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viernes, 16 de diciembre de 2016

POR VALVERDE Y LA TAHONA A LA PUEBLA VIEJA DE LAREDO: LA IGLESIA DE SAN MARTÍN Y LA PUERTA DE LA VIRGEN BLANCA (CANTABRIA)

Laredo desde el camino a Valverde
Llegando a Las Cárcobas por la Sierra de La Vida
Uno de los dos caminos que desde el Valle de Liendo llega a Laredo es el que sale desde la iglesia en el barrio de Hazas, la capital municipal, continuando por Iseca Vieja, Isequilla y pasa junto a la la ermita de San Julián sobre la cercana playa de este nombre, entrando en términos municipales laredanos por la Sierra de la Vida y bajando al barrio de Las Cárcobas, con espectaculares vistas de Laredo, con la playa de La Salvé formando una bellísima concha en la que desemboca el río Asón por la Ría de Treto, viendo al fondo Santoña y Argoños. Cerca de Las Cárcobas se sabe hubo una malatería o leprosería bajo la advocación de San Lázaro, con su capilla


En Las Cárcobas hay un cruce de caminos en el que este nos dos opciones: una bajar directamente a Laredo por La Arenosa, uniéndose allí con la ruta que viene de Liendo por Tarrueza para entrar en el centro histórico por la Puerta de Bilbao, con un total de unos dos kilómetros de recorrido, y la otra consiste en ir hacia la derecha y disfrutar de las excelentes vistas de las laderas dela Sierra de la vida de todo el paisaje marítimo que aquí se nos ofrece. Es sensiblemente más larga, tres kilómetros y medio, si bien nos lleva a entrar en Laredo por las inmediaciones de dos elementos muy importantes de su patrimonio, la iglesia de Santa Catalina y la de Santa María de la Asunción. En este caso es del que nos vamos a ocupar ahora


Esta alternativa es la que ha sido además marcada con la señalización oficial, además de con las flechas amarillas


Dejando pues Las Cárcobas atrás nos dirigimos pues del cruce a la derecha, subiendo un poco


Junto a esta nave hay un cruce, seguimos de frente, culminando esta pequeña cuesta


Desde aquí contemplamos este maravilloso espectáculo visual: a la izquierda la extensa Playa de La Salvé, la playa más larga de Cantabria, con unos 4.250 kilómetros de extensión pero a la que habríamos de unir, al otro lado, la Playa de Regatón o El Sablón, con 3.900 metros más, formando las dos una larga cuña, brazo de arena, que guarda la Ría de Treto, donde desemboca el Río Asón. En la Ría de Treto confluyen en realidad varias rías, primero la Ría de Limpias y la Ría de Angustina que, a partir del Puente de Treto, paso de Colindres a Bárcena de Cicero, empieza a ser llamada de Treto. Luego está la Ría de Escalante en las marismas de Santoña, reserva natural. Aunque suelen ser llamadas mayoritaramiente Ría de Treto y Bahía de Santoña a veces se denominan de Laredo


El Puntal es el extremo de La Salvé, frente a Santoña (a la derecha de la foto). Antaño muchos peregrinos y viajeros en general cruzaban en lanchas y el servicio de barquería sigue existiendo, mientras otros realizaban el rodeo completo al estuario para ir a Noja por Argoños, a la izquierda de Noja y más allá de las marismas, espacio natural protegido. Arriba es el Cueto Cabrero (205 m.), en la Sierra de Mijedo o El Brusco. Desde Santoña se puede ir a Argoños o, desde la Playa de Berria, subr el extremo litoral de esta sierra para llegar a Noja por la Playa de Trengandín: toda una red de rutas


Destaca sobre concha y estuario, al lado de la vecina Santoña, el formidable peñón del Monte Buciero que, en su cota más alta, Peña Ganzo, alcanza los 378 metros de altura. Es lugar de antiguas defensas, faros y emplazamientos costeros que incluyen fuertes napoleónicos y hallazgos prehistóricos. Y aquí abajo, La Atalaya, monte sobre Laredo, es realmente un volcán apagado sobre el que se construyó en el siglo XVI el Fuerte del Rastrillar, emplazamiento defensivo artillero que protegía bahía y ría de los ataques enemigos con el de San Carlos en Santoña. Estuvo en servicio hasta primeros del siglo XX y entre sus víctimas está la de un buque holandés de cuarente cañones hundido en la Guerra de Sucesión Española, cuyo pecio permanece en el fondo del mar, zona llamada Bajo El Doncel


Y por supuesto, aquí abajo, el Puerto de Laredo, ante El Canto, zona de la primera expansión urbanística propiamente dicha a partir de la vieja puebla medieval, a finales del siglo XIX, cuando aún el boom del turismo no era más que un capricho de algunas familias de las clases más pudientes.


El puerto por su parte fue el por fin exitoso resultado, después de varios proyectos infrucutosos, de dotar a Laredo con un nuevo y competitivo puerto pesquero que sustituyese al anquilosado muelle medieval que tanta prosperidad pesquera y comercial había dado antaño a la población. El puerto por su parte fue el por fin exitoso resultado, después de varios proyectos infrucutosos, de dotar a Laredo con un nuevo y competitivo puerto pesquero que sustituyese al anquilosado muelle medieval que tanta prosperidad pesquera y comercial había dado antaño a la población.


Tras la posguerra y con la expansión turística todo ese arenal fue intensamente edificado y urbanizado hasta nuestros días. Por allí, por el Paseo Marítimo frente a la playa y sus dunas, proseguirá el Camino si vamos a pasar la Ría de Treto en lancha hacia Santoña. En la lejanía se ven las marismas del estuario, parque natural de gran valor ecológico. Destaca a la vista al fondo la cantera de Montehano o Montejanu, cónica montaña sobre la ría en cuya cima hay vestigios de un castillo medieval, construido en el siglo XIII para proteger las tierras de los señores de Haro y Vizcaya. Abandonado en el siglo XVI fue reutilizado en la Guerra de los Treinta Años, cuando Laredo sufrió varios ataques, La Francesada y  la Guerra Civil Española (se conservan trincheras). A sus pies se construyó el Monasterio de San Sebastián de Hano en algún momento de la Edad Media, si bien el topónimo, con la hache aspirada que sustituye a la f inicial latina, quiere decir en ese idioma pequeño templo (fanum)


La Salvé y sus edificaciones hasta El Puntal


Aquí vemos un poco mejor al fondo el Monasterio de San Sebastián de Montehano/Montejanu, delante de la cantera, al otro lado de las marismas


Un paisaje maravilloso


Este es el camino  que va de Las Cárcobas a Valverde


Campos de Obín, a la izquierda


Bifurcación y de frente a la derecha por el camino principal, aasfaltado


Mojón xacobeo


Un poco de cuesta


Y pasamos junto a esta casa


Admirando la bahía


A lo lejos el monte Erio: por allí viene a enlazar con este camino un atajo procedente de la subida a la Sierra de la Via por la Yesera, señalizado con pequeñas flechas amarillas, del que hemos hablado en la entrada de blog referida al tramo anterior a este por el que vamos, el de la salida de Liendo por la capilla de San Julián


Por allí irá la bajada, en La Tahona, ante los campos costeros de El Aila


Es la zona de El Regatillo, así se llama el camino, que pasa detrás de esa casa


Seguimos ruta hacia Valverde, bajo el Alto de las Cárcobas


Los caballos nos observan


Subimos un poco...


Pasando junto a esta casa


El Camino hace una curva


Y acaba el corto repecho


Admirando siempre al oeste el Monte Buciero


Y al sur un precioso paisaje de Las Cárcobas, por donde acabamos de pasar


Paisajes de Laredo y Santoña. En lugar de asentamientos cántabros pero con presencia humana desde la lejana prehistoria, Laredo empieza a ser mencionado en la historia en algunos documentos altomedievales como puerto de pescadores, pero será a raíz de la concesión de fueros a la población en el año 1200 por parte del rey Alfonso VIII cuando esta incremente notablemente su población y, libre de todo vasallaje feudal y dependiente directamente de la corona, comercia con todo el orbe atlántico llegando a ser el gran puerto de Castilla, participando en todos los episodios históricos del momento, recibiendo y despidiendo reyes y emperadores, participando en singladuras y en las peripecias bélicas de la Armada Castellana


Ya en 1295 forma parte de Hermandad de las Marismas para ejercer un gran dominio naval que hiciese la competencia a la Liga Hanseática Casi 200 años después, en 1490 con las reformas de los Reyes Católicos la de las Marismas desaparece y nace en su cuenta el Corregimiento de las Cuatro Villas junto con Castro-Urdiales, Santander y San Vicente de la Barquera que, junto con otros territorios, conformarán la Provincia de Cantabria de 1778, luego de Santander, antecesora de la actual comunidad autónoma de Cantabria 


En 1529 era el único puerto cantábrico con capacidad para participar en las expediciones a América y en 1629 Laredo será declarada oficialmente capital de aquel Corregimiento de las Cuatro Villas de la  Mar. Será su gran apogeo y máxima extensión territorial, pues el llamado Bastón de Laredo abarcaba prácticamente toda la costa desde Vizcaya hasta Asturias, La Marina. Pero poco a poco el puerto de Santander iría ganando tráficos e importancia, máxime al ser parte del Camino de las Harinas de Castilla, lo que hizo que el progreso económico y las sedes administrativas fuesen pasando allá y se asentase la capital de la citada provincia cántabra de 1778. Laredo remontaría su decadencia comercial con un despunte de la actividad pesquera y luego, máxime, con la industria del turismo


Curva a la derecha


Al fondo Valverde; a la derecha se unen este y el atajo que viene por Erio, bajando luego a la izquierda


Allí están las ruinas de la antaño esplendorosa quinta de  Diego Cacho Sierra, construida en 1731 sobre una antigua fortaleza del siglo XV devastada por un incendio en el XVI


Hacia allí nos dirigimos


Camino de Valverde


Llegando a Valverde


Parece un depósito de agua. A la izquierda los muros de la arruinada quinta


Placa con el nombre del barrio


La bajada se avecina, por los campos de La Tahona y El Secar. Más allá estuvo el Castillo de San Nicolás con su capilla, en el solar donde hubo un convento de monjas hasta finales del siglo XVIII. El castillo fue destruido durante la Francesada. Más allá, hacia La Atalaya, eran Las Viñas, donde se plantaba uva para vino chacolí de elaboración casera


Y allí, Santoña, que también nos aguarda. En algún momento pudo ser cabecera de la costa cántabra pues allí estuvo uno de los puertos, no se sabe cual, citaban los escritos clásicos: Portus Vereasueca, Portus Blendium o Portus Victoriae. En la alta Edad Media un cenobio regulaba comercio y tráficos y fue la cuna del gran navegante y cartógrafo Juan de la Cosa, quien participó en los dos primeros viajes de Colón y en otras expeidiciones a América, siendo autor de un famoso Mapamundi


Los edificios del antiguo palacio


Edificios en ruinas, testimonio del antiguo esplendor de la quinta de recreo de Diego Cacho Sierra quien la hizo edificar, junto con capilla anexa


Allí hay un cruce


Bajamos a la izquierda. A la derecha enlaza con nosotros el atajo que viene de Erio


Aquí empezamos a bajar


Es un fuerte descenso, con el Buciero al frente


A la izquierda los muros de la finca del antiguo palacio


Nos asomamos a ver uno de los portones


Hay un pasillo...


Parecen cuadras o caballerizas


Bajamos un poco más


Vemos otro portón cerrado con reja



Parece fuese la entrada principal


Nos acercamos a él


Esto parece fuese la mansión del palacio, pues ostenta el blasón


Armas de Cacho, Rada, Sierra y Rivas


A la derecha más cuadras


Y seguimos bajando ante el Monte Buciero, grandioso espolón sobre la mar océana


El trayecto a la casa desde Laredo fue mandado acondicionar también por Cacho Sierra...


Este mismo que ahora seguimos nosotros


Al llegar a esta casa iremos a la izquierda


Pues el Camino realiza aquí una gran curva


Y sigue el descenso


Junto a sus muros


Entre el bosquete de arbustos


Y siguiendo junto a los muros de la finca


La bajada se suaviza notablemente


Pero seguimos el descenso


Matorrales y arbustos nos dan sombra


Es un tramo muy pedregoso, sin duda estuvo bien empedrado en su momento


Unas ruinas...


Un somier a mano de portilla


Y más empedrado


Profunda caja caminera


Más empedrado


Volvemos a ver La Atalaya


Y Buciero, a la derecha, cerrando la bahía


Una cabaña


Con una concha en la fachada, señal del paso de peregrinos


El bosacaje da paso a fincas


Es la zona de La Tahona


Muro de piedra casi caído


Tapia de ladrillos de hormigón a la derecha


El Regatillo...


Ahora caminamos entre sendos muros


Cubiertos de vegetación en buena parte


Sigue la bajada


Cabaña a la derecha


El Alia, prados sobre los acantilados


A la izquierda El Canto de Laredo a la derecha Buciero


El Puntal, Santoña y Argoños. Tras Santoña El Brusco. Tras Argoños el Alto del Cincho (214 m.): una camino va de Argoños a Noja y otro directamente a El Castillo Siete Villas: las opciones se multiplican también al otro lado de la bahía


Portón de una finca, de las casas que veíamos antes desde lo alto


Más muros separando el Camino de las fincas


Y alambrada


Nos acercamos a los arrabales de Laredo por estos campos de La Tahona y El Hortesín


La Torre de Laredo en El Pedregal, lugar del barrio de Las Arenosas. Justo a sus pies, por aquellas casas que bajan en ladera, se unen el camino del que nos acabamos de separar en Las Cárcobas con el que viene desde Liendo por Tarrueza y con el que nos uniremos prontamente


En El Pedregal hubo una malatería o leprosería con capilla bajo la advocación de San Lázaro, patrón de los leprosos, quizás se fundase en el siglo XIII y aún existiese en el XVI bajo la advocación de San Lorenzo. Existía verdadero temor al contagio, los médicos eran conminados a avisar a las autoridades cuando apareciese un caso, y los leprosos eran recluidos en el hospital, vendiéndose sus bienes incluso para sufragar su estancia. El tratamiento era muy básico y consistía básicamente en algún cuidado alimentario y en bañarse en agua de manantiales considerados salutíferos. Se sabe de no pocas curaciones en estos hospitales aunque desconocemos si se trataba de verdaderos leprosos o de pobres y mendigos harapientos y de afectados por males de la piel que eran considerados lepra


La Torre de Laredo se construyó, con proyecto del arquitecto Manuel Bringas Camino, en el año 1958 donde había una torre señorial


Era la desaparecida torre del Castillo del Pedregal, nombre de este lugar de Las Arenosas, del año 1656, levantada donde estaba el Molino de Viento, un estratégico enclave que fue donde unos años antes, en 1639, los franceses del Obispo de Burdeos Henri d'Escoubleau de Sourdis, al mando del Arme du Ponant, se habían emplazado disponiendo sus tropas para atacar Laredo durante los episodios de la Guerra de los Treinta Años. Escarmentados por aquella batalla los españoles decidieron luego edificar el desaparecido castillo. Se trata de una torre dodecagonal, de apartamentos, hecha antes que existiesen siquiera planes urbanísticos, cuando Laredo estaba comenzando a experimentar esa expansión constructiva rápida e inusitada con el tremendo despegue turístico de la población


Adelante sigue el descenso, pronunciándose un poco


Atrás quedó la formidable bajada desde Valverde...


La vista de Buciero nos encanta, es uno de los paisajes más inolvidables del Camino Norte en Cantabria


Más cuesta abajo


Vistas de Laredo a la izquierda


El barrio de San Antonio con sus altos edificios, que casi tapan por completo La Puebla Vieja, el centro histórico. Más allá la Playa de Laredo, La Salvé, con su gran línea de edificios


Domina Laredo su iglesia parroquial



Santa María de la Asunción, templo fundado con el nacimiento de la población aforada en la baja Edad Media


Seguimos bajando


El Secar, praderías antes de entrar en el casco urbano


Bajamos hacia la primer casa


El Secar y el Camino a la Puebla Vieja


Por aquí bajamos


Tras esta casa se acaba la bajada


Y caminamos en llano


Nos acercamos al casco urbano


El Hortesín


Prados de siega y pasto


A la derecha El Prau


Cartel de la finca


Seguimos en El Secar


Todo de frente


Entre estos muros. Veamos el mojón xacobeo a la izquierda


Caminando hacia aquella casa


San Antonio y La Torre de Laredo


El Pedregal, por allí baja el otro camino para entrar en La Puebla Vieja por la Puerta de Bilbao


Pasamos la casa


A la izquierda, en el muro, una concha de Santiago


Símbolo del Camino


Subimos ligeramente


Junto a estas casas de El Secar


Establos


Sigue el repecho


Placa del barrio


Coches aparcados al fondo, señal que entramos en la población


Un poco de bajada


La capiña laredana va dando paso al casco urbano. Veamos al fondo aquella gran espadaña


Una espadaña nada menos que con siete huecos de campanas nos llama tremendamente la atención, es la de San Martín de Laredo, cuya historia se sume en la de los mismos orígenes de la localidad


Hacia allí va la calle El Regatillo


Aquí en este cruce la el Camino sigue de frente hacia la Puerta de la Blanca, una de las doce que hubo en la antigua muralla


Pero no sería de recibo continuar sin desviarnos un momento a la iglesia, cuyo ábside vemos a la izquierda, pues su historia lo merece


Nos desviamos pues por la calle de Santa Catalina


Y vemos esta iglesia dedicada a Santa Catalina y a San Martín, tan vinculada a los orígenes de la villa, pues una de las primerísimas veces que se cita a Laredo en un escrito es por razón de un documento que registra cómo unos vecinos del lugar donan unas heredades al lado de esta iglesia de San Martín al monasterio de Santa María del Puerto de Santoña en el año 1068. De la documentación se desprende que fue un primitivo cenobio a cargo de una pequeña comunidad monacal perteneciente a los primeros benedictinos. El viejo templo fue destruido en una incursión de los normandos, reconstruido, y que tuvo muchos dueños. una bella referencia para entrar en el casco histórico de Laredo: la Puebla Vieja 



La iglesia fue  centro de la parroquia más antigua de la villa y en ella se reunía la Cofradía y Cabildo de Mareantes Navegantes e Hijosdalgo de San Martín, la cual existe que sepamos desde el año 1000, es decir, doscientos años antes que el rey Alfonso VIII le concediese los fueros que harían de Laredo el gran puerto del reino, lo que represente además que sea la cofradía más antigua de España, tal y como se dejó ya en documental evidencia en tiempos de Felipe II. El edificio que ha llegado a nuestros días es de estilo románico tardío, en torno al siglo XIII, por lo que sería sucesor de aquel primigenio santuario del que hay noticias desde el siglo XI. Además las reformas realizadas en ella en el siglo XV han dejado también su huella. Pero hoy como hace ya más de un milenio la cofradía se reúne cada 11 de noviembre, festividad del patrón, a toque de campanas. Constructivamente destacan la nave del templo y su ábside semicircular pero con primer tramo recto en el presbiterio. Es de aspecto robusto y más alto que los santuarios románicos populares si bien resuelto con senciellez pues salvo algunas esquinas de sillería todo lo demás es mampostería


La espadaña, ya lo hemos dicho, es sumamente peculiar


El ábside y sus ventanucos


Los canecillos están muy erosidonados por el paso de los siglos


Ventana del muro norte, casi a ras de suelo


Pese a ser la parroquia más antigua de Laredo, cuando la villa fue dotada de murallas tras la concesión de los fueros, esta iglesia quedó extramuros si bien muy cerca de la Puerta de la Blanca, a escasos metros de aquí


El ábside, con su tramo recto y su tramo circular. Los canecillos carecen de decoración


La cubierta de la nave es de madera y teja, pero el ábside y la espadaña es lo que queda realmente de su fábrica original. El templo fue resformado en el siglo XV y en el XVIII fue abandonádose con la decadencia de la cofradía de pescadores. Fue restaurada por Bellas Artes en 1983


Volvemos al Camino


Siguiendo la calle El Regatillo



La calle es estrecha


Por aquí vamos a la Puerta de la Blanca


Sobre Puebla Vieja de Laredo la iglesia de la Asunción


Santa María de la Asunción, que empezó a construirse en el siglo XIII dentro de las nuevas murallas de la aforada villa. El aumento drástico de la población, libre de señoríos y con amparo para mercados y comercio sin rendir cuentas más que a la corona, hacía obligado acometer prontamente nuevas infraestructura, evitando que todo quedase en el papel. Vemos aquí ya algunos detalles netamente góticos, que es el estilo netamente predominante si bien las obras prosiguieron durante los siglos XVI, XVII y XVIII


Hacia allí vamos nosotros


Y ya vamos a lo que sería el Laredo intramuros por la Puerta de Santa María la Blanca, de la Blanca o de la Virgen Blanca, una de las doce que existieron en la antigua muralla, también llamada de San Martín porque a ella se accede a través del camino que viene de la iglesia que acabamos de visitar


 Muy empleada por peregrinos y comerciantes, se trataba de un verdadero puesto de control y aduana. Arriba hay una hornacina que sin duda tendría en sus tiempos una imagen de la Virgen Blanca. A los lados hay dos aspilleras o saeteras que cumplirían una función defensiva, al igual que la almena que antaño tuvo arriba


Y por aquí va la calle de San Martín


Sí veremos, al pasar bajo el arco y mirar hacia arriba, una imagen de la Virgen Blanca en la pared de un corredor sobre puerta y la rúa. Un buena buena bienvenida para ir a la iglesia de Santa María de la Asunción y recorrer las callejuelas, lugares y monumentos notables de la Puebla Vieja de Laredo















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