| Crucero y calle Mayor de Tineo/Tinéu con La Sierra Fonfaraón a lo lejos |
Desde el crucero frente al antiguo convento de San Francisco del Monte, actual iglesia parroquial de San Pedro, vemos la bajada al centro urbano tinetense por la calle Mayor que, como su nombre indica fue la rúa principal de la villa y capital del concejo hasta que la carretera relegó a un papel secundario al histórico Camín Real o Camín Francés, ahora recuperado como Camino Primitivo para las nuevas peregrinaciones jacobeas. Calle adoquinada y de no demasiado tráfico en nuestros días, a lo largo de la que fue creciendo la población tras conseguir la preciada Carta Puebla de Alfonso IX hacia 1214, que hizo de ella villa aforada por la Corona, con derechos y privilegios para sus habitantes, lo que favoreció la llegada de gentes, atraídas por su condición de pola, donde se celebraría un mercado semanal para sufragar su crecimiento urbano y poblacional
Desde el crucero, con una imagen de Cristo Crucificado mirando al antiguo convento y a la llegada de gentes por el Camino de Santiago, divisamos La Sierra de Fonfaraón, por donde sigue el Camín Real hacia occidente, la senda jacobea, que se divide en dos, una la famosa Ruta de los Hospitales, montañas arriba, y otra la que va hacia La Puela/La Pola de Allande, capital del concejo vecino, que también conseguiría su Carta Puebla, si bien más tardíamente
El propio Alfonso IX, allá por 1222, visitaría estas tierras y estipularía, bastante enérgicamente que nadie osara desviar a los peregrinos de otra ruta que no fuera la que pasa por esta villa y por su monasterio de Santa María la Real de Oubona, lo que favoreció la mayor afluencia de caminantes jacobitas a Santiago de Compostela por este trayecto, que imperó frente a otros, incluso más cortos, fundándose para ellos su hospital de acogida, el Mater Christi, un poco a la derecha de esta calle Mayor y del que se conservan algunos escasos restos
Y es que la advocación a San Francisco 'del Monte' revela que, como en Avilés, los franciscanos se asentaron en un paraje aún no poblado o muy escasamente, a la entrada de la puebla, cuyo núcleo originario estaba bastante calle abajo, en Las Campas, lugar de Fondosdevilla, al amparo de un castillo donde nacería una pequeña población precedente, el Castillo de Tineo, cuyos restos fueron demolidos en 1912, posiblemente edificado sobre un castro astur
El convento franciscano, con sus frailes y cátedras de Latín, Teología y otras materias, favoreció que la población creciese monte arriba y este tramo fuese la calle Mayor de la villa hasta ya bien entrado el siglo XIX con la apertura de la nueva carretera, situada al final de esta rúa
Escaleras abajo enfrente del crucero el Palacio de los García de Tineo, actual Casa de Cultura, cuyo aspecto actual presenta detalles del arte gótico y del barroco, es una muestra de este crecimiento poblacional hacia el monasterio de San Francisco, el cual se prolongó más arriba aún, haciendo del barrio alto el principal, Picosdevilla, hasta que con la carretera el eje principal volvió abajo, donde están el Ayuntamiento y el Palacio de Merás, otra fundación nobiliaria, actual hotel y albergue, poco antes de El Fontán, la Plaza del Mercado, y Las Campas
En este trecho, otras linajudas estirpes se establecerían y, como los García de Tineo, ostentarían su heráldica en la fachada de la calle Mayor, abriendo también sus puertas comerciantes y artesanos
San Francisco del Monte se encontraba justo donde el Camín Real tenía una importante bifurcación: un ramal seguía cuesta abajo por la calle Mayor hacia Las Campas y FondosdeVilla y otro era la continuación de la ruta hacia occidente, saliendo de la villa, donde un torreón circular, La Torre de Tineo, vigilaba esta entrada y salida de la puebla y sería el origen del Palacio de los García de Tineo
Esta es la razón por la que aquí, en la llamada Travesía de la Torre (torre que veremos al salir de Tineo/Tinéu), las señales jacobitas, colocadas en el poste de la señal de tráfico en la esquina junto a la Panadería San Antonio, nos señalan ir a la derecha. No obstante los más de los peregrinos, que suelen hacer parada en la villa para pernoctar, comer y tomar o comprar algo, suelen seguir cuesta abajo hacia el centro urbano, la citada zona del Ayuntamiento, Palacio de Merás y El Fontán, donde está además la Oficina de Turismo, que puede proporcionarnos la oportuna información
A la derecha, los peregrinos que visitan la iglesia de San Pedro y antiguo convento de San Francisco, con su Museo de Arte Sacro, pueden seguir por esta explanada, la Plaza Alonso Martínez, y desde el crucero seguir escaleras abajo a la calle Mayor
Dejamos así a la izquierda la iglesia, con su pórtico, torre parcialmente románica y voluminosa capilla de Merás o de la Asunción, fundada por el capitán Pedro de Merás en 1613, unida a la nave del templo en 1967 y actual Museo de Arte Sacro (el claustro fue demolido para hacer el Palacio de Justicia hacia 1883)
"La Casa de Tineo, ante el Camino de Santiago y el convento de San Francisco, fue centro de la más importante familia nobiliaria del concejo, propietaria de poderes, privilegios y un extenso patrimonio rural.La fachada del palacio es símbolo arquitectónico de Tineo. También es símbolo cultural por haberlo rescatado el Ayuntamiento de la ruina, restaurado y transformado en Centro Municipal de Cultura"
Y aquí tenemos el compendio de magníficos estilos arquitectónicos de esta majestuosa fachada que nos describe así Alías:
"Fijémonos en la portada de dovelado arco apuntado recorrido por guardapolvos, los labrados escudos que aparecen sobre la clave -armas de los Tineo y Maldonado con la leyenda "JUAN GARCIA DE TINEO ME FECIO ANNO DOMINI... DXX..."- y la ventana de doble arco, apoyado en columnita, con pequeños añadidos a modo de cortinajes, que se enmarca en una moldura/alfiz adornada con perlas y dientes de sierra. Puerta, escudos y ventanas, y tal vez las dos ventanitas molduradas del lado derecho, elementos a caballo entre los siglos XVI-XV, destacan su lenguaje gótico y renacentista del ya barroco -molduradas repisas y antepechos de hierro- de los balcones.A los siglos XIX-XV suceden, por tanto, diversas remodelaciones en el XVII y XVIII. Pero el núcleo original, probablemente del siglo XIII, lo constituye el torreón circular posterior (calle de La Luna), con estrechas saeteras y, al igual que el palacio exceptuando vanos y zonas nobles, muros de mampostería"
Y así se ve la Casa de Tineo, de los García de Tineo y Maldonado desde la escalinata que baja de la Plaza Alonso Martínez a la calle Mayor. No se llega a ver desde aquí nada de la torre circular que fue el origen de este palacio pero le dedicaremos la oportuna entrada de blog, pues es nuestra intención pasar por las calles de atrás para salir de la villa
El Gran Atlas del Principado de Asturias: abunda en que este palacio fue construido en 1520 en base a elementos anteriores, como la citada torre, diciendo que podría ser incluso "muy anterior" al siglo XIII, con lo cual formaría parte del enclave que aquí existió antes de la puebla, cuyo centro sería el Castillo de Tineo en Las Campas, desde el cual se gobernaría un extenso territorio, en el corazón de las Asturias de Tineo, que abarcaban buena parte de la zona occidental asturiana. Sin embargo otros autores se decantan porque dicho castillo sería contemporáneo de la Carta Puebla
"La fachada del palacio, gótico-renacentista, es de tres pisos, con portada apuntada de amplio dobelaje realzada por guardapolvo", apuntan en el citado Atlas, llamando la atención la distribución en ella "sin orden ni simetría" de "pequeñas ventanitas" de "diferentes tamaños y decoración"
Sobre la puerta "se halla la más elaborada, bífora, con los huecos separados por columnilla y rematados en arco de medio punto con trazado interior en cortina, y alfiz y alféizar recorridos por bolas"
En su esquina inferior derecha y sobre la puerta se encuentran los dos escudos, el de los Tineo a la derecha, que vimos en la capilla mayor de la iglesia, de la que eran patronos, y el de los Maldonado a la izquierda, más pequeño, del que dice la Gran Enciclopedia Asturiana, basándose en el epigrafista y genealogista Ciriaco Miguel Vigil en su Heráldica asturiana y catálogo armorial de España:
"Apellido oriundo de Tineo. Los de solar en Cayés (Llanera) fueron Campomanes-Maldonado. Pintan "escudo de gules, y cinco flores de lis de plata perfiladas de oro y azur, á imitación de las reales de Francia, puestas en Soutier, según las traen los de la Rúa"
Fijémonos en las conchas de vieira o venera sobre un árbol y dos cabras. Es sobre este donde aparece la inscripción que el Gran Atlas transcribe como "Juan Garcia de Tineo me fecit Anno Domini ... DXX". Sobre el apellido Tineo y sus blasones cuenta dicha Enciclopedia siguiendo la Asturias Heráldica de Francisco Sarandeses: y el Nobiliario Español de Julio de Atienza:
"Apellido. Con solar en el concejo de su nombre. Sarandeses describe cuatro escudos correspondientes a esta familia. Uno: en campo de gules, un pino de sinople y dos cabras, una, empinada al tronco intentando alcanzar las ramas y otra, tumbada al pie de él. Cinco veneras de plata, una en jefe y otra a cada costado. Otro, lo mismo pero las veneras son cuatro, dos en cada costado. El tercero, lo mismo pero las veneras son solamente tres, una en jefe y otra en cada costado. El último, sin veneras, y las cabras están las dos empinadas al tronco del árbol. Probó su nobleza en las Órdenes de Santiago (1640), Alcántara (1760), y Carlos III (1795) y en la Real Chancillería de Valladolid (1640). José María Tineo fue creado marqués de Casa Tremañes el 9 de mayo de 1948. Joaquina de Tineo Martínez fue creada vizcondesa de Casa Tineo en 31 de diciembre de 1870"
Según la descripción estaríamos ante el primer escudo, de cinco veneras, sin embargo el árbol parece evidentemente un roble, por la forma de las hojas
Fue catalogado como Monumento Histórico Artístico y su restauración de acometió a principios de la década de 1990 para albergar la Casa de Cultura, donde existen además diversas dependencias
En la placa se nos cuenta su historia, aquí se dice que la torre original es de principios del siglo XIV
La calle Mayor, adoquinada y de escaso tráfico, puede decirse es semipeatonal. Líneas de postes metálicos evitan que los automóviles se metan en la acera
Y bajamos por la Calle Mayor, donde el caminante pasará junto a largas filas viviendas de varias plantas, antiguas y típicas, con balcones, galerías, ventanales... y hasta escudos y blasones
Balcones de galería
Bloque de pisos
A la izquierda la Plaza del Hospital de Peregrinos, muy relacionada con el Camino, si bien el antiguo Hospital Mater Cristi estaba detrás del Palacio de los García de Tineo
Placa de la plaza
La calle, adoquinada, sigue un prolongado descenso
Atentos a la fachada de la derecha
Con un gran blasón
Atrás quedó la iglesia
La calle es semipeatonal
A la izquierda otra plaza
Plaza del Comandante Caballero.
Placa de la plaza
Más terrazas
Otro escudo nobiliario en una fachada a la derecha
A la izquierda el Ayuntamiento
Y así llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, verdadero corazón de la villa
Pasan peregrinos a caballo, que vienen del albergue Mater Cristi, sucesor del hospital de peregrinos de igual nombre que aquí existió en siglos pasados
En el siglo XVI se compró una casa, con pajar, sobre la que se construyeron las consistoriales, cuya primer sesión municipal se celebró en 1835.
En 1859 fue levantada una segunda planta, en 1866 se compró un reloj nuevo, para sustituir al viejo que vino del monasterio de Oubona (también en esta ruta), en 1925 se le añadió el actual pórtico y en 1987 se acometió una redistribución interior y se le añadió una tercera planta.
Soportales del consistorio. El Camino, calle Mayor, pasa al fondo.
Plaza del Ayuntamiento y sus bares y terrazas. Esta era hasta hace unos años la zona por la que pasaba todo el tráfico que afluía, entrando y/o saliendo de Tineo/Tinéu, ahora casi prácticamente un fantástico bulevar...
Cafés, casas de comidas, bares, comercios...
Si nos apetece, por qué no pedir alguna maravilla culinaria de la tierra, como un poco de chosco, para abrir el apetito, capricho del manjar del buen paladar, con Indicación Geográfica Protegida.
Un paseo perfecto, que se completa conociendo la idiosincrasia de los lugares que visitamos. Por allí por ejemplo, calle Calvo Sotelo, llegaríamos a la casa solariega de Riego Núñez Flórez
Casa que perteneció a la familia del general Riego, quien se sublevó en Las Cabezas de San Juan (Cádiz) contra el absolutismo de Fernando VII, el primer día del año 1820.
Blasón del escudo de la casa
Cruzamos así la Plaza del Ayuntamiento hacia el Palacio de Merás y las Plazas de El Fontán y Las Campas. Antaño hubo aquí dos edificios, el de El Imperial y el de Almacenes Tineo
Por la calle Pío Cuervo vamos llegando pues a este Palacio de Merás, ejemplo destacado de arquitectura civil asturiana renacentista, del siglo XVI, fundado en 1525 y que en la actualidad es hotel con albergue de peregrinos
El palacio era solar de la casa valdesana de los Merás, cuna de una saga de militares y nobles que hicieron carrera en Nueva Segovia, actual centroamérica. Uno de los miembros de esta estirpe fue quien acabó con las tropelías del pirata turco Barbarroja, Garci Fernández de la Plaza de Tineo, quien mató en Tremecén (Argelia) al temible pirata otomano con base en Argel Aruch Barbarroja. Era Garci Fernández de la Plaza cuñado de Sancho García de Merás, bajo cuyos auspicios se hizo este palacio de Tineo en 1525. Soldado veterano, estuvo de alférez en la compañía del capitán Diego de Andrade, quien a su vez a las órdenes del Marqués de Comares hizo la guerra a los temibles piratas argelinos que dominaban el Mediterráneo
Al interior se accede por esta magnífica portada
Claustro interior, que es en la actualidad el comedor del hotel. Aquí tuvo posada Gaspar Melchor de Jovellanos el 25 marzo de 1795, cuando escribió en sus Diarios:
"...llegamos a Tineo al fin del día; a la casa de Merás: grande, antigua, con dos torres, al fin de una calle sucia y pendiente; el amo, anciano, buen hombre; el ama despierta: sobrina del arcediano de Grado, hermana del dueño de la casa de Cangas a que vamos; habrá sido linda, y tiene buenos restos y lindísimo modo; ocho hijos vivos; el arcediano tiene uno; lleva otras dos hijas casadas y el hijo; llegué muy mojado; pasadas las botas. Al fuego, a cenar"
Xuan Bello llega a describir el lugar como El Milagro de Merás:
"Yo, que soy del concejo de Tinéu, muy pocas veces he hablado bien o mal de la villa de Tinéu. Para los de Paniceiros era un lugar donde se iba a comprar a la feria, o al dentista, y para mí un sitio por el que se pasaba y, a veces, se paraba a tomar un café para despabilarse hacia distancias más grandes. Era un sitio, además, en el que yo solía ver un retrato de mi fracaso: una villa donde las construcciones crecían sin plan previo, negro y frío y desordenado, una especie de manchón en las solapas de mi alma. Hace veinte años, un día de verano, yo me bajé con mi bicicleta del autobús. Había planificado ir hasta Paniceiros, mi pueblo, pedaleando y me entretuve, en aquella mañana luminosa, dando una vuelta por la plaza del Ayuntamiento. Vi un edificio poderoso y me acerqué calibrando sus proporciones y estructura. O mucho me confundía o la mano del Renacimiento estaba allí: lo había visto cientos de veces, de paso, pero nunca me había fijado realmente en él. Aunque estaba dividido en tres viviendas, y la fachada estaba subdividida en varios manchones de cal que diferenciaban la entrada de cada vivienda. Bien se veía, sin embargo, que era un edificio exquisito, abatido por el tiempo, y con la potencia de un símbolo. Hoy, en el libro de Aurelio Menéndez, 'La villa de Tineo', veo que Gaspar Melchor de Jovellanos, el 25 de marzo de 1795, debió llegar como yo llegué y tener idéntica impresión. Anotó en su diario: «Llegamos a Tineo al fin del día; a la casa de Merás; grande, antigua, con dos torres, al fin de una calle sucia y pendiente». En aquella mañana, yo vi una puerta abierta: entré sigilosamente y, en un patio maravilloso, entreví entre las sombras un gallinero y una pocilga. El corazón se me encogió y pensé que haría falta un milagro para salvar aquella ruina y preservarla para futuros. Apunta Aurelio Menéndez: «Las estancias del Palacio albergaron a lo largo del siglo XX varios negocios y actividades: almacén de vinos, enseñanza privada, consulta de un dentista, comercios, bares... Al dejar de residir las familias, el Palacio cae en el abandono; a pesar de todo, los elementos esenciales de la primitiva edificación se conservaron». Así lo debí de ver yo. Este fin de semana, que una banda de cómplices nos liamos con la Fundación Valdés-Salas para hablar de literatura, dormí en el Palacio de Merás, ya entera y sabiamente reformado por Benjamín Alba, y pude comprobar que los milagros a veces suceden. La calle sucia y pendiente, que había visto Jovellanos aquella tarde, que había visto yo tantos años después, se había transformado en algo increíblemente bello. Me di cuenta cómo un edificio bello dialoga con su entorno, ennobleciéndolo, y cómo Tineo, tan abandonado, se convertía en un lugar esencial, plenamente escrito. Los sueños tardan en cumplirse pero, ya se ve, no hay nada cómo esperar. Para soñar, lo he comprobado muchas veces, lo mejor es tener los pies en el suelo. Esto es lo que ha hecho Benjamín Alba muy discretamente y hoy podemos ver el Palacio de Merás magnífico y cambiando totalmente la fisonomía de la villa. Apetece ir a Tineo. De esta casa, me entero leyendo el libro de Aurelio Menéndez, fue García Fernández de La Plaza, que «fue el héroe tinetense que dio muerte al pirata turco Barbarroja, enemigo de los reyes Doña Juna y Don Carlos su hijo (Carlos I)». Debió de haber un gran jolgorio en la casa, y en toda la villa, cuando se enteraron de la hazaña. Pero yo tengo para mí que algo mucho más importante para Tineo que matar al turco aquel lo ha hecho Benjamín Alba: descubrir el alma enterrada de una villa. Estaba ahí y muy pocos la veían"
En el año 1895 el palacio fue vendido a un particular por los descendientes de los fundadores, en concreto a un vaqueiro de Cezures que quiso establecerse en la villa, según informa su nieto Nicolás Arganza, quien también informa al periodista Carlos Palacio de La Nueva España que en 1937 pasó a ser cuartel de las tropas nacionales en su avance desde Galicia en la Guerra Civil Española, teniendo luego su dueño que recomprarlo por 60.000 pesetas y rehabilitarlo por otras 37.000
En esta fachada, al sur, vemos abajo en el medio la salida del albergue de peregrinos y a su izquierda la exposición permanente de Valentín Alba "El Ferreiro", más de 1.000 piezas de antigüedades por él recogidas a lo largo de su vida
Estamos en la Plaza del Fontán, tradicional punto de encuentro vecinal, pues era el punto neurálgico de Tineo/Tinéu, tradicional plaza de mercados donde, entre otras muchas cosas, se compraban tradicionalmente las piezas de cerámica negra de los xarreiros, alfares tradicionales de L.lamas del Mouro
Mirando a la plaza está la Oficina de Turismo, muy importante para cualquier información que precisemos sobre alojamientos, teléfonos, mapas, taxis, autocares...
Seguidamente llegaremos a la Plaza las Campas, solar de la vieja torre que, derribada en 1912, dio origen y amparo a la naciente población medieval.
Ahora el espacio ha quedado totalmente urbanizado pero aún quedan casas antiguas, algunas de traza muy rural, quizás sean "sucesoras" de algunas que ya estaban en pie cuando acontecieron los trágicos sucesos que pasamos a relatar.
Y es que en un rincón bastante apartado, casi un poco escondido entre los modernos edificios, se encuentra una piedra con una gran cruz labrada, la cual señala el lugar en el que en 1809 los franceses fusilaron al guerrillero Pedro del Tronco, durante la ocupación de las tropas napoleónicas.
Pero este enclave tan transformado en los últimos tiempos fue escenario de otro terrible suceso, no tan alejado del tiempo históricamente como el anterior, que en la población se vivió casi como una afrenta, pero a la vez un escarnio y una fiesta, formando sin duda parte de las más truculentas e incluso morbosas historias de la "España Negra", con abundantes reseñas de prensa y crónicas por las que sabemos lo que pasó con todo lujo de detalles.
En esta plaza se celebró la última ejecución pública de un reo dictada por un tribunal civil en España en tiempo de paz. El 27 de junio de 1899, a las ocho y veinte de la mañana, Rafael González Gancedo fue muerto a garrote vil en el cadalso aquí instalado, tras ser confeso y hallado culpable de un terrible crimen, pues había matado a su mujer y a su hijo pequeño. El ejecutor fue el verdugo titular de la Audiencia de Burgos Gregorio Mayoral Sendino, que no hacía muchos años que había comenzado con el horrible oficio en el que llegaría a trabajar cuarenta años, tras ganar la plaza, poniendo fin a una vida de miseria.
Este verdugo fue glosado por diferentes escritores, pues después de esta participó en ejecuciones muy sonadas, llegando a perfeccionar el instrumental, haciéndole cambios para que este fuese más certero e instantáneo, pero manteniéndolo en secreto por miedo a que estas modificaciones no se ajustasen a la normativa. Sería llamado El Abuelo por su larga trayectoria, mientras él al garrote lo llamaba la guitarra.
Nadie en esta villa quiso colaborar con aquello, los carpinteros se esfumaron pues no deseaban construir el cadalso, hubo que ir a por ellos a Cangas, buscados por guardias, para que efectuasen tan dolosa labor. Mucha gente se marchó, consideraba la ejecución pública una afrenta a la villa, pero otros se quedaron y más llegaron, procedentes de todo el occidente asturiano, familias enteras hasta con niños pequeños. Se vendía vino en pellejos pues la afluencia era tal que los vendedores aprovecharon el evento como un día de feria. El lugar está ahora rodeado de edificios, muy cerca de la estación de autobuses, pero sigue teniendo la forma de plaza o explanada pública que siempre lo caracterizó, aunque ahora prácticamente "amurallado" entre bloques de pisos.
Allí junto a Las Campas, al sur, está el cementerio, cuya capilla fue hasta 1880 la iglesia parroquial, muy antigua, pero reformada entre los siglos XIV y XV, luego restaurada en el XVIII, época en la que se talló la gran obra del magnífico retablo interior.
El traslado de la parroquial hacia el antiguo convento franciscano se efectuó no sin la oposición de gran parte del vecindario.
Una placa recuerda la fosa del cementerio viejo...
Desde aquí, ya volveríamos arriba, a hacer Camino, subiendo de nuevo a la Plaza del Ayuntamiento e iniciando la subida a Las Canteironas, próxima etapa de esta ruta...

















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