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sábado, 10 de febrero de 2024

A PONTE DA PEDRA, EL ESCRITOR FRANCISCO FERNÁNDEZ DEL RIEGO, LA PINTORA XULIA MINGUILLÓN CON LA "ESCOLA DE DOLORIÑAS" Y LA RÚA REAL DE VILANOVA DE LOURENZÁ (LUGO GALICIA): RUTA XACOBEA, CULTURAL Y LITERARIA

 

A Ponte da Pedra vista desde el Camino que baja a Vilanova de Lourenzá por A Telleira

A Ponte da Pedra,  puente de piedra sobre el Rego Baos o Rego dos Baos, era la entrada secular a Vilanova de Lourenzá por los peregrinos que, procedentes de Ribadeo, donde han entrado en Galicia, recalaban, tras bajar por A Telleira, en esta villa gallega camino de Santiago, antes de proseguir hacia la gran capital episcopal de Mondoñedo que fue además una de las siete capitales de las antiguas siete provincias del viejo Reino de Galicia hasta su supresión con las reformas liberales de 1833. La trascendencia de este paso fluvial hizo que en documentos antiguos la población fuese conocida como "la villa de la Puente" y que esta construcción figurase en su simbología

Vilanova de Lourenzá e iglesia de Santa María de Valdeflores del antiguo monasterio de San Salvador

Esos peregrinos se acogían al amparo del hospital de romeros aquí existente vinculado al monasterio benedictino de San Salvador, desamortizado dos años después, en 1835, y que fue fundado por el mítico Conde Santo, Osorio Gutiérrez, el 17 de junio de 969, quien se estableció aquí tras heredar las tierras de sus ancestros

Vilanova de Lourenzá desde el Camino que baja de A Telleira

En torno al convento, hecho sobre un modesto cenobio anterior, creció la población, la cual se convirtió en un importante enclave caminero sobre todo con el traslado de la sede episcopal mindoniense de San Martiño en Foz al Val de Brea o Vallibria, el Mondoñedo actual, en 1112, conformándose un camino directo hacia el interior de Galicia, y a su capital y centro de peregrinación universal de Santiago, aún más reforzada con la posterior fundación de Vilalba en torno a la Torre dos Andrade, que se constituyó en la capital de la vecina Terra Chá

La Capela da Santa Cruz, sobre el Camino

El Camino, como hemos dicho, entra en el casco urbano de Vilanova, capital del concello de Lourenzá, por la aldea de A Telleira, donde se encuentra la Capela da Santa Cruz, vinculada al extinguido monasterio por pertenencia y por su misma fundación, al menos legendariamente


Esta capilla dieciochesca se sabe fue construida sobre otra más antigua que, al decir de la leyenda, se erigió en el lugar desde el que el Conde Santo arrojó una piedra prado abajo y, allí donde paró, decidió construir el monasterio de San Salvador, relacionado con la catedral ovetense de la misma advocación, cuyas importantes reliquias del Arca Santa eran veneradas por los peregrinos del orbe, también y muy especialmente por los jacobitas, al ir a Santiago o al volver, pues por toda Europa corría el dicho que decía y dice: "El que va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor"


Desde su pórtico, cruzando el camino asfaltado que desde el Monte Calvario, viniendo de San Xusto de Cabarcos, nos ha traído hasta aquí, continuamos en bajada hasta el casco urbano de Vilanova de Lourenzá


Vilanova de Lourenzá se asienta en el valle del Rego Baos o Rego dos Baos, afluente del gran río Masma que el obispo de Mondoñedo, Antonio Sarmiento de Sotomayor, verdadero prelado-alcalde mindoniense que ejercía sobre diócesis y provincia, quiso hacer navegable desde su desembocadura en la Ría de Foz hasta prácticamente los aledaños de su catedral


El mojón jacobita nos confirma el tomar este camino de tierra que nos llevará directo al casco urbano de la población por su extremo septentrional, en la Avenida Calvo Sotelo, antigua carretera general, justo antes de cruzar A Ponte da Pedra, tal y como hacían los peregrinos de antaño


Actualmente la carretera, N-634 desde 1939, salva sobre un viaducto el Rego dos Baos por el lugar de Castro, topónimo que revela, como el del Alto dos Castros, la existencia de antiguos poblados castrexos galaicos, como el de O Picoto, predecesores de la actual población, lo que delata el poblamiento desde este enclave en base a aldeas fortificadas desde la Edad del Hierro


Por el monte A Algara, entre plantaciones de eucaliptos, pasa la Autovía del Cantábrico, con la que enlaza la N-634 también en ese lugar. A la derecha, la cantera de Isidro Otero


De frente, los montes, todos intensamente plantados de eucaliptos, de A Pena y A Fraga do Castro, cierran el valle, O Val de Lourenzá, por el oeste. En medio está As Revoltas y A Costa de Arroxo, la cuesta que, saliendo de Vilanova de Lourenzá cerca del Campo da Gracia, toma el Camino de Santiago para dirigirse a Mondoñedo


El Camino de Santiago coincidirá allí durante un buen trecho con el Camiño Natural de San Rosendo, dedicado a este santo, fundador de monasterios, Rudesindus Gutierre, que era además primo del Conde Santo, fundador de este monasterio de San Salvador de Lourenzá, que vemos desde aquí, en medio de la vega y rodeado de casas


Ambos eran además primos de los reyes Ramiro II de León, de Sancho Ordóñez de Galicia y de Alfonso IV de León y tienen un antepasado común, Hermenegildo Gutiérrez, con grandes posesiones en Galicia y el Condado Portucalense, personaje de gran poder en la corte de Alfonso III El Magno. Como vemos pues, ambos personajes estaban en los estratos sociales más elevados y poderosos de la sociedad altomedieval de todo el noroeste peninsular


Dentro del gusto por los orígenes míticos de las estirpes, el erudito genealogista Luis de Salazar y Castro echa mano en el siglo XVIII de la genealogía legendaria (tan en boga por entonces y a veces aún hoy) para hacer al Conde Santo descendiente de un tal Don Osorio (calificado posteriormente de ficticio), "que acompañó al rey Don Pelayo a empezar la restauración de España, año 714" y a un Osorio Gutiérrez "que se halló en la batalla de Clavijo, por lo que fue hecho canónigo de León, año 844"


Estas tradiciones legendarias se basarían no obstante en un personaje real, llamado Gutierre, cuya actividad conocida sería situada por los historiadores entre los años 820 y 860. Este Gutierre se casó con una tal Elvira y tuvieron tres hijos, de los que dos trascenderían especialmente para la historia, los condes Hermenegildo Gutiérrez y el conde Osorio Gutiérrez, abuelo del Conde Santo y que se llamaba como él


Aquel primer Osorio Gutiérrez tuvo dos hijos, Nuño Osóriz y Gutierre Osóriz, este casado con su primo Ildonza Menéndez, hija de Hermenegildo Gutiérrez, quienes tuvieron ocho hijos, uno de ellos llamado de nuevo Osorio Gutiérrez, quien es el fundador-refundador del monasterio laurentino y, por extensión, de esta villa de Vilanova


Entre los edificios de Vilanova de Lourenzá destaca la gran nave que fue de Muebles Hermida, la llamada Casa Blanca del Mueble, cuyas instalaciones ocupan una importante superficie en la población, una de aquellas grandes factorías del mueble puntera aquí y en buena parte de A Mariña y que marcó su idiosincrasia industrial. Su historia la resume La Voz de Galicia en este artículo de su edición mariñana el 22-11-2022:
"Casi cuarenta años de evolución demuestran los cambios de la economía y de la sociedad gallegas desde entonces. 1964 es el año que se utiliza para señalar el nacimiento de Muebles Hermida, a pesar de que su fundador, Ángel Hermida Seivane, tenía ya entonces un negocio de carpintería. Lo que en aquel año se inauguró fue la primera sede, que en 1979 se amplió con un segundo edificio. La empresa tiene también una factoría en Ourense. Que esta firma de Vilanova de Lourenzá, situada en un pequeño municipio de una comarca alejada de las principales ciudades gallegas, se ha consolidado como referente en el mundo del mueble es un dato indudable. Ángel Hermida Lage, director adjunto, explica que «estar en el centro o en la periferia no es definitivo, no es una ventaja ni un inconveniente». La fabricación de muebles para el hogar, fundamentalmente dormitorios y piezas de salón, ha sido y es la actividad fundamental de la fábrica, que no sólo vende en toda España. A Portugal y, en menor medida, a Venezuela y a Estados Undios llega también parte de su producción. Hermida manifiesta que los cambios del trabajo afectaron tanto a la mentalidad como a la y a los diseños. Uno de los criterios implantados, añade, es el de «just in time»: se recogen pedidos en una semana, se trabaja en la siguiente y se envían en la posterior, con lo que el pedido está a disposición del cliente en un plazo de 21 días. Los responsables visitan ferias en España y en el extranjero, aunque Hermida recalca que «el producto de Galicia no tiene nada que envidiar a otros».

Especialmente emotivo es este artículo de quien fuera uno de sus directores comerciales, Carlos Vázquez Padín, en su blog, titulado Muebles Hermida, historia dunha amizade:
"Hai uns días volteime xuntar cun grupo de ex compañeiros de Muebles Hermida, unha empresa dedicada á fabricación de moble xuvenil, de dormitorio e de salón e da que fun Director Comercial entre o 2003 e o 2006, naquela altura a empresa facturaba máis de 20 millóns de euros e tiña máis de 200 empregados. 
Cada agosto, durante as vacacións que cada ano a compañía fixa durante ese mes, un grupo de compañeiros, a maior parte dos cales non estamos na empresa xa, varios deles xubilados, vémonos para renovar a nosa amizade e falar do que nós apetece, ainda que eu xa non estaba, son sabedor de que a crise afectoulles negativamente, e pese a non ter a maioría interese persoal xa nela, lamentamos as suas dificultades case como se a sentísemos nosa, e iso é outro logro da impronta de Ángel Hermida Seivane, o fundador e alma mater de Muebles Hermida. 
A sede da empresa encóntrase no Concello de Lourenzá, na comarca da mariña lucense, cando non estaba fóra, durante o meu período na empresa, no que viaxaba máis da metade do meu tempo por España e Portugal, pernoctaba en Foz. 
Muebles Hermida é unha empresa familiar fundada por Ángel Hermida Seivane, un home de cualidades extraordinarias, sen Masters, sen idiomas, como a práctica totalidade dos emprendedores galegos da sua xeración, que logrou facer medrar a empresa desde 0, eses emprendedores que en circunstancias nada favorables fóron industrializando Galicia pouco a pouco, unha anédota que nos revela moito da persoaxe é que, desde o Lugo rural, nos anos sesenta e sen saber alemán nen inglés plantábase nas feiras do sector en Alemaña para aprender e ir comprando as máquinas que precisaba para facer evolucionar o negocio. 
A fabricación de moble modular é unha industria cun grao de complexidade notable xa que as combinacións e variacións en fabricación son moi numerosas, o grao de excelencia tecnolóxica e organizativa para ser competitivo nun sector como ese non é precisamente pequeno. 
Eu particularmente estou moi agradecido á empresa e aos seus responsables por terme dado a oportunidade de madurar profesionalmente e persoalmente ao longo dos tres anos que pasei con eles, proceso de crecimento persoal sempre necesario, pero que a min naquel momento, viñame especialmente ben. 
Agardemos que HERMIDA e todos os beneficiarios da sua existencia, nunha zona que non destaca precisamente pola fortaleza do seu tecido industrial, poidan disfrutar da sua continuidade durante moitos anos, en canto aos meus amigos xa quedou pactado que o próximo ano nos veremos no Miño e non no seu nacimento, ubicado a non moitos quilómetros de Lourenzá, senón moito máis perto da sua desembocadura, en Tui."

Con la crisis del sector llegó la debacle de estas instalaciones, Susana López, periodista de El Progreso, escribe entonces, a fecha 26-1-2020, Muebles Hermida: una plantilla colgando de un hilo, en la que cuenta la situación atravesada haciéndose eco de varias historias personales de algunos de sus trabajadores:
"La plantilla de Muebles Hermida espera que en unos días el Fondo de Garantía Social (Fogasa) pueda abonarles el salario de los cuatro últimos meses de 2019, que es lo que tienen aún sin cobrar, a lo que habría que sumar la primera mensualidad de este año, en el que desde el día 13 cuentan con un permiso retribuido tras no incorporarse de las vacaciones de Navidad. Se extenderá hasta que se haga efectivo el Expediente de Regulación Temporal (Erte), que los trabajadores aprobaron por nueve meses. Un tiempo durante el que pasarán al paro a la espera de una solución tras la petición por parte de la dirección de la firma de un concurso de acreedores. 
Cinco meses, pues, en los que solo han cobrado los atrasos de convenio y medio mes de agosto que tenían pendiente y que la empresa hizo efectivo el 23 de diciembre, pero que supone una cantidad exigua para sacar adelante a una familia o un proyecto de vida en el que se embarcaron el cerca del centenar de personas que conforman la plantilla de la que llegó a ser una de las tres mejores fábricas de muebles del país, con una merecida reputación ganada por la calidad de sus productos. Ahora, esos trabajadores se enfrentan a la incertidumbre en el peor momento de su vida laboral para la mayoría, pues la media de edad supera los 50 años. 
Son bastantes los que entraron siendo unos críos, con 16 o 17 años, por lo que han dedicado toda su vida a una firma que han visto desmoronarse desde dentro, a pesar de que «contabamos con moita carga de traballo, polo que iso non é motivo de ir á quebra, senón a forma de traballar, que é inviable», cuenta uno de los veteranos, que prefiere mantener el anonimato, como le sucede a buena parte de la plantilla, que no quiere poner rostro a una situación que les angustia: «Non sabemos o que vai ser de nós e moitos imos ter que intentar buscar outro sitio, pero ben se entende que non todo o mundo o ten igual de fácil para reciclarse». 
Jesús José García tiene 46 anos y lleva trece consecutivos en Muebles Hermida, donde ya había empezado su etapa profesional con 21. "Despois de botar máis de oito anos fóra, volvín pola situación familiar e porque era un bo posto de traballo, cun bo horario e ao lado da casa" cuenta desde el barrio mindoniense de Os Muíños, donde quiso que se criaran sus dos hijos, que ahora tienen 15 y 8 años, y que son su principal quebradero de cabeza. "Afortunadamente non lles falta de nada, pero a ver con que lle pago os estudos cando teñan que marchar fóra, porque agora estamos tirando dos poucos aforros que temos", asevera. El empleo de su mujer, la cercanía de sus progenitores y sus suegros y el hecho de vivir en el rural le garantiza que "a comida non nos vai faltar", pero los pagos apremian y la hipoteca llega puntual todos los meses, "e son xa cinco sen cobrar". 
Suso, como todo el mundo lo conoce, intentará aguantar, aunque para ello tenga que salir de la comarca y puede que lo tenga algo más fácil, porque siempre trabajó con máquinas y es un empleo más cotizado. No sabe lo que le deparará el futuro, pero marchará con pena. «Estaría encantado de seguir en Hermida, pero con outra dirección e con outra forma de traballar", cuenta lamentado lo que él ve como un cierre anunciado. 
Abderbrahim Amernis salió de su Marruecos natal en busca de un futuro mejor y lo encontró en Lourenzá en 1999, donde llegó para trabajar en las canteras, aunque siempre lo hizo en el monte, hasta que en 2003 se empleó en Hermida, lo que era sinónimo de un buen empleo a cubierto. Su máxima preocupación son sus cinco hijos, de entre 12 años y nueve meses el más pequeño, a los que le cuesta mantener porque "son meses sin cobrar y con hipoteca. Vivo el día a día y no sé qué va a ser de nosotros mañana". 
"Ellos quieren el tipo de vida que han tenido hasta ahora, pero no puede ser. Si faltan alimentos vengo a pedir a los servicios sociales, vergüenza ya no hay, porque lo primero es mi familia, aunque a veces me voy al baño a llorar", cuenta, mientras reconoce que hace tiempo que no entra en casa pescado o fruta y subraya que "menos mal que tienen el comedor del colegio, porque hay días que cenamos y otros que no y está el fin de semana". 
Un dinero que estiran, pero que sabe que no llegará para pagar los recibos. "No sé cómo vamos a hacer, porque estamos a cero euros y el principal problema es el banco", afirma confiando en que paguen cuanto antes, pero lamentando que la situación en que quedarán los trabajadores con el Erte les va a complicar encontrar en breve otro empleo. "Yo podría volver al monte, no me importa nada coger la motosierra, pero ahora mismo si sale un empleo lo tienes que presentar al administrador y si te vas y vuelven a llamarte de Hermida qué haces, ¿dejas al empresario que te acaba de contratar colgado?, porque si no vuelves pierdes la indemnización a la que tienes derecho. Ahora mismo estamos que ni una cosa ni otra, estamos atados con una cuerda", resume."

En esta bifurcación seguimos todo de frente y continuamos bajando en recto prado adelante mientras seguimos contemplando la población y sus alrededores


El mojón, con su correspondiente flecha y concha, nos indica la ruta. A nuestra izquierda, los edificios de Muebles Hermida, a la derecha el viaducto de la N-634 y la aldea o barrio de Castro


Más allá de las naves, A Costa de Arroxo, donde se libró una batalla contra lasa tropas napoleónicas durante la francesada. En la distancia, las alturas del Padornelo (618 m) señalan el camino hacia Mondoñedo


Vilanova de Lourenzá con la iglesia de Santa María de Valdeflores, que fue del monasterio de San Salvador, en medio del valle y de la villa, villa nueva de la tierra que debió ser de un tal Laurentius o similar en época romana o altomedieval, sin duda una villae agrícola que pudo ser el germen, según diversos investigadores, de numerosas comunidades monacales basadas en la explotación agropecuarias y en las rentas por su posesión y arriendo. Por lo menos eso se desprende del interesante trabajo La villa romana en Gallaecia y su posible relación con la vita communis del priscilianismo del historiador Antonio Blanco Freijeiro en Los Cuadernos del Norte:
"Los caminos por los que una villa romana, en buen uso o en ruinas, podía convertirse en monasterio, en cementerio o en ambas cosas a la vez, eran múltiples, y más en momentos críticos, incluso caóticos, como los que le tocó vivir al Occidente romano a raíz de las invasiones germánicas.

Imaginamos a un religioso, sólo o en compañía de algún hermano, que vaga por el campo en busca de un lugar donde cobijarse y fundar monasterio. Al fin encuentra los muros de un edificio antiguo y grande, probablemente una villa; armándose de paciencia los limpia de escombros y los hace habitables. Encuentra asimismo una estancia que se le antoja oratorio; es más, las gentes de la comarca afirman que allí solía orar San Martín. Nuestro cenobita pone especial esmero en la reconstrucción de este aposento noble, llamado a ser la iglesia de su monasterio; levanta en él un altar; dispone un relicario para recibir las reliquias de los santos e invita a varios obispos a venir a bendecirlo ... Todo esto, que pudiera parecer una reconstrucción imaginaria -y como tal la hemos anunciado-, puede convertirse en realidad histórica (...)

 Así nacieron monasterios, iglesias, abadías e incluso catedrales. Mutatis mutandis, el breve relato que acabamos de transcribir sería aplicable a la génesis de la catedral de Santiago. Y es que lo mismo que los conventos edificados ex novo las villae reunían todos los requisitos necesarios para La vida espiritual y material de una comunidad bien avenida: una estancia semejante a una basílica, a menudo con ábside incluido, una serie de cubicula, convertibles en celdas monacales; servicios de cocina, comedor, lavabos, etc., y normalmente una buena extensión de tierra cultivable."

Este pudo ser el origen de una pequeña comunidad que refundaría y daría esplendor el Conde Santo cuando aquí se estableció y cuando aquí se retiró en su vejez, y donde tiene su tumba en un mausoleo traído, a decir también de la tradición, de su peregrinación a Tierra Santa. Aquellos primeros edificios fueron reformados y ampliados sucesivamente, la última en gusto barroco en el siglo XVIII, que es el estilo plenamente predominante del conjunto que ha llegado a nuestros días 


En torno al monasterio, verdadero centro administrativo del territorio además de santuario de retiro y oración, creció toda una población que se hizo villa y capital de un concello cuya conformación definitiva se produjo con las desamortizaciones y reformas liberales entre los años 1835 y 1840


El Camino es aquí una hermosa senda de hierba que sigue bajando suavemente entre los prados y nos sigue ofreciendo excelentes paisajes de Vilanova de Lourenzá y de las aldeas y lugares de esta parte del valle


Más naves fabriles de la factoría de Muebles Hermida y, más arriba, las casas de O Castro, otro de los topónimos castrexos de la zona


A la derecha, una urbanización algo apartada del centro urbano, al comienzo de la Avenida de Calvo Sotelo, dando vista al viaducto de la N-634


El Camino hace un poco de curva a la derecha según continúa el descenso ladera abajo


Y abajo ya vemos, entre las casas, A Ponte da Pedra, importante referencia histórica, geográfica y monumental en Vilanova de Lourenzá en el paso del Rego Baos o dos Baos, también denominado Rego do Batán. En el primer caso, si bien se ha generalizado oficialmente en las placas señaléticas viarias escribirlo con 'b' lo correcto sería con 'v', pues hace referencia a los vados, del latín vadum, cruce del río


Es un puente de piedra de un solo ojo por el que pronto pasaremos hacia la Rúa Real, continuidad del Camiño Real que por aquí discurría en el camino de Ribadeo hacia Mondoñedo, villas que durante un tiempo, entre los siglos XII y XIII se disputaron la capital de la antigua provincia bretoniense


En este último tramo de bajada nos adentramos entre unas matas de arbolado y unos setos silvestres que, creciendo sobre viejos muretes de piedra, separan el Camino de las fincas colindantes


La vegetación cubre la muria pero aquí una porción de la misma queda al descubierto


Mucha atención ahora, pues hay aquí una cuestecilla un tanto "pronunciada, resbalosa y traicionera" como alguien la ha calificado, razón por la que se ha puesto esta barandilla. Agarrémonos mejor a ella, sobre todo su vemos el suelo mojado, muy frecuente en esta umbría


Y bajamos a las aceras en el barrio de O Pedrón, donde podremos cruzar la carretera N-634a, aquí rúa Calvo Sotelo, donde hay unas buenas y anchas aceras, sobre todo a la izquierda


Y enfrente, una larga fila de casas, una de ellas, la segunda por la derecha, la de la Panadería Freire, fundada en 1851 y que cerró sus puertas en junio de  2021


Estaba especializada en pan artesano y empanadas de hojaldre. Contaba con servicio de reparto a domicilio, recorriendo tiendas y aldeas de estos concellos


La avenida baja levemente en rampa todo recto hacia el centro urbano, que tenemos al fondo


A la derecha, sigue la fila de casas, estas ya más bajas que las primeras. Son muy llamativos los portones con arcos de medio punto en dos de ellas


 Los tejados, como todos los de la zona prácticamente, son de lousas de pizarra, elemento abundante desde el occidente de Asturias hasta el occidente de Lugo, a partir de donde predominarán de nuevo las cubiertas de teja


Seguidamente llegamos al albergue-pensión Savior, fundado en 2018, uno de los que abren sus puertas en Vilanova de Lourenzá, orientado especialmente a los peregrinos aunque acoge a todos los visitantes que lo deseen


Regentado por Ángeles Campo y Arturo Bresel, el albergue dispone "de habitaciones con literas y de una casa muy pintoresca", como leemos en la información de sus webs. Con motivo de su apertura el periódico La Razón les dedica este reportaje en fecha 5-5-2018:
"Dispone de habitaciones, literas y funcionales instalaciones en un edificio histórico de esta localidad lucense 

Dos años de esfuerzo, el trabajo de numerosos profesionales del pueblo y arrobas de ilusión por parte de quienes lo imaginaron, Ángeles Campos y Arturo Bressel, ha supuesto la apertura de un albergue de peregrinos, y para otros viajeros, en Vilanova de Lourenzá. El nombre, Savior, es la traducción al inglés de Salvador, patrono de esta localidad de Lugo bañada por el río Baos.

Abrió sus puertas a finales del mes pasado con una gran fiesta a la que también estaban invitados los peregrinos que inauguraron las instalaciones que ocupan el bello edificio donde se ubica. Distribuidas en dos plantas dispone de 26 plazas en literas -incluidas las adaptadas a minusválidos- vestidas con sábanas de tela que se cambian diariamente, tres habitaciones dobles, un apartamento, taquillas con llave, lavadora y secadora. Una amplia sala-cocina dispone de mesas corridas, electrodomésticos, máquina de vending, librería y televisión. Junto a ella, aseos y duchas. Puede usarse el ordenador con el wifi del establecimiento en la terraza con vistas al río y la bici se aparca bajo un techado en la parte posterior."


Vamos a fijarnos en los detalles de su fachada, alguno especialmente a destacar


Por ejemplo, la distancia en kilómetros que nos aguarda a Santiago de Compostela, 161, 744 m, entendemos que a la misma Praza do Obradoiro, ante la catedral. Del Camino de Santiago del Norte el mismo periódico expresa lo siguiente en el citado artículo:
"Lourenzá es paso obligado en la Ruta Norte. En el centro de la población domina la imponente iglesia-monasterio de San Salvador, terminada en el año 947. En 1642 el prestigio de esta abadía benedictina llega a su momento de máximo esplendor. 
Esta ruta, que transita por la costa asturiana y entra en Galicia por la ría de Ribadeo, comenzó a alcanzar relevancia en la baja Edad Media. Entonces las peregrinaciones marítimas estaban en su apogeo y en Oviedo comenzó a celebrarse el Jubileo de la Santa Cruz. Los peregrinos de fines de la Edad Media, ávidos por venerar reliquias y ganar indulgencias, visitaban Oviedo como complemento de su viaje a Compostela. 
El Camino del Norte atraía devotos del norte de la Península e incluso, ya fuese por tierra o por mar, de otras zonas de Europa como Inglaterra, Flandes, Alemania o Escandinavia. 
Ha sido una ruta de peregrinos ilustres. San Francisco de Asís, según la tradición, peregrinó a San Salvador de Oviedo y a Santiago en el año 1214. A fines del siglo XV lo haría el influyente obispo armenio Mártir de Azerbaján. Y en el XVI Jacobo Sobieski, padre del rey Juan III de Polonia. (...) 
En 2015, el Camino del Norte fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, el máximo reconocimiento que puede recibir un bien cultural. Y a mitad de camino Lourenzá, donde Savior ofrece refugio, reposo y alimento para el peregrino."

Seguidamente, ya en la esquina, está la pensión. Atención ahora en este cruce


Aquí dejaremos la Avenida de Calvo Sotelo e iremos a la derecha, aprovechando, por ejemplo, este paso de peatones


Nos dirigimos desde aquí a la rúa da Ferrería, que está detrás de estas casas. Al fondo, las vegas del Rego dos Baos


Aquí están las señales que indican a los peregrinos el desvío


Realmente podríamos continuar todo de frente acera adelante, pero de esta manera cruzaremos el río por A Ponte da Pedra, tal y como hacían los viajeros y peregrinos de antaño


Puente que volvemos a ver, al fondo, desde el que continuaremos a continuación por la Rúa Real, la antigua calle principal de Vilanova de Lourenzá, la del Camiño Real


Bajamos pues junto a estas casas y justo al pasarlas iremos a la izquierda, detrás de ellas


Aquí está la rúa da Ferrería, cuyo nombre alude a una antigua fragua que existió en este lugar, la cual aprovechaba la fuerza del agua del río canalizada, al igual que los molinos de grano panificable o los batanes (para el textil). Precisamente Rego do Batán es otro de los nombres del río


Tomamos pues la rúa da Ferrería a la izquierda, arriba, las naves y edificios de Muebles Hermida, que veíamos bajando, dominan la escena como testigos del reciente pasado fabril de Vilanova de Lourenzá, evolución industrial de una larga tradición de artesanos de la madera existente en la comarca


En el muro de esta casa venida abajo concha y flecha marcan el trayecto


Y aquí están algunas huertas, con plantaciones de la preciada faba de Lourenzá,, que tiene su centro de interpretación en una de las antiguas estancias monacales, el cual podremos visitar, junto con la Oficina de Turismo


A Ponte de Pedra luce con toda su estructura bellamente restaurada y por él vuelven a pasar los peregrinos desde la recuperación del Camino de Santiago del Norte a partir del año 1993 principalmente


Recientemente, se instaló un banco con una gran flecha amarilla y, al lado, un soporte con una placa de la Ruta Cultural Literaria de Vilanova de Lourenzá, dedicada a los lugares que marcaron la vida y obra DE Francisco Fernández del Riego, escritor, intelectual y político galleguista nacido en Vilanova de Lourenzá en 1913


 Fue miembro del Grupo Nós de recuperación de la identidad gallega así como, durante la República, del Seminario de Estudos Galegos y del Partido Galeguista. Luego, tras la guerra civil, fue uno de los fundadores de la Editorial Galaxia, fundamental para reiniciar el proceso de recuperación del galleguismo. Ingresó en 1960 en la Real Academia Galega siendo considerado una de las máximas personalidades de la Galicia del siglo XX. De él hablaremos más al llegar a la que fue su casa natal, y sobre todo al busto en su homenaje y memoria sito enfrente de la Casa do Concello y al lado de la iglesia parroquial, que antes fue del monasterio


Las barandillas que se asoman al Rego do Batán o de Baos tienen conchas peregrinas en su herraje. Así plasma su descripción del río el escritor Francisco Fernández del Riego:
"Todos temos a lembranza, entre tantas cousas, a imaxe dun río. Referímonos ao río familiar, ao río da infancia, que aparece como cómplice das nosas primeiras aventuras. Nós, para uso particular, contamos con un que se chama Baos. Roza a vila, por un dos seus extremos, un río de caudal vagacento, beireado de árbores. O río achégase ao pobo alá por Cabaleiros e o Muíño dos Frades, cobríndose de gratas sombras, e debuxando relanzos e praceres. Atravesa logo a Ponte da Pedra e vaise, de vagariño, pola Cazolga para amanecer as súas augas ás do Masma"

Hay un hermoso paseo fluvial y a nuestra izquierda vemos el nuevo puente que se hizo cuando la carretera sustituyó al Camiño Real o Camín Vello de Lourenzá


Otra placa, con texto, fotos, mapas y gráficos, no ofrece buena información sobre el trayecto del Camino de Santiago por villa y concello, así como algunas de las cosas que podemos ver en él. En cuanto al río, la página del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, escoge el término Rego do Batán y nos informa de su curso, afluentes y variantes toponímicas:
"El Rego do Batán es una especie de arroyo que se encuentra a unos 392 m de altitud y es subafluente del rio Masma, que atraviesa el municipio de Lourenzá, situado en la región de la Marina Central. 
El nombre del rego probablemente proviene de los antiguos batanes existentes en esta zona. Su nacimiento se encuentra situado en la parroquia de Muxueira, en la sierra de Augas Santas, y cruza el municipio de Lourenzá por la parroquia de Santo Adrao, flanqueando las faldas de la sierra de Cadeira que separa las cuencas de los ríos Eo y Masma. 
En este primer tramo es conocido como Rego da Carballeira, hasta que une sus aguas con las del Rego de la Charqueixa y el Costal. Aquí termina su curso alto para entrar en el valle de Lourenzá. Continúa su recorrido de sur a norte, atravesando las parroquias de Santo Adrao y San Tomé, recibiendo algunas corrientes más por su orilla derecha. En esta última parroquia pasa cerca del Pazo de Tovar. 
El río Vaos es considerado su principal afluente, aunque algunos consideran el Vaos como río principal y el Batán como afluente del mismo. 
El curso de agua continúa en dirección noroeste en los últimos kilómetros del valle antes de formar un meandro que abarca la capital municipal, Vilanova, que deja a la izquierda. Después de pasar bajo el conocido Ponte da Pedra, sale del pueblo y, aproximadamente 2 km más tarde, desemboca en el río Masma, cerca de la población de Ribeira."

La Galipedia abunda en esta descripción tanto en la entrada Río Vaos como en la de Rego do Batán y dedica especial interés en la explicación filológica de sus nombres y grafías:
"O río Vaos ou dos Vaos, tamén coñecido como rego dos Vaos no seu curso alto, é un afluente do río Masma que discorre polos concellos de Mondoñedo e Lourenzá, na comarca da Mariña. Na escrita é frecuente a forma Baos, incoherente coa súa orixe hodonímica, por presentar abundantes vaos, zonas axeitadas para cruzalo, onde as augas baixan calmas e son pouco profundas."
Os carteis máis recentes nas pontes que cruzan o río augas abaixo a partir deste punto tamén indican 'río Baos'. A plataforma colaborativa de microtoponimia Galicia Nomeada inclúe neste treito a etiqueta 'río Vaos'. Mapas online como Google Maps e OpenStreetMap identifícano como 'río Batán' e 'rego do Batán' respectivamente, mentres que na aplicación cartográfica Iberpix do Instituto Xeográfico Nacional non se especifica nome ningún para o río entre a confluencia de Mazúa e a súa desembocadura no Masma. Mesmo institucións como a Xunta de Galicia seguen reflictindo na súa documentación oficial a confusión verbo da denominación do río ao seu paso pola parroquia de Santa María. 
Ben como Baos ou Vaos (ortografía coherente coa orixe do hidrónimo), ben como Batán, este curso de auga continúa en dirección noroeste nos últimos quilómetros do val antes de formar un meandro que abraza a capital municipal, Vilanova, que lle queda á esquerda. Tras pasar por baixo da Ponte da Pedra, abandona a vila nunha caivanca que é salvada polo viaduto da estrada N-634. Uns dous quilómetros máis adiante pasa por debaixo dun segundo viaduto, o da autovía A-8, antes de desembocar no río Masma, preto do lugar da Ribeira."


Cruzamos A Ponte da Pedra, de suelo empedrado de cantos rodados. El 31 de agosto de 1899 el periódico El Correo de Lugo recoge la noticia de una pelea de mozos de graves consecuencias acaecida en este paso del río. La recupera el gran investigador Xoán Ramón Fernández Pacios en su Crónica Negra Laurentina para O Gabinete de Foz:
después de la verbena celebrada el sábado se promovió un altercado entre varios jóvenes, algunos de la parroquia de Masma, amenazando casi todos, al parecer, á Enrique Rodríguez Pérez, que no pudiendo defenderse huyó hacia el puente que hay en la carretera á la salida de la villa, y viéndose allí acorralado sacó un cuchillo y lo clavó en Ramón Seijo Iglesias, natural de Masma, que era uno de los perseguidores.”

Dice Pacios, siguiendo la información dada por la prensa, que los testigos del crimen sospechaban que la causa estaba en el enfrentamiento por una mujer entre el hermano del fallecido, Francisco Seijo, y el agresor, Enrique Rodríguez, que será juzgado por homicidio el 23 de marzo de 1900. Así sigue el citado periódico:
"mujer, al parecer muy hermosa, natural de la Inclusa y criada en el Valle de Lorenzana, en donde residió hasta que se marchó a Madrid, dejando en el mismo lugar donde fué criada un niño de corta edad. Dícese que en Madrid se puso en relaciones con el hermano del interfecto, sin dejar de sostenerlas con el presunto autor del homicidio, que estaba en Cuba, de donde ha regresado hace poco"

Al otro lado del puente nos dirigimos hacia el centro, viendo a lo lejos, asomando sobre los edificios, la torre de la iglesia del antiguo monasterio de San Salvador, actual parroquial de Santa María de Valdeflores, visita sin duda obligada para el peregrino, al menos para quien gusta de la historia, el arte y la idiosincrasia de los pueblos por los que pasa y, por supuesto, para el creyente


Subiendo un poco de cuesta, tras la torre, veremos como asoma también el cimborrio de la espléndida cúpula, todo ello fruto de las formidables reformas barrocas del monasterio medieval


Ahora cruzamos la Carretera a Masma, la LU-153, para dirigirnos a la Rúa Real, que tenemos enfrente, que es la que sigue el trazado del Camiño Real o Camín Vello de Lourenzá, aquí paralelo a la Travesía da Mariña, que está a su izquierda


La antigua Rúa Real es ahora la rúa Avelino Montero Villegas, a cuyo comienzo está la Plaza Xulia Minguillón, dedicada a esta pintora, nacida en Lugo en 1906 pero cuyos primeros años transcurrieron en su casa familiar de Vilanova de Lourenzá, de donde era su padre Federico, viviendo con su madre Emilia y sus tres hermanos Marcial, Carmen y León. Con nueve años pasaría a residir con sus tíos en Burgos y en Valladolid, teniendo sus primeros contactos con la pintura cuando hacía el bachillerato. Regresando a Lugo con 17 años logra un gran éxito con el retrato del célebre vendedor de periódicos Cascarilla y, consiguiendo con ello ayuda de la Diputación, va a estudiar a Madrid, decantándose por la pintura tras un primer contacto con la escultura. En 1933 expuso por primera vez, en el Concurso Nacional de Retratos


En 1939 se casaría con el redactor-jefe de El Progreso Francisco Leal Insua al volver a Vilanova de Lourenzá cuando estalló la guerra civil. Tras la boda van a Lugo y ella colabora en actividades culturales de la Sección Femenina. Dedicada plenamente a las artes pictóricas lograría en 1941 la primera medalla de Primera Clase que una mujer lograría en una Exposición Nacional de Bellas Artes con su obra más famosa, A Escola de Doloriñas


Luego, según los destinos de su esposo, residiría en Vigo y en Madrid, dedicándose plenamente a las artes pictóricas plasmando personajes gallegos y participando en numerosos certámenes y exposiciones. En Las artistas en la escena cultural española y su relación con Europa 1803-1945, nos encontramos con esta semblanza biográfica de la pintora:
"Julia Minguillón pertenecía a una acomodada familia gallega. Era la mayor de cuatro hermanos. Su padre era farmacéutico, y despachaba en la pequeña localidad de Vilanova de Lourenzá (Lugo), donde Julia pasó su primera infancia. Recibió una buena educación en Burgos, donde se trasladó a los 9 años a vivir con sus tíos, y después en Valladolid, con 11 años. Su capacidad para el dibujo fue advertida tempranamente y ya en la ciudad del Pisuerga asistió a sus primeras clases de formación artística.

En 1923, cuando contaba diecisiete años, regresó a Lugo. Fue entonces cuando pintó su primer cuadro, el Retrato de Cascarilla, un vendedor de periódicos de la zona. La pintura se exhibió en un comercio local y suscitó interés, lo que le facilitó la obtención de una beca de la Diputación Provincial para ir a cursar estudios a la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de San Fernando en Madrid, donde obtendrá el título de profesora de dibujo. Allí coincidió con otras artistas, como su paisana Maruja Mallo, y pudo conocer la actualidad de la creación plástica de la capital, que se movía entre un amplio y variado realismo y el incipiente surrealismo.

El trabajo de Julia Minguillón indudablemente debe asociarse con la primera de esas tendencias. La pintora trabajaba sobre una sólida base de dibujo y construía sus composiciones aplicando una correcta y depurada perspectiva. Así se aprecia en una de sus obras más señaladas de estos años: Jesús, Marta y María. Se trata de la una de las dos pinturas que la artista presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, siendo la segunda El caracolJesús, Marta y María obtuvo una tercera medalla en la Exposición y generó numerosas reseñas positivas en prensa por parte de la crítica especializada. Los expertos destacaban la emoción de la obra y alguno la consideraba “un acierto de escena evangélica” (Fornet, 1934, Estampa). La obra, de grandes dimensiones como muchas de las composiciones de Minguillón, muestra un esquema compositivo equilibrado, donde las figuras ataviadas con largas túnicas transmiten serenidad y se ubican en un espacio sencillo y cotidiano presidido por un nicho que acentúa la profundidad y un vano a través del que se contempla el paisaje lejano, un género que la artista cultivará habitualmente a partir de la década siguiente.

Hacia mitad de los años 30, poco después del éxito de la Exposición Nacional, el estilo de la pintora se va reafirmando. La mayor conocedora de su obra, María Victoria Carballo-Ramos, establece a partir de 1936 el comienzo de la etapa decisiva de la producción de la pintora gallega, cuando ya ha superado su formación y se consolida como artista.

En el tiempo en que tuvo lugar la Guerra Civil, Julia Minguillón abandonó Madrid y se instaló en la casa familiar en Vilanova de Lourenzá. De ese periodo data su obra Bordadoras de flechas, en la que dos mujeres, acompañadas de dos niñas, bordan sobre tela las flechas y el yugo del símbolo de Falange. La escena es reposada, como viene siendo habitual en la obra de la artista, y se desarrolla en el interior de un hogar presidido por el retrato de José Antonio. La presencia de alusiones directas a Falange en el cuadro, y la vinculación al partido del que fue su marido a partir de 1939, el escritor y periodista Francisco Leal Insua, ha relacionado a la pintora con esta ideología a pesar de que ella no se significara políticamente. Posiblemente esta circunstancia haya influido en el olvido historiográfico de la artista dentro del acervo de pintores gallegos del siglo XX, además de, como apunta María Fidalgo, la apuesta por una vida tradicional y por un lenguaje artístico de corte clásico (Fidalgo, 2014).

Después de contraer matrimonio Julia Minguillón acompañó a su marido allí donde él fuera trasladado por motivos laborales: primero Lugo, después Vigo, pasarían incluso quince meses en Guatemala, y se instalarían definitivamente en Madrid, ya en los años 60.

La década de los 40 es cuando la pintora obtiene los más importantes éxitos de su carrera profesional. Tras haber sufrido la pérdida de un hijo nonato, y refugiada una vez más en la casa familiar, pinta la que probablemente es su obra más señalada: La escuela de Doloriñas. Se trata de una gran tabla de formato cuadrado que representa a la maestra del pueblo rodeada de sus pupilos, un grupo de niños de diferentes edades. La complejidad compositiva de las figuras dispuestas en aspa, la riqueza de matices en los ocres a pesar de la aparente monocromía, o los retratos de cada uno de los personajes son algunas de las cualidades a destacar de la obra, donde Minguillón demostró su dominio de la técnica pictórica. El cuadro fue galardonado con la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941, siendo esta la única ocasión en la historia del certamen que se le confiere tal distinción a una mujer. La pieza es hoy considerada una de las obras emblemáticas de la pintura gallega.

En 1945 tuvo lugar su primera exposición individual en el Círculo de Bellas de Artes de Madrid. Esa misma institución le otorgó el Gran Premio del Círculo de Bellas Artes en 1948 por su obra titulada Juventud, una bucólica escena campestre protagonizada por una decena de muchachas en distintas actitudes a caballo entre la toilette y el recreo. Para rematar los éxitos de la década, al año siguiente fue nombrada miembro de la Real Academia Gallega.

En 1964, gracias la primera medalla que tenía en su haber, optó con su obra Agonía a la medalla de honor de la Exposición Nacional de ese año, aunque el premio quedó desierto. Su salud se encontraba debilitada ya entonces debido a un linfosarcoma, y falleció al año siguiente, dejando una producción de retratos, autorretratos, cuadros de composición y paisajes que demuestran su querencia por los asuntos familiares y cotidianos y por una figuración de base tradicional, pero sin renunciar a explorar ciertos caminos más novedosos que le llevaron a jugar con el impresionismo en sus paisajes o con el realismo de acento moderno en sus figuras."

En la web de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, la Doctora en Historia del Arte María Fidalgo Casares nos ofrece también esta muy completa biografía de la artista:
"Algún día se reconocerá a la lucense Julia Minguillón como la gran dama de la pintura gallega y una de las figuras artísticas más importantes del siglo xx. Julia Minguillón poseyó un extraordinario talento para la pintura, excelentes aptitudes para el dibujo y tratamiento del color, un estilo propio y definido, una técnica impecable y una sensibilidad paisajística muy imbricada en la identidad gallega. Consiguió desarrollar una brillante trayectoria en un mundo de hombres, con el merecimiento de ser la única mujer en la Historia poseedora de una Medalla de Oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes y el ser autora de Escola de Doloriñas, una de las obras más paradigmáticas de la historia de Galicia y que ha trascendido la esfera de lo artístico para formar parte del patrimonio etnográfico y antropológico de Galicia 
Aunque le sobran méritos, su figura ha sido injustamente olvidada entre los artistas consagrados de la pintura gallega y, a día de hoy, no goza de la estima merecida en la cultura oficial. Muchos con mucho menos son reverenciados. Paradójicamente, ni siquiera le ha beneficiado su condición de mujer, pese al interés sociológico que suscitan aquellas mujeres profesionales que antaño destacaron en tradicionales ámbitos masculinos. Tampoco el ser autora de Escola de Doloriñas, obra insigne tan ligada a la identidad gallega, la ha avalado para formar parte de ese parnaso de pintores identitarios ensalzados por crítica y público. 
Varios motivos justifican su «ostracismo». Por un lado, la contundente razón de haber sido «una mujer normal», que jamás mostró actitudes contestatarias ni se significó políticamente. Vivió como una discreta mujer adaptada al tiempo y ambiente que le tocó vivir, dedicándose a la pintura y a seguir a su marido en su carrera periodística. El haber nacido en Lugo al mismo tiempo que Maruja Mallo (Viveiro, 1902), con la que coincidió en San Fernando, perjudicó su reconocimiento en Galicia. Era contra natura la comparación personal y pictórica con la arrebatada surrealista, relacionada con la izquierda radical, con varios amantes brillantes como Alberti o Miguel Hernández, contestataria y rebelde, que solía pasear desnuda bajo un abrigo de lince y que sedujo incondicionalmente a la intelectualidad gallega. 
Frente a ella, Minguillón era un personaje anodino, llegándose a etiquetar su estilo despectivamente como «estética de la felicidad». Su única excentricidad conocida fue querer enterrar en una tumba junto al mar a su fiel perro Tyla. 
En relación al arte gallego y sus afectos, es particularmente sangrante que Julia Minguillón, gallega de nacimiento, sentimiento y ejercicio, dedicó gran parte de su obra a dignificar la tierra que la vio nacer, mientras que la vinculación de Maruja Mallo con Galicia, aparte de su nacimiento y pagarle los estudios, temática y emocionalmente fue casi inexistente. 
Otro motivo que relegó a Julia Minguillón, y a otros tantos que aún esperan su reconocimiento, fue el haber optado por el academicismo como razón de ser de su pintura, aunque eso no la convirtiera en absoluto en una artista rancia, encorsetada o carente de modernidad. Críticos poco informados la han considerado una pintora encuadrada en la estética del régimen, lo que es un craso error, ya que no solo no tuvo apoyo institucional, sino que la cruda realidad es que el relegamiento de los clásicos, en aras de aquellos que se decantaron por lenguajes vanguardistas, se gestó muy pocos años después de comenzar la Dictadura, exactamente a fines de los años 40, cuando el franquismo comenzó a recuperar a figuras republicanas como Picasso o Zabaleta, y a apostar por pintores de vanguardia como Tapies, Saura e incluso por otros artistas de escasa valía técnica que no vacilaron en colaborar en la proyección de modernidad que el régimen quería dar en Europa para impulsar sus carreras. De hecho, los premios de la Bienal Hispanoamericana de 1951, el evento artístico más importante de su tiempo, se concedieron a los vanguardistas (a algunos por el mero hecho de serlo), con grave afrenta para excelentes pintores de oficio. Tanto es así, que la indignación llevó al ferrolano Sotomayor (para muchos, el mejor pintor gallego de todos los tiempos) a hacer el ingenioso manifiesto al Colegio de Psiquiatras, en el que pedía confirmación de las similitudes entre las obras presentadas y las obras de perturbados. 
Julia Minguillón nació en Lugo el 17 de julio de 1906. Era hija de Emilia Iglesias, de familia muy arraigada en la ciudad, y de Federico Minguillón, que poseía una botica en Vilanova de Lourenzá, donde transcurrieron los primeros años de la artista. Rilke decía que en la infancia está la patria del hombre y en esta infancia, en plena Galicia profunda y labriega, creció conviviendo con las esencias más puras y profundas de Galicia que, según los teóricos del Rexurdimento, subyacen en el mundo rural. Estos años marcarían su personalidad y su forma única de concebir el paisaje, lo más valorado de su producción. 
Desde los 9 hasta los 17 años estudia en Burgos y Valladolid, lo que condicionará su futuro como artista, ya que fue sometida por el resto de las alumnas a constantes burlas debido a su acento gallego. Se consolaba realizando excelentes caricaturas de sus compañeras. Esto desarrolló su talento natural para el retrato, lo que la impulsaría a recibir sus primeras clases de pintura. 
Los años en Castilla estarán marcados por una intensa nostalgia y unas ganas inmensas de volver a su Galicia natal. La vuelta a Lugo se produce en 1923, con 17 años de edad, momento en que ingresa en la Escuela de Artes y Oficios. Y sorprende a propios y extraños, exponiendo en un escaparate de la ciudad un excelente retrato de Cascarilla, un conocido vendedor de periódicos. La Diputación de Lugo decidió otorgarle una beca para la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que se licenciaría. Señalaremos que la beca anterior de la Diputación de Lugo había sido otorgada a Maruja Mallo (curiosamente, dos mujeres) y que las Diputaciones no eran muy generosas a la hora de conceder estas becas, para las que había que pasar férreos tribunales de adjudicación. Pintores de Galicia hoy consagrados, como Laxeiro o Sucasas, no lo consiguieron. 
Julia Minguillón obtendría en 1934 su primer gran trofeo: la tercera medalla en la Exposición Nacional con una obra religiosa que asombró a la crítica, que coincidiría en valorarla como la mejor del certamen, e incluso apuntaría que no se le concedió el primer premio solo por ser una principiante. Este cuadro cautivaría al propio Zuloaga y sería expuesto en diversas ciudades estadounidenses. 
Con el estallido de la guerra civil, Julia se refugia en Lourenzá, donde permanece hasta diciembre de 1939, fecha en la que contrae matrimonio con el periodista y escritor Francisco Leal Insua, jefe de redacción de El Progreso, futuro director de El Faro de Vigo y Mundo Hispánico. A Lourenzá volverá también poco después a recuperarse de la pérdida de su primer y único hijo nonato, y será cuando gestará su magna obra: la monumental Escola de Doloriñas, su pintura más representativa, por la que consigue la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1941, convirtiéndola, como hemos dicho, en la única mujer de la Historia en conseguir el prestigioso galardón al que aspiraron la mayoría de los artistas españoles a lo largo del siglo. El cuadro traspasó las fronteras de una Europa en plena contienda bélica y se expuso en Berlín y en la Bienal de Venecia en 1942. Se convertirá, junto a los cuadros de Sotomayor, en uno de los más emblemáticos de la cultura gallega. 
Los destinos profesionales de su marido irán jalonando su periplo vital: Vigo, Santiago, temporadas en París, Guatemala y, finalmente, Madrid, donde residió desde 1961 hasta su muerte por linfosarcoma, con 59 años. 
Aunque rehuía las exposiciones individuales, su actividad pictórica fue muy intensa, con colectivas en Madrid, París, Nueva York, San Francisco, Londres, Berlín, México y Buenos Aires —esta última, junto a Laxeiro y Colmeiro—, retratos de encargo y galardones varios como el premio del Círculo de Bellas Artes en 1948 con su ambiciosa obra Juventud, que retrata a once jóvenes reunidas a la hora del baño. Ese mismo año es objeto de un homenaje en el que la respaldan, entre otros gallegos ilustres, los grabadores Castro Gil y Prieto Nespereira, Pimentel y Vicente Risco, uno de los tótems de la galleguidad, que la reconocen de forma unánime como gran artista gallega. A modo de colofón, es elegida miembro de la Real Academia Gallega. 
Julia deseaba con fervor alcanzar la medalla de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes, pero vio frustradas sus aspiraciones continuamente, no tanto por su condición de mujer sino, sobre todo, ensombrecida por el triunfo de los vanguardistas. Tras un año de terrible enfermedad, mientras sus fuerzas se lo permitieron, continuó pintado hasta su fallecimiento en agosto de 1965. Pudo terminar su última obra: Agonía. Plasma la crucifixión de un Cristo imberbe en posición serpentinata con cuatro acompañantes al pie de la Cruz que transmiten la grandeza y sencillez de Zurbarán, tal vez anticipándose a su encuentro con el Dios en el que siempre creyó. Enterrada en Madrid, su marido, Francisco Leal, promovió una intensa campaña para que reposase en la sala capitular del Museo de Lugo. Lamentablemente, no lo consiguió. 
Julia Minguillón cultivó los géneros del retrato, paisaje, bodegón, escenas costumbristas, alegoría y temas religiosos. Apostaba por formatos de enorme magnitud en los que exhibió su absoluto dominio de la técnica y su maestría, como muy pocos lograrían en el arte gallego. 
Sus retratos, con un claro protagonismo femenino, y sobre todo los de sus más allegados, reflejan el encanto de lo cotidiano, con la descripción poética de su propio entorno. Algunos de ellos exploran una tendencia primitivista, como La niña y la mariposa, o abiertamente cubista como La Virgen del Aire. Sus representaciones de figuras rozan la perfección aun en difíciles composiciones, con alardes de escorzos, consiguiendo siempre elegancia y equilibrio. Su elección de un punto de vista elevado confiere a estas obras cierto carácter épico de una plasticidad visual indescriptible. 
Sus apreciadas escenas urbanas muestran su preocupación por la arquitectura de las formas, llegando a un claro neocubismo. Sus paisajes del mundo rural entroncan con Os Novos y aquellos artistas que hicieron de la identidad su razón de ser. En sus naturalezas gallegas desborda la impronta de lo sentido, de lo auténtico, con un lirismo desbordante, donde se decanta por gamas más cálidas y pinceladas con veladuras muy logradas. Curiosamente, cuando se habla de pintores identitarios, jamás se la nombra".

La ruta cultural y literaria de Francisco Fernández del Riego hace también homenaje a la pintora en textos de tan insigne autor. Esta es la semblanza del escritor a la pintora:
"Nesa época mantiña unha boa relación amistosa con Xulia Minguillón. Era a filla amior do boticario da vila. Pasaba longas tempadas na casa familiar, veciña da miña. Xa comenzara a se significar como alumna destacada da Escola de Belas Artes de San Fernando. Nacera en Lugo, pero viviu unha boa parte da súa mocedade cos seus pais en Lourenzá. Lémbroa vestida cun traxe e un sombrerio de coor bermella, que fixera. Na casa laurentina dispuña din modesto obradoiro. Con cabalete, bastidore e coores pintou, nun humilde local no que unha mestra privada lle ensinaba as primeiras letras a un grupo de rapaciós, a "Escola de Doloriñas". No Cadro deixoi rexistrado un anaco estético da vida galega"

Aquí está una foto de su cuadro A Escola de Doloriñas, escena muy común en la época, maestros privados en casas particulares que suplían las carencias educativas de la España del momento. Esta es la reseña que le hace Fidalgo Casares:
"Este monumental cuadro, de casi cinco metros cuadrados, fue elegido entre medio millar de obras como el ganador del Premio Nacional de Bellas Artes y, según recoge la crítica, «gustó a Capulettos y a Montescos». Tras un periplo por salas europeas, españolas y americanas, este cuadro permaneció en Sevilla hasta 1962, año en que se trasladó al Museo Provincial de Lugo. 
Representa a la maestra Dolores Chaves (Doloriñas) en su tarea docente, rodeada de una docena de alumnos de la Galicia rural de diferentes edades. Es un espacio de reducidas dimensiones; al fondo, una ventana deja vislumbrar los montes circundantes de la aldea de Vilapol. El paisaje modulado en tres gamas tonales acusa el lirismo inherente a los paisajes de Minguillón, muy imbuído de saudade o pura melancolía. 
De ambiciosa combinación en aspa, grupos de figuras se articulan en triángulos en torno a la maestra, y un alumno de pie equilibra la composición. Están retratados desde un punto de vista elevado, y la definición del espacio roza la genialidad, ya que lo construye con unas líneas básicas, casi imperceptibles, y en un alarde técnico lo articula recogiendo los infinitos matices de un solo color, el color de la tierra. Minguillón apuesta por enfatizar la realidad por la austeridad, tanto en el soporte (pintado directamente sobre unas sencillas tablas contrachapadas), como por la gama cromática elegida (más o menos monocroma a base de tierras, grises cenicientos y verdes), con una pincelada muy poco empastada que deja vislumbrar con alguna tosquedad las vetas de la madera. Con un dibujo casi insuperable, la luz modela un conjunto exquisito de retratos individuales dándoles una corporeidad escultórica en manos y cabezas. No por ello pierden un ápice de delicadeza. 
Cuentan los habitantes del lugar que, en el otoño de 1940, Julia Minguillón descubrió durante un paseo la escena escolar y quedó maravillada. Con los sentimientos a flor de piel, ya que acababa de perder a su primer y único hijo, comenzó la obra en la propia escuela, que concluiría el año siguiente en su estudio. Aquellos niños de entonces recuerdan que por cada sesión de posado Julia les daba tres galletas, que en aquellos tiempos de escasez se daban por bien pagados. Aunque era una escuela de pago, en la que se cobraba una peseta al mes, se podía pagar en especie como leña, patatas, bollos de pan o, incluso, en trabajo (algunos padres cosechaban para la maestra). 
Hay que resaltar el valor etnográfico de la escena, ya que es uno de los escasos vestigios de las escuelas típicas «de ferrado» así denominadas porque en origen se pagaba un ferrado anual de centeno, maíz o trigo por la escolarización de cada niño. 
Y aunque se critica la falta de autenticidad de la escena, ya que aparecen vestidos con las mejores indumentarias que su modestia permitía, en absoluto es una escena idealizada, sino que destila una profunda emoción y una acendrada humanidad, conseguida por esa austeridad exacerbada, casi ascética, que desborda el naturalismo y transmite una intensa carga de sentimientos. Los zuecos embarrados de los pequeños conmueven hondamente la entraña del espectador. 
Pasarán décadas y décadas, los críticos desaparecerán y los pintores hoy en boga serán olvidados, pero Doloriñas y sus rapaciños de Lourenzá, su amada aldea lucense, seguirán vivos. Generaciones futuras seguirán contemplando la escena de la modesta escuela con la misma emoción con la que fue pintada. 
Julia Minguillón, artista inconmensurable, les concedió la inmortalidad, el don más genuino y auténtico de la obra de arte, convirtiendo Escola de Doloriñas en una obra eterna e intemporal que formará parte del patrimonio artístico y etnográfico de Galicia por los siglos de los siglos."

Otro gran biógrafo de la pintora que recuerda sus méritos y cualidades es el escritor y periodista José de Cora en el periódico El Progreso del 20-7-2020, del que plasmamos buena parte de su artículo:
"EN 1941, CON 35 años de edad, Julia Minguillón Iglesias (Lugo, 1906), es ya la pintora madura y rotunda que reconocemos hoy, aunque todavía faltan 24 años para su temprano fallecimiento. 
1941 es el año de su Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, la primera que consigue una mujer y el marchamo de calidad que le acompañará para siempre. 
El fallo se produce el mes de diciembre, pero en los días anteriores, sucede en torno a la pintura una especie de epifanía milagrosa que la anuncia, como si todos los que van a ver el cuadro en los Jardines del Retiro saliesen imbuidos de certeza. Julia será  Primera Medalla. 
El convencimiento tropieza con una dificultad histórica a la que temen los señores académicos y cualquier  jurado, especialmente uno tan oficial como era este; es decir, la dificultad de que una mujer se erija como ganadora. 
Los anuncios comienzan con un artículo que publica Antonio de Cora en El Progreso el 23 de noviembre. Podría pensarse que siendo Julia la mujer del redactor jefe de El Progreso, Francisco Leal Insua, y siendo Cora propietario y exdirector del diario, sus alabanzas están debidas a la amistad, pero los hechos demuestran que realmente las motiva la calidad (...) 
En Arriba, Manuel Abril se jacta de haber pronosticado que la Exposición de este año iba a contar con un cuadro excepcional. Finaliza el mes y ahora ya puede descubrirlo. Su artista ganador es mujer y se llama Julia. Su obra, La escuela de Doloriñas. Abril se moja sin reparos. 
El día 27, la agencia Cifra lanza un despacho tan aséptico, como le corresponde a su función, sobre los pintores gallegos presentes, pero el redactor no puede reprimirse y destaca la obra de Julia como una de las más interesantes de la Exposición. 
Dos días más tarde es Luis Pimentel quien desde las páginas de El Progreso advierte sobre el peligro de que La escuela... se quede en Madrid. Él la ha visto en una reunión organizada por Julia para presentarla a un grupo de lucenses antes de su salida de murallas. 
El poeta aprovecha para dar un toque de atención a la pasividad lucense: “No sabemos por qué y ahora no es hora de estudiar el fenómeno, pero Lugo, nuestro buen pueblo, siempre, siempre, ahora más aún, es el pueblo más avaro en elogios; mejor, no hace nunca justicia a los méritos de sus hijos”. 
Para compensarlo pronostica el éxito de Julia y el 5 de diciembre se sabe que la Minguillón es una de las Primeras Medallas"

Avanzando por la Rúa Real veremos a nuestra derecha la Panadería Neli, que fue noticia por su protagonismo en la campaña Bienvenidos a Vuestro Barrio, en la que participaron 650 panaderos artesanos de toda España, entre ellos dos de esta comarca de A Mariña, y de la provincia de Lugo ocho en total. Así recoge la noticia La Voz de Galicia el 16-5-2020:
"La panadería Mary Carmen, de Viveiro, y la panadería Neli, de Lourenzá, entregarán este sábado una barra artesana especial de regalo con las primeras ventas que realicen. Coincidiendo con la festividad de San Honorato, patrono de los panaderos, los dos negocios mariñanos participarán en una campaña titulada «Bienvenidos a Vuestro Barrio» impulsada por Masa Lenta Mum, un proyecto que reúne a más de 650 panaderos artesanos de todo el país. Según información facilitada por Mum, en la provincia de Lugo se sumarán a la iniciativa un total de ocho tahonas, que distribuirán gratuítamente un millar de barras: alrededor de 120 cada una. 
En la viveirense Mary Carmen, ubicada en la Praza de Juan Donapetry, por ejemplo, indican que elaboran este tipo de pan artesano tres días a la semana. Hoy entregarán a sus clientes una muestra de ese producto especial, que necesita un mínimo de 16 horas de fermentación 
Algo similar prevén realizar en la panadería laurentina Neli, como indicó este viernes su propietario, Rafael Cabaleiro. La entrega de las barras «estará condicionada» a la compra de pan. Serán distribuidas en el despacho físico, situado en la calle Avelino Montero Villeras, en Vilanova, y según orden de llegada"

La calle, apenas sin tráfico, atraviesa la villa de parte a parte. Andrés Avelino Montero Villegas, a quien está dedicada, fue diputado por Lugo en varias legislaturas: 1916, 1918 y 1919, distinguiéndose por su atención a la infancia, elaborando la Ley de Bases de 2 de agosto de 1918, sobre la que se articuló la primera Ley de Tribunales para Niños de 25 de noviembre de 1918, cuyo antecedente fue el informe presentado a la Asamblea Nacional de Protección a la Infancia en Madrid, abril de 1914, del que fue su ponente


Su obra es fundamental para la jurisprudencia sobre menores. Publicó Protección de la infancia. Tribunales para niños (Madrid, 1913); Antecedentes y comentarios a la Ley de Tribunales para niños  (Madrid, 1919); Ley de Tribunales para niños en España (Madrid, 1921)


Como suele ocurrir, la antigua calle mayor, como lo fue esta Rúa Real, queda desplazada por un nuevo eje principal cuando se abren las nuevas carreteras que desplazan a los antiguos caminos reales. El proceso no fue inmediato sino paulatino. La calle es ahora un remanso de quietud y tranquilidad en comparación con la avenida paralela, pero aún se ven los antiguos bajos comerciales, antes todos o casi todos ocupados por tiendas, comercios, algunos artesanos...


Las casas de esta rúa se extienden en largas hileras, formando grandes manzanas. Algunos edificios han sido restaurados, otros aún no


Los hay que ostentan los antiguos blasones de su heráldica familiar, como este a nuestra derecha, muy llamativos


Abajo el águila, arriba las estrellas y la media luna, simbología ancestral


Otra fachada, de estilo muy diferente, ya estilo urbano-burgués y residencial de época (principios del siglo XX), pero con similar escudo, lo que delata que procedería de una casona solariega anterior


De nuevo los símbolos de la media luna y estrellas y del águila, sin dudan emblemas de la misma estirpe que la de la casa anterior


Aquí tenemos otra casa de traza urbana y burguesa de principios del siglo XX, la cual llama la atención por sus numerosos balcones salientes sobre la rúa


Son nada menos que seis y hechos de piedra con motivos artísticos geométricos y, en el primer piso, también de temática vegetal


Viviendas populares. Antiguamente era esta efectivamente una verdadera calle mayor, llena de vecinos y trasiego de gentes, con tiendas, comercios, talleres, etc. en los bajos


Aún hoy hay algún comercio, pero los más se encuentran al fondo, en el cruce con la Praza Linares Rivas, desde la que podemos seguir Camino o primeramente dirigirnos a la izquierda para visitar el antiguo monasterio de San Salvador de Lourenzá y el Museo da Faba


Aquí tenemos el albergue O Pedregal, inaugurado en 2022 y orientado, como el anterior, a los peregrinos, si bien acoge a todo tipo de visitantes


Las rúas de Vilanova de Lourenzá se llenan de animación y desfiles festivos con la florida fiesta de O Maio, que conmemora la primavera en todo su esplendor y, como las demás fiestas de mayo, mayas y mayos, muy posiblemente sucesora de celebraciones ancestrales como Beltaine. Así daba noticia del festejo El Progreso del 2-5-2022:
"...en Lourenzá fue el Maio el que recorrió las calles de Vilanova rodeado de flores y con el acompañamiento de la música tradicional de la asociación cultural Osorio Gutiérrez.

Para finalizar el día actuó la banda de música de Lourenzá y se entregaron los premios de los concursos de decoración y de sombreros, que consistieron en trofeos diseñados y elaborados por la fundación Eu Son de Burela. En decoración las ganadoras fueron Hortensia de Miche y Paz y en sombreros Ana Luisa Centeno y As túas nenas."

En este artículo, que encontramos en la web del Concello de Lourenzá, se describen con más amplitud las características de la fiesta. Se trata de la edición del año 2018:
"El Ayuntamiento de Lourenzá organiza el próximo martes, día 1 de mayo, la tradicional Festa do Maio que se celebrará en Vilanova. Habrá premios para el mejor adorno de balcón, ventana o local comercial y en la Praza do Conde Santo a las siete de la tarde tendrá lugar la actuación de la Banda de Luis Vallecillo. 
La alcaldesa, Rocío López, anuncia que “el próximo martes, día 1 de mayo, celebramos un año más la tradicional Festa dos Maios de Lourenzá. A las cuatro y media de la tarde tendrá lugar la salida de la Magdalena del Mercado Comarcal Ganadero para hacer un recorrido por las principales calles de la villa llegando al Cantón. Una vez finalizado el recorrido se entregarán los premios al mejor adorno de balcón, ventana o local comercial y también los premios del tercer concurso "Unha postal para mamá", organizado por la asociación de comerciantes y autónomos ACIAL de Lourenzá”. 
Rocío López añade que “para finalizar esta jornada festiva tendrá lugar, en la Praza do Conde Santo, una actuación de la Banda de Luis Vallecillo con el espectáculo "Cantamos un conto", actuación enmarcada en el programa Cultura no Camiño, de la Xunta de Galicia. Durante toda la jornada los tradicionales maios estarán situados en la Praza do Conde Santo. Estos maios son hechos de manera artesanal por los vecinos y vecinas del municipio”.ç 
La regidora invita “a todos a participar un año más en esta fiesta tradicional. Queremos hacer un llamamiento a los vecinos y a las vecinas para que decoren sus balcones, sus ventanas y los locales comerciales con flores y plantas llenando de colorido las calles de Lourenzá y haciendo honra a la festividad de la primavera. La experiencia del año pasado, en el que hacíamos ya ese llamamiento, fue muy positiva y fueron muchos los laurentinos que se animaron y que engalanaron sus viviendas en este primero de mayo”. 
La alcaldesa subraya que “esta cita tan tradicional forma parte de nuestra cultura y de nuestra identidad y por lo tanto es una labor de todos y muy importante mantenerla viva en el tiempo para que se vaya transmitiendo de generación en generación y que no se vaya perdiendo”. 
Rocío López quiere “desde el gobierno de Lourenzá agradecer la colaboración de todos los vecinos y de todas las vecinas que cada año nos ayudan en la preparación de esta fiesta. También destacamos la colaboración de la asociación de comerciantes y autónomos de Lourenzá (ACIAL), de los integrantes del servicio de Protección Civil y de los trabajadores municipales, que contribuyen a la realización de este evento”. 
La regidora invita “a todos a participar en esta cita y acercarse a ver una fiesta tan tradicional como es Os Maios de Lourenzá, que no hay en muchos lugares, no sólo de la comarca sino de la provincia”.

Este es un cartel de aquella edición de la fiesta



La Praza do Conde Santo, a la que hacen referencia el artículo y el cartel, es una verdadera plaza mayor de Vilanova de Lourenzá, que se extiende al pie de la iglesia de Santa María de Valdeflores y ante la Casa do Concello sita en la antigua residencia abacial, plaza que dispone de fuente, quiosco de la música, parque infantil y que conoceremos si, desde el cruce, nos dirigimos a conocer el antiguo convento antes de proseguir ruta Rúa Real adelante


Pero antes, aún nos quedan varias cosas que ver, sobre todo si nos fijamos en las fachadas de las casas, tal que esta


Debajo de un balcón central en el segundo piso, hay otro blasón, este monumental, entre las ventanas de la primera planta y sobre una de las puertas


 Este es especialmente llamativo, representa un gran sol, con cara y ojos, rodeado de flores de lis en un óculo ovalado vegetal, rodeado de plantas u hojas, con una cabeza monstruosa abajo y un yelmo arriba. Un buen genealogista nos explicaría concienzudamente toda su simbología


A nuestra derecha el bar Airiños do Castro, uno de los que participa en la Festa da Faba de Lourenzá, el primer fin de semana de octubre


Este es el cartel de la Ruta de Tapas del año 2013, una de las actividades que se celebra en esta celebración de promoción del que es producto local por excelencia y enseña del concello
Establecimientos participantes en aquella convocatoria. Este es el origen y el espíritu de la fiesta recogido en la web del Concello de Lourenzá:
"La Festa da Faba nació en 1990 fruto de una iniciativa del Ayuntamiento de Lourenzá para promocionar el consumo de la leguminosa e incrementar su precio. Desde aquella primera edición, que consistió en la celebración de un concurso de fabas, se aumentaron paulatinamente las actividades organizadas. 
Actualmente este acontecimiento reúne en el Ayuntamiento el primer fin de semana de octubre a productores, compradores, tratantes y consumidores de la Faba de Lourenzá; una legumbre que ya se exporta en la actualidad a mercados como los de Madrid o Barcelona. 
En la Festa da Faba, que cada año atrae a millares de personas, se combinan la exaltación gastronómica y la celebración de eventos lúdicos y culturales. Así, las exposiciones, el baile, la música o el teatro cuentan ya con un espacio propio en el programa de actos. 
Inicialmente la Festa, declarada de Interés Turístico Gallego por la Xunta de Galicia, se celebraba íntegramente el primer domingo de octubre. Desde el año 2003 se extiende a lo largo de toda a fin de semana con un notable incremento de las actividades propuestas.

El principal objetivo de la celebración es promover la Faba de Lourenzá como un producto de calidad con proyección de futuro. La celebración pretende, al mismo tiempo, apoyar los colectivos de fabeiros, hosteleros y comerciantes, imprescindibles en el desarrollo económico de esta legumbre. 

En otro orden de cosas, reseña la potenciación de la Faba de Lourenzá como un producto delicatessen dentro de nuestra gastronomía. Por último, se pretende dar a conocer los bienes patrimoniales y culturales del valle de Lourenzá, una zona que desarrolla su actividad alrededor del cultivo y la comercialización de la alubia" 


Enfrente del bar, otro edificio de época. Como cuenta Francisco Fernández del Riego, Don Paco, en su obra Lourenzá“o que teño aprendido sobre o pasado da vila na que nacín e me criei. Vivencias dos días alí decorridos. Impresións sobre a paisaxe, o ambiente do lugar. Un algo tamén do que coñecín en localidades veciñas”



Antiguos comercios en la planta baja, ya cerrados. Arriba, balcones salientes, no salientes y de galería-mirador acristalado sobre la calle


Pero ya próximos al cruce aparecen los primeros comercios, como a la derecha la tienda de Xuvenca


Farolas isabelinas de pared en el centro histórico


Si quisiéramos seguir ruta rumbo a Mondoñedo podríamos continuar por la Rúa Real todo de frente, bien para salir ya de la población o para dirigirnos al albergue público de peregrinos, sito cerca del Campo da Gracia a unos 100 m del Camino, siendo de los primeros que abrió en el Camino Norte


Pero nosotros, como hemos dicho, vamos a optar por conocer el monasterio de Vilanova de Lourenzá, yendo a la izquierda, a la Praza de Linares Rivas con sus llamativos edificios porticados


A nuestra derecha, no queremos olvidarnos de la antigua Barbería de Gallón, donde estuvo posteriormente la Panadería Leni


De frente, el siguiente tramo de la antigua Rúa Real es ahora la calle Doctor Rubiños, de la histórica casa de los Rubiños de Vilanova de Lourenzá. En la esquina, una estupenda casa porticada de tres pisos en chaflán, con balcones de forja y miradores de galería acristalada encima del cruce


Abajo, la Zapatería Charlot y, a su izquierda, más comercios en los soportales de la Praza Linares Rivas, dedicada a este gran escritor, político y dramaturgo compostelano


Tanto a derecha como a izquierda de la plaza hay tres edificios porticados, como curiosidad decir que cada uno columnas y soportales diferentes


En este poste tenemos las señales del Camiño de San Rosendo, con el que coincidiremos, como hemos dicho, en nuestro trayecto de aquí a Mondoñedo


Esta hermosa plaza porticada forma una rúa que comunicaba al antiguo monasterio laurentino con el camino real (Rúa Real), por lo que debió ser de las primeras que se configuraron dentro de la población


Estamos pues en la antesala y acceso al histórico convento desde el Camín Vello de Lourenzá. A lo lejos reconocemos dos palmeras de las que se dice que son de las más altas de Galicia, están en la Casa de Oia, más allá de la Praza do Conde Santo, palacio residencias mandada construir por el obispo de Mondoñedo en el siglo XVII. Proceden de canarias y se plantaron durante una restauración acontecida en el siglo XIX 


Tras la Praza do Conde Santo empezamos a ver una de las torres de la espectacular iglesia barroca de Santa María de Valdeflores


Los edificios porticados son, como los mismos soportales, bastante distintos unos de otros. Este de la derecha es el que tiene aires más burgueses y nos recuerda el eclecticismo y modernismo de comienzos del siglo XX. Todos ellos tuvieron en su tiempo señeros establecimientos


Fijémonos en todos sus balcones de hierro forjado y en las filigranas decorativas que engalanan la fachada


Entre ellas una singular cara de rasgos muy marcados, pómulos salientes, ojos hundidos y boca abierta de la que sale un tubo. Hay tres, una por cada espacio entre los balcones del primer piso y del segundo


Rodeada de una especie de melenas, la cara tiene evidentes rasgos leoninos


Abajo, varios bancos se disponen mirando hacia la plaza y su trasiego


Observemos asimismo el detalle de una de sus columnas, con el capitel cincelado con más florituras estilo guirnaldas y similares. A la derecha, sobre otra casa con portalada, un grandioso blasón solariego


Más que un blasón es todo un gran mural con varios escudos, arriba otra ves los del águila y la media luna en horizontal rodeada por seis estrellas y, entre los dos, una soga que recuerda al cordón de San Francisco. Si es así tal vez hiciese referencia a algún religioso o persona vinculada a los franciscanos, es posible que relacionada con el antiguo convento, pero es una mera elucubración


Abajo, un gran escudo tiene los mismos motivos en tres de sus cuatro cuarteles: un águila arriba, la media luna debajo, a la derecha otro águila (que mira a la izquierda diferencia del primero). Arriba a la derecha otro motivo es un ajedrezado sobre el que parece verse una corona. Rodea a todo una corona de laurel (emblema victorioso o glorioso) con cuatro cuadrados en cada esquina, los cuales representan flores. Arriba una inscripción que leemos con dificultad y, encima y separándolo de los dos escudos superiores, una franja en forma también de cordón en vertical que sigue también a los lados izquierdo y derecho


En el bajo, otro comercio relacionado con la agricultura, Xardinagro


Aquí se exponen algunos productos de las tiendas y, en sus tiempos, trabajarían a la luz del día los artesanos, mientras las gentes podrían deambular sin mojarse cuando llovía o a la sombra en días de sol castigador


Es muy posible que antaño las hileras de casas con soportales siguiesen hasta el campo del monasterio, actual Praza do Conde Santo, hacia donde nos dirigimos



Aquí ahora a nuestra izquierda están las terrazas del Bar O Recanto Casa Montse, fundado en 1890, sin duda al poco de construirse esta casa


Es la casa natal del escritor galleguista Francisco Fernández del Riego, con cuya ruta literaria hemos coincidido desde A Ponte da Pedra hasta aquí. Entre los floridos balcones de la fachada una placa, colocada con motivo del Día das Letras Galegas, el 17 de mayo de 1987, nos lo indica


Hubo que esperar 36 años a que esta gran personalidad de la cultura gallega tuviese dedicado tan señalado día, el 17 de mayo de 2023. Europa Press titulaba la noticia ese mismo día titulándola 'Don Paco' del Riego vuelve a Lourenzá en las 60 Letras Galegas: "Ganó el futuro para todos nosotros":
"Francisco Fernández del Riego (1913-2010), 'Don Paco', ha regresado este jueves a Vilanova de Lourenzá (Lugo), su localidad natal, de la mano del pleno con el que la Real Academia Galega (RAG) le ha rendido homenaje como figura del Día Letras Galegas de 2023, festividad en cuya creación participó hace 60 años.
El presidente de la RAG, Víctor F. Freixanes, ha ensalzado a Fernández del Riego como una figura central de la cultura gallega del siglo XX y se ha acordado de su generación como precursora de esta celebración: "Ganaron el futuro para todos nosotros". 
En este acto conmemorativo, celebrado en el centro de usos múltiples de Ponte de Cuñas, también han intervenido los académicos Margarita Ledo, Francisco Díaz-Fierros Viqueira y Xesús Alonso Montero, ante una importante representación de autoridades culturales, políticas y civiles como el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices; el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez; y el delegado del Gobierno en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, entre otros. 
El solemne acto ha estado también protagonizado por la música a cargo del cuarteto Souto Xímaro, de Lourenzá, y del coro Mestre Pacheco, de Mondoñedo, que al concluir ha interpretado el himno de Galicia. 
Toda vez que la RAG rindió homenaje el año pasado al exilio galleguista en México a través del poeta valdeorrés Florencio Delgado Gurriarán, este año se centra en Del Riego y en "la resistencia no menos heroica" de los "héroes callados, en palabras de Luís Seoane", que se quedaron en Galicia durante la dictadura. En este sentido, Freixanes ha recordado al propio autor con una de sus conocidas frases: "Nunca os rindáis". 
"No es cierto que perdiesen, pese a la tragedia que tuvieron que padecer. Con su ejemplo y con el de su trabajo ganaron un futuro para todos nosotros. Es algo que nunca olvidaremos y que nunca se lo agradeceremos lo suficiente", ha subrayado el presidente de la Academia, quien al finalizar el pleno ha saludado a todas las autoridades y a los familiares de 'Don Paco' que se han desplazado hasta Lourenzá. 
"UNA GENERACIÓN METIDA A PERIODISTA" 
Freixanes también ha sido el encargado de dar paso a tres invervenciones que "intentarán dar una mirada complementaria" a la figura del autor. La primera ha sido la de Margarita Ledo, con un discurso titulado 'Del Riego: joie de vivre e pensamento útil', en el que ha profundizado en cómo el homenajeado supo darles a los medios de comunicación la consideración precisa en la esfera pública para "hacer que las palabras se tornen acontecimiento". 
Fernández del Riego fue consciente del "deber de la presencia en la prensa para que con cada texto crezca la apuesta por un país en marcha". Perteneció a "una generación metida a periodista que trajo la subjetividad, la implicación personal, para el modo de pensar la 'comunitas'", ha resumido la académica, secretaria de la RAG. 
En este contexto, Margarita Ledo ha aprovechado para reclamar a la Xunta un "compromiso de acción eficaz" por la normalización del idioma propio, con el objetivo de que Galicia "se libere de tabús lingüísticos", así como por las "importantes disfunciones" que observa en el empleo del gallego en los medios de comunicación. 
Ledo también ha comparado a Paco del Riego con los 'lucciole', las luciérnagas del octavo infierno de la 'Divina Comedia' de Dante, porque fue capaz de "brillar y agrietar las tinieblas", de "persistir y hacer llegar la señal en la oscuridad total" y que "actúa para perder el miedo abisal que anula el recuerdo" con aquellos primeros textos en gallego escritos desde comienzos de los años 30. 
MIRADA HACIA EL PAISAJE 
La segunda lectura, titulada 'O devir da paisaxe na mirada de Del Riego', ha estado a cargo de Díaz-Fierros, quien ha puesto el foco en la "singular sensibilidad" que demostró el homenajeado en sus referenciasa sus dos localidades vitales fundamentales: Lourenzá y Vigo. 
La mirada de Fernández del Riego hacia el paisaje emerge ya en su primer libro, 'Cos ollos no esprito', editada en Buenos Aires en 1949 con ensayos de carácter descriptivo que sumergen al lector "de lleno en la eterna polémica de las interacciones entre el ser humano y su entorno natural". 
En este contexto, según Díaz-Fierros, 'Don Paco' opta por una "solución antrópica". En palabras del propio autor: "Toda Galicia, tan varia, tan sugestiva, podría transformar sus bellezas naturales en riqueza, en potencialidad, en bienestar de los suyos". 
El académico, en su discurso en el pleno de la RAG, recuerda que este pensamiento fue compartido en la época por otros galleguistas de renombre como Valentín Paz Andrade y Xaime Isla, y por obras posteriores. 
"El paisaje no sería ahora algo autónomo, exterior al ser humano, sino más bien un producto de la mirada en la que, a su vez, estarían reflejados todos los intereses y valores que caracterizaban su sentir más íntimo. De este modo, para un trozo de naturaleza determinado, podrían existir diferentes paisajes según lo diversas que fuesen las mitadas", ha descrito Díaz-Fierros. 
"ENCUENTRO SEMICLANDESTINO" CON SEOANE 
La tercera alocución, más de carácter biográfico, la ha realizado Xesús Alonso Montero. Ha relatado el breve "encuentro semiclandestino" que protagonizó Fernández del Riego con el artista Luís Seoane 13 años después de su separación por el golpe de Estado y la Guerra Civil, que sirvió de inspiración para publicar tres años después 'Fardel de eisilado' (Buenos Aires, 1952). 
Ocurrió cuando Seoane, asentado en Argentina, hizo escala en Vigo junto con su mujer, Maruxa Fernández López, al viajar a bordo del 'Highland Princess'. Según el relato de Alonso Montero, cabe suponer que el abogado Valentín Paz-Andrade, que guardaba buena relación con el empresariado marítimo vigués, mediase para que ambos pisasen suelo gallego "durante tres horas". 
Así, la pareja fue recibida por una comitiva de intelectuales, entre los que estaba el propio Fernández del Riego, tras lo que fueron a comer a una taberna no sin antes hacer dos paradas: una en el estudio de Carlos Maside y otra en la que Laxeiro les mostró sus últimos cuadros. 
"Luís Seoane y Del Riego iban delante, capitanes que no paraban de preguntarse por los amigos muertos, por los compañeros fusilados o paseados y por un enfermero ilustre y venerado, por Castelao, entonces ya cerca de su defunción", ha recreado Alonso Montero. 
El académico también ha relatado que 'Don Paco', el "más emocionado sin duda", fue autorizado a subir al barco y tuvo que abandonarlo bajando por una escalera de cuerda, montar en una lancha y llegar en ella al muelle, donde sus amigos lo esperaban inquietos".

En el mismo medio publicaba, una semana antes, podíamos leer ¿Quién es Francisco Fernández del Riego, el editor celtista protagonista de este Día das Letras Galegas?, otro muy interesante artículo del que compartimos lo siguiente:
"Fernández del Riego, además de erudito, era también un activista de la cultura galega en el mejor sentido de la palabra y, por tanto, si hay alguien que merece ser protagonista del Día das Letras Galegas es él", afirma el filólogo y ex presidente de la Real Academia Galega, Xesús Alonso Montero, sobre el homenajeado de este 17 de mayo. 
"Si estuviese ahora en alguna parte, estaría 'aturuxando', cantando", apostilla el que fue amigo personal de Del Riego en una entrevista a Europa Press. 
Coincide la periodista y escritora Rosa Aneiros, que también disfrutó de una estrecha relación con el homenajeado. "Estaría feliz porque le encantaba ser querido, estar rodeado de gente. Sobre todo, creo que se emocionaría con todo lo que se hace en los colegios". 
Tanto Alonso Montero (1928) como Aneiros (1976), pese a la diferencia generacional y de ejercicio cultural, encontraron en Del Riego una fuente de inspiración y un nexo que ejerció de puente entre generaciones, "un puente que él no dejaba de recorrer". 
"No estaba del otro lado diciéndote 'ya hice lo que tenía que hacer', no. 'Estoy en medio de ese puente contigo. Vamos los dos juntos hacia delante porque yo formo parte, mientras viva, de esto", apostilla Aneiros, que no deja de insistir en la "ilusión y optimismo de Del Riego por el futuro". 
"Tenía muchísimo respeto por los jóvenes y por sus proyectos. Yo creo que por eso se hizo querer tanto. Veíamos a alguien que concentraba todo nuestro pasado pero también con unas tremendas ganas de vivir, con optimismo. Y eso era lo más bonito de él", continúa.ç 
GALAXIA Y LA CENSURA 
A un hombre "humilde y nada pretencioso", pese a la erudición que le rodeaba y pese a haber formado parte de los grandes hitos de la cultura gallega. Eso encontró Aneiros cuando en 2007 trató a Del Riego tras ganar el premio periodístico homónimo concedido por Afundación y que, años antes, a principios de los 50, encontró durante unas vacaciones también Xesús Alonso Montero, por aquel entonces estudiante de Filología en la Universidad de Madrid. 
"Compartí muchas tertulias con Del Riego. De aquella generación, era el contertulio idóneo, más ameno y más atractivo porque era un hombre al que le gustaba la buena mesa, al que le gustaba hablar de lo que fuese, de fútbol incluso (era socio del Celta-); cosas en las que otros intelectuales, digamos más puros, no entraban". 
"Recuerdo en Trasalba, después de comer, Del Riego siempre cantaba una canción que se hizo clásica, 'A miña burriña'. Nunca le oí cantar una canción a Ramñón Piñeiro ni a Xaime Isla", comenta. 
Junto a estos últimos, Fernández del Riego fundó, en 1950, Galaxia, la editorial que puso los cimientos de la "recuperación cultural de Galicia en la posguerra". 
"Recuerdo ver a Del Riego haciendo paquetes con los libros impresos, que luego al día siguiente él mismo llevaba a las librerías. Muchas no los exponían en sus escaparates, ya no porque tuviesen una actitud, digamos, fascista, sino porque entendían que un libro en gallego no tenía interés", apunta Montero. 
Rememora que gracias a Del Riego y su trabajo, el que fue presidente de la Real Academia Galega, leyó por primera vez poemas de Otero Pedrayo o de Florencio Delgado Gurriarán y Luis Seoane, exiliados, "que hacían un tipo de poesía social que no estaba permitida en España". "Para que esas antologías se publicasen en España, con la censura que había en Madrid, había que andar con cuidado", apunta. 
Algo similar ocurrió con una de las obras cumbres de la Galicia de posguerra, 'Longa Noite de Pedra', de Celso Emilio Ferreiro, con la que Fernández del Riego ejerció un papel similar a lo que hoy se entendería como editor. 
Relata el sociolingüista que Del Riego, junto a Emilio Álvarez Blázquez, convenció a Ferreiro para recoger algunos poemas que el de Celanova tenía dispersos e incluso inéditos. 
"A veces, aun considerando alguno interesante, no lo escogían porque era un poema políticamente incorrecto para la censura de esa época. El criterio de Del Riego valía incluso más que el de Celso Emilio, que era el autor. Del Riego tenía otra distancia, otra objetividad para discernir que poemas pasarían la censura. Y realmente fue una obra que nos asombró a todos, que ciertos poemas los permitiese la censura... ¡Cómo serían los poemas que eliminó el propio Del Riego!", explica el filólogo. 
Algo más de una década después de su primera edición, en 1973, el poemario del autor celanovés llegó a las manos de la escritora Marilar Aleixandre (por aquel entonces todavía en su Madrid natal) gracias a unos amigos de Vigo. 
Meses después, Aleixandre llegaría a Galicia para tomar posesión de su plaza como profesora y "tendría la suerte de caer en una familia" --la de su compañero-- que hablaba en gallego y "hacer una inmersión total". Como docente viviría algunas de las Letras Galegas más especiales. Rosa Aneiros también recuerda con cariño las celebraciones escolares, "día de fiesta, de preparar festivales, de alegría".
LETRAS GALEGAS, "EL INVENTO MÁS EFICAZ"ç 
En esta ocasión, coinciden los entrevistados, con el homenaje a Del Riego, creador de la efeméride, "no es solo el año Del Riego, también lo es un poco el de las Letras Galegas en sí" --que cumplen además 60 años--. "Nunca se inventó algo que fuese tan eficaz, tan fructífero para la causa de la cultura gallega", afirma Xesús Alonso Montero que, habiendo sido testigo de todas y cada una de las ediciones, considera que el impacto no ha dejado de crecer. 
"Ahora es día santo, como decimos en la aldea. La gente se da cuenta de que en un país existe, además del Apóstol o de San Roque, un santo que está por encima de todo eso. Qué bonito en la historia de un país que de los 365 días del año uno se deje de trabajar para celebrar la identidad y la cultura propias", aplaude. 
La festividad vive una de sus mejores épocas, concuerdan, como lo hace la producción cultural en gallego en todos los ámbitos, situando a Galicia "en la vanguardia" y sin nada que "envidiar" a otras naciones de referencia. El problema, apuntan, llega a la hora de penetrar en el mercado. "La situación de la lengua no ayuda", comenta Aneiros. 
"SEDUCIR Y CONVENCER" PARA ATRAER HABLANTES 
"A veces la gente se sorprende de que escriba en gallego. Sin embargo, también escribo en inglés y de eso nadie lo hace", bromea Aleixandre. "Ahora mismo podemos decir que prácticamente toda la población es competente en castellano y gallego. Otra cosa es que se hable como primera lengua y que se transmita. Sigue habiendo una representación social de que el gallego es menos útil. Y eso es muy difícil de cambiar", reflexiona. 
También en esta línea se expresa Alonso Montero cuando asegura que "el idioma solo va a tener futuro si las clases altas, instruidas y acomodadas lo hacen suyo de forma natural". 
Aneiros tampoco ve una solución "fácil", dado que no es tanto "un problema de competencia; es más una cuestión de autoestima". "Muy poca gente se pronuncia contra el gallego. Todo el mundo lo respeta, lo defiende como lengua propia, pero la gente no da el paso de hablarlo. Y para darlo no sirve de nada el derrotismo", argumenta. 
Se confiesa "harta" de ese tipo de discursos que ponen la responsabilidad de salvar una lengua "en los hombros de los más jóvenes". "No es una responsabilidad individual, sino colectiva, y debe ser una responsabilidad alegre", defiende. 
Las dos escritoras abogan por "seducir", por "convencer" a la gente de que el gallego "es un tesoro, que es una fortuna tener dos lenguas".
Para Aneiros, "al final tener una lengua es nombrar el mundo de una manera distinta y poseer ese mundo diferente. Y eso es una riqueza incomparable, no hay nada igual a eso".

Aquí, justo al lado de la casa colindante, la de los soportales, otra placa, esta sobre un soporte pegado al suelo y junto a la pared, recuerda a tan ilustrado laurentino


Forma parte también de la Ruta Cultural Literaria Francisco Fernández del Riego, en la que encontramos unos de sus textos, recordando la villa que él conoció y los años de su infancia. Al lado, una foto de niño con sus padres



De Fernádez del Riego seguiremos hablando cuando, al fondo, al otro lado de la Travesía da Mariña, vayamos a visitar el antiguo convento de San Salvador de Lourenzá, símbolo del Camino y puerta de la historia, antecedente, recordamos, de la fachada barroca que mira a la Praza do Obradoiro de la misma catedral de Santiago, y a cuya entrada y la de la actual Casa do Concello, hay un busto dedicado a este escritor en O Cantón, la Praza do Conde Santo














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