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lunes, 25 de mayo de 2020

MIYARES (PILOÑA) LA "CALLE MAYOR" Y LA GOLETA: TORRES SEÑORIALES, PALACIOS INDIANOS, "CHUPA CHUPS" Y EL PRÍNCIPE CARENDÓN. CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (13)

Mapa del tramo de ruta

Entrando en Miyares

Caminando ya al pie de las estribaciones suroccidentales del Sueve, el Camín a Cuadonga entra en Miyares, concejo de Piloña, junto a El Robledal, frondoso bosque de robles, como su nombre indica, a la entrada del pueblo, al que llegamos dejando atrás Vallobal y Borines, siguiendo en este tramo la carretera AS-358


A nuestra izquierda, un pequeño valle se extiende al pie de La Cuesta Miyares con sus laderas de La Peruyal, que miran al sur, Al fondo a la derecha Antayo (555 m), del que toma su nombre el linaje de este nombre, la familia Antayo, asentados en Piloña desde el siglo XVI.


El terreno entre la carretera y la base del monte es aprovechado para pastos, también hay al final, al pie de la peña, arbolado autóctono


La vacas atienden al paso de los caminantes


Junto a El Robledal, la carretera es recta y tiene una cierta rampa en subida


Apenas se ven aún casas, la mayor parte "aparecerán" luego del cambio de rasante de la carretera, extendidas a los lados de la misma, haciendo una calle


Pasamos así junto al frondoso, mágico y umbrío Robledal de Miyares


A la derecha en El Robledal de Miyares, una construcción


Las ruinas de la antigua capilla del Carmen, testigo de cuando esto era campo de romerías y grandes comidas



Si nos asomamos ahora a estos prados de la izquierda y miramos atrás, veremos el valle del río Borines y sus afluentes, afluente este a la vez del Piloña, y valle que hemos atravesado tras bajar desde Anayo, en las alturas que vemos a lo lejos al oeste, a la derecha del Picu Viyao


El Picu Viyao (557 m), del que tantísimo hemos hablado en los dos capítulos anteriores, asentamiento castreño romanizado, centro de numerosos estudios y leyendas de sumo interés


Volvemos a mirar de frente para ver otros detalles


A la altura de la primera casa, a la izquierda, asoma un momento el picudo Cuetu Ordiyón de 717 metros de altitud (el benjamín del Sueve lo llaman), justo entre La Cuesta Miyares y Antayo (a la izquierda de la foto


Y va acabando la subida. Al ir llegando al cambio de rasante empezaremos a ir viendo el centro del pueblo. Aquí, a la entrada de estas primeras casas, un texu



La Cuesta Miyares, atrás


Cruce y de frente, siempre por la carretera


Pasamos otra de estas primeras casas, frente a El Robledal


Pasamos al lado de la finca de Casa Elías Torre, quinta de indianos, justo donde se acaba la cuesta de la carretera que empezaba al salir de Vallobal


Aquí incluso se empieza a bajar suavemente, entre el jardín de la quinta a la izquierda, con sus pláganos, y El Robledal a la derecha


La Casa de Elías Torre se construyó en 1925 para Elías Torre Noriega, quien hizo fortuna en Puerto Rico. La palmera delata su origen indiano


Pero también sus jardines, con numerosas plantas y árboles ornamentales


Y ya vemos las casas del cogollu de Miyares, justo enfrente


Aquí a la derecha, desde este muro, tenemos un perfecto mirador a la entrada del casco urbano de la población


Aún así, gran parte de Miyares aparece oculto por las arboledas, asomando únicamente algunas fachadas y los tejados de alguno de sus barrios


Destaca el alto campanario de torre cuadrada de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la O: desde aquí contemplamos una soberbia visual también de los Picos de Europa. Más cerca, sobre el valle del Piloña, La Cuesta Bodes (695 m) y La Frecha, con El Reborión (669 m) entre Piloña y La Parres


La iglesia fue construida, posiblemente sobre un santuario de origen medieval, cuando pasó a ser parroquial a finales del siglo XIX, dentro de la reorganización eclesiástica de Santa María de Vallobal, si bien antes había pertenecido a San Pedro de Villamayor bajo la advocación de la Expectación de Nuestra Señora


Miyares aparece ya mencionado como villa en 1172 dentro de las propiedades del monasterio leonés de Santa María de Gradefes. Su topónimo revela antiguas plantaciones de miyu o mijo, cereal que sería totalmente sustituido por el maíz llegado de América a partir del siglo XVII


Estos campos son pastos y tierras de cultivo. Esta foto está tomada en junio en el tiempu la yerba, con los prados recién segados. A continuación del campanario de la iglesia, los altos de La Trapa, paso a Sorribes en el Camín a Cuadonga. A la izquierda asoma un poco la galería de otra casa de indianos


A la izquierda de la foto, aunque casi oculta por los árboles nos ha de llamar la atención la gran galería de Les Camelies, uno de los palacios o quintas de Miyares, construidos y/o habitados por los indianos, de los que pronto empezaremos a hablar, pues también vemos, más a la izquierda, que asoma parcialmente otra, La Venta


 A la derecha, en otro grupo o barrio de Miyares, está La Figar, La Casona de Miyares, albergue para quien desee pernoctar en el lugar, o para realizar excursiones y visitas por el Sueve y su entorno


Disfrutamos una amplísima panorámica de esta parte del valle del Piloña, justo al norte de Villamayor


Los barrios de Miyares se extienden mayoritariamente a lo largo de la carretera que comunica estas poblaciones


De frente otra muy buena vista de la Cuesta Bodes (695 m). El camino, próximamente, pasará a sus pies, a la izquierda, por Villar de Güergu, Llames y Viabañu


A su derecha más las montañas que cierran el valle del Piloña por el sur


Primeramente la Sierra de Pesquerín, a lo lejos el Picu Foyos (691 m), y más distante y a su derecha el Picu Fresnéu (961), con su picuda cima, frontera con Ponga. A la izquierda la Mota Cetín (1.134 m)


Tras este primer gran encuentro con la geografía y entorno de Miyares seguimos ruta hacia el centro de la población


A la izquierda seguimos viendo los jardines de la citada Casa de Elías Torre Noriega, así como otro de sus portones de acceso


Una de sus características principales es que en este lugar dispone de escaleras para comunicar la casa con la calle, pues la vivienda está situada en un pequeño promontorio, con esta parte de la carretera. La entrada a la mansión dispone de un precioso porche cubierto con arcos de medio punto y tejado a dos aguas


Elías Torre Noriega era empleado de otro emigrante y vecino de Piloña, Fernando Pintueles, fundador de la Casa Pintueles de Ciales, Puerto Rico, que a principios del siglo XX era una gran empresa, sobre todo cafetera. Parece ser a Elías le tocó la lotería en Santo Domingo, e invirtió entonces en la empresa de Fernando, haciéndose socio


Fernando Pintueles, contento con su nuevo asociado, concertó que este se casase con Ramonita, su hija mayor, lo que garantizaba la continuidad de la empresa, celebrándose la boda en 1910, delegando luego, en 1912, gran parte de sus funciones en su yerno


La empresa ganó mucho durante la Primera Guerra Mundial, pero acabada esta en 1918, sufre grave depresión y pérdidas. Elías Torre ya había regresado a España con su familia para cuidar su delicada salud, no recuperándose nunca del todo y falleciendo en 1930, cuatro años después moría su esposa. Tuvieron tres hijos, Luis, Guadalupe y Elías


A la derecha, al otro lado del muro de esta gran finca desde la que divisábamos Miyares al llegar, una construcción muy importante



La Torre Miyares, torre que fue el elemento original del Palacio del Omedal o de los Villa, que durante tanto tiempo administraron el territorio, incluyendo la leprosería del Real Hospital de San Lázaro de Vallobal, del que tantísimo hemos contado en el anterior capítulo de esta ruta


La torre, el elemento medieval al que se le fueron añadiendo las dependencias palaciales, no es tampoco realmente la original, sino que, como estas, es fruto de las reformas posteriores. De torre y palacio hablaremos más según avancemos por Miyares, cuando podamos ver la estructura de la casona añadida, aquí oculta por los árboles


Y así entramos en lo que es el núcleo principal de Miyares por El Barbillosu, viendo a la derecha a lo lejos la iglesia, hacia donde nos encaminamos


Su alto campanario en forma de torre es una muy importante referencia visual, pues como los de otros de la ruta, Sietes, Borines o Anayo, por ejemplo, se divisan desde la distancia


A partir de aquí las hileras de casas en ambas márgenes hacen una larga calle


. Un buen momento para recordar nuestras impresiones al llegar al pueblo en el libro El Camino de Gijón a Covadonga:
" Entramos así en Miyares, una importante población de Piloña, cabeza de la parroquia del mismo nombre, donde el caminar parece un desfile, cómodo, en ligerísima cuesta abajo. Allí una casa alta con jardín y portón nos llama la atención, a la izquierda, entrando en el barrio de El Barbillosu, a continuación una tenada y a ambas partes  de la calle filas de más casas, una a continuación de otra, conjuntos y bloques de viviendas de hermosa arquitectura rural, balconadas, antoxanas, buhardillas o bufardes y corredores. Hay casas antiguas muy bien rehabilitadas, algún acogedor portalón en su acceso, pequeños terrenos ajardinados, huertos, plantas, flores, macetas en las ventanas, colorido luminoso y alegre aquí, allá y acullá..."

El viejo camín real, baja suavemente, como deslizándose, entre las casas. Esta primera a la izquierda, muy alta, y con jardín


Primera fila de viviendas a nuestra derecha en El Barbillosu


Cuadra a nuestra izquierda


Encima la tenada, henar, pajar...


Nos fijamos ahora a la derecha: casa con portón en el acceso al patio o jardín


Luego esta, con galería a la calle


Y abajo un acogedor portalón


Vemos ahora estas de la izquierda: la primera de corredor de faldón


Pasamos debajo, pues proyecta buena sombra


La siguiente, pegada a ella, también de galería, esta orientada al sur, así como el corredor de la tercera


Caminamos realmente por una verdadera "calle mayor", sucesión de casas por todo el trayecto, como una auténtica avenida


Vamos a mirar ahora a la derecha


Al sur otra muy buena vista de la finca de La Torre y, al sur, la Sierra de Pesquerín, con el estrecho valle del Ríu Pequeñu, afluente del Piloña. Ahí están las alturas del Cantu San Pedro (433 m)


Y la alargada cima de El Tombun (673 m), sobre Valdelescabres. Más a la izquierda el Picu Coroña (756 m) y la Sierra Abedular


Maravillas del paisaje de Miyares...


Seguimos así describiendo en lugar en nuestro libro caminero...
"Unas pequeñas palmeras asomadas a nuestra izquierda, en unos espacios cerrados con pequeñas tapias, como para sentarse encima, delante de unas casas de planta alta, señalan el lugar en el que estuvo el Bar de Elías Llano, el cual ya no existe, pues aún hemos de caminar unos pocos metros más hasta llegar a donde sí nos pueden acomodar y atender estupendamente en la barra, la mesa o el comedor: el Bar Pili, justo antes de llegar a la iglesia"

El estilo predominante es el de la arquitectura popular asturiana con reformas de los indianos


Estos indianos no solo hacían casas de nuevo cuño, remozaban las del solar familiar, a veces evolucionando en base a detalles propios como corredores, portalones, galerías;  a veces inspirándose en gustos coloniales, o también en artes del momento, art-decó o similares, realizándose un muy variado compendio, no solo en lo que son meramente los edificios, sino también en los jardines y sus especies ornamentales


A la derecha nos asomaremos al portón de la finca de La Torre Miyares, pues desde aquí la vemos en todo su esplendor


El río Piloña, en las profundidades de su valle, tampoco lo podemos ver desde aquí, pero sí los ctiados Montes de Pesquerín, que lo cierran al sur, donde destaca el Picu Torre (817 m). La sierra se exitende linealmente hacia el sur entre los ríos Pequeñu y Color, afluentes del Piloña. La vista llega hasta los montes de Ponga


De La Torre de Miyares escribimos así en El Camino de Gijón a Covadonga:
"Es una torre medieval del siglo XIV, a la que se le fueron añadiendo nuevos edificios para residencia señorial entre los siglos XVII y XVIII, al ir quedando obsoletas las primitivas funciones de control y defensa del territorio de la primera construcción, dejándola eso sí, entre las nuevas edificaciones y quedándole a todo la forma de un gran palación cuadrangular, con la torre en medio..."

"... Fue propiedad de la familia de la Villa Estrada (los mismos que administraban la Malatería de Vallobal) y todavía en el siglo XVIII un miembro del linaje, Francisco de la Villa Estrada, estaba proyectando obras en esta quinta. La torre, hecha de mampostería, con sus almenas, no es tampoco verdaderamente la original, sino producto de la reforma que se acometió empezando el siglo XX, buscando darle un aspecto mucho más medieval, esto es historicista, al igual que se hizo en otras torres, torreones y castillos asturianos en aquella época..."


La Torre tiene además una capilla del siglo XVI. Ha desaparecido una gran galería en su fachada occidental donde ahora hay cuatro balcones, que no vemos desde aquí al estar al otro lado


Vienen los segadores y abren el portillón...


Y nosotros seguimos el paseo por Miyares, calle abajo. Viene ahora un tramo recto


Algunas de estas casas tienen un pequeño terreno delantero cerrado por pequeñas tapias



A la derecha, llamativo edificio adintelado con ladrillos en los vanos de puertas y ventanas, parece haber sido una tienda-bar o almacén, con vivienda arriba


Cuando vivía tanta vecindad en los pueblos esto era un trasiego continuo de gentes. Este trayecto, que en sentido opuesto va hacia Vallobal y Pintueles, es otro de esos caminos reales que fueron verdaderas "autopistas de la antigüedad", ruta natural alternativa a la del cruce del Piloña en Infiesto/L'Infiestu, capital concejil


Por estas milenarias sendas del valle del Piloña pasaron numerosos arrieros, viajeros y, también, peregrinos hacia Santiago. En la documentación de la malatería o Real Hospital de San Lázaro de Vallobal se cita que se había hecho incluso una casa "... para que en ella se recojiesen los pobres trajineros que pasaban su camino y que por una noches se les diese albergue en ella" 


Fruto de este trasiego de gentes es el topónimo de este lugar: La Venta


La Venta, topónimo antiguo relacionado con las viejas paradas camineras, algunas un simple refugio, otras incluso ofrecían comida y algún lecho. Actualmente en el lugar hay unas viviendas, la que la izquierda, una casa de indianos


Casa con galería, flores y plantas sobre el portalón, a manera de parra, y seguidamente otra vivienda de planta alta con lo que debió ser abajo almacén


A continuación y también a la izquierda La Fazona, finca cerrada con verja, con Antayo arriba a lo lejos


En La Fazona la casa no está pegada a la calle sino algo apartada en la finca de este nombre


Llaman la atención sus árboles ornamentales, una pareja ante la escalera y entrada, así como la gran galería que mira al sur



De frente otra vista de La Venta


Y en La Venta, la gran casona de indianos de este nombre, que conserva la memoria de su fundador Fernando Pintueles, de quien ya hemos hablado al entrar en Miyares, pues fue el jefe y luego asociado de quien fue su empleado Elías Torre, cuya casa hemos visto. Su historia es en parte muy similar a la de Elías, ejemplo de cómo eran las relaciones personales y familiares entre los americanos, así como sus negocios


La historia comienza cuando, hacia 1850, un asturiano llamado Manuel Fernández Alonso, funda en Ciales, Puerto Rico, una empresa exportadora de café, Fernández & Cia, lo que llamó a trabajar en ella a otros emigrantes asturianos, contratados por la casa, entre ellos un muy joven Fernando Pintueles, natural de Miyares, que llegaría a ser primer dependiente y persona de confianza de Manuel y, más tarde, su yerno, al casarse, andado el tiempo, con la hija mayor de este, Ricarda Fernández Vega. Luego Fernando sería también a ser socio y, al retirarse su suegro, dueño principal, cambiando el nombre de la empresa a F. Pintueles & Compañía


El negocio prosperó, la venta de café alcanzó gran expansión y la Casa Pintueles abrió delegaciones comerciales en La Habana, Valencia, Barcelona y varias ciudades europeas, dada la alta cotización del producto puertorriqueño


Fernando amplió además su negocio a la crianza y venta de ganadoa Estados unidos, además de comestibles, tabaco, productos del país en general y por supuesto café. En 1912 también él tuvo su persona de confianza y yerno en el ya recitado Elías Torre, casado con su hija Ramona, por lo que delegó en él y fue ampliando sus periodos de estancia en España


Fernando Pintueles construye aquí en su pueblo esta gran quinta, solo yendo a partir de entonces a Puerto Rico cada uno o dos años, a ver de primera mano cómo estaba el negocio y traer parte de sus ganancias. Con la Primera Guerra Mundial sus empresas, a cargo principalmente de su yerno, tuvieron grandes beneficios, que se fueron al traste al acabar esta


Ante las pérdidas enormes de dinero, Fernando decide afrontar su último viaje a Puerto Rico, su yerno también había regresado con problemas de salud, allí salvó lo que pudo y puso al frente de la empresa a otros cargos, hasta que esta desapareció...


En el año 1928 fallecen Fernando y su mujer Ricarda. Tuvieron tres hijos, Ricardo y Ramona, muertos en 1934, y Luisa, que se casó con Manfredo Palacios, teniendo un hijo y varias hijas, una de ella, Luisa Palacios, se casó con Ricardo Gullón, Académico de la Lengua y crítico literario, que sería galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1989. Su sobrino Javier Martínez es un gran narrador, en cuyo blog El Barojiano cuenta vivencias y recuerdos de su tío y familiares, tal que este...
"En los veranos que pasábamos en Miyares (Asturias) continuaba mi instrucción. Aún recuerdo la mañana en que puso en mis manos Castilla de Azorín y un diccionario para que consultara las muchísimas palabras que, de seguro, no iba a entender; también me dejó El Adolescente de Dostoievski para los descansos. Masoquista yo, al cumplir los 15 años le pedí por carta que me recomendara nuevas lecturas y me aficionó a los novelistas rusos de finales del s. XIX"
No dejamos de pensar,,, ¡Cuantas historias encierran estas casas de Miyares!


Camino adelante, más casas de galería sobre la calle, mirando a La Venta


Al lado, huertas y frutales al pie de Antayo


El Cuetu Ordiyón, más atrás, parece querer estirarse para ver Miyares



También, nueva vista de La Fazona, a la izquierda, bajo La Cuesta Miyares


Y ya vemos al fondo la iglesia de Nuestra Señora de la O de Miyares, con su alto campanario que domina el pueblo y el valle. A la derecha finca y casa de indianos: Les Camelies


Más casas dando vista a la "calle mayor" y las mansiones indianas que tienen enfrente


Avanzamos hacia la iglesia


Al final de esta fila, más pequeña vemos la antigua escuela


Preciosa  galería y corredor. Abajo, siempre las sillas dispuestas para sentarse


Y también bancos y macetas al sol


Y aquí está la antigua escuela


Ha sido rehabilitada y acondicionada para ser local social, como otras del concejo que hemos visto en esta ruta, las de Borines y Anayo


Sobre la puerta se lee ESCUELA DE NIÑOS. 1886.


Frente a la escuela a la derecha de la calle, otra quinta indiana de importancia, Les Camelies, antes Villa Villar, pues fue construida para D. Alejandro Villar y Varela, conde de Laviana y diputado provincial de Puerto Rico, quien se la vendió al emigrante asturiano Alberto Estrada Valdés, nacido en 1864, que con 15 años se fue a Cuba, pasando seguidamente a Guatemala a trabajar con su hermano Genaro para en la plantación de té Finca la Felicidad, propiedad de su hermano mayor Eduardo



En 1896 Alberto, que había hecho capital, compró los cafetales La Paz, en el municipio de San Carlos, departamento guatemalteco de Retalhuleu, a Don Diego Ariza


Según la biografía que vemos en el blog Casonas de Indianos, que queremos recomendar, tuvo Alberto en Puerto Rico dos hijos y dos hijas. Quedó viudo, y regresó con las chicas a España, dejando a su hijo Rosalío Estrada en la finca La Paz, que sigue siendo de sus descendientes

 



De vuelta en Miyares se casa con Paz Rodríguez Pineda, con la que tienen otros tres hijos. La familia mantienen la propiedad de esta casa hasta su venta acabando los años 80, pasando a partir de entonces por diferentes dueños


En la verja del portón Les Camelies sustituye a Villa Villar



Dispone de finca en la parte posterior, donde hubo cuadra y caseta de aperos, además de lavadero


Y, justo antes de la iglesia, llegamos ya a toda una institución el la ruta, el Bar de Pili o Bar-Tienda de Miyares, uno de esos establecimientos que vieron el paso de tantísimos peregrinos a lo largo de su historia, antes, algunos pocos y de vez en cuando, depués, tras la gran promoción desde primeros de los años 90, a cargo primeramente de la solicitud, y la posterior señalización integral de esta travesía andariega, por la Tertulia Cultural El Garrapiellu, cientos, y miles, al año


Afuera siempre suele estar "la mesa puesta", preparada para recibir peregrinos y ofrecer viandas



Vamos a repasar de nuevo un párrafo del libro El Camino de Gijón a Covadonga, que habla del lugar:
"  Pues lo dicho, antes de la iglesia, a mano derecha, tenemos el Bar Pili, donde siempre nos apetece parar..."

"... Hacen muy buenas comidas caseras, siempre por encargo, y sino nos preparan unos bocadillos o unos taquinos de queso, chorizo, o jamón que no dejarán de poder improvisarse sobre la marcha..."

"... La barra es entrañable, de esas de madera de siempre, bien conservada, pared de azulejo, un lujo y un primor, la atención buenísima..."


"... En la pared de atrás están las artísticas estanterías llenas de botellas en una especie de entrante empotrado que acaba arriba rematado en curva, y el chigre, esto es, el aparato descorchador de botellas de sidra. A la parte izquierda según miramos de frente hay otras estanterías, estas hechas de madera y cristal, en las que se exponen otros productos más de tienda, cajas de galletas, latas de conserva, etc..."

"... Hay casi siempre varios parroquianos entablando conversación, las copas de vino y los culinos de sidra se suceden, también los cafés, las cervezas, los refrescos, algunos leen los periódicos. Al no ser muy grande, el lugar anima a la parrafada de una manera absolutamente espontánea en la barra o de mesa a mesa..."

"... Afuera hay unos bancos largos a los lados de la puerta, donde poder sentarse al exterior y, allí al lado, un hermoso terreno donde se disponen mesas y sillas, para comer con buen tiempo al aire libre, una maravilla. El edificio del bar muestra, mirando hacia esta parte, su corredor en la planta alta ..."

".. Es agradable estar en Miyares departiendo en animada sobremesa y tertulia, pero por poca prisa que llevemos, tampoco debemos despistarnos, siempre hay alguien que va a soltar aquello de "¡¡¡ venga hooooo, que vamos enfriar tantu tiempu paraos !!!" ... y esto será la señal para volver al camino... "
"... Nos despedimos de Pili y de los demás parroquianos hasta la próxima vez que volvamos, cogemos las mochilas, nos las ponemos al hombro y arrancamos ruta hasta la iglesia"

La iglesia de Nuestra Señora de la O de Miyares, santuario de finales del siglo XX y de grandes proporciones, cuyos varios contrafuertes no dejan de recordarnos el arte gótico


Admiramos la iglesia desde esta bella rosaleda, pasado el Bar de Pili


Otra casona restaurada...


Al fondo El Cerezaléu, hacia donde nos dirigimos


Lo cierto es que a veces a la iglesia de Miyares se la pone como ejemplo de edificio estilo "colonial", otra forma de referirse a la impronta de los indianos, que solían dar importantes aportaciones para estas obras


De buena apariencia indiana es también esta casa de gran corredor-galería con bufarda arriba, también acristalada, que mira hacia los Picos de Europa


Enfrente, también un hermoso jardín


Y a continuación y también a la derecha otra impresionante casona de indianos, con una monumental y majestuosa galería de madera y cristal y maravilloso terreno ajardinado. Es la Casa de Eduardo Estrada, también llamada Casa los Fabián



Se construyó para Eduardo Estrada Vallés, también emigrante a Guatemala, donde se hizo propietario de La Felicidad, gran finca de cafetales. Se casó con Juana Urrutia Mont, fallecida en 1920, él murió siete años después con 79 años. Tuvieron hijo e hija



La mencionada galería se parece mucho a la de la Casa de La Estrada de Sevares, por lo que se sospecha que pudo haber sido hecha por el mismo maestro ebanista



Una grande y elegante verja con esquina en chaflán cierra estos jardines que miran a la calle


Admiramos ahora a la izquierda la considerable altura del campanario del templo parroquial, con su reloj mirando al pequeño parque con jardín y arbolado que se extiende delante de la portada


Vamos a ponernos al pie de la torre...


La portada imita el arte románico. La corriente historicista se hace patente en estos edificios de entresiglos


Desde el parque de la iglesia y enfrente de Casa los Fabián: mucha atención, dejamos la carretera para tomar a la izquierda el camino que se dirige a La Goleta


En la esquina en chaflán de la verja de Casa los Bastián se señala que estamos en el kilómetro 2 de la AS-358, la distancia que nos separa de la N-634 en Villamayor


Pero nosotros no vamos a Villamayor: en el barrio o lugar de El Cerezaléu, donde hay una buena fila de casas a la izquierda, donde  tomamos la calle que pasa delante de ellas


Estemos muy atentos a las flechas al cruzar , y si no preguntemos en el bar de Pili en el albergue La Casona de Miyares, que vemos a la derecha, en La Figar, donde una higuera honra el nombre del lugar


Una pequeña explanada triangular es aprovechada como aparcamiento


Aún queda en pie elementos de la señalización de 1997, a la que tanto nos hemos referido en estos capítulos. Prácticamente un cuarto de siglo han aguantado sin ser repuestas las muchas que han caído, no sabemos muy bien porqué...


Y allí está La Figar, con sus alojamientos


Cómo no, en El Cerezaléu, también un par de preciosas, grandes y largas galerías, bien orientadas al sur, sobre el camín, y abajo buen portal cerrado con verja


En esta bifurcación seguiremos a la izquierda, pasando entre las casas y la panera. A la derecha, eso sí, queremos recalcarlo, está La Figar, La Casona de Miyares, con su albergue


La panera, como tantísimas como ella y hórreos, sigue cumpliendo su función, guardar los carros, independientemente de su fuerza motriz, sangre, gasoil o gasolina


Según pasamos vemos la panera con su subidoria de piedra


Luego de la panera un hórreo


La Figar a la derecha, con un hórreo


Pasan los peregrinos. Hemos recuperado esta foro de los años 90 de las marchas de El Garrapiellu a Cuadonga. El Cerezaléu sigue estando igual de precioso



Vamos a acercarnos al citado hórreo a las puertas del albergue


Hay un panel de información muy interesante


Atendamos a sus contenidos


Información de sus alojamientos, albergue y apartamentos


Arriba, su patrimonio histórico, teja original del año 1706


Tal vez en su buzón quede algún mapa de la ruta


Fijémonos bien en las curvas de nivel (abajo a la izquierda), y en la posición de Miyares respecto al itinerario de la travesía andariega. Han pasado las etapas montañosas o de grandes diferencias de desnivel, por lo que se hace factible llegar a la Cueva la Santina en una jornada más que, para más disfrutarlo, puede dividirse en dos, ¿por qué no?, mucho es lo que se puede ver, disfrutar y conocer, damos fé de ello y lo vamos a demostrar sobradamente en los siguientes capítulos


Hemos visto primero el mapa, pero hemos de atender también a todo el tríptico que lo encierra


Con el Himno de la Santina, que podemos cantar, al son de este vídeo:



Pernoctemos o no en el albergue, seguimos ruta en Miyares por El Cerezaléu, topónimo evocador de rica y dulce fruta, que sin duda abundaba en estos parajes, orientados al sur y bien guardados por el Puertu Sueve de los duros y fríos vientos del norte


Asomándonos al muro de esta finca disfrutaremos de una preciosa vista del pequeño valle de la riega de Santianes y, sobre él, del Monte Antayo. A lo lejos arriba a la derecha la casería de El Campón. Al otro lado del monte está Sardea, en la parroquia de Cerecea, otro de los accesos a esa montaña



A la izquierda, otra gran galería en las casas que vimos al tomar este camino, esta mirando a la finca. Arriba La Cuesta Miyares


Seguidamente, encrucijada de cuatro caminos



El cruce del lavadero: mucha atención: iremos a la izquierda


Aquí empezamos a bajar


Increíblemente, aún quedan, en este tramo piloñés del Camín a Cuadonga, muchos letreros de los puestos en pie en 1997


Verdaderos veteranos del camino, muy gastados, pero que siguen cumpliendo su función


Es esta la bajada a Santianes, un muy pequeño valle de ensueño al pie de Antayo


 El topónimo, evolución evidente de Sanctis Ioannis (San Juan), daría pie a pensar en la pretérita existencia de alguna capilla, ermita u oratorio, pero por más que hemos indagado no existe recuerdo de ello en la memoria popular


Gran castañalona sobre el camín ... 



La Cuesta Miyares a nuestra izquierda...


Laderas de El Retiru, El Pindal y El Requexu en las faldas de Antayo


La casería de El Campón, bajo la ocalital


Pomaradas y frutales. Atrás ha quedado ya la iglesia...


Pastos en el valle...


Las vacas aprovechan la sombra del pumar...


Prados de siega en Santianes


Seguimos en bajada


Cruce y a la izquierda


Seguimos bajando un poco más


Un pequeño pero hermoso castaño o castañal


Continúa la bajada


Fincas cerradas por alambradas para que el ganado no salga al camino


La Cuesta Bodes y los Picos de Europa a nuestra derecha, al este


Un paisaje y un entorno eminentemente ganaderos en las estribaciones meridionales del Sueve


Curva a la derecha y termina este corto descenso desde Miyares


Castañales, prados y pumarada



Manzanal repleto de frutos rojos...
Colorada la manzana del lado que le da el sol
del lado que no la da
blanca tiene la color
Dice el cantar...


Manzanas de buena sidra asturiana, ya bebida antes de la llegada de los romanos, el zythos, y cantada por los grandes poetas como Llorienzu Novo Mier...
Ñaces, sidra, siendo flor
del pumar na pumarada
nel árbole gayasperu
qu'aruma la mió quintana.
Yes golor que s'esnidia
per tola rodalada
nel atapecer d'oru
y nel reyir de l'albancia"
El zythos era ya mencionado como bebida de los antiguos ástures por el geógrafo Estrabón en el siglo I a.C. si bien tampoco es absolutamente seguro que se refiriese a la sidra sino que fuese alguna fermentación de otras frutas. La diplomática medieval asturiana, siglos VIII al X, ya hace menciones al cultivo de manzanos. En el documento fundacional del monasterio de Oubona se estipula que a algunos siervos se les de "sicere si potest esse" (sidra si es posible). Fue además uno de los primeros productos exportados en cantidad a ultramar para los emigrantes asturianos, a partir sobre todo del siglo XVIII


Helechales y espesura...


Pasamos a otras fincas


Excelentes praderías verdes empezando otra subida...


A los pies del monte Antayo, una de nuestras referencias también para los próximos capítulos de esta travesía andayona


Asoma un edificio...


La caseta del gas...


Seguimos de frente, subiendo sin pausa...


Preciosa alameda a nuestra derecha...


Seguimos toda la rampa, al sol...


Fincas cerradas con alambradas, señal que hay ganado


Otra pumarada a la derecha, un verdadero Avalon o Insula Pomorum, el paraíso de los celtas con la manzana de la sabiduría. Gran momento para recordar la Oda a la manzana de Pablo Neruda:

A ti, manzana,
quiero
celebrarte
llenándome
con tu nombre
la boca,
comiéndote.

Siempre
eres nueva como nada
o nadie,
siempre
recién caída
del Paraíso:
plena
y pura
mejilla arrebolada
de la aurora!
Qué difíciles
son
comparados
contigo
los frutos de la tierra,
las celulares uvas,
los mangos
tenebrosos,
las huesudas
ciruelas, los higos
submarinos:
tú eres pomada pura,
pan fragante,
queso
de la vegetación.

Cuando mordemos
tu redonda inocencia
volvemos
por un instante
a ser
también recién creadas criaturas:
aún tenemos algo de manzana.

Yo quiero
una abundancia
total, la multiplicación
de tu familia,
quiero
una ciudad,
una república,
un río Mississipi
de manzanas,
y en sus orillas
quiero ver
a toda
la población
del mundo
unida, reunida,
en el acto más simple de la tierra:
mordiendo una manzana


Línea de postes telefónicos


Cada árbol nos premia con su sombra, que no es poco en días de sol castigador


Pasamos así al pie de El Campu. Fijémonos en el prado en la balización del gasoducto: un pequeño poste amarillo a la izquierda


Castañales, la frase asturiana dar voces en castañéu equivale a la castellana predicar en el desierto


Más arriba más pumaraes


Pumarada de manzanas que pronto serán sidra, glosada por Luis de Tapia en su Canto a la sidra
¡La manzana! ¡Oh pueblo amado!
A la humanidad ha dado
¡un disgusto y un placer!…
¡La manzana fue el pecado!…
(¡El gran disgusto de ayer!).
¡Pero después la manzana,
pulpa dulce, pulpa sana,
fermentada en un bocoy,
nos dio la sidra asturiana!…
(¡Que es un gran placer de hoy!).

Adán, la poma primera
estrujó con tal afán
que acaso se le cayera
la baba: y que sidra fuera
aquella baba de Adán…
¡Origen semidivino
y bien rancio y peregrino,
es el de la sidra, a fe!…
¡La sidra es antes que el vino!…
¡Adán precedió a Noé!.
Cantemos, pues, al raudal
Espumoso de la sidra
Que se quiebra en el cristal,
Ya que aquí no hay ley anhidra
O ley seca, que es igual.
¡Sidra!… ¡Líquida alegría
de dioses, Bacos o Apolos!…
¡Sidra!… ¡Clara poesía!
¡Topacio de romería!…
¡Ambar del juego de bolos!…
¡Todo asturiano te goza
y contido el labio roza,
dándote a menudo un toque!…
¡Sidra, al amar a una moza!…
¡Sidra, al hacer un emboque!…
¡Caldo de espumosos oros,
burbujeantes, sonoros!…
¡Líquido ambarino y gayo,
que no bebieron los moros
porque lo impidió Pelayo!…
¡Sidra! ¡Néctar delicioso
de origen rancio y brumoso,
que ya, el ome siglo, vio!…
(¡Hay quien dice que hasta el oso
de Favila, lo bebió!).
¡Sidra!… Manzana de miel
que hizo sidra un padre fiel!…
¡Sidra, en la helvética liza,
fue la libertad de Suiza!…
¿No es cierto, Guillermo Tell?.
¡Sidra!… ¡Licor poco fuerte
que nos alegra y divierte!…
¡Sidra!… ¡Báquico regalo
que emborracha, no convierte
al borracho en hombre malo!…
¡Sidra!… ¡Envidia de Sevilla,
que aunque con sus vinos brilla,
no venció a Oviedo jamás!…
¡La sidra no es manzanilla
pero es manzana que es más!.
¡Sidra!… ¡Chorro que del cielo
cae a la tierra, de un salto,
vertido por un mozuelo…
¡La botella puesta en alto
y el vaso cerca del suelo!.
¡Sidra!… ¡compañera amada
de la jugosa fabada
con morcilla y con pernil!…
¡Jugo de la pomarada!
¡Dulce sangre del barril!…
¡Como bebida de ensueño
con un ardor no pequeño,
y en quintillas, por más seña,
te canta aquí un madrileño
harto ya del Valdepeñas!.
¡Madrid, en tono fetén,
puede cantar a la sidra!
Y puede cantarla bien
Porque al ser la villa isidra
Pues tiene sidra también.
¡Y adiós, mi lector amado:
conste que queda contado
el mejor licor que existe:
y que queda embotellado
con tal líquido, mi chiste!…

Un agradable paseo a la sombra de castaños y manzanos, los dos dan frutos del otoño, la seronda, el tardíu...


Recorremos la pumarada glosando a la sidra con los versos, estos de la lírica popular...
Cantaba una ñerbata
dende un manzanu
el que nun bebe sidra
nun ye asturianu

Pa sidra, Villaviciosa,
pa carbones, a Llangreu
pa perriles, Avilés,
pa guapes neñes, a Uviéu 

Como me gusta la sidra
por eso planto pumares
tamién me gusta cantar
de nueche pelos llagares

Sidriquina la d'Asturies,
fecha de rica manzana,
quién la pudiera beber
a la una, a les dos
y a les tres de la mañana

Sidra de Cualloto y Nava,
Infiestu y Quirós, ablanes,
Sariegu y Villaviciosa
tienen les riques manzanes

Echa sidra, tabernera,
sidra aquí, sidra acullá,
echa sidra, tabernera,
que mió amu pagará

Daime sidra, daime sidra
que agua non la sei beber,
tengo una condición mala
y con ella he de morrer"

Paisaje digno de la Arcadia y el Parnaso...


Y ahora, nos miran los caballos, que nos ven pasar


Arriba, más vistas de El Campu y Antayo


Sigue la línea de postes telefónicos, balizando también el camín a La Goleta


Y más entrañables escenas caballares... la yegua y el potrillo, este en el prado, tumbado tomando el sol, ajeno de inquietudes


Seguimos subiendo suave pero seguidamente


Y a la derecha seguimos viendo la misma escena, desde otra perspectiva


A la izquierda ahora un maizal recién plantado, en junio


De frente, a lo lejos a la derecha, la Cuesta Bodes, topónimo que viene de Bode, palabra prerromana y céltica vinculada a las aguas con el significado primigenio de fuente, ampliamente registrada en la toponimia


La palabra, además del extendido topónimo con raíz bod y bode, daría origen a teónimos y antropónimos, así como nombres y gentilicios en gran parte de Europa: nombres propios como bodenus o boderus, los antropónimos en Bod y Bode, boddus en Cantabria y Germania o divinidades como el dios Bodo, al que se dedica una estela en Villapalos (León)


Capítulo aparte merece el caso de Bodica o Boudica, la famosa reina de los britanos icenos que se sublevó contra los romanos, aquí se le ha encontrado más relación con el también céltico bouda, victoria, lo cual, etimológica y lingüísticamente está estrechamente vinculado con "suerte". El nombre existió también, sabido es por inscripciones, en el área gala y lusitana y, por un error de transcripción medieval de los textos del historiador romano Tácito, fue conocida también como Boadicea


Sus máximas alturas son El Picu Bodes (695 m) y El Picu Masaltu (701), son montañas de braña y pasto


Más a la derecha la Sierra la Frecha con El Reborión (669 m)


Más a la derecha, otras vistas y referencias geográficas e históricas...



Nuevo paisaje hacia el Picu los Foyos y Sierra de Pesquerín


En primer término alguna de las primeras casas  de La Goleta, a lo lejos el valle del Ríu Color, entre el Picu los Foyos y el Picu Forcos


Allí, al otro lado del valle del Piloña, unas casas en lo alto de un cueto, entre prados y bosques


Las líneas de alta tensión con sus inmensas torres, han hollado estos altos sobre el valle del Piloña



Moñes, un lugar fundamental para conocer la más remota intrahistoria de estos lugares, pues allí se encontró una famosa diadema de oro, representando guerreros a caballo y otros personajes y escenas, uno de los máximos exponentes del arte de los orfebres prerromanos en Europa


De la famosa Diadema de Moñes, impresionante ejemplo del arte castreño astur, escribe amplia y pormenorizadamente José Antonio Longo Marina en el blog Cosiquines de Villamayor:
"En Piloña tenemos la fortuna de de contar con una de las joyas de la orfebrería castreña “La diadema de Moñes”. Alrededor de este hallazgo existe la leyenda de un rico príncipe enterrado en el lugar de La Carenda (Moñes), de ahí su nombre El Príncipe Carendón, junto con un rico ajuar de oro. Cerca de allí en otro lugar llamado La Follaza se tiene noticia del hallazgo de una espada de oro con campanillas en su empuñadura, desconocemos que fue de ella

 Sobre la diadema reina la controversia desde su aparición, primero se trato de situar en Ribadeo, pero los testimonios de Constantino Cabal, Julio Somoza y Martínez Hombre (este último atribuye su aparición a la voladura de varios dólmenes con la intención de allanar una finca en Moñes) no dejan lugar a dudas de su procedencia piloñesa. Y recientemente en la Historia de Asturias de KRK (Oviedo, 2005) se dice respecto al dicha diadema: “…diadema con escenas procesionales de guerreros tenida por largo tiempo como originaria del extremo occidental de la región y que resultó ser oriunda de Moñes en Piloña…” (Camino Mayor, 2005, 92)
Otro problema añadido es el de su cronología, los distintos autores que han visto la pieza no se ponen de acuerdo y el resultado es un arco temporal que iría desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo II a. C. También se sostienen diversas teorías a la hora de adscribirla a un momento cultural concreto, influencia atlántica, mediterránea, etc. Pero no acaban aquí los problemas otro punto de discrepancia es su interpretación, unos hablan de culto a las aguas, otros de sacrificio ritual y otra postura es la de los que hablan de la representación de los honores recibidos por un príncipe guerrero en su transito al más allá..." 

"...En fin una joya arqueológica y artística piloñesa que en la actualidad, por los avatares de su historia, se encuentra desperdigada e tres museos. Una parte de ella esta en el museo de Saint Germain-en-Layne (Francia), otra en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid) y una última en el Instituto Valencia de don Juan (Madrid). Amen de otras piezas o fragmentos similares de los que desconocemos su paradero hoy en día. Si cerramos los ojos aún podemos oír los cascos de los caballos, asturcones del Sueve quizás, montados por valientes guerreros que en procesión van a rendir homenaje al poderoso caudillo piloñés, el príncipe Carendón, el día en que se dispone a transitar hacia el más allá haciendo demostración de su poder y riqueza"

Vamos también a publicar el pormenorizado trabajo a ella dedicada en la Wikipedia, donde se habla, entre otras muchas cosas, con el famoso Caldero de Gundestrup...

"En dicha pieza se observa una procesión de guerreros tricornes que avanzan a pie o a caballo por encima del agua. Las figuras humanas vienen acompañadas por aves acuáticas y peces que probablemente sean salmones de río. Algunas figuras, que tal vez sean divinidades cornudas, sostienen dos calderos, en clara analogía con el caldero de Gundestrup, en la que se puede observar a una divinidad introduciendo guerreros muertos en el caldero que, tras ser resucitados, salen de él.
La diadema de Moñes ha sido objeto de multitud de interpretaciones. Algunos autores consideran que se trata de una escena de sacrificio (Blázquez y García Bellido) o de un culto acuático (Jordá), si bien otros autores, como Marco Simón, opinan que se trata más bien del reflejo de las creencias célticas relacionadas con el Otro Mundo..."
" A este respecto es de resaltar la gran cantidad de reminiscencias de mitos célticos que presenta la diadema: La figura humana cornuda sosteniendo dos grandes calderos es muy similar a aquella del caldero de Gundestrup en la que se puede observar a una divinidad introduciendo guerreros muertos en el caldero que posteriormente salen de él. En realidad, ambas escenas son reflejo del arquetipo céltico del caldero de la regeneración, que aparece en multitud de relatos tanto de la mitología irlandesa como de la galesa..."
"... En este sentido, uno de los dioses más importantes del panteón de Irlanda, el Dagda, poseía un caldero que tenía la propiedad de proporcionar comida inagotable y de restaurar la vida, y que fue traído por los Tuatha Dé Danann de la ciudad de Murias. El caudillo británico Bran el Bendito tenía en su poder un caldero similar que permitía resucitar la los guerreros muertos en la batalla con la particularidad de que una vez vueltos a la vida, los hombres quedaban privados del poder del habla. En el poema Preiddeu Annwfn, uno de los más antiguos del ciclo artúrico, se narra el descenso de Arturo y sus compañeros a Annwn, el inframundo galés, en busca del caldero de la abundancia, que por otra parte es el antecedente pagano del Grial de las leyendas artúricas.
En este sentido, en la mitología galesa se recoge el mito del caldero de Cerridwen. Ésta era una bruja galesa, que tenía un hijo, Morfran, de aspecto desagradable al que quería otorgar el don del arwen, la inspiración universal. Para ello preparó una pócima y ordenó al niño Gwyon Bach que lo cocinase durante un año. La mano de éste fue salpicada por tres gotas hirvientes del líquido mágico, y tras lamerse la mano adquirió el conocimiento pleno. Cerridwen, furiosa, persiguió a Gwyon durante una ajetreada cacería en la que el niño asumió diversas formas. Finalmente Cerridwen dio caza a Gwyon y lo devoró, tras lo cual lo albergó en su vientre durante nueve meses hasta que dio a luz a un hermoso niño, el futuro bardo Taliesin.
En la mitología asturiana existe una historia similar, relativa al cáliz que se alberga en la iglesia de Santiago d'Aguinu, en Somiedo. Originalmente, dicho cáliz pertenecía a una xana, que vivía en una de las fuentes de la parroquia. Un día, un pastor, atraído por el brillo del oro, le arrebató el cáliz y escapó corriendo. La xana fue tras él y comenzó a rodearlo de una nube negra, espesa y mágica. Entonces, cuando estaba ya a punto de alcanzarlo el pastor se encomendó a Santiago de Aguinu diciendo "¡Santiagu d'Aguinu valmi, que pa ti ye lo que quiero!". En ese momento la xana se detuvo y exclamó: "Porque dixiste eso, sinón el mayor piazu que quedaría de ti nun sería más grande que la cabeza d'un anfiler". Según la interpretación que Constantino Cabal e Ignacio Abella dan a este mito, en esta historia se trasluce, como en la de la bruja Cerridwen, el despedazamiento y renacimiento míticos del pastor en la matriz representada por el seno del caldero, en un procedimiento que es abortado felizmente por la intervención del santo
Además del caldero, otro motivo muy común en la mitología celta que aparece en la diadema de Moñes es el de los pájaros del Otro Mundo: dichos animales son a menudo mensajeros del Más Allá y encarnación de criaturas feéricas y aparecen en multitud de historias como la Enfermedad de Cú Chuláinn, en la que el héroe dispara accidentalmente a dos cisnes que resultaban ser sidhe (hadas) disfrazadas, o los viajes de San Brandán y Mael Dúin a las Islas del Paraíso, en una de las cuales se topan con pájaros que son encarnación de ángeles caídos o difuntos recién salidos del Purgatorio. En el folklore bretón y en el gallego se recogen historias de monjes (Yves, Ero de Armenteira) que, buscando alcanzar el Paraíso, entran en éxtasis al contemplar un pajarillo, y permanecen en ese estado durante siglos. La vinculación entre los pájaros y el Más Allá está presente en la mitología asturiana, en la que las cornejas y los cuervos son mensajeros de la muerte, y las lechuzas (coruxas) son aves en las que se encarnan las brujas..."

 

"... Además de los pájaros y los caballos, se distingue en la diadema la presencia de peces de tamaño mediano que la mayoría de los especialistas han identificado con salmones de río. Dicho pez es protagonista de uno de los mitos más fascinantes contenidos en el Ciclo de Leinster: El del Salmón del Conocimiento. Según la tradición, en las fuentes del río Boyne existía un estanque mágico que estaba flanqueado por nueve avellanos que representaba al Árbol del Conocimiento. Un salmón aleteaba en el estanque, y se decía que aquel que capturase el salmón inmediatamente después de que éste hubiera comido una de las avellanas mágicas se haría con el conocimiento universal. El druida Finneces esperó pacientemente durante siete años hasta que tuvo lugar el feliz suceso, pero cuando estaba cocinando el salmón, el joven Fionn se acercó a él y comió accidentalmente una porción de su piel, lo que le proporcionó el imbas forosnai, el don de la inspiración
Es de resaltar el hecho de que toda la escena tiene lugar en un ámbito acuático, y en este sentido Procopio de Cesárea (IV, 48-57) narraba que era creencia entre los galos que el último viaje se realizaba a través del agua. En las tradiciones paganas irlandesas, el destino de las almas los muertos era atravesar el mar hasta llegar a Tír na nÓg, la tierra de los bianaventurados, cuyo color era el verde, que en la cultura celta es el color del inframundo. En la mitología bretona se recoge el supuesto de la Bag Ann Noz, la barca de noche, que transportaba las almas de los difuntos hasta el Más Allá. En Galicia, las creencias que rodean el santuario de San Andrés de Teixido no son más que reminiscencias de la antigua cosmovisión céltica que consideraba el Cabo Ortegal como el lugar donde se acababa la tierra y donde las almas embarcaban con destino al paraíso"

Así, otro gran erudito, Alberto Álvarez Peña, abunda en su libro Lliendes de Piloña, de sus investigaciones sobre estos enclaves donde la historia y la leyenda son casi imposibles de separar, afirmando que muchas veces, personajes y sucesos históricos permanecen recordados únicamente como una saga legendaria, y este sería el caso del Príncipe Carendón...


Así sería que una de sus informantes, Felicitas González González, Fita, vecina de El Xerru, en Moñes, le cuenta que:
"Equí en Moñes había un sitiu que tuvieron allanando y apaecieron coses d'oru de munchu valir, esi sitiu llamábase Carenda, porque ellí taba enterráu'l Príncipe Carendón

El Príncipe Carendón tenía munches tierres y solía dir a pasear a les sos fíes nuna carroza d'oru, d'esto fue fae yá munchísimos años. Cuando morrió enterráronlu cola carroza y tou, y cuando la xente tuvu escargatiando ellí alcontraron hasta la rueda d'un carru, el carru'l Príncipe Carendón, pañaron munches coses d'oru, unes tirines muy fines d' oru que fueren a parar a Francia

Na Follaca cerca la ilesia alcontraren tamién l'empuñadura d'oru d'una espada, la fueya taba yá perdida porque debía ser de fierru, pero'l puñu la espada yera d'oru y tenía como si fueren campanines y sonaben al movela, eso vilo yo que daquella tendría dieciocho años o asina, yera una rapacina"
Hoy se conservan porciones de esta Diadema de Moñes, de la que se han ocupado numerosos y prestigiosos investigadores, en el Museo Saint-Germain en Laye, en Francia, en el Museo Arqueológico de Madrid, y en el Instituto Valencia de Don Juan también en Madrid


Tras otros de esos encuentros con la historia más ancestral del camino y sus aledaños, continuamos ruta hacia la Goleta


Al sur más  paisajes del valle del Piloña y su entorno


Abajo, las casas de la carretera PI-11, cerca de L'Areneru


 En primer término la loma de La Barquera (153), que delata en su nombre la existencia de alguna barquería en ese lugar para el paso del Piloña, río que discurre al otro lado. En la distancia, la vista llega al sur a la Sierra Resellón, ya en las lindes de Piloña y Ponga


A lo lejos El Caleru, cerca de Moñes, y los Montes de Pesquerín sobre la población de Villamayor, que no llegamos a ver desde aquí, oculto por las colinas y montañas que guardan el valle, pero que dada su trascendencia e importancia, además de su inmediata cercanía, nos debemos soslayar. Es el popularmente llamado "pueblu de les dos mentires porque nin ye villa nin ye mayor", nacido en torno al antiguo monasterio benedictino de Santa María, del que se conservan restos, extinguido en el siglo XVI, como el también femenino convento cercano de San Martín de Soto (Sotu Dueñes) dentro de unas realmente llamativas, de las que iremos hablando según avancemos camino por la linde entre Piloña y Parres

Sin duda antes habría alguna población anterior pues, aparte de castros cercanos, como el de Argandenes, en Villamayor fue localizada la estela de Oculatio, de la gente de los viroménigos, gravada en un canto rodado aparecido en 1865 y colocada en la pared de Casa Pastrana. Dicha estela, rellenando las abreviaturas al uso por entonces, dice así:
M(onumentum) Oculati
Cangili f(ilio)
Segisamo
gente Viro
menigorum
a(n)no(rum) XXX
La traducción podría ser "Monumento Oculatio, hijo de Cangili, gente de los Viroménigos, Treinta años"

Teóricamente este lugar está enclavado dentro del territorio de los ástures luggoni, si bien sus características, principalmente el estar escrita en un canto rodado, hace que parezca de los cántabros vadinienses, bien porque tuviesen asentamientos aquí, o aquí llegasen algunos de ellos, pues se sabe de sus costumbres trashumantes y nómadas

De un núcleo original en torno al monasterio, barrios de El Valledal (intramuros) y Requexada, la construcción de la carretera, actual N-634, y el ferrocarril (Compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias), con estación inaugurada en junio de 1903, favorecieron la expansión de Villamayor a lo largo del valle. Los indianos levantaron sus quintas y también sus industrias, este es el caso de Manuel Granda Joglar, nacido en el cercano Sevares, emigrante a México retornado, quien funda en su pueblo natal, hacia 1929 una fábrica de queso que, acabando ya la contienda, se asocia en febrero de 1939 con los industriales catalanes Massanes i Grau MG, fundándose la Reunión de Industrias Lácteas (RILSA) para abastecer el mercado catalán, que en 1968 sería absorbida por Nestlé


Manuel Granda Joglar fundaría también en 1940, aquí en Villamayor la Granja Asturias, produciendo dulces, caramelos y sidra que, al entrar en crisis en 1950, hace que Manuel pida ayuda a sus socios catalanes, acudiendo entonces el industrial Enric Bernart Fontlladosa, quien propone dejar los más de 200 productos comercializados hasta entonces (su producto estrella las pastillas de caramelo Colibrí) para especializarse en un solo y novedoso producto, un caramelo con palo, nada más ni nada menos: nacía el Chupa Chups, cuyo precedente era un caramelo esférico con palo llamado Gol, cuya patente compró Enric a la industria barcelonesa Reñé SA

Al principio Manuel Granda no lo veía nada claro y continuaron los problemas, pero por fin en 1958 sale exitosamente el Chupa Chups al mercado, las cuentas cuadran y Bernart se hace con el 50% de la empresa, modernizando seguidamente la factoría con una ampliación de capital que hará de él su dueño






Realmente primero se llamaba Chups, pero una cuña de radio que decía "Chupa, chupa, chupa Chups" hizo que los niños lo llamasen Chupa Chups y así pedían el caramelo en quioscos y tiendas, lo que hizo que el producto fuese rebautizado, siendo a partir de 1962 el único producto hecho en la fábrica, que pasó también a llamarse así, arrancando una campaña publicitaria sin parangón, con una flota de Seat-600 recorriendo España anunciando el producto y abasteciendo a 300.000 puntos de venta, llegando a encargarse una imagen corporativa al artista Salvador Dalí, y tal y como contaba Fernando Llerandi Rojo, en su pregón de 1910 El Chupa Chups se inventó en Villamayor... y que extraemos del blog Cosiquines de Villamayor:
"Otro punto novedoso fue la adopción de una imagen corporativa diseñada por el artista Salvador Dalí, con el que contacto Bernart a través de un amigo en común. En 1969 Dalí diseña el logotipo inspirado en la forma de una margarita con colores vivos que atrajeran la atención de los niños, la margarita está diseñada de tal forma que una vez envuelto el caramelo siempre está visible el logo.

 

La modernización de la factoría llevo a la automatización de los procesos de producción, diseñando su propia maquinaria. Era el momento culmínate de esta genial idea lanzada en Villamayor por un confitero catalán, en 1967 abre la segunda factoría en San Esteve de Sesrovires (Barcelona), este mismo año abre una filial en Perpiñan (Francia) y en 1969 se pone en marcha la primera fábrica en el extranjero Bayona (Francia). En 1994 entra en servicio la nueva y moderna planta de Chupa Chups en Villamayor que producía entre 3 y 4 millones de unidades diarias que exportaba a Europa, Asia e Hispanoamérica. En 2003 Villamayor absorbió la producción de la fábrica de Bayona en Francia"

Desgraciadamente, y a pesar que su dueño había mantenido siempre que "la localidad donde nació el Chupa Chups no debe dejar de serlo", tras fallecer Bernart su familia vende la empresa a la multinacional holandesa Perfetti Vanmelle que, en muy tristes circunstancias, decide cerrar la planta de Villamayor para concentrar su producción en 2010

 Escribe así también Llerandi Rojo:
"A pesar de los privilegios que se le dieron a la fábrica como la modificación del Plan General para poder ampliar la fábrica y de recibir varias ayudas regionales, junto con dinero de los Fondos Mineros, cerraron sin devolver un duro, un euro diríamos ahora, ni preocuparse por las consecuencias socio-económicas que produjo el cierre de la planta villamayorina. La venta de la empresa a una multinacional italo-holandesa en 2007 no auguraba nada bueno, ya anunciado por la construcción de una nueva fábrica en Barcelona
El desastre comenzó con la llegada a la dirección en 1985 y a la presidencia en 1999 de los hijos de Bernart. En 1991 el cambio generacional acelero el declive que culminó en 2002 con una pérdida de 18 millones de euros debido a una política expansiva fallida que se materializo abriendo fábricas en China, Rusia y Méjico. Entre 2002-2010 tenía la empresa unas pérdidas de 133 millones de euros y una caída en la facturación del 69%.
Esta fallida expansión junto con la liquidación de otro negocio ruinoso de los Bernart, seguros Iberia cuya liquidación costo 36 millones de euros a la familia en 1997, hizo que los Bernart contrataran un directivo externo que consiguió bajar la deuda de 100 a 25 millones. Pero la familia decidió vender la empresa a la multinacional italo-holandesa que pago a sus propietarios entre 400 y 440 millones de euros y los nuevos dueños comenzaron una segunda fase de ajustes y cierres. (...)
En el momento del cierre Chupa Chups tenía unos 300 trabajadores de los que 121 eran fijos, si sumamos las empresas auxiliares superarían los 400 empleados afectados.

El 21 de enero de 2011 se cierran definitivamente las puertas de Chupa Chups en Villamayor, el último turno en salir compuesto por 63 empleados abandona entre lagrimas de dolor e impotencia el motor de la parroquia durante más de medio siglo."


Tras estas historias, entre lo dulce y lo amargo, nos disponemos a seguir la cuesta por este barrio de llegar a La Goleta por La Estrada, pasando primeramente bajo este precioso roblón


La Goleta, topónimo que parece marinero pero no lo es, tal y como dice el filólogo Xosé Lluis García Arias en Pueblos asturianos el porqué de sus nombres dice:
"Con el mismo significado de 'garganta' aparece La Goleta, pueblo que sin duda debe el nombra a la latina del mismo significado, GULAM, seguida de sufijo diminutivo; del mismo origen pero con un sufijo diminutivo despectivo es el actual apelativo gulipu 'terreno estrecho de difícil salda', recoveco"

Llegamos así a las primeras casas de este pueblo de la parroquia de Miyares


En La Estrada, a la izquierda, la Casa'l Ferreru


Y a la derecha, Casa Luis el de Cutre


Entre las dos casas una bifurcación


Seguimos de frente, subiendo. A la derecha, una de las indicaciones del Camín a Cuadonga de 1997 cuando acababa de caer



Poco antes estaba así, van desapareciendo


Seguimos todo en cuesta


Arriba a la izquierda Casa Telvina o Casa Quilino


Pasamos a sus pies...


Luego llegamos a esta cuadra...


Y aquí acabamos la cuesta de La Estrada


Llegados arriba, frente a esta casa bajamos a la derecha


Seguimos pues unos pocos metros por este camino asfaltado


A nuestra derecha Casa Jesús


Ahora, antes del hórreo, habremos de ir a la izquierda


Atención a las señales, pueden estar en cualquier sitio...


Un cartel en la pegollera del un hórreo nos lo indica


Fue colocado aquí por los vecinos tras caer de algún poste


Vamos hacia la parte de atrás de Casa Manolo...


Y una fila de casas que, por esta su parte posterior, pues la fachada principal mira al sur, hacen calle


Seguidamente Casa Julio...


Y por aquí iremos saliendo de La Estrada,  topónimo vivamente caminero, referido a lugar o camino allanado, tal y como nos indica el citado toponomista e investigador Xulio Concepción en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana:
"Voz abundante en toponimia para designar caminos antiguos empedrados, vías de comunicación importantes, caminos de carros... Es asturiano estru es 'rozo, rastrojo para hacer la cama del ganado'; estráu, 'la capa que se va formando con el estru', estrada, 'desparramada'; estrar, 'mullir para hacer abono', 'empedrar'. Como se puede apreciar, estas voces asturianas siempre llevan el sentido de 'formar sucesivas capas sobre el suelo'

Aplicada la voz a los caminos, la técnica consistía en echar piedra en capas sucesivas sobre aquellos caminos más dados a barrizal y al hundimiento de las ruedas de los carros o al paso de los ganados. Por eso se estraban con piedra"

Sin duda el antiguo empedrado, como era usual, desapareció, aprovechado para otros menesteres. Los caminos siguieron siendo, eso sí, rehabilitados y cuidados, asfaltado o, como es este el caso, acondicionados de otras maneras. pues siguen teniendo uso para comunicar los diferentes barrios y fincas


Así Xosé Lluis García Arias, dice también en su libro Pueblos asturianos el porqué de sus nombres:
"Dos tipos de caminos eran conocidos con los nombres de calzada y estrada (con abundantes continuadores en nuestros apellidos) palabras todavía hoy empleadas aunque con un sentido ligeramente distinto que nos recuerda su filiación etimológica (...)

De modo similar una estrada sería en tiempos pasados una VIA STRATA o camino estráu o empedrado (...). Todavía hoy en asturiano pervive la palabra estrar 'preparar la cama del ganado, mullir' y estru 'rastrojo empleado para mullir o estrar..."

Saliendo de La Estrada, prados y un castañéu


Plantación de maizal a finales de la primavera, por allí va la riega que nace en La Fuente la Mula


Más allá y mirando hacia Moñes, son los altos de El Barréu (193 m), parte alta del pueblo de Antrialgo, donde ha sido localizado el castro astur de este nombre, del cual ya había noticias como en el Diccionario de Madoz (1845) así como leyendas y la localización de algunos restos. Sigue además perviviendo el topónimo El Castru al lado del camino que viene a La Goleta, y sus estudios fueron publicados ampliamente en la revista Asturies: memoria encesa d'un paísDe ellos escribe José Antonio Longo Marina en el blog Cosiquines de Villamayor:
"El yacimiento ha sido localizado en una elevación a unos 250 metros de altura cerca del río Piloña y de el río de la Goleta, que funciona como afluente del anterior. El espacio ocupado por este asentamiento, lo cifran los autores del artículo en unos 175 metros de largo y unos 45 metros de ancho. Se constantan derrumbes y restos de una posible muralla,  los investigadores han localizando visualmente montones de piedras que pueden haber formado parte de un conjunto constructivo..."
"... El lugar donde está asentado este yacimiento tiene un gran dominio visual, como suele pasar en la mayoría de los castros, doble función facilitar la defensa y tener un dominio visual sobre el territorio circundante. En el caso del Castrillón domina el valle del Piloña entre Villamayor y Sevares, Antrialgo, la Goleta y Miyares. Incluso Alberto Álvarez Peña a recogido alguna leyenda sobre el lugar donde se mencionan riquezas, moros, seres mitológicos y muchas piedras sueltas en el lugar..."
"... Interesantes son los restos pétreos que fueron encontrados al hacer una obra en una casa situada en la parte más alta de Antrialgo, Casa Aurina edificada en el siglo XIX o principios del siglo XX, cercana al camino de acceso al castro. Estas piedras grabadas eran parte del relleno y al remodelar la vivienda se situaron en la fachada de la casa. Las piedras tienen grabados unos entre lazados en forma de ochos, motivo decorativo conocido en el ámbito castreño pero que se prolongara durante bastante tiempo llegando incluso a la época medieval. Decoraciones parecidas se documentan en Valduno (Las Regueras), la Doriga (Salas), Argandenes o Berbío y la del Picu Faéu (Parres). Una de las piedras está colocada en el portal y otra al lado del canalón de la casa"

Y así nos metemos en estos castañeos


El camín serpentea en llano



Bifurcación y a la derecha


Senda que nos lleva a otro de los barrios de La Goleta: La Quintana


Buen camino que no tiene pérdida y apartado del asfalto


Salimos del castañéu


Pasamos ahora entre unas fincas...


Y nuestra senda tiende a bajar un poco...


Hemos llegado a La Quintana, un grupo de casas en torno al camín, otro topónimo realmente interesante muy repetido en Asturias, pues es en origen un conjunto de explotación agropecuaria que podría tener su base en las villae romanas


Así, volviendo a García Arias y su obra transcribimos:
"Del latín QUINTAM incrementado con un sufijo se forma QUINTANAM 'quinta parte', término que adquiere diversos sentidos según las realidades a las que se aplique y según las épocas históricas. Así puede en ocasiones ser sinónimod de VILLAM, o heredad cercada, heredad dentro de una VILLA, etc. Quizá se deba el término a la colonización militar romana, cuyos campamentos conocían una de sus calles con el mismo nombre de QUINTANA. En Asturias es frecuente estetopónimo, considerado por alguno como "elemento básico del poblamiento"

Enlazamos con otro camino y seguimos de frente hacia las casas


Huertas y frutales


Cartel de entrada en La Quintana



Y en el poste telefónico una vieja garrapiella. Aunque tal vez repintada alguna vez es de las de la señalización artesana hecha por El Garrapiellu en 1993


En una suave pendiente una explanada donde aparcan los coches precede a las casas


Una casa de labranza rehabilitada y reformada


El camín sube entre las casas del barrio


A la derecha hay una pequeña plaza


Y en medio de la plaza, circular y con césped, fuente y árbol un monolito con placa


Nos acercamos a leerla


Esta dedicada a la rehabilitación del lugar



A la izquierda del camino, en las laderas de Antayo, prados arriba, una capilla


Capilla de Santa María Magdalena de La Goleta, del siglo XVIII, si bien su traza arquitectónica es fruto de las reformas de 1922. Celebra fiesta el 22 de julio. Abajo, en estos campos, un texu


Fijémonos ahora en las casas del lazo izquierdo, según subimos


En concreto en un elemento que sobresale en la esquina del fondo, junto al cruce


Un obús con aletas de cohete, pintado de verde: nosotros seguiremos de frente a la derecha


La misma foto hace años, pintado de rojo



Acogedor portalón ante el Camín a Cuadonga


Vamos así saliendo de La Quintana, viendo al fondo El Cantu Brez y altos de La Trapa (212 m), hacia donde se encaminan ahora nuestros pasos


El camino va ahora en bajada junto al labrantío


Las casas de la carretera y los altos de Antrialgo seguimos viéndolos al sur, a nuestra derecha


El camino se estrecha un poco y sigue en recto


Frente a esta casa una bifurcación: nosotros seguiremos a la izquierda


Pasando entre el muro de la casa y la muria de un prau


Ropa tendida al sol...


Salimos a la carretera PI-11


Y por la carretera seguimos de frente hacia La Trapa



Desmoronándose, el edificio de las antiguas escuelas de La Goleta, que no han tenido tanta suerte como sus homólogas de Miyares, Borines o Anayo, recuperadas como local social vecinal


Construidas en 1926, revelan una cierta impronta indiana propia de la época


Su alta y esbelta fachada, así como sus líneas arquitectónica, rememoran momentos de un perdido esplendor



Así estaban hace aún pocos años


Arriba la fecha de fundación


Bifurcación: nosotros seguimos por la carretera, lo otro es la entrada a una casa


Es Villa Consuelo o Casa la Maestra, quen daba clase en Les Escueles


La carretera pasa delante de ella...


Y vemos su cara norte...


Monte arriba a la izquierda Antayo, inconfundible con sus antenas. A su derecha unas paredes rocosas


El Picu Tiegu (847 m), en el Puertu Sueve,con Los Cuetones o Colláu los Cuetones a su izquierda


Curva cerrada a la derecha...


Aquí pasamos un puente sobre una riega o arroyo


Empezamos la subida a La Trapa y Brez


Y ahora curva a la izquierda en ascenso


Viene ahora un repecho recto


Prados a la izquierda


Maizal recién plantado a la derecha


A la derecha El Cantil, que al otro lado mira a Antrialgo y al valle del Piloña


Buen trecho cuestudo en esta carretera


Altos de El Cantil


Majestuoso roblón sobre la carretera


El maizal en junio


El maizal en agosto o septiembre


El mismo lugar, en época de la siembra


La subida no es un gran desnivel, pero sí prolongado, una buena rampa y ejercicio de piernas


Túnel vegetal en la enrramada...


Los árboles nos dan buena sombra


Ya vemos la cima, allá ante nosotros


Aquel robledal señala el final de la subida


Prados a la izquierda, donde crecen los helechos


Paso a paso vamos llegando arriba


Más extensiones de maizal a la derecha. Imagen de finales de la primavera


Inolvidables paisajes agrarios


Finalizamos la cuesta en el robledal, ya en La Trapa donde hay una curva y unos cruces


Hermosa sombra para rematar la subida desde La Quintana


A la izquierda, las casas


Casas de La Trapa, el lugar de La Goleta, y de la parroquia de Miyares, situado más al este en el Camín a Cuadonga


 Filológicamente el topónimo tiene que ver con trampa y atrapar. Como suele suceder en casos similares en tiempos pasados debía haber un lugar para atrapar animales, muy posiblemente animales salvajes, atrayéndolos hacia algún pozo, chorco, cierre o ingenio similar


En este cruce seguimos de frente...


Pero hemos de saber que a la izquierda está el famoso Palacio de Cutre, antigua torre medieval que, como la de Miyares, fue ampliada y reformada entre los siglos XVI y XVIII como palacio y casona rural, con capilla propia, que es actualmente un renombrado hotel, donde paran no pocos peregrinos. A la derecha está la casa rural El Cantil


Salimos de La Goleta: aquí confluyen las parroquias de Miyares, Sorribes, y Villamayor, estando muy cerca también la de Cerecea


Vista de La Trapa a nuestra izquierda, que ya queda atrás


Avanzamos ahora todo recto...


Y entramos en la parroquia de Sorribes, también del concejo de Piloña, por la quintana de Brez, en la encrucijada de La Cruz de Brez, lugar donde confluyen las parroquias de Miyares, Sorribes y Cerecea, y por donde nosotros seguimos a la derecha, por Sorribes





























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