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martes, 28 de enero de 2014

SAN LÁZARO, ENTRANDO EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA (GALICIA) EL TEMPLARIO DE LA CRUZ DE MALTA, LA ESTRELLA DE SANTIAGO Y LA PUERTA DE EUROPA: MEMORIA DEL HOSPITAL DE LEPROSOS Y GLOSA A LA FESTA DA UÑA, PASO A AS FONTIÑAS Y OS CONCHEIROS


Llegando a San Lázaro, casco urbano de Santiago de Compostela

Bajando del Monte do Gozo, a escasísimos kilómetros de la catedral de Santiago, el Camino primigenio quedó cortado al pasar por el valle del río Sar las modernas vías de comunicación, por lo que ahora pasamos sobre él, encima del viaducto de la Ponte de San Lázaro, en el que se ha habilitado un buen paso peatonal para los peregrinos, viendo debajo nuestro el río y el intenso tráfico de la autopista, así como la línea férrea. Así es como entramos en el primer barrio netamente urbano de la ciudad de Santiago de Compostela, el de San Lázaro, patrón de los leprosos


Al pasar el viaducto y en la rúa da Ponte de San Lázaro pasamos junto a O Tangueiro, la que se dice es la pulpería más antigua de Santiago, con más de un siglo de existencia y donde todos los años, durante la romería de San Lázaro, patrón del barrio, se celebra la Festa da Uña, sirviéndose este plato, llamado en castellano manitas de cerdo, con bertóns (brotes jóvenes) de col,  dentro de una antigua tradición culinaria local. Tras un tiempo cerrado durante la pandemia del Covid reabrió sus puertas con nuevos gestores, y así Marga Mosteiro lo anunciaba el 19-5-2022 para La Voz de Galicia, con el artículo titulado O Tangueiro regresa con la recuperación de los valores de la familia fundadora, en el que realiza un repaso a su historia:
"Corría el año 1923 cuando José Vázquez Otero, un empresario visionario, compró una casa en San Lázaro que sería para siempre identificada como «O Tangueiro», el apodo con el que se conoce a la familia Vázquez, porque «su primer oficio era el de reparar tangueiros». La casa fue primero un ultramarinos, y las cuadras, una hospedería. El abuelo de Carmen Vázquez Marzoa —la última de los Tangueiro que gestionó el local— compaginó las labores en el ultramarinos con la venta de pulpo por las ferias. Un día se le ocurrió que este manjar podía ser un reclamo perfecto para las jornadas dominicales en San Lázaro. Y no se equivocó. María, hija de Carmen, recuerda que la dote que José Vázquez entregaba a sus hijas —tuvo 5 mujeres y 4 hombres— era el equipo para la preparación y venta de pulpo en las ferias. Muchos de ellos acabaron emigrando. El tiempo fue transcurriendo y, en 1945, nacía O Tangueiro, como se conoce en la actualidad. El impulsor fue Honorato Vázquez Carollo, el más pequeño de los hijos de José y padre de Carmen, que asumió el local con 17 años al morir su progenitor. El joven dejó las ferias por una vida más estable, pero abrió nuevas líneas de negocio. En 1960 fundó una panadería e impulsó otras empresas familiares, hasta llegar a tener 100 empleados. En su expansión estuvo acompañado de Felisa Marzoa Rozas, a la que conoció trabajando en el local. Honorato falleció en 1993, sin poder asistir al bum del Camino de Santiago. Fue entonces cuando Carmen y su marido, Salvador López Rouco, asumieron en solitario el local. La muerte prematura de Salvador, en el 2001, dejó a Carmen y a sus dos hijas sin casi fuerzas para llevar todos los negocios, y decidieron alquilar O Tangueiro a uno de los empleados más veteranos. Tras unos años de gestión con claros y oscuros, el local cerró en el 2020 y Carmen recuperó el timón. Fueron necesarias muchas semanas de limpieza y de trabajos de restauración antes de iniciar la «búsqueda de una persona que recuperará el legado de O Tangueiro», apunta María. Lo hicieron en silencio. «Eran pocos los que sabían que buscábamos un nuevo inquilino, porque no era una cuestión de precio, sino de encontrar a alguien que fuera agradable, honrado, responsable y que recuperará el espíritu de trabajo y el esfuerzo de nuestra familia». En el camino de Carmen se cruzó Adeni, natural de Bosnia, de una familia de hosteleros y afincada desde hace 18 años en Santiago. El cabeza de familia es el nuevo Tangueiro junto a su mujer Lourdes y sus hijos Malik y Diego Adeni García, de 25 y 20 años. «Ahora sí. Cuando entró en O Tangueiro, vuelvo a casa. La comida casera, el trato al cliente... Se respiran los valores de mi familia», apunta María."

Seguimos de frente en el cruce con la rúa da Cañeira y, a nuestra derecha, vemos una casa que parece haber sido uno de aquellos portazgos dieciochescos de los caminos de antaño


En la zona se conserva el topónimo Peaxe y, sobre la puerta, de arco de medio punto, se levanta una estructura en forma de frontón sobre la que se asienta un monolito


Al pasar enfrente comprobamos bien que se trata del escudo real, lo que delata el uso original del edificio


Hay una pequeña cuesta y en esta bifurcación con la rúa da Cañeira seguiremos de frente, y en recto por la acera de la rúa da Ponte de San Lázaro. A nuestra izquierda están As Casas do Vento, uno de los lugares del barrio de San Lázaro 


Este es el Xardín do Pallote y en él nos encontramos con el famoso monumento al Templario Peregrino


Se trata de la representación de un guerrero del Temple con casco, largo palo acabado en cruz, espada y escudo, erigido en unos jardines. Se dice que es el único monumento que existe en el mundo en honor a los templarios. Es del año 1999 y su autor el escultor Santiago de Santiago


Por alguna razón que no sabemos, el templario ostenta una Cruz de Malta, símbolo en realidad de la Orden de Malta o de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, en vez de la Cruz Templaria, que parecida pero es diferente. Si bien ambas órdenes religioso-militares, junto con otras, como la de Santiago o la de San Lázaro, se dedicaron a proteger a los peregrinos que acudían a los lugares sagrados de la cristiandad y disponían de hospederías para los romeros, santuarios y baluartes a lo largo de todos los caminos, también los de Santiago, tal y como tuvimos ocasión de comprobar desde el comienzo mismo de nuestra andadura.


Tal vez lo de las cruces sea un casual o tal vez represente que la Orden de Malta o de Rodas o de San Juan fuese una de las herederas de propiedades y encomiendas templarias tras su drástica disolución.
Fundamentalmente ensalza los episodios caballerescos de defensa del Camino y los peregrinos protagonizados por aquellas órdenes. De todas maneras, de los templarios se ha escrito tanto que en muchas ocasiones se ha trastocado tanto la realidad que es casi imposible separarla del mito, empezando por la presencia, o no, documentada de la Orden del Temple en Santiago de Compostela de manera contrastada. Leemos del tema por ejemplo en Editorial Buen Camino:
"A mediados del siglo XX, se extendió como la pólvora una teoría que asociaban los templarios y el Camino de Santiago y sus iglesias octogonales y todas las cosas extrañas o peculiares de la ruta. Por desgracia, los historiadores han ido poniendo cada cosa en su sitio. Los templarios estuvieron en algunas localidades del Camino, pero poco más. 
Por un lado, la ruta jacobea no ha tenido casi nada de templaria en su historia, exceptuando lugares puntuales que pertenecieron al Temple como el castillo de PonferradaTerradillo de los templarios o Villalcázar de Sirga. Sí se produce cierta confusión al hablar de los templarios, incluyendo las actividades de otras órdenes religiosas como la actual Orden de Malta o los canónigos del Santo Sepulcro. Estas dos últimas llegaron a alcanzar más influencia en la ruta jacobea que los templarios debido a las posesiones que fueron recibiendo de diversas donaciones. Incluso, hoy en día, la Orden de Malta sigue asistiendo a los peregrinos en su refugio de Cizur Menor. Sin embargo, la presencia de las tres órdenes religiosas en el Camino de Santiago fue anecdótica en comparación con su extraordinario desarrollo medieval. 
En cuanto a las iglesias octogonales, existen decenas de ellas a lo largo de todo Europa, pero sólo dos se encuentran en el Camino de Santiago Francés: Eunate Torres del Río, ambas en Navarra. La primera se ha demostrado documentalmente toda su historia, que parte de una donación noble como templo funerario para su posterior reconversión en iglesia de cofradía mariana. La segunda, Torres del Río, fue una construcción de los canónigos del Santo Sepulcro para memorar la anastasis del templo del Santo Sepulcro de Jerusalén. 
Así que, por mucho que de juego, morbo y sea mucho más sugerente, sentimos subrayar que no hubo ni hay casi nada de templario en el Camino de Santiago. Bueno; sí. Tenemos a Tomás, en su hospital de peregrinos de Manjarín (León), que le encanta todo lo templario."

La rúa da Ponte de San Lázaro es la continuidad de la N-634 en lo que ahora es ya plenamente casco urbano de la ciudad de Santiago



 A continuación vemos de frente al camino una "estrella caminante", la Estrella de Santiago, símbolo de la ciudad, pues una posible razón toponímica de Compostela es el de Campus Stelae Campo de la Estrella (estela), si bien en verdad que existen otros posibles orígenes del nombre, como compositum, estercolero, abono, pudridero en general, tal vez relacionado eso sí con lugar de enterramientos. La palabra latina sería el origen de la palabra compostajetal y como conocimos en otra Compostela del Camino Primitivo la Compostela de Melide. De todas maneras, la trascendencia de su simbolismo, relacionado con la ciudad y el origen del culto jacobeo ha sido y es tan determinante que es un verdadero emblema al que la Xacopedia le dedica todo un artículo:
"Símbolo jacobeo que tiene su origen en las milagrosas luminarias que revelaron (s. IX) el lugar donde permanecía olvidado el sepulcro del apóstol Santiago el Mayor. Se representa casi siempre como una estrella de ocho puntas, aunque hay algunos ejemplos de cinco y otras variadas formas interpretativas. Se puede ver sobre todo en la ciudad de Santiago, especialmente en la iconografía de la fachada del Tesoro, en la plaza de As Praterías, entorno en el que también se sitúan la casa del Cabildo, que la incluye de forma destacada culminando su fachada, y la fuente de los Caballos, rematada con esta misma representación. En el interior de la catedral, la más notable presencia se localiza en la cripta, sobre el arca que guarda los restos de Santiago
Esta imagen se debe a que la estrella y el arca son los elementos representativos del Cabildo de la catedral compostelana -aparecen también en el escudo de la ciudad-, al acoger los restos del apóstol Santiago. Pese a ello, no han faltado alusiones a la relación de este símbolo con los orígenes remotos de la tradición compostelana, con connotaciones paganas. 
En cualquier caso, es difícil ver esta representación fuera del entorno compostelano y tampoco ha tenido la repercusión popular que alcanzaron otros símbolos jacobeos, como la concha de vieira y el bordón. Se debe en gran medida a que la iconografía de la estrella, al no formar parte del atuendo habitual de los peregrinos, pasó más desapercibida. Es cierto también que su representación iconográfica es tardía -surge sobre todo en los siglos XVI y XVII- y siempre vinculada al restringido e iniciado entorno eclesiástico de la catedral compostelana, que nunca se preocupó por expandir el significado de la estrella como emblema jacobeo, aunque lo utilizó con profusión en su ámbito. Es habitual que peregrinos y visitantes de la ciudad pregunten por el significado de la estrella que observan en los lugares señalados. 
 
Las alusiones a las estrellas como reveladoras del sepulcro del apóstol Santiago no aparecen en los primeros textos que narran este hecho de los siglos XI y XII. Se afirma que el hallazgo se produjo mediante unas extrañas luminarias, unas luces que llamaron la atención del ermitaño Paio y las gentes del lugar. No se cita en ningún momento la palabra estrella. Sin embargo, la expansión popular del hecho hizo que con el tiempo este término, muy evocador y expresivo, fuese el utilizado casi en exclusiva. Iconográficamente era también la solución más idónea para representar dichas luces, y así lo podemos observar en la iconografía, tal y como señalamos. 
Quizá por la imposición de esta doble realidad -la expresiva y la iconográfica- la estrella aparece como el elemento a través del que se revela el sepulcro en el documento más decisivo para el renacer contemporáneo de las peregrinaciones compostelanas. Nos referimos a la bula Deus Omnipotens (1884), con la que el papa León XIII reconocía la tradición sacra compostelana, el valor universal de su peregrinación y, sobre todo, las reliquias de Santiago y de sus discípulos Teodoro y Atanasio. 
Recogiendo una tradición que venía cuando menos de la Baja Edad Media, en esta bula no se habla ya de luminarias. Todo el protagonismo es para la estrella: “Y en los comienzos del siglo IX, reinando en España Alfonso llamado el Casto y siendo Teodomiro obispo de la Iglesia de Iria Flavia, encima del subterráneo que encerraba las reliquias de Santiago y sus dos discípulos apareció [según refiere la tradición constante] una estrella muy luminosa, como desprendida del cielo, que con su fulgor indicaba el lugar donde fueran sepultados los restos sagrados.”

Los peregrinos se encuentran con ella de frente pero pocos conocen su significado, no obstante no falta quien preguntará por él, dado que este se dice es El Camino de la Estrella:
"La presencia de la estrella en la simbología compostelana también se ha intentado explicar desde posiciones menos ortodoxas.
Desde principios del siglo XX algunos estudiosos -en España destacó Américo Castro- han comentado la posibilidad de que el hallazgo del sepulcro de Santiago no fuese más que el resultado de la cristianización de un lugar de culto a los Dióscuros, los hermanos de la mitología griega que, como Santiago y su hermano Juan, hijos del Trueno, eran hijos de Júpiter, dios de los rayos y las tormentas, un Júpiter que, además, los colocó eternamente en el cielo como estrellas para que allí permaneciesen siempre juntos, por el amor que se profesaban. Es muy antigua la identificación de los Dióscuros con las estrellas nocturnas y del amanecer. 
Al margen de estas consideraciones, en las historias oficiales surgidas en el entorno de la Iglesia compostelana, las alusiones mítico-simbólicas a la estrella están presentes en varios textos. Destaca, sin duda, la alusión tan directa que realizan las versiones más antiguas de la Epístola del papa León (ss. IX-XI), donde por primera vez se narra el traslado por mar del cuerpo de Santiago desde Palestina a Galicia. Al llegar la nave a la confluencia de los ríos Sar y Ulla, el cuerpo se eleva de pronto y desaparece en dirección al sol. Lo encuentran posteriormente los discípulos en su lugar de enterramiento. Es, por tanto, la estrella solar la que conduce el cuerpo de Santiago hacia su destino definitivo. 
En la Historia de Turpín, el libro IV del Codex Calixtinus (s. XII), los orígenes jacobeos se vuelven a vincular sin atisbos de duda con el universo estelar. Se presenta al emperador franco-alemán Carlomagno como gran aficionado a la astronomía y se señala que una noche se le apareció Santiago para revelarle que el camino de estrellas que veía en el cielo era el que llevaba hasta su sepulcro. Le pide que lo siga y lo libere. Esta ruta coincide, por supuesto, con la trazada por la Vía Láctea de este a oeste en el hemisferio norte. 
 
La cultura popular mantuvo una relación constante entre el mundo jacobeo y el universo estelar. Las estrellas de la Vía Láctea son, según antiguas creencias populares, almas de personas que en vida no hicieron la peregrinación a Santiago de Compostela. 
Uno de los más destacados defensores contemporáneos de la simbología estelar como inseparable de lo jacobeo ha sido el francés Louis Charpentier. Sostiene, en línea con otros autores, que el Camino de Santiago tendría su origen en un antiguo itinerario marcado en cielo por las estrellas. Trascurre, como lo hace el Camino Francés actual, entre dos líneas paralelas que se corresponden con las latitudes 42º 30º y 42º 50º, siguiendo la Vía Láctea. Su destino eran los límites de la Tierra. Entre otros argumentos, apoya su teoría en los diversos topónimos de ese itinerario que tienen que ver con el cosmos y las estrellas. 
Destacan la iglesia de Eunate -se ha interpretado, por su etimología en euskera, como una puerta para la ascensión de las almas a las estrellas- y Estella, cuyo topónimo vinculan indefectiblemente con el latín stella [estrella]. 
Pero sin duda es el propio topónimo de Compostela el que ha despertado los más apasionados debates. Los estudios más documentados llegan a la conclusión de que este término deriva de compositum tellus ‘tierra bien compuesta o hermosa’. Sin embargo, la versión más exitosa ha sido la que lo hace derivar de campus stellae ‘campo de la estrella’. En cualquier caso, ambas conclusiones -la científica y la popular- no acaban de despejar el misterio que encierra el espacio donde apareció el sepulcro y la misteriosa luz o estrella que lo reveló. 
Para el estudioso y ex deán del Cabildo compostelano Jesús Precedo Lafuente, por la tradición se acepta que fue una estrella la que reveló el lugar del sepulcro, pero (añade) “es cierto que siempre conduce [la estrella] a Dios, marcando el camino hacia Él”. Es una forma eficaz de resolver desde la perspectiva eclesiástica una cuestión que permanecerá en el trasfondo del origen del mundo jacobeo."

Llegamos ahora a una rotonda, la cual bordearemos por la izquierda


Es una glorieta que enlaza con la autovía urbana SC-20, la cual pasa bajo nosotros, pues estamos realmente sobre un puente. Este tramo que la bordea es una acera ancha y enlosada con una fila de árboles a modo de bulevar



Cruzamos este ramal del enlace y vemos delante de nosotros el Parque de San Lázaro, donde destaca la famosa Porta Intineris Sancti Iacobi o Puerta de Europa, otro elemento lleno de simbolismo, pues se dice es en realidad una "puerta sin puerta", homenaje a la acogida que la ciudad brindó a todo tipo de gentes que llegaron a lo largo de su historia


Es una enorme puerta de granito y bronce de 16,5 metros de alto situada en la Praza da Concordia, llamada así por acuerdo del Concello el 31 de marzo de 2005 dentro de la celebración de la Conferencia Mundial por la Paz, la Solidaridad y el Desarrollo a manera de homenaje a los peregrinos y estímulo a la convivencia


Es una obra de Cándido Pazos hecha de hormigón, con veinte placas de bronce que representan a otros tantos peregrinos ilustres o personalidades que fomentaron el Camino de Santiago, principalmente religiosos y reyes. Poco antes, en 2004, el Camino había sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia



Debajo hay un círculo de piedras a manera de camino traídas desde poblaciones xacobeas, formando el Círcula da Vida


Aquí aparecen, entre otros,  Teodomiro de Iria, el obispo en cuya diócesis se descubrió la que se tiene por tumba de Santiago; Alfonso II El Casto, cuya tradición asegura habría sido el primer peregrino regio y quien confirmaría que la tumba descubierta era la del apóstol; Gotescalco, quien sería el primer peregrino extranjero documentado, Dante Alighieri, escritor que da a conocer la peregrinación en dos de sus obras y el papa Juan Pablo II, que peregrinó dos veces a Santiago


Las grandes letras SANTIAGO DE COMPOSTELA y el monumento detrás, invitan a la fotografía...


Por aquí sigue el Camino; al fondo a la derecha son las casas de A Muiña


A partir de la rotonda la carretera pasa a ser llamada Avenida de San Lázaro, nosotros seguimos por la acera de losas de piedra, quedando a la izquierda el parking de la Praza da Concordia, que está al lado del Palacio de Congresos y Exposiciones y bastante cerca del Estadio Multiusos de San Lázaro, muy conocido por los aficionados al fútbol, por ser el campo del equipo SD Compostela


Estas señales jalonan el recorrido por la ciudad. El barrio de San Lázaro nació a lo largo del Camiño Francés, luego llamado Camiño de Castilla, a raíz de una malatería u hospital de leprosos que, como era común, recibía la advocación del santo patrón de los afectados por esta enfermedad o malatos


La malatería se convirtió también un referente caminero y en base a ella surgió este barrio que hasta no hace mucho era una aldea entre el Monte do Gozo y la rúa de San Pedro, acceso directo a la Porta do Camiño. La reurbanización de la zona hizo de ella un área de expansión urbanística al este de la ciudad


Cruzamos la rúa de Miguel de Ferro Caaveiro, uno de los grandes arquitectos compostelanos, en uno de los principales accesos al palacio de congresos y al estadio. A nuestra izquierda los bloques de pisos de la Praza de Manuel Ríos Suárez, seguidor del Compostela asesinado por un hincha rival



A nuestra derecha, al otro lado de la avenida, el Museo Pedagóxico de Galicia, uno de los numerosos equipamientos construidos en estos antiguos solares del barrio de San Lázaro. Fue inaugurado el 21 de octubre de 2004, haciendo realidad un proyecto surgido en 1926 para fundar un centro museístico gallego especializado en materia educativa
"Su objetivo fundamental es recuperar, proteger, mostrar y difundir el rico patrimonio educativo de Galicia. 
A lo largo de tres plantas se muestra la evolución de la escuela gallega a través del tiempo. Se pueden ver recreaciones de aulas desde el siglo  XIX hasta la EGB, curiosos objetos escolares o juguetes que utilizaban los niños y las niñas de antes. Si desea viajar en el tiempo y volver a la infancia o acercarse a la escuela de los mayores, el Mupega pone a su disposición un aula antigua para sentirse como un alumno del pasado."

 Museo pues destinado a salvaguardar y difundir el patrimonio de las escuelas de Galicia y su historia. Observemos la llamativa cristalera sobre la entrada, con la escena de una escuela de antaño


Mientras, la oferta de donde comer, donde comprar, donde dormir, se incrementa notablemente a cada paso que damos. Por mucha placidez romera con la que vayamos nos veremos inmersos en el ritmo trepidante de la gran ciudad


La acera es aquí una gran explanada a manera de rampa y suelo enlosado, con árboles ornamentales y bancos, perfecta pues para el paso continuo de peregrinos, incluso formando grupos


Se suceden bares, terrazas y casas de comidas a ambos lados de la calzada por la zona de O Valiño. También hay hoteles y algún albergue


Una rotonda le sucede a otra en este siguiente de los acceso al estadio y al palacio de congresos. Continuaremos todo de frente y sin pérdida


Acto seguido cruzamos la rúa de Clemente Fernández Sarela, otro gran arquitecto compostelano


De nuevo otro parking al aire libre, que suelen llenarse cuando hay partidos, conciertos u otros eventos


Aquí a la derecha, al otro lado de la avenida y más allá de los árboles, donde hay diferentes sedes de consellerías de la Xunta de Galicia, se han localizado señales del emplazamiento de la fundación de dio nombre al barrio, la Malatería de San Lázaro, hospital de leprosos fundado en el año 1149 en un lugar en el que estos ya se recogían, haciendo sus propias cabañas, tiempo atrás. Según la documentación recogida se fundó en un terreno cedido a tal efecto por dos particulares, Alfonso Anaya y su esposa Adosinda Menéndez, sin duda miembros de la nobleza terrateniente de la época


Era un hospital para hombres, pues las leprosas iban a otro ubicado en Santa Marta, al sur de la ciudad. Tenía capilla, hospital y cementerio, estando en funcionamiento hasta que en 1886 se construye, justo en la quinta que veremos a continuación, el nuevo hospital de la Diputación Provincial. La capilla, muy reformada, fue demolida dado su estado en 1925 y para sustituirla se construyó la nueva iglesia de San Lázaro, al otro lado de la calle, que también vamos a ver ahora. Aunque desaparecido el hospital su ubicación era bien sabida por lo que, cuando se hizo este edificio en el año 2002 se realizó una excavación que halló los cimientos de los edificios hospitalarios. En la página Tempos Arqueólogos se publica esta Visita Arqueológica al barrio de San Lázaro, Santiago de Compostela:
"El barrio de San Lázaro creció como núcleo viario, al pie del Camino Francés, entre lo Monte del Gozo y Compostela. Desde suya fundación medieval, como lazareto de la urbe, experimentó grandes modificaciones, la última de ellas a consecuencia de la expansión urbanística de la ciudad con cambios sociológicos irreversibles. Desde esta perspectiva, haremos un viaje a través de su trazado y de los elementos históricos más singulares, del pasado y presente. Un lazareto al pie del camino. 
En el año 2002 se realizó una intervención arqueológica que puso a la luz restos del lazareto de origen medieval. En el solar que ocupa la actual Consellería de Medio Ambiente  y aledaños, habían sido descubiertas estructuras pertenecientes a @dito complejo como cabañas, canales, silos  de almacenamiento, así como los restos de la antigua capilla románica cuya cruz testeira se conserva en la  espadaña de la actual iglesia parroquial. Cruz de piedra La cruz de sano Lázaro llamará la atención de Castelao, quien la recogerá en «Las cruces de Piedra en la Galicia», junto a otras de similar tipología. Además de esta pieza, podemos contemplar restos cerámicos procedentes del lazareto en el Museo de las  Peregrinaciones y de Santiago. Serán estos, junto a los restos conservados en la zona administrativa, algunas de las testigos mudas del San Lázaro medieval. Con la oficialidad de Compostela como capital, se programará una transformación irreversible de los barrios desde el punto de vista urbanístico pero también social. Los  usos mudarán así como en buena medida los propios vecinos, dando como resultado el barrio que hoy conocemos."

Estamos llegando a lo que viene a ser la parte antigua del barrio, con sus casas, comercios y tascas


Por aquí se acaba esta cuesta en rampa que empezábamos tras cruzar A Ponte de San Lázaro. El barrio creció en forma de calle a lo largo del viejo Camiño Francés o de Castilla que luego pasó a ser la carretera general, con intenso tráfico prácticamente a diario y a cualquier hora del día


Y ahora a la derecha vemos lo que fue el antiguo hospital de la diputación que sustituyó al de la malatería. Ahora es sede de diversas entidades



En su jardín hay un cruceiro, antaño una gran carballeira o robledal poblada todo este entorno de la vieja malatería


Llegamos ahora a una filas de casas más o menos antiguas y restauradas en lo que fue el germen del barrio, continuidad hacia la antigua malatería del más antiguo barrio de San Pedro, al que llegaremos después, este surgido,  en  torno al monasterio de San Pedro de Fóra fundado en el siglo XI, pues la ciudad "se proyectaba buscando los campos y huertas necesarios para su abastecimiento", como bien escribe Valentín Álvarez en El Correo Gallego del 2-4-2022


Este es el lugar de As Cancelas, significativo topónimo que guarda el testimonio de la historia del lugar, pues se refiere a los cierres de los antiguos terrenos que albergarían huertas en torno a las antiguas casas campesinas, muy posiblemente sus rentas ayudaban la mantenimiento de la malatería


Así llegamos a la actual iglesia de San Lázaro, construida para el barrio sucediendo a la antigua capilla del hospital


Fue construida en 1924 con proyecto del arquitecto santiagués Jesús López de Rego dentro del estilo modernista, destacando por su singularidad estilística dentro del entorno predominantemente barroco compostelano, al igual que por su diseño único y "elegante combinación de materiales", como leemos en I love Compostela


Es de una pequeña nave con arcos apuntados, contrafuertes y una sacristía posterior (a la izquierda de la foto), que definen el espacio exterior de la iglesia. La iglesia cuenta con una puerta lateral que facilita el acceso directo desde la calle, facilitando la entrada y salida de gentes


Su fachada está hecha con piedra de cantería de granito y otras partes de la iglesia son de sillarejo, destacando, entre otras cosas, su portada de arco ojival y, arriba, la espadaña del campanario, con sendos huecos para dos campanas, una de 1851, anterior por tanto a este santuario, donde leemos la inscripción JHS MARIA Y JOSE AÑO DE 1851 JVAN LISTE MEYZO EN ORAZO; y otra un siglo y pico posterior en la que se lee IHS Mª Y JOSE AÑO DE 1956


Con la romería patronal de San Lázaro se celebra A Festa da Uña, en la que se subastan las uñas o manitas de cerdo, orejas y morro del tocino de este animal en la explanada lateral de este urbanizado campo de la iglesia y cuyo origen se remonta al siglo XVII, cuando la recaudación de lo subastado era destinado al hospital de leprosos; sigamos leyendo a Valentín Álvarez:

"Existe una relación evidente con la del cerdo de San Antón (17 de enero), en cuya festividad era costumbre rifar un cerdo (un cuto, según una célebre canción de Navarra alusiva a ella). Y, del mismo modo que en A festa da Uña. el dinero era destinado a los hospitales que cuidaban de los pobres. Es pues una fiesta benéfica. Durante estos días se instalan, junto a la iglesia de San Lázaro, puestos de ventas de roscas y rosquillas de manteca, caramelo blanco y anís. También se monta una carpa en la que se programan actuaciones de música y se hacen degustaciones de cazuelitas de callos de uñas de cerdo con grelos y pimiento picante."

Asimismo los hosteleros de San Lázaro ofrecerán el plato tradicional de la fiesta, las uñas o manitas de cerdo con bertones de col, chorizo o patatas


Es realmente indistinto en principio ir por la acera de la izquierda o la de la derecha, donde hallaríamos de frente esta casa con una de esas peculiares y gigantescas chimeneas que caracterizan muchas casas de arquitectura tradicional, tal que esta, bellamente restaurada


Esta otra, si bien con chimenea no tan grande, tiene una hermosa parra que da buena sombra a su entrada


Siguen las hileras de casas a ambos lados de la rúa, conservando la impronta caminera de este barrio que es, hoy como ayer, una de las principales entradas y salidas de Santiago


Aquí observamos el fenómeno por el que las casas antiguas quedan empozadas a medida que se añaden más capas de asfalto a la carretera, elevando su nivel, a la vez que se reurbaniza el entorno. Las puertas conservan el antiguo nivel del suelo primigenio pero hay que hacer unas escaleras para acceder a la casa. La ventana por su parte ha quedado a ras de suelo


A la derecha nos cruzamos con la rúa de Raimundo García Rodríguez, escritor y periodista gallego, más conocido por su seudónimo Borobó, quien llegó a ser cronista oficial de Compostela entre 1949 y 1966


Pasado el cruce es la rúa do Valiño, que sigue toda recta prolongando esta avenida que es el tránsito urbano de la N-634


Si vamos por la izquierda cruzaríamos la rúa de Roma


Según avanzamos hacia el centro urbano veremos cada vez más albergues, alojamientos varios y sus anuncios, además de hostelería y comercios


Se han dispuesto buenas aceras para permitir el paso sin problemas para las riadas de peregrinos que afluyen continuamente atravesando el barrio de extremo a extremo


Casas unifamiliares de antaño, en la distancia reconocemos a lo lejos las arboledas del Parque das Cancelas


Nuevas urbanizaciones, As Cancelas y San Lázaro lideran el "boom" del Santiago del futuro, anunciaba triunfalmente El Correo Gallego del 25-4-2006 dando noticias sobre el crecimiento de la ciudad hacia estos lugares añadiendo que "El Palacio de Congresos y el Puerta del Camino fueron los primeros "vecinos" de un barrio en el que hoy residen cientos de jóvenes familias. Los edificios de la Xunta y los sindicatos convirtieron un área tranquila en todo un hervidero de actividad", y continúan:
"En apenas una década, las poco más de cien hectáreas que cruza la avenida del Camino Francés y que quedan cerradas por San Caetano, el barrio de Fontiñas, el periférico y la rotonda de San Lázaro, se han transformado de una forma espectacular. Los primeros vecinos de lo que en su día fue un inmenso descampado: el estadio de San Lázaro, el Palacio de Congresos a mediados de los años 90, el pabellón del Xacobeo reciclado de la Expo de Sevilla 92 y el hotel Puerta del Camino, poco después, han asistido a una transformación espectacular que, sin embargo, aún guarda grandes sorpresas.

Hoy las áreas de As Cancelas y San Lázaro lideran el avance del proyectado Ensanche Norte, una de las previsiones más llamativas del nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal, que supondrá la creación de más de diez mil viviendas entre Salgueiriños, Amio y el Camino Francés. Mientras todavía están en venta las últimas viviendas de las promociones del entorno del Palacio de Congresos, que han llenado de jóvenes familias el barrio -la promotora Manusan oferta todavía pisos de tres y cuatro dormitorios en la zona-, el Instituto Galego da Vivenda proyecta ya la construcción de más de cuatrocientos nuevos domicilios, que permitirán lavar la cara al otro lado de la calle, desde la rotonda y la vieja fábrica de Cuétara hasta las sedes administrativas..."

Llegamos a esta rotonda con monolito que señala nuestra entrada en As Fontiñas, "el barrio más joven de Santiago de Compostela", decía Carlos Rey para El Español 8-11-2020, recalcando como pasó, "en apenas 30 años de historia (...) de tener un par de núcleos de población a convertirse en uno de los barrios más poblados de Santiago"


Cruzamos primeramente la rúa de París, de frente al Xardín de Fontiñas, otro de los parques urbanos de estos barrios crecientes al este de Santiago, también llamado Xardín do Valiño, pues la rúa do Valiño, que sigue a su derecha, es por donde va el Camino, cuando estamos a unos dos kilómetros y poco más de la Praza do Obradoiro


Abajo a nuestra izquierda, en medio del parque, canchas deportivas y, al fondo, más allá de los árboles, los edificios de la Praza de Sofía. La estructura urbanística del barrio, con sus grandes bloques lineales, empezó a configurarse en 1988, inaugurándose en 1993 su Área Central


Se construyeron unas 600 viviendas de protección oficial tanto de promoción pública como privada, su diseño le hizo ganar el Premio Philippe Rottier de arquitectura y en nuestros días la población es de unos 15.000 habitantes, más que San Lázaro


En los bajos de algunos edificios encontraremos albergues turísticos, como el de Santo Santiago, del año 2010, a nuestra derecha; más adelante, en el cruce con la rúa de Belgrado, está el Hotel San Lázaro, con restaurante y cafetería


A la derecha está el CEIP Monte dos Postes, rodeado de arboledas, fundado en 1979


Parada del autobús 6 A, línea que comunica con el aeropuerto. Abajo a la izquierda está, en los bajo de un edificio, el albergue A Fonte de Compostela, del año 2021


Paseo de farolas y aceras pensadas para el paso continuo de peregrinos en un entorno intensamente urbanizado en la actualidad pero donde se ha cuidado, al menos en este tramo, una buena franja vegetal arbolada


Estamos en la zona de O Mirador do Valiño, yendo de frente hacia la rúa das Fontiñas, donde está uno de los núcleos originales del barrio, anterior a la construcción de sus grandes urbanizaciones


Aquí cruzaremos la rúa de Lisboa para seguir por As Fontiñas ('pequeñas fuentes'), donde veremos alguna de sus antiguas casas originales, casi todas unifamiliares


También se han construido nuevas viviendas pero sin romper la estructura primigenia de esta rúa, no en altura ni en forma de grandes bloques como los que hemos dejado atrás. A la derecha, por ejemplo, están el Edificio León y el Edificio Ferro


Estas rúas do Valiño y das Fontiñas son, algo más tranquilas una vez hemos dejado la rotonda del monolito, normalmente sin tanto tráfico. Son también muy amplias y con buenas aceras, sobre todo a la izquierda, por donde suelen ir los peregrinos. A la derecha y un poco más adelante tenemos el Albergue Monterrey, abierto en marzo de 2016


A la derecha, el parque del Monte dos Postes, llamado así, asegura la tradición, porque por aquí hubo una parada de postas en el viejo Camino. Habla de ello, y de estos antiguos núcleos de As Fontiñas, el maestro del instituto, Ramón Irago, en la entrevista que le realiza, para La Voz de Galicia del 3-9-2012, Elisa Álvarez:
"Melidense de Moldes, «porque a aldea é máis importante que todo o demais», Ramón Irago lleva un cuarto de siglo en Santiago. Su profesión fue el motivo por el que llegó a la capital de Galicia. Nadie en su familia se dedicaba a la docencia, pero desde siempre le gustó el mundo de los niños. Y por eso aterrizó en la escuela de Portosín, su primer destino, «e a escola máis bonita que tiven». Bonita por los alumnos, «porque os nenos sempre o son», y por la ubicación, «mesmo sobre o mar, polo que cando estabas dando a clase estabas vendo as olas do mar». 
Después llegó el Monte dos Postes, en donde se quedó hasta su jubilación. As Cancelas, Fontiñas, todos esos barrios eran otro mundo cuando Ramón aterrizó en las aulas del centro. Más bien no eran barrios. Orgulloso del colegio en el que fue profesor, asegura que hay muchas teorías sobre su nombre, aunque las que más se han quedado en el imaginario popular lo han hecho más por entrañables que por su veracidad. Como la que cuenta que el centro se llama Monte dos Postes porque al estar al lado del camino de Santiago había en ese lugar una casa de postas. «Na guerra -apunta- tamén dicían que este monte foi espazo de fusilamento, porque daquela estaba alonxado de Santiago, e parece ser que o monte naceu dos construtores que botaban alí os cascotes», apostilla. 
Tengan mucho o poco de imaginación o de hechos constatados, Ramón habla maravillas de aquel colegio. La creación del barrio de Fontiñas nutrió las aulas del centro que llegó a albergar a niños de Figueiras, «que case pasaban o día no autobús, e mesmo de Aríns». 
Como muchos de los docentes con años de experiencia, Ramón admite que desde que empezó en las aulas hasta que lo dejó hace más de una década evolucionó la educación, pero también los actores que forman parte de ella, «os pais non son os mesmos. A min paréceme ben que interveñan na vida do colexio», pero cuestiona que incluso en los despachos, pupitres y pizarras, ahora ya digitales, se haya colado la política. Cambiaron los padres y cambiaron los niños. «Hoxe cuestiónase todo», añade Ramón, más partidario de encontrar un término medio entre la protesta constante y que la palabra del profesor tenga que ser la única a tener en cuenta. «Antes algunha familias me tiña dito, manda vostede máis na miña casa que eu mesmo. Hoxe é ao revés». 
Santiago 
Admite que el casco histórico de Compostela es un lugar ideal para pasear, porque la zona nueva «paréceme horrible». Ni los arreglos que se han hecho le convencen, al menos el de la praza Roxa. La zona vieja, señala, es otra historia, pero tiene una petición para los responsables municipales. «Voulle pedir ao concello algunha aportación para min, polo traballo que levo indicándolles todos os días aos que veñen de fora como se vai á catedral». 
Y es que después de responder tantas veces, se dedicó a observar las calles compostelanas buscando señales que indiquen claramente la ubicación del monumento, y resulta que no las hay. Bueno, hay una, y casi llegando a su destino, en la esquina de la Facultad de Medicina con San Francisco. «En todo Santiago so hai un letreiro que indique a catedral, indican a zona monumental, iso si, e os hoteis, pero a catedral non», reconoce con humor."

Césped y arboledas, parada de postas pues, monte hecho de cascotes de construcción y espacio de tragedias de sangrientas contiendas constituyen la historia que se ha transmitido oralmente de estos parajes


Llamativa fuente en la que el agua mana, cuando lo hace, por la boca de esta cabeza de gesto inquietante


La forma de esta rúa, que serpentea ligeramente, muestra a las claras que sigue el irregular trazado el antiguo Camino, diferente a las largas rectas de las calles de las nuevas urbanizaciones de As Fontiñas


A nuestra derecha un monolito rememora el Encuentro Rotario Internacional del Xacobeo 2010


Calle adelante divisamos las casas de Os Concheiros, "evocador topónimo gremial alusivo a los puestos de venta de vieiras, que en otro tiempo adquirían por aquí los peregrinos", nos dice el historiador y periodista Antón Pombo en su exitosa guía El Camino de Santiago. Camino Francés


Las farolas isabelinas, con gusto de época, jalonan el trayecto, siendo de otro estilo, por ejemplo, las de la zonas de juegos a nuestra izquierda


Os Concheiros está especialmente vinculado con el siguiente barrio-calle de Santiago, el de San Pedro, que empezaría aproximadamente a la altura de aquellos edificios en lontananza, en lo alto de un cueto. Dado que allí hubo un monasterio que hacía acogida a los peregrinos era obvio que, justo antes, se instalasen aquellos artesanos de vieiras para vendérselas a los romeros


A nuestra izquierda, busto en homenaje al líder uruguayo José Gervasio Artigas en la Praza da República Oriental do Uruguay, de la que leemos en la web de Iglesias Mera
"La plaza de la República Oriental de Uruguay,  se engloba dentro de los trabajos de urbanizazación del último gran espacio verde que se ha creado en la ciudad de Santiago de Compostela. 
Inaugurada en junio de 2013 por el Presidente de Uruaguay, D. José Múgica, en presencia del presidente de la Xunta de Galicia, D Alberto Núñez Feijoo, este  espaciose engloba dentro de los trabajos de urbanización del área de integración de los barrios de San Lázaro y Fontiñas  y cabecera de entrada del Camino francés a Santiago, con el resto de la ciudad, afectando a un área de 44.498 m2 de superficie."

Vista de la Cidade da Cultura a lo lejos, complejo cultural diseñado por Peter Einsenman, cuyas obras se iniciaron en el año 2001 en la ladera del Monte Gaiás. La impresionante obra, de varios edificios, así como los cambios políticos, las crisis, los problemas constructivos, y los inmensos sobrecostes han hecho de ella no solo un emblema cultural sino también un símbolo de una época de obras faraónicas en la reciente historia española


Y dejando la Praza do Uruguay, cruzando la rúa de Altiboa, pasamos de la rúa das Fontiñas a la rúa da Fonte dos Concheiros frente al Bar Londres. Antaño, una fuente en este lugar del antiguo extrarradio debió dar origen al topónimo. Un poco más arriba, escalonadas, las casas de A Almáciga, "a un paso del casco histórico de Santiago", titula Marga Mosteiro su reportaje del barrio para La Voz de Galicia del 2-10-2021:
"Almáciga se localiza a unos 10 minutos del centro histórico, e incluso parte de las calles Arzúa y Touro, entre otras, están dentro del ámbito de protección del Plan Especial. En Almáciga conviven edificios desarrollados durante el bum urbanístico, más o menos descontrolado, de los años 70-80 con las promociones sociales de finales de los 80, y que sobre el papel forman parte del mismo expediente con el que se construyó en Vite. En los últimos años, el barrio está mudando su aspecto con la rehabilitación de casas unifamiliares de las rúas Teo y Arzúa, y la construcción de promociones de lujo como la de Caramoniña del arquitecto Víctor López Cotelo, que fue finalista en la décima edición del premios Saloni 2010 y que obtuvo una mención en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo
En los 90 se acondicionó un amplio espacio verde, que hasta el momento estaba invadido por la maleza, y que actualmente alberga uno de los parques más desconocidos de la ciudad. En su entorno hay una pista deportiva al aire libre, y un estanque que pasó de ser un lugar improvisado para refrescarse en verano en los años 90 a un vaso sucio y deteriorado. Junto al parque se habilitaron las huertas urbanas, en el mismo espacio en el que un grupo de vecinos venían cultivando mucho antes de que el Concello preparara las parcelas y las repartiera oficialmente. En esta zona hay huertas sin cultivar. 
En el parque de Almáciga se retiró, en los años 90, el único espacio infantil del barrio, que nunca más volvió a ser instalado. En su lugar hay una amplia explanada vacía. Lo que sí se instaló, hace unos seis años, fueron varios elementos para el ejercicio de personas mayores, y se hizo en la zona del mirador, junto al centro sociocultural del barrio. Tanto el parque como las zonas verdes entre edificios están bien cuidadas. No ocurre lo mismo con las aceras de la rúa Teo, que están destrozadas por las raíces de los árboles ni con el pavimento de la rúa O Pino y Betanzos, plagadas de baches. En las aceras de los edificios de la rúa O Pino también tendría que acudir la brigada de Vías e Obras. Precisamente en esta calle, los vecinos llaman la atención sobre un viejo problema, el de las farolas que quedan entre las copas de los árboles, por lo que gran parte del año se transita en total oscuridad. 
Uno de los principales problemas del barrio son las empinadas cuestas de calles como Pastoriza, Escultor Asorey y Enfesta. En la primera se colocaron hace unos cinco años unas barandillas que suponen un alivio para los mayores y no tan mayores. Entre las promesas pendientes de cumplir en el barrio está la de llevar el transporte público a la parte alta, concretamente a la rúa Touro, y hasta el colegio Apóstol Santiago. En Almáciga hay espacio de aparcamiento para residentes, aunque cada día se ven coches sin tarjeta aparcados. En las últimas semanas, desde el anuncio de la llegada de los multamóviles, empieza a notarse una mejoría, especialmente los días laborables. 
Al igual que la mayoría de los barrios de la ciudad, en Almáciga también proliferan las pintadas en los portalones de los garajes y algunas fachadas de edificios, fundamentalmente de aquellos que están algo más escondidos. También en Almáciga hay murales artísticos, como los del centro social y en el Centro Xove. 
Una de las quejas más reiteradas por los vecinos es la aparición constante de objetos voluminosos junto a determinados contenedores instalados en las calles Touro y Arzúa, que suelen ser depositados en horario nocturno o en fin de semana, y que permanecen abandonados durante días."

Desde A Almáciga, y más antiguamente cuando esto era un camino en la campiña, se divisaba a los peregrinos que llegaban Santiago y se decía que "¡chegan os concheiros!", llamando, no ya a los artesanos sino a sus clientes, los romeros que las compraban, poniendo en alerta a los vendedores


Además de su marcado simbolismo mágico-religioso cristiano y precristiano las conchas eran un objeto muy práctico: un muy buen recipiente para beber el agua de las fuentes del Camino, tal la que había aquí que, aunque desaparecida, dio nombre a la rúa da Fonte dos Concheiros, a las puertas del barrio


Tras una ligera bajada hay una también liviana cuesta para salir a la confluencia de esta rúa da Fonte dos Concheiros con la Avenida de Lugo y la rúa de Rodríguez de Viguri, muy cerca de la Estación de Autobuses de Santiago. Un poco más adelante y a la izquierda, en la esquina, donde ahora está el Albergue Sixtos, abrió sus puertas muchos años el Bodegón Os Concheiros, verdadera institución gastronómica compostelana que en 2017 se trasladó unos pocos metros más abajo a la izquierda, en la rúa de Berlín


Siete años más tarde Os Concheiros cerraba por jubilación "el templo del pulpo que cautivó a generaciones de santiagueses y al grupo Sidonie" y así lo anunciaba Olalla Sánchez para La Voz de Galicia del 8-4-2024:
"Este fin de semana un cartel de «cerrado por jubilación» situado en la fachada del Bodegón Os Concheiros ya avanzaba que Santiago despedía a otro de los grandes templos del pulpo. «Es hoy el primer día en que oficialmente estoy jubilado», aclara José Antonio Balboa, el hostelero que cogió las riendas del clásico local abierto por su suegro, José Rodeiro Salgueiro, hace 49 años en su inicial ubicación, en la rúa Fonte dos Concheiros, a escasos metros de donde en el 2017 él lo reabrió en su nueva sede. 
«La primera pulpería la condujo mi suegro y mi mujer, Élida Rodeiro, que ya empezó en ella de niña, lavando tazas con 13 años», evoca José Antonio, aludiendo a ese primer establecimiento situado en la entrada al casco histórico por el Camino Francés y del que generaciones de santiagueses guardan, con sus mesas corridas, mantel de papel, platos de madera o afamado pulpo, infinitos recuerdos. 
«El grupo Sidonie no fallaba cuando estaba en Santiago. En el nuevo bodegón puse una foto que nos dedicaron», desliza con orgullo José Antonio, recordando cómo la conocida banda grupo incluso grabó en la pulpería uno de sus videoclips, en el que sus miembros aparecen tocando entre pipas de vino, ante una mesa con mantel de papel o tazas de ribeiro o, incluso, realizando percusiones sobre paneras. 
«En el 2017 muchos vecinos nos decían apenados que por qué dejábamos ese histórico local, pero tuvimos que cambiarnos para dejarlo a sus dueños. Eso sí, se puede decir que esta pulpería abrió ininterrumpidamente durante 49 años. Ese antiguo local lo cerramos el 16 de marzo de ese 2017, y el 17 de marzo, ya reabrimos el negocio cerca, en la rúa Berlín», añade José Antonio, aclarando que en la nueva etapa, en la que se dejó atrás el encanto de los barriles, pero se mantuvo la misma filosofía y oferta gastronómica -con el pulpo como producto estrella-, ya estuvo él al frente. 
«Yo llevo 44 años trabajando. En un inicio fui soldador. Desde hace 39 años fui conductor de autobuses. De hecho creo que tengo llevado al colegio a medio Santiago», rememora con cariño. «Desde el 2017, y al mismo tiempo que seguía con los buses, también cogí el bodegón. Yo quería continuar para que no perdiese ese local tradicional. Llegué a trabajar muchas horas seguidas al día... Mucha gente nos dice que cómo lo cerramos, pero necesito descansar. Quiero disfrutar de mis nietos», destaca, mientras aclara que ya intenta acostumbrarse a su nueva etapa laboral. 
«Desde que hace mes y medio tomé la decisión de jubilarme, ya hubo mucha gente que se puso en contacto con nosotros, pero, por el momento, aún no hemos tomado ninguna decisión con respecto al local, que tenemos en propiedad», señala, explicando cómo no cree que el negocio tenga relevo en su propia familia. «Tenemos dos hijos, pero, en principio, no seguirán con ello. Aún tengo que decidir qué pasará. Aún me jubilé hoy», incide, agradecido a todas las muestras de cariño que por parte de los vecinos y clientes fieles no para de recibir."

Vemos a la izquierda el Parque da Pirámide, con el edificio de Xulgados más allá de los árboles (a la izquierda de la foto)


Aquí más cerca, al empezar la rúa de Berlín fue a donde se trasladó Os Concheiros en 2017, Cierre del Bodegón Pulpería Os Concheiros: ¿Dónde comer ahora un buen pulpo en Santiago?, se preguntaba Valeria Pereiras en El Correo Gallego del 10-4-2024:
"Tras los cierres de la Chocolatería Metate, la tienda de electrónica Juan Portela Seijo o Amancio Deportes, llega ahora el turno del Bodegón Pulpería Os Concheiros. El emblemático establecimiento, reconocido templo del pulpo en Compostela que cautivó a generaciones de santiagueses durante casi cinco décadas, ha bajado la persiana por jubilación de su propietario. 
Con 49 años de historia, este icónico establecimiento fue un lugar de encuentro querido por varias generaciones de estudiantes, turistas y santiagueses. Situado originalmente en la rúa Fonte dos Concheiros y reubicado a escasos metros en la rúa Berlín en 2017, el Bodegón Pulpería Os Concheiros mantuvo su esencia y oferta gastronómica, con el pulpo como plato estrella, bajo la dirección de José Antonio Balboa. 
Tras más de cuatro décadas dedicadas al negocio, José Antonio ha decidido que es el momento de descansar y disfrutar de la jubilación. 
Con este cierre, Santiago se despide de uno de esos rincones gastronómicos históricos donde se tejieron innumerables recuerdos y se disfrutaron momentos inolvidables alrededor de mesas corridas y platos de madera. La pregunta sobrevuela ahora esta nueva despedida: ¿Dónde se puede comer buen pulpo en Santiago? Por fortuna, la oferta es amplia..."

Esta es una foto de Os Concheiros en 2019, cuando ya estaban en esta rúa de Berlín. Valeria Pereiras nos ofrece en su artículo, que podéis consultar, diversos establecimientos santiagueses para comer ese "buen pulpo" de la pregunta esencial. De algunos, sitos al paso del Camino, hablamos en la entrada de blog dedicada a la rúa de San Pedro


El Parque da Pirámide es así llamado por la existencia de una pequeña pirámide ornamental en medio, en el Xardín de Jano Cuadrifonte. Hay además un monumento a la mítica escritora y viajera gallega Egeria, peregrina a Tierra Santa en el siglo IV, ya en las postrimerías del Imperio Romano, cuando el cristianismo ya era religión oficial


Cruzamos la avenida de frente para tomar, al otro lado, la rúa dos Concheiros, continuidad de la rúa da Fonte dos Concheiros que ya hemos dejado atrás


Según entramos a esta rúa dos Concheiros pasaremos frente el Colexio Juventud


A la derecha, el Café Tabacos, fundado en 1969, y el Bar 1000 metros (¿indicación que estamos a un kilómetro de la catedral de Santiago de Compostela?). Luego son la Cafetería Concheiros 31 y el quiosco, librería y loterías Duende Azul de Patricia Díaz


Por supuesto, nombrar todos los comercios sería prolijo, por lo que nos centraremos en los que pueden ser de especial interés para los peregrinos, por ser lugares para tomar algo o comprar avituallamientos por ejemplo; por ejemplo hay tiendas, más un supermercado, este a la izquierda, justo antes de la Cafetería Gaia


Seguidamente y también a la izquierda el Albergue Santos, que tiene, pegado a él, el Hotel Concheiros; por supuesto, albergues, alojamientos, tiendas y empresas en general pueden cambiar de nombre y/o gerencia


Unos metros más adelante tenemos el Albergue La Estrella de Santiago, uno de los veteranos, del año 2013 y reformado en 2017, al que siguen los bares O Tranquilo y O Barranquillo. El primero, otro veterano santiagués que sucede al que cerró en 2007, cuando a fecha 4 de mayo de ese año El Correo Gallego publicaba La derrota de Baco. Tabernas de Santiago:, en el que se lamentaba de su clausura y recordaba otros templos de las tascas compostelanas:
"De correr otros tiempos, el cierre de O Tranquilo hubiera supuesto un drama local con repercusiones nacionales. Probablemente la bandera del Club San Pedro ondearía a media asta en señal de duelo y se entonaría la Negra sombra, el Ay, pobre de mí o El triste y sola se queda Fonseca. 
Una de las más venerables tabernas de Compostela acaba de cerrar la espita de los aromas del ribeiro y, sus puertas de Os Concheiros, a una clientela que se remonta a la Guerra Civil. 
Los que regresaron de la contienda fratricida contaban, entre taza y taza, en O Tranquilo, en O Tumba y en O Tangueiro, que para vencer el miedo les hacían tomar "asalta parapetos", una suerte de aguardiente infernal con el que las entrañas parecían regurgitar. Y ciegos, no por la ira o por el odio, sino por un brebaje de 50 grados, desafiaban todos los peligros bajo el fuego de los morteros. 
Tabernas de Compostela, templos de un tiempo ya ido. El cierre de O Tranquilo es casi el golpe definitivo a un tipo de establecimiento público que ahora mismo, en Santiago, está en peligro de extinción. 
Antes que O Tranquilo, cerraron O Porrón, O Sacho, O Eulogio, O Arsenio, O Eugenio, A Estradense, O Xudío, O Quitapenas, A Porcona, A Carola. O sea, la derrota de Baco, el dios del vino. 
O Buraquiño, en la Ruela do Peso, es otra de las tabernas emblemáticas que los tiempos han mandado a mejor vida. O Buraquiño era el lugar perfecto, un callejón en penumbra, discreto en el que se difuminaba la figura vacilante del ebrio de turno. En la Ruela do Peso aún superviven O Candil y el Bar Calpe. Y bien cerca, A Beadense, una amplia taberna como amplias sus mesas, todas la noches lavadas con lejía. Un tinto mal escanciado deja sus marcas y más las manos convulsas de quien ha apurado ocho cuncas en dos horas. 
Los bebedores profesionales de las décadas de los 60 y 70, cuando se bebía con calma y había tiempo para el machismo más recalcitrante –a costa de mantener a la esposa en casa con la pata quebrada y atada a la cama– seguían un protocolo que consistía en mantenerse en pie, apoyados contra la pared para luego beber con calma y, en ningún caso, moverse o agitar los brazos. 
De esa forma, los caldos que llegan al estómago y más tarde filtrael hígado no mandan los efluvios con tanta celeridad al cerebro como la mistela bebida en cascada en O Porrón, otro de las tabernas que echaron el cierre en las Casas Reais. Así podían aguantar horas, "bebiendo como odres". 
A Estradense inauguró en la calle Pitelos, frente al edificio Viacambre, la modalidad del ribeiro en tubo, es otro de los grandes santuarios desaparecidos, los mismo que O Eugenio y O Arsenio, en la Rúa Travesa; O Peón, en Vista Alegre; A Parra y La Esquina, en el Camino Nuevo; O Foucellas, en Torrente; O Isidoro, en San Lázaro: y O A­lonso, en Choupana. En la Algalia de Arriba un todo a cien quitó la identidad al Quitapenas por más que otro del mismo nombre mantenga sus puertas abiertas a duras penas en el barrio de Sar. 
O Xudío es otro de los célebres taberneros que desaparecieron del Franco por razones biológicas. "O Xudío tiña un gran ribeiro, pero era un tipo insoportable. Si lle caías mal, non che servía e aínda por riba che dícía: "no tengo vajilla suficiente para servirle ahora" recuerda un impenitente aficionado a "salir de tazas" a partir de la una de la tarde y de las ocho de la noche. 
Y ya que el marido de Obdulia la heredera de A Porcona,  heredera de A Porcona, en la Algalia de Arriba, militaba en Cantigas e Agarimos, local mismo al lado de la reputada taberna, las farras y exhibiciones corales empezaron a repetirse con frecuencia para delicia de la calle. En el repaso al cancionero popular gallego había de todo, salvo sopranos. 
José Travieso Quelle, periodista de cierre de esta Casa contaba en vida que una noche de primavera, ya en Cervantes, percibió un lamento o un bramido y, asustado, echó mano a su pistola de fogueo. En realidad se trabaja de un agudo sostenido del barítono que se recreaba "en el monte, en el monte de Piedad". 
Borrachos, sí, pero en buena parte de las tabernas de Compostela se descubrieron voces potentes gracias a ese desinhibidor que es el vino, a la hora de neutralizar el rubor del aficionado a cantar en público. En ese sentido, las tabernas cumplieron sobradamente con la más honda tradición coral de Galicia. 
O Eulogio, en Rodrigo de Padrón, tenía una clientela fija, tal vez más por sus sabrosos chipirones que por sus vinos. Los mismo ocurría con La Antonia, en el check point de las calles del Espíritu Santo y Basquiños. Incluso profesores de la universidad, tras reverenciar a la Virgen del Carmen, incursionaban en el Norte santiagués para ponerse morados de nécoras. 
O Entreportas da por un lado a la Troia y por el contrario al Callejón de Jerusalén. Vinos en vaso y de botella. El 2 de mayo de 1962, a primera hora de la mañana, Mateo y Cibeira se afanaban para orientar la antena del flamante televisor que se estrenaba para festejar la VI Copa de Europa. Todo a punto, el vino, los berberechos y los mejillones cocidos al vapor. 
Puskas hizo tres goles en el primer tiempo; alaridos de felicidad y una sentencia cabal del cliente más eficaz libando Ribeiro que el húngaro acertando con las redes: "non, si eso xa cho dicía eu".  
Tras el descanso, Costa Pereira, Aguas, Coluna, Augusto, Germano, Simoes y Eusebio le dieron la vuelta al resultado. El cliente de O Entreportas seguía siendo más eficaz libando Ribeiro que Eusebio marcando goles: cinco.  
Alfonso Rivera, afamado entrenador de baloncesto, llegó a Santiago en 1974 con una idea fija: hacer de Compostela la Badalona gallega, "pero, claro, es que aquí despertar la afición por el baloncesto resulta complicado. Aquí salís de vinos, y un tío desde los veinte a los sesenta años, pues acaba tomándose 30 millones de tazas".  
Más de un millón y más de dos las sirvió A Periquilla, en la Rúa de San Pedro. Pero hoy, manda el vino embotellado y la cerveza. En la misma calle se mantienen otros clásicos como O Mosquito y O Catro, que conserva una docena de tazas y una palomilla blanca para servir el Ribeiro "aos clientes antiguos".  
La ensaladilla rusa y la paella jalonaron el éxito del Casablanca, cafetería pionera en servir tapas gratis con los vinos a partir de 1970. Justo al lado, A Nosa Terra empleaba un señuelo eficaz: la taza caliente de caldo acompañando al vino.  
La cofradía de los amantes de las tazas iniciaba la ruta o el vía crucis en el Franco, seguía en las Casas Reais y terminaba entre la Rúa de San Pedro y Os Concheiros. Después de tanto líquido ingerido, ocho, diez, doce chiquitas el riesgo de borrachera también trompa, merluza, calcada, mona, pea, melopea, curda, cogorza y tajada era tan manifiesta que había que esponjar, es decir, ingerir algo sólido urgentemente. El Casablanca supuso la salvación de muchos y el caldo caliente de A Nosa Terra, el consomé perfecto para entonar el estómago. 
Sí, porque el alcohol sin una patata como las del Negreira, todavía en activo, podría adormecer a unos o exacerbar los ánimos de otros al punto de "broncas tabernarias o discusiones de taberna". 
Se recordará, como adelantó El CORREO en agosto de 2006 a propósito de la muerte del alcalde Ánxel Casal, que el hombre que lo mató pregonó su hazaña a los cuatro vientos en una taberna del Castiñeiriño, una vez el vino había hecho efecto. 
Pero el vino, como decía Minguiños, el sacristán de Sar en La Casa de la Troya, "é bo para os nervos" y, ahora que se ha muerto Yeltsin, se sabe que bebía wodka para superar el estrés. Y es que en Rusia, los rusos no beben como cosacos: beben como rusos, según se desprende de sus últimas estadísticas, 43 millones de alcohólicos. 
El vino desata la lengua, acerca a la gente y, como lo entendió Velázquez en Los Borrachos o el Triunfo de Baco, libera al hombre de sus tensiones cotidianas.  
Un biólogo de apellido Sierra se dejaba caer de vez en cuando por el Amor, café bar en el Camino Nuevo, hoy también cerrado. Y a medida que el vino entraba en vena, más simpático y ocurrente. "Uns rillotes colleron un can para meterlle tres inxeccións gasolina. O can soltouse e fuxiu, pero cen metros máis alá, caeu coma fulminado por un lostrego ..." Tras el silencio de espera, el pardillo preguntaba: "¿E morreu? Non, acabouselle-la gasolina".A Chantadina, en Sar, El Navegante, en Conxo, y O Tarelo y O Artilleiro en Vista Alegre aún mantienen loza para las chiquitas. Los clientes veteranos lo exigen, pero como el negocio es el negocio, el vino joven y la cerveza se imponen por goleada. 
José Belló Piñeiro, que fue llamado a filas en 1936 _ su mujer quedó al mando de O Tarelo_ y los míticos Baldomero, tabernero desde 1944 con El Navegant, o señor Canitrot con O Ribadavia, y O Travieso se han ido como el aroma de sus vinos para dejarnos un recuerdo en sepia. 

 Sardinas para los republicanos presos en Santa Isabel  
La desaparición del barrio de San Queitano, como se decía en el gallego de antes, borró del mapa al Toñito y al bar que regentaba el señor Basadre, taxista de profesión, y al bodeguero llamado O Calderillas.ç 
La taberna de La Abundancia, en la calle de la Troia, no es lo que primitivamente era: un almacén de barriles y pipos. El tabernero solía vender al público vino en damajuanas. La zona, hacia los años 60, gozaba de gran predicamento por los callos del Polo Norte y el pulpo de Los sobrinos del padre. O Músico, en la Puerta de la Peña, venía a ser para catadores de paladar exquisito. Tan bueno era el Ribeiro, tan escasa la cosecha y tan selecto el número de amigos del saxo de la Banda Municipal que cuando éste tenía que ausentarse les dejaba las llaves de la taberna para que no interrumpieran ni un sólo día la liturgia de tomar las tazas de la una y de las ocho. 

El cierre de O Sacho, en Santa Isabel, se precipitó como consecuencia del cambio de escenario del Hospital Xeral de Galicia, un centro que generaba el tránsito de un millón de personas al año. La familia, que utiliza en la actualidad el local comercial para reparación de electrodomésticos, es depositaria de una de las historias más generosas del antiguo Santiago. 
Al concluir la Guerra Civil, decenas de prisioneros republicanos permanecían en la cárcel de Santa Isabel. El Club Santiago entrenaba en ese escenario y desde las tapias era observado por los republicanos que, al cabo obtuvieron permiso para entrenar. Tan buenos eran, que el Santiago los fichó. Única prima de fichaje como condición: un bocadillo de chorizo y otro de sardinas, que O Sacho abarató para dejarlo en una peseta. 
O Xachegou, vinos, mesura, tertulia y juegos de cartas 
Solita (Soledad) se ha jubilado. La dueña del Xachegou alquiló la taberna más emblemática de Compostela durante los últimos 70 años en la Algalia de Abajo. 
"Aquí, conta un tal Maroño, que xa pasa dos 80, que tomaba as tazas de rapaz aos 14 anos", señala el nuevo tabernero que confiesa a EL CORREO que "os pipos son para decorar o local". 
O Xachegou alcanzó fama por sus deliciosos gaiteiros, bollas crujientes de pan con sardinas y anchoas, demandados en distintas épocas por los bancarios de la plaza de Cervantes y los funcionarios de los juzgados. La tradición se mantiene, pero no así la de las tazas, sustituidas ahora por vaso y vino embotellado, especialmente viño Xoven, Reboreda, albariños y riojas, amén de la Estrella de Galicia. 
Desde marzo pasado, el nuevo responsable de O Xachegou decidió abrir por las mañanas para recuperar la costumbre de tomar los vinos con moderación, rescatar el hábito de la tertulia y recobrar las cartas como única expresión de competitividad sobre el tapete. 
Civilización igual a destilación y la memoria intacta da lingua na taberna 
La calle del Franco es la ruta de los elefantes. O Orella, O Ourense, O Barril, O Beiro, O Camilo y El Gato Negro mantienen la llama encendida; todos lo demás, desaparecidos o reconvertidos en restaurantes.O Ribadavia es ahora bar restaurante; O Beiro, una vinacoteca de lujo; y O 42 un compendio de gastronomía y bodega. O Camilo, fundado por Camilo Alberte Meixengo en abril de 1942 sirve Viño Xoven, albariños y riojas en copa de cristal a 1, 1,75 y 2 euros. José e Ino, sus dueños desde 1987, se lamentan de que la zona perdió el Parlamento de Fonseca, la Telefónica y la Delegación de Hacienda. "Antes había cola para toma-los viños. Menos mal que o turismo de agora está moi estable". 
En el Franco y la Raíña no sirven Ribeiro en tazas, cuyo precio en otros rueiros de Santiago oscila entre los 0,40 y los 0,50 céntimos de euro. 
Las especialidad más demandada del Gato Negro sigue siendo el hígado encebollado, templo en el que el periodista firmante coincidió el Viernes Santo de 1993,, con Rodolfo Martín Villa y Manuel Núñez, ex ministros de UCD y peregrinos, a los que seguía desde Melide desde las 8 de la mañana. "No se preocupe usted de la entrevista. Venga, le invitamos a unos vinos" con pimientos de Padrón (de Murcia), hígado y calamares. (Martín Villa terminó eufórico). 
Faulkner dijo que la civilización comienza con la destilación. Él, Hemingway, Steinbeck, Lewis y O´Neill, fueron alcohólicos y obtuvieron el Nobel de Literatura. Pero aquí nadie dijo nada sobre que las tabernas mantuvieron intacta la memoria y el ejercicio del idioma de Rosalía en tiempos muy duros."

Llega ahora el  Café Bar Rey, a un paso de otro albergue, el Porta Real, inaugurado en abril de 2014. Calle adelante es el Hostal Stellae Lucofusco


 En la web del Barrio de San Pedro nos dice que este nació "como un conjunto de arrabales y rúa desparramados a la entrada de Santiago por el Camino Francés" que "San Pedro es un barrio casi tan antiguo como la propia ciudad". Era este el Camino por que venían los peregrinos pero también, y sobre todo, comerciantes, viajeros y campesinos, lo que marcó su desarrollo urbano y también el carácter de sus gentes


Sin embargo, el modelo de desarrollo está abierto a profunda crítica y debate, "O barrio non ten nada que cer co que era, agora é todo para el turista", se lamentaba una vecina en el artículo San Pedro: de la masificación a la pérdida de identidad de un barrio ahogado por el turismo que Lucía Martínez y Lois Lázara firman para El Correo Gallego del 13-2-2024:
"Calles abarrotadas en las que caminar es casi un deporte de riesgo, proliferación de viviendas de uso turístico (VUT) y otros negocios dirigidos a este sector, pisos de alquiler con precios disparatados, basuras apiladas, falta de mantenimiento, de aparcamiento, comercios “dos de sempre” que han bajado la persiana y lucen en estado de abandono carteles de se alquila o se vende… 
Estos son los ingredientes de un cóctel molotov llamado turistificación que lleva haciendo mella en el barrio compostelano de San Pedro desde hace ya unos años. 
Aunque algunas de estas problemáticas son extrapolables a cualquier otro barrio de la capital gallega, desentonan con mayor intensidad en esa zona, especialmente durante la temporada alta de turismo y al tratarse el Barrio de San Pedro, además, de la entrada natural del Camino en Compostela. 
Por situar algún dato: la capital gallega cerró 2023 con 446.039 peregrinos según cifras aportadas por la Oficina de Peregrinos. 
Precisamente en el turismo es donde muchos vecinos y comerciantes ponen el foco al origen de algunos de sus principales problemas, como es el caso de la vivienda. Así lo cuenta en declaraciones a EL CORREO GALLEGO la presidenta de la AAVV A Xuntanza, Montse Vilar, haciendo hincapié en la falta de vivienda residencial disponible y en la subida desmedida del precio del alquiler y de compra de los pisos. Además de ser la problemática sobre la que más número de quejas recibe la asociación vecinal, en los últimos meses es también una realidad “preocupante, porque no momento no que a vivenda é o principal problema para asentarse no barrio ten toda unha deriva”, desencadenando un proceso que acaba por afectar al comercio local y de proximidad que “é do que se sostén o barrio”. 
Si bien es cierto que el problema de la vivienda “é moito máis amplo e multicausal”, forma parte de un “cambio importante que levamos vivindo no barrio, nós levamos falando xa da turistificación dende 2019” y que se evidencia, entre otras cuestiones, en la subida del precio de la vivienda y en la proliferación “de negocios que non están dirixidos aos servizos, senón a outros perfiles de poboación que poidan estar polo barrio, principalmente turístico”, relata Montse. 
Un cambio visible para cualquier vecino del barrio o para aquellos que ven imposible alquilar una vivienda en la zona. “O barrio non ten nada que ver co que era, agora é todo para o turista”, cuenta en declaraciones a ELCORREO una vecina que lleva más de veinte años viviendo en San Pedro y, por tanto, presenciando su transformación. 
Un barrio en el que es prácticamente imposible encontrar un piso asequible, pues como fruto de la turistificación, muchos propietarios de viviendas optan por subir los precios, ya que según su parecer “el barrio lo vale”. 
La transformación del modelo 
Hai unha transformación real do modelo de barrio (como fruto de esa turistificación), que se acelerou trala pandemia”, a la que se suman una “serie de actuacións a nivel das administracións sobre o espazo físico que están transformando de maneira clara o que son os modos de vida das comunidades que habitan San Pedro”, explica Montse Vilar. 
Entre esas actuaciones, la presidenta de la asociación destaca las obras de humanización de Concheiros que, desde su inicio, estuvieron marcadas por la polémica y el malestar de los vecinos, especialmente por la gran demora, pues los nueve meses del plazo de ejecución previstos inicialmente, se convirtieron en más de dos años. 
Las obras, que los vecinos denominan como “impostas”, estaban enmarcadas en un proyecto impulsado por el Gobierno gallego para mejorar e integrar las entradas de los Caminos de Santiago en la capital gallega. Siendo el barrio de San Pedro la entrada del camino francés, se convirtió, por lo tanto, en el gran foco. 
Durante meses, las obras de humanización de Concheiros mantuvieron en vilo a vecinos y comerciantes, que se vieron afectados por una intervención que duró más de la cuenta y que afectó a una de las calles más transitadas de Santiago. Para muchos, como es el caso de Fernando Lema, uno de los socios fundadores de la Unitaria, la obra “é un cúmulo de despropósitos e é para facer tres tempadas de Netflix”, comenta sobre todas las problemáticas que derivaron de dicha intervención. 
Y es que, en la actualidad, muchos vecinos siguen sufriendo sus consecuencias, pues como fruto de la remodelación de las calles, se redujo el número de aparcamientos disponibles. 
Una situación muy criticada por los comerciantes de la zona, ya que llegó incluso a afectar en la productividad de sus establecimientos. “Os negocios non funcionan se non hai onde aparcar, hai xente que deixou de vir por iso”, cuenta Ramona Martínez, que regenta la Churrería San Pedro junto a su marido desde hace ya 19 años. Una afirmación que también ratifica la peluquera Marta Álvarez, asentada en el barrio desde hace casi dos años con su negocio, y que también ve como la falta de aparcamiento “repercute a nivel clientes”. “Algunos no vienen porque no tienen donde aparcar”, sentencia al respecto. 
La pandemia: punto de inflexión 
A pesar de que tras la pandemia ese proceso de turistificación se ve incrementado, el confinamiento también supuso un antes y un después para los vecinos y comerciantes de San Pedro. “O confinamento permitiunos evidenciar o que era a cidade sen turistas (...) e fumos plenamente conscientes de que non necesitábamos saír do barrio para subsistir”, explica Montse Vilar. Una percepción que permitió al vecindario “redescubrir o que era a cidade, que a sostén e cal é a súa identidade”. 
Esta ‘revelación’ se vio interrumpida con la llegada de la desescalada, donde se produjo un incremento de visitas “hasta o punto que había unha sobreturistificacion e masificación de chegadas, un descontrol de números que a cidade non era capaz de manter”, cuenta Vilar. 
Así, a los problemas derivados de la vivienda, de la falta de aparcamientos y de la obra de Concheiros, con el fin del encierro volvía un viejo conocido con mucha más fuerza: la masificación turística. 
Por aquel entonces, raro era el día en el que por San Pedro no entraban grandes grupos de turistas sin control y con actitudes poco cívicas con el vecindario. “Todo é ruído, cantan seguido, eu non entendo porque teñen que entrar cantando a San Pedro”, se queja una vecina en alusión a varios grupos de peregrinos que inundaron el barrio gritando, una estampa que no dejó de repetirse durante los meses de verano. 
Al respecto, Lema lamenta “que se siga promocionando tan salvaxemente e se obvie que hai un problema”. Los últimos acontecimientos (en alusión a la llegada masiva de la JMJ Lisboa o el Ecofin, en el que no había taxis) evidencian que “a cidade non ten capacidade nin está preparada para aturar máis turistas nas tempadas altas”. 
“Desde Semana Santa ata setembro, ti non podes pedir un taxi”, explica el socio de Unitaria que hace mención además a que “hai un desprazamento, están botando aos veciños”. 
Como consecuencia de esa masificación, que irrumpe en el día a día del vecindario, se asentó un gran descontento y malestar social entre vecinos y comerciantes, especialmente por los ruídos y la ocupación del espacio público. 
Lema también pone el foco en estos ruidos: “eu vivo en Concheiros e é que non podes descansar un día, é esgotador”. En los mismos términos habla la peluquera, que ironiza sobre la “convivencia maravillosa” con los turistas, pues hay ocasiones en las que la masa de peregrinos es tal que “no nos dejan entrar por las puertas, salir del garaje o incluso tomar algo en una terraza porque no hay sitio”. 
Otro de los conflictos con los peregrinos se debe al uso de la bicicleta para bajar la calle de San Pedro, lo cual está prohibido y señalizado, pero “aínda que non se pode baixar, baixan igual”, explica Lema, que incluso llega a decir que “se non vivira xa no barrio, agora mesmo non decidiría vivir aquí”. 
Es muy triste que no vean que la gente que vive aquí no está muy cómoda”, es otra de las opiniones más reiteradas en un barrio ahogado por el turismo. 
Código de Boas Prácticas 
A esta “chegada descontrolada” se sumó “unha falta de responsabilidade a nivel afectivo por parte das administracións” que evidenciaban “o modelo turístico polo que está apostando a cidade”. “Parece que todo é camiño e é Xacobeo, que todo é camiñizable e xacobilizable”, incide Montse Vilar. 
Por ello, y tras lo vivido durante el confinamiento, “a veciñanza puxo un freno, unha barrreira como dicindo: ‘estamos aquí, vivimos aquí, necesitamos que alguén o teña en conta’”, explica la presidenta de A Xuntanza. 
Como fruto de esta sensación, la organización vecinal recopiló las principales quejas de los vecinos y surgió el Código de Boas Prácticas, que además de tener como objetivo trasladarlo a las administraciones, tenía otro mucho más amplio: el de repensar el modelo turístico de la ciudad. 
Al respecto de la iniciativa, Vilar sostiene que tuvo bastante más repercusión de lo esperado y que incluso “pensamos que o goberno actual recolleu un pouco o espíritu e empezou a mover a campaña esta de Compostela Fráxil”. 
Con todo, esta iniciativa de la asociación, que también tuvo un trabajo audiovisual por detrás, supone solo un grano de arena de todo lo que aun queda por hacer. 
Montse vuelve a incidir en que la solución pasa por “repensar o modelo turístico de Compostela”. É necesario poñer sobre a mesa todo isto e ver cara onde queremos camiñar (…) senón esto desembocará na expulsión da veciñanza e a cidade convertida nun parque temático”, sentencia. 
Y es que, el modelo apuesta por un turismo que presiona, que invade y cuya consecuencia más directa, además de la expulsión de los vecinos, será la pérdida de identidad que antaño caracterizaba y atraía de este barrio compostelano a partes iguales. 
Otras claves 
La otra cara de la moneda 
A pesar de todas las consecuencias negativas que la turistificación puede tener sobre los establecimientos de San Pedro (como el cierre de comercios y su sustitución por otro tipo de negocios como albergues o lavanderías autoservice), existen locales en los que su supervivencia depende, en mayor medida, del gasto de los peregrinos. 
Es el caso de la Churrería San Pedro. Su dueña nos cuenta que durante el verano apenas queda gente del barrio, por lo que “traballamos moitisimo, sobre todo do peregrino”. A su parecer, “se tiveramos que traballar no verán sen ningún peregrino, teríamos que cerrar”. 
Una situación que para ella sufren muchos hosteleros, ya no solo de la zona sino del casco histórico compostelano: “Creo que se a Santiago lle falta o peregrino, os negocios pecharían”, finaliza. 
El ascensor y otras problemáticas 
Siempre la hubo, pero no tanta como ahora”, así habla de la droga la vecina que lleva más de veinte años viviendo en San Pedro. Y es que, junto a todos los problemas mencionados, la droga y los okupas son otras dos cuestiones por las que el vecindario “está tendo bastantes conflictos”, explica. 
Una situación que se vive en otros barrios de la ciudad y en la que, en los últimos meses, se produjeron varias redadas en narcopisos. 
Por otro lado, la falta de mantenimiento es otra de las peticiones más reiteradas. “Está moi desatendida a calle principal, o barrio de San Pedro abarca moito máis”, exclama otra vecina de la zona. 
Finalmente, fuentes consultadas por este medio también incidieron en la falta de mantenimiento del ascensor de Triacastela que, a pesar de ser fundamental para conectar los barrios de Fontiñas y San Pedro, acumula ya varios fallos en su funcionamiento. 
(Des)facendo barrio: el documental 
“As admnistracións só se preocupan do récord”, é unha das voces que protagoniza o documental transmedia (Des)facendo barrio. San Pedro, autovía para turistas. 
Un corto de unos aproximadamente 15 minutos en los que son los vecinos los que cuentan lo que están sufriendo. Fue grabado entre abril y julio de 2023 por dos estudiantes para su TFM: Érika Martínez y Samuel Pérez; y ha sido presentado recientemente en la Unitaria. 
“O obxectivo era poñer sobre a mesa a problemática, visibilizala. Vimos que había bastantes novas pero non había ningún traballo audiovisual”, comenta Érika. "Queríamos poñerlle cara á xente que sufre este problema", añade Samuel. Ambos coinciden y destacan la gran implicación de los vecinos durante la grabación."

Cruzamos aquí la Corredoira das Fraguas, donde antaño estuvieron las fraguas de los ferreiros, instaladas por disposición fuera de la entonces mucho más pequeña ciudad (la intramuros), para evitar incendios


Y aquí, ante el A Cruz de San Pedro, emblemático cruceiro, proseguimos por la rúa de San Pedro hacia la Porta do Camiño, la de aquel Santiago intramuros cercado por su muralla defensiva, a solo unos 400 metros de aquí, de esta encrucijada histórica a escasos metros ya del solar de aquel antiguo monasterio de San Pedro de Fóra ( de fuera 'de las murallas') que le dio origen y forma a este barrio, antesala del casco histórico de la ciudad del apóstol







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