PRAZA DAS PRATERÍAS. SANTIAGO DE COMPOSTELA

Praza das Praterías

Praza das Praterías desde la fachada sur de la catedral de Santiago de Compostela, un lugar de gran tradición histórica que no debe pasar por alto ningún peregrino ni visitante

En ella está la Fonte dos Cabalos (fuente de los caballos), de 1825, con cuatro caballos manando agua por sus bocas y, sobre ellos, una representación del Arca Marmórica o tumba de Santiago, con una mujer que representa a Compostela con una estrella en su brazo alzado. La plaza debe su nombre al ser antiguamente donde tenían sus talleres los artesanos de la plata o plateros

Destaca en esta plaza la Casa do Cabildo, construcción barroca de 1785 del arquitecto Clemente Fernández Sarela, la cual no deja de ser una construcción-fachada para mejorar el aspecto del lugar, pues las dos viviendas antaño existentes únicamente disponían de un fondo de 2,70 metros. Era por lo tanto un "edificio-telon", aunque precisamente esta curiosa característica es la que lo hace destacar dentro de la variada arquitectura compostelana

La Praza das Praterías tiene dos alturas, unas escaleras llevan a la fachada sur de la catedral, donde se alza la Torre del Reloj, llamada Berenguela por el arzobispo Berenguel Landoira, quien mandó construirla en el siglo XIV, siendo ampliada con dos plantas más entre 1676 y 1680. luego embellecida por el maestro mayor Domingo de Andrade. Aquí accedemos a la catedral por una doble portada románica, hecha entre 1103 y 1117 (otros dan otras fechas aproximadas), de arcos y columnas de mármol blanco y granito, profusamente labrados con numerosas figuras y escenas. La portada hubo de ser rehecha tras las rebeliones contra el arzobispo Gelmírez y se le añadieron partes de la antigua Puerta del Paraíso, portada románica que había en la fachada norte catedralicia. Aquí vemos las imágenes esculpidas de Cristo, el Padre Eterno, ángeles con trompetas, demonios tentando a Jesús, el rey David, la Creación de Adán, Santiago, la Pasión, etc

Como curiosidad digna de ser contada está la que por esta puerta salió despedido en 1499 el botafumeiro cuando se ejecutaba el rito en honor de Catalina de Aragón, primera mujer del rey Enrique VIII de Inglaterra. Fue una de las escasísimas incidencias del ingenio a lo largo de toda su historia.