Parque de Loriente. Campo del Tablado (Castropol, Asturias) |
Justo en este desvío de la izquierda están "las dos torres": la primera es la llamada Casa del Párroco o Palacio de Montenegro, la segunda, por donde podremos continuar la subida, es la de Villa Rosita
El Palacio de Montenegro es una construcción de entre los siglos XV a XVI, en un estilo gótico que revela cierta inspiración renacentista. Es superviviente del gran incendio que devasto la población la noche del 28 de octubre de 1587 por lo que podría tratarse del edificio más antiguo de la villa que ha llegado a nuestros días. A lo largo de los siglos tuvo serias reformas y se dice que el piso superior es un añadido
Uno de sus elementos característicos es la ventana en esquina, muy del gusto renacentista
A su derecha está la calle Acevedo, donde si nos fijamos el cuerpo de atrás es más bajo y presenta una portada de arco de medio punto. A la derecha está la torre de Villa Rosita, cuadrada y almenada, con un zócalo que equilibra la construcción sobre el nivel del terreno. A finales del siglo XIX se añadieron los balcones, así como la linterna o lucernario existente en lo alto, también de finales del XIX. En las esquinas hay cuatro gárgolas
Pasamos a sus pies y caminamos a su derecha, donde hay un espacio ajardinado con palmera, cerrado con una verja
Es la calle El Campo, pues sube al histórico Campo del Tablado, donde están el parque y diversos edificios y lugares de interés, a donde nos dirigimos nosotros
Aquí en la calle El Campo, vemos el cuerpo añadido a esta mansión a finales del siglo XVIII o principios del XIX, ampliando considerablemente el edificio con una nueva gran mansión que le confiere al conjunto su planta en forma de L. Mirando al jardín está la gran fachada noble, de sobria decoración, con dos pilastras acanaladas como ornamento principal
Estamos ya en lo alto del Campo del Tablado, donde antiguamente la vecindad se reunía a conceyo para tratar asuntos del común. Especialmente importante fue el celebrado en 1744 cuando se acordó que un notario recuperase el testimonio las ordenanzas de 1583, cuando el concejo, que entonces abarcaba una gran extensión entre los ríos Eo y Navia, se independizó de su señor el obispo de Oviedo/Uviéu tras pasar el territorio a la Corona por iniciativa de Felipe II en concesión del papa Gregorio XIII. Junto con ella también habían de revisarse otras posteriores, formándose una comisión de tres vecinos para ello y que propusiesen las oportunas modificaciones en dichas ordenanzas, si bien se sabe no hubo unanimidad entre ellos
"En este año, un grupo de universitarios de Castropol funda también la biblioteca Popular Circulante, en un intento de llevar la cultura a todos los rincones del concejo. La actividad desarrollada por la misma no sólo se centraba en el préstamo de libros, sino que realizaba una serie de actividades de extensión bibliotecaria que constituye un claro precedente de lo que después serían las misiones pedagógicas: teatro, audiciones musicales, títeres infantiles, veladas de poesía, etc. Son organizadas en distintas parroquias del concejo e incluso en los concejos vecinos de Vegadeo, Tapia de Casariego y El Franco"
Solo en ti mi esperanza se encierra.
Que, perdido mi amor, es la tierra.
Un abismo de mal para mí.
Negro abismo, que ahoga implacable
En un mar de tristezas mi alma.
¡Qué de Dios la piedad me de calma!
¡Ay, Searila, reuniéndome a ti!
Un profundo clamor en mi pecho,
Que te llama y evoca constante,
Sin que pueda acallarlo un instante
De mi vida angustiada y febril.
Espantosas tinieblas me cercan
Y entre ellas venirte a mi veo.
¡Fantasía! ¡Ilusión del deseo!
¡Que, ay, Searila, no vienes a mi!
Cuantas veces gozosa conmigo,
Embargada de amores suaves,
Escuchaste el cantar de las aves
En las dulces mañanas de abril!
Poco tiempo duró nuestra dicha,
¡Y cuán presto acabó mi fortuna!
Pues no quiero tampoco otra alguna
¡Ay, Searila, viviendo sin ti!
Pavorosa visión yo recuerdo
Cuando trémula tú me decías
Que en fatídicos sueños veías
De tu tumba la lápida abrir.
Del destino, cruel anticipo,
Que alejaba de mi la alegría,
Se cumplió la fatal profecía,
¡Ay, Searila, pues vivo sin ti!
En tus brazos morir, ¡qué consuelo!
Conmovida otra tarde dijiste,
¡Infeliz! Y siquiera me viste,
Expirando apartada de mí.
Niña aún y tan sola muriendo,
¡Cuán amargo el morir te habrá sido!
Sin oír el acento querido!
¡Ay, Searila, anhelado por ti!
Tu tristísima voz me llamaba.
¡Desdichado de mí! ¿Dónde estaba
Que a tu angustia no pude acudir?
Por los campos buscando tu huella
Yo corrí con frenético empeño,
Y hoy, perdido, paréceme un sueño,
¡Ay, Searila, que viva sin ti!
Yo corrí desalado y ansioso
Por caminos que incendia la guerra,
Y al llegar, ¡ay de mi!, bajo tierra,
Yerta, inmóvil, sin vida te vi.
A la luz de la lívida luna
Tu belleza, que intacta aún estaba,
Con pupila sin fuego miraba,
¡Ay, Searila, posándose en mí!
De tu yerta cabeza, la seda
Yo corté con mi trémula mano
Y tus sienes de hielo, en vano,
Con mi llanto y mi beso encendí.
Entre flores, mi Rosa, una rosa
Con su pompa y sin par lozanía,
Roto el féretro yo te veía,
¡Ay, Searila, mirándome en mí!
Tu recuerdo mi alma devora,
Y hasta el fondo taladra mi pecho,
Sin poderme sentir satisfecho,
Que apetezco cual nadie sufrir.
Lo apetezco y la vida me enfada,
Y así más me consumo y me mato,
Pues no quiero me acuses de ingrato
¡Ay, Searila, si vivo sin ti!
Abomino de vida sin cielo,
Donde ver de tu sol los fulgores,
Que risueñas no alegran las flores
Cuando el alma se siente morir.
Y alegrarme jamás yo no puedo
Ni pagarle al amor más tributo,
Ni otras glorias la mundo que el luto,
¡Ay, Searila, que llevo por ti!
En el lecho sin fin de la muerte,
Pues no hay nadie que aquí venga a verte
Si no viene tu amante infeliz.
Soledad a tu lado es mi vida,
Que sin ti toda vida es desierto;
No respiro, mi ser está yerto,
¡Ay, Searila, si no es junto a ti!
Navegando, la pálida luna
Por la bóveda inmensa del cielo,
Que comprende parece mi duelo
Y no quiere como antes lucir.
De la noche durante el silencio
Tu sepulcro besando acompaña
Y en tristeza profunda me baña,
¡Ay, Searila, velándote a ti!
Mustia ahora la frente doblada
Sobre el pie de la lápida fría,
Yo te espero ¡oh mortal agonía!,
Como el ángel que mira por mí.
Yo te llamo, el momento se acerca,
Que en el cielo, felices y amantes,
Nuestras almas se junten como antes,
¡Ay, Searila, pues muero por ti!
POR ACUERDO MUNICIPAL,CON EL APOYO DE LOS MINISTERIOSDE MARINA Y DE LA GUERRA,Á EXPENSAS DE LA SUSCRIPCIÓN NACIONALINICIADA POR S.M. LA REINA REGENTE.Y EL ENTUSIASTA CONCURSODE LA AMÉRICA ESPAÑOLAESPECIALMENTE D ELA ISLA DE CUBA,SE ERIGIÓ ESTE MONUMENTOA LA HEROICA MEMORIA DEL MARTIR DE LA PATRIA,HOJO PRECLARODEL ANTIGUO CONCEJO DE CASTROPOL* 23 NOVIEMBRE 1845. + 3 JULIO 1898
"Sin que yo pueda penetrar en los fines que se propone esta nación, [...] observo que en estos últimos años, de modo inesperado, dedica su atención y créditos a adquirir buques de guerra que representen la última expresión del adelanto de la arquitectura naval"
Y así, luego de un terrible cúmulo de decisiones desastrosas, políticas y militares, estalla la guerra en 1898, falleciendo Villaamil en la encerrona de Santiago de Cuba el 3 de julio de aquel año, tras echarse abajo algunas de sus propuestas para intentar evitar, o al menos paliar, lo que se avecinaba
A causa de una prensa irresponsable y de una clase política aún más, se creó un ambiente en la opinión pública de absoluta confianza en la victoria española ante un país, Estados Unidos, que aún acababa de salir de su posguerra civil y al que no se consideraba aún gran potencia, y menos naval, excepto quizás por el reducido grupo de oficiales de la Armada que sabía la que se les veía encima cuando dos escuadras estadounidenses fueron enviadas a la Guerra de Cuba. Por ello, el Almirante Pascual Cervera Topete, viendo que no tenían oportunidades, decidió no sacar sus barcos de puerto hasta que, ante la inminente caída del frente terrestre, se lo ordenó el capitán general Ramón Blanco y Erenas. Previamente una propuesta de Villaamil, que mandaba los destructores Furor y Plutón, de realizar una salida y atacar algunos puertos norteamericanos que sabía mal defendidos (Nueva York), fue rechazada pese a que podría haber sido una oportunidad para dividir la flota de Estados Unidos
"Esta decisión era, militarmente hablando, la peor de todas las posibles, pues probablemente una salida nocturna o en un día de mal tiempo hubiese sido más adecuada. Además, la estrechez del canal de salida del puerto obligó a los barcos a salir de uno en uno.
Siguiendo las órdenes especificadas por Cervera, los buques españoles zarparon en orden decreciente de tamaño y potencia de fuego. Así, la escuadra española salió de puerto encabezada por el buque insignia Infanta María Teresa (en el cual se encontraba embarcado el Almirante Cervera). A continuación salieron el Vizcaya, el Cristóbal Colón y el Almirante Oquendo, que se alejaron intercambiando disparos a larga distancia. Todos dejaron el puerto a intervalos demasiado largos y siguiendo la misma ruta.
Cervera dirigió a su buque insignia, Infanta María Teresa hacia el buque norteamericano más cercano, el USS Brooklyn. Al observarlo el Comodoro Schley, que se encontraba a bordo del Brooklyn, ordenó al Brooklyn que diera media vuelta y se alejara para evitar un hipotético intento de espoloneamiento. Al comprobar que el Infanta María Teresa no intentaba dicha maniobra, sino huir, ordenó al Brooklyn regresar a la posición original, momento en el cual estuvo a punto de colisionar con el USS Texas.
Los buques americanos pudieron rodear y cañonear todos a la vez al Infanta María Teresa, que fue atacado en desigual batalla de un único buque contra una escuadra entera.
A continuación, los estadounidenses hicieron fuego sobre el Almirante Oquendo.
Los últimos barcos en abandonar el puerto fueron los pequeños y rápidos destructores de Villaamil, Furor y Plutón, que se hundieron rápidamente tras ser alcanzados por el potente fuego de la flota estadounidense. Se cree que Villaamil habría muerto intentando subir a la torreta del cañón de proa del destructor Furor para disparar contra los estadounidenses.
Una vez hundidos los destructores, la escuadra americana persiguió al Vizcaya hasta acribillarlo.
El Cristóbal Colón, la unidad más rápida y moderna de la flota española, se alejaba a toda máquina. Y hubiera quizá escapado, hasta que se le agotó el carbón inglés de alta calidad y debió proseguir viaje con carbón cubano, de inferior calidad. Esto le hizo perder sustancialmente velocidad y la ventaja obtenida hasta el momento. Pese a que no recibió grandes daños gracias a su blindaje, su comandante, al ver que no podía escapar, decidió embarrancarlo. (Hay que decir que los americanos pensaron que la actitud del Cristóbal Colón de huir sin siquiera combatir era debida a la cobardía; sólo después de la batalla supieron que el barco estaba desarmado, no había recibido su artillería principal y por lo tanto poco podía hacer).
Los grandes cruceros, tras ser alcanzados por el fuego enemigo aguantaban bastante tiempo a flote antes de hundirse. Todos ellos se dirigieron hacia la costa para embarrancar, por lo que todos sus mandos y muchos de sus oficiales y marineros sobrevivieron a la batalla.
Por el contrario, los pequeños destructores se hundieron poco después de ser alcanzados. Fallecieron la práctica totalidad de sus tripulantes, incluido Villaamil, que de este modo fue el militar de mayor graduación caído en la batalla. Los cadáveres de Fernando Villaamil y de la mayoría de los tripulantes de su barco nunca fueron recuperados"
Los pescadores de Figueras/As Figueiras, os pixotos, se acogen a la protección de esta santuario al volver de faenar recitando...
"Santo Cristo da Atalaya
danos o ventiño en popa
que somos os das Figueiras,
traemos la vela rota"
Al fondo está el palacio del linaje que da nombre a la calle, el Palacio del Marqués de Santa Cruz
Dos grandes cuerpos asoman a esta rúa, es un palacio que tiene planta en forma de U y sigue un esquema propio de muchos pazos gallegos
Sobre el balcón de este cuerpo lateral derecha un escudo
Y en él la M de los Montenegro, que también tuvieron aquí solar
Por eso es también conocido como Palacio de Sanjurjo Montenegro o Casa del Campo. La estirpe de los Montenegro está muy presente en Galicia, pero su blasón en Asturias solo está presente en lugares como Castropol, tanto aquí como en la iglesia, en concreto en la capilla en ella encargada por la Marquesa de Santa Cruz, y también en Navia y en San Tirso de Abres
Entre los cuerpos laterales un muro cierra su patio delantero y de acceso, abierto al exterior por esta gran portada que mira a la calle Amor
La portada es de arco de medio punto, flanqueado por columnas adosadas rematadas con capiteles jónicos y fustes con temas heráldicos
Blasón flanqueado por dos leones y con diversos motivos, entre ellos la M de Montenegro
Este sujeto por lo que parecen dos ángeles o querubines
Otro escudo con leones...
Sin duda su torre almenada en picos es el elemento más característico que le confiere su impronta especial al palacio
La torre y el ala izquierda serían la parte más antigua, del siglo XVII, mientras que el resto se añadiría en el siglo XVIII. Cuenta también con una capilla dedicada a la Inmaculada, de planta cuadrada, así como patio central con columnas que sustentan un corredor decorado con balaustrada de madera torneada. También tiene un parque particular dando vista a la ría
Miembro de esta estirpe, José María Navia Osorio, Marqués de Santa Cruz, fue el primer coronel al mando del Regimiento Castropol de Infantería de línea, creado en este entonces aún extensísimo concejo en 1808 y que luchó en diferentes teatros de operaciones durante la francesada
Y en el parque esta es la ya citada capilla de Santa María del Campo, la de las históricas reuniones "a son de campana tañida", que no por dejarla casi para el final, quiere decir que sea lo menos importante, sino tal vez lo que más, simplemente es el orden que nos podemos ir encontrando en este itinerario por el Campo del Tablado
Otra lápida dice que el santuario se reedificó en 1615, tras el terrible incendio, por otro miembro de esa familia, Pedro García de Moldes y Castrillón, solicitando en su nombre y en el de su mujer doña María Bezera "una misa todos los lunes para siempre jamás" y limosnas, en base a sus bienes y dejando encargados al cura y al juez de la villa se cumpliese esta disposición
Es un soberbio pazo barroco que guarda también semejanza con muchos gallegos: tiene como el del Marqués de Santa Cruz forma de U y su patio central está cerrado por un alto muro con portada semicircular. A la izquierda uno de estos grandes cuerpos de dos alturas
"El Valledor está en Allande, frontera con Negueira de Muñiz. Muñiz, según Tirso de Avilés, era el señor de la feligresía de San Martín en el valle del oro. El precioso metal hoy no aparece, pero el valle es fértil y hermoso. Allí radica “el solar de Valledor, es antiguo y de gran valor”.
Pero “los ricos también lloran”, al nacer y al morir y en los entreactos. También se casan, generalmente entre sí. Los Valledor casaron en Presno. “Es casa de gran nobleza / la de Presno muy nombrada / que un peñón y fortaleza / sobre un río tiene pintada.” La fortaleza fue derribada, pero queda la capilla de San José en la parroquial. Allí se conserva la piedra heráldica de cuatro hermosos cuarteles.
Los Valledor-Presno en el siglo XVII edificaron pazo en la calle de la Cruz Vieja en Castropol. Fue su primer poseedor Arias Núñez Valledor y Presno casado con Isabel de Andrade Montenegro, hija de Fernando Sanjurjo y María Basanta. Algún genealogista llega a los tiempos de Alfonso el Magno.
Puso fin a la saga, José María Benito Ramón Valledor y Vivero, nacido en Mondoñedo. En la primera mitad del XIX llegó a ser caballero Maestrante de Sevilla quien, desde el Mayorazgo, se fue apoderando de la hacienda para dilapidarla en pleitos, juegos y saraos.
Casó José María, en primeras, con Sofía Alvarez de Toledo, hija natural del Duque del Infantado, Al enviudar sin sucesión contrajo nuevo matrimonio con la madrileña María del Carmen Vicenta Diega Ezequiela Valledor y Tolosa, sobrina suya, de la cual tampoco hubo descendencia, pero adoptaron una niña expósita, adulterina, María Valledor y Valledor. nacida o, al menos, criada en esta Plaza de Porlier de Oviedo, donde yo vivo y escribo estas notas, y fallecida en Castropol en 1913
Hay que decir que Carmen Valledor Tolosa, “La Valledora”, a la muerte de su esposo, matrimonió de nuevo con un abogado viudo, Hipólito Borbolla y García de Gama y continuó el mismo ritmo de vida ostentosa hasta su fallecimiento en 1902 en Castropol. Por este motivo la casa también pasó a ser conocida por la de Borbolla, familia de Victoriano García Paredes y de los del palacio de Guimarán en Ribadeo.
María Valledor y Valledor, la niña expósita, fue la última dueña de este palacio. La historia de esta mujer de “misterioso origen” está novelada por Palacio Valdés en su obra “El Maestrante”.
El Pazo, situado en la calle de la Cruz Vieja que bien pudiera ornar un crucero clásico, pasó a sede de la Fundación Valledor ahora escenario de estas notas que pretenden reconocer una labor realizada, un esfuerzo, baldío y un abandono culpable"
"LA CONGREGACIÓN DEL SANTO ANGEL
La congregación de Hermanas del Santo Angel de la Guarda, dedicada a la enseñaza y educación, había sido fundada en 1839 en la villa francesa de Quillán, ribera del Aude en Languedoc-Rosellón, por el sacerdote Luis Antonio Ormières y Josefa María Lavrilioux, en religión, Sor Juliana San Pascal,. Estas religiosas se establecen en Gijón en 1878, en Avilés en 81, en Oviedo en 83 y en Pravia en 84 y en Castropol en 1904.
Los institutos religiosos nunca se establecen en una diócesis o parroquia sin ser llamados o admitidos por el obispo y la anuencia del párroco o viceversa.
Por las calendas era párroco en Castropol don Aquilino Fernández Díaz (1896-1909) Fue uno de los grandes curas que dejó huella en Castropol, tanto por su obra material en el templo, como por su labor pastoral. Su figura es determinante en la llamada a las religiosas del Santo Angel y en la promoción de la Fundación Valledor.
Era obispo de Oviedo Fray Ramón Martínez Vigil, gran promotor y proveedor de casas religiosas en Asturias como “dique al expolio y supresión que propiciaba el vendaval laicista de mediados de XIX
EL COLEGIO DE SANTO ANGEL.
Se considera que el Colegio del Santo Angel nació ligado a al actual la Fundación Valledor y en la actual sede. Seguro que ha sido así en las intenciones y planes que propiciaron la llegada de las religiosas a la villa, pero la ubicación y la labor docente y pastoral de las religiosas en la parroquia comenzó mucho antes de la constitución formal de la Fundación.
En el periódico “Castropol” del 20 de octubre de 1905 se publica el siguiente anuncio:“Santo Angel de Castropol. En este establecimiento se da instrucción general a las alumnas que comprenden las asignaturas siguientes: Doctrina Cristiana, Elementos de Historia Sagrada, Lectura, Escritura. Gramática Castellana y Francesa, Literatura, Aritmética, Geografía, Nociones de Historia, Higiene y Economía Domestica. Se enseña también Dibujo, Música, Labores de mano, corte y primores. Se admiten pensionistas y medio pensionistas a precios módicos”.
Durante 20 años el Colegio estuvo instalado, creo, en la casa en donde hoy está la Caja Rural. Su ubicación en el Pazo de Valledor, calle de La Cruz Vieja, no se realizó hasta que en 1924, cuando, “según lo estatuido, Sofía Lóriga y Borbolla entregó la finca a la fundación”, Sofía era hija de José Hipólito Alvarez Borbolla y García de Gama, hermanastra de la fundadora, María Valledor y Valledor.
Desde este momento el “solar antiguo” de Valledor, pasó a denominarse llana y popularmente “El Colegio” La comunidad religiosa estaba formada por cuatro hermanas, una de ellas era hermana lega
FUNDACIÓN BENÉFICO DOCENTE
Don Aquilino, era albacea junto con Elvira y Carmen Borbolla, ésta viuda de Paredes, y ambas herederas de María Valledor y Valledor en cuyo testamento ológrafo de 1907 se determina una fundación “post mortem”.
El testamento fue aprobado por auto del juzgado de 19 de Octubre de 1915 y protocolizado al día siguiente en la notaría de D. Eugenio Pérez Cancio con el número 112. En 27 de junio de 1915 se pagaron los derechos a la Hacienda, quedando aplazada la liquidación de la nuda propiedad consistente en tres mil seiscientas sesenta y seis pesetas veinticinco céntimos, hasta el fallecimiento de la última de las usufructuarias en cuyo momento pasarán los bienes y derechos a la Fundación Valledor, constituida según derecho canónico en “Obra Pía”, que sería clasificada como de “Beneficencia Particular Docente”, dentro del código civil, veinticinco años más tarde, el 13 de septiembre de 1932, con documento firmado por el director general de primera enseñanza Rodolfo Llopis, destacado socialista.
La fundación con un reglamento sometido al Protectorado, podrá “dar enseñanza católica, mientras sea permitida, a niñas pobres. Podrá admitir, a niñas pudientes cobrando una ayuda para el entretenimiento del colegio, siempre que el número de niños ricos no sea superior al de los pobres y no se admitirá ninguno de pago, mientras no hayan sido admitidos cuantos pobres lo soliciten”.
“Su patrimonio inmobiliario ha de estar inscripto en el Registro de la Propiedad y los bienes económicos, colocados en una Inscripción Intransferible de la Deuda. De su administración se rendirán cuentas anualmente al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, salvo que el fundador les hubiese expresamente eximido de esta obligación, caso que no se da aquí”
Las líneas fundamentales del espíritu y fines de la fundación están claras en el testamento de la fundadora y se realizaron en muy buena medida. Pero la política trató de acotar, lo más posible, su obra social e, incluso, religiosa.
Eran patronos en este momento el párroco de Castropol Jesús Pérez Fernández y el obispo de Oviedo Juan Bautista Luis Pérez, respectivamente..."
"...VIDA AUSTERA Y PRECARIA
¿De qué vivió y cómo, la comunidad de religiosas y el colegio desde el año 1904 hasta que se fue consolidando medianamente? Las rentas de Valledor no eran excesivas. Ya hemos insinuado que “La Valledora” y sus consortes no eran demasiado austeros en su administración. En el mismo testamento se reconoce que “Juzgando escasos los bienes de la testadora para el sostenimiento y holgada marcha del indicado colegio reconoce, de buen grado, el derecho de aumentar sus rendimientos e ingresos, cobrando de las niñas pudientes las cuotas que la Directora estime prudente”
La comunidad estaba formada por cuatro religiosas, una de ellas, hermana lega, encargada principalmente de labores doméstica, ligeramente diferenciada en el hábito..
Aparte de la Casa Valledor y de la finca anexa había otros predios mal registrados y peor gestionados que se fueron enajenando para chapuzas y obras menores de conservación. No me extrañaría que hubiere aún algún retazo sin identificar.
Parece indudable el apoyo de todo el pueblo de Castropol y de las parroquias inmediatas, bajo el estímulo, la orientación y coordinación de los párrocos, Aquilino Fernández. Juan Cordero Díaz (1911-24), José Rodríguez Fernández (1924-26) Jesús Pérez Fernández (1927-34). Y Manuel Díaz (1934-38)
Las Hermanas del Santo Angel de la Guarda, viviendo en condiciones sensiblemente mejorables, con su ejemplar entrega y austeridad tuvieron, sin duda, el papel decisivo
HUELLAS Y FRUTOS.
Esta comunidad religiosa, como es obvio, tuvo también una influencia religiosa no sólo en la parroquia sino en toda la zona. Un exponente significativo son las vocaciones religiosas que, a su sombra o por su proyección, se suscitaron para la misma congregación, Muy a vuela tecla señalo: Ana y Eulalia Murias Jonte, de Castropol, cinco hermanas Santos Escudero, de San Juan de Moldes, y no menos de ocho religiosas del concejo de Tapia de Casariego.
Sin duda dejaron huella en la catequesis y formación de la juventud femenina y en toda la vida pastoral de la parroquia y, también, en la vida social de Castropol.
El Colegio de “niñas pobres”, debido a su escasa dotación, acabó siendo, en buena parte, para educación de clases acomodadas, que no era otra cosa que clase media. No es Castropol tierra de grandes fortunas ni de sonoras noblezas. Una sociedad de probos funcionarios y, si acaso de algún rentista de grano, trufada de “americanos” con burguesas costumbres y aliñados modos. A modo de ejemplo puedo citar a la hermana Chantal, profesora de piano. Había no menos de veinte pianos en Castropol, banda música y algunos grupos de teatro. En todo este ambiente estaban las monjas y sus alumnas.
Soslayo otras influencias de tono menor, que, en tono de humor, a título de distensión y al límite de lo ridículo, llamaría “afrancesamiento” de la población infantil. Los niños de la escuela nacional aprendíamos de las “niñas bien” del colegio a decir “mersí”, “silvuplé”, “masér”, “permisión”, y hasta a rezar “Sant Marí prié por nús mentenán” además de otras cuchufletas o picardías. Claro, ellas estudiaban el “Fleury” y nosotros la “Dalmau Carles”. En resumen, nos iniciábamos en idiomas y cierta “politesse versallesca... "
... “ESCUELITA” PRIVADA.
En el año 1940 se retiraron las religiosas del Santo Angel y el Patronato, de acuerdo con el testamento, y con la experiencia. puso en funcionamiento una escuela privada. Fue su primera maestra, durante dos o tres cursos Beatriz Galán, castropolense. La sustituyó Filomena, cuyo apellido desconozco, que permaneció hasta 1946.
En ese año, siendo patronos el párroco. José Fernández y el obispo Benjamín de Arriba y Castro, nombran a la castropolense Maruja Esteban Fernández, “Maruja de Santos”, recién adquirido el título de maestra y casada con el Guardia Civil Clemente Garnika. Macua fijó su residencia familiar en el mismo colegio en donde nacieron sus cuatro hijos. La clase era mixta, con una media de quince a veinte, alumnas y un grupito de niños párvulos.
Funcionó así, como escuela privada, hasta el año 1959 en que la familia Garnica-Esteban se trasladó a Oviedo y quedó nuevamente paralizada la actividad docente.
CÁNDIDO BARCIA, UN CURA EFICAZ
En 1957 había llegado a Castropol el sacerdote Cándido Barcia Rubio que, como coadjutor, y luego como ecónomo, 60-61, en tan corto espacio ministerial ha realizado una labor muy escasamente recordada y agradecida por la feligresía.. Ni siquiera, una escondida inscripción en el basamento de una columna o una sencilla placa a pie del órgano, pequeñas muestras de obras por él promocionadas, sirven de recuerdo en la historia del pueblo. Una faceta importante fue el reavivar y ampliar la actividad docente, y, sobre todo, social y pastoral, apoyándose en la Fundación Valledor a la que dio nuevo impulso.
LAS HIJAS DE LA CARIDAD
Barcia Rubio tomó contacto con el Instituto de Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, ya establecidas en La Vega y en Ribadeo, que ofrecieron una comunidad de hermanas. Fueron las primeras Ana María Niza, Sor Julia Marcos Sor Teresa Saco e Hilaria Alonso
Esperadas con ilusión iniciaron su ministerio el 27 de mayo de 1961. Se recibieron “las monjas” con sones musicales de la Banda de Luarca y festejos populares, incluyendo la representación de una obra de teatro por acreditada farándula castropoleira.
Posteriormente han pertenecido la comunidad Rosa Bartolomé, Luisa Avelleira, Carmen Lorenzo, Marta Caño, Carmen Luengos, Guillermina Vázquez y como sucesivas “hermanas sirvientas” o superioras, Margarita García, Teresa Lage, Asunción Urra y Beatriz Rodríguez Marín
PRIMERAS REFORMAS EN EL EDIFICIO.
La situación material de edificio, aunque de sólida estructura, estaba muy deteriorada y poco adecuada a las actividades que debía albergar. Para adaptar las instalaciones, el arquitecto José María Velasco, que había pasado una parte de su niñez en San Juan de Moldes de donde su madre era maestra, redactó un modesto proyecto para ubicar cocina y comedores, dormitorios de alumnos y religiosas, aseos, acometida de agua y su distribución, picado de cargas, reparación del solado y pintura en todas las dependencias. Todo, por un montante de 124.378, 30 pesetas.
Fuera de los planos del arquitecto, se cometió el disparate de pavimentar, con cemento y a distinta cota, el patio central empedrado, en la forma característica de estas casonas. Algún día llegará su rescate.
Se sufragaron estas obras con escasos fondos de la fundación y con aportaciones de vecinos, entre los que es justo reseñar la de David Méndez de Andés, pero, sobre todo. el entusiasmo multiplicador de don Cándido que tan pronto resolvía situaciones como abría problemas, dando oxígeno a la vida de la Fundación y de la Parroquia (...)"
"... COLEGIO DE SAN JOSÉ
Se reanudó la labor docente bajo el patrocinio de San José, pero, además del nombre del colegio se remozó el estilo del centro y se hizo más cercano y participativo en la vida parroquial. El Vaticano II abría exigencias a nuevas expresiones de religiosidad para sintonizar la presencia activa de la Iglesia con el ritmo acelerado de la vida social (...)
NUEVA ETAPA
En agosto de 1961, Manuel Galán López tomó posesión de la parroquia. Brisas de “agiornamento” y secularización comenzaban a refrescar el ambiente religioso. La población de la comarca menguaba, los medios de instrucción y cultura popular crecían y exigían un cambio de ritmo. El Colegio, como tal, languidecía poco a poco y las religiosas se veían constreñidas a acciones, con acento más cercano a la vida cultual, piadosa y a una catequesis infantil rutinaria. Quedaba todo un poco en “stand-by” acomodando sus obras al nuevo ritmo de la vida parroquial. Aparecieron las asociaciones de la Medalla Milagrosa y “Damas de Caridad”, “Luisas y Luisitas” sustituyendo a las tradicionales “Hijas de María”, y promoviendo la visita domiciliaria de la capilla de la La Milagrosa, y arrinconando la anterior de la Sagrada Familia. Las “Conferencias de San Vicente”, con la asistencia puntual a pobres, relegaron a Cáritas de un estilo más profético y promocional. Repartían alimentos de la Ayuda Social Americana a medio centenar de familias pobres de la villa y su entorno y, como relatan en un informe, “siempre que hay algún acto importante tomamos parte como auxiliares del Párroco”
Ante esta situación, Rosario Tascón, Hermana Sirvienta, (así se denomina a la superiora en esta congregación), y su consejo curial de la Provincia de Gijón, (así se denomina su organización territorial) se plantean la permanencia de la comunidad en Castropol. Desde muchos lugares les reclaman para objetivos más apremiantes y más necesitados. Como primer síntoma, en 1963 Sor Ana María Niza, con muy buen cartel en el pueblo, tiene un nuevo destino y se renueva la comunidad con perfil distinto.,,"
" ... ACOGER A NIÑOS HIJOS DE EMIGRANTES.
En aquellos momentos, 1963-64, se presenta en España, y con especial incidencia en zonas rurales, el problema de atención a niños hijos de emigrantes a Centro Europa que quedaban sin el debido cuidado directo de sus padres, especialmente en el campo de escolarización.
El Instituto Español de Emigración y Dirección General del Empleo, Ministerio de Trabajo, buscan instituciones que pudieren facilitar acogida en régimen de hogar, próximos a un centro escolar. Ofrecen becas para los niños que se admitan.
Cáritas Española se presenta como entidad colaboradora en la solución de este problema. A la sazón yo era director de Cáritas en Asturias y miembro de su Consejo Nacional. Pertenecía también, como administrador de la Fundación Cano Mata Vigil, a la Junta Provincial de Beneficencia y, por feliz coincidencia era asesor religioso de la Hermandad de Inspectores de Enseñanza Primaría, y además sin buscarlo, tenia cercano acceso, relativamente fácil, a Joaquín Tena Artigas, director General de Enseñanza Primaria, , y al subsecretario del Ministerio, el gran humanista Luis Legaz Lacambra.
Era una oportunidad de colaborar, sin cohecho ni prevaricación ni trapisonda alguna, a la reanimación de Valledor y a la atención de niños con dificultades en su escolarización y así, en expresión muy popular, aunque poco adecuada para el caso, “mataba dos pájaros de un tiro”. Procuré hacerlo.
A mayor abundamiento, Ramón Platero, castropolense, era también en este momento pro vicario diocesano para la Beneficencia y Acción Caritativa. La conjunción de deseos era obvia y la de estrategia, estaba a la mano. Comunicamos el plan al párroco de Castropol y a las Hijas de la Caridad y se ofrecieron veinticinco plazas de acogida de niños y solicitando las ayudas señaladas para el curso escolar 66-67. El Ministerio de Trabajo aceptó la oferta y accedió de modo inmediato a la solicitud... "
"... APOYOS DESDE LA DIÓCESIS Y DE LA PROVINCIA.
Desde Cáritas Diocesana se facilitaron abundantes subsidios: alimentos, 20 literas, colchones, diverso menaje de cocina, algunos tarecos en perfecto uso como mesas y sillas, desplazados de otros centros. La Diputación Provincial, presidida por José López Muñiz, prestó, a nuestra demanda, importante ayuda, como una lavadora y secadora industrial y, para el trasporte, puso a disposición vehículos del parque móvil de la la Diputación. La Inspección Provincial de Primera Enseñanza tomó con sumo interés la acción. Empresas comerciales como “Creax” y “Rodríguez Hermanos” y otras facilitaban las adquisiciones a crédito. De todas estas gestiones existe documentación escrita que me sirve para redactar estas notas.
Así, recuperando personal religioso docente y titulado, podríamos dar respuesta a la creciente demanda de niños. Pero era necesario hacer nuevas obras en la vieja casona de Valledor. Solicitamos por escrito al Ministerio subvenciones para reformas del edificio y la ampliación de plazas para internos hasta el centenar El Arzobispo, Vicente de Enrique y Tarancón, como patrono de la fundación. firma esta solicitud en febrero de 1968 .
El arquitecto Joaquín Suárez y el aparejador Ramón Cortina Prieto que, a mi petición, habían intervenido gratuitamente en la reforma de los locales de Biblioteca Popular Circulante en la Casa de García Paredes, redactaron un proyecto por un montante de 566.199 pesetas de las cuales 222.745 ponía la fundación y 339.245 se solicitaban al Ministerio. La Constructora Benéfica Santa María de Covadonga del Arzobispado se encargaba de gestionar la obra con la intervención directa de Cortina Prieto. Fue encargado de estas obras el constructor Ramón Sela Reigada, “Mercadel”, de Seares
RESULTADOS SATISFACTORIOS
Toda esta prosaica adaptación material, por otra parte bien austera, iba adobada por el celo de las religiosas, que levantaron el ánimo con las nuevas tareas, y por el interés profesional de toda la Inspección Provincial de Enseñanza. Cito, por personalizar en alguno, a Julián Gómez Elisburu, inspector jefe, a José Mendoza, ponente para este tipo de instituciones, Samuel Fernández y las sucesivas inspectoras encargadas de zona, Francisca Villamor, Carmen Millán y Conchita Lobera, ésta hoy afincada en Castropol.
Los resultados (docentes, sociales y alimenticios) para los niños son reconocidos como “altamente satisfactorios” por el testimonio de los padres, por autoridades municipales de las localidades de origen y por la misma Inspección Provincial, circunstancia que iba excitando la demanda de nuevas plazas de acogida, especialmente en las zonas rurales y de montaña en occidente astur.
NUEVAS ADAPTACIONES Y REFORMAS
En abril del 68 el subsecretario Luis Legaz acedía a nuestra petición de más plazas y, previo concurso, empezaron las obras fundamentales consistentes en forjado de viguetas cerámicas sobre hormigón, muros y tabiques, cielo raso, pavimentación de baldosa, servicios higiénicos para dormitorios y patios, dos habitaciones individuales para maestras tutoras, ensanchar huecos, instalación de agua y electricidad, una escalera interior entre plantas, carpintería de castaño, pintura al óleo y al temple sobre picado e instalar una cocina industrial.
Las repuestas de la Administración pública fueron siempre afirmativas, espontáneas y generosas hasta el punto de que algún mobiliario y equipamiento se duplicaba y había que llevarlo al desván.
La Inspectoría Provincial de EGB comunica que para el curso 1969-70 enviarían hasta un centenar de niños y pide al colegio un esfuerzo especial, pues aún no están rematadas las obras. Los niños se incorporan con un mes de retraso..."
"... ESCUELA HOGAR EN UN CENTRO PRIVADO.
La acogida en Valledor de hijos de emigrantes fue propiciando la apertura a otros niños de zonas rurales de costosa escolarización, al estilo de las Escuelas Hogar que por la época comenzaban a crearse. Era emblemática, para la zona, la de Navelgas.
Como consecuencia de esta actividad, un tanto eufórica, “sensim sine sensu” se iba desdibujando el carácter privado de la institución hasta el punto de que, por una orden ministerial del 30 de agosto de 1967, publicada en BOE nº 287 de 1 de diciembre, se crea, sin previa solicitud del Patronato, una Escuela Hogar en el Colegio Privado de Valledor. Esta anomalía se hizo constar en escrito de junio de 1972 enviado al Ministerio de Educación.
Quedaba, pues, solapada la función de centro privado. El Patronato, en un deseo de salvar su finalidad educativa y el bien del pueblo, hizo, en mayo de 1974, una nueva oferta de cesión del edificio de Valledor. En septiembre del mismo año se reiteró el ofrecimiento, a lo que La Delegación Provincial del Ministerio respondió a la Vicaría Episcopal de Curia del Arzobispado que “se había informado favorablemente la oferta y que no obstante se enviaba nuevamente escrito a la Subsecretaría de Educación insistiendo sobre este tema”. Es el último documento que yo conozco sobre el asunto.
NUEVAS DIFICULTADES
Esta clasificación, no solicitada, de Escuela Hogar motivó un nuevo quiebro en la marcha. En la Escuela Hogar había que cubrir en oposición reglamentaria, plazas de maestras tituladas para el tiempo extra escolar. Así el equipo de tutoría se formó, en esta ocasión, por las religiosas Teresa Lage, directora, Carmen Lorenzo, Julia Marcos y una seglar, Sara Suárez, “Sarita de la Marca”, vecina de Huerta, en San Juan.. Las tres últimas cumplieron su función, como interinas, durante dos cursos. En el curso 70-71 esta función paso a ser encomendada, mediante oposición, a dos maestras seglares hospedadas en el mismo colegio.
Las religiosas quedaron relegadas a labores puramente domésticas y en una situación fácil al conflicto por el distinto estilo y ritmo de vida e, incluso, por divergencias en el modo de controlar la administración económica de la Fundación. Los cuartos, incluso en los matrimonios mejor avenidos, son conflictivos.
A pesar de todo se conservó buen ambiente y buen trabajo. Los niños albergados han sido una media de ochenta en cada curso que, además de la asistencia a la escuela pública asistían a la catequesis parroquial y participaban en recreos y amistad con todos los niños del pueblo. Fueron 12 años de funcionamiento estable y sin dificultades especiales. Yo he podido recoger. tanto de educadores como de niños y sus familiares, testimonios de muy agradables recuerdos de su paso por Castropol.."
" ... RETIRADA DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD
La Sirvienta Provincial de las religiosas comunicó, en noviembre de 1970, lo siguiente: “Ante las graves dificultades, debido a la confusión originada por la creación de la Escuela Hogar, el Consejo Provincial de las Religiosas estima necesario reinstituir el expediente, para que se vuelva a Residencia privada conservando así su trayectoria de centro concertado en una labor educadora eficaz. De no cambiar las circunstancias, se ha decidido retirar las Hermanas en el próximo mes de junio permaneciendo el curso actual en atención a los niños” Las circunstancias no cambiaron demasiado, pero, en “atención a los niños” y a alguna rogativas, no fue tan rígido el ultimátum.
El curso 1972-73 fue el último de la permanencia de las religiosas en Valledor, acompañadas, para actividades de educación extraescolar de dos maestras nacionales, una de ellas castropolense, Conchita García Sanjurjo y la otra Esperanza Riestra, polesa de Siero.
VOLVER A EMPEZAR
Al retirase las Hijas de la Caridad, el Ministerio de Educación nombró a tres maestras para la atención de los niños albergados, Desde 1973 a 1983 estuvo al frente, como directora, Matilde Alvarez Vega, de la Institución Teresiana, acompañada siempre de dos maestras residentes en la Escuela Hogar, entre otras, Conchita Iglesias, Delfina González Suárez de Seares, Amelia Cotarelo, Rosa Arias, Oliva Pérez Barcia, Carmen Ríos, Ignacio Castelao…. Alvarez Vega causó baja por accidente Al reincorporarse estuvo un curso de tutoría, sin funciones directivas, hasta su traslado, a petición propia, a Cangas de Onís.
En 1983 se hizo cargo de la dirección María Luisa Madera Iglesias mediante la elección de los maestros tutores, de acuerdo con la normativa general de estos centros, pero obviando la presentación para el nombramiento del personal, convenientemente titulado, acordada con el Patronato de la Fundación Valledor, institución privada que acogía la Escuela Hogar. En 1986-87 sucedió a Madera Manuel Ron que, con Fernando Fernández Peña, como secretario y administrador, al finalizar el curso apagaron la luz de la Escuela Hogar. Había en el internado sesenta alumnos... "
"...PERSONAL NO DOCENTE.
Ya que a lo largo de estas notas he recogido nombres de personas que en distintos servicios han estado en la historia del colegio, señalo con satisfacción, el oficio de menos lustre, pero fundamental, por aquello del “primum vivere et deinde philosophare”, de mi prima Maruja Legaspi, cocinera y sus compañeras, Pilar Cancio, Lolita Fernández, Marisol Domínguez y Maria Bedia, María “das Medias” y Marta que compartían con docentes y discentes una vida hogareña cuasifamiliar.
LEY “VILLAR PALASÍ”
En agosto de 1970 se produce un hecho innovador, algunos dicen revolucionario, en el sistema educativo de España con especial incidencia en la educación básica.
Se ampliaba la edad escolar a los catorce años, se superaba la clásica escuela unitaria, la forma graduada de enseñanza y la concentración escolar. El alcanzar una educación más personalizada exigía un costoso cambio en el personal y en los medios materiales para todo el sistema escolar.
El esfuerzo importante que en la etapa anterior se había hecho en construcciones de aulas y viviendas para maestros quedó luego infrautilizado o abandonado. El nuevo sistema requería edificios acordes con la nueva “filosofía” y profesores con formación más especializada en distintas materias o cometidos. Vino la concentración y el trasporte escolar y una importante movida de personal.
Para la vida de la Fundación, en su marcha balbuciente, el cambio fue definitivo y la Fundación enfiló la recta final. Como es natural algunos pelos quedaron en la gatera..."
"ESCUELA NACIONAL EN LA PALOMA
Para el municipio de Castropol se programó un Colegio Rural Agrupado que teniendo en cuenta la densidad demográfica parecía que debiera ubicarse entre Barres y Figueras, acaso, Lois era lugar adecuado. La existencia de la Escuela Hogar y el tener en cuenta la variable del censo con el aumento de edad escolar, prevista en la nueva ley, incluso, la apertura de una nueva carretera local que acercaba las parroquias de Presno y Balmonte, determinaron su fijación en la capital del concejo.
En el mes de marzo 1971, intentando salvar los muebles y guardando las disposiciones legales, el Patronato ofreció terrenos en su propia finca para el edificio escolar, pero no se consideraron adecuados, porque ley preveía unas construcciones estándar que requerían 10.000 m2 en terreno llano y no colindante con carretera general.
En La Paloma había una finca, propiedad de Antonio Murias Travieso que cumplía estas condiciones. El Ayuntamiento, presidido por Alvaro Platero Fernández, reaccionó con presteza y en sesiones maratonianas hizo las gestiones pertinentes y adquirió la finca, por un importe de 3.000.000 de pesetas.
En el curso 74-75 ya estaba creado el Colegio de Concentración Escolar, aunque aún no estaban terminadas las instalaciones. Los maestros, cuyo nombre generalizado ya era el de profesores, se fueron repartiendo, según facultades personales, las diversas materias y las aulas se ubicaron en distintos locales municipales y particulares.
Esta dispersión e interinidad causó una transitoria descoordinación y un cierto despiste a la hora de exámenes o evaluaciones. Nada importante. La probada profesionalidad y fidelidad vocacional del magisterio se adaptó con destreza. No hay despiste que cien cursos dure y hoy el Colegio es una gran realidad con un ejemplar palmarés en la vida de Castropol (...)
En la dinámica de todos estos cambios se desvirtuaba la vida de la Fundación Valledor con sus objetivos y métodos originarios. El centro educacional como escuela unitaria y, además, privada perdía sentido. La dotación económica era escasa y de gestión mediocre. La Escuela Hogar, convertida en híbrido entre lo privado y lo público, con frontera muy lábil entre gestión y administración, se veía dificultada en buen gobierno. Pronto el trasporte escolar la haría menos necesaria. El Maestro, el Médico y el Cura es bueno que estén cercanos al pueblo. Su figura equilibra el paisaje.
OTRAS ACTIVIDADES PARROQUIALES DEL CENTRO VALLEDOR.
Ya en 1934 Manuel Díaz, párroco celoso y emprendedor, aprovechó las instalaciones, comenzando por la capilla, de Valledor para actividades parroquiales, como celebración frecuente de la Misa, reuniones, catequesis etcétera. Los domingos había sesiones públicas de cinematógrafo mudo con una máquina de dieciséis o, acaso, de la mitad de milímetros. En el verano del 36 quedó interrumpido el suministro de películas y la feligresía quedó ayuna de “séptimo arte”. Los niños nos pasamos semanas viendo la última, “Viudas por el golf” que pasó a ser la más sonora de todas las producciones. Pero no hay mal que por bien no venga y se derivó hacia distintas representaciones teatrales, eso sí, de “galería salesiana”. Los castropoleiros que siempre fueron adictos a las tablas de la antigua farsa encontraron en el salón de actos del Colegio un marco adecuado para representaciones menores. Los dramas y tragedias quedaban para las butacas aterciopeladas del Casino Teatro.
COLONIAS INFANTILES DE CÁRITAS.
Desde 1967 hasta 1971, durante los meses de julio y agosto, Caritas Diocesana organizó en Valledor turnos de colonias infantiles. Las becas y otras ayudas para equipamiento de las instalaciones, que eran muy deficientes, suponían además un importante complemento económico para reparaciones y acomodos.. La corresponsabilidad en el trabajo de religiosas y jóvenes monitores seglares con sus diversos carismas eran una riqueza en la función pedagógica A la vez, toda esta movida animaba, aunque modestamente, la vida social y económica del pueblo.
OTROS ENCUENTROS JUVENILES.
Como consecuencia de la utilización para colonias infantiles, durante tres años la dirección diocesana de obras misioneras celebró en Castropol la Pascua Juvenil Misionera en la que un buen grupo de jóvenes de Asturias y otras provincias se reunían durante cuatro días de la Semana Mayor para estudio y reflexión de la Pasión y Resurrección del Señor y, aunque su celebración era interna e intensa para el grupo organizador, participaban los jóvenes y misioneros acompañantes en la liturgia y procesiones de la parroquia con mutua edificación espiritual.
Durante algunos veranos las instalaciones del palacio de Valledor fueron requeridas por otras instituciones para actividades similares En julio de 1979 la Fundación Binjoy de Oviedo, con la diócesis de Astorga y el Colegio La Purísima de Madrid organizaron, jornadas de descanso y formación para sordomudos. Otro colegio, también madrileño, celebró al menos en dos ocasiones encuentros veraniegos dirigidos por Carmen Pardo Suárez, hermana de Juan el de “Bravo, por la música”. La Institución Teresiana organizó un encuentro de alumnas y profesoras de sus residencias universitarias. Los misioneros de Oviedo, presididos por Gabino Díaz Merchán tuvieron su primer encuentro diocesano anual en Castropol tomando como base la Casa de Valledor. El Club de Mar de Castropol, con subvención del Principado, organizó, durante algunos veranos en régimen de internado, cursillos de deporte náutico.
Acaso queden en el tintero otros encuentros y actividades de los que yo, entretenido en otros menesteres, no guardo nota.
SUS ALTEZAS, LAS INFANTAS DE ESPAÑA
Por su peculiar repercusión mediática señalo al colegio madrileño de Nuestra Señora del Camino que en julio de 1983 se aposentó en Valledor para realizar, con un grupo de sus jóvenes alumnas, un estudio social y etnográfico de los Oscos. En el grupo de estudiantes estaban las Infantas de España doña Elena y doña Cristina de Borbón y Grecia. Llegaron a Castropol en Alsa y precisamente en Castropol recibieron la noticia de haber aprobado la Enseñanza Media.
Era difícil de imaginar la audacia de María Espinosa, directora del colegio, para someter a tan alta realeza a la modesta realidad de un noble caserón desvencijado, a la estrechez de literas y taquillas que habían acogido a los niños pobres de la Asturias profunda. Hay que decir, con satisfacción, que las herederas del Reino de España, sin hacer remilgo alguno, se han puesto a la fila para recoger el rancho y se han confundido, en elegante naturalidad, con la gente rural de los olvidados Oscos o en el ambiente marinero del muelle en Castropol... "
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