Pazo do Cotón, saliendo de Negreira |
Llegando al Pazo do Cotón desde el monumento al escritor Xulián Margariños Negreira, paso del Camino |
Posiblemente sea ya, saliendo de la población, donde encontramos uno de sus más destacados símbolos y monumentos, el Pazo do Cotón, especialmente relacionado con el Camino, pues pasa exactamente debajo de él, dado además que el viejo Camiño Real coincide aquí un tramo con la carretera. Un cuerpo del pazo, de tres arcos, se yergue sobre la calle y las dos aceras de la Carreira de San Mauro
De esta manera el romeiro sensible al arte y la historia percibirá una vez más la sabiduría de las piedras hechas arquitectura, acervo cultural y patrimonio, al transitar por estos pasadizos en forma de arco, uno grande en medio y dos a los lados más pequeños para las aceras
Pasando bajo los arcos del pazo vemos a la izquierda el cuerpo principal del mismo, con sus mansiones y su entrada
Destacan las torres circulares
Su antigua traza de origen medieval quedó completamente transformada de resultas de las profundas ampliaciones y reformas aquí realizadas desde el siglo XVII hasta el XX
Esas reformas abarcan elementos tales como las ya mencionadas torres circulares, la galería de piedra y la estructura almenada neohistoricista, miradores y otras dependencias, entre ellas la capilla de San Amaro, dieciochesca, que guarda en su interior retablo neogótico de 1940 con imágenes barrocas y neoclásicas, destacando la del mismo patrón, San Amaro (que da nombre a este tramo de Camiño Real: Carreira de San Amaro) y la de Santa Lucía.
Así como la de la Virxe do Carme, pues existió en el pazo una cofradía dedicada a ella dedicada, fundada en 1740, aunque la capilla en la que se veneraba, en la actual Rúa do Carme, desapareció. Más tallas, del siglo XX, son las del Corazón de Xesús, San Xoán Bautixta, San Antonio de Padua y San Xosé.
Pese a los cambios acontecidos en su estructura aún conserva el aspecto de fortaleza del medievo para el que fue en principio construido este notable edificio que, como norma general en todos los de estas características, vio trocada su función primigenia por la de palacio solariego. Las murallas son la base sobre la que se fueron levantando las demás porciones añadidas a lo largo del tiempo.
Una vez dejado atrás del Pazo do Cotón proseguimos el pequeño descenso hacia el río Barcala.
Y antes de cruzar el puente sobre el río Barcala pasaremos junto al emotivo Monumento al Emigrante.
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