Laredo desde el camino a Valverde |
Llegando a Las Cárcobas por la Sierra de La Vida |
En Las Cárcobas hay un cruce de caminos en el que este nos dos opciones: una bajar directamente a Laredo por La Arenosa, uniéndose allí con la ruta que viene de Liendo por Tarrueza para entrar en el centro histórico por la Puerta de Bilbao, con un total de unos dos kilómetros de recorrido, y la otra consiste en ir hacia la derecha y disfrutar de las excelentes vistas de las laderas dela Sierra de la vida de todo el paisaje marítimo que aquí se nos ofrece. Es sensiblemente más larga, tres kilómetros y medio, si bien nos lleva a entrar en Laredo por las inmediaciones de dos elementos muy importantes de su patrimonio, la iglesia de Santa Catalina y la de Santa María de la Asunción. En este caso es del que nos vamos a ocupar ahora
Esta alternativa es la que ha sido además marcada con la señalización oficial, además de con las flechas amarillas
Junto a esta nave hay un cruce, seguimos de frente, culminando esta pequeña cuesta
Desde aquí contemplamos este maravilloso espectáculo visual: a la izquierda la extensa Playa de La Salvé, la playa más larga de Cantabria, con unos 4.250 kilómetros de extensión pero a la que habríamos de unir, al otro lado, la Playa de Regatón o El Sablón, con 3.900 metros más, formando las dos una larga cuña, brazo de arena, que guarda la Ría de Treto, donde desemboca el Río Asón. En la Ría de Treto confluyen en realidad varias rías, primero la Ría de Limpias y la Ría de Angustina que, a partir del Puente de Treto, paso de Colindres a Bárcena de Cicero, empieza a ser llamada de Treto. Luego está la Ría de Escalante en las marismas de Santoña, reserva natural. Aunque suelen ser llamadas mayoritaramiente Ría de Treto y Bahía de Santoña a veces se denominan de Laredo
El Puntal es el extremo de La Salvé, frente a Santoña (a la derecha de la foto). Antaño muchos peregrinos y viajeros en general cruzaban en lanchas y el servicio de barquería sigue existiendo, mientras otros realizaban el rodeo completo al estuario para ir a Noja por Argoños, a la izquierda de Noja y más allá de las marismas, espacio natural protegido. Arriba es el Cueto Cabrero (205 m.), en la Sierra de Mijedo o El Brusco. Desde Santoña se puede ir a Argoños o, desde la Playa de Berria, subr el extremo litoral de esta sierra para llegar a Noja por la Playa de Trengandín: toda una red de rutas
Destaca sobre concha y estuario, al lado de la vecina Santoña, el formidable peñón del Monte Buciero que, en su cota más alta, Peña Ganzo, alcanza los 378 metros de altura. Es lugar de antiguas defensas, faros y emplazamientos costeros que incluyen fuertes napoleónicos y hallazgos prehistóricos. Y aquí abajo, La Atalaya, monte sobre Laredo, es realmente un volcán apagado sobre el que se construyó en el siglo XVI el Fuerte del Rastrillar, emplazamiento defensivo artillero que protegía bahía y ría de los ataques enemigos con el de San Carlos en Santoña. Estuvo en servicio hasta primeros del siglo XX y entre sus víctimas está la de un buque holandés de cuarente cañones hundido en la Guerra de Sucesión Española, cuyo pecio permanece en el fondo del mar, zona llamada Bajo El Doncel
Y por supuesto, aquí abajo, el Puerto de Laredo, ante El Canto, zona de la primera expansión urbanística propiamente dicha a partir de la vieja puebla medieval, a finales del siglo XIX, cuando aún el boom del turismo no era más que un capricho de algunas familias de las clases más pudientes.
El puerto por su parte fue el por fin exitoso resultado, después de varios proyectos infrucutosos, de dotar a Laredo con un nuevo y competitivo puerto pesquero que sustituyese al anquilosado muelle medieval que tanta prosperidad pesquera y comercial había dado antaño a la población. El puerto por su parte fue el por fin exitoso resultado, después de varios proyectos infrucutosos, de dotar a Laredo con un nuevo y competitivo puerto pesquero que sustituyese al anquilosado muelle medieval que tanta prosperidad pesquera y comercial había dado antaño a la población.
Tras la posguerra y con la expansión turística todo ese arenal fue intensamente edificado y urbanizado hasta nuestros días. Por allí, por el Paseo Marítimo frente a la playa y sus dunas, proseguirá el Camino si vamos a pasar la Ría de Treto en lancha hacia Santoña. En la lejanía se ven las marismas del estuario, parque natural de gran valor ecológico. Destaca a la vista al fondo la cantera de Montehano o Montejanu, cónica montaña sobre la ría en cuya cima hay vestigios de un castillo medieval, construido en el siglo XIII para proteger las tierras de los señores de Haro y Vizcaya. Abandonado en el siglo XVI fue reutilizado en la Guerra de los Treinta Años, cuando Laredo sufrió varios ataques, La Francesada y la Guerra Civil Española (se conservan trincheras). A sus pies se construyó el Monasterio de San Sebastián de Hano en algún momento de la Edad Media, si bien el topónimo, con la hache aspirada que sustituye a la f inicial latina, quiere decir en ese idioma pequeño templo (fanum)
La Salvé y sus edificaciones hasta El Puntal
Un paisaje maravilloso
Este es el camino que va de Las Cárcobas a Valverde
Campos de Obín, a la izquierda
Bifurcación y de frente a la derecha por el camino principal, aasfaltado
Mojón xacobeo
Un poco de cuesta
Y pasamos junto a esta casa
Admirando la bahía
A lo lejos el monte Erio: por allí viene a enlazar con este camino un atajo procedente de la subida a la Sierra de la Via por la Yesera, señalizado con pequeñas flechas amarillas, del que hemos hablado en la entrada de blog referida al tramo anterior a este por el que vamos, el de la salida de Liendo por la capilla de San Julián
Por allí irá la bajada, en La Tahona, ante los campos costeros de El Aila
Seguimos ruta hacia Valverde, bajo el Alto de las Cárcobas
Subimos un poco...
Pasando junto a esta casa
El Camino hace una curva
Y acaba el corto repecho
Admirando siempre al oeste el Monte Buciero
Y al sur un precioso paisaje de Las Cárcobas, por donde acabamos de pasar
Paisajes de Laredo y Santoña. En lugar de asentamientos cántabros pero con presencia humana desde la lejana prehistoria, Laredo empieza a ser mencionado en la historia en algunos documentos altomedievales como puerto de pescadores, pero será a raíz de la concesión de fueros a la población en el año 1200 por parte del rey Alfonso VIII cuando esta incremente notablemente su población y, libre de todo vasallaje feudal y dependiente directamente de la corona, comercia con todo el orbe atlántico llegando a ser el gran puerto de Castilla, participando en todos los episodios históricos del momento, recibiendo y despidiendo reyes y emperadores, participando en singladuras y en las peripecias bélicas de la Armada Castellana
Ya en 1295 forma parte de Hermandad de las Marismas para ejercer un gran dominio naval que hiciese la competencia a la Liga Hanseática Casi 200 años después, en 1490 con las reformas de los Reyes Católicos la de las Marismas desaparece y nace en su cuenta el Corregimiento de las Cuatro Villas junto con Castro-Urdiales, Santander y San Vicente de la Barquera que, junto con otros territorios, conformarán la Provincia de Cantabria de 1778, luego de Santander, antecesora de la actual comunidad autónoma de Cantabria
En 1529 era el único puerto cantábrico con capacidad para participar en las expediciones a América y en 1629 Laredo será declarada oficialmente capital de aquel Corregimiento de las Cuatro Villas de la Mar. Será su gran apogeo y máxima extensión territorial, pues el llamado Bastón de Laredo abarcaba prácticamente toda la costa desde Vizcaya hasta Asturias, La Marina. Pero poco a poco el puerto de Santander iría ganando tráficos e importancia, máxime al ser parte del Camino de las Harinas de Castilla, lo que hizo que el progreso económico y las sedes administrativas fuesen pasando allá y se asentase la capital de la citada provincia cántabra de 1778. Laredo remontaría su decadencia comercial con un despunte de la actividad pesquera y luego, máxime, con la industria del turismo
Curva a la derecha
Al fondo Valverde; a la derecha se unen este y el atajo que viene por Erio, bajando luego a la izquierda
Allí están las ruinas de la antaño esplendorosa quinta de Diego Cacho Sierra, construida en 1731 sobre una antigua fortaleza del siglo XV devastada por un incendio en el XVI
Hacia allí nos dirigimos
Camino de Valverde
Llegando a Valverde
Parece un depósito de agua. A la izquierda los muros de la arruinada quinta
Placa con el nombre del barrio
La bajada se avecina, por los campos de La Tahona y El Secar. Más allá estuvo el Castillo de San Nicolás con su capilla, en el solar donde hubo un convento de monjas hasta finales del siglo XVIII. El castillo fue destruido durante la Francesada. Más allá, hacia La Atalaya, eran Las Viñas, donde se plantaba uva para vino chacolí de elaboración casera
Y allí, Santoña, que también nos aguarda. En algún momento pudo ser cabecera de la costa cántabra pues allí estuvo uno de los puertos, no se sabe cual, citaban los escritos clásicos: Portus Vereasueca, Portus Blendium o Portus Victoriae. En la alta Edad Media un cenobio regulaba comercio y tráficos y fue la cuna del gran navegante y cartógrafo Juan de la Cosa, quien participó en los dos primeros viajes de Colón y en otras expeidiciones a América, siendo autor de un famoso Mapamundi
Los edificios del antiguo palacio
Edificios en ruinas, testimonio del antiguo esplendor de la quinta de recreo de Diego Cacho Sierra quien la hizo edificar, junto con capilla anexa
Allí hay un cruce
Bajamos a la izquierda. A la derecha enlaza con nosotros el atajo que viene de Erio
Aquí empezamos a bajar
Es un fuerte descenso, con el Buciero al frente
A la izquierda los muros de la finca del antiguo palacio
Nos asomamos a ver uno de los portones
Hay un pasillo...
Bajamos un poco más
Vemos otro portón cerrado con reja
Parece fuese la entrada principal
Nos acercamos a él
Armas de Cacho, Rada, Sierra y Rivas
A la derecha más cuadras
Y seguimos bajando ante el Monte Buciero, grandioso espolón sobre la mar océana
El trayecto a la casa desde Laredo fue mandado acondicionar también por Cacho Sierra...
Este mismo que ahora seguimos nosotros
Al llegar a esta casa iremos a la izquierda
Pues el Camino realiza aquí una gran curva
Y sigue el descenso
Junto a sus muros
Entre el bosquete de arbustos
Y siguiendo junto a los muros de la finca
La bajada se suaviza notablemente
Pero seguimos el descenso
Matorrales y arbustos nos dan sombra
Es un tramo muy pedregoso, sin duda estuvo bien empedrado en su momento
Unas ruinas...
Un somier a mano de portilla
Y más empedrado
Profunda caja caminera
Más empedrado
Volvemos a ver La Atalaya
Y Buciero, a la derecha, cerrando la bahía
Una cabaña
Con una concha en la fachada, señal del paso de peregrinos
El bosacaje da paso a fincas
Es la zona de La Tahona
Muro de piedra casi caído
Tapia de ladrillos de hormigón a la derecha
El Regatillo...
Ahora caminamos entre sendos muros
Cubiertos de vegetación en buena parte
Sigue la bajada
Cabaña a la derecha
El Alia, prados sobre los acantilados
A la izquierda El Canto de Laredo a la derecha Buciero
El Puntal, Santoña y Argoños. Tras Santoña El Brusco. Tras Argoños el Alto del Cincho (214 m.): una camino va de Argoños a Noja y otro directamente a El Castillo Siete Villas: las opciones se multiplican también al otro lado de la bahía
Portón de una finca, de las casas que veíamos antes desde lo alto
Más muros separando el Camino de las fincas
Y alambrada
Nos acercamos a los arrabales de Laredo por estos campos de La Tahona y El Hortesín
La Torre de Laredo en El Pedregal, lugar del barrio de Las Arenosas. Justo a sus pies, por aquellas casas que bajan en ladera, se unen el camino del que nos acabamos de separar en Las Cárcobas con el que viene desde Liendo por Tarrueza y con el que nos uniremos prontamente
En El Pedregal hubo una malatería o leprosería con capilla bajo la advocación de San Lázaro, patrón de los leprosos, quizás se fundase en el siglo XIII y aún existiese en el XVI bajo la advocación de San Lorenzo. Existía verdadero temor al contagio, los médicos eran conminados a avisar a las autoridades cuando apareciese un caso, y los leprosos eran recluidos en el hospital, vendiéndose sus bienes incluso para sufragar su estancia. El tratamiento era muy básico y consistía básicamente en algún cuidado alimentario y en bañarse en agua de manantiales considerados salutíferos. Se sabe de no pocas curaciones en estos hospitales aunque desconocemos si se trataba de verdaderos leprosos o de pobres y mendigos harapientos y de afectados por males de la piel que eran considerados lepra
Era la desaparecida torre del Castillo del Pedregal, nombre de este lugar de Las Arenosas, del año 1656, levantada donde estaba el Molino de Viento, un estratégico enclave que fue donde unos años antes, en 1639, los franceses del Obispo de Burdeos Henri d'Escoubleau de Sourdis, al mando del Arme du Ponant, se habían emplazado disponiendo sus tropas para atacar Laredo durante los episodios de la Guerra de los Treinta Años. Escarmentados por aquella batalla los españoles decidieron luego edificar el desaparecido castillo. Se trata de una torre dodecagonal, de apartamentos, hecha antes que existiesen siquiera planes urbanísticos, cuando Laredo estaba comenzando a experimentar esa expansión constructiva rápida e inusitada con el tremendo despegue turístico de la población
Adelante sigue el descenso, pronunciándose un poco
Atrás quedó la formidable bajada desde Valverde...
La vista de Buciero nos encanta, es uno de los paisajes más inolvidables del Camino Norte en Cantabria
Más cuesta abajo
Vistas de Laredo a la izquierda
El barrio de San Antonio con sus altos edificios, que casi tapan por completo La Puebla Vieja, el centro histórico. Más allá la Playa de Laredo, La Salvé, con su gran línea de edificios
Domina Laredo su iglesia parroquial
Santa María de la Asunción, templo fundado con el nacimiento de la población aforada en la baja Edad Media
Seguimos bajando
El Secar, praderías antes de entrar en el casco urbano
Bajamos hacia la primer casa
El Secar y el Camino a la Puebla Vieja
Tras esta casa se acaba la bajada
Y caminamos en llano
Nos acercamos al casco urbano
El Hortesín
Prados de siega y pasto
A la derecha El Prau
Cartel de la finca
Seguimos en El Secar
Todo de frente
Entre estos muros. Veamos el mojón xacobeo a la izquierda
Caminando hacia aquella casa
San Antonio y La Torre de Laredo
El Pedregal, por allí baja el otro camino para entrar en La Puebla Vieja por la Puerta de Bilbao
Pasamos la casa
A la izquierda, en el muro, una concha de Santiago
Símbolo del Camino
Subimos ligeramente
Junto a estas casas de El Secar
Establos
Sigue el repecho
Placa del barrio
Coches aparcados al fondo, señal que entramos en la población
Un poco de bajada
La capiña laredana va dando paso al casco urbano. Veamos al fondo aquella gran espadaña
Una espadaña nada menos que con siete huecos de campanas nos llama tremendamente la atención, es la de San Martín de Laredo, cuya historia se sume en la de los mismos orígenes de la localidad
Hacia allí va la calle El Regatillo
Aquí en este cruce la el Camino sigue de frente hacia la Puerta de la Blanca, una de las doce que hubo en la antigua muralla
Pero no sería de recibo continuar sin desviarnos un momento a la iglesia, cuyo ábside vemos a la izquierda, pues su historia lo merece
Nos desviamos pues por la calle de Santa Catalina
Y vemos esta iglesia dedicada a Santa Catalina y a San Martín, tan vinculada a los orígenes de la villa, pues una de las primerísimas veces que se cita a Laredo en un escrito es por razón de un documento que registra cómo unos vecinos del lugar donan unas heredades al lado de esta iglesia de San Martín al monasterio de Santa María del Puerto de Santoña en el año 1068. De la documentación se desprende que fue un primitivo cenobio a cargo de una pequeña comunidad monacal perteneciente a los primeros benedictinos. El viejo templo fue destruido en una incursión de los normandos, reconstruido, y que tuvo muchos dueños. una bella referencia para entrar en el casco histórico de Laredo: la Puebla Vieja
La iglesia fue centro de la parroquia más antigua de la villa y en ella se reunía la Cofradía y Cabildo de Mareantes Navegantes e Hijosdalgo de San Martín, la cual existe que sepamos desde el año 1000, es decir, doscientos años antes que el rey Alfonso VIII le concediese los fueros que harían de Laredo el gran puerto del reino, lo que represente además que sea la cofradía más antigua de España, tal y como se dejó ya en documental evidencia en tiempos de Felipe II. El edificio que ha llegado a nuestros días es de estilo románico tardío, en torno al siglo XIII, por lo que sería sucesor de aquel primigenio santuario del que hay noticias desde el siglo XI. Además las reformas realizadas en ella en el siglo XV han dejado también su huella. Pero hoy como hace ya más de un milenio la cofradía se reúne cada 11 de noviembre, festividad del patrón, a toque de campanas. Constructivamente destacan la nave del templo y su ábside semicircular pero con primer tramo recto en el presbiterio. Es de aspecto robusto y más alto que los santuarios románicos populares si bien resuelto con senciellez pues salvo algunas esquinas de sillería todo lo demás es mampostería
La espadaña, ya lo hemos dicho, es sumamente peculiar
El ábside y sus ventanucos
Los canecillos están muy erosidonados por el paso de los siglos
Ventana del muro norte, casi a ras de suelo
Pese a ser la parroquia más antigua de Laredo, cuando la villa fue dotada de murallas tras la concesión de los fueros, esta iglesia quedó extramuros si bien muy cerca de la Puerta de la Blanca, a escasos metros de aquí
El ábside, con su tramo recto y su tramo circular. Los canecillos carecen de decoración
La cubierta de la nave es de madera y teja, pero el ábside y la espadaña es lo que queda realmente de su fábrica original. El templo fue resformado en el siglo XV y en el XVIII fue abandonádose con la decadencia de la cofradía de pescadores. Fue restaurada por Bellas Artes en 1983
Volvemos al Camino
Siguiendo la calle El Regatillo
La calle es estrecha
Por aquí vamos a la Puerta de la Blanca
Sobre Puebla Vieja de Laredo la iglesia de la Asunción
Santa María de la Asunción, que empezó a construirse en el siglo XIII dentro de las nuevas murallas de la aforada villa. El aumento drástico de la población, libre de señoríos y con amparo para mercados y comercio sin rendir cuentas más que a la corona, hacía obligado acometer prontamente nuevas infraestructura, evitando que todo quedase en el papel. Vemos aquí ya algunos detalles netamente góticos, que es el estilo netamente predominante si bien las obras prosiguieron durante los siglos XVI, XVII y XVIII
Hacia allí vamos nosotros
Y ya vamos a lo que sería el Laredo intramuros por la Puerta de Santa María la Blanca, de la Blanca o de la Virgen Blanca, una de las doce que existieron en la antigua muralla, también llamada de San Martín porque a ella se accede a través del camino que viene de la iglesia que acabamos de visitar
Muy empleada por peregrinos y comerciantes, se trataba de un verdadero puesto de control y aduana. Arriba hay una hornacina que sin duda tendría en sus tiempos una imagen de la Virgen Blanca. A los lados hay dos aspilleras o saeteras que cumplirían una función defensiva, al igual que la almena que antaño tuvo arriba
Y por aquí va la calle de San Martín
Sí veremos, al pasar bajo el arco y mirar hacia arriba, una imagen de la Virgen Blanca en la pared de un corredor sobre puerta y la rúa. Un buena buena bienvenida para ir a la iglesia de Santa María de la Asunción y recorrer las callejuelas, lugares y monumentos notables de la Puebla Vieja de Laredo
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