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sábado, 1 de febrero de 2014

LA PLAYA SAN ANTOLÍN Y EL MONASTERIO: ENTRE EL BULLICIOSO VERANEO Y LA SOBRIEDAD CISTERCIENSE (LLANES, ASTURIAS)

Desembocadura del Ríu Beón, monte Piedras Lluengas y Playa Pestaña

 La Playa San Antolín es, en extensión la mayor del concejo de Llanes, de unos 1.200 metros de longitud y una anchura considerable aún en las pleamares, de una media de unos 60 m., si bien la zona propiamente arenosa puede quedar entonces cubierta en gran parte. Realmente estaríamos hablando de dos arenales, pues de la desembocadura del Ríu Beón o Bedón al este, bajo la cónica silueta del monte Piedras Lluengas, es llamada La Playa Pestaña, siendo el sector más agreste de tan extenso arenal, al que llegaremos luego de bajar de La Cuesta Niembru  

Del río al oeste es la parte más accesible y arenosa de la Playa San Antolín, donde están sus accesos rodados más próximos y los chiringuitos. La superficie de arena mojada señala hasta donde sube la marea, cuando la Punta la Dehesa, al oeste, la guarda de corrientes y oleajes haciendo de ella una piscina natural, al menos en verano, cuando la playa se llena de gente hasta a veces incluso masificarse, al igual que la cercana Playa Gulpiyuri, espectacular capricho geológico de un arenal separado del mar por un brazo rocoso pero comunicado subterráneamente, al que  podemos acercarnos por la senda costera próxima al Camino

Antes de llegar a la playa y bajo El Llanu la Cuesta (135 m) veremos las ruinas del antiguo monasterio de San Antolín de Beón o Bedón, con su iglesia románica de gusto cisterciense entre edificios hoy en ruinas, estos del siglo XVIII, todo ello en medio de una amplia vega ante el pequeño estuario que forma el río en su desembocadura


Tras subir La Cuesta Niembru, desde cuyas alturas hemos tenido una magnífica vista de los Picos de Europa, comenzamos una bajada directa al río y monasterio por la ladera occidental del citado monte El Llanu, Los Llanos o El Llanu Niembru, un fuerte descenso desde el que ya vamos viendo al norte el Mar Cantábrico



Desde esta ladera, también llamada La Cuesta Bricia, plantada profusamente de ocalitos, especie de crecimiento rápido para las fábricas de celulosa y que ha cambiado el paisaje de la cornisa cantábrica además de sus suelos, tal vez podamos ver, dentro de sus rápidos procesos de crecimiento y tala, La Punta Rocinera, entre San Antolín y Gulpiyuri, al Norte de Naves

Aquí el milenario Camín Real de la Costa, llamado El Camín del Mar, fue ensanchado considerablemente haciendo de él una pista en fuerte rampa para permitir el acceso a los vehículos de instalación y mantenimiento de las antenas de comunicaciones existentes en lo alto de El Llanu

También dependiendo del grado de crecimiento o llegada de la época de tala, de los ocalitos, podremos ver las vías de comunicación que sustituyeron en el siglo XIX a este tan transformado camín real, la carretera y el ferrocarril

La carretera AS-379 y a la derecha su senda peatonal del monasterio a la playa, por la que caminaremos enseguida hacia el paseo marítimo sobre la playa. A la izquierda el ferrocarril de vía estrecha en el túnel de la ladera de La Boriza, el túnel de Serronda. Fijémonos que para aparcar en verano se aprovecha al máximo el terreno de todos los lugares posibles

Con La Punta Rinconera, la carretera y el ferrocarril enfrente, bajamos por esta pronunciada cuesta del Camín del Mar

Si bien la subida desde La Fábrica, en Niembru, fue relativamente suave pero prolongada, ascendiendo paulatinamente, aquí el descenso es mucho más directo y precipitado, perdiendo altura rápidamente 

Ante nosotros en monte La Boriza, topónimo que se repite constantemente en la costa llanisca, emparentado con berza, pero en este caso relacionado con plantas silvestres, lo que ha dado lugar a diferentes acepciones. Leemos en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, de Xosé Lluis García Arias:

"Desde la variante beriza pudieron haberse formado los topónimos del tipo Borizu o Boriza, frecuentes en el oriente asturiano pues borizu es, evidentemente, un fitonímico dado que se define como ‘especie de mijo o panizo pequeño que se cría espontáneamente entre el maíz o las hortalizas’. Con una atracción velar sobre la átona se generaliza boriza ‘terreno fragoso’, ‘pastos comunes en terreno breñoso’

La Boriza forma parte de la sierra plana de El Llanu Santa Ana (153 m), que cierra por el oeste la desembocadura del Ríu Beón, formándose un desfiladero costero en este tramo. Santa Ana era la advocación de la antigua capilla sobre la que se hizo en 1926 la capilla de San Antolín de Naves, al otro lado de la montaña. Antiguamente la parroquial de Naves era la iglesia monacal de San Antolín de Bedón, en terrenos de Bricia (parroquia de Posada), advocación que pasó a la nueva iglesia

Su extremo norte-nordeste, ya de por sí abrupto y acantilado, hubo de ser aún más perfilado para el paso de la Autovía del Cantábrico (A-8) por esta estrecha franja entre La Boriza y el mar

Este tramo de la A-8 fue especialmente complicado, en parte abierto el 29 de diciembre de 1999, quedó pendiente de rematar el desdoblamiento del viaducto de San Antolín que desde aquí empezamos a ver, la parte más compleja, dado que se trataba de un desdoblamiento de la antigua carretera N-634 remozada y mejorada, la cual no fue inaugurada hasta medio año después, el 16 de julio de 2001

Según bajamos son apreciables los grandes desmontes para agrandar el antiguo camín real costero y hacer de él la enorme pista que es en nuestros días

El Camino zigzaguea: a una curva a la izquierda les sigue otra a la derecha, con alguna rampa intermedia, y así sucesivamente hasta llegar a la ribera del río 



Además de los ocalitos, aún quedan algunas manchas forestales autóctonas, sobre todo de castaños, más algún roble y abedul

De vez en cuando volvemos a tener como referencia visual en la costa la carretera AS-379 y la boca del túnel ferroviario

También La Boriza y el Viaducto de San Antolín, de este reconoceremos mejor su enorme estructura según continuemos el descenso...

Reasfaltado en 2016 tras numerosos accidentes, el puente es uno de los puntos negros de la A-8 dada la velocidad de algunos vehículos en una curva un tanto pronunciada al bordear La Boriza sobre la playa

La Autovía del Cantábrico solventó en gran medida el problema de las comunicaciones por la cornisa Cantábrica entre su comienzo en Bilbao y su final en Baamonde (Lugo), sin embargo poco antes de Baamonde, en Mondoñedo, tiene su talón de Aquiles en el Alto da Xesta, a causa de las nieblas, asunto del que hablamos ampliamente en las correspondientes entradas de blog del Camino Norte

Un par de altos pinos se alzan sobre la siguiente curva a la derecha, a ambos lados. De todas formas estas referencias sobre árboles de repoblación, crecimiento rápido y talas continuas pueden desaparecer de un día para otro en cualquier momento

De frente, y también totalmente eucaliptalizado, el monte de Piedras Lluengas (128 m), entre la desembocadura del río y la playa, que aún no vemos desde aquí, pero es otra de esas referencias útiles para saber dónde nos hallamos exactamente 

Más a la derecha la ladera norte-noroeste del monte El Llanu, Los Llanos o El Llanu Niembru (135 m), que estamos bordeando en este sector


Otra curva cerrada, ahora a la izquierda y siempre pista abajo en una continua bajada


Fijémonos en el desmonte que ha dejado la roca madre a la vista y en pared vertical como un pequeño acantilado



Esta última curva antes de la carretera es la más pronunciada...

Desde aquí nos percatamos de la gran longitud del Viaducto de San Antolín. . Por supuesto esta obra, necesaria, se ha cobrado no obstante su tributo en el paisaje, con numerosos viaductos sobre conchas, playas y valles, como es este el caso

Ya son estos los últimos metros de bajada hasta llegar a la carretera AS-379. Todas estas montañas, con sus corrimientos de tierras o argayos, fueron un desafío para la construcción de la autovía y siguen siéndolo para su mantenimiento. Aunque hay fuertes medidas de contención no son extraños los desprendimientos en algún punto de su extensísimo recorrido, principalmente con las lluvias del invierno

Hemos de decir que además del impacto estético y ambiental de estas estructuras está también el acústico, oyendo el tráfico sobre nosotros, cuyo ruido parece amplificarse en esta campana natural que es el desfiladero

Pero lo cierto es que simplificó muchísimo los desplazamientos por la costa Cantábrica al sustituir como vía principal a la N-634 y sus inmensas, continuas y peligrosas curvas en su abrupto trazado que la hacían especialmente temible para sus usuarios

Al acercarnos nos asombra su robustez sostenida por tan titánicos pilares. En la explanada que hay debajo se ha habilitado otro de los aparcamientos de la playa

Atención ahora, justo antes de poner pie en la carretera podemos tomar el sendero a la derecha, entre los últimos árboles

Es un pequeño escalón que nos permite atajar un par de pasos pudiendo escoger ahora entre dos opciones...

Una sería la de seguir de frente por la vereda peatonal que comienza aquí al lado de la AS-379 (que fue el trazado antiguo de la nacional N-634 antes del primitivo viaducto)

Y la otra, si tenemos oportunidad y siempre dentro de los horarios y normativas de las visitas, acercarnos primeramente al antiguo monasterio de San Antolín, cuya antigua iglesia monacal es una de las joyas del arte románico en Asturias. Vemos su espadaña al fondo a la derecha, entre edificios del siglo XVIII que fueron dependencias monásticas y tras uno más, de ladrillos y en primer plano, que fue construido posteriormente cerca de la entrada a la finca y hoy en día también arruinado

Un problema burocrático existente desde su desamortización en el siglo XIX sobre quien es realmente su posesor ha hecho muy difícil recuperar el conjunto monacal, donde se han realizado muy pocas intervenciones hasta el momento. Para hacernos una idea de esta situación que tiende a eternizarse qué mejor que este título, San Antolín de Bedón, ni iglesia ni Estado, ni privada ni pública para la sección de Cultura de La Voz de Asturias de fecha 30-12-2017:

"Ni de la iglesia, ni del Estado. Ni privada ni pública. Visible, pero no visitable. Ahí permanece la hermosa edificación medieval de San Antolín de Bedón, pegada al Camino de Santiago a su paso por la localidad llanisca de Naves y a la vez encallada en mitad de una encrucijada burocrática -y seguramente también política- de la que ayer volvió a hablarse en las instituciones asturianas. Fue a instancias de una pregunta al consejero de Cultura, Genaro Alonso, de la diputada autonómica de Podemos Asturies Lucía Montejo, a cuyo grupo preocupa lo que considera un «intento de expolio» de la iglesia-monasterio benedictina del siglo XIII y lo que desde el Principado se está haciendo al respecto. La respuesta de Alonso la reafirmación en que la consejería «tiene clara» su «responsabilidad de la conservación del inmueble», el recordatorio de las medidas que se han adoptado para proteger el perímetro del Bien de Interés Cultural (BIC) y un voluntarioso «no cejaremos» seguido de una comparación inquietante: «Me comprometo aquí a hablar con los responsables del Ministerio sobre esta cuestión, pero puede que sea como la especialidad docente, donde hay una actitud cerrada».

Es el último punto y seguido en un largo relato de indefinición patrimonial en el que se intenta esclarecer una larga controversia sobre la titularidad del monumento, incrustado en mitad de una propiedad privada que desde hace unos meses permanece cerrada al paso de los muchos visitantes que desean acceder a San Antolín desde el camino jacobeo. Los intentos de que el Estado asuma la titularidad que, según documentación recopilada y remitida al Gobierno central por las autoridades llaniscas y por la Asociación de Amigos del monasterio, han recibido dos rotundas negativas de la Administración central. El Estado no se tiene por propietario a pesar de los documentos de 1870 que lo mencionan como tal y tampoco concede la propiedad a los dueños del terreno, por lo que oficialmente San Antolín de Bedón es un bien vacante.

Pero un bien vacante que está sujeto a toda la protección que le confiere su catalogación como Monumento Nacional (1931) y Bien de Interés Cultural (1985), lo cual responsabiliza a las administraciones públicas competentes para que garanticen su conservación y cuidados. El Estado respondió como tal con un desembolso de unos 180.000 euros a finales del pasado siglo y la consejería, hace 11 años, con otros 65.000. Su intención ahora es forzar al Estado a reconocer la propiedad del venerable inmueble y recibir la transferencia de San Antolín. Pero eso requiere que el Estado haga el traspaso de una propiedad en las debidas condiciones de conservación; una inversión previa que es posible que también explique tanta reticencia..."

Los promotores del reconocimiento de San Antolín como bien público intentan por su parte que la otra parte se defina e intente demostrar en los tribunales lo que el Estado no da por demostrado con los documentos que hasta ahora se han aportado. La parcela suele estar cerrada por motivos de seguridad dada la posibilidad que cualquier accidente en los arruinados edificios en torno a la iglesia pueda afectar responsabilidades a los propietarios:

"Hoy por hoy, en misma dirección reman la consejería, el ayuntamiento de Llanes, la Asociación de Amigos de San Antolín, con refuerzos incluso transfronterizos, como la iniciativa de la diputada de Podemos Asturies en el Parlamento Europeo Tania Sánchez, que ha hecho llegar una pregunta a la Comisión Europea en la que apela a la obligación de la UE de velar por su patrimonio cultural. Pero también el apoyo europeo, si finalmente llega por el viejo Camino de Santiago, tendrá que encontrarse despejada la titularidad de una iglesia que empezó a entrar en el purgatorio del derecho el día de 1820 en que dejó de ser el templo parroquial de Naves y que ahí sigue"

Efectivamente, en 1820 San Antolín de Beón o Bedón fue desamortizado con sus propiedades y terrenos al empezar el llamado Trienio Liberal, siendo por lo tanto unos 15 años anterior a la famosa Desamortización de Mendizábal que afectó al vecino monasterio de San Salvador de Celoriu, del San Antolín pasó a depender en 1544 dentro de la profunda reforma benedictina que llevó a estos cenobios a depender a su vez de San Benito de Valladolid, en un proceso que nos resume muy bien Wikipedia:

"En 1531, el papa Clemente VII, mediante una bula apostólica, dispuso que el cenobio fuese incorporado a la congregación de San Benito en Valladolid debido a la decadencia y deterioro del monasterio. Se nombró como nuevo abad a Juan de Estella quien ya figura en su cargo en 1532 después de la anexión. Sin embargo, al no solucionarse los problemas del cenobio, doce años más tarde, en 1544, «a petición de los vecinos y caballeros de la villa y concejo de Llanes», San Antolín fue anexionado como priorato al cercano monasterio de San Salvador de Celorio"

Lo mismo que la iglesia monacal de Celoriu pasó a ser parroquial del pueblo en el que se encuentra, esta de San Antolín lo fue de Naves, localidad cercana situada al otro lado de la playa. Pero mientras tras la desamortización San Salvador continuó siendo iglesia de Celoriu, pasando su casa del abad a ser casa rectoral; en el caso de San Antolín, el templo, dada su lejanía de Naves, no fue tenido en cuenta para seguir con su función de parroquial sino que se acordó construir una nueva iglesia en Naves y de esta quedó autorizada su demolición, siendo esta decisión revocada en 1855 por la oposición de la Comisión de Monumentos de Asturias y la intervención del obispo Ignacio Díaz-Caneja, según seguimos leyendo en Wikipedia:

"Después de la desamortización la iglesia quedó abandonada cuando los vecinos consiguieron que los oficios religiosos se celebrasen en Naves, adonde se trasladaron el «retablo mayor, los altares y la pila bautismal». También obtuvieron el permiso del obispo en 1858 para derribarla y reutilizar los materiales para reformar la capilla de Santa Ana de Naves. La Comisión Provincial de Monumentos, sin embargo, logró salvar la iglesia y el obispo aprobó la construcción de otra parroquia en Naves y revocó el permiso anterior"

Pero nada realmente efectivo se hizo, los edificios conventuales acabaron siendo cuadras y hasta 1931 la iglesia no fue declarada monumento histórico-artístico. Hubo una primera restauración en 1955 con Luis Menéndez Pidal y dentro del vacío legal sobre su exacta titularidad que llega a nuestros días, se hizo otra, más polémica, entre los años 1998-99.

Al igual que en el caso del monasterio de San Salvador de Celoriu se atribuye su fundación a la nobleza local llanisca, aunque en este caso no existen documentos que lo atestigüen, a no ser las sepulturas existentes en su interior de las familias de los Aguilar y los Posada, así como algunas inscripciones de la capilla mayor relacionadas con una reedificación o refundación del santuario en el siglo XII. Seguimos consultando lo que nos dice al respecto la Wikipedia:

"El monasterio fue dedicado a san San Antolín de Apamea, un mártir sirio del siglo iv cuyas reliquias se encontraban en la abadía de Frédelas cerca de Toulouse cuyo culto fue introducido en los reinos de la España medieval gracias al impulso del obispo Ponce, consejero del rey Sancho Garcés III de Pamplona.​Las primeras referencias del monasterio datan del siglo xii —años 1127, 1174 y 1176— aunque son extractos de la documentación original perdida. La primera mención fehaciente se encuentra en una donación hecha en 26 de enero de 1186 por Gonzalo Pérez (Petri) y su hijo Martín González que ceden unas propiedades al monasterio de San Vicente en Oviedo. La donación está confirmada por domno Iohanne abbate Sancti Antonin"

Luis Antonio Alías, en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios expone que la iglesia actual fue construida sobre una edificación anterior a principios del siglo XIII, dado que en un pilar de la capilla mayor presenta sendas inscripciones que dicen:

era MCCXIII incoav. abbs. johs. hvj ecle...

Y la otra:

reedificata est eclsia haec era MCCXIIII abbate jacobo

Otro dato existente es legendario y atribuye al conde Munio Rodríguez Can, hijo de Rodrigo Álvarez de las Asturias, señor de la tierra de Aguilar (actual concejo de Llanes), la fundación del convento en el siglo XI tras su arrepentimiento por haber dado muerte a una joven a la que pretendía y a su pareja en una capilla dedicada a San Antolín aquí situada. De esta leyenda nos cuenta también Luis Antonio Alías:

"Cuéntase que el conde era famoso como buen cazador y cruel libertino y que, deseoso de una joven que no le correspondía, intentó forzarla -se salvó escapando arropada por una tormenta y escondiéndose en una capilla dedicada a San Antolín- para luego asesinarla junto con su prometido. Arrepentido de su acción, y tras aparecérsele los espectros de la pareja asesinada, levantó el monasterio y se retiró del mundo.

Sobre una colina muy próxima, por donde pasaba el antiguo camino, quedan las ruinas de la capilla escenario del crimen y las de una venta que aliviaba el hambre y la sed de los caminantes"

La referencia a la venta sería la que hubo en L'Amilladeru, en La Cuesta Niembru, que veíamos subiendo desde La Fábrica, al sur de Posada y Bricia, cuyo topónimo, vinculado a humilladero, delata la antigua existencia de un oratorio. De esta insegura fundación se nos cuenta así también la Wikipedia:

"La fundación del monasterio de San Antolín de Bedón, del que queda solamente la iglesia, está envuelta en la leyenda y atribuida a un conde llamado don Munio o Muñazán, leyenda similar a la fundación de la catedral de San Antolín de Palencia. Aunque este conde legendario se ha identificado con el conde asturiano Munio Rodríguez Canis, este último falleció alrededor de 1024 y según estudios recientes «no existió un monasterio benedictino en Bedón en esas fechas tan tempranas». Además, no se conoce nada con certeza «sobre la personalidad de los fundadores, dotación fundacional, ni régimen del establecimiento de San Antolín en la etapa que precede la regularización de la vida monástica (...) que hay que situar antes de 1182» y no existe «ningún respaldo documental solvente» que permita tal identificación"

Lo cierto es que el origen de este monasterio, del que se tienen noticias fidedignas desde el siglo XII, es aún más misterioso que el de Celoriu, pues su fondo documental se ha perdido en su totalidad salvo dos documentos del siglo XVI sobre su incorporación a la abadía celoriana, y eso se afirma en el Gran Atlas del Principado de Asturias:

"Algunas leyendas atribuyen su erección, a principios del siglo XI, al conde Munio Rodríguez Can o Muñazán. Por su parte, la existencia de dos sepulcros pertenecientes a las familias llaniscas de Aguilar (con la que estaría emparentado el citado conde) y Posada, a la par que la propia tradición, apuntarían a estas casas como sus posibles fundadores. Tampoco es improbable que su origen se deba al asentamiento en el lugar de monjes venidos de otros centros monásticos. En 1147 se cita a su primer abad y en 1205, según reza una inscripción, el abad Juan comenzó la construcción de su iglesia románica"


Cuando cae la tarde, cuando la magnífica portada oeste de la iglesia, al igual que toda la fachada principal, más destaca por el sol, la sombra del cercano viaducto que tiene enfrente, así como los vehículos que por él pasan, se proyectan sobre ella. El monasterio prácticamente desapareció, pues se redujo a la mínima expresión, tras pasar a depender del de San Salvador de Celoriu, a partir de 1542. Cuando fue desamortizado en 1820 de sus moradas monásticas solamente quedaba una casa en ruinas construida el siglo anterior, pues según la Gran Enciclopedia Asturiana dos inscripciones decían lo siguiente:
Siendo Abad Velarde en 1713
Y la otra:
Esta casa hizo a su costa Fr. Antonio Díaz, hijo de Celorio, siendo Abada el Maestro Tosa, 1738
El 26 de junio de 2010 aparece en El Comercio un reportaje referido al "triste destino de esta iglesia" que incide en esta larga decadencia:
"San Antolín fue un monasterio desafortunado. Primero, en un incendio se quemó su archivo. Luego, partir de 1542 se une a San Salvador de Celorio, con lo cual el Monasterio prácticamente desaparece. De hecho, en el siglo XIX, sólo quedaba la Iglesia, y una casa contigua y en ruinas, construida en el siglo XVIII . Más adelante, la restauración que en 1955 realizó Luis Menéndez Pidal resultó, especialmente en las esculturas de la portada occidental, que duplica las originales de la portada sur, poco rigurosa. Los viaductos cercanos agredieron brutalmente el paisaje del monasterio, y, recientemente, la última restauración, a finales del pasado siglo, con un estucado ligeramente asalmonado, además de penosa, no logró evitar la sensación amenazante de ruina y abandono"

Recordemos que en sus años, o siglos, de esplendor, durante la baja Edad Media, un monasterio como este era mucho más que un lugar de retiro y oración: se trataba una gran empresa de explotación agropecuaria, organización social y administración y dominio del territorio, con propiedades, rentas y vasallos, de ahí su enorme influencia sobre el territorio, fundados en las proximidades de las más transitadas vías de comunicación de la época, como es el caso del Camín Real de la Costa, verdadera "autopista" de la antigüedad, paso continuo de viajeros y mercancías, por donde discurre, por él y por sus ramales, el Camino de Santiago. En Monasterios de España de Arteguías.com aportan otras fechas y noticisa sobre su origen y fundación:

"... el monasterio fue fundado a finales del siglo XI. A principios del siglo XIII el río Bedón, en una de sus habituales crecidas, dañó considerablemente el cenobio, por lo que fue necesario reconstruirlo. En 1214 se edifica la actual iglesia bajo las normas del Císter"

Otra narración que aseguraba que aquí traían los benedictinos a sus monjes díscolos de otros monasterios de Europa carece asimismo de documentos fidedignos que lo demuestren. Sin embargo sí sabemos que el convento recibía las donaciones acostumbradas de la nobleza asturiana, entre ellas las de algunos magnates como Pedro Díaz de Nava en su testamento del 9 de abril de 1289 y Rodrigo Álvarez de las Asturias, quien también en testamento otorgado el 16 de agosto de 1331 dejó mil maravedíes para que los monjes cantasen misas por su alma

El 16 de septiembre de 1517, en su accidentado periplo por la costa asturiana tras su no menos accidentado desembarco en Tazones e improvisada ruta para visitar por primera vez y como rey sus nuevos dominios españoles, Carlos I llegó a este monasterio camino de Santander y Castilla, siendo recibidos por el abad Pedro de Posada, a quien concederá menos de tres años después, el 4 de abril de 1520, autorización para fundar un mayorazgo en su hijo, que fue legitimado por el monarca

Es entonces en el siglo XVI cuando va apareciendo documentación, pero relacionada con las protestas vecinales por las costumbres licenciosas imperantes, solicitando los representantes del concejo de Llanes a la Santa Sede que se enmendase este problema, tal y como se hizo al incorporar el convento a la obediencia de la Congregación de Valladolid en 1531, siendo unido no mucho después, en 1544, al de Celoriu, quedando entonces San Antolín como priorato atendido por un monje que dependía del abad de San Salvador de Celoriu, según bula del Papa Paulo III. Volvemos a leer la preciosa prosa de Luis Antonio Alías:

"Alguna mala semilla del conde debió fructificar en los siglos siguientes si se aceptan como buenas las acusaciones de relajamiento de costumbres y comportamientos arbitrarios que lanzan los campesinos sobre los monjes durante el siglo XVI y que obligaron a una intervención de los nobles llaniscos ante la Santa Sede"

En 1572, el cronista Ambrosio de Morales visita al lugar, manifestando la creencia extendida que fue cenobio amparado por los Estrada y los Aguilar, tal y como plasma en su libro, informe encargado por Felipe IIViage de Ambrosio de Morales por orden del Rey D. Phelippe II a los Reynos de León, y Galicia y Principado de Asturias para reconocer las reliquias de santos, sepulcros reales y libros manuscritos

Sean quienes hubiesen sido los fundadores , lo que sí sabemos es que los constructores de este verdadero convento marítimo para los benedictinos de San Antolín, escogieron para él la inspiración estética cisterciense, reformadores de la Orden Benedictina que promulgaban la vuelta a los ideales de sobriedad y pobreza, lo que no quiere decir que fuese este un establecimiento del Císter, sino que seguían esta idea, al menos en parte, basada en que la profusión de símbolos, signos, filigranas, etc., desviaba la atención de la oración y la meditación

De ahí que los arcos de las portadas, sur y oeste, pese a ser de formidable aspecto, de varios arcos ojivales con sus capiteles y columnas, carezcan de decoración. Las ideas estéticas de Bernardo de Claraval , quien impulsó la extensión de la Orden del Císter por toda Europa, parecen haber hallado eco también en otras abadías benitas, pues no pocos monjes habrían leído su obra de 1124 Apología a Guilherme criticando los para él excesos de la Orden de Cluny, y estableciendo unos criterios estéticos que se plasmarían posteriormente en las abadías cistercienses, pues atacó fuertemente la escultura, pintura, adornos, y hasta las dimensiones de la iglesias de los cluniacenses, cuya orden había sido creada en Cluny en 910 precisamente con la idea de volver a la forma de vida original de la Regla de San Benito, pero que al expandirse evolucionó hacia unas posiciones que no fueron del agrado de todos los benedictinos, naciendo así el Císter, que ansiaba la vuelta a los ideales de pobreza

El debate sobre la opulencia era amplio, pero centrado en lo estético se aducía que el exceso de filigranas y detalles distraía de la meditación y que los religiosos, que supuestamente había renunciado a lo mundano, no necesitaban de ello para nada si querían profundizar en la ley de Dios, al que habría que buscar a través de la Escritura, no de las imágenes. Al mismo tiempo consideraban que eran un gasto inútil y un despilfarro que quitaba el pan a los necesitados, de ahí la famosa frase "¡Vanidad de vanidades, más insensata aún que vana: la iglesia resplandece sobre sus muros y carece de todo para sus pobres!" 

De todas maneras, la ausencia de filigranas talladas no era absoluta ni en las abadías cistercienses ni en las de su influencia o inspiración artístico-religiosa. En este caso esa decoración se plasma sobre todo en los canecillos del saliente de los alerones que, a manera de tejadillos, se disponen sobre ellos, estos sí profusamente labrados con diferentes motivos y escenas, figuras humanas, de animales, bajorrelieves de montería o figuras geométricas

Pero atención: este caso esta portada oeste NO existía ya en el siglo XIX y la que vemos en nuestros días es fruto de la restauración llevada a cabo por Ramón Menéndez Pidal en 1955 a la que hemos aludido antes, para la que tomó como ejemplo la portada sur original del santuario románico de transición a gótico

Dado no obstante que la portada principal es hacia donde suelen encaminarse primeramente los visitantes y que la réplica de sus canecillos tiene las figuras más perfiladas que las de los muy gastados de la portada sur, vamos a comenzar por esta replicada portada oeste para ver los que están en su cornisa, donde a veces ¡llegan a crecer pinos!. Arriba, la espadaña del campanario suele ser un añadido posterior a la obra románica.

No dejan de ser un contraste estos canecillos tan detallados en una obra románica en la que destaca su sobriedad de inspiración cisterciense. Otra concesión a la decoración labrada es el festón o banda de arquillos de la quinta arquivolta de esta arquería. Los canecillos, de izquierda a derecha son los que presentamos a continuación:


Este primero es una evidente cacería o del jabalí, en el que se ve claramente cómo un cazador le hunde la lanza en el cuello al animal. El tema de la montería, en concreto de jabalíes, es muy recurrente en el románico, y hemos de tener presente que San Antolín está considerado patrón de los cazadores de resultas de las leyendas sobre los fundadores de sus templos, y es que de la misma manera que aquí se atribuye al legendario episodio de Munio el Can o Muñazán, existe una leyenda de otro cazador, nada menos que el rey Sancho III El Mayor, relacionada con la construcción de la catedral de San Antolín de Palencia, la cual tendría su origen en un templo pagano al que siguió otro paleocristiano. En el siglo VII se hizo en la Cripta de San Antolín, ahora en el subsuelo de la catedral palentina, para albergar las reliquias del santo que el rey Wamba habría traído de Narbona en el año 672. La leyenda la narra Isabel Orellana Vilches en la página Aconteceres:
"... se recuerda otra tradición anexa a la veneración que recibe el santo en Palencia. En ella se apunta a la presencia del rey Sancho de Navarra, que muchos años después de la eventual conducción de los restos de Antolín en el entorno de la capital, yendo de caza, acertó a pasar por el lugar donde se cree que fueron depositados. El hecho es que la pieza que quería cobrarse escapó y buscó refugio en la cueva, que es la cripta en la que aquéllos hallarían reposo. Al intentar matar al animal, el monarca sintió que el brazo se le paralizaba. Su interpretación del hecho fue que se encontraba en un lugar santo. Prometió erigir un templo si sanaba y repentinamente recuperó la movilidad. Ello explica que la catedral palentina esté bajo la advocación de san Antolín. Por otra parte, en atención a este hecho cinegético a san Antolín se le considera patrón de los cazadores españoles"


Este es para nosotros de muy difícil interpretación. Los canecillos de esta portada fueron en concreto obra del escultor Agustín Menéndez, colaborador de Luis Menéndez Pidal, que marcará con una R de restaurada los elementos nuevos para distinguirlos de los originales, según información del investigador J. Díaz García en La arquitectura medieval de estética cisterciense en Asturias


La interpretación de los muy borrosos y gastados canecillos originales de la portada sur por parte del artista fue también determinante. Este por ejemplo que representa a una figura femenina sentada con un bebé en brazos se basa en realidad en uno que muestra a un músico tocando un instrumento de cuerda, como enseguida vamos a comprobar

Aquí tenemos una fiera de espaldas, que parece agazapada protegiendo a su cría mientras enseña sus fauces. Podríamos aventurar que fuese una leona, animal muy representado en la iconografía medieval. Este canecillo sí guarda bastante parecido con su correspondiente de la portada oeste

Aquí hay una figura femenina tocando un pandero cuadrado y bajo él, a dos patas, tal vez bailando, un cuadrúpedo

En esta foto sin hojas que trastoquen la visión del canecillo apreciaremos mejor la escena

Otra escena de montería, un personaje toca un cuerno con la mano derecha mientras con la derecha sujeta una lanza. A sus lados otros dos cuadrúpedos, estos parecen lobos, parecen estar colgados. Se sabe que cerca de aquí, entre las parroquias vecinas de Barru y Celoriu existe el topónimo Pozabal, lugar cerca del que hemos pasado, un posible puteum lupalem o trampa para cazar lobos

Un canecillo especialmente resultón y que guarda bastante relación con su original correspondiente de la portada sur. A la derecha lo que parece un danzarín-contorsionista realiza una pirueta en la que llega a poner los pies en la cabeza. Mientras a su izquierda otro personaje parece tocar unos panderos o llevar algo a la espalda


Un canecillo de decoración geométrica de entrelazos, motivo artístico repetido profusamente en el arte, transmisor de sensaciones de movimiento, continuidad, infinito, eternidad...


Y un ave de grandes garras, fuertes patas y largo cuello, que parece esconder la cabeza en el suelo. En realidad y dado el parecido de la iconografía de este canecillo con el de la iglesia de Santa María de Yermo en Cantabria (tal vez del mismo taller o al menos iguales modelos e inspiración), es un águila atacando a un cuadrúpedo, por lo que estaríamos ante otra escena de caza


Aquí estaríamos ante otra fiera y por lo tanto otra figura cinegética: sus garras, que parecen asirse a algo, sus orejas pequeñas y puntiagudas, su mirada y su dentadura parecen delatarlo, pero también ha sido interpretado como un mono, dada tal vez su amplia sonrisa


En la portada presenta cinco arquivoltas lisas a excepción de la franja en círculos que recorre el reseñado quinto arco, las cuales descansan en otras cinco columnas a a cada lado si en decoración ninguna ni en capiteles ni en fustes ni en sus bases. Estos fustes cilíndricos y capiteles lisos son una creación nueva de la que carece la portada sur, como inmediatamente vamos a comprobar


Vamos pues a ir ahora desde la portada oeste a su modelo original, pero no tanto, del acceso meridional, mientras reparamos en la estructura típicamente benedictina de este santuario, con sus tres naves siendo la central más grande, en altura y en anchura, que las laterales


Fijémonos también en los ventanucos en saetera de la fachada oeste y en las ventanas románicas de arco de medio punto en el lado sur en el que, más allá de su portada, está la nave transversal o transepto que conforma la estructura de planta de cruz latina del edificio


Esta portada se hizo en muro de piedra de cantería, saliente respecto a la pared de la nave y presenta un volumen abocinado, es decir, ensanchado de dentro hacia afuera. Las citadas ventanas de este muro sur son en realidad aspilleras como los del lado oeste pero estas también abocinadas


En cuanto a los arcos de la portada estos presentan una estructura bastante similar a la portada oeste que los copió, pero a partir de ellos se ha prescindido de todo lo no estrictamente funcional, como dice Mª Soledad Álvarez Martínez en El románico en Asturias, sosteniéndose sobre un a línea de impostas pero sin capiteles ni fustes, lo que indica que la portada oeste es más una recreación o interpretación posible de sus restauradores que una copia más o menos precisa de este modelo, variando también la posición de los canecillos, que vamos a ver también de izquierda a derecha


Este sería el ave atacando a un cuadrúpedo, aquí se nota más plenamente que se trata de un águila que en su imitación de la portada oeste con aquel cuello tan largo que parecía más un pelícano. Además de escena de cetrería el águila es el símbolo de la Tierra de Aguilar, denominación altomedieval del actual concejo de Llanes


Este por su parte sería el canecillo original del contorsionista y su acompañante


La imagen del músico sentado tocando un instrumento que se interpretó en su homóloga del otro lado como una mujer con un bebé en brazos. Es fundamental para encontrar su significado correcto comparar estos con los muy bien conservados canecillos de la citada iglesia cántabra de Santa María de Yermo, como muy bien hace Covadonga Cañas en su extenso y muy ameno reportaje fotográfico de estos templos para La guía digital del arte románico, que queremos recomendar


La figura de la mujer de pie tocando el pandero mientras un cuadrúpedo, tal vez un lobo, baila o está colgado a su derecha, parece que en un segundo plano


La misma imagen que la anterior pero en un día nublado, para que nos demos cuenta de cómo cambian las formas y rasgos según la luz que le de a estos canecillos


El canecillo de los entrelazos...


El de la cacería del jabalí al que un cazador le clava una lanza en el cuello


El mismo canecillo visto sin sol, a la sombra...


Este es el de la escena de la montería en el que un cazador con lanza toca el cuerno entre dos lobos


Y este sería al parecer el equivalente al segundo canecillo por la izquierda de la restaurada o casi más bien reconstruida cornisa de la portada oeste, y decimos al parecer porque a simple vista no se nos parce en nada. Aquí nos parece reconocer a dos lobos en una especie de trampa. Los cercanos topónimos de Pozabal y Llubeces entre Barru y Celoriu pueden ser reveladores en este aspecto


En este caso estamos delante de la fiera que protege a su cría con las fauces abiertas, que antes hemos interpretado como una leona pero que dentro de este contexto podría ser una loba


Y un lobo sería también el capitel de más a la derecha, el que se agarra a algo con sus patas delantera. Este tiene la misma posición dentro de la cornisa que su homólogo dela fachada occidental


Vamos a dar la vuelta al santuario para admirar su majestuoso ábside semicircular y de paso toda la maravillosa estructura de la nave cruzada por este alto transepto. Todos los demás canecillos de los alerones del tejado son lisos y carecen de decoración. Los contrafuertes en los muros nos delatan también la paulatina llegada del gótico. Dice Mª Soledad Álvarez Martínez:
"Ciertamente, el templo sigue el plan tradicional benedictino de las tres naves con los correspondientes ábsides escalonados, pero esta sencilla disposición se complica al intercalar una nave transversal que si bien no destaca en planta, sí lo hace en alzado. Como consecuencia, en el exterior, se  asiste a la armónica conjunción de los diversos volúmenes, cuya complejidad resulta poco frecuente en el ámbito regional. En efecto, al escalonamiento habitual de los ábsides se suma, en este caso, el del transepto, en el que se delimitan el crucero propiamente dicho con su incipiente cimborrio, y los brazos transversales, cubiertos a menor altura. El volumen correspondiente a la nave central se alza hasta una altura comprendida entre el cimborrio y los brazos del transepto,  y (...) destaca en las naves laterales, que tienen cubierta independiente y ligeramente más baja"

Y he aquí el magnífico triple ábside semicircular, con uno grande en el centro que alberga el altar mayor y corresponde a la nave central, y los laterales, más pequeños y que tuvieron sus altares, al final también de sus respectivas naves. Las estrechas aspilleras configuran elegantes ventanas románicas muy abocinadas pero absolutamente lisas, sin complicadas arquerías de medio punto ni columnas ni capiteles labrados y sin labrar


Existió una tercera portada, la portada norte, mucho más sencilla y que fue cegada, era la que valía a los monjes como comunicación entre la iglesia y desaparecidas dependencias monacales. 

https://www.flickr.com/photos/37519316@N04/4164061594)

En el interior estas tres naves se separan entre sí por arquerías apuntadas u ojivales que se apoyan en dos pares de pilares cruciformes, siendo su cubierta de techumbre de madera a dos aguas, mientras que la cabecera dispone de bóveda de cuarto de esfera, y el crucero, la arte más alta de la iglesia, donde se cruzan naves y transepto, lo hace con bóveda de crucería. Existen varias tumbas, dos de la familiar Aguilar, otra del caballero de la Orden de Santiago Diego Fernández de Posada y otra del abad Pedro de Posada que recibió a Carlos I (buen reportaje también de Covadonga Cañas). Dos más no tienen nombre y se atribuyen a la familia Muñazán, la del mítico y legendario fundador, del que existe otra versión de su leyenda, menos trágica y más parecida a la de la catedral de Palencia, de la que nos informa Felipe Perea en el trabajo que le dedica a San Antolín de Bedón
"La fundación del primer cenobio se mezcla con la leyenda. Según esta, Munio Rodriguez, tio del Cid Campeador, encontrándose de caza por estos parajes hirió a un jabalí y cuando estaba a punto de rematarlo este se revolvió contra él y le lanzó una llamarada de fuego por la boca. Impresionado nuestro personaje y atribuyendo el suceso a un hecho divino, decidió fundar un monasterio en honor a San Antolín (que por cierto es abogado contra el fuego). Los primeros datos ciertos que tenemos proceden del año 1205 (siglo XIII) cuando un abad de este monasterio de nombre Juan comenzó las obras de construcción de un nuevo convento" 

La misma leyenda fundacional o muy similar la tienen otros muy significativos monasterios, el Real Monasterio de San Juan de la Peña en Jaca, panteón que fue de varios reyes de Aragón, sito en el Camino de Santiago Aragonés y el de Santa María la Real  en Aguilar de Campoo, paso también de otro viejo camino jacobita que ahora conocemos como Camino Olvidado. De esta coincidencia de leyendas fundacionales de edificios emblemáticos, algo realmente bastante común y generalizado, sobre todo en el caso de santuarios, nos cuenta asimismo de manera muy amena Covadonga Cañas:

"Como todo conjunto monástico que se precie, cuenta con una leyenda referente a su fundación, leyenda también citada en San Juan de la Peña, Santa María de Aguilar de Campoo, y en la de San Antolín de Palencia, que simplificando reza así: Noble que cazando persigue pieza (ciervo, jabalí), pieza que misteriosamente se esconde en cueva que nadie conoce, cueva que contiene imagen de santo, deducción de milagro, construcción de cenobio. En Bedón la tradición habla de una segunda leyenda (por aquello del morbo, que parece que atrae más): Noble cruel que va de caza, noble que se pierde, que encuentra cabaña con bella joven, joven que pretende ultrajar, joven que logra huir, noble que queda frustradísimo, noble que jura venganza, que regresa días después, noble que se encoleriza al ver a su deseada en brazos de prometido, noble que pierde el norte y los mata, noble que tiempo después se arrepiente, noble que edifica cenobio en el lugar, noble que se mete a monje, colorín colorado"

Es muy posible que haya vínculos entre San Antolín de Palencia, San Antolín de Beón, y Santa María de Valdediós, este sí gran cenobio cisterciense asturiano (fundado a su vez por frailes procedentes de Sobrado dos Monxes, otro monasterio del Camino Norte, muy cerca ya de Santiago), ya que los tres fueron construidos en la misma época, pero cualquier documento que pudiese avalarlo se ha perdido, seguramente en el voraz incendio del siglo XVI

Basándose en las inscripciones localizadas, Mª Soledad Álvarez Gutiérrez escribe que el templo actual sería construido en 1175 bajo el mandato del abad Juan, siendo reedificado un años después por su sucesor Jacobo, "por lo que viene a indicar que en el último cuarto del siglo XII se realizaron trabajos en él, a los que se superpondrían las soluciones más avanzadas, características del XIII"


Hay más leyendas, como las de la Dama Blanca o La Huérfana, fantasmas que se aparecen en este lugar y que se relacionan con el crimen de la leyenda del fundador, lo que ha motivado incluso estudios y reportajes de especialistas en lo sobrenatural, o la de la extraña razón que explicaría que los vecinos de la no muy muy lejana pero tampoco precisamente próxima parroquia canguesa de Mestas de Con tenían derecho a ser enterados en el camposanto del monasterio sólo a cambio de dar cada año a los monjes una fanega de pan cocido. Toma de nuevo la palabra Covadonga Cañas.
"¿Cómo era posible eso? Resulta que los de Con tenían en su parroquia una imagen muy venerada del santo en cuestión. Durante una riada que arrampló con todo, sucedió que también se llevó consigo al santo, y parece ser que esa riada coincidió en fecha muy cercana al 2 de septiembre, festividad de San Antolín (“por San Antolín o se sequen les fuentes o lleva’l ríu les puentes”). Y el santo, que no era de piedra, navegó…y navegó…y río abajo llegó hasta el río Sella, y siguió hasta Cangas sin parar ni un momentín, y así alcanzó la desembocadura allá por Ribadesella. Pero no se detuvo, no, que su periplo prosiguió por mar hasta acabar en la playa de San Antolín de Bedón, donde fue rescatado por uno de los monjes del cenobio, y la imagen quedó depositada en el mismo. Durante la siguiente romería que se celebró en el prado del monasterio (y donde se siguen celebrando), algunos de los vecinos de Con reconocieron la imagen de su santo. Discutieron sin tregua unos y otros, unos por recuperar su talla, otros por conservarla, para finalmente acordar que los frailes quedabanse el santo a cambio de enterrar en el monasterio a los vecinos de Mestas"

El viaducto, existente desde antes de la actual Autovía A-8 para la que la N-634 ya salvase el río sin problemas, su ruido de tráfico continuo y la decadencia del lugar puede ocasionarnos tal vez algún episodio de melancolía, como el aquí tan bien expresado por Miguel I. Arrieta Gallastegui para la Agenda 1993 de Ediciones Trea dedicada al prerrománico y románico asturianos:
"El paraje en el que se encuentra el único edificio sobreviviente del complejo monacal de San Antolín de Bedón sobrecoge hoy, que está atravesado por una carretera nacional con viaducto incluido. Una playa abierta en toda su extensión al Cantábrico, un cantil desgajado a modo de farallón, unos meandros sinuosos... provocan un día de mar fuerte y tormentoso la impresión de ser asaltado por el océano, arrasado por el viento y destinado a los infiernos. Es de imaginar que en la época en que el monasterio cisterciense bullía con el fervor del impulso bernardiano, el paisaje, además de estar mejor tratado, tuviera el furos de una naturaleza apenas domada, que los días de tormenta aparentase más un turbulento fragor y los de bonanza una quietud tensa, un inquietante frescor"

Según salimos del viejo monasterio y miramos atrás, plasmamos las impresiones de este autor al pensar en cómo transcurriría la existencia basada en el ora et labora en este cenobio benedictino:
"No puedo si no pensar, entonces que, más que dura, imposible tendría que ser la vida en semejante lugar o, al menos, de sombrías expectativas los amaneceres que las compusieran; y me lleva a creer que motivos hay para pensar que lo que las afiladas lenguas afirman sobre su condición de monasterio de castigo para frailes díscolos y desconsiderados de allende las fronteras, guarda correspondencia con la verdad tan formal como material"

Dejamos el convento y su finca y regresamos al Camino, aquí la senda peatonal que comunica este lugar con la Playa San Antolín, al lado de la AS-379, que hasta agosto de 2019 fue la AS-263, razón por la que es muy posible que encontréis guías y textos con su antigua denominación. Se trata de la antigua carretera de Llanes a Lloviu, popularmente llamada La Pista, inaugurada en 1969 y que pasó a ser la N-634 antes de la construcción del viaducto, que luego sería a la vez reforzado para la Autovía del Cantábrico (A-8)


No podemos dejar de pasar por alto informar que el servicio de visitas guiadas al monasterio se realiza los viernes de 10:00 a 14:00 h entre los meses de julio y septiembre, pero dada la coyuntura y avatares de este enclave es absolutamente primordial confirmar que esto siga siendo así cuando vengamos, apuntándonos previamente al recorrido si deseamos entrar en el prado


Esta vía-pasarela peatonal es muy buena solución para caminos transitados, como es este entre los aparcamientos debajo del viaducto, el monasterio y la playa, librándonos del tráfico a todos los peatones, pues también los peregrinos han de pasar por ella al haber desaparecido, también en este lugar, el trazado original del camín real costero que los antiguos romeros, como todos los demás viajeros, empleaban


Al incendiarse su preciada documentación, no sabemos si los peregrinos históricos disponían en el convento de San Antolín, o en sus inmediaciones y atendido por sus monjes, de algún servicio de asistencia y posada como el que existió en Celoriu. No sería difícil, al menos hasta que en el siglo XVI pasó este a la órbita de aquel, empezando aquí la decadencia


De lo llamativo de la existencia tan próximos de dos monasterios benedictinos marítimos publica el escritor Pablo Antón Marín Estrada, dentro de su serie Historias del Camino de Santiago para El Comercio, publica el 24-10-2021 la titulada San Antolín de Bedón: el conde Muñazán, la doncella y el jabalí, en la que habla del tema:
"El Camino de Santiago a su paso por el concejo llanisco ofrece al viajero diversas alternativas al trazado oficial aprovechando las numerosas rutas senderistas que lo recorren. Pocas lo defraudarán en belleza del entorno y todas le llevarán, como al que va a Roma, a seguir la vía a Compostela por donde quiera que salga a buscarla. Una vez que haya dejado atrás las murallas de la antigua Puebla de Aguilar -convertida en la villa de Llanes por el foro que le otorgó Alfonso IX de León- y pasado Po, al llegar a Celoriu, no se arrepentirá si elige avanzar por la senda que discurre entre la playa Palombina y la desembocadura del río Bedón. No debía alejarse mucho del camino original que unió durante siglos los monasterios de San Salvador y San Antolín. Hace años, el recordado Pablo Ardisana invitó al escritor vasco Bernardo Atxaga a visitar ambos cenobios. Le contó que los dos habían sido fundados más o menos por la misma época y que fueron conventos de benitos. Al creador de Obaba le llamó especialmente la atención de que estuvieran asentados a orillas del mar: «Parecen dos monasterios irlandeses y que sus fundadores hayan llegado en barca», bromeó a su amigo Ardisana con toda la seriedad de un narrador que ha hecho de las fábulas y la tradición oral uno de los cimientos simbólicos de su obra"

Hasta casi acabando la década de 1990 aún vivían aquí unos guardeses de la finca. Como notas curiosas y poco conocidas se sabe que en la "casa-Monasterio" residía en 1910, según crónica de la fiesta de San Antolín publicada el 10 de septiembre por el periódico El Oriente de Asturias, "el ilustrado notario y abogado de Alcázar de San Juan, don Oliverio Martínez, se sirvió un espléndido banquete, en cuyo espacioso comedor se sentaron más de 60 amigos del referido señor". Luego, las hoy arruinadas casas fueron aprovechadas como colonias infantiles, de las que escribe el erudito Ángel Mato un extenso artículo en la revista Bedoniana titulado La colonia escolar de San Antolín de Bedón(1912-1936), del que plasmamos esta parte:

"Tras el proceso desamortizador de los bienes eclesiales, el antiguo monasterio de San Antolín de Bedón transmutó en el siglo xx su tradicional función de acogida recibiendo a varios centenares de niños y de jóvenes madrileños necesitados de mejorar su salud física y deseosos de disfrutar del entorno natural bedoniano, bajo la protección del templo cisterciense entre un frondoso castañar y un amplio arenal playero, cuyas activas mareas sin duda impactarían en las mentes de los infantiles visitantes. En una demostración de modernidad, el antiguo cenobio benedictino dejaba paso a una colonia escolar mixta de niños y niñas, que perduró durante 25 años de la mano del Museo Pedagógico Nacional, entre 1912 y 1927, y, posteriormente, del Instituto Escuela de Madrid, entre 1928 y 1936, entidades ambas ligadas al espíritu de la reformista Institución Libre de Enseñanza (...)

Según las Memorias anuales , la organización de la primera colonia del Museo Pedagógico en San Antolín se realizó en 1912, aunque algunas referencias indirectas retrotraen la fecha a 1910 (...)

Todo el conjunto de San Antolín incluía, a grandes rasgos, tres partes: el templo románico, que seguía cumpliendo su función religiosa el día de la fiesta, la casería, con varias construcciones a la entrada del recinto (vivienda y antojana, cuadras con tenadas), y la finca en alquiler (casona, prado y castañéu) que ya había servido como lugar de veraneo de familias asturianas, algunas ligadas al mundo educativo como Félix Aramburu que la ocupó durante el estío del año 18958 . La selección del antiguo monasterio de Bedón como sede de la colonia escolar del Museo Pedagógico respondía, además, a la adecuación de los espacios disponibles (exteriores e interiores) a las necesidades de la misma, tanto el recinto exterior muriado y con portillo de verja (en la Memoria de 1912 se afirma que «el castañar adscrito a la finca y los pintorescos alrededores hicieron la estancia extraordinariamente agradable») como «la casa abacial», en palabras de Aramburu, que, por su tamaño, podía albergar un numeroso colectivo infantil. Además del entorno natural también pudo influir la calidad de las aguas de la fuente del monasterio, aguas ferruginosas «para reconstruir a las personas débiles», tal como se decía en un anuncio inserto en la prensa local años atrás"

También veraneó en esta casa del monasterio Félix Aramburu y Zuloaga, que fue rector de la Universidad De Oviedo y ocupó varios cargos de representación política y administración de Justicia del Estado

Lo cierto es que esta vega es sumamente fértil y sin duda fue aprovechada por los frailes para el cultivo, sin embargo estaba a expensas de las crecidas en invierno. A diferencia de Celoriu, del que gracias a la escasa documentación conservada conocemos sus fases de construcción en relación con el entorno, no sólo del monasterio, sino todo lo concerniente a la desecación de terrenos, construcciones auxiliares y cultivos, la desaparición total del archivo de Celoriu apenas nos permite elucubrar al respecto


Buena parte sin duda estaría destinado a cereales panificables pero también habría lugar para otra variedad de cultivos, hortalizas y frutales, como en otros monasterios, nos imaginaríamos pumarada para manzana de sidra y también viña, pues el vino, indispensable en la liturgia, era un producto del que al principio, al menos, los monasterios tenderían a ser autosuficientes. Leemos en Geomorfología del litoral oriental de Asturias de los investigadores Germán Flor y Germán Flor-Blanco:
"El viñedo en la región cantábrica tiene sus raíces en la Alta Edad Media y a lo largo del siglo XVII se produce el declive, que se acelera en la mitad del XIX (Lanza García, 2011). Estaba mejor por emparrado, alternando la actividad de la pesca con la obtención de un vino mediocre, de baja graduación y escasa duración, siempre sometido a ordenanzas de protección" 

Ciertos muros y lo que parecen restos de una canalización a manera de trinchera por el borde del prado justo cuando empieza la ladera, tal vez arrojen alguna pista sobre el aprovechamiento de esta gran vega monacal. La viña es fácil estuviese en algunas de esas mismas faldas de La Cuesta y El Llanu o de Piedras Lluengas o fuesen estos montes de leña y caza, como la tan representada en los canecillos y en las leyendas, hoy solamente dedicados al monocultivo de ocalitales


También habría ganado para leche, los tan afamados quesos que eran la mejor forma de aprovecharla y cuyos descendientes serían las actuales variedades de quesos llaniscas, una de ellas, la de la Quesería Bedón, elabora sus especialidades muy cerca de aquí en Frieras, río arriba al oeste de Posada y por lo tanto en el mismo valle 


Es muy posible que, como solía ocurrir, en un principio las tierras fuesen explotadas directamente por el monasterio con sus sirvientes y ayudantes, pero enseguida, como pasó casi como norma general, vieron era mucho mas rentable arrendarlas con contratos tipo foro y similares que solían tener condiciones muy ventajosas para la abadía


De todas maneras la incorporación a San Salvador de Celoriu en 1544 como priorato dependiente, cortó la evolución de San Antolín como monasterio autónomo y no sabemos realmente cómo administraban esto los abades celorianos hasta su desamortización en 1820, quince años antes que su vecino, salvo porque tenían al frente a un monje-prior y parece la vida monacal entró por consiguiente en decadencia al centrarse esta en San Salvador de Celoriu


En esa centuria San Antolín de Bedón pasó a ser, además de iglesia monástica, la parroquial de Naves y Rales. Cuando el convento fue desamortizado los vecinos de Rales, temerosos que con la piedra del templo desacralizado se hiciese un puente en el lugar, solicitaron aprovecharla para hacer una nueva parroquial de la misma advocación al lado de sus casas, a la que llevarían lo más que pudieron de su ajuar, imágenes y mobiliario, pero no así las piedras, pues la Comisión de Monumentos dictaminó que la iglesia no estaba en una situación tan lamentable como para que fuese derruida


Aunque aún no existía la mentalidad y sensibilidad para con la conservación del patrimonio que tenemos hoy en día, aquella decisión sirvió para conservar tan importante monumento, pero como siempre hay un pero, en 1822, al venderse el terreno y las casas, el Estado parece no inscribe el santuario como suyo y comienza un limbo administrativo que parece imposible de resolver


En la revista Atlántica XXII la redactora Marisa del Gallo publica el 27-12-2018 un reportaje sobre esta situación titulado San Antolín de Bedón no tiene que le inscriba, del que extraemos estas partes que presentan y plasman la situación:
"A una distancia de unos 400 metros, apenas se vislumbra la torre y una verja de la que cuelga un cartel que dice: «Propiedad privada. Cerrado por motivos de seguridad». Con el paréntesis estival de unas visitas guiadas gratuitas obligadas por ley, eso es todo lo que ahora, y desde hace un año y medio, se puede ver del monasterio de San Antolín de Bedón en Naves (Llanes), un monumento románico del siglo XIII declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y situado en el Camino de Santiago. Ahora, la desidia del Estado –que según el Ayuntamiento es su único dueño aunque éste lo niegue– y el propietario de la finca, que dice serlo también de la iglesia, han terminado por dejarlo así, en un limbo. 
La finca fue desamortizada por el Estado en 1823, durante el Trienio Liberal. Se subastó toda, incluida la iglesia del monasterio. Pero, a diferencia del resto de la propiedad, el templo no se vendió. La razón se desconoce: puede ser que la subasta quedara desierta o que el monasterio fuera retirado de ella a última hora. La finca y los edificios civiles los adquirió un ingeniero, Wolfrang Mucha. Desde entonces, pasó por distintas manos hasta que acabó en las de José Pesquera García, antepasado de los actuales propietarios. En aquel documento de compraventa realizada en 1870, se señalaba claramente que la titularidad del templo era del Estado. El texto dice lo siguiente: «Adquirió la casería nominada de San Antolín de Bedón, (…) donde existe un templo y vestigios de un antiguo monasterio, (…) sin más propiedad ajena que la mencionada iglesia que corresponde al Estado como exceptuada de la venta». El monasterio fue declarado Monumento Nacional en 1931, una figura que en la actualidad equivale a un BIC, y por tanto goza de protección.
Los descendientes de aquel Pesquera son ahora copropietarios, ya que vendieron las dos sextas partes a la empresa Paisajes de Asturias, del médico y empresario Víctor Madera. Fue en febrero del año 2000 mediante un documento privado. Un año antes se había marchado de la finca el casero que la mantenía en buen estado. Desde entonces han tratado de demostrar, por distintos medios, escritos y recursos, que son «los legítimos propietarios» y, según los colectivos AVALL, Asociación de Vecinos del Concejo de Llanes, Amigos de la iglesia de San Antolín de Bedón, la Asociación Cultural La Volantina y el Ayuntamiento de Llanes, «quedarse con la iglesia y hacer negocio, a toda costa». Y recuerdan que por Bedón pasan al año miles de peregrinos. Detrás, sostienen, «solo hay pura especulación con un bien de todos». 
En diciembre de 2012, la Dirección General de Patrimonio del Estado acuerda iniciar un expediente de investigación sobre la titularidad de la Iglesia. Concluye que hay realizados por el Estado «actos de dominio inequívocos, que habrían interrumpido la posesión de cualquier tercero como son las actuaciones de restauración y consolidación en los años 1951, 1953, 1956, 1968 y las realizadas a partir de 1998». Este informe se completa con otro de la Abogacía del Estado en Asturias. En él se informaba de que «existen indicios suficientes para sostener la propiedad actual de la Administración General del Estado sobre el citado inmueble». Se detallan los derechos del Estado sobre la finca. Entre ellos, que el edificio procede de aquella desamortización y la escritura de la familia Pesquera. Y concluye que «ni éste, ni sus sucesores, han podido transmitir nunca lo que nunca tuvieron.» 

Según aquella escritura de 1870, que nunca fue modificada, asegura el informe que "la titularidad del estado está asegurada por la protección de la que gozan los asientos en el registro de la propiedad", pero al no haberla el Estado inscrito nunca a su nombre surge el problema, que se eterniza: 

"La primera reclamación de los dueños del resto de la finca y del edificio civil fue en 1998. Varios integrantes de la familia Pesquera solicitaron al Ministerio de Economía y Hacienda que se les declarase titulares de la iglesia, basándose, según argumentaron, en que «la había poseído de forma pública, pacífica, ininterrumpida a título de dueños y con buena fe durante un plazo muy superior al requerido para ganar el dominio por prescripción adquisitiva». Se acordó no admitir esa reclamación. En 2003 el registrador de la propiedad de Llanes les impidió inscribir el monasterio a su nombre. En marzo de 2013, volvieron a intentarlo aportando distintas escrituras de compra de partes de la finca. Era el tercer intento"

Y así se llega a 2014, cuando esperanzadoramente el Estado parece dispuesto a reconocer su titularidad y transferir la iglesia al Principado tras restaurarla, siendo esto además anunciado a los vecinos y entidades pertinentes, sin embargo unos meses después la misma administración se desdice:
"Pero la sorpresa llegó cuando, meses después, la Delegación de Economía y Hacienda emite un informe en el que por un lado dice que hay base suficiente para considerar que «está razonablemente acreditado que el inmueble podría ser considerado perteneciente al Estado». Pero, al mismo tiempo, estima determinante un expediente de defensa patrimonial realizado en 1996 por el Subdirector General de Patrimonio del Estado. En él se decía que «consultados los organismos oportunos, se ha llegado a la conclusión de que no hay prueba o indicio alguno que permita atribuir al Estado la titularidad de la finca» y explica que no se trata de que la Administración atribuya la «propiedad a quienes formularon su reclamación, sino que él mismo declaró que no era el propietario y, por lo tanto, no cabe una vez finalizado un procedimiento con esa conclusión iniciar uno nuevo» y archiva el caso. Admitir lo contrario equivaldría, dice, «a negar la necesaria seguridad jurídica de los procedimientos administrativos» y alude a la doctrina de «actos propios», según la cual la Administración no puede desdecirse 
Las asociaciones de vecinos de Llanes sospechan que los dueños de la parte civil quieren conseguir la propiedad de la iglesia como sea, incluso mediante la fórmula de usucapión, que permite hacerse con bienes vacantes que no tienen registrada la propiedad, como es el caso. «Está vallada para poder argumentar que el propietario de la finca es el único que accede a la zona y por tanto es dueño de todo». Y gracias, sostienen los vecinos, «a la desidia de la Administración». Lamentan que para un Estado sin alma ni sensibilidad cultural no sea más «que una de las cientos de iglesias que tiene desperdigadas por el país y que tiene que mantener. Y si pueden evitarlo, lo harán». 
Sin embargo, esa dejadez no siempre existió y demostraría, según sostienen AVALL, la Asociación de Vecinos de Llanes y el propio Ayuntamiento, que el Estado es su verdadero dueño. «¿Por qué si no en 1999 puso dinero para unas obras que contaron con la autorización de Patrimonio?». En 2005 el Principado contrató una reparación para la Iglesia por 59.000 euros. Y por si fuera poco, en las enmiendas a los presupuestos generales del Estado de 2018 presentadas por Foro Asturias, hay una para incrementar hasta los 500.000 euros la dotación asignada a la rehabilitación del patrimonio del románico asturiano de los monasterios de San Antolín de Bedón y Santa María de Obona, en Tineo. Enmienda que fue aprobada. Si como dice el Estado, él no es dueño del bien, ni los vecinos ni el consistorio entienden cómo se destina dinero público a arreglar un edificio que es propiedad privada y en el que nadie puede entrar, excepto en las visitas estivales, limitadas a un día a la semana de julio a septiembre, una obligación legal al tratarse de un BIC"

Y es en ese mismo año de 2016 cuando acontece otro contencioso referido a los derechos de paso en esta vega, también muy sonado en sus repercusiones por su trascendencia:

"En marzo de 2017, cinco vecinos de Llanes fueron a juicio por «infracciones leves contra el patrimonio». El motivo fue que meses antes habían accedido a la finca. Reclamaban el derecho de acceso libre al monasterio de San Antolín, consolidado por el acto de pasar libremente por él durante muchas décadas. «Es un camino público, utilizado desde siempre por los vecinos, los amantes del románico, los peregrinos del Camino de Santiago o quienes desean, simplemente, admirar su belleza», sostuvieron ante el juez.

Uno de ellos acabó condenado a una multa de más de 400 euros, que abonaron solidariamente. AVALL presentó hace unos meses un interdicto para la recuperación y apertura del camino, que es público. «Por lo menos se llegaría hasta la iglesia», dicen en la asociación, pero no ha valido para nada. El Ayuntamiento explica que ese camino público no figura en el inventario municipal y, por tanto, no puede reclamar su apertura. Tampoco puede reclamárselo al Estado, al no figurar en ningún caso como dueño del bien para el que reclama un acceso. El mismo argumento por el que se descartó contratar un exhaustivo estudio que determinase de quién es el monasterio. «No podíamos gastar dinero público para algo que no iba a servir para nada. Se nos podría acusar de malversación», asegura la concejala de Cultura.

Tanto la Junta General del Principado como los cinco grupos municipales del ayuntamiento llanisco, de forma unánime, reclaman al Estado que asuma su responsabilidad y recupere la titularidad del que fuera un monasterio benedictino..."

La Consejería de Cultura del Principado de Asturias delimita el entorno de San Antolín, protegiendo las seis hectáreas de la finca en las que están el monumento y sus construcciones auxiliares:

" Implica que las intervenciones y usos que se realicen en este espacio «no podrán alterar el carácter arquitectónico y paisajístico del área, perturbar la contemplación del bien o atentar contra la integridad física del mismo». Además, estará específicamente prohibido «cualquier movimiento de tierras que conlleve una alteración grave de la geomorfología y la topografía del territorio y cualquier vertido de basura, escombros o desechos». Esta revista se ha puesto en contacto con los actuales propietarios y con la empresa Paisajes de Asturias que se han negado a facilitar información y su versión sobre el insólito proceso de privatización de una joya del patrimonio histórico-artístico asturiano"

De esta manera siguen pasando los años, el 23 de mayo de 2022 sale la noticia en Cope Ribadesella que El Congreso aprueba inscribir San Antolín de Bedón en el Inventario de Bienes del Estado, y dos días después en El Comercio que El Congreso insta a definir si la iglesia de San Antolín de Bedón es de titularidad estatalUn día después, 25 de mayo y también en El Comercio: Llanes reitera que la iglesia de San Antolín de Bedón es "indudablemente estatal". Sigue cruzándose las noticias pues en uno y otro sentido

Y aquí permanece nuestra iglesia, a la que incluso le crecen los pinos en la cornisa sobre la portada restaurada por Luis Menéndez Pidal y sus ayudantes. Volvemos a Arrieta Gallastegui, cuando escribió de ella en 1992, describiendo sus impresiones de la misma, siete años antes de las obras de 1999, siempre con ese encantador tono de melancolía...

"Con todo, con ser su aspecto algo achaparrado y grisáceo, sus portadas desmesuradas, el conjunto del crucero (con cimborio) y ábsides desconcertante en sus alturas y proporciones, resulta ser una iglesia ejemplo virtual ¡, junto con Santa María de Valdediós, de los modos de hacer de aquellos monjes que introdujeron el arco apuntado, las bóvedas de crucero, los pilares cruciformes con columnas adosadas, la austeridad decorativa en arquivoltas y capiteles, la pacífica tristeza de quien ha inmolado los segundos de su vida al imposible reclamo de la eternidad"

Y en el apartado de Monasterios de España de Arteguías. com no dudan en calificar de desasosiego su primera impresión ante la situación del conjunto, si bien luego al acercarse disfrutan de esta maravilla. También realizan un apunte sobre la restauración de 1999: 

"Alrededor de la iglesia queda un poblado prácticamente abandonado con las viviendas en ruina y hay que reconocer que, aunque se llegue hasta él a plena luz del día, provoca un cierto desasosiego su vista.

Una vez pasado esta inquietud, el esfuerzo merece la pena, pues nos encontraremos ante una iglesia conservada impecablemente, especialmente tras la restauración de la que ha gozado no hace demasiados años. En ella, los muros de mampostería que son mayoritarios en su fábrica se enfoscaron dando un aspecto lisura que contrasta con el que tenía antes.

Este aspecto puede parecer desacertado pero hay que recordar que los templos medievales se enfoscaban con colores de claro, lo que además de dar un aspecto más luminoso, permitía alisar las rugosidades de los muros, especialmente si se componían de mampostería.

Se trata esta iglesia de un edificio tardío (inicios del siglo XIII) muy equilibrado y armonioso en toda su arquitectura. La decoración, sin embargo, es muy contenida, limitándose a los canecillos (algunos restaurados) donde aparecen bastantes motivos figurados en distinto estado de conservación.

Estructuralmente, cuenta con tres naves y cabecera de tres ábsides semicirculares. Cuenta con crucero poco sobresaliente en planta, pero sí en alzado y un cimborrio sobre el transepto.

Las naves se cubren con madera, mientras que crucero y ábsides lo hacen con crucería.

El ingreso se hace por dos puestas. La principal es la occidental, que tiene arquivoltas ojivales sobre columnas. La meridional es similar, pero no dispone de columnas. En ellas se aprecia especialmente el carácter tardío ya mencionado y la influencia de la arquitectura cisterciense, que domina el panorama artístico de la Edad Media hispana en el arranque del siglo XIII"

La pidaliana portada occidental parece querer asomarse sobre el muro de piedra entre las casas del cenobio para despedirse tras esta inolvidable visita a este lugar tan especial y mágico

Esta franja de terreno de San Antolín entre el río y los montes, pertenece al pueblo de Bricia y por lo tanto está en términos de la parroquia de Posada, si bien en lo eclesiástico y al haber sido la iglesia monacal de San Antolín su parroquial, está vinculada a Naves. En el referido periódico El Oriente de Asturias informa tambiéne a fecha de 10 de diciembre de 1910 de algunos de sus antiguos propietarios, de las  bondades de un lugar que hoy luce inhóspito y de la celebración de ferias en este campo:

"El sitio elegido para la instalación del Monasterio no puede ser más a propósito, porque allí todo conspira á la meditación, al recogimiento, á la vida religiosa y contemplativa. Aquella iglesia conserva una puerta, ciertos arcos y otros detalles de construcción que atestiguan claramente su origen antiguo y venerando; pero el Monasterio se ha transformado en una casa de veraneantes, cuya posesión se disputan prestigiosas personalidades. 

Después de haber sido ocupada muchos años por el señor Aramburu, sustitúyele ahora el prestigioso don Oliverio Martínez con su distinguida familia. 

Restos de aquella fundación es también la feria de San Antolín, cuya importancia antigua va recobrando poco á poco, ya que las especialísimas condiciones de aquel encantador paraje convidan á hacer en San Antolín ferias como las de Santa Lucía y Santa Dorotea, ya que el sitio no es peor ciertamente, no faltando allí amplias planicies con deliciosas corrientes, abundantes aguas y refrescantes brisas, campo donde los romeros y los traficantes pueden esparcirse y operar cómodamente. 

Situada la explanada de San Antolín entre las elevadas sierras que por todas partes, la circundan, parece un hermoso anfiteatro, con el Océano á la espalda y al Poniente, se oyen los murmullos de cristalinas aguas del río que la bordea, y sobre el cual se tienden hermosos puentes que continuamente atraviesan carros, coches, autos y trenes, cuyas locomotoras, al sacar la cabeza por el túnel próximo, nos evoca el recuerdo de monstruosas y rápidas apariciones en un país encantado"

No podemos dejar de mencionar a El Castañedu, terrenos plantados de castaños en La Cuesta Santa Lucían que fueron del monasterio. Hasta hace años se celebraba allí la misa el día de San Antolín y luego había jira o comida campestre. Al anochecer la verbena continuaba en Naves. El último monje, que ejercía como párroco de San Antolín y Naves, vivía en la llamada Casa de Campu. Tras la desamortización pasó a particulares y en 1903 se la dotó de su propia fuente, ya que sus dueños fueron los benefactores de la traída general a Naves

Dejando la deliciosa vega de San Antolín continuamos por esta senda peatonal camino de la playa entre barandas de madera, a la izquierda además con guardarraíles al borde de la AS-379

La obra de esta vía peatonal, que de la playa de San Antolín continúa hacia Gulpiyuri y Aguamía o Guadamía, paso de Llanes a Ribadesella/Ribeseya, comenzó en marzo de 2009, así daba la noticia B. Morán para La Nueva España el día 20...

"La Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras inició el pasado lunes los trabajos del proyecto de la senda costera para uso cicloturista (BTT) y peatonal, en el tramo que une las playas de San Antolín, también conocida como Beón, y Guadamía o Aguadamía. La actuación fue licitada en 1.021.406 euros, que se distribuirán en tres anualidades. La obra, adjudicada a la empresa Construcciones Jaime Fernández, S. L., cuenta con un plazo de ejecución de 18 meses. Con este tramo se completará en el municipio de Llanes el recorrido de la senda costera, que unirá La Franca con Guadamía.

El tramo de San Antolín a Guadamía tiene una longitud de 15.460 metros, e incluirá como obras singulares una pasarela en la playa de Cuevas del Mar, dos unidades de áreas y miradores en la zona de San Antolín, en la localidad de Naves"

Al llegar al paso del puente sobre el Ríu Beón o Bedón el paso se estrecha y se acaba el asfalto de la pista. Este puente sustituye a otros anteriores del viejo Camín Real de la Costa, alguno de los cuales debió ser muy inseguro y endeble. Así en 1672 los vecinos de la vecina parroquia de H.ontoria se quejaban de esta forma de su estado:

«por estar tan lexos y ser y en los días de ynvierno cortos y aber en el medio un rrío mui caudaloso que llaman el rrío de San Antolín de Bedón donde se aogan muchas personas y se pierde mucha xente porque nunca pudo aber en dicho Rio puente segura ni tampoco barca se pueda mariar en ninguna manera», solicitando apartarse de la jurisdicción de Llanes"

Un año después, en 1673, se produce la Petición para sufragar los gastos de inspección del puente de San Antolín de Bedón, que recupera Carmen Acebo Gómez para la revista Bedoniana:

"Juan de Linares, mayor en días, Procurador general de esta villa y concejo de Llanes y Don Juan de Mendoça, veçino del balle de Possada y concejil de dicho Balle, Graviel de Qué, concejil de Barro i Niembro, Juan Gutiérrez, concejil de el Balle de Celorio y Pedro Ibañez, concejil de Bal de Pendueles, pressos que estamos en esta cárcel y villa, por vuestra merced, por racón de que no repartimos, en uno con otros concejiles d’esta jurisdición, mil reales que el Conçejo pleno mandó se repartiessen, para los gastos de la venida de el Corregidor de los nuebe Balles de las Asturias de Santillana, sobre la vista de ojos de la puente de San Antolín de Vedón, y consulta que a de haçer al real consejo, decimos mediante justicia vuestra merced se ha de servir de nos mandar soltar libremente i conpeler a las partes contrarias, conbengan en que se repartan, los dichos mil reales, por caveças, según son de veçinos y hubiere en cada Balle de esta jurisdiçión, como tanbién en está dicha Villa, lo qual se deve hacer, por lo siguiente y general usso i costumbre, de inmemorial tiempo a esta parte, que a su devido tienpo ofrecemos reproduçión de todos los repartimientos semxantes, por aberse repartido siempre por caveças según que la Villa i cada Balle tiene de veçinos y por que la puente de San Antolín de Vedón y otras cualesquiera son comunes a (...) si alguna particularidad hubiera la tenían [fol. 59 v] las partes contrarias por estar mas mediatos al paso de dicha puente de San Antolín, lo otro por que en contradictorio juiçio, se ha ganado auto de juez ordinario d’esta dicha Villa i confirmado del Señor Gobernador d’este Principado, a ynstançia del Procurador general d’esta dicha Villa, en que se manda se repartan los tales repartimientos por caveças, y sienpre se ha observado ansí..."

Al lado izquierdo vemos el antiguo petril de puente, conservado en esa vereda desde que esto era la antigua N-634. Comienza un suelo de entablado por el que ascendemos suavemente y en recto puente adelante. Al pasar al otro lado habremos llegado a la playa

El río y en lo alto el gran espolón de Piedras Lluengas y su monte de ocalitosLluengas es sinónimo de longas (largas) mientras Bedón lo más probable es que tenga que ver con la palabra céltica latinizada bedum, con el significado de zanja o arroyo

Según la Enciclopedia del paisaje de Asturias el río nace en la vega de Tebrandi, perteneciente al pueblo cabraliegu de Asiegu en Cabrales, empezando a ser llamado Muñonbreru y luego El Cerezu al pasar por L'Escobal, también en Cabrales, para luego ser el Ríu las CabrasRíu Meré en Meré y Ríu Vega en Torrevega, hasta que en su tramo final y al formar esta pequeña pero coqueta ría empieza a ser llamado Beón o Bedón, donde destacan sus alisedas

Esta es una foto de principios de la primavera, con la ribera izquierda más despejada al no haber aún apenas hojas en sus árboles o solamente iniciarse los primeros brotes. El río forma un desfiladero cuyo valle constituía una importante vía de comunicación entre la costa y el interior desde tiempo inmemorial. No obstante, su paso, como el de tantos otros de la cornisa cantábrica, era temible, los puentes eran endebles y los vadeos inseguros, y así lo plasmó Laurent Vital, el cronista que acompañó a Carlos I por aquí en septiembre de 1517, cuando describía los "peligrosos ríos" que encontraron camino de Llanes, imposibles de bajar sino en marea baja:

"... y aún entonces llegaba hasta la silla de los caballos, por lo cual el camino era allí tanto más peligroso, de tal modo que era necesario, por medio de su jabalina y otro bastón, sostenerse contra la rapidez de dichas aguas o estar en peligro de ahogarse..."

En el puente pasamos por el kilómetro 17 de esta carretera AS-379 

Carretera, ferrocarril y autovía constituyen importantes barreras físicas y geográficas en nuestros días. Antaño es fácil que las tierras de labrantío del convento se extendiesen por toda la vega hacia el sur, hasta Frieras al menos. Es más, en 1759 hubo un pleito entre San Antolín (realmente entre San Salvador de Celoriu, su administrador por entonces) y Frieras por los molinos del río, estudiado también para Bedoniana por Luis Martínez Lorenzo

El trazado ferroviario se abrió al tráfico el 20 de julio de 1905, estando entonces al cargo de la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Asturias, popularmente llamada Los Económicos, integrada en Feve en 1972. Allí destaca la estructura de un puente peatonal, el de la preciosa Senda del Ríu Beón; pues bien, entre ese y este de la carretera, a un nivel más bajo, reconoceremos el del ferrocarril, con sus barandillas amarillas, el cual sucede al antiguo, inaugurado con la línea, cuyos datos e historia nos aporta el artículo, publicado en la revista Bedoniana del año 2005,  El tren pasa por San AntolínAproximación a cien años de historia ferroviaria, que firma Jaime Sánchez Merodio:

"El Puente de San Antolín constituye uno de los ejemplos más emblemáticos de este tipo de construcciones de hierro del ferrocarril en España y por ello fue elegido por la casa proveedora, la Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera, para ilustrar su catálogo de productos de 1908, junto con el de San Román, sobre el Sella, en Lloviu. Ambos fueron proyectados por Jerónimo Ibrán, gran experto en este tipo de estructuras metálicas. Los trabajos de construcción se inician en 1903 y pronto estarían terminados los estribos y muros de avenidas, revestidos de sillares de muy buena talla. Parece que en esta época ya se encontraba en las inmediaciones la estructura metálica totalmente ensamblada y lista para colocar sobre los estribos. No sabemos cómo se trasladó esta hasta la zona; cabe suponer que debió de procederse de manera parecida a como se había hecho en el caso de las estructuras metálicas utilizadas en los viaductos sobre los ríos Cabra y Purón de los ferrocarriles del Cantábrico, del que nos informa la prensa:

«El vapor Rosario ha conducido a este puerto [Llanes] el material de los puentes metálicos que para la línea férrea de Cabezón a Llanes se han de tender sobre los ríos Cabra y Purón, en este concejo»

El puente primitivo sobre el Beón en San Antolín era una gran estructura de hierro laminado de 50 m. de luz, en un solo tramo recto; estaba formado por cuatro grandes vigas paralelas de 48,60 m. de longitud, distantes a 4,90 m. a lo ancho y unidas por riostras en forma de X, tanto en la parte inferior, sobre las que se asentaban las traviesas y la vía, como en la superior; y por otras verticales de 6 m. de altura, colocadas recta y oblicuamente formando una perfecta N. Los tirantes de las grandes vigas laterales eran dobles, unidos por pequeños perfiles en zig-zag, dando como resultado una celosía, que le confiere la apariencia esbelta y ligera que conocemos por fotografías que se nos han conservado del mismo"

Al pasar al otro lado del puente tenemos otro de los aparcamientos de la playa, este situado junto al primero de los accesos a la misma que nos vamos a encontrar, el de la desembocadura

El Camino sigue todo recto paralelo a la carretera. A la derecha vemos el mojón del Camino de Santiago. Ahí está el Bar Josefa, uno de los chiringuitos de la playa en verano

A nuestra izquierda, la ladera este-nordeste de La Boriza, muy boscosa y abrupta, al otro lado de la carretera y del ferrocarril. A nuestra izquierda, la ladera este-nordeste de La Boriza, muy boscosa y abrupta, al otro lado de la carretera y del ferrocarril. Al pasar el puente nos adentramos en "uno de los valles más hermosos de la tierra" diría el poeta Pablo Ardisana:

"El Valle de San Jorge (o San Jurde o San Xurde) tiene el límite oeste del río Aguamía, que separa los concejos de Llanes y Ribadesella; por el este la linde también es un río: el Bedón o Beón, denominado así hasta Puentenuevu, ya que a partir de dicho caserío se denomina de Las Cabras; por el sur el valle se cierra con frontera serrana y por el norte se abre en límite marino. Contemplado desde el aire semeja un triángulo isósceles con base en el Aguamía y vértice en el Bedón. Fue antaño uno de los valles más hermosos de Asturias, que es decir uno de los valles más hermosos de la tierra"

Y es que tradicionalmente en Llanes el valle es otra entidad de agrupación social a medio camino entre la parroquia y el conceyu o concejo. Lo explican muy bien los autores del libro dedicado a Llanes y Ribadedeva de la serie Asturias concejo a concejo del Real Instituto de Estudios Asturianos:

"La parroquia es, aún actualmente, un órgano de administración. Las que hoy conocemos fueron apareciendo en este período siguiendo un proceso disgregador. Así, la parroquia de Vidiago, que había pertenecido a la abadía de Pendueles, se separó de ella en 1753, quedando ésta en simple curato con Pendueles, Buelna y Santiuste. Años más tarde, en 1788, la iglesia de San Román de Cue que estaba en la Carúa se trasladó a Cue. Y un año después Nuestra Señora de los Dolores de Barro se enmancipó del monasterio de Celorio. Los mismo le sucedió a San Antolín de Naves y a San Antonio de Rales, cuando se separaron en 1803 del monasterio de San Antolín de Bedón, correspondiendo la provisión del vicario alabad de Celorio

Entre la parroquia y el concejo aparece en Llanes una entidad intermedia, el valle. Esta articulación en valles y parroquias del territorio llanisco aparece mencionada en el manuscrito de la Descripción del concejo de Llanes, escrito por Ramón Quintana Fuente y Francisco del Acebo en 1803 y que forma parte del Diccionario geográfico histórico de Asturias de Martínez Marina. Aquí aparecen los seis valles: Pendueles, con las parroquias de Pendueles, Vidiago, Tresgrandas y Carranzo; Mijares, con las de Cue, Llanes y Porrúa: Celorio con las de Celorio y Barro; Posada con las de Bedón y Santiago de Valdellera o Posada; Nueva con las de Hontoria, Nueva y Pría; y Ardisana ; y Ardisana con las de Vibaño, Caldueño, Ardisana y La Malatería. Cuatro nuevas parroquias aparecen mencionadas en la obra de Madoz: San Sebastián de la Borbolla, Santa Marina de Buelna, San Miguel de Purón y Santa María Magdalena de Rales

En estos casos una de las posibilidades que siempre se contempla, sobre todo en verano y con marea baja, es la de continuar por la playa y retornar al Camino al final de la misma. También existe la posibilidad de acercarnos desde San Antolín a la de Gulpiyuri por la senda costera, siguiendo desde ella luego a Naves retomando el Camino Norte oficial o prosiguiendo todo ya por dicha senda costera vía H.ontoria. Nosotros vamos a emplear el camino oficial, que en este trecho coincide en paralelo con la carretera y la vía del tren

En esta carretera suele haber bastante tráfico, casi masivo en verano con la playa, si bien en este caso es tan extensa que, salvo en su zona más arenosa y accesible, la occidental, no suele masificarse de bañistas

Esta parte izquierda es la más agreste, sobre todo al otro lado de la boca del estuario del Beón, si bien es cierto que tiene muy poca arena y casi todo son pedreros de cantos rodados

Dispone no obstante de una preciosa pradería con un bello paisaje dela boca de la ría. Hemos llegado a preguntarnos si los monjes habrían llegado a tener algún puerto natural de cabotaje o al menos pesquerías y/o derechos sobre la pesca, como en Celoriu. No sería extraño si bien carecemos de información fidedigna por el tan citado tema de la desaparición de su archivo

El amontonamiento de cantos forma una barra natural de protección,El Pedreru, si bien es verdad que la forma rectilínea de la playa, salvo en el mencionado sector occidental, no ofrece tanta protección como las ensenadas en forma de concha

Tradicionalmente se recoge el ocle, las algas marinas de arribazón, empleadas secularmente como abono y ahora de gran uso en la industria química y en la alta cocina. En la boca de la desembocadura se pesca angula en la temporada pertinente

En la desembocadura está además uno de los cotos salmoneros del río, abundaban antaño los rodaballos y en nuestros días los mugles (muíles o mujiles)

Al otro lado la pared rocosa de Piedras Lluengas forma un acantilado vertical y entre sus grietas llegan a prender los ocalitos.

Ante nosotros se va configurando una de las estampas más llamativas de la playa, con la desembocadura del río bajo la picuda mole del espolón en el extremo de Piedras Lluengas sobre ella, la parte también denominada La Cuesta


En la parte que mira al río la montaña resiste casi intacta pero en la que mira al mar, enseguida lo comprobaremos, hay unos espectaculares argayos y se forman grandes desprendimientos con los temporales del invierno

A nuestra izquierda y sobre el túnel ferroviario de Serronda está el Mirador de San Antolín, con magníficas vistas sobre la playa

Esta curva es La Regüelta L'Escobiu, muy cerrada y que antaño era especialmente peligrosa por las dificultades de maniobra que implicaba sortearla, solucionadas en parte al ensancharse la calzada

Cuesta la que tenemos nosotros aquí ahora, muy liviana y ligera, quizás ni nos demos cuenta o apenas. Acabará en la siguiente curva a la izquierda, cuando empieza la explanada del paseo marítimo propiamente dicho

Una especie de gran charca marina-fluvial se forma aquí al desembocar el Ríu Beón, un hermoso remanso casi cerrado salvo en una manga de agua en la desembocadura. Este es, o era, el llamado Pozu las Ánimas, del que escribe, en la revista anual Bedoniana del año 2001 Manuel Cantero Carriles en su artículo De otro tiempo, de otra época:

"En la playa de Bedón desemboca el río del mismo nombre entre los montes de Naves y Bricia. Desde tiempo inmemorial había entre monte y monte una gran cantidad de piedras rodadas de muy distintos tamaños que impedían que el agua del río llegara al mar excepto por una pequeña abertura, formándose así un remanso en el cual Antonio Pascual, que era capataz de una brigada de peones ferroviarios, tenía una lancha; y el Santu de Posada, una yola que nos prestaba y en la cual bogábamos felices dos personas a la vez. Con estos datos quiero significar que el remanso era bastante grande puesto que podían navegar embarcaciones de los referidos tipos. 

En el pueblo se conocía con el nombre de Pozu de las Ánimas, quién sabe por qué razón. 

Era notorio que había en el fondo algunos restos de un barco que un temporal había metido hasta allí, que iba cargado de maíz, al parecer. 

En casa de mis abuelos paternos había unos cubiertos y un catalejo que el capitán les había regalado porque lo habían atendido con mucha solicitud durante varios días después del naufragio. 

Actualmente el río desemboca libremente en el mar pues todo el pedrerío lo emplearon en la carretera que hicieron desde Llanes a Llovio, inaugurada en 1969. Antes de que tal enormidad de piedras fuera sacada, hubo ocasiones en que las olas del mar empujaron las piedras y cerraron por completo la salida del agua. 

Algunos vecinos hicieron entonces gran acopio de peces que habiendo entrado del mar al Pozu no les fue posible volver al mar, como era costumbre al reflujo de la marea. Practicaron mis convecinos una pequeña abertura y, como estaban ansiosos de volver al agua salada, se precipitaban los mubles o muiles e iban a paran a los sacos de mis vecinos. 

Mi padre publicó el acontecimiento en El Oriente de Asturias resultando contraproducente la noticia, pues aquella forma de pescar era, al parecer, prohibida por lo que sin imaginárselo alertó a las autoridades. Algunos vecinos pagaron una multa por el hecho y otros, que no tenían dinero, pagaron con la cárcel"

Es naturalmente un paisaje en bajamares, en pleamares toda la zona queda cubierta

Esa parte es una playa de cantos, muy claros, casi blancos, pues predomina la caliza. A cambio es un lugar plácido y tranquilo, no demasiado transitado, alejado del bullicio incluso en pleno agosto. Unos pocos bañistas y algunos surfistas son sus más asiduos visitantes

También tenemos desde aquí una soberbia vista del Ríu Beón en su desembocadura en la Ría de San Antolín: fijémonos en lo bien que se aprecia el fondo, el lecho del río, donde se refleja la piramidal estructura del extremo de Piedras Lluengas sobre el meandro que aquí se forma, el cual forma parte del citado Pozu las Ánimas, también llamado Pozu Beón. En su estudio Toponimia de Naves, San Martín y Beón, publicado para Bedoninana, la investigadora M.ª Concepción Vega Obeso la describe así:

"Pozo grande y profundo desaparecido en la actualidad. Se encontraba en la zona este de la playa en la misma desembocadura del río Beón. Estaba formado por un impresionante muro de contención, hecho por acumulación de cantos que cercaban las aguas dulces en ese lugar, a la vez que servían de barrera frente al mar. La pleamar remontaba hasta él con gran rugido y estruendo, lo que le hacía acreedor de fama de peligroso pues por efecto de las mareas se formaba remolinos que llegaban a succionar a los bañistas más osados que perecían en él sin remisión. Habiéndose ahogado un número considerable de personas, según la tradición, los monjes del Monasterio se reunían en el lugar a rezar por sus almas, lo que le valió el sobrenombre del Pozu las Ánimas. Por otra parte, en el ruido ensordecedor que producía el efecto de las mareas sobre el pedrero a causa del viento norte, pretenden cifrar algunos el origen de la denominación El Rabión de Beón, lo que también se conoce en la vecina parroquia de Posada. Asimismo existe en esta localidad un dicho popular, a propósito del mal tiempo: «Cuando ruxe el Beón, axunta lleñe y compón», pero sin embargo si ruxía o se oía en Naves, entonces era el nordeste el que anunciaba el buen tiempo. En la actualidad, los cantos vuelven de nuevo a amontonarse apretadamente en el mismo lugar reteniendo el agua del río, cumpliendo la predicción de quienes, cuando lo vieron desaparecer a causa de las obras de la autopista en los años sesenta, auguraban que «a los años mil las aguas volvían por donde solían ir»

Vemos a nuestra izquierda el desmonte para ensanchar la carretera, que ha dejado aquí también la roca viva, buscando espacio para el paso seguro de vehículos en esta curva cerrada sobre la playa

En la curva la senda peatonal ve especialmente reforzada su protección, con barandas hechas de columnas de acero en las que se insertan hasta cinco postes de madera en horizontal

Según avanzamos hacia el oeste empezaremos a ver la parte más concurrida de la Playa San Antolín, al otro lado del río

Un banco de blancos cantos calcáreos forma una verdadera isla-pedreru en el estuario a las bajamares: L'Aliseru

Según caminamos iremos mejorando en perspectiva sobre la costa, tanto al este como, enseguida, al oeste

Ahora sí que apreciamos la forma triangular, cónica o piramidal de Piedras Lluengas, con su vértice en la pica, así como los grandes argayos de su ladera norte. A lo lejos es la Punta Pestaña, que da nombre a este sector oriental de la playa, la Playa Pestaña, la cual llega a desaparecer en pleamares, como la que vemos en esta foto

Aquí se ve al atardecer con algo más de arena: La Punta Pestaña es un cabo alargado hacia el noroeste con un acantilado que llega en su cota más alta a los 26 m de altura. En bajamares su istmo puede atravesarse de parte a parte por un túnel natural al otro lado. Un sendero sobre el acantilado la comunica con la cercana y famosa Playa Torimbia

En La Punta Pistaña, como también se la conoce, llegan a ser visibles las labores de extracción del ocle y existe una pequeña red de trincheras, se dice que excavadas durante la Guerra Civil para guarniciones costeras en previsión de posibles desembarcos

La parte baja del cabo es un verdadero criadero natural de invertebrados marinos intermareales que viven en ese espacio entre las mareas alta y baja y una flora interesante también intermareal


A nuestros pies, durante las grandes bajamares de finales del verano o principios del otoño la arena y las piedras pueden llegar a cerrar la desembocadura, un fenómeno usual en no pocas playas asturianas, sobre todo en el occidente, como ya veremos cuando vayamos por allí, pero no se llega a "cortar" el paso del agua pues esta se filtra por los cantos. Otra cosa es que a veces sea conveniente abrir el estuario con una pala para evitar que se embalse y remanse demasiada agua y ciertos elementos atrapados, algas, troncos, hierbas, etc. entren en putrefacción. De su composición y fenómenos geológicos leemos también en Geomorfología del litoral oriental de Asturias de Germán Flor y Germán-Flor-Blanco:
"La playa de San Antolín de Bedón es de carácter mixto siliciclástico (cantos, gravas y arenas), con una franja superior grosera y las arenas ocupando la mayor parte de la zona intermareal y la totalidad del submareal. Tiene una longitud de 1.220 m, incluyendo el tramo arqueado al O de la desembocadura del Bedón por la protección de la punta calcárea de la Dehesa, mientras que la mayor extensión playera ENE, con un trazado rectilíneo de 875 m, está expuesta a los oleajes del NO. 

Se resuelve en su extremo occidental en una barrera de confinamiento de cantos y gravas del estuario de Bedón, asociado a un río intermedio entre costero y cordillerano: 80,31 km2 de cuenca y aportación de 35,47 Hm3/año (Mink Proeck, 2002). El estuario está casi limitado al canal principal y a una bahía de materiales groseros, que solamente se activa durante avenidas. Tiene un funcionamiento principalmente fluvial con una escasa penetración de las mareas (máximo 750 m) aguas arriba. 

En la margen oriental, se conserva la iglesia de un convento benedictino tardo-cisterciense (inicios del siglo XIII) que consta de tres naves y cabecera con tres ábsides semicirculares de muy buena factura. La gran extensión de la playa con una dirección ENE, la hace más expuesta a los oleajes dominantes del NO. Los acantilados traseros constan de una serie de muescas erosivas con geometrías estrechas y convexas hacia tierra como deslizamientos, uno de los cuales se reactivó desde el otoño-invierno de 2007, mostrando una mayor actividad desde 2009. Otros de menor entidad, al fondo, se suma para producir una recesión generalizada en toda la trasera de la playa"

En medio de la curva, llegamos así al final del entablado y de la cuesta. De frente unas anchas aceras y las clásicas barandillas metálicas pitadas de blanco conforman un precioso paseo marítimo


Más allá, La Punta la Deh.esa o Dejesa (con hache aspirada) cierra la playa por el oeste, con un acantilado de unos 20 metros de altura: es la parte más frecuentada del arenal y la más accesible, con varias entradas al lado mismo de los aparcamientos más próximos y en la parte más cercana al pueblo de Naves


Del río allá esta parte del arenal es la Playa San Antolín propiamente dicha, de arena muy clara, casi blanca en la zona seca, por donde arranca el camino a Gulpiyuri por la bella campiña de La Coviella en la rasa costera


La Punta la Deh.esa guarda además el arenal conformando un rincón especialmente bello y seguro para el baño. La investigadora M.ª Concepción Vega Obeso también la estudia en su trabajo toponímico:
"Cueto peñascoso salpicado de hierba y abundantes pastizales. Por la vertiente trasera y más al norte se extiende una pradería llana que desciende hasta llegar casi al nivel del mar, constituyendo así la parte más baja de la costa. Se localiza en las inmediaciones de la Playa de Beón elevándose por encima de ella. En la zona que da al mar surge un manantial abundante de agua dulce que con la pleamar queda cubierto. Posee además un acceso subterráneo por La Vega Beón a través de La Cueva Beón"

Al ser muy abierta, la playa está en lo más de su extensión sometida a un fuerte oleaje, mucho más suave en verano, cuando disfrutan de sus olas tanto bañistas como surfistas


En San Antolín, en la entrada principal al arenal, están las escuelas de surf y los chiringuitos de playa que abren sus puertas en verano


El de la derecha es el de La Pandina, al pie mismo del acantilado, donde además de comer o tomar algo se puede disfrutar de conciertos y actividades


Enfrente, en la misma entrada, el Restaurante la Playa y a su izquierda se instalan, a pie de playa, las escuelas de surf. El camino a Gulpiyuri continuaría por las arboledas que vemos justo encima y los campos dela rasa


La Punta la Deh.esa tiene un puente natural, El Furacu o, que veremos perfectamente desde el paseo. En el citado estudio Toponimia de Naves, San Martín y Beón, M.ª Concepción Vega Obeso dice esto:
"Hendidura vertical en forma de arco triangular, por donde entra y sale el mar; en el tramo más sobresaliente de la Punta de la Deh.esa, en la parte occidental de la Playa de San Antolín. La pronunciación popular de este topónimo presenta el insólito sonido /f / inicial en lugar de la esperable y característica /h/ aspirada del asturiano oriental"

Por El Furacu entran las olas, pero arriba a su derecha tiene otra cavidad, tipo "ventana" que dada su altura no


Más allá La Punta la Rinconera, que también veíamos antes desde La Punta Niembru. Estas maravillas de la naturaleza pueden ser la excusa perfecta para detenernos unos instantes a disfrutarlas con un chapuzón, si pasamos en verano, o un relajante descanso en la playa


Sin duda, el Camino Norte es muy dado a disponer de tiempo de sobra y poder aprovechar estas maravillas, para lo cual sin duda se hace preciso no estar demasiado pendiente de relojes y carreras, horarios apurados y prisas


Sabemos que el peregrino, por sobrado de tiempo que vaya, no puede pararse continuamente acá y allá y hacerlo todo y conocerlo todo, pero algunas cosas sí, pues merecen la pena


Y así, y como solemos decir, si nos apetece y estamos bien de tiempo y fuerzas, máxime si vamos a alojarnos en las inmediaciones, vamos a agradecer el tiempo que pasemos en esta bellísima playa de San Antolín antes de continuar camino hasta el siguiente pueblo llanisco del Camino Norte, Naves, cabeza de esta parroquia, en la ruta a Villah.ormes y Nueva







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