En el año 1544 comenzó aquí a funcionar el prestigioso Colegio de Fonseca, originalmente llamado de Santiago Alfeo, iniciativa del influyente Arzobispo de Santiago Alonso de Fonseca y Ulloa, personalidad fundamental en la historia de la ciudad, lleno de inquietudes culturales y de notabilísima trayectoria política y religiosa en los avatares de la España del Siglo de Oro. Para ello Fonseca no dudó en habilitar el pazo o palacio-casona familiar donde había nacido, muy cerca de la catedral, aglutinando en él clases y estudios que hasta entonces se impartían en diferentes lugares de la población, siendo el gérmen de la Universidad de Santiago, pues es aquí donde comienza su definitivo impulso, tras los prolegómenos iniciales de unos años antes, con los primeros estudios reglados impartidos desde 1495.
Los arquitectos Juan de Álava y Alonso de Covarrubias estuvieron a cargo de su construcción, unas obras que continuaron de 1522 a 1544 con Alonso de Gudín y Jacome García., siendo pronto la sede universitaria creada por este prelado.
Dispone de fachada renacentista con estatuas góticas, así como el escudo de los Fonseca entre figuras de los Doctores de la iglesia. La fachada se acabó en 1688 con Diego de Romay.
Pasamos al interior
El patio interior presenta un hermoso claustro plateresco, obra de Gil de Hontañón, y en medio destaca la estatua del mismo Alfonso III de Fonseca, en su característica pose pensativa...
Actualmente es sede de la Biblioteca Xeral da Universidade y está unido al Colexio de San Xerome, que mira a la Praza do Obradoiro.
Colexio de San Xerome y fachada a la Praza do Obradoiro |
Puerta del Colexio de Fonseca que mira a la plaza de este nombre. |
La plaza tiene en medio una fuente circular hecha de piedra de cantería labrada cuyo chorro arrulla tan bello espacio, rodeado de viviendas, tiendas y bares con sus terreazas.
No nos olvidemos que, en la fachada del Colexio de San Xerome, al lado del de Fonseca, tenemos el Árbol de las Ciencias. La tradición cuenta que aquellos estudiantes indecisos sobre la carrera que deseaban cursar habían de dar tres vueltas sobre sí mismos ante él y luego, de espaldas, señalar con el dedo hacia atrás y sin mirar ni tocar el cristal. Allí donde el dedo señalase esa era la materia que habrían de escoger en sus estudios universitarios...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y contribuir con tu comentario... Únete a la Página Oficial en Facebook para descubrir nuevos contenidos....Ultreia!