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sábado, 20 de diciembre de 2014

RIBADEO "LA LLAVE DE GALICIA" (3) SANTA CLARA Y SAN FRANCISCO, LOS MONASTERIOS FRANCISCANOS RIBADENSES Y EL CAMINO A SANTA MARÍA DO CAMPO



En Ribadeo, y apartándonos unos muy escasos metros del trazado del Camino de Santiago en el Campo da Vila, Praza do Campo o Praza de España, recorremos el Parque de San Francisco y todo su entorno, y así, desde la Oficina de Turismo y tras ver la Torre dos Moreno y la Casa do Concello, llegamos al convento de Santa Clara, fundado en el siglo XIV fuera de las desaparecidas murallas medievales ribadenses sobre lo que debió ser una ermita más antigua, un beaterío (casa de religiosas) del siglo XI. Siendo sin duda este otro lugar que los peregrinos amantes del Camino y su esencia no deberían dejar pasar de largo cuando recorren Ribadeo en su trayecto hacia la ciudad del Apóstol


Su historia conventual con las clarisas se remonta al año 1366, pues se conserva el documento según el cual "Don Ruy Sánchez arcediano de Santiago y canónigo de Mondoñedo dio 80 cortos para faser o mesteyro de Santa Crara". Sin embargo, el monasterio actual es una reconstrucción, pues el primitivo resultó destruido por un incendio en el año 1544. Al rehacerlo se añadió una pequeña capilla dedicada a San Pedro, disponiendo en siglos posteriores la comunidad de buenas rentas, con 23 casas, 7 caseríos, sotos (bosques de ribera), molinos, prados y otras pertenencias


Tras su fundación en 1217, tres años después que Santa Clara se fugase de la casa de sus padres para seguir los ideales de San Francisco de Asís, las clarisas u Orden de Santa Clara, se asentaron rápidamente en España, pues en 1234 ya tenían sus primeras fundaciones en Pamplona, Zaragoza y Burgos. Dos años después en Barcelona y seguidamente en Calatayud, Valencia, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Lleida, Valladolid y Zamora. A Galicia no llegarían hasta después de la muerte de su fundadora con el convento de Santiago en 1260, seguido del de Pontevedra en 1271, Allariz en 1286, A Coruña (en fecha desconocida) y Ribadeo en el citado año de 1366


Gustaban pues, como sus homólogos franciscanos de la Orden de los Hermanos Menores, de establecerse más en núcleos urbanos o su más cercana inmediatez, como es este el caso, que en el campo y parajes más o menos recónditos. Así tras Ribadeo y ya pasada la Edad Media, llegarán a Tui en 1508, a Monforte en 1622 y, más contemporáneamente, en 1997, a Vilar de Astrés en Ourense. En Ribadeo, como en las demás poblaciones en las que se asentaron, llegarían a ser una verdadera institución


En el jardín del convento, una estatua de Santa Clara, la fundadora de la orden. Esta es su biografía según leemos en la página Zenit. El mundo visto desde Roma:

"Nació en Asís, Italia, entre 1193 y 1194 en el seno de una familia aristocrática. Era hija de Favarone di Offreduccio, conde de Sasso-Rosso, y de Ortolana di Fiume. Ésta era una mujer intrépida y generosa que atendía a los pobres, estaba al frente de la casa y peregrinaba a Roma, a Tierra Santa, a Santiago de Compostela y a otros santuarios esparcidos por Italia. Ella fue la artífice de la educación espiritual de Clara, que heredó muchas de sus virtudes, además de su amor a la oración y a las obras de caridad con los necesitados. Dado su origen nobiliario se cree que la santa debió recibir una formación cultural acorde con su estatus social, aunque no hay datos que lo corroboren, como también le enseñarían las labores propias de la época: hilar y tejer, así como cualquier aspecto apropiado para alguien de su alcurnia.

Nada más iniciarse el siglo XIII la guerra que enfrentó a los habitantes de Asís dividiéndolos en bandos, obligó a su familia a exiliarse a Perusa. En el transcurso de la misma cayó prisionero el joven Bernardone, futuro e incomparable santo, que luego sería liberado. Al final de esta contienda, hacia 1205, Clara y su familia regresaron a Asís. Poco después se produjo la conversión de Francisco, hecho que corrió como un reguero de pólvora al tratarse del hijo de un rico comerciante y líder absoluto de los jóvenes de la ciudad. Es posible que la santa fuese testigo del radical desprendimiento evangélico del Poverello -efectuado ante el obispo y en presencia de su padre, además de muchos ciudadanos-, porque su domicilio paterno se enclavaba en la céntrica plaza de la catedral (hoy con el nombre de San Rufino). Clara escuchaba con atención las noticias que circulaban por Asís sobre la conversión del heredero de los Bernardone y sus primeras correrías apostólicas con otros jóvenes de diversas clases sociales que habían quedado seducidos por Cristo. Ella se afanaba en cultivar el ayuno y la oración, al tiempo que socorría a los pobres, muchas veces ocultando los alimentos entre sus vestidos.

Sus padres la preparaban para casarla como correspondía a su alcurnia. Pero ya había elegido la virginidad y la pobreza como formas de vida. Le llamaba poderosamente la atención la austeridad de Francisco y sus seguidores. Conocía su lugar de reunión: la ermita de Santa María de los Ángeles (la Porciúncula). Y aunque contaba con la frontal oposición de su familia, durante cinco años estuvo sopesando la idea que se había clavado en sus entrañas de compartir el mismo ideal del Poverello. En ese tiempo se entrevistó con él a escondidas en varias ocasiones a las puertas de la Porciúncula. Finalmente, el Domingo de Ramos, bien de 1211 o de 1212, ella también abandonó familia, títulos, bienes, prestigio…, y se dirigió a la ermita. Fue recibida por Francisco y sus discípulos que entonaban solemnemente el Veni Creátor Spíritus. Dentro de la iglesia, la joven se desprendió de sus vestiduras y tomó el áspero hábito. En el suelo quedaron esparcidos sus cabellos cercenados por el fundador de los franciscanos dejando al descubierto la nuca que a partir de ese instante cubrió con negra toca.

A continuación, el santo la condujo al monasterio de San Pablo de las Abadesas, situado en Bastia Umbra. Así prevenía las gravísimas consecuencias que esta decisión tendría en su familia, como así fue. Pensó también que la tutela que la joven recibiría en el monasterio junto a los votos emitidos iban a preservarla de tener que regresar a casa. Además, al haber legado todos sus bienes, Clara no poseía dote alguna para ingresar en el convento, como habría hecho en condiciones normales. Tuvo que entrar como sierva, algo que aún incrementó más la contrariedad de sus padres que veían en ello algo humillante para una rica aristocrática. Cuando intentaron disuadirla y llevarla junto a ellos, se descubrió su cabeza tonsurada, y así ahuyentó sus propósitos. La determinación de la joven era irrevocable, y cuando las aguas se calmaron un poco, se trasladó a la comunidad del Santo Angel de Panzo, uniéndose a religiosas que llevaban vida comunitaria. Poco más tarde, su hermana Inés siguió sus pasos y tomó el hábito en presencia de Francisco. Después, establecidas ya en San Damián, lo hicieron Beatriz, su hermana pequeña, y su madre. El grupo fue creciendo, y de común acuerdo se abrazaron a los postulados que regía la naciente Orden franciscana, sometiéndose voluntariamente bajo obediencia.

Francisco le proporcionó las líneas que las religiosas debían seguir. Una de ellas era la limosna. En esa época ya estaban vigentes las indicaciones emanadas del IV concilio de Letrán que imponía a las nuevas órdenes regirse por una de las tres reglas existentes: la benedictina, la de san Basilio y la de san Agustín. En un primer momento, los recelos e incomprensiones les obligaron a adoptar la regla benedictina, pero Clara amaba profundamente la pobreza. De modo que acudió a Inocencio III, le solicitó y obtuvo de él, el privilegio de pobreza, y pudieron seguir plenamente el carisma franciscano, confiando únicamente en la divina Providencia. Ya entonces era abadesa de la comunidad de las Damas Pobres de San Damián, fundada por ella a petición de Francisco, quien puso el gobierno de la misma en sus manos. Clara siempre le asistió y apoyó, proporcionándole consuelo humano y espiritual.

Cuando San Damián pasó a depender de la Santa Sede, después del fallecimiento de Francisco, recibió el apoyo del cardenal Hugolino, futuro pontífice Gregorio IX. Ella fue la autora de la regla, primera de la historia de la Iglesia redactada por una mujer y dirigida a otras congéneres. La aprobó Inocencio IV que estuvo presente en su lecho de muerte, el 11 de agosto de 1253, donde acudió a visitarla y a darle su bendición. Había sido agraciada con numerosos carismas, entre otros, el don de milagros. Fue canonizada en Anagni por Alejandro IV el 15 de agosto de 1255. En 1958 Pío XII la declaró patrona de la televisión."


Las partes más antiguas de la iglesia son del siglo XV, aunque buena parte del edificio resultó totalmente destruido por el pavoroso incendio del 12 de agosto de 1544, tras celebrarse la festividad de la santa el día anterior, por lo que una leyenda dice que esta se apareció para ayudar a apagarlo con las mangas de su hábito. Tras el desastre se acometió su reconstrucción y posteriormente se realizaron reformas, sin duda la más importante la del claustro, del siglo XVIII


Ocupado en 1809 por las tropas francesas, el monasterio resultó severamente dañado, perdiéndose además buena parte de su archivo. Entre 1810 y 1812, aún en guerra, fue hospital miliar y luego albergue de enfermos transeúntes, siendo casi suprimido en 1855 con las desamortizaciones eclesiásticas con una Real Orden. Leemos en Ribadeo Alén do Camiño:
"Actualmente el convento está formado por un edificio rectangular que conserva en su interior la estructura original. La iglesia consta de una sola nave con arco triunfal que da paso al presbiterio. 
El claustro central, del siglo XVIII, forma un cuadrado con arcos de medio punto en el primero piso y el techo es de artesanado sencillo. El tercer piso tiene dos alas con arcos abiertos. Posee una cocina monástica del siglo XVII. 
En la actualidad, se trata de un convento de clausura. Se puede visitar su capilla y acudir la misa diaria a las 9:00 h."

"Haec Est Domus Pauperatis o Esta Es la Casa de la Pobreza, reza la inscripción que, según el espíritu de Santa Clara, figura en el dintel de la puerta de entrada, tal y como dispuso la santa en sus conventos


A ciertas horas, normalmente fines de Semana, se venden dulces, pan, empanadas, pasteles y galletas, trabajo repostero de las monjas, quienes también hacen ornamentos y formas eucarísticas. Tanta es su celebridad que el mismo escritor mindoniense Álvaro Cunqueiro afirmó que de aquí era el mejor brazo de gitano que conocía, según nos explican en la Enciclopedia de Gastronomía. Por su lado, en la entrada dedicada a este convento en el blog Desde este Rincón del Mundo leemos esta maravilla:
"Cuando paso por delante de sus puertas o entro dentro del despacho a comprar algún postre se me vienen a la cabeza aquella copla que cantaba Carlos Cano que decía algo así .-Alacena de las monjas que me dan gloria bendita…..- Y también me parece percibir en la nariz, un montón de aromas cargados de recuerdos de infancia y juventud, olor a empanada de maragota, de longueirons de bonito o tocinillos de Cielo, estupendas viandas que mi abuela paterna o mi padre les encargaban, porque hace años solo trabajaban por encargo ,y se recogían los encargos a través de un torno de madera que estaba en la primera planta del edificio y que los niños veíamos girar esperando ver lo que traía .
Primero se tocaba el timbre que de aquella era una campanilla y cuando te contestaban se saludaba con un- Ave María Purísima- a lo que contestaban el correspondiente -Sin pecado concebida-, hoy en día con el despacho al publico se fue perdiendo esta costumbre.
Lo cierto es que aunque el tiempo pasa y todo va cambiando poco a poco, lo que no cambia es la calidad de los productos que salen de los obradores y hornos que estas queridas vecinas elaboran entre oración y oración con todo el cariño del mundo y los ponen a nuestra disposición en su despacho de venta de dulces, en la actualidad el convento cuenta con una prestigiosa repostería resaltando los postres elaborados con almendra. 
Esperemos que sigan durante muchos años las Hermanas Clarisas elaborando estos genuinos pedacitos de cielo que son unos verdaderos regalos para nuestros paladares."

Mismamente, hay que destacar que el monasterio de las clarisas de Ribadeo fue protagonista del cartel de la X Feria del Dulce del Convento celebrada en A Coruña en 2023


Sobresale efectivamente del conjunto monacal en lo arquitectónico la grandiosa torre cuadrada desde la que antaño, sin edificios alrededor, se vería buena parte de la ría. En el año 2017 vino a esta comunidad una de las dos últimas monjas clarisas del convento pontevedrés de Santa Clara, a ella le dedica María Hermida, redactora en Pontevedra de La Voz de Galicia,  el artículo La nueva vida en Ribadeo de una de las últimas monjas, publicado el 26-2-2018:
"Cuando en septiembre del 2017 se cerró el convento de Santa Clara de Pontevedra, el principal foco se puso en qué iba a pasar con el edificio y su huerta, un auténtico pulmón verde en pleno centro de la ciudad que por primera vez en ocho siglos se quedaba sin vida conventual. Sin embargo, para algunos pontevedreses, como por ejemplo para personas ligadas a la cofradía de la Veracruz, lo más importante era qué iba a ocurrir con las dos últimas monjas del cenobio, sor Sagrario y sor Purificación, que llevaban muchos años en esta comunidad.

De hecho, sor Sagrario había ingresado en el convento pontevedrés con 16 años para no salir ya más. Así que pontevedreses como Salvador Rey, que llevaba muchos años haciendo trabajos de mantenimiento para las monjas, se desesperaban y decían que sor Sagrario, ya de avanzada edad, no se iba a acostumbrar fuera de Pontevedra. Han pasado cinco meses y hay buenas noticias. Las dos últimas Clarisas de Pontevedra están «felices», aunque, eso sí, ahora separadas. Tras tantos años de convivencia, ahora sor Sagrario está en Ribadeo y sor Purificación en Santiago.

En septiembre, las dos últimas Clarisas de Pontevedra fueron llevadas al convento que tiene la congregación en Santiago. Pero, tal y como explicaba ayer la madre abadesa, sor Consuelo, una de ellas, sor Sagrario, solicitó el traslado al cenobio de Ribadeo, y allí fue llevada.

«Así lo decidió ella y así se hizo», decía ayer la abadesa, que añadía: «Tanto sor Sagrario como sor Purificación, a la que llamamos Puri, están felices. La vida es la misma que llevaban en Pontevedra solo que en otro sitio, y ya nos conocíamos todas, así que se adaptaron divinamente. Aquí estamos encantadas con ellas y sor Puri con nosotros y me consta que en Ribadeo pasa lo mismo con sor Sagrario».

Esa misma versión la aporta Salvador Rey. Reconoce que le costó hacerse a la idea de que sor Sagrario, de la que dice que era «como unha nai», se marcharse de Pontevedra. Pero recientemente acudió a verla a Ribadeo y volvió de allí con una sonrisa: «Eu vina moi, moi feliz. Ela ten unha bondade infinita, da que saben ben moitísimos pontevedreses aos que axudou coas súas obras de caridade, e tamén ten un voto de obediencia que respecta moito. Está moi contenta en Ribadeo, ela quixo ir para alí porque coñecía ás monxas, xa que viñan de vez en cando a Pontevedra axudarlle». Rei indica que es habitual que en Pontevedra le pregunten por las monjas, ya que «fixeron moi ben» y señala que sor Sagrario -a sor Purificación no la vio-también se acuerda sobremanera de la ciudad y su gente. «Preguntoume por todo o mundo e polo convento e a igrexa, ten moita pena de que non haxa culto, de que estea pechada».


Para quien desee conocer más de la historia del convento, hemos de recomendar el monográfico Clarisas en el noroeste hispánico: Ribadeo, del que son autores Fray Manuel de Castro y Castro, padre franciscano e historiador, y María de los Ángeles de la Cruz


Justo enfrente del convento de Santa Clara, nos aproximamos a la iglesia parroquial de Santa María do Campo, antaño santuario del monasterio de San Francisco de Ribadeo, en la llamada también Rinconada de San Francisco, fundado, según la tradición existente en prácticamente todos los conventos franciscos de los caminos de Santiago, por el propio San Francisco de Asís en su peregrinación a Compostela, no necesariamente con la presencia personal del santo, pero sí de sus discípulos, que recibirían su encargo. En este caso abunda especialmente Pascual Madoz, en su Diccionario, atribuyéndola a "fray Pedro Compatir, compañero del patriarca, y que murió en 1222"


Independientemente de legendarias tradiciones, la primer mención inequívoca y documentada de él es de 1267, del obispo Miguel de Lugo, cuando en una relación se nombra a los monasterios franciscanos y predicadores de Galicia. En 1272 se habla de los cinco conventos franciscanos gallegos, sin especificar más, pero se revela estaba este incluido. 


Durante la baja Edad Media se suceden las menciones a San Francisco de Ribadeo en diversas donaciones y legajos, hasta que llegamos al siglo XVI, cuando en 1567 y dentro de las profundas reformas en la orden franciscana, el convento pasa a estar ocupado por los llamados franciscanos observantes, llamados así por haber sido los que habían permanecido más fieles (observantes) a las reglas originales de San Francisco. A lo largo de esa centuria y en los siglos posteriores se fundarían varias capillas dentro de esta iglesia monacal, así como diversas cofradías


Este cenobio sí llegó a ser suprimido con las desamortizaciones, en 1835, pasando la iglesia del mismo a ser la nueva parroquial ribadense de Santa María do Campo, desapareciendo a partir de entonces la mayor parte de sus elementos primitivos durante sucesivas reformas. En 1902, o 1905 según las fuentes, fue demolida la espadaña para hacer la tan característica torre-campanario actual. Luego el edificio se amplió con pórtico y, en el interior, su cubierta de madera fue sustituida por bóveda nervada. Se conservan únicamente del primitivo convento la disposición general del edificio, el arco del presbiterio, losas del suelto y algunos restos más. Hay también retablos barrocos pero ha desaparecido una de las clásicas capillas franciscanas, la de la Venerable Orden Tercera. Aquí ahora en primer término está la Sala de Exposiciones Municipal


Desde aquí, vamos a dirigirnos a la portada del templo para visitar su interior, continuando nuestro periplo por el Parque de San Francisco, ahora la parte más cercana a la iglesia


Llegamos de esta manera al Quiosco de la Música y Parque Infantil o zona de juegos. En el quiosco se celebran conciertos y se pronuncian pregones de ferias y fiestas


Antaño eran aquí célebres los conciertos veraniegos de las ocho y media de la tarde, amenizando inolvidables veladas para vecinos y veraneantes


Y por aquí entonces retomaríamos el camino donde lo habíamos dejado en la anterior entrada de blog para recorrer el parque: viendo de nuevo de frente la casa blasonada en la esquina de la rúa Amado Pérez, la antigua Rúa Maior, con la rúa Villafranca del Bierzo, antigua rúa do Hospital, a la derecha de la foto, recuerdo de uno de los hospitales de peregrinos y pobres de Ribadeo, el de San Sebastián, que tenía aquí su capilla, posiblemente fundado a las puertas de la puebla cuando esta consiguió su documento fundacional en la baja Edad Media


El hospital recogía a "pobres, peregrinos y enfermos", sabiéndose, por los documentos conservados, que en 1550 disponía de 20 camas, dándose a los peregrinos albergue durante 24 horas en las cuadras de la planta baja, suministrándoles leña para que hiciesen fuego, paja como lecho y una manta del país para taparse. De 1564 es la noticia de la estancia aquí de dos árabes convertidos al catolicismo. Era tal la afluencia de peregrinos en Año Santo que los gastos que ello ocasionaba desbordaba la capacidad del hospital, también con numerosos pobres alojados. Durante el siglo XVII dependió del centro de la Justicia de Ribadeo, eligiendo los miembros del concejo los cargos del hospital


En 1766 fue fusionado con el Hospital de San Lázaro, este malatería dedicada al auxilio de malatos o leprosos existente en el Camino, saliendo hacia Ove, que veremos posteriormente. Esta malatería desapareció entonces en beneficio de este hospital ribadense, el cual tampoco duraría mucho más pues en 1803 sus rentas fueron incautadas y únicamente percibirá una muy pequeña cantidad para su mantenimiento, pasando a llamarse Hospital de Caridad, lo que delata que, con la disminución de peregrinos, se especializaría más en la atención a pobres y necesitados. En 1809 y tras la toma de Ribadeo por las tropas napoleónicas, su asignación bajará a la ínfima cantidad de 1.269 reales, cuando seis años antes era de 128.400. Incapaz pues de mantenerse, el hospital es definitivamente clausurado en 1857, su capilla será vendida y luego derribada. En 1860 se creará una nueva casa de beneficencia pero en 1872 será transformada en escuela primaria. En la actualidad existe en Ribadeo, sin bien no en este lugar, una Residencia-Hospital de San Sebastián y San Lázaro, que viene a ser una continuidad, adaptada a los nuevos tiempos, de aquella larga tradición asistencial ribadense


Aquí, la actual rúa de San Francisco, peatonalizada, es una gran explanada por donde sigue el Camino, entrada y salida que fue de la vieja población intramuros y eje posteriormente del ensanche de Ribadeo, la expansión urbana fuera de las antiguas murallas a partir del siglo XIX


Por ello, en su mayoría los edificios de la calle son construidos a caballo de los siglos XIX y XX cuando, ya derribadas las murallas, la población crecía por todos los campos circundantes, primeramente a lo largo de los caminos principales, tal que este, ahora trazado oficial del Camino de Santiago en Ribadeo


El tránsito continuo de gentes y las numerosas terrazas de cafés, hoteles y tascas, son su característica más llamativa junto con los edificios de época, restaurados, que lucen sus fachadas de variados colores, asomándose al paseo en los pisos superiores balcones, ventanales y galerías


Y por supuesto la iglesia parroquial de Santa María do Campo, que como dice la Xacopedia, fue "colegiata, convento y antigua catedral". Su fundación estaría vinculada a la mencionada peregrinación del Santo Pobre San Francisco de Asís a Santiago en 1212, tras la que mandó a sus discípulos, como también hemos dicho, levantar conventos de la orden en los nacientes núcleos urbanos de numerosas pueblas. Por su parte, su condición catedralicia sin duda se refiere a que en un no muy largo periodo, entre 1199 y 1218, Ribadeo fue sede episcopal mindoniense:
"Se cree que un discípulo directo de San Francisco de Asís fundó el convento en 1214, puesto que el Santo Pobre, durante su peregrinaje a Compostela, mandó levantar cenobios en la “muy noble ciudad de La Coruña, en la nobilísima ciudad de Oviedo y en la antiquísima villa de Ribadeo”. El casco histórico de Ribadeo está reconocido como Bien de Interés Cultural desde el año 2004."

También hemos comentado que su llamativa torre-campanario, neogótica y con relojes, es resultado de las reformas realizadas cuando ya el monasterio se había extinguido hacía tiempo. Estas obras ya fueron dispuestas por el obispo de Mondoñedo Manuel Pérez de Castro en visita pastoral, constatando la decadencia de aquella antigua iglesia monástica franciscana, a la que era preciso reformar, tanto para mantenerla en perfecto estado como para adaptarla a su nueva función de parroquial de Ribadeo:
Necesita muchas obras de reparación, sobre todo en el techo, que está a teja vana, sin bóveda ni cielo raso. Tiene además un padrasto en los vecinos que ocupan el antiguo convento, con vistas al interior de la iglesia, y dormitorios y cocina sobre la sacristía"

El edificio actual dispone de capilla mayor y cuatro capillas aledañas, que veremos cuando entremos adentro. Aquí al lado estuvo anexa aquella capilla de la Venerable Orden Tercera, derribada a principios del siglo XX, que había sido construida en terrenos del antiguo convento. Estas capillas con sus correspondientes cofradías fueron una institución en los monasterios franciscanos, la cita más antigua de la misma es del año 1679


La portada es uno de los elementos conservados de la estructura gótica original del siglo XIV, de arcos apuntados


Sus capiteles son de temática vegetal, abundante también en el arte románico, y preferida por las órdenes más sobrias, reformadoras y mendicantes, única concesión a la figuración para, según sus ideales, no entretener de la oración ni de la meditación a los religiosos y fieles en general, transmitiendo sensaciones naturalistas, contemplativas y paradisiacas, entre otros posibles simbolismos


Pasando al interior admiramos la magnífica bóveda nervada que sustituye a la antigua de madera del viejo templo del monasterio. A los lados están las capillas que fueron construyéndose en la nave del edificio, con las siguientes advocaciones: Nuestra Señora de las Angustias y de los Dolores, San Francisco, Nuestra Señora la Vestida, la Purísima Concepción, el Santo Cristo y Santa Elena, San Andrés y Nuestra Señora de la Asunción, San Antonio, Santa Rosa de Viterbo, la Concepción, San Benito de Palermo, y la de San José, según datos de Prudencio Leza Tello (paleógrafo) y Pilar Pérez Formoso (diplomada en Ciencias para la Educación) en Apuntes para la historia del convento y comunidad de San Francisco de Ribadeo, quienes ahondan además en el siempre discutido asunto de su fecha de fundación:
"Desgraciadamente no es posible fijar una fecha exacta para la fundación del convento de san Francisco de Ribadeo antes del año 1287 en que aparece por primera vez en la documentación. 

En el año 1588 el Pe. Gonzaga siguiendo a las tradiciones antiguas franciscanas afirmaba que dicha fundación se había producido en vida del Pe. san Francisco (1188-1226) por un supuesto discípulo suyo de nombre desconocido. Esta afirmación venía refrendada por la existencia entonces dentro de su iglesia de una tumba cuya inscripción hacia referencia a este hecho y que decía así: «Jesus. Hic iacent venerabilia osa cuiusdam fratris socii beati Francisci, qui obiit anno Domini millesimo ducentesimo secundo et vigesimo.» 

A partir de aquí todos los cronistas franciscanos que se han ocupado de su historia confirman esta supuesta antigüedad pero sin aportar nada nuevo. Hay que esperar hasta el año 1722 cuando el Pe. Castro y sin fundamento añade que los conventos de san Francisco de Ribadeo y Coruña habían sido fundados probablemente a principios del siglo XIII por fray Benincasa de Tuderto uno de los discípulos de fray Bernardo de Quintanabal, compañero a su vez del Pe. san Francisco durante su supuesto viaje a España en el año 1214. Evidentemente hoy en día todas estas tradiciones no se pueden sostener pues carecen de ninguna base documental. 

Nosotros, intentando buscar alguna evidencia partimos de un documento que considero clave y que es el testamento otorgado el 28 de abril del año 1267 por el obispo Miguel de Lugo (1225-1267). En dicho documento y con motivo de otorgarles una limosna se mencionan posiblemente todos los conventos de frailes franciscanos y predicadores que existían entonces en nuestra comunidad, «fratibus minoribus de Vivario C solidos, fratribus minoribus de Crunia C solidos, fratribus predicatoribus Bone Vallis C solidos, fratribus de Valle Dei C solidos, fratibus minoribus de Ponte Veteri C solidos, fratribus predicatoribus de Ripa Avie C solidos, fratribus minoribus de Auria C solidos». Como vemos en esta relación falta el convento de san Francisco de Ribadeo por lo que es muy posible que en este año aun no estuviera fundado. A partir de aquí las siguientes fundaciones durante el siglo XIII y posiblemente por este orden fueron las siguientes: san Francisco de Lugo h. 1267-1281, santo Domingo de Tui h. 1272, santo Domingo de Lugo h. 1274, santo Domingo de Coruña h.1273-1299, santo Domingo de Pontevedra h.1281, santo Domingo de Viveiro h. 1282-1287, san Francisco de Betanzos h. 1289-1323 y san Francisco de Monterrei h.1290-1302. 

El siguiente hito lo encontramos en unas listas antiguas de provincias franciscanas que publicó el P. Girolamo Gobulovich O.F.M., en el año 1913. En una de ellas la que se elaboró para el Capítulo general de Pisa del año 1272, se menciona a la Custodia de Ourense como una de las integrantes de la provincia franciscana de Santiago que en aquel momento estaba formada por cinco conventos. Aunque no se especifican se supone que son san Francisco de Ourense, Viveiro, Ribadeo, Villafranca del Bierzo y Lugo. Esta custodia a lo largo de su existencia llegó a tener un máximo de seis conventos, faltando tan sólo en esta relación san Francisco de Monterrei (Ourense), que no se fundó hasta los años 1290-1302 y que si aparece ya en otra lista del año 1334. 

Se trata de un documento que hay tomar con mucha cautela, pues la mayor parte de estas listas no son originales, sino copias que se confeccionaron en siglos posteriores y podrían tener algún añadido o error en su trascripción. A pesar todo creo que esta fecha debe estar muy próxima a la verdadera fundación de nuestro convento. 

En el tumbo pechado de la catedral de Mondoñedo se conserva un documento otorgado el 04 de diciembre del año 1282 por el obispo Nuño II de Mondoñedo (1261-1286), quien nos dice que antes de esta fecha había donado a la orden de los frailes menores unas casas propiedad del cabildo situadas en la ciudad de Lugo y en la villa de Ribadeo. Como compensación el prelado concede al cabildo las rentas del arciprestazgo de Lorenzana. A falta de más datos es muy difícil interpretar el verdadero alcance de esta donación del obispo aunque no se puede descartar que la entrega de estas casas en Ribadeo pudiera estar relacionada con la fundación de nuestro convento. Un caso similar se dio en la fundación del convento de san Francisco de Ourense en donde el obispo Juan Díaz (1249- 1276), también les donó a los franciscanos unas propiedades que pertenecían al cabildo para que en ellas levantaran su iglesia, compensando posteriormente a estos con otras rentas. 

La primera cita en que aparece mencionado nuestro convento en los documentos se encuentra en el testamento otorgado en el año 1287 por el canónigo de Mondoñedo Esteban Galván, quien entre otras mandas legaba al convento de los frailes menores de Ribadeo 100 sueldos, «Iten aos frades predigadores e menores de Ribadeu C solidos de pitança, iten aos frades predigadores e menores de Viveyro C solidos de pitança». Hay que advertir el supuesto que error que comete al citar también un convento de los frailes predicadores en la villa de Ribadeo, el cual muy posiblemente nunca existió."

Avanzando hacia el altar vamos viendo las actuales capillas con sus retablos, las cuales son, insistimos, diferentes a las antiguas, si bien se conservan determinados elementos. El estado ruinoso del templo hizo que, a principios del siglo XIX y por tanto ya antes incluso de la desamortización y exclaustración de 1835, se emprendiesen importantes intervenciones arquitectónicas


La capilla de las Angustias, por ejemplo, que luego pasó a ser de los Dolores, no se sabe cuando se fundó, si bien hay datos escritos de ella desde 1675. Podría haber sido incluso un simple arcosolio, sepulcro con arquería, de origen medieval, de los que existían en el templo original, que fue ampliándose con el paso del tiempos, según se revela a raíz del estudio de la documentación conservada. En nuestros días y en el lado del evangelio (a la izquierda según entramos), hay un retablo neogótico con la Virgen del Carmen, cuya imagen es obra del artista mejicano Guerrero


Y a nuestra derecha o lado de la epístola hay un retablo del siglo XX con el Ecce Homo y a los lados San José y San Antonio. Otra capilla estuvo dedicada a San Francisco y en ella estarían, según la tradición, los restos del fundador del convento, un discípulo y compañero de San Francisco de desconocido nombre, la cual en principio sería no capilla sino un enterramiento medieval. La de Nuestra Señora de la Vestida sería otra de las capillas conventuales, de la que se sabe desde el 20 de agosto de 1563 cuando Pedro Miranda Ron, vecino de Ribadeo, la fundó con 20 misas cantadas por él y sus hermanos Álvaro Pérez de Ron y Mayor de Ron. Esta duró muchos años, hasta la desamortización, aportándose anualmente 52 reales de plata abonados por los arrendatarios de las propiedades destinadas a su mantenimiento


Blasones e inscripciones de los linajes que aquí tuvieron su asiento, benefactores del convento que deseaban ser inhumados en su interior, como era lo habitual tanto por la salvación de su alma como para mostrar la importancia de su estirpe


El gran arco triunfal de la capilla mayor, dedicada a San Francisco, es también gótico. Una inscripción del lado del evangelio dice:
TODA ESTA CAPILLA MAOR ES I FUE DES/DE SU FUNDACIÓN DE LOS SSRES. DE LA CASA/ DE NAVIA QUE ESTA SITA EN EL BALLE/ DE ANLEO Y NADIE SE PUEDE ENTERRAR/ EN ELLA SIN LICENCIA DEL MAIORAZ/GO DE LA DHA. CASA

Aquí tenemos un soberbio retablo mayor barroco y dieciochesco, con estructura de columnas salomónicas de cinco alturas en cinco calles con imágenes de estilo neoclásico. En la de abajo, a los lados del sagrario y su expositor, reconocemos a San Francisco y a Santo Domingo de Guzmán. A sus lados a su vez presenta vidrieras con símbolos de Jesús y María

En el segundo nivel están Santa María do Campo, advocación de la iglesia, y a su izquierda San Juan Bautista con un cordero al hombro, San Joaquín a su derecha y a los lados dos monjes dominicos, posiblemente San Alberto Magno y Santo Tomás. En es nivel superior vemos a Cristo crucificado entre dos escudos idénticos de la casa de Navia. Hay además dos inscripciones que dicen:
"En el año del Señor/ 1761, D. Juan Alonso Na/via, y Ossorio, Marques de Stª/ Cruz de Marzenado, como Patrono/ de la Capilla mayor de este Conven/to, mandó dorar á sus costa este/ retablo" 
"En 1909,/ Dª Ernestina Mansilla,/ en memoria de su difunto es/poso D. Clemente Martinez/ Pasarón. Mandó nuevamente / dorarlo y restaurarlo. / I.O.G.D"

Al lado del altar mayor hay sendas capillas laterales, esta es la del lado izquierdo, o del evangelio, con retablo neogótico de Nuestra Señora de los Dolores, de gran devoción franciscana. El retablo de la Dolorosa es neoclásico y muy parecido al de la Virgen del Carmen. Antiguamente hubo una capilla del Santo Cristo y tal vez otra más, de Santa Elena. La del Santo Cristo parece ser pertenecía al propio convento y no contaba con ningún patronato particular. Se supone fue sede de la cofradía de la Vera Cruz, que puede que en algún momento se hubiese fusionado con la de la Venerable Orden Tercera. Tras la puerta de la sacristía y claustro que ya no existe, en la pared sureste del crucero del evangelio, estuvo la capilla de San Andrés y Nuestra Señora de la Asunción, tal vez del siglo XVI, pues es cuando aparecen sus primeras menciones, una en 1533 y otra, una fundación de misas, en 1594:
"Juan Martinez del Villar, vezino que fue de esta villa por su testimonio de Lope Garcia de Redondo, escibano que fue del numero de esta villa dado el año pasado de 1590...fundo en su capilla de S. Andres y de la Asumpçion de Nra. Sra. 1 misa cantada con diacono y subdiacono y sermon el dia de la Asumpçion de Nra. Sra. y en cada sabado del año y 2 rezadas mas cada año, la una el dia 03 de octubre y la otra en 03 de maio y por todo señalo de limosna 220 reales de vellon a que dexo hipotecada una casa grande de la plaza que esta en esta villa, en cuia dotaçion suçedio Juan Carbajal Osorio, vezino que fue de Mondoñedo"

En otra de las capillas de la nave contemplamos otro detallado retablo barroco, el de Nuestra Señora de los Ángeles apareciéndose a San Francisco. En el templo del viejo monasterio estaba aquí la capilla de San Antonio de Padua, mencionada por primera vez el 5 de septiembre de 1594 con motivo de unas obras. Tuvo cofradía propia, fundada el 29 de agosto de 1606, que celebraba su fiesta el día del santo, con todo el ceremonial, danzas incluidas:
«Iten que a 12 de junio del año que biene de 1607, bispera del santo se a de acer en el conbento bisperas solesnes a que an de acudir, los cofrades de dicha cofradia siendo avisados con una campanilla que para ello sea de tocar y el maiordomo de dicha cofradia que este obligado a dar una colaçion al guardian y mas relijiosos del dicho conbento en el refitorio = a 13 de dicho mes y año de 1607 sea de comneçar y açer la fiesta del santo y decir aquel dia una misa solesne con menistros y heçerse proçesion con la ymagen del mesmo santo llebando los cofrades la çera ençendida segun la tubiere la cofradia y andar la proçesion las 3 yglesias como lo suelen haçer las demas cofradias y a de aver sermon a la misa a lo qual se an de allar los dichos cofrades y ninguno a de faltar...Item que todos los dias señalados del santo a cuia deboçion se yntroduce esta cofradia a los cofrades della con los dichos maiordomos elijan a personas a proposito de los cofrades que agan una dança como mejor pudieren que anden dançando en la proçesion que el dicho dia se hiciere y el que no quisiere dançar en la dança por algun inpedimento a de pagar a otra persona que le escuse en ella y el maiordomo pueda señalar la tal persona y lo que se le a de pagar a costa del susodicho que no quiese andar en ella»

Dentro de los avatares históricos del lugar y como solía ocurrir en las relaciones, no siempre joviales, entre villas y monasterios, hemos de decir que en el año 1672 se produjo un grave pleito entre el convento de san Francisco y la justicia y regimiento de la villa de Ribadeo,  que afirmaba tener derecho al patronato de la capilla y al gobierno de su cofradía. A causa de ello el ministro provincial de la provincia franciscana de Santiago, fray Antonio de Velasco, disuelve la cofradía el 31 de julio de ese año y la expulsa del monasterio, a cuya sala capitular, lugar estipulado para las preceptivas reuniones de la comunidad franciscana con su abad al frente, entramos ahora


La sala capitular o lo que de ella queda, en la que en la actualidad se expone esta maravillosa arquería que se supone procede del primitivo claustro gótico. De este elemento, común a la mayor parte de los monasterios, leemos en Wikipedia:
"La Sala capitular es la estancia de un monasterio o colegiata construida generalmente con el ala o panda este del claustro. Suele ser una pieza muy amplia para dar cabida a todos los monjes, favorecida con buena ornamentación arquitectónica. En algunos monasterios de estilo románico o gótico se accede a esta sala por una entrada que constituye una verdadera fachada en pequeño, con puerta de arquivoltas y mucha decoración. 
La panda de la sala capitular era la primera que se construía en el claustro del monasterio. Se empezaba a edificar poco después de haberse levantado la cabecera de la iglesia.
En este lugar se reunía la comunidad de monjes con el abad para hacer el Capítulo , es decir, recordar las escrituras de la regla adoptada y conversar sobre asuntos concernientes al monasterio y sus habitantes. Las reuniones se hacían generalmente después de la misa, por la mañana. Los monjes se sentaban a lo largo de los muros siguiendo un riguroso orden de antigüedad. Se terminaba el acto con la confesión pública de los monjes que desearan acusarse a sí mismos de las faltas cometidas o desearan denunciar a algún otro compañero; en este caso debía omitirse el nombre, sala donde se rompía el voto de silencio."

En relación al claustro, es este un tipo de patio a cuyos lados dispone de galerías porticadas con arquerías, que guardan pasillos o pandas, galerías por las que deambulan los monjes, pues a lo largo de ellas se distribuyen diversas dependencias monacales o catedralicias, pues están construidos a continuación de una de las naves de una iglesia monacal o de una catedral:
"Suele ser lugar de recogimiento. El patio está casi siempre ajardinado y en el centro se encuentra una fuente o un pozo. La palabra viene del latín claudere, con el significado de «cerrar». También llamado «clausura».
El claustro es una planta cuadrada y cada uno de los cuatro lados recibe el nombre de benedictos. En el centro suele haber un pozo en el que confluyen cuatro caminos, y en el espacio restante, un pequeño jardín. En cada lado del claustro hay una galería o corredor (también denominado panda) cubierto y limitado por arcadas. En la panda este se halla casi siempre una pequeña estancia que servía como habitación o biblioteca, independientemente de la gran biblioteca que tenían algunos monasterios importantes. A continuación se hallaba la sala capitular, pieza que se consideraba de gran importancia y que generalmente se construía con rica ornamentación arquitectónica. Era el lugar de reunión de la comunidad, donde se leían los capítulos de la regla de la orden y donde el abad organizaba las distintas tareas a seguir por los monjes. En esta sala era donde se exponían posibles faltas de alguno de ellos para que el superior le reprendiese. Se decía llamar a capítulo. 
En la panda sur solía estar el calefactorio, lugar caldeado donde podían ir los monjes de vez en cuando para descansar y entrar en calor. A su lado, el refectorio, que era el comedor, y colindante con él, la cocina. 
La panda oeste se solía llamar de legos y tenía el callejón también de legos y la cilla con la bodega. Las celdas de los monjes o el gran dormitorio común (depende de la época y de las distintas órdenes) estaban en el piso superior."

Los capiteles que sostienen los arcos apuntados sobre los fustes de las columnas muestran también filigranas de temática vegetal, relacionados pues por tanto con los de la portada, de esta misma inspiración


Entre este antiguo claustro o sala capitular y la capilla mayor está la capilla lateral del lado de la epístola, reformada en 1616, pues esta fecha aparece en un epígrafe blasonado que la vincula a Pedro de Miranda Farto y de Castrillón, marido de Catalina Maldonado Osorio, con culto dedicado a las Ánimas


Actualmente esta capilla presenta, además de excelentes vidrieras, una retablo de mediados del siglo XVIII con la Virgen de las Angustias, de túnica blanca y manto azul, traída aquí al tirarse su capilla original en el siglo XIX, colocándose en este absidial de la epístola, donde estuvo antes una de las dos capillas (hubo dos) dedicadas a la Concepción, al parecer original de la construcción del monasterio, sede, al menos desde 1631, de la cofradía de la Purísima Concepción, con misa semanal los miércoles, además del propio día de la festividad de esta advocación, cofradía que desaparecen en 1707, posiblemente al unirse a la de la Venerable Orden Tercera:
 «La cofradia de la Purisima Conçepçion esta sita en un altar de su vocaçion, y es el colateral que esta al lado de la espistola de la capilla mayor, y es del convento aunque cuidan de su alivio los cofrades de dicha cofradia. Tien obligaçion el convento de cantar todos los miercoles del año 1 misa en este altar con su responso, que son 52 misas, mas otra solemne con ministros, sermon y proçesion el dia de la Conçepçion» 

Es interesante conocer que existió además una cofradía sin cofrades, la de las Ánimas del Purgatorio, de la que se sabe por un escrito de 1693 que dice así:
«La cofradia de las Animas aunque tiene nombre de cofradia no tiene ni altar ni cofrades, y solo es una pia devoçion de personas que piden en la iglesia los dias festivos y la limosna que sacan se entrega cada mes al sindico y la que poco o mucho se les aplica un dia de cada semana desocupado, vigilia y misa y la proçesion de las Animas, sin otra carga mas de lo que se acostumbra pero no puede faltar ningun dia la proçesion aunque sea doble"

Entre la capilla y el altar mayor, una imagen de San Roque, santo peregrino vinculado a las peregrinaciones y a la protección contra la peste, pues no en vano procede de la capilla de la citada Malatería de San Lázaro de Ribadeo, en el Camino de Ove, la cual veremos prontamente, al ir saliendo del casco urbano


En el antiguo santuario monacal antecesor de la actual iglesia se  hizo hacia 1687 la capilla de Santa Rosa de Viterbo, con su retablo barroco, a iniciativa de los mismos franciscanos del cenobio, lo que dio lugar a otro importante pleito, según Prudencio Leza Tello y Pilar Suárez Formoso:
"Junto a ella había un banco donde solían sentarse los miembros de la corporación municipal de Ribadeo cuando acudían a oír misa al convento de san Francisco, quienes se sintieron perjudicados de alguna manera por la construcción de esta nueva capilla. Su enfado y malestar llegó hasta tal punto que incluso llegaron a interponer un pleito por este motivo ante la Real Audiencia de Galicia. Este tribunal dio la razón al convento, demostrándose que dicha corporación no tenía ningún derecho fundado sobre dicho banco sino tan sólo la costumbre, aunque finalmente por evitar mas disputas y discordias la comunidad consintió en cederles otro mejor situado frente al altar mayor"
Seguidamente estaba la otra capilla dedicada a Nuestra Señora de la Concepción, auspiciada empezando el siglo XVII por dos vecinos: Pedro Miranda Farto Castrillón y su esposa Catalina Ponce de León. Tenía una puerta que comunicaba con el atrio del templo monástico, en el que en 1763 los franciscanos hicieron la capilla de San Benito de Palermo, el Santo Negro,  sobre un antiguo arco medieval, esto provocó la reacción del patrón de la que estaba al lado, la de San José, Gaspar Fresno y Omañas, alegando que le impedía ver desde la suya el altar mayor de la iglesia y demandándoles, si bien la Real Audiencia de Galicia dio la razón a los frailes. Esta de San José había sido fundada en 1681 por el vecino de Ribadeo Gaspar López de Acevedo, tal vez sobre un arco-capilla anterior, medieval, dedicado a Santa Catalina


Volviendo afuera, contemplamos otra hermosa vista de la calle San Francisco, cuyo nombre guarda la memoria del antiguo monasterio que aquí se fundó en el siglo XIII, en lo que eran por entonces las afueras, más allá de las murallas: "El auge económico ribadense se reflejó en la arquitectura, en la apertura de jóvenes calles y en la creación de numerosas sociedades culturales y cabeceras periodísticas que proliferaron de manera especial a finales del XIX y XX", leemos en la página Ribadeo.gal


El casco histórico de Ribadeo está reconocido como Bien de Interés Cultural desde el año 2004 y sus rúas son verdaderas arterias comerciales y hosteleras donde se palpa el ambiente de la villa, a la que acuden gentes de todos los concellos de la contorna, tanto gallegos como asturianos, por ello, el 26-11-2021 La Nueva España publicaba En Ribadeo se disfruta toda la semana, incidiendo sobre esta característica e impronta ribadense:
"En Ribadeo se puede disfrutar de la hostelería y del comercio todos los días de la semana porque incluso los domingos las tiendas están abiertas por la mañana, lo que la Asociación de Comerciantes, Industriales, Servicios y Autónomos ribadense (Acisa) promociona con la campaña Domingueo en Ribadeo.

Desde siempre los domingos Ribadeo es punto de encuentro para muchas personas de diferentes puntos, sobre todo de Asturias y Galicia, con motivo de la apertura del comercio local ese día de la semana. Y el objetivo de esta iniciativa es potenciar las compras durante los domingos por la mañana y dar a conocer un poco más Ribadeo a aquellas personas que están cerca."

Desde la iglesia tomamos la rúa de San Francisco a la izquierda, siguiendo camino por este hermoso paseo-bulevar de firme adoquinado y árboles y plantas ornamentales. Emprendemos ruta a Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo, pasando primeramente por el barrio de San Lázaro, solar de la capilla de esta advocación, la del patrón de los leprosos, cuya malatería o leprosería, hoy desaparecida, dio nombre a este barrio Ribadense que fue antaño de la parroquia de Ove, a la que nos dirigimos 



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