Eléctrica de Veriña y Les Cases de la RENFE
"Tazones probablemente se explica por STATIONES, plural de stati¯onem ‘puerto para los barcos’ (OLD), tal y como sugiere la documentación medieval que alude a “illo nostro directo destazones cum sua criacione”La pérdida de la S- líquida no es, por lo demás, fenómeno inusitado ya que ocurre en palabras de tanto uso como STARE > tar. El mismo fenómeno lo vemos en el topónimo Los Tacones si es que guarda relación con un aumentativo de la variante masculina de STAKKA ‘estaca’ , cosa aceptable si se refería a la balaustrada de contención del río."
"A la hora de referirse a Veriña y a los acontecimientos sobre los que giró la vida de sus vecinos desde los primeros años de este siglo (el XX) hasta la fecha, es imprescindible citar dos casos de muy diferentes estilos y consecuencias. De una parte, el Parque Venecia, gran sala de fiestas de los años cuarenta en la que bailó el todo Gijón. ¿Qué gijonés de de los que en la actualidad rondan los sesenta años no fue en alguna ocasión al baile de Casa Nemesia, más conocido por el Parque Venecia?. Hoy en día, la vieja estructura de aquella flamante sala de fiestas, al lado mismo de la carretera de Gijón a Avilés, es solo una semirruina en la que es poco menos que imposible adivinar sus viejos esplendores. El otro suceso que influyó de forma definitiva en la vida de la parroquia fue la construcción de la factoría de Uninsa (hoy Ensidesa), en la zona de la Vega, a mediados de los años 60. Sin contrapartida alguna, los vecinos de Veriña se vieron en un mar de humos y contaminación, a lo que contribuyen de manera eficaz la térmica y el Parque de Carbones de Aboño, que asestaron una buena estocada al antiguo hábitat rural de la parroquia. Ahora, los vecinos de Veriña ven con nostalgia las ruinas del Parque Venecia y con permanente preocupación los humos de la factoría siderúrgica. Los tiempos modernos y la expansión industrial modificaron hasta la orografía de esta pequeña pedanía gijonesa".
"El Parque Venecia se empezó a construir sobre el año 43 ó 44. Tenía unos salones extraordinarios y, en su género, se decía que era la mejor sala de España. Llegaban trenes y autobuses de Gijón llenos de jóvenes deseosos de bailar o, si se podía, dar una vuelta en las lanchas que surcaban el río Aboño. Luego, en la otra parte del río, ya en terrenos de Poago, estaba la pista de verano, descubierta. Eran unas instalaciones extraordinarias y el alma de su creadora, Nemesia Muñiz. El baile se mantuvo de moda durante muchos años hasta que falleció doña Nemesia, cuyo entierro, en el entierro de Jove, fue una gran muestra de duelo de todo el vecindario, porque era una persona tremendamente apreciada. Luego, durante unos años, sus hijos se hicieron cargo del baile, que cerró definitivamente a principios de los años sesenta. La verdad es que aún hoy nos produce una sensación de tristeza el ver el edificio casi derruido, después de que todos nosotros, vecinos veteranos de Veriña, viviéramos en él todo su esplendor y buena parte de nuestra juventud."
"Hubo un tiempo en el que por la carretera que atraviesa Veriña sólo pasaba el coche del 'Difuntín', un avilesino de dinero que atravesaba la parroquia en su Ford con destino a los negocios que tenía en Gijón.
Su vehículo se cruzaba en los años 30 con centenares de carros que recogían pulpa de remolacha en la Azucarera para dar de comer al ganado. «Venían de todas partes, hasta de Villaviciosa», recuerdan los vecinos. Fue antes de que el futuro de Veriña cambiase sin remisión, cuando aún era un vergel y prometía como zona residencial; cuando la playa y el río de Aboño eran bonitos adornos para la parroquia y la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la agricultura y la ganadería.
Antes de la creación de Uninsa, a mediados de los 60. Y antes de que la Térmica y el Parque de Carbones de Aboño contribuyeran a crear un mar de humos. «A esto ayudó la fábrica de cemento y, por si tuviésemos poco, nos tocó también la depuradora. La zona que más oxígeno nos da es en la que está previsto que se construya la regasificadora», protestan.
Hace ya mucho que en cada alféizar de ventana «puede observarse perfectamente una capa de polvillo que brilla: son partículas de minerales», informan. «Se mete por las casas y llega a todas partes. De los árboles que había quedan pocos, porque no resisten la contaminación». Y si tarda en llover, «hay que fregar les berces. Además, el día que no viene aire de El Musel, que barre, hay una peste tremenda por la depuradora», comenta José Suárez.
Todos reconocen que cuando negociaron las expropiaciones, hace ya medio siglo, no esperaban que Uninsa fuese a resultar «tan perjudicial para la parroquia». Por eso, en 1988 ya pedían que colocasen filtros en los hornos. También protestaban porque en la parroquia no había ni un solo columpio para los niños.
Ni columpios, ni niños
Pero esa petición ya la han abandonado porque «sigue sin haber columpios, pero ahora tampoco hay niños». Atrás quedaron los tiempos en que «en cada casa había 7 u 8 chavales. Sólo en el barrio de La Estación, hace apenas diez años, había 16 chiquillos. Ahora hay dos». No es el único cambio registrado en la población de la parroquia. «En Veriña de Abajo sólo quedan, de vecinos de toda la vida, tres: José y Alfredo Álvarez y Montserrat Gómez».
Antaño, los vecinos no tenían tantos problemas para sacar adelante sus plantaciones. La campaña de remolacha, para abastecer a la Azucarera de Veriña -que a pesar de llevar el nombre de la parroquia estaba en Poago-, duraba tres meses. El resto del tiempo se dedicaban a sus tierras.
De lo que nunca pudieron quejarse fue de la falta de comunicación. A la carretera asfaltada en los años 30, se unía la estación de Renfe, en la que llegaron a trabajar 15 obreros y el jefe de estación. «De Monteana venían aquí para coger el tren. También es verdad que de aquella, en todo Gijón, había más personas y menos máquinas».
«El prau donde ahora está la Térmica, una vez al año, se llenaba de agua por la mareona, que ahora llamen marea viva. Luego, cuando bajaba, quedaben los peces en el prau», dice Alfredo León en un esfuerzo de memoria. «Y la parcela de la fábrica de cemento -completa José- era el campo de fútbol del Aboño. De ahí salió Prendes, el jugador del Sporting».
El padre de José era el dueño del Salón Moderno Manuel Suárez Álvarez, que abrió en el año 1932 y durante la Guerra Civil fue utilizado como cuartel. Dispuestos a divertirse, los chavales de la época «veníen en madreñes y dejábenles en la garita de la estación. Allí poníen los zapatos para bailar». Después continuó su actividad, pero «cuando Nemesia abrió el Parque Venecia de invierno decidió cerrar, en 1945». Entre otras cosas, porque no había divertimento capaz de competir con los maravillosos salones de la que fue conocida como «la mejor sala de fiestas de España».
A Veriña llegaban trenes y autobuses llenos de jóvenes para disfrutar del baile y las lanchas del parque. «Nemesia tuvo poder para convencer a los responsables de que hiciesen un apeadero de la Renfe aquí, para que pudiesen asistir al baile gijoneses de todo el concejo», recuerda José. Alfredo León bajaba en lacha desde Aboño, donde vivía: «Lo pasábamos como los indios. También navegábamos por el río hasta la playa. Era la diversión que teníamos». Pero tras la muerte de Nemesia, el Parque Venecia no duró mucho. Durante un tiempo, sus hijos trataron de continuar con el negocio familiar, que estaba ya condenado a desaparecer. Los vecinos dicen, aún a día de hoy, que «fue un pecado dejar caer aquel edificio, al igual que se hizo con el de la Azucarera y la Fábrica de yeso».
Lo mismo ocurrió con la escuela, que tenía dos aulas, sótano y patio cubierto; aunque más tarde sirvió «para criar gochos dentro, con lo guapu que era».
Quedan dos bares
El desarrollo no les trajo sólo sufrimiento. Para las obras de las vías de Renfe, sacaron arena del Pozu La Braga, aumentando en varios metros su profundidad. «Era como un lago y hace unos 55 años todos los vecinos íbamos a bañarnos allí». También se metían a remojo en el río Aboño, donde algunos cuentan que «el agua bajaba dulce, por la azucarera».
Dice la leyenda que la iglesia parroquial de Santa María fue derribada por un rayo. Y aunque la actual capilla de San Martín no ha sufrido accidentes de tal magnitud, lleva décadas siendo víctima de numerosos robos. Hasta hace poco, colocar una nueva campana y verla desaparecer a al poco tiempo era el pan nuestro de cada día. Y ahora los pillos han ampliado mercado: «Nos roban el agua, la luz, los cables... Y, además, como es un sitio bastante apartado, algunos lo utilizan como escombrera».
Veriña apenas dispone de mobiliario urbano, pero sus habitantes son conscientes de que «desde que lo colocan no dura ni dos días, por los robos. La parroquia tiene muchas zonas con poca gente, a las que vienen los gamberros. También lo tenemos todo lleno de grafitis». Así que la asociación de vecinos cada vez guarda más reservas a la hora de transmitir sus peticiones: «Demandas tal cosa, pero luego ves que nadie lo cuida ni lo usa».
Aún así, los vecinos siguen estando orgullosos de su parroquia y cada 4 de julio se reúnen para celebrar Santa Isabel. Los últimos años hubo misa y comida para los lugareños, pero ya no se celebró la verbena, desaparecida hace más de 20 años.
Sólo quedan dos bares en la parroquia, A Pulpeira y La Campina. El que fue el tercer superviviente, el Bar Puente Secu, cerró este mes. Por eso, «nos vendría tan bien una senda peatonal y el carril bici de la Campa Torres». Por intentarlo, que no quede."
"Veriña es una estación de ferrocarril situada en la parroquia homónima perteneciente al municipio español de Gijón, en el Principado de Asturias. Forma parte de la red de ancho ibérico operada por Renfe Cercanías y de la red de ancho métrico operada por Renfe Cercanías AM. Está integrada dentro del núcleo de Cercanías Asturias como parte de la línea C-1 (ancho ibérico), así como de la línea C-4 (ancho métrico).
Situación ferroviaria
La estación consta de dos instalaciones próximas entre sí pertenecientes a la red de ancho ibérico y a la red de ancho métrico del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).
La primera de ellas es una estación se encuentra en el punto kilométrico 166,289 de la línea férrea de ancho ibérico que une Venta de Baños con Gijón a 19 metros de altitud. El tramo en el que se encuentra es de vía doble y está electrificado. También forma parte de la línea de mercancías Serín-Aboño, encontrándose en el punto kilométrico 6,8, entre las estaciones de Poago y Aboño.
La segunda de las instalaciones se encuentra en el punto kilométrico 315,084 de la línea férrea de ancho métrico que une Ferrol con Gijón a 19 metros de altitud. El tramo en que se encuentra es de vía única electrificada.
Historia
Respecto a la parte correspondiente a la red de ancho ibérico, la estación fue abierta al tráfico el 23 de julio de 1874 con la puesta en marcha del tramo Pola de Lena-Gijón de la línea que pretendía unir León con Gijón. La construcción fue obra de la Compañía de los Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León creada para continuar con las obras iniciadas por Noroeste anterior titular de la concesión. Sin embargo su situación financiera no fue mucho mejor que la de su antecesora y en 1885 acabó siendo absorbida por Norte. En 1941, la nacionalización del ferrocarril en España supuso la desaparición de esta última y su integración en la recién creada RENFE. Desde el 31 de diciembre de 2004 Renfe Operadora explota la línea mientras que Adif es la titular de las instalaciones ferroviarias.
En cuanto a la parte en ancho métrico, las instalaciones ferroviarias se sitúan en el tramo Aboño-Gijón abierto al tráfico en 1950. Las obras corrieron a cargo de una pequeña compañía conocida como la Sociedad de las Minas y Ferrocarril de Carreño. En 1974, y poco después de que el Estado lograra completar las obras de la línea Ferrol-Gijón, que precisamente reaprovechaba el recorrido del Ferrocarril de Carreño (entre Avilés y Gijón), la estación pasó a ser gestionada por la empresa pública FEVE. Esta mantuvo la titularidad del recinto hasta 2013, momento en el cual la explotación fue atribuida a Renfe Operadora y las instalaciones a Adif."
"Conexión con Asturias y Castilla
En la segunda mitad del siglo xIX, la Compañía de los Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León (AGL) propone la construcción de un ferrocarril entre varios puntos del noroeste peninsular y La Meseta, incluyendo al puerto de Gijón. El 23 de julio de 1874 se inaugura el tramo Gijón-Pola de Lena, aunque no sería hasta 1884 cuando se finaliza toda la línea, que incluía la compleja infraestructura de la Rampa de Pajares. Los graves problemas económicos de la AGL llevan a la empresa a ser absorbida por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España en 1885, esa empresa construiría la Estación del Norte, actual Museo del Ferrocarril de Asturias.
El trazado de la línea discurre oeste-este por la parte oeste del concejo de Gijón, sorteando la actual planta industrial de Arcelor Mittal. Es de ancho ibérico con doble vía electrificada y por donde circulan la mayor parte del tráfico ferroviario de la ciudad, destacando los servicios de la línea C-1 de Cercanías.
Línea Ferrol-Gijón
"A finales del siglo xix el gobierno se propone conectar la importante base naval de Ferrol con las industrias y armerías de la zona central de Asturias. Las obras se prolongarán durante 51 años siendo la línea totalmente inaugurada en 1972.
El tramo Avilés-Aboño (límite occidental del concejo de Gijón) ya había sido construido anteriormente por la empresa de vía estrecha Ferrocarril de Carreño, que tenía que hacer un complicado trasbordo desde Aboño hasta Gijón mediante una línea del tranvía local. Aprovechando la construcción de la línea Ferrol-Gijón, esta empresa recibe en 1950 la concesión estatal para alargar el trazado hasta la estación de El Humedal, penetrando por Tremañes.
En la actualidad, la infraestructura es usada por una línea de Renfe Cercanías AM, la C-4, que conecta Cudillero con Gijón mediante una única vía electrificada."
"... el tren del 29 está detenido en Veriña. Los 400 soldados están desesperados intentando organizar el desplazamiento hasta Oviedo por tierra. Se dedican a confiscar carros y animales para transportar el material. A doce km de allí, JM Martínez al frente de unos cuantos cenetistas, repartidos por los montes anteriores a llegar a Veranes. Unas cuantas descargas hacen pensar al comandante Cerrada que tiene en frente una tropa de revolucionarios que les han tendido una emboscada. Se repliegan, frenado el avance." JMª Martínez y los suyos vuelven para Gijón."
"estuvo abierto desde el año 1932 hasta 1945, salvando la época de la guerra, en que fue ocupado como cuartel. Había baile todos los domingos y días de fiestas desde las cinco y media o seis de la tarde hasta las diez de la noche. Disponía de una zona cubierta y venían jóvenes no solo de Veriña, sino también de Poago, de Tremañes, de Jove y hasta de Gijón. Recuerdo que en aquellos años se adquirió para el baile un amplificador de discos Philips que costó cuatro mil pesetas, lo cual era una cantidad muy importante en aquellas fechas y lo tenían muy pocos bailes de Gijón"
Por suerte no andamos más que unos pocos metros por esta carretera, justo antes de los citados puentes, de RENFE y FEVE, tomamos el camino de la izquierda
Eso sí, nos toca el paso a nivel del tren siderúrgico, que pasa por aquí
Y entramos en la parroquia de Puao por el barrio de Zarracina. Hay sendos puentes sobre el Río Aboño, uno para esta Carretera de Puao, o de Montiana, y otro para el ferrocarril de RENFE
De frente, el ya citado gasoducto de El Tubón, que veíamos ya desde Puente Secu
Aquí se unen los ríos Pinzales y Aboño. Antaño y como hemos dicho el trazado original del Camín Real pasaba el río por El Puente'l Ciegu, puente de tres arcos construido en 1595 por el maestro de obras gijonés Don Francisco de la Viña. En nuestros días el paisaje se ha transformado radicalmente y el puente quedó sepultado por los escombros de relleno para instalar la gran factoría siderúrgica
Pasamos pues bajo El Tubón y avanzamos por términos de Zarracina, parroquia de Puao, iniciando nuestra subida al Monte Areo...
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