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domingo, 28 de agosto de 2016

POR EL VALLE DE TRABADA Y SUBIDA A LA SERRA DA CADEIRA (GALICIA) CAMINO NORTE HISTÓRICO (10)


El Camino sale de Trabada en Muín Queimado

Los peregrinos del Camino de Santiago del Norte que han escogido el Camín Vello o histórico que ha cruzado el Eo en la Ría de Abres (unos kilómetros al sur de Ribadeo), han llegado a Trabada, capital del concejo de este nombre, y salen de la población tomando en Muín Queimado, el camino que se dirige al oeste por el valle del Rego de Trabada en dirección a la Serra da Cadeira, que vemos en lontananza, para bajar posteriormente al valle de Lourenzá, O Val,  y de allí proseguir a Mondoñedo, donde este Camino se unirá al que viene de Ribadeo, ambos oficiales


Pasamos aquí ahora sobre el puente del Rego de Trabada. Antaño, muchos siglos atrás, cuando Ribadeo apenas era un pequeño puerto en la ría, los peregrinos hacían mayoritariamente este Camino. Solo más tarde, cuando Ribadeo y otras poblaciones del estuario, como las asturianas de Castropol y Figueras/As Figueiras crecieron y se convirtieron en importantes enclaves y villas, los romeros empezaron a acogerse a sus centros hospitalarios, fundados por diversas órdenes que allí se establecían y, además, a aventurarse a cruzar la ría en lanchas u otras embarcaciones


No obstante, dada la peligrosidad de las corrientes marítimas y fluviales, junto con lo gravoso del pasaje, fueron numerosos los peregrinos, arrieros y viajeros en general, que continuaron realizando esta ruta, la cual desde Tol en Castropol (Asturias) va por Lantoria, Vilavedelle y Seares a Vegadeo/A Veiga, subiendo de allí a Miou y, desde el viejo mesón de A Sela de Murias, baja a Abres para pasar a Galicia allí donde el río Eo es más estrecho en la denominada Ría de Abres, antes por A Ponte Vella, ahora por A Ponte do Fondrigo. Puente ese de A Ponte Vella que suponía el único paso a pie en el bajo Eo. Luego por Sante subían a Trabada, un itinerario recuperado y oficialmente reconocido en el Camino de Santiago del Norte


Desde las vegas del Rego de Trabada vemos la aldea de O Río, bajo los montes de O Roxal y el pico de A Órrea (596 m) estribaciones de la Serra da Cadeira totalmente plantadas de eucaliptos, como la mayoría, por no decir todas, las serranías circundantes


Al otro lado del río, Muín Queimado y el monte de de Os Chaos, plantado también de eucaliptos. En el gallego de la zona los diminutivos en ín imperan: se trata de un antiguo molino (muiño en gallego normativo) que figura como muinqueimado en el Catastro de Ensenada de mediados del siglo XVIII


Junto con este, en dicho Catastro de Ensenada se mencionan en Trabada los molinos de A Mestas, A Pontegorda, A Carreira, Pozo da Abarira, A Presa Vella, As Pereiriñas, A Ínsua, O Batán, Porto da Canda, O Souto, O Río, Xuga y A Escanarega. Antaño estos molinos era muy importantes, el pan se hacía en casa y... se plantaba: trigo, maíz, cebada, centeno, etc., moliéndose su grano. Los había de varios propietarios que se turnaban para moler o de uno solo que cobraba un tanto de lo molido


A partir de mediados del siglo XX, ya con luz en cada casa, empezaron a emplearse molinos eléctricos, con lo que los viejos molinos hidráulicos empezaron a caer en desuso. Con la mejora de las comunicaciones los panaderos de las villas comenzaron a distribuir el pan a domicilio diariamente, mientras, mucha gente dejaba también las aldeas para asentarse en las ciudades y villas en crecimiento, buscando los trabajos de industria y servicios. En los 1990 un cambio legislativo aplicó tributos a la molienda como actividad industrial, lo que hizo desaparecer a la mayor parte de los molinos que aún trabajaban. Hoy en día los que siguen funcionando son muy muy contados. Algunos han sido restaurados pero más como elemento etnográfico o atractivo turístico que para volver a trabajar en ellos como antaño


Subimos un poco en O Río, lugar documentado por primera vez en el año 1085 en una donación al monasterio de San Salvador de Lourenzá, dueño de gran parte del territorio


A la derecha a lo lejos, Redondo, enclave que aparece ya en un documento de 1230 relativo a una cesión de este terreno al monasterio de Meira, otro de los cenobios con propiedades en Trabada, tal y como nos informa Xulia Marqués Valea en su estudio Toponimia de Trabada


En O Río no subiremos hasta las casas sino que pasaremos de largo en el cruce, siguiendo todo recto de frente


El Camino, aquí vía local asfaltada, hace este gran tobogán a manera de montaña rusa que baja y seguidamente sube sin perder su trazado recto hacia A Escanarega, cuyas casas vemos allí enfrente 


Abajo se cruza otro de los puentes sobre el Rego de Trabada, que forma varios meandros en el valle



A Escanarega figura escrito como Escanlarega en papeles del siglo XVII, su significado es lugar de plantación de escanda (Triticum dicoccoides), ancestral variedad de trigo que prácticamente ha dejado de plantarse, quedando únicamente en algunos lugares de Asturias y en la India. Su mayor diferencia con otros trigos es que su grano se encuentra encapsulado en una vaina o cascarilla que no se desprende con la trilla sino que hay que emplear molinos especiales


En la actualidad los grandes cultivos que vemos en esta ribera son de fabas y maíz


As Lóngaras, terrenos largos, como su nombre indica, aprovechando esta veiga


Sobre el río, las casas de Redondo. En lo alto, los montes de Penas Mouras  y del Monte do Marco, en cuya cima se sitúa el Marco da Pena Verde, donde hay localizado un hito a manera de menhir. el cual marca la divisoria entre Trabada, Ribadeo y Barreiros.  Este Marco da Pena Verde es pues un monumento megalítico, citado como Pedra Ficta (Pedrafita) dentro de la descripción de buena parte de todo este territorio, "entre los ríos Eo y Masma" (Iuva et Masoma), hecha en el famoso Diploma del Rey Silo del año 775, en un latín ya muy romanceado cuya traducción viene a ser:
"Para mí, Silo, es cosa grande y distinguida, para provecho de mi alma, hacer una donación como lugar de residencia a los hermanos y siervos de Dios, Pedro presbítero, Alanto converso, Avito presbítero, Valentino presbítero y a los otros hermanos que están en el mismo lugar o a quien Dios había llevado allí porque esos siervos de Dios nos habían besado los pies para que les diésemos un lugar de oración en nuestra finca que está situada entre el Eo y el Masma, entre el riachuelo Alesancia y el Mera, lugar que se llama de la Luz, delimitado desde la casa de campo en donde vivió nuestro melero Espasando y por el Mar Negro y junto al monte que se llama Faro y por las Piedras Blancas y por la laguna hasta la otra laguna y hasta Pedrafita y por la laguna y por el vilar que se llama del Deseo y por el campo que se llama Alesancia y por la otra Pedrafita que está en el monte sobre Tabulata (Trabada) por el camino que separa el límite hasta el lugar que se llama Areas y el campo que se llama Comasio con todas las salidas y en la vuelta dos castros con toda su producción, los montes y los vallados de zarzas que allí hay con todas sus salidas y todo lo arriba citado os la doy como obsequio y os lo concedo por medio de nuestro fiel hermano, el abad Esperanta, para que recéis en provecho de mi alma en la iglesia que allí se construyere y lo tengáis todo desligado de mi derecho y entregado y confirmado en vuestro derecho firme e irrevocablemente y a quien Dios llame a la confesión en ese mismo lugar que reivindiquen todo y hagan justicia y lo defiendan de cualquier mal augurio y si después de hoy alguien quisiera inquietaros en relación con ese lugar o en todo lo que queda escrito arriba, que sea separado de la santa comunión y que quede excluido de la asamblea de los cristianos y de la Santa Iglesia, que sea considerado con Judas el traidor como merecedor de ser condenado y que lo alcance tal castigo divino que todos los que la vean queden aterrados y los que lo oigan se estremezcan" 
En cuanto a Penas Mouras, se trata de otro topónimo relacionado con las mouras encantadas, vinculadas siempre a tesoros que no son otra cosa que castros o elementos megalíticos, obras de los antiguos (mouros). Es muy interesante este apeo o relación de propiedades del monasterio de Meira en Trabada, datado el 13 de noviembre de 1596, donde se mencionan estos lugares y la doble denominación Pena Verde y Pedra Fita;

y por el vao do Carvallin y va al marco de la Cruz do Bargo que esta devaxo de un penedo y de allí a las piedras ladras y al marco que esta en la laguna das seladas … y de allí al marco da Pena da Moura … y de allí al marco de la Pena Verde y por otro nombre se diçe y llaman de Pedra Fita

Entramos prontamente en A Escanarega y acabamos así la cuesta que hemos subido desde el puente


Seguidamente, curva cerrada a la derecha y volvemos a bajar: lo dicho, una montaña rusa de las tan frecuente en los montañosos y sinuosos caminos del Norte, todos de gran belleza. Fijémonos en el abandonado cabazo a nuestra izquierda, cubriéndose de vegetación, símbolo del éxodo rural y del abandono del campo


De nuevo en la vega del Trabada, nos encontramos una casa labrega, el hábitat es eminentemente disperso en buena parte del valle


Hay una cierta distancia entre un caserío y el siguiente. Aquí el valle se abre un poco ahora en esta veiga del Rego de Trabada, caminando en llano


Fértil y verde valle ante el Monte das Penas


Nuevo puente sobre el Rego de Trabada y en el cruce que hay a continuación iremos a la izquierda, pasando junto a la casa del Muín do Roxo, por donde saldremos de A Escarnega


La piedra abunda en la arquitectura tradicional de la comarca


De frente O Porto do Malle, por donde pasaremos a continuación, subiendo nuevamente un trecho


O Porto do Malle es un topónimo relativo a porto en el sentido de "lugar de paso", según la raíz prerromana indoeuropea portu (pasaje), mientras que malle es un martillo de gran tamaño, muy posiblemente vinculado a alguna antigua forja de ferreiros que también funcionaría, como los molinos, con la fuerza motriz del agua canalizada del Rego de Trabada


O Porto do Malle se encuentra bajo las serranías de la Fraga de Santo Estevo y A Fraga de Teixido en las inmediaciones del Alto de Liñeiras, estribaciones de la Serra da Cadeira


En este caso sí que subimos hacia las casas, tomando este ramal a nuestra izquierda


El mojón nos informa que estamos a 170 kilómetros de Santiago de Compostela. Atrás fuente y lavadero


En el Memorial del cobrador de granos del priorato de Trabada, escrito entre 1832y 1835, figuran los nombres de algunos vecinos de por aquel entonces en O Porto do Malle, Antonio Fernández Valiña, Juan Amor, y Pedro Berdega


Sigue la cuesta, pasando al pie de este precioso cabazo puesto sobre la tapia de la primera casa


A la izquierda otra muy buena vivienda de piedra, Casa García


Admiramos al pasar su fachada y acceso, donde crecen las hortensias y un espacio ajardinado


Viejo balcón de madera con galería acristalada


En plena llegamos a esta bifurcación en la que hemos de continuar a la derecha


Veredas recién segadas y limpias. El camino vuelve aquí a ser llano cuando estamos a poco más de 170 kilómetros de Santiago, según reza el mojón


Y aquí nos encontramos otro viejo caserío que languidece al lado del Camino


Muro de piedra y curva a la izquierda a la altura de otra casa


Ruinas, muchas de las viejas casas se desmoronan irremisiblemente


Más vistas del bello valle de Trabada. Las nieblas ocultan con su manto blanco-gris claro las cimas de la Serra da Cadeira


Otro viejo caserón a la salida de O Porto do Malle


Pasamos a sus pies y contemplamos su estructura, esencia de la arquitectura tradicional gallega que no sabemos cuánto tiempo más seguirá en pie


Otra nueva bifurcación al salir de O Porto do Malle, ahora nos toca bajar, por el camino de la derecha


Busquemos siempre el mojón orientador, a veces oculto por la hierba alta o los tramos de umbría


Y otra vez en la llanura del valle, donde crece el arbolado ribereño, dando vista a las casas de A Ribela, por donde vamos a pasar ahora mismo


El topónimo es un sinónimo de ribera, en concreto un diminutivo de riba, de raíz ripa, como es este el caso, la ribera del Rego de Trabada


Ahora empieza otra de estas cuestas. Por lo general los caminos antiguos, muchos de ellos al menos, solían apartarse de las orillas mismas en la medida de lo posible, pues las vegas eran muy arcillosas y se convertían en fangales, estando expuestas a crecidas e inundaciones y, además, al ser más fértiles, su terrenos se aprovechaban al máximo para agricultura, no para el trazado caminero. Por eso estas sendas tienen a buscar pasos un tanto elevados sobre las vegas


Atención: aquí dejamos el camino asfaltado porque hemos de subir a la izquierda


Un hermoso sendero de hierba entre arbustos y matorrales


Seguidamente, tan solo unos metros más allá, al llegar a los eucaliptos, tomamos el ramal de la derecha, tal y como nos indica el mojón


Agradabilísima sensación de caminar pisando la suave hierba, un placer cada vez más raro de encontrar dado el gusto por alicatar, encementar, asfaltar, hormigonar, caminos secundarios sin necesidad


Y es que por abajo discurre la vía local asfaltada que acabamos de dejar, que es la que comunica las aldeas del valle. Seguimos pues caminando felizmente por esta falda del monte en A Ribela


Las casas de A Ribela las veremos ahora entre los árboles, a la derecha, junto a la carretera local


Eso sí, el lugar está semioculto por los árboles, entre ellos un par de buenos sauces llorones. A lo lejos, en la distancia, las casas de Santo Estevo y A Ermida, topónimos ambos relativos a la venerada ermita allí existente, junto a la que también vamos a pasar enseguida


Ahora lo que vemos bien, subiendo un poco más, son las Casas de A Rivela abajo a nuestra derecha a nuestros pies y, más allá mirando al este, el valle hasta Trabada, la capital del concello


Vemos los bloques de edificios de la Avenida del Grupo Escolar y ría de San Roque. Abajo son las casas de A Costa, por donde sale el Camino de la población


Continuamos en ascensión, con el barrio de A Penela abajo en el valle a nuestra derecha. El topónimo es, literalmente, pequeña roca, pero también hace referencia a elevación del terreno. Más arriba está O Parladoiro, por donde va la carretera LU-132, curioso topónimo que puede hacer referencia a lugar de reuniones para hablar o a asiento de piedra al lado de una puerta o ventana. En lo alto, seguimos contemplando el Monte das Penas y Penas Mouras, célebres por sus campos de túmulos o mámoas, de más de 4.000 años de antigüedad



Nueva vista de A Ribela y del tramo del valle del Rego de Trabada que hemos dejado ya atrás caminando desde la capital del concello



O Porto de Malle, Redondo y la villa de Trabada en lontananza, con O Castro a su izquierda, solar del varias veces milenario castro galaico que dio origen a la población. Tras él asoma el campanario de la iglesia parroquial de Santa María y, en la lejanía, los montes de O Navallo (365 m), Pico Mouro (271 m), Momeán (419 m) y O Pico de Axilde (509 m)


El centro de Trabada con la rúa do Concello, Cotarelo, A Costa, el Grupo Escolar y San Roque


Seguimos rumbo oeste con el valle abajo a nuestra derecha, fijémonos en los pastores eléctricos que lindan las fincas y delatan sus usos ganaderos, no nos acerquemos demasiado a estas cintas y evitemos un posible trallazo


A Cachopa, A Penela, Parladoiro y O Vilar al otro lado del valle. Abajo la carretera LU-132 que va al Alto da Cadeira y Vilanova de Lourenzá


El Camino se adentra en la fronda pero sigue siendo ancho y sin pérdida, entre espesos setos silvestres formados por arbustos y matorral


Al llegar al hito caminero empezamos a bajar suavemente


Y llegamos a Santo Estevo, topónimo relacionado, como hemos dicho, con una ermita de esta advocación junto a la que pronto vamos a pasar. Aquí está El Bosque de Wayra, iniciativa de Daniela San Esteban para elaborar y vender ungüentos en base a caléndula e hipérico, a quien María Cuadrado, de La Voz de Galicia, le dedica el reportaje De Barcelona a Trabada, la familia dedicada a la permacultura y que acoge a voluntarios, publicado el 23-5-2022


Cabazo sobre el valle, fijémonos en la construcción de madera construida debajo, entre las cepas o pilares, pero también aislada del suelo; es un cabazo estilo Mondoñedo, cuya estructura podemos ver, como el cabazo estilo Ribadeo, en esta franja asturgallega, escriben muy bien de ello los especialistas  Valentín Arrieta Berdasco y Ángela Ferreira Martínez en su estudio En madera y piedra: análisis constructivo de los cabazos de tipo mondoñedo en el curso medio del valle del Navia (Asturias):
"El cabazo tipo Ribadeo se extiende por la costa asturiana desde Vegadeo hasta Luarca y el tipo Mondoñedo por la zona interior de la provincia de Lugo y por toda la cuenca interior del río Navia desde Pesoz hasta Villayón. La principal diferencia entre ambas tipologías es constructiva, pero viene directamente determinada por el emplazamiento. El estilo Ribadeo, localizado en la franja costera, está confeccionado exclusivamente en piedra para soportar las inclemencias del mar y, por lo tanto, necesita un menor mantenimiento. Para que la ventilación se lleve a cabo, se abren troneras en la cámara de secado que permiten la aireación del grano. Por su parte, el cabazo estilo Mondoñedo se construye con una técnica mixta de piedra para la estructura sustentante y la madera (normalmente de castaño) para la cámara de secado. 

(...) se trata de graneros de uso mixto, ideados para facilitar el secado del maíz y al mismo tiempo almacenar su grano, así como otros productos alimenticios. (...)

Como todo granero del noroccidente de la península ibérica, el tipo de cabazo estudiado cuenta con tres partes claramente diferenciadas: los soportes, la cámara y la cubierta. Los apoyos o soportes están formados por dos sólidos muros de piedra que permiten elevar varios metros la cámara respecto al suelo, aportando estabilidad frente a los efectos continuados del viento, permitiendo además adaptar la posición del mismo a enclaves con una topografía generalmente irregular y pronunciadas pendientes. Dichos muros sobre los que se eleva la cámara se denominan cepas, y su ancho es ligeramente mayor al de la cámara. Se construyen con mampostería de pizarra, con un espesor de aproximadamente 70 cm, y se aparejan con barro, generalmente recebados con una capa irregular de mortero de cal y barro para proporcionar mayor impermeabilidad a las juntas, pero sin generar una capa continua o enfoscado que cubra la mampostería.

Las cepas suelen tener altura distinta en uno y otro lado, debido a la irregularidad del terreno. En el contacto con el suelo suelen disponer de una zapata, realizada con la misma piedra, que aumenta ligeramente el espesor del muro, apoyada directamente en la roca. A la misma altura sobre las cepas en ambos apoyos se disponen los tornarratos, formados por louxas6 que vuelan en las cuatro direcciones de los muros entre 20 y 30 cm, y cuya finalidad es impedir el acceso de los roedores al interior del granero. Cumplen la misma función que las muelas situadas sobre los pegollos de los hórreos y paneras.

Las cepas suelen elevar la cámara varios metros respecto al suelo (...)

A partir de los tornarratos se dispone la cámara de secado, cuyos lados se diferencian entre penales y costales. Los penales se resuelven con muros de mampostería de pizarra, construidos en la vertical de las cepas, contando con un ancho ligeramente inferior a ellas, entre los 50 y los 60 cm. de espesor total. Al igual que las cepas, los muros penales se aparejan con barro y son recebados con conglomerado de barro y cal, aunque en esta zona son posteriormente revocados con el mismo tipo de mortero, como base a un enlucido de cal, como acabado final. Dicho enlucido de cal se lleva por debajo de los tornarratos, recubriendo aproximadamente los cincuenta centímetros superiores de las cepas."

A la entrada de la casa hay una preciosa mata de hortensias; el Camino hace una curva cerrada a la izquierda


Y salimos de nuevo a la carretera local, por donde seguimos ruta


Aquí tenemos el correspondiente mojón con la concha y la flecha que nos confirma que vamos por el camino correcto


Fijémonos en los tejados de pizarra de las casas, como este a dos aguas; en muchos casos se emplean tejas para cubrir ángulos y aristas


Si no nos fijamos tal vez la ermita nos pase desapercibida y no la veamos: no está exactamente en el mismo camino sino sobre él, la veremos si miramos atrás


La ermita es del siglo XVII, al menos el origen de su traza actual, cuando el bachiller D. Xoán de Ayllón, clérigo rector de Santa María de Trabada, funda aquí una capellanía. A sus pies y a su izquierda, en el campo de las romerías, se hizo en fechas relativamente recientes un palco a manera de escenario para las fiestas


Sin embargo debió de haber antes que este un santuario más antiguo, pues Xulia Marqués nos indica en Toponima de Trabada  que ya aparece en documentación del monasterio de San Salvador de Lourenzá, mencionado como Sancto Stephano y Sancti Stephani desde el siglo XI


Observemos los picos en forma de pirámide tan usuales en muchos ejemplos de la arquitectura tradicional de estos concellos. Los llegaremos a ver hasta en el claustro de la catedral de Mondoñedo, aparte de en hórreos, casas, capillas, etc.


Otro topónimo vinculado con el lugar es A Ermida, en medio del valle, con referencia a esta ermita, "pequeño iglesia fuera de un núcleo de población, en la que se venera a un santo o reliquia"


De nuevo Trabada, en la distancia. En lo alto la nave de Laminados Villapol, en O Cotarelo


En Santo Estevo llegamos a esta bifurcación y continuamos a la derecha, por el trayecto asfaltado al lado de la siguiente casa


El mojón nos informa que estamos a 169 kilómetros de la Praza do Obradoiro de Santiago de Compostela


O para ser exactos 169 kilómetros y 421 metros...


Cabazo con sus picos, también dentro del estilo Mondoñedo, que aquí es predominante, con sus paredes laterales de listones de madera (duelas) y un espacio entre ellos para que pase el aire al interior:
"El acceso a la cámara se realiza por uno de los penales, donde se abre la porta construida con tabla de madera, o incluso con duelas, listones de madera colocados con cierta separación para favorecer la ventilación. En el penal opuesto se abre otro hueco, prácticamente de la misma dimensión, cerrado con duelas, que vienen ensambladas en un único panel retirable desde el interior del cabazo. Dicha apertura recibe el nombre de fornelo. 

El acceso se suele realizar desde el lado donde el cabazo se aproxima más al terreno cuando este se dispone en ladera, no necesitando en algunos casos de escaleira de piedra para alcanzar el nivel del granero, realizándose el acceso desde puentes tendidos desde la casa, o desde la parte superior de murias que delimitan el corral."

Suelo enlosado entre el cabazo y la casa, continuamos con la explicación general de estos cabazos y su estructura de Valentín Arrieta Berdasco y Ángela Ferreira Martínez:
"Entre los penales se dispone suspendida la cámara o granero propiamente dicho, construida con estructura de madera y planta rectangular. Debido al uso mixto de estos cabazos, sus dimensiones (especialmente su ancho) son mayores que otros que tan solo son utilizados para el secado del maíz. Así las cosas, si bien las dimensiones de cada cabazo responden a las necesidades particulares de cada casa, a la disponibilidad de terreno para su instalación, y a los medios económicos para su construcción, las dimensiones medias de los cabazos de esta zona con uso mixto las podemos establecer en 5,0x3,0 metros.

La estructura inferior de la cámara está formada por las vigas principales madres o trabes, realizadas con madera de castaño. Se colocan salvando la distancia existente entre los penales, generalmente en número de cuatro o cinco, aunque depende del tamaño de la cámara (...)

El piso del suelo de la cámara se forma con tablones dispuestos en perpendicular respecto las madres, y ancladas a ellas. Estos tablones reciben el nombre de pontóis, y cuentan con un espesor aproximado de 3 cm.

La estructura superior de la cámara la forman dos vigas dispuestas entre los penales, en ambos costales denominadas carreiras, siendo su sección de menor tamaño que las vigas de la estructura del suelo. Suelen disponer de la cara superior achaflanada para facilitar el encuentro con el faldón de la cubierta que la sobrepasa exteriormente formando un poco de alero. Estas vigas se colocan a una altura entre 1,65 cm. y 2.50 cm. respecto al suelo de la cámara, en función del tamaño general del granero y su capacidad de almacenaje.

El interior de la cámara es el lugar donde se coloca el maíz para su secado, y en el caso de los cabazos que estamos estudiando, además se almacena su grano u otros productos. Para facilitar la aireación de la cosecha, los costales se cierran con una sucesión de listones cuadrangulares de madera, que reciben el nombre de duelas o doelas. La sección de estas duelas puede diferir ligeramente entre unos cabazos y otros (5x4,5 cm., 4,5x3,5 cm., 5,5x3,5 cm., etc.). La separación de unos listones con otros está entre los 3 y 4 cm.

Las duelas se clavan al canto de los pontóis del suelo de la cámara, y cuentan con una tabla a modo de tapajuntas exterior que ocultan el encuentro con la viga trabe del costal del cabazo.
  
En el centro del panel de duelas existe una de mayor tamaño, a modo de pie derecho estructural para evitar que la carreira flecte, apuntalándola contra la trabe inferior. Así mismo, a lo largo de todo el panel, aproximadamente a la mitad de su altura, discurre una tabla clavada a todas las duelas, evitando que estas pandeen. Esta pieza se denomina faxa. Tanto el mencionado pie derecho, como la faxa, suelen tener un tratamiento cromático distinto a las duelas en la decoración exterior del cabazo.

Interiormente, los cabazos que son solo de secado cuentan con un espacio diáfano, sin divisiones; sin embargo, la tipología de uso mixto que nos ocupa cuenta con una subdivisión interior con tabiques formados por una sucesión de duelas, que permiten el paso del aire. Estos tabiques se disponen en paralelo a los costales10, y suelen formar tres pasillos o espacios de marcado desarrollo longitudinal; uno central alineado con la porta, y dos a ambos costales, delimitados por los tabiques y cerrados con portillas interiores retirables. Según hemos podido constatar con algunos vecinos, los espacios laterales eran destinados al almacenamiento de las mazorcas de maíz amontonadas para su secado. La disponibilidad de distintos espacios de almacenaje y secado del maíz posibilitaba la separación del mismo en función de su tipo: maíz payal o chiculo (blanco, para hacer harina mezclada con la de centeno o trigo con la que realizar el pan), maíz del país (amarillo algo rubio, para consumo humano, también puede torrarse –tostarse– para hacer papas), maíz del cuco (amarillo, forrajero que sirve para alimentar al ganado)."

El Camino se hace rúa al pasar por el núcleo de Santo Estevo, con la Serra da Cadeira cada vez más cerca, como esperando por nosotros, para ofrecernos sus cuestas


Pero de momento vamos muy tranquilos caminando en llano por Santo Estevo, así llegamos a otro grupo de casas y cuadros


Pablo Villapol, redactor de El Progreso nacido en San Estevo, publica esta semblanza de su tierra de origen en Un mundo que desaparece, publicado en dicho periódico el 26-9-2018, subrayando que
"Sorprende que aún quede quien se extrañe de que se asfixie nuestro entorno rural", y sigue así, mencionando incluso a un antiguo albergue, hoy cerrado, que hubo un poco más adelante y del que hablaremos prontamente:
"UNA PARTE de mi pasado descansa en la minúscula aldea de Santo Estevo, un paraje de Trabada que ni tan siquiera tiene un núcleo definido de casas para identificar como tal. Es una sucesión de viviendas vagamente alineadas camino de Órrea primero y Fórnea después. Allí está la casa de una tía abuela a la que quise mucho y otra a la que no. Hay, desde luego, una capilla. Un templo románico, minúsculo y conmovedor encaramado a una loma con un retablo bellísimo y una imagen del santo muy recomendable. En su día me preocupé de averiguar que estuviese todo en su sitio, no como en algunas otras del municipio. Aparentemente, no faltaba nada. Santo Estevo, como A Trapa y O Vilar, que están allí al lado, desfallecen sin remedio. 
Ya casi no quedan casas habitadas, aunque a cambio hay un albergue de peregrinos privado. Las dos cantinas que hubo (una de ellas de mi abuelo) son solo un recuerdo borroso que con toda seguridad no regresará jamás. 
Era muy común caminar por allí e ir encontrándote gente por las pistas o trabajando en las tierras en las tardes sofocantes de verano. Sepultados bajo sombreros de paja mal trenzados, recogiendo arcángeles con las manos que nos tiraban a los niños para asustarnos o dando galletazos a las serpientes de verdad que buscaban sapos entre la tierra recalentada. Había muy pocos tractores y mis tías y otro hermano suyo que vivía allí al lado tenían un carro para llevarlo todo, como los demás vecinos. Esa antigualla contrastaba con el Seat 124 destartalado de un primo mío que lo conducía de forma histérica. Yo estaba seguro de que al final se mataría. Pero no, sobrevivió. 
Mis tías tenían dos vacas primero y una sola después. Todos los días había que bajar el cántaro de leche desde su casa a la carretera para que lo recogieran. Lo hacían todos en todas partes. No era una broma, porque había (hay) una cuesta considerable. En su caso, dieron de baja la vaca antes de que la lechería las diese de baja a ellas. 
Sí amigos, bebí leche recién ordeñada. Directamente de la vaca. Sin pasteurizar ni uperisar ni desintoxicar ni desinfectar. A lo loco. Como si no hubiera un mañana. Como mi primo el del 124, también sobreviví. 
Años después, cuando mis tías ya se habían quedado sin vaca hacía años, noté que por alguna razón no sobrevivía ninguna ganadería de las que yo conocía salvo las grandes. Pero las casas que tenían cuatro o cinco (básicamente, todas o casi todas) se quedaban sin ninguna. Pero eso fue hace muchísimo tiempo.

Por eso me sorprendieron las quejas que publicamos de unas vecinas de Alfoz que lamentaban que no les recogiesen la leche incluso cuando pasaba por allí al lado un camión de recogida y se mostraban alarmadas porque les coartaban el modo de vida de la zona.  
No puedo estar más de acuerdo con ellas. En todo. Pero su llamada de socorro llega como treinta años tarde. Su historia me pareció hasta entrañable y la leí un par de veces seguidas, sorprendido de que todavía quedase alguien que reivindicase aquella posibilidad de tener un puñado de vacas en casa y que avisase de que esa era la única forma de rellenar el territorio, de preservar lo que ellas llamaban "nuestra forma de vida", entiendo que en referencia no solo a ellas, a toda la zona rural. A toda Galicia.  
Pues sí, aquellos años en los que nos fueron avisando de que había que tener cincuenta vacas o ninguna fue cuando todo comenzó a torcerse, aunque nunca imaginé que se torciese tan rápido. En treinta años consiguieron vaciar casi por completo pueblos y pueblos enteros. Yo hablo de lo que conozco, de la zona rural de Trabada o Ribadeo. Pero todo el mundo sabe que ese ejemplo es extrapolable a cualquier zona de Galicia. Porque por todas partes nos fueron imponiendo un sistema de producción que llamaron "eficiente" cuando resultó ser un completo desastre y fomentó una emigración blanda, muda y perversa de la que rara vez se habló. De ella se nutrieron Viveiro, Foz, Burela o Ribadeo en parte. Pero también Lugo, A Coruña y Oviedo y Gijón y hasta Madrid.  
Me chirrían los dientes cuando ahora oigo eso de "ordenación del territorio". Ahora quieren ordenarlo. Después de desposeerlo de lo más elemental, que era dar a la gente la posibilidad de ganarse la vida dignamente. Después de eso y de vaciarlo de cualquier contenido y ya no digamos de infraestructuras, se dan cuenta de que tal vez eso se les fue de las manos y hay un gigantesco vacío interior. Aún así, mucho hablar pero tampoco nos dejarían tener una vaca para beber algo de leche decente."


Bifurcación y de frente por el camino principal, llegando ahora a un conjunto bellamente restaurado


Parra y parrilla, esta con dos grandes chimeneas

La antigua cuadra, también rehabilitada


Seguidamente la antigua casa labrega y un cruce, en el que bajaremos a la derecha


Pasamos así delante de esta preciosa entrada a la casa...


Y por aquí salimos de Santo Estevo, frente al Agro de Vilar y Monte das Penas, bajando una vez más a las vegas del Rego de Trabada


Según bajamos tenemos otra amplia vista del valle hacia el este. Fijémonos como la parte más fértil, las vegas, siguen aprovechándose bien para pastos, siega y cultivos


Curva a la izquierda y retomamos rumbo oeste, con el río abajo a nuestra derecha


Vista de A Cachopa un poco más arriba, a media ladera


Salimos a esta otra carretera local que comunica el valle y seguimos de frente


Hermosísima veiga a nuestra derecha, regada por el Rego de Trabada, que aquí acaba de recibir las aguas del Rego dos Nabais, que baja a la derecha


Bifurcación de A Trapa: seguimos a la derecha


Cruzamos una vez más un puente sobre el Rego de Trabada, en As Mestas da Trapa y A Veiga do Río da Trapa, donde antaño molía el Muín da Trapa, unión de ríos y lugar ya documentado en el año 1238, cuando el abad Heimerico de Meira otorgaba permiso a 20 hombres para que se asentasen en este paraje dependiente por entonces de su monasterio


Unos metros más adelante salimos al camino, también asfaltado, que comunica A Trapa con A Cachopa, O Parladoiro y la carretera LU-132


En el cruce seguimos a la izquierda, al pie de otro caserío con cabazo


A Trapa, como trampa, hace referencia a alguna antigua trampa para animales, es posible que algún cerco de lobos, que fueron usuales siglos atrás y dejaron marca en la toponimia


A la izquierda el lavadero de la Veiga da Trapa; justo detrás es donde el Rego dos Nabais se une al Rego de Trabada que nace arriba al pie del monte Os Cornos (528 m)


Mirando atrás, una de las casas de Santo Estevo, en la falda del monte


Bifurcación: seguimos a la izquierda por el camino asfaltado, que empieza a subir tras pasar una vez más sobre el Rego de Trabada


Puede decirse que aquí empieza la subida a la Serra da Cadeira


Queremos aquí rendir tributo y recordar un lugar muy importante para la historia reciente del Camino, Casa Xica, que fue durante años casa de acogida para los peregrinos, si bien ha cerrado hace ya un tiempo


Su apertura y puesta en marcha, en un momento en el que apenas pasaban peregrinos ni se conocía este itinerario, supuso un gran impulso a esta senda histórica para poder hacer noche en un establecimiento nacido y volcado para con los romeiros jacobitas


Y este era, a la entrada, cartel de bienvenida, en varios idiomas


Fue una auténtica institución en esta ruta en la que nunca hubo demasiados alojamientos especialmente de los dedicados a los peregrinos


La casa propiamente dicha era la vivienda del hospitalero. El perro le llamaba cuando llegaban los peregrinos


Y ya salía José Manuel Garrido, el hospitalero, a darnos la bienvenida con un culín de sidra. Pese a que nos adentramos en Galicia la proximidad a Asturias es patente en el buen arte del escanciado ¡echa un culín ho!


Este hospitalero, nacido en Murcia y residente en Madrid, lo dejó todo para asentarse aquí, allá por el año 2013, haciendo acogida a partir del año 2017 y hasta 2020. Compartimos además un extracto de la entrevista que le hace el 31 de julio de 2017 José Alonso para La Voz de Galicia:
"Joven, nacido en Murcia, asentado en Madrid, lo deja todo para iniciar una nueva vida en una aldea de Trabada, en A Trapa, donde según la última estadística del INE viven cuatro personas. La pregunta surge espontánea, tan obvia que casi resulta impropio formularla: ¿por una mujer? Para mi sorpresa, lo niega con una sonrisa amable: «¡No!». La historia de José Manuel Garrido tiene otro porqué
«Soy realizador de audiovisuales y espectáculos. He trabajado como operador de cámara durante casi ocho años en Madrid. Pero vino la crisis y me quedé sin trabajo. Estaba comprando una casa con una cooperativa, pero se fastidió todo y la casa no se hacía. Entonces me decidí a hacer el Camino del Norte. Llegué a Ribadeo, vi el puente y me dije, esto no lo veo muy bien. Me informé, me enamoré de Asturias y Galicia, absolutamente cegado, y cuando llegué a Madrid me devolvieron el dinero de la casa, con intereses. Entonces me dije: o lo empleo en mi procesión; o me compro un cuchitril en Madrid, porque no daba para más, o compro una casa, con mi huerta, mi perro y monto un albergue pequeño a donativo. Vine aquí, vi esto, lo compré, cambié el tejado... y aquí estoy». 
Llegó a Trabada hace tres años y en mayo abrió su casa a donativo. Con éxito, pues recibe a peregrinos a diario. Y si tiene éxito es, sin duda, por su trabajo, por el trato y servicio que cala en los peregrinos y que se transmite de boca en boca y en las redes sociales. Son instrumentos que le permiten combatir la falta de promoción de las guías, en muchas de las cuales, sobre todo extranjeras, ni siquiera aparece la ruta por Trabada. 
El albergue, restaurado respetando el inmueble original, con ocho camas, es de lujo: «Creo en la filosofía del camino. Soy hospitalero. No soy una empresa ni busco enriquecerme con esto. Es un modo de vida, y estoy encantado, porque la gente me deja muy buenos donativos. Yo les doy de cenar, el desayuno... y todo lo que necesitan» (...) 
«Llevo tres años aquí y de momento estoy muy contento. Tengo problemas con las guías extranjeras, que no contemplan esta ruta cuando es el camino auténtico, el original, el real. Ahora que se ha nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que se ha señalizado por completo, es un recorrido muy fácil de hacer y con el que la gente está encantada (...) 
A Casa Xica en A Trapa suelen llegar los peregrinos desde Vegadeo, donde disponen de unas 30 camas que facilita el Concejo. Son 21 kilómetros, en una etapa amable. Si se opta por venir desde Tol, son 33. Desde A Trapa, el recorrido oficial, el recientemente señalizado (perfectamente), no llega a Vilanova de Lourenzá. Discurre hacia Mondoñedo. Son 16,5 kilómetros, bajando por Santo Tomé, el Pazo de Tovar, subiendo por Lindín y de nuevo bajando a Mondoñedo. Antes los peregrinos iban desde Trabada hasta A Cadeira y después a Lourenzá"

Esta era la entrada al que fue propiamente el centro de acogida de peregrinos de Casa Xica, un buen lugar para hacer un alto y descansar de nuestra larga caminata, estratégicamente situado en este lugar en el que comienza la larga cuesta en rampa a la Serra da Cadeira, paso al Val de Lourenzá, hito en la ruta a Mondoñedo


Dado que estamos en un lugar histórico del camino histórico, valga la redundancia, vamos a visitar esta casa de acogida que, además de proporcionar posada y fonda, guardó mientras estuvo abierta la esencia del espíritu peregrino


Una cama a cada lado de la puerta, estratégicamente situadas


Desde el dormitorio, donde hay también cuatro literas, se va a los baños. Todo presidido por una imagen en lo alto


La del Apóstol Santiago


Según entrábamos a la derecha, junto a la cama, estaba la puerta a la sala y, a la izquierda, una pequeña biblioteca


 Aquí era el horno de la casa, y aquí se cenaba y desayunaba comunitariamente


El horno tal y como se conservaba en tiempos del albergue de acogida, un elemento del patrimonio rural


Un rincón muy especial que hizo historia y que recordamos con nostalgia a través de estas fotos


Y afuera el cabazo u hórreo estilo Mondoñedo; retomamos la lectura del trabajo de Valentín Arrieta Berdasco y Ángela Ferreira Martínez, que nos explican su origen en Galicia y Asturias:
"La llegada del maíz a Europa desde América en el siglo XVII supuso una explosión agraria sin precedentes en el mundo rural asturiano. La producción de cereales se multiplicó, y con ello el número de graneros aéreos que servían para almacenar la cosecha durante todo el año en un compartimento estanco, al que no accedían los roedores ni la humedad. Así, el hórreo se desarrolla en planta y, por lo tanto, también en capacidad, naciendo de esta forma la panera. 

La primera plantación del cereal que se conoce en Asturias se desarrolla en el pueblo de Casariego (en el concejo asturiano de Tapia de Casariego), lugar natal del almirante Gonzalo Méndez de Cancio Donlebún (Tapia de Casariego, 1550-Ídem, 1622) que ostentó, entre otros, el cargo de Gobernador de la Florida. Tras una larga estancia en el continente americano decide regresar a su palacio natal trayendo consigo dos arcas llenas de semillas de maíz con instrucciones precisas de cómo debe cultivarse para un mayor rendimiento (Fundación Parque Histórico del Navia, 2022). Los numerosos viajes del gobernador Méndez de Cancio-Donlebún están perfectamente documentados en varios artículos que su descendiente, Javier Cancio-Donlebún Ballvé ha ido publicando a lo largo de los años (Cancio-Donlebún 2004, Cancio-Donlebún 2015, Cancio-Donlebún 2021). 

La mujer de Gonzalo Méndez de Cancio, Magdalena Fernández de Luances Estoa y Miranda era originaria de Mondoñedo, donde su progenitor era el alcalde de este importante centro económico de la provincia de Lugo (Lencer-Santar 1954). Hasta estas tierras llegó la segunda hucha de cedro cargada de maíz, lo que hizo de Mondoñedo otro importante centro de recepción del nuevo cultivo americano (...)

En el transcurso desde la llegada del cereal hasta el gran desarrollo agrícola del mismo, nace un nuevo granero: el cabazo. Aunque el maíz se introduce en la zona interior del Navia-Eo en el siglo XVIII, no es hasta finales del XIX cuando proliferan los cabazos como graneros para el secado del maíz; la mayoría de ellos se fechan en la primera mitad del siglo XX. Es probable que, en ese periodo, el maíz fuese aún un cultivo minoritario respecto al de otros cereales más habituales en esa zona de montaña como el trigo o el centeno, y que la cosecha se almacenase para su secado en los hórreos o paneras, tipología cuya presencia se ha constatado anterior a la de los cabazos en esta zona. Para mejorar la función de secado del maíz, algunos de estos graneros fueron adaptados, perforando o ranurando sus colondras para introducir corrientes de aire que secasen el maíz, (...)

La elevación sobre el terreno es una de las premisas de todos los graneros de la zona, ya sean cabazos, hórreos o paneras, de forma que la cosecha (...) se mantenga alejada del húmedo suelo y de los roedores. Sin embargo, el elevado posicionamiento de los cabazos responde además a la búsqueda de una buena situación para su correcta aireación, algo a lo que favorece la planta rectangular de su cámara, disponiendo su lado mayor en perpendicular a las corrientes de aire."

Esencia de la arquitectura rural de estos lugares. Tiene dos pilares o cepas, cada uno con tornarratos para evitar que suban los roedores. La cubierta es de pizarra a cuatro aguas siguiendo la planta rectangular del granero:
"La cubierta se resuelve con estructura lígnea. Su configuración es a cuatro aguas, con cumbrera, como respuesta a la planta rectangular. Sin embargo, existen algunos pocos ejemplos de cabazos que resuelven su cubierta con dos aguadas, tratándose generalmente de ejemplares más modernos y de mayores dimensiones (...).

Los elementos principales de la estructura son las tixeras, generalmente en número de dos, dispuestas perpendicularmente al desarrollo del lado mayor de la cámara, y por lo tanto apoyando sus extremos en las carreiras. Generalmente se utilizan troncos combados, sin haber sido trabajados, tendentes a la sección circular. Se colocan de forma que la curvatura ayude a conformar las pendientes de los faldones laterales de la cubierta, intentando además ganar altura libre en la zona central de la cámara para facilitar la circulación de las personas. Sobre ellas apoya la cumbrera o curume y los aguilóis que forman las aguadas pequeñas de los extremos del cabazo. Todas estas piezas tienden a estar algo más trabajadas que las tixeras, y cuentan con sección rectangular.

Desde el curume hacia las carreiras, o desde los aguilóis hasta los muros penales se disponen los pontóis de la cubierta, que no son más que tablas toscamente trabajadas, y con cierta separación entre ellas, que generan conjuntamente los planos de los faldones sobre las que apoya directamente el louxao. En algunos cabazos, los pontóis se sustituyen (o compaginan) con elementos de sección cuadrangular."

Enfrente, una parte restaurada de la vivienda con su bonita galería. Las galerías triunfaron con la expansión, rápida, de la industria del vidrio desde aproximadamente la década de 1880, integrando dentro del interior de la vivienda a los antiguos corredores. Ambos, galerías y corredores, siguen haciéndose, tanto en la restauración de casas antiguas y edificios históricos como en nuevas viviendas


Vista desde la huerta hacia el valle en otra de sus llanas y fértiles veigas


Vemos el otro lado del cabazo y seguimos contemplando su magnífica estructura, así como su cubierta de louxas o losas de pizarras:
"Las louxas se colocan sin pasta de agarre, manteniéndose en su posición gracias a su peso, y al generoso solape de unas con otras, y son lastradas por piedras en zonas estratégicas, como en las zonas cercanas al alero, sobre las limas formadas por los aguilóis, o sobre la línea del curume. Estas piedras reciben el nombre de penedos. 

Existen cabazos que combinan la louxa con la texa (teja) para los delicados encuentros de limas y cumbrera. Generalmente, sobre esta última se suele disponer una sucesión de louxas cogidas con mortero, rematando el conjunto unos penedos puntiagudos de cuarzo blanco, que además de lastrar las louxas, tradicionalmente se les otorga el poder de la protección de la cosecha. También existen casos en los que las louxas de los faldones largos se entrelazan en el curume, tallándolas para ello, de forma que queden unidas dificultando que puedan ser movidas por el aire o los pájaros."

Luego, tras esta visita en la memoria a la que fue la acogida de peregrinos de Casa Xica y a su hospitalero José Manuel Garrido, volvemos al Camino viendo, más arriba, el Alto da Cadeira con Penas Mouras, paso al concello de Lourenzá



Una gran flecha nos indica seguir adelante, las cuestas no cesarán ya hasta llegar a las cimas de la sierra


A nuestra izquierda las demás casas de A Trapa se disponen escalonadamente en el Camino que continúa entre ellas ascendiendo a la montaña


Aquí por lo tanto, hemos de ir a la izquierda para subir a la parte alta de A Trapa y continuar a lo alto de la Serra da Cadeira y bajar al Val de Lourenzá, camino a Mondoñedo. Antes la ruta señalizada se dirigía a Vilanova de Lourenza, la capital del vecino concello, yendo a la derecha por A Órrea, pero ese camino se ha cambiado, buscando el rigor histórico, que iba directamente a la histórica capital mindoniense. No obstante alguna vez se ha planteando repintar con flechas amarillas el que iba a Vilanova de Lourenzá, al que le han quitado los mojones, para aquellos que deseen hacer una etapa más corta


Ahora solo está señalizado con los mojones de la ruta oficial este camino que sube a la izquierda por A Trapa arriba


El Camino, que sigue asfaltado gana altura serpenteando entre las casas de muros de piedra vista


Vivienda y establo, otros ejemplos de construcciones tradicionales populares y campesinas


Otros dos hermosos cabazos en un cruce: seguiremos subiendo a la derecha


Pasamos entre este cabazo y la casa: fijémonos en el hito del Camino al pie de la cepa del primero


Al pasar a la altura de la entrada a la casa, que queda a nuestra derecha, vemos al fondo la carretera LU-132, que también sube, monte arriba, hacia el Alto da Cadeira


Nosotros también subimos por aquí, donde el Camino pierde el asfalto y se hace pista de tierra, en ascenso directo a la cima y viendo, cuando la niebla lo permite, la cima de A Órrea, una de las cumbres de la serranía


La cuesta, al principio, no es demasiado pronunciada pero enseguida comenzarán los repechos más duros


A la izquierda es el valle formado por el Rego dos Nabais, totalmente plantado de eucaliptos. Antes sería tierra de nabos, como su topónimo indica


Aparte de los omnipresentes eucaliptos y pinos plantados aparece acá y allá algún árbol o arbusto autóctono, bien ejemplares solitarios o formando pequeñas matas y diminutos bosquetes


El Camino es a veces una anchísima pista, muy empleada para el transporte de madera, viéndose los surcos y rodadas de los vehículos. En esta bifurcación seguimos ascendiendo, todo recto y de frente


La subida va tendiendo, poco a poco, a hacerse más pronunciada a partir sobre todo de este gran recuesto


Pronto ganamos altura, abajo quedaron A Trapa y el valle de Trabada


Bifurcación y a la izquierda


Esta posiblemente sea la rampa más larga y dura de toda la subida


Un poco de respiro en este cruce, donde hay un poco de rellano en el que continuaremos a la izquierda, sin parar de subir


El Camino hace una pronunciada curva a la derecha y gana más altura en unas zancadas


A lo lejos a nuestra derecha asoma sobre los pinares el pico A Órrea con su prominente penedo que nos hace pensar que posiblemente su nombre está relacionado con 'hórreo' en el sentido de 'elevación'. De todas maneras la raíz 'ur', que se supone prerromana y tal vez indoeuropea, tiene otras posibles acepciones


Sea la que sea la explicación etimológica lo cierto es que el significado de 'lugar elevado' se hace patente en estas cuestas


Otra nueva bifurcación en un pequeño rellano: hay que ir a la derecha


Dice el mojón que estamos a 167 kilómetros y 141 metros de Santiago de Compostela, en concreto de la Praza do Obradoiro


La Serra da Cadeira tal vez haga referencia etimológicamente a la forma de su larga silueta alomada y a cuya cresta estamos subiendo ahora


Otra bifurcación y a la izquierda; a partir de cierta altura los eucaliptos ceden protagonismo a los piñeiros


Más repecho: atentos siempre a los mojones en cada uno de estos cruces tan seguidos


Y si los cruces y bifurcaciones son seguidos no lo son menos esta serie de pronunciados recuestos entre los pinares


Llegando a la cima hay menos árboles, predominando helechos y arbustos autóctonos


Son comunes las nieblas, como aquí, en lo alto de la cresta de la Serra da Cadeira, cerca del promontorio de Os Cornos, al sur de A Órrea, donde estamos a unos 500 metros de altura y nos dirigimos a la derecha en esta encrucijada


Entramos así en el concello de Lourenzá, empezando a bajar a su gran valle, O Val de Lourenzá


Enlazamos con otra pista y, también en llano ahora, vamos a la izquierda


Y tal como en A Trapa empezamos a subir, a partir de aquí empezamos a bajar


En el descenso parece que las nieblas tienden a disiparse, empezando a ver el valle, O Val De Lourenzá, formado por varias parroquias, San Xurxo, San Tomé y Santo Adrao, que hasta 1840 fueron concello independiente perteneciente a la desaparecida provincia gallega de Mondoñedo. Es entonces cuando, con las reformas administrativas, pasan a formar parte del concello de Vilanova de Lourenzá, también perteneciente a Mondoñedo en aquellos tiempos, no consiguiendo posteriormente volver a tener ayuntamiento propio


Atención nuevamente, ahora desvío a la derecha


La bajada se hará más pronunciada a partir de ahora, un largo descenso el que nos aguarda ahora a O Val


Entrando en el concello de Lourenzá estamos a un poco menos de 167 kilómetros de Santiago


Y ahora mucho ojo en esta cuesta, observemos el mojón que tenemos al fondo


Dejamos el camino de tierra y tomamos la senda que sale a la izquierda, entre la hierba


Volvemos aquí a las plantaciones de eucaliptos


Desmontes que se hicieron en su día para ensanchar el Camino y permitir el paso de la maquinaria y vehículos madereros


Ahora más pinos y espesos helechales


El sol ilumina O Val de Lourenzá con la Serra de Lourenzá y el monte Padornelo (618 m) al fondo, dominando el valle por el oeste y, a la izquierda la Serra das Augas Santas, que lo cierra por el sur


Abajo es la parroquia de San Tomé de Lourenzá, que ocupa el sector central del valle y atravesaremos de parte a parte en dirección oeste y entrando en el concello de Mondoñedo a la vez que subimos a Lindín (arriba a la izquierda de la foto)


En Lindín vemos el gran viaducto de la Autovía del Cantábrico (A-8) en las inmediaciones del Alto da Xesta, cortada al tráfico muchos días a consecuencia de la intensa niebla que allí se produce. Al otro lado se baja del Alto de Lindín a la ciudad de Mondoñedo, capital del vecino concello, y al valle del Valiñadares, afluente del Masma


Bajamos pues a  O Val de Lourenzá y en concreto a su parroquia de San Tomé, donde nos encontraremos al formidable Pazo de Tovar, que nos aguarda al llegar al valle, casona-fuerte de las linajudas estirpes que aquí tuvieron solar, dominios y posesiones






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