Colegiata de Santa Juliana. Santillana del Mar |
Allí mismo frente a la colegiata y mirando hacia la plaza tenemos la Casa de los Abades, construida acabando el siglo XVII y que fue residencia de los abades de La Colegiata, como su nombre indica, pasando luego a propiedad de Don Pedro A. Barreda Bracho. Se la conoce también como Casa de la Archiduquesa pues fue residencia de la Archiduquesa de Austria y Borbón, exiliada tras la caida del imperio austro-húngaro. Actualmente es sede del Museo del Barquillero
Los escudos son eso sí más modernos, obra de Jesús Otero
Ostentan los blasones de las estirpes más importantes del lugar
Cruzamos la plaza, empedrada, al otro lado, justo enfrente.
Ahí está el Museo de Jesús Otero, dedicado a la obra y figura de este gran artista
Entrando al Museo y Fundación Jesús Otero, fundada en 1993 en lo que fueron las antiguas caballerizas de los abades gracias a la voluntad del artista de ofrecer su obra a Santillana del Mar. Es de propìedad municipal y está regido por un patronato.
En el exterior hay expuesta alguna de sus obras...
Ante La Colegiata de Santillana
Jesús Otero nació en Santillana 1908 y falleció en esta misma villa en 1994, un año después de donar su obra. El escultor, tras una azarosa vida, fue nombrado Hijo Predilecto de Cantabria en 1988
Tanto en el Catastro de Ensenada como en el Diccionario de Madoz y otros documentos se nos informa de las rentas, posesiones, inventarios y estado del hospital y sus administradores. Estaba al este del pueblo, según nos dicen Ana Rubio Celemín y Jesús Ruiz Cobo en el libro Los antiguos hospitales de Cantabria, y funcionó como asilo hasta los años 50 del siglo XX, regentado por Quica, la última hospitalera, con zona para hombres y zona para mujeres. El hospital fue demolido a finales de dicha década para hacer escuelas
Plano de Santillana del Mar
Volvamos a salir a la Plaza del Abad Navarro y tomamos la Calle del Río, también llamada Carrera y Cantón.
Allí mismo a la izquierda están la Casa de los Cossío y, pegada a ella la de los Quevedo, que en realidad componen una sola vivienda de entre los siglos XVII y XVIII, época en la que se construyeron muchas viviendas, residencias y palacios en Santillana
Justo enfrente tenemos el lavadero y abrevadero, construidos en el siglo XVI durante la expansión urbana de la población fuera de su centro neurálgico enfrente de La Colegiata, dependiente ya entonces de la diócesis de Burgos
Constituyó un importante punto de encuentro y reunión vecinal cuando antaño no se disponía de agua corriente en las casas y había que hacer aquí la colada, venir a por agua y dar de beber al ganado
En torno a ella hay soberbias casas de balcones y galerías. El descubrimiento de la cercana Cueva de Altamira en 1879 y, pese a las lamentables dudas que surgieron al princpio por su autenticidad, supuso un acicate social que favoreció las inquietudes culturales. Esto y su consolidación como villa del nuevo y pujante turismo, hicieron mucho por la restauración de su patrimonio, señorial y popular ya desde 1927, cuando comenzaron estas obras, a instancias del Conde de Güell
Abren sus puertas numerosas tiendas de recuerdos y productos típicos, bares, cafés y artesanos
Atrás vamos dejando La Colegiata, la Casa de los Cossío y Quevedo y el lavadero-abrevadero
Y avanzamos calle arriba
A mano izquierda tenemos un edificio porticado de notable interés. Se trata de la Casa de los Villa o de los Hombrones, excelente muestra de la arquitectura señorial urbana del siglo XVII, tal vez sobre un edificio anterior, del XV
Se llama de los Hombrones a consecuencia de los dos grandes y bigotudos guerreros que flanquean su enorme y espectacularmente tallado escudo, en el que se lee la leyenda: "Un buen morir es onra de la vida"
Pasamos bajo tan monumental escudo...
Más comercios y hostelería
Hileras de soportales...
A la otra mano, una sidrería, cultura sidrera muy presente en la vecina Asturias y que Cantabria está recuperando
Ambiente en las calles
Se acaban los soportales y hallamos, también a la izquierda, otro palacio
Arriba, entre las adinteladas ventanas, vemos escudos góticos de la familia
El conjunto es actualmente hotel. Abundan en Santillana del Mar los alojamientos
Y seguimos calle arriba
De vez en cuando hacemos un algo y volvemos la vista atrás
Siempre habrá algún lugar para tomarse un reconfortante cocido montañés u otras excelencias culinarias cántabras
Pese a dejar de ser territorio realengo, dependiente directamente de la corona y por ella aforado al crearse el título de Marqués de Santillana, perdiendo su condición de capitalidad, la villa, hidalga, tendría un importante crecimiento urbanístico gracias a la participación de no pocos de sus hijos y estirpes en las campañas españolas en Europa y América, construyéndose entre los siglos XVII y XVIII la mayor parte de las viviendas que vemos hoy en día
Situada en un estratégico enclave caminero, hubo en Santillana varios hospitales o alberguerías de peregrinos y transeúntes. Así, entre los peregrinos conocidos destaca el paso por esta villa del obispo armenio Martiros de Arzendjan en el siglo XV
Calle del Río o del Cantón o de Carrera
Seguimos calle adelante. Todo es una gran arteria comercial
Comercios y excelente arquitectura urbana de época
Santillana y el Camino...
La calle sigue empedrada
Un lugar inolvidable
Bullicio en la rúa
Atrás, La Colegiata con su cimborrio románico, la gran torre cuadrada que mira a la población y, a du derecha, al palacio renacentista de los Velarde, entrada desde del Camino a Santillana
Casa floridas y hermosas...
El color de flores y plantas es el contrapunto ideal a la omnipresente piedra arenisca
Nos acercamos al final de la cuesta. Al fondo del todo está la gótica Torre de los Velarde, mandada construir a mediados del siglo XV por Diego de Velarde y reformada totalmente en el siglo XVII
Antes de llegar a ella en muchas de estas construcciones predominan las trazas góticas de los arcos apuntados...
Y también las picudas ventanas
Sigue la calle...
Así pasamos ante el Palacio de Valdivieso, conocido de esta manera en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1753 y actual Hotel Altamira
Se construyó en la primera mitad del siglo XVIII
Arrriba en la esquina está el blasón del linaje. Atención a esta calle, la calle de Las Lindas. Aquí nos desviamos a la derecha para ir a la Plaza Mayor, alguno de cuyos edificios ya vemos al fondo
Calle de las Lindas
Este desvío está justo después del Palacio de Valdivieso y justo antes de la Torre de Velarde
Allí vemos los primeros edificios de la Plaza Mayor, en concreto la Torre de Don Borja
Saliendo a la plaza, parcialmente porticada en estas construcciones
La Torre de Don Borja es una construcción gótica de los siglos XIV y XV, torre de traza defensiva con escudos de armas. El nombre de Don Borja que ha llegado a nuestros días obedece a Don Borja Barreda, titular del mayorazgo en 1844
Escudos de Armas
La Torre de Don Borja fue restaurada en 1981 para ser sede de la Fundación Santillana, siendo este trabajo premiado por la entidad Europa Nostra
Justo enfrente está la Torre del Merino o La Torrona, otra torre defensiva gótica del siglo XIV y sede del merino o representante del rey en la capital de la merindad o territorio administrativo de aquel entonces del que Santillana era capital, las Asturias de Santillana, la jurisdicción más grande de Cantabria en la época. La distinción entre Asturias de Oviedo, Asturias de Tineo (actual Asturias) y Asturias de Santillana (en Castilla y ahora en Cantabria) ha querido verse propio del ámbito medieval pero su razón primigenia quiere buscarse en las antiguas gentilidades prerromanas y romanizadas luego de los ástures pésicos al occidente (Asturias de Tineo), ástures luggoni en el centro (Asturias de Oviedo) y en el oriente los cántabros vadinienses y orgenomescos que conjuntamente plantaron cara a las legiones de Augusto durante diez años (29-19 a.C.) en las guerras asturcántabras contra Roma
Santillana fue capital desde el año 1209 por fuero del rey Alfonso III hasta 1445, cuantro otro monarca, Juan II, crea el Marquesado de Santillana Iñigo López de Mendoza en 1445, pasando la villa de ser de realengo u obediencia directa a la corona, a ser territorio señoral y perdiendo su capitalidad.
Esta capitalidad otrogada en el año 1209 dio con sus fueros el derecho a celebrar mercados, para lo cual se habilitó este espacio que fue por lo tanto llamada Plaza del Mercado en un principio, construyéndose estos edificios administrativos y de dominio y defensa de villa y fuero, torres-casona de los linajes gobernantes y otras viviendas, naciendo un nuevo núcleo de poblamiento aparte del situado ante La Colegiata, alrededor de la actual Plaza del Abad Navarro, desde donde vinomos hasta aquí
Y por supuesto, ante la plaza, también llamada Plaza de Ramón y Pelayo, está asimismo el Ayuntamiento de Santillana del Mar
Es un palacio barroco dieciochesco que fue habilitado en 1833 para ser la casa consistorial. El Camino señalizado se dirige de aquí a la derecha
El Ayuntamiento es porticado, con soportales
Arriba vemos el escudo de leones y sirenas con el blasón del municipio, con la corona del marquesado
Es fruto de las obras de reforma del antiguo palacio para ser el nuevo ayuntamiento
Al fondo a la izquierda del consistorio están las casas de La Parra y del Águila. La primera es del siglo XVI y de estilo gótico, así conocida por la antigua parra que cubría su fachada y que desapareció al cubrise con la actual estructura de ladrillo y madera. A su costado izquierdo se edificó en el siglo XVII la Casa del Águila, llamada de esta manera por el esscudo que muestra a la plaza, con el águila como blasón de los Estrada o Tagle. Ahora ambas son centro cultural y de esposiciones
La Casa del Águila está porticada
Enfrente un bistonte rememora los pintados en la Cueva de Altamira
Enfrrente está la Casa o Palacio de los Barreda Bracho, en concreto edificado por un miembro de la familia Bracho que emparentaría con los Barreda. En 1944 pasó a la red de paradonres nacionales de turismo y a ser denominado Parador Gil de Blas, dedicado a un personaje de novela picaresca francesa cuyo autor Alain-René Desague hace oriundo de Santillana. Por aquí llega a la Plaza Mayor la calle de Juan Infante.
Para seguir el Camino tomaríamos desde el Ayuntamiento la calle de los Hornos, aquella que sube entre las casas situadas a su derecha
Calle de los Hornos, bajo floridos corredores que miran a la Plaza Mayor
Aquí están las señales que nos indican la ruta a seguir. En la pared...
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