Lousada. Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
Viniendo de Maariz, el Camino de Santiago del Norte llega a Lousada, parroquia de Sasdónigas, al final ya del concello de Mondoñedo, dando vista al Alto da Xesta, a unos 540 metros de altura, hito natural que marca el paso de A Mariña lucense a la Terra Chá. Estamos en un paisaje ganadero de brañas y pastos, con no pocas tierras de cultivo, sobre todo millo (maíz) y berzas, así como huertos familiares, esto es, un entorno eminentemente rural, diferente al más residencial que nos hemos encontrado en las cercanías de la costa
Esta es la cabeza y nacimiento del valle de la cuenca del Valiñadares, río afluente del Masma, al que el obispo Sarmiento quería hacer navegable desde la Ría de Foz a Mondoñedo. Aquí en concreto se unen el Rego da Pedra y el Rego de Muras formando el Rego de Carballo, que es a la vez uno de los que forman el Valiñadares. Lousada se extiende desde esas fértiles vegas hacia arriba, a lo largo del camino que comunica con la carretera N-634 por O Chao da Aldea
Pero el Camino no sube a la carretera, sino que, luego de Lousada y por aquellas boscosas colinas, acometerá en fuerte y directa subida la ascensión al Alto da Xesta, situado en una llanada donde se unen la carretera N-634 con la Autovía del Cantábrico en las inmediaciones de O Fiouco. Entre esas arboledas pasa el Camino de Santiago, muy cerca de la iglesia de San Martiño de Galgao, la de la grandiosa romería de San Cosme da Montaña, hermanamiento de mariñanes y chairegos en la fiesta del 27 de septiembre
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
Pero el Camino no sube a la carretera, sino que, luego de Lousada y por aquellas boscosas colinas, acometerá en fuerte y directa subida la ascensión al Alto da Xesta, situado en una llanada donde se unen la carretera N-634 con la Autovía del Cantábrico en las inmediaciones de O Fiouco. Entre esas arboledas pasa el Camino de Santiago, muy cerca de la iglesia de San Martiño de Galgao, la de la grandiosa romería de San Cosme da Montaña, hermanamiento de mariñanes y chairegos en la fiesta del 27 de septiembre
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
A nuestra derecha, la parte alta de Lousada, cuesta arriba. Por ahí se sube a la cabeza de la parroquia de Sasdónigas y a la carretera general. El topónimo de la parroquia es de etimología latina, procedente de la raíz sala (aula) y dominica (del dueño o señor). Llama la atención que los primeros documentos que citan el lugar lo llaman Salasdónigas
Camino de las primeras casas de Lousada, pasamos junto a plantaciones de calabazas y berzas. Podemos imaginarnos las excelencias gastronómicas de las que serán fundamento a no tardar. Más allá, una hermosa pradería
A poco que nos fijemos, veremos en lo alto, al pie de los parques eólicos, la Autovía del Cantábrico por los montes O Coto de Galgao, solar del cruceiro el Cristo das Lanzas, en la Serra da Farrapa, donde hay un parque eólico y pasa la frontera entre los concellos de Mondoñedo y Abadín, el primero en A Mariña, el segundo perteneciente a la Terra Chá
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
Valle abajo se unen los arroyos que forman el Valiñadares, no muy lejos de donde estaba el Muíño dos Cabaneiros, molino harinero también en la divisoria de los concellos de Mondoñedo y Abadín. Hace décadas que dejó de moler y su edificio va desmoronándose, desapareciendo poco a poco. De él escribe el erudito e investigador Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense que ya figura en el Catastro de Ensenada en 1752, siendo por entonces su propietario Antonio de Valoria, vecino de la ciudad de Mondoñedo:
Tras esta parada saliendo de Lousada, seguimos pues por esta pista a la izquierda tal y como nos indica el mojón, dejando el asfalto
Nada más tomarla, este camino, bastante ancho, empieza a bajar suavemente
Y pasa junto a esta cabaña con tejas apiladas en el muro, listas para reparar techumbres
Y ahí enfrente tenemos el Alto da Xesta con sus aproximadamente 540 metros de altitud, como hemos dicho, un topónimo relacionado con la vegetación del puerto, la xesta, 'genista', también llamada retama o hiniesta, planta silvestre muy abundante en esas alturas, científicamente Cytisius Scoparius
Caminamos todo recto y pista abajo hacia las fragas o bosques autóctonos de castaños y carballos
También buenos arbustos de laurel, loureiros, formando grandes y altas matas y, por supuesto, plantaciones de eucaliptos
Seguimos en bajada... es común encontrar a algún vecino paseando por estos andurriales cercanos al pueblo
Y así nos adentramos en las boscosas profundidades del cada vez más angosto valle, que por aquí tiende a estrecharse según llegamos su final
El mojón nos señala el buen camino, tanto si hay cruces como si no, para confirmar que vamos en buena dirección
Fin de la bajada: aquí, pasando sobre el Rego da Pedra, uno de los que forman el Valiñadares, donde salimos del concello de Mondoñedo para entrar en el de Abadín
Administrativamente el paso del río significa que hemos entrado en Terra Chá, pues Abadín ya pertenece a esta comarca, pero geográfica y paisajísticamente, esa "transición" viene a ser arriba, en el alto, donde el venerado santuario de San Martiño de Galgao, también con su sonada fiesta y romería, simboliza, como hemos dicho, la emblemática unión de gentes y lugares de las dos comarcas, la mariñana y la chairega
El arroyo, con sus selváticas riberas, es posible que apenas lo veamos, sumido en la vegetación y la umbría. También aparece mencionado como Rego de Brea y Rego da Carballa
Vemos lo que parece una boca de los hornos, tragada por la maleza. Por aquí salía la cal, sacada a mano por una manivela que hacía girar unas ruedas dentadas. Quien lo hacía lo pasaba muy mal por el fuerte calor y el polvillo de la piedra cocida, casi no había seguridad laboral y los trabajadores duraban poco en este puesto
La piedra se echaba adentro arrojándola en vagonetas desde arriba, y era cocida con carbón mineral como combustible, consiguiéndose una gran cantidad de producción dado el tamaño de estos hornos. A la piedra cocida se le echaba agua para que se abriese antes de sacar el producto resultante, la cal
La producción se vendía a los vecinos de la zona para blanquear fachadas, construir muros y como desinfectante de las cuadras y tierras de labor, así como en otras obras de más envergadura, como por ejemplo los pabellones del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo
La empresa no resultó como se esperaba, dado que se mezclaba piedra blanca, que era muy dura, con la rosa, dura, y con la azulada, blanda, por lo que la cal resultante no resultaba blanca, más bien oscura, de no muy óptima calidad para encalar, tanto es así que uno de los hornos ni siquiera llegó a inaugurarse. El proyecto fracasó a los pocos años
En esta bifurcación, con este canal para el agua hecho de hormigón, iremos a la derecha
Por aquí rodearemos las instalaciones que, abandonadas, han quedado ocultas por el bosque
Aquí sí que tenemos un profundo canal a la izquierda para el agua de lluvia, cuidado con donde ponemos los pies o... la rueda de la bici
En este lugar y en plena cuesta estaba el puente, hecho con grandes piedras, sobre el que circulaban la vagonetas que, sobre raíles, llevaban las piedras a lo alto del horno, empujadas por los obreros, siendo arrojadas luego a su interior
El puente hace tiempo se ha desmoronado pero sus grandes piedras lo delatan, pues se percibe bien el comienzo del arco que se desplomó
Ascendemos en fuerte pendiente. Aquí el viejo camino, Camiño de Mondoñedo a Vilalba se decía, fue ensanchado para el paso de los camiones y de la maquinaria de la mina
A nuestra derecha, el profundo pozo de la abandonada cantera, cubierto por la vegetación
A la izquierda, un muro de piedra y otras antiguas dependencias de la empresa
Los talleres, las oficinas, la machacadora, etc., abandonados y ya casi completamente ocultos por la vegetación. Así cuenta la historia de esta mina Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense:
A partir de aquí se van sucediendo una serie de curvas en zigzag para ganar altura rápidamente
Estas revueltas en continuo ascenso conforman una serie de duros repechos uno a continuación de otro. Estas sufridas bicigrinas han de echar pie a tierra para subir por este, empujando su bicicleta
En ciertos tramos sí es factible subirse a la bici y dar unas pedaladas. El entorno es, eso sí, un verdadero vergel en tan empinada ladera
Efectivamente, en algún tramo la cuesta se suaviza un poco según atraviesa este hermoso bosque autóctono
Pero en las curvas la pista siempre se empina un poco más, por lo que hemos de redoblar energías
Vueltas y revueltas, insistimos, en un continuo zigzagueo que, no obstante el esfuerzo, nos hace avanzar y subir con rapidez
Luego pasamos a una cierta "tregua" con menos repecho, pero siempre en subida
Trecho todo recto hacia arriba alternando tramos de luz con otros a la sombra, pese a la dureza de la cuesta es un precioso caminar por el bosque
Es la fresca penumbra, donde a veces se rezuma humedad, incluso en verano, lo que se agradece especialmente en jornadas de calor
Salimos nuevamente al sol, dando vista al Coto de Galgao, la parte meridional de la Serra da Farrapa, muy boscosa en esta cabecera del valle
Las plantas silvestres de la montaña afloran en la vereda, de colores vivos e intensos, que contrastan con el verde del resto de la vegetación, hierbas, matorral y helechos, así como con la zahorra, muy clara, del Camino, casi blanca
Como premio al esfuerzo, empezamos a ver un hermoso paisaje al norte del gran valle del Valiñadares, el reducto del fantástico país del Rei Cintolo y su Reino de Bría, lleno de leyendas a las que nos referíamos en la entrada de blog correspondiente al tramo anterior de Camino, la salida de Mondoñedo hacia Maariz
Abajo a la derecha Lousada y el Camino, arriba Suagrexa y arriba a la izquierda O Chao da Aldea y O Pé do Monte, donde está la iglesia parroquial de San Lourenzo de Sasdónigas, barrios de la cabeza de la parroquia, ya en la carretera N-634. Justo encima vemos el Coto de Leboreiro (664 m) y el Coto Herboseiro (643 m), O Pico (718 m) con O Pilar da Pedra y el Monte de San Vicente con A Pena da Roca (758 m)
Sigue el zigzag y continúa la ascensión al Alto da Xesta. Aquí comienza la última gran rampa, un último esfuerzo antes de llegar por fin arriba y empezar a llanear
El recuesto se hace especialmente pronunciado y largo en este último tramo de la subida
Las bicigrinas han vuelto a posarse de la bicicleta en este imponente recuesto que nos tomaremos con la suficiente calma
Y han de continuar a pie de nuevo y empujando la bici, y es que la cuesta se cobra su último gran tributo en fuerzas, exigiéndonos especial brío
La subida desde la antigua cantera no representa salvar una gran altura en metros de desnivel pero sí un empinadísimo trayecto
Al llegar a aquella curva se acabará la cuesta. Las bicigrinas se subirán de nuevo a la bicicleta y ya rodarán sin dificultad por todo el país chairego, "hasta Vilalba y más allá"
Pero a nosotros aún nos aguarda un pequeño repecho y preferimos parar un momento aquí, ante esta señal artesanal con el famoso lema peregrino Ultreia et Suseia
Un buen lugar para contemplar de nuevo el paisaje del valle del Valiñadares desde lo alto de esta su cabecera
Contemplamos oda la ladera del Monte de San Vicente, la montaña por donde hemos venido, subiendo desde Mondoñedo a Maariz y luego a San Vicente de Trigás y a Lousada, con los referidos montes de O Pico y A Pena da Roca en lo alto
O Chao da Aldea. Más allá de aquellas alturas, por la parte de Cabana Vella, sube desde A Infesta, procedente de Mondoñedo, el llamado camino principal, que algunos vecinos conocen como Camiño Vello de Ferrol, señalizado con hitos xacobeos que marcan el kilometraje. En comparación con este, que durante mucho tiempo fue el único señalizado, pasa menos gente. Han sido halladas monedas romanas, lo que señala la antigua existencia de un asentamiento poblacional, una zona de paso y tránsito continuos o ambas cosas. No olvidemos tampoco que al otro lado de las montañas se halla el castro de Zoñán, recinto castrexo galaico
Y así, con esta magnífica vista del valle del Valiñadares, nos despedimos de A Mariña y sus montañas, por donde discurre la muy recomendable Ruta da Augua, muy querida por los amantes de la naturaleza y el senderismo
El final de la cuesta es pues todo un hito geográfico, el tránsito de A Mariña hacia A Terra Chá al que tanto nos referimos en este tramo caminero
El paisaje irá cambiando y las serranías darán paso a las planicies chairegas aunque, recalcamos, recorriendo la Terra Chá caminando, hallaremos no pocas cuestas arriba y abajo, si bien no como estas de Lousada hacia A Xesta
No en vano este concello de Abadín es llamado "la Puerta Grande de la Terra Chá" y como tal lo estamos comprobando
Aparecen ante nosotros, sobre el Camino, los grandes paneles señaléticos de la Autopista del Cantábrico (A-8) y, a la derecha, la gasolinera y área de servicio en la N-634 a la altura del Alto do Fiouco, de donde parte además la carretera LU-P-0105, que en ese tramo hace de enlace entre carretera y autovía
Como resultado de las obras de la A-8 y su enlace con la N-634 en este lugar, toda la reordenación viaria ha transformado el trazado y entorno del Camino de Santiago
Aquí mismo, por ejemplo, esta pista se divide en dos, justo al pie de la autopista
En este sector, dichas obras han aislado del Camino el histórico santuario de San Martiño de Galgao o San Cosme da Montaña, junto al que antaño pasaban los peregrinos jacobitas
El hito caminero nos señala continuar pista adelante, a la derecha
A nuestra izquierda, al otro lado de la glorieta y del puente de la A-8, está dicha iglesia parroquial de San Martiño de Galgao (San Cosme da Montaña), a muy escasos metros (tras los árboles del fondo), pero si queremos acercarnos a ella NO se nos ocurra ir desde aquí, pues es extremadamente peligroso
Ahora llegamos al gran nudo de enlace de carretera y autovía, frente a la estación de servicio del Alto do Fiouco y, atrás, los altos del Coto de Arnoso (667 m) y O Outeiro (674 m). Poco más allá, por el Monte Santa Cruz, ha subido el puerto el otro camino, el de A Infesta. En el área de servicio está el restaurante de O Rei das Tartas, uno de los establecimientos con el célebre apodo de este prestigioso repostero, Carlos Folgueira del que tanto hemos hablado en Mondoñedo, un buen lugar para comer, tomar algo o comprar en su tienda, fundado por el "hijo del rey", también llamado Carlos Folgueira, el "Príncipe das Tartas", en 2018
Aquí vamos ahora a cruzar, pero ojo, prestemos muchísima atención al hacerlo, pues no son infrecuentes "los sustos"
Hay un paso de peatones pero tengamos mucho cuidado al pasar. Suele haber tráfico y con las frecuentes nieblas hay veces que apenas se ve nada, siendo además cuando se corta la autopista y se encarrila todo el paso de vehículos por la carretera N-634 a través de esta LU-P-0105. Estimamos muy conveniente poner señales lumínicas, tal y como se ha hecho en otros lugares, por el bien de todos, dado el cruce continuo de peregrinos por esta vía
Cruzada la carretera hay otro hito caminero y, al fondo, divisamos ya las casas y prados de A Xesta, que pertenece a la parroquia de Quende. Será justo antes de llegar a ellas cuando, si lo deseamos, hallaremos un ramal seguro para ir andando a la iglesia parroquial de San Martiño o de San Cosme da Montaña
Aquí tenemos un mapa con el paso del camino por el concello de Abadín, que podemos pararnos a consultar, pues siempre puede hallarse información útil y hacernos una idea general de su trayecto y de los lugares por donde pasaremos
El Camino, o mejor dicho los caminos, los dos caminos que salen de Mondoñedo y que se reunirán en Gontán, justo antes de la villa de Abadín, capital del concello. El camino principal es el de la línea verde; el complementario, el nuestro, es justo el que está debajo, pintado también con línea verde, pero de puntos
Caminamos en paralelo al ramal de acceso a la autopista, que nos separa de San Martiño de Galgao y su campo de romerías, situado justo al otro lado
Se perciben ya los tan característicos campos llanos del país chairego, aunque será llegando a Vilalba donde hallaremos sin duda las planicies que harán más honor a su nombre de Terra Chá 'tierra llana'
Como referencia visual hemos de decir que el Camino saldrá a la carretera N-634 un poco a la derecha de aquella casa grande, de piedra, en lo alto de A Xesta, cuya fachada mira a dicha carretera. Antaño, cuando todo el tráfico circulaba por aquí, había en A Xesta bar y tienda
Este es el paso sobre el Rego Bañolas, afluente del Rego da Xesta
De frente otro de los viaductos de la A-8, que ha transformado el paisaje de la parroquia de Galgao yn que a la vez tiene aquí su gran talón de Aquiles con las tan persistentes nieblas del Alto da Xesta que, nada más ser inaugurada, provocaron gravísimos accidentes, por lo que se optó, en esos casos, por cortar el acceso a la misma y encarrilar el tráfico a la N-634, formándose a veces atascos y cuellos de botella
Seguimos unos metros en paralelo a dicha autopista, con la que tantísimas veces hemos coincidido a lo largo de nuestro periplo por el Camino de Santiago del Norte, prácticamente desde el principio, pues aprovecha los mismos pasos naturales que los caminos de la antigüedad, tal y como hizo en su momento la carretera y como hubiera hecho el ferrocarril de Mondoñedo aquel que nunca llegó
Este puente que tenemos enfrente de nosotros es el que podemos emplear si queremos acercarnos a la iglesia parroquial de San Martiño de Galgao
Para ello, lo tomaremos unos metros más adelante, tras bordear esta finca
Llegamos a una encrucijada y vamos de frente, hacia el mojón
Ahora, el Camino de Santiago sigue a la derecha, pero si quisiésemos acercarnos a visitar la recitada parroquial de San Martiño de Galgao o de San Cosme da Montaña, iríamos a la izquierda para pasar primeramente el citado puente sobre la A-8. A ello le dedicamos también la oportuna entrada de blog
Nosotros en esta, continuamos el trazado caminero indicado por los mojones con su concha y flecha amarilla, hacia las casas de A Xesta y la carretera N-634, que cruzaremos en la parte más septentrional del pueblo
Es ahora, desde aquí donde sí veremos, al mirar atrás y más allá de la autopista, rodeado de árboles, el santuario de San Martiño de Galgao, que el 27 de septiembre celebra la multitudinaria romería de San Cosme da Montaña, a la que acuden tempranísimo tanto personas de Mondoñedo como de Abadín y de otros concellos mariñanes y chairegos, principalmente Vilalba, Cospeito, Pastoriza, Xemade.... dando los fieles vueltas al santuario con velas e imágenes religiosas. Por eso se montan puestos de venta de cirios, aunque también de bebida y comida, ropa y artesanía popular
Se suele pedir por la curación de gente enferma, bien a título propio o por otra persona, acudiendo muchos con exvotos de cera, representaciones de la parte del cuerpo afectada. El ganado también se incluye en estas rogativas y se llevan figuras de cera. Otras peticiones comunes son el buen parto de las embarazadas y que vayan bien las cosas la casa y del trabajo. Para ello se celebran también misas y procesiones y antaño, el 26 de septiembre, San Damián (San Cosme y San Damián son la pareja de santos médicos), se bendecían los animales
Existen testimonios que avalan que ya en el siglo X se veneraba a San Cosme en Abadín, pero no en este campo sino en el monte de Os Samordás. Unos dicen que aquel santuario era pequeño y de difícil acceso, por lo que se decidió hacer uno nuevo en este lugar en el año 1925 (abierto al culto un 25 de septiembre), Anteriormente a ello el santo "desaparecía" de allí y era encontrado en este nuevo enclave, creyéndose que por deseo divino deseaba ser trasladado
No obstante existe otra versión relacionada, según la cual el deseo fue más bien de gentes bastante influyentes en la parroquia, quienes costearon este nuevo templo. Es entonces cuando empieza a ocurrir lo contrario, el santo desaparece de aquí, su nuevo santuario, y aparece en en su anterior capilla, como si ahora se opusiese al cambio. Luego se descubrió que era un vecino de Samordás quien realizaba este "transporte"
Sea como sea, lo cierto es que, pese a su cercanía, el venerado templo romero ha quedado totalmente fuera del Camino. Nuestros pasos se alejan de él, rumbo a la carretera N-634 y la aldea de A Xesta, extendida a lo largo de la calzada.
El paisaje es de llanuras con colinas a lo lejos y algunas matas de arbolado, algunas autóctonas pero otras son plantaciones de eucalipto
Las casas de la izquierda donde, si nos fijamos, la tipología de los hórreos o cabazos va variando según zonas
Y ya estamos en la carretera N-634, hay que cruzar pero con muchísimo cuidado también aquí. Estamos en una recta con tráfico abundante y muy veloz que se incrementa notablemente cuando las nieblas hacen cortar el tránsito por la autopista
El Camino es la pista recta que sigue al otro lado, entre dos filas de árboles, los de la izquierda eucaliptos y a la derecha unos cipreses que hacen de cierre de una finca. Las largas rectas pueden indicar una concentración parcelaria, la cual es fácil que haya variado el trazado original del Camino, si bien se supone este sería el trayecto más aproximado al original
El mojón con su flecha y concha siempre confirman la dirección a tomar. Hay ahora un poco de cuesta, muy liviana pero sí un tanto larga
A la derecha Arnoso y a lo lejos A Pena da Roca (758 m), hermoso paisaje de la campiña de la Terra Chá en su divisoria con A Mariña y sus montañas
Estamos en términos de Gontán de Abaixo, otra de las aldeas de la parroquia de Quende, lugar de extensas praderías dedicadas a pasto y siega
El Camino hace una curva cerrada a la izquierda en este cruce, y a la izquierda y por él continuamos nosotros
Ahí tenemos el preceptivo monolito de la concha y la flecha amarilla, estamos andando ahora en dirección sur-suroeste
A nuestra izquierda, más allá de la carretera que acabamos de cruzar, divisamos varios lugares de la vecina parroquia de Galgao: Porto Veiga, Someiro, Peixeira, Currás, Rego do Cal. A lo lejos la Serra de San Martiño con las cimas de Fonte Barreiros (722 m), Formigueiro (784 m), Alto de Lanzós (783 m), Montes de Neda (737 m) y Ventoso (768 m)
De frente a nosotros una bifurcación, seguimos recto por la derecha, dando vista a O Coto (641 m)
Y avanzamos recto entre más fincas, el trayecto es extraordinariamente llano en comparación con las montañosas etapas anteriores
Cruce y de frente, la vista llega en la lejanía a las inmediaciones de Gontán y Abadín, la capital del concello, si bien aún no llegamos a ver sus casas desde aquí
A nuestra derecha las casas de Gontán de Abaixo y, un poco más allá, el monte O Foro (626 m), por el que va, al otro lado, el que ha subido desde Mondoñedo por A Infesta, con el que nos uniremos a la entrada de Gontán, donde hay plaza de mercado y albergue de peregrinos
"En los años cincuenta del pasado siglo hacían uso del molino las familias conocidas con los nombres de: "Rego" y "Toribio" del barrio de Vicos de Arriba (Galgao); "O Viudo", "Rivas? y María Antoña" de Vicos de Abajo (Galgao); "Casanova" de las Invernegas (Santiago de Mondoñedo); "O Caseiro", "Rego", "A Roana", "A Tora" y "O Cuco" de la Valiña (S. Vicente); "O Zulo" y "Golilla" de (S. Vicente)"
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
El Valiñadares, que discurre por esas profundidades, también disponía de viejos puentes para su vadeo o, más que puentes, pasarelas, uno de ellos el de A Ponte de Toxeiro, apellido familiar de la aldea de Vicos, que pertenece a Abadín y situada en esta ladera de enfrente, bajo las alturas de A Farrapa. Estos frágiles pasos solían venirse abajo arrastrados por las crecidas y había que reconstruirlos casi continuamente
Pasamos ahora al lado de la corte o cortello, cuadra o establo, llegando a Lousada, aldea que tuvo, además de labrego, un pasado minero-industrial, como no pocas de este valle, siendo ya en el siglo XIX célebres sus canteras de mármol, que no obstante debieron de ser escasamente productivas, pues en 1875 se produce el embargo de bienes de su dueño, Pedro de Arciniega Alonso de Celada, Administrador Económico Eclesiástico del Obispado de Mondoñedo y hermano del obispo Ponciano Arciniega. Más adelante funcionó la empresa La Competidora Universal, explotando dichas canteras
En un rellano al lado del camino, a nuestra derecha y a la entrada de Lousada, suele aparcarse la maquinaria móvil, lista para el trabajo agrícola y ganadero, tractores, remolques, carros, transportes de animales...
Es aquí donde empezamos a subir un poco, contemplando estos viejos tejados de pizarra y muros de piedra. El topónimo Lousada 'enlosada' hace referencia a estas losas de piedra que sin duda, además de para hacer casas, cuadras, heniles, cabazos y demás construcciones, valdrían para enlosar el viejo Camino, ahora transformado en carretera local y asfaltado
El cabazo, dando vista al valle y los altos, atravesados por la Autovía del Cantábrico, tantas veces cerrada a causa de la niebla, y hollados por uno de los numerosísimos parque eólicos que tanto abundan ya saliendo del centro de Asturias. El paisaje no obstante es admirable
Montes da Rocha, Alto da Corda (671 m), Pena Pequena (727 m) y Pena Grande (746 m), ante nuestros ojos, cumbres todas de los montes de A Farrapa, por donde discurre además el antiguo Camiño a Castela, paso de arrieros y viajeros, que incluso han dejado topónimos, como es el caso del Campo dos Maragatos. Destaca especialmente A Pena dos Frades, en las viejas sendas a otra cueva de reminiscencias mitológicas, A Cova dos Santos, también llamada A Cova da Meiga. No olvidemos que ahí, en Os Samordás, estuvo antaño el santuario de gran tradición romera de San Cosme da Montaña, trasladado en 1925 al Alto da Xesta. Abajo en lo profundo del valle había otro molino, el Muíño do Lodeiro
Se hace patente en muchas de estas construcciones, como en la mayor parte de los pueblos, el efecto del éxodo rural y del abandono del campo, con muchas casas deshabitadas y abandonadas
Otro antiguo cabazo y viviendas campesinas de piedra y pizarra. Algunos techos ya han sido reformados con otros materiales
Un establo a la salida de Lousada, con un tendejón a su vera. Atención ahora a los siguientes cruces de caminos
En la primera bifurcación seguimos de frente, subiendo un poco más... ¡ pero poco !
Es en la que hay justo después donde dejaremos la carretera asfaltada y tomaremos la pista que sale a la izquierda. En el podremos hacer un alto para tener una bella perspectiva de Lousada mirando atrás y antes de seguir
Lousada, con su caserío dispuesto escalonadamente por la ladera. Su topónimo hace referencia a las losas o lousas de pizarra, material abundante en el lugar, con el que construyeron las casas, cuadras y demás edificaciones de este y tantísimos pueblos gallegos y asturianos que hemos visto y veremos haciendo este Camino de Santiago del Norte
Pasamos ahora al lado de la corte o cortello, cuadra o establo, llegando a Lousada, aldea que tuvo, además de labrego, un pasado minero-industrial, como no pocas de este valle, siendo ya en el siglo XIX célebres sus canteras de mármol, que no obstante debieron de ser escasamente productivas, pues en 1875 se produce el embargo de bienes de su dueño, Pedro de Arciniega Alonso de Celada, Administrador Económico Eclesiástico del Obispado de Mondoñedo y hermano del obispo Ponciano Arciniega. Más adelante funcionó la empresa La Competidora Universal, explotando dichas canteras
Es aquí donde empezamos a subir un poco, contemplando estos viejos tejados de pizarra y muros de piedra. El topónimo Lousada 'enlosada' hace referencia a estas losas de piedra que sin duda, además de para hacer casas, cuadras, heniles, cabazos y demás construcciones, valdrían para enlosar el viejo Camino, ahora transformado en carretera local y asfaltado
El cabazo, dando vista al valle y los altos, atravesados por la Autovía del Cantábrico, tantas veces cerrada a causa de la niebla, y hollados por uno de los numerosísimos parque eólicos que tanto abundan ya saliendo del centro de Asturias. El paisaje no obstante es admirable
Montes da Rocha, Alto da Corda (671 m), Pena Pequena (727 m) y Pena Grande (746 m), ante nuestros ojos, cumbres todas de los montes de A Farrapa, por donde discurre además el antiguo Camiño a Castela, paso de arrieros y viajeros, que incluso han dejado topónimos, como es el caso del Campo dos Maragatos. Destaca especialmente A Pena dos Frades, en las viejas sendas a otra cueva de reminiscencias mitológicas, A Cova dos Santos, también llamada A Cova da Meiga. No olvidemos que ahí, en Os Samordás, estuvo antaño el santuario de gran tradición romera de San Cosme da Montaña, trasladado en 1925 al Alto da Xesta. Abajo en lo profundo del valle había otro molino, el Muíño do Lodeiro
Se hace patente en muchas de estas construcciones, como en la mayor parte de los pueblos, el efecto del éxodo rural y del abandono del campo, con muchas casas deshabitadas y abandonadas
Otro antiguo cabazo y viviendas campesinas de piedra y pizarra. Algunos techos ya han sido reformados con otros materiales
Un establo a la salida de Lousada, con un tendejón a su vera. Atención ahora a los siguientes cruces de caminos
En la primera bifurcación seguimos de frente, subiendo un poco más... ¡ pero poco !
Es en la que hay justo después donde dejaremos la carretera asfaltada y tomaremos la pista que sale a la izquierda. En el podremos hacer un alto para tener una bella perspectiva de Lousada mirando atrás y antes de seguir
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
A lo lejos, al norte, A Pena da Roca (758 m), en lo alto del monte que separa el valle del Valiñadares del valle de Cesures, por donde sube, por A Infesta arriba, el Camino de Santiago oficial, el antiguo Camiño Mondoñedo-Ferrol, como se le conocía antaño, con el que nos reuniremos a la entrada de Gontán, antesala de la villa de Abadín, capital del concello homónimo
Tras esta parada saliendo de Lousada, seguimos pues por esta pista a la izquierda tal y como nos indica el mojón, dejando el asfalto
Nada más tomarla, este camino, bastante ancho, empieza a bajar suavemente
Y pasa junto a esta cabaña con tejas apiladas en el muro, listas para reparar techumbres
Y ahí enfrente tenemos el Alto da Xesta con sus aproximadamente 540 metros de altitud, como hemos dicho, un topónimo relacionado con la vegetación del puerto, la xesta, 'genista', también llamada retama o hiniesta, planta silvestre muy abundante en esas alturas, científicamente Cytisius Scoparius
Caminamos todo recto y pista abajo hacia las fragas o bosques autóctonos de castaños y carballos
También buenos arbustos de laurel, loureiros, formando grandes y altas matas y, por supuesto, plantaciones de eucaliptos
Seguimos en bajada... es común encontrar a algún vecino paseando por estos andurriales cercanos al pueblo
Y así nos adentramos en las boscosas profundidades del cada vez más angosto valle, que por aquí tiende a estrecharse según llegamos su final
El mojón nos señala el buen camino, tanto si hay cruces como si no, para confirmar que vamos en buena dirección
Fin de la bajada: aquí, pasando sobre el Rego da Pedra, uno de los que forman el Valiñadares, donde salimos del concello de Mondoñedo para entrar en el de Abadín
Administrativamente el paso del río significa que hemos entrado en Terra Chá, pues Abadín ya pertenece a esta comarca, pero geográfica y paisajísticamente, esa "transición" viene a ser arriba, en el alto, donde el venerado santuario de San Martiño de Galgao, también con su sonada fiesta y romería, simboliza, como hemos dicho, la emblemática unión de gentes y lugares de las dos comarcas, la mariñana y la chairega
El arroyo, con sus selváticas riberas, es posible que apenas lo veamos, sumido en la vegetación y la umbría. También aparece mencionado como Rego de Brea y Rego da Carballa
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
Ahora nos asombraremos de un altísimo torreón de planta ovoide que, de primera mano, parecerá tal vez una torre de vigilancia, pero no tiene nada que ver con eso, son los restos de los antiguos hornos de cal de Lousada, que aquí se construyeron empezando la década de 1950, tal y como nos informa Andrés García Doural en su Miscelánea Mindoniense
Su objeto era aprovechar la piedra caliza de las cercanas canteras que no se podía serrar en la cercana marmolería La Competidora Universal y, antes de comenzar las obras para hacer estos hornos, los vecinos de Mondoñedo Bernardino González O Chapurro y Ramiro González García O Penasco visitaron las que ya estaban trabajando en O Barco de Valdeorras (Ourense) para conocer su funcionamiento
Estos hornos de Lousada fueron construidos por la cuadrilla de canteros de Abeledo (Abadín), Os Braulos, compuesta unos diez trabajadores que hubieron de hacer esta obra en condiciones muy difíciles dado lo montañoso del terreno, lo que demoró su puesta en marcha
Su objeto era aprovechar la piedra caliza de las cercanas canteras que no se podía serrar en la cercana marmolería La Competidora Universal y, antes de comenzar las obras para hacer estos hornos, los vecinos de Mondoñedo Bernardino González O Chapurro y Ramiro González García O Penasco visitaron las que ya estaban trabajando en O Barco de Valdeorras (Ourense) para conocer su funcionamiento
Estos hornos de Lousada fueron construidos por la cuadrilla de canteros de Abeledo (Abadín), Os Braulos, compuesta unos diez trabajadores que hubieron de hacer esta obra en condiciones muy difíciles dado lo montañoso del terreno, lo que demoró su puesta en marcha
Vemos lo que parece una boca de los hornos, tragada por la maleza. Por aquí salía la cal, sacada a mano por una manivela que hacía girar unas ruedas dentadas. Quien lo hacía lo pasaba muy mal por el fuerte calor y el polvillo de la piedra cocida, casi no había seguridad laboral y los trabajadores duraban poco en este puesto
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán |
La piedra se echaba adentro arrojándola en vagonetas desde arriba, y era cocida con carbón mineral como combustible, consiguiéndose una gran cantidad de producción dado el tamaño de estos hornos. A la piedra cocida se le echaba agua para que se abriese antes de sacar el producto resultante, la cal
La producción se vendía a los vecinos de la zona para blanquear fachadas, construir muros y como desinfectante de las cuadras y tierras de labor, así como en otras obras de más envergadura, como por ejemplo los pabellones del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo
En esta bifurcación, con este canal para el agua hecho de hormigón, iremos a la derecha
Por aquí rodearemos las instalaciones que, abandonadas, han quedado ocultas por el bosque
Aquí sí que tenemos un profundo canal a la izquierda para el agua de lluvia, cuidado con donde ponemos los pies o... la rueda de la bici
En este lugar y en plena cuesta estaba el puente, hecho con grandes piedras, sobre el que circulaban la vagonetas que, sobre raíles, llevaban las piedras a lo alto del horno, empujadas por los obreros, siendo arrojadas luego a su interior
El puente hace tiempo se ha desmoronado pero sus grandes piedras lo delatan, pues se percibe bien el comienzo del arco que se desplomó
Ascendemos en fuerte pendiente. Aquí el viejo camino, Camiño de Mondoñedo a Vilalba se decía, fue ensanchado para el paso de los camiones y de la maquinaria de la mina
A nuestra derecha, el profundo pozo de la abandonada cantera, cubierto por la vegetación
A la izquierda, un muro de piedra y otras antiguas dependencias de la empresa
Los talleres, las oficinas, la machacadora, etc., abandonados y ya casi completamente ocultos por la vegetación. Así cuenta la historia de esta mina Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense:
"Estos impresionantes hornos de calcificación de piedra caliza se hallan situados en territorio de la parroquia de San Martín de Galgao (Abadín) y a la orilla del cauce del río que conocemos como Valiñadares. Fueron construidos a comienzos de los años cincuenta. El motivo de su construcción fue para el aprovechamiento de los numerosos bloques de piedra extraídos de la cantera que no eran útiles para serrar en la fábrica de mármol conocida con el nombre de "La Competidora Universal". Antes de dar comienzo las obras de construcción de los citados hornos, los vecinos de Mondoñedo Bernardino González García "O Chapurro" y Ramiro González García "O Penasco" visitaron unos hornos que ya estaban en pleno funcionamiento en la zona del Barco de Valdeorras (Orense). Su construcción corrió a cargo de la afamada cuadrilla de canteros de Aveledo (Abadín), conocidos como "Os Braulos". Se demoró bastante su erección, al ser un lugar muy accidentado, al ser una obra de gran envergadura y al ser diez el número de operarios.
La piedra para las cocciones era trasportada en vagonetas metálicas que circulaban sobre raíles, teniendo que desplazarlas cargadas los obreros por encima de un mediano puente, construido con grandes cachotes de piedra, para poder salvar un apreciable desnivel. Los hornos se cargaban por su parte superior y las cocciones se realizaban con carbón mineral. Al disponer de una gran capacidad de carga, las cocciones alcanzaban un gran volumen. La cocción resultante aparecía en forma de piedras, a las cuales se le echaba agua para abrirlas. La extracción se hacía por la parte inferior del horno, por medio de una manivela, que hacía girar unas piezas metálicas dentadas. Al ser una tarea manual, los operarios sufrían graves problemas con las elevadas temperaturas y con el polvillo que desprendían las piedras cocidas. Por estas fechas las medidas de seguridad y de prevención de riesgos laborales casi no existían y los operarios resistían poco tiempo en este duro puesto de trabajo. La producción de estos espectaculares hornos era consumida por los vecinos de las parroquias más cercanas y la utilizaban generalmente para blanqueo de fachadas, en la construcción de muros, como desinfectante de las cuadras del ganado o en las tierras de labor. Por estas fechas se utilizó gran cantidad de cal de estos hornos en la construcción de los nuevos pabellones del Seminario Santa Catalina de Mondoñedo y en la Colonia del Arneiro.
Estos hornos no gozaron de mucho éxito, ni tuvieron larga vida; al ser mezclada la piedra blanca (muy dura) con la de color rosa (dura) y con la de color azulado (blanda) el producto resultante adquiría una tonalidad oscura, era poco manejable y no reunía unas condiciones óptimas para encalar las paredes de las edificaciones. Uno de los hornos (el de la izquierda de la imagen) no llegó a funcionar. Las canteras, la machacadora, la excelente edificación donde se hallaban las oficinas, la nave dedicada a taller y los hornos están completamente abandonados, algunos ya caídos en el suelo y otros pasto de la abundante vegetación"
A partir de aquí se van sucediendo una serie de curvas en zigzag para ganar altura rápidamente
Estas revueltas en continuo ascenso conforman una serie de duros repechos uno a continuación de otro. Estas sufridas bicigrinas han de echar pie a tierra para subir por este, empujando su bicicleta
En ciertos tramos sí es factible subirse a la bici y dar unas pedaladas. El entorno es, eso sí, un verdadero vergel en tan empinada ladera
Efectivamente, en algún tramo la cuesta se suaviza un poco según atraviesa este hermoso bosque autóctono
Pero en las curvas la pista siempre se empina un poco más, por lo que hemos de redoblar energías
Vueltas y revueltas, insistimos, en un continuo zigzagueo que, no obstante el esfuerzo, nos hace avanzar y subir con rapidez
Luego pasamos a una cierta "tregua" con menos repecho, pero siempre en subida
Trecho todo recto hacia arriba alternando tramos de luz con otros a la sombra, pese a la dureza de la cuesta es un precioso caminar por el bosque
Es la fresca penumbra, donde a veces se rezuma humedad, incluso en verano, lo que se agradece especialmente en jornadas de calor
Salimos nuevamente al sol, dando vista al Coto de Galgao, la parte meridional de la Serra da Farrapa, muy boscosa en esta cabecera del valle
Las plantas silvestres de la montaña afloran en la vereda, de colores vivos e intensos, que contrastan con el verde del resto de la vegetación, hierbas, matorral y helechos, así como con la zahorra, muy clara, del Camino, casi blanca
Como premio al esfuerzo, empezamos a ver un hermoso paisaje al norte del gran valle del Valiñadares, el reducto del fantástico país del Rei Cintolo y su Reino de Bría, lleno de leyendas a las que nos referíamos en la entrada de blog correspondiente al tramo anterior de Camino, la salida de Mondoñedo hacia Maariz
Abajo a la derecha Lousada y el Camino, arriba Suagrexa y arriba a la izquierda O Chao da Aldea y O Pé do Monte, donde está la iglesia parroquial de San Lourenzo de Sasdónigas, barrios de la cabeza de la parroquia, ya en la carretera N-634. Justo encima vemos el Coto de Leboreiro (664 m) y el Coto Herboseiro (643 m), O Pico (718 m) con O Pilar da Pedra y el Monte de San Vicente con A Pena da Roca (758 m)
Sigue el zigzag y continúa la ascensión al Alto da Xesta. Aquí comienza la última gran rampa, un último esfuerzo antes de llegar por fin arriba y empezar a llanear
El recuesto se hace especialmente pronunciado y largo en este último tramo de la subida
Las bicigrinas han vuelto a posarse de la bicicleta en este imponente recuesto que nos tomaremos con la suficiente calma
Y han de continuar a pie de nuevo y empujando la bici, y es que la cuesta se cobra su último gran tributo en fuerzas, exigiéndonos especial brío
La subida desde la antigua cantera no representa salvar una gran altura en metros de desnivel pero sí un empinadísimo trayecto
Al llegar a aquella curva se acabará la cuesta. Las bicigrinas se subirán de nuevo a la bicicleta y ya rodarán sin dificultad por todo el país chairego, "hasta Vilalba y más allá"
Pero a nosotros aún nos aguarda un pequeño repecho y preferimos parar un momento aquí, ante esta señal artesanal con el famoso lema peregrino Ultreia et Suseia
Un buen lugar para contemplar de nuevo el paisaje del valle del Valiñadares desde lo alto de esta su cabecera
Contemplamos oda la ladera del Monte de San Vicente, la montaña por donde hemos venido, subiendo desde Mondoñedo a Maariz y luego a San Vicente de Trigás y a Lousada, con los referidos montes de O Pico y A Pena da Roca en lo alto
O Chao da Aldea. Más allá de aquellas alturas, por la parte de Cabana Vella, sube desde A Infesta, procedente de Mondoñedo, el llamado camino principal, que algunos vecinos conocen como Camiño Vello de Ferrol, señalizado con hitos xacobeos que marcan el kilometraje. En comparación con este, que durante mucho tiempo fue el único señalizado, pasa menos gente. Han sido halladas monedas romanas, lo que señala la antigua existencia de un asentamiento poblacional, una zona de paso y tránsito continuos o ambas cosas. No olvidemos tampoco que al otro lado de las montañas se halla el castro de Zoñán, recinto castrexo galaico
Y así, con esta magnífica vista del valle del Valiñadares, nos despedimos de A Mariña y sus montañas, por donde discurre la muy recomendable Ruta da Augua, muy querida por los amantes de la naturaleza y el senderismo
El final de la cuesta es pues todo un hito geográfico, el tránsito de A Mariña hacia A Terra Chá al que tanto nos referimos en este tramo caminero
El paisaje irá cambiando y las serranías darán paso a las planicies chairegas aunque, recalcamos, recorriendo la Terra Chá caminando, hallaremos no pocas cuestas arriba y abajo, si bien no como estas de Lousada hacia A Xesta
No en vano este concello de Abadín es llamado "la Puerta Grande de la Terra Chá" y como tal lo estamos comprobando
Aparecen ante nosotros, sobre el Camino, los grandes paneles señaléticos de la Autopista del Cantábrico (A-8) y, a la derecha, la gasolinera y área de servicio en la N-634 a la altura del Alto do Fiouco, de donde parte además la carretera LU-P-0105, que en ese tramo hace de enlace entre carretera y autovía
Como resultado de las obras de la A-8 y su enlace con la N-634 en este lugar, toda la reordenación viaria ha transformado el trazado y entorno del Camino de Santiago
Aquí mismo, por ejemplo, esta pista se divide en dos, justo al pie de la autopista
En este sector, dichas obras han aislado del Camino el histórico santuario de San Martiño de Galgao o San Cosme da Montaña, junto al que antaño pasaban los peregrinos jacobitas
El hito caminero nos señala continuar pista adelante, a la derecha
A nuestra izquierda, al otro lado de la glorieta y del puente de la A-8, está dicha iglesia parroquial de San Martiño de Galgao (San Cosme da Montaña), a muy escasos metros (tras los árboles del fondo), pero si queremos acercarnos a ella NO se nos ocurra ir desde aquí, pues es extremadamente peligroso
Ahora llegamos al gran nudo de enlace de carretera y autovía, frente a la estación de servicio del Alto do Fiouco y, atrás, los altos del Coto de Arnoso (667 m) y O Outeiro (674 m). Poco más allá, por el Monte Santa Cruz, ha subido el puerto el otro camino, el de A Infesta. En el área de servicio está el restaurante de O Rei das Tartas, uno de los establecimientos con el célebre apodo de este prestigioso repostero, Carlos Folgueira del que tanto hemos hablado en Mondoñedo, un buen lugar para comer, tomar algo o comprar en su tienda, fundado por el "hijo del rey", también llamado Carlos Folgueira, el "Príncipe das Tartas", en 2018
Aquí vamos ahora a cruzar, pero ojo, prestemos muchísima atención al hacerlo, pues no son infrecuentes "los sustos"
Hay un paso de peatones pero tengamos mucho cuidado al pasar. Suele haber tráfico y con las frecuentes nieblas hay veces que apenas se ve nada, siendo además cuando se corta la autopista y se encarrila todo el paso de vehículos por la carretera N-634 a través de esta LU-P-0105. Estimamos muy conveniente poner señales lumínicas, tal y como se ha hecho en otros lugares, por el bien de todos, dado el cruce continuo de peregrinos por esta vía
Aquí tenemos un mapa con el paso del camino por el concello de Abadín, que podemos pararnos a consultar, pues siempre puede hallarse información útil y hacernos una idea general de su trayecto y de los lugares por donde pasaremos
El Camino, o mejor dicho los caminos, los dos caminos que salen de Mondoñedo y que se reunirán en Gontán, justo antes de la villa de Abadín, capital del concello. El camino principal es el de la línea verde; el complementario, el nuestro, es justo el que está debajo, pintado también con línea verde, pero de puntos
Caminamos en paralelo al ramal de acceso a la autopista, que nos separa de San Martiño de Galgao y su campo de romerías, situado justo al otro lado
Se perciben ya los tan característicos campos llanos del país chairego, aunque será llegando a Vilalba donde hallaremos sin duda las planicies que harán más honor a su nombre de Terra Chá 'tierra llana'
Como referencia visual hemos de decir que el Camino saldrá a la carretera N-634 un poco a la derecha de aquella casa grande, de piedra, en lo alto de A Xesta, cuya fachada mira a dicha carretera. Antaño, cuando todo el tráfico circulaba por aquí, había en A Xesta bar y tienda
Este es el paso sobre el Rego Bañolas, afluente del Rego da Xesta
De frente otro de los viaductos de la A-8, que ha transformado el paisaje de la parroquia de Galgao yn que a la vez tiene aquí su gran talón de Aquiles con las tan persistentes nieblas del Alto da Xesta que, nada más ser inaugurada, provocaron gravísimos accidentes, por lo que se optó, en esos casos, por cortar el acceso a la misma y encarrilar el tráfico a la N-634, formándose a veces atascos y cuellos de botella
Seguimos unos metros en paralelo a dicha autopista, con la que tantísimas veces hemos coincidido a lo largo de nuestro periplo por el Camino de Santiago del Norte, prácticamente desde el principio, pues aprovecha los mismos pasos naturales que los caminos de la antigüedad, tal y como hizo en su momento la carretera y como hubiera hecho el ferrocarril de Mondoñedo aquel que nunca llegó
Este puente que tenemos enfrente de nosotros es el que podemos emplear si queremos acercarnos a la iglesia parroquial de San Martiño de Galgao
Para ello, lo tomaremos unos metros más adelante, tras bordear esta finca
Llegamos a una encrucijada y vamos de frente, hacia el mojón
Ahora, el Camino de Santiago sigue a la derecha, pero si quisiésemos acercarnos a visitar la recitada parroquial de San Martiño de Galgao o de San Cosme da Montaña, iríamos a la izquierda para pasar primeramente el citado puente sobre la A-8. A ello le dedicamos también la oportuna entrada de blog
Nosotros en esta, continuamos el trazado caminero indicado por los mojones con su concha y flecha amarilla, hacia las casas de A Xesta y la carretera N-634, que cruzaremos en la parte más septentrional del pueblo
Es ahora, desde aquí donde sí veremos, al mirar atrás y más allá de la autopista, rodeado de árboles, el santuario de San Martiño de Galgao, que el 27 de septiembre celebra la multitudinaria romería de San Cosme da Montaña, a la que acuden tempranísimo tanto personas de Mondoñedo como de Abadín y de otros concellos mariñanes y chairegos, principalmente Vilalba, Cospeito, Pastoriza, Xemade.... dando los fieles vueltas al santuario con velas e imágenes religiosas. Por eso se montan puestos de venta de cirios, aunque también de bebida y comida, ropa y artesanía popular
Se suele pedir por la curación de gente enferma, bien a título propio o por otra persona, acudiendo muchos con exvotos de cera, representaciones de la parte del cuerpo afectada. El ganado también se incluye en estas rogativas y se llevan figuras de cera. Otras peticiones comunes son el buen parto de las embarazadas y que vayan bien las cosas la casa y del trabajo. Para ello se celebran también misas y procesiones y antaño, el 26 de septiembre, San Damián (San Cosme y San Damián son la pareja de santos médicos), se bendecían los animales
Existen testimonios que avalan que ya en el siglo X se veneraba a San Cosme en Abadín, pero no en este campo sino en el monte de Os Samordás. Unos dicen que aquel santuario era pequeño y de difícil acceso, por lo que se decidió hacer uno nuevo en este lugar en el año 1925 (abierto al culto un 25 de septiembre), Anteriormente a ello el santo "desaparecía" de allí y era encontrado en este nuevo enclave, creyéndose que por deseo divino deseaba ser trasladado
No obstante existe otra versión relacionada, según la cual el deseo fue más bien de gentes bastante influyentes en la parroquia, quienes costearon este nuevo templo. Es entonces cuando empieza a ocurrir lo contrario, el santo desaparece de aquí, su nuevo santuario, y aparece en en su anterior capilla, como si ahora se opusiese al cambio. Luego se descubrió que era un vecino de Samordás quien realizaba este "transporte"
Sea como sea, lo cierto es que, pese a su cercanía, el venerado templo romero ha quedado totalmente fuera del Camino. Nuestros pasos se alejan de él, rumbo a la carretera N-634 y la aldea de A Xesta, extendida a lo largo de la calzada.
El paisaje es de llanuras con colinas a lo lejos y algunas matas de arbolado, algunas autóctonas pero otras son plantaciones de eucalipto
Las casas de la izquierda donde, si nos fijamos, la tipología de los hórreos o cabazos va variando según zonas
Y ya estamos en la carretera N-634, hay que cruzar pero con muchísimo cuidado también aquí. Estamos en una recta con tráfico abundante y muy veloz que se incrementa notablemente cuando las nieblas hacen cortar el tránsito por la autopista
De la misma manera que le niebla es hoy un gran quebranto en la A-8 las nevadas de antaño afectaban terriblemente esta carretera; eecogemos esta noticia del periódico La Noche fechada el 6-2-1954 extraída del blog Labrada e os labradenses:
"Durante tres días y tres noches han estado bloqueados por la nieve los ocupantes de uno de los ómnibus que hacen el servicio entre Lugo y Ribadeo, en el lugar conocido por el Alto da Xesta, cerca de Abadín, pueblo también incomunicado durante este mismo tiempo.
En Mondoñedo se formó una expedición de auxilio mandada por el alcalde y formada por obreros particulares y fuerzas de la Guardia Civil, con la intención de abrirse paso hasta Abadín. También en Villalba se organizó otro equipo de salvamento , reforzado por brigadas de Obras Públicas. Los componentes de ambos grupos lograron enlazar en las últimas horas de la noche pasada, librando en el trayecto a más de 20 vehículos que estaban bloqueados, y se unieron con otra expedición que desde Abadín se dirigía al Alto da Xesta, para rescatar a los viajeros, cosa que se consiguió en las primeras horas de la madrugada.
Afortunadamente todos los ocupantes del ómnibus bloqueado se encuentran en perfecto estado. Diecisiete de ellos, guiados por la Guardia Civil, consiguieron llegar a pie hasta Mondoñedo, y los restantes regresaron a Oviedo, de donde procedían".
El mojón con su flecha y concha siempre confirman la dirección a tomar. Hay ahora un poco de cuesta, muy liviana pero sí un tanto larga
A la derecha Arnoso y a lo lejos A Pena da Roca (758 m), hermoso paisaje de la campiña de la Terra Chá en su divisoria con A Mariña y sus montañas
Estamos en términos de Gontán de Abaixo, otra de las aldeas de la parroquia de Quende, lugar de extensas praderías dedicadas a pasto y siega
El Camino hace una curva cerrada a la izquierda en este cruce, y a la izquierda y por él continuamos nosotros
Ahí tenemos el preceptivo monolito de la concha y la flecha amarilla, estamos andando ahora en dirección sur-suroeste
A nuestra izquierda, más allá de la carretera que acabamos de cruzar, divisamos varios lugares de la vecina parroquia de Galgao: Porto Veiga, Someiro, Peixeira, Currás, Rego do Cal. A lo lejos la Serra de San Martiño con las cimas de Fonte Barreiros (722 m), Formigueiro (784 m), Alto de Lanzós (783 m), Montes de Neda (737 m) y Ventoso (768 m)
De frente a nosotros una bifurcación, seguimos recto por la derecha, dando vista a O Coto (641 m)
Y avanzamos recto entre más fincas, el trayecto es extraordinariamente llano en comparación con las montañosas etapas anteriores
Cruce y de frente, la vista llega en la lejanía a las inmediaciones de Gontán y Abadín, la capital del concello, si bien aún no llegamos a ver sus casas desde aquí
A nuestra derecha las casas de Gontán de Abaixo y, un poco más allá, el monte O Foro (626 m), por el que va, al otro lado, el que ha subido desde Mondoñedo por A Infesta, con el que nos uniremos a la entrada de Gontán, donde hay plaza de mercado y albergue de peregrinos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y contribuir con tu comentario... Únete a la Página Oficial en Facebook para descubrir nuevos contenidos....Ultreia!