Porta de San Pedro, en las murallas de Lugo, entrada del Camino Primitivo |
Llegada a la Porta de San Pedro subiendo del Carril das Flores |
La Porta de San Pedro, guardada entre dos torres, es una de las puertas originales de la muralla, pues a lo largo de los tiempos fueron abriéndose más, denominada de Sancti Petri en la Edad Media por la existencia de la capilla de San Pedro de Fóra, fuera del recinto amurallado, en lo que ahora es la Praza Comandante Manso y ya desde entonces se llamaría también Porta Toletana o Toledana por ser paso del camino de Castilla empleado por los mercaderes toledanos. Además Toledo, fue la antigua capital visigoda y posteriormente también capital imperial de Carlos V. El investigador José de Cora en su Guía de Lugo (visible e invisible), nos informa de la posibilidad que su nombre pudiese proceder de ser un camino de comunicación con A Tolda, el actual paseo fluvial del Miño, con el significado de zona pantanosa. Desde la fundación romana pasarían por aquí las calzadas XIX y XX a medio camino entre Bracara Augusta (Braga) y Astúrica Augusta (Astorga), así como la vía Lucus Asturum-Lucus Augusti, antecesora del Camino Primitivo. Su importancia radicaría en la proximidad al mar y a las minas de oro del noroeste. Entre los años 214 y 216 el emperador Caracalla hace a la ciudad capital de la nueva provincia de Hispania Nova Citerior Antoniniana o Hispania Superior y, con la reforma administrativa de Diocleciano, lo será de la nueva de Gallaecia. En esa centuria se decidirá su fortificación. Estas murallas se mantuvieron, más o menos reformadas durante todos estos siglos, protegiendo la población, aveces con éxito y a veces no, así como sus libertades y sus fueros y, por aquí, por la llamada Porta de San Pedro o Toledana, entraría el primer peregrino de nombre conocido, el rey Alfonso II El Casto
Para acceder a la histórica puerta cruzaremos primeramente la rúa de San Roque por el paso de peatones admirando buena parte del lienzo de la muralla, que en total tiene una longitud de 2.266 metros con 71 torres de las 85 o quizás 86 originales que había. De ellas 60 son circulares y 11 cuadradas y su estructura está hecha de granito y lajas de pizarra. Tenía 5 puertas pero a lo largo del tiempo fueron abriéndose más hasta llegar a ser 10. La rúa de San Roque por su parte debe también su nombre a una capilla extramuros en cuyo solar se descubrió una gran necrópolis que formaría parte de una más grande hallada previamente en la Praza da Constitución. En las inmediaciones se sabe de incineraciones desde el siglo II e inhumaciones desde el III (época bajoimperial), según nos dice también José de Cora en su libro, al igual que menciona a Mesón de Aguiar, existente en el siglo XIX con alberguería y parada de postas, lugar donde dormiría el famoso viajero George Borrow, Jorgito el inglés, vendedor de biblias y predicador protestante, viajero, escritor y filólogo que describió su recorrido por España en su famosa obra The Bible in Spain. El haberse encontrado una piscina al lado de las tumbas, con unas cabezas de carnero y esfinge a la entrada y salida, hacen pensar en un templo precristiano anterior, del que la capilla de San Roque, santo peregrino, sería una cristianización de un lugar sagrado anterior
El aspecto actual de la muralla resultado de las reconstrucciones y reedificaciones acometidas en el año 1781. Aún bien entrado el siglo XX se ensancharon puertas o se abrieron otras nuevas, pero es una suerte conservar esta fortificación en su totalidad, pues muchas ciudades las derribaron, en todo o en parte, por necesidades urbanísticas y de crecimiento, e incluso por recordar a poderes antiguos, al "viejo orden" (pese a que también salvaguardaron físicamente fueros y derechos de sus pobladores ante las apetencias de los señoríos terratenientes) mucho después que perdiesen su función defensiva o de dominio del territorio. Recordemos además que en gran parte de su recorrido se edificaron casas, las cuales, no sin fuerte polémica, fueron tirándose dentro del plan Muralla Limpia, culminando en diciembre de 1972
Las torres tenían además dos o tres pisos superiores con grandes ventanas para disponer el disparo desde ellas a los atacantes mediante diversos ingenios bélicos, de ello solo queda muestra en la torre llamada A Mosqueira, donde se conserva un poco de pared de un primer piso con dos ventanas. A Mosqueira, que vemos desde aquí, debe su nombre al periodista Neira de Mosqueira, que publicó en 1850 un grabado de dos torres que entonces aún conservaban dos pisos en la revista Seminario Pintoresco. Hemos también de decir que en origen, y durante mucho tiempo, las murallas no eran de piedra vista sino que estaban encaladas de blanco, por lo que eran muy visibles desde muchas decenas de kilómetros alrededor, siendo pues una referencia geográfica y visual destacadísima
Según cruzamos la rúa de San Roque admiramos en todo su esplendor esta Porta de San Pedro por donde nos disponemos a entrar. Durante las obras de reconstrucción de finales del siglo XVIII apareció aquí uno de los monolitos fundacionales de la ciudad romana, mojones de piedra señalando lo que sería el pomerium, límite entre la ciudad y sus tierras, donde habría huertas, campos y necrópolis como la antedicha. El pomerium era una línea imaginaria basada en la administración imperial y marcada por estos hitos. El hallarse aquí uno de ellos y otro en la salida original, el de la Porta Miñá lleva a pensar que la muralla se trazaría siguiendo esta demarcación administrativa que, en origen, no estaría amurallada sino solo señalizada. Se ha hallado además un tercero por lo que teóricamente falta un cuarto, uno por cada punto cardinal. La inscripción mejor conservada en ellos dice así
V.C.A.M.
CAESARI
PAVLLVS FABIVS
MAXVMVS
LEGAT CAESARIS
V(rbis) C(ondotiori) A(ugusto) M(onumentum) Caesari
Existió además aquí, apoyado en el cubo izquierdo de la torre romana de la Porta de San Pedro, una fortaleza medieval, el castillo del Infante Felipe, del que no se sabe cuando se construyó si bien que en 1327 dicho infante aparece como dueño del castillo y ordena que cuando muera se le entregue al obispo dentro de las disputas acaecidas en aquellos tiempos entre el prelado y los burgueses de la ciudad que querían librarse de su señorío. Esta fortaleza estaría apoyada sobre este primer cubo de las torres que flanqueaban la Porta de San Pedro
José de Cora en su Guía de Lugo nos dice que este lugar fue especialmente problemático a la hora de derribar las casas aquí pegadas a las murallas, pues había tabernas que habían perforado los cimientos para hacer bodegas donde mantener frescos vinos y mercancías, siendo necesario apuntalar primero las paredes de la fortificación. En la torre izquierda estaba uno de los bares, el Lugo, frecuentado por el gran escritor lucense Ánxel Fole. Antes que ello, durante la guerra napoleónica, los franceses tuvieron la misma idea, derribando las casas aquí pegadas, pues eran un obstáculo para defender su cuartel y acantonamiento establecido en la ciudad
Cruzamos así la Ronda da Muralla por el paso de peatones existente un poco a la izquierda de la Porta de San Pedro, siempre ante las impresionantes murallas de Lugo, que se sabe guardaron, siguiendo muy posiblemente el pomerium, mucho más del espacio propiamente construido, si bien, tal vez por ello o por alguna razón de práctica defensiva, algunos núcleos poblados quedaron fuera. Se sabe además que disponía, unos metros antes, de un foso, que fácilmente sería inundable
Y ya vamos a la Porta de San Pedro para acceder al casco histórico de Lugo antigua capital de Galicia, comunicada antaño directamente por esta puerta con otro Lugo, Lugo o Llugo de Llanera, cabecera administrativa bajo la dominación romana del territorio astur de los luggoni, quienes ellos a sí mismos se llamaban "hijos del dios Lug". Precisamente por una casualidad o no tan casualidad de la historia, ambas poblaciones, asturiana y gallega, comparten topónimo y en ellas está el origen de la ruta jacobea como tal Camino, siguiendo, nunca nos cansaremos de decirlo, el tránsito natural que enlazaba ambos lugares, llamados de igual manera, trayecto empedrado por los romanos, conservado, asentado y modificado en la Edad Media, y que constituyó el Camino Primitivo de Santiago, pues desde Lugo sigue la senda por "el itinerario que se dirige al Fin del Mundo", a Fisterra, ya que no en vano las conchas marinas de las vieiras que identifican al peregrino y al Camino en general no son siquieramente de la propia ciudad de Santiago de Compostela, sino de las playas del último confín del mundo conocido, aún más allá, verdadera meta de un Camino que ya existía desde la más remota noche de los tiempos. Ambas poblaciones comparten por ese capricho de la historia un origen común, al menos toponímico
El mojón que indica nuestra entrada por la Porta de Santiago tiene una cifra que quiere ser exacta para medir la distancia que nos queda hasta la Praza do Obradoiro en Santiago de Compostela
99, 583 kilómetros...
En las obras de reconstrucción de 1781 esta puerta tenía, como la Porta Miñá, un cuerpo de guardia, que luego a ser la capilla de las Ermitas, derribada en 1846. Disponía de un postigo de hierro y algunos historiadores como Abel Vilela dicen que se cerraba una hora más tarde que las demás. Hubo también intervenciones en 1867 de la mano de Rafael Luque y Lubián
En las obras de 1781 se pone sobre la puerta un frontón triangular
Abajo una leyenda informa que fue "reedificada por orden de la ciudadela. Año de 1781". Existió la costumbre de lanzar monedas para que se quedasen sobre la corona, cumpliendo algún deseo, no así si cayese rebotada sobre la calle
Y por la Porta de San Pedro pasamos ahora a la calle de este nombre, la rúa de San Pedro
Esta es la Praza do Campo Castelo, explanada al pasar la Porta de San Pedro. En el bajo de este edificio de piedra abre su puerta, que da a la rúa de San Pedro (a la derecha), la famosa cordelería de Mari Carmen Pérez-Carro, fundada hace ya más de 130 años por su abuelo Tomás y que antaño su entrada miraba a la Porta de San Pedro, donde antaño había un fielato o puesto de recaudación de bienes de consumo que entraban en la ciudad. Dado el variadísimo surtido de productos que se venden en la cordelería, aparte de vecinos es frecuentado por turistas y peregrinos
En el año 842 esta puerta vería salir a las tropas gallegas que apoyaban a Ramiro en su disputa con Nepociano del trono heredado de Alfonso II El Casto, que como su nombre indica murió sin descendencia. Ramiro derrotó a Nepociano en la batalla del puente de Cornellana, por donde hemos pasado en las primeras etapas del Camino Primitivo. Ramiro había sido nombrado en el 830 gobernador de Galicia por Alfonso II El Casto y tuvo su sede en Lugo, siendo esta la razón de sus apoyos. Tal vez ya en aquellos tiempos los primeros peregrinos a la tumba del Apóstol, entre ellos el tan mencionado Alfonso II El Casto que acudió a verificar el hallazgo, entrarían también por esta puerta. Otro ejército gallego saldría en dirección a Asturias por aquí en el año 866, capitaneado por Fruela Bermúdez, deponiendo a Alfonso II El Magno pero recuperando este pronto el trono y matando a Fruela. Numerosos serían quienes entrasen por esta puerta a lo largo de veinte centurias, en son de guerra y paz, peregrinos y arrieros, comerciantes y guerreros, santos y herejes, reyes y vasallos, invasores incluso, si bien la leyenda dice que Almanzor no lo consiguió. La muralla vio ejércitos y sublevaciones contra obispos y reyes, otras veces recibía por esta puerta a mandatarios y monarcas que venían a afianzar su poder y sus alianzas, cuando otorgando a unos y cuando a otros. Durante el mariscal Ney establecería aquí su campamento haciendo salir a sus tropas por estas puertas para entrar en Asturias y la ciudad con sus murallas sería al mismo tiempo campo de batalla. Es entonces cuando ya los franceses derribarían las casas a ella pegadas pues dificultaban la defensa
La rúa de San Pedro, actualmente peatonal, sigue siendo una de las principales vías de tránsito y comerciales del centro histórico de Lugo, con numerosos comercios entre los que abundan los de textil, lo de calzado, peleterías, joyerías... así como locales hosteleros, bares y cafés principalmente. La apertura de nuevas calles y avenidas así como "el salto" de la ciudad a los campos colindantes a lo largo del siglo XX, por donde se fue extendiendo, especialmente a lo largo de la carretera de A Coruña a Madrid, hizo que se formasen nuevas arterias comerciales y de comunicaciones, pero esta rúa sigue manteniendo su gran importancia a todos los niveles, incrementada ahora con el paso continuo de peregrinos
Llaman la atención de principio a fin de la calle las numerosísimas galerías y balcones de las viviendas, la mayor parte de fines del siglo XVIII, siglo XIX y primeros del XX, momentos de las grandes reformas urbanísticas de la ciudad
Prácticamente puede decirse que hay una continuidad ininterrumpida de escaparates a lo largo de toda la calle, que sube en muy ligera cuesta
Las balconadas y galerías se asoman también a la rúa, mirador sobre peregrinos y paseantes
Elegantes edificios urbanos clásicos, de balcones de hierro forjado y galerías de cristal
Mucha atención al llegar a esta esquina
La rúa de San Pedro sigue recto y de frente (a la izquierda de la foto) pero, si deseamos pernoctar o simplemente sellar las credenciales en el albergue público de peregrinos, hemos de tomar, aquí a la derecha, la rúa das Norias, viéndolo allá al fondo
Y este es el albergue de peregrinos de Lugo, sito en un edificio histórico del casco antiguo y con varios pisos. Esta zona era el Burgo Novo y en lo que ahora es el albergue estuvo el Hospital de Peregrinos de Santa Catalina, que tuvo su propia cofradía. En las inmediaciones se situaba la capela de Sancti Jacobi (Santiago), razón por la que eso constituía la fregresía de Santiago, la cual se diferenciaba de la de Santiago de Fóra, esta situada extramuros y actual parroquia de Castelo, por donde entrábamos en Lugo rumbo al barrio A Chanca. Aquí se encuentran también los orígenes fundacionales del nuevo monasterio de las monjas dominicas, "moesteiro de Santa María A Nova da orde de preegadores da cibdade de Lugo", esto es, Santiago A Nova, sito en la rúa de San Pedro y junto al que pronto caminaremos.
Lugo tenía varias fundaciones hospitalarias, otra, también con cofrades, era el Hospital de Peregrinos de San Bartolomé en las Cortiñas de San Román, hoy Praza Maior. Más antiguo era el Hospital Vello de Casa de Campomanes, el desginado como hospitale pauperum (hospital de los pobres) que estuvo al lado de la catedral y que dependía del Cabildo, datado ya en el año 1118 y que acogía muchos romeros que acudían a venerar a Santa María, patrona de Lugo y de su catedral. Más modernamente hubo otro hospital, dedicado a San Bartolomé o San Bertomeu bastante cerca de aquí, cuya capilla pasó a ser en 1878 y tras un incendio que lo desoló, la iglesia parroquial de San Froilán. Otro era el Hospital de San Miguel o de los Pobres Vergonzosos (pauperum verecundorum) que estuvo en la Porta Miñá. primero fuera y después dentro. Asimismo se registra el Hospital del Pozo da Pinguela
Y por otra parte el hospital del convento mendicante de San Francisco en esta fregresía de Santiago, fundado según creencia popular por San Francisco de Asís cuando regresó por Lugo de su peregrinación a Santiago, allá por el año 1214 y que incluso puso la primera piedra, una tradición que existe en todos estos monasterios, pese a que en este caso, la presencia franciscana se registra a partir de 1274 en Lugo y el convento no se remataría hasta el siglo XV. También estuvo Santo Domingo de Santiago, desde 1840 de las monjas Agustinas Recoletas. San Miguel, Santa Catalina y San Bartolomé tuvieron capillas o retablos en la catedral, fruto de la obra piadosa de sus cofradías.
Yendo hacia el albergue veremos en la fachada de una casa el recuerdo a la poetisa Rosalía de Castro, quien vivió aquí entre 1864 y 1868
Luego de conocer el albergue de la Xunta y su ubicación volvemos a la rúa de San Pedro
Y continuamos nuestro itinerario todo recto calle arriba
Siguen los escaparates, tascas, galerías, balcones...
Esta rúa de San Pedro se supone que, con la Rúa Nova, formaban las dos vías perpendiculares de las ciudades romanas, cardo y decumano y que ambas, a unirse en la actual Praza do Campo, al lado de la actual catedral, formarían el foro, esto es, el espacio público dedicado a mercado, administración, ceremonias religiosas y vida social en general de los ciudadanos
Verdaderamente cada vez que se hacen obras en el subsuelo de la ciudad, normalmente en los cimientos de los edificios o sistemas de alcantarillado, alumbrado, etc es fácil que aparezcan restos romanos, muros, mosaicos, casas, templos... lo que da una idea de la magnitud que debió tener en sus años de esplendor
En este trayecto el visitante observador mirará tanto para abajo como para arriba y a los lados, encontrándose con edificios de diferentes estilos
La rúa es además relativamente estrecha y cuando hace sol el contraste entre sol y sombra es evidente
Los inmuebles más antiguos, si bien reformados, conservan la disposición de fachada estrecha, taller, bodega-almacén o tienda abajo y viviendas arriba, la primera planta el cuarto de los dueños y la segunda el de los hijos
Otros son los grandes balcones, galerías o ventanas alineadas, estos los bloques de pisos más recientes
También encontramos estos soportales en uno de estos edificios de pisos
Y sobre ellos estos escudos
Miremos ahora a la izquierda
Otra casa blasonada, cual pazo urbano
Se ven conchas peregrinas
Cruce de calles
Llegamos a la esquina con la rúa do Progreso, un espacio un poco más abierto donde se instalan algunas terrazas y un lugar muy a destacar. Esta rúa de San Pedro se supone que, con la Rúa Nova, formaban las dos vías perpendiculares de las ciudades romanas, cardo y decumano y que ambas, a unirse en la actual Praza do Campo, al lado de la actual catedral, formarían el foro, esto es, el espacio público dedicado a mercado, administración, ceremonias religiosas y vida social en general de los ciudadanos, sin embargo se ha localizado la existencia de una gran plaza pública que se extendería desde aquí hasta la rúa Doutor Castro, al lado de la Praza Maior, hacia donde nos dirigimos. Estos cambios entre la estructura urbana y la actual tal vez arranquen ya con las reformas acometidas en tiempos de Odoario para hacer de Lugo una ciudad y metrópoli eclesiástica en torno a la basílica primigenia
A lo lejos vislumbramos ya el final de la rúa de San Pedro
Vemos el campanario de la iglesia de Santiago A Nova y, más cerca, un reloj
Bajo el reloj una figura de uniforme
Es un cartero, que nos indica que estamos acercándonos a Correos. Todo ese conjunto hasta la iglesia formó parte de un convento, del que pronto hablaremos
La calle va acabando su cuesta y ya se camina en llano. A lo lejos vemos ya los edificios de El Cantón, que miran a la Praza Maior
Tras pasar el cruce con la rúa do Progreso la de San Pedro se estrecha un tanto
Y ya vamos llegando al pie del edificio de Correos
De Correos a la iglesia de Santiago A Nova todo formaba parte del convento de monjas dominicas aquí fundado en 1363 bajo la advocación de su patrón Santo Domingo. En el siglo XVIII es reedificado cuando Gómez Arias Pallares dona a la Iglesia, cuyo obispo era por aquel entonces el dominico Pedro López de Aguiar y se decide hacer uno nuevo encomendado a las monjas compostelanas de Santa María de Belvis, razón por la cual es llamado de Santa María A Nova para diferenciarlo de la catedral, que está dedicada a Santa María desde tiempo inmemorial, Santa María de Lugo, Nosa Señora dos Ollos Grandes, también llamada A Antiga, tal y como nos informa, una vez más, José de Cora en su Guía de Lugo (visible e invisible)
Las obras de la nueva iglesia duraron una década, entre 1757 y 1767 quedando muy afectado por el asalto de las tropas napoleónicas cuatro décadas después, durante la francesada. No se sabe a ciencia cierta quien es su autor, si bien mayoritariamente se decanta entre Melchor de Velasco o José de la Peña Toro
Con la Desamortización de Mendizábal su función monacal resultó extinguida en 1836, por lo que el convento, que era centro de enseñanza para jóvenes, fue disuelto, mientras su iglesia cambió de advocación pasando a ser Santiago A Nova y posteriormente sería declarada parroquial de Lugo en 1.859
Las demás dependencias se dividen en varios usos, Correos y Telégrafos, Hacienda, e incluso una parte cuartel de la Milicia Nacional, nueva unidad militar constituida por reclutas locales nacida en España durante la Guerra de la Independencia y que, con diferentes vaivenes, terminó siendo disuelta en 1876
Aquí tenemos una de las antiguas portadas del convento, de las obras decimonónicas
Y los otros soportales de la calle, los de Correos
Lugar de espera...
Músicos callejeros
Vemos más portadas del viejo monasterio. A la izquierda estuvo la Librería Balmes, decana de las librerías gallegas
Ya nos acercamos pues a lo que es propiamente la iglesia de Santiago a Nova, sucesora del antiguo templo monacal y nombrada como tal el 16 de julio de 1859
Estas son las portadas principales de la iglesia, que miran a la rúa de San Pedro y a la Praza de Anxo Fernández Gómez. estas puertas son las más accesibles al interior del santuario pues carecen de escaleras, si bien suelen permanecer cerradas salvo en Semana Santa cuando sale la cofradía de la Virgen de la Esperanza, de gran raigambre lucense, siendo la primera procesión en salir, tal como nos informa José de Cora. José de Cora nos dice que a la izquierda estuvo la Joyería Regüela, famosa por ser donde se lleva el torques del Chao do Castro, en Burela, antes de toda una serie de vicisitudes en torno a él. Antes de seguir hemos de mirar a la izquierda, a una bella plaza
Es la Praza Anxo Fernández Gómez, con su manzana de casas justo detrás de la Casa do Concello. Aquí estuvo la primera parada de taxis de Lugo, donde estuvo la casa natal del gran escritor Ánxel Fole, cuyo monumento se encuentra al fondo. También desapareció una fábrica de chocolate bien recordada por su aroma y la emisora de Radio Lugo, inaugurada en 1935. En los bajos hubo una cárcel provisional para republicanos al empezar la guerra civil que en 1938 se transformó para ser el Hogar del Herido
Luego de pasar al lado de la plaza seguiremos por la rúa de San Pedro, admirando estas portadas de la iglesia que miran a la calle, salida como hemos dicho del paso de la Virgen de la Esperanza que, durante unos años a partir de 1951, tenía la facultad de liberar a un preso de la cárcel, que se encontraba muy cerca. En 1952 la Armada Española es proclamada Hermano Mayor de la cofradía y es tradición cantar la Salve Marinera al regresar con la imagen
Arriba, la torre fue empezada a desmontar tras la Desamortización pero, dado su interés artístico y arquitectónico, se decidió mantenerla. Sí se desarmó y volvió a armar durante las obras de ensanche de la calle, años 1862-63. Abajo reparamos en las filigranas de la portada bajo la torre. Hay una hornacina que en su momento debió tener alguna imagen religiosa. Más abajop un ángel
Ángel con alas de Santiago A Nova, mirando al Camino, a transeúntes y peregrinos
La calle se ensancha, salimos a la Praza Maior, justo al cruzarnos con la rúa da Raíña, llamada así por la visita de Isabel II a la ciudad en 1858, cuando la inauguró. En esta rúa de monárquico nombre estaba, justo en la esquina con la Praza Maior, la cafetería del Hotel Méndez Núñez (ahora más a la derecha), fundado en 1911 por el vallisoletano Francisco García Sobreno, y que fue donde se celebró en 1918 la I Asamblea de las Irmandades da Fala, antecedente del galleguismo moderno. Anteriormente fue la fonda La Española, donde vivió su exilio en Lugo Nicolás Salmerón, presidente de la I República española, así como Manuel Murguía, fundador de la Real Academia Galega, quien sería esposo de Rosalía de Castro
Justo antes de llegar a la Praza Maior, en una de las casas adosadas al pazo de la Casa do Concello, qe ya vemos asomar, está la Farmacia Central, fundada por D. Manuel Figueroa y Barros, licenciado en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela en 1912, llegando a ser una gran referencia en todo Lugo. El edificio fue reformado para acoger la farmacia tal y como hoy la conocemos. El hijo de D. Manuel, D. Domingo Figueroa Mosteiro, médico-odontólgo y farmacéutico, siguió al frente del negocio y fundó una clínica dental en la primera planta. Actualmente es D. Francisco Figueroa Mosteiro, nieto del fundador, lleva sus riendas. Dada su historia dispone de museo particular
Pero antes de salir a la Praza Maior, mirando atrás desde la farmacia, veremos la fachada principal de la iglesia en la rúa da Raíña, reconstruida en 1918 siguiendo el estilo neoclásico, obra de Leoncio Bescansa. Existe además un claustro del siglo XVIII. Su estructura se asemeja a la de un templo greco-romano y en el frontón triangular hay una cruz en el círculo de la Eucaristía entre las palmas del martirio. Aquí se casó el 29 de enero de 1878 el pintor Francisco Pradilla, autor de La Rendición de Granada, quien pasa la luna de miel con su esposa, Dolores González Villar, vecina de Lugo, en la casa del padre de ella, su suegro Cosme González Miniños. En esos días recibe el aviso que ha sido galardonado con la Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes, inaugurada dos días antes de su boda, por otro de sus cuadros más famosos, el de Juana la Loca
Si entramos veremos que, aunque tiene tres puertas en la fachada principal, es iglesia de una sola nave que ocupa 2/3 del frente, con altar mayor, capillas y retablos laterales
A la izquierda vemos el retablo de la Virgen de la Esperanza, con las imágenes de la Ascensión, Santa Rita y San Antonio de Padua
A la derecha Santiago, el Sagrado Corazón de María y otras imágenes piadosas, junto con varios símbolos de la Pasión
Cristo crucificado
Recorremos toda la nave...
Nos acercamos al altar mayor
A la izquierda puerta del Claustro
El altar mayor con sus capillas laterales
El retablo mayor está dedicado a la Asunción de la Virgen María y es de estilo neoclásico, hecho por el escultor lucense Manuel Luaces, a quien se contrató en 1808
En la parte central del arco tiene el anagrama de la Virgen María y el de Jehová. A la izquierda está la derecha Santa Catalina
Sobre las puertas de la sacristía, Santo Domingo y Santo Tomás
Los retablos laterales son del mismo estilo y época, si bien con imágenes contemporáneas del taller barcelonés de los Casmit-Jana. El de la derecha es de San José dedicado a Santiago. Abajo están las imágenes de San José y el Niño, arriba su pintura
San José y el Niño
Ante el altar una imagen del Sagrado Corazón, a la izquierda un retablo de la Virgen del Rosario presenta el mismo estilo que el de San José. En el óvalo se representa a la Virgen venerada por Santo Domingo, motivo propio de los dominicos, que propagaron el rezo del rosario
La Virgen del Rosario con el Niño
Arriba impresionante y majestuosa cúpula de media naranja
El techo es de bóveda de cañón
De vuelta al exterior
Y de la rúa de San Pedro salimos ya a la Praza Maior, la Casa do Concello y A Alameda, viendo al fondo la catedral, donde el Camino se bifurca, la ruta antigua y secular se dirige a la derecha hacia la Porta Miñá, una de las originarias de la muralla, y otra a la Porta de Santiago, que empezó a emplearse posteriormente donde había un postigo o pequeño paso para pasar los frailes de la catedral a sus huertas
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