Capilla de Santiago de Montouto. Al fondo las rehabilitadas ruinas del hospital de peregrinos, el dólmen de Pedras Dereitas y el Pico Muradal |
El Camino Primitivo, en sus primeras etapas por tierras gallegas, ha salido de A Fonsagrada y, recorriendo las aldeas de O Padrón, Vilardongo, Pedrafitelas y Montouto, emprende la subida final a lo alto de A Serra do Hospital, llamada de esta manera por ser el enclave en el que se fundó el Hospital de Peregrinos de Santiago de Montouto, del que aún se conservan sus restos en lo alto del collado, un paraje de gran trascendencia histórica y afectiva y elemento fundamental del patrimonio y acervo cultural y paisajístico del Camino Primitivo. El Camino, aquí buena pista de tierra y zahorra, sigue la sinuosidad de las laderas de la sierra. Hay algunos pastizales pero en buena parte imperan arbustos y brezales, toxos y monte bajo propio de los puertos de montaña. La pista caminera nos lleva cuesta arriba bajo las alturas prominentes del Pico Muradal, de 1.110 metros de altitud, en la Serra do Hospital
A finales del siglo XX fue trasladada la estación de vigilancia anti-incendios del Pico Muradal al de Lagoa Seca o Lagoseca y eso llevó a la confusión de ambos topónimos, pues la estación no cambió de denominación. Tanto al norte como al sur la sierra ha sido "plantada" de parques eólicos. Precisamente por esa ladera viene a unirse a este el otro camino, el de A Proba de Burón, que se separó del de A Fonsagrada en Paradanova, camino que se une aquí, ante la capilla de Santiago, recuperado santuario que fue del histórico hospital, el cual veremos un poco más allá. Esta campera es solar de buena romería popular el 25 de julio, Día de Santiago y Día de Galicia
Al pie del picacho vemos Pedras Dereitas, dólmen megalítico de varios milenios de antigüedad que demuestra el paso y la presencia de gentes por estos míticos senderos desde la Prehistoria
Justo detrás, la muria de piedras delata el paso del camino procedente de A Proba de Burón
Por ello, con el pico y el dólmen a la vista, en este campo de la capilla donde se juntan las dos rutas, antes de seguir camino, visitaremos las ruinas del antiguo hospital de peregrinos aquí existente, tal vez continuidad de un enclave empleado como refugio desde la más remota noche de los tiempos
Ante sus arruinados edificios se extiende un prado desde el que se divisan serranías y valles casi hasta la lejana Terra Chá
Según el mojón estamos a poco menos de 145 kilómetros de Santiago de Compostela
Esta es la magnífica entrada, empedrada, al viejo hospital de peregrinos que llevó el apelativo de Real pues fue fundado y patrocinado por la realeza. Este empedrado, con un pequeño canal para el agua, es el tramo de camino que, procedente de A Proba de Burón, pasa entre las viejas dependencias hospitaleras
La documentación existente nos permite saber que este hospital, digno de ver pues sus muros y paredes han sido consolidados, fue fundado en 1357 por el rey de Castilla Pedro I El Cruel para los peregrinos que viniesen desde Asturias por el Camino Francisco (francés), como también se denominaba al Primitivo antes de que, por cuestiones de identificación, este término pasase a usarse oficial y únicamente para el que atraviesa la meseta por La Rioja, Burgos, León...etc. En realidad todos ellos constituían pasos de peregrinos francos (actual Francia y otros países europeos)
De todas formas parece ser que la fundación se basa en algún edificio anterior, pues en 1232 existen referencias a las "Tiendas de Montouto". Con este dato podría afirmarse que aquella iniciativa consolidaba lo que era un lugar de parada en uno de aquellos caminos ancestrales que, desde tiempos inmemoriales, eran seguidos, como paso natural seguro, por pastores y rebaños, y tras ellos todo tipo de peregrinos, viajeros, arrieros... e incluso invasores
Pedro I de Castilla, para sus enemigos El Cruel y para sus partidarios El Justiciero, tuvo como tantos otros monarcas del medievo, una vida plagada de vicisitudes para ganar el trono y conservarlo. Sus fundaciones y ofrendas, a templos, iglesias y hospitales, le permitían afianzarse y crear alianzas o mantener amistades, un frente menos sangriento que los campos de batalla pero no siempre menos duro. Murió en combate personal con su hermanastro Enrique de Trastámara, disputándose precisamente el derecho a reinar, pues coincidieron en una verdadera "encerrona", buscada en el transcurso de aquellas endémicas guerras internas al trono castellano, cerca del Castillo de la Estrella, en Montiel. Pedro se arrojó encima de su hermanastro y lo tiró al suelo, pero Enrique tuvo la ventura de ser socorrido en aquel apuro mortal por su ayudante Bertrand du Guesclín, quien cogió a a Pedro I por el pie, diciendo aquella célebre frase..."ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor", le dió la vuelta y Enrique lo apuñaló.
El Hospital de Montouto, que él fundó, le sobrevivió ampliamente, estuvo bajo la jurisdicción de la casa de Altamira. Según escribe el historiador asturiano Juan Uría Ríu en la obra Las Peregrinaciones a Santiago de Compostela, " un privilegio del Archivo de Simancas de 1586 dice que en la montaña de Montouto se halla un hospital en el camino de los peregrinos que van a Santiago y en tierra despoblada donde fallecían los pobres de frío y nieve". Siglos después, bajo el reinado de Carlos II El Hechizado (como su nombre indica, una vida víctima de la superstición y los exorcismos), este hospital de Santiago de Montouto iba a ser seriamente reformado, trasladado a su emplazamiento actual, y contando con enfermería, capilla, dormitorios, corredores, pórtico, murallas, huerta y hasta escudo blasonado
El nuevo hospital se construyó en 1698, con cuatro edificios de techos de paja y pizarra. Incluían esas dependencias cocina, cuartos de dormir, cuadras y la pequeña capilla de Santiago. Básicamente la estructura que vemos en nuestros días, si bien con algunas reformas. Una cédula de 1669 de Carlos II destaca "la obligación de recoger y tratar a los pobres peregrinos que llegaren a el con todo amor y piedad", pidiéndose además que se toquen las noches de invierno las campanas del hospital "para que sirva de guía a los peregrinos y pasajeros, y no perezcan con la obscuridad y rigor del tiempo, y el Hospital haga buenas lumbres para que se enjuguen a los pobres y no entren mojados en las camas"
En el siglo XVIII el hospital entró en decadencia y a la mitad de la centuria languidecía, tanto es así que en 1761 el hospitalero Francisco López advertía que "No se puede habitar ni sirve de refugio para ningún pobre peregrino ni transeúnte". Con los nuevos tiempos de la Ilustración las viejas instituciones decaían e incluso se acusa que el lugar era refugio de bandidos, ladrones y malhechores, razón por la que en 1771 se haría cargo de este hospital, o de lo que él quedaba, la parroquia de A Fonsagrada, al denunciarse mala gestión del mismo y problemas de inseguridad. El estudioso Ricardo Polín informa que aún el lugar estaba habitado a principios del siglo XX siendo el último hospitalero "el popular Tío Manuel, quien acabó sus días pidiendo limosna para poder mantener la numerosa prole con la que contaba"
Vista al oeste de las serranías gallegas desde los campos del hospital, cuyo emplazamiento era definido como el "más áspero, montañoso y desabrigado, sin casas ni siquiera un árbol ni otro amparo". En primer término A Serra da Lastra con el Pico do Formigueiro (939 m) y el Pico de Padornelo (958 m)
Este es el interior de la cabaña que se conserva "entera".
En la actualidad, normalmente la puerta se encuentra cerrada.
Al otro lado encontramos esta piscina-estanque, aprovechada por el antiguo hospital, que tenía canalización acuífera, situado a la llegada del camino que viene de A Proba por Xestoso
Con su sugerente forma de pentágono
En sus inmediaciones existe un campo de túmulos o mámoas, enterramientos megalíticos, uno de ellos verdaderamente llamativo pues tiene a la vista su estructura interior pétrea o dolmen: el cercano y ya mencionado de Pedras Dereitas
Pedras Dereitas, con sus losas de piedra dispuestas en vertical hincadas en el suelo, cámara funeraria que como verdadera "máquina del tiempo" ha transmitido durante cuatro o cinco milenios la memoria de los primitivos pobladores neolíticos, indudablemente pastoriles, que poblaron estas tierras y ya hollaron estos senderos mucho antes del culto a Santiago
Pedras Dereitas y el As Penas do Muradal, al norte, Por allí es por donde viene el Camino procedente de A Proba de Burón
Pedras Dereitas y la capilla de Santiago de Montouto, al sur. Por allí llega el Camino que seguimos desde A Fonsagrada por O Padrón, Vilardongo, Pedrafitelas y Montouto. Más allá es el Parque Eólico da Carba con los picachos de Os Oteiros, que llegan a los 1.075 metros de altura
Pedras Dereitas, un testimonio más que delata que desde muchos milenios atrás la gente caminaba por estos mismos caminos, entradas naturales de un valle a otro por los pasos de las montañas.
Un espacio mágico, verdadera cámara del tiempo en la que aquellas civilizaciones pastoriles megalíticas nos transmitieron el legado de su memoria en estos monumentos funerarios 4.000 ó 5.000 años después
Regresamos a la cabaña del hospital y nos disponemos a continuar ruta retomando nuestro periplo xacobeo
Volvemos por el firme empedrado ante los viejos muros y sus asientos de piedra
Volvemos a traspasar el umbral del viejo hospital y salimos afuera
El segundo mojón nos confirma la ruta a seguir
El Real Hospìtal de Santiago de Montouto ha quedado atrás, dejándonos un recuerdo imborrable en nuestra peregrinación
Allá abajo a nuestra derecha A Lomba Os Oteiros, sobre el valle de Rego da Pastoriza o de Argocobo
Muro de piedras
A lo lejo seguimos divisando A Serra da Lastra, con los Altos de Paradabella (1.011 m)
Más allá de Os Penedos Oscuros (1.054 m), estribaciones meridionales de A Serra da Lastra, está elnpueblo de este nombre, del que apenas vemos la primera casa. Por la ladera sube la carretera, si bien el Camino pasa aún más abajo y sube allá desde A Degolada por A Costa do Sapo
Desde A Lastra luego hay que subir al Alto da Fontaneira, al lado del monte de este nombre (1.004 m). Las etapas montañeras del Camino Primitivo aún no han cesado
A nuestra izquierda A Carba
A nuestra derecha un profundo valle
Más a lo lejos A Serra da Canda con los 885 metros del pico de este nombre
Aún más allá A Serra de Meira
Las nubes que, muy al norte, imperan en los altos que separan A Terra Chá de A Mariña
Nosotros caminamos en dirección oeste, siendo A Serra da Lastra nuestra referencia geográfica más inmediata
Según bajamos de cota los árboles empiezan a abundar un poco más
Vamos hacia la zona de bosque
Hitos en la bajada
Ya estamos en os piñeiros. |
Es una larga bajada a la sombra de los pinos y por pista de tierra.
Gotas de niebla condensadas en la hierba |
Pero sumamente bella.
Pinos y helechos...
Las ramas parecen inclinarse a nuestro paso, como haciéndonos un institucional saludo...
Rodadas de tractores.
La bajada no es pronunciada pero sí continua
Cruzamos esta carretera local y seguimos de frente, bajando
Justo aquí a la derecha hay un cortafuegos
Ladera sin árboles que nos permite ver un poco del valle
Los pinos vuelven a dejarnos ver este profundo y largo valle que se abre hacia el norte, con la aldea de Pastoriza en medio y más allá A Lomba Os Oteiros, Monte da Valiña Doiga, Lomba dos Muiños y el picudo Monte das Veigas, encantos de la Serra do Muradal. A lo lejos las aldeas de Bruicedo, Escourido, Souto y Teixeira, bajo Pena Tallada (698 m)
A Pastoriza y Monte Argocobo
Piñeira bajo Tras das Eirosas (791 m) en A Serra da Canda
Allí está A Eirexa, solar de la iglesia parroquia de Santa María de Piñeira, que vemos en medio de la foto
Luego seguimos por el pinar
Tramo recto y en suave descenso
A Serra da Lastra enfrente
Bifurcación y seguimos abajo a la derecha por la pista más trillada
Arriba, al este, aún vemos la Serra do Hospital
A la derecha Os Oteiros y A Carba y a la izquierda el Pico Muradal, en medio el campo de Santiago de Montouto, solar de capilla y hospital
Más abajo otra vista de Pastoriza
Núcleo concentrado en medio de prados y fragas de arbolado autóctono sobre el valle del Rego de Argocobo
Continuamos la larga bajada
Curva a la izquierda
Línea de alta tensión por el Monte da Xearoa
Más vistas del valle del Rego de Rieiro con Piñeira y A Serra da Canda
Bajamos entre más pinares
De frente las boscosas y abruptas laderas de A Serra da Lastra con los Altos de Paradavella
Altos helechos
Ancha pista de zahorra
Hito xacobeo
Estamos inmersos en el corazón del bosque
Los músculos se resienten en tan prolongado descenso
Castaños y carballos
La bajada va amortiguándose
Más pinos
Murete de piedra. Gran parte de los antiguos pastizales fueron reaprovechados con fines forestales con el éxodo rural y el despoblamiento de estas zonas
Tramo sombrío
Estamos llegando al valle
Casi llaneamos
En esta bifurcación también aquí seguimos por la pista, bien marcada a la derecha
Sigue la bajada, más suave
Y bien señalizada
Y llegamos a Casa Mesón, entrada en la bella parada de Paradavella
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