El Pazo de Tovar en O Val de Lourenzá |
Este es el Pazo o Pacio de Tovar, emblemática fortaleza del concello de Lourenzá documentada en el siglo XII pero cuyo aspecto actual corresponde mayoritariamente a su reconstrucción como pazo en el siglo XVI, situada en medio del valle de Lourenzá, O Val de Lourenzá, al que se llega bajando desde la Serra da Cadeira desde Trabada por el llamado Camín Vello o Camino de Santiago del Norte histórico, el ramal que ha entrado en Asturias procedente de Vegadeo/A Veiga pasando la Ría de Abres, unos kilómetros al sur de la villa de Ribadeo. Más al oeste, al fondo, las alturas del monte Padornelo señalan la subida a Lindín, ya en el vecino concello de Mondoñedo
El Camino de Santiago del Norte, en su itinerario más antiguo, ha pasado como hemos dicho de Asturias a Galicia por la Ría de Abres, en el bajo Eo, tal y como hacían los peregrinos de antaño y los arrieros y viajeros que no deseaban ni exponerse a las corrientes de su estuario ni pagar el gravoso pasaje en peligrosas barcazas, máxime cuando, siglos ha, las poblaciones de la zona eran apenas pequeños puertos naturales con escasos habitantes y sin fundaciones hospitalarias, que irían llegando a partir de la prosperidad de las nacientes villas y polas en la baja Edad Media. Aún así, muchos romeros siguieron prefiriendo pasar a pie en Abres por A Ponte Vella, ahora sustituida por A Ponte do Fondrigo y atravesar el concello de Trabada rumbo a Mondoñedo, tal y como hemos hecho nosotros en este itinerario recuperado, revitalizado y señalizado oficialmente
Según bajamos de la Serra da Cadeira, y si nos dejan los eucaliptos, admiramos este hermoso paisaje del valle, el cual administrativamente está formado por tres parroquias que hasta 1840 fueron concello independiente, Santo Adrao, San Xurxo y San Tomé, incorporadas entonces y a causa de las severas reformas administrativas de la época, al concello de Lourenzá. El valle siguió teniendo una impronta propia pero jamás, pese a algún ocasional intento, pudo volver a constituirse en ayuntamiento. Ambos términos jurisdiccionales, O Val y Vilanova de Lourenzá, pertenecieron también, antes incluso de ser ayuntamientos y durante siglos, a la desaparecida Provincia de Mondoñedo, suprimida en 1833 (Galicia tenía siete), la cual a la vez sucedía a la histórica Diócesis de Britonia, de origen altomedieval. Así nos lo explica la propia página del concello de Lourenzá:
En medio del valle reconocemos perfectamente los barrios y lugares de San Tomé de Lourenzá, hacia donde nos dirigimos. Más a la izquierda estaría Santo Adrao, al sur; y la derecha es San Xurxo. En lo alto destaca el monte Padornelo de 618 metros de altitud. Al otro lado, recalcamos está la ciudad de Mondoñedo, a donde iremos luego de subir a Lindín, a la izquierda de la montaña y de la foto
A nuestra derecha contemplamos las laderas de A Serra da Cadeira, bajo A Órrea (596 m), una de sus cotas. Durante años el camino oficial estuvo señalizado por ahí, camino de Vilanova de Lourenzá, la capital del concello, donde enlazan con el itinerario del Camino Norte que viene de Ribadeo, pero ese tramo entre A Trapa y Vilanova ha sido, digamos, desoficializado y le han quitado los mojones. Otra cosa es que se haya replanteado en su momento reseñalizarlo reponiendo sus flechas amarillas, para aquellos peregrinos que deseen hacer una etapa más corta
Volvemos a salir a campo abierto. sigue habiendo extensos prados de pasto, muestra de cómo era antaño el paisaje rural de estas montañas que guardan el valle
O Val de Lourenzá y sus parroquias: Santo Adrao, San Xurxo y San Tomé, que extienden sus aldeas, barrios y lugares por la campiña y algunas laderas de esas alturas del Padornelo, al otro lado de las cuales, por su ladera oeste discurre el otro camino, por el que ahora van la mayor parte de los peregrinos tras cruzar de Asturias a Galicia en Ribadeo, y al que nos uniremos en la Praza da Catedral de Mondoñedo
San Tomé, bajo A Folgueirosa, O Coto da Paleira, A Cruz Pequena, A Lagoa Pequena y los 618 metros de Padornelo con sus antenas. Como nota curiosa y según datos del erudito Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense, el primero que practicó ala delta desde su cima fue el lucense Ulises Sarry en octubre de 1978, verdadero "pionero de las artes, el cine y ultraligero", como le dice en su adiós el prestigioso periodista Santiago Jaureguizar en El Correo del 11-12-2019:
Salimos a una pista y seguimos bajando a la derecha, al lado de un frondoso pinar a cuya sombra crecen los helechos
Estamos caminando por términos que pertenecen a Santo Adrao, una de las parroquias de O Val de Lourenzá, pero cerca de la divisoria con la de San Tomé, alguno de cuyos barrios más próximos divisamos en el valle, pues esta parroquia ocupa una posición central respecto a las otras dos, extendiéndose de un lado a otro de la llanura, de este a oeste
Al fondo San Xurxo, también en O Val, en concreto en su zona norte, la más cercana a Vilanova de Lourenzá, la capital del concello
En los cruces siempre hemos de ir frente hacia abajo y los monolitos o mojones camineros nos lo van confirmando. Allá vemos los barrios de O Carballal, A Covela, Combre, As Rivas y O Batán, todos en San Tomé y en este valle bañado por los regos de O Batán, Baos, Requeixas, y sus afluentes
Es la bajada final desde los altos de la Serra da Cadeira, cordal que separa la cuenca fluvial del Masma de la del Eo, que ya ha quedado atrás
La bajada se suaviza en este tramo recto que nos ofrece una espléndida vista de la parroquia de San Tomé, al pie del Padornelo
Más la izquierda, vemos uno de los viaductos de la Autovía del Cantábrico (A-8), el Viaducto de Lindín, el cual es una muy buena referencia geográfica y visual
Pasamos ahora bajo este gran castiñeiro mientras continúa este ya suave pero prolongado descenso al valle laurentino
Y seguimos bajando poco a poco, contemplando tan magnífico paisaje siempre con el Padornelo, completamente plantado de eucaliptos, dominando el panorama
Ahora y al lado de unas tierras de labor y frente a unos pinos y eucaliptos llegamos a esta encrucijada en las inmediaciones del lugar de O Coto y justo en la frontera entre las parroquias de San Adrao y San Tomé
Atendiendo al mojón con su concha y flecha hemos de ir a la derecha, entrando en la parroquia de San Tomé
La flecha amarilla es el ÚNICO elemento plenamente direccional en la señalización jacobita; por su parte, y en contra de la creencia popular, ampliamente extendida, la posición de la concha, si bien identifica el Camino, NO implica necesariamente dirección alguna, tal y como podemos leer en las directrices señaléticas del Consejo Jacobeo:
Seguidamente una bifurcación y otro hito del Camino, este nos señala tomar el ramal de la izquierda, el que sigue bajando
Helechos y eucaliptos en lo que fueron pastos y fragas de bosque autóctono
Entre el follaje aparece el Rego de Albarón, sobre el que pasamos en este lugar
Salimos de la vegetación a unos campos, con hierba alta en primavera
Hemos llegado al lugar de A Ribalta ('ribera alta') donde, al pie de un cobertizo y antes de las primeras casas, salimos a un camino local asfaltado, por el que continuaremos a la izquierda, siempre bajando
Y seguimos en descenso hasta la gran llanura central de O Val, atentos a los mojones, a veces la hierba crece y los tapa total o parcialmente
Curva cerrada aquí a la derecha, en A Grandela, bordeando el cierre vegetal de una finca; abajo la fronda ribereña del Rego de Albarón
Dejamos a la derecha la entrada a una casa labrega, con su cuadra y cabazo, y seguimos bajando y bajando
Rodeamos su terreno y descubrimos otro gran paisaje del valle, dominado siempre por la totémica figura del Padornelo en lontananza
Bajo nosotros, O Chacote, donde entre las casas campesinas destaca una casona indiana fechada en 1946, dando buenas vistas al valle y a la parroquia de San Tomé de Lourenzá, que desparrama sus barrios y lugares por la llanura de O Val
Y allí, en el barrio de A Igrexa, se divisa la iglesia parroquial de San Tomé, del siglo XVI, inconfundible con su torre-campanario rematada en bóveda a cuyos pies habremos de pasar antes de iniciar la subida a Lindín
Estamos en A Covela, donde pasamos al lado Campo das Festas, el prado de la romería, a nuestra derecha. Ahora empezaremos a ver, abajo a la izquierda, en el corazón del antiguo Real Coto de Canedo, el Pazo de Tovar, uno de los grandes símbolos del patrimonio de O Val de Lourenzá y de este trazado histórico del Camino Norte por el Camín Vello
Sus primeros testimonios son del siglo XII, cuando aquí estaba la pequeña villa amurallada de Canedo, con una torre, la Torre de Canedo, origen del actual conjunto. Estas torres se levantaban tanto para defensa como para dominio del territorio en aquellos siglos truculentos y feudales, sea, tanto servían para defender como para someter, todo a un tiempo
En un principio la antigua Torre de Canedo estuvo dentro de las propiedades del monasterio de San Salvador de Lourenzá, en la capital del concello, por donde pasa el camino que viene de Ribadeo y que se unirá a este en Mondoñedo, siendo sus propietarios del linaje de los Ponce de León, emparentados lejanamente con el conde-santo Osorio Gutiérrez fundador del cenobio laurentino, al que le dedicamos toda una entrada de blog
Con el paso del tiempo se sabe que la torre fue cayendo casi en un estado de ruina, a tenor de lo expuesto en la documentación conservada. Es ya acabando el siglo XV cuando las distintas ramas de la dinastía Aguiar dan la posesión del torreón a la familia de Pardo de Cela, Mariscal de Castilla y Alcalde de Viveiro, en concreto en 1517 a Pedro Pardo de Cabarcos que, muerto en Granada, hizo testamento de una...
Un poco más al sur, en el barrio también llamado de A Igrexa, pero este al lado de la iglesia parroquial de San Adrao de Lourenzá, se ha localizado un castro galaico que sería el antecedente de la actual fortaleza, al igual que el existente un poco más al norte, en San Xurxo, también en el lugar de su parroquial, sin duda cristianización de espacios sagrados muy anteriores a la llegada de Roma
Seguimos camino por A Covela, un topónimo que revela la posible existencia de una pequeña gruta o cueva 'cova'
El Camino, llano y asfaltado, pasa junto a algunas de las casas de A Covela, muchas de ellas de piedra y casi todas de cubiertas de pizarra, empleándose a veces la teja para cubrir las aristas y ángulos
El entorno, de Lourenzá es eminentemente ganadero, a diferencia del que hallamos poco más al norte, eminentemente residencial y turístico, según la cercanía al mar y las playas
Bajamos ahora unos metros de A Covela al cruce de As Ribas, donde vemos un pequeño parque infantil con empalizada pintada de colores, muy llamativa, que nos servirá de referencia
En el cruce, bajaremos a la izquierda, viendo de frente el campo de la Capela da Nosa Señora da O, relacionada también con el histórico Coto Real de Canedo, santuario reconstruido en 1962 por cuestación popular que conserva en su interior un retablo renacentista del siglo XVII, así como la imagen de la Virgen de la Expectación al Parto, de finales del XVIII, la de San Antonio de Padua y San Miguel Arcángel y la del Padre Eterno. Más antigua es la talla de Santa Cristina de Alejandría, de finales del siglo XVI, coincidiendo con la construcción del cercano pazo sobre la torre anterior
Vamos pues desde el campo de la capilla rumbo al Pazo de Tovar, que vemos abajo al final de la cuesta, justo encima de los contenedores, dando vista a San Tomé al oeste y a San Adrao, al sur
A la izquierda, estuvo antaño una de aquellas tiendas mixtas, bar y comercio, que antaño abundaban en estas aldeas. Ahora para encontrar alguna, y algún bar, hemos de acercarnos más al centro de la parroquia
Quizás sea esta la parte de más apariencia defensiva de la fortaleza de Tovar, si bien las ventanas, grandes para un castillo, delatan la nueva función residencial que tuvo a partir de las profundas reformas del siglo XVI
El cabazo y otras dependencias denotan además los usos agropecuarios del nuevo palacio, donde, desde 1530, vivieron varias familias, hasta la actualidad, a veces al mismo tiempo, normalmente como arrendatarios, generaciones enteras de campesinos que terminaron comprándolo. Escribe de ellos, de la familia Ventoso, el mencionado Manuel Gago, fecha junio de 2010:
Actualmente, en torno al pazo, hay prados de siega y tierras de cultivo, principalmente de maíz y, sobre todo, de las famosas fabas de Lourenzá, de las que ya hemos hablado en el anterior tramo del camino, pues se plantan en toda la comarca. Esta es su definición en la página del Ministerio de Agricultura:
Y en el antiguo Coto Real de Canedo un cruce: iremos a la derecha. Desde aquí se domina la mayor parte del valle, pues la nobleza feudal se transformaba en terrateniente o administradora de extensos territorios. Si bien la casa-fuerte medieval ya no era viable con la nueva situación histórica, pues no constituía obstáculo para los nuevos ingenios bélicos aparecidos al extenderse el uso de la pólvora, su estratégica ubicación seguía siendo indiscutiblemente importante para el control del valle, viendo los caminos, las casas y los cultivos, en lo que era uno de los principales pasos entre Asturias y Galicia
Aún sigue la bajada hacia el valle dando ahora vista a Combre y casas, por donde discurre el arroyo del Rego de Entrepenas
Bifurcación y a la izquierda, siguiendo esta curva cerrada
Y ya bajamos de frente al pazo, de quien también escribió de su historia y semblanza Carlos Amieiro Ventoso, escritor argentino con raíces en este lugar, pues en el pazo nació su madre. Este autor publicó en 2016 Viaje a los orígenes. Gente del Pazo de Tovar, 19 cuentos que describen a la gente que vivió en el palacio. La Voz de Galicia del 9-7-2016 publica esta entrevista dedicada a la presentación del libro:
El itinerario señalizado sigue de frente, dejando el pazo a la izquierda, pero como buenos amantes que somos del Camino y su patrimonio no nos resistimos a hacerle una merecidísima visita
Podemos caminar por el sendero que va a la puerta de la fortaleza. Aquí unas placas informativas nos explican su historia. El pazo nunca llegó realmente a acabarse y consta de dos torres cuadradas coronadas con almenas y dos pabellones mas el comienzo de otro, hecho todo ello en mampostería de piedra de pizarra y, en sus partes nobles, sillería de granito
Manuel Gago hace una hermosa semblanza de los pazos del siglo XVI, el final del mundo medieval y, a la vez, de un tiempo de transición en el que su propietarios no sabían si habrían de volver a sus fortalezas feudales o no:
Esta por ejemplo, en el dintel de la ventana del piso superior es la inscripción del año 1530 que, con el blasón de los Andrade y los Ribadeneira, una inscripción menciona a Antonio de Tovar y a su esposa como patronos de la construcción de la nueva fortaleza sobre la vieja y desvencijada Torre de Canedo:
Otras ventanas más grandes, abiertas así para dar más luz al interior, muestran la parte puramente residencial de la construcción, siguiendo modelos más propios del arte renacentista
Una de esas ventanas tiene reja y blasón. Como hemos dicho, sucesivos inquilinos, mayormente todos arrendatarios, fueron dejando su impronta en la construcción
Vamos dando la vuelta a toda la construcción, fijándonos en sus elementos notables
En esta esquina vemos también un pequeño escudo con una cruz, el de los Ribadeneira
De unos años acá se celebra en este pazo y su campo la Festa Campesiña, cuya primera edición se festejó en 2017, colaborando en su organización el Concello de Lourenzá, la Deputación de Lugo y diversas asociaciones. Se trata de una xuntanza de fiesta y convivencia, que como decía la Alcaldesa Rocío López, presentando la edición de 2018...
En el Pazo de Tovar también se celebran las Xornadas de Historia Local de Lourenzá, un encuentro con los orígenes del concello, con conferencias, conciertos y diversas actividades
Existen en Galicia en torno al millar de pazos, según datos de la investigadora Clara García Formoso en Habitar el paisaje gallego. Del pazo a la vivienda contemporánea, y abarca un tiempo que va desde finales de la Edad Media al siglo XIX, en el que se va abandonado este estilo constructivo, si bien se llegan a edificar algunos en el s. XX. Los primeros, como es este al caso surgen en torno a las viejas torres medievales cuyo cometido defensivo ha pasado ya a la historia. La política centralizadora de los Reyes Católicos desarmó a la nobleza local (se llegaron a derribar torres y castillos) y esta pasó a hacerse cargo de sus rentas, tierras, labrantíos y colonos, controlando a los campesinos y su trabajo. La llegada del maíz y las patatas de América afianzó esta actividad agropecuaria
Posteriormente la nobleza, reiteramos, también fue dejando con el tiempo de vivir aquí, al menos permanentemente, al preferir estar cerca de los poderes que fluyen en las crecientes villas y ciudades. En no pocas ocasiones vendieron o arrendaron estos pazos, en otras se transformaron en quintas de recreo. En el siglo XIX con el auge de la industria y el comercio en las ciudades se va produciendo un abandono casi definitivos hasta que, muy avanzado en siglo XX, se procede a la rehabilitación de no pocos de ellos, afianzando su importancia en el paisaje y sociedad gallegos, buscándoles nuevos usos, públicos y privados. Tal y como hemos visto en este Pazo de Tovar
Labradas a ambos lados, cabezas de caballeros con sus yelmos, muy gastadas, esta la de la derecha
Y esta la de la izquierda; el gusto por el yelmo y otros símbolos guerreros y genealógicos buscarían reafirmar la vieja valía de las estirpes que gustaban de ostentar su heráldica en las paredes para que esta se viera desde el exterior, como hemos comprobado
Adentro la vivienda, con sus portales y corredor; el final del feudalismo y de las revueltas irmandiñas, el nacimiento de los estados centralizados y el mayor empleo de la artillería dejaron anquilosadas e inútiles la mayor parte de las fortalezas medievales pero estas, de la mano de sus dueños o de sus arrendatarios, se adaptaron a los tiempos con mayor o menor fortuna. Esto debió quedar especialmente claro en estos lugares de A Mariña con la derrota definitiva del mariscal Pardo de Cela, en guerra abierta contra los Reyes Católicos, y su ejecución en 1483 en la Praza da Catedral de Mondoñedo
Y, en un proceso de continua adaptación, cuando también el viejo pazo fue abandonándose este se reconvirtió, fue restaurado y en él podemos encontrar, aparte de las reseñadas, otras dependencias como el Museo do Liño y O Rincón do Xuguete
Aún baja el Camino suavemente hacia la llanura del valle al llegar a esta recta con el Padornelo siempre guiándonos y, un poco más abajo, la colina de A Folgueirosa (266 m)
Larga recta junto a las plantaciones de fabas y paisaje de las parroquias de San Tomé y San Adrao
Al fondo seguimos teniendo la referencia de la iglesia de San Tomé y arriba la del Viaducto de Lindín, una de las titánicas obras de ingeniería de la Autovía del Cantábrico, de 757 metros de largo y una altura de luz que llega a los 103 metros, salvando el collado del Rego de Abidueiras que, al otro lado, baja a desembocar al Valiñadares, otro de los ríos que forman el Masma, al que el obispo Antonio Sarmiento de Sotomayor quiso hacer navegable entre su desembocadura en la Ría de Foz y la capital de su diócesis, la ciudad de Mondoñedo
Al sur, a nuestra izquierda, O Currillón, Bombón, Ríos, O Solleiro, barrios de la parroquia de Santo Adrao de Lourenzá; allí, como hemos dicho, en A Igrexa, un pequeño promontorio es el solar de un varias veces milenario castro galaico. Más altos son a la izquierda los picos de A Serra das Augas Santas que llegan a los 716 metros. En medio es Cova Longa (463 m) con Cornomouro (631 m) asomando un poco en la distancia. A la derecha Monte Ferreira (437 m)
Llegamos así al barrio de O Amieiral, de esta parroquia de San Tomé de Lourenzá, viendo las grandes extensiones de cultivos de la famosa Faba de Lourenzá, ya apreciadísima en el ilustrado siglo XVIII y de la que se dice en el Archivo de Geografía General del Reino de Galicia:
Cruce de caminos, nosotros avanzamos siempre recto y de frente hacia el centro del valle, por donde discurren el Rego do Batán primero y, después, en paralelo y también de sur a norte, el Rego dos Baos
Sea como fuere lo cierto es que en O Amieiral pasamos encima del Rego do Batán casi sin darnos cuenta, oculto su pequeño curso entre campos, casas y cultivos y pasando debajo de este camino local donde el Camino ya avanza en llano
Millo, maíz, cultivado en grandes extensiones. A lo lejos a la izquierda, Ollo de Boi y Lanzós, en la parroquia de San Adrao, y A Casanova, en la de San Tomé
Entre casas labregas y cabazos destaca en la distancia una quinta estilo indiano, no muy lejos de la carretera LU-122, comunicación con Vilanova de Lourenzá
Con Vilanova de Lourenzá comunica también otra carretera local con la que nos vamos a cruzar en este lugar, enfrente del siguiente grupo de casas
El Camino sigue una larga y llanísima recta cuyo punto de fuga es el campanario de la iglesia de San Tomé, en la distancia. A la derecha está la casa de Fabas O Pontigo, en el barrio de este nombre, O Pontigo, a la derecha del de A Igrexa, "pioneros de la faba de Lourenzá" dicen en Campo Galego. Diario dixital agrario el 11-9-2019:
De frente As Pedreiras y A Igrexa, a la izquierda A Abidueira y A Regueira; más allá están As Castiñeiras Verdes, A Fonte do Cura, O Rego da Pedreira, bajo los montes y eucaliptales de Sumeiro (384m), O Biduido, As Granxas y A Granda. Más a lo lejos y a la derecha la subida a Lindín, que nos aguarda
Al norte a nuestra derecha, impresionante planicie de A Veiga de San Tomé, con la parroquia de San Xurxo, esencia del paisaje de O Val de Lourenzá. Allí en medio es donde se unen el Rego do Batán y el Rego dos Baos, el nombre del primero referido a los batanes hidráulicos empleados en la fabricación de tejidos y el del segundo a los vados o pasos fluviales
La capital del concello no llega a verse, tapada por los árboles del valle y las colinas que caen, por Sendín, A Bouza da Viña, O Outeiro, Mazúa y A Teixeira desde A Serra da Cadeira. A lo lejos son las montañas de A Frouxeira (427 m), Ato de Virín (484 m) y A Pena do Quebradoiro (432 m) sobre el valle del Masma, y al otro lado, Foz y su ría, que tampoco podemos ver desde aquí
A la derecha O Cristo, Siviceira, O Pereiro, O Pontigo, Os Tarreos, A Veiga de San Tomé... por donde pasa la carretera LU-122, al pie de los montes del Agro da Folgueirosa y Alto da Paleira y el omnipresente Padornelo cada vez más cerca. En Paraños, además está la capilla de Santo Estebo, donde una antiquísima piedra miliar romana de casi un metro de altura, sin duda procedente de alguno de estos ancestrales caminos, hace las veces de pila bautismal
Adentrándonos en el barrio de A Igrexa nos acercamos al templo de San Tomé, otro hito histórico y monumental en el camino a Mondoñedo que ya veíamos desde la distancia, bajando de la Serra da Cadeira
Su torre, reiteramos, es una referencia visual y orientativa pues domina todo este sector del valle y se divisa e identifica bien en la lejanía
La iglesia de San Tomé de Lourenzá es del siglo XVI pero su traza actual, de tres naves, obedece a las profundas reformas y ampliaciones dieciochescas. La capilla mayor, aquí a la derecha, es parte del templo original
Es de planta cuadrada y la impronta gótica de sus contrafuertes, cuatro en total, es evidente, así como las ventanas ojivales que dan luz natural a la capilla mayor
Adosada a ella está la estructura del siglo XVIII, teniendo también varias reformas menores posteriores, algunas relativamente recientes. Sobre ella hay una pequeña espadaña de un solo vano para una única campana
A la derecha de la portada hay una ventana en la planta baja de la torre campanario. Sobre dicha portada otra aún mayor. Más arriba y a la izquierda de la torre, en un frontispicio, hay una hornacina con una escultura
El patrón, San Tomé o Santo Tomás Apóstol, fijémonos en el tamaño de su dedo índice de la mano derecha, con el que tocó las heridas de Cristo y creyó en su resurrección
Al llegar a la iglesia hemos salido a la carretera LU-P-2801, con aceras a los lados en este trecho, por donde sigue el Camino, viendo a la derecha la antigua escuela
Y ante ella, un hermoso campo de romerías, donde tantas veces tocaría en sus tiempos la famosa Banda de Música de O Val, nacida de la fusión de las bandas familiares Os Paulos y Os Adás a primeros del siglo XX y que a veces se dividía en dos pequeñas formaciones para asumir compromisos en dos fiestas a la vez, una dirigida por el maestro Jesús Recalde y otra por el maestro José Saavedra. Un buen reportaje histórico y fotográfico de la misma podremos encontrarlo en la web de la Asociación cultural banda de música de Lourenzá:
Más allá de este camp, las casas de A Forxa, a su derecha las de O Cristo y a la izquierda A Polida
En la escuela de San Tomé de Lourenzá fue maestro D. Gurmesindo Gómez, emigrante retornado de Cuba que fundó el periódico Las Dos Regiones dedicado a la información de algunas las comarcas gallegas lucenses. El escritor y periodista Martín Fernández cuenta así su biografía en La Voz de Galicia el 18-8-2019:
Acera adelante A Pumarega y A Rigueira, con el monte de O Biduido y Sumeiro más allá, cerrando por el sur el valle del Rego dos Baos o Rego de Baos
Entre las casas seguimos camino yendo al barrio de A Fonte do Cura
Y aquí, en A Fonte do Cura, está Fabas Maruxa, otro de los ejemplos de productores de Fabas de Lourenzá. Así escriben de ella en su página de Facebook:
Ahora llegamos al cruce entre la LU-P-2801 y la LU-122, la comunicación con Vilanova de Lourenzá, cabeza del concello
Hermosísimas casas de estilo indiano, en esta primera a la izquierda es la del Estanco Oural, fundado en 1925
Un hermoso y bien cuidado conjunto de época con comercio y vivienda en el barrio de A Rigueira
Aquí cruzamos la carretera LU-131 frente a la Ferretería El Valle. Cerca de aquí, a muy pocos metros, está el Hostal Baos, una de las escasas opciones de alojamiento en esta ruta, que cuenta además con café-bar y autoservicio
El valle se estrecha, el Camino, aquí carretera LU-2805A continúa llano y recto entre las casas y las fincas, donde crecen numerosos frutales y árboles ornamentales
Es el hermoso valle del Rego de Baos, el afluente del Rego do Batán, donde el camino sigue dibujando otra recta perfecta al lado de estas casas construidas en las últimas décadas del siglo XX
Un siglo antes se hizo en Castiñeiras Verdes este fabuloso pazo con palmera y cabazo
En alguna de sus rehabilitaciones ha sido dejada a la vista la piedra de mampostería de sus muros. Fijémonos en el elegante balcón de la derecha, que mira al este, donde sale el sol
Bifurcación: nosotros seguimos a la derecha hacia la siguiente casa, siempre en llano
A la izquierda están los cobertizos, tendejones y cuadras
Y aquí, los azulejos de la pareja inseparable de la concha y la flecha
A la izquierda y prado arriba las casas de O Rego da Pereira, por donde sigue la carretera LU-122 hacia el Porto da Cruz da Cancela y Bretoña, la cabeza primigenia de la Diócesis de Britonia de los britones asentados en el siglo V que escaparon de la invasión de los anglosajones de su solar en la actual Gran Bretaña
Enlazamos con otro Camino y seguimos de frente valle arriba, con las casas de O Cal abajo a la derecha, en la ribera del río
Hitos del Camino: a la derecha el Coto da Paleira, más allá el Padornelo y a su izquierda As Penas das Penelas
Un nuevo cruce: primero seguimos de frente, con las últimas casas de O Rego da Pereira en lo alto a nuestra izquierda
Y seguidamente vamos a la derecha hacia O Cal, donde el Camino hace un poco de bajada para dirigirse al río
Camino del río y del lugar de O Cal, bajo el Agro da Folgueirosa, el hábitat se va haciendo más disperso conforme nos alejamos del centro de la parroquia y nos acercamos a la montaña
Efectivamente, aquí tenemos más tierras plantadas de fabas en la bajada al río, jalonado este por varios molinos
En O Cal, alternan plantaciones de faba con prados "de diente y guadaña" como se suele decir, de pasto y siega
Seguidamente el molino, a nuestra izquierda
Este es el puente sobre el canal que aprovecha el agua del río para llevarla al molino y que con la fuerza hidráulica, canalizada y embalsada, funcione su maquinaria
Agua que posteriormente sale por aquí, por el ojo u ollo del molino o muíño
Seguido al puente sobre el canal pasamos ahora el puente sobre el Rego de Baos, Rego dos Vaos, de Vaos, etc. Al cruzarlo iremos a la izquierda, tal y como nos señala el mojón que tenemos enfrente
El río pasa oculto, tapado por la vegetación ribereña, su nacimiento se sitúa entre la Serra de Lourenzá y los montes de Carracedo, en la parroquia mindoniense de Santa María Maior, formándose de la unión del Rego dos Casteláns con el Rego Seco, a la izquierda, con el Rego Carracedo y el Regueiro las Brañas por la derecha
El Camino de O Cal sale ahora a la carretera LU-P-2803 en el paraje conocido como O Convento, un topónimo que nos hace pensar en que podría haber aquí un priorato o pequeña comunidad monacal dependiente del monasterio de San Salvador de Lourenzá, a cargo de la administración de las que fueron sus tierras en el valle
En el lugar hay una casa del año 1947, sin duda hecha sobre otras más antigua, junto con cuadra y henil: Villa Rosa
En la fachada, donde vemos el nombre de la casa y la fecha de construcción, hay también un escudo de armas procedente sin duda de una casona o pazo más antiguo
Efectivamente, en la parte inferior vemos tanto en el cuartel de la derecha como en el de la izquierda, los dos leones símbolo del Conde Santo fundador de dicho monasterio. Más abajo y en la punta hay otro león. en los cuarteles superiores están los símbolos del castillo y dos peces, de otros linajes locales, y arriba presenta un yelmo. Hay varias inscripciones en las cuatro esquinas en torno al escudo
Villa Rosa puede decirse es, en el Camino de Santiago, es la última casa de San Tomé de Lourenzá y del concello laurentino que nos vamos a encontrar. A partir de ella el Camino sigue llano y recto valle adelante
Es salir de la zona poblada y el monocultivo de eucaliptos se hace presente en estas plantaciones que han cubierto casi en su totalidad este valle y serranías adyacentes
Bifurcación y de frente por la LU-P-2803, de momento seguimos recto y en llano
No llegamos a ver el río, oculto por la vegetación. En las veredas es común encontrar troncos apilados por los madereros durante las continuas y frecuentes talas de eucaliptos
Según el año que pasemos podemos encontrar los eucaliptos crecidos, formando zonas de umbría, o recién talados o en crecimiento, por lo que lo que el paisaje inmediato puede cambiar totalmente
Monte de A Folgueirosa. Aquí el Rego de Ribón, que prácticamente no podemos ver, pasa bajo la carretera a dar su escaso caudal al Rego de Baos
Bifurcación, nosotros seguimos de frente por la carretera LU-P-2803
Estamos a 160 kilómetros de Santiago, según revela el número grabado en la plaquita metálica de este hito caminero jacobita
Hitos kilométricos: en este lugar salimos del concello de Lourenzá y hemos entrado en el concello de Mondoñedo
La carretera empieza a subir, zigzagueando, al principio casi imperceptiblemente,
En las curvas gana altura, así son nuestros primeros metros por tierras mindonienses
Atención a esta nueva bifurcación, fijémonos como siempre en el mojón
Lugar de trabajos madereros, troncos apilados y eucaliptos hace poco plantados
Un poco de bosque autóctono en la falda por donde baja el Rego do Caxigo, otro de los arroyuelos, afluentes del Rego de Baos, que nacen en estas montañas
Aquí, mucha atención, pues hemos de dejar la carretera LU-P-2803 tomar un desvío a la derecha por una pista de tierra
Siempre atendiendo al mojón y la flecha seguimos este ramal en el que abandonamos el asfalto
La pista, muy ancha pues es de uso forestal, sigue la subida rampa arriba
Es una subida muy continua y directa a la sombra de la arboleda que crece en ambas márgenes
Para ganar altura el camino zigzaguea serpenteante siguiendo la sinuosidad de la ladera, donde las plantaciones de eucalipto sustituyen a las fragas de bosque autóctono y antiguos pastos
Subiendo, enlazamos con otra pista y continuamos a la izquierda
Y estemos de nuevo con los cinco sentidos, pues acto seguido hay otro cruce y de nuevo tomaremos el camino a la izquierda
Nos metemos nuevamente en la fronda, esta vez sí de predominante arbolado autóctono
Es un trecho de gran frescor en el que continuamos el ascenso
Túnel natural vegetal y castiñeiros
De pronto, salimos del bosque y vemos un muro y un cruceiro
Hemos llegado a O Castro, parroquia de Lindín, concello de Mondoñedo, a cuya capital desde aquí nos dirigimos, una de las antiguas capitales del viejo Reino de Galicia, existente hasta 1833
Según bajamos de la Serra da Cadeira, y si nos dejan los eucaliptos, admiramos este hermoso paisaje del valle, el cual administrativamente está formado por tres parroquias que hasta 1840 fueron concello independiente, Santo Adrao, San Xurxo y San Tomé, incorporadas entonces y a causa de las severas reformas administrativas de la época, al concello de Lourenzá. El valle siguió teniendo una impronta propia pero jamás, pese a algún ocasional intento, pudo volver a constituirse en ayuntamiento. Ambos términos jurisdiccionales, O Val y Vilanova de Lourenzá, pertenecieron también, antes incluso de ser ayuntamientos y durante siglos, a la desaparecida Provincia de Mondoñedo, suprimida en 1833 (Galicia tenía siete), la cual a la vez sucedía a la histórica Diócesis de Britonia, de origen altomedieval. Así nos lo explica la propia página del concello de Lourenzá:
"En el antiguo régimen el espacio territorial de Lourenzá estaba copuesto por dos jurisdicciones:La del Val de LourenzáLa de Vilanova de Lourenzálas dos pertencientes a la provincia de Mondoñedo (en aquel momento Galicia tenía 7 provincias).En la lista alfabética publicada de los Ayuntamientos de la Provincia de Lugo del año 1835 figuran dos Ayuntamientos: O Val, con las parroquias de San Xurxo, San Tomé y Santo Adrao y el de Vilanova con Santa María, Masma, Oirán y Couboeira.En la revolución de 1840 se hace una verdadera escabechina en la división municipal suprimiendo 30 Ayuntamientos, desapareciendo así el de O Val. El nuevo de Lourenzá absorve a aquel quedando dentro del partido judicial de Mondoñedo con las parroquias de: Santa María de Valdeflores, San Xurxo, San Tomé y Santo Adrao"
A nuestra derecha contemplamos las laderas de A Serra da Cadeira, bajo A Órrea (596 m), una de sus cotas. Durante años el camino oficial estuvo señalizado por ahí, camino de Vilanova de Lourenzá, la capital del concello, donde enlazan con el itinerario del Camino Norte que viene de Ribadeo, pero ese tramo entre A Trapa y Vilanova ha sido, digamos, desoficializado y le han quitado los mojones. Otra cosa es que se haya replanteado en su momento reseñalizarlo reponiendo sus flechas amarillas, para aquellos peregrinos que deseen hacer una etapa más corta
Cujesta abajo seguimos viendo el valle, O Val, por la zona de San Adrao de Lourenzá, bajo A Serra das Augas Santas (716 m) A Cova Longa (463 m) y A Granda (479 m)
El excelso paisaje no obstante se nos ocultará durante bastantes tramos al ir bajando entre las crecientes e inmensas plantaciones de eucaliptos
Los hitos del Camino, con sus conchas y flechas, nos indican la buena dirección. Si nos acercamos veremos los kilómetros que nos quedan para llegar a la catedral de Santiago de Compostela
Comprobamos así que SOLO estamos a 165 kilómetros... y pico de Santiago
El excelso paisaje no obstante se nos ocultará durante bastantes tramos al ir bajando entre las crecientes e inmensas plantaciones de eucaliptos
Los hitos del Camino, con sus conchas y flechas, nos indican la buena dirección. Si nos acercamos veremos los kilómetros que nos quedan para llegar a la catedral de Santiago de Compostela
Comprobamos así que SOLO estamos a 165 kilómetros... y pico de Santiago
Volvemos a salir a campo abierto. sigue habiendo extensos prados de pasto, muestra de cómo era antaño el paisaje rural de estas montañas que guardan el valle
O Val de Lourenzá y sus parroquias: Santo Adrao, San Xurxo y San Tomé, que extienden sus aldeas, barrios y lugares por la campiña y algunas laderas de esas alturas del Padornelo, al otro lado de las cuales, por su ladera oeste discurre el otro camino, por el que ahora van la mayor parte de los peregrinos tras cruzar de Asturias a Galicia en Ribadeo, y al que nos uniremos en la Praza da Catedral de Mondoñedo
San Tomé, bajo A Folgueirosa, O Coto da Paleira, A Cruz Pequena, A Lagoa Pequena y los 618 metros de Padornelo con sus antenas. Como nota curiosa y según datos del erudito Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense, el primero que practicó ala delta desde su cima fue el lucense Ulises Sarry en octubre de 1978, verdadero "pionero de las artes, el cine y ultraligero", como le dice en su adiós el prestigioso periodista Santiago Jaureguizar en El Correo del 11-12-2019:
"El primer día que saltó desde el Padornelo Ulises López Sarry confirmó que la vida no tenía límites. Tenía tanta seguridad en sus cálculos y en sus manos que se lanzó desde los 600 metros del pico que sobrevuela Mondoñedo con un ultraligero que se había construido. Se dejó mecer por las corrientes de aire fresco tratando de localizar la casa de Álvaro Cunqueiro, en la plaza de la Catedral. El escritor había prologado en 1971 un juego de cartas de tarot dibujadas por él que llevaban textos de Paco Martín."
Salimos a una pista y seguimos bajando a la derecha, al lado de un frondoso pinar a cuya sombra crecen los helechos
Estamos caminando por términos que pertenecen a Santo Adrao, una de las parroquias de O Val de Lourenzá, pero cerca de la divisoria con la de San Tomé, alguno de cuyos barrios más próximos divisamos en el valle, pues esta parroquia ocupa una posición central respecto a las otras dos, extendiéndose de un lado a otro de la llanura, de este a oeste
Al fondo San Xurxo, también en O Val, en concreto en su zona norte, la más cercana a Vilanova de Lourenzá, la capital del concello
En los cruces siempre hemos de ir frente hacia abajo y los monolitos o mojones camineros nos lo van confirmando. Allá vemos los barrios de O Carballal, A Covela, Combre, As Rivas y O Batán, todos en San Tomé y en este valle bañado por los regos de O Batán, Baos, Requeixas, y sus afluentes
Es la bajada final desde los altos de la Serra da Cadeira, cordal que separa la cuenca fluvial del Masma de la del Eo, que ya ha quedado atrás
La bajada se suaviza en este tramo recto que nos ofrece una espléndida vista de la parroquia de San Tomé, al pie del Padornelo
Más la izquierda, vemos uno de los viaductos de la Autovía del Cantábrico (A-8), el Viaducto de Lindín, el cual es una muy buena referencia geográfica y visual
Allí está Lindín, ya en términos de Mondoñedo, a donde subiremos desde San Tomé. Son los barrios de O Castro, O Caxigo y, en lo más alto, Barral de Cima, desde donde bajaremos por el Alto de Lindín, pasando debajo del viaducto, a O Coto de Outeiro y de allí al barrio de Os Muíños, donde entraremos en la ciudad de Mondoñedo
Pasamos ahora bajo este gran castiñeiro mientras continúa este ya suave pero prolongado descenso al valle laurentino
Y seguimos bajando poco a poco, contemplando tan magnífico paisaje siempre con el Padornelo, completamente plantado de eucaliptos, dominando el panorama
Ahora y al lado de unas tierras de labor y frente a unos pinos y eucaliptos llegamos a esta encrucijada en las inmediaciones del lugar de O Coto y justo en la frontera entre las parroquias de San Adrao y San Tomé
Atendiendo al mojón con su concha y flecha hemos de ir a la derecha, entrando en la parroquia de San Tomé
La flecha amarilla es el ÚNICO elemento plenamente direccional en la señalización jacobita; por su parte, y en contra de la creencia popular, ampliamente extendida, la posición de la concha, si bien identifica el Camino, NO implica necesariamente dirección alguna, tal y como podemos leer en las directrices señaléticas del Consejo Jacobeo:
Helechos y eucaliptos en lo que fueron pastos y fragas de bosque autóctono
Entre el follaje aparece el Rego de Albarón, sobre el que pasamos en este lugar
Salimos de la vegetación a unos campos, con hierba alta en primavera
Hemos llegado al lugar de A Ribalta ('ribera alta') donde, al pie de un cobertizo y antes de las primeras casas, salimos a un camino local asfaltado, por el que continuaremos a la izquierda, siempre bajando
Y seguimos en descenso hasta la gran llanura central de O Val, atentos a los mojones, a veces la hierba crece y los tapa total o parcialmente
Curva cerrada aquí a la derecha, en A Grandela, bordeando el cierre vegetal de una finca; abajo la fronda ribereña del Rego de Albarón
Dejamos a la derecha la entrada a una casa labrega, con su cuadra y cabazo, y seguimos bajando y bajando
Rodeamos su terreno y descubrimos otro gran paisaje del valle, dominado siempre por la totémica figura del Padornelo en lontananza
Y también, más al sur-suroeste, encima de San Tomé, los montes de Padornelo a la derecha, con sus 618 metros de altitud, y a la izquierda A Pena do Oso (409 m), Coto Redondo, Monte da Farrapa y Monte do Chao de Ameixón (748 m)
Bajo nosotros, O Chacote, donde entre las casas campesinas destaca una casona indiana fechada en 1946, dando buenas vistas al valle y a la parroquia de San Tomé de Lourenzá, que desparrama sus barrios y lugares por la llanura de O Val
Y allí, en el barrio de A Igrexa, se divisa la iglesia parroquial de San Tomé, del siglo XVI, inconfundible con su torre-campanario rematada en bóveda a cuyos pies habremos de pasar antes de iniciar la subida a Lindín
Estamos en A Covela, donde pasamos al lado Campo das Festas, el prado de la romería, a nuestra derecha. Ahora empezaremos a ver, abajo a la izquierda, en el corazón del antiguo Real Coto de Canedo, el Pazo de Tovar, uno de los grandes símbolos del patrimonio de O Val de Lourenzá y de este trazado histórico del Camino Norte por el Camín Vello
Sus primeros testimonios son del siglo XII, cuando aquí estaba la pequeña villa amurallada de Canedo, con una torre, la Torre de Canedo, origen del actual conjunto. Estas torres se levantaban tanto para defensa como para dominio del territorio en aquellos siglos truculentos y feudales, sea, tanto servían para defender como para someter, todo a un tiempo
En un principio la antigua Torre de Canedo estuvo dentro de las propiedades del monasterio de San Salvador de Lourenzá, en la capital del concello, por donde pasa el camino que viene de Ribadeo y que se unirá a este en Mondoñedo, siendo sus propietarios del linaje de los Ponce de León, emparentados lejanamente con el conde-santo Osorio Gutiérrez fundador del cenobio laurentino, al que le dedicamos toda una entrada de blog
Con el paso del tiempo se sabe que la torre fue cayendo casi en un estado de ruina, a tenor de lo expuesto en la documentación conservada. Es ya acabando el siglo XV cuando las distintas ramas de la dinastía Aguiar dan la posesión del torreón a la familia de Pardo de Cela, Mariscal de Castilla y Alcalde de Viveiro, en concreto en 1517 a Pedro Pardo de Cabarcos que, muerto en Granada, hizo testamento de una...
"torre vieja, caída la mayor parte de las paredes, sin coberturas y madera y una bodega y lagar viejo" sito todo ello en el Coto de Canedo"
Su sobrino Antonio de Tovar y su esposa Blanca Pimentel de Ribadeneira heredaron estos bienes reformándolos al gusto castellano del llamado estilo gótico isabelino. Es luego, en el siglo XVI, concretamente en 1530, cuando este Antonio de Tovar (pariente cercano del Mariscal Pardo de Cela, noble gallego que se opuso a los Reyes Católicos), hombre de confianza del emperador Carlos I de España, transforma la vieja torre y hace una fortaleza más palacial que propiamente defensiva, dentro de la dinámica de cambios sociales y políticos acaecida tras el final de la Edad Media
No obstante, a su muerte y cuando la obra no estaba siquiera acabada, sus descendientes abandonaron el lugar, siendo este pazo administrado por gentes de su confianza, quienes lo arrendaron a sucesivos inquilinos
Primeramente, tras Antonio de Tovar, su propiedad pasó por herencia a Brianda de Tovar y Pimentel y, en 1548, también por herencia, a Don Fernán Vázquez de Seixas, señor de San Pedro de Narla, Condes, Castillo das Seixas y cotos anejos. A partir de entonces diferentes familias arrendatarias vivieron en la fortaleza, a veces más de una a la vez, dejando todos su impronta en el edificio
Por entonces se estaba produciendo otro fenómeno, la nobleza rural, si bien mantenía sus posesiones, empezaba a preferir vivir en las más animadas y socializantes villas y ciudades nacidas al amparo de las pueblas medievales, donde se tomaban las decisiones y se ejercía el poder sobre territorios enteros. En lo concerniente al palacio, sus sucesivos propietarios no tuvieron mayormente interés en arreglos y reformas y esto trajo consigo dos cosas, una mala: el deterioro del pazo, y otra buena: que se mantuvo casi intacto respecto a la construcción del año 1530
Un poco más al sur, en el barrio también llamado de A Igrexa, pero este al lado de la iglesia parroquial de San Adrao de Lourenzá, se ha localizado un castro galaico que sería el antecedente de la actual fortaleza, al igual que el existente un poco más al norte, en San Xurxo, también en el lugar de su parroquial, sin duda cristianización de espacios sagrados muy anteriores a la llegada de Roma
Seguimos camino por A Covela, un topónimo que revela la posible existencia de una pequeña gruta o cueva 'cova'
El Camino, llano y asfaltado, pasa junto a algunas de las casas de A Covela, muchas de ellas de piedra y casi todas de cubiertas de pizarra, empleándose a veces la teja para cubrir las aristas y ángulos
El entorno, de Lourenzá es eminentemente ganadero, a diferencia del que hallamos poco más al norte, eminentemente residencial y turístico, según la cercanía al mar y las playas
Bajamos ahora unos metros de A Covela al cruce de As Ribas, donde vemos un pequeño parque infantil con empalizada pintada de colores, muy llamativa, que nos servirá de referencia
En el cruce, bajaremos a la izquierda, viendo de frente el campo de la Capela da Nosa Señora da O, relacionada también con el histórico Coto Real de Canedo, santuario reconstruido en 1962 por cuestación popular que conserva en su interior un retablo renacentista del siglo XVII, así como la imagen de la Virgen de la Expectación al Parto, de finales del XVIII, la de San Antonio de Padua y San Miguel Arcángel y la del Padre Eterno. Más antigua es la talla de Santa Cristina de Alejandría, de finales del siglo XVI, coincidiendo con la construcción del cercano pazo sobre la torre anterior
Vamos pues desde el campo de la capilla rumbo al Pazo de Tovar, que vemos abajo al final de la cuesta, justo encima de los contenedores, dando vista a San Tomé al oeste y a San Adrao, al sur
A la izquierda, estuvo antaño una de aquellas tiendas mixtas, bar y comercio, que antaño abundaban en estas aldeas. Ahora para encontrar alguna, y algún bar, hemos de acercarnos más al centro de la parroquia
Antaño, abundaba aquí el vino, pues el historiador Manuel Gago dice en A tentas pola fortaleza de Tovar que en tiempos el pazo estaba rodeado de viñedos de tan buena producción que se exportaban a Burdeos, según testimonio recogido de uno de sus dueños José Ventoso, referido a antiguos documentos
Los Ventoso son descendientes de los caseros campesinos que desde tiempo ancestral que, desde tiempo ancestral, cuidaron de esta casa en la que nacieron generaciones de campesinos después de los señores la abandonaran, hasta terminaron por comprarla
Quizás sea esta la parte de más apariencia defensiva de la fortaleza de Tovar, si bien las ventanas, grandes para un castillo, delatan la nueva función residencial que tuvo a partir de las profundas reformas del siglo XVI
El cabazo y otras dependencias denotan además los usos agropecuarios del nuevo palacio, donde, desde 1530, vivieron varias familias, hasta la actualidad, a veces al mismo tiempo, normalmente como arrendatarios, generaciones enteras de campesinos que terminaron comprándolo. Escribe de ellos, de la familia Ventoso, el mencionado Manuel Gago, fecha junio de 2010:
"Os Ventoso son encomiables, un exemplo privado de amor polo patrimonio. Publican información sobre a fortaleza no seu web fortalezadetovar.net, con contidos en licenza Creative Commons, e non paran de negociar, primeiro co bipartito e agora co goberno do PP, para conseguir o financiamento que evite a ruína da casa dos seus devanceiros. Tentan ler nos documentos do XVI, pero precisan estudos de paleografía. Botan contas para ver o xeito de pagar as catas arqueolóxicas previas a unha mínima consolidación, eles, de familia labrega. A vella matrucia, Angelita, coa súa bata cruzada, vixía con cariño o devalar ruinoso deste maxestuoso edificio. Témoslle que agradecer a eles que nos permitiran acceder ao interior da fortaleza e puideramos explorar un recinto tan evocador. Tamén aos amigos que nos levaron ata alí"
Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1949 y restaurado entre los años 2011 y 2014 por la Xunta de Galicia, abriendo seguidamente sus puertas al público. En nuestros días hay restaurante, O Forno de Tovar, y es sede del Centro de Interpretación de la cultura de los pazos en Galicia
"El producto amparado por la I.G.P. "Faba de Lourenzá" son judías secas (alubias o "fabas") separadas de la vaina procedentes de la familia de las Fabaceas o leguminosas, especie "Phaseolus vulgaris, L", de la variedad local conocida como "Faba Galaica", sanas, enteras, limpias y destinadas a consumo humano.Son judías de color blanco uniforme, sin dibujos, de tamaño muy grande y forma arriñonada, larga y semillena.La "Faba Galaica" presenta unas características cualitativas que la diferencian de otras alubias y que la hacen muy demandada por los consumidores, debido a su calidad culinaria excepcional, motivada por su escasa proporción de piel (entre 8-10 %); su elevada capacidad de absorción de agua, superior al 100 %; y su comportamiento en cocción, consiguiéndose al final del proceso granos enteros y completos, en los que destaca la pastosidad de su pulpa, exenta de grumos y escasamente diferenciada de la piel.Zona goegráfica
Abarca el territorio costero de la provincia de Lugo, comarca natural conocida como A Mariña Luguesa, dividida en tres comarcas administrativas: A Mariña Occidental, A Mariña Central y A Mariña Oriental, que engloban los municipios de: Alfoz, Barreiros, Burela, Cervo, Foz, Lourenzá, Mondoñedo, Ourol, Pontenova (A), Ribadeo, Trabada, Valadouro (O), Vicedo (O), Viveiro y Xove"
Y en el antiguo Coto Real de Canedo un cruce: iremos a la derecha. Desde aquí se domina la mayor parte del valle, pues la nobleza feudal se transformaba en terrateniente o administradora de extensos territorios. Si bien la casa-fuerte medieval ya no era viable con la nueva situación histórica, pues no constituía obstáculo para los nuevos ingenios bélicos aparecidos al extenderse el uso de la pólvora, su estratégica ubicación seguía siendo indiscutiblemente importante para el control del valle, viendo los caminos, las casas y los cultivos, en lo que era uno de los principales pasos entre Asturias y Galicia
La fortaleza destaca en el verde valle y según nos acercamos nos parece aún más grandiosa, testigo del pasado y puerta de la historia: Deseamos compartir esta sinopsis del investigador Carlos Andrés González Paz para su libro El Pazo de Tovar: espacios, perspectivas, tiempos, que nos quita algunos tópicos y estereotipos sobre los pazos gallegos, de muy recomendada lectura para los más interesados:
"La -cultura de los pazos- en Galicia ha sido descrita hace unas décadas como un fenómeno intrínsecamente gallego, moderno e hidalgo, armónicamente inserto en las estructuras, dinámicas y procesos socioeconómicos de sus tiempos y espacios con una visión decididamente elogiosa que lleva a la conclusión, lógica, de que -la despoblación de los pazos ha sido una pérdida real para la vida intelectual, social y económica de Galicia-. Sin duda, esas luces ùque muchos investigadores actuales destacan cada vez másù contrastan con el oscuro estereotipo lanzado por Emilia Pardo Bazán a finales del siglo XIX en Los Pazos de Ulloa, una novela repleta de gentes y edificios tenebrosos propios de un -país de lobos-, donde las personalidades luminosas se veían irresolublemente condenadas a ser devoradas por las negruras de un mundo lóbrego que envilecía, empobrecía y embrutecía a sus habitantes. Un buen ejemplo es el pazo de Tovar, en Lourenzá (Lugo). Esta casa-fuerte medieval de singular estructura estuvo sucesivamente vinculada al monasterio benedictino de San Salvador de Lourenzá, a la estirpe Ponce de León, al linaje Aguiar, a la familia del mariscal Pedro Pardo de Cela, a Antonio de Tovar contino de su sacra, católica y cesárea majestad imperial, a los marqueses de Villasanteà
Esta trayectoria pasada, de cierto esplendor en determinadas etapas, no impidió que sufriese doblemente. Tuvo que afrontar, por un lado, los múltiples males de sus piedras que amenazaban su propia conservación y, por otro lado, la presión de su devenir histórico, marcado por la historia general y la familiar de las gentes que lo ocuparon. Se convirtió así en un verdadero microcosmos, como eran hasta hace poco todas las grandes casas campesinas, pero también, por sus características nobles, que lo distinguían de ellas, en un epítome de nuestra historia medieval y moderna"
Aún sigue la bajada hacia el valle dando ahora vista a Combre y casas, por donde discurre el arroyo del Rego de Entrepenas
Bifurcación y a la izquierda, siguiendo esta curva cerrada
Y ya bajamos de frente al pazo, de quien también escribió de su historia y semblanza Carlos Amieiro Ventoso, escritor argentino con raíces en este lugar, pues en el pazo nació su madre. Este autor publicó en 2016 Viaje a los orígenes. Gente del Pazo de Tovar, 19 cuentos que describen a la gente que vivió en el palacio. La Voz de Galicia del 9-7-2016 publica esta entrevista dedicada a la presentación del libro:
El Pazo de Tovar de Lourenzá guarda gratos y emotivos recuerdos para Carlos Amieiro, ingeniero en Petróleo por la Universidad de Buenos Aires, donde nacía en 1943. En el año 1955 regresaba a sus orígenes laurentinos precisamente para descubrir entre piedras toda una vida. O varias, mejor dicho, de aquellos que allí tuvieron algún día su hogar, entre otros, su madre. El resultado es un libro que presentará el próximo sábado, día 9, allí mismo, a las 20.00 horas. Es Viaje a los orígenes. Gente del Pazo de Tovar.
-Qué le animó a escribirlo?
-La idea nació, por un lado, de la necesidad que tenía de promocionar el Pazo de Tovar. Por otro, allí nació mi madre, por tanto tiene mucho que ver con la familia. Son 19 cuentos que intentan describir la gente que vivió en este lugar, en esta fortaleza. Ella nació allí en 1913. El libro fue una consecuencia de que mi primo, José Ventoso, el dueño actual, lo reconstruyese. Hace unos años este edificio estaba casi en ruinas. Entonces, se me ocurrió que esas piedras había que llenarlas con gente. Estuve trabajando desde el punto de vista informativo. De mi familia vivieron ahí cuatro o cinco generaciones. El pazo es de 1530, pero ya tenía historia anteriormente, porque fue una reconstrucción de Antonio de Tovar como su residencia en Galicia aunque antes era una torre fortificada. A partir de ahí, con la información que saqué, fundamentalmente de datos de las parroquias en Lourenzá, Mondoñedo y Lugo, pude recopilar información. Intenté ficcionar los cuentos y cada cuento se corresponde con un personaje, época y año y fenómeno o sensaciones. La historia termina en 1955. Entonces yo tenía 12 años. Por eso el último cuento es el viaje a los orígenes, el viaje que realiza la familia cuando yo tenía esa edad y se reencuentra con la familia después de 40 años de estar en Argentina. Para mí significó un antes y un después con respecto a lo que era la familia, en el sentido en que yo no conocía ni a mis tíos ni a mis primos, solo tenía referencias de lo que me comentaba mi madre de los suyos y de los vecinos, así como de la gente emigrada a Argentina pues la mayoría de la zona eran conocidos de la familia. A partir de los 12 años cambió la relación porque para mí era un mundo nuevo y un ambiente distinto al de Buenos Aires
¿Qué personaje le despierta más interés?
Evelio. Para mí es entrañable porque tiene que ver con aprender los oficios y la relación que existe entre padre e hijo y lo que significaba en aquella época el mundo de las cofradías o los que se dedicaban a tareas específicas. El otro personaje que me agrada mucho es la historia de un muchacho que muere en la Guerra Civil, un soldado del ejército de Franco. Murió cerca de Barcelona, donde precisamente vivo ahora
El libro está ilustrado por Eduardo Baamonde y se ha publicado en castellano, y en gallego con ayuda de María Dolores Villanueva. «La versión en catalán está en proceso», dice"
El itinerario señalizado sigue de frente, dejando el pazo a la izquierda, pero como buenos amantes que somos del Camino y su patrimonio no nos resistimos a hacerle una merecidísima visita
Podemos caminar por el sendero que va a la puerta de la fortaleza. Aquí unas placas informativas nos explican su historia. El pazo nunca llegó realmente a acabarse y consta de dos torres cuadradas coronadas con almenas y dos pabellones mas el comienzo de otro, hecho todo ello en mampostería de piedra de pizarra y, en sus partes nobles, sillería de granito
Manuel Gago hace una hermosa semblanza de los pazos del siglo XVI, el final del mundo medieval y, a la vez, de un tiempo de transición en el que su propietarios no sabían si habrían de volver a sus fortalezas feudales o no:
"Como ben sabedes, as fortalezas do Renacemento galego, -co seu estilo pacego, os seus medallons reflectindo heroes mitolóxicos- son a nosa paixón. Estes edificios son o exemplo vivo de arquitectura construída nun tempo de transición, que os propietarios non saben se ha volver ou non, como é o caso do mundo feudal, pero tamén das transicións na estética e no gusto dos aristócratas.Son fortalezas reformadas ou erguidas a principios do XVI, cando o mundo se comezara a facer grande e os vellos señores viñan retirarse despois de correr aventuras por Europa adiante, algúns deles ricos cando partiran como escudeiros de grandes señores. Despois de servir nos exércitos de El-Rei, estes maduros aristócratas non estaban xa para combatir entre as pernas de Andrades, Soutomaiores, e Fonsecas, pero a prevención galega seguía a quedar"
En este caso, las reformas efectuadas en la antigua Torre de Canedo por parte de Antonio de Tovar cuando consiguió su titularidad se basaron en el arte gótico isabelino, propio de la época, que es la esencia constructiva del edificio que vemos actualmente
Si nos fijamos en el cabazo u hórreo estilo Mondoñedo, este presenta decoración geométrica y popular
Algunos elementos como la hexapétala o estrella de seis puntas aparecen representados ya en el arte castrexo y fueron en origen representaciones solares, entre otras interpretaciones, pasando con el tiempo a ser símbolos de protección del alimento aquí guardado, luego simples elementos ornamentales
Vemos la gran torre del homenaje con sus numerosos detalles artísticos y constructivos, troneras saeteras, almenas y barbacanas
Si nos fijamos en el cabazo u hórreo estilo Mondoñedo, este presenta decoración geométrica y popular
Algunos elementos como la hexapétala o estrella de seis puntas aparecen representados ya en el arte castrexo y fueron en origen representaciones solares, entre otras interpretaciones, pasando con el tiempo a ser símbolos de protección del alimento aquí guardado, luego simples elementos ornamentales
Vemos la gran torre del homenaje con sus numerosos detalles artísticos y constructivos, troneras saeteras, almenas y barbacanas
Esta por ejemplo, en el dintel de la ventana del piso superior es la inscripción del año 1530 que, con el blasón de los Andrade y los Ribadeneira, una inscripción menciona a Antonio de Tovar y a su esposa como patronos de la construcción de la nueva fortaleza sobre la vieja y desvencijada Torre de Canedo:
DN ANTONIOUS DE: DOMO KA IS: HANC: FE NA BLANCA M D XXX DE TOVAR ROLI: CÉSAR CIT: CUM: CO: SVA: VXORE
-En el año del señor de 1530 Antonio de Tovar de la Casa del César Carlos hizo esta (casa) con Doña Blanca, y su mujer-El César Carlos es Carlos I de España y V de Alemania, doble corona imperial, quien reinaba por entonces
El muro y los pequeños ventanucos de lo alto revelan la impronta militar que siempre conservó el pazo, si bien ya como elemento decorativo más que por necesidad bélica. Durante las reformas y reconstrucciones de muchas torres y castillos, desde el siglo XVI hasta bien entrado el XX, imperó un gusto medievalizante en muchas ocasiones. Unas veces conservando antiguos elementos pero otras añadiéndolos de nuevo cuño, recreando idealizadamente una traza del medievo, como ostentación de la antigüedad o nobleza del linaje
Otras ventanas más grandes, abiertas así para dar más luz al interior, muestran la parte puramente residencial de la construcción, siguiendo modelos más propios del arte renacentista
Una de esas ventanas tiene reja y blasón. Como hemos dicho, sucesivos inquilinos, mayormente todos arrendatarios, fueron dejando su impronta en la construcción
Vamos dando la vuelta a toda la construcción, fijándonos en sus elementos notables
En esta esquina vemos también un pequeño escudo con una cruz, el de los Ribadeneira
De unos años acá se celebra en este pazo y su campo la Festa Campesiña, cuya primera edición se festejó en 2017, colaborando en su organización el Concello de Lourenzá, la Deputación de Lugo y diversas asociaciones. Se trata de una xuntanza de fiesta y convivencia, que como decía la Alcaldesa Rocío López, presentando la edición de 2018...
“esta cita é unha das máis singulares dentro do calendario lúdico do noso municipio. Conta co respaldo dos veciños e veciñas, representados nas distintas asociacións que colaboran na organización deste evento. É por tanto un punto de encontro, de reunión, no que todos os veciños acoden a este lugar a pasar un día en sociedade e a gozar dos encantos que esconde esta fermosa fortaleza”
Posteriormente la nobleza, reiteramos, también fue dejando con el tiempo de vivir aquí, al menos permanentemente, al preferir estar cerca de los poderes que fluyen en las crecientes villas y ciudades. En no pocas ocasiones vendieron o arrendaron estos pazos, en otras se transformaron en quintas de recreo. En el siglo XIX con el auge de la industria y el comercio en las ciudades se va produciendo un abandono casi definitivos hasta que, muy avanzado en siglo XX, se procede a la rehabilitación de no pocos de ellos, afianzando su importancia en el paisaje y sociedad gallegos, buscándoles nuevos usos, públicos y privados. Tal y como hemos visto en este Pazo de Tovar
Dando la vuelta al pazo vemos ahora, en su cara oeste, la parte con la estructura más residencial. Aquí sí se descubren y hacen patentes las más de las reformas, hechas sobre la marcha por los sucesivos residentes, para darle mayor habitabilidad, según sus gustos y necesidades más perentorias: grandes ventanas, escaleras, chimeneas, etc. transformando la casona que a su vez reformó la torre feudal
En el campo de la fortaleza una tarima a la sombra de un venerable árbol es escenario de reuniones, bodas, conciertos...
Desde él, mirando al oeste, admiramos estas extensas plantaciones de fabas de Lourenzá en una fabulosa perspectiva lineal del valle hacia el Padornelo
Dando la vuelta completa vamos regresando al camino de entrada
Ahí están la portada de acceso principal al pazo, siendo las ventanas de este muro norte las más grandes
En esa torre una especie de tronera o saetera defiende una de las entradas
Hecha para disparar y ver a través de ella. Tal vez se trate de un elemento reaprovechado de la antigua torre feudal para una nueva función ornamental
Ventana gótica y otra tronera de disparo, esta mirando hacia la puerta principal
Al igual que esta otra, algo más grande y de estilo diferente. Insistimos en que mayoritariamente serían detalles ornamentales y de ostentación más que de una utilidad bélica-defensiva práctica, si bien cierto es que en algún caso algunos pazos y casonas se emplearon como improvisados cuarteles, aunque no fue este el caso
Vamos pues ahora a acceder al interior
Sobre la puerta al gran patrio central, escudos y bajorrelieves
Las linajudas estirpes del lugar muestran en el dintel sus símbolos heráldicos. Del año 1626 existe un documento de la Real Chancillería de Valladolid probando hidalguía que menciona a dos vecinos de Canedo y titulado:
En el campo de la fortaleza una tarima a la sombra de un venerable árbol es escenario de reuniones, bodas, conciertos...
Desde él, mirando al oeste, admiramos estas extensas plantaciones de fabas de Lourenzá en una fabulosa perspectiva lineal del valle hacia el Padornelo
Actualmente está aquí como hemos dicho el restaurante O Forno de Tovar, en el que se celebran además jornadas gastronómicas, como las de la Galiña de Mos, raza autóctona gallega
Hermoso corredor, uno de los elementos habitacionales rehabilitados del conjunto, el cual en su origen formaba parte de las reformas realizadas para darle más funcionalidad al antiguo y frío castillo, lo mismo que el portalón. Adentro hay además una escalera de caracol
Dando la vuelta completa vamos regresando al camino de entrada
Ahí están la portada de acceso principal al pazo, siendo las ventanas de este muro norte las más grandes
En esa torre una especie de tronera o saetera defiende una de las entradas
Hecha para disparar y ver a través de ella. Tal vez se trate de un elemento reaprovechado de la antigua torre feudal para una nueva función ornamental
Ventana gótica y otra tronera de disparo, esta mirando hacia la puerta principal
Al igual que esta otra, algo más grande y de estilo diferente. Insistimos en que mayoritariamente serían detalles ornamentales y de ostentación más que de una utilidad bélica-defensiva práctica, si bien cierto es que en algún caso algunos pazos y casonas se emplearon como improvisados cuarteles, aunque no fue este el caso
Vamos pues ahora a acceder al interior
Sobre la puerta al gran patrio central, escudos y bajorrelieves
Las linajudas estirpes del lugar muestran en el dintel sus símbolos heráldicos. Del año 1626 existe un documento de la Real Chancillería de Valladolid probando hidalguía que menciona a dos vecinos de Canedo y titulado:
"Probanza ad perpetuam rei memoriam de Rodrigo Charlo, vecino del coto de Canedo, en el valle de Lorenzana (Lugo) y su primo, Juan Charlo, en nombre de sus hermanos, Pedro y Diego, vecinos de Villanueva, del valle de Lorenzana (Lugo)"
Labradas a ambos lados, cabezas de caballeros con sus yelmos, muy gastadas, esta la de la derecha
Y esta la de la izquierda; el gusto por el yelmo y otros símbolos guerreros y genealógicos buscarían reafirmar la vieja valía de las estirpes que gustaban de ostentar su heráldica en las paredes para que esta se viera desde el exterior, como hemos comprobado
Adentro la vivienda, con sus portales y corredor; el final del feudalismo y de las revueltas irmandiñas, el nacimiento de los estados centralizados y el mayor empleo de la artillería dejaron anquilosadas e inútiles la mayor parte de las fortalezas medievales pero estas, de la mano de sus dueños o de sus arrendatarios, se adaptaron a los tiempos con mayor o menor fortuna. Esto debió quedar especialmente claro en estos lugares de A Mariña con la derrota definitiva del mariscal Pardo de Cela, en guerra abierta contra los Reyes Católicos, y su ejecución en 1483 en la Praza da Catedral de Mondoñedo
Torres, torreones y castillos pasaron a ser palacios para los mayormente ociosos hidalgos y baja o media nobleza rural gallega, los famosos pazos o pacios, extendidos por toda Galicia, verdaderos hogares palaciegos para el descanso y solaz de los dueños y sus invitados, entretenidos con actividades cinegéticas, paseos, danzas, etc., todo según gustos y posibilidades de los propietarios
Pero también y sobre todo, centro de un coto señorial arrendado a campesinos que con sus rentas mantenían al palacio y sus señores, por lo que, en buena parte, siguieron siendo centros de poder, control y administración del territorio, como en el feudalismo, pero sin su aparato bélico-castrense
No todos los propietarios vivían permanentemente en los pazos, pues solían preferir residir en las más activas villas y ciudades, cerca de los círculos de poder municipal, comarcar, regional o... en la misma corte, por lo que dejaban aquí a sus caseros, acudiendo únicamente de vez en cuando, a controlar la hacienda o a disfrutar de alguna convalecencia o descanso. En otros casos se desvincularon del lugar y arrendaban hasta sus casonas como fue este el caso
Salimos así del Pazo de Tovar, retomando el Camino y viendo ahora desde él toda esta su fachada norte
Aún baja el Camino suavemente hacia la llanura del valle al llegar a esta recta con el Padornelo siempre guiándonos y, un poco más abajo, la colina de A Folgueirosa (266 m)
Larga recta junto a las plantaciones de fabas y paisaje de las parroquias de San Tomé y San Adrao
Al fondo seguimos teniendo la referencia de la iglesia de San Tomé y arriba la del Viaducto de Lindín, una de las titánicas obras de ingeniería de la Autovía del Cantábrico, de 757 metros de largo y una altura de luz que llega a los 103 metros, salvando el collado del Rego de Abidueiras que, al otro lado, baja a desembocar al Valiñadares, otro de los ríos que forman el Masma, al que el obispo Antonio Sarmiento de Sotomayor quiso hacer navegable entre su desembocadura en la Ría de Foz y la capital de su diócesis, la ciudad de Mondoñedo
Al sur, a nuestra izquierda, O Currillón, Bombón, Ríos, O Solleiro, barrios de la parroquia de Santo Adrao de Lourenzá; allí, como hemos dicho, en A Igrexa, un pequeño promontorio es el solar de un varias veces milenario castro galaico. Más altos son a la izquierda los picos de A Serra das Augas Santas que llegan a los 716 metros. En medio es Cova Longa (463 m) con Cornomouro (631 m) asomando un poco en la distancia. A la derecha Monte Ferreira (437 m)
Llegamos así al barrio de O Amieiral, de esta parroquia de San Tomé de Lourenzá, viendo las grandes extensiones de cultivos de la famosa Faba de Lourenzá, ya apreciadísima en el ilustrado siglo XVIII y de la que se dice en el Archivo de Geografía General del Reino de Galicia:
"La producción agrícola es de lo más vario y selecto, como corresponde a un terreno tan fértil y ameno. De las plantas tropicales hasta las propias de climas templados, y aun fríos, todo se cultiva aquí, pudiendo afirmarse sin exageración que es el valle de Lourenzá el jardín de la provincia (...); que en 1787 existían (...) fanegas de alubias"
Cruce de caminos, nosotros avanzamos siempre recto y de frente hacia el centro del valle, por donde discurren el Rego do Batán primero y, después, en paralelo y también de sur a norte, el Rego dos Baos
El Rego do Batán nace en la Serra das Augas Santas, en concreto en Muxueira, en el vecino concello de Riotorto, mientras que el Rego do Batán lo hace un poco más al sur, en la parroquia mindoniense de Santa María Maior, atravesando ambos esta maravillosa veiga de San Andrao y San Tomé
Ambos se unen un poco más al norte, en Mazúa, parroquia de San Xurxo de Lourenzá y, a partir de allí y en dirección a Vilanova, la capital, recibe indistintamente los dos nombres. Existe no obstante, cierta confusión entre ambos, si bien unos dicen que el Baos o Vaos es el que da sus aguas al Batán, otros insisten en que es al revés. La versión gallega de Wikipedia comenta esto al respecto:
"... a maioría das fontes actualmente tenden a considerar o Vaos como curso fluvial principal e o Batán como afluente seu; entre elas o concello e o egrexio laurentino Francisco Fernández del Riego . Os carteis máis recentes nas pontes que cruzan o río augas abaixo a partir deste punto tamén indican 'río Baos'. A plataforma colaborativa de microtoponimia Galicia Nomeada inclúe neste treito a etiqueta 'río Vaos'. Mapas online como Google Maps e OpenStreetMap identifícano como 'río Batán' e 'rego do Batán' respectivamente, mentres que na aplicación cartográfica Iberpix do Instituto Xeográfico Nacional non se especifica nome ningún para o río entre a confluencia de Mazúa e a súa desembocadura no Masma. Mesmo institucións como a Xunta de Galicia seguen reflictindo na súa documentación oficial a confusión verbo da denominación do río ao seu paso pola parroquia de Santa María"
Sea como fuere lo cierto es que en O Amieiral pasamos encima del Rego do Batán casi sin darnos cuenta, oculto su pequeño curso entre campos, casas y cultivos y pasando debajo de este camino local donde el Camino ya avanza en llano
Millo, maíz, cultivado en grandes extensiones. A lo lejos a la izquierda, Ollo de Boi y Lanzós, en la parroquia de San Adrao, y A Casanova, en la de San Tomé
Entre casas labregas y cabazos destaca en la distancia una quinta estilo indiano, no muy lejos de la carretera LU-122, comunicación con Vilanova de Lourenzá
Con Vilanova de Lourenzá comunica también otra carretera local con la que nos vamos a cruzar en este lugar, enfrente del siguiente grupo de casas
Nosotros cruzamos y seguimos de frente al otro lado, donde hay varias cuadras y viviendas
Aquí tenemos el mojón con su concha y su flecha que nos indica el rumbo a tomar
Florida vereda en el cierre de una casa con terreno, saliendo ya de O Amieiral
Aquí tenemos el mojón con su concha y su flecha que nos indica el rumbo a tomar
Florida vereda en el cierre de una casa con terreno, saliendo ya de O Amieiral
El Camino sigue una larga y llanísima recta cuyo punto de fuga es el campanario de la iglesia de San Tomé, en la distancia. A la derecha está la casa de Fabas O Pontigo, en el barrio de este nombre, O Pontigo, a la derecha del de A Igrexa, "pioneros de la faba de Lourenzá" dicen en Campo Galego. Diario dixital agrario el 11-9-2019:
" Teresa Recalde comenzó a labrar habas en Santo Tomé hace 47 años. Hoy continúa ayudándole a su hija Genma, que sigue con la explotación. Siembran 5 hectáreas que comercializan a través de la IGP y también directamente en citas como la Festa da Faba.
“Cuando yo empezé no había nadie más que echara habas en esta zona. Comenzé con 27 años con unas pocas y hoy tengo 74. Llevo toda la vida plantándolas”, cuenta Teresa Recalde, de Fabas O Pontigo, una voz autorizada para hacer un repaso por la historia de este cultivo que cuenta con Indicación Geográfica Protegida propia.
“Me casé con 25 años y ese año eché unas pocas habas del caldo en medio del maíz. Fui la primera. Alguien tenía que serlo”, le resta importancia. “Cuando empezé a echarlas tenía vacas, pero después dejé las vacas y me dediqué en exclusiva a la haba. Fue mi actividad principal hasta que me jubilé. Ahora la explotación la lleva la hija”, cuenta. Genma continúa con la producción, pero nos manda hablar con Teresa porque “la experta en habas es ella”.
En este tiempo también cambiaron las técnicas de cultivarlas. “Las primeras las echamos arrastro, directamente en el suelo, plantadas solas como si fuera maíz pero se estropeaban muchas por estar en contacto con el suelo. Luego pasamos a echarlas en medio del maíz, pero tampoco era gran cosa porque el maíz les chupaba mucho. Ahora desde hace ya muchos años las estacamos, fui la primera que lo hizo”, aclara. “Habían hecho los de Extensión Agraria cuatro campos de ensayo, dos aquí en Santo Tomé y dos en San Adriano, estacándolas con varillas de hierro, pero mi marido trabajaba en un aserradero y tenía una pala y antes de ir a trabajar poníamos los palos y después yo iba atando”, añade.
Casi medio siglo de actividad dio lugar también a un calendario adaptado a las características climatológicas y del terreno. “Cuando llega la primavera preparamos la tierra, la abonamos y queda arada desde finales de marzo porque el terreno tiene que estar cocido cuando echamos las habas en el mes de mayo, a principios o a mediados, dependiendo del tiempo. Ahí fresamos la tierra y sembramos directamente el haba en ella. Hice pruebas haciendo semillero y trasplantando pero es más gasto y más trabajo, así que volvimos a echarlas directamente en la tierra. Antes las echábamos a mano, hacíamos el surco, las pingábamos y otros iban detrás tapando, pero ahora tenemos una máquina para echarlas que ya lo hace todo. Después se atierran y ya se tapa la hierba que sale al lado de ellas con esa tierra. Antes se sachaban con el azadón surco a surco pero era muchísimo trabajo. A continuación estacamos y ponemos la red para que suban y vamos amarrándolas. Ya quedan así hasta que se recogen, lo único que hacemos es pasar la grade de vez en cuando entre los surcos para que no salga hierba”, detalla Teresa.
“Quien más trabajo hace es Genma. Se ayudan ella y un primo que también echa habas y hacen los trabajos a medias. Entre los dos lo van haciendo, yo solo paso el tractor. Para las estacas sí que hay que buscar gente y para recoger el año pasado contratamos a una persona mes y medio”, cuenta.
Las tierras se dejan luego descansar en invierno, una vez cogidas las habas y retiradas las estacas, por el mes de octubre o noviembre. “A veces si las recogemos temprano echamos unos nabos que después se fresan en primavera para abonar, pero son tierras dedicadas solo a habas”, aclaran.
Secado, congelado, envasado y etiquetado
Lo que Genma y Teresa echan es todo haba blanca. “Al principio echaba algo de verdina, pero no tengo muy buen sitio para secarlas”, explica. Este año tienen plantadas 5 hectáreas, unas pocas menos que otros años. Las tierras son todas arrendadas. “Yo terreno no tengo”, aclara.
El proceso de secado comienza en la planta en la propia tierra y finaliza a cubierto en casa. “Cuando la vaina comienza a amarillear se corta la planta por el pie y se lleva para casa. Tarda entre uno y dos meses en acabar de secar, depende de cómo venga el tiempo. Vienen de la tierra a medio secar y aquí acaban de secar colgadas en 4 invernaderos que tenemos para eso”, explica Teresa. Al igual que las tierras, los 4 invernaderos no tienen otro uso más que el de secar las habas. “Antes labrábamos judía y tomate, pero teníamos que sembrar temprano para lograr tener los invernaderos libres para cuando venían las habas”, explica.
Cuando están secas, las habas se descuelgan, se mallan y pasan por la cámara de congelación. “Metemos 1.000 kilos de habas cada vez y las tenemos una semana para que no le salga el gorgojo”. Pasados siete días se sacan y una vez descongeladas quedarían ya listas para conservar, envasar y comercializar. El proceso implica la ausencia de tratamientos químicos para la conservación del producto.
O Pontigo fue también de los primeros en embolsar y vender con su propia marca un producto antes destinado mayoritariamente a abastecer la mayoristas asturianos. “No me fue fácil abrir camino. Fui a muchas ferias, a veces no sacaba ni para pagar el stand. Entonces la Faba de Lourenzá no tenía el nombre que tiene hoy”, asegura."
De frente As Pedreiras y A Igrexa, a la izquierda A Abidueira y A Regueira; más allá están As Castiñeiras Verdes, A Fonte do Cura, O Rego da Pedreira, bajo los montes y eucaliptales de Sumeiro (384m), O Biduido, As Granxas y A Granda. Más a lo lejos y a la derecha la subida a Lindín, que nos aguarda
Al norte a nuestra derecha, impresionante planicie de A Veiga de San Tomé, con la parroquia de San Xurxo, esencia del paisaje de O Val de Lourenzá. Allí en medio es donde se unen el Rego do Batán y el Rego dos Baos, el nombre del primero referido a los batanes hidráulicos empleados en la fabricación de tejidos y el del segundo a los vados o pasos fluviales
La capital del concello no llega a verse, tapada por los árboles del valle y las colinas que caen, por Sendín, A Bouza da Viña, O Outeiro, Mazúa y A Teixeira desde A Serra da Cadeira. A lo lejos son las montañas de A Frouxeira (427 m), Ato de Virín (484 m) y A Pena do Quebradoiro (432 m) sobre el valle del Masma, y al otro lado, Foz y su ría, que tampoco podemos ver desde aquí
Cruce de As Pedreiras y Os Prados da Fonte, con A Rigueira a la izquierda y A Igrexa enfrente
Más lejos y a la derecha de A Igrexa A Forxa, A Polida y O Pioago, por cuyas inmediaciones sigue el Camino a Mondoñedo por las vegas del Rego dos Baos antes de empezar la cuesta a Lindín
A la derecha O Cristo, Siviceira, O Pereiro, O Pontigo, Os Tarreos, A Veiga de San Tomé... por donde pasa la carretera LU-122, al pie de los montes del Agro da Folgueirosa y Alto da Paleira y el omnipresente Padornelo cada vez más cerca. En Paraños, además está la capilla de Santo Estebo, donde una antiquísima piedra miliar romana de casi un metro de altura, sin duda procedente de alguno de estos ancestrales caminos, hace las veces de pila bautismal
Adentrándonos en el barrio de A Igrexa nos acercamos al templo de San Tomé, otro hito histórico y monumental en el camino a Mondoñedo que ya veíamos desde la distancia, bajando de la Serra da Cadeira
Su torre, reiteramos, es una referencia visual y orientativa pues domina todo este sector del valle y se divisa e identifica bien en la lejanía
La iglesia de San Tomé de Lourenzá es del siglo XVI pero su traza actual, de tres naves, obedece a las profundas reformas y ampliaciones dieciochescas. La capilla mayor, aquí a la derecha, es parte del templo original
Es de planta cuadrada y la impronta gótica de sus contrafuertes, cuatro en total, es evidente, así como las ventanas ojivales que dan luz natural a la capilla mayor
Adosada a ella está la estructura del siglo XVIII, teniendo también varias reformas menores posteriores, algunas relativamente recientes. Sobre ella hay una pequeña espadaña de un solo vano para una única campana
Destaca, insistimos una vez más, la grandiosa torre del campanario, el elemento que más la caracteriza a simple vista
La iglesia es de tres naves, en medio vemos la puerta principal con la fachada y la espadaña del antiguo templo. Otro elemento añadido es el pórtico lateral, a la izquierda, que forma un ángulo recto con la fachada occidental. Enfrente, un pequeño espacio cuadrado está cerrado por verjas y columnitas, no muy altas
La iglesia es de tres naves, en medio vemos la puerta principal con la fachada y la espadaña del antiguo templo. Otro elemento añadido es el pórtico lateral, a la izquierda, que forma un ángulo recto con la fachada occidental. Enfrente, un pequeño espacio cuadrado está cerrado por verjas y columnitas, no muy altas
A la derecha de la portada hay una ventana en la planta baja de la torre campanario. Sobre dicha portada otra aún mayor. Más arriba y a la izquierda de la torre, en un frontispicio, hay una hornacina con una escultura
El patrón, San Tomé o Santo Tomás Apóstol, fijémonos en el tamaño de su dedo índice de la mano derecha, con el que tocó las heridas de Cristo y creyó en su resurrección
Foto: Deputacion de Lugo |
Si tenemos oportunidad visitemos el interior, donde veremos su estructura de tres naves separadas por arcos semicirculares con cubierta de madera, capilla mayor, cuadrada y del siglo XVI como hemos dicho, con cuatro nervios en su bóveda y un retablo mayor renacentista con tres cuerpos, todos de orden corintia y en el que figura la fecha de 1667. Otro retablo, en una capilla barroca, es del siglo XVIII y de estilo barroco, procedente de la iglesia de San Pedro de Alcántara de Mondoñedo. Una buena relación de todo lo que podemos ver también la hallamos en la web del Concello de Lourenzá:
"Otro retablo barroco regional, con un sólo cuerpo de dos columnas salomónicas, siglo XVII. Sacristía: cáliz de plata, s.XVII. Juego de seis candelabros, s. XVIII. Varias imagenes del s. XVIII. Trastera: varias imagenes del siglo XVII. Urna del monumento de Jueves Santo del siglo XVIII. Restos de retablos barrocos. Casa rectoral: cruz procesional de plata. Incensario de plata repujada con inscripción. "Esto lo ha donado Josefa Pérez de Alfonso, año de 1730". Naveta de plata, barroca. Custodia de plata sobredorada, s. XVII. Cáliz de plata cincelada, s. XVIII. Copón, s. XIX. Rosario con cruz cincelado de plata, s. XVIII."
Al llegar a la iglesia hemos salido a la carretera LU-P-2801, con aceras a los lados en este trecho, por donde sigue el Camino, viendo a la derecha la antigua escuela
"El director de la Banda de música de "O Val" fue Jesús Recalde Ares, quien adquirió todos sus conocimientos musicales con un capitán retirado del ejército, músico de banda militar. Los ensayos se realizaban en casa del director, Jesús Recalde, durante dos días a la semana, los martes y los viernes, y todos sus integrantes llegaron a poseer grandes conocimientos musicales.
En la época de máximo esplendor de esta banda de música llegaron a ser 23 componentes, siendo 18 en el momento de su desaparición allá por el año 1953, y tocaban un amplio número de instrumentos tales como clarinete, bombardino, tuba, requinto, saxo o trompeta y su repertorio era muy extenso: mazurcas, jotas, muiñeiras, pasodobles...
Se desplazaban a sus actuaciones caminando, limitando éstas a lugares de la Mariña lucense y el occidente asturiano, pero era en las fiestas patronales del Conde Santo en las que la agrupación valeca destacaba y hacía ver su especial protagonismo, tanto en el ambiente popular interpretando piezas en el quiosco de la alameda, como en los conciertos de música más escogida junto al cantón. Éstos se llevaban a cabo delante de un público reducido pero con ganas de escuchar programas más escogidos.
Era recordada por sus integrantes como anécdota, su actuación en San Tirso de Abres, ya que después de caminar todo el día para llegar allí, una vez finalizada su actuación retomaron su camino de vuelta caminando a las 2 de la mañana y curiosamente, según ellos decían y recordaban, eran famosos por holgazanes.
También tenían su competencia con dos bandas del municipio de Trabada, la Banda de música de Vidal y la Banda de música de Vilapena, siendo más fuerte con la primera que con la segunda. También cabe recordar que los músicos de las bandas de Santa María Maior y San Adriano fueron integrados en parte, una vez desaparecidas, en la Banda de música de "O Val".
Esta formación musical nunca mantuvo ningún compromiso con el Concello, pese a que en tiempos de la República, el alcalde había prometido convertirla en municipal, cosa que finalmente nunca se llegó a producir por falta de acuerdo sobre el tema.
De la banda de música formaron parte los siguientes músicos
Requintos: Jesús Recalde "O Forego" (director) y José Seivane.
Cornetín: Manuel Saavedra.
Clarinetes: José Saavedra, Manuel Pérez Leiras, Ricardo Saavedra, Lisardo de Penelas y Manuel Baamonde.
Saxos Altos: Raúl Pombo y Vicente de Andiá.
Saxo Tenor: José Antonio Leis.
Trompetas: José do Pendello, Inocente do Forego y Manuel de Adán.
Fliscornos: José María Pérez y José do Roxo.
Trombones: Fatiga (Santa María Maior), Paulo de Roxo, González y Julio do Maragato.
Bombardinos: Ramón do Pendello, José Antonio Iglesias e Inocente Folgueirosa.
Tubas: Manuel de Paulo, Gayoso y Bermúdez.
Percusión: José Varela, Rosendo da Mourella, Baltasariño y Jesús Fernández Rivas (director de la Banda de música de San Adriano)."
Más allá de este camp, las casas de A Forxa, a su derecha las de O Cristo y a la izquierda A Polida
En la escuela de San Tomé de Lourenzá fue maestro D. Gurmesindo Gómez, emigrante retornado de Cuba que fundó el periódico Las Dos Regiones dedicado a la información de algunas las comarcas gallegas lucenses. El escritor y periodista Martín Fernández cuenta así su biografía en La Voz de Galicia el 18-8-2019:
"La fe de los emigrantes en la cultura y la educación como medios imprescindibles para el progreso y la libertad estuvo detrás de muchas iniciativas emprendidas por ellos. Unos crearon escuelas, otros fomentaron o abordaron novedosas iniciativas y experiencias y algunos fundaron editoriales, periódicos y semanarios para contribuir a la redención y al despegue y modernización de Galicia. Gumersindo Gómez Otero fue uno de éstos. Maestro de Santo Tomé (Lourenzá), cuando retornó a Galicia desde Sancti Spiritus (Cuba), fundó un semanario que informaba sobre A Pontenova y las comarcas de Meira y A Fonsagrada
Había nacido en Meiroi (Ribeira de Piquín) en 1864. Era hijo de María Otero Gómez -fallecida en 1917 a los 75 años y natural de Soutelo (Ribeira)- y de José Antonio Gómez Díaz, de Meiroi. El matrimonio tuvo nueve hijos, entre ellos Bernardo, Modesto y Gumersindo Gómez Otero
La familia disponía de medios y recursos. Y Gumersindo estudió la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Lugo donde recibió el título de maestro en 1890. La crisis agraria de fin de siglo y una situación política en la que la mitra, el ejército y la hidalguía copaban el poder, fueron determinantes para que el joven maestro decidiera emigrar a Cuba en busca de nuevos horizontes y un aire menos asfixiante.
Se radicó en Sancti Spiritus, una antigua ciudad cubana que celebró su 500 aniversario. Se ubica en el centro de la isla, en una rica región donde abunda la caña de azúcar. Eso llevó allí a numerosos gallegos. Desde hace más de cien años, cada 25 de julio, celebran el Día de Santiago espirituano con coros, congas y comparsas. Es la fiesta más relevante de la ciudad y también se conmemora en el exilio de Miami.
Gumersindo Gómez ejerció la docencia en Sancti Spiritus durante 15 años. Diversas publicaciones de historia local recogen hoy su nombre ?junto a Antolín García Alvarez, Bernabé de Pina, Fredesvinda Beltrán o Panchita Hernández- como «maestro primario que, desde la instrucción pública, supo merecer un espacio cimero como educador». Al tiempo que enseñaba, se doctoró en Pedagogía en la Universidad de La Habana
Cuando regresó a España en la primera década del siglo XX, tuvo dificultades para ejercer su profesión. El Consejo de Ministros le denegó la rehabilitación de la nacionalidad española pues se había hecho cubano para poder trabajar. En el expediente del Consejo de octubre de 1907, sin embargo, se aprueba su petición tras reconocer que se ocupó como maestro en Cuba sin autorización del gobierno español y alegar que lo hizo por «un estado de necesidad».
Al año siguiente, Gumersindo ya vivía en Galicia. Fundó en Meira (Lugo) el periódico Las Dos Regiones, se casó con Josefa Vidal Ares y fue maestro de Ribeira de Piquín hasta 1920. Luego pasó a la escuela de Santo Tomé (Lourenzá) donde falleció en 1929"
El periódico Las Dos Regiones se editó en Ribeira de Piquín, parece ser que desde 1907 a 1909, y solo se conservan, que hayan llegado hasta nosotros, tres ejemplares, donados en 2012 a la Biblioteca Nacional de España, que nos habla así de él:
"Con el subtítulo “periódico de intereses generales” debió empezar a publicarse en 1907, en la localidad lucense de Ribera de Piquín, perteneciente a la comarca de Meira, siendo su fundador y director el maestro y doctor en Pedagogía por la Universidad de La Habana Gumersindo Gómez Otero (1864-1929). Los tres únicos ejemplares que se conocen de este título hasta el momento fueron donados en 2012 a la Biblioteca Nacional de España. Impresos en papel prensa, cada entrega es de cuatro páginas, compuestas a cuatro columnas. A partir de su número 13, en julio de 1908, se hizo semanal, saliendo cada sábado.Ofrece noticias locales, nacionales y extranjeras y artículos de variada temática (agricultura, ganadería, comercio, industria, fiestas, cultura, tribunales o sucesos) y textos de creación literaria, como son algunos poemas. Se estructura en secciones: Oficial, Religiosa, Correspondencia (cartas de los lectores), Corresponsales y Últimas noticias. Publica también necrológicas y un folletín, y la última plana la dedica a insertar anuncios comerciales. Entre las firmas de sus textos aparecen las de José Manuel Rivero, Constantino Fraguas, Ángel Guerra y J.A. López, probablemente profesionales que ejercían en la comarca.El periódico debe su nombre a la red de corresponsales, colaboradores y suscriptores con que contaba en las orillas gallega y asturiana a ambos lados del río Eo y servía de enlace entre sus habitantes y los emigrantes en Cuba donde también se vendía. No estampa el pie de imprenta, pero en su última plana hay una inserción publicitaria de la Imprenta del Sucesor de A. Villarmarín, establecida en el número 2 de la calle de Armañá, de Lugo. Debió cesar en su publicación en 1909"
Acera adelante A Pumarega y A Rigueira, con el monte de O Biduido y Sumeiro más allá, cerrando por el sur el valle del Rego dos Baos o Rego de Baos
Entre las casas seguimos camino yendo al barrio de A Fonte do Cura
Y aquí, en A Fonte do Cura, está Fabas Maruxa, otro de los ejemplos de productores de Fabas de Lourenzá. Así escriben de ella en su página de Facebook:
"Somos una familia que nos dedicamos a la cosecha y venta de la " Faba de Lourenzá".La Faba de Lourenzá, son judías secas blancas.Somos una pequeña empresa familiar situada en Lourenzá- Lugo, que nos dedicamos desde hace 20 años única y exclusivamente a la producción y venta de habas de esta tierra.Para proteger al consumidor del fraude, la Faba de Lourenzá únicamente se vende envasada y etiquetada. Otros productos de orígenes y calidades sin contrastar, se intentan ocultar en venta a granel sin garantías. Sólo hay una Faba de Lourenzá. Nuestra Faba.La nueva indicación geográfica protegida Faba de Lourenzá se lo pone fácil: nuestra Faba se distingue con su propia etiqueta. Además, cada saco lleva un número de serie que lo identifica desde el origen hasta el plato. Recuerde, la etiqueta es su garantía como consumidor.La Faba de Lourenzá se diferencia de otras:1. Por su textura carnosa y firme2. Por su blancura y forma3. Por el aroma dulce, terroso y almidonado4. Incluso produce un distintivo sonido5. Imposible de confundir al paladar en cualquier recetaEl producto amparado por la indicación geográfica protegida Faba de Lourenzá son judías secas separadas de la vaina, procedentes de la familia de las fabáceas o leguminosas, especie Phaseolus vulgaris, L, de la variedad local conocida como Faba Galaica.La Faba requiere alrededor de 5 meses para completar su nacimiento, desarrollo y fructificación completa. El ciclo natural de la planta comienza cada año con la siembra entre los meses de mayo y junio, pero ya antes se habrá trabajado la tierra para que se encuentre al gusto de nuestra Faba.La Faba es una planta muy exquisita que requiere un clima y cuidados muy precisos. El agricultor asegura un producto de primera calidad siguiendo una labor minuciosa: preparación del substrato durante el invierno, abonado, plantación, aporcado, eliminación de malas hierbas, entutorado o control de enfermedades, entre otras tareas.Entre los meses de septiembre y noviembre se recogen las vainas manualmente para su completo secado al aire. Tras esta ardua tarea, sólo restará la selección de las mejores fabas y su envasado y etiquetado"
Ahora llegamos al cruce entre la LU-P-2801 y la LU-122, la comunicación con Vilanova de Lourenzá, cabeza del concello
Hermosísimas casas de estilo indiano, en esta primera a la izquierda es la del Estanco Oural, fundado en 1925
Un hermoso y bien cuidado conjunto de época con comercio y vivienda en el barrio de A Rigueira
Aquí cruzamos la carretera LU-131 frente a la Ferretería El Valle. Cerca de aquí, a muy pocos metros, está el Hostal Baos, una de las escasas opciones de alojamiento en esta ruta, que cuenta además con café-bar y autoservicio
El Camino sigue de frente, al lado de la casa, también de porte indiano y construida en 1920, en el barrio o lugar de Castiñeiras Verdes
El valle se estrecha, el Camino, aquí carretera LU-2805A continúa llano y recto entre las casas y las fincas, donde crecen numerosos frutales y árboles ornamentales
Es el hermoso valle del Rego de Baos, el afluente del Rego do Batán, donde el camino sigue dibujando otra recta perfecta al lado de estas casas construidas en las últimas décadas del siglo XX
Un siglo antes se hizo en Castiñeiras Verdes este fabuloso pazo con palmera y cabazo
En alguna de sus rehabilitaciones ha sido dejada a la vista la piedra de mampostería de sus muros. Fijémonos en el elegante balcón de la derecha, que mira al este, donde sale el sol
Bifurcación: nosotros seguimos a la derecha hacia la siguiente casa, siempre en llano
A la izquierda están los cobertizos, tendejones y cuadras
Y aquí, los azulejos de la pareja inseparable de la concha y la flecha
A la izquierda y prado arriba las casas de O Rego da Pereira, por donde sigue la carretera LU-122 hacia el Porto da Cruz da Cancela y Bretoña, la cabeza primigenia de la Diócesis de Britonia de los britones asentados en el siglo V que escaparon de la invasión de los anglosajones de su solar en la actual Gran Bretaña
Enlazamos con otro Camino y seguimos de frente valle arriba, con las casas de O Cal abajo a la derecha, en la ribera del río
Hitos del Camino: a la derecha el Coto da Paleira, más allá el Padornelo y a su izquierda As Penas das Penelas
Un nuevo cruce: primero seguimos de frente, con las últimas casas de O Rego da Pereira en lo alto a nuestra izquierda
Y seguidamente vamos a la derecha hacia O Cal, donde el Camino hace un poco de bajada para dirigirse al río
Camino del río y del lugar de O Cal, bajo el Agro da Folgueirosa, el hábitat se va haciendo más disperso conforme nos alejamos del centro de la parroquia y nos acercamos a la montaña
En O Cal el Rego dos Baos se abre al valle de Lourenzá saliendo de las angosturas de su curso superior, "y desde aquí fluye lentamente, casi sin salvar desnivel, por la feraz veiga de San Tomé, regando los cultivos de faba local, con Indicación Geográfica protegida", leemos en Wikipedia
Efectivamente, aquí tenemos más tierras plantadas de fabas en la bajada al río, jalonado este por varios molinos
En O Cal, alternan plantaciones de faba con prados "de diente y guadaña" como se suele decir, de pasto y siega
He aquí un conjunto preciosamente restaurado de casa y molino junto al que vamos a pasar ahora, acabando la bajada
Casa y cabazo en un rincón verdaderamente encantador
Casa y cabazo en un rincón verdaderamente encantador
Seguidamente el molino, a nuestra izquierda
Este es el puente sobre el canal que aprovecha el agua del río para llevarla al molino y que con la fuerza hidráulica, canalizada y embalsada, funcione su maquinaria
Agua que posteriormente sale por aquí, por el ojo u ollo del molino o muíño
Vista ahora del canal a la derecha, que devolverá el agua al río pero llevando antes el agua a otros molinos, entre ellos sin duda el más significativo el Muíño do Pereiro, en el barrio de este nombre, aguas abajo
El río pasa oculto, tapado por la vegetación ribereña, su nacimiento se sitúa entre la Serra de Lourenzá y los montes de Carracedo, en la parroquia mindoniense de Santa María Maior, formándose de la unión del Rego dos Casteláns con el Rego Seco, a la izquierda, con el Rego Carracedo y el Regueiro las Brañas por la derecha
Más adelante y viniendo aquí por este desfiladero, recibe las aguas del Rego do Coto Redondo, del Rego da Fraga, del Regueiro de Curros, del Rego de Lobrero, del Rego do Caxigo, Rego das Penelas y Rego de Ribón, estos por su izquierda, mientras que el Rego de Ferrería y el Rego dos Corgos llegan por su derecha
En el lugar hay una casa del año 1947, sin duda hecha sobre otras más antigua, junto con cuadra y henil: Villa Rosa
En la fachada, donde vemos el nombre de la casa y la fecha de construcción, hay también un escudo de armas procedente sin duda de una casona o pazo más antiguo
Villa Rosa puede decirse es, en el Camino de Santiago, es la última casa de San Tomé de Lourenzá y del concello laurentino que nos vamos a encontrar. A partir de ella el Camino sigue llano y recto valle adelante
Es salir de la zona poblada y el monocultivo de eucaliptos se hace presente en estas plantaciones que han cubierto casi en su totalidad este valle y serranías adyacentes
Bifurcación y de frente por la LU-P-2803, de momento seguimos recto y en llano
No llegamos a ver el río, oculto por la vegetación. En las veredas es común encontrar troncos apilados por los madereros durante las continuas y frecuentes talas de eucaliptos
Según el año que pasemos podemos encontrar los eucaliptos crecidos, formando zonas de umbría, o recién talados o en crecimiento, por lo que lo que el paisaje inmediato puede cambiar totalmente
Monte de A Folgueirosa. Aquí el Rego de Ribón, que prácticamente no podemos ver, pasa bajo la carretera a dar su escaso caudal al Rego de Baos
Bifurcación, nosotros seguimos de frente por la carretera LU-P-2803
Estamos a 160 kilómetros de Santiago, según revela el número grabado en la plaquita metálica de este hito caminero jacobita
Hitos kilométricos: en este lugar salimos del concello de Lourenzá y hemos entrado en el concello de Mondoñedo
La carretera empieza a subir, zigzagueando, al principio casi imperceptiblemente,
Atención a esta nueva bifurcación, fijémonos como siempre en el mojón
Nos indica que nosotros seguimos adelante y de frente carretera arriba
Curva cerrada a la izquierda, ante las alturas de Sumeiro (384 m) y A Granda (487). Por aquí baja el Rego das Penelas, que pasa bajo esta carretera local
Curva a la derecha, el Camino sigue la sinuosidad orográfica de esta ladera
La subidas se va volviendo más pronunciadas según avanzamos
Kilómetro tres de la carretera LU-P-2803 y un poco de cuesta en rampa
Pared de piedra, que sale a la luz al hacer o ensanchar camino, labrándolo en la roca viva
Subiendo empezamos a tener vistas sobre el valle y las montañas que lo circundan
En la ladera de enfrente, Sotoxuane, en la parroquia mindoniense de Santa María Maior, bajo el Monte de Ferreira (423 m)
Monte Sumeiro a nuestra izquierda, abajo quedó ya el Rego de Baos que tiene, un poco más arriba, la presa de Oural, empleada para aprovechamiento de agua, dragada en 2012 para ampliar la capacidad de abastecimiento de agua y proteger el valle de crecidas y riadas. Durante unos dos kilómetros el río hace de frontera de concellos
Curva cerrada a la izquierda, ante las alturas de Sumeiro (384 m) y A Granda (487). Por aquí baja el Rego das Penelas, que pasa bajo esta carretera local
Curva a la derecha, el Camino sigue la sinuosidad orográfica de esta ladera
La subidas se va volviendo más pronunciadas según avanzamos
Kilómetro tres de la carretera LU-P-2803 y un poco de cuesta en rampa
Pared de piedra, que sale a la luz al hacer o ensanchar camino, labrándolo en la roca viva
Subiendo empezamos a tener vistas sobre el valle y las montañas que lo circundan
En la ladera de enfrente, Sotoxuane, en la parroquia mindoniense de Santa María Maior, bajo el Monte de Ferreira (423 m)
Monte Sumeiro a nuestra izquierda, abajo quedó ya el Rego de Baos que tiene, un poco más arriba, la presa de Oural, empleada para aprovechamiento de agua, dragada en 2012 para ampliar la capacidad de abastecimiento de agua y proteger el valle de crecidas y riadas. Durante unos dos kilómetros el río hace de frontera de concellos
Lugar de trabajos madereros, troncos apilados y eucaliptos hace poco plantados
Un poco de bosque autóctono en la falda por donde baja el Rego do Caxigo, otro de los arroyuelos, afluentes del Rego de Baos, que nacen en estas montañas
Aquí, mucha atención, pues hemos de dejar la carretera LU-P-2803 tomar un desvío a la derecha por una pista de tierra
Siempre atendiendo al mojón y la flecha seguimos este ramal en el que abandonamos el asfalto
La pista, muy ancha pues es de uso forestal, sigue la subida rampa arriba
Es una subida muy continua y directa a la sombra de la arboleda que crece en ambas márgenes
Para ganar altura el camino zigzaguea serpenteante siguiendo la sinuosidad de la ladera, donde las plantaciones de eucalipto sustituyen a las fragas de bosque autóctono y antiguos pastos
Subiendo, enlazamos con otra pista y continuamos a la izquierda
Y estemos de nuevo con los cinco sentidos, pues acto seguido hay otro cruce y de nuevo tomaremos el camino a la izquierda
Nos metemos nuevamente en la fronda, esta vez sí de predominante arbolado autóctono
Es un trecho de gran frescor en el que continuamos el ascenso
De pronto, salimos del bosque y vemos un muro y un cruceiro
Hemos llegado a O Castro, parroquia de Lindín, concello de Mondoñedo, a cuya capital desde aquí nos dirigimos, una de las antiguas capitales del viejo Reino de Galicia, existente hasta 1833
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