Camino de O Francés a Fontoira y As Casas Novas |
Campos de O Francés, topónimo caminero relacionado sin duda con el paso secular de peregrinos francos, por donde los romeros se dirigen a Vilalba, la capital de la Terra Chá, distante unos cuatro kilómetros. Llanas praderías que hacen honor al nombre de esta comarca, situadas justo al oeste de O Campo do Cristo, solar de la Capela de San Roque y la Virxe de Fátima y de la iglesia parroquial de Santiago de Goiriz, desde las que hemos cruzado la carretera N-634 para llegar hasta aquí, siguiendo los mojones con la concha y la flecha
Pasamos así junto a huertas y cultivos, al lado de los hórreos, dando vista a bosquetes de arbolado autóctono, castaños, carballos, abedules, etc o fragas
Los hórreos, cuya tipología va cambiando según atravesamos Galicia, son pétreos guardianes de este viejo camino, que es aquí de tierra y hierba, muy llano y agradable de caminar
Estas son algunas de las casas de O Francés, que al otro lado miran a la carretera, de la que nos apartaremos paulatinamente, si bien s siempre relativamente próxima y paralela a esta vieja senda, el camiño real
Esta zona ha sido parcelada para construcción de nuevas viviendas y chalets
Aquí pasamos sobre un pequeño arroyo, afluente del Rego de Liñares
Luego subimos ligeramente junto a este matorral
A la sombra de altos árboles sigue la senda de tierra y piedra. En el siglo XIV, la fundación de Vilalba en torno a un castillo que vigilaba una encrucijada, hizo que este camino cobrase importancia para los peregrinos que entraban en Galicia por la costa, pues ahorraba un buen trecho de distancia para llegar a Santiago, respecto el secular trazado hacia Lugo. Seguidamente, la fundación de instituciones hospitalarias de acogida, como el Hospital de Santa Catarina, que existió hasta 1808, favoreció ese trasvase de romeiros a la ruta vilalbesa
En este cruce, donde llegamos al asfalto, proseguimos de frente
Hemos llegado al lugar de Fontoira, también el la parroquia de Goiriz, la segunda más grande en extensión del concello de Vilalba
Gran castiñeiro en el Camino. Si bien hay numerosas fragas de bosquetes autóctonos, el paisaje, que sigue siendo muy llano, haciendo honor a la Terra Chá, se torna paulatinamente más humanizado según nos acercamos al casco urbano de la capital comarcal
A nuestra izquierda una cruz de ferro en estos campos que miran al sur a la carretera
En Fontoira pasamos enfrente de un par de chalets
En el segundo, en medio del jardín situado frente a la vivienda, unos cuidados detalles
Un cruceiro y un carro do país restaurado
Es cruceiro liso, sin imágenes en la cruz, fuste, capiteles...
Y aquí otro cruceiro, este al lado de una encrucijada
Es muy parecido al anterior, también sin imágenes y liso. En la bifurcación iremos a la izquierda
Pasaremos así justo detrás de estas ruinas, símbolo del abandono del campo
La concha y la flecha nos indican la dirección
Allí hay otra bifurcación
Ahora hay que ir a la derecha, por pista de tierra
Viejas casas labregas de Fontoira
Pequeño robledal caminero...
Campos de cultivo en los que en verano crece el maizal. Al fondo las frondosas y verdes fragas
Empezamos a bajar al cauce del Rego de Liñares
Ante nosotros otro de los barrios de Goiriz: As Casas Novas, po rel que pasaremos inmediatamente
Este es el Rego de Liñares, apenas un charco o hilillo de agua, salvo cuando llueve fuerte e intensamente
Desde el arroyo subimos una corta cuesta que enlaza con otra senda en la que seguimos de frente, viendo a la derecha las casas de As Casas Novas
Luego llegamos a la carretera local que comunica As Casas Novas con la N-634: seguimos de frente tal y como nos indica el mojón
En el segundo, en medio del jardín situado frente a la vivienda, unos cuidados detalles
Un cruceiro y un carro do país restaurado
Es cruceiro liso, sin imágenes en la cruz, fuste, capiteles...
Rosas del Camino se asoman a su verja
Y seguimos camino por este lugar Fontoira y sus llanísimos campos, antesala de la capital chairega
Y aquí otro cruceiro, este al lado de una encrucijada
Es muy parecido al anterior, también sin imágenes y liso. En la bifurcación iremos a la izquierda
La concha y la flecha nos indican la dirección
Allí hay otra bifurcación
Ahora hay que ir a la derecha, por pista de tierra
Viejas casas labregas de Fontoira
Pequeño robledal caminero...
Campos de cultivo en los que en verano crece el maizal. Al fondo las frondosas y verdes fragas
Empezamos a bajar al cauce del Rego de Liñares
Ante nosotros otro de los barrios de Goiriz: As Casas Novas, po rel que pasaremos inmediatamente
Este es el Rego de Liñares, apenas un charco o hilillo de agua, salvo cuando llueve fuerte e intensamente
Desde el arroyo subimos una corta cuesta que enlaza con otra senda en la que seguimos de frente, viendo a la derecha las casas de As Casas Novas
Luego llegamos a la carretera local que comunica As Casas Novas con la N-634: seguimos de frente tal y como nos indica el mojón
As Casas Novas a nuestra derecha, en medio de una campera. Todo esto fueron secularmente campos de labranza
Según la distancia marcada en el mojón estamos a poco más de 23 kilómetros de Santiago de Compostela
Grandes campos de patatas. Liñares a la izquierda
En la próxima bifurcación iremos por el ramal de la izquierda
Dejamos así de nuevo el asfalto por esta pista de tierra y piedra, o zahorra
Avanzamos recto entre fincas. Son los escasos kilómetros que nos quedan para entrar en Vilalba
Al fondo, entre los árboles, As Curuxeiras, también parroquia de Goiriz
Grandes campos de patatas. Liñares a la izquierda
En la próxima bifurcación iremos por el ramal de la izquierda
Dejamos así de nuevo el asfalto por esta pista de tierra y piedra, o zahorra
Avanzamos recto entre fincas. Son los escasos kilómetros que nos quedan para entrar en Vilalba
El topónimo está relacionado con las curuxas o lechuzas, que tanto abundarían en tiempos en estos parajes. Es frecuente en la toponimia de Galicia y de Asturias
Las llamativas chantas o lajas de piedra hincadas son el cierre tradicional empleado para delimitar fincas y caminos, formando vistosas formas lineales
Al sur otra vista de Liñares, antiguos campos de lino, según delata su topónimo. Más allá A Torre, solar de un antiguo torreón transformado en pazo
En torno a todos estos núcleos de población se extienden las tierras de labor y los prados de pasto. Siguen plenamente vigentes los trabajos agropecuarios en el agro gallego
Cada terreno, atención, tiene aquí su vigilante
Y cada vigilante, su ayudante...
Un buen ejemplo del trabajo en equipo...
Continuamos ruta hacia las siguientes casas
Vaquerías en el pasto
As Curuxeiras, hito del trayecto a Vilalba
Bifurcación y a la izquierda por el camino principal
Otra cruz de hierro... cruz de ferro.
Más cierres de chantas o chantos
Rosas y hortensias
Monolito con el nombre de la parroquia: Goiriz
Pasamos junto a esta casa, de hermosa fachada de piedra
Y seguimos hacia el siguiente cruce, que ya vemos al fondo junto a la torre eléctrica
Pasamos el tendejón de la leña y el cobertizo del remolque del tractor
Y en el cruce otro cruceiro, el Cruceiro das Curuxeiras, de un estilo bien diferente a los anteriores, pero también liso, sin inscripciones ni imágenes
Cruce y recto: estamos en otra carretera local que comunica estos barrios de Goiriz con Vilalba. A partir de ahora caminaremos todo por asfalto hasta el centro urbano
Es el camino hacia A Casilla, antesala de Vilalba
La carretera, algo sinuosa, realiza algunas curvas
Desde aquí empezamos a ver alguno de los edificios de la población
Son las casas de pisos de la rúa Campo de Puente, a la entrada de la villa por la N-634
Así lo dice el monolito xacobeo, que siempre nos orienta
Campos de A Casilla. El topónimo, igual casi en todas partes, hace referencia al nombre genérico de las antiguas viviendas y almacenes de material de los peones camineros, quienes se ocupaban antaño del mantenimiento de los caminos
Una hermosa finca con casa de piedra aparece a nuestra izquierda.
Alguien parece salir a darnos la bienvenida
La gallina y sus polluelos
Los detalles más sencillos son a veces los más emotivos en nuestro periplo jacobita
A Casilla, bellas estampas rurales antes de llegar a la urbe
Fila de chantas
En estas llanuras los caminos dibujan muchas veces rectas casi perfectas. Un contraste con el paisaje montañoso de A Mariña y también con el del litoral cantábrico, predominante en el Camino Norte
Cruce, seguimos de frente junto a la vieja torre de la luz hacia las casas del fondo
Fijémonos en la señalización en la torre
Camino florido y hermoso en lo que urbanísticamente da en llamarse "zona residencial de baja densidad", una pequeña "villa jardín" en este lugar de Goiriz que es en la práctica casi un arrabal del casco urbano de Vilalba
Curva a la derecha al pasar esta casa con espléndido jardín
Casas de la carretera, cerca de Lousada, a la izquierda
El "jardín chairego" como lo glosa el gran historiador e investigador del Camino Antón Pombo
Pasamos esta casa. rodeada de frutales...
Camino de la siega
Rosas rojas camineras...
La carretera cruza una fraga de delicioso frescor. Se agradece especialmente en días de sol castigador
Cobertizo en el bosque
Seguidamente un chalet, y al fondo volvemos a ver los edificios de Vilalba
Es la ya mencionada rúa Campo de Puente, que vemos hasta la estación de servicio. Es la antigua N-634 a su paso atravesando Vilalba (actualmente discurre por las afueras, evitando el centro urbano). Su construcción en la segunda mitad del siglo XIX supuso el desplazamiento el camiño real como principal eje viario y comercial de la población. Durante un tramo, dentro del casco urbano, coinciden ambas rutas, por lo que caminaremos por ella, trecho de rúa da Pravia, hasta la rúa Porta de Cima, donde estaba una de las puertas de la desaparecida muralla medieval
Vilalba creció enormemente en las últimas décadas a lo largo de la carretera. El albergue de peregrinos, que no vemos desde aquí, tapado por los arbustos, está aún a un kilómetro del centro histórico, el que nació y creció al amparo del antiguo castillo y sus murallas
En este enlace de vías locales de A Casilla seguimos de frente hacia el stop
Luego hay otro cruce, estemos atentos
Este es un tramo, actualmente cortado, de la antigua carretera N-634, que ahora va unos metros más atrás: nosotros seguimos por ella, a la derecha
Tomamos la rúa do Castiñeiro. Desde aquí vemos al fondo el Polígono Sete Pontes
En el polígono ya vemos, al lado mismo de la carretera, el gran edificio de pizarra oscura del Albergue de Vilalba (público)
Y esta es la zona de Setepontes, donde está el polígono industrial de este nombre, topónimo referido a los siete puentes que existieron para pasar el Rego Sancobade, sobre el que pasa esta calle. Su curso se delata por la mata de arbolado en esta vega
Vemos un hito de la antigua carretera en la cuneta de la derecha
Una de las casas de Lousada
A la derecha la nave de Bomberos de Galicia
Esta es la entrada a sus instalaciones, está en un lugar tranquilo, pese a situarse al lado de un polígono, con buen terreno y diversas comodidades. Tal vez su mayor inconveniente sea la relativa lejanía al centro urbano y casco histórico, donde además de hoteles y pensiones han abierto algunos albergues privados
Hay también una pequeña vereda junto a su seto que nos permite continuar ruta tranquilamente
Vamos a cruzar hacia la Parrillada Revolta. Estemos muy atentos porque en un polígono suele haber bastante tráfico, incluso pesado
Hay una gran explanada de aparcamientos a mano derecha, por donde sigue el camino
Nos acercamos a la rotonda de acceso a Vilalba y enlace de carreteras y Autovía del Cantábrico (A-8). Esta es A Revolta, que da nombre al lugar, también comunicación del Polígono Setepontes con carreteras, población y autovía, por lo que soporta un intenso tráfico
Atravesamos pues esta explanada hacia el fondo, donde suelen aparcar los camiones
Y seguimos esta pista que bordea la rotonda o revolta, dirigiéndonos al puente-pasarela peatonal que vemos más allá. Se ha vallado el camino pues cruzar por la rotonda ha dado lugar a graves accidentes y numerosas situaciones peligrosas
Aquí dejamos la pista y tomamos a la derecha el camino que sube a la pasarela
Atención al mojón que nos lo indica
La estructura es metálica y dispone de altas barandillas: empezamos a subir
Aquí hace un ángulo y pasa recto sobre la carretera
Vista de A Revolta desde lo alto, la gran rotonda de la entrada de Vilalba y acceso a Setepontes
Por ahí bajaremos y por debajo del puente seguiremos, tomando la senda que pasa bajo nosotros
Mirando al otro lado del puente, a nuestra derecha, vemos el camino peatonal seguir por abajo, así como el desvío a su izquierda por un sendero, bajo la torre eléctrica, para entrar en Vilalba
Aquí realmente podríamos ir ya por la derecha hacia el casco urbano de Vilalba por la rúa Campo de Puente, pero el camino señalizado, que busca el trazado histórico, cortado por las actuales carreteras, se dirige a la izquierda
Y este es el monolito que nos lo indica: seguimos en nuestro caso pues a la izquierda
El polígono industrial, ahora enfrente
Seguimos pues esta señalización, buscando entrar en Vilalba por el viejo camiño real
Y vamos así a pasar ahora bajo el puente-pasarela
Y al otro lado, junto a la mencionada torre de la luz, iremos a la izquierda
Este sería el antiguo camiño real, como hemos dicho, el que seguían los viajeros, arrieros y peregrinos de antaño para entrar en Vilalba
En este primer tramo es una senda de hierba y tierra entre los matorrales
Pero pronto se abre más
En este cruce se sigue de frente: el el Camiño de Camporredondo
El camino avanza recto hacia la urbe
Pasamos un cobertizo y a partir de aquí comienza una calle asfaltada, la del mencionado Camiño de Camporredondo
Hay algunas parcelas y calles en lo que es zona de expansión urbana-residencial en este arrbal vilalbés
En este cruce continuamos la recta: continuamos todo recto y sin desviarnos por este Camiño de Camporredondo
En cada cruce un mojón ha de orientarnos, y aunque no hay posibilidad de pérdida, confirma nuestra ruta a seguir
Zona residencial de baja densidad en lo que antaño fueron campos de cultivo y prados de pasto, y en buena parte aún siguen siendo
Está bien señalizado, pero reiteramos que hemos de fijarnos siempre en los cruces
Aunque estamos a un paso, aún no se ven los bloques de viviendas urbanas de Vilalba
A la derecha, una de las pocas casas que había antes en Camporredondo
Pasamos delante de ella y nos fijamos en su preciosa entrada florida
Matorrales, parras, setos silvestres y arbustos
Más viviendas unifamiliares
A nuestra izquierda, más allá de las huertas, va la rúa Campo de Puente con sus aceras, la entrada a Vilalba por la carretera
Y así vamos llegando a los primeros bloques de edificios
Enlazamos con el Camiño das Rodas y ya nos adentramos en un entorno plenamente urbano
A nuestra izquierda, el muro de la parte trasera de la gasolinera o estación de Servicio, que veíamos antes a lo lejos
Aquí, frente a un centro comercial, nos unimos con la rúa Campo Puente a la entrada a la estación de autobuses
Veamos las oportunas señales xacobeas que nos indican continuar todo recto
Por aquí nos acercaremos al casco histórico, pero antes pasaremos bajo numerosos edificios, en cuyos bajos abundan supermercados, tiendas, comercios, bares, restaurantes, además de hoteles y pensiones.
La acera es ancha y la mayor parte de los días hay bastante tráfico y trasiego de gentes
No obstante, al salir fuera la carretera nacional, y también al construirse la autovía, la mayor parte del tráfico que actualmente cruza el casco urbano es eminentemente local
Aquí en la esquina con la rúa Doctor Domingo Goas nos encontramos con el Museo de Arqueoloxía e Prehistoria de Vilalba, provisto de numerosas muestras de hallazgos en la comarca, que van desde la Edad de Piedra hasta la época castrexa y la dominación romana, algunas cedidas por particulares y otras encontradas en campañas de excavaciones e investigaciones promovidas por el mismo museo
El museo queda atrás, en la rúa Doctor Domingo Goás
Pasando la esquina con la Rúa Chouzana seguimos la Rúa da Pravia que, como escribió Xosé María Palacios en La Voz de Galicia del 7-12-2017:
"El que vea algunos comercios y edificios de la Rúa da Pravia, que sin duda puede considerarse la calle emblemática de Vilalba, quizá caiga en la tentación de pensar que poco ha cambiado en esta vía: inmuebles levantados en las primeras décadas del siglo pasado y comercios que acumulan décadas de antigüedad le sirven de apoyo a esa impresión.
Si avanza un poco o simplemente se sitúa por azar en algún punto donde el paso del tiempo ha dejado consecuencias, su impresión será otra: no podrá entrar en La Vizcaína mientras espera un autobús de la Empresa Ribadeo, ni tomar un café en el Roca o en el Fornos, ni comprar unas viandas de confianza y de origen cercano en Casa Maragata, ni ver pacientes que entran y salen de la consulta del oculista Agustín López...
La calle conserva su aire de zona de comercio y de servicios, pues los establecimientos se cuentan por decenas aunque también se ven locales vacíos. Algunas circunstancias ajenas a Vilalba tienen aquí su expresión más clara, puesto que las sucursales bancarias abiertas han disminuido en los últimos tiempos como consecuencia de las fusiones bancarias.
La Rúa da Pravia reflejó la expansión de Vilalba cuando, a principios del siglo XX, la construcción de carreteras iniciada en el XIX hizo de la localidad un cruce de caminos. También refleja, como en otros lugares de Galicia, un urbanismo no siempre afortunado, con edificios cuyas alturas poco armonizan con los de décadas anteriores. Pero si el que recorre la calle, en lugar de ciertas reflexiones, tiene las compras como objetivo, encontrará dónde gastar los billetes o usar la tarjeta de crédito.
Nombres que eran una referencia del comercio local -Camba, Ramil...- fueron echando el cierre en los últimos años, igual que algunas cadenas que decidieron instalarse en Vilalba -Tiendas Verdes-. En otros casos se ha visto cómo algunos comercios, acaso un signo de los tiempos, parecen destinados a una breve vida, aunque también se observa cómo otros, de sectores variados, intentan hacerse un hueco
Si tras el paseo, hacia Campo de Puente o hacia la plaza de Suso Gayoso, el paseante quiere más reflexión, podrá hacerlo: aún resiste una librería en esta calle. En el recorrido, en cambio, deberá estar atento a los que caminen en sentido contrario, ya que la calle, pese a las reformas que mejoraron su aspecto y a la reducción del tráfico derivada de la construcción de circunvalaciones y de autovías, sigue teniendo tráfico y zona de aparcamiento en los dos sentidos de la circulación
También la huella de Manuel Fraga, nacido en Vilalba, se aprecia aquí, ya que en la Rúa da Pravia está su casa natal. El inmueble fue restaurado para sede de la fundación que lleva su nombre, aunque la actividad de esa institución, creada en la pasada década, todavía no ha pasado de las declaraciones de intenciones"
Es por lo tanto, la calle que, con la construcción de las carreteras a partir del siglo XIX, se constituyó en el eje principal del particular ensanche vilalbés o población que crecía más allá de las hoy desaparecidas murallas medievales. En ella nació el político, ministro, profesor de Derecho, diputado, ex-Presidente de la Xunta de Galicia... Manuel Fraga Iribarne, actualmente casa-museo. Y en ella estuvieron el Café Roca, el Fornos, o la tienda de Casa Maragata, al igual que la consulta del oculista Agustín López
Vayamos por la acera de la derecha o por la izquierda las señales nos hacen ir cambiando de calle. Si vamos por la izquierda cruzaremos aquí a la derecha
Exactamente es la rúa Porta de Cima, entrada tradicional a Vilalba desde el este por una de las puertas de su desaparecida muralla, a la que vamos a dar cruzando el paso de peatones y siguiendo de frente hacia abajo (a la de dirección contraria para vehículos)
Incluso veremos conchas en el suelo
Aquí cruzamos la rúa Plácido Peña para seguir la calle entre los dos edificios de enfrente, al otro lado del paso de peatones
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