Mapa de este trayecto |
Cuetubaxu, Casa'l Xaular, entrada en Breceña |
Por el Atayu la Cuesta Coru subimos todo de frente de Coru a Breceña, parroquia villaviciosina a la que entramos por Cuetubaxu, El Xaular o Casa'l Xaular, en lo alto de este cueto que da nombre al lugar y al barrio entero. Estamos en la zona oriental del concejo de Villaviciosa, de orografía muy montesina, y nuestro itinerario irá ganando altura paulatinamente hasta Sietes, ya casi en la frontera con Piloña y Cabranes
Los últimos metros de cuesta antes de la Casa'l Xaular han sido sin duda los más duros. Ahora al menos, aún subiendo, caminamos un poco a la sombra de castañales y carbayos
El camino bordea la finca. Nos informó de él en su día Gonzalo Cortina Cortina, natural de Sietes, que nos dijo su nombre tal cual lo transcribimos nosotros, y nos informó que era el camino que comunicaba estos pueblos altos antes de hacerse la Carretetera Anayo (AS-332)
Estamos en un hermosísimo sendero, una caleya muy antigua, se nota en la caja caminera
El camino se estrecha un tanto y forma una V, pero un caminante pasa perfectamente bien, también un ciclista aunque tenga que posarse de la bicicleta
A la izquierda árboles y arbustos forman una tupida sebe o seto silvestre
Los metros finales de la subida son también muy empinados...
El ganado, en días de calor, se resguarda al frescor de la sombra, que bien vale también para los caminantes en esta pronunciadísima cuesta
Mirando atrás veremos Solares, en Coru, a la izquierda y, a la derecha y más lejos, El Vallín y Paniceres, en la vecina parroquia de La Madalena, A lo lejos, al norte, el Monte Fariu (356 m), sobre la extensa parroquia de Miravalles, atalaya entre el mar y estos valles y cordales villaviciosinos
Solares, con sus hórreos y casas haciendo calle, llamado popularmente El Vaticano por estar al lado de la iglesia parroquial de Santo Tomás de Coru, en su tiempo fue galardonada con el título a la Aldea más guapa de Villaviciosa por la Asociación Cubera
Y en Paniceres el Palaciu Paniceres, del siglo XVII, con su hórreo y su capilla, dedicada a San Antonio
Crecen los helechos en las veredas y todo se cubre de musgo...
La roca madre, a la vista, forma un empedrado natural
Forma verdaderos escalones...
Ahí tenemos el último gran repecho
Seguimos admirando esta antiquísima caja del camino
El suelo se cubre de hojas caídas...
Abundan les castañales, los castaños
El camino sigue su larga ascensión sin tregua
El paisaje se va abriendo
Este tramo está más limpio y cuidado
Arriba, el cueto que dan nombre a este barrio de Breceña. Hemos llegado al final de la cuesta, al menos la más pronunciada
Y es que, llegando a la pista que comunica Cuetubaxu, hemos de seguir subiendo un poco más, si bien más suavemente, hasta la carretera
Por eso muchos peregrinos hacen aquí un alto recuperando fuerzas, y contemplando el recuesto que acabamos de subir
Asomándonos a la alambrada comprobamos donde hemos empezado a ascender
La Cuesta de Baxu, bajo el Monte Cubera, otra gran atalaya natural sobre Villaviciosa, cuya vista nos acompañó al recorrer las parroquias de Fuentes y Coru, entre las que había también una buena subida desde Les Vegues, en el Ríu Profundu
Llega ya el "comité de Bienvenida", les vaques roxes
Hay buena casería
Tras unos instantes de merecido descanso retomamos ruta siguiendo pues, rampa arriba. A la derecha plantaciones de fabes
Preciosa estampa caminera entre los prados, con el alto del Cuetubaxu a nuestra derecha
Seguimos siempre por esta pista hormigonada
Según caminamos no perdemos aquí tampoco detalle del paisaje
Un poco a la izquierda Ceyanes, barrio de Breceña del que enseguida hablaremos
A nuestra izquierda y más abajo los castañares de El Castañéu. donde nace el río que, más abajo, recibirá el nombre de Coru o Puente Coru
Al norte a lo lejos, al izquierda el Monte Cubera, con los 367 metros del Picu Altu y en la distancia el Fariu. En días claros vemos veremos el mar
Aquí abajo Paniceres y toda la parroquia de la Madalena, de nuevo pero vistos desde más alto
Con su palacio y capilla restaurados. Más atrás El Vallín
El mar se ve a la derecha del Fariu, por la zona de Sebrayu, paso de Miravalles a Seloriu, por donde se dirige a Villaviciosa, La Villa, la capital del concejo, el Camino Norte de Santiago procedente de Colunga y que ha entrado en este concejo por La Llera y Priesca
Es la zona de La Vega y Bárcena, donde se unen las parroquias de Priesca, Miravalles y Seloriu, en el valle del Ríu Carrión o Ríu Ñabla, que nace formado de diversas fuentes y regueros de estas montañas, hace de frontera entre las parroquias de Rales y Breceña, recibe diversos afluentes y, luego de su paso por Sebrayu, desemboca en La Ría o Ría de Villaviciosa por El Porréu d'Abaxu y El Porréu del Monxu (porreos: terrenos ganados al estuario -a partir del siglo XVIII-)
Más a la izquierda, en la ladera del Fariu, Cueli, parroquia de Miravalles
Atrás va quedando ya el Monte Cubera
Y la Casa'l Xaular. En la distancia, al oeste, el Monte Cañéu sobre el valle del Ríu Valdediós
De frente vamos divisando lo que nos queda de cuesta para llegar a Breceña, cabeza de la parroquia, que no es mucho. A lo lejos a la izquierda Los Llanos de Lluexe (440 m)
A la izquierda Ceyanes
De frente a nosotros ya vemos la entrada a Breceña, entre las arboledas
Son los tejados de alguna de las casas del Barrio de Cuetu, ya en la carretera
A la izquierda, al norte, más vistas de los barrios de Miravalles
Debajo de Cueli Les Felgueres, Les Vallines y Pandu
El topónimo La Viñona señala que hubo plantaciones de viñedos, pero hace bastantes siglos sin duda...
Por Les Vallines va la carretera AS-332
Seguimos caminando entre las fincas de Cuetubaxu
La cuesta casi llanea ya
Enfrente vemos ya El Llagar del Xaular, en la carretera, bajo el cueto que también da nombre al siguiente barrio de Breceña
Otra vista de Ceyanes y su loma, por donde discurre el camino de Breceña a El Bustiu
Pese a la distancia, Ceyanes, barrio también de esta parroquia de Breceña, es fácil de reconocer por el gran edificio del llagar de Sidra Breceña, tradición familiar ya al menos desde las primeras décadas del siglo XX con el llagareru Senén Venta Venta. En 1943 lo heredó su yerno Francisco García, empezando a llamarse Sidra Paco Breceña hasta 1972, cuando le sucede, por jubilación, Jaime García Venta, pasando a ser desde entonces Sidra Breceña. El llagar puede visitarse llamando previamente, tal vez sea una buena opción si hacemos parada en Breceña, donde hay albergue
Muy en la lejanía, unas casas
Rales, que perteneció a Samartín de Vallés hasta 1790, cuando se constituyó en parroquia independiente
Más al este, el Sueve, un hito visual y geográfico que ya veíamos en toda su plenitud, desde el Altu la Cruz y bajando hacia Niévares, cuando hablamos de su apasionante historia, montes de suevos para unos, de Iovi o Júpiter para otros, lo que parece plausible dada su relación con las tormentas y por ser atalaya del nuberu, el genio de las nubes, la lluvia, tormenta y granizo
Destaca, a la izquierda, el Picu Pienzu, que con sus 1.161 metros de altura es uno de los mayores desniveles del mundo en corto espacio entre el mar y una cima, dominando desde su cumbre desde los Picos de Europa hasta las playas de Caravia y Colunga, desde las costas del occidente astur hasta las del occidente cántabro, así como gran parte de los valles y cordilleras del interior de Asturias
A los pies del Puertu Sueve discurren importantes caminos, a un lado el de Covadonga y al otro el camino norte de Santiago. Destacan también las rocosas cimas calizas del Picu Miruellu o Mirueñu (1.137 m), Les Corripies (1.114 m) y Fontanielles (1.054 m)
Antes de llegar a la carretera vemos asomar, mirando al sur, los montes de Cotubellosu (528 m), La Ballesta (501 m), La Soma (497 m) y Peña Cabrera (468 m), en la frontera con Cabranes
Y en la ladera de Cotubellosu La Madrera
La Madrera, patria de uno de los más populares gaiteros que amenizaron fiestas, romerías, espichas, magüestos y esfoyaces en todos estos contornos: José Vega Pereda, El Ratu la Madrera, del que tocará hablar, y más de una vez, en este episodio...
También, cómo no, hablaremos de La Madrera, un núcleo de población que cambió de parroquia alguna vez y que, hasta mediados del siglo XIX, llegó a estar muy poblado
Un poco de curva...
Y antes de salir a la carretera miramos a la izquierda...
Otra muy buena vista de Ceyanes, pueblo también de sidra y llagares
Sobre un hermoso cueto de 300 metros de altitud, sobre La Riega la Meredal y La Riega Ñavea
Por allí, junto al llagar, pasa la carretera que comunica Breceña con El Bustiu
Algunos historiadores situaron en Ceyanes el Palacio de Goyanes, tal vez por la similitud de nombres, situado realmente no aquí sino cerca,en Coru, La Casona de la Granda, de la que hablamos en el capítulo anterior
El Llagar del Xaular de frente ya a nosotros
La carretera que viene o va, a Coru por Les Revueltes
Al fondo más vistas de Peña Cabrera, sobre el estrecho valle del Ríu Profundu. A la derecha el Picu Miravete (419 m), que ya veíamos desde Amandi
Entre el Miravete y Peña Cabrera Los Llanos, en el camino de Llugás a La Madrera
Y aquí llegamos a la carretera, en el Llagar del Xaular, donde tantas veces hemos parado en tiempos a tomar rica sidra casera bien escanciada
Ya en la AS-332 aún hemos de subir un poco más
Vamos "de cueto en cueto" pues, tal y como decíamos, la parte oriental del concejo de Villaviciosa es muy montuna
Extensos paisajes desde las montañas hacia el mar...
Tierras de pasto y braña...
La iglesia de Miravalles, siempre en lontananza como referencia
Siguen las cuestas, aún no hemos acabado de subir. A la izquierda otra gran paisaje hacia Ceyanes...
Por aquí nace el Ríu Espinadal o de Puente Coru
Ya casi terminamos de subir...
Ahora, mirando de nuevo al norte, hacia el Monte Fariu, tenemos una mejor vista de Miravalles
Hasta el campanario de a iglesia parroquial de San Esteban parece intentar rivalizar con ellas
Este es el barrio de Cuetu, a la derecha Casa Constante
Dejándola atrás acabamos la cuesta...
De frente El Palaciu Cuetu a la izquierda y a la derecha Casa Duardo
Justo a nuestra derecha y prado arriba Casa Tano, con su antigua y luminosa galería mirando al pueblo y a la carretera
El firme ya es casi llano...
Este es el hórreo de Casa Duardo, con faldón en el corredor que mira al camino
Y esta es su parte delantera, con la subidoria
Luego del hórreo, a la derecha en medio de este campo, la citada Casa Duardo
Y de frente El Palaciu Cuetu, con su llagar enfrente
Un soberbio caserón que nos llamará bien la atención al pasar...
Soleada galería que mira al sur, sostenida abajo por columnas
Espléndido palacio rural asturiano
Pasamos el llagar
En la finca del Palaciu Cuetu hermosas hortensias
Y seto bien florido
A la derecha prados y pumarada
Un poco más allá La Esfelecha, donde está la carpintería de los Hermanos Argüelles, donde se fabrican toneles de sidra
Y, más al sur, en la distancia, toda la línea de cumbres del Picu La Bedul o Abedul (505 m) a los ya mencionados, a su derecha, de La Soma, Cotubellosu, Peña Cabrera, el Picu Miravete...
A lo lejos volvemos a ver La Madrera, de donde, como hemos dicho, era natura José Vega Pereda, El Ratu la Madrera, gran gaitero de las fiestas y solemnidades de todos estos pueblos de Villaviciosa, Cabranes, Colunga, Sariegu, Siero y Nava, nacido el 7 de abril de 1904, hijo de Dolores Pereda Meana y de Bernardo Vega Rivero, Lalo El Ratu. El apodo no viene de otra cosa que del mismo apellido familiar que, según investigaciones de Agustín Hevia Vallina publicadas en la revista Cubera, tuvieron casa y solar en Llugás, los Ratos o El Ratu, sidendo Bernardo conocido como El Ratu Vieyu
El matrimonio tuvo varios hijos y José iba en principio para cura pero, a punto casi de vestir de fraile se decide por otro oficio, el de gaitero, yendo a tocar de fiesta y fiesta, teniendo, como se dice era común en el oficio, gran éxito con las mozas, casándose con "la mejor", Ramona Fernández Cuadra, que le acompañaría a todas las romerías
Llegaron a tener nada menos que 21 hijos de los que 18, según escribe Agustín Hevia, llegaron "a pilas de bautismo", alguno de ellos siguió carrera musical, uno tocaba el acordeón y Nardo y Luis Vega triunfaron en la canción asturiana
Y, recordando la biografía de quien tanto animó y alegró a las gentes de Villaviciosa y concejos cercanos y limítrofes, seguimos avanzando carretera adelante, hacia la Casa les Roxes
Horru y pumarada de Casa les Roxes, desde la que vemos la cabeza de la parroquia, al lado de la iglesia parroquias de San Pedro. A su derecha el célebre chigre de Casa Piloña con su albergue a la derecha, en la antigua Casa Colmado, que fue baile. Justo a la derecha está Casa Constante Riera, al lado de la gran nave de la que fue su gran fábrica de quesos, mencionada en 1928 como de "fama peninsular" en el libro Villaviciosa y su progreso, de Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno
En medio de Breceña hay una explanada, a manera de pequeña plaza, donde vemos también el hórreo de Casa Vangelista
Enfrente de la casa, una curva
Si tenemos visibilidad veremos bien el Mar Cantábrico, al norte
Y las grandes plantaciones de eucaliptos del Monte la Rasa o Rasa Seloriu, gran planicie costera
En medio, en lo alto de un cueto, Los Toyos
Pasamos pues la Casa les Roxes...
Y en la delantera vemos su corredor...
Y su jardín. Al fondo en los bosques de La Esfelecha asoma la Carpintería de Argüelles, la de los toneles
Dejamos Cuetu y entramos en Breceña-Breceña
Este es el cruce de Ceyanes: nosotros seguimos de frente
Este gran edificio era el Llagar de Peruyera, que formaba parte de un baile cuyas ruinas veremos poco más adelante
A nuestra derecha Casa Santos, con su panera al fondo
La carretera sube suavemente...
A la izquierda, este era el Salón de Peruyera, otro de los dos bailes que había en Breceña, junto con Casa Colmado
Adentro era el chigre y afuera la pista de los danzarines, al son de la música que sonaba por los altavoces. Acudía gente de todos los pueblos a la redonda, incluso de La Villa
En el Salón de Peruyera llegaron mismamente a celebrarse bodas
Seguidamente Casa Ángel
Desde aquí tenemos también muy buena vista del centro de Breceña
Pasamos pues frente Casa Ángel
Desde aquí tenemos una mejor perspectiva de esas montañas, que separan Villaviciosa de Cabranes. En sus faldas, tres núcleos de población comunicados por carretera local con Llugás
Los Llanos, al lado de Los Caminos, a 280 metros de altitud, por donde sube a Peña Cabrera el sendero PR-51 que sale desde la capital del concejo. Desde allí se divisa La Barra, la desembocadura de La Ría (Ría de Villaviciosa), por eso se dice se unen en estos lugares los buenos aires del mar y la montaña, tal y como remarca el cantar:
Estando en Peña Cabrera
que da el aire de La Barra
cría a los mozos morenos
y graciosos de la cara
Más a la izquierda Cermuñu, bajo el monte El Campón y a unos 350 metros de altitud. Es interesante saber de su topónimo que, según el investigador Martín Sevilla publica en su libro Toponimia de Origen Indoeuropeo en Asturias, viene del dios celta Cernunnos o Kernunnos, representado con cuernos de ciervo, así como un torques (adorno de cuello) en una mano, una serpiente con cabeza de carnero en la otra, rodeado de animales salvajes, símbolos naturales de la virilidad y el renacimiento
No deja de ser muy parecido al aspecto del diañu burlón de las leyendas del Ríu Profundu, los dos son quizás encarnaciones del espíritu más indómito de la naturaleza, divinidades ancestrales transformadas con la cristianización en genios diabólicos o malignos
Si Llugás tuviese relación con el dios Lug, según revela también la toponimia, nada extraño es que, más arriba en el monte, Cermuñu lo tuviese con Cernunnos, y menos en unos lugares como estos, en los que los antiguos pobladores quisieron ven la mano de las fuerzas de la naturaleza, personificándolas en dividinades ancestrales cristianizadas luego en santos y vírgenes
Y viendo otra vez también la Carpintería de Argüelles, a lo lejos reconocemos, nuevamente, La Madrera, la patria del gran gaitero, glosado por vates y poetas, como estos de Redondo Llavona:
VERSOS DE JESÚS REDONDO LLAVONA EN HOMENAJE AL "RATU LA MADRERALa que fue su casa aún la vemos, en la parte de abajo de La Madrera, denominada, naturalmente, El Llugar de Baxo
Dieciocho fíos dióme Dios...
ayudáu de la muyer ¡recuerna!
¿si non cómo los habría yo
ensin midir cuarta y media?
Pa crialos ensin fames
daqué calzalos y vistílos,
a más de llabrar la tierra,
en namás sintir volaores
anunciando alguna fiesta
pallá diba cola gaita
a ganar dalguna perra.
Dempués de cumplir el compromisu
si acasu lu tuviera...
de tocar na procisión...
col ánimu de armar xuerga
allegábame hasta los mozos
tan alegres per esta tierra
pa acompañalos en sus cantos
col roncón, el punteru... lo que fuera
Entre cantar y cantar
un culín, majo, otra botella,
un cafetucu, una copaxa
el casu yera pescala
y gorda, de cualquier manera
Lo malu yera dir pa casa,
pa atender la sementera
y llevar unes ablanes
a los neños... y a la costiella
si a veces non quedaben
regaes nalguna cuneta
por non acordase pañales
lluego de dormir la siesta.
Otres veces por non demorar
aunque gorda la cuerda fuera,
agrarrándome a los felechos
o a otra cosa cualquiera
díbame yo pa casa
ensin cruciar la carretera
Agarraba la gaita del punteru
echaba al llombu la chaqueta
y el roncón y arrastrando pel suelu,
llegaba a La Madrera,
co la ilusión de los fíos
y tambén de la mio morena
Un casu que me pasó
como a otros pelos cuarenta,
en que había declarase el maíz
y lo que hubiera de cosecha
pa ayudar de llevantar España,
pues ná, decíen, venía de fuera
y habíase mantener
a los que non teníen
praos, molín nin tierra
Gracies al trabayu míu
y al de la costiella
nunca ena mio casa faltó,
fabes con tucu y morciella,
pero pensé que, si lo daba,
la fame llegaría a mio puerta.
Un día depués de llagar
de tocar nunca fiesta
vereis lo que descurrí,
si seguís leyendo esta
¡Ramona1 llamé a la muyer
pa que muy lluegu veniera,
has dir xunciendo les vaques,
mientres yo preparo la riestra,
que vamos baxar a la Villa,
a entregar nuestra cosecha,
según manda l'Ayuntamientu
o la xente que lu gobierna.
¿Qué te pasa, Pín? ¿Tú tas llocu,
o tovía te dura la borrachera?
Nin llocu nin borrachu toy, rediela
a cumplir col engargu voy
que ta escritu ena tabierna
Asobees les vaques al carru,
que tién ya la estripia puesta
y nella eches dieciocho panoyes,
lo mejor de nuestra cosecha
Eché la riestra al llombu
mandéi subir a la costiella
y eché caleya abaxu,
dempués d'apretar los tornos,
pa que el carru bien ruxera.
Cuidando de que co los neños
el carru nun se me fuera,
llegué muy ufanu al Ayuntamientu...
a una plazoleta,
a cumplir co lo mandáu
y sin proferir una quexa
Allegóse un señoritu,
que del Ayuntamientu saliera,
mandáu, oamí, por un Monicipal,
que, al yo llegar, viniera.
Paróse mediu aflixau
y díxome, oiga, paisanu
¿qué trae ahí nesa cesta?
Como soy buen asturianu
y obediente so manera
vengo a traer en el carru
lo mejor de la cosecha
dieciocho neños, como flores
la fábrica entavía nueva
De todas maneras no vemos aún todo el pueblo de La Madrera, sino solo la parte alta, El Llugar de Riba. Apenas asoman un poco las casas de abajo: El Llugar de Baxu, donde nació José Vega Pereda
En La Madrera existe además una cueva que sirvió de refugio a los antaño numerosos vecinos como refugio de los bombardeos en la Guerra Civil. No olvidemos que no muy lejos estaban las minas de Viñón, en Cabranes, objetivo militar
Por las laderas de esos montes se acudía y se acude al santuario de la Virgen de Llugás, de renombradas peregrinaciones que, muchas, de ahí continuaban andando hacia Covadonga, al coincidir las fiestas de celebración del 8 de septiembre, tradiciones que contábamos cuando caminábamos a sus pies, en las boscosas riberas del Ríu Profundu, siempre plagado de historias y leyendas
Luego la vivienda, con trazas de palacio rural, muy bien orientada al sur
En torno al hórreo otras antiguas dependencias de la casería
Detrás la huerta
Enfrente, al otro lado de la carretera, Casa Celesto
De frente a nosotros, entre los eucaliptos, seguimos viendo el Sueve
Fincas llanas de Breceña y, abajo, las profundas riegas del Regatu Ordiales, que dará sus aguas al Ñabla, que luego será el Sebrayu
Pasando Casa Celesto, un poco de curva a la derecha
De frente a lo lejos las casas de El Terreru
Más en la distancia, a la izquierda, el Monte Tandión
Otra muy buena vista de Rales, en concreto de Cimavilla, el corazón de la parroquia, cerca de los montes de La Malata y Les Vigues, en la linde con Pivierda, ya en Colunga, donde dicen "cayó El Bernabé", Bernabé Ruenes Santoveaña, el que fue llamado El Último Bandolero quien, ajeno a guerras políticas, pues aunque actuó entre los años 40 y 50, cuando operaban por la regíón los fugaos o maquis, los últimos guerrilleros republicanos, él nunca se unió a ellos pues tenía otros motivos: se había fugado del servicio militar, fue condenado a 30 años de cárcel y, en el traslado del cuartel al monte, se fugó, comenzando sus andanzas de bandolero
Otra versión dice que discutió con un sargento, al que le rompió su mosquetón en la cabeza, más porque ya estaba averiado que por la dureza del golpe, pero asustado se fugó a las montañas
Operaba en los concejos de Villaviciosa, Colunga, Piloña, Cabranes, Parres, Ribadesella/Ribeseya y Llanes. Y algunas de sus bases estaban aquí en Rales, en concreto en el lugar de San Feliz de esta parroquia, así como en Pivierda, al otro lado de esas montaña, ya concejo de Colunga, o en El Llugarón, de la parroquia Villaviciosina de Miravalles. Participaba en atracos e incluso secuestros, burlando siempre a la Guardia Civil con sus estratagemas, naciendo numerosas leyendas en las que es imposible separar realidad de fantasía, como que se mezclaba entre la gente normal, a los que nunca asaltaba, que con sus botines pagaba a sus colaboradores y personas que le ofrecían protección y guarida, etc, si bien la opinión entre sus víctimas no podía ser más diferente
Pero en uno de esos enfrentamientos no tuvo tanta suerte, herido gravemente por la metralla se ocultó en su refugio de Pivierda, donde murió, siendo su cuerpo enterrado y desenterrado varias veces por sus secuaces, para que no fuese hallado por los civiles, cosa que sucedió en 1957, lo que conllevó a toda una cadena de detenciones de colaboradores y encubridores, que fueron duramente sentenciados a largas condenas de cárcel. Los últimos que seguían en prisión fueron amnistiados en 1975
Otra leyenda asegura que no murió, sino que escapó a Venezuela, donde se hizo la estética y cambió de vida
Su memoria ha llegado a nuestros días, en 1990 José Ramón Gómez Fouz publicó el libro BBernabé, el mito de un bandolero, del que se han hecho varias ediciones, narrando pormenorizadamente sus andanzas y concretando incluso fechas y lugares
No nos resistimos a recomendar la narración de un secuestro por parte de una de sus víctimas, el escritor Héctor Vázquez-Azpiri, en entrevista por J. Morán en el periódico La Nueva España edición del 30 de mayo de 2011: https://www.lne.es/asturias/2011/05/30/bernabe-tio-le-pisabas-callo-creia-derecho-matarte/1081983.html
La carretera nueva sigue de frente bajo las casas de El Tarreru, arriba en lo alto de la colina, pero nosotros vamos a ir a la derecha, por la carretera antigua, para ir a la iglesia y a Casa Piloña
La iglesia, que nos sirve de referencia, la vemos bien desde aquí
También los carteles nos orientarán
Este ramal sube suavemente entre prados y pomaradas
Es un tramo de la carretera vieja, que aquí realiza una curva
Casa Modesta, con su llagar
Subimos un poco más y pasamos a la siguiente casa...
Casa Vangelista, a la izquierda
Y enfrente el hórreo, que veíamos ya desde Cuetu
Entre casa y hórreo un pequeño y acogedor jardín a la puerta del bajo o bodega de la casa
Al fondo, en la explanada enfrente de la curva, el cementerio
Y aquí a la derecha están la casa y antigua quesería de Constantino Riestra, que empleaba para su producción leche de las caserías de la zona. En el lugar se nos ha dicho que ya en 1914 Constantino Riera Muñiz, Constante'l Ferreru, había fundado un llagar y fábrica de sidra que llegó a producir unos 45.000 litros que recogía en diez pipas, ampliándola a los 200.000, ayudado de nuevos procesos de elaboración
En 1944 y ya bajo la dirección de su hijo Manuel Riera, el llagar se traslada a Villaviciosa y cambia su nombre a Sidra Riera que, en 1963, pasa a ser la famosa Sidra Escanciador
De esta tradición sidrera, dice el cantar
"Para fabes Samartín
y el Carme de Santoxenia
para facer cares Benito
y para sidre Breceña"
Un grupo de peregrinos dando cuenta de un tentempié al lado de la histórica nave en la III Travesía Andariega de El Garrapiellu, en mayo de 1993
Aquí estuvo después Casa Leandro: es un verdadero balcón asomado a Breceña
No en vano la entrada de la casa tenemos un precioso mirador sobre esta parte de Breceña que acabamos de recordar
Más allá de los manzanales asoma el camín
El paso de Cuetu a Breceña
Cuetu y, al fondo, el Monte Cañéu
A la derecha el Salón de Paruyera (a la izquierda), luego Casa Ángel, Casa Peruyera y Casa Celesto
Más lejos, asomando sobre la pumarada, Ceyanes
En lontananza La Rasa Seloriu y el horizonte marino
El hórreo marca una especie de centro en torno al que la curva de la carretera gira como un círculo
Vemos el portón de la bodega del hórreo
La parroquia de San Pedro de Breceña formaba parte de la de Coru hasta que en 1723 el arzobispo Juan de Llano Monte separó diferentes núcleos rurales de la parroquia madre a consecuencia de las malas comunicaciones y para mejor administración de los vecinos. dada la relación administrativa eclesiástica con la civil, esto hizo que también pasase a ser entidad administrativa plenamente aparte de Coru, con sus propia entidad vecinal. De aquellos tiempos de la independencia deber ser la actual parroquial, más o menos reformada todo este tiempo
Y a la derecha Casa Piloña y Casa Colmado, El Colmado, o el Salón Riestra, de tanta importancia también para la historia de Breceña, el otro baile del pueblo, que compitió durante años con el Salón Peruyera, inolvidables lugares de jolgorio y diversión los dos, bien recordados y añorados por tantísimas personas que en ellos pasaron algunos de sus días más felices
En Casa Colmado había bailes los domingos y otros días de fiesta, como el Antroxu o Carnaval, con sus bailes de mascaritos y gran animación los días Domingu'l Gordu y Martes d'Antroxu. También las fiestas patronales de San Pedro, así como otras, resonaban en toda Villaviciosa, venía la Orquesta de Villaviciosa a amenizar la velada, yendo los músicos luego a comer a las casas
Sonaba también la gaita del famoso José Vega Pereda, El Ratu la Madrera, quien acudía a tantísimas celebraciones, tocando de manera solemne cuando se precisaba, pero también más pícardiosa en el bullicio de alguna romería o esfoyaza del maíz, con temas como aquel tan famoso que decía:
"Ya sabes que tengo gaitaOtros músicos de fama sonada eran, según nos cuenta la vecindad, Aurino, El Violineru Anayo, así como los llamados Fano'l de la Soma y El Curdionista San Román
ya sabes que soy gaiteru
ya sabes que como yo
nun te toca naide'l punteru...
El roncón p'aquí
el roncón p'allí
depués ya toca la mio gaita:
tirulirulirulí"
En la actualidad está aquí el albergue El Colmado, fundado por Laura Cayado, del bar Casa Piloña, a su izquierda
Y aquí entramos en Casa Piloña, toda una institución en el Camino a Covadonga, que fue de Ramón Piloña y su mujer Belarmina, chigre-tienda de ultramarinos que tenía también, cómo no, llagar de buena sidra, parada de parroquianos, peregrinos, senderístas, visitantes y amigos de los pueblos y del buen comer, pues tienen una excelente cocina
Artística placa a la puerta...
Entramos adentro...
Descalzamos les madreñes...
Y ya podemos pasar a las barras, a la mesa, o al comedor, pues como leemos en el libro El Camín de Gijón a Covadonga...
"... donde nos atienden muy bien y podemos encargar mesa y mantel para comer en su acogedor comedor. Aunque después de muchos años conservando su traza primitiva hubo de acometer las necesarias reformas, estas han sabido conservar y transmitir la esencia de estos bares de aldea, con sus largas barras de despachar, sus mesas y sillas para sentarse a tomar algo, sus piezas y cosas de la tienda antigua que son ahora elemento decorativo. "
"En sus estanterías siguen exponiéndose latas de fabada, bonito, sardinas y conservas en general, chocolate, galletas, dulcerías y muchas cosas para rucar tanto si sentimos capricho como necesidad..."
" Los parroquianos están allí sentados tomando sidra, una cerveza, un café, o la clásica pinta de vino, echando una partida a las cartas y hablando de cualquier asunto. Hace muchos años que están más que acostumbrados al paso continuo de caminantes. Hace tiempo a algunos aún les chocaba al principio ver a "tantu llocu arreventáu faciendo'l Camín de Cuadonga" pero ahora es una cosa absolutamente normal..."
Fijémonos en los cuadros que cuelgan de la pared
Distinción de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera a Casa Piloña...
"Por su valiosa dedicación profesional en línea tradicional, por ser lugar de encuentro. Notablemente por la iniciativa de albergue de peregrinos en la ruta a Covadonga"
Es la hora de las viandas...
Salimos pues de Casa Piloña y seguimos camino carretera adelante
. Fijémonos en el chaflán de la casa pegante a Casa Piloña, al dar la curva
También la iglesia, en esta esquina presenta un chaflán
Frente a la iglesia, bifurcación: vamos a la derecha, siguiendo la carretera
Caminamos pues calle abajo
Siguiendo precisamente el chaflán, dando vista a Casa Teresa o de Marica Toyos
Enfrente, otra bifurcación; iremos a la derecha al lado de aquel llagar, siempre por este tramo de antigua carretera
Yendo así hacia la derecha iniciamos una bajada
La carretera baja suavemente. Hay poco tráfico desde que se abrió la nueva vía por El Terreru, pero la calzada es estrecha y hay que arrimarse si pasa algún vehículo
Pasamos pues junto al llagar
A la derecha la casa y el hórreo
Vistosas hortensias...
Buen lugar para un selfie
Y, tras pasar otro llagar y cuadras, un nuevo paisaje
Allí nos desviaremos de la carretera a la derecha para subir hacia el gran edificio de las antiguas escuelas de Breceña, entrando en el citado barrio de La Infiesta, cuyas casas vemos más adelante, haciendo calle con el camín
A la derecha de la foto asoma la entrada de Buslaz: justo por allí, siguiendo el canto de la boscosa montaña, subiremos al Tandión
Buslaz, extendido a lo largo de una cresta que da vista a dos vertientes, aquí a Breceña y al sur al Picu Adedul (504 m), frontera con Cabranes y formidable muralla boscosa que cae hacia el Ríu Profundu, llamado aquí Espinadal o Remolina, el de la ruta moliñera con la que coincidíamos entre Valbúcar en Amandi y Les Vegues de Fuentes
Las casas de Buslaz asoman linealmente en el canto de la colina en la que se asientan
Buslaz se divide a la vez en dos barrios: El Barriu Riba y El Barriu Baxu
Salimos de las casas de Breceña siguiendo cuesta abajo
Otra curva cerrada sigue la sinuosidad de esta ladera
Otra nueva vista a la derecha
Ahí abajo tenemos de nuevo El Profundu o Espinadal, el río que dajábamos atrás en Villaverde, parroquia de Fuentes, para iniciar esta serie de subidas a los pueblos altos de Villaviciosa. Por allí bajaban y subían a los bailes de Breceña y Coru las gentes de las aldeas de esa ladera villaviciosina de Peña Cabrera, regresando muchas veces en plena noche, tal y como escribíamos en El Libro de Gijón a Covadonga:
"Muchos mozos y mozas de Llugás y de las aldeas de Los Caminos, Cermuñu, Los Llanos y La Madrera, situadas en las laderas de los montes al pie de Peñacabrera que separan Villaviciosa de Cabranes, acudían a estos bailes u fiestas de Breceña caminando, alguno de ellos como vemos oficiando de músico, por lo que su presencia era de lo que más se esperaba. Esta gente de estos barrios que podemos divisar desde aquí mirando hacia el sur, uno detrás de otro, tenían que bajar a cruzar el Ríu Profundu para acercarse aquí. Cuando volvían a casa de noche, tras acabar el baile, habían de hacer el trayecto a oscuras en lo más frondoso del bosque. Algunos han contado extraños sucesos que les ocurrían bajando a esas horas por la zona de los molinos, en su mayoría historias de trasgos, xanes, encantos y diaños burlones, seres mitológicos dueños y señores de estos parajes salvajes e indómitos, el espíritu salvaje del monte que se hace patente en estas creencias
Los diaños burlones tenían la virtud de transformarse en animal para armarlas muy gordas y meterles sustos de miedo a quienes se atrevían a andar por allí a esas horas intempestivas, célebre era el caballo solitario que algún mozo montaba, para regresar a casa más descansado, y que de improviso arrancaba un enloquecido galope soltando risotadas e improperios: era el diañu. Sin duda por eso la procesión de almas en pena, la güeste o güestia y sus lluminaries o luces fantasmagóricas que se veían en la lejanía, repetía aquella letanía que decía... "¡Andái de día, que la noche ye mía!"
Subimos ahora un poco...
Y reenganchamos con la carretera AS-332, yendo a la derecha
Aquí el potru ferrar, donde se herraba el ganado
Preciosa campiña de Breceña
De frente, La Infiesta
A la izquierda el Monte Tandión (501 m), que ya nos aguarda para subir a Sietes
Otra fila de casas en El Carcón
Caballerías en el prado
Las casas de El Charcón se disponen en dos filas, pegadas una a la otra, trasversales a la carretera. esta es la segunda
Abajo El Profundu, arriba, de nuevo la larga fila de cumbres de La Soma y Peña Cabrera, desde Peña Blanca al Miravete
Una nueva vista también de los pueblos y lugares existentes en sus faldas...
La Madrera: ahora ya se ven bien las casas de abajo, El Llugar de Baxu, así como la casa natal del Ratu la Madrera
La Madrera figura en la parroquia de Coru en lo administrativo civil, si bien en lo eclesiástico pasó a Llugás en 1953 por tener mejor comunicación. Sus casas, donde llegaron a vivir 136 habitantes hasta los años 50, se extienden por las laderas del Cotubellosu (528 m), en la Iría la Madrera, cerca la Fuente Llavandera y entre las riegas de El Pradal y El Charcón
El Llugar de Baxu
También el poeta Jesús Redondo Llavona le dedicó estos versos a La Madrera ...
"AL PUEBLÍN DE LA MADRERA
Un güen día desde Xixón
antoxósenos marchar
a mín y a la mio muyer
hasta un pueblín de Llugás
por mor de beber unos culinos
y con aquella xente hablar
Si se terciaba el casu
depués de bien xintar
fabes, tocín y morciella
con tucu, tan güenu per allá,
acerquéme a dalguna espicha
que non falten nel llugar
Manque allí llegó el adelantu
como enotru pueblu cualquiera
de facer la llabor con tratores,
sin que non haiga la andecha
de toos los vecinos,
como antes -¿quien lo vinera?-
se xuntaben a segar,llabrar
y facer llabor cualaquiera,
llenos de alegría los corazones,
en sin pizca maldá siquiera
Así vi esti pueblín,
cuyu nombre ye La Madrera,
onde, por haber de tou, hay
sidre, tocín boroñas
chorizu y moricella
y la Calle el xiblíu,
que dalgún mozu descurriera,
cuando pa llamar la moza,
de esti mediu se valiera
porque dalguna sidra
yos ficiera "xiblar" a los bebedores,
pasada dalguna xuerga"
Prestemos atención, pues en el camino que sube a La Madrera desde Llugás por Los Caminos, Los Llanos y Cermuñu, hay un lugar muy importante
la capilla de San Mamés, donde se casaron José y Ramona el 1 de febrero de 1930, siendo los últimos que se casaron en este santuario en mucho tiempo, donde no solían celebrarse bodas, a no ser por aluna razón importante, tal vez según Hevia, por devoción
No hubo otra boda hasta enero de 2013, precisamente la de Rocío Vega, nieta del Ratu la Madrera, siendo su padre Máximo Vega Fernández, hijo del gaitero, quien hizo de padrino, siendo el oficiante el párroco Agustín Hevia Vallina, quien le contó a Rocío, para su sorpresa, que sus abuelos paternos habían sido los últimos en casarse allí. En la boda, como no podía ser de otra manera, sonaron las gaitas en honor a los novios con los sones del Ratu la Madrera:
La capilla es del año 1609, fundada por Pedro Vega y su mujer María de Costales que, al fallecer esta, siguió colaborando la segunda mujer de Pedro, María del Pedregal. Agustín Hevia recoje que Pedro era vecino de la zona, residiendo en Vallina Verde, y es fácil que fuese antepasado del Ratu la Madrera
La capilla de San Mamés fue restaurada en el año 2009 por los vecinos a iniciativa del párroco, acudiendo a la inauguración de las obras el arzobispo auxiliar de Oviedo Raúl Berzosa, luego obispo de Ciudad Rodrigo en Guadalajara. Hubo una gran romería con fiesta muy sonada en la fiesta de San Mamés, con el santuario rehabilitado
A la derecha nuevo paisaje de Cermuñu, los dominios de Cernunnos
Y más allá Los Llanos
Los Llanos y el Picu Miravete
Grupo de casas apiñadas aprovechando un recoveco en la falda de la montaña
Viene ahora un tramo relativamente llano junto a la entrada de la segunda hilera de casas
Y avanzamos hasta la siguiente curva, en dirección a las escuelas, en La Infiesta
Aquí pues, con mucha atención, cruzaremos para ir a dichas escuelas
Aquí dejamos la carretera para tomar este ramal
De estas capillas, su historia e historias, hablamos abundantemente cuando visitábamos la de Grases, erigidas siempre en lugares señalados, como las bifurcaciones, encrucijadas, o lugares de paso, en los accesos a los pueblos. La Contrarreforma católica revitalizó esta piadosa veneración al perdón de las ánimas por contraposición al protestantismo, que niega la existencia del Purgatorio y arremete contra las bulas e indulgencias
Con ello se promovió la idea que, tal vez, el Purgatorio no fuese otro lugar que la misma tierra, donde vagaban estas almas pecadoras lamentando su culpa y apareciéndose en ocasiones a los vivos para reclamarles misas o la solución de temas pendientes que dejaron en vida. Esto además integraría en la fe la creencia en fantasmas y sucesos o presencias paranormales que no fueron siempre muy bien aceptadas por la Iglesia
Adentro, vemos un cuadro que representa a la Virgen del Carmen con el Niño y, abajo, las ánimas que padecen los rigores del Purgatorio
Y esperando redimirse para lograr la Gloria
Al lado, el cepillo de les llimosnes
Y así, luego de visitar la capilla donde, quien más quien menos, suele tener algún recuerdo hacia los que nos precedieron, seguimos camín
El camín, que sube a La Infiesta
Atentos pues a las señales
En plena subida, un elemento importante
Aún quedaba en bien uno de los tres grandes mapas con tejadillo, colocados a instancias de la Tertulia Cultural El Garrapiellu en 1997 con el patrocinio del Principado de Asturias, a la vez que la señalización de toda la ruta con los postes y señales de madera
Pese al tiempo transcurrido extraña que jamás se haya hecho una reposición de la misma de manera integral. Se han repintado las flechas, voluntariamente por parte de particulares, algún Ayuntamiento puso en su momento alguna señal en algún lugar concreto, pero jamás se ha instalado una señalética integral a lo largo de todo el itinerario como en aquella ocasión
Aquí vemos, en un tono más claro, la ubicación de Breceña en el itinerario andariegu
Y lo que nos queda para llegar a Cuadonga
Sobre nosotros, las escuelas que, como solía ser, fueron construidas a primeros del siglo XX con aportaciones de vecinos residentes y de vecinos emigrantes en América
Tras de nosotros los barrios y lugares de Breceña por los que acabamos de pasar
La curva de la carretera y El Charcón
Arriba El Colmado y Casa Piloña
La carretera y El Charcón
El Charcón y arriba El Terreru
A la derecha de El Terreru la Casa Rectoral
Seguimos subiendo por El Camín de la Escuela o Camín de La Infiesta
Desde aquí a la izquierda disfrutamos de otro muy buen paisaje...
Rales, sobre el profundo, estrecho y boscoso valle del Ríu Carrión. Más allá, los altos de San Feliz, teatro de operaciones de El Bernabé, a quien dedicó una película en 2013 el director Pablo Casanueva. De él escribe así el escritor José Ignacio Gracia Noriega:
"Bernabé puede que haya sido el hombre más popular de la Asturias oriental durante algunos años.Si no se le podía encuadrar entre los bandoleros que Eric J. Hobsbawn clasifica bajo el epígrafe de «Robin Hood» (es decir, aquellos que robaban a los ricos para dárselo a los pobres), sí se tejió en torno a él una leyenda próxima al «sebastianismo»: es decir, que lo mismo que los portugueses esperaron que regresara su rey don Sebastián, muerto o desaparecido en la batalla de Alcazarquivir, en Llanes, de vez en cuando, se dice que Bernabé regresa; pero no regresa como bandolero, sino como indiano que vuelve para curar nostalgias y para ver a la familia (...)
A Bernabé se le torció la vida mientras hacía la «mili»: un día tuvo una discusión con un sargento y le rompió un mosquetón en la cabeza.El mosquetón rompió porque la culata estaba apolillada; pero Bernabé desertó y se echó al monte, no se sabe si por haber roto el mosquetón o haberle roto la cabeza al sargento.
Ambas cuestiones eran graves. Pero lo cierto es que nunca fue político, ni tuvo contactos con el maquis, ni jamás se unió a Juanín, un «huido» santanderino, a medias partisano, a medias bandolero. Yo le pregunté al guerrillero Pepe Mata por Bernabé y me contestó que no lo había conocido; tampoco le conoció el comandante Flores.
Los escenarios de Bernabé eran los de la Asturias oriental, que conocía perfectamente, porque había sido cazador, y alguna vez llegó a León en sus incursiones.
También había sido tejero. Yo recuerdo la noche que asaltó a un pariente mío, que acababa de llegar de México, disfrazado de guardia civil. Mi pariente, Nacho, tenía a sus hermanas en Serronda, en Posada, pero se fue a dormir a Llanes.
Fue a mi casa y estaba muy nervioso. Yo era un niño y cenaba huevos fritos con arroz blanco. Siempre que como huevos fritos con arroz blanco me acuerdo de Bernabé"
"...que estuvo secuestrado durante unos días por el bandolero y que obtuvo, de aquella poco deseable experiencia, material literario: en parte así habrá compensado las cien mil pesetas que Bernabé le exigió a su familia, lo que era una cantidad importantísima a comienzos de la década del cincuenta..."
Y este es el relato, también ya mencionado, del también escritor Héctor Vásquez Azpiri, publicado en la entrevista de J. Morán en La Nueva España:
"En 1951 fue el secuestro. Veraneábamos en Celorio, cerca de Barro, y el que cuidaba la casa era Jesús Somoano. También teníamos una cocinera, Esther, y otra chica que era una preciosidad de mujer. Llegaron por la noche el Bernabé y Eduardo. Éste iba disfrazado de veraneante y Bernabé, que era pequeño y cabezón, de mujer, con falda y pañuelo en la cabeza. Yo estaba acostado ya y mi madre, para no asustarnos, nos avisó diciendo que habían llegado unos amigos. Mi padre estaba limpiándose los dientes, bajó y se encontró con que uno de ellos tenía una bomba de mano con la anilla ya quitada. Yo estaba en la cama; Bernabé entró y puso encima un pistolón, un nueve largo. "Tú eres Bernabé", le dije. "Sí, por suerte o por desgracia", respondió. No me hice el valiente, porque hubiera sido una estupidez; lo llevé con frialdad. Piden el dinero, pero no lo había en casa, así que querían llevarse a mi padre, pero yo, qué coño iba a entenderme con los bancos, con lo que me llevaron a mí como garantía. Salí amarrado y aquella chica empleada se lanzó a darme besos. Me besó las manos, y Eduardo me miró contrariado, como si a él le gustase la chica y creyera que yo me había estado aprovechado de ella. No era así; yo le tenía un gran respeto. La cocinera le decía de mí a Bernabé: "Es muy buen rapaz, muy buen rapaz". Lo conocía desde niño».
«Me llevaron al monte. El Bernabé se quito la ropa de mujer. Llevaba pendientes y le pedí uno de recuerdo. Me lo dio, pero luego me lo quitó la Guardia Civil, tras el rescate. Entonces se disfrazaron de guardias civiles, y aunque el disfraz era malísimo (el rombo del uniforme era de tela, por ejemplo), daba la sensación de que eran guardias. Cogieron también unas metralletas y todos los trastos de matar. Pasamos cerca de la carretera y vi pasar algún camión. Sentí envidia de aquellos camioneros. Tuve que escribir el itinerario que tenía que seguir Jesús Somoano para llevar el rescate al monte. Tenía que pasar por varios pueblos antes de llegar a nosotros, ir en bicicleta con el dinero, y con una pernera arremangada y un pañuelo en la cabeza con nudos. Al escribir esa nota es donde noté cómo era Eduardo, porque dijo que el pañuelo iría atado "a guisa de boina". Cogí lo de "a guisa". Él también había dicho en otro momento "es que nos ponen ustedes en esta tesitura". El Bernabé, en cambio, era una bestia y se ponía muy violento. Al principio, echaba mano a la pistola y decía: "¡Cago en D?! Aquí morimos todos". Bernabé era un tío al que si le pisas un callo se creía con derecho a matarte. El Bernabé dictaba la nota de instrucciones y yo le corregía alguna falta de sindéresis. Le decía "aclárate", porque yo era un purista y no toleraba un gerundio mal empleado. Antes de que me sacaran de casa ya le había corregido otra vez. Le hice bajar unos miles de pesetas del rescate, porque le dije: "Coño, llévate en su lugar unos prismáticos, que te vendrán bien". Suerte que los encontré en casa y se los di. Pero así como el Bernabé era un animal, cuando Eduardo dijo lo de "a guisa" lo vi como una persona mucho más serena. A Bernabé le pregunté si había leído la novela "Sachka Yegulev", de Leonid Andreyev, que va de un secuestro. "Yo no leo", me respondió, así que era el otro con el que podía hablar y, en fin, defenderme. A Eduardo le apunté escritores que podía leer, porque estaba muy atrasado. Contaba chistes antiguos, como el de un tartamudo de los años veinte. Le puse un poco al día y le conté chistes más recientes. Me dejó un bloc y le escribí los nombres de escritores».
«Pasé un momento malo cerca del Cuera, no lejos de Porrúa. Me dice el Bernabé que me tire al suelo y veo que sacaba un puñal. Pensé: "No voy a dejarme morir estúpidamente", pero lo que sucedía es que pasaba por allí el agua de Porrúa y él pinchó en el plomo de la tubería para que bebiéramos. Pasé miedo en ese momento y cuando hubo un tormentón. Me habían puesto un saco en la cabeza y cayó un rayo. Caí por el suelo como llevado por algo. Fue una sensación muy desagradable que mucho tiempo después padecí también una vez en México, durante un terremoto. Te entran las náuseas de repente y tienes ganas de vomitar. El secuestro no llegó a dos días. Llegó Somoano en la bicicleta. Bernabé había bajado antes a esperarle, a la carretera del Pozal, y me dejó con Eduardo. Después subió con el fajo de billetes. Sacaban limpias 100.000 pesetas, pero creo que mi padre, por equivocación, les dio 10.000 pesetas de más. Pasan cosas curiosas que no se esperan. En Celorio estaba un indiano de México, aunque apenas teníamos trató con él. A pesar de que mi familia no podía decir nada del secuestro, por orden de la Guardia Civil, lo supo la gente y este indiano se prestó a mi padre para darle el dinero, pero él no lo aceptó, sino que fue al banco y lo sacó..."
«Me llevaron al monte de nuevo, antes de separarnos. Ahí es donde metí la pata otra vez, porque sin querer le di un manotazo al Bernabé, que tenía la pistola en la mano. No pasó nada y me despedí de ellos. Le di la mano al Bernabé y le dije: "Espero que no nos veamos más en estas circunstancias, sino más amistosamente". Me dijo que no diera parte hasta el día siguiente por lo menos. Lo prometí y lo cumplí. También me dijo que fuera caminando hasta casa, que estaba en el quinto coño, bajo la lluvia. Eso no lo cumplí. Somoano y yo cogimos un taxi de Posada. El taxista, que también era electricista, me contó que había pasado miedo porque pensó que lo íbamos a atracar. Llegué a casa y estaba allí aquel indiano. Mi padre por poco me rompe los huesos del abrazo que me dio. A Eduardo lo pillaron al cabo de años, después de que matara al Bernabé. Cuando pidieron la pena de muerte para él, mi padre fue a verle a la cárcel. Se la conmutaron. Eduardo había estado en el maquis y antes de la guerra había matado a alguien en la mina. Tenía el pretexto de la guerra para sus andanzas y sobre él pesaba la acusación de varias muertes. El Bernabé había estado haciendo la mili en Oviedo y le dio un golpe un sargento. Cogió una pistola y no sé si le mató a él o a otro, y se tiró al monte. El Bernabé era un ser deforme, hinchado de cabeza. Además tenía una encefalitis y por lo visto daba voces en el caserío donde estaban escondidos. Eduardo, por miedo a ser descubiertos, cogió un piquete y se lo quitó de en medio»
Impresionantes historias que, junto con otras muchas más, aún podremos oír contar, como las leyendas de antaño, en estos pueblos del Camín a Cuadonga...
Absortos una vez más en las historias de Bernabé, acaba la cuesta así al lado de la torre de la luz
A la izquierda, divisamos une vez las majestuosas peñas calizas del Sueve
A la derecha, la magnífica entrada y fachada de Les Escueles...
A diferencia de otras escuelas de Villaviciosa, la documentación relativa a su construcción, con sus planos y demás detalles y aconteceres, ha desaparecido, supuestamente por estar en la Universidad de Oviedo, asaltada en la Revolución de Asturias de 1934. Solo se conserva una carta en la que una comisión vecinal manda una carta, firmada por Eduardo García Venta, solicitando ayuda para construirlas "A todos los hijos de Breceña residentes fuera de la parroquia y especialmente en las Américas"
En la carta se estipula un presupuesto de unos "50.000 reales para la mano de obra y materiales", manifestándose el deseo de ser inauguradas en las fiestas del Rosario de Octubre
El reloj fue una promesa electoral del diputado del Partido Reformista José María Rodríguez, cuyo nombre, así como la fecha de inauguración, aparecen en la torre
El mecanismo relojero pesa 430 kilos, 200 de ellos las pesas, 150 el cuerpo principal y 80 el reloj.es de fabricación francesa y fue ensamblado en Palencia por los prestigiosos campaneros y componedores de relojes Mosés Díaz
Con la concentración escolar, desde los años 70 el edificio cayó en desuso y fue deteriorándose. Luego, avanzados los años 90 y ante las peregrinaciones a Covadonga, una parte fue habilitada para bar con comedor que ofrecía posada a los caminantes, La Casona del Camín. Tras su cierre el edificio fue restaurado íntegramente como sede social vecinal, celebrándose su centenario en 2019 con diversos actos
El reloj por su parte fue sometido a un minucioso trabajo de restauración a cargo de los joyeros-relojeros Áncora, llegando a poder conservarse y mantenerse sus más de 400 piezas gracias al relojero avilesino Juan Ramón Ruiz. Se trata de una pieza histórica que hoy en día sería prácticamente imposible de comprar por su complejidad y su fabricación absolutamente artesanal
De frente a las antiguas escuelas Casa Lino
Pasamos junto al hórreo
Debajo del hórreo, un carro del país, con sus ruedas en forma de H
Subiendo entre pomares a las casas de La Infiesta
Hay otra pequeña cuesta en subida
Ahora otra bifurcación, yendo nosotros a la izquierda, pasando detrás de Casa Manolo, también llamada de Jesús Riera
Aquí termina la rampa...
Casa José Venta
Las casas forman en La Infiesta una verdadera calle a los lados del camín...
Seguimos así todo recto calle adelante...
Casa Manuel de Rita, la parte de atrás
A la derecha, mesa y mantel...
A la derecha, la pasar, vemos la fachada de Casa Higinio y Casa Pepe
Justo, enfrente, la mesa...
Otro antiguo llagar
Al pasar veremos la delantera de Casa Manuel de Rita, con sus bancos a los lados de la puerta
Seguidamente Casa Prida
Pasamos también al lado de ella
Más adelante a la derecha Casa Segunda o Casa Oliva
Hermosa calejuela rural...
Un viejo y oxidado Seat 600, de los construidos entre 1957 y 1973, símbolo de toda una época, a quien Moncho Alpuente compuso la canción Hombre del 600...
"No importa que te llamen domingueroairados los taxistas al pasar.Mañana es fiesta y no recuperable,ha de lucir un sol primaveral.San Marcús Welby en la televisiónmilagroso, un infarto curará.Atentos al pronostico del tiempoaguacero, chubasco temporal...Adelante hombre del 600la carretera nacional es tuya
Ya se levanta el héroe del domingo,ya ruge su caballo de metal,ya se cala la gorra y acelera,la ciudad queda atrás.Unas gotas de lluvia en la comida,no te preocupes pronto escampará,Concha coge a los niños que parece,que la cosa va a más.El héroe del domingo cabizbajo,agarrota su pie contra el pedal,la lenta procesión, camina al negro pozode la gran ciudad.Mañana es lunes, la semana empiezafatigado el caballo de metal,triste figura porta el caballero,doña Concha empieza a bostezar.Ahora no corras Pepe ten cuidado,ese loco que viene por detrás,hay que parar porque la niña tieneirresistibles ganas de bajar"
Ahora ya no está, pero el espacio no ha quedado vacío
Carro del país y carro de labranza o de rayos (radios), dos buenos ejemplos
Desde el hórreo continuamos ruta
Y salimos de La Infiesta por El Serraderu, donde antaño hubo una "sierra de aire", sierra para serrar troncos a mano entre dos personas
En El Serraderu, a la derecha, otro gran paisaje
A lo lejos el Tandión guía nuestros pasos, al otro lado está Sietes
Balagares en tiempu la yerba
La Carretera Anayo; al pie del Picu o Monte Tandión está el desvío a Buslaz, por donde sigue el Camín a Cuadonga
Frutales en la finca...
Y más balagares
Al fondo a lo lejos, los montes de Sietes y Piedrafita aguardan por nuestra visita,,,
Bajamos hacia la carretera
De nuevo en la AS-332
Enlazamos con ella una vez más en Piecamín
Primeramente viene un tramo llano, o en suave bajada
Una curva de la carretera antigua: sigamos de frente
Pronto empezaremos a subir, hacia La Cruzona
Contemplamos la subida al Tandión
Y a la izquierda más paisajes de Rales
Rales donde, como en Coru, también celebra Los Martilinos, el 27 de septiembre, con preciosa romería
Los Martilinos tienen capilla propia de San Cosme y San Damián, cuyas imágenes se dice se libraron de la quema en la Guerra Civil al ser arrojadas a un maizal, permaneciendo luego escondidas hasta el final del conflicto
Si nos fijamos, a la derecha, barrio de Cimavilla, veremos iglesia la veremos la iglesia parroquial, dedicada a San Antonio de Padua, de entre los siglos XIII y XIV. A su lado está la citada capilla
Allí estaban la Casa Rectoral, actual hotel rural y La Casa'l Xastre, recordándose con especial cariño el chigre de Casa Melín, uno de los tres que hubo en Rales, donde había bolera y baile
Más a la izquierda los barrios de La Pandiella y El Fresnu
Aquí empezamos a subir en La Cruzona
La Garita, cerca de Fontanielles
Otra curva de la antigua carretera
Curva cerrada, estemos atento al paso de vehículos...
Desde La Cruzona, mirando atrás, tenemos un buen paisaje de Breceña
Con La Infiesta en primer término
En La Cruzona, un cruce, en el que iremos a la derecha. Durante años se iba a Sietes por la vieja carretera, poco más que una estrecha caleya asfaltada. No había demasiado tráfico y este pasaba muy lento. Aún así, para evitar ese tramo de asfalto, la Tertulia El Garrapiellu, señalizó una ruta alternativa por el Monte Tandión de la que informaron vecinos de Buslaz, la cual es la que vamos a seguir
Naturalmente quien desee ir por la carretera puede hacerlo, suelen ser ciclistas o algunos caminantes, sobre todo en circunstancias de mal tiempo, eso sí, extremando al máximo, como siempre decimos, las precauciones al circular por carretera sin arcenes
En un principio no iba demasiada gente por la ruta del Tandión pero, al hacerse la carretera nueva, más ancha y mejor asfaltada y peraltada, además de tan necesaria para la comunicación de estos pueblos, empezó a hacerse más atractivo para caminar el ir por el monte, apartados de asfalto y vehículos, los cuales pasan a mayor velocidad. Tampoco existe arcén por lo que, quitando en todo lo posible asfalto, va a ser esta la ruta que paso a plantear que es en principio ahora la única señalizada, o la que tiene al menos la señalización más repintada
Estamos a 500 metros de Buslaz. En la pintura vemos, en amarillo más tenue, la primer señalización de 1993, si nos fijamos una primera flecha señalaba la carretera. Luego un tiempo se pusieron dos como dos alternativas, ahora una flecha amarilla grande tapa la antigua y, todas las demás, señalan únicamente la ruta por Buslaz a Sietes subiendo el Tandión
Y así, mayormente en llano, bordeamos la falda del Monte Tandión
Un agradable paseo por la biesca autóctona...
La carretera de Buslaz también ha sido ensanchada, se notan las señales del desmonte...
Afloran las paredes rocosas, que se llenan de musgo...
En la curva un antiguo bebederu del ganáu, un abrevadero
Luego una cabaña
La carretera pasa entre ella y la pared rocosa del monte
Exactamente por en canto de aquella ladera sube desde Buslaz el camino a Sietes
En invierno, con buena parte de los árboles "desnudos", vemos mejor el trazado del camino de Buslaz, otro de los barrios de la parroquia de Breceña
Vemos ahora muy bien la falda norte de La Soma. Cotubellosu, Peña Cabrera... que cae al Espinadal
Abajo, algunas casas de Buslaz...
Ahí tenemos los lugares de La Madrera, a la izquierda, el más cercano, luego la capilla de San Mamés, a su derecha Cermoñu y a la derecha Los Llanos
La Madrera, foto de paisaje de invierno...
La capilla de San Mamés
Luego está Cermoñu
Y allí Los Llanos y Los Caminos. Detrás a lo lejos, el Altu la Cruz, por donde, subiendo de Pión, bajamos a Niévares. A la derecha el Monte o Picu Curiella o La Curiella (535 m), todo ello en el Monte Cañéu, del que tanto hemos hablado en los primeros tramos de esta travesía andariega
Más abajo solitaria, en la empinada ladera, otra casa
Es Sobia, en el medio del camino que baja a los Molinos del Profundu tan estudiados por nuestro amigo, el tantas veces mencionado Rafael Balbín Loredo
El Profundu, y todos los campos de Breceña, Coru, Llugás y Fuentes, caen hacia tan molinero río, donde Rafa Balbín localizó hasta 22 molinos hasta la unión del Profundu, Espinadal, o Remolina, según por donde pase, empezando por el Molín de Sotu, al pie de Buslaz, y siguiendo por el Molín de Balbín, el Molín d'Arriba, Molín de Rosicu, Molín de Peruya, Molín de Rea, Molín d'Esprón, Molín de la Peña (parcialmente recuperado y con salto o cascada), Molín de la Ullina, Molín de Lalón, Molín de Pascual, Molín d'Arriba, Molín de Periniles, Molín de Pachón, Molín de Perea, Molín de José Xico, Molín del Pitu, Molín de Trabanco, Molín del Profundu y, de los que ya hablamos pues coincidimos cerca de ellos, el Molín de Villaverde, el de Griselda, y el Molín de Peña, el de la tahona y fabrica de chocolates cuando el río ya es llamado La Vega al dar sus aguas al Viacaba
Aquí abajo, los de Breceña según nos dice también Rafa, eran en su mayor parte de vecería esto es, de varios dueños que tenían su vez o turno para ir a moler el grano, por contraposición a los otros, los de maquila, por los que sus dueños, particulares, maquilaban, esto es, cobraban un tanto o maquila de la molienda, medido en celemines
En su libro Los Molinos del Profundu Rafa escribe:
"... un total de once molinos, más de la mitad de los que nos encontraremos a lo largo de nuestro recorrido. Esta concentración puede deberse al mayor distanciamiento geográfico de la parroquia respecto al núcleo central del concejo de Villaviciosa y también a la mejor y mayor producción de cereal que se daba en las zonas altas del concejo"
Abajo, las quintanas de Ñovales, al pie de La Infiesta
Caserías y quintanas desparramadas por las faldas del monte, a nuestros pies
Más a lo lejos Seli y La Vallina. En El Profundu está el Prau la Doncella, con sus historia de encantamientos, referida ya por el folklorista Aurelio del Llano y que Rafa Balbín nos presenta así:
"La historia que se centra en el Prau de La Doncella nos habla de una moza de Coru que se encontraba cuidando el ganado. De pronto comenzó a oír que alguien cantaba en la zona donde se encuentra dicha peña y donde observó que colgaba un hilo de oro. La muchacha comenzó a tirar de él, pero a la vez veía que una de sus vacas de le escapaba. En su afán de ir tras ella, se vio en la obligación de cortar el hilo, y acto seguido de hacer esto oyó una voz: "Maldita seas, que por una vara de hilo me dejaste encantada"
Admirando el paisaje nos adentramos de nuevo en el bosque...
Curva a la derecha...
En la curva otra referencia...
Otro pequeño abrevadero, donde el ganado abrevaba antaño al ir o al volver del pasto, antes que hubiese agua corriente en las casas...
Testimonio del pasado...
Y ahora, un poco de cuesta...
Luego de la siguiente curva entraremos en Buslaz...
A la derecha crecen los helechos...
Tramo de sol...
Y zona de sombra...
Túnel de arbolado en la puerta de Buslaz
Fincas a la derecha
Hay un buen paisaje
La pumarada...
Nueva vista hacia El Profundu...
Seli y La Vallina, más allá Camoca y en lo alto El Monte Cañéu
A la izquierda el Altu la Cruz... por donde vinimos bajando a Niévares
Los Llanos...
Y llegamos así a Buslaz, otra de las aldeas, barrios, lugares, de esta parroquia de Breceña
En Buslaz enlazaríamos con la Ruta de los Molinos del Profundu, que sube a la derecha
Llegamos a Buslaz por la parte alta del pueblo, en El Barriu Riba, pero nada más entrar... ya vamos a salir, tomando el camino de la izquierda frente Casa Quilina y Casa Valle, donde asoma el texu
A la izquierda Casa Lola, con su hórreo
Aquí arranca la subida al Monte Tandión, camino de Sietes
Vamos pues hacia Casa Lola
A la izquierda de Casa Lola, entre esta y el cobertizo, sigue el camín
Yendo a la venerada capilla de San Xuan
San Xuan de Buslaz, en medio del camino de Sietes, recibe y, a la vez, despide del pueblo, "a los pelegrinos que van a Cuadonga a ver la Santina"
Podemos visitarla, subiendo en un momento por la escalera
Entramos al pórtico y vamos hacia la puerta, adintelada, como las ventanas laterales
Este es el interior de la pequeña capilla
El pórtico es muy acogedor... ¡cuantas veces nos guardó de inesperadas tormentas en el Camín de la Santina!
Regresamos al Camino...
Es indistinto ir por la derecha o por la izquierda, como hemos dicho, la capilla está en medio de la senda que asciende el Tandión para poner rumbo a Sietes
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