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lunes, 18 de mayo de 2020

SIETES (VILLAVICIOSA): LA "REVOLUCIÓN RENACENTISTA EN BUSCA DE LA ETERNIDAD", LOS HÓRREOS, EL PALACIU, EL CASINO Y PERVIYAO, "LA PATRIA DEL CURANDERU". CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (10)

Mapa del tramo de camino de este artículo
Capilla de Buslaz
Nada más entrar en Buslaz, parroquia de Breceña, concejo de Villaviciosa, el Camín a Cuadonga empieza a subir el Monte Tandión por la capilla de San Xuan, sita justo en medio de esta senda que nos llevará, tras una buena subida a Sietes, en la parroquia de Samartín del Vallés


Detrás de la capilla sube el camín...


Una hermoso sendero de tierra y piedra que asciende junto a las fincas, a la derecha, y a la izquierda la ocalital


Primeramente entre lloreos, esto son, arbustos de laurel, que componen un bello túnel vegetal


El suelo tiene como pavimento natural en muchos tramos, la roca madre que aflora a la superficie


Salimos a unas fincas


Y en las fincas, una bifurcación: seguimos subiendo, a la izquierda


A la derecha vemos el Monte Tandión (501 m). Nosotros pasaremos muy cerca de su cima, un poco a la izquierda


Otra bifurcación: ahora a la derecha, En medio de los dos caminos hay un depósito con fuente


Agua del Monte Tandión, agua de Buzlaz, de la que siempre mana un chorro


Pasamos al lado de la fuente-depósito en dirección a la ocalital, el monte de eucaliptos


La gran peña que es el suelo forma aquí una especie de escalones


Y luego suelo de verde hierba



Abajo a nuestra derecha las profundidades del Ríu la Remolina, también llamado, con todo merecimiento, El Profundu, al sur cerrado por la línea de cumbres al este de Peña Cabrera y Cotubellosu: Brisandi (456 m), La Bedul (505 m), Tarandines (496 m), Peña Blanca...



Más cerca, el Tandión sigue orientando nuestros pasos...


flechas en el suelo, a falta de otro lugar, confirmando que vamos en buen camín


Camín que va ganando altura serpenteando ligeramente...


El suelo sigue siendo pura roca


Más peñas haciendo escalones


Una muy hermosa caja caminera


Viejo empedrado. Estos caminos son muy, pero que muy anteriores a las actuales carreteras


Estamos, mismamente, caminando por el canto de la montaña, su cresta


La pista es ancha y, aunque en cuesta, cómoda de caminar


Además de vecinos que van a las fincas, van por aquí madereros a las talas de ocalitos y, por supuesto, peregrinos, caminantes y senderistas



Las sendas de la historia...


Una buena castañalona...


Subida directa y en recta, monte arriba



Más escalones naturales...


Arriba impera el eucalipto...


La frondosidad de la vegetación se hace patente...



Subimos peldaño a peldaño...


Hay bastantes tramos en buena sombra


Piedras pisadas por innumerables gentes con el paso de los siglos


Crece la hierba en cualquier recoveco que deja la piedra


Un poco de curva a la izquierda...


Grandes helechos...


Y seguidamente otra buena rampa


Otro gran afloramiento rocoso en el camino...


Camino que se torna buen sendero entre la sebe, el espeso matorral


Abundan las zarzas de matos y escayos, así como el lloréu, el laurel


Y así continúa la subida por las faldas del Tandión


Hierba alta, aún sin segar, en primavera. Los eucaliptos a la derecha son jóvenes, cuando crezcan, formarán un tupido bosque


Enormes lloreos...


Finca plantada de eucaliptos...


A nuestra derecha volvemos a ver la cumbre del Tandión, donde hay un vértice geodésico


La línea de torres eléctricas nos sirve de referencia: junto a aquella vamos a pasar enseguida


La de arriba señala la cota más alta en el camino...


Túnel vegetal...


Inmersos en la inmensidad verde...


Zona de charcos... no tengamos miedo de mancharnos las botas, que para eso están


El camino es casi llano. Va acabando la primera parte de la cuesta...


Avanzamos por esta intrincada selva, en la que de todas formas se pasa bien


El camino es siempre lo suficientemente ancho


Preciosas arboledas


Este tramo viene a ser bastante llano y cómodo de caminar...


Un encantador paseo



Si alguna rama o planta molesta la apartamos con nuestro bastón. Eso suele ocurrir en primavera, con los grandes brotes verdes


Crecen las helechales...


Bifurcación y a la derecha, por el camino más pisado


Naturaleza exuberante


Una ablanal o avellano


Más eucaliptos...


Parece el cuadro de Las Lanzas...


Paraje solitario pero de serena belleza, "la paz del sendero, donde todo yace en reposo ajeno de inquietudes"


Un bosque de cuentu xanes... de cuento de hadas


Ya llegamos a la altura de la torre eléctrica que veíamos desde abajo...


Pasamos a su lado...


Lo que fue una finca es ahora una gran helechal...


El camino la atraviesa...


Y sube poco a poco...


Vistosas flores silvestres...


Otro buen repecho...


Y se divisa el final de la cuesta...


Aunque en primavera el paso se estrecha se camina bien...


Otro túnel boscoso...


El camino tiende a ensancharse un poco y vuelve el empedrado...


Un magnífico paso en el bosque...


Curva a la izquierda y en ascenso


Vuelven la roca y sus "peldaños"


Luego es senda de tierra, piedra, y verde hierba...


Más helechos en la vereda...


Ascensión continua...



A la derecha otra de las torres de alta tensión que nos sirven de referencia en este periplo montañero


Un buen lugar para detenerse a descansar y contemplar el paisaje


Ya altos, empezamos a tener muy buenas vistas hacia el norte


En la distancia es la Sierra de Cualmayor, dando vista a estos montes y valles, y al horizonte marino, con 325 metros de altitud en su cota más alta


En medio destaca Santa Eugenia o Santoxenia los Pandos, pero queremos destacar que a la izquierda y más lejos se divisa La Quintana, en Priesca, paso de los peregrinos del Camino Norte de Santiago hacia Villaviciosa


Santoxenia se extiende linealmente por un pando. A la derecha reconocemos bien su iglesia parroquial, dedicada, naturalmente, a Santa Eugenia, donde se celebran las sonadas romerías del Carmen o El Carme. Fue reformada a finales del siglo XIX siendo cardenal Victoriano Guisasola y Menéndez, quien pasó allí largas temporadas en su infancia y juventud. Eran de aquí muy afamados madreñeros y artesanos de la madera, existiendo el mote de picafueyes


A su derecha asoman las casas de Rales y, encima, las de Paniceres y a lo lejos y encima, el Picu la Cerrá (301 m): al otro lado entra en Villaviciosa por la Llera y Priesca, viniendo de Colunga, el citado Camino Norte de Santiago



A poco más que subamos ganaremos en perspectiva



Ahora, también al norte, otras buenas referencias visuales. A la izquierda el Monte Fariu (356 m) y a lo lejos, el Monte Rodiles



El Monte Rodiles (129 m), enfrente de la mar y al lado de la playa de igual nombre, que no vemos desde aquí, a la izquierda de la Ría de Villaviciosa, en la parroquia de Seloriu, monte y contornos con señales de hábitats castreños, romanos y altomedievales, pues hubo una población relacionada con la ensenada y puerto natural que es la actual playa



Aquí más cerca de nosotros, Los Pandos


Aquí "cerca", en primer término, Pandu, barrio de Breceña. Más lejos a la izquierda, en la falda sur del Monte Fariu, Cueli, en Miravalles, que el profundo surco del Regatu Ordiales separa de la parroquia de El Bustiu, solar de los abuelos del histórico boxeador Gonzalo Cortina Cueli, El Tarandín, y de cuyo barrio de Batón es José Noriega, cantante de asturianada. Al otro lado del monte, se baja a Sebrayu, cerca de Seloriu, paso a Villaviciosa del Camino Norte de Santiago


El camín tiende a llanear, para luego subir poco a poco...



Al fondo otra de las torres. A la izquierda, más paisajes y referencias


Una magnífica vista del Puertu Sueve, del que tanto hemos hablado y del que tanto habremos de hablar, pues nos acompañará durante gran parte de nuestra travesía andariega. Aquí reconocemos bien ahora toda la vertiente occidental de la sierra, sobre el valle del río Lliberdón. Ahora, además de las ya citadas alturas del Pienzu, Mirueñu, Fontanielles, La Salgar... también reconocemos las cuestas a majadas como la de Espineres, donde se celebra la Fiesta del Asturcón, el caballo de los astures

Y aquí abajo Samartín. cabeza de Samartín de Vallés, la parroquia a la que pertenece Sietes, justo a los pies de Los Llanos de Lluexe, excelente mirador ante el Sueve y campo de túmulos, uno de cuyos dólmenes parece haber sido hito de referencia desde tiempo inmemorial. También hay un castro astur, del que se conservan señales y topónimos, como El Terreru'l Castru. El mismo topónimo Vallés parece tener que ver con vallatus, vallado o fortificado


Reconocemos sus barrios: El Navaliegu, El Cuetu, El Llugar, La Carbayera, o La Quintana. Ahí fuero famosos Casa Luis el de Ladia o Casa'l Gaiteru, antiguo chigre de Samartín, los llagares de Inacio, de José de Mercedes, o el gran acordionista Gonzalo de Samartín. Se bailaba debajo de los hórreos. A la derecha del todo está la iglesia de San Martín, que se supone construida hacia 1350, si bien llegó a nosotros muy reformada

Samartín, a veces llamado Vallés, está sobre la profundísima riega del Ríu Samartín, donde molieron ocho molinos. La distancia era tal, según cuenta Rafael Balbín Loredo en su libro Los Molinos de Maliayo, que tardaban nada menos que bajar a uno de ellos, el más cercano, el Molín de Nurusiellu, llevando al bajar los sacos de grano, y al subir, los de la molienda, quien podía con el burru, quien no a llombu


Más allá, en el monte al otro lado de las profundidades del Ríu Samartín, El Picu la Cotariella (485 m) y a su derecha Fanu, en la parroquia de Lliberdón (Colunga), lugar a 410 metros de altitud, cuya fama montañosa atestigua el cantar...
Buen llugarín del de Fanu
si nun fuera pola fueya
cae muy cuesta arriba
y nun aguanta na tierra

Topónimo vinculado al latín fanum, pequeño templo, es lugar de notable antigüedad, mencionado por primera vez en una donación de bienes de un tal Fakilo al monasterio de Santa María de Lliberdón


Un poco más de cuesta mientras seguimos oteando el paisaje



Y ahí está otro de los grandes barrios de Samartín del Vallés, Piedrafita, topónimo que parece asimismo relacionado con las citadas piedras dolménicas y sus referencias sociales y geográficas como límites de territorios


A la derecha son los altos de La Picota, comunicación con Samartín, la capital parroquial. por la zona de El Cuetu


Piedrafita extiende su caserío a lo largo de la carretera a Rales, dividiéndose a la vez en quintanas o lugares: a la izquierda Lluexe, al pie de los campos de este nombre. A la izquierda de El Cuetu vemos ahora El Charcón


El Charcón y La Plazuela, donde estuvo el chigre de Casa Lalo Carrión. Más a la izquierda El Campu, solar de la capilla de Santa Lucía...
Per Santa Llucía mengua la nueche y créz el día, pa Navidá tol mundu lo sabe yá, y pal Añu Nuevu yó lo conóz hasta'l perru

Y, cerca del cruce con la carretera As-332, que pasa bajo nosotros, El Cebellín. Hay entre Piedrafita y este cruce una capilla de ánimas, el Oratoriu La Vega, así como lo que queda de la antigua escuela, que no podemos ver desde aquí, donde iban los niños y niñas de toda la parroquia y, donde dieron clase en sus tiempos José Avelino García Toyos y doña Pilar



En la distancia, el mar y La Rasa de Lluces, ante el Cantábrico


Lluces, en la parroquia de Llastres, Colunga, que extiende sus barrios linealmente a lo largo del camino que atraviesa esa llanura de la franja litoral. La Granda, Palmián, Aspo, El Vallín


No llegamos a reconocer El Faru Llastres, inmortalizado, como todos esos rincones, por la popular serie de televisión Doctor Mateo


Más cerca, Llué, otro pueblo de Colunga que se extiende linealmente por los viejos caminos que comunican con Villaviciosa por el litoral...


En las inmediaciones se encuentra el célebre Museo del Jurásico de Asturias, no en vano es esa la llamada Costa de los Dinosaurios, en cuyas playas, pedreros y acantilados han sido hallados numerosos testimonios de los grandes saurios


La "última" torre eléctrica de la subida al Monte Tandión, que se ve desde muy lejos, es también nuestra referencia para saber donde acaba esta cuesta


A partir de ahora el trayecto será llano hasta Sietes


Más helechos y eucaliptos


Justo a la izquierda debajo de nosotros, en el cruce de Piedrafita, están el cementerio de Sietes y el Monte Llavayos, que no vemos, pero de los que conviene hablar, tal y como escribimos en el libro El Camino de Gijón a Covadonga...
"...  por culpa de estar en un lugar tan apartado y despoblado, aunque boscoso, fueron sitios muy dados a historias de fantasmas y aparecidos, que a veces aún se cuentan por los alrededores, aunque más bien protagonizadas por algunos vecinos de muy antiguamente,  con ganas de dar sustos a quienes pasaban por aquí de noche, que por verdaderas ánimas en pena. En todos los pueblos, antes que no había luz por los caminos y todo era una absoluta penumbra, siempre había alguien bien dispuesto para ponerse un sabanón blanco y andar rondando por las inmediaciones de los cementerios para espantar de pánico al primer desaprensivo que se encontrasen. Además, ciertas apariciones de "fantasmas" siempre ayudaban mucho a los donativos y rogativas..."¡ Cuando nós yéremos vivos andábamos a estos figos y ahora que somos muertos andamos per estos güertos !" clamaba la hueste de fantasmas vestidos con mortajas y cirios encendidos que resultaban ser huesos llameantes, las leyendas de la güestia"

Y proseguimos:
 "Aparte de fantasmas, una tradición más mitológica es la de Les Xanes del Monte Llavayos, detrás del cementerio, que salían a asoleyar oro (poner oro al sol, se pensaba que el oro eran pedazos del sol) en La Fuente'l Fresnu, lo más intrincado del monte (los que hacen la ruta desde Buslaz pasan unos cuantos metros bastante más arriba). Hasta se contaba de gente que intentó, infructuosamente, "dir a roba-yos l'oru a les xanes" pero hace tiempo que no se ven xanes en estos parajes, claro que quien sabe, también es verdad que nadie ha ido últimamente a ver si aún seguían allí o se fueron para otro lado. Si pasamos de noche o a la alborada estemos atentos a cualquier contingencia: hay compañeros de caminata que tienen por costumbre dar algún que otro susto al pasar por el lugar a ciertas horas"

Gran informante de esta y otras muchas historias fue nuestro amigo, natural de Sietes y tantos años vecino de Deva, Gonzalo Cortina Huerta, cuya memoria habrá de protagonizar otros episodios de nuestra andadura por estos lugares



Y de pronto, el paisaje cambia en la cima de la montaña y vemos unas casas


El Campón, el primer barrio de Sietes en este itinerario, en lo alto del pueblo, dando vista al Sueve


Cuando la vegetación crece, como en estos brotes primaverales, sus altas paredes naturales encierran el camino


Es una auténtica trinchera verde...


Salimos así a otro camino...


Y en el cruce, naturalmente, iremos a la izquierda, hacia El Campón


Una preciosa senda de tierra que nos llevará hasta Sietes


Extensas fincas muy llanas, por eso esto se llama Llaneces...


Tierras de cultivo que señalan la proximidad de la población


 Pasamos junto a una torre más...


Rodadas de tractores...



Accesos a las fincas


Buenas arboledas...


Han segado del prau de la pumarada


Un muy agradable paseo para entrar en Sietes por la zona de La Granxa


Vemos ya unas casas...


Allí, una nave, con las letras de Sietes pintadas, advierte nuestra llegada. No deja de ser llamativo que el apòdo del vecindario sea el de pelegrinos



Es una bifurcación: vamos a la derecha


Las casas de El Campón como referencia


Seguimos pues la senda...


El Campón, como su nombre dice, campo grande, y llano. Por esta zona nos dicen estuvo la Casa Mel de Roque


Cierres de fincas


Un  entrañable cartel artesanal entre la yedra nos da la bienvenida a Sietes


Portiella de madera



Nos dirigimos a un cruce a la altura de esta casa...


Casa Casimira'l Campón, donde tenemos una disyuntiva


Podemos ir a la derecha, por La Cuesta'l Campón, bajando directamente a la iglesia en El Llanu Riba, o a la izquierda por La Carcobina: ambas posibilidades se unen abajo, en Casa Prida, el chigre de Sietes, que cuenta con alojamientos para visitantes, excursionistas y peregrino

Vamos a presentar las dos posibilidades, empezando por la derecha por La Cuesta'l Campón

1 ) OPCIÓN DE LA DERECHA: LA CUESTA'L CAMPÓN Y EL LLANU RIBA:


Siguiendo esta opción, en El Campón, seguimos a la derecha


Y pasamos por Casa Aurora Valdés


Poco a poco se empieza a bajar la cuesta...


En El Campón el camino es un jardín


Luego Casa Carlos


Preciosas y coloristas hortensias y un banco para sentarse


Fila de tiestos


Aquí recomendamos realizar una parada, pues estamos en un precioso mirador



Justo a la entrada de Casa Sidoro Logio


Aquí nos arrimamos a la portiella del jardín y las huertas


Hay un gran paisaje hacia el este sureste que no queremos dejar de mencionar


Primeramente el barrio de El Cotaraxu, con La Cuesta les Pedragueres, subida al Casino de Sietes (en el centro de la foto). A la derecha El Campu y al fondo Perviyao



Más allá de las casas de Perviyao, Anayo, cabeza de la parroquia de este nombre, ya en el vecino concejo de Piloña, en un collado que da vistas al mar y a los picos más altos de la cordillera. Por ahí pasaremos dentro de poco. Luego, en medio de la foto, la Picuda Peña Fresnéu (962 m), con la Collada Moandi abajo a su izquierda, comunicación entre los concejos de Piloña y Ponga

Más a lo lejos y nevados los picachos entre Ponga y Amieva, guardianes de Los Beyos, así como los murallones verticales de esa parte de los Picos de Europa


Más impresionantes aún, Los Picos de Europa, con sus dosmiles ante nosotros. Esto es El Cornión o macizo occidental, cuya altura principal, Peña Santa, Torre Santa, Peñasanta, La Peñesanta o similares, llega a los 2.598 metros de altura... por eso se dice...
"Altos son los Picos Urrieles
altos son de maravilla
más alta é La Peñe Santa
que se ve toda Castilla"

La primera ascensión a Peña Santa, en los albores del alpinismo, fue la del Conde de Saint Saud, noble enamorado de Los Picos, en 1892, quien la llamó "el Cervino de Asturias", yendo acompañado del vecino de Valdeón Vicente Marco, Vicentón de Los Llanos, y del escalador François Bernat-Salles. El conde llegó a escribir:
"Estamos en el lugar en el que el hombre no ha estado jamás y del que se dice que sobre su sagrada torre hay una fuente que mana eternamente... y que no existe. ¿No es un sacrilegio estar donde estamos"
Una posible ascensión anterior, en 1887, de Alejandro Pidal y Mon (padre de Pedro Pidal, I Marqués de Villaviciosa y primer escalador del Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes, acompañado del famos Roberto Frasinelli, el Alemán de Corao, nunca ha sido confirmada

Sí se sabe la segunda, la de Gregorio Pérez de María, El Cainejo, que luego ayudaría a subirla al mencionado Pedro Pidal en 1904, dos días antes de conquistar la cima del Urriellu


Los Picos de Europa es sin duda un topónimo que ha dado pie a apasionadas teorías, etimológicamente para unos por ser las primeras peñas de Europa que los marineros veían desde la distancia al volver de América, para otros por los peregrinos europeos que las veían y comparaban con los Alpes, algunos por los romanos, que vieron en ellas el escenario mitológico del Rapto de Europa, secuestrada por Zeus, nada de ello parece sostenerse demostradamente. Sus pobladores las conocen simplemente por Los Picos

Los textos más antiguos conocidos referidos a estas montañas, si bien no llamándolas de Europa, están en el Periplo Massaliota de la famosa Ora Marítima de Rufo Festo Avieno, escrita en el siglo IV pero basándose en un texto muy anterior del VI a. C. Las alusiones al Mons Vindius, (Monte Vindio), de los textos clásicos alusivos a las guerras contra cántabros y ástures, pueden o referirse a este o a otros parajes de la Cordillera Cantábrica, que llegó a conocerse como Pirineos o Pirineos Cantábricos en épocas pasadas

En las crónicas asturianas aparecen topónimos de lugares concretos, Liébana, Auseva, Amosa (Amuesa) pero no uno concreto para todo el macizo. Empezando el siglo XII el Obispo Pelayo se refiere a Permensa Pelaggi para el entorno de Covadonga, los Picos de Cornión o macizo occidental, lo que coincide con las crónicas musulmanas de la Peña de Pelayo,  y Alfonso X El Sabio en su Libro de la Montería escribiría del "... pie de la Peña, desde Fuente de Eva..." (Fuente Dé)

No sería hasta 1530 cuando el historiador y humanista siciliano Lucio Marineo Sículo las llame Rupes Europae en su obra De rebus Hispaniae memorabilibus escrita en Alcalá de Henaresal que seguirían en 1572 el cronista de Felipe II Ambrosio de Morales con su Viaje Santo, donde las nombra como Montañas de Europa, seguido luego por Las Fundaciones del historiador Fray Prudencio de Sandoval en 1601, con las Peñas o Sierras de Europa y así hasta nuestros días, si bien la primera vez que se escribe exactamente tal y como lo conocemos hoy día, Picos de Europa, no sería hasta  el Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias de Martínez Marina. por el año 1800


Tras detenernos un instante en este jardín, retomamos el camino



Y pasamos junto a Casa Domitila



Vemos su nombre en el azulejo



Al pasar, y pegada a ella, vemos ahora la de Salvador y Rosa


Esta es la bajada de La Caleya



A la derecha las huertas que veíamos antes



El pozo del agua y al fondo a la derecha el monte de El Pedrosu (502 m)


A la derecha más lejos aún y también en Cabranes, El Monte Collía o Artín (422 m), en Cervera


Y aquí abajo Xiranes, en la parroquia Cabraniega de Graméu. Arriba, más lejos, La Cotariella


La Caleya: a lo lejos los altos de El Cuetu y Monte Grande, a la izquierda de Anayo



Aquí a la izquierda tenemos otra buena atalaya, en un lugar muy empleado para hacer buenas fotografías


Posando con el Sueve al fondo. Impresionantes calizas que fueron el último refugio del asturcón, el caballo de los astures, peñas de ancestrales cultos a divinidades de la tormenta


Abajo vemos otra vez La Cotariella y Fanu, en la parroquia colunguesa de Lliberdón



Luego de las correspondientes fotos y explicaciones continuamos bajando por La Caleya, o La Caleya'l Campón


A la derecha, El Corral de Julián. A la izquierda Casa Eloy y Visita


En la bajada, si es invierno, o primavera temprana, con los árboles sin hojas, veremos la iglesia de Santumederu de Sietes o San Emeterio, final de la bajada


A lo lejos el Monte Robléu (548 m), a la izquierda de Anayo, y a su izquierda mismo El Cuetu (653 m), cuya cima está en la frontera de Piloña y Colunga. Llegamos incluso a reconocer en su ladera Fresnosa, pueblo famoso por su histórico manantial de La Fuente Santa, del que hablaremos abundantemente en el siguiente capítulo, camino de Anayo



En otras épocas la iglesia está tapada por las hojas de un gran roble, que también nos puede servir de referencia



Pasamos El Corral de Julián



Lo que sí se bien desde La Caleya es la subida a El Cotaraxu, lugar de Sietes por el que se va al barrio de Perviyao



En el cruce, vemos a la derecha la Casa Doña Julia, por donde se cruza la carretera para subir, a lado de una capilla de ánimas, al Casino de Sietes, otra gran institución histórica del lugar, fundado por los emigrantes en Cuba para dar servicio a la vecindad. Hoy en día es la Casa L'Horru, una exposición permanente dedicada a los hórreos en general y a los asturianos, y concretamente a los de Sietes, muy en particular, con una ruta por todo el pueblo, parte de la cual conoceremos


En La Caleya queda también atrás Casa Eloy y Visita



Seguidamente Casa Paco


A la derecha El Cotaraxu y Fresnéu


Si nos fijamos veremos la carretera AS-332 a la izquierda de la foto, que cruzaremos en El Cotaraxu y con la que enlazaremos más allá de Perviyao. A la derecha Peña Blanca (497 m), extremo oriental de los montes de Peña Cabrera y Cotubellosu, en la frontera entre Villaviciosa y Cabranes


Abajo, de nuevo, el boscoso y estrecho valle del Ríu Profundu, llamando también Espinadal en este su curso alto


Vamos llegando así al final de la bajada...


Contemplando estas excelsas vistas al sur, con praos y pumaraes en primer término



Crecen las hortensias en la sebe


Mucha atención ahora a este cruce


Aquí, salvo que pasásemos de largo Sietes, los cual sería una pena, pues mucho y bueno tiene que ver y conocer, nos desviamos a la izquierda para dirigirnos a El Llanu Riba, que viene a ser el campo de la iglesia, donde antes de celebraban las romerías: San Antonio, que se hacía mercado, el Corpus, Santu Mederu, el patrón, pero la más sonada era la Dolorosa, en principio el 15 de septiembre, pero luego trasladada al domingo más próximo



En la fiesta de la Dolorosa, además de misa mayor y procesión había festejos más profanos, destacando los desfiles con carrozas y disfraces, todo hecho por los entonces vecinos, llegando gente en autocar desde Anayo, pues antes incluso había línea. También los vecinos ponían las barracas pero, si llovía, aunque espacio para barracas no había ni tampoco desfile, la fiesta se salvaba yendo a celebrarla al casino, a techo



El Llanu Riba ha sido recuperado y acondicionado y han sido instalados bancos y fuente


Y esta es la iglesia parroquial de Santu Mederu o San Emeterio de Sietes (normalmente escrito "de seguido" Santumederu) , hijuela de la de Samartín del Vallés. Se trata de una joya del arte renacentista, dado además que no es un estilo muy representado en Asturias en relación con el gótico, el barroco, el románico, o por supuesto, el Arte Asturiano. Es descrita así en sus tiempos en Villaviciosa y su Progreso:
"Tiene reconocida importancia la filial de San Emeterio de Sietes (Santomedero), interesante modelo de arquitectura del renacimiento, poco común en Asturias"


 No obstante, esta fachada, que mira al norte, es la menos trabajada artísticamente al ser la más expuesta a las inclemencias y la más "sombría". Los grandes y gruesos contrafuertes son una cesión a la pegadiza influencia del gótico aún pasando la segunda mitad el siglo XVI, fecha de su construcción para el antiguo linaje local de los Canto que la hicieron como santuario-panteón


También llama la atención su robusta torre cuadrada, y el enorme pórtico o cabildo, testigo de numerosos conceyos abiertos o juntas vecinales, y otras actividades y reuniones


Recorremos todo El Llanu Riba hasta la que era Casa Portal



No no resistimos la tentación de entrar en este enorme pórtico y recorrerlo


Hasta no hace tantos años, cuando empezaron a abrirse alojamientos en la ruta, incluyendo en Sietes, este pórtico era empleado por algunos peregrinos para hacer noche y dormir


Aquí cuelgan, o colgaban hasta hace poco, los carteles del lanzamiento y presentación mundial de Microsofot del sistema operativo Windows 7, el 22 de octubre del año 2009, viendo muy llamativo comercialmente que un pueblo tuviese este nombre numeral que se compaginaba muy llamativamente con esta iniciativa informática


Hubo una gran campaña publicitaria en la que participaron como protagonistas los por entonces unos 40 vecinos de Sietes, se colocaron numerosas pancartas de vivos colores, e incluso se pintaron algunas fachadas, causando un gran asombro a todos los niveles. Así recogía, por ejemplo, la noticia, El País aquel día 22 de octubre:
"Que la tecnología es cada vez más fácil es una realidad. Que quedan todavía muchos ciudadanos por hacerse con ella, también, Microsoft quiere romper el cliché existente con su sistema operativo anterio, el denostado Vista, mostrando las bondades, mejoras y opciones de su nueva apuesta sin ideas preconcebidas.

En Sietes, un pequeño pueblo que depende de Villaviciosa, hay sólo 49 habitantes. La multiplicación de 7 por 7. Era el lugar ideal para una experiencia que ha dado sus frutos (...)

Más allá de pintar algunas de las casas con los colores del nuevo producto del gigante de Redmond, o de poner banderolas y gaiteros, o enseñar la diferencia entre un hórreo y una panera, Sietes a sorprendido por su cercanía y sencillez

En el corazón del valle de la sidra, hoy es un día festivo, los que trabajan por cuenta ajena, lo han pedido libre para poder vivir la fiesta. Lo sienten como si les hubiera tocasso 'El Gordo' de la lotería, en un vídeo de promoción una lugareña, lo dejaba claro: "hemos tenido mucha suerte. Mira que si nos llegamos a llamar seises o cincos..."
Y cuatro días más tarde, en el diario El Mundo, se leía
"Algo está cambiando en Sietes, el pequeño pueblo asturiano elegido por el gigante estadounidense Microsoft para lanzar Windows 7 en España. La llegada del nuevo sistema operativo al mercado de consumo ha supuesto una revolución para esta aldea en la que viven 40 personas, en su mayoría jubilados y gente que trabaja en el campo. 
"Microsoft ha traído la tecnología a esta localidad del Concejo de Villaviciosa. Hasta hace apenas unas semanas, muchos de sus habitantes nunca habían visto un ordenador. Ahora, además de haber vivido en primera persona la salida al mercado del sistema operativo más utilizado del mundo, los peregrinos -como llaman en la región a los habitantes de Sietes- podrán asistir a clases de informática para adentrarse en el universo de las tecnologías y de Internet"

Hay una leyenda que dice que el nombre de Sietes vendría de siete chozas o celdillas de malatos o leprosos que dieron origen a la población. Los estudiosos de la Toponimia ven una evolución de la raíz latina saeptum, seto, lo que sería un equivalente a la palabra asturiana sebe


 Lo cierto es que a la salida de Sietes hacia Anayo hay un lugar llamado La Cuesta los Malatos, y el apodo de sus vecinos, los pelegrinos, puede tener que ver con ello, pues se sabe muchas veces los malatos pedían limosnas por las cercanías de su fundaciones. No deja de llamar la atención que no demasiado lejos, en Vallobal, Piloña, y en esta misma ruta, existió una malatería, junto a la que vamos a pasar

Otra posibilidad es que el apodo venga de ser esta una ruta de peregrinación tradicional, a Covadonga y a otros santuarios, pues sigue básicamente un muy antiguo camino por la misma cresta de las montañas que tienen comunicación con el Sueve por el Altu la Llama, si bien por esa razón también podría haber sido extensivo a otros pueblos de la misma, pero no es el caso


Desde el cabildo vemos todo El Llanu Riba, que fue en principio, hasta hace ya muchos años, el camposanto, luego prau de romerías, bolera, o campo de fútbol. No olvidemos que de Sietes es una de las grandes figuras del fútbol español, José Manuel Suárez Rivas, apodado precisamente Sietes, y del que hablaremos cuando pasemos por el citado barrio de Perviyao


Al dar la vuelta al pórtico, ya podríamos salir a la fachada principal, la más espectacular, pero vamos a dejarla en este artículo para poco después, pues es la que se ve según sales hacia Perviyao, y aún nos queda por contar muchas más cosas de Sietes que no queremos dejar atrás


Volvemos pues a recorrer este gran cabildo contemplando la base de los portentosos contrafuertes, el suelo de losas, o la estructura del tejado, de teja y madera


Al fondo la puerta de la sacristía, por donde volveremos al exterior


Del pórtico y El Llanu Riba proseguiremos a conocer un poco más este pueblo de Sietes, pues bien merece la pena, pasando enfrente de lo que fue la mencionada Casa Portal


A la izquierda Casa Josefina Vallín y Casa Casimira la Curra


Por aquí va el pequeño paseo que proponemos por sietes antes de seguir camín


Lugar donde se levanta esta soberbia panera


Debajo se guardan los cascos de las botellas de buena sidra villaviciosina


.Fijémonos que en Sietes los pegollos o pilares son de madera, "les pates del horru"



A la izquierda Casa Santos Alonso


Antaño había al lado otra casa


Casa Sidora, recordada por ser quien cuidó muchos años del cementerio. El cementerio de Sietes, siguiendo directrices higiénicas que empezaron a plantearse seriamente avanzado el siglo XIX, fue trasladado a las afueras, justo en el cruce de Piedrafita, por lo que solo el ir y venir ya era en sí un buen trayecto


Esta es una foto de hace unos años, cuando aún quedaban algunas paredes en pie


Desde el hórreo seguimos camino atravesando esta parte de Sietes, pasando entre él y, atrás, Casa Francisca


Visitamos así el conjunto etnográfico de los horros de Sietes, un verdadero "museo al aire libre"


Estamos en el llamado Camín de los Horros, que se extiende, alargado, por el centro de Sietes. De frente tenemos Casa Alfredo y Casa Pinón


Tomamos pues la dirección del Camín de los Horros


Atrás dejamos Casa Francisca


Es verdaderamente una calle entera toda de hórreos, algo digno de ver y conocer


Tres hórreos a la izquierda y uno a la derecha componen este camín


Debajo del primero a la izquierda, varios tipos de carros


En medio un típico carro del país, con las ruedas de ejes en forma de H, a su izquierda un modelo más pequeño de rueda de madera enteriza. Y a los lados los carros de labranza, posteriores, de ejes radiales, esto es, de radios o rayos, que fueron los que se vieron por las carreteras hasta los últimos tiempos, pues hasta sus ruedas llegaron a forrarse de caucho, en vez de acero, para no estropear el asfalto. Otros eran directamente de rueda de neumático


El del país era el carru rinchón o chillón, pues rinchaba, producía un chillido característico al rodar, llegando dicen, a conocerse de quien era el carro solo por el son que producía. Algo parecido a lo que pasaba con les madreñes, que tenían suela de clavo, antes de ser sustituida por goma. Se discute si este tipo pudiera ser incluso anterior a los romanos


Segundo hórreo a la izquierda


Otro de esos pequeños carros de rueda toda ella de madera, este reconvertido ahora en almacén de leña, a este tipo de carro se le atribuye un diseño original plenamente prerromano


Carreña, carrexa, carriella, ramu, rameta... el "carro sin ruedas", del que había también varios tipos, y solía emplearse para el cuchu (estiércol) o para lugares donde era impracticable meter rueda. Se supone era el más arcaico y antiguo del todo, incluso sucesor de arrastres existentes antes de la invención de la rueda, que se dice pronto


Hórreo de la derecha. Se ve que es de lo que se les añadió un pegollu en medio para aguantar más al estructura. Aunque tenga seis pegollos sigue siendo hórreo, pues tampoco la diferencia con la panera es el número de estos


Y el tercer hórreo a la izquierda, al pie de Casa Benino Toyos, vivienda construida en 1951


Debajo de este hórreo, el potru, un potru ferrar, donde se herraba el ganado, y al lado una muela de molino...


Testimonio del paso del tiempo


A la izquierda más hórreos frente a Casa Josefa Chelín. Debajo de este pasa el otro camino, el que baja de El Campón por La Carcobina. Por lo tanto aquí se unen los dos


En esta unión de caminos Casa Carmela a la izquierda y, a la derecha, la que fue Casa Alfredo y Alsira, preciosamente restaurada para alojamiento rural, el Hotel Prida, muy frecuentado por los peregrinos y caminantes a Covadonga. Ahora, los dos caminos, siendo ya uno, salen a la derecha, a la carretera
-Pasamos ahora a explicar el recorrido por el otro camino, el que baja El Campón por La Carcobina:
2) OPCIÓN DE LA IZQUIERDA: BAJANDO POR LA CARCOBINA Y EL CANTU:


Volviendo a tener como referencia el cruce El Campón, ahora vamos a tomar el camino de la izquierda, viendo enfrente la entrada a Casa Benino Toyos



Luego, Casa Sunción del Campón y Casa Castañera


Aquí, junto a Casa Casimira'l Campón, había hasta hace pocos años, que se derrumbó, una panera del siglo XVII, La Panera'l Campón. de las más antiguas de Asturias. Otro tesoro desaparecido del pasado, así recogía la noticia el periódico La Nueva España el 29 de julio de 2008:
"Una panera de la localidad de Sietes, en el concejo de Villaviciosa, se ha venido abajo a causa del abandono. Este ejemplar, que data del siglo XVIII, se encontraba en muy mal estado, con un deterioro visible, que los vecinos de la zona habían puesto de manifiesto en varias ocasiones, por lo que habían solicitado la ayuda de los responsables de la Consejería de Cultura del Principado. El derrumbe del edificio ocurrió el domingo por la tarde 
La localidad de Sietes atesora uno de los conjuntos de edificaciones rurales más importantes de Asturias. Hasta el pasado domingo, contaba doce paneras y treinta y dos hórreos, algunos de hasta tres siglos de antigüedad. Un grupo de estos hórreos fue restaurado con la financiación de un plan Proder de la Unión Europea, pero otros edificios no pudieron acceder a la restauración por falta de fondos. 
José Ramón Díaz Prida, uno de los vecinos que más han luchado por la conservación del patrimonio arquitectónico de la localidad, lamentó que el Principado no respondiera a su solicitud de hacer una actuación para salvar las edificaciones que faltaban, entre las que estaba la panera derruida 
Señaló que recientemente acudieron a Sietes técnicos del Principado de Asturias para comprobar el estado de hórreos y paneras, pero todo quedó ahí. Díaz Prida pedía que, con una financiación plurianual, se fueran haciendo paulatinamente las obras de restauración para conservar los hórreos. Su solicitud no obtuvo respuesta, y una de las consecuencias ha sido la pérdida de la panera. El ejemplar perdido era de gran tamaño, con una superficie de cerca de 60 metros cuadrados, y construido con maderas nobles como el roble y el castaño"

Pasamos por el solar de la antigua y malograda panera...


Quedan algunas piedras, tal vez alguna fuese asiento de algún pegollu


Llevando la erba a la tenada


Pasamos esta caseta...


Y empezamos a bajar...


Bordeamos así la ladera de El Campón


Bifurcación y a la izquierda...


Llegamos a La Carcobina en Casa Alfonso


A la derecha Casa Pilar


A sus pies, un buen paisaje


Nos detenemos un momento a contemplarlo


De frente Samartín del Vallés, con Fanu, La Cotariella y el Sueve al este. Transcribimos la épica glosa que en Villaviciosa y su Progreso (1928) hacen de esta parroquia y sus barrios Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno:
"He aquí a Vallés sepultado bajo una arboleda múltiple y frondosa, como madre de dos hijas jóvenes, bellas y ricas, vive entregado a la placidez de una vida invariable de trabajo sostenedor y multiplicativo, como guiadora de sus hijas alegres y activas que ansiosas de otro vivir activo y progresivo se remontaron un día en sus elevados montes para sentar sus tallares de laboreo y de progreso: aquí está Vallés, Sietes y Piedrafita.

Vallés viejo y experimentado todo, quintanas y retorcidas callejuelas donde el vivir labriego pasa los años en su placidez tradicional y típico.

Sietes, rico y dominante, predominando grandes extensiones todas bellas y productivas. Piedrafita, mimosa y goya rebosando en ansias y promesas, y abriendo sus brazos fraternales a sus hermanos menores Perviyao y Campón"

Otra muy buena vista de todos los barrios hasta la iglesia. Gustavo Longo Díaz, en su estudio sobre la toponimia del lugar, nos informa de la existencia en Samartín de la Fuente de Xuan Picalbu, diciendo que ese Xuan es llamado también Xuan Cabritu, ser mitológico que normalmente se relaciona con el nuberu o genio de las nubes, si bien diversos estudiosos dicen es un ente aparte

Vive Xuan Cabritu en lugares lejanos, como Egipto, lo que podría ser una evolución fonética de otro topónimo, pues en algunas versiones de la leyenda se habla de Oritu, El Gritu y similares. Así, si alguna vez Xuan Cabritu hace algún bien y alguien quiere compensarle, él dice "Si vas a tierra de Oritu (o Egiptu), pregunta por Xuan Cabritu". De todas maneras las leyendas transcritas existentes delatan que pueden haber sido trastocadas por los primeros folkloristas que las plasmaron por escrito, en el siglo XIX

Ciertamente, en el Sueve habita o se asienta el nuberu, existiendo noticias de formas de esconxuralu antiguamente en todos los pueblos de la redonda, para que no haga estragos en los campos, poner cuchillos con el filo hasta arriba o mandar al cura que se toquen las campanas y este lance una zapatilla hacia atrás poniéndose él de espaldas al monte, a veces con la negativa del propio párroco por considerarlo ritual pagano, pero que termina haciéndolo por presión. Por eso existe la copla, cantar o dicho...
Arriba nel Picu Pienzu
sentáu taba un nuberu
que conxuró'l señor cura
antes de llegar al eru
El folklorista Aurelio del Llano recoge el testimonio que, en Lliberdón, ahí en mismo justo enfrente, concejo de Colunga, el párroco le lanzó un zapato al nuberu desde el corredor de su casa para ahuyentarlo


Y al norte otro paisaje de Piedrafita


Piedrafita  y sus barrios, que veíamos antes desde lo alto del Monte Tandión


Piedrafita, de donde era natural el americanu o indianu Bernardo Valdés Corrales, quien hizo las quintas de Villa Algara y La Gotera, que vimos en este camino al pasar de Grases a Amandi. Uno de sus hijos, Bernardo Valdés Germán, era amigo del escritor, periodista, poeta y político Ramón Pérez de Ayala, con quien organizó una excursión desde Villaviciosa para visitar la casa natal de su padre. A raíz de eso Pérez de Ayala realizó unos dibujos de dicha excursión, y una acuarela de la casa, que dejaron patente también su buen hacer en las artes pictóricas


En Piedrafita El Charcón


El Charcón y La Plazuela


A lo lejos Cual Mayor



Las casas siguen la línea del camino



El Cebellín


El Monte Rodiles y Seloriu en la distancia


Preciosa y verde campiña de Sietes a Piedrafita


Bifurcación: seguimos bajando todo recto a la derecha


Un buen limonar a la izquierda, a lo lejos, entre Samartín y Piedrafita, El Cuetu y La Picota, cerca de Los Llanos de Lluexe


Hemos llegado a El Cantu


El Cantu recuerda en su topónimo al linaje de los Canto, fundadores de la iglesia parroquial, que fue en principio su capilla-panteón. Es muy posible que fuesen oriundos de este lugar concreto, si bien la que parece ser su casa solariega está más abajo, como vamos enseguida a ver


El Cantu se asienta literalmente en el canto o ladera del monte de El Campón


Aquí estaba antiguamente el Llagar de Eloy Prida, hoy vivienda


De frente una quintana


El camino hace un poco de curva, perdiendo paulatinamente altura al pasar entre estos hórreos


Casa Soledaína y Casa Celso


El camino bordea la casa


Y luego se bifurca...


Realmente sería indistinto ir por un lugar o por otro, los dos salen al mismo sitio, pero por elegir, tomamos el de la derecha


Aquí caminamos un poco en llano para luego bajar un poco más


De El Cantu vamos pasando al "centro" de Sietes en el tramo final de la bajada


A la izquierda Casa'l Maestru, de grande y largo corredor


De frente, en ruinas, Casa Irene Pachón. Más allá arriba estaban Casa Casa Fernando Cortina y la Casa'l Marqués, también arruinadas


Bajamos junto a la Casa'l Maestru


Luego Casa Josefa Chelín


Vamos a pasar bajo aquel hórreo


A su derecha gran panera


A la izquierda Casa Mel del Oro y Casa Pepín el de Natividá


Siguiendo camino, pasamos sol horru, debajo del hórreo


Más coloristas hortensias


A la derecha Casa Pilar de Mercedes


Pegando con ella, la de Benino Toyos, de 1951, la que antes veíamos de frente desde el Camín de los Horros


La portiella de Casa Pepín de Natividá


El Camín de los Horros y enfrente Casa Carmela y el Hotel Prida, donde enlazamos con el otro camino


Los tres hórreos de la derecha en la parte que mira a las casas


Final de la bajada en el cruce frente al Hotel Prida y el Camín de los Horros


Vamos hacia el hotel


Bifurcación y a la izquierda...


El Camín de los Horros queda a la derecha


Otra perspectiva de toda la calle


El potru ferrar


Al fondo Casa Francisca


Como ya hemos visto el Camín de los Horros, hemos unido aquí los dos ramales para, desde el Hotel Prida, salir a la derecha a la carretera:

EL PALACIU, CASA PRIDA Y LA IGLESIA DE SIETES:



Viniendo del Camín de los Horros, los dos caminos, siendo ya uno, pasan bajo el corredor del Hotel Prida


Llamándonos mucho la atención la puerta que mira a esta calle


Su forma delata gran antigüedad, tal vez del siglo XVI, la centuria en la que se construyó la iglesia


Tiene una forma peculiar y arriba una "abertura extra" para que no se den un cabezazo "los altos"



A continuación, con un buen corredor, Casa Trinidad, por donde salimos a la carretera (AS-332), que entró en Sietes por Casa Sietes y La Cuesta'l Roblón


Vamos a la derecha: estas son algunas de aquellas célebres fachadas pintadas vivamente con los colores de Windows 7 para la presentación internacional del sistema


Casa Manuel Sánchez Tárano,  y Casa Ramón d'Anxilo, también pintadas de vivos colores


Más allá Casa Francisco y Dorinda (antes Casa Prida)


Cruzamos la carretera AS-332 o Carretera Anayo hacia las mencionadas Casa Constante y Casa los Hermanos Rodríguez


Y caminamos frente a sus fachadas


De frente, en la explanada de la antigua carretera, sensiblemente más baja que la actual, está el chigre de Sietes, el bar de Casa Prida, en las filas de Casa Josefina Pría, El Corral de la Carretera y El Corral de Venceslao


Antes de ir al bar podemos hacer una visita muy importante, yendo un momento a la izquierda, donde estaba la Casa Consola y Dolora


Llegamos a El Palaciu. Esta panera de la foto ya no está, desapareció en un incendio


El Palaciu es una casona solariega, blasonada, solar del linaje de los Canto, desaparecido, dicen, de Sietes, hace mucho tiempo


Ahí está el escudo familiar de la casona, donde están presentes, especialmente en la cuadrícula superior de la izquierda, con las cabras subiéndose a un árbol, las armas o símbolos de los Cabranes y del Canto

Así, el historiador Tirso de Avilés, contemporáneo de la época de la fundación de la iglesia, escribe en su libro Armas y linajes de Asturias y Antigüedades del Principado:
"En este concejo, en el pueblo que llaman Siete, está la casa y solar de los Cabranes y del Canto. Pintan por armas dos cabras empinadas, con cinco veneras blancas, en campo roxo al pie de una pinera, alcanzando una de ellas una rama de la pineda"

Los vecinos conservan una cabeza en piedra que se atribuye al fundador de la iglesia, y tal vez de esta casa, el bachiller Fernando Suárez del Canto, cargo importante en la catedral de Oviedo/Uviéu


Un importante antepasado suyo sería Lope de Canto, representante de Villaviciosa en la junta de concejos asturianos celebrada, a finales de la Edad Media, para oponerse a los abusos feudales de los Quiñones, dueños de gran parte del territorio


El perro dormita tranquilo al lado de las plantas


Pero oye nuestros pasos...


Y se incorpora


Haciendo valer su condición de guardián del palacio, vigilante de la quintana


Y volvemos sobre nuestros pasos, recordando la panera que aquí estaba


Nos ven marchar,,,


Y por eso nos metemos en el chigre


Aquí ya están esperando por nosotros, Miguel Dongil y Sánchez, Doctor en Historia, que viene a ver la iglesia y el pueblo, acompañándonos en esta jornada


Y Ramón Prida, al otro lado de la barra, que escancia unos culinos de sidra


Entre los recuerdos, una botella etiquetada conmemorando la presentación de Windwos 7


Enfrente, el comedor


Enseguida estarán las mesas bien guarnecidas


Hay muchas especialidades, si tenemos alguna apetencia sin duda mejor consultar primero, pero nunca faltarán estos manjares


Huevos fritos con chorizo, huevos, ensalada


Y vengan botellas de sidra


Llegan más peregrinos a las mesas. Aquí carne, patatas y pimientos




Y más vecinos en la barra


Acabamos de comer  y marchamos de Casa Prida tras despedirnos de Ramón


Salimos de nuevo a la carretera


Podemos seguir de frente, pero nos queda aún pendiente algo muy importante: visitar la fachada principal y el interior de la iglesia de Sietes


Por eso, viendo ya de frente El Cotaraxu, cruzamos a la derecha por lo que era un tramo de la carretera antigua, frente Casa Maribel


Pasamos al pie de Casa los Hermanos Rodríguez, donde vivió Manuel Alonso, que fue alcalde de Villaviciosa


Por aquí vienen las procesiones de Sietes, como la de La Dolorosa, de gran tradición romera


La santa...


Y el ramu, con las ofrendas del pan y otros productos


Seguimos así de frente. Ya asoma el texu en el campu la iglesia


Ahora otro edificio importante


En el edificio del medio, abajo, estuvo Casa Julián, antiguo chigre de Sietes. Al fondo, donde empieza La Cuesta la Fuente, Casa Amador Vallín tuvo también bar antaño.


A la derecha, en el ramal que sube a la iglesia, el texu, el árbol sagrado de los ástures, símbolo de la vida por su hoja perenne siempre verde, de la muerte por la alta toxicidad de sus componentes (también alucinógenos, paso del "umbral a otros mundos") y de la eternidad por su longevidad


Sobre el camino, vemos la fachada principal de Casa los Hermanos Rodríguez. A su izquierda Casa Casimira Paula


Y por aquí subimos a la iglesia de Santumederu de Sietes (también escrito Santu Mederu), que es como llama la vecindad a su patrón San Emeterio. Fue edificada en 1555 por expreso deseo del bachiller Fernando Suárez del Canto o, dicho enteramente, Fernando Suárez de los Cabranes y del Canto. Por entonces bachiller no era un estudiante de bachillerato, sino un bas chevalier, textualmente "bajo caballero", rango de nobleza entre escudero y caballero que había pasado a denominar a estudiantes de Teología o, como sería este el caso, a canónigos de clase inferior, pues era provisor, cargo de importancia en la administración eclesiástica de la catedral ovetense de San Salvador



Para construirla, y dados sus cargos eclesiásticos en la capital asturiana, contrató e hizo venir a Sietes a varios de los grandes maestros que estaban trabajando en las últimas obras de la catedral ovetense, acabadas en aquella misma centuria, y con los que tendría estrecho trato, para trabajar aquí, sin duda encantado por su trabajo y sus innovaciones artísticas y arquitectónicas dentro de las trazas eminentemente góticas de la nueva catedral


Según subimos a verla, voy a transcribir la explicación del libro El Camino de Gijón a Covadonga, acerca del escenario histórico, social y artístico que propició su construcción:
"Los Canto eran una antigua familia con solar en Sietes cuyos miembros lograron alcanzar un gran poder económico en esa centuria del s.XVI,  es dentro de este contexto cuando Fernando Suárez Corrales del Canto quiso erigir un templo monumental que perpetuase su memoria y la de su linaje a lo largo de los siglos 
 El objetivo era por lo tanto levantar un majestuoso templo-panteón que inmortalizase la valía de los Canto, se trataba esta de la nueva manera de pensar que trajo el Renacimiento, más que un arte toda una corriente de pensamiento que rompía totalmente con la manera medieval de ver las cosas, una verdadera "revolución ideológica" que ya no veía a Dios como el único centro de todo, tal y como se le representaba en la Edad Media, sino que reclamaba que también el ser humano, el "yo", podía tener su parte de gloria y el derecho a lograr ser inmortal de alguna manera. Fue esta una auténtica obsesión de las personas del renacimiento, que no iba a reparar en medios ni gastos para lograr realizarla, tal y como hizo Fernando Suárez del Canto 
 Por supuesto, esta inquietud la vivía quien podía y tenía medios para ello, una minoría social y económica que podía preocuparse por estas cosas cuando la mayoría de la población bastante hacía por subsistir, pero sin duda fue un primer paso adelante para romper con lo estático de la sociedad antigua y sus estamentos inamovibles tal y como señala la palabra "renacimiento" 
Con el paso de los años las conquistas sociales harían que una parte de aquella renovación ideológica renacentista continuase evolucionando y, a su ve,z recuperándose y transmitiéndose a nuevas generaciones que disponían de más medios para mejorar su calidad de vida y por lo tanto también sus conocimientos, al irse ampliando el abanico de personas con acceso a la cultura" 
 Pese a todo, aquellos tiempos iban haciéndose cada vez más diferentes a los anteriores, una nueva clase social que floreció ya en el bajo medievo, la burguesía, formada por comerciantes, mercaderes, artesanos, funcionarios y demás, igualaba ya, o incluso superaba en poder a la vieja y anquilosada nobleza feudal terrateniente, a la que le iría quitando ya para siempre el protagonismo de las páginas de la historia moderna"
"Dentro de este contexto es donde aparece el protagonista de este episodio tan singular, el bachiller Fernando Suárez del Canto, provisor de la Catedral de Uviéu. Una persona de sensibilidad especial y educación privilegiada para el momento, gracias a su cargo, que estaba al tanto de las más modernas ideas culturales y de pensamiento. Lo más fácil es que, como gran seguidor de las mismas, quisiera imitar, o mismamente superar, las soluciones artísticas y arquitectónicas que estaba viendo aplicar en la capital, reflejo físico hecho piedra de todos estos ideales, para levantar un santuario en su lugar de origen, su pueblo de nacimiento, que fuese su panteón y de los suyos. Una construcción de inspiración funeraria al igual que la que tuvieron muchos templos y capillas de aquel período"

"De esta manera fue como se levantó la actual iglesia de Sietes, en principio bajo la advocación de la Transfixión de Nuestra Señora, pero que andando el tiempo se cambiaría a Santumederu por cuenta de la feria que se celebraba el día de este santo. 
De todas formas, pese a las susodichas innovaciones de arte y pensamiento, la pegajosa influencia del gótico va seguir pesando de todas todas en esta obra renacentista: lo primero que le impresiona al que pasa al lado de ella es la fábrica imponente de nave única y planta rectangular con cabecera cuadrada, apoyada en grandes muros y altos contrafuertes. La necesaria restauración de la que fue objeto en 1993 recuperó aún más esa sensación de fuerza y grandiosidad"


Es en esta fachada principal donde se conjuga una parte muy importante de este ideal artístico, pese a que, la fuerza del gótico en los contrafuertes, a la que ya nos referíamos cuando veíamos la parte del cabildo (que asoma a la derecha, se hace bien patente

En este primer tramo, la ventana de la derecha, tiene ya unos detalles artístico plenamente renacentistas


El estilo de la ventana rompe con la rigidez gótica del gusto por lo ojival, retomando los arcos de medio punto que habían quedado atrás con el románico


La expresión y cara del ángel forma parte del gusto renacentista de humanizar las figuras, más mayestáticas, del medievo, en su mirada, aspecto y gesto


Y ahora pasamos al tramo de la  grandiosa portada principal, comprendido ente estos dos contrafuertes


A la portada e interior del santuario se accede por estas escaleras de piedra con barandilla, a dos vertientes


Majestuosa portada de arco de medio punto que tiene a los lados sendas columnas acanaladas con capiteles corintios



Los capiteles sostienen un gran frontón triangular de los que tanto gustaban los artistas renacentistas. Encima de él, en majestad la imagen de Dios-Creador bajo una cruz y arco en forma de abanico simbolizando los rayos de luz divina


Dios-Pater entre las nubes y los ángeles, dando la bendición con la mano derecha, mientras en la izquierda coge la bola del mundo


Se dice que es abajo, dentro del triángulo del frontón de la portada. donde se encuentra la gran joya artística del santuario


La famosa Escena del Nacimiento, de nuevo presentando el semblante, actitud, forma y aspecto muy naturales y humanos


San José con su cayado mesándose la barba, y el Niño, con figura de total aspecto de bebé, y la Estrella de Belén en lo alto


La Virgen María y sus cabellos largos y quizás un tanto alborotados, la parte de la cintura abajo del Niño, con su forma rechoncha propia de los recién nacidos, y arriba la mula y el buey


Abajo. junto a los capiteles están esculpidos el sol y la luna, símbolos de la Eternidad. no siendo extraño que aquí precisamente, y ante la mirada de todos los admiran esta obra, se lea:
ESTA IGLESIA MANDO HACER
AL BACHILLER FERNANDO SUARES
AÑO DE MYL QUINIENTOS LV
LETA UT SOL

El sol, por supuesto también con cara, boca, nariz, ojos, completamente humanizado


Y si cara tiene el sol cómo no va a tenerla la luna, con su rostro redondo en medio de media luna, símbolo de la Virgen, rodeada de estrellas


Tres estrellas de seis puntas en torno a ella



En la portada existen otros detalles, como aquí mismo, donde el historiador Miguel Dongil descubre una bien definida Cruz de Malta


Vamos a pasar ahora a ver la torre


Un verdadero y robusto torreón cuadrado sujeto también por poderosos contrafuertes. Aquí bajo la ventana del primer piso, un detalle muy a tener en cuenta


La figura del que se dice es el fundador del templo, el bachiller Fernando Suárez del Canto


No hemos encontrado una descripción de la postura y gesto del supuesto personaje pero no deja también de llamarnos la atención. En la mano derecha muestra algo, puede ser un lazo, un trozo de cuerda o unas tenazas. En la izquierda parece tener un gran papel, tal vez, un plano, puede que de esta misma iglesia. Elucubrando un poco, revela estuviese supervisando las obras. ¿O podría ser, en vez de él, el maestro constructor del edificio, como tantas veces se hacía?, ¿sabe alguien la verdadera respuesta?


Y al pie de la grandiosa torre hemos dado la vuelta entera al santuario, pues el lado del cabildo lo hemos visto antes al explicar la bajada por El Llanu Riba. Ahí tenemos de nuevo la portada lateral, acceso por la torre bajo el tejado de dicho cabildo o pórtico


Vamos ahora a acceder al interior


Subimos para ello las escaleras de la portada principal, que acabamos de ver


Según entramos en el interior del templo el visitante encontrará un espacio iluminado y unitario en el que destacan los elementos de la estructura de altas bóvedas con sus apoyos, nervios y columnas


El altar se abre a un gran arco de medio punto que arranca del suelo


A los lados del altar tumbas de miembros de la familia de los Canto, a la izquierda el del fundador, Fernando Suárez del Canto


Preside el altar un magnífico retablo renacentista en madera, otro de los tesoros históricos y artísticos de la iglesia


En medio una Piedad llena de sentimiento


Esto, sin duda, era lo que querían transmitir los maestros del Renacimiento, que las imágenes santas se tornasen totalmente humanas hasta en la más cruda realidad, nada que ver con las posturas firmes y estáticas, o las miradas ausentes y fijas de estos personajes en el arte medieval



La tremenda y realista expresividad del rostro de la Virgen es impresionante, y los conocimientos anatómicos del artista impecables plasmando a Jesús muerto yaciendo en sus rodillas. Evidentemente, y aparte de creencias, el conjunto rezuma una tremenda pena, dolor, pasión, sentimientos muy espirituales y de hondo pesar en suma, no solo una representación material de una escena

A los lados Santa María Magdalena y San Juan, más pequeños en proporción, sí revelan una posición algo más estática y fija, lo que no hace sino realzar y dar todo el protagonismo a la gran talla central de Jesús y María. Tal vez incluso fuesen artistas diferentes



Aquí se muestra el poder absoluto del más puro vitalismo, que parece dar vida a las figuras y esculturas


A los lados otras imágenes de Santos: a la derecha nos parece reconocer a San Antonio, antaño de sonada fiesta también en Sietes


La de la izquierda no la he podido reconocer



Arriba en lo alto del altar están la figura del patrón, Santu Mederu o San Emeterio. A la izquierda la Transfixión de Nuestra Señora, primera advocación de este templo


Santu Mederu, mártir por decapitación, con el cuchillo en la garganta


La Transfixión de María. Si bien el templo pasó de ser capilla-panteón a iglesia hijuela de la parroquial de Samartín, la romería de la Dolorosa, con los puñales clavados en el corazón, siempre fue la fiesta grande de Sietes, ¿pensaría el fundador en la relación del nombre de su pueblo con los Siete Dolores de la Virgen María?

Se sabe que, ya en el siglo VIII, los escritores religiosos se referían a la Compasión de Nuestra Señora, al participar ella misma en el dolor de Cristo crucificado, la fiesta se empezó a celebrar en la Edad Media, ya con el nombre de la Transfixión de María y de la Recomendación de María en el Calvario. Por entonces se celebraba en Pascua, el viernes anterior al domingo de Ramos se conmemoraba a la Virgen Dolorosa. Benedicto XIII extendió universalmente la celebración del Viernes de Dolores en 1472. En el siglo XVII pasó a celebrarse el tercer domingo de septiembre, y en 1814 Pío VII fijó la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre, un día después de la Exaltación de la Santa Cruz

Los Siete Dolores son:

-La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús (le anunció que una espada atravesaría su alma por los sufrimientos de Jesús, base de la iconografía de esta advocación

-La huída a Egipto con Jesús y José

-La pérdida de Jesús

-El encuentro de Jesús con a cruz a cuestas camino del calvario

-La crucifixión y agonía de Jesus

-La lanzada y recibir a Jesús ya muerto

-El entierro de Jesús y la soledad de María


Y... mirando arriba, hay que tener cuidado de no caerse hacia atrás, tanto por levantar mucho la vista como para quedarse absolutamente asombrado ante la grandiosidad del auténtico espectáculo visual que es la bóveda


Aparecen toda clase de símbolos y figuras entre los nervios que la componen y sostienen, paraíso místico y religioso del renacimiento en Asturias


En medio de todo el Padre Eterno y, a sus lados, una fila circular de ángeles, todo ello con estrellas



A semejanza también de la representación sobre la portada, Dios-Padre da la bendición con una mano mientras sostiene con la otra la bola del mundo


Alrededor todo un corpus de representaciones, en buena parte vinculados a la Pasión de Cristo y a los Evangelistas, pero con importantes connotaciones que han llamado la atención a historiadores y etnógrafos



El gallo de la negación de San Pedro, la columna donde ataron a Jesús y el látigo con el que lo azotaron


La Cruz, con lo que parecen unos grandes clavos señalando los lugares donde los clavaron a Jesús, arriba el cartel de INRI (Iesvs Nazarenvs Rex Ivdaeorum, Jesús de Nazaret Rey de los Judíos)



El martillo, y las tenazas y la escalera del desenclavo


Aquí se ve a la izquierda un águila, sin duda la representación de San Juan. A la derecha una gran serpiente alada con rostro muy humanizado y grandes cuernos, que parece inspirarse en el mito del cuélebre


El toro, en este caso alado, sería el símbolo del evangelista San Lucas. A su derecha una serpiente enrroscada en el árbol puede ser la escena de la tentación a Adán y Eva con el Árbol del Conocimiento por el que fueron expulsados del Paraíso


Eva precisamente podría ser la mujer de la derecha, con la culebra enrroscada en ella y mamándole un pecho. La creencia popular que las culebras podían mamar a las mujeres dormidas, o al ganado en un descuido, estuvo siempre muy extendida. A su izquierda el león representa a otro evangelista, San Marcos


Dos serpientes entrelazadas de cabeza monstruosa


Y el ángel, emblema de San Mateo el Evangelista


Asimismo vuelven a representarse, como en la portada, el sol y la luna, símbolo de Eternidad

Podría pensarse en una alegoría de la Pasión, Muerte y Representación de Cristo, remisión del Pecado Original de Adán y Eva, junto con sus narradores los evangelistas, y Dios-Padre en el centro de todo


Ahora desde el altar vamos a ver las tumbas de cada lado


Del lado del Evangelio y bajo un Cristo, el sepulcro del fundador, Fernando Suárez del Canto, que antes estaba en la capilla mayor



En él volvemos a ver el escudo de la estirpe, a su izquierda se lee:
FERNANDO SUÁREZ DEL CAMPO
FUNDADOR DE ESTA IGLESIA Y SUS CAPELLANÍAS
MANDO HACER ESTE ENTIRERRO MENENDO
LLANES COMO PATRONO DELLA AÑO 1607

Cuando se planteó mover de lugar la tumba a este emplazamiento, se dice que algún vecino se negó porque si se hacía "se podía acabar el mundo", incluso el sarcófago fue serrado, faltándole un trozo intermedio, como puede apreciarse, para que entrase en esta hornacina lateral de la nave. Así es como lo explican los autores de Villaviciosa y su Progreso en 1928
"Ha desaparecido la casa solar de los Canto, que tenía en San Emeterio honores, patronato y sepultura, según se ha podido averiguar por lápida mutilada de 1.602"

En la del lado de la epístola, donde está la pila bautismal, hay dos imágenes esculpidas en piedra a manera de bajorelieve


Deben ser otros miembros de los Canto enterrados en lo que fue su panteón, y al lado del altar


Y... hemos dejado para el final, lo que realmente se ve al principio, según se entra, la imagen de la Dolorosa, de gran veneración en Sietes y centro antaño de sus fiestas mayores


Es la imagen que se saca en las procesiones y que, dentro de la veneración que se le profesa, es origen de no pocos sucesos, uno de ellos nos lo narraba quien fue su sacristán, Gonzalo Cortina Huerta, con quien tanto hablamos de Sietes, sus caminos y sus historias, a lo largo  de bastantes años, siendo de gran ayuda a investigadores, etnógrafos e historiadores dedicados al estudio de las tradiciones, leyendas, usos, costumbres, etc, de este y otros pueblos de la zona. Valga este recuerdo como modesto homenaje

Gonzalo Cortina Huerta

Nos contaba Gonzalo que llevaba tiempo intentando componer una poesía piadosa dedicada a La Dolorosa de Sietes, la cual había de ser un acróstico, esto es. la primera palabra de cada verso debía de componer, leyéndola de arriba abajo, la palabra Sietes


Pero Gonzalo, por más que lo intentaba, nos decía, no era capaz. Se ponía a ello una hora por la mañana y otra por la tarde, pero aquello no salía de ninguna manera, llegando un día a decir "Ay, Virgen Dolorosa, soy muy burru, como nun me ayudes un poco nun voy poder"


Y así pasó tiempo y tiempo, hasta que una noche, a las tres de la mañana, sufrió un cólico tremendo con grandísimos dolores. Llamó al hospital y, mientras llegaban a buscarlo, tuvo de repente una gran inspiración siendo entonces cuando, pese a yacer de dolor, mandó a su mujer a por papel y lápiz diciendo "Ya tá, ya tá, ya la tengo, corre que tengo que apuntalo". Y así, comenzó rápidamente a escribir, todo de seguido, esta poesía que luego publicó:
Si el dolor te aprieta mucho
Intensamente me ahoga
Espero me ayudes Madre
Ten por mí amor y piedad
Espero me ayudes mucho
Sé que lo harás, ¿verdad?

Luego de esta visita a la iglesia salimos al exterior, preparando ya nuestra próxima visita en Sietes siguiendo la ruta:

AL CASINO DE SIETES "DE SUS HIJOS EN CUBA" Y A PERVIYAO: "LA PATRIA DEL CURANDERU"


A los pies de la iglesia de Sietes hay una explanada, con bancos, un lugar ideal para descansar unos instantes, comerse el bocadillo, calzarse la botas o atarlas bien, ajustar la mochila... antes de retomar el camino



Dsde aquí vemos, a lo lejos, en El Cotaraxu, el Casino de Sietes, otra visita obligada. A nuestros pies pasan los peregrinos por La Cuesta la Fuente, donde la carretera antigua hace esta curva. La nueva, en sustitución, pasa recta al pie del casino



Poco más allá, los vemos caminar a la sombra del sauce llorón de Casa Doña Julia para cruzar de frente, al lado de una capilla de ánimas bajo La Torre la luz, y subir al Casino, ruta al barrio de Perviyao y salida de Sietes hacia Llares, paso al concejo de Piloña por Anayo



Tras ellos iremos nosotros, volviendo a retomar el camín al pie del texu pero, en vez de ir por la carretera nueva, iremos por la vieja, sin tráfico



Y así al llegar enfrente del edificio de Casa Jaime Sánchez, bajo la que estaba la antes mencionada tienda-chigre de Julián y Remedios (antes de Isidoro), iremos a la derecha bajo el balcón galería de Casa Doña Leonor


Por aquí sigue el camino, la antigua carretera


El hórreo, en el prau de la casa


Casa Amador Vallín, que también tubo chigre



Arriba, majestuosa, la torre de la iglesia


Curva a la izquierda...


La Cuesta la Fuente


Atrás queda el centro de Sietes


De frente El Cotaraxu, hacia donde nos encaminamos...


Salimos a unos prados


A la derecha la fuente que da nombre a este camino: La Cuesta la fuente


Tiene una muy vieja farola que, por su aspecto, tiene pinta de haber sido de aceite. Véase abajo el lavadero, cerrado, y el bebederu, en desuso


A la derecha Casa Doña Julia. con su desmayu o sauce llorón


Subimos un poco...


Cruzamos la AS-332


Y vamos de frente a la capilla de ánimas, donde arranca La Cuesta les Pedragueres. Fijémonos detrás, en esta foto, en la vieja torre de la luz


El oratorio de ánimas es una pequeña capilla de planta cuadrada y tejado a dos aguas hecho de tejas. Gonzalo Cortina nos contaba que, antiguamente, en los entierros, cuando se transportaban los féretros a llombu, esto es, a hombro, se rezaba un Padrenuestro

 Al lado vemos una de esas señales de madera "supervivientes" de la señalización realizada con la colaboración entre la Tertulia El Garrapiellu y el Principado de Asturias en 1997. No ha vuelto ha realizarse desde entonces una reposición similar, general, homogénea, e integral de toda la ruta, de forma sin duda un tanto inexplicable


Nos asomamos al oratorio, con su hornacina cerrada por artística reja


Un cuadro, como es muy habitual en estas capillas muestra una escena de la Virgen del Carmen con l Niño y el escapulario, apareciéndose a las almas del Purgatorio, que están siendo sacadas del mismo por ángeles


Visto el oratorio de ánimas subimos La Cuesta les Pedragueres


A la izquierda Los Llanos de Lluexe...


También una nueva vista de Samartín de Vallés, con sus barrios y lugares extendidos linealmente hacia el camino que va a su iglesia



 La iglesia de Samartín, a la derecha. A lo lejos los montes que separan Villaviciosa de Colunga

Aquí la tan mencionada obra Villaviciosa y su Progreso nos dice que...
"Oriundo de Vallés, era el popular y nunca olvidado hombre público D. Antonio Alonso Coya, popularmente conocido como Antón de los Papeles, quien desde su taller de sastre rural, supo con mundología laborar eficaz y ventajosamente por el bien y progreso de Villaviciosa, en cuyo concejo, por espacio de varios años fue oráculos y hombre de pro. ¡Gloria a su memoria!"
Y refiriéndose a toda la parroquia:
"Es este pueblo un compuesto de núcleos numerosos que aún entrelazados por la tradición y por el derecho gozan vida propia e independiente; marcándose notablemente sus características individuales; originarios una dedicatoria común y general, conservan los rasgos primitivos, pero desarrollan sus actividades en aspecto distinto; hasta tal punto, que sus habitantes se les distingue a simple vista; son los vecinos de Vallés, de aquellos que se hallarían en su ambiente tocándose con calzón y montera; los de Sietes se avergonzarían si por circunstancias obligatorias se les privase de su ambiente culto, abierto a todos los progresos de la civilización; y recibirían disgusto tremendo los de Piedrafita, si no se les permitiese vivir como los de Vallés y gozar como los de Sietes"

En esta cuesta, a nuestras espaldas, una muy buena perspectiva también de Sietes


La fachada principal de Casa Doña Julia, con su torre, enfrente del oratorio


Más a la derecha el centro de Sietes: La Cuesta la Fuente, la iglesia, la carretera nueva...



Y este es el Altu les Pedragueres, donde se construyó el Casino de Sietes, magna obra inaugurada tras muchos avatares en 1928 "por sus hijos en Cuba" y que, con el transcurrir del tiempo, tuvo diversos usos y menesteres, tal y como escribimos en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
"En el Casino de Sietes (casino en el sentido de "centro social", que nadie piense en casino de juego) el visitante se dará cuenta de la importancia de este edificio que dinamizó la vida social y cultural de la zona, fundado por los "indianos de entreguerras" en un momento en el que la educación y la ilustración de las clases populares, así como sus necesidades más básicas, eran una verdadera "asignatura pendiente" para la sociedad y los gobiernos. Fue fundado por los indianos, americanos, o emigrantes del pueblo a américa, masivamente a Cuba, a los que les entró nostalgia de su pueblo en la distancia de aquellas tierras y se ilusionaron con hacer algo en favor de sus familiares y vecinos que quedaron en él. Por eso, en 1914, crearon en asamblea constituyente la "Sociedad de Recreo y Auxilios Casino de Sietes por sus Hijos en Cuba" con el objetivo de contribuir decididamente al bienestar y la salud" 

Y es que, aparte de local social, la planta alta se diseñó para ser casa y/o consulta de un médico que pudiese, o bien residir allí permanentemente, o al menos trabajar a diario para atender a la vecindad de Sietes en unos tiempos de graves carencias y penurias


Y así, en el citado libro caminero, seguimos escribiendo:
"El nombre de "casino" para estos centros sociales que tanto abundaron en la Asturias de antaño parece ser que viene inspirado en el nombre de una antigua finca de descanso de la antigua regente María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII, en la que la alta sociedad cortesana celebraba fiestas, actuaciones y tertulias. Nacieron pues en principio como lugares de recreo y reunión para gente pudiente pero enseguida iban a fundarse otros casinos más "populares". En Asturias los hubo en casi todas las localidades importantes: Uviéu, Candás, Avilés, Cadavéu, Xixón, Grao, As Figueiras, Mieres, Muros de Nalón, Navia, La Pola Llaviana, Pravia, Veiga (Puertu Veiga), Ribesella, Sama Llangréu, A Veiga (Vegadeo), Villalegre y Villamayor, por lo que es sobradamente meritorio que una aldea en principio pequeña como Sietes tuviese uno gracias a las inquietudes de sus "hijos de ultramar".
Llegados aquí, al Altu les Pedragueres, sí es bueno volver un momento la vista atrás para contemplar una de las más características estampas de Sietes:



Sietes desde el casino, las casas que se extienden a lo largo de la carretera y hasta la iglesia, cuya torre parece querer competir en altura con el cueto de El Campón, por donde baja el camino por el que los peregrinos entramos en la población



Pero sigamos hablando de esta gran institución que fue el Casino de Sietes, que se hizo muy famoso por sus actividades, a las que acudían no solo las gentes del pueblo, sino de todos los de los alrededores, siendo especialmente célebres sus grupos de teatro, pues siempre había un grupo de vecinos que "echaba la comedia", ensayaba y actuaba aquí, y también iban a otras localidades de la zona, como Anayo y Breceña, y de más lejos



El Casino, como tal, funcionó hasta mediados de los años 50 del siglo XX cuando, con los cambios políticos en Cuba, se produjo el regreso de numerosos emigrantes, desapareciendo en la práctica la sociedad del casino, aunque nunca hubo una disolución formal de la misma


Pese a la extinción de la sociedad promotora, el edificio siguió utilizándose con objetivos más o menos parecidos. Aunque el médico no residía, sí tenía consulta, y la planta baja siguió albergando diversas actividades, como las comedias, o la celebración de las fiestas de la Dolorosa cuando llovía. Según contaba también Gonzalo Cortina Huerta, "Si había que meter una orquesta entera ocupábalu ella toa", por eso acudían célebres músicos, como Javier El Curdionista, Ismael el de Los Payarones, que también tocaba el acordeón, o "El Fíu Celso, el Tamboriteru Comeñes"


Es entonces cuando, en 1968 y dentro de la política cultural del Ministerio de Educación y Turismo, se crea el Teleclub Sietes, en el que se instaló el primer aparato de televisión de la localidad, toda una novedad en aquellos días, que causó gran expectación, acudiendo muchísima gente a ver los programas, cual si fuese un cine. Así, Gonzalo nos decía:
"Diéronnos una televisión, nun sé si era Fraga, sí, era Fraga el que daba les televisiones, me paréz. Nun se si se pagaba una perrona al mes pa poder venir a vela"

 Asimismo se instaló un proyector de diapositivas y una grabadora de sonido, junto con apertura de servicio de bar, siempre con el objetivo, plasmado por escrito, de:

"La promoción sociocultural de todos los vecinos del pueblo de Sietes, mediante la acción común de todos los asociados, dedicando especial atención a los problemas recreativos, educativos y sociales"

El Teleclub Sietes funcionó unos años hasta un tanto avanzada la década de los 70, cuando ocurrieron dos cosas, por un lado el gran éxodo rural de gran parte de la vecindad a las ciudades, aunque muchos regresaban los fines de semana, vacaciones, faenas agrarias, etc, y por otro la extensión casi general de los aparatos de televisión en las casas, que ya no hacían necesario un club y local ideado para verla

El edificio yació olvidado hasta que unas décadas después, se restauró para ser el Telecentro de Sietes, o Centro de Desarrollo Tecnológico(CDT), y la Casa L'Horru, inaugurada a principios de 2009 y situada en la planta baja, en la que se hace un repaso a la historia y características de los hórreos y paneras asturianas, dedicado ello especialmente a la memoria del estudioso villaviciosino Rafael Balbín Loredo, al que tanto mencionamos en estos tramos de ruta por este concejo



En lo alto de la fachada cuelga un cartel de esta Casa L'Horru, informando de sus diferentes secciones


En la pared de la entrada, mirando al camín, una placa agradece la promoción de Sietes en la campaña publicitaria de Microsoft con Windows 7, cuyo acto de presentación formal se celebró aquí, en el casino


Al entrar, en el mismo portal un gran panel expone la historia del casino y de los emigrantes que lo hicieron posible, queriendo ser también este conjunto un homenaje hacia ellos



Y así, leemos en El Camino de Gijón a Covadonga:
"La iniciativa salió de un grupo de entusiastas: Silverio Cortina FernándezBenigno Toyos AlonsoGeneroso Alonso SánchezManuel Alonso GranjaBernardo Rodríguez Lueje y Fidel Alonso García a la que ya se les sumaron enseguida un buen número de personas más.
De todas maneras hubieron de pasar nada menos que 14 años para que aquel sueño se hiciese realidad, inaugurándose el casino en 1928, siendo presidente de la sociedad Antonio Otero y Lorena y directores de las obras José Prida Junco y Fulgencio Canal González"


Las fotos recogen el recuerdo de alguno de aquellos vecinos emigrantes promotores del casino y nos devuelven su alcordanza


El Presidente, Adolfo García Luege (vemos entonces el apellido escrito con g, castellanización del Lluexe de Piedrafita)


El plano


La planta del edificio, que comprobamos iba a tener en origen un balcón-galería a la derecha, del que carece, al menos en la actualidad


Un recibo de una aportación de un socio


Otro recibo. Aquí la sociedad aparece como Sociedad de Protección y Recreo Casino de Sietes


Diploma del Centro Asturiano de La Haban


Foto del Casino de Sietes, tal vez el día de su inauguración


Emigrantes asturianos en La Habana, muchos dedicados a los ultramarinos


Una foto bastante posterior, con muchos de ellos más mayores, pero siempre con su iniciativa en favor del Casino de Sietes muy presente


"Casino de Sietes de sus hijos en Cuba. Cuadro de Constancia de los Socios Fundadores"


Y, ya en el interior, la Casa L'Horru y su amplio espacio expositivo


Los hórreos, paneras, cabazos y garais en el norte de España



Diversos modelos


Al fondo una pieza muy importante


Una esquina, estas han de ser hechas de una sola pieza de madera



Allí, un panel informativo


Dedicado a las piezas del hórreo


Y la panera, evolución en tamaño del hórreo, aparecida en el siglo XVII a consecuencia de la necesidad de hacerlos más grandes por las grandes cosechas de maíz, cereal que, recién importado de América, llegó rápidamente a ser plantado en enormes extensiones


Al otro lado de la esquina del hórreo, otro panel


Este dedicado a los estilos decorativos asturianos


Estilo Allande, Carreño y Villaviciosa, y su extensión


Diversos elementos decorativos dentro de cada estilo



Los hórreos asturianos



Los hórreos habían de estar totalmente "tapados" por riestres de panoyes (ristras de mazorcas), sino no se consideraba que había "buena casería". A la derecha una casa mariñana, de portalón en medio, cuartos a los lados y, al fondo, el llar o la cocina a un lado y, al otro la cuadra, con la tenada o  henar arriba. Detrás una vara yerba, bastante difíciles de ver hoy día, en favor del empacado en fardos



Características de los hórreos asturianos



Cómo arreglar un hórreo



Espacio dedicado al estilo Villaviciosa, siglos XV y XVI



Elementos de su talla y pintura
 

Al fondo otro panel muy interesante


Dedicado a la decoración figurativa


Y este  dedicado a los hórreos de Villaviciosa en el siglo XVII


Respiraderos, inscripciones y otros detalles, muchos son símbolos figurativos geométricos decorativos, pero en origen se basan en elementos mágico-religiosos, cristianos e incluso precristianos, como guardianes o amuletos de protección de lo que adentro se guardaba, nada menos que la supervivencia de una familia campesina. Por eso se leen frases piadosas y otras alusivas a los dueños, a los constructores, etc


La visita se complementa con una excursión por la Ruta de los hórreos de Sietes, de los que se conservan una treintena de ejemplares, tomando aquí los mapas e información de la misma, así como otros folletos


Y por supuesto, otro apartado dedicado a la emigración



Un poema asturiano está dedicado a El Morro, fortaleza española del siglo XVI que protegía el puerto de La Habana de los ataques enemigos por mar. A partir de 1845 se empleó como faro:
Tres coses tien L'Habana
que nun les tien Madrid
son El Morro, La Cabaña
y ver los barcos venir

Muchos vecinos de Sietes que emigraron a La Habana abrieron comercios como cantinas, bodegas o galleterías, en los que empleaban a sus familiares y convecinos recién llegados a la isla. Allí se fundó en 1886 el Centro Asturiano de La Habana, con el objetivo de ayudar a los emigrantes asturianos y realizar diferentes proyectos en su tierra de origen


Correspondencia de las familias con los emigrantes



Y esta es la Sala homenaje a Rafael Balbín Loredo con elementos de su trabajo y libros publicados. Nacido en 1971, era periodista y empresario de turismo rural, pero también un gran investigador, cuyos trabajos más conocidos empezarían como miembro de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa (Cubera), publicando en la revista Cuadernos Cubera artículos sobre variados temas, como el llamado Tesoro de los Caveda, un posible retrato pintado por Goya de Francisco de Paula Caveda, otro sobre La Ferrería de Dueñes, en Arroes, o el del proceso de venta de la Cruz de Fuentes, románica en plata, que salió misteriosamente del pueblo, apareciendo expuesta en el Matropolitan Art Museum de Nueva York


Luego, además de ser corresponsal del diario La Nueva España, se centró en la etnografía, publicando en 1997 Los Molinos del Profundu, a la que tanto nos hemos referido hasta ahora, así como en 2000 Los Molinos de Maliayo, catalogando unos 200 en el concejo de Villaviciosa, del que llegó a ser uno de sus máximos conocedores, pues también se ocupó de la historia del equipo de fútbol local en 1997 con el libro Club Deportivo Lealtad. Un histórico en imágenes. Era asimismo miembro de la Tertulia Cultural El Garrapiellu, promotora desde 1991 de la señalización y puesta en valor de esta travesía andariega Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga

También censó los hórreos del concejo en un trabajo publicado en 2009, cuatro años después de su repentina muerte, en el libro Un censo de hórreos y paneras del concejo de Villaviciosa, registrando unos 2.300 ejemplares. Uno de sus últimos proyectos fue precisamente el Plan de Restauración de los Hórreos de Sietes, en el que, además de su restauración, proponía la creación de esta Casa L'Horru, donde se le dedica esta sala


Aula didáctica...


Y salón de actos, aquí se presentó Windows 7 en 2009



Finalizando tan apasionante recorrido por la Casa L'Horru, nada más queda firmar en el libro de visitas plasmando nuestras muy positivas impresiones


Salimos afuera, de nuevo al exterior, viendo de frente a nosotros El Cotaraxu


Una quintana en lo alto de un pequeño cueto, cotaraxu, que da vista a Sietes a un lado, y a su barrio de Perviyao, al otro


Y a Perviyao nos dirigimos nosotros, siguiendo camino...


Camino que desde el casino baja El Cotaraxu...


Entre matos y finques...


Bajamos del Altu les Pedragueres y enlazamos de nuevo con un tramo de la carretera vieja



Por ello, aquí, seguimos de frente y recto. A la sombra de esta majestuosa fila de árboles...


Todo recto por esta preciosa calle vegetal


Guardianes del camino, magníficas arboledas


Avanzamos todo en llano


Y llegamos a una bifurcación


A la derecha se sale a la carretera, a la izquierda a Comeñes, pero nosotros NO vamos ni a la derecha ni a la izquierda: seguimos de frente prado arriba


Si nos fijamos hay un sendero pisado...


Es la subida a La Cuesta'l Campu. Suelen ponerse letreros señalizadores pero no duran mucho tiempo


Y subimos campu arriba


Es una corta subida, un tanto empinada pero que ofrece un buen atajo para no salir a la carretera y volver a entrar en El Campu


Pasamos bajo las ramas de esta joven castañal


Y ya en El Campu, donde está la casa de este nombre, de indudable traza indiana iremos a la izquierda


Y seguimos todo el muro de la finca



A nuestra izquierda buena vista de El Casino, la iglesia y, arriba, El Campón


Otro buen árbol de texu a la izquierda


Bifurcación y a la derecha...


Portiella en la finca de El Campu: en un bonito juego de palabras, para que se diga que no pueden ponerse puertas al campo


El Campu, una excelente vista mirando atrás, también desde aquí


La cima, de 501 metros de cota, cerca de la que pasábamos para llegar a Sietes, subiendo desde Buslas


Llegando a Perviyao, Casa Casimira


Casa Casimira la de Manolo Vallín


Enfrente de ella una nueva bifurcación


Iremos a la derecha


Al pasar vemos la fachada principal: la vivienda con galería, la cuadra con corredor


Un hermoso rincón de Perviyao


Viejas señales con un cuarto de siglo a sus espaldas que, a duras penas, aún se mantenían en pie


A lo lejos el depósito de agua en el cueto de Fresnéu (466 m)


Seguimos la cuesta en Perviyao


Al fondo ya las últimas casas...


Viejo hórreo en otra encrucijada...


La que está cayendo es la Casa'l Paisano


En el cruce, a la derecha


Hay aquí un banco para sentarse



Un bonito banco de madera, artesanal, donde se sientan vecinos y peregrinos, hecho aprovechando como asiento el retorcido tronco y raíces de dos robles



Desde este lugar admiramos el paisaje, al sur, donde La Riega la Peña o Ríu les Peñes, que nace al pie del Cotaraxu, baja a desembocar al Profundu



Más allá nuevamente divisamos de Peña Cabrera, La Soma, Cotubellosu... cerrando El Profundu por el sur, montes de los que tanto hemos hablado en nuestros tramos anteriores por Amandi, Coru y Breceña, así como, abajo, del Profundu y sus molinos



Y las casas de La Madrera, patria del gran gaitero José Vega Pereda, El Ratu la Madrera, quien alegró en tiempos fiestas y romerías por todos estos contornos, cuya biografía repasábamos en el capítulo anterior


A nuestra izquierda Casa Piedad. Atrás queda la quintana de Perviyao, con la Casa Baxu, la  de Ramona Florenta, o la de Mel del Oro, entre otras, que sin dura vieron algunos de los primeros chutes del futbolista José Manuiel Rivas Sietes, que aquí vivía


De nuestros libros camineros intentamos esbozar y actualizar una breve biografía del futbolista:
También un jugador de fútbol paseó el nombre de Sietes por el mundo a lo largo de los últimos años: José Manuel  Suárez Rivas "Sietes", nacido el 18 de febrero de 1974 en Anayo, pero que vino con sus padres a vivir a Sietes siendo aún niño, estudiando en las escuelas de Sietes-Piedrafita, tocándole después ir a la "concentración escolar" a La Villa, la capital del concejo
 Dicen que el apodo de "Sietes" viene ya de aquellos años de colegio, cuando los compañeros le llamaban, como era costumbre, con el nombre del pueblo del que procedía.

Dejó de estudiar cursando Formación Profesional, cuando empezó a trabajar y a dedicarse a lo que más les gustaba, el fútbol. Fue entonces, cuando jugando en el Lealtad de Villaviciosa, hubo de decidirse entre el  deporte del balompié o por su empleo en una carpintería de aluminio: escogió el fútbol y con tan buena suerte que fue convocado a los cuatro meses para jugar en el Real Oviedo.  
 Su debut en Primera División fue el 27 de marzo de 1993 en un Valladolid-Oviedo
"Sietes" pisó tambien la Escuela de Fútbol de Mareo, pero se cuenta de un técnico de la cantera del Sporting que no le auguró carrera deportiva provechosa, una premonición errónea porque en la temporada 93/94 disputaría 26 partidos con el Oviedo en 2ªB y 9 más con el mismo equipo en Primera División, llegando a marcar varios goles aunque jugase de defensa

En la siguiente temporada iba a pasar al Valencia F.C. al que se le traspasó en 1994, Racing de Santander (1997-2003), Alavés (2003-4), Murcia (2004-5), el equipo inglés de Segunda División Watford y el Numancia (2006-8). En los años 2008-2011 volvió a Tercera División con el Lealtad, y en 2011-2012 con el Real Aviles, anunciado su retirada, si bien siguió como gerente de este equipo, pasando después brevemente a director deportivo del C.D. Palencia Balompié

Fué además subcampeón de Europa sub-21 con España en 1996, internacional sub-21 nueve veces y olímpico, pues participó en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96, jugando un partido ante Francia. En otro orden de cosas, en el año 2011 resultó elegido concejal en Villaviciosa"

En otra faceta, la política,  fue alcalde de la pedanía villaviciosina de Rales entre 2007 y 2011, y luego concejal de Deportes, Educación y Juventud hasta junio de 2012"

Vamos ya hacia el siguiente grupo de casas de Perviyao, ya al final del barrio: primeramente a la derecha Casa Anita y Soledad


 El Llagar del Curanderu, con su hórreo, al otro lado del Camín a Cuadonga


Y esta era su casa, la Casa del Curanderu, Manuel García García, El Curanderu de Sietes, que fue durante años una persona entrañable para con los peregrinos, toda una institución en la ruta pues, recitando de nuevo al libro El Camino de Gijón a Covadonga...
"se desvivía por ellos y siempre estaba atento de la que los veía pasar para salir a buscarlos y a grandes voces invitarlos a su llagar, situado allí mismo un poco más adelante..."
El Curanderu metiendo peregrinos en el llagar para "echa-yos unos culinos"
"¡¡Eeehhhhh, ¿pa ú vais ho?, veníi acá!! ¿Vais pa Cuadonga, traeis sede? ¡¡ meteivos en llagar a tomar un culín de sidr a!!, El Curanderu de 
Sietes nun dexa que naide pase sede, ¡¡ hala mozos, parái a que vos eche un culín !!" 
El Curanderu de Sietes

Sí señor, así era El Curanderu de Sietes, insistiendo y repitiendo que todo el mundo parase a tomar sidra, decía que cuanto más sidra daba a los peregrinos más cosecha daban sus manzanos y más y más sidra producía, que era sinónimo de buena suerte, como bendecida por la Santina

Así era que si nos descuidábamos el culín iba a más y podía pasar a botellas enteras. Era capaz de parar de comer, como le vimos hacer en más de una ocasión, para levantarse a echar unos culinos a los andariegos, fuesen solos, en grupo, o en grandes excursiones, llegando a armarse alguna vez una verdadera espicha, una romería de gente que acudía a la voz del Curanderu

Las primeras veces que coincidimos con él pensábamos que era curandero de verdad, le llegamos a preguntar por un remedio para les angüeñes o ampollas de los pies, entonces se ponía un momento serio y respondía: "pinicilina", dejándonos desconcertados

 Más tarde descubríamos, hablando más reposadamente dentro del llagar de aconteceres de su vida, que lo de "Curanderu" no es porque él tenga poderes de sanación ni supiese de plantas ni de remedios ningunos, sino de cuando era joven y él y otros vecinos de Sietes andaban "echando la comedia"  por los pueblos de Breceña, Anayo, y el propio Casino de Sietes, representando funciones para los vecinos, que de aquella había muchos. Iban de un lado a otro en el camión de la leche todos los componentes del grupo con sus trajes y artilugios y uno de sus compañeros de función era precisamente el ya mencionado Gonzalo Cortina Huerta (...) 


Pues bien, uno de los "grandes éxitos" de esta compañía teatral fue una obra de teatro vasca, titulada "Más que Paulino", en la que su argumento trataba de un viudo que vivía con su hija en una casería, tenían una vaca que enfermaba y entonces llamaban al curandero, papel interpretado por Manuel García, a quien le quedó para siempre el mote del "Curanderu de Sietes". Por su parte a Gonzalo Cortina le tocaba de hacer de "boxeador" en esta misma obra, golpeando en un acto al novio de la hija del viudo, por disputársela. Casualidad o no Gonzalo Cortina tuvo posteriormente un hijo que fue campeón de Asturias de Boxeo los años 1984, 1985 y 1986, campeón de España también este último año al igual que internacional en el campeonato contra Inglaterra: Gonzalo Cortina Cueli, muy conocido también por despachar muchos años en el despacho de pan que había en la calle Dindurra de Xixón, "El Tarandín"

Peregrinos haciendo un alto y cola para saludar al Curanderu de Sietes

Muchos caminantes que conocieron al Curanderu de Sietes se acuerdan de él con cariño y grata memoria. Al pasar por aquí, cerca ya de las últimas casas de Sietes, no pueden dejar de expresar un sentimiento de tristeza ante la pérdida de una verdadera institución que fue de la ruta durante tanto tiempo, siendo pues, para nosotros tan inolvidable, que no nos resistimos a transmitir su recuerdo a los nuevos caminantes que realizan esta travesía y que no pudieron tener el placer de conocerle.

Manuel García García a la puerta de su casa con Tino Lozano, Presidente de la Tertulia El Garrapiellu. Foto de 18-7-1997

 Quizás tuviese algo de curandero en realidad porque su trato atento y educado, pero a la vez totalmente alegre era, junto con la sidra, como una "poción mágica" que parecía hacernos "resucitar", recomponiéndonos las fuerzas y las energías, igual que si acabásemos de empezar a caminar. Descanse en paz"


Con Manuel García García, El Curanderu de Sietes, en el Camín de los Horros. Junio de 2000

Y así, con bastante nostalgia, nos despedimos de la Casa'l Curanderu y continuamos camino


Pasamos el llagar, de tantos y tan buenos y alegres recuerdos



Y junto al llagar tomamos un sendero de hierba a nuestra izquierda


Pasamos entre el llagar y las hortensias


Más allá del llagar la pumarada...


A nuestra derecha Casa Julia y Nicarnor. Arriba en el otro camino Casa Pepe Juan


Empezamos a bajar junto a la casa, a la sombra la figar. la higuera



Abajo las profundidades del Ríu Pivierda, frontera de Villaviciosa y Colunga


Abajo El Barrial y Comeñes


Un precioso sendero sale de Perviyao, en suave descenso



Abajo, la pumarada que tanto apreciaba El Curanderu de Sietes, y que cae a esta hondísima sima del Ríu Samartín o Ríu Pivierda


Ahora vamos a mirar de frente, un poco a la izquierda


A la derecha el Monte Llanones (497 m), frontera de Villaviciosa y Piloña


Abajo Riegabona y Los Torneros. por donde el Camín a Cuadonga entra en Piloña


En primer término, a la izquierda, Llares, aldea de la parroquia de Anayo, concejo de Piloña, hacia donde nos dirigimos, vemos a la izquierda la carretera, por donde va el camino en ese tramo. Más lejos, a la derecha, lo que es propiamente Anayo,  la cabeza de la parroquia, donde los peregrinos suelen hacer un alto en el bar La Bolera (de las tres casas la blanca de la izquierda). A la izquierda el Monte la Espina (527 m)

Anayo está en una Collada que da vista, mirando al sur, a este profundo valle del Ríu Pivierda, uno de cuyos afluentes, La Riega la Biesca, nace allí mismo. Al otro lado, al sur, mira ya hacia la gran bajada al valle del Piloña, por donde iremos nosotros hacia Borines, Vallobal, Miyares...

En Anayo existe un mirador, en misma carretera, frente a La Bolera, que domina una gran parte de la cordillera, con magníficas vistas de los Picos de Europa y Los Beyos, así como las sierras al sur de este concejo de Piloña y las de, más allá, Ponga y Amieva, en cuya divisoria de Colláu Zorru sobresale el renombrado Picu Pierzu (1.552 m)



A la izquierda de Llares bajan al valle los altos del Cordel y La Peña la Sierra. Más lejos, a la izuqierda de Anayo, El Monte Robléu (548 m), El Cuetu (653 m) en la frontera de Piloña y Colunga. Más a la izquierda, en términos de Colunga, el Cuetu'l Huesu y La Cotariella (485 m), en Fanu, con el Sueve a lo lejos

En el Samartín, como se le llama al Pivierda a su paso por Villaviciosa. Según dice Rafa Balbín en Los Molinos de Maliayo, la gran distancia con los principales núcleos de población de Villaviciosa y Colunga hizo que algunos aún trabajasen a finales del siglo XX. Aún existen lugares donde muelen el grano, pero sin necesidad de bajar al molino, sino empleando los molinos eléctricos, más cómodamente, en casa

 De uno de ellos, el Molín del Nurusiellu, ya hemos hablado cuando veíamos Samartín de Vallés desde cerca de Llaneces y El Campón, antes de entrar en Sietes. Más arriba estaban los de Francisco y Maldín, en la frontera de Villaviciosa con Piloña y, aguas abajo,el Molín del Piqueru o de la Casería, el del Sangredal, el del Beneficiu, el Molín de la Frocenti y, ya en Colunga, los de Fernando, Miyar, Vicentón, Agüera d'Abaxu y La Ferrería


Y así volvemos a admirar una vez más, y no será ni mucho menos la única, las impresionates peñas calizas del Puertu Sueve, así como La Cotariella y Fanu, en Lliberdón (Colunga). A la derecha la larga loma de El Cuetu (un topónimo que se repite constantemente en esta zona), que llega a los 649 metros de altura en su cota más alta, separando el valle del Pivierda del de Lliberdón, cuyo nombre castellanizado hizo célebre el grandioso gaitero Ramón García Tuero, El Gaiteru Libardón, del que escribíamos así en nuestros libros del camín:
"Ramón García Tuero nació en El Molín del Matu, Arroes (Villaviciosa), el día 16 de febrero del año 1864. Ya de muy niño tenía arte para tocar y hacer instrumentos de viento, flautas y  xiblates, con las que interpretaba canciones tradicionales de música asturiana. Sus padres, adivinando con notable acierto que el futuro de su hijo iba a ir por ese camino, le compran su primer gaita, con la que iba a hacerse famoso como Ramón el d'Arroes, tocando en todos los pueblos de la zona. El propio párroco le enseñará los primeros conocimientos musicales. 
 Después de casarse en 1890 con María Caravera, de Llibardón, pasa a residir en el pueblo de su mujer, parroquia colunguesa que también va a recibir los sones de su música de gaita y su voz, pues además de tocar era un consagrado cantante, siendo capaz de cantar y tocar la gaita todo a un tiempo, conjungando las melodías con los temas cantados en una magnífica compenetración de músico y vocalista, algo que nadie lograba con el mismo nivel, por lo que sería apodado El Último Juglar. 
 La prestigiosa marca de sidra El Hórreo de Colunga le contrató para promocionar su producto en la Exposición Regional de Gijón y tuvo un éxito tal que poco después, otra firma sidrera, El Gaitero, le lleva a la Exposición Universal de París de 1889, y a la que volvería 11 años más tarde, a otra Exposición Universal que tenía como emblema ya la torre Eiffel, consiguiendo del jurado de certamen la "medalla de mérito". Entonces su estilo fue ya arrollador, recorriendo después los mejores teatros de Berlín (parece ser que la primera vez que la gaita asturiana snó por radio fue en una emisora alemana) y Londres, ciudad en la que grabará varios discos, y actuaría en la BBC volviendo para Asturias como el mayor de los triunfadores. 
Después vendría la gira por América: Mexico, Puerto Rico, La Habana, Buenos Aires, Santiago de Chile y otras muchas capitales americanas se vistieron de gala para recibir con todos los honores al "más famoso gaitero que vieron los tiempos". En España también habría de actuar en Madrid, Santander, Sevilla y , como no, también en Asturias, como por ejemplo Xixón en 1909, donde consiguió cosechar uno de sus triunfos más clamorosos. Participaría en la Exposición Internacional de Buenos Aires en 1911 (donde frimaría contrato con una discográfica de Nueva York), la Universal de Barcelona de 1929 y en el mismo año, en la Iberoamericana de Sevilla. En aquellas décadas del siglo XX grabaría numerosos discos y llegaría a gozar del reconocimento de las más altas intancias, galardonado por Alfonso XIII y recibido en audiencia por la reina madre María Cristina, además de por el general primo de Rivera. 
Se contaba de él que era asimismo capaz de improvisar canciones sobre la marcha, mientras tocaba, llegando alguna a ser muy conocida...  
Tengo Cuatro Peruyales  
todes cuatro dan peruyes 
la que se case conmigo 
comerá les más madures" 
Tocaba y cantaba solo, pero de vez en cuando se hacía acompañar por José García, El Tambor de L'Abadía, con el que llegó a formar una pareja mítica, illegando a llevarle con él en algunas de sus giras. Interpertaba música culta y popular, festiva y solemne. En Cuba coincidió con el prestigioso tenor Caruso, al que igualaría en "caché". Fue un ejemplo más de saber ser asturiano y universal a la par, su vida como la de tantos otros nos enseñó que mirando por nuestras cosas se constribuye al enriquecimiento universal pues son patrimonio de toda la Humanidad 
Luego de tantos años de intenso trabajo empieza a retirarse de los escenarios, una enfermedad coronaria le obliga también a ello, actúa públicamente por última vez en una fiesta minera y no mucho después, ya de forma privada, en una fiesta familiar en Cabueñes (Xixón) en la primavera de 1931. Aún tocará la gaita aquel verano, pero ya sin cantar, en la misa y procesión de la fiesta patronal de Llibardón, pero sin participar a posteriori en la romería popular, como tenía costumbre 
Ramón García Tuero, El Gaiteru Llibardón, falleció el día 22 de octubre de 1932 en La Quintana d'Arriba, lugar de la parroquia que le dio su apodo definitivo. Su fallecimientos ocupó noticias de portada en la prensa de Madrid, como la del diario Informaciones, con una cabecera que decía "Asturias en su comarca de Libardón, se ha quedado sin su mejor gaitero". Por su parte el periódico de Xixón El Comercio publicaba... "Con él se va el último bardo, el verdadero caracter asturiano". 
Desde su fallecimiento acá se le tributaron homenajes periódicamente  (fueron importantes los de 1969, 1986 y 1994) y se reeditaron varios de sus discos. En el año 2007 fue designado como uno de los "20 asturianos más relevantes del siglo XX" en certamen popular a cargo también de El Comercio y realizado por internet. Aquel mismo año se conmemoró el 75 aniversario de su muerte con misa y ofrenda floral ante el panteón familiar del cementerio de Llibardón. Existe un centro de interpretación y todos los años la Asociación Cultural San Roque de Llibardón junto con el área de Cultura del Ayuntamiento de Colunga convocan el Certamen de Gaita Asturiana "Premio Gaitero Llibardón", y es que... como decíamos antes, "quien sabe", quizás si paramos en medio del camino de Sietes y ponemos la oreja orientada al Sueve, tal vez podamos aún sentir, en la inmensidad de estas montañas, los sones inmortales de la gaita del último juglar asturiano, resonando de risco en risco, de peña en peña,, hasta el más alto pico..."

Sigue el bello sendero de bien segada hierba


Y volvemos al camino hormigonado que dejamos en El Llagar del Curanderu



Saliendo de Perviyao, otro oratorio de ánimas


Es de estructura bastante diferente, al menos en su tejado, a los otros que hemos visto en esta ruta (Grases, Breceña, Sietes), y en el interior de su hornacina también hay un elemento distinto


Se trata de una cruz de madera con un Cristo pintado. En todas estas capillas es común ver ofrendas de flores y velas encendidas


Cerrado por una reja con candado se conserva relativamente bien, aunque la pintura se va borrando


No parecen vislumbrarse señales de policromía en las paredes del interior, pero sí de humedades


Desde el oratorio sigue la ruta, en ligera bajada, en un verdadero túnel vegetal...


Es un buen tramo con hermosa sombra en este boscaje de arbustos


Foto en invierno, con las cañas peladas y la hoja caída en las veredas


Más fotos de primavera...


Galería vegetal...


Pero prontamente salimos a campo abierto


Montes de El Beular, El Pedrosu y El Peralín, en Cabranes. Más lejos los Montes de Pesquerín y la Sierra La Bedular, al sur de Piloña, que llegan a los 1.075 metros en el Niañu, y a los 999 metros en La Rasa, o los 983 de La Escoba (983 m)


Llegamos pues a la carretera AS-332


Aquí continuamos a la izquierda hacia Anayo. A lo lejos volvemos a ver Xiranes, conceyu de Cabranes


A la derecha Peña Blanca (497 m), extremo este de la sierra de Peña Cabrera y Cotu Bellosu



Peñamayor, popularmente en la zona La Peña, es una importantísima referencia visual y geográfica del centro de Asturias, extendiéndose por los concejos de Nava, Bimenes y Llaviana: a la derecha vemos La Bobia (580 m), y a la izquierda La Campa Orosu (928 m), luego lo que es propiamente Peñamayor (1.144 m), Los Ortigales (1.048 m), El Picu los Galamios (1.268 m), El Picu'l Treme (1.223 m) y La Triguera (1.293 m), la máxima altitud


A la izquierda La Suriella (1.138 m), El Resellón (1.122 m), La Peña l'Aila (730 m), La Muezca les H,uentes (912 m), La Collá les H.uentes (948 m), y otros montes que cierran el desfiladero de Les Foces del Pendón



Más cerca, justo encima de estas casas de Xiranes, Cervera y, a lo lejos, La Coterúa, paso al valle del Piloña, del que vemos asomar buena parte del Monte Coya


Más allá de Xiranes y el Monte Collía (442 m), La Cumbre (486 m), a la altura de Torazu, también en Cabranes


Una garrapiella en un guardarraíl nos confirma la ruta a seguir...


Desde el cruce, la carretera inicia una bajada


Y esta es La Cuesta los Malatos, a la que ya nos hemos referido cuando hablábamos de la leyenda que atribuye la fundación de Sietes a los mismos, "siete casetines de siete leprosos"


 A ella le dedicamos también un comentario en nuestro libro caminero:
"(...) La Cuesta Los Malatos, de llamativo significado, pues así se denomina a los leprosos, afectados de lepra, pelagra, Mal de la Rosa o de San Lázaro, una de las enfermedades más temidas de la antigüedad. No se tienen noticias documentales que testimonien la existencia de alguna malatería u hospital de malatos en Sietes en ningún momento de su historia, pero sí una tradición popular que dice que el origen de Sietes fueron siete casetas de leprosos (cierto es que se les hacía vivir en pequeños cuartos-vivienda), tradición a la que en principio no se le vislumbra ningún fundamento, ya que el nombre del pueblo está más relacionado con la palabra asturiana sietu, variante de setu (latín saeptum), según las informaciones del investigador Xosé Lluis García Arias en sus trabajos sobre toponimia asturiana..."

Y proseguimos:
 "... No obstante sí podría guardar relación con los antiguos malatos de Vallobal, de los que habrá que hablar dentro de poco, pues por lo que sabemos andaban libremente por pueblos y villas, siendo fácil que se acercasen al mercado de La Villa caminando por aquí, por estos caminos, los mismos que ahora estamos pisando nosotros, solo que con una capa de asfalto. Tampoco sería raro que viniesen a Sietes, aún la gente mayor recordaba la celebración de ferias en Sietes por San Antonio que venían de tiempo inmemorial y que desparecieron"

En La Cuesta los Malatos curva cerrada a la derecha


Un cartel indica a los conductores la salida de la población de Sietes


Fijémonos ahora a la derecha


Abajo El Profundu o Espinadal, cerca de su nacimiento. A lo lejos Xiranes, parroquia de Graméu, en el vecino concejo de Cabranes, al sur de Villaviciosa, separado de Sietes por la profunda riega del Ríu Profundu, que nace en Fontelea o Fonte'l Teyu, al pie de la frontera de ambos conceyos y del de Piloña


Sus quintanas y lugares son Cerezaléu, Barbechu, El Beular, El Peralín, El Pedrosu y La Morguera. Realmente el linde concejil pasa por allí, por lo que se dice que alguna de las casas está en términos de Villaviciosa


A la derecha seguimos viendo Tarandines o Peña Blanca (497 m)


Y Fresnéu (423 m)


Viene ahora un tramo recto en bajada


En lo alto Los Llanones (497 m)


Con las obras de ensanchamiento de la calzada, que tanto duraron hace años, se ha ganado espacio para los coches, antes apenas podían cruzarse dos, pero no así para los peatones. Pese a que se solicitó y hubo intentos y reuniones, no se consiguió, ni siquiera planteando la mayor seguridad para todos, viandantes y conductores, en un momento en el que el Camín a Cuadonga ya estaba en pleno apogeo. Todo un error


Por ello, como tantas veces decimos en estos casos en este blog "no suele haber tráfico pero este pasa veloz", extrememos entonces las precauciones, no invadamos la calzada y vayamos bien pegados a la izquierda. Aconsejamos también llevar chaleco fosforito, sobre todo si se camina de noche o hay oscuridad, escasa visibilidad, etc.


Ni un centímetro se ha dejado para el peatón, que se ve obligado a invadir la calzada,con gran riesto para todos. Vayamos muy pegados a la izquierda


Empiezan ahora una serie de curvas, la primera a la izquierda


Caminamos por la cresta de un  monte que da a dos valles...


A la derecha son los manantiales que dan nacimiento los ríos y regueros afluentes del Piloña, este a la vez afluente del Sella, que desemboca en el Cantábrico en Ribadesella/Ribeseya. A la izquierda los del Ríu Pivierda, afluente del Lliberdón, que desemboca en la Playa la Griega tras pasar por la villa de Colunga


Siguen las curvas...


Los eucaliptos cubren los antiguos prados de pastos, pero también hay algo de arbolado autóctono


Y muchos manzanales, como estos


Esplendor en la pumarada


Caminamos ahora en llano


Pero las curvas continúan. Escribimos de este tramo en El Camino de Gijón a Covadonga:
"Después de La Cuesta Los Malatos la carretera vuelve a lo llano, a través del monte repleto de árboles, ocalitos, brezu y felechu. También hay fayes (hayas, alguna grandísima), acebos o carrascos  y más castañales, siendo normal encontrar grandes montones de troncos cortados a los lados de la calzada, de las grandes talas que se organizan cada poco tiempo en la zona"

Hay también grandes helechales.


Sigue el zigzag de la carretera


Largas matas de árboles y arbustos...



Y llegamos a Riegabona, lugar del que decimos en el libro...
"El lugar se llama Riegabona, por el que caminamos a la fresca en un buen tramo con sombra, donde los rayos de sol se meten entre los troncos y ramas formando unos efectos de difumino de luz como de cuento de hadas. Si por contra no tocan días de nube, el bosque rezuma humedad y niebla que baja de las profundidades de los ríos hacia los montes por donde vamos andando nosotros 
Una vez más, precaución en la carretera y si se nos hace de noche, chaleco reflectante y linterna, pero contando entonces con la tranquilidad y quietud que se respira en horas nocturnas en una sensación sumamente placentera, difícil de explicar con palabras, ya que durante varios kilómetros no vamos a encontrar población alguna, salvo un par de casas de la aldea de Llares"

De este tramo comentaba además...
"Más de una vez quisimos indagar por las pistas y caminos que se aventuran en la foresta, por si había una alternativa al asfalto para dirigirnos a Anayo. Lo cierto es que por más que buscamos no había nada mínimamente practicable, cuestas arriba que se llegan a perder en lo frondoso de la espesura, factible para exploradores que se abran paso a machete pero no para señalizar por allí una senda como esta: por eso, sigamos la carretera, al menos en llana y ancha, pese a los rodeos de sus curvas, vueltas y revueltas, al seguir la ladera de la montaña"

Enlaza con el camino una pista forestal, pero nosotros seguiremos por la carretera


Y ahora unos metros en recto en leve subida...


Pila de troncos...


Es común oír el sonido de las motosierras...


En Riegabona, cuando las grandes talas de estos monocultivos de espercies de crecimiento rápido para las papeleras, dejan el monte pelado,  tenemos una buena perspectiva al norte, llegando a ver el mar, siguiendo el curso del Ríu Samartín que, al entrar en Colunga, pasará a ser formalmente el Pivierda. A lo lejos a la izquierda Samartín de Vallés. Abajo a la derecha la Peña la Sierra


Y más a la derecha, al este, mirando a El Cuetu, Fanu, La Cotariella y el Puertu Sueve, altos de Llares, El Cordel y La Llobera. Abajo laderas de Los Torneros


Explanadas preparadas para más pilas de troncos


Impera la ocalital...


En las curvas nos arrimamos bien al guardarraíl, viendo bien por si vienen coches, camiones, tractores...


Grandes desmontes resultado de los trabajos de ensanche


Una gran escollera a manera de muro de contención donde se han producido corrimientos de tierra o argayos, que alguna vez han cortado esta carretera


Un poco a la izquierda volvemos a ver Llares


Llares, barrio de El Cabañón. A lo lejos El Cuetu


Monte fácil de reconocer por su caseta y antenas


Aquí más cerca El Cordel y La Peña la Sierra, Llares abajo


Fanu y La Cotariella


Sus casas, como en muchos de estos pueblos, extendidas mayoritariamente a lo largo de un camino principal, este por la ladera del monte


Abajo a nuestra izquierda, si los eucaliptos no han crecido, veremos nuevamente una de las profundas riegas que forman el profundo valle del Pivierda y sus afluentes, en un paisaje parecido al que veíamos desde Riegabona


A la izquierda Samartín del Vallés y los Llanos de Lluexe


Arriba, otro monte llamado El Cuetu (454 m)


Y seguimos nuestro itinerario por la carretera


Posiblemente sea este de Sietes a Anayo el tramo de carretera más largo de la ruta...


Curva a la derecha


Montes de Los Llanones...


Curva a la izquierda...


Fijémonos ahora en un detalle muy importante


En esta riega, donde la carretera hace otra curva, es el paso de Villaviciosa a Piloña


Aquí tenemos las señales...


Dejamos Villaviciosa


Y ya estamos en tierras piloñesas de la parroquia de Anayo


Justo enfrente Llares, las casas del barrio El Campu, las más próximas a la carretera


Si en algún tramo, como este, no hay plantaciones intensivas de especies madereras de crecimiento rápido, puede contemplarse al norte un gran paisaje


Allí, justo entre dos quitamiedos en medio de otra curva, otro lugar de muy buenas vista si el monte está talado en la temporada que vengamos



De frente Llares


A la izquierda y bajo nosotros Los Torneros


A lo lejos, Sietes


En concreto es el barrio de Perviyao. A la izquierda reconocemos El Llagar del Curanderu y Casa Julia y Nicarnor, por donde salíamos hacia el oratorio de ánimas y la carretera por La Cuesta los Malatos


Un poco a la derecha y más abajo El Barrial


Casa y hórreo en un prado llano en medio de la campera


A la derecha de El Barrial, Comeñes


Más allá de Comeñes, al fondo, Piedrafita


Y a la derecha, de nuevo, Samartín, cabeza de la parroquia, bajo la impresionante hondonada del Ríu Samartín


Samartín y sus barrios, bajo Los Llanos de Lluexe y El Cuetu


Las mayor parte de las casas están apiñadas en la ladera


Con unos prismáticos podremos reconocer la carretera que baja hacia la iglesia, de la que tal vez reconozcamos el campanario


En la lejanía, brumas costeras en el litoral...


Visto el paisaje detenidamente proseguimos ruta hacia Llares: curva a la derecha...


Curva a la izquierda


Y en la siguiente curva Llares: El Campu


Aquí, hemos de decirlo, la carretera AS-332 fue siempre el camino señalizado para ir hasta Anayo, es bastante llana, si bien muy sinuosa al seguir la orografía de las laderas de Los Llanones y Fontelea. Dispone de muy buenas vistas hacia el Sueve y el Cantábrico y, su única pega, aparte del asfalto, es, recalcamos, la de no tener un arcén, senda, paseo o buena vereda para los peatones


Por ello, vamos a proponer, para los que deseen explorar otras alternativas, dejar un par de kilómetros esta carretera para entrar en Llares y tomar una ruta que, bajando a la capilla de San Rafael, sigue una falda boscosa bajo esta carretera y atraviesa la aldea de Faéu. Luego, después de una subida vuelve a la carretera a la altura de la Casa la Molinera. Insistimos en que no está señalizada y que tiene cuesta al empezar y al terminar pero, si se está bien de tiempo y fuerzas, presentaremos en la siguiente entrada esta posible opción para nuestro itinerario por la parroquia de Anayo, entrada en Piloña del Camín Xixón-Cuadonga/ Gijón-Covadonga




































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