Castro-Urdiales, su puerto y casco antiguo. iglesia, castillo-faro y capilla |
Pérgola de la Playa de Brazomar |
Los peregrinos que realizan el Camino Norte en tierras de Cantabria llegan a la primer villa cántabra capital de municipio que se encuentran viniendo del País Vasco: Castro-Urdiales, a donde se puede llegar desde diversos itinerarios. Si de Ontón, nada más llegar de Euskadi, seguimos el camino alternativo al oficial por la N-634 hacia Saltacaballos y Mioño podemos hacer varias opciones. Una es desde antes del centro de Mioño bajar a la Playa de Dícido y luego de allí subir a La Cruz y proseguir por la Punta de Cotolino y cruzar el río Sámano, llegando aquí, a la pérgola de la Playa de Brazomar, ya en pleno casco urbano de Castro-Urdiales. Asimismo, quienes realizan el itinerario histórico por Baltezana bajando luego a Otañes, Santullán y Sámano, llegan a Castro-Urdiales por el sureste, pudiendo acercarse también hasta aquí o realizar el recorrido antiguo, si bien discurre por el Paseo de Menéndez Pelayo entre edificios de pisos, por lo que suele ser más apetecible venir a este paseo de la playa
Plaza de Brazomar. Los caminos coinciden en Castro-Urdiales |
Allí al fondo la iglesia gótica de Santa María junto castillo medieval transformado en faro guardan el testimonio del esplendor del lugar desde tiempos remotos.
De todas formas el origen de Castro-Urdiales es mucho más antiguo. Plinio El Viejo nos informa en su oibra Historia Natural que aquí estuvo el Portus Amanum, el puerto de los ámanos o sámanos, pertenecientes a los autrigones, que luego sería el Castrum Vardulies o castro de los várdulos. Este y otros castros o recintos fortificados cercanos que dieron nombre a Castro-Urdiales son el antecedente de la actual población, si bien los asentamientos humanos son aún muchísimo más antiguos, y así se han localizado cavernas prehistóricas con pinturas ruprestres y monumentos megalíticos en los montes de las inmediaciones.
Aquí, a la derecha de la playa, la desembocadura del río Sámano porta en su topónimo la memoria de aquellos antiguos pobladores, relacionados con autrigones y várdulos. Más allá, el castro de Cotolino y el de Monte Cueto son la pervivencia física de los restos de aquellos asentamientos, donde se han localizado hallazgos tan significativos como la estatuilla del llamado Neptuno Cántabro, divinidad marina de aquellas antiguas comunidades
En aquellos siglos oscuros altomedievales se revela que fue repoblada dentro de las iniciativas del rey Alfonso I en el año 738 y que debió ser atacada por los vikingos hacia el año 856 pero las noticias fiables vuelven a aparecer cuando se cita como parte del reino de Pamplona o Navarra en el año 1037. Fue en ese contexto parte de los territorios cedidos por García IV de Nájera a su esposa en el año 1040, siendo mencionada ya como Castrum Ordiales en la documentación del año 1102 (visita del obispo de Burgos). En el año 1050 se reincorpora a Castilla reinando Fernando I
Dentro de la política repobladora de los reyes castellanos que, afianzando su dominio contra los señoríos locales, buscaban nuevos aliados para la corona, Alfonso VIII le otorgó fueros y villazgo con importantísimos derechos para sus habitantes en aquella época, librándolos de otras fidelidades a no ser la del propio rey, siendo así la primera villa marinera de la antigua Castilla, fundamental para sus comunicaciones por mar. Su fuero, inspirado en el de Logroño, sería a su vez modelo para Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera. Su ámbito de influencia abarcaba desde El Haya en Ontón hasta Oriñón, incluyendo Sámano y el valle de Guriezo
Aquí en Brazomar y desembocadura del Sámano hubo astilleros para la armada castellana, así como de buques comerciales y naves pesqueras, incluyendo las de la caza de la ballena. No en vano su puerto forma parte de las rutas marítimas europeas y sus pescadores y marinos se aventuran en el Atántico. Asimismo la marinería participa con la armada castellana en diversos episodios de la Reconquista y en 1296 se integra con otras villas del oriente cantábrico en la Hermandad de las Marismas para defender sus intereses comerciales y políticos, tanto frente a los señores locales como ante competidores externos como los ingleses, fomentando el comercio naval europeo. Castro-Urdiales fue parte del Señorío de Vizcaya entre los años 1394 y 1471, solicitando previamente en el primer caso su unión y en el segundo la separación. Es en esa época (1395) cuando se funda, por privilegio de Enrique III, la cofradía de navegantes, o más exactamente el Noble Cabildo de Navegantes y Mareantes del Señor Santo Andrés que Felipe II confirmaría en 1548
En 1494 entraría en el Corregimiento de las Cuatro Villas, sucesora de la Hermandad de las Marismas que se había extinguido cuatro años atrás. Formaban parte del Corregimiento Castro-Urdiales, Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera. Castro-Urdiales se especializaría en el comercio con América tras su descubrimiento, desdejando el europeo, pero la decadencia no tardaría en llegar como consecuencia de pestes y galernas. Participaría con naves y soldados en la empresa de la Armada Invencible contra Inglaterra e intentó infructuosamente, por el temor de Bilbao a su competencia, salir de la Hermandad de las Cuatro Villas pera reintegrarse en el Señorío de Vizcaya en 1676, cosa que no consiguió hasta 1738 previo pago de 140.000 escudos aunque tres años después regresaba al Corregimiento de las Cuatro Villas. Aún en 1776 se planteó institucionalmente el paso a
Vizcaya y en 1778 las villas del corregimiento formaron con otros territorios la naciente Provincia de Cantabria y entre 1799 y 1801 sería uno de los distritos de la Provincia Marítima de Santander
La ciudad quedaría destruida por las tropas napoleónicas del general Foix en 1813 pero recuperaría su perdido esplendor comercial con el auge de la minería del hierro a mediados del siglo XIX, así como la recuperación de la pesca con la actividad de la pujante industria conservera. Los ferrocarriles y las obras en el puerto serán sustanciales mejoras. En 1833 es parte de la Provincia de Santander que en 1982 pasaría a llamarse Cantabria
En 1909, el Rey Alfonso XIII, visitante asiduo de Santander y otras villas cantábricas, concede a de Castro Urdiales el título de ciudad. Con el veraneo de las clases pudientes nace una nueva y potente industria a medida que los estamentos más populares también acceden a él, el turismo, siendo una verdadera villa-balneario para la burguesía vasca. Aún en 1924 y tras un agravio de la población desabastecida de medicamentos contra la gripe española de 1918, el consistorio solicitó integrarse en Vizcaya, solicitud que fue desestimada. Independientemente de todo ello la relación con Vizcaya y en concreto con el Gran Bilbao sigue siendo intensa en nuestros días, pues buena parte de la población actual procede de allí. Hay algo más de 30.000 habitantes censados pero en la práctica se dice que sin censar son unos 56.000 y en verano, con los turistas, se pasa de los 200.000 residentes
Admiramos Castro-Urdiales desde La Pérgola, estupendo mirador de la Playa de Brazomar, con el puerto y el centro histórico al fondo al oeste
Y a nuestra derecha la desembocadura del río Sámano, a la que ya nos hemos referido varias veces. Al otro lado está el Parque Cotolino, al lado del antiguo castro del mismo nombre, que nos ofrece unas excelentes vistas de la bahía...
La Pérgola y su entorno...
La Pérgola, el Paseo de Lolín y Cotolino, por donde viene el camino de Ontón y Saltacaballos por la Playa de Dícido, al norte de Mioño
Siguiendo el paseo está la Casa de la Naturaleza, se trata de un edificio en estilo Moderno para Eduardo Sanz construido por los arquitectos Jacobo y Lorenzo Romero en esta zona a mediados del siglo XX, cuando la expansión urbanística de los edificios aún no había llegado hasta aquí.
Junto con este ambos arquitectos construyeron otros cuatro chalets unifamiliares en la zona.
Actualmente muestra exposiciones permanentes dedicadas a la naturaleza y a la historia de Castro-Urdiales
El muro de contención fue construido por los presos de la guerra civil, así como el balneario aquí antes existente
Ahí está en primera línea de playa, literalmente sobre el arenal, el Hotel Miramar, antiguo balneario, muy transformado dado lo expuesto de su situación a los temporales marinos. Arriba son los montes del Alto del Pozo
Pasamos bajo el tramo porticado del hotel sobre la acera
Todo este tiempo vemos dos elementos notables que destacan en el paisaje a lo lejos
Se trata en primer lugar y a la izquierda de la iglesia de Santa María, construida en los tiempos de esplendor de la villa aforada (siglos XIII al XV) y a donde acudían los fieles a venerar las reliquias de los Santos Inocentes
A su derecha está El Castillo de Santa Ana, erigido en el siglo XII también en los buenos momentos de los fueros de la villa comercial, pesqura y marinera. El baluarte, junto con las antiguas murallas, no solo era un elemento bélico en sí, salvaguardaba la población y sus fueros. es muy posible que hubiese antes una fortaleza anterior. En 1853 fue transformado en faro, encendido por primera vez durante la visita de Isabel II. Un tejado rojo a sus pies es la ermita de Santa Ana
Según nos acerquemos iremos viendo y comentando más detalles de ambos edificios. Nosotros en este momento caminamos hacia el Muelle de Don Luis
Aquí están otros de los chalets construidos en los años 50 del siglo XX
Todos tienen su pequeña finca o parcela ajardinada...
Detrás de los chalets viene otro de los ramales que podemos seguir desde Mioño: tomar la Vía Verde de Traslaviña y, pasado el túnel de Mioño, desviarnos de ella a la derecha para cruzar el río Sámano un poco más al sur. Ambos caminos se unirán un poco más allá, en este mismo paseo
Desde la playa vemos el Muelle de Don Luis al fondo, que divide la concha en dos partes y es utilizado como solarium
Avanzamos hacia allí
Nos acercamos a otra quinta residencial: Sotileza, obra de Leonardo Rucabado iniciada en 1913 y acabada en 1915
El arquitecto es un de los más destacados dentro del estilo regionalista neomontañés
Muelle de Don Luis y y solarium
La Punta Cotolino: parque y castro...
Arenal y acantilados...
Mirador sobre la playa...
Rocas y arenal...
La Punta de Cotolino es actualmente un hermoso parque marítimo
Otra preciosa pérgola
Ya pasamos junto al edificio Sotileza...
Ha sido dividido en apartamentos pero su aspecto exterior es el mismo. Frente a ella llega el camino procedente de Mioño por la Vía Verde de Traslaviña, por lo que las dos rutas ya son una, rumbo al casco antiguo
Al este vemos El Cueto o Monte Cueto, solar de otro antiguo castro, donde apareció la estatuilla del famoso Neptuno Cántabro...
Hábitats castreños de origen prerromano que fueron los más antiguos antecesores de la actual ciudad
Muy al fondo, pero no demasiado lejos, la costa vizcaína y entrada al Puerto de Bilbao en la Ría del Nervión
Una estatua con su pequeña historia...
Monumento a las pescaderas de Castro-Urdiales, llamado popularmente La Pescadera Manca, pues ha perdido el brazo en el que sujetaba a la cabeza la cesta con los pescados
Y ya estamos en el Muelle de Don Luis...
El solarium del dique...
La villa, una pequeña ciudad en realidad, que ha crecido con el turismo y la proximidad al área urbana del Gran Bilbao, se extiende entre las laderas de la montaña y la orilla del mar. Allí llamarán nuestra atención un edificio muy especial, el Palacete de Ocharan, del año 1901 pero con su castillo-mirador de 1914, edificio hecho por el arquitecto Eladio Laredo para residencia del empresario minero vasco Don Luis de Ocharan, cuya quinta era originariamente llamada Toki Eder (bello lugar en euskera). Luis de Ocharan es el promotor del Muelle de Don Luis, que lleva su nombre. A su derecha y casu tapado por los árboles tenemos el Castillo de Ocharan, dentro de esa inmensa propiedad que es un verdadero parque, dividido por la antigua línea del ferrocarril minero Castro-Traslaviña. Se construyó en 1914 en estilo neogótico
Tiene azulejos vidriados de Daniel Zuloaga, colaborador de Eladio Laredo y tío del pintor Ignacio Zuloaga. Llama la atención la torre-mirador, con columnas, que tenía entonces una gran panorámica de toda la costa de Castro-Urdiales. Todo fue comprado hacia 1975 por el también industrial minero Miguel de la Vía Martínez, fijando aquí su residencia
Y este es el Centro La Residencia, antigua Residencia Pedro Velarde, edificio planteado para ser Asilo de Huérfanos y proyectado por el arquitecto Eladio Ladero en 1899, siendo encargado por Dolores de los Heros. Fue luego casa de indianos, residencia de Educación y Descanso y, rehabilitado en 1997, centro cultural
Los edificios de pisos fueron rodeando estas quintas a lo largo de las últimas décadas, quintas que son el exponente del desarrollo urbano, a partir de finales del siglo XIX, más allá del casco medieval, cuando la burguesía industrial tenía aquí sus mansiones y fincas de recreo, antecesores pudientes de lo que después sería el popular turismo de playa y las nuevas urbanizaciones costeras. Los nuevos avances médicos aconsejaban el mar y los baños de ola para la buena salud, popularizándose las antaño solitarias costas de marinos y pescadores
Así, aquí frente al Muelle de Don Luis es el Chalet San Martín, proyecto del año 1900 de Gregorio de Ibarreche para la viuda de Barona y de la que fueron propietarios los San Martín
Una vez pasado el Muelle de Don Luis tenemos nuevas perspectivas de la ciudad, con su puerto...
Dominado todo ello por la iglesia y el Castillo-Faro
Sobresalen en la iglesia su torre y los formidables contrafuertes góticos, así como diversos elementos añadidos. Abajo están las instalaciones portuarias
Por su parte bajo el Faro-Castillo veremos el puente gótico
Hay multitud de barcas de pesca y de recreo
Un poco más cerca, otra construcción de interés...
El Real Club Náutico de Castro-Urdiales, fundado en 1955
Adelante sigue el paseo...
Atrás ha quedado el Muelle de Don Luis...
Los barcos del Puerto de Bilbao...
Y boca del puerto de Castro-Urdiales, con el Dique de Abrigo al fondo
Nos acercamos al Real Club Náutico...
Y a la iglesia y el castillo
La pasarela que comunica con el club náutico. Obsérvense las iniciales R.C.N.C.U.
Real Club Náutico de Castro-Urdiales...
El centro del casco histórico, al fondo, con el ayuntamiento y su torre almenada y, ante él, varias casas porticadas que albergan en sus soportales varios establecimientos hosteleros
Y ahora, también entre edificios, la Casa General Bazán
Estilo ecléctico, con fachada ornamentada con cerámica
Arriba destaca su crestería de piedra artificial que representa guerreros con yelmo
En la fachada hay ornamentos cerámicos y abajo una galería mira a la playa
Jardines de la casa
Y aquí está el portón de la finca
Goicouria Echea
Más allá está el IES Ataúlfo Argenta, gran músico nacido en Castro Urdiales
En el suelo del paseo la Rosa de los Vientos
Otra fila de chalets de época, de los construidos por aquel entonces frente a la playa
Los bloques de pisos ocupan lo que fueron campos y parcelas
Los vemos desde el paseo
Contemplando su porte y arquitectura
Uno de ellos con una imagen religiosa
El Sagrado Corazón
Otra vista del IES Ataúlfo Argenta, enfrente, Paseo Menéndez Pelayo, pasa el itinerario que sigue el trayecto interior atravesando la villa
Bajo la iglesia la lonja de pescadores
El Castillo de Santa Ana y el puente...
Otro edificio notable, Casa Isidra del Cerro, obra de 1899 estilo ecléctico con influencia modernista,
Carril-bici
Casa Isidra del Cerro
La calle Jardines y la Plaza de la Barrera con el Parque de la Música. Allí estuvo la muralla medieval, desaparecida, con su Puerta de Bilbao, que ahora es el nombre de la calle que divide en dos a esta plaza cuyo nombre está vinculado a esa fortificación. El camino, también señalizado, que atraviesa Castro-Urdiales por el interior, pasa por ella
Parque de la Música y pisos
Edificio Bristol y calle Jardines
Barandilla ante el puerto y el antiguo Muelle de Eguilior, nombre de un ministro de la época, nacido en Limpias, población cercana...
A la izquierda el Ayuntamiento de Castro-Urdiales y a la derecha la Casa de los Chelines
Dando vista al edificio Bristol seguimos por la gran explanada del Parque Amestoy, cuyas obras comenzaron en 1929 según proyecto de Manuel Urquijo. Fue reformado varias veces
Aquí era el Muelle de Eguilior, llamado de esta manera en reconocimiento a un ministro de la época, natural del cercano municipio de Limpias
Las obras de relleno, ganando al mar este sector, comenzaron hacia 1885
Luego de la explanada del nuevo muelle se haría este parque llamado Parque de Amesto en honor a Antonio Amestoy Pico, quien falleció durante las obras, el 6 de junio de 1929...
Aquí estuvo luego el Hotel Universal
Los pescadores extendían sus redes en la antigua explanada
Por aquellas estribaciones se disponía el famoso Cinturón de Hierro de Bilbao, inútil línea defensiva de la guerra civil
El tiovivo en el parque...
Música y color
Edificio Salvarrey
Fue proyectado por Severino Achúcarro, encargando la dirección de sus obras a su discípulo Leonardo Rucabado.
Zona de hostelería y comercio
Seguimos ruta
Jardines y terrazas
En el Muelle de Eguilior aún se conservan los raíles del viejo tren minero que llevaba el mineral de hierro extraído en las minas de las montañas costeras al desaparecido Cargadero de San Guillén (Castro-Alén), sito justo en el mismo puerto, concesión de 1892 al industrial Luis Ocharán e inaugurado en 1895. Destruido en la retirada republicana de 1937 y reconstruido posteriormente con las pertinentes mejoras, estuvo en uso hasta 1960, después de desmantelada la vía por su falta de rentabilidad
Siempre a la vista los grandes elementos del patrimonio de Castro-Urdiales
La iglesia de Santa María...
El Faro-castillo y su puente...
El puerto y las terrazas hosteleras del muelle...
La rampa de las lancha...
Puerto pesquero...
Los edificios que miran al muelle
Las lanchas
La Plazuela, con sus edificios de los siglos XVIII y XIX. Aquí hubo antes una rampa para arrastrar las lanchas de los pescadores a la mar. Aquí se une a este el camino interior que atraviesa Castro-Urdiales, viniendo por las calles de Bilbao, Ardigales y Santander hasta este lugar
Flechas en el puerto pesquero
Animación en las terrazas de La Plazuela
A nuestra izquierda una de las fachadas del Ayuntamiento de Castro Urdiales
Con soportales, gran balcón y arriba monumental escudo
En lo alto de la fachada
Mirando al mar
Escudo de Castro-Urdiales
Placa con su historia
Vemos ahora su fachada principal, con su característica torre almenada
Y más soportales en la Plaza del Ayuntamiento, llamada La Correría
Edificios de la plaza
A veces tranquila y solitaria y a veces centro de gran animación, con numerosos bares y casas de comidas en sus soportales
Esta Plaza del Ayuntamiento nace en el siglo XVI junto con diversas obras nacidas al amparo de la prosperidad de aquel tiempo. Se proyecta entonces una Casa Consistorial que ponga fin a las disputas locales entre la vecindad de la llamada Media Villa de Arriba y la Media Villa de Abajo y una plaza como gran espacio de socialización, pese a que las antiguas casas habían desaparecido en el ioncendio de 1561.
Se trata de un edificio del siglo XVI varias veces reformado.
En 1654 el ayuntamiento refleja el modelo de las consistoriales españolas con soportales, en los que hubo carnicería y caballerizas
Acabando el siglo XIX el arquitecto municipal Eladio Laredo realiza importantes cambios, como la torre almenada
También en la fachada del reloj el escudo de Castro-Urdiales
Imagen mariana...
En el casco antiguo, a dos metros de profundidad, se han encontrado los restos de la romana Flaviobriga y de un asentamiento medieval
Escudo en la fachada de una de las casas
Plaza porticada, de traza irregular y abierta al puerto
Recorremos las calles porticadas...
Fachada marítima
Soportales y bares
El edificio más alto es la Casa de los Chelines, proyectada en 1902 por Severino Achúcarro, quien puso al frente de la dirección de las obras a su discípulo Leonardo Rucabado. Es edificio de viviendas con planta baja destinada a restaurante marinero. Hecho en estilo ecléctico inspirado en el neogótico
Fue proyectada en 1902. Eclecticismo (Neogótico), con lagunas influencias decorativas modernistas, especialmente en el interior.
Pórtico de la Casa de los Chelines...
Bajos de la casa...
Fachada marítima
Toldos y terrazas
Admiramos la población
Ante el puerto
Muy a lo lejos, la Peña de Sámano, solar castreño
Grúas de carga y montañas de El Cueto hacia Mioño
Cofradía de Pescadores San Pedro, del año 1924
Aquí encontramos el monumento al Remero
Es obra de Carlos Goitia hecha en Fundiciones Rey e inaugurada en el año 2004
Es un deporte de gran raigambre castreña que nació del duro oficio del mar...
Y el monumento a las Mujeres del Mar, de Salvador G. Ceballos, inaugurado en el año 2005
Justo en el lugar donde las mujeres de los pescadores tejían y reparaban las redes
El puerto...
Y el Canto de Santa Ana, con la capilla
La visitaremos, así como recorreremos el Dique de Abrigo
Por el puente iremos subiendo luego al Castillo de Santa Ana y a la Iglesia de Santa María...
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