San Vicente de la Barquera desde el Puente de la Maza: la iglesia a la izquierda y El Castillo del Rey a la derecha |
Puente de la Maza |
Desde el puente contemplábamos el bello panorama de San Vicente, con El Pueblo o zona centro, La Puebla Vieja y El Castillo o antigua zona amurallada (derecha de la foto)
Allí está el Castillo del Rey, sobre un gran peñasco, erigido a partir de la concesión del fuero a la población por parte del rey Alfonso VIII en el año 1210, construido a su vez sobre una más antigua fortaleza del siglo VIII, cuando Alfonso I empezaba desde Asturias a ganar terreno a los musulmanes y que, a su vez también, esto formase parte del Portus Vereasueca fundado por los romanos tras la conquista de este territorio a los cántabros orgenomescos
Más a la izquierda otro de los enclaves que domina la población es la iglesia de Santa María de los Ángeles, también levantada desde el aforamiento de la ciudad y cuyas obras se prolongaron durante todo el siglo XIV con serias reformas en el XV, razón por la que es templo de estilo eminentemente gótico si bien con portadas románicas y algunos añadidos posteriores. Entre ellos el fundamental es el de la torre de las campanas, de finales del siglo XIX. En el lugar y sus alrededores hubo varios hospitales de peregrinos
Uno de ellos estaba en La Barquera, donde se encuentra el puerto de pescadores, de grandísima importancia durante siglos pues fue uno de los puertos más vitales del reino castellano, no solo por las pesquerías, sino por su estratégica posición y su interés en aquel entonces para la armada
Más allá también veíamos la boca del estuario, ocupado este en buena parte por marismas, estas arenosas, las de San Vicente, enfrente de la villa. El santuario de San Vicente Mártir estaba al lado del Puente de Tras Vicente y fue propiedad de la Cofradía de Pescadores Mareantes de San Vicente de la Mar. De él solo se conservan fotografías y un arco en el antiguo Monasterio de San Luis
Y al sur las marismas de Rubín, zona de fangos y de gran interés faunístico, donde desemboca el río del Escudo, que nace en la sierra del mismo nombre, El Escudo de Cabuérniga.
Desde el Puente de la Maza también asistimos al mágico prodigio natual de ver reflejarse en las aguas la gran muralla natural de piedra caliza gris, muchas veces nevada, de los míticos Picos de Europa
Al otro lado del puente, en aquella boscosa finca, se esconden los restos del que fuese monasterio franciscano de San Luis (siglos XV-XV), donde se hospedó una noche Carlos I de España recién desembarcado de Flandes para hacerse por herencia con el trono castellano
Y es aquí ahora una vez cruzado el puente, en la Ronda de la Encrucijada, cuando se nos presenta una disyuntiva: podemos seguir de frente, subiendo junto a las tapias de la quinta monacal hacia Las Calzadas y salir de San Vicente de la Barquera sin apenas pisar ni ver la población, pero esto solo lo recomendaríamos a peregrinos que, por alguna razón, tuviesen mucha prisa. No visitar San Vicente sería traicionar un poco los ideales del Camino, pues fue y es villa marinera y caminera fundamentales para la historia de las peregrinaciones y de todo el Cantábrico, tuvo hospitales y puertas de peregrinos así como un casco histórico y paisaje urbano con un patrimonio digno de conocer. Nos atreveríamos incluso a recomendarlo como final de etapa para tener tiempo sobrado a visitar esta localidad de supremo interés en el Camino Norte de Santiago, aquí también coincidente con el Camino Lebaniego, que nace en esta población, ruta secular a Santo Toribio de Liébana, puerta de los Picos de Europa en la veneración del Lignum Crucis y lugar determinante en la historia europea de la mano de Beato de Liébana. Así de esta manera también hallaríamos momento para la muy recomendable visita al tan citado Monasterio de San Luis, cuyas consolidadas ruinas entre el arbolado conforman un paraje absolutamente inolvidable
Por esta razón recomendamos, en itinerario también señalizado, tomar a la derecha la Avenida Miramar, con el Castillo del Rey al fondo
Podemos seguir de frente todo recto hacia la Plaza Mayor o bien cruzar a la derecha a la altura de la estación de autobuses para disfrutar del paseo de la ría,
Atrás queda el Puente de la Maza
Puente de 28 arcos u ojos que llegaron a ser 32. Se empezó a construir por mandato de los Reyes Católicos en el siglo XV sobre otro anterior, de madera, del siglo VI. Las obras finales no terminaron hasta el siglo XVIII reinando Carlos III
Al otro lado, La Maza, por donde viene bajando el Camino, desde La Revilla
Buena parte de la ría está ocupada por las marismas, esta es la de San Vicente, enfrente de la villa, mayormente arenosa
Al fondo está el barrio de La Barquera, zona de expansión urbanística, donde está propiamente el puerto. El topónimo hace referencia a la barquera que había antiguamente para pasar de la Puebla Vieja allá, pues otro brazo de ría separa ambos barrios, el Brazo Mayor, desembocadura del río Gandarilla, hasta que, también bajo el reinado de Carlos III se construyó otro puente, el Puente Nuevo, este de nueve arcos
Allí estuvo uno de las fundaciones hospitalarias para los romeros y, el Hospital de Transeúntes y Penitentes de Nuestra Señora de la Barquera
Allí está el santuario de la Virgen de la Barquera, del que se sabe de su existencia desde el siglo XV independientemente de que hubiese culto muy anteriormente. Se dice que su origen se debe a la aparición de una barca sin remos, velas ni tripulación que traía la imagen de la Virgen, encontrada por los marineros del lugar y a la quese hizo este santuario en el que se celebra este suceso en las Fiestas de la Folía
En La Barquera estuvieron los franciscanos desde que llegaron a San Vicente de la Barquera en 1454 hasta la construcción del Monasterio de San Luis
El puerto de pescadores
Puerto deportivo
A la derecha, la boca de la ría
Peña Mayor...
Avanzamos por el paseo de la ría en dirección al centro urbano. Las lanchas quedan varadas en la bajamar
El Castillo del Rey domina la bahía de San Vicente, tiene una torre cuadrada en su parte derecha y a la izquierda vemos la torre del homenaje, todo ello perfectamente adaptado sobre la gran roca en la que se asientan
Del castillo partían las murallas, que iban hasta la iglesia y de la que aún se conservan importantes porciones, como casi toda la fachada norte y alguna de sus puertas
Al ser territorio realengo, durante los primeros siglos eran los reyes de la corona castellana quienes designaban su alcaide, pero en 1453 Juan II cedió la tenencia a la vecindad en la figura de su Procurador General
El Pueblo y La Barquera...
Zona de bares y terrazas
A mano izquierda, vamos dirigiéndonos al centro histórico pasando junto a esta fuente monumental y ornamental en el medio de este parque que se extiende a lo largo del paseo, con la Avenida Miramar al fondo
Allí nos dirigimos a la Plaza Mayor, viendo a la izquierda el Hotel Luzón, el primero de cierta relevancia que se construyó en San Vicente de la Barquera, cuando despegaba el auge del turismo playero, al principio entre las clases más acomodadas, pues con los avances médicos se aconsejaban los famosos baños de ola y el descanso y reposo en playas y balnearios, naciendo algo parecido al acutal concepto de vacaciones
Plaza Mayor del Fuero, o popularmente La Plaza, antaño un campo fuera de la ciudadela amurallada. Aquí es donde se dice que se corrieron toros durante los festejos celebrados en la estancia de Carlos I en la villa, llegado de Flandes por mar, y por tierra desde Asturias
Orientémonos con la señalización y crucemos el paso de peatones
Pasamos al otro lado...
Y atravesamos la plaza
En medio, el escudo de San Vicente de la Barquera: mar, barco y peces...
En torno a la Plaza Mayor del Fuero, edificios porticados con tiendas, bares, comercios, pensiones. La meyor parte de ellos fueron hechos a partir del s. XIX para pescadores, estrechos pero altos y profundos hacia atrás, sustituyendo a casas más antiguas
Tienen numerosos balcones desde los que las familias miraban al estuario
Justo en esta esquina, nos dirigimos hacia el pasadizo del fondo, entre los dos edificios
Por allí nos metemos a la Puebla Vieja
Escaleras de la Puebla Vieja, subiendo al Castillo
Antes de seguir escaleras arriba podemos situarnos en estos mapas
Y seguimos subiendo escaleras arriba
Hay también aquí algunos comercios
Macetas y flores
Vista atrás...
Comercios y bares
Viviendas con una pequeña parcela
Tejados arriba, sobre las copas de los árboles, el reloj de la torre, ya en lo que se da en llamar El Castillo, todo lo que abarcaba el recinto amurallado
Por aquí venimos subiendo nosotros
Nueva vista del Castillo del Rey. Aquí es cuando nos damos cuenta que la torre oeste o del homenaje tiene planta de pentágono irregular
En este cruce, frente a este edificio, nos desviamos a la derecha
Y subimos ante la fachada y patio del Colegio Cristo Rey
Subimos por empedrada rúa a la Torre del Preboste, una de las torres de la muralla, que defiende una de sus puertas, la de La Barrera.
Su nombre viene dado porque era la sede del preboste o recaudador de impuestos. Luego pasó a ser cárcel y en nuestros días sede cultural y sala de exposiciones
La Puerta de la Barrera o de Santander era, como hacemos nosotros, bajo la que pasaban quienes iban o venían en esa dirección, Santander.
Era por lo tanto paso obligado de los romeros a Santiago, junto con la de salida, la Puerta de Asturias o del Peregino
La muralla tenía un tercer acceso, la Puerta del Mar, reconstruida recientemente
Y bajo esta almenada puerta de arco ojival entramos en La Puebla Vieja al recinto de El Castillo, que es como se conoce, reiteramos, no solamente al Castillo del Rey sino a toda la villa intramuros. Al fondo, acabada la cuesta, hay un cruce en el que iremos a la izquierda
Allí hay un muy notabale edificio: el Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera. Era este antaño el Palacio de la familia de los Corro, construido en piedra de sillería por mandato del inquisidor Antonio del Corro en el siglo XVI, según algunos historiadores como Escudero Sánchez destinado en principio para albergar la Casa-Hospital de la Concepción, otro de los que existieron en esta villa para pobres y peregrinos, fundado por el citado inquisidor Don Antonio del Corro, cuyo mausoleo veremos en el interior de la iglesia
En su testamento de 1553 otorgado en Sevilla deja escrito que hubiese doce camas para enfermos y otra para clérigos peregrinos, mandado fuese la suya propia llevada desde la capital andaluza. Dos de los acogidos habían de ser mujeres, una encargada de la comida y la ropa y la otra moza de servicio. Había capilla propia donde el capellán asignado daría la misa. Este antiguo hospital, en su acepción tradicional de hospedaje para necesitados más que como centro puramente sanitario, es fruto de su citado testamento, fechado el 1 de agosto de 1533, en el que señalaba que era su voluntad construir esta fundación de acogida, así como una capilla para panteón familiar en la iglesia de Santa María de los Ángeles, de la que hablaremos prontamente
Otros investigadores no ven claro que fuese este el antiguo hospital sino el palacio familiar de los Corro, tal y como sostienen A. Rubio Celemín y J. Ruiz Cobo en su libro Los antiguos hospitales de Cantabria. El hospital de la Concepción estaría unos metros más adelante, enfrente de otro de los que hubo en esta puebla, el de la Misericordia, del que también hableremos. Escudero Sánchez se habría basado en la descripción del Catastro de la Ensenada para situarlo aquí, si bien no con total seguridad: "hay una casa que es hospital en el barrio de Santa María con su cuarto alto que es vivienda del administrador y lo demás con camas para pobres. Tiene de frente seis con cinco varas y de fondo dieciocho. Conforma al cierzo con erial de don Pedro Ildefonso de Roseñada y de la capellanía de don Manuel de Vargas, al solano con casa de dicha capellanía, al ábrego calle pública y al regañón callejón público"
Arriba hay tres espléndidos balcones adintelados de manera bastante similar a la de puerta y entre ellos los blasones de la estirpe, de la que Antonio del Corro fue su miembro más destacado. Un texto grabado en una ventana, "al servicio de los pobres", vincularía su actividad a la de la discutida ubicación del Hospital de la Misericordia, si bien también podría ser un lema de la estirpe o de su constructor
Entre el ayuntamiento y la casa de al lado se costruyó otro edificio, también blasonado, con dos grandes arcos sostenido por columnas en la terraza de la parte superior
Mirando al ayuntamiento, la entrada a la Torre del Preboste
Desde aquí vemos la ría, con la marisma de San Vicente, así como a la izquiera la Torre del Reloj
Más allá asoman las almenas de la torre del homenaje del Castillo del Rey
Pero nosotros no vamos al castillo, seguimos camino por la calle Alta desde el ayuntamiento, donde unas flechas nos indican desviarnos, pero están realmente puestas en sentido inverso y no es por casualidad, están puestas así para que las veamos de regreso de nuestra visita a la iglesia de Santa María de los Ángeles
Para ir a la iglesia seguimos de frente por la calle alta
Pero antes, a nuestra derecha, veremos otro sector de la Ría de San Vicente
Es el denominado Brazo Mayor, desembocadura del río Gandarilla donde se sitúa además la Marisma de Pombo, de fangos y lodos, especialmente visible en bajamares
Por allí, ladera del Monte Boria, pasa la carretera N-634, actualmente con menos tráfico tras la inauguración de la Autovía del Cantábrico, que pasa unos kilómetros más al sur de aquí
En esa falda que cae al estuario han construido varias colonias de chalets
Ahí está la iglesia de Santa María de los Ángeles, construida a partir de la concesión del fuero a San Vicente de la Barquera por Alfonso VIII en el año 1210, dejándola libre del poder señorial y con gran autonomía para sus habitantes, que gozarían de notables derechos en relación al mundo feudal que imperaba, algo que favorecería económicamente a sus moradores y que se sabía iba a incrementar notabilísimamente su población. Allí está el Centro de Formación Profesional Corazón de María cuyo barco de metal expuesto en la fachada ha dado nombre al albergue de peregrinos El Galeón, cuya entrada vemos abajo a la derecha. Este inmueble sería, en opinión de Rubio Celemín y Ruiz Cobo, el situado en el solar que fue del Hospital de la Misericordia, vinculado a la cofradía de este nombre, y que según algunos, tampoco con seguridad, habríase fundado por Juan de Pobladura en el siglo XV, El mencionado Catastro de Ensenada lo mencionaría como Hospital de la Misericordia o de la Santa Misericordia, destinado a "albergue de pobres seculares"
Y justo al lado del albergue una de las puertas o portezuelas menores de la vieja muralla que aquí, en su lienzo norte, es donde está mejor conservada
Allí veremos de nuevo La Barquera, con su puente
El Puente de la Barquera y el puerto de pescadores, así como la entrada de la ría y al otro lado la Playa del Rosal, sector occidental de la extensa Playa de Merón
Caminando ya junto al centro de formación profesional nos aproximamos a la iglesia. La teoría que defiende que aquí estaba el Hospital de la Misericordia informa que sus rentas, junto con la de la extinguida Malatería de Abaño, fueron destinadas en 1845 a mantener una escuela de primeras letras, función que sigue ejerciendo el nuevo edificio. Una información del Obispado de Burgos de principios del siglo XVIII habla del "Hospital de San Vicente", tal vez referido a este, pues solo señala la existencia de cuatro camas, sabiéndose que este era el pequeño de los dos existentes en el lugar. El Catastro nos dice que había también capilla y que disponía de algunas posesiones, como tierras y viñas, pagando la familia Calderón anualmente una renta de leña. Del edificio antes existente se conservan fotos antiguas de sus muros caídos, desaparecidos totalmente en 1926, así como en la una ventanuca gótica de algunos de sus materiales reaprovechados para la nueva construcción
Ahora a nuestra izquierda tenemos otro monumento excepcional, las ruinas de lo que fue el importantísimo Hospital de la Concepción, otra más de las fundaciones hospitalarias de la villa barquereña, "uno llamado de la Misericordia para albergue de pobres seculares y otro de la Concepción para albergar eclesiásticos pasajeros cuyas rentase se componen de censos de que dará razón su administrador Juan de la Torre, presbítero, y ambos están sitos en esta villa". Dada su proximidad y coincidencia en el tiempo existe en las fuentes y bibliografía no poca confusión al distinguir uno del otro, pues este sería la verdadera fundación del Insquisidor Don Antonio del Corro en lo que podría haber sido primigenia casa del linaje, readaptada a usos hospitalarios. No de descarta que antes que ella hubiese habido una torre defensiva, a tenor de diversos detalles de su estructura
Esta es la fachada mejor conservada, la que mira a la calle Alta. De sus detalles artísticos y arquitectónicos se entresaca que fue construido en el siglo XIV pero que hasta el s.XVI tuvo reformas en intervenciones. Funcionó al menos hasta el siglo XVIII y se trataba del más grande no solo de San Vicente de la Barquera sino de todo el territorio de la antigua Hermandad de las Cuatro Villas
La portada de arco de medio punto con una sencilla cenefa parece delatar parte de la construcción más antigua
La parte alta o piso superior podría ser una de las ampliaciones anteriores.
Allí entre los ventanales aparece esculpida la figura de un ángel con un escudo que presenta la Cruz de Malta
El interior está vacío y puede verse la población. A lo lejos distinguimos Las Calzadas, por donde sale el Camino rumbo a Serdio, Pesués y Unquera, paso a Asturias
Al otro lado, la rectoral, de frente, la iglesia. Arriba, la torre de las campanas,superpuesta a la torre gótica, es un añadido de las obras que se efectuaron finalizando el siglo XIX
Miramos a lo alto, absortos ante la majestuosa serenidad del santuario, muy posiblemente construido sobre otro anterior, mucho más sencillo y modesto
Los contrafuertes góticos delatan que, comenzada a partir de 1210, su obra se prolongó durante el siglo XIV, tuvo reformas en el XV y ampliaciones en el XVI. En concreto se sabe por la documentación de esa fecha, el rey solicitó a su secreatario Miguel que mirase por la construcción de este templo y su mantenimiento
La impresionante pero sobria torre gótica presenta, a nuestra altura, algunas cruces cinceladas y otros detalles
Vamos a dar la vuelta completa a tan robusto edificio, yendo dela torre a la derecha, caminando por esta explanada entre sus muros y los de la muralla
El Camino Lebaniego, ruta a Santo Toribio de Liébana. Luego pude seguirse hasta Santiago enlazando con el Camino Francés en Mansilla de las Mulas (León) a través del Camino Vadiniense
Texto explicativo del Camino Lebaniego
El Camino del Norte en Cantabria
La entrada desde el País Vasco por Castro Urdiales
El paso de Laredo a Santoña, bien por la ría o bien bordeándola y luego la variante por Castillo o por Noja
La bahía de Santander y su paso o... su circunvalación
Ruta a Santillana del Mar y Comillas
Y a San Vicente de la Barquera, muy cerca ya de Asturias
Desde aquí, además de los mapas y paneles, admiraremos la iglesia,uno de los máximos exponentes del arte gótico cántabro, junto con las de Santander, Castro Urdiales y Laredo, otras dos de las villas aforadas por la corona castellana, necesitada de salida al mar, pesquera, comercial y bélica, y que con estos fueros quería hacerlas leales y beneficiadas del reino, la famosa Hermandad de las Cuatro Villas, germen de la actual Cantabria
Si bien la iglesia estaba báiscamente concluida en el siglo XIV pero en el XV comenzaron las primeras reformas serias, con capillas laterales adosadas
Luego, a partir de 1530 se comenzarán a añadir crucero, ábside y torre, así como la capilla de los Corro que, como hemos dicho, quisieron tener aquí su panteón por deseo testamentario del inquisidor Antonio del Corro
La cripta, la sacristía y el coro alto son otros de esos elementos añadidos por aquel entonces
Allí está la portada norte, la más pequeña, gótica y muy sencilla
Viejas gárgolas por las que cae el agua de lluvia canalizada hacia ellas
Se trata de un templo de tres espaciosas naves, la central más grande que las otras
En medio de esta explanada ha sido plantado un tejo, árbol sagrado antes aún del cristianismo pero presente de antiguo en los santuarios. Representadas sus ramas en las ancestrales estelas cántabras.
Símbolo de la vida por su hoja perenne y siempre verde, de la muerte por la alta toxicidad de sus frutos, de los que se extraían venenos y alucinógenos, y símbolo de la eternidad por su longevidad, de varios siglos, superando algunos ejemplares el milenio. Si bien este es joven, y contratasta su verdor con la solemne severidad de la piedra de la iglesia, el suelo y la muralla
Recorriendo la muralla llegamos a la cabecera de la iglesia, formada por tres ábsides rectangulares. Allí se conserva una portada de inspiración románica, muy importante, pues mira a la Puerta de Asturias o Puerta del Peregrino, al oeste, así llamada porque era por donde salían los peregrinos rumbo a Asturias y a Santiago en Galicia
Entre la cabecera y la Puerta de Asturias se extiende la Plaza de los Peregrinos. La parte de la muralla en la que vemos esta puerta es de las que mejor se han conservado y recuperado, con sus puertas, mirador de vigilancia y almenas
Estas murallas, además de su función defensiva, amparaban los fueros y libertades de la población, que no rendía tirbuto nada más que directamente a la corona, sin más vasallajes de feudales apetencias señoriales
La Puerta de Asturias o del Peregrino, sugerente lugar, con las montañas a lo lejos
La salida bajaba a la derecha. Nosotros vamos a recorrer esta gran explanada. El recorrido por las murallas se le conoce como la ronda
El Brazo Mayor y la Marisma de Pombo
Inmenso lodazal en bajamar. Al fondo son las casas de Sel del Rey y Entrambosríos, luego va la Peña Mayordoma y más allá aún las sierras de Urgabes, Nodrina y Cuera, dominando la escena los formidables Picos de Europa
Vamos a asomarnos ahora al sur de la muralla, a la derecha de la foto
Al sur Las Calzadas, cueto arriba, por donde sigue el Camino
Y de allí a Casa Nueva, Casa Barrera y Casa de la Torre para ir a La Acebosa, Serdio, Pesués y Unquera, paso a Asturias
Puerta de Asturias, Puerta del Peregrino, imponente cerca amurallada, almenada y con torreones.
Vigilante de piedra sobre el territorio
Volvemos a entrar dentro de las murallas
Y nos introducimos en este torreón
Bóveda de piedra
Portezuela de vigilancia...
Más vistas de la Ría de San Vicente
Pero volvamos al templo, a ver esta portada románica, que tal vez formaba parte de la estructura más tempranamente levantada.
Portada románica de cuatro arquivoltas con otras tantas columnas a cada lado con bases, fustes y capiteles
Sobre los arcos de medio punto unos canecillos labrados sostienen una cornisa
La decoración es toda una alegoría del arte medieval. Hay representaciones de animales felinos, de personas y adornos geométricos y vegetales allí esculpidos
Dos felinos, a manera de leones, muy usuales en el románico. Entre los canecillos hay cincelada una hilera de flores de cuatro pétalos
Parejas humanas en actitud amorosa. Estos motivos cariñosos y en algunos casos eróticos, son bastante corrientes en el románico, especialmente en Cantabria.
La riquísima iconografía de este arte estaba pensada como manera de transmitir doctrinas y enseñanzas a una población que, en su gran mayoría, no sabía leer. De esta manera se explicaban las ideas a la población de aquel entonces y estas figuras, a su vez, nos han transmitido gran parte del mundo medieval de aquel entonces, desde lo físico, ropas, y bailes, hasta los pensamientos y actitud ante la vida de la sociedad de los siglos XII y XIII
Así aquí se muestran todo tipo de alegorías: amor y guerra, vicios, pecados, virtudes y castigos, escenas bíblicas, ideas religiosas... a veces de manera bastante evidente y otras más esquemática, simbólica o figurativa, incluso con varios significados superpuestos, dependiendo de la interpretación de los receptores que vean esta imaginería y simbolismo
León rugiente
Otro con las fauces abiertas mostrando los dientes
Representación geométrica
Figura humana que parece portar un libro. Tal vez la representación de un evangelista
Otra cabeza humana, muy gastada
Vamos a ver ahora los arcos, donde hay otro motivo excepcional
Labrados con diversos temas sobresalenm en el segundo arco empezando por arriba las famosas "cabezas de pico" que reproducen los rostros de pájaros monstruosos o de animales mitológicos con grandes y largos picos que muerden una de las arquivoltas de la portada.
Aunque en principio pudieron tener un sentido simbólico maligno y demoníaco quedaron únicamente con una función ornamental. Este motivo de las cabezas de pico es realmente importante, abundan en el románico inglés, en normando (de Normandía, en Francia) y en el asturiano, aunque de vez en cuando aparecen en otros lugares más o menos próximos, como es este el caso.
Parecen ser las últimas reminiscencias de los mascarones de proa de los barcos vikingos, cuando estos pueblos se cristanizaron y se transformaron en comerciantes y mercaderes integrados en los demás reinos de Europa, desarrollando el comercio interatlántico después de pasada su época dorada de la piratería, avanzando la baja Edad Media. Entonces, las cabezas de sus embarcaciones de combate o "drakkar", representando dragones o seres amenazantes y que tanto espanton causaron en las costas europeas, fueron pasando a ser un aprovechable detalle decorativo que asumió otro simbolismo.
Se trata por lo tanto de un recurso artístico de influencia atlántica llegado con el comercio marítimo de poblaciones aforadas, nacientes poblaciones libres con fueros o Carta Puebla, al volver a abrirse las milenarias rutas marítimas antes asoladas, como las tierras costeras, por los pueblos invasores... o por los propios señoríos terratenientes del lugar
Pasamos ahora a los capiteles sobre los fustes de las columnas en las que descansan estos arcos, en concreto los del lado derecho, profusamente labrados con varias escenas. Esta verdadera obsesión de los artistas del románico por querer representar tantas y tantas cosas puede deberse a una imperiosa necesidad: la inmensa mayoría de la población no sabía leer ni escribir, en realidad la mentalidad mayoritaria en aquel tiempo no lo consideraba útil, porque ni la nobleza ni buena parte de los monarcas, salvo importantes excepciones, lo consideraba siquiera "útil" sino más bien "un oficio de curas y eclesiásticos". Necesariamente entonces para enseñar la doctrina usaban y hasta abusaban de un revoltijo de imágenes en las que plasmaban todos los ideales religiosos, sociales y culturales de aquel mundo.
Así de nuevo vemos, a la derecha de estos capiteles, la flor de cuatro pétalos, flor abierta símbolo de orden de la Naturaleza y el Universo
Una persona que parece estar cogiendo algo con las manos, tal manzanas, símbolo de la tentación
Un músico, este no cabe duda, tocando una especie de violín. Tal vez figuración del equilibrio cósmico representado en la música. Como hemos dicho estos capiteles nos muestran, además de ideas y doctrinas, una buena representación de gentes, objetos, tradiciones, gustos y costumbres del medievo
Este es un águila, de espaldas, con sus alas plegadas y en señal de estar comiendo, picoteando o... atacando, representación del poder de la Naturaleza y tal vez también del divino del de la realeza. La protección y la lucha contra el mal
A su izquierda, el más pegado a la puerta del lado derecho, vemos una escena ecuestre
Un caballero a caballo y un castillo, tal vez una recreación del rey protector que aforó a San Vicente, con su castillo. De todas maneras se parece mucho a la escena de la despedida (o regreso) del caballero bastante repetida en el románico, donde se muestra a un guerrero galopando, a veces con un ave de presa en la mano aunque aquí no vemos otro elemento fundamental de ser ese el caso, la esposa o amada que lo despide o recibe...
Solo vemos el castillo...
Y el caballero con su montura
Vamos apasar ahora a los capiteles de la izquierda de esta maravillosa portada occidental de Santa María de los Ángeles
Aquí en el capitel interior está el cuélebre devorador, la serpiente alada que ataca a una persona. La clara diferenciación entre el Bien y el Mal era una obsesión para los artistas del románico
Del cuélebre se contaba que este moraba en los acantilados de las cercanías, devorando a los desaprensivos que merodeaban en torno a sus guaridas, pues no en vano las leyendas los hacen guardianes de tesoros y doncellas encantadas. En lo religioso puede hacer alusión al castigo del pecado o a la pasión destruictiva de la lujuria, representada por los ofidios
Parecen dos aves picoteando algo. Una posible idealización de las almas de los justos alimentándose de la Gracia
A su izquierda hay una palma o rama, que recuerda al tejo
Una cabeza humana y un caparazón ¿una tortuga, símbolo de la pereza?
Lo desgastado de algunos motivos hace que en muchos casos no podamos plantear más que elucubraciones o teorías sobre qué es lo que nos enseñan
Magna obra del románico
Abajo, en las bases de los fustes de las columnas vemos tambien, a ambos lados, diversos temas labrados en la piedra, como el zig-zag, símbolo que recrea el movimiento
Texto explicativo que llama a esta la Puerta del Poder al estar patentes en ella sus símbolos...
La Puerta del Poder
Y la Puerta y Plaza del Peregrino...
Puerta de Asturias, de las Asturias de Santillana a las Asturias de Oviedo. Más allá aún nos aguardarán las Asturias de Tineo, ancestral división que, aparte de la demostrada documentación medieval, tiene visos de ser la sucesora de las ancestrales gens de los cántabros vadinienses y orgenomescos y la de los astures luggoni y pésicos: el oriente, centro y occidente de los últimos pueblos que conquistó Roma en la península
Seguimos recorriendo la muralla
Y ya salimos a su muro sur
Vemoa abajo nuevamente la villa, en el itsmo que comunica con tierra este saliente rocoso
Y la marisma de Pombo
Lanchas en el lodo, esperando por que vuelva a subir la marea
Construcción abandonada
Y así, entre contrafuertes y capillas, nos acercamos a la portada sur, la portada principal, un aportada netamente románica con sus arcos de medio punto pero que parece más tardía que la portada oeste que acabamos de ver
Es de unas dimensiones monumentales, con cinco arquivoltas de arco de medio punto, tardorrománicas. Solo la arquivolta exterior presenta los clásicos cincelados en zig-zag y apomados que le confieren estabilidad estética a la par que sensación de movimiento
Allí, bajo el arco, en el tímpano, una cruz muestra a un lado el blasón del reino castellano-leonés y al otro el escudo de San Vicente de la Barquera. se trata de una obra bastante posterior al arco en sí, del siglo XVII
Los capiteles son los que muestran a las claras una inspiración gótica, al decir de los estudiosos. El propio templo, en su etapa más inicial, pertenece a ese período de transición entre dos mundos, medievales ambos, pero muy diferentes... o muy parecidos. No hay una transición exacta de un estilo a otro ni en cuanto a cronología ni en cuanto a zonas y lugares. Una de estas construcciones, por ejemplo, duraban en obras durante cien años o más en su etapa inicial por lo que ambos modelos se entrecruzaban. es más, más que estilo absolutos habríamos de hablar de tendencias, por lo que sus caracterícticas se difuminan y, además todo supeditado a quien paga y/o a quien dirige e inspira la obra. Básicamente se dice que el románico aún busca el recogimiento mientras el gótico aporta luz y humanización de lo divino, pero todo es absolutamente contestable y cuestionable
Empezamos por los capiteles de lado derecho. Realmente en apariencia no parece haber un cambio de actitud ni de costumbres tan drástico, en esta etapa inicial al menos, entre románico y gótico. Aquí vemos nuevamente la escena del águila en posición de picotear o comer, culminando un ataque
Tema vegetal del equilibrio natural
Músicos tocando instrumentos, trovadores o escena juglaresca típicamente bajomedieval
Un ángel desnudo
Más ornamentos vegetales
Pasamos ahora a los capiteles del lado izquierdo
Los pájaros afrontados tan usuales en el románico aparecen aquí en su versión gotizante. Más detalladas quizás, las aves o almas de los justos alimentándose de la gracia o venciendo al pecado parecen picotear aqui peces, como los que abundarían en el mar o en el estuario
Los cuernos del carnero, otra sensación de movimiento y emblema de la divinidad, el cordero de Dios, y de la Eternidad, la espiral del infinito
Querubines, uno de los nueve coros angélicos. Ciertamente la humanización de rasgos y trazos rompe la hierática y estática majestad del románico al ir pasando al gótico
De nuevo, el ángel desnudo
En el arco más saliente, además del zig-zag de ancestrales orígenes artísticos, aparecen símbolos y figuraciones en los que se quiere ver la presencia de los constructores del santuario
La humanización del arte
El ser humano, la persona, el yo, pasa a formar parte de la alegoría física y espiritual del mundo
Quien sabe...
Un texto explicativo muestra estas ideas...
Es adentro donde se incrementa aún más la sensación de majestad, de gradiosidad, de poder divino y humano. Allí tenemos el órgano
El santuario parece pretender elevarse hacia el cielo, la Casa de Dios en la Tierra. Columnas y nervaduras góticas incrementan esa sensación de ser un espacio que tiende a estar casi flotando en el aire... pero con pétreos y consistentes pilares que lo unen y lo sustentan sobre el mundo físico. Independientemente de las creencias o ideologías de cada episodio de la historia, buena parte de las sensaciones arquitectónicas del poder tienden a magnificar, para bien o para mal, el status quo del momento y hacerlo perenne y eterno. Allí están los formidables retablos barrocos
El ángel nos sorprende, en el tránsito entre las tres naves: extasiados con la arquería gótica. Sensación de equilibrio y protección en la bóveda, equilibrio del Cielo en la Tierra. Bóveda celeste
Las capillas laterales, que con el tiempo fueron añadiéndose a la estructura primigenia del santuario
La existencia de una antigua biblioteca aparece reflejada en los paneles explicativos que veremos también en este recinto interior. El conocimiento fue transmitido a lo largo de muchos siglos en estos santuarios y, ya entonces, se enzarzaban discusiones sobre la naturaleza de las cosas
Pila bautismal
La contemplamos desde otra de las capillas, con sus arcos y nervios góticos
Interior de la portada oeste, la que mira a la Puerta de Asturias o del Peregrino
Las bóvedas y su equilibrio arquitectónico, numeral y cósmico
Más capillas laterales, al otro lado
Explicación de la evolución arquitectónica del templo con estas capillas que ampliaron el ámbito físico interior del santuario
Son como pequeños templos dentro de uno mayor...
El gótico como esencia arquitectónica predomina totalmente
El templo y sus tres inmensas naves
Suprema belleza pétrea
Pila del agua bendita
Éxtasis divino y humano...
Las capillas
Excavaciones arqueológicas en el subsuelo
En los altares, los tres retablos barrocos, el mayor y los laterales, con toda su imaginería
Capillas del costado izquierdo, según entramos
Oratorios de Fé. Creer o descreer, en todo, en nada o en parte
Cristo yacente del siglo XVII , taller castellano de los discípulos o seguidores de la saga de Gregorio Fernández, gran tallista escultor de aquellos tiempos en los que, como parte de la Contrarreforma, la veneración por los iconos religiosos alcanzaba magnitudes de gran realismo en el arte
Es ahora un momento clave, nos acercamos a la capilla de la familia de los Corro, con su vistoso arco angrelado, esto es, arco con ondulaciones que al unirse forman picos. Maravilla del buen hacer de aquellos sufridos maestros tallistas y canteros
Tanto la capilla como el altar lateral lucen espléndidos retablos barrocos
Esta es la capilla que ya veíamos desde el exterior y de la que ya hablábamos al tratar del viejo Hospital de la Misericordia, construidos ambos por la voluntad testamentaria del inquisidor Antonio del Corro en 1533, natural de esta villa y quien había obtenido el alto nombramiento de canónigo de Sevilla en 1531, desde donde postuló este testamento, si bien esta capilla podría haberse hecho, o iniciado al menos, tiempo atrás, pues se descubre en ella la fecha del año 1521, coincidente con diversas reformas en esta iglesia. Ahí está el sarcófago de genovés mármol del inquisidor, a la deerecha de la foto y al pie del altar
A pesar de su aparentemente temible oficio como inquisidor, Antonio del Corro, nacido en San Vicente de la Barquera en 1472, vivió por motivos de sus cargos en diferentes países de Europa a lo largo de su vida, tales como Francia, Países Bajos o Inglaterra, lo que de dio un talante local, preocupado por las cosas de su tierra, pero a la vez unirversal, tolerante y abierto. Incluso uno pariente cercano, llamado como él, fue un significativo predicador protestante, Antonio del Corro, muerto en exilio londinense
Esta capilla, panteón familiar, muestra el sepulcro con Antonio del Corro con su figura esculpida con un detalle y vivacidad que nos dejarán asombrados, leyendo con suma atención pero a la vez con actitud totalmente desenfadada, uno de sus libros. Pocas veces puede reflejarse la actitud ante la vida de una persona única y singular, humanista, documentada, erudita y a la par mundana, siempre por supuesto, dentro de los avatares políticos, sociales y religiosos de su época
Ahí está su sarcófago, escudos, blasones y leyendas. Antonio del Corro, el hombre y su tiempo. Esta obra, hecha en 1564, viene siendo considerada una de las mejores de la escultura renacentista en España. Su autor es el escultor castellano afincado en Sevilla Juan Bautista Vázquez El Viejo, discípulo de Pedro Berruguete, según proyecto de Hernán Ruiz El Joven, que ya había realizado una maqueta de barro para ello y por la que ganó 250 ducados
Si Antonio del Corro no se olvidaba de sus convecinos difícilmente podría hacerlo de sus padres, si bien hay una diferencia, su sepulcro es plenamente renacentista, mientras el de sus progenitores sigue los modelos del arte y el ideal gótico, totalmente aún medieval, el guerrero y su esposa yacentes, sito a su izquierda
Se trata de Juan González del Corro y María González Herrera y tiene todos los visos de ser una obra anterior, tal y como Antonio del Corro declaraba en su testamento, por lo que ello tal vez implicaría que esta capilla en su conjunto fuese una ampliación o mejora de algo ya existente
Transición del arte y de la historia, de las actitudes del ser humano ante la vida, la muerte y la eternidad, hechas en piedra, crisoles de toda una época, o varias...
Verdaderas cámaras del tiempo, que nos transmiten el saber y el conocimiento
Hornacinas de la capilla
Y una vez más, la impresionante influencia del gótico, más o menos evolucionado, que en sus nervaduras y bóvedas traspasa acontecimientos históricos, siempre omnipresente
Ahora vamos a los retablos barrocos
Retablo lateral izquierdo
San Roque lo preside
Texto explicativo de estas advocaciones
Y ahora vamos al Retablo Mayor, el central, el del Altar Mayor
En este retablo mayor barroco trabajó cinco años, entre 1675 y 1680, Pedro de la Puente Tolnado. Entre toda su magnífica tallística admiramos la excelente talla de la Virgen de los Ángeles, patrona del lugar
Se atribuyen a su talla las influencias del gran escultor Gil de Siloé
Y ahora, a la derecha, otro retablo lateral. Las tres naves y sus capillas dan lugar a estos sublimes oratorios
Este texto nos explica el porqué de las capillas adyacentes: la constante presencia de la muerte y la creencia absoluta en una vida posterior favorecieron el aporte de recursos para todo tipo de obras pías, incluyendo esta iglesia parroquial. Aparte de los tributos periódicos de lo más de la población las familias más influeyentes garantizaban su posición con generosas sumas, consiguiendo las más poderosas a cambio, ser enterradas en el sacrosanto interior del templo, y esta es la razón de las cinco capillas existentes
Altar mayor y laterales
Excelsos momentos del Arte y de la Historia, también en el Camino
Maravillosa vista desde el altar
Los grandiosos retablos
Volvemos hacia la salida
Otra capilla lateral con admirable retablo
Ventanucas con luz al interior
La Cruz de Piedra
Las tres naves
La luz que entra por la puerta...
Confesionarios...
Pilas, columnas y nervaduras
Regresamos al exterior de la iglesia
A los pies de su generosa altivez sostenida por inmensos contrafuertes
Sonreída por alegres gárgolas
Cerrada por ruda rejería...
De su orgullosa torre y pináculos
Modestos pasos del arruinado hospital y casa rectoral
De vuelta a la calle Alta y centro de formación profesional
De vuelta al Camino
Reculando unos metros sobre nuestros pasos
Para seguir ruta, calle abajo
Y así bajamos por la calle de José María Pereda
Y así vamos calle abajo, por estos populares barrios de vecindad
Donde lo urbano, marinero y rural se dan la mano
Para proseguir
Ahora entre bloques de edificios
Siguiendo las flechas amarillas
Para salir de la civitas
Ahora a la izquierda
Así lo dice la flecha
Y ahora a la derecha
Subiendo a lo alto de la población
Y contemplándola desde esta elevada posición
Volviendo a ver el Castillo del Rey o Castillo de San Vicente
Con su gran torre del homenaje
Y la Torre del Reloj a su izquierda
Seguimos esta acera
Islote de Peñamenor a la izquierda
Caminos del mar y de la tierra...
Aquí, nos desviamos, a la derecha, en Las Calzadas, donde enlazaríamos con el camino que sube directamente desde el Puente de la Maza, sin visitar la población
Nunca nos lo perdonaríamos de no haberlo hecho
Tanto ahora siguiendo el Camino Norte de Santiago como el Camino Lebaniego nos dirigimos a La Acebosa, de regreso a las verdes campiñas cántabras de las Asturias de Santillana
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