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domingo, 22 de mayo de 2016

PUAO, LA AZUCARERA Y EL GAITERU DE VERIÑA (GIJÓN/XIXÓN, ASTURIAS) LA CURVONA, LES VEGUES BRAVES, "EL GIGANTE DEL ACERO", LOS "GONDOLEROS DEL RÍO ABOÑO" Y LA SUBIDA AL MONTE AREO POR ZARRACINA

Zarracina

Esta es La Curvona, en el barrio de Zarracina, en la parroquia de Puao, sobre las líneas ferroviarias del Ferrocarril León-Gijón y las antaño espléndidas vegas del río Aboño en su unión con su afluente el Pinzales antes de pasar por el desfiladero de Entrepeñes o La Foz de Puao, donde se hace ría, unos parajes, compartidos con su vecina parroquia hermana de Veriña, intensamente industrializados y totalmente transformados tras las creación de la factoría siderúrgica de Uninsa en 1961


A ambos lados del río Aboño se extendían Les Veges, La Vega Veriña a un lado y Les Vegues Braves a otro, donde había muchísimos cultivos, especialmente remolacha para la antaño próspera Azucarera Asturiana de Veriña, radicada en este valle, si bien y pese a su nombre, en terrenos de Puao, espléndidas vegas sepultadas por los escombros de relleno para construir la gran fábrica de Uninsa, con sus parques de minerales en esta zona, que pasó luego a Ensidesa y, tras diversos avatares y cambios de nombre, es hoy ArcelorMittal


Desde Les Cases de la Estación de Veriña cruzamos la antigua carretera de Avilés en este lugar, un tránsito realmente complicado al lado de un puente ferroviario de escasa visibilidad y sin semáforos, pasos de cebra ni señales visuales que anuncien el muy frecuente paso, continuo, de peregrinos, de una a otra parte de la calzada


Extremando al máximo las precauciones y mirando constantemente adelante y atrás, sortearemos el tráfico con fortuna para cruzar un paso a nivel con barreras sobre otra línea ferroviaria, la del tren siderúrgico que presta servicio a la factoría


Aquí comienza una suave cuesta, pudiendo decirse que empezamos ya a subir, poco a poco, al Monte Areo, cuya larga y amesetada cima, muy llana, constituyó una vía natural desde la más remota prehistoria


Y entramos en la parroquia de Puao por el barrio de Zarracina. Hay sendos puentes sobre el Río Aboño, uno para esta carretera de Puao, o de Montiana, y otro para el ferrocarril de RENFE


El río Aboño, canalizado y cuyo curso fue cambiado para hacer Uninsa, discurre bajo nosotros a nuestra izquierda, encajado entre profundos paredones de hormigón. A la izquierda se extiende la ahora llamada ArcelorMittal. Aquí se unen los ríos Pinzales y Aboño


Antaño el trazado original del Camín Real pasaba el río por El Puente'l Ciegu, puente de tres arcos construido en 1595 por el maestro de obras gijonés Don Francisco de la Viña. En nuestros días el paisaje se ha transformado radicalmente y el puente quedó sepultado por los escombros de relleno para instalar la gran factoría siderúrgica


Sobre nosotros, un gran tubo, El Tubón, lleva el gas pobre de los hornos altos a quemarse en la Térmica de Aboño, al otro lado del Monte la Llana, estribaciones septentrionales del Monte Areo, que completa la industrialización máxima de toda la zona hasta la misma playa de Aboño, que también desapareció


Nada queda tampoco de La Puente Arniella, una presa no en este, el Aboño, sino en su afluente, el Pinzales, en la que, además de para vadear el río, la vecindad de antaño aprendía a nadar y por ello era llamada La Playa de Puao, así como nada se conserva de los molinos harineros que funcionaban con la fuerza motriz de la corriente fluvial, como el de La Moliñera Puao. En el reportaje dedicado a esta parroquia en 1988 en El Comercio, el entonces alcalde pedáneo, José Ángel Álvarez Rodríguez contaba aquellos sus recuerdos:
"En realidad era una presa en el río Pinzales que permitía disponer de un poco de profundidad, aunque tampoco demasiado, con lo que se podía aprender a nadar sin mayores problemas. Luego, los nadadores ya experimentados pasaban su reválida particular al ir a bañarse río arriba, en la zona que se conocía como El Palu"

El Palu se llamaba de esta forma porque había un gran palo, en realidad un tronco de árbol de grandes dimensiones que había caído sobre el río y formado un puente natural encima de él, siendo aprovechado, aprovechando la existencia de un pozo profundo en el cauce fluvial, como trampolín, siendo lugar habitual de cita vecinal entre los años 40 y 60 del siglo XX, pero "luego, como casi todo en Poago, a mediados de los años sesenta desapareció por efecto de los rellenos industriales"


Pasamos aquí sobre otro puente, a punto para ver llegar el tren de Renfe, a cuyo paso se hizo un buen talud para las vías en la ladera de El Monte, que cae de La Llana. El trazado ferroviario del que fue originariamente el Ferrocarril León-Gijón, toda una epopeya de las comunicaciones de entonces para salvar la Cordillera Cantábrica y enlazar con la Meseta. El primer proyecto fue con la compañía de capital británico Asturian Minning Company, sita en Mieres, que ya el 31 de diciembre de 1844 consiguió una concesión para un "camino de hierro de Avilés a León" y comercializar su hierro en el mercado castellano, llamándose Compañía del Real Camino de Hierro del Norte de España con un capital de dos millones de pesetas, si bien la decepción de los enviados desde Inglaterra cuando vieron las alturas de la cordillera y la fianza pedida por el gobierno español, hicieron fracasar aquella primera empresa


Hubo que esperar a 1858, cuando el entonces director general de Obras Públicas, el asturiano José Francisco Uría, anuncia la creación para explotar una línea ferroviaria entre Gijón/Xixón y Leín, la cual sería un ramal dentro del proyecto de la nueva Red de Noroeste, Para ello los ayuntamientos de Gijón/Xixón, Oviedo/Uviéu, y León aportaron cada uno dos millones de reales, la Casa Real un millón, que junto con otras ayudas privadas llegaron a los 16 millones en total, cantidad netamente insuficiente para una obra presupuestada en 170 millones en total. es entonces cuando el Estado accede a financiar algo más de la mitad de toda la inversión a condición que la sociedad del ferrocarril le cediera su explotación a los 99 años


Es entonces cuando arrancan los trabajos técnicos con los ingenieros Aldana y Calleja, pero en 1862 queda desierta una primera subasta para afrontar el proyecto, hecho atribuido a una maniobra especulativa que pretendía abaratar tremendamente los costes con un proyecto mucho más peligroso, de curvas muy pronunciadas y más cuestas. Otras empresas también pidieron condiciones inasumibles, pero por fin en 1864 la subasta fue adjudicada a Juan Manuel Manzanedo, hombre de negocios que no emprendió las obras pero que cobró una comisión por la operación y traspasó esta concesión a un banquero, José Ruiz de Quevedo, sucediéndose luego diversas operaciones financieras que enriquecieron a diversos grupos económicos, pero sin que se avanzase en la construcción de la línea. Por fin se llegó a la Compañía del Noroeste, integrada luego en la de Caminos de Hierro del Norte, no siendo hasta entonces cuando comienzan verdaderamente las obras en la parte leonesa, primero el tramo desde León hasta La Robla, inaugurado el 17 de enero de 1868, luego a La Pola de Gordón el 1 de agosto y por fin el 23 de mayo de 1872 hasta Busdongo


Los trabajos fueron más lentos en la parte asturiana, desde Gijón/Xixón a Oviedo/Uviéu se inauguró en 1872, aunque poco antes ya circulaba el tren en varios trechos. Dos años más tarde llegaría a Pola de Lena/La Pola L.lena pero aún faltaba acometer la más ardua comunicación enlazándo las dos vertientes en la cordillera. La propia compañía fue ahora la que quiso simplificar el plan proponiendo un tren cremallera, de gran peligrosidad, para rebajar los costes. Pero la contestación se realizó de forma multitudinaria con una gran manifestación en marzo de 1881 en a capital asturiana por lo que, entre esto y las alegaciones técnicas al tren cremallera, se siguió con la idea original. Hubo varios muertos en las obras pero los trabajos en el Puertu Payares acabaron en 1884. Alfonso XII y la familia real asistieron a la ceremonia inaugural celebrada el 15 de agosto en vagones arrastrados por la locomotora Pelayo, simbolizando una especia de Reconquista de la tecnología y el progreso. Tal fue el impacto y repercusión social de la llegada del tren que llegaron incluso a escribirse coplas y versos alusivos al acontecimiento:
"Porque es tanta la violencia
que lleva el ferrocarril
que en veinte horas te plantas
desde Gijón a Madrid"
Veinte horas hoy en día nos parecen una barbaridad pero tengamos en cuenta que en aquel momento la única alternativa era la diligencia, con 70 horas de viaje agotador. En 1941 la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España fue nacionalizada e integrada en la nueva Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE) y el 1 de enero de 2005, a consecuencia de las normas de la Unión Europea, el Estado hubo de acabar con el monopolio legal con la fundación de la Entidad Pública Empresarial Administrador de Infraestructuras (ADIF), encargada ahora de su explotación


Aquí a la derecha, en el actual centro de reciclaje del Parque Verde (Estación de Transferencia de Residuos Sólidos), estuvo la famosa Azucarera Asturiana de Veriña, fundada en el año 1893 por iniciativa del empresario y abogado gijonés Faustino Rodríguez San Pedro Díaz Argüelles con una inversión de capital de dos millones de pesetas del Banco de Crédito Industrial de Gijón


La cercanía a la estación de tren y su ubicación en lo que fue una fértil vega favorecieron su instalación, afirmándose que las aguas del río bajaban dulces en plena campaña azucarera. También fue célebre la Gran Fábrica de Licores y Aguardientes de los Sres. M. Cuesta y Compañía, donde se hacían licores de todas clases y se comercializaban, destacando el Anisete de Veriña


Fue clausurada en 1958 y de sus trabajadores unos se prejubilaron y otros fueron trasladados por la Sociedad Azucarera General de España a las fábricas de Zaragoza, Calatayud y Veguellina de Órbigo. Un año después llegaria UNINSA. Hasta mediados los años 1970 hubo un vigilante de las abandonadas instalaciones, Emilio Peñona, administrativo de la empresa que hizo de cuidador hasta su fallecimiento. Ensidesa compraría después solar y edificio, quedando este en ruinas hasta ser derribado unos treinta años más tarde


Un poco más adelante, vemos el piño de las primeras casas de Zarracina, entre las que vamos a caminar, pues se extienden en fila a lo largo de la cerrada curva que hace la carretera, formando una U, para salvar el desnivel de la abrupta ladera, de ahí el nombre de La Curvona


"De Puao nin xente nin ganao" es un famoso dicho o refrán de la antaño viva piquilla vecinal. Realmente Puao es, insistimos como la hermana de Veriña, parroquia también pequeña que vio su entorno cambiar por causa del intenso proceso industrializador de la zona oeste del concejo de Gijón/Xixón


Ambas parroquias se unen en Entrepeñes, La Foz de Puao, un desfiladero que, poco más allá de donde cruzamos la carretera de Avilés, forma el Aboño tras recibir las aguas del Pinzales, haciéndose allí ría, también totalmente industrializada en la actualidad. Allí en la orilla estaba el Parque Venecia, prácticamente en el lugar de unión de ambas parroquias donde, como en la Azucarera de Veriña, así llamada pese a estar en Puao, iban a trabajar, el vecindario joven acudía a divertirse, así como gran parte del de otras parroquias gijonesas y del vecino Carreño, al igual que desde la propia ciudad


Los de Puao bajaban por aquí al Parque Venecia, llamado de esta manera en recuerdo a aquella idílica ría navegable en lanchas hasta los embarcaderos de este popular baile-merendero también conocido como Casa Nemesia por su propietaria y fundadora. En 1988 y para El Comercio se contaba con vecinos que rememoraban sus vivencias:
"Pero como no todo era trabajar, los vecinos de Poago iban a bailar, como casi "el todo" Gijón, al Parque Venecia, situado en la parroquia de Veriña, pero su pista de verano, con las famosas lanchas, estaba en la parte de Poago. Era el punto de unión de las dos pedanías. "Había -dice Juan Antonio Turrero- un apeadero del Ferrocarril de Carreño (Aboño-Gijón) que los domingos venía a rebosar. Entonces solo se iba al baile los domingos, no como ahora, que se puede hacer todos los días. Yo por entonces, en los años cincuenta, trabajaba como barquero en una de las cuatro o cinco lanchas que daban paseos por el río Aboño". Era una pequeña Venecia aprovechada por las parejas para darse un paseo por el río Aboño, entre los puentes del ferrocarril (el del Carreño y el de Renfe) y recuperarse de los agotadores bailes, todo ello al módico precio de un real por persona "aunque -dice Juan Antonio Turrero- si me daban una propina podía ampliar este recorrido". Ahora, el río Aboño lo único que transporta es esa basura que acabó con las truchas en todo su cauce"

Sobre las vías vemos Casa Pachón, Les Cases de Botamino, Les Cases de Costante de Veriña o Casa Isidoro, Casa Ángel, Casa José Luarca, Casa Claudio...


Más arriba asoman, a la izquierda, Les Cases del Patio, a cuyos pies vamos a pasar prontamente y, a la derecha, más altas y más lejos, las de El Monte o El Camín del Monte, en las cuestas finales del Monte La Llana


 Por allí están Les Cases de Riestra, Casa la Cuca, Casa Claudio y otras


La carretera sigue subiendo y gana altura para hacer una curva cerrada y ganar el puente sobre las vías frente a la gran palmera de Casa Pachón


Antes que hubiese agua corriente en las casas este grupo solía bajar a por agua a La Fuente Lento, que estaba en la franja al lado de las vías férreas



A la izquierda, se extendían Les Vegues Braves, ahora zona industrial por donde baja oculto el río Aboño, antaño un vergel de remolacha azucarera para la antigua factoría que promovió su cultivo no solo aquí sino en toda Asturias


La remolacha se traía en carros y en camiones hasta la Azucarera de Veriña, donde se elaboraba azúcar blanca con la remolacha autóctona y después se mezclaba con azúcar morena traída de Cuba en barcos que descargaban en el Puerto del Musel. Se trabajaba a tres turnos y en 1930 se ganaban de seis a nueve pesetas al día, dependiendo de que fuesen los trabajadores especialistas o no. Se trabajaba a tres turnos y en 1930 se ganaban de seis a nueve pesetas al día, dependiendo de que fuesen los trabajadores especialistas o no


Por abajo viene el río Aboño, tapado por la espesa vegetación. Según subimos contemplamos la enorme extensión de la fábrica siderúrgica. El reportaje de El Comercio de 1988 empezaba así:
"En muy pocas ocasiones podrá encontrarse un ejemplo tan claro de la influencia de la expansión industrial y su repercusión en las formas de vida de un pueblo. La parroquia gijonesa de Poago era, todavía hasta los años cincuenta, una vega fértil donde la remolacha azucarera primaba sobre el resto de los productos agrarios, favorecida por la presencia de la Azucarera de Veriña en los propios terrenos de la pedanía, que absorbía toda la producción. Era la parte baja de Poago, conocida precisamente con el sobrenombre de "Las Vegas". El modo de vida era mixto ya que buena parte de las familias se dedicaban de roma simultánea a las labores del campo y de la ganadería, a la vez que alguno de sus miembros trabajaban en las fábricas de La Calzada o en la propia Azucarera. Pocos podían pensar, entonces, que apenas en dos lustros la vida de Poago iba a dar un cambio tan enorme. En 1958 cerró la Azucarera de Veriña y, solo un año después, empezó el principio del fin de la actividad agraria y ganadera de la parte baja de Poago, al comenzar las obras del tren de comerciales de Uninsa (hoy Ensidesa), que iniciaría su producción en 1963."

Y así, de una manera casi inmediata, la vega cambió, el paisaje llenó de altos hornos, naves polvorientas y chimeneas altamente contaminantes. Los escombros de relleno afloran a la superficie en algunos lugares y en otros, los terrenos baldíos, crece la vegetación. A veces, algún frutal que asoma aquí y allá parece guardar la añoranza de Les Vegues Braves:
"Casi en un abrir y cerrar de ojos, los vecinos de Poago pasaron de contemplar un paisaje bucólico, explotar el campo y respirar aire puro, a ver solamente estructuras metálicas y humos. Era el destino de esta pedanía que, pese a haber tenido y tener en sus tierras una parte importante del acervo industrial de Gijón, siempre se ha visto despojada hasta de la utilización de su nombre. La Azucarera llevaba el nombre de la vecina parroquia de Veriña y quizás muy pocos gijoneses sepan que Ensidesa-Gijón ocupa una cuarta parte de Poago. Sus vecinos han sabido asumir este papel aunque se recuerdan, con nostalgia, tiempos pasados que, para muchos, especialmente los ganaderos, fueron mejores."


Aquí está una de las entradas a lo que hoy día es ArcelorMittal. Nosotros seguimos por la carretera, directos hacia el puente, acabándose en él este primer tramo de cuesta


Y pasamos el puente sobre las vía del tren, frente a Casa Pachón, tomando esta gran curva cerrada a la derecha, la primera de la carretera, llamada como hemos dicho La Curvona


Más arriba de Les Cases del Patio El Monte la Llana se ha plantado casi por entero de ocalitos



Aunque también transformado desde antes de la construcción de Uninsa por el trazado del ferrocarril, José Ángel Álvarez, el entonces pedáneo, recordaba el viejo Camino, atravesando la parroquia monte arriba, como vamos a hacer nosotros:
"Recuerdo que había un camino que unía Gijón con Carreño y que se llamaba el camino real en recuerdo de su utilización por la reina Cristina para ir desde Gijón a Avilés. Tenía que pasarse el río Aboño encima del puente de "El Ciegu", cuya construcción databa del siglo XVI y que, como otras tantas cosas, pereció bajo los escombros de relleno de Ensidesa"


Arriba, vemos mejor Les Cases de Riestra y alguna otra del Camín del Monte: Casa Maruja o de Argentina, Casa Ángel el Municipal Casa Gelín y, entre los eucaliptos, Casa Claudio


Un poco más allá vemos, por la ladera, El Tubón. El topónimo Zarracina, existente en un barrio de la también gijonesa parroquia de Deva y en el distrito del centro urbano (en este caso debido a una industria con este nombre, que da origen a un apellido) carece de explicación etimológica segura, según el filólogo Ramón d'Andrés en su Diccionario toponímico del concejo de Gijón:
"Etimología: se desconoce. Lo más probable es que nos encontremos ante un heredero del nombre Sarracēnum ‘Sarraceno’, acusativo de Sarracēnus, convertido en un adjetivo femenino Sarracēnam [sarrakénam] en una expresión como vīllam Sarracēnam ‘la casería de Sarraceno’. No hay que pensar que llevar este nombre fuera exclusivo de árabes o musulmanes, aunque es muy probable, porque el nombre Sarracēnus tiene su origen en el genticilio sarracēnus -a -um, que designaba primeramente a un pueblo semita de Arabia, para luego referirse a los habitantes bajo dominio árabe, o a los árabes mismos."

Desde el puente se tiene una buena vista de esta parte del barrio. Unas dos décadas y pico después del reportaje de El Comercio el mismo periódico se ponía al día con el titulado Puao, víctima del desarrollo, firmado por Aida Collado y publicado el 4-6-2010, que incide en los términos del primero, pues comienza de esta manera:
"Hablar de Puao, o Poago, implica detallar las repercusiones del cruel y tremendo desarrollo industrial que transformó la pequeña población. Porque sin las chimeneas, la ceniza, el parque de minerales, el depósito de coque y las bocanadas de sínter del gigante fumador que ocupó sus casas hace décadas nada sería igual. Ni parecido. Habría sido un caramelo para las inmobiliarias. Puao, sin la existencia de ArcelorMittal, seguiría siendo una parroquia soleada y con bellas vistas. Como era antes de las expropiaciones, antes de que la mitad de su territorio pasase a pertenecer a una factoría que, a cambio, transformó la economía gijonesa y asturiana.

Los habitantes de Poago rechazan el mal mayor y desean larga vida al gigante -indio, en su última reencarnación-, sin poder ni querer evitar echar la vista atrás de vez en cuando. Recuerdan tiempos, quizá peores para la ciudad pero sin duda mejores para la parroquia. Porque Puao es el sacrificio, la ofrenda de todos los gijoneses al dios del desarrollo.

Su transformación no ha cesado desde entonces y ha sido tal que sólo en dos décadas ha pasado de 372 a 210 habitantes. Y eso que Uninsa -después Ensidesa y, ahora, Arcelor- comenzó su producción en 1963. Sus tres barrios, Pavierna, Zarracina y Muniello, han perdido población, pero este último conserva sólo tres de los 51 vecinos empadronados en 1988. «Todos los terrenos de Muniello pasaron a pertenecer a la Térmica. El barrio que nosotros conocimos desapareció. Esto no tien nada que ver con lo que fue en su día», reconocen los vecinos. Ni siquiera Zarracina, «a la que llamábamos Somió, porque siempre hubo mucha diferencia entre los de arriba y los de abajo», se asemeja al lustroso barrio que recuerdan.

En Poago sólo una familia vive del campo y no quedan más de tres ganaderías. La mayor, con unas 48 vacas, es la que Mario Álvarez Hevia dejó a su hijo tras años de lucha. La factoría acotó mucho la zona de cultivo y la explotación agraria casi desapareció. Sin embargo, «muy pocos vecinos de Poago pudieron encontrar trabajo en Uninsa. Que yo recuerde, de labradores, de aquella sólo entró Pepe Antón, 'El gaiteru de Veriña'», quien, por cierto, era de Puao."

Efectivamente, de su casa de Puao bajaba José Antonio García Suárez, llamado popularmente El Gaiteru Veriña por dirigirse precisamente a La Estación de Veriña a esperar a los tamboriteros que le acompañarían en las romerías


Nació en esta parroquia el 16 de junio de 1928 y heredó de su padre, el también renombradísimo gaitero Ramón D'Antón, el amor por la gaita, que empezó a tocar con 9 años, esta es su biografía, extraída de Wikipedia:
"Comenzó a tocar la gaita a los 9 años y debutó a los 14 en las fiestas de Santiago de Pruvia interpretando la 'misa de gaita'. 
Se le conoció como "El Gaitero de Veriña" por ser esta la localidad en la que solía esperar a los cantantes con los que iría a tocar a las romerías.​ 
Su entorno familiar facilitó su contacto con la música tradicional ya que su padre, Ramón de Antón, y su tío eran gaiteros aunque siempre consideró a David Alonso de Llanera como su maestro. A los catorce años interpreta su primera misa de gaita en Pruvia. 
Formó pareja durante toda su vida musical con una infinidad de tamboriteros aunque destacó entre todos ellos Luis de Sarilles, de Santa Rosa (Lugo de Llanera).ç 
A los quince años acompaña a La Busdonga una de las grandes voces de la tonada asturiana. 
Acompañó durante su carrera a los grandes de la tonada asturiana: José NoriegaDiamantinaEl Tordín de FrieresJosefina Argüelles, Miranda, Mari Luz Cristóbal Caunedo, ... 
Entre 1970 y 1977 formó parte de la agrupación “Así canta Asturias” con la que acudía a festivales acompañando a cantantes José Noriega, Diamantina, Marcelino Meré 'El Manquín', Agustín Argüelles o Vicente Díaz. Con algunos de ellos llegó a grabar varios discos. 
También tocó Obdulia Álvarez Diaz 'La Busdonga', considerada una de las voces más importantes de la tonada asturiana. Fue el primer gaitero oficial del Festival de Canción Asturiana de Gijón y llegó a tocar fuera de España.​ 
Uno de sus últimos trabajos discográficos fue la misa asturiana en gaita que graba junto a Pedro Pangua y Mari Luz Cristóbal, recuperando de esta manera una pieza que fuera bien popular en el mundo rural asturiano. 
Falleció el 25 de septiembre de 2006 a causa de un infarto en la localidad asturiana de Villaverde de la Marina, en Villaviciosa. Aún se encontraba en activo. Tuvo un hijo, Ramón Antonio."


Les Vegues Braves o lo que queda de ellas, con el ferrocarril siderúrgico y el de Renfe. Esta gran finca se subastaba anualmente, según contaba en el artículo de Aida Collado la vecina Beatriz Menéndez Fernández, Tita:
"había sido donada a la parroquia y cada año disfrutaba un vecino, el mejor postor. «El día de Reyes, estaba el cabildu de la iglesia llenu; porque el que no lo pisaba en todo el año, estaba allí para la subasta», recuerda Mario. 
No era para menos. Lo que estaba en juego eran 18 días de gües o, lo que es lo mismo, 22 kilómetros y medio de terreno llano que siempre resultaba rentable. «Por lo general, se usaba para segar y tener pación para las vacas», recuerda. Y cuando se manchaba la hierba, «los terrenos fondos, de menos calidad que los altos, se utilizaban para el empaque, que luego se vendía a la Cristalera o a la Fábrica de Loza». 
Estos recuerdos, que pertenecen a la época en que se pescaban truchas en el río Aboño y se cocinaban para la cena con total tranquilidad, se ciñen a la infancia y juventud de los vecinos veteranos. Como el de la presa construida en la parroquia, «donde ya bajaban juntos los ríos Villabona y Pinzales», que dirigía el agua a los cuatro molinos de la Casa de la Morena. «Allí bañábense los hombres como Dios los trajo al mundo, como lo hacen ahora en Peñarrubia», apunta María Dolores Granda Sala. 
Lo cierto, completa Mario, es que «bajaban de Lloreda y Tremañes, venía todo El Cerillero. No quedó uno de aquella época que no aprendiera a nadar. Tenía más atracción que Xivares». 'El Palu' servía de prueba de fuego para los principiantes: «En medio, cayó un árbol que dejó un tronco seco en el agua. Los que llegaban allí, teníen la alternativa tomada: ya podíen nadar en cualquier parte». De aquello hace 70 años."

" Todo pereció bajo los escombros. Se superaron con creces los malos augurios que algunos lanzaron cuando comenzaron las obras del tren de comerciales B. K."


Pasando el puente en La Curvona vemos, más allá de El Tubón, El Monte'l Condesu (162 m), también llamado La Llana por su planicie en la cima; entre este y La Llana de Puao pasa el Aboño por el desfiladero de Entrepeñes o La Foz de Puao, a cuya entrada se encontraba Casa Nemesia, el Parque Venecia:
"Nada queda en pie de aquel Puao. Ni siquiera la parte de la Azucarera de Veriña - y, una vez más, también de Poago- que permaneció erguida durante décadas, después de su cierre en 1958. Hasta entonces, muchos compaginaban las labores del campo (cultivaban remolacha para abastecerla) con un trabajo a tiempo parcial en la fábrica: «Siempre fuimos una población muy abierta al desarrollo industrial y ahí sí que trabajaron muchos vecinos de la parroquia. Una vez, vino uno de fuera a pedir trabajo y le trajo un jamón al encargado. Éste le preguntó si el gochu era cojo y le echó», cuentan entre carcajadas."

El Monte'l Condesu pertenece a la vecina Veriña y forma parte de la Sierra de Torres que se extiende hacia el norte hacia el mar, por La Campa Torres, solar del castro de la mítica Noega y El Cabu Torres, sobre el puerto de El Musel y que cierra por el oeste la concha gijonesa


La carretera hace un poco de bajada y se estrechará un poco al pasar entre las casas; además no hay aceras ni arcenes, total atención por lo tanto al tráfico


Seamos precavidos, suelen pasar bastantes coches, dado que es la comunicación directa con las parroquias gijonesas más occidentales, donde está además, en la vecina Montiana, un núcleo urbano nacido con Uninsa, la urbanización Monte Areo


Pasamos primeramente al lado de Les Cases de Botamino, donde empieza un poco de cuesta. Aquí se asentó un núcleo de casas de cierto aire urbano, al principio de la parroquia, haciendo una calle sobre la antigua Azucarera


Tras la pequeña bajada empezamos a subir de nuevo. Fijémonos en la estrechez de la calzada en este lugar que hasta la señal advierte de las prioridades de paso a dos vehículos al cruzarse aquí


Cuesta arriba Casa Robustiano, Les Cases de Robustiano o Robustiano de los Pachones, donde hubo antaño tienda mixta de bar y comercio, el chigre-tienda de siempre en los pueblos, así como un célebre baile, el de La Remolachera


Con el tiempo ni este ni el baile del Salón Moderno de Veriña pudieron competir con Casa Nemesia, el Parque Venecia, a cuyo cierre no hubo más bailes ni paseos en barca al estilo gondolero veneciano en el Aboño contaminado y anegado de vertidos


Sí hubo durante bastantes años unos cuantos bares, pero no aquí sino en otros lugares de la parroquia, El Sumer, Mauro Alonso, La Cruz, La Pepa, Casa Gadina y el bar El Arañón, en Casa Paco 


Pasamos así por Les Cases de Robustiano y antiguo baile de La Remolachera, nombre sin duda vinculado a las plantaciones de remolacha azucarera de Les Vegues Braves


Aquí hay un pequeño rellano, a mano izquierda, donde aparcan los coches los vecinos, nosotros seguimos a la derecha de la casa, siempre subiendo. La pista de baile se conservó hasta el acondicionamiento de esta carretera cuando se construyó Uninsa


Empieza la segunda curva cerrada de La Curvona, atención a la visibilidad adelante y atrás, estemos pendientes del paso, frecuente de vehículos, si bien no suele haber nunca tráfico intenso


A la izquierda, sin dejar de subir, tenemos un poco de acera, aunque luego desaparece


Según ganamos altura tendremos un buen mirador sobre Les Vegues Braves y La Vega Veriña


O, volvemos a decir de lo que ellas pueda quedar. Bajo nosotros la red ferroviaria, la carretera por la que venimos desde Veriña y el centro de tratamiento de residuos Parque Verde, en el solar de la Azucarera Asturiana de Veriña


El Tubón de ArcelorrMittal y a lo lejos El Cantu, en Veriña, donde estuvieron sus desaparecidas escuelas



También en Veriña La Campina, donde está el depósito de agua. Adviértase abajo, en la ladera, los desmontes para pasar el ferrocarril


Más allá de El Tubón asoman algunas naves y casas de Puente Secu, también en Veriña y, a lo lejos, algunos barrios del sur de Gijón/Xixón, en una de las grandes zonas de expansión urbanística de la ciudad


El primer término Les Cases de la Renfe y la Subestación eléctrica de Veriña



Los desguaces de Puente Secu, donde estuvo la Casa'l Ferrador, otro afamado baile de Veriña antaño, luego Casa Pepe Verán


Entre las arboledas, algo de los polígonos de Tremañes y parte de Perchera y casas de la carretera de Oviedo, de Nuevo Gijón a Roces, entre ellas el Edificio Pléyades, de quince plantas. A la izquierda la Torre Flvminis en Nuevo Gijón


Más allá, el Monte Deva, que fue una gran referencia visual y geográfica para nosotros al acercarnos a Gijón/Xixón desde Villaviciosa



Parque de minerales, al aire, cuyas nubes de polvillo son causa de graves problemas de contaminación y respiratorios



Montes de La Llomba, en Caldones, al suroeste del concejo y al sur del Monte Deva


Más allá de las instalaciones del tren de comerciales de la siderurgia y de las naves de los polígonos industriales se reconocen las casas del Poblao Lloreda, en Tremañes


La Llomba sigue, lineal, hacia el sur, con la Peña los Cuatro Xueces (662 m), donde se unen los concejos de Gijón/Xixón, Villaviciosa, Siero y Sariegu. A su derecha el El Picu les Antenes, Picu los Soldaos el El Torrexón, frontera de Siero y Sariegu 


Y más a la derecha el mítico Picu Fariu (737 m), gran atalaya que otea desde el mar a la Cordillera Cantábrica y Los Picos de Europa


El Picu'l Sol (439 m) atalaya sobre la ciudad y concejo (las alturas pueden varias según la fuente empleada en cada momento



Más a la derecha, en otra grande y larga loma, El Picu Samartín (519 m), frontera con Siero, sobre el Alto la Madera



La Curvona y arriba Les Cases de Riestra, en El Camín del Monte, tras esta parada paisajística volvemos a subir



Asoma entre la maleza lo que parece haber sido una cantera


Observamos lo cerrado de La Curvona, un giro de 360 grados reales para ir ganando altura rápida pero a la vez no demasiado abruptamente


Son evidentes los desmontes que se hicieron para aumentar el ancho de esta calzada que comunica con Montiana y la Urbanización Monte Areo


Huertas y ya la última casa de La Curvona, al final de otro tramo de subida


Buenos cultivos de berzas, algunas del tamaño de una persona


Ya no se planta remolacha para la azucarera pero sí verduras, el huerto casero llega hasta Casa Robustiano los Pachones y el antiguo baile de La Remolachera, por donde acabamos de pasar


La Campina y Puente Secu, otra vez en lontananza, ahora incluso los vemos un poco mejor, desde algo más arriba


Asoma la Torre Horizon, por donde El Cerilleru crece hacia el oeste, hacia Veriña, y con él el casco urbano de la ciudad, en continua expansión


La nave de Parque Verde y solar de la antigua Azucarera de Puao, a continuación La Vega Veriña es un parque de minerales que genera constante polución


Una pantalla de arbustos formando un seto natural a manera de pantalla señala por donde viene el río Pinzales a unirse con el Aboño


Puente Secu y, a la derecha, la nave que fue del tren de laminación del Alvarín


 A lo lejos La Braña, Pumarín, el Polígono de Pumarín, Les Torres de Sedes, las de Les Milquinientes y, a la derecha, el también alto edificio de La Puerta del Sol


Al, este, muy lejos y más allá de El Curviellu está el Altu la Cruz, en El Monte Cañéu o Cordal de Pión. Aún más allá se reconocen bien en días claros las cumbres cimeras del Puertu Sueve: El Picu Pienzu (1.161 m) a la izquierda y El Picu Mirueñu o Miruellu (1.136 m) a la derecha


Las altas e inconfundibles torres de pisos del Polígono de Pumarín


Justo encima de Puente Secu La Dehesa y La Quintana en Los Campones (Tremañes). Más allá los bloques de Nuevo Gijón, Perchera y La Braña


Las cuestas del Monte Deva por la zona de Cuatro Vientos. Detrás las cumbres del Monte Cañéu


Grandes naves y nuevas urbanizaciones se extienden hasta Tremañes, destaca por su tamaño e intenso color rojo la de la Empresa de Transportes Urbanos de Gijón (Emtusa -los autobuses-)


Más allá, la Torre Pléyades sigue siendo un buen punto de referencia


En la falda occidental del Monte Deva, La Cuesta, parroquia de Santurio


ArcelorMittal y su continuo tránsito de camiones, a nuestros pies, en las antaño fértil vega del Aboño


Toneladas y toneladas de mineral se esparcen por doquier con su nocivo polvillo...


Sobre las naves industriales, otra vista del Poblao Lloreda y, a la derecha, vemos el monte La Fana, entre Roces y Porceyo


Visto el paisaje y dejada atrás La Curvona continuamos camino carretera adelante por Zarracina



Vamos todo rampa arriba en todo momento. No hay apenas arcén pero al menos la calzada es notablemente ancha. Fijémonos en la canalización para aguas sobrantes de lluvia en la cuneta de la derecha


Llegamos a un cruce de varios caminos, nosotros seguimos de frente sin parar de subir por la carretera adelante


A nuestra derecha Casa Lidia, en El Camín del Patio


A la derecha de Casa Lidia, Casa Isidoro


Estas casas son las que antes veíamos desde abajo desde el puente de La Curvona encima de Casa Pachón


Al igual que Les Cases del Patio, allá arriba, construidas formando una L con un patio delante, de ahí su nombre. Se dice que fueron mandadas hacer por americanos o emigrantes locales que volvieron con cierta fortuna


Aún nos aguarda un poco de repecho en esta nueva subida, ascendemos escalonadamente, pero sin pausa, al Monte Areo


La cuesta de La Curvona acaba al llenar a la nave ganadera de Casa Manés


Durante unos metros la subida nos ofrece una pequeña tregua al pasar delante de la entrada a la quintana


La quintana, a la izquierda, con casa y panera, otro excelente mirador sobre la ciudad y su concejo


La Torre Horizon: la ciudad avanza y se asoma a la campiña de La Campina de Veriña


Aquí abajo, Puente Secu con la Casa El Francés y más abajo La Chumbera, antiguo bar de Veriña


A la izquierda de la foto y en pleno centro urbano, la torre de la Plaza Piñole, en pleno Paseo de Begoña


Más alejados, los altos de La Corolla, La Providencia, El Tasqueru... entre Somió y Cabueñes


El Polígono de Pumarín, entre cuyas torres se distingue, también entre Cabueñes y Somió, la torre de la Universidad Laboral


L'Infanzón o Altu L'Infanzón, con El Monte la Curiella (535 m) al fondo, también el El Monte Cañéu o Cordal de Pión, a la izquierda del Altu la Cruz, por donde bajábamos al valle de Pión antes de subir a El Curviellu


Atentos ahora a esta curva, justo a la mitad dejaremos la carretera a la derecha por El Camín Rebesosu


Abajo a nuestra izquierda los prados de Casa Manés que llegan a Casa Campillo o Casa Facundo, oculta entre los árboles que hacen de pantalla hacia la siderurgia, sobre la vía del tren y el río Aboño


Y a nuestra derecha El Camín Rebesosu nos anuncia una nueva cuesta por este barrio de Zarracina 


Prado arriba asoma un poco el tejado de la Casa'l Cabreru, a donde vamos a llegar enseguida


Aquí está el monolito indicador, con su concha y su flecha, este primer repecho es muy pendiente


Arriba al fondo Casa Ruiz, en un cruce de caminos del que pronto hablaremos, pues será donde dejemos El Camín Rebesosu


A mitad de la cuesta y recordando los sones de aquel genial gaitero, encontramos a la izquierda La Fuente Caldueñu, de agua apreciadísima


Sube gente desde el barrio de La Calzada casi a diario a por agua para cocinar, tal es un fama y renombre


Luego, continuamos subiendo todo de frente hasta llegar al cruce que hay al pie de Casa Ruiz, al lado del Prau Rebesosu, que es como decir 'retorcido', sin duda porque antaño tendría una forma más sinuosa


Y ahora atención porque a la izquierda, pasado este poste telefónico, dejaremos El Camín Rebesosu para tomar el Camín de Guimarán a Villar


El mojón, casi oculto por la sebe o seto natural, pasa desapercibido a no pocos peregrinos, que siguen subiendo de frente. Y no, hay que tomar este ramal a la izquierda


El paisaje, paulatinamente, va haciéndose más rural a cada paso que damos...


Pero la industria, los polígonos y la ciudad, creciendo, siguen aquí abajo, siempre presentes y a la vista


Seguido a ArcelorMittal, las naves del polígono de La Piñona que, unidas a las de otras áreas industriales conforman un continuum hasta Los Campones y La Picota, en Tremañes


La cuesta es bastante suave y corta, a la sombra de la fresca umbría de esta mata de arbolado


Aquí hay un pequeño rellano desde el que podemos seguir contemplando el paisaje, con magníficas vistas


Pasamos junto a la Casa'l Cabreru, que en realidad son dos, esta la de abajo, con su hórreo


Abajo, la carretera Montiana, que acabamos dejar para subir por El Camín Rebesosu delante de Casa Manés


Y en la carretera, Les Cases de Perico, dando vista a las chimeneas siderúrgicas


Por ahí sube, desde Casa Campillo, el llamado en el nomenclator Antiguo Camín Real, por lo que se revela que sería el antiguo trazado caminero, que quedó cortado cuando se construyó La Fabricona, se rellenó la vega y desapareció el histórico Puente'l Ciegu


Al otro lado de la factoría del "gigante del acero", el monte donde estuvo la cantera de Los Gavianes, con la fábrica de yeso del mismo nombre, otro antecedente de la industrialización de La Vega de Veriña y Les Vegues Braves de Puao


Corría la década de 1950, cuando estaba poniéndose en marcha ENSIDESA en Avilés, surgieron rumores en la zona sobre la creación de otra siderúrgica en este lugar, a los que no se les daba mayor credibilidad, hasta que en 1959 se reforzaron los puentes de los ríos Pinzales y Aboño para soportar tráfico pesado y maquinaria


La tradición popular de estas parroquias gijonesas del oeste asegura que los primeros que empezaron los trabajos de movimiento de tierras fueron una veintena de burreros venidos de León que empezaron a trabajar antes incluso que llegasen los primeros camiones y palas excavadoras


La Unión de Siderúrgicas Asturianas Sociedad Anónima UNINSA se creó el 30 de mayo del año 1961 con la fusión de tres grandes compañías que existían en Asturias desde el siglo XIX: Fábrica de Mieres, Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera y Sociedad de Moreda Gijón


Para hacer esta factoría se dice se acometió uno de los mayores movimientos de tierra de Europa, afectando a las parroquias de Puao, Veriña, Fresno (que desapareció como barrio quedando Montiana como único núcleo de esa parroquia) y San Andrés


Les Vegues Braves, de huertas y rebaños, pasaron a esta nueva estampa. Ni siquiera los vecinos más enterados supieron "lo que se venía encima", pues no pensaban que fuese a ser tan grande


Según continuamos subiendo seguiremos contemplando estos paisajes, rurales e industriales, de la parroquia de Puao



Desde estas alturas nos hacemos una idea de la grandísima extensión que ocupa ArcelorMittal, que se alarga hacia el sur por lo que fueron aquellas fértiles vegas de las vegas del Aboño y del Pinzales


Y llegamos a la segunda Casa'l Cabreru, en un rellano de la falda del monte y donde acabamos la cuesta del Camín de Guimarán a Villar


Enfrente, esta explanada con esta barandilla constituyen un verdadero balcón-mirador sobre el valle del río Aboño que, en tiempos, fue navegable en lancha, al menos en marea alta, hasta bastante al interior, pues hay constancia documental, por ejemplo, que el cura de Fresno, un poco más al sur, recorría en embarcación la distancia entre su iglesia y la de San Andrés, también a su cargo, en lancha


Luego, amarraba su lancha a alguno de los pequeños estacones de madera de los embarcaderos que dieron el sobrenombre a la parroquia de San Andrés de los Tacones. Los toponimistas ven además en este nombre un plural del latín stationem, estación o parada, 'puerto de barcos', como Tazones. Así dice también Ramón d'Andrés en el Diccionario toponímico del concejo de Gijón:
"En lo que se refiere a este tacones, es posible que sea una alteración de estacones (se conoce también como San Andrés de los Estacones), plural de estacón ‘estaca grande’, o d’estacona ‘aumentativo de estaca’, derivado de estaca con el sufijo -ón o -ona. (La evolución es similar a Tazones, en Villaviciosa, que viene de Estazones, procedente de estaciones ‘posadas, sitios de parada’). Más en concreto, un estacón es una ‘estaca grande que se clava en el suelo para hacer un seto o para cerrar un terreno’. Es posible que estos estacones caracterizaran en otras épocas el paisaje de la parroquia, cuando las marismas llegaban hasta la zona y el río Aboño era navegable, usándose hasta el siglo xviii como vía de transporte de mercancías hasta su desembocadura. Los estacones en cuestión se emplearían para amarrar las barcas, o bien como frente para contener las aguas del río. La palabra estaca es de origen germánico, de *stakka, con el mismo significado. De todas maneras, esta interpretación no es segura, y no pasa de ser una hipótesis sugerente. Por otra parte, nos encontramos con que en la Edad Media aparece documentada la forma «Santo Andrés de los Taçones», con una «ç» pronunciada en la época como «ts», y que correspondería a una «z» moderna. Este hecho lleva a pensar en dos formas, Tacones y Taçones, que en algún momento acaso coexistieron; a no ser que estemos ante un error de escritura o de transcripción."

Estampa plenamente rural frente a nosotros, Casa Melchor con sus dos hórreos; más allá la antigua escuela, construida en la finca de La Zampuyina y Camín de La Zampuya en 1904 por donación del vecino Casimiro Fernández Castro y bajo la batuta del prestigioso arquitecto Miguel García de la Cruz, que aquel mismo año era nombrado arquitecto municipal. Realmente las obras se alargaron tanto que no terminaron hasta 1925. Tenía cuatro aulas para niños y niñas, guardarropa, aseos y viviendas para los maestros, constituyendo todo un acontecimiento para la época. La concentración escolar de los años 1970 la dejó sin escolinos y tras mucho abandono fue restaurada como centro social y vivienda inaugurándose en el año 2005



Más abajo, de nuevo dando vista a la carretera Montiana La Cruz, dos casas en el cruce con el camino que va a la iglesia parroquial de Santa María de Puao, que vemos a la izquierda


En medio de la foto y en pleno contraste entre bucólicas camperas y la gran industria, se ven la Casa Rectoral y, detrás de ella, dicha iglesia parroquial


Está, como hemos dicho, dedicada a Santa María y sigue el patrón de los templos asturianos del siglo XVIII aunque en el siglo XIX pasó por reformas, trayéndose para ellas piedra de la cantera de Muñiz, en la cercana parroquia de Prevera, en Carreño. Fue además reconstruida tras la guerra civil



La casa de la derecha es la del bar El Restayu, que antes fue el Bar La Cruz y tuvo otros nombres


A su izquierda Casa Águeda, que tuvo tienda en sus tiempos. Hay parada del autobús municipal



Enfrente, el prau la romería, donde se festeja a San Ana. Precisamente la fiesta antaño se celebraba más abajo, en El Castañéu Santana, aunque no queda casi ni memoria de ello, pues se subió aquí parece ser que mucho antes que se construyese Uninsa, tal vez por la cercanía a la iglesia y mejor comunicación


En 1973 Ensidesa absorbió a Uninsa, formándose entonces una inmensa empresa metalúrgica que multiplicó varias veces la población de todas las ciudades y concejos del centro-norte de Asturias, ocasionando por otra parte un gran despoblamiento rural pues mucha gente abandonó el trabajo del campo y otras pequeñas empresas, talleres, artesanía... para buscar empleo en la industria, bien directo, bien inducido por la llegada de gentes, familias enteras, desde toda España



 Algunos la llaman La Fabricona por su tamaño, si bien es un apodo que se empleó profusamente desde mucho antes a otras varias empresas. Llegó a tener 27.444 empleados y fue un verdadero emporio que se extendió por Avilés, Corvera, Carreño y Gijón/Xixón, además de empresas auxiliares, dependencias y oficinas en otros lugares. Las ciudades de alrededor crecían entonces a pasos agigantados con nuevos y populosos barrios



Tras las crisis del sector y luego fuertes reconversiones y nuevas fusiones, además de inmensas movilizaciones, se constituye en 1994 la Corporación Siderúrgica Integral (CSI). Su reorganización en 1997 daría nacimiento a Aceralia Corporación Siderúrgica


Era un grupo de capital público pero empezaría entonces el proceso de privatización con la alianza estratégica con el grupo Arbed, una de las mayores siderúrgicas a nivel mundial, así como con el grupo Aristrain, primer fabricante español de perfiles metálicos, así como con la compra del grupo Ucín, primer fabricante de tren de alambrón, haciendo de Aceralia el mayor fabricante de acero del Estado Español

 
Al unirse con los grupos Arbed y Usinor nace en el año 2002 Arcelor, uno de los mayores grupos siderúrgicos del mundo, consagrándose tres años después Arcelor como marca común. Luego al fusionarse con Mittal Steel pasa a llamarse ArcelorMittal, "el gigante del acero"



Otra vista, abajo, de Les Cases de Perico y el Antiguo Camín Real. Escribe Pedro Gómez Damorenea en el diario El País del 16-12-2007 que "Estamos ante un gigante de acero de mando único", y así titula su artículo, el cual comienza de esta manera...
"El apellido perdura y se transmite a los hijos. El nombre es siempre más efímero. La primera siderúrgica mundial se llama Arcelor y se apellida Mittal, como su primer accionista, con el 43,6% del capital y presidente del Consejo de Administración, Lakshmi Mittal. En junio del pasado año la europea Arcelor se rendía a la OPA de la firma angloindia. Se cerraron seis meses de dura pelea, de resistencia. La victoria de Lakshmi se vendió como una integración en igualdad en la que la dirección quedaba mayoritariamente en manos de la absorbida Arcelor. Un puro espejismo. Arcelor Mittal es el reflejo de su apellido, de su dueño."


Tras esta nueva parada para ver panorámicas y repasar la historia echamos de nuevo a andar frente a la Casa'l Cabreru, continuando ruta y haciendo camino



Camino que durante unos metros más va a ser así de llano, antes de reanudar nuestros repechos y subidas al Monte Areo


Reconocemos un poco parcialmente la subida que nos aguarda mirando desde aquí hacia arriba, a las laderas de El Pozón, bajo la cima eucaliptalizada de La Llana


La panera de la Casa'l Cabreru, un antropónimo que hace referencia a los abundantes rebaños de cabras que hubo en estos lugares, sin duda ya desde tiempos de los antiguos cilúrnigos del castro de La Campa Torres, antecedente de la actual ciudad de Gijón/Xixón


La panera en su esplendor, después de recogida la cosecha


Panoyes enrriestraes, mazorcas enrristradas y cebollas en les colondres o tablas que componen la pared, colgadas de los gavitos


Un gran castaño o castañal; más abajo a la izquierda seguimos viendo Casa Melchor


Al fondo, El Cantu'l Cuernu, encima de otro de los barrios de Puao, Pavierna, sobre el topónimo de la parroquia dice Ramón d'Andrés:
"A juzgar por la documentación, Poago –que hasta hace poco era la forma oficial– es el nombre medieval conservado artificiosamente por la administración, pero evolucionado en el habla viva quizá en el siglo xviii, primero a la forma Poao y luego a la actual Puao, que es la que emplean los hablantes autóctonos. Es muy posible que para explicar este topónimo haya que partir de formas romanas o prerromanas del tipo *pobacum o *povacum, desconocidas por el momento. Las propuestas que apuntan a un origen en Popadĭum, acusativo del nombre romano de hombre Popadĭus ‘Popadio’, dueño de una tierra o casería del lugar, no se ven avaladas por la documentación antigua.

Referencia al lugar: Puao, además de referirse a una parroquia gijonesa, denomina también a un monte de 168 metros de altura, separado de El Monte Areo.

Documentación histórica del topónimo: en un documento del Monasterio de San Vicente de Oviedo-1, del año 1115, encontramos: «in territorio asturiensis, ualle Gigon, uillas occupant in Arroias, et alia uilla in Pouaco»; «et in Pouaco illo meo directo ex intecro». En el Libro del Cay es general el uso de la forma «Poago»: «Pedro Albarez de Poago» (año 1561); «Diego Fernandez de Poago» (año 1563); «sobre el puente de Poago», «Joan Gonçalez de Jobe y Llanos, capellan de Poago», «Domingo Rodriguez de Poago, cojedor y cobrador de las bulas que al presente se deben a Su Magestad, en la felegresia de Poago» (año 1567); «Juan de Poago» (año 1574). También es general en el Libro Ordinario: «y en Casares a Fernando Garçia de Poago por alcalde Hermandad», «En Poago a Pedro Suarez de la Ponte», «en birtud de dos poderes que dieron y tienen dado sobre las puentes de Poago e Fresno, para reedificarse y azerse», «Joan de Poago», Pedro Alvarez de Poago», «E luego paresçio Pedro Suarez de Poago, y mando quatro ducados por la alcavala de la aldea de Poago deste año benidero suso dicho», «En Poago a Pedro Suarez de Barbadiello» (año 1576); «y en Poago a Pedro Suarez, el biejo» (año 1578). En un documento sobre tareas balleneras del año 1629 aparece: «pº Suarez de Poago con seis compañeros». En otro documento del Monasterio de San Pelayo de Oviedo, del año 1508, un posesor de tierras es «Fernan Suarez de Poago». En el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) aparece citado como «Poao». En el diccionario geográfico de Madoz (1845-50) viene siempre citado como «Poao», a no ser en una ocasión en que se cita «Poao ó Poago». En el «Mapa Topográfico de la Provincia de Oviedo», de Guillermo Schulz (1855), aparece con la forma «Poao»."

El paisaje, muy verde, en primavera temprana, cuando aún no ha salido la hoja en los árboles caducifolios. Al fondo, la antigua escuela


El paisaje en verano, aquí enlazamos con el Camín Real y acometemos otra subida, yendo a la derecha



Dado el nombre del Camino estaríamos en el trazado original del Camín Real de la Costa y, por lo tanto, el que emplearían los peregrinos de antaño, además de viajeros, arrieros, pastores trashumantes, y demás viajeros, los caminos principales antes de la construcción de las actuales carreteras


Como todo, el Camino histórico desapareció en el paso de Veriña a Puao con El Puente'l Ciegu, La Vega Veriña y Les Vegues Braves


Un poco de hermosa sombra, es posible que estos castaños sean un pequeño resto de los muchos que solían plantarse en las veredas de los viejos caminos...


Además de buena umbría podrían proporcionar sustento pues las castañas caídas al suelo eran consideradas, por el consetudinario derecho de poznera, de uso y disposición públicos


Frente a nosotros las casas de El Pozón, donde acabará este trecho cuestudo


Abajo a nuestra izquierda El Prau la Zampuyina y la antigua escuela. A su izquierda los tejados de Casa Mauro y Casa Lin, cerca de Casa'l Conventu y Casa Marcelo'l Conventu, a lo lejos más a la derecha Les Quemaes, en Pavierna, también en Puao, del que dice Ramón d'Andrés que su etimología se desconoce, si bien "Es posible que proceda de una alteración de Padierna, del latín patĕrnam [patérnam] ‘del padre’, acortamiento de una expresión del tipo vīllam o tĕrram patĕrnam ‘finca o tierra del padre (...), el diccionario geográfico de Madoz (1845-50) cita este lugar como «Padierna», igual que hace Julio Somoza". Por otra parte, y en cuanto a Les Quemaes, afirma:
"Sin descartar que pudiere referirse a una quema o incendio accidental, lo más probable es que se refiera a un terreno limpio de plantas dañinas o inútiles después de quemarlas, para hacer prado o terreno en campo abierto. En asturiano existen también los sustantivos quemáu y quemada ‘terreno destruido por el fuego’, que en la toponimia se refieren seguramente a la operación ya citada,"

Justo encima de la escuela reconocemos el monte La Corona, donde se ha localizado un castro astur al lado mismo de donde el Aboño, ahora canalizado y casi sepultado, era navegable en siglos pasados. Poco más allá, la singladura de las lanchas tal vez siguiese hacia Trubia y Veranes, lugares también poblados de antiguo y célebres por su patrimonio histórico y arqueológico, con torres medievales y villa romanas. Arriba en lo alto, en el monte La Granda, se reconocen las instalaciones del Centro de Seguridad Marítima Integral Jovellanos al igual que, en la lejanía, los altos picachos del Aramo, la gran montaña central asturiana. Sus cumbres llegan a pasar de los 1.700 metros de altura, destacando El Gamoniteiru con 1.786, El Barriscal de 1.734, El Gamonal 1.712, El Picu Xistras con 1.775 y Penapodre de 1.631, así como Las Bizarreras de 1.626 y Pelitrón de 1.562


Aunque es más bajo, La Mostayal (1.310 m), a la derecha, es muy fácil de identificar al estar algo desgajado respecto a la mole del macizo principal. Un poco más bajo y más cerca y más a la reconocemos la silueta alargada de la loma del Monte Naranco


Incluso llega a reconocerse en el Picu'l Paisanu (637) el más alto y totémico del Naranco, la  gran estatua del Sagrado Corazón de Jesús sobre la ciudad de Oviedo/Uviéu, la capital de Asturias, situada al otro lado de la montaña, comienzo del Camino Primitivo y continuidad del Camino de Santiago del Norte por el ramal ovetense, del que los peregrinos que escogen este, el gijonés, se separan en Casquita, Villaviciosa


Un par de zancadas más cuesta arriba y en Casa Luis de Juanito llegamos al lugar de El Pozón, uno de los que conforman este barrio de Zarracina


Ante la cima de La Llana volvemos a enlazar con El Camín Rebesosu, que dejamos frente Casa Ruiz, poco más arriba de La Fuente Caldueñu, y seguimos a la izquierda al pie de los ocalitos de La Llana, muy cerca de la cima de este monte


De frente, Casa Geles, donde arranca El Camín de Les Refaxes y, a su izquierda y en ese mismo camino, Casa Marisita, todas en El Pozón, topónimo relativo a algún gran pozo u hondonada del terreno, que aquí forma un rellano a manera de escalón en esta ladera suroccidental del monte


El Camín del Pozón, como El Camín de les Refaxes, arrancan a nuestra derecha, pero nosotros continuamos de frente por el Camín Real


A nuestra izquierda y a continuación de Casa Luis de Juanito es La  Casina, Casa Nati. Una casa desaparecida en este cruce es la de Casa Manolo Cefera


Al lado de La Casina, que vemos por su parte posterior, en el poste telefónico, una concha nos confirma la dirección a seguir


Entre las casas, paisaje de campo e industria, Les Vegues Braves, antigua posesión donada por un vecino, provocó en su momento que la parroquia de Puao contase con una de las primeras asociaciones de vecinos oficiales de Asturias para su administración y reglamentación, fundada en 1894 según nos enteramos gracias a El Comercio de 1988:
"Esa junta vecinal controlaba la venta al mejor postor de la producción de la finca y sus beneficios iban destinados a ayudar a los pobres de la parroquia y a arreglar los caminos. De ahí partió, con posterioridad, la actual Asociación de Vecinos que, salvo pequeños lapsos, ha tenido una vida continuada."

Proseguimos camino por El Pozón a lo largo del Camín Real, llegando ahora un buen tramo que, aunque no del todo llano, nos da un respiro antes de acometer la última subida al monte desde un poco más arriba, desde el lugar de Cimavilla


Pumarada y frutales en la finca de Casa Herminio, con El Cantu'l Cuernu siempre en lontananza, al sur, de unos 200 metros de altitud y en cuya cumbre hay un área recreativa donde los vecinos organizan jiras o comidas campestres festivas


Prado abajo Casa Ramonín, una de las antiguas caserías rurales del Puao "de antes de la Uninsa", como se suele decir, "el destino de Poago una vez iniciado el crecimiento industrial. A principios de los años sesenta, con la construcción del tren de comerciales B.K. de UNINSA (...) se marcó el principio del fin de la actividad agro-ganadera en la pedanía", leemos en El Comercio
"las fértiles tierras de Las Vegas, en la zona baja de Poago, que tantos años dieran producción de remolacha azucarera, dejaron paso a un antiestético pero rentable relleno. Era el principio de lo que posteriormente sería una gran franja industrial con el tren B.K., el parque de minerales y el sínter como protagonistas"

Además de navegable, en tiempos hasta San Andrés de los Tacones y, antes de la industria, hasta el embarcadero gondolero del Parque Venecia con sus barqueros, era el Aboño un río de abundante riqueza piscícola:
"Aquellos años son recordados aún con cierta nostalgia por los lugareños que tuvieron la ocasión de conocer épocas de esplendor agrícola. Era cuando se podía pescar truchas en el río Aboño, ahora totalmente irrecuperable para tan deportivos fines. Poco a poco Ensidesa fue "comiendo" terreno a Poago hasta comprar en la actualidad, tras comprar el terreno de la antigua fábrica de azúcar, prácticamente la cuarta parte de la pedanía. Los agricultores aún maldicen este cambio de estructura de Poago. Tanto es así que solo unas cuatro o cinco familias (datos de 1988) viven en la actualidad de la ganadería en toda la parroquia. Otros, los más jóvenes, tuvieron en su momento la oportunidad de encontrar trabajo en la nueva factoría."

El Prau la Zampuyina, con La Escuela a la derecha y, a la izquierda, la Casa Mauro. Más abajo aún El Camín de los Blancos con la Casa la Polesa, Casa Paco, Casa Fernando, La Panera, Casa Gadina... por ahí baja El Regueru'l Castañéu que separa Zarracina de Pavierna, pero la parroquia se divida más ahora entre arriba y abajo...
"Actualmente Poago está dividido, de hecho, en dos partes: la baja, donde están las instalaciones de Ensidesa, y la alta, en la que las caserías y las pequeñas viviendas unifamiliares aún tienen su cabida."

También Andrés Presedo, en el otro reportaje de El Comercio, el de 2010, incide en estas dos partes de la parroquia, la cual quedó cortada en sus accesos directos con Tremañes y Fresno, parroquias vecinas, con la construcción de Uninsa:
"La centenaria casa de José Bardayes (construida en 1877) está a menos de 200 metros de la factoría de Arcelor. Las chimeneas escupen un polvo negruzco que se apodera de todo el ambiente. "Mira", dice resignado a la vez que se agacha y pasa un dedo por una esquina de la cuneta. Muestra, entonces, las diminutas cenizas con las que convive desde hace tanto tiempo que ni lo recuerda. A pocos metros, un viejo, pero robusto puente de piedra está tapiado. Era la salida a Tremañes y Sotiello. La comunicación que Puao tenía, antes de los años sesenta del siglo pasado, con el resto de la vida gijonesa. Pero llegó Uninsa, y la fértil zona baja de la parroquia, La Vega, pasó a mejor vida. Un descomunal movimiento de tierras, se decía, por entonces, que el mayor que se había realizado nunca en Europa, 'fabricó' una barrera de hierro que ocupó la mitad de la extensión de la pedanía y que, ni decir tiene, ha marcado su destino. La factoría llevaba el nombre de Veriña, pero la mayor parte de las tierras las había dejado en Poago. No es el único caso en el que, quizás por costumbre o por destino, el nombre de Puao queda relegado incluso de emblemas de todo tipo que le son, para bien y para mal, muy propios, como ejemplo, el Gaiteru de Veriña, el popular y ya fallecido José Antonio García Suárez, que era de Puao (allí está enterrado) y su única conexión con Veriña era que bajaba caminando hacia la vecina parroquia por el pasu de Antonón y el pasu Jacoba, como punto de reunión. La histórica y ya desaparecida y derribada Azucarera de Veriña estaba en Puao. Luego, el camino que cruza el 'corazón' de la pedanía, en dirección a Fresno, desde la antigua carretera de Candás, obvia el nombre de Puao. "Pero es que no figuramos ni en la señalización de la carretera principal", lamenta José Ángel, el presidente vecinal.

Con todo, anécdotas aparte, la parroquia ha cambiado muchos, en servicios, en los últimos cuatro lustros. Ya no son los tiempos en los que se llegó a tener hasta siete bares, o bares tienda, como antes estaban concebidos. Para la historia quedan establecimientos como La Remolachera (que era de la abuela del actual presidente vecinal y donde se celebraban populares bailes), El Sumer, Mauro Alonso, La Cruz, La Pepa y el bar El Arañón, que cerró en 1977 y que estaba ubicado en la misma vivienda de José Bardayes, Casa Paco, cuando las caleyas interiores de la parroquia estaban casi todas sin asfaltar. Ahora apenas quedan dos en esa situación. Eran los tiempos de los 'coreanos', como de manera popular se identificaba a los trabajadores que veían de fuera para las obras de Uninsa. Desapareció la presa del río Pinzales o el entorno de verano del Parque Venecia, pero Puao sigue teniendo cooperativa de aguas y carece de saneamiento. La felicidad no puede ser completa y eso que, pese a tener 'la fabricona' omnipresente, toda la parroquia está considerada de 'interés paisajístico'. Con todo, siempre quedará el toque rural. Para ejemplo,  los 'arbeyos' de la huerta de Mario Álvarez Hevia. Hay cosas que ni Arcelor puede cambiar."

Pero otras sí, aunque no sin resistencia, la pérdida de sus fértiles vegas, así lo narraba, con los vecinos, Aida Collado:

"a Mario, como a otros muchos, no le dieron alternativa: «Yo fui de los pocos que pudieron seguir trabajando en el campo, aunque con muchas menos tierras». Por ironías del destino, ahora, el terreno vuelve a sobrar ante la falta de interés de los jóvenes por el sector. 
Pero los mayores de la parroquia aún recuerdan cómo se revolvieron como gato panza arriba para que, mientras Uninsa se acomodaba, los que en su día fueron los mayores rellenos de tierra de Europa no acabasen con algunos puntos clave, como el camino que comunicaba la parroquia con Fresno. 
«Esi camín se defendió con uñas y dientes por el uso que le daban los vecinos y porque en él estaba la finca de las Vegas Bravas», de gran importancia para los lugareños. Con más ganas que esperanza, fueron al Ministerio de Agricultura de Madrid para que evitase su destrucción, pero no evitaron un final cantando: «Adiós camín y adiós finca». 
Sepultados quedaron El Molinucu, que pertenecía a siete socios del pueblo; el puente de El Ciegu, por donde pasaba el camino de Santiago y que, a pesar de su nombre, había sido construido en el siglo XVI con cinco ojos; y el camino real, que unía Puao con el concejo de Carreño y debía su nombre a la reina Cristina, quien lo utilizaba para desplazarse de Gijón a Avilés. Todo pereció bajo los escombros. Se superaron con creces los malos augurios que algunos lanzaron cuando comenzaron las obras del tren de comerciales B. K."


El Camín Rebesosu sube ligeramente en rampa junto a Casa Herminio; verdaderamente, todo el recorrido por El Pozón es un verdadero balcón sobre el concejo de Gijón/Xixón y buena parte de la zona central asturiana


Por ello y a pesar del marco, netamente industrial siderúrgico de la zona oeste, los peregrinos admiran estos paisajes


Paisajes que llegan, al sur, a los altos picachos de la Cordillera Cantábrica, abajo seguimos viendo La Escuela o Les Escueles de Puao, donde se celebró el homenaje a Augusto Blanco, uno de los maestros que aquí dieron clase. Eva L. Machado realizó la crónica de aquella celebración, publicada también en el diario El Comercio, a fecha 25-5-2008:
"Augusto Blasco, el que fue maestro de Poago durante casi dos décadas, murió el pasado 4 de diciembre a los 100 años, pero dejó una profunda huella en la memoria de todos los que tuvieron la oportunidad de conocerle. Prueba de ello fue la emoción vivida ayer durante el homenaje que le rindió el Ayuntamiento junto a la asociación vecinal Vegas Bravas, ante cerca de medio centenar de antiguos alumnos y numerosos vecinos. 
El concejal del Medio Rural, Faustino García (Tino Venturo) junto a la hija del maestro, Angelines Blasco, descubrieron una placa instalada en la escuela donde Augusto impartió clases durante 17 años. El edificio, ahora convertido en el centro social de Poago, acogió a los numerosos asistentes que, tras el descubrimiento de la placa, escucharon con atención los discursos posteriores. 
El primero en tomar la palabra fue el edil de Educación, Justo Vilabrille, quien desglosó la biografía del mítico maestro, desde su nacimiento, en Villarejo de Sobrehuerta (Cuenca), un 7 de mayo de 1907, hasta el momento en el que decidió jubilarse, a los 68 años, de su último colegio, el Asturias, que en aquel entonces estaba en el primer piso del número 17 de la avenida de Portugal. 
Su hija Angelines puso voz a unos versos compuestos por su hermano Ángel, que ha heredado la facilidad para la lírica que tenía su padre. En clave poética, Angelines hizo un viaje 50 años atrás y recordó las fiestas por el cumpleaños del maestro, el 7 de mayo, las excursiones de fin de curso que el pionero docente organizaba, los villancicos que componía para Navidad o el cariño que daba la mujer del maestro, Carolina, cuando los niños llegaban mojados a la escuela y subían a su cocina para secar las gabardinas. 
«Fue un maestro que caló muy hondo en la formación tanto escolar como personal. Tenía un sexto sentido para aconsejarnos cuál era nuestro mejor destino profesional. ¿Quién no recuerda aquellos partidos en el camino de la Zampulla o en el Aspera del Cabrero, las galletas y la copa de moscatel a media mañana, y a la tarde la gran merienda el día de su cumpleaños?», señaló José Ángel Álvarez, presidente de la entidad vecinal y uno de los antiguos alumnos."

El Camín de la Zampulla comunica La Cruz y el campo de la iglesia con Cimavilla pasando por Les Escueles. Más abajo va la carretera Montiana hacia Pavierna por Les Quemaes, donde están Les Cases de la Fragua, recuerdo de los antiguos ferreros de Puao, al pie del Cantu'l Cuernu



Subiendo por El Camín de la Zampuya a Cimavilla, un grupo de viviendas, Casa Ezequiel, Casa Liberata y, más abajo, Casa Genarón, que están sobre El Regueru'l Castañéu, que baja al otro lado, a la sombra de los ocalitos...


Subiendo ligeramente de El Pozón a Cimavilla llegaremos al cruce de La Bombilla


Y en el cruce, otro precioso mirador sobre el valle con una vista que abarca gran parte del concejo


La Escuela y, al otro lado de la factoría de ArcelorMittal el Viaducto de Somonte, en la Autopista Y (A-8-), salvando el valle del río Pinzales donde iba el camino, cortado, que comunicaba con Sotiello (Estación del Ferrocarril de Langreo) y L'Abadía Cenero


Sobre el viaducto, El Monte Sotiello (114 m) y, más al sur, el de Los Llanos (279 m) en Piñera, divisoria con Siero


Llegados al cruce de La Bombilla continuamos de frente


La Bombilla recibe este nombre, según tradición popular, por ser donde estuvo la primer bombilla que dio luz en Puao, en un chigre o bar-tienda que aquí existió hace tiempo, Casa Gabriela o de Dolores Roza. Existen muchos lugares que se llaman igual, siempre por el mismo motivo


Frente al cruce, un llamativo árbol, especie ornamental, crece junto a la entrada de una finca


Los prados se suceden monte abajo por esta falda hasta el transformado cauce del río Aboño y su perdido valle verde


Más abajo de La Escuela, Casa Mauro Alonso y la carretera se encuentra La Campa Viñes, con La Casona, la Casa'l Reflejo, Casa Varisto o Casa Adela y Casa Francisco, ya junto a las vías del tren


Es muy posible que La Campa Viñes haga referencia a un antiquísimo cultivo de viña en esta muy fértil y soleada ladera, tal vez vinculado a la iglesia de Santa María por sus usos litúrgicos, la cual volvemos a ver, semioculta, por los árboles de La Cruz


Si hubo producción de vino, no queda ni memoria, pero sí de las avellanas, les ablanes, de las avellaneras, les ablaneres, que se vendían a la puerta de la iglesia antiguamente durante las fiestas


Un vecino nos contaba que un antiguo párroco que llegó a tirar la goxa o cesto de una de las vendedoras prado abajo, harto de que se agolpasen a la entrada y no dejasen paso a las procesiones, motivo de discusiones


A la derecha de la iglesia y también en La Cruz, el cementerio, construido en 1879 haciendo caso a una disposición, vigente en España desde finales del siglo XVIII pero lentamente aplicada, para poner fin a las inhumaciones dentro de la iglesia o en su camposanto más inmediato (alrededor) según era costumbre secular, por motivos de salubridad e higiene


En el cementerio está enterrado José Antonio García Suárez, El Gaiteru Veriña. También está el panteón de quien fuera párroco tantos años, Don Sabino García Blanco, gran benefactor de la parroquia, de quien escribe para El Comercio del 2-11-2014 (Día de Difuntos) Lucía Ramos en su artículo El encanto de los pequeños cementerios, contándonos también otras interesantes historias y curiosidades:
"...párroco de Poago entre los años 1899 y 1928. «Don Sabino García Blanco fue uno de los sacerdotes más queridos por los vecinos, como demuestra el monumento que se erigió sobre su sepulcro por petición popular», señala el actual párroco del lugar, Constantino Bada. Era, añade, un hombre de «gran presencia» a quien pocos, «ni siquiera la Guardia Civil», se atrevían a contradecir. Fue gracias a él, recalca, que la luz eléctrica llegó a la pequeña población. «Un alumbrado que, cosas de la vida, se inauguró precisamente en su velatorio», relata.

Pero ésta no es la única historia que guardan los muros del pequeño cementerio. Junto a la entrada, una sencilla lápida en el suelo indica el lugar en el que reposan los restos de los sacerdotes José y Juan López. «Tío y sobrino fueron asesinados en 1936, tras el estallido de la Guerra Civil», explica Bada. Junto a ellos reposa otro antiguo párroco, José González, quien durante años estuvo empeñado en ser enterrado, sin lápida ninguna, en el camino central del camposanto. «Quería que todo el que entrase pasara por encima de él en señal de humildad. Menos mal que sus parroquianos lograron finalmente convencerle de que no lo hiciese», señala Bada."

Desde La Bombilla subimos un poco más y llegamos a Cimavilla, el barrio más alto de la parroquia


A la derecha, El Camín del Monte la Llana y Casa Amada: nosotros seguiremos de frente todo recto siempre por el Camín Real. En medio, los vecinos acondicionaron un pequeño espacio de descanso y parada para los peregrinos


Así estaba hace unos años, con un banco de madera y varias señales pintadas, así como algo de información pertinente


Hitos kilométricos. Estamos a 16 kilómetros de Avilés y a 320 de Santiago de Compostela


Caja de los mensajes, convenientemente vigilada


Señalización a Casa Amada, donde se sellaban las credenciales


Señalización del Camino, concha y flecha


Conchas xacobeas, hitos del Camino, con el nombre de la parroquia



Cuando crecía el arbusto y en primavera se llenaba de hojas, proporcionaba un buen refugio, sobre todo en jornadas de sol castigador, durante todo el verano y gran parte del otoño


Así estaba la última vez que pasamos, el banco había desaparecido y en su lugar había restos de un palé. El tejadillo del refugio se había repuesto pero se habían retirado las conchas, la caja de los mensajes y el anuncio del sellado de credenciales


En Cimavilla, el Camino se torna más llano durante un buen trecho, nos asomamos a esta tapia para contemplar también desde aquí el panorama


Casa Lolo Geromo: la ciudad va quedando atrás, otro hito del Camino de Santiago, de la que nos dice así la Xacopedia:
"Concejo de 275.699 habitantes en el Camino del Norte o de la Costa en el Principado de Asturias. A 350 km de Santiago. La entrada en el concejo gijonés tiene lugar por la parroquia de Deva, paraje que conserva los restos de un templo prerrománico y donde además hay un camping. Se alcanza esta población tras salvar el collado del Curbiello, en la vecina Villaviciosa. A continuación vendrá el camino que atraviesa el barrio de Cabueñes, lugar donde se levantó, entre 1947 y 1957, la serie de edificios que componen la Universidad Laboral de Gijón, cuyo origen era un orfanato minero. Llegó a ser una de las mayores instituciones educativas de España, así como la primera universidad laboral del país, compuesta por iglesia, teatro, plaza mayor, torre, etc. Una de las hornacinas del templo custodia una imagen de Santiago Apóstol a lomos de su caballo blanco. Seguidamente, el intrincado barrio residencial de Somió y el puente sobre el río Piles nos adentran en la urbe. Los peregrinos deberán llegar hasta la playa de San Lorenzo, pues al final del paseo marítimo se encuentra el barrio de Cimadevilla, el casco histórico de Gijón. 
Aunque la zona poblada se remonta más de 2.500 años atrás -tal y como atestiguan los restos encontrados en la Campa Torres- no será hasta tiempos de los romanos (s. IV) cuando empiece a consolidarse como punto estratégico del imperio, debido a su puerto. Las rutas que partían hacia la Galia pasaban por este enclave, conocido como Gigio, aunque más importantes eran las comunicaciones con el sur peninsular, lo que hoy en día se conoce como Vía de la Plata, uno de los numerosos itinerarios jacobeos que cruzan la península y que tiene su inicio en Sevilla. Por esta posición geoestratégica privilegiada, se acometió durante ese mismo siglo IV la fortificación de la urbe, en la península de Santa Catalina. También de la antigua colonización romana quedan a día de hoy las termas (s. I d.C.) en Campo Valdés. 
Tras unos siglos de silencio, la historia de Gijón vuelve a tomar vida con la concesión llevada a cabo por el monarca Alfonso X de la Carta Puebla, en el año 1270. En el siglo XV apenas se contabilizaban doscientos habitantes, razón que no impediría que por aquel entonces existiera un albergue de peregrinos en la capilla de Nuestra Señora de Los Remedios. Pero si alguien contribuyó a engrandecer la urbe fue Gaspar Melchor de Jovellanos, oriundo de la villa. Los proyectos de Jovellanos consiguieron fortalecer las comunicaciones de Gijón con los centros carboníferos de la región y con Castilla, así como ampliar el limitado puerto. El desarrollo logrado desde entonces -tan sólo paralizado durante la Guerra Civil- convirtió a la ciudad en lo que es hoy, la más poblada del Principado, así como uno de los principales puertos de Asturias. 
La zona monumental de Gijón se ubica en el barrio de Cimadevilla, famoso por sus chigres o sidrerías. Entre las principales construcciones cabe mencionar el palacio de Revillagigedo (s. XVIII), actualmente Centro Internacional de Arte, construido sobre una antigua torre medieval y anexo a la colegiata barroca de San Juan Bautista (s. XVIII). Vestigios del románico son las iglesias de San Andrés de Ceares, de San Juan Evangelista o de Santa María Magdalena. Se cree que en el año 1331 el templo de Santa María Magdalena tenía adosada una leprosería. Cimadevilla también alberga la casa-museo de Jovellanos. En la zona alta del antiguo distrito, en el cerro de Santa Catalina, se localiza el convento de las Agustinas Recoletas (s. XVIII), reconvertido en fábrica de tabaco en el siglo XIX. Eduardo Chillida colocó en la atalaya del cerro su Elogio del horizonte en 1990. Todo el barrio de Cimadevilla está considerado Conjunto Histórico-Artístico. 
No cuenta la urbe con un albergue de peregrinos aunque sí hay un albergue juvenil, el de San Andrés de Cornellana, a unos 3 km al sur del centro de la ciudad. En el pasado, cuando las peregrinaciones estaban en su primera época de auge, la ciudad era lugar de paso de romeros debido a la asistencia que ofertaban las instituciones caritativas. 
En la Campa Torres aparece el primer mojón que indica la salida de la ciudad. La AS-19 es la vía que conduce a las afueras de Gijón. A continuación, la próxima población es Poago, a la que el caminante se acerca por carretera. La siguiente parte del itinerario es en ascenso, hasta alcanzar la altiplanicie del monte Areo, actual divisoria de los concejos de Gijón y Carreño. Aquí se encuentra la mayor necrópolis del Principado de Asturias, con vestigios funerarios que datan del Neolítico -de cinco mil a tres mil años de antigüedad-. En el descenso se revela el valle de Carreño."

El Polígono Residencial de Pumarín, con su inconfundible amasijo de torres, destaca sobre los polígonos de Tremañes


Ahora, más lejos, reconocemos, a la izquierda de la gran torre de la Universidad Laboral, el Hospital de Cabueñes con sus edificios de color claro. Luego va la gran meseta de L'Infanzón y, atrás El Monte Cañéu, encima de Les Mariñes de Villaviciosa


La Torre, con sus 130 metros de altura, es el edificio más alto de Asturias y el elemento más significativo del conjunto, dice la Wikipedia, a lo que añade:
"siendo más alta que la torre de la Catedral de Oviedo y el edificio de piedra más alto de España. Un ascensor interno permite acceder al mirador, en la planta 17, desde donde se divisa la ciudad. Tiene como referentes estéticos diversos edificios históricos, como el Faro de Alejandría, la Torre de Hércules o la Giralda. Los azulejos que recubren los interiores de la torre son de cerámica de Talavera de la Reina. Puesto que fueron pintados a mano, cada uno de ellos es una pieza única."

Casa Pérez, Al fondo Casa Geromo, donde empezaremos la última gran subida a la cima del citado Monte Areo. Si bien no en el mismo Camino, alguno de los campos de túmulos megalíticos en él existentes están muy próximos a él y pueden visitarse cómodamente


A la derecha, Casa Rosa


A nuestra izquierda, El Camín de la Zampuya, con el que nos cruzaremos en Casa Geromo


Unas curuxas o lechuzas a la entrada de Casa Pérez


Con el nombre de la casa en una placa


Paisaje desde Casa Pérez, en estos lugares siempre nos acordamos del título de aquella mítica película ¡Qué verde era mi valle!, del no menos mítico directo John Ford, año 1941. El 3-11-2007, Albina Fernández, periodista de La Nueva España, publicaba Vegas bravas y con futuro incierto, un reportaje dedicado a esta parroquia con motivo de una muy interesante tertulia organizada con los vecinos:
"Poago es una de las parroquias más desconocidas de Gijón, pues vive a la sombra de sus vecinas: Veriña y Montiana. Y eso a pesar de que la fábrica de Arcelor (conocida como fábrica de Veriña) está en Poago en un 50% de su extensión. La fábrica es la cara y la cruz de Poago, porque si bien dio y da empleo a muchos vecinos, también es muy negativa por el impacto ambiental, la contaminación y la devaluación que provoca en el suelo de la parroquia. Los vecinos, sin embargo, están muy contentos de vivir en Poago, tienen buenos servicios y no lo cambian por nada, «pese a los petardazos de la fábrica», además, confían en el futuro, después de que algunos jóvenes hayan apostado por quedarse. 
Éstas son las conclusiones de la tertulia organizada por LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, en la que participaron Ana Menéndez Ariste, que con raíces en La Foz de Morcín llegó hace cinco años a Poago para abrir el bar y se casó en el pueblo. Amada González Álvarez, de Poago, es jubilada del campo; Ascensión Fernández Álvarez, de Poago, ganadera en activo con su hijo, su marido está jubilado del campo, tienen unas 50 cabezas y es la única familia de la parroquia que vive exclusivamente del campo. Por último, Mauro Alonso Suárez, de Poago, es jubilado de la construcción y gran conocedor de la historia de la parroquia, y José Ángel Álvarez Rodríguez, que es el presidente de la asociación de vecinos. 
Mauro Alonso. Estamos a cinco kilómetros de Gijón y nadie nos conoce, es más, hay quien piensa que somos de Montiana cuando nuestra historia como parroquia, Santa María de Poago, se remonta al menos al año 1600. Empezó con 26 vecinos y llegamos a ser 500. 
Ana Vázquez. Es un sitio que no esperas, que te sorprende. Yo llegué por casualidad y con depresión, cogí el bar, se me quitó todo y además encontré al hombre de mi vida... 
Amada González. Tenemos un paisaje espectacular, con una vista única del concejo, pese a la fábrica, y la gente merece la pena. Teniendo coche para desplazarse se está muy bien. 
José Ángel Álvarez. ... Pero no existimos. Están señalizadas Veriña y Montiana, Poago no. 
Ascensión Fernández. El pueblo no es lo que era y sólo vivimos nosotros del campo. Menos mal que ahora subió un poco la leche, aunque también los piensos. Esto no hay quien lo entienda: pagaron por cerrar las ganaderías y ahora tendrán que pagar para que se abran, porque no hay leche y los precios se pueden disparar. 
Ana Vázquez. Aquí las vacas dan leche con hierro, por lo que suelta Arcelor. 
Amada González. Antes todo el mundo tenía dos o tres vacas y se trabajaba en Moreda o en la Fábrica de Loza. Ahora nadie las quiere. Es un trabajo muy duro porque no hay días libres. Y eso que ahora es coser y cantar. Antes era el triple de trabajo, porque todo se hacía a mano, pero a mí me gustaba más, había mucha armonía. 
Mauro Alonso. Íbamos al molín y siempre había fiesta. Todos nos ayudábamos a recoger la cosecha y al final lo celebrábamos con el chorizo y la tortilla. 
Amada González. La aldea era más esclava pero más alegre. No había periódico, pero no se necesitaba, porque en el lavadero nos enterábamos de todo. 
Ascensión Fernández. Yo quiero recordar a maestros como Prilidiano, Eladia y Augusto Blasco, que es centenario y aún asiste al encuentro de ex alumnos. 
José Ángel Álvarez. Debió de ser el primer maestro que dio Bachillerato elemental en la zona rural. Nos examinábamos libres en el Jovellanos. 
Mauro Alonso. También hubo buenos curas. Don Sabino, por ejemplo, nos trajo la luz, que, por cierto, se inauguró en 1928, el mismo día que él murió. 
José Ángel Álvarez. Tenemos una historia interesante. No en vano somos de las primeras asociaciones de vecinos de España. Nació en 1894 como junta vecinal, y aquí seguimos. Y conseguimos muchas cosas, como un buen transporte, hace más de 40 años. También en eso fuimos pioneros. 
Amada González. Seguimos un poco envejecidos, porque hay más jubilados que trabajadores. Hubo un «boom» de marchar todo el mundo a la ciudad, pero eso fue general en las parroquias. 
José Ángel Álvarez. Aquí más por Arcelor, que es mala, pero dio mucho de comer desde que se puso ahí, en 1959, e invadieron los caseríos y las vegas. 
Ascensión Fernández. También marchó mucha gente porque no hay mucho edificable. El Plan General nos perjudicó mucho. 
Mauro Alonso. Con el PGOU pasó lo mismo que con Uninsa, pagaban muy poco por el suelo y la gente se opuso, pero no lograron nada. Fue bueno para Asturias y para los que consiguieron trabajo; para el pueblo, no tanto. 
José Ángel Álvarez. Toda industria es buena, pero lleva su contrapartida. 
Mauro Alonso. Y también ella debería tener contrapartidas para el pueblo. Da trabajo, pero también contaminación y problemas, y no tiene ningún miramiento, como Cogersa o Du Pont. 
Ascensión Fernández. Colaboró con la iglesia y el cementerio, pero podía ayudarnos a pintar las casas que están destrozadas por la contaminación, sobre todo por el parque de minerales. 
Amada González. Lo malo es que estamos tan acostumbrados a ella que cuando no funciona ya no podemos dormir sin el ruido. 
Ana Vázquez. Lo mejor es que ahora estamos haciendo muchas cosas para que esto no se muera y los jóvenes responden. 
Mauro Alonso. Otro problema son las casas cerradas. La gente ni las vende ni las alquila. 
José Ángel Álvarez. Ahora están comprando muchas casas los portugueses. Vino una familia y habrá cuarenta que están cogiendo medio pueblo, pero muy bien. Se integraron perfectamente y la convivencia es total. 
Mauro Alonso. Yo pido al Ayuntamiento que limpie zonas como la Cantera, donde se podría hacer un área recreativa. 
Ana Vázquez. Y que pongan límite de velocidad en el cruce de la iglesia y Montiana. Pasan los coches a más de cien. 
Ascensión Fernández. La reparación del puente de la azucarera es lo más urgente, porque va a caer un día de estos. 
Mauro Alonso. De paso, que resuelvan el estrechamiento de Zarracina, que está en el Camino de Santiago y es muy peligroso."

De nuevo el binomio campo e industria ante nuestros ojos, una estampa que se repetirá más tarde, cuando lleguemos a Tabaza, en Carreño, y atravesemos Trasona, en Corvera, rumbo a Avilés


Desde aquí volvemos a ver la iglesia de Santa María de Puao y el cementerio (a la izquierda de la foto)


Abajo, las arboledas recuerdan las historias del antiguo Castañéu Santana y La Campa Viñes, memoria de un valle que se fue


Restaurada en los primeros años del siglo XXI, El Comercio describe cómo fue el acto de su reinauguración, con motivo de las fiestas, en este artículo publicado el 27-7-2007:
"Poago empezó fuerte sus festejos. Pese a ser día laborable, numerosos vecinos se acercaron ayer a ver con sus propios ojos cómo había quedado la remozada iglesia de Santa María. La reinauguración se realizó con una misa en la que cantó la coral Aires del Mar y que cooficiaron el vicario general de Asturias, Juan Antonio Menéndez, el párroco de Jove y el de Monteana y Poago. Santa Ana y los vecinos hicieron una parada en la procesión para escuchar cómo el tradicional restallón de Poago llenaba de ruido y humo el cielo de la parroquia. 
Por la tarde grandes y pequeños probaron puntería con el tiro con gomeru. A las diez y media de la noche el dúo Marfil comenzó a desplegar todo su repertorio con el que los asistentes no pararon de bailar. 
Poago empezó fuerte sus festejos. Pese a ser día laborable, numerosos vecinos se acercaron ayer a ver con sus propios ojos cómo había quedado la remozada iglesia de Santa María. La reinauguración se realizó con una misa en la que cantó la coral Aires del Mar y que cooficiaron el vicario general de Asturias, Juan Antonio Menéndez, el párroco de Jove y el de Monteana y Poago. Santa Ana y los vecinos hicieron una parada en la procesión para escuchar cómo el tradicional restallón de Poago llenaba de ruido y humo el cielo de la parroquia. 
Por la tarde grandes y pequeños probaron puntería con el tiro con gomeru. A las diez y media de la noche el dúo Marfil comenzó a desplegar todo su repertorio con el que los asistentes no pararon de bailar."

Pero la gran vega que motivó un muy temprano movimiento vecinal ha desaparecido, de aquel episodio asociativo, Una historia de dos siglos, es como titula M. Suárez, también para La Nueva España, su reportaje dedicado a esta entidad pionera:
"La Asociación de Vecinos «Vegas Bravas» de Poago es una de las más antiguas de España. Su junta directiva muestra, para acreditarlo, un libro de actas envejecido por el paso de dos siglos de historia. En él, aparece el 6 de enero de 1894 como fecha de constitución de lo que entonces se denominó junta vecinal «Vegas Bravas». ¿Su objetivo? Administrar los distintos asuntos que pudieran afectar a la parroquia. 
La primera responsabilidad que asumió la junta fue la de gestionar la finca que una vecina había donado al pueblo. La asociación lleva el nombre de esa parcela. Para sacarle partido al terreno, se decidió subastar su explotación e invertir en Poago lo que pagaba el adjudicatario. Cada cinco años, como máximo, se cambiaba de llevador. Y, así, hasta que Uninsa -luego Ensidesa y hoy Arcelor Mittal- se instaló en la zona. 
Entonces «expropiaron la finca y el dinero que nos dieron se metió en el banco. Lo tenemos invertido y, ahí está, produciendo», explican los portavoces de una parroquia que ha sabido suministrar bien sus recursos. Una parte de los intereses se destina a aumentar capital. La otra se gasta en Poago, como se hizo siempre. «Tenemos un patrimonio, pero necesitamos subvenciones como cualquiera, porque aquí organizamos muchas actividades», matizan los vecinos. 
La junta creada en 1898, con José Hevia como primer presidente, pasó a llamarse en 1974 Asociación de Cabezas de Familia «Vegas Bravas», que es como el franquismo bautizó al movimiento ciudadano de la época. Con la llegada de la democracia empezó a hablarse de asociaciones de vecinos. La de Poago, siendo presidente Manuel Álvarez (Lolo Manés), se registró en Gijón con el número 31 y en el Principado con el 566. 
Dieciséis presidentes vecinales ha tenido en total la parroquia de Poago, actualmente liderada por José Ángel Álvarez. De gestionar la finca «Vegas Bravas» se ha pasado a la preocupación por los efectos que la actividad industrial ha ido teniendo sobre la zona."

Dejando a la derecha Casa Rosa avanzamos hacia Casa Geromo, caminando por los últimos metros llanos que nos aguardan en este trayecto


Primeramente la antigua cuadra y la vivienda de Casa Manolo'l Molín


Pasándola, llegamos a cruce de Cimavilla, un topónimo muy habitual, en el concejo hay varios, de su etimología y origen cuenta de esta manera Ramón d'Andrés:
" este topónimo compuesto está formado por dos elementos lingüísticos asturianos. El primero es el sustantivo cima ‘parte más alta de algo o de un lugar (de un pico, de una peña, de una población)’. El segundo es el sustantivo villa, que aquí se interpreta como ‘población cabeza de concejo’, ‘población más grande que un pueblo, con mercado y con servicios administrativos’. Así pues, Cimavilla quiere decir ‘la parte alta o ubicada en la cima de la villa’, y es un topónimo muy corriente en la geografía asturiana. Ambas palabras se escriben unidas porque el conjunto está dotado de un único acento, en la sílaba «vi». Se prescinde de la preposición de (en un principio sería Cima de Villa), hecho muy corriente en el asturiano cuando está precedida de vocal: un vasu lleche, la casa Xuan, etc. 
Etimología: cima procede del término latino cyma [kíma] ‘retoño o tronco nuevo de una berza y de otras plantas’, tomado del griego kýma ‘brote, capullo, retoño’. La idea de cumbre nace de la noción de ‘parte final de un retoño o de una rama’. Por su parte, villa proviene del latín vīllam [wíl·lam], con el significado de ‘casería, finca, casa de labranza’; el hecho de que alrededor de muchas caserías crecieran poblaciones, hizo que villa pasara a significar ‘población’."

Y en el cruce Casa Geromo, con su panera, que se dice vino hace muchos años de Tamón, en Carreño, otro hito caminero que prontamente recorreremos en ruta a Avilés: el Camino de Santiago sigue a la derecha


Justo aquí es donde volvemos a subir, siguiendo en todo momento el trazado del Camín Real


Una sebe a nuestra derecha separa el Camino de la finca de Casa Manín


Arriba, otro grupo de casas y, en medio, un pequeño lugar de descanso en cuesta, en mitad de un cruce, un buen lugar para hacer un alto y descansar antes de retomar este duro recuesto y continuar hasta lo alto del monte



A continuación de Casa Geromo, Casa Fausto


Casa Manín y sus huertas, a nuestra derecha


Atendamos a las flechas, pintadas en los postes telefónicos. De frente Casa Manolo, cerca de Casa Marcelo


 
A mano derecha Casa Casilda o Casa Amadeo y la Casa'l Polesu. Nosotros seguimos todo de frente en esta encrucijada



Pasamos bajo el árbol y seguimos subiendo, todo de frente y recto, directamente



A la izquierda es El Camín de Casa Andrés, que va a La Fonte Peri y El Regueru'l Castañéu



Aquí la cuesta se vuelve muy pendiente y es posible que, aunque no lo tuviésemos pensado, nos apetezca descansar aquí y recuperar aliento antes de proseguir por ella


Es un hermoso lugar para detenerse en este lugar, al pie de Casa Vitorio o Casa Covadonga



Abajo a nuestra derecha, en El Camín de Casa Andrés, Casa Fero, con una vista estupenda del Cantu'l Cuernu, un cantu es, en este caso, la cresta de una loma; el cuernu sin duda se refiere al picudo promontorio a su derecha



No deja de ser un buen lugar para, desde aquí, despedirnos de Gijón/Xixón y su concejo, con estas buenas vistas


La larga Llomba Riosecu, frontera natural con Villaviciosa, al oeste-suroeste y, abajo, en medio, el Monte la Fana, que se alza, no a mucha altura per sí prominente en medio del concejo, entre Tremañes, Roces y Porceyo, cuyos polígonos asoman a lo lejos a la derecha


La Peña los Cuatro Xueces, donde según la tradición se reunían cuatro jueces o alcaldes, gijonés, villaviciosino, saregano y sierense a tratar de asuntos del común, principalmente pastos de esos montes, hoy plantados de pinos y eucaliptos en gran parte, y asuntos similares


El Picu Fariu, una de tantas cimas de estos cordales que, si bien no de una gran altura, ofrecen grandes vistas de la costa y del interior desde su elevada y estratégica atalaya natural


El Picu'l Sol, de la misma manera que Fariu está relacionado con faro (antaño de hogueras o señales lumínicas y visuales similares), el término Sol aplicado a montañas suele tener que ver con ser, en sí mismos, un verdadero reloj de sol, según la posición de este respecto a su cima o silueta


El Picu Samartín, sobre Samartín de Güerces y el valle de Llantones, parroquia de Llorio, de donde era el célebre Alfredo, El Gaiteru Llantones, otro gran músico popular Más cerca, la campiña de La Pedrera y Porceyo, sobre algunos barrios de L'Abadía Cenero, como Caraveo, de donde era José Sánchez, genial tamboritero popular. Ambos, como El Gaiteru Veriña, alegraban encuentros y fiestas, cantándose aquello de:
El Gaiteru Llantones
y El Tambor de L'Abadía
son los qu'alegren la xente
na güena romería

Después del tiempo que estimemos oportuno, nos levantamos de la mesa y reemprendemos la marcha, aún nos aguardan unos metros más de cuesta para llegar al alto y unos cientos de metros antes de dejar la parroquia de Puao y el concejo de Gijón/Xixón


Y así, con El Cantu'l Cuernu a la izquierda y El Monte la Llana a la derecha, acometemos la excursión por el Monte Areo, que no ha faltado quien lo ha relacionado con las Aras Sextianas, colocadas por los romanos en honor a su emperador Augusto tras la conquista del territorio e incorporarlo a su imperio al llegar a Noega, el castro de La Campa Torres, su última frontera. Esta es la información que nos ofrece la Wikipedia:
"El monte Areo, o monte de San Pablo , es un monte que se encuentra entre los concejos asturianos de Gijón y Carreño (España). Tiene unos 7 km de longitud y su máxima cota se sitúa en los 264 metros. 
La denominación de monte de San Pablo es debida a que existía una capilla en su cima dedicada al apóstol, hoy desaparecida. Este lugar fue emplazamiento de las Aras Sextianas, monumento en honor a César Augusto emperador de Roma, erigido hacia el año 19 d. C. como honor por el triunfo de las tropas romanas ante las tribus astures que poblaban la zona. 
Etimológicamente la palabra Areo podría provenir de monte de Iroba o monte de las Aras. 
O dado que dichas Aras Sextianas erigidas en honor de Cesar Augusto (depositadas hoy en el Tabularium Ars Asturianenses, si bien una copia fideligna se halla reproducida dentro de los bunqueres de artillería de la Guerra Civil, hoy local museístico, sitos en el castro de la Campa Torres) no se encontraban estrictamente en el mismo monte, si no en la Campa Torres, separada nitidamente de aquel por la garganta de la ria del Aboño formada por la confluencia del rio Aboño y Pinzales a la altura del antiguo merendero Venecia. Bien pudiera semanticamente dicho nombre Areo aludir a la procedencia de la gens allí sepultada 4.000 o 5.000 años antes de Cristo esto es el pueblo ARIO o indoeuropeo. Que trajo la agricultura y la ganadería y creó los primeros asentamientos estables y que vino a sustituir a los antiguos pobladores nómadas cazadores-recolectores."


Las Aras Sextianas aludirían a Lucius Sestius Quirinalis, legado de la efímera Provincia Transduriana que abarcaba el territorio recién conquistado a los astures, y habría sido colocada por Cneus Carlpurnius Piso, gobernador de la Provincia Tarraconense en la que se englobaba


Dichas Aras se supone estarían en el citado castro de Noega, o a su entrada, o estarían en el Monte Areo, el de las aras, su antesala por los viejos caminos de la antigüedad, que comunicaban al castro, limitado y defendido de forma natural por la Ría de Aboño y el desfiladero de Entrepeñes. El filólogo Xosé Lluis García Arias lo explica en Toponimia asturiana, el porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"El culto al emperador debía de ser una realidad en algunos puntos como nos recuerdan las llamadas ARAS SESTIANAS levantadas en su honor por Sestius en algún punto de nuestra costa y a las que hemos aludido anteriormente. Pero el hecho de que se hable en plural pudiera estar indicándonos que en otros puntos habría podido levantar SESTIUS otra ara aislada que podría haber cumplido no sólo necesidades impuestas por el culto oficial sino servido de punto de referencia, de orientación o, incluso, de divisoria territorial. De ese modo desde (ARAM) SESTIANAM podría justificarse el citado La Xinxane o La Xinxania en el límite de Valdés y Cuideiru. Un ara, no necesariamente sestiana, pudo haber sido erigida en Aramil, aunque este topónimo admite más de una explicación simplemente antroponímica. 
El mismo Jovellanos interpreta el topónimo Ares (del que desconozco la ubicación) y probablemente Areo(el texto impreso escribe “Arco”) como un plural, mejor diríamos colectivo, de ¯ARAM ‘altar’ (EM). Probablemente, en este caso, se refiere al monte de Carreño conocido como Monteareo que, efectivamente, al ser un excelente lugar alto y de cara abierta al mar, resultaría muy adecuado para cuantos monumentos votivos se precisaran. Pero, al tratarse de un monte caracterizado por la abundancia de aguas podría entenderse desde una raíz hidronímica *ARA-. Sin embargo, la temprana documentación como “Areo” parece que no aconseja interpretar el topónimo como un colectivo en -ETUM por lo que, quizá, Areo puede entenderse como continuador del antropónimo AREIUS (Solin) o ARELIUS."

Esos caminos, prehistóricos, serán los principales hasta la construcción de las primeras carreteras, muy avanzado en siglo XIX, y por ellos transitarían también los peregrinos de antaño, según se recoge de la documentación a respecto. El Camino será recuperado con la señalización jacobita del Camino de Santiago y la de la Vía de la Plata


Si bien sus cotas más altas apenas pasan de los 200 metros, su extensión y su posición prominente en la base del triángulo geográfico del Cabu Peñes (concejos de Carreño y Gozón), así como sobre los valles de Aboño, Tamón y Carreño, lo hacen especialmente significativo, emblemático y visible, a lo que habríamos de añadir totémico, en incluso sagrado, con sus necrópolis tumulares, cristianizadas con una desaparecida capilla dedicada a San Pablo


En mitad de la cuesta, y en mitad de esta curva, Casa Gorio, como se conocía a su dueño, Gregorio Castro


Frente a Casa Gorio es el cruce con El Camín de les Fazones, que baja a El Reguerón por Casa El Pilu, pero nosotros seguimos de frente, a la derecha, por la pista asfaltada


Un buen repecho ante nosotros, a la derecha, Casa Isidro, con su hórreo de corredor enfrente. Más arriba, en lo alto, La Caleya'l Depósito


A la izquierda, La Panera de Jamín, con su portón entre columnas similares a los pegollos de un hórreo, con sendas figuras sobre ellos, entrada a la finca El Pradín


Concha y flecha en la tapia de El Pradín


Y el nombre de la finca...


Desde La Panera de Jamín, el valle de El Reguerón, formado por El Regueru'l Castañéu, aguas arriba El Castañéu Santana. A lo lejos El Cierru la Llana y Les Fazones, a la derecha y aquí cerca la Casa'l Pilu, encima de La Regata'l Llobu


Y El Cantu'l Cuernu, abajo está La Fuente los Melandros y Fonteperi, en términos de Pavierna


Llegamos así a las últimas casas de Cimavilla, de Puao y del concejo de Gijón: a la derecha la entrada a la Casa Isidro



El hórreo, visto desde la portiella, parte cerrado con faldón de listones de madera y parte es de corredor


Seguidamente, Casa Beyty, antes Casa Bautista, por donde sigue la cuesta todo recto y de frente, en empinada subida muy fuerte


En la entrada de la casa, un precioso detalle


Una concha xacobea rodeada de conchas peregrinas marinas formando a su alrededor un cuadro y una cruz abajo


 Al lado señales de la Ruta de la Plata, largo camino del sur, sendero de largo recorrido GR-100, con el que coincidimos unos metros en nuestra ruta hacia el Monte Areo, que recorreremos en gran parte, entrando en el concejo de Carreño por el lugar de San Pablo, a escasos metros de la necrópolis tumular de Les Güelgues, rumbo a El Valle, en Carreño, poniendo rumbo a Avilés









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