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sábado, 1 de febrero de 2014

LAS ANTIGUAS MURALLAS DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Santiago de Compostela, Porta do Camiño
 Nuestra entrada al casco más antiguo de Santiago se hace por la Porta do Camiño, ya muy cerca de la catedral. Su nombre se debe a que aquí estuvo una de las puertas de la ciudad amurallada, la del Camino principal, el de Castilla y Francia, y por eso fue también esta la considerada como puerta principal, así como la calle intramuros (rúa das Casas Reais), donde había tiendas (sigue habiendo), mesones y posadas y albergues para peregrinos. La muralla fue desapareciendo paulatinamente, en el siglo XIX, con las necesidades urbanísticas, los nuevos edificios fueron incorporando sus muros a su propia estructura, tirándose algunas porciones para abrir calles. Por ello no es estraño que en excavaciones o en obras aparezcan cimientos, restos y señales de la fortificación. Ya en el siglo XV la muralla resultaba casi inservible ante el cese de las amenazas invasoras, aunque en 1596 se realizó una inspección militar de las mismas durante las guerras con Inglaterra, ya que no era improbable un ataque por mar. Los propios vecinos quisieron reparar algún tramo por su propia mano en siglos posteriores, tal vez para evitar derrumbes, pero incluso en alguna zona llegó a utilizarse como basurero

Porta do Camiño y rúa das Casas Reais
La muralla, aunque desaparecida, fijó la fisonomía actual de la ciudad y su entramado, siendo totalmente perceptible al observar un plano de su callejero lo que fue la ciudad intramuros. Hubo una primer muralla mandada construir en el año 968 por el obispo Sisenando, al lado de la entonces pequeña iglesia que después sería la catedral, defensa que abarcaba, a demás del santuario del Apóstol, la actual Praza da Quintana y el monasterio de San Paio de Antealtares. Al mismo tiempo existía un dispositivo exterior de foso y empalizada. Entonces las principales amenazas podían ser un desembarco normando en las cercanas rías o una razzia o incursión musulmana, que fue lo que pasó, ciudad, templo y muralla fueron derribadas por la incursión de Almanzor en el 997, que respetó no obstante la tumba del Apóstol.

Arco de Mazarelos, testimonio de una de las viejas puertas de la muralla de Santiago
La muralla hubo de ser reconstruida tiempo después por mandato del obispo Cresconio, pues las posibles amenazas de invasión no cesaban. Esta nueva fortaleza era bastante mayor y medía unos dos kilómetros, más o menos como la de Lugo, comprendiendo unas 30 hectáreas en su interior. Es la muralla que llegó al  siglo XIX y que tenía tres puertas principales, la ya mencionada Porta do Camiño o Francígena (franca, francesa), la Porta Fraxeira, por donde entraba el Camino Portugués y era también comunicación con Fisterra y otros puertos gallegos, y la Porta de Mazarelos, de la que se conserva un arco y, en un edificio anexo, se perciben partes de una de sus torres defensivas. Por aquí entraba el vino de Ribeiro y el de Ulla, así como cereales castellanos.

Arco de Mazarelos y convento de las Madres Mercedarias, del año 1673


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