La Franca desde el Camino. Al fondo la Sierra Plana de la Borbolla |
Bajando de Colombres, capital del concejo asturiano de Ribadedeva, por El Peral, y tras visitar la venerada ermita del milagrero Santo Cristo de El Bau, hemos cruzado la carretera N-634 y pasado sobre la Autovía del Cantábrico para, a la altura del histórico cementerio indiano, pasar al lado de la vieja Estación de Colombres que fue del Ferrocarril del Cantábrico. Así llegamos pronto a La Franca, en lo que son los primerísimos kilómetros del Camino Norte de Santiago en Asturias
Tras un aligera subida realiza el Camino una suave bajada. Al occidente la Sierra Plana de la Borbolla simboliza el paso al concejo de Llanes y su franja litoral, donde nos aguardan nuevos paisaje
Con el auge del turismo playero, la aldea de La Franca, como vamos a ver, se hizo eminentemente turística. Ya a finales del siglo XIX y empezando el siglo XX había un balneario en su playa. Hay casas de fin de semana, segundas residencias, viviendas vacacionales, alojamientos, hostelería etc.
No es insensible La Franca al paso continuo de peregrinos. Si bien la recuperación y señalización del Camino Norte a nivel efectivo en institucional arrancaría entre los años 1993-1994 (con iniciativas previas naturalmente), el trasiego continuo de caminantes jacobitas no se incrementaría exponencialmente hasta una década larga después. Hay algún albergue privado y hoteles y pensiones, aunque no especializados en ellos, los reciben gustosos
Por ejemplo, alguien aquí ha instalado una fuente hecha artesanalmente, lo mismo que un pequeño mojón
Sin duda una buena oportunidad para reponer agua fresca en nuestras cantimploras, aunque pronto llegaremos también a zona de bares y restaurantes donde dar buena cuenta de la rica sidra y los manjares de la tierra
Sobre el caño una placa con la leyenda "Dar de beber al sediento", uno de las obras de misericordia.... "Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, visitar a los presos, enterrar a los difuntos"
Y aquí, en el suelo, el mojón de las conchas...
A partir de aquí, la pista es ya calle asfaltada entre la rotonda y los chalets y viviendas unifamiliares con jardín y terreno que tenemos a nuestra derecha
La rotonda y, a la izquierda, uno de los accesos a la Autovía del Cantábrico, cuyo paso por aquí tanto se demoró a raíz de varios retrasos provocados por pleitos, deslizamientos de tierra (argayos) y demás
Atrás, en la sierra, los altos de La Garita, atalaya sobre la tierra y el mar profusamente plantados de eucaliptos. La Franca formó parte de lo que en el siglo XVIII fue el Real Valle de Ribadedeva, sucesor del medieval Alfoz de Ribadedeva que, con Peñamellera pasaron de las Asturias de Oviedo a las castellanas Asturias de Santillana en 1230 con el reajuste fronterizo que hizo Fernando III a la unión definitiva de los reinos de Castilla y León. Si bien en lo eclesiástico siguieron perteneciendo a la mitra ovetense la restitución a Asturias no llegaría hasta otras profundas reformas, las de los liberales del siglo XIX, año 1833, con la constitución del actual ayuntamiento en 1834
Casi por entonces, o no demasiados años después, arrancaría como en otros muchos lugares el fenómeno de la emigración masiva a América, que tanto marcó a estas poblaciones pues pervivió hasta bien entrado el siglo XX
También la carretera, un poco en bajada en nuestro sentido, entra en La Franca. Suele haber casi siempre bastante tráfico, máxime en verano pero también en invierno, pues muchos camioneros, viajantes, repartidores, etc. pasan por aquí con sus mercancías, o a comer y pernoctar, etc,
A la carretera vamos a salir nosotros ahora desde esta explanada que hace la pista asfaltada que es aquí el Camino delante de estas casas
A partir de aquí por lo tanto prestemos muchísima atención al tráfico, pues repetimos que suele ser abundante, y bastante veloz
Aquí está la conocida señal que nos dice "Precaución, tramo compartido con la N-634"
Un poco más allá un mojón confirma que vamos en la dirección correcta
Al menos tenemos buenas franjas de arcén a ambos lados, pero no suelen ser estas las travesías más apetecidas por los peregrinos
Algunas de estas casas fueron antaño fondas y posadas, otras viviendas campesinas. Obsérvense los bancos de piedra a los lados de la puerta
Y esta debió ser la antigua cuadra. Obsérvese también como las entradas van quedando a un nivel más bajo, metidas literalmente en una trinchera, según se van añadiendo capas de asfalto para reparar la carretera a lo largo de los años
Aquí la ladera de un cueto quedó en pared de roca viva con alguna obra de ensanche de la calzada, aunque pronto vuelve a crecer en ella la vegetación
En las cunetas crecen hierbas, flores y matorrales. De todas maneras procuremos no meter nunca el pie ahí salvo por necesidad, hay cierto desnivel, rampa, es fácil resbalar, pisar mal, torcer un pie, etc.
La carretera es como una avenida que atraviesa la población, bares, posadas y casas de comidas se concentran algo más adelante
Buena pradería a a nuestra derecha, y espesos bosquetes autóctonos en los cerros que delimitan este pasillo natural que es aquí la N-634, justo por donde debió de pasar antiguamente el camino real (público, del reino), aprovechando este mismo paso
El viejo camino, al que el ilustrado Jovellanos calificó de "fatigoso" cuando pasó por aquí en 1791 en dirección contraria, camino de Bustio, lo recuperaremos cuando lleguemos a las casas del fondo de esta recta
A nuestra derecha La Casa Abajo, sidrería y pensión. Llegamos a la zona de más trasiego de gentes, entre fondas, restaurantes y hoteles
Suelen tener terraza y amplios aparcamientos. En verano y fines de semana puede ser complicado a veces encontrar sitio para comer, máxime con buen tiempo
Coches yendo y viniendo de las playas. Toda esta costa oriental está muy próxima también a otro gran reclamo del norte: los Picos de Europa, por lo que además de sol y baños muchos acuden atraídos por la montaña y el senderismo, hasta como deportes náuticos y fluviales, piraguas, canoas, vela, surf...
Bifurcación de Las Arenas. Nosotros seguimos recto por el arcén de la carretera
Soberbio caserón de piedra a nuestra derecha, que se alarga bastantes metros y tiene otras dos casas anexas, más pequeñas
En todo momento el arcén sigue siendo ancho, pero pronto dejaremos la carretera general
Y ahí está La Parra, hotel y restaurante también con amplia terraza y aparcamiento. Más atrás es el barrio de El Corral de Riba
Las casas forman filas y calles. Fijémonos en la preciosa galería de la derecha
A la altura de La Parra podremos ir dejando un poco el arcén, separándonos algo más de la carretera
Nos dirigimos al barrio El Mazu, cuyas casas ya empezamos a ver enfrente
Delante de esta casa se forman dos calles paralelas: vamos a ir mejor por la de la derecha
Más allá de las casas de El Mazu, La Borbolla con su planicie nos orienta siempre hacia Llanes. Más a la izquierda es El Picu Tresgrandas (226 m).también en Llanes. A la derecha de la carretera queda el barrio de Los Castros
Allí hay una espléndida quinta de aire indiano con gran terreno de jardines y arbolado ornamental
Continuamos todo de frente por esta explanada donde suelen aparcar muchas veces los camiones
Y aquí tomamos la carretera AS-346, que de El Mazu nos llevará a El Corral de Abajo
Atención aquí a las señales de esta bifurcación
Hay mojón, señalética caminera y flechas amarillas: no tenemos pérdida
Crecen los arbustos en la franja verde que separa ambas carreteras
Por aquí iremos apartándonos de la N-634 y nos adentramos en estos barrios algo más tranquilos de La Franca
Un muriu de piedras cierra una pequeña finca con frutales
También hay vistosos arbustos de ornamento vegetal. Esta calle sería el trazado del antiguo camino real costero
Hacía unos años había en el prado una lancha de pesca que bien llamaba la atención de los peregrinos y de todo el que pasaba
"La escritora astur-cántabra, María José Cuesta, lanza su primera entrega de moliendas con la editorial ‘El sastre de los libros’, con textos de carácter costumbrista que abre un ciclo de publicaciones personales con historias ambientadas en diversos lugares de la geografía española, como Cantabria, Canarias, Salamanca, o Cataluña.
El prologuista de la publicación, el etnógrafo cántabro Fernando Gomarín, señala que en sus páginas se encuentran «retazos y jirones de vidas sencillas, de historias de tiempos pasados y modernos, vivencias personales de aquí y de allá -de novela, que dirían algunos-, que el lector no hallará en otros libros».
Con una sensibilidad y ternura a la hora de encauzar a sus personajes, los relatos también destacan por su capacidad de describir sin el abuso de adornos, valorando la precisión para preservar el patrimonio de la memoria.
Con ilustraciones del artista parragués Dan Miravalles, la publicación incorpora una memoria USB donde pueden escucharse los textos en la voz de la poeta y rapsoda Conchita Vidiella.
María José Cuesta nació en en 1943 en El Molino del Campo, concejo asturiano de Ribadedeva. Su inquietud literaria la adquirió de su abuelo, Juan Díaz del Valle, gran aficionado a la lectura. Ha publicado varios de sus trabajos en libros colectivos de la Sociedad Cántabra de Escritores, donde en las obras ‘Balconadas’, ‘Sueños’, ‘Obrussae Cantabricae’, ‘Mar.es’ e ‘Hila… de la rima a la prosa’, publicó los relatos ‘Cristian Messi,’, ‘Sabios de la tierra’, ‘Entrañables despensas’, ‘Melodía de caracola’, ‘Vasallos y señores’, ‘Último sueño’, ‘Mi fortuna’ y ‘Marina la colmenera’. Es miembro de la AEA (Asociación de Escritores de Asturias), que le ha publicado en dos antologías de relatos: ‘Callada crisis de la tierra’, ‘Hogar sólo de nombre’ y ‘Pedrín en la universidad’.
Creadora y miembro del jurado del certamen Premio Natural Optics en la Fundación Sicoris de Lérida. También ha sido soprano en varias corales, entre otras la Polifénica del Cabildo Insular de Fuerteventura, dirigida por el maestro Almansa. También fue impulsora de varias asociaciones socio/culturales en Cantabria y Cataluña y cooperante de ONGs en África, cuya experiencia recogen algunos de sus relatos"
Fuerte recuesto nada más pasar el puente entre frondosos matojos y arbolado ribereño, cual intrincada selva a nuestro alrededor. En el gran mamotreto del viaducto el sonido del paso de los vehículos retumba sobre nosotros, proporcionándonos un gran contraste entre naturaleza desbordante y, a la vez, tráfico trepidante
El viaducto, con sus dos largos brazos, se extienden unos 275 metros de ladera a ladera y transmiten a los que estamos debajo una inquietante sensación de pequeñez y vértigo, cual obra faraónica
Entre dos pilares del viaducto parece enmarcarse la montaña. El Llanu'l Pintor dela Sierra Plana de la Borbolla y El Picu Tresgrandas son separados por una estrecha quebrada cual profundo valle, el de La Riega Ubrade, "casería escondida y deshabitada" que divide las parroquias llaniscas de Tresgrandas y Pendueles, donde nos hallamos ahora, desembocando también aquí en el Ríu Cabra
En esas pendientes laderas está también El Cantu'l Caleru. Eran comunes en las montañas y en cualquier afloramiento de roca caliza los hornos de cal, caleros o calieros, donde se cocía la piedra para producir cal, indispensable para cubrir e impermeabilizar paredes de mampostería y para abono, entre otros usos
Pasamos bajo el viaducto según ascendemos fuertemente por este repecho ante este viaducto que en realidad es como si fueran dos, para los carriles respectivos de la autovía, gigantescas moles de hormigón ahora sobre nosotros
El intenso retumbar del tráfico suena sobre nuestras cabezas en esta soberana cuesta a Santiuste
En las inmediaciones está la Cueva Mazaculos, que en realidad son dos, Mazaculos y El Molinu Gasparín, donde hay señales de presencia humana (cultura asturiense) desde hace 11.000 años, y hasta hace 5.000, la del Molinu de Gasparín o Mazaculos I fue primeramente vivienda y luego enterramiento. Se revela que en ese segundo periodo los humanos ya dejaban las cuevas, dejándolas eso sí como santuarios, y se asentaban al aire libre
Mazaculos II, la que es propiamente Mazaculos, tiene una explanada delante de la caverna y en su interior abundan restos animales, caballos, bóvidos, ciervos, jabalís, cabras, ovejas, rebecos, corzos, lobos, nutrias, zorros, tejones, además de un de los mayores concheros de Asturias. No en vano por entonces las lapas (llámparas) y los caracoles de mar (bígaros) eran una parte fundamental de la dieta, depositándose sus cáscaras en grandes montones. Para ello llegó a emplearse una herramienta lítica peculiar, el famoso pico asturiense
Se trataba de una civilización que aún no dominaba las artes agrícolas y ganaderas, llegarían casi inmediatamente después, y su subsistencia se basaba en la caza, la pesca y la recolección de moluscos, pero al llegar el Neolítico, entre 7.000 y 6.000 años atrás, se produce un cambio, la cueva se ocupa toda la primavera y el verano. La caza sigue siendo primordial pero se diversifican las especies (ciervos, corzos, jabalíes, bóvidos, zorros, y se pesca, se siguen recolectando moluscos y ya se documenta la domesticación de animales como cerdos, cabras, ovejas, bovinos y lobos. Esta fase de neolitización puede sin duda estar muy vinculada a las necrópolis tumulares de la Sierra Plana de la Borbolla
Si la vegetación, que suele crecer enormemente en primavera, no nos lo oculta, aquí veremos una de las entradas a la finca del palacio de los Rubín de Celís, en medio de los prados y al pie del monte de Covarríos
El palacio está semioculto entre los árboles y setos silvestres y bajo el monte El Covarríu
"Del Coto y Señorio de Santiuste que hoy disfruta el señor don Gabriel Rubin de Celis y Mon, antiquísimo solar y cuna de personajes ilustres, fue dueño y señor y en el nació don Felipe Rubin y Pariente, Canonigo de Santander, Prior de Roncesvalles y Gran Abad de Colonia.
Don Ramon Rubin y Pariente hermano del anterior, fue distinguido Catedrático de derecho en la Universidad de Valladolid.
Don Manuel Rubin y Pariente también hermano de los anteriores fue conocido y acreditado diplomático.
Originario de Santiuste, fue el primer Conde de Antillón; de donde lo fue asi mismo, y también de la Ardina en Posada, el Excelentísimo e Ilustrísimo señor don Antonio de Posada Rubin de Celis, Patriarca de las Indias, primer Marqués del Soto de Aller, su naturaleza, Prócer nombrado por la Corona para las legislaturas de 1834 al 36, Senador del Reino y Arzobispo electo de Valencia.
En el año de 1712, era dueño y Señor del mismo Coto de Santiuste don Pedro Rubin; y en el de 1760, lo fue don Fernando Rubin de Celis y Pariente.
En la primera mitad de presente siglo diez y nueve, poseyó como propietario, dueño y Señor, el mismo Coto, don Juan Rubin de Celis y Paraja, Teniente Coronel de los Reales Egércitos, y Comandante del Batállon de voluntarios Realistas del cantón de Llanes, padre del don Gabriel su dueño actual.
y hermano del don Juan, lo fue el Excmo. señor don Fernando Rubin de Celis y Paraja, Coronel de los Reales Egércitos, que perteneció al Estamento de Procuradores a Cortes, entre los seis nombrados con arreglo al Estatuto Real por los electores representantes de los partidos judiciales de la provincia de Asturias, reunidos en las consistoriales de Oviedo el 26 de Febrero de 1836, cuya apertura tuvo lugar el 22 de Marzo siguiente. Fue Ministro togado del Supremo Tribunal de Guerra y Marina, y dos veces Gobernador civil de Madrid, en donde falleció el 25 de Febrero de mil ochocientos setenta y siete.
El don Gabriel Rubin de Celis y Mon poseedor actual del Señorio y Coto de Santiuste, vive viudo y sin sucesión, en su casa solariega de la villa de Llanes, sita en la plaza mayor, que tiene dentro de ella una magnífica y espaciosa capílla pública con la advocación de Todos los Santos y en las que se celebra misa todos los dias festivos"
Eran las llamadas peregrinationes ultramarinas, et visitationes ad líminum Apostolorum Petri e Pabli, in Compostella. Una de las peregrinas marítimas más célebres fue, en 1690, Mariana de Neoburgo, reina consorte casada con Carlos II El Hechizado, que habría de llegar a España por Santander pero que un cambio de planes la obligó a dirigirse al puerto de A Coruña, variante que a la vez desbarató una tormenta, atracando en la Ría de Ferrol, llegando desde allí a la ya muy cercana ciudad de Santiago, donde como nota curiosa diremos que, el día 16 de abril, entrando la reina en la catedral bajo palio a visitar la tumba del Apóstol y seguidamente admirar el botafumeiro, este se soltó y salió despedido, yendo a caer a sus pies, aunque sin hacer daño a nadie
"Espectacular bufón radicado al norte de Santiuste y que, declarado Monumento Natural del Principado de Asturias, posee dos orificios principales, además de otras simas menores; escupe agua con gran fuerza, hasta unos 40 m sobre el nivel del mar, de modo que se trata del bufón de la costa asturiana que a más distancia se divisa. Debajo de la principal el color de la roca es rojo; una de las salidas principales se localiza unos 8 m al oeste y otra, de color naranja, al sur. Se integra dentro de los terrenos de la aldea semideshabitada de Santiuste, de la parroquia de San Acisclo de Pendueles y del Paisaje Protegido de la Costa Oriental; la costa en la que se enclava está repleta de elevados acantilados y de varios entrantes y salientes"
"En momentos de temporal, cuando una ola entra con fuerza en la perforación creada en la roca por la acción kárstica, el agua asciende a presión y forma un surtidor, expulsando, además de agua, arena y restos orgánicos, incluso rocas de considerable tamaño, produciendo un silbido o bufido que da nombre a este fenómeno.El de Santiuste se considera el mayor de los bufones de la costa oriental, ya que puede expulsar el chorro hasta una altura de 40 metros."
"Los Bufones de Santiuste se localizan en la parte más oriental de la rasa de Llanes, una vez pasada la localidad de Buelna y a poca distancia de la Playa de la Franca.Los Bufones son una de las formas más espectaculares del relieve kárstico. Se originan en el borde de los acantilados aprovechando pequeñas fisuras o fracturas de la roca caliza. Se componen de una cámara o cueva y un conducto vertical por donde se expulsa aire a presión, producto del impacto del oleaje contra la base del acantilado, acompañado por agua del mar a modo de potente chorro (surtidor) que en ocasiones alcanza los 30 m, ofreciendo un espectáculo privativo de estas costas."
"El bufón de Santiuste se encuentra en el límite del concejo de Llanes en Asturias. Se trata del mayor bufón de la costa oriental asturiana pudiendo alcanzar unos 40 metros y está situado muy cerca de los bufones de Arenillas.Un bufón está formado por roca caliza de montaña que al estar en un acantilado es erosionado por el mar por abajo y el agua de lluvia o de ríos por arriba, esta erosión forma cavidades kársticas. Cuando la marea sube llena el hueco producido saliendo al exterior por encima del acantilado lo que provoca un chorro pulverizado de agua de mar acompañada por un sonido característico que es el que le da el nombre de bufón. Fue declarado monumento natural el 5 de diciembre de 2001."
"Este monumento natural se sitúa en las proximidades de la Playa de La Franca, en el concejo de Llanes y se puede acceder a él a través de un pequeño camino que parte de la N-634. Se trata del mayor de los bufones de la costa oriental, que puede expulsar un chorro de agua de hasta cuarenta metros de altura, enmarcado en un tramo costero de gran belleza y reconocida calidad ambiental, constituyendo una singularidad geomorfológica y paisajística que es preciso conservar.
Los bufones son grietas y chimeneas abiertas en la costa, conectadas con simas marinas por las que el agua del mar penetra a presión, formando surtidores de agua pulverizada visibles desde el exterior. Si la mar está en calma, los respiraderos de las cavidades subterráneas se limitan a expulsar el aire, comprimido en las galerías por los golpes del oleaje. Los quejidos del Bramadoriu, como se denominan localmente a los bufones, se dejan oír a muchos kilómetros y el suelo, desgastado ya por milenios de oleaje, amenaza con romperse definitivamente.
El entorno del monumento presenta una elevada calidad ecológica, y además de su interés paisajístico y geomorfológico, el entorno del bufón alberga interesantes comunidades arbustivas propias de los acantilados calizos, además de encinas y laureles. En cuanto a la fauna representativa, en los acantilados del entorno los cormoranes moñudos comparten espacio con las gaviotas patiamarillas y paiños, así como el halcón peregrino."
"Estos saltos de agua son algo distinto a la acción típica del mar rompiendo en grandes olas contra la costa. En este caso, el agua aprovecha chimeneas bien definidas y grietas de la caliza para salir a borbotones a la superficie imitando a los géisers, formando surtidores que pueden alcanzar más de veinte metros de altura.
La imagen única de estos surtidores sólo puede disfrutarse en zonas bien localizadas del litoral de Llanes. En estos lugares de la rasa costera se dan unas características geológicas poco corrientes. La formación de los bufones se basa en la disgregación de la roca caliza, su disolución en contacto con el agua de lluvia que penetra por pequeñas fracturas hasta el nivel del mar. La acción erosiva del oleaje favorece el agrandamiento de estas cavidades originales. Con el paso del tiempo llega a formarse una cueva en comunicación con el conducto vertical. Las olas hacen que el aire o el agua que se acumula en la cueva se compriman y salgan a gran presión al exterior.
Este fenómeno despliega toda su fuerza cuando el Cantábrico está bravío, en otoño e invierno es más fácil que suceda. Además la combinación de la pleamar con marejada es la mejor de las opciones para ver los bufones en todo su esplendor. En estas ocasiones, sin embargo, hemos de mostrarnos nada temerarios y muy respetuosos, observando el espectáculo a una prudente distancia. El peligro es real si nos acercamos demasiado, ya que la fuerza del chorro puede arrastrar a un hombre.
Si la mar está en calma, los respiraderos se limitan a expulsar aire, pero en los días de fuerte marejada los bufones se transforman en un espectáculo que produce admiración y temor."
"En la costa oriental asturiana, lugar donde el Cantábrico se hace notar, es posible observar uno de los fenómenos más curiosos de la naturaleza. Se trata de los bufones de Llanes. El agua del mar entra con furia, a través de las chimeneas y grietas de la caliza en la costa. Su misma fuerza hace que alcancen la superficie. Así generan un fenómeno que recuerda al de los géiseres, formando surtidores de más de veinte metros de altura.Un maravilloso espectáculo que queda muy cerca de uno de los pueblos más bonitos de Asturias. Los tres bufones, declarados Monumento Natural, están incluidos dentro del Paisaje Protegido de la Costa Oriental. Ofrecen una imagen única de unas características geológicas poco corrientes.La disgregación de la roca caliza gracias al contacto del agua de lluvia genera pequeñas grietas, conectadas con las simas marinas, que llegan hasta el nivel del mar. El efecto de la erosión producida por el agua salada agranda estas cavidades originales, de tipo kárstico, formando cuevas que comunican con el conducto vertical. El resto viene por la acción de las olas, cuando la marea sube, que hacen que el aire o el agua acumulados en la cueva se compriman y salgan a presión hacia el exterior."
"Si al dirigir la mirada en dirección a la costa, observan la presencia de chorros verticales de agua pulverizada, es que las condiciones de mar y marea son propicias para disfrutar del espectáculo de los “bufones” de Santiuste. Para ver de cerca, sentir el estruendo y escuchar el “bufido” del agua al salir despedida al aire después de recorrer largas chimeneas formadas a través de las rocas costeras, merece la pena desviarse un par de centenares de metros, del trazado del Camino.
El desvío, habitualmente suele estar artesanalmente señalizado, partiendo frente a un lugar cercano al que nos incorporamos a la N-634.
En la actualidad, se encuentra señalizado con flechas amarillas el sendero que discurre sobre los acantilados, desde la N-634 al bufón de Santiuste y desde aquí, en dirección oeste, hasta alcanzar Buelna. La distancia a recorrer es apenas un kilómetro más que por la carretera, caminando sobre el acantilado por un tranquilo sendero y rodeados de un paisaje incomparable."
Está señalizada con flechas amarillas y es un kilómetro más largo pero nos permite disfrutar enormemente del paisaje visitando de paso algunos monumentos naturales como los bufones de Santiuste y Buelna, así como la playa de Cobijeru, playa que es como un lago de agua salada, comunicada subterráneamente con el mar y digna de conocer
No obstante, dado lo deficiente de la señalización y su sinuoso trazado se recomienda que, si estamos cansados, tenemos cierta necesidad de llegar pronto al albergue u hospedaje, o por nuestras circunstancias queremos estar cerca de zonas más pobladas, sigamos el camino oficial por la carretera, pero sin salirnos de ella, hasta Buelna
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