El Salto de Salime, en el río Navia y paso del Camino. |
"Pedro de Pedre, de Castro natural, hizo el puente de Salime, la iglesia y el hospital, y la catedral de Lugo, a donde se fue a enterrar"Así rezaba la inscripción labrada en las viejas piedras del puente de Salime, sepultado bajo las aguas del embalse del mismo nombre, inaugurado a mediados del siglo XX, hacia el que nos encaminamos. El peregrino las recuerda mientras camina por la carretera AS-14 rumbo a El Muro, la pared del embalse, pero antes ha tenido que realizar otra proeza casi tan titánica como esta, bajar desde Buspol a este lugar, el Salto de Salime, en el río Navia, el llamado "Río de los Tres Caminos", pues nace en O Cebreiro, paso del Camino Francés, sigue hacia el norte cruzándose con el paso del Camino Primitivo y desemboca en la ría de Navia, paso del Camino Norte o de la Costa
Poniendo así fin a la larguísima bajada desde Buspol el Camino sigue como hemos dicho por la carretera AS-14, construida para dar servicio a las obras del embalse y para nueva comunicación con A Fonsagrada (Galicia) en aquel tiempo
Esta carretera baja en suave descenso
Sigue la curva de la ladera rocosa
Allí, en ese peñasco de la derecha, está el mirador del embalse
Desde el quitamiedos las viejas instalaciones parecen un poblado fantasma
Esta es la entrada al mirador
Mirador llamado la Boca de la Ballena, al que accedemos por este túnel horadado en la roca
Es estrecho, lo recorrermos. Nuestras mochilas tropiezan con sus paredes
Se trata de un mirador diseñado por el pintor y arquitecto Vaquero Turcios, que con su padre Vaquero Palacios participó en las obras de esta monumental presa.
Nos asomamos a la Boca de la Ballena, un verdadero balcón sobre este fantástico lugar
Ante el vertiginoso abismo...
Aquí tenemos una impresionante vista de auténtico vértigo sobre el río y ante El Muro, el gran muro del Salto de Salime
Arriba laderas de A Fonte Carbayín y As Chanquelas, bajo la cima de A Fontela (716 m)
De frente vemos silos y tolvas de los materiales empleados para su construcción, los cuales quedaron abandonados tras inaugurarse la gigantesca presa
Ahí está la entrada al interior de estas instalaciones del embalse, con sus aparcamientos
A la entrada de esta central llegamos a ver lejanamente desde la Boca de la Ballena un relieve que muestra todo el proceso de producción de energía eléctrica, obra de Joaquín Vaquero Palacios. Su hijo, el también arquitecto y pintor Joaquín Vaquero Turcios, fue el autor de los murales, restaurados por él mismo en el año 2003, al celebrarse el 50 aniversario de la inauguración. Y es que, en tiempos de penurias, aventurarse a juntar artistas e industria era insólito, pero dio tan buen resultado que la idea fue imitada tanto en España como en otros países, consiguiendo Vaquero Palacios la medalla de oro del Consejo de Arquitectos por estas realizaciones.
En nuestros días se realizan al Salto de Salime visitas guiadas, que hay que concertar previamente. Además, una muestra de elementos relacionados con el mismo y los poblados para albergar a trabajadores y sus familias, como el Hospitalillo y otros ejemplos, así como fotografías de época, podemos verla en nuestra obligada visita al Museo Etnográfico de Grandas de Salime.
Un gran balcón sobre el vertiginoso abismo... |
Mirando, al norte, el río sigue su curso encajado en las altas montañas. Su nombre está ligado a la diosa celta (o precelta) Navia, vinculada a la abundancia, cosechas, fertilidad, suerte... y que da nombre a no pocos lugares de Europa occidental, relacionados con hidrónimos, como es este el caso
La diosa Navia, como ya hemos dicho, da nombre al río y a la población. La raíz indoeuropea se hace ya patente en el sánscrito navya (curso de agua), y algunos topónimos de este origen son en Asturias Naviegu, Navelgas, Nava, Navidiellu o Nalón (antiguo Nauilo), así como Fontenavia, Nonaya, Bodenaya, y otros, en Galicia podemos encontrar el Navea, río afluente del Sil (Ourense) y el Nabalia, actual Eck, afluente del Rhin, en Alemania, o el Nauaeus, ahora Naver, en Escocia, el Naseby o antiguo Naubesia en el condado inglés de Northants o el Neber, el viejo Nabarcos, en Gran Bretaña
"los inmortales te invitan. Serás uno de los héroes del pueblo de Tethra. Día tras día se te verá en las asambleas de tus abuelos, en medio de aquellos que te conocen y te aman"
Desde la Boca de la Ballena nos dirigimos al paso del Salto de Salime. A la izquierda, por donde vamos nosotros, son términos del concejo de Allande
A la derecha, al otro lado, se unen los de Grandas de Salime y Pesóz/Pezós
No hay arcenes apenas, tengamos cuidado al caminar por aquí
Más allá de la presa Vistalegre, uno de los poblados que se hicieron para los trabajadores que la construyeron y sus familias, por donde sube la carretera a Grandas
Nos asomamos al abismo... sensación siempre vertiginosa
La carretera va hacia El Muro, el muro del embalse, a donde antaño se venía a pescar... furtivamente. En 1953 la escritora Dolores Medio hizo este mismo recorrido cuando visitó las obras como enviada del periódico El Español, publicando sus impresiones para tan fabulosa obra, verdadero reto en una época difícil, pero también una innovación, al unir ingeniería y arte. Esta parte es la vertiente que pertenece al concejo de Allande. Al otro lado y durante unos pocos metros andaremos por términos del concejo de Pezós, pero luego unos metros más entraremos en el de Grandas de Salime.
La central eléctrica a nuestros pies
Esta carretera fue abierta en una pared casi vertical
Altísimo muro de la presa, siempre impresionante
En la bajada a la presa vemos La Boca de la Ballena, asomada al abismo, balcón-mirador muy visitado por los peregrinos
Un gran aliciente, maravilla del Camino
Arrimándonos bien a la pared...
El Salto de Salime fue en su día la presa más alta de España, en su construcción se batieron "records" en muchas facetas, como la colocación de hormigón, que tardaría muchos años en ser superado; más de 4.000 toneladas en un solo día. 630.000 metros cúbicos se necesitaron para hacer este gigante de 134 metros de altura, el más alto de Europa en aquel momento, con un radio de 400 metros en su coronación. Se construyó para la producción de energía eléctrica, satisfaciendo a través de sus líneas la demanda en Asturias y otras comunidades.
La historia arrancó por los años cuarenta del siglo XX, en plena posguerra. Era el año 1945 cuando dos empresas, Hidroeléctrica del Cantábrico y Electra del Viesgo, constituyen una comunidad de bienes para la construcción de dos embalses en el Navia, uno en Riodeporcos, Ibias, que no llegó a materializarse (aunque de cuando en cuando aún alguien saca el proyecto del cajón), y otro este de Salime.
En 1946 empiezan los trabajos para abrir nuevos accesos al lugar en el que se proyecta el embalse, antes aislado en un paraje montañoso, con un nuevo trazado para la carretera de Allande a Grandas y a A Fonsagrada. Trabajarían durante varios años más de 3.000 personas, habiendo de ser edificados para ellos y sus familias varios poblados, el primero el de A Paicega con doce pabellones, luego El Camín con seis pabellones de dos pisos, economato, panadería, peluquería, almacenes, cuartel, cantina, iglesia y escuela. A pie de presa se levantó el de Eritaña y en la carretera de Grandas el de Vistalegre (por sus buenas vistas), llegando gente de toda España.
Para transporte de los materiales desde el puerto de Navia se trazó un teleférico de 36 kilómetros (el más largo de Europa entonces y uno de los mayores del mundo). El embalse influyó en el desarrollo económico y social de la comarca, sobre todo con las nuevas comunicaciones, pero también queda el triste recuerdo de los muchos pueblos que desaparecieron, junto con 1.995 fincas, con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales, 14.051 cepas de viña, ocho puentes, cinco iglesias, varias capillas, cuatro cementerios y varias carreteras y caminos.
El embalse influyó en el desarrollo económico de la comarca, sobre todo con las nuevas comunicaciones, pero también queda el triste recuerdo de los muchos pueblos que desaparecieron, junto con 1.995 fincas, con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales, 14.051 cepas de viña, ocho puentes, cinco iglesias, varias capillas, cuatro cementerios y varias carreteras y caminos.
Otros lugares, como Vilarpedre, Barcala o San Pedro de Ernes no llegaron a desaparecer pero la concesión obligó a mantener la comunicación de los vecinos con una lancha que surca las aguas varias veces al día.
En medio de un frenesí indescriptible de cientos y cientos de personas trabajando a la vez, inmensos bloques de hormigón empezaron a levantarse a lo alto como rascacielos, ni siquiera había andamios metálicos, hubo que hacer de madera los castilletes de las obras y comprar decenas de parejas de bueyes muy fuertes y muy grandes, que arrastrasen los troncos de árboles altísimos para poder construirlos.
Maquinaria poca, casi todo "a mano". Tuvieron que desviar el río, dejar seco su cauce para poder trabajar, habiendo de excavarse un largo túnel y revestirlo de hormigón. El cemento se fabricaba "in situ", por lo que se erigieron silos y tolvas, muchos de los cuales aún pueden verse, desparramados como hemos dicho por las aristas de la montaña, así como almacenes, planos inclinados y muchas instalaciones más. Lo que es propiamente la presa con su central no empezaría a componerse hasta tener bien preparada la base, transcurriendo esas obras de 1948 a 1953. Parecía una quimera, más con el aislamiento y embargo de las Naciones Unidas a la dictadura franquista, pero hubo algunos episodios poco conocidos que la hicieron posible, entre ellos el suministro en secreto por parte de Inglaterra de turbinas y generadores para energía eléctrica.
Sobre el embalse la carretera mantiene el adoquinado. Hay una acera a cada lado, así como muros y barandilla
Dentro de la sala de turbinas, las pinturas de los murales de ocupan una superficie mayor que el cuadro del Juicio Final de Miguel Ángel. El artista llegó a subirse a la plataforma del puente-grúa cargado de botes de pintura y brochas, que le caían continuamente, mientras su ayudante Luis volvía a tirárselas arriba o a subírselas a dicha plataforma, que cimbreaba en el aire colgando de los cables, para gran sufrimiento y mareo del autor, que pintaría tras este numerosos murales más en todo el mundo. En este se explica toda la saga constructiva del Salto de Salime, desde la primera gota de agua hasta el río y el embalse, una inspiración heredada de su abuelo, Narciso Hernández Vaquero, que hizo la primer central eléctrica asturiana en Somiedo, siendo además quien planeó este pantano, a mediados de 1940. Narciso también está representado en los murales, en los que todo se muestra, hasta los trágicos accidentes sufridos durante su construcción, en los que la cifra de fallecidos, según las fuentes, varía entre los cien y los trescientos. Las pinturas tienen un añadido, fruto de la restauración: Vaquero Turcios pintó unas ménsulas dedicadas a Einstein, Plank, Freud y Picasso, que no podría haber hecho en su momento por ser contrarias a la ideología del régimen.
Ya en El Muro y la carretera pasamos junto a las imponentes esclusas...
Nos asomamos a ellas
Todo parece gigantesco...
Vamos ahora a la derecha, a una vista no menos impresionante y espectacular, o aún más
Un balcón se asoma como atalaya sobre el abismo del gran muro de la presa
Todo parece formidable, titánico y gigantesco
Un increíble y altísimo tobogán hasta las profundidades del valle del Navia, encajonado aquí por inmensas moles de montañas.
Allí al fondo está el antiguo poblado de Eritaña, el esqueleto de unos bloques de viviendas de los antiguos empleados
Es una imagen de la Virgen de la Luz, veneración relacionada con la producción eléctrica, otro gran símbolo del Salto de Salime, que cuanto más lo observamos, a él y a su entorno, más emocionados nos sentimos...
La imagen aparece enmarca por una especie de portada con arco simulando y resaltando la figura orante
Si miramos al sur, la gran masa de agua, que llega hasta poco más abajo del borde de la carretera, nos hará figurarnos la auténtica Atlántida que yace sumergida, pueblos asturianos y gallegos que sucumbieron en este verdadero océano fluvial, decenas y decenas de metros debajo de nosotros, con sus casas, iglesias, campos, huertas y cementerios...
Pueblos como Salime, Subsalime, San Feliz, Salcedo, Doade, Veiga Grande, Saborín, A Quintana, Riodeporco, Vilagudín, Barqueiría, San Pedro de Ernes, Barcela... antes incluso de ser construida la presa el paisaje abrupto parecía estremecer algunos corazones.
No en vano así nació la leyenda que relata cómo el diablo se acercó a Salime y se dedicó a entretenerse efectuando sus maldades, saltando de risco en risco sobre los despeñaderos encima del río, con tan mala fortuna que en un mal brinco se cayó al agua y se vio arrastrado por la fuerza de la corriente, llegando a temer por su propia existencia. Al final consiguió agarrarse a unas ramas y logró ganar la orilla, dando unos desgarradores gritos de alegría que rebotaron de peña en peña por todo el desfiladero..."¡Salime! ¡Salime! ¡Salime!", no callaba reafirmando a viva voz que había podido salir del terrible apuro, quedándole de esta manera el nombre de Salime a estos lugares. Algún vecino de Grandas dice con socarronería que menos mal que lo hizo antes que se construyera la presa, porque si lo hace ahora, quizás ya no viviese el diablo
Es una leyenda divertida pero imaginaria, pues el topónimo tiene en realidad más que ver con todos los derivados de Salia, hidrónimo indoeuropeo que da nombre también al Sella, a Sayambre, Saja, Xalón, etc.
Por allí sube la carretera. El poblado de Vistalegre, otro de los construidos para obreros y sus familias, muestra sus abandonadas casas, capilla y otros edificios escalonadamente desparramados por las pendientes laderas en las que el bosque vuelve a ocupar el terreno abrupto en el que se edificaron, haciendo de él un pueblo fantasma
Un poco más arriba y sobre las aguas del embalse una de aquellas casas sí fue aprovechada y presta servicio en nuestros días a peregrinos, viajeros, turistas y visitantes.
El Hotel Las Grandas, que cuenta con albergue
El discurrir de la carretera por todo lo largo de la cima del salto no son muchos metros pero sí inolvidables. De frente y también enclavadas con un equilibrio imposible de las laderas de la montaña, se ven las antiguas instalaciones que sirvieron para construir el embalse. así como las casas, similares a pueblos fantasma, donde vivían los muchos trabajadores que se necesitaron para levantarlo
Pasamos ya al otro lado de la presa, donde se inicia la subida a Grandas
Durante unos metros caminamos por el concejo de Pesóz/Pezós
A nuestra derecha es el acceso a la presa
Por ahí baja la carretera, cerrada con portón, que va a la central eléctrica. En nuestros días se realizan al Salto de Salime visitas guiadas, que hay que concertar previamente. Además, una muestra de elementos relacionados con el mismo y los poblados para albergar a trabajadores y sus familias, como el Hospitalillo y otros ejemplos, así como fotografías de época, podemos verla en nuestra obligada visita al Museo Etnográfico de Grandas de Salime
La carretera, también abierta aquí en la roca viva, entra en el concejo de Grandas de Salime
A la izquierda una explanada
Es otro de los miradores que hay sobre el embalse
Subimos por aquí a Vistalegre, El Salto
Deshabitados y abandonados edificios
El agua, cubriendo el antiguo valle...
Casas encaramadas en las abruptas laderas. Nos imaginamos en qué condiciones vivirían aquellas gentes...
Curva a la derecha
Pasamos junto a uno de esos bloques de viviendas
Ahora en esta curva a la izquierda pasamos entre cultivos de parras
A la izquierda un gran muro de piedra. Se sube poco a poco
La presa va quedando atrás...
Un verdadero espectáculo visual
Curva a la derecha y el hotel Las Grandas enfrente
Antiguas cocheras
Montes de Fonte Carbayín y El Zreizalón
Otra antigua vivienda obrera, esta totalmente destartalada
Más cocheras
Hitos kilométricos
Un poco más de subida
Pasamos lo que parece un antiguo almacén o central
Y llegamos a Las Grandas
Desde la terraza del hotel tenemos una vista magnífica del Salto de Salime
A la derecha Vistalegre
Y enfrente el "gran salto".
Salto de Salime y salto el que dimos nosotros en una espectacular bajada desde Buspol y el inicio, ahora, de una nueva subida, esta hacia Grandas de Salime, la capital del concejo.
Un pequeño mar en medio de las paredes rocosas, que tienden incluso a la verticalidad, a cada lado del inundado valle
Momento de relax
Ante Vistalegre y El Salto
Monte de A Llanada (651 m)
Más allá de El Salto, Murias, Allande, por allí baja la carretera AS-14
Encima de Murias, Alto de Val.longo (1.082 m)
Montes de Penedo de Coriscos (1.086 m), Cabo'l Monte (1.091 m), Os Pozos (1.087 m) y Os Roxois, por ahí viene el Camino de Buspol
A Costa de Salime
Salimos de Las Grandas y continuamos la subida
Subida por las laderas de El Zreixalón
Altas paredes rocosas y boscosas a la vez
Carretera abierta en la roca viva
Primero va un tramo recto
Luego una curva a la izquierda. Por esa ladera arbolada baja El Rigueiro Santa María
Los peregrinos a base de pasar han hecho este sendero, sigámoslo
También sendero junto al quitamiedos
Carretera labrada en el propio abismo...
Otra pequeña recta en A Costa (la cuesta), un topónimo que se repite en esta zona por razones evidentes
Abajo El Salto y el hotel
Vista de Vistalegre
Aquí llegamos a El Mirador
Muchos peregrinos realizan aquí una parada. Al fondo A Pena de Armadela y Os Rozois
Desde El Mirador también tenemos amplias perspectivas en todas las direcciones. Aquí ahora al norte, con todo lo que hemos recorrido desde El Salto. Arriba en el monte A Paicega, otro de los antiguos poblados de los trabajadores, como abajo Vistalegre
El bosque crece entre las casas
La carretera y El Muro
Al sur las laderas de Vallín, Taladones, Trasmonte... A Costa de Salime
Pinares en la empinada ladera
Otra vista de la gran bajada desde Buspol
Si nos fijamos, entre los pinos veremos la parte del Camino que es relativamente llana luego de la primera bajada. La pista que sigue la ladera hasta más allá del embalse, para luego bajar a la carretera
Suben los peregrinos por la AS-14
Altos pinares
Aprovechemos el sendero a este lado del quitamiedos
Siempre será más seguro que caminar por la carretera. No suele haber demasiado tráfico, pero sí es corriente que pase a velocidad, sobre todo los vehículos que bajan. Precaución
A Costa de Salime, alturas de El Penedo Gordo, El Xeixo Branco, El Ferradal y As Albas del Ferradal (quizás en ocasiones pueda reconocerse en la lejanía la cascada de El Río del Couto vertiendo sus aguas al Navia desde las alturas), A Cruz de Franciscón, El Pico de Valiel... llamándonos la atención la vegetación y arbolado que crece entre los vericuetos de las peñas de agudas aristas y sus estratos, así como los extensos pinares de estas empinadísimas faldas montesinas
Boscosas faldas de As Campas
Aquí se estrecha el sendero...
Pero sigue en esta curva
Arrimémonos bien cuando hay poca visibilidad
Y a base de curvas se va ganando altura
A Loma da Valía
Vista al sur desde los altos de Buspol al Alto da Cruz de Franciscón (777 m) y El Pico Valiel (867 m).
Serpentea la carretera a Grandas
Aquí no hay sendero ni apenas vereda. A la izquierda a lo lejos vemos un alto muro de contención de la carretera, que comienza aquí una gran curva bajo A Loma da Valía
El muro a lo lejos, poco después, en un cruce, la carretera sube ya directa a Grandas. Es una buena referencia visual
Es la zona de El Marco y Prao Fondeiro. A la izquierda estuvo el pueblo de Salime, del que solo se salvaron un par de casas
Nos arrimamos bien al quitamiedos y vamos pendientes del tráfico. Recomendaríamos llevar siempre un chaleco fluorescente y ponérnoslo en estos casos. No pesa nada, ocupa lo que un pañuelo y va a ser muy útil para nuestra seguridad, pues se nos ve a distancia, especialmente útil en caso de mala visibilidad, sobre todo si nos cae la noche o salimos muy de madrugada
Aquí la AS-14 va entre la pare rocosa y el precipicio
Estamos cerca ya de Grandas de Salime, pero no veremos la villa hasta llegar a las primeras casas, oculta tras la colina de la izquierda, A Valía Segunda
Roca y bosque
Siempre a la vista de Costa de Salime
Un poco de explanada a la izquierda y seguimos lo más pegados que podamos al quitamiedos y siempre muy pendientes de los vehículos que bajen. Prestemos mucha atención
Pronunciada curva a la izquierda
De nuevo en los pinares
Precipicio a la izquierda
Pared de roca a la izquierda
Y así subimos paso a paso...
Otra pequeña explanada a la izquierda. Suelen ser buenos sitios para hacer un alto y descansar, atarse las botas, acomodar mejor la mochila, etc
Estamos a tres kilómetros de Grandas
Allí es donde está la curva más pronunciada
Curva a la izquierda
Y puente sobre El Rigueiro de Grandas, El Rigueirón
Pasamos el puente...
Aquí hay un poco de senda
Pero pronto desaparece
Otra explanada, esta al sol
Curva a la derecha
Curvas continuas
Vemos desde aquí parte del tramo por el que acabamos de subir
Curva a la izquierda
Y seguidamente curva a la derecha
Ya las montañas ocultan la presa. A la derecha Os Pozos (1.087 m) y a su izquierda El Penedo dos Coriscos (1.091 m) y El Pico Vallongo (1.084 m)
De frente, en lo alto de A Costa, El Pico Buspol (1.121 m). Más abajo es A Valía Longa y El Penedo del Rayo. Otra gran visual de la bajada desde Buspol por A Costa de Salime. Parece mentira la formidable bajada de entre 800-900 metros que hemos hechos desde aquellas cimas, primero por campos abiertos y luego por el bosque, así como el no menos largo recorrido "llano" por las ondulantes laderas con posterior bajada a la carretera y al embalse. Una proeza. Justo abajo vemos unas casas
Y aquí está el cruce: nosotros iremos a la derecha, siguiendo la AS-14
Salime, donde antaño se pasaba el Navia por su desaparecido puente, en el que estaba la inscripción de la que hablábamos al principio: "Pedro de Pedre, de Castro natural, hizo el puente de Salime, la iglesia y el hospital, y la catedral de Lugo, a donde se fue a enterrar"
A veces alguna guía informa del servicio de un barquero o lancheiro. Realmente lo hay pero no aquí, sino para ir de Villarpedre , unos kilómetros más al sur, a Grandas. No baje a Salime (no hay indicaciones) y vaya por la ruta señalizada al embalse tal y como aquí le informamos, pues nadie le recogerá al no haber embarcadero, nos dicen que ni siquiera cobertura, y habrá de dar la vuelta montaña arriba hasta enlazar de nuevo con la ruta que va al Salto, un auténtico calvario
A veces, en tiempos de sequía, cuando el nivel del agua baja bastante, afloran parte de las antiguas casas a la superficie
Allí abajo reconocemos también un cortín o cerco de piedras donde se guardaban los trobos, truébanos o colmenas tradicionales para preservarlas de los osos golosos |
En el cruce, ya lo hemos dicho, seguimos la AS-14, a la derecha, pero nos llamará la atención un cartel
En un cruce de caminos: "Pénjamo", que era el apodo que se ponía en Asturias a numerosos poblados o casas nuevas, generalmente para trabajadores venidos de otras partes, construidas en los años 40-50. Aquí ha pasado a la toponimia pero su origen se sitúa en una popular canción de Pedro Infante, una exitosa ranchera muy en boga en aquellos tiempos, dedicada a la ciudad mexicana de Pénjamo, en el Estado de Guanajuato. No vamos a Pénjamo (el desvío lo dejamos atrás a la izquierda), vamos a Grandas de Salime, capital de este concejo, pero la recordamos y la tarareamos en estos alegres momentos en que Grandas se presiente próxima. Ánimos para el peregrino en estos últimos tramos de subida con una pegadiza composición que dio nombre a pueblos enteros, desde México a Asturias...
Ahora, dejado atrás el cruce de Pénjamo, la carretera de Grandas se aleja de estos murallones sobre el Navia y se introduce entre dos grandes paredones de roca viva abiertos en la peña de la montaña
Estamos a tan solo dos kilómetros de la villa grandalesa
Mucho cuidado, apenas hay espacio para peatones
Y no hay mucha visibilidad
Vamos hacia aquella curva
Seguimos en ligera subida hacia el monte del Coto Grandas
Y en la siguiente curva dejaremos la carretera
Llegando al Kilómetro 2
Es ahora aquí a la izquierda donde encontramos este sendero a la izquierda
Por él subiremos. Coincidimos, pero en dirección contraria con el GR-109, Sendero de Gran Recorrido de la Cordillera Cantábrica
Y subimos por la pedregosa senda...
A principio ascendemos por fuerte pendientes
Y nos adentramos en el bosque
Los helechos en ocasiones casi cubren el sendero, que "empequeñece"
Curva a la derecha
La cuesta se suaviza
Pinos y helechales
Pero predominan más los árboles autóctonos, robles y castaños
Tramo de antiguo empedrado
Ya caminamos prácticamente en llano
Sendero de tierra y piedra
Más empedrado
Caminando por la ladera norte del Coto de Grandas
Un pinar
Crecen los helechos
El sendero está bien trillado de pasar gente y no ofrece pérdida
El intenso color rojizo de la hojarasca...
El suelo rocoso aflora a la superficie
Se sube muy livianamente
Llegando a lo más umbrío del pinar
Atravesamos el bosque
Una maravillosa sensación antes de llegar a Grandas...
En la paz del sendero
Dejamos el pinar pero sigue el bosque
Así como la ligera subida
Más helechos en las veredas
Muria de piedras cubierta de musgo
Sigue el sendero...
Pequeñas y sucesivas curvas a izquierda y derecha
En el medio del bosque...
Un recuesto un poco más pendiente
Salimos a un trecho más abierto
A la derecha el monte As Campas (690 m)
Otro muro de piedras de contención apuntando el Camino
Volvemos a ver a nuestras espaldas la bajada de Buspol, así como, un poco a la izquierda, unos metros de la carretera por la que hemos subido
Mata de árboles
Otra cuesta empedrada
El paisaje se abre...
Vieja calzada...
Y otro pinar
Flecha en la corteza
Altos helechos
Parajes de gran frescor natural
Caminando a la sombra de los pinos
Cuando tramos de sol y cuando de penumbra
La senda se ensancha
Dejamos este pinar
Pero seguimos por el bosque autóctono
Curva a la derecha
Sobre el Camino un corro o corra
Antaño en ellos se depositaban las castañas. Hay iniciativas para recuperarlos y conservarlos
Y así andamos, en la profundidad de la tupida foresta
Recorriendo toda la falda de la montaña
Brezo...
Enlazamos con otro camino y seguimos de frente
Robles y castaños jóvenes
Filas de árboles
Pared vertical de roca a la izquierda
Vieja muria de piedra
Vieja muria de piedra
Un precioso paseo, si bien aquí quien más quien menos ya ansía llegar a la población tras las sucesivas subidas y bajadas desde A Mesa o desde Berducedo
Un itinerario ahora bastante recto
Muro a la izquierda
Veremos algún tronco cortado
Y mucho musgo
Chantas o lajas de piedra
Carbayeira
Curva a la izquierda
Otra muria a la derecha
Pronto saldremos de esta sublime espesura grandalesa
Empezamos a intuir, casi más que ver, la casas de Grandas más allá de la enrramada
Gran roca en el suelo
Ya vemos la carretera AS-14
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