Fachadas barrocas de iglesia y antiguo monasterio |
Luego de cruzar el Puente del Narcea desde La Rodriga, el Camino Primitivo entra en Cornellana, concejo de Salas, atravesando la población para llegar, cruzando otro puente, sobre el Nonaya (afluente del Narcea) al viejo monasterio de San Salvador, uno de los grandes emblemas de la ruta xacobea en Asturias, tanto por la historia, arte e importancia que atesora, como su potencial si algún día se restaura y se aprovechan sus grandes estancias vacías y que en base a ello se cree actividad que redunde en favor y en beneficio del Camino, de los peregrinos y por supuesto de todos los visitantes y vecinos de esta población y concejo. El monasterio es además una parada que realizan numerosísimos peregrinos, pues cuenta con una reconocida alberguería, sucesora del antiguo Hospital de Peregrinos, localizado en una casa enfrente, barrio de Baoño, y datado en el siglo XV, si bien su origen podría ser anterior, que disponía de capilla dedicada a Nuestra Señora de la O
Poco después la iglesia se hizo monasterio por solemne documento del 31 de mayo de 1024, dedicado a San Salvador, como la catedral capitalina de Oviedo/Uviéu y otros muchos templos del Camino Primitivo. La dotación para esta fundación era más bien escasa, lo necesario para vivir las dos mujeres y socorrer alguna vez a pobres y peregrinos en tránsito por estas tierras
Pero la leyenda siempre quiere añadir más pasión y sentimiento a la realidad, pues asegura que Cristina, siendo niña, se perdió por los montes de los alrededores. La familia y sus criados estuvieron buscándola desesperadamente varios días, hasta que, cuando menos lo esperaban, pues ya no tenían donde mirar, apareció milagrosamente en la cueva de una osa que le daba de mamar
Esta sería la razón por la que, tanto en la parte románica como en la barroca, se repita en bajorrelieves unas seis veces la escena de la osa amamantando a una niña, bien es verdad que para algunos eruditos la representación podría tener otro significado, como ahora veremos
Enfrente está, en el campo de la iglesia, La Plaza del Campillo, junto a algunas casas, plaza con zona verde y arbolado, prau de las romerías y fiestas de San Xuan, el 24 de junio, y de Nuestra Señora, el 15 de agosto, donde se alza la Cruz de Piedra
Los herederos de Cristina se repartieron el viejo convento y las tierras, incluso con algún pleito entremedias. Por eso en el año 1122 Suario Bermúdez, nieto de Cristina, cedió este monasterio junto con su mujer Enerquinda a los monjes de Cluny, grandes impulsores de las peregrinaciones a Compostela, quienes rehicieron todo el conjunto y acabaron de terminar de construir la iglesia, dándole vida conventual
Cuatro años más tarde, en 1126, Alfonso VII El Emperador concedió voto de impunidad a estas posesiones, en las que los vecinos quedaban bajo la jurisdicción del abad. No olvidemos que en la Edad Media un monasterio no era solo un centro de retiro y oración, sino una verdadera empresa de explotación agropecuaria y administración del territorio, sufragándose y sufragando a su orden de pertenencia con las rentas que abonaban sus colonos
En el siglo XIV desaparece el poder cluniacense en este convento, el cual se ve envuelto en las endémicas luchas nobiliarias que se disputaron su posesión, cuyos protagonistas fueron el obispo Gutierre de Toledo, el concejo de Salas, y diversos nobles que deseaban hacerse con todas sus extensas posesiones donadas por Alfonso VII en el siglo XII. Precisamente Gutierre de Toledo quiso, tal vez como excusa para gobernarlo, enmendar la "relajación moral del cenobio", pues había acusaciones de robos y cosas peores
Si embargo y pese a aquellos convulsos años, se llegan a acabar las obras del claustro y a reorganizarse sus posesiones, incluyendo derechos de pesca sobre el Narcea e impuestos feudales como los portazgos, antecesores de los actuales peajes
Lo que vemos en El Campillo es la gran fachada barroca de iglesia y cenobio dentro de esas profundas reformas acometidas en este y otros monasterios asturianos. La fachada de la iglesia es de 1678 mientras que la de las otras dependencias monacales es de 1696, un gran cuerpo con cierto aire palaciego en balcones, ventanas, marcos, molduras...
La de la iglesia cuenta con dos grandes torres de planta cuadrada, con óculos, así como artística portada y otros elementos
Allí en la torre de la izquierda tenemos en un escudo la representación del patrón, San Salvador, Cristo y abajo la imagen de lo que es claramente una osa, hasta con sus pechos en acción de amamantar, acunando a una niña desnuda
De frente lo vemos mejor, la osa con sus pezones cuidando de una niña que parece sonreír
Esta impresionante fachada barroca de la iglesia muestra otros detalles, como una imagen en una hornacina sobre la portada, la de San Benito y, arriba en este cuerpo entre las torres, el escudo real, el de Castilla y León, mostrando este símbolo la dependencia monacal de Valladolid
Este primer tramo, accediendo al interior, guarda perfectamente la estructura barroca de las torres y el cuerpo intermedio entre ellas, con su arco carpanel y su bóveda decorada con sus motivos geométrico-vegetales muy del gusto de ese arte
Avanzando uno poco más vemos la estructura original románica de planta basilical tres naves divididas a su vez en tres tramos, y separadas entre sí por grandes arcos, románicos, de medio punto, prácticamente sin decoración, muy del gusto, sobrio, de aquella refundación cluniacense, de la Orden de Cluny, reformadores de la Orden Benedictina, simbolizando una vuelta a los ideales sobrios y de pobreza, concepto representado en esa ausencia de dibujos y filigranas tallados en la piedra, todo liso, exceptuando unos mínimos detalles
La nave central es la más grande y da paso a la capilla mayor, la del altar principal. A la izquierda el púlpito de piedra es de factura barroca
Desde aquí vemos la cabecera tripartita. románica, el interior de un precioso triple ábside semicircular que luego veremos por el exterior
Este es el altar mayor con su gran arco toral y triunfal. A la izquierda vemos el que parece el único capitel decorado
Este, de temática vegetal
A ambos lados del ábside central o capilla mayor, donde está el altar principal, se encuentran los sepulcros de Suero Bermúdez y Enerquinda, quienes donaron el monasterio a los cluniacenses en 1122
Y este es el retablo mayor, que parece obra neoclásica del siglo XVIII
Arriba Cristo crucificado
A los lados de nuevo los escudos del reino
Abajo San Salvador, en la gran escena central. A los lados imágenes de Santos
Más imágenes religiosas, como el Sagrado Corazón y otros. Abajo, escenas piadosas
Cuadro de lo que parece ser la Sagrada Familia
Vamos ahora a la capilla lateral izquierda, donde hay otro altar
Ventanuco central. Más abajo llamativa cenefa que recorre la pared
La cenefa con estructura de picos, es otra de las escasas concesiones cluniacenses a la ornamentación del templo. Arriba el capitel historiado
Capìteles de la izquierda lisos
Hay retablos barrocos del siglo XVII
Y ahora vamos ábside y capilla lateral derecha
También con ventanuco central románico, arco de medio punto con capiteles lisos y cenefa recorriéndolo. Se aprecian restos de policromía
A la derecha, otro retablo
Más cuadros, tallas, confesionario...
Maqueta del monasterio
Abajo a la izquierda la iglesia con sus torres barrocas. A la izquierda otra torre, románica, pero con un piso alto añadido en el siglo XVIII. A la derecha las dependencias donde estaban las celdas de los monjes, cocinas, huertos, caballerizas y cuadras
Y por supuesto el claustro, recorrido en sus cuatro lados por grandes arcos de columnas cuadradas y arriba por los ventanales de los pasillos
El primer piso de este claustro se acabó en 1719 y el segundo en 1759
Mientras recorremos las naves admiramos también las pinturas de las bóvedas
Y volvemos al exterior
Todo quedó sobre el papel hasta que en 2013 un movimiento ciudadano, Salvemos la iglesia y el monasterio de la ruina, logró que al menos se reparase la techumbre, obras concluidas en 2016, consiguiéndose cierta protección con las humedades que amenazaban la ruina y derrumbe completos del edificio
La rehabilitación integral para lograr que el monasterio fuese restaurado en su totalidad y se le den nuevos usos, sigue pendiente. Su estado se compara al de otro cenobio de gran importancia dentro del Camino Primitivo, el de Santa María la Real de Oubona, del que hablaremos en su momento
En esta parte de la fachada tenemos acceso al claustro a través de una gran puerta con frontón de columnas barrocas y arriba, una vez más, a los lados del escudo, la representación de la osa abrazando a la niña, o en este caso las osas, una a cada lado.
Si bien aquí sí tienen los animales un aspecto más estilizado, demasiado delgados para ser osas, y con la cara más fiera, razón por la que también se dice que podrían representar al diablo llevándose el alma de una persona. En medio el escudo de España
A la derecha, una concha nos dirige a la entrada del albergue de peregrinos
Allí, doblando la esquina, hallaremos un gran arco románico, que da paso al terreno, amplio, que está ante dicho albergue.
En este arco tenemos repetida tres veces la escena de la osa y la niña: arriba y en los capiteles de cada lado
También aquí hay quien dice que las osas podrían ser la alegoría de la fiera que roba una criatura y cría a un niño salvaje, tan reiterada en los cuentos europeos, o un simbolismo del morir para volver a nacer o... puede haber tantas posibilidades como se nos ocurran
Sea como sea se trata de un elemento anterior a los cluniacenses, el único que se conserva parece ser, de tiempos de la Infanta Cristina en el siglo XI.
Osa y niña de la parte izquierda del arco, bajo un bajorrelieve naturalista, de temática vegetal
Osa y niña de la parte derecha
Entran los peregrinos
Bajo el arco románico vamos al Albergue de peregrinos de Cornellana
La función hospitalaria del lugar ha resurgido con el Camino Primitivo
Vamos a la parte de atrás de la iglesia pasando por la pared norte, donde se conservan los canecillos románicos, lisos y sin decoración tallada en ellos, una vez más la sobria impronta cluniacense
El ideal de pobreza ornamental de Cluny se hace patente también en esta maravilla del arte románico
Solo unos pocos bajorrelieves geométricos o apomados, en forma de bola, cincelados en alguno de los canecillos que apoyan el saliente del tejado, es la cesión cluniacense a toda ornamentación
Alguno de estos elementos...
Y este es la magnífica cabecera tripartita de San Salvador de Cornellana, el gran ábside central de la capilla mayor, con columnas, y los laterales, que antes veíamos en su interior
Así, ni los canecillos de los aleros del tejado están cincelados con escenas, ni sus ventanas tienen los arcos, fustes y capiteles historiados característicos de otros santuarios, ni las de la torre románica, que vemos arriba, muestran ningún adorno ni detalle labrados
Realmente la ventana románica de la torre es la de abajo, las de arriba forma parte del piso que se le añadió en el siglo XVIII, como ya hemos dicho antes cuando veíamos la maqueta. Abajo a la derecha el óculo es fruto también del barroco
Llama asimismo la atención una construcción sostenida por altas columnas cuadradas a la izquierda del triple ábside
Desde el ábside continuamos camino bordeando todo el muro del viejo monasterio
Y seguimos la vega del Narcea. Por aquí vendría el antiguo camino de La Ponte, el antiguo puente del Narcea desaparecido en el siglo XVI
En el muro la fecha de construcción
"Año de 1757"
Pasando esta nave hay un cruce
Aquí vamos por el ramal de la derecha, que sube a Suburriba
Vemos así la fachada sur del monasterio y Cornellana más allá, bajo La Sierra de Faxas (361 m) y La Llomba (282 m)
Los edificios principales en medio...
Y aquí vemos de nuevo las tres torres, la románica con añadido posterior y las barrocas
Subimos unos metros más
Y tenemos otra perspectiva del monasterio y Cornellana. Antes el Camino salía del albergue directamente en dirección oeste, siguiendo las riberas del Nonaya hasta El Molín d'Adela o Molín d'Arriba, que fue propiedad del cenobio, pero esto últimamente había cambiado tras las obras de la Autovía de La Espina
Las tres torres, las barrocas y la románica-barroca
A la izquierda están las dependencias del actual albergue de peregrinos, con entrada bajo la galería acristalada, donde están los soportales
A la izquierda la Rectoral
Más allá las casas de la ribera del Nonaya
Por ahí iba, a la izquierda, el antiguo camino a Suburriba, cortado con las obras de la Autovía de La Espina
Las casas de la entrada a Cornellana desde el puente del Narcea. Delante las torres barrocas
Y la torre románica con su piso superior barroco
Subimos por esta curva
Pasamos bajo la autovía por este túnel
Al otro lado un nuevo paisaje...
Y acabamos la subida en Suburriba
Suburriba o Sobrerriba está en una especie de meseta, extensa planicie verde y por lo tanto llana, bajo los altos de Santa Eufemia, El Campu los Vaqueiros y El Picu Los Tayos (426 m). Hacia allí se dirigen ahora nuestros pasos, rumbo a Villazón, Casazorrina y Salas
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